Aportaciones de la forma y ciudad americanas a la vivienda española a través de la estancia de Fernando Chueca Goitia en Estados Unidos, en 1951. 15 EGA, Las Palmas de Gran Canaria, 2014

Tras la década de los cuarenta, en la que en España se busca definir un Arte de Estado recurriendo a la monumentalidad, en los cincuenta se produce una discusión arquitectónica planteada en la intención de dar solución a la grave necesidad de vivienda que caracteriza a la sociedad. Con este argumento, una nueva generación de arquitectos establece unos modelos de vivienda alejados de la arquitectura tradicional y busca en referencias extranjeras las pautas de su actuación. Los maestros de hoy se inician en aquellos años investigando composiciones en planta y nuevas soluciones constructivas para una vivienda mínima aún desconocida. Es precisamente esta reflexión sobre la unidad habitacional la que lleva a la arquitectura a mirar de nuevo hacia la modernidad, adoptando la experiencia europea y americana.Las estancias de arquitectos españoles en Estados Unidos se convierten en recurrentes y adquieren con los años un carácter cada vez más especializado. Si Joaquín Vaquero plasma en 1930 la fascinación por los edificios en altura allí descubiertos en las ilustraciones para el libro New York de Paul Morand, años más tarde la experiencia americana se ve reflejada en un cambio de enfoque en el concepto de la vivienda. Tras sus respectivos viajes en 1947 y 1955, Francisco Sáenz de Oíza trata de optimizar la relación entre forma y orientación, y estudia la sistematización de espacios con un grafismo que, en propuestas como la presentada al Concurso de Viviendas Experimentales de 1956, recuerda a Mies van der Rohe, y Rafael de la Hoz profundiza en la prefabricación como nueva vía de estudio. Pero es Fernando Chueca Goitia quien, tras su estancia en Nueva York en 1951, publica de forma específica un conjunto de trabajos sobre la forma y la sociedad que allí encuentra, y la experiencia desarrollada por los Departamentos de Vivienda de las principales ciudades.Chueca analiza una realidad diferente a la española a través de las viviendas de renta reducida construidas principalmente por la New York City Housing Authority (figura 1). A pesar de las infinitas críticas a este tipo de arquitectura por su carácter frío y maquinista, estudia el interés urbanístico de estos proyectos que tratan de liberar la mayor cantidad de suelo materializando la utopía corbuseriana del Plan Voisin. Basa su interés a escala territorial, al actuar como instrumento para proveer de viviendas sanas y dignas a las familias de escasos ingresos y regenerar a la vez slums o zonas miserables de la ciudad. Suministra información que va desde la ordenación de los bloques, introduciendo referencias a composiciones estrelladas y bloques continuos semicerrados, a la tipología habitacional, valorando la correcta distribución de la vivienda, eliminando cruces de circulaciones y disponiendo ventilaciones cruzadas. Supera así el debate teórico sobre vivienda mínima de los años treinta y se aproxima a la posición defendida por José Luis Sert en su Can our Cities Survive?.