Approximation to the analysis of Wikileaks. Aproximación al análisis del fenómeno Wikileaks como producto periodístico

August 19, 2017 | Autor: Marta Redondo García | Categoría: Wikileaks, Leak, Communicative Pattern, Official Sources, Hyper Representation In Media
Share Embed


Descripción

Género: Artículo Título: Aproximación al análisis del fenómeno Wikileaks como producto periodístico. Autor: Marta Redondo García Fecha: 16 de enero de 2012

Semblanza de la autora: Marta Redondo García, Universidad de Valladolid, España, [email protected] Profesora del Área de Periodismo de la Universidad de Valladolid. Doctora en Periodismo. Máster en Periodismo del diario El País. Ha trabajado como redactora y presentadora en cadenas televisivas como Antena 3 o Televisión Española. Su principal línea de investigación se centra en el sensacionalismo informativo y sus manifestaciones en los distintos medios de comunicación. Entre otros artículos, ha publicado: "El valor mediático de la violencia". Vivat Academia. 2010. Madrid: Universidad Complutense de Madrid; o “La cámara oculta en la construcción del espectáculo informativo” en Marzal, J., Casero, A. y Gómez, F.: Castellón (Eds.). (2009). Tendencias del periodismo audiovisual en la era del espectáculo. Castellón: Universidad Jaume I.

Resumen:

El artículo plantea como objetivo analizar la novedad que supone la irrupción del portal Wikileaks [la mayor filtración de documentos secretos de la historia] dentro del sistema de medios. En un panorama dominado por las fuentes oficiales, con una alta tecnificación informativa debido a la actividad de

gabinetes de prensa y expertos en comunicación y marketing que cuidan la representación mediática de las instituciones, Wikileaks, abre una brecha en esa estructura, demostrando que la imagen real del poder y su imagen pública, cimentada en los medios, son, a veces, muy distintas.

Comienza estudiando, desde la producción periodística, la hiperrepresentación de las fuentes político-institucionales y los mecanismos que éstas tienen para imponerse en el modelo comunicativo. En este punto, se revisan diversas investigaciones que demuestran el actual grado de sometimiento de los medios respecto del material que le proporcionan estos proveedores de información dominantes.

En ese contexto, la aparición de Wikileaks supone un revulsivo. El portal es analizado como fuente informativa pero también como producto periodístico. Para ello se enumeran y revisan las funciones tradicionalmente adjudicadas a la prensa para comprobar, en la práctica, si el portal cumple con cada una de ellas.

El artículo llega a la conclusión de que Wikileaks, como instrumento periodístico, ha servido para poner en evidencia el doble discurso del poder y en concreto del poder político, pero también para exhibir las debilidades del sistema de medios, a los que tradicionalmente se les había adjudicado la función de watch-dog [perros guardianes del poder] pero que por sus intereses, rutinas o por simple negligencia en sus obligaciones cumplen esa responsabilidad de forma deficiente.

Desde esa perspectiva, Wikileaks no alumbra una nueva función de los medios en la sociedad digital sino la revitalización de su función clásica, potenciada por los recursos amplísimos de albergar y difundir información que tiene Internet.

Abstract

The article analyzes the innovation that means the appearance of Wikileaks in media context. In a scene dominated by official sources, with a high informative technification, due to the activity of press offices and communication experts, Wikileaks shows a gap in this structure, pointing out that the real image of power and its public image are, sometimes, very different.

It starts analyzing the hyper-representation of official sources in news. At this point, there are checked several studies that demonstrate the current degree of submission of media from the material that official sources provide them.

In this context, Wikileaks means a revulsive. The internet portal is analyzed as an informative source but also as a journalistic product. The article checks the functions traditionally attached to press in order to verify if Wikileaks fulfills them.

The article comes to the conclusion that Wikileaks, as a journalistic instrument, makes evident the double speech of power but also the weaknesses of media system which, traditionally, had been awarded of watch-dog [watching out the

power] but that for its interests, routines or negligence fulfills this responsibility in an insufficient way.

From this perspective, Wikileaks does not light a new function of media but the revitalización of its classic function, promoted by larger resources for storing and spreading information that Internet has.

Palabras

clave:

Wikileaks,

modelo

comunicativo,

fuentes

oficiales,

hiperrepresentación mediática, filtración.

Key words: Wikileaks, communicative pattern, official sources, hyper representation in media, leak.

Aproximación al análisis del fenómeno Wikileaks como producto periodístico. Marta Redondo García

1. Medios tradicionales y fuentes oficiales

Uno de los principales condicionantes del trabajo periodístico es la imposibilidad de que el informador sea testigo directo de todos los acontecimientos que narra, de hecho, lo es en contadas ocasiones. La mayoría de las veces se limita a referir lo que otros le relataron: protagonistas de la noticia, testigos, afectados por un acontecimiento. El periodismo no produce los hechos sino que los recoge y los transmite, por eso, habitualmente, el periodista actúa a posteriori, consiguiendo [uno o diversos] testimonios y

elaborando, a partir de ellos, la información que llegará a los receptores. De ahí, la dependencia del periodista con respecto de sus fuentes o “promotores” de noticias, como las denomina Alsina (1989, p.13). Si la fuente no resulta accesible, simplemente no hay noticia, puesto que el medio goza de libertad a la hora de realizar la selección de temas que compondrán su agenda, pero la realiza entre los asuntos de los que, previamente, ha tenido conocimiento.

La constatación de la posición vital que ocupan las fuentes en el proceso informativo, se completa con la evidencia del desequilibrio que existe entre los distintos proveedores de información. En teoría, cualquier persona o institución puede convertirse, en un momento dado, en fuente periodística cuando sea capaz de aportar una información novedosa y de interés general pero, en la práctica, se constata que existe una gran desigualdad entre fuentes en cuanto a su grado de presencia mediática.

Aunque la prensa, idealmente, debería garantizar la pluralidad, esto es, la capacidad de expresión de todos los grupos sociales de forma equilibrada, algunas fuentes están mediáticamente hiperrepresentadas. Las vinculadas a los centros de poder actúan, sistemáticamente, como distribuidoras de información, estableciendo con los periodistas una relación estable de entrega de noticias y contando con una presencia mayoritaria y preferente en los medios. Componen así las fuentes rutinarias que suponen una referencia obligada ante determinados acontecimientos, adquiriendo un “derecho de acceso semiautomático a los medios de comunicación” (Alsina, 1989, p. 124). Por eso es tan fuerte la representación político-institucional en prensa. Una

profusión que responde a lo que Aladro (1999, p.135) denomina un “sistema de cooperación burocrático-periodística” que produce y conforma una determinada forma de mostrar la realidad.

En España, diversas investigaciones certifican la preeminencia de las fuentes oficiales en el sistema de medios. Un estudio dirigido por Javier Mayoral en 2004 (2005, pp.13-22) analizó el uso periodístico de las fuentes de información en cinco periódicos: El País, El Mundo, ABC, La Vanguardia y La Razón, para confirmar que el 37,10% de las informaciones provenían de fuentes institucionales, otro 30% procedía de agencia y, en la mayor parte de los casos, esas noticias remitían, de nuevo, a fuentes oficiales. Además, el análisis constató la escasez de fuentes utilizadas: casi la mitad de las noticias sólo tenían una, es decir, la información no se contrastaba, no competía con otras versiones de los hechos, imponiéndose de forma absoluta.

También el estudio coordinado por Pilar Diezhandino (2008, p.18) que toma como referencia las portadas de veintidós medios impresos y digitales españoles, retrata esa realidad:

El viejo y tan periodístico concepto de actualidad noticiosa queda definitivamente en manos de los productores de noticias: agentes de distintas ramas de la actividad política, económica y social, que trabajan activamente para ocupar la mejor posición de los espacios mediáticos. Basta ofrecer un dato: los temas de agenda propia del medio se reducen a un 7,5% de la cobertura periodística.

De este modo, los medios se habrían convertido en el escenario donde batallan las fuentes dominantes para imponer su visión a la opinión pública, afectando así al debate social y limitándolo. Como señala Price (1994, p. 105): “El debate público se refiere principalmente a un debate entre actores de la política contendientes, que se retransmite por los medios de comunicación para que las personas del público atento lo observen y mediten (y, mucho menos frecuentemente, participen)”.

2. Wikileaks como nuevo medio de comunicación

En este contexto, surge Wikileaks [Wikifiltraciones, en castellano], un portal que rompe los mecanismos burocratizados de entrega y acceso a la información, mediante los cuales las fuentes oficiales se relacionan con los medios. Sus filtraciones sacan a la luz el doble discurso del poder, que mantiene una postura pública que, a veces, contradice la forma real que tiene de operar, porque, con Vidal y Romero (2010, p. 17): “El poder se resiste a mostrar sus entresijos, la lógica que preside sus actos o decisiones y los procedimientos que emplea para lograr sus objetivos”.

Wikileaks fue creado en diciembre de 2006, con el propósito de servir como espacio de denuncia para los ciudadanos de todo el mundo. A través de su sitio web, ha publicado informes anónimos y documentos filtrados sobre gobiernos, instituciones o empresas, convirtiéndose en un “altavoz incómodo” (Navarro, 2010) para los organismos y personas cuyos trapos sucios ha puesto de manifiesto.

Se configura como una wiki, un formato digital cuyas páginas pueden ser construidas por múltiples voluntarios, destinado a la puesta en común de conocimientos e información entre la comunidad de usuarios. Este tipo de formato permite romper la verticalidad del sistema mediático tradicional; del periodista al ciudadano, convirtiendo la comunicación en un foro donde cualquiera es susceptible de ofrecer una información que considere valiosa y compartirla con el resto de la comunidad.

La ventaja que presenta Wikileaks para sus fuentes es que cualquier usuario puede alojar documentos, de forma confidencial, sin que se pueda rastrear su identidad y, por tanto, sin riesgo a sufrir represalias. Sin embargo, a diferencia de las wikis tradicionales, los documentos aportados en el portal no pueden ser manipulados ni modificados por los lectores.

La organización sin ánimo de lucro que sustenta el sitio está fundada, según reza su página web, por activistas anónimos, entre los que se encuentran periodistas, programadores informáticos, ingenieros de telecomunicaciones o matemáticos. Los creadores no se han identificado, recayendo en su director Julian Assange la visibilidad del proyecto y, en menor medida, en Kristinn Hrafnsson periodista de investigación islandés que, desde septiembre de 2010, ocupa el cargo de portavoz.

Entre los temas que han aparecido abordados en las filtraciones, se encuentran algunos

de

gran

repercusión

mundial:

la

actuación

de

las

tropas

norteamericanas en las guerras de Irak y Afganistán, los movimientos de

Estados Unidos y sus aliados para hacer frente al fundamentalismo islámico, las presiones de ese país a diferentes gobiernos con el fin de favorecer sus intereses comerciales o militares, los negocios privados de jefes de estado como Vladimir Putin o la lista de clientes del banco suizo Julius Baer que tienen cuentas opacas.

Dada la relevancia internacional de Wikileaks, resulta pertinente analizar su identidad periodística y la funcionalidad que cumple en el actual sistema informativo. Es preciso, para ello, comparar sus formas de operar y sus objetivos con los de la prensa tradicional para verificar si estamos ante el nacimiento de un “nuevo medio de comunicación” como asegura Philip Meyer (2011) y, en ese caso, cuáles son sus fortalezas y debilidades.

Si atendemos a su reconocimiento internacional, Wikileaks es un medio de comunicación por derecho propio. La revista The Economist le concedió en 2008 el premio al medio del año y el portal y su fundador ganaron, en 2009, el premio de Amnistía Internacional en el apartado Nuevos Medios, por publicar informes confidenciales sobre asesinatos extrajudiciales cometidos en Kenia.

Sin embargo, a diferencia de los productos plenamente periodísticos, Wikileaks no procesa, no construye un texto sobre el material en bruto que le ofrecen sus fuentes, sino que, principalmente, se limita a difundir los documentos que ciudadanos anónimos le hacen llegar, tal y como le son ofrecidos, señalando su significado para la sociedad. No contempla en su estructura al reportero tradicional que indaga en las fuentes, obtiene de ellas un testimonio que ofrece

posteriormente al público, aplicando sus criterios profesionales de contraste y elaborando una pieza informativa original. Wikileaks se limita a “rebotar” la información que recibe a través de su web. Desde ese punto de vista, no es un trabajo periodístico completo, aunque sí cumple algunas funciones básicas del periodismo que se pasan a analizar:



Selección. Wikileaks aplica el criterio de selección informativa eligiendo

aquellos documentos que considera de interés para la opinión pública. Por tanto, sus promotores ejercen como gatekeepers de las filtraciones que fuentes privilegiadas, por su acceso a información sensible, ponen en sus manos.



Verificación. El portal verifica la autenticidad de los documentos

previamente a su difusión, para evitar ser utilizado por ciudadanos interesados en verter falsedades o rumores al canal informativo.



Responsabilidad Social. Haciendo suya la responsabilidad social

asumida por la prensa, Wikileaks se preocupa de evitar que la información que publica ponga en peligro a quienes aparecen aludidos en las filtraciones, así lo indica expresamente en su página web. Sin embargo, a este respecto, el portal ha cometido errores e imprudencias, ofreciendo documentos con nombres e información de personas que podían verse perjudicadas por su difusión. Por tanto, aunque es un compromiso expresamente asumido por Wikileaks, en este punto su actuación ha sido deficiente.

En su favor, hay que señalar que, en ocasiones, donde no ha podido llegar, por falta de personal y capacidad, ha delegado parte de esa responsabilidad en medios tradicionales y, concretamente, en la prensa impresa de calidad. Wikileaks ha facilitado documentación a The New York Times (EEUU), Le Monde (Francia), Der Spiegel (Alemania), The Guardian (Reino Unido) y El País (España), dando libertad a los cinco diarios para que publicasen las historias que cada uno considerase de mayor interés. En el caso español, Wikileaks proporcionó gratuitamente a El País 251.287 documentos y el diario tuvo autonomía para valorar y seleccionar el material que iba a poner a disposición de sus lectores. La única condición impuesta por el portal fue, precisamente, que lo publicado no pusiese en riesgo a las personas aludidas en la información. Por eso, algunos de los documentos no aparecieron íntegros sino que se retiraron elementos potencialmente dañinos.



Fijación de agenda pública. Wikileaks ha contribuido a fijar la agenda

pública mundial dada la importancia de sus revelaciones.



Pero, además de las ventajas mencionadas, Wikileaks ejerce la función

de vigilante del poder [watch dog] poniendo de manifiesto la realidad oculta, más allá de la apariencia, que los gabinetes de comunicación se esfuerzan en mantener.

Para el ciudadano, el atractivo de Wikileaks reside, precisamente, en su capacidad para alumbrar los entresijos de gobiernos y empresas. Frente a la imagen de profesionalidad, de rigor en la toma de decisiones, en las filtraciones

asoma el lado caprichoso del poder, las opiniones personales, las incompetencias y, lo que es peor, las ilegalidades como normas de funcionamiento. Wikileaks muestra, además, el blindaje que los gobiernos realizan de la información que dejan llegar al público. Los gobiernos deciden qué documentos deben ser clasificados como secretos pero, dentro de esa categoría, como se demuestra ahora, no sólo han incluido aquellos que podrían poner en peligro la seguridad nacional sino también y, muy habitualmente, aquellos otros que podrían poner en dificultades a sus miembros o alumbrar prácticas de éstos carentes de ética.

De esta forma, el portal ha puesto en evidencia a los gobiernos pero también al sistema de medios de comunicación, a los que tradicionalmente se les había adjudicado la función de vigilantes del poder, pero que por sus intereses, rutinas o por simple negligencia en sus obligaciones cumplen de forma deficiente esta función. Muestra, cómo, en ocasiones, el periodismo tradicional se limita a recoger aquella parte de la oficialidad que se presta a ser retratada y es incapaz de llegar al perfil que los poderes quieren que permanezca oculto, un aspecto de la realidad que sólo las filtraciones revelan.

Ya en el 1994, Martínez-Albertos (1994:13-26) sometió a revisión la teoría clásica de la prensa como watch dog para encontrar que esa función, tradicionalmente asignada a los medios de comunicación, se estaba debilitando. Martínez Albertos profundizó en la evolución que había sufrido la función de vigilancia, señalando que los periodistas cada vez ejercen menos ese papel debido a la complejidad del sistema de comunicaciones y también a

que muchos informadores no están a la altura de la tarea encomendada dadas sus frecuentes carencias intelectuales y/o éticas.

Wikileaks no sólo cumple la función de perro guardián sino que hace de ella su principal objetivo programático. Su lema, tal y como aparece en su página web, es contribuir a la transparencia informativa en la actividad de los gobiernos para mejorar el escrutinio de los asuntos públicos, evitar la corrupción y, de ese modo, fortalecer la democracia.

De lo bien que ha cumplido el portal su cometido, da cuenta la dureza de la reacción contra él por parte de los poderes político y económico. Como irónicamente señala Niman (2011), la mayor revelación surgida de Wikileaks es, precisamente, la forma en que la administración norteamericana ha respondido a las filtraciones difundidas. Wikileaks ha sido objeto de embates legales, económicos y técnicos en varios países del mundo.

Pero, además de estas características, que le acercan a las funciones de la prensa, Wikileaks, frente a los medios tradicionales, tiene algunas ventajas que lo constituyen como un medio novedoso y prometedor.



Distribución. Su forma de distribución, a través de Internet, favorece el

acceso universal y gratuito de la información que proporciona, lo que provoca que este fenómeno periodístico tenga un alcance mundial.



Fuentes de financiación. El sitio se nutre de donaciones voluntarias y,

según afirman sus fundadores, no acepta publicidad ni ayudas públicas. Una forma de conservar una independencia que resulta envidiable en un panorama de medios conformados como empresas necesitadas de generar beneficios, con las inevitables dependencias que ese sistema genera.

Wikileaks supone, pues, una revitalización de la función tradicional adjudicada socialmente a los medios, potenciada por los recursos amplísimos de capacidad de albergar y difundir información que tiene Internet. La función de siempre, apoyada tecnológicamente y rompiendo las inercias que pesaban, por intereses, desidia o incapacidad en la prensa vigente.

El potencial que tiene el portal para arrebatar a los medios tradicionales su función de watch dog, se pone de manifiesto en que determinadas fuentes dispuestas a hacer llegar información relevante y comprometida a la opinión pública, no han elegido, esta vez, a la prensa sino a Wikileaks para difundirla. Una elección que, sin duda, debería provocar la reflexión.

Evidentemente, como cualquier sistema nuevo resulta imperfecto. Al portal le falta trasparencia respecto a quiénes lo componen y puede fomentar un periodismo ciudadano de la delación, en el que cualquier persona movida por el sentido de la justicia pero también por el de venganza, revele información confidencial sobre instituciones o empresas a través de estos portales que garantizan el anonimato de la fuente. Pero, pese a los problemas que plantea y aunque aún es pronto para valorar su capacidad de permanencia, lo

revolucionario de Wikileaks se pone de manifiesto en la reacción de emulación que ha suscitado. Proyectos más humildes pero que persiguen idéntico objetivo: promover la transparencia y denunciar las malas prácticas de los poderes

establecidos.

Así

han

surgido:

el

Brussels

Leaks

[http://brusselsleaks.com/] con el fin de desvelar lo que esconden las “puertas cerradas de los despachos de las instituciones europeas” y poner en evidencia las prácticas de los grupos de presión que operan en el entorno del parlamento europeo; el Balkan Leaks [http://www.balkanleaks.eu/] para luchar, a través de las filtraciones, contra el crimen organizado y la corrupción política en los estados

balcánicos;

el

Honest

Apalachia

Project

[https://blog.honestappalachia.org/] que busca difundir las malas prácticas de las compañías que operan en esa región de los EEUU y, en España, Minileaks [http://mini-leaks.com/] que admite las denuncias documentadas de los ciudadanos sobre el abuso de poder en todos sus ámbitos: laboral, político, económico… Portales que demuestran el poder germinal de Wikileaks y la necesidad de su estudio académico como nuevo medio de comunicación, emergente y poderoso.

Referencias Aladro, E. (1999). Teoría de la información y la comunicación efectiva. Madrid: Fragua. Alandete, D. y Monge, Y. (2010). “Objetivo: desenchufar completamente a Wikileaks”. El País, 2 de diciembre. Diezhandino, Pilar (Coord.). (2008). Periodismo en la era de internet. Claves para entender la situación actual de la información periodística en España. Madrid: Fundación Telefónica-Ariel. Martínez Albertos, J. L. (1994). “La tesis del perro-guardián: revisión de una teoría clásica”. Estudios sobre el mensaje periodístico, nº 1, 13-26.

Mayoral, J. (2005). “La batalla de las fuentes”. Cuadernos de periodistas, nº 5, 13-22. Meyer, P. (2011). “Selección natural”. Periodistas, nº 24, 13-15. Moreno, J. (2010). “Lo que de verdad ocultan los Gobiernos”. El País, 19 de diciembre. Navarro, F. (2010). “Wikileaks: cómo destapar escándalos en Internet”. El País, 26 de julio. Niman, M. I. (2010, diciembre). Wikileaks and the End of Democracy. Artvoice, diciembre de 2010. Recuperado el 23 de enero de 2011 de http://www.artvoice.com.ttp://mediastudy.com/articles/av12-16-10.html Price, V. (1994). La opinión pública. Esfera pública y comunicación. Barcelona: Paidós. Rodrigo Alsina, M. (1989). La construcción de la noticia. Barcelona: Paidós. Vidal, J. y Romero, J. (2010). “La denuncia social en Internet: Wikileaks y la filtración de documentos secretos”. Actas II Congreso Internacional Latina de Comunicación Social. La Laguna: Universidad de La Laguna.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.