Apoderarse del rey. Un ritual de integración política en la Castilla trastámara

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Descripción

« Apoderarse del rey. Un ritual de integración política en la Castilla trastámara » [traducción castellana de « S'emparer du roi. Un rituel d'intégration politique dans la Castille trastamare », publicado en F. Foronda, J.-Ph. Genet y J. M. Nieto Soria (dirs), Coups d'État à la fin du Moyen Âge. Aux fondements du pouvoir politique en Europe occidentale, Madrid, Casa de Velázquez, 2005, pp. 213-329], publicado en F. Foronda, El espanto y el miedo. Golpismo, emociones políticas y constitucionalismo en la Edad Media, Madrid, Dykinson, 2013, pp. 15-74.

François FORONDA

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poderarse del rey, para la aristocracia castellana de los siglos XIV y XV, se ha convertido casi en un hábito. Es preciso, por tanto, plantearse una cuestión: ¿cómo es que este gesto contra una persona que no es propiamente sagrada, pero que la ley la declara inviolable1, ha podido llegar a ser un modo legítimo de acción política, habida cuenta de las veces que se reincide en su ejecución en este periodo? La respuesta, compleja necesariamente, no puede ser dada sino considerando a la vez las evoluciones que afectan a la realeza y a la nobleza en Castilla. Ahora bien, dos tendencias afectan considerablemente la relación entre realeza y nobleza a partir del siglo XIII: por una parte, la ambición soberana y mayestática que Alfonso X (1252-1284) afirma de manera imperiosa, aunque sin un éxito inmediato, en el reino de Castilla y León, definitivamente unificado desde 1233 y muy ampliado2; por otra parte, y relacionado con lo anterior, la creciente territorialización del poder aristocrático, hasta entonces contenido por el frecuente cambio de los titulares de las tenencias3. Y son estas dos tendencias las que contribuyen a alterar sensiblemente el marco de relaciones hasta entonces en vigor. Un ejemplo significativo de ello es la ira regis, institución de origen visigodo estudiada por Hilda Grassotti, quien mostró el anquilosamiento de su funcionamiento a lo largo de la segunda mitad del siglo XIII4. Tal anquilosamiento se explica por dos razones. La primera razón es que, 1 La cuestión del carácter sagrado o no sagrado del rey castellano suscitó un vivo debate historiográfico. El origen de dicho debate está en la discrepancia en torno a la supuesta especificidad castellana frente al modelo de monarquía sagrada, modelo que esencialmente se había establecido partiendo del caso francés. Los que defendían la tesis de una monarquía no sagrada apoyaban sus análisis en la ausencia de consagración o también en la inexistencia de una práctica funeraria completada con la constitución de un panteón regio de tipo centralizado (véase en particular T. F. RUIZ, "Une royauté sans sacre"; D. MENJOT, "Les funérailles des souverains castillans" y "Un chrétien qui meurt toujours"; P. LINEHAN, "Frontier Kingship"; A. RUCQUOI, "Los reyes que no son taumaturgos" y "Spanisch Medieval History"). Frente a estas posturas, J. M. NIETO SORIA propuso la idea de un modelo alternartivo, construido a partir de las expresiones de la propaganda y del discurso político, sobre todo después del siglo XIII, en relación con el reforzamiento teórico y práctico de la autoridad regia (Fundamentos ideológicos; Ceremonias de la realeza; "Origen divino, espíritu laico y poder real"; "Ideología y poder monárquico"; "La sociedad política. La realeza"). Para los letrados de la Cancillería, cuyo trabajo es dar forma a las pretensiones de los reyes, la monarquía castellana es indudablemente sagrada. Pero para otros, en particular para esa nobleza con tendencias golpistas, la cosa es menos clara. Y esta reticencia puede igualmente observarse en otros ámbitos territoriales, pues, tal y como recuerda A. BOURREAU, la sacralidad regia no termina de fraguarse en Occidente, puesto que el rey nunca fue considerado verdaderamente como intocable (Le simple corps du roi, pp. 16-24). Alfonso X fue ya quizá consciente de ello cuando indicó la obligación de mantener en torno al rey una distancia de seguridad en torno a su persona (Partidas, II.13.18; y para reflexionar sobre esta distancia, ver M. LUCCHESI-BELZANE, "Un vide essentiel"). En cuanto a la inviolabilidad de la persona regia, está fijada para el periodo que nos interesa aquí por las disposiciones del Fuero Real (en particular I.2.1 y 2, et IV.21.24), de Partidas (en particular VII.2.1 sobre el crimen maiestatis crimen) y del Ordenamiento de Alcalá (32.5 que retoma y enmienda Partidas, VII.2.1). Destaquemos desde ahora que este marco jurídico se vio reafirmado en 1445, durante las Cortes de Olmedo, en las que se promulga de nuevo el conjunto de estas disposiciones (CLC, t. III, pp. 456-494). Sobre estas Cortes de Olmedo, véase más particularmente J. M. NIETO SORIA, "El poderío real absoluto" y "La Avisación de la dignidad real". 2 A. RODRÍGUEZ LÓPEZ, La consolidación territorial; J. M. NIETO SORIA, "La monarquía fundacional de Fernando III"; M. GONZÁLEZ JIMÉNEZ, Alfonso X el Sabio. 3 V. Á. ÁLVAREZ PALENZUELA, "Los orígenes de la nobleza castellano-leonesa"; S. BARTON, The Aristocraty; S. R. DOUBLEDAY, Los Lara. 4 H. GRASSOTTI, "La ira regia"; H. Ó. BIZZARRI, "Las colecciones sapienciales", pp. 67-73, que insite por su parte sobre la caracterización doctrinal de la ira regia.

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Apoderarse del rey anteriormente, los nobles castellanos tomaban el camino del exilio al que les condenaba la pérdida del amor regio, incluso a veces anticipándose a esa pérdida, mientras que, a partir de entonces, mostrarán la capacidad de retirarse a sus dominios y de fortificarse en ellos. La segunda razón que explica tal anquilosamiento es una nueva gradación de los efectos de la ira, como consecuencia de la asimilación entre traición y laese maiestatis crimen, que hace al rey inclinarse a favor de la pena de muerte más que por la de destierro cuando ha dejado, a veces arbitrariamente, de amar a sus nobles5. Ante tal situación, la ira regis deja de ser operativa y da un giro hacia los golpes de majestad a finales del siglo XIII. El golpe más sonoro fue el de Alfaro en 1288, contra don Lope Díaz de Haro, muerto a manos del propio Sancho IV (1284-1295)6. Este estado de excepción, mediante el cual se opera el descabezamiento progresivo de la nobleza castellana de fines del siglo XIII y de la primera mitad del XIV, sirvió para que la nobleza segundona, a menudo seducida hasta entonces por el patronazgo aristocrático, se convenciera de entregarse completamente al trono. Para que esta vinculación no pareciera únicamente guiada por el miedo, que va a pasar a convertirse en un estereotipo del discurso aristocrático de oposición, el rey de Castilla concederá a esta nobleza segundona su favor, es decir su privanza, quedando de este modo sublimada al situarse más cerca de la persona regia. En esta intimidad, los privados consiguen que el rey les confíe el régimen, es decir, el gobierno de su persona y de su reino. Se convierten así en powerbrokers guiados por el objetivo de abrir a las élites deseosas de participar en el gobierno las puertas de la cercanía regia. Con esta apertura, se van ensanchando a partir de mediados del siglo XIV los límites de la cercanía regia, hasta extenderse a la sociedad política, cuya emergencia se relaciona por todo Occidente con el establecimiento del Estado moderno7. Desde esta perspectiva, los privados son los agentes de una doble mediatización: del reino por el rey y del rey por la aristocracia, aristocracia que debe entenderse ahora en el sentido aristotélico, aunque los mejores queden dominados por una nobleza cuya profunda integración política le lleva a emprender la vía de la renovación8. Entre esta nobleza renovada por el golpe de gracia y una monarquía reforzada por el golpe de majestad, en un paisaje nobiliario aclarado por la extinción natural de algunos linajes, se establece un primer equilibrio bajo el reinado de Alfonso XI (1312-1350), cuya expresión paroxística es la creación de la orden real y caballeresca de la Banda9. Sin embargo, a partir del reinado siguiente, este equilibro se rompe. En 1354, Pedro I es hecho prisionero en Toro. En 1369, la guerra civil termina con el regicidio de Montiel. Pero si, en la segunda mitad del siglo XIV, la nobleza renovada consiguió hacer lo que ni siquiera había intentado la aristocracia A. IGLESIA FERREIRÓS, Historia de la traición. M. GAIBROIS DE BALLESTEROS, Historia del reinado de Sancho IV, t. I, pp. 132-204; J. M. NIETO SORIA, Sancho IV, pp. 85-98. 7 Me permito remitir a mi tesis de doctorado, La privanza ou le régime de la faveur, así como a mi artículo "La privanza dans la Castille du bas Moyen Âge". Algunas ampliaciones y comparaciones en R. DESCIMON, "Les élites du pouvoir et le prince"; G. LIND, "Grands et petits amis"; A. MACZAK, "Nécessité et complexité des relations entre État et noblesse"; Cl. GAUVARD, "conlusions". Para una definición de sociedad política, veáse J. Ph. GENET, "La Genèse de l’État moderne", pp. 45-47. 8 M. C. QUINTANILLA RASO, "La nobleza en la historia política castellana", "Historiografía de una élite de poder", "El protagonismo nobiliario", "La renovación nobiliaria". 9 J. SÁNCHEZ-ARCILLA BERNAL, Alfonso XI; D’A. J. D. BOULTON, The Knights of the Crown, pp. 4695. 5 6

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François FORONDA territorial antes, es porque su integración política en un Estado cuyo crecimiento se apoya desde finales del siglo XIII en los golpes de majestad y de gracia le procuró los medios para actualizar las viejas prácticas identitarias, en particular la asonada que, de este modo, pasa de ser un levantamiento armado a convertirse en golpe de estado10. Si la persona del rey es considerada entonces como el objetivo prioritario, la llave del reino en suma, es porque en el sistema de gobierno que controlan unos pocos iniciados, el rey no es verdaderamante dueño de sí mismo, sino que tiene la vocación de abandonarse, tanto él como su estado real, de grado o por la fuerza, al poder de sus privados11. En consecuencia, si la nobleza castellana se apodera frecuentamente del rey en los siglos XIV y XV, es simplemente porque, diga lo que diga la ley, está, de facto, dispuesto a ser prendido12. Así pues, el estudio de este acto que consiste en apoderase del rey en la Castilla trastámara constituye una vía de acceso privilegiado para analizar otra vertiente de la ritualidad política que marca la emergencia del Estado moderno, una vertiente menos transitada que las consagraciones reales, las entradas o los funerales, una vertiente más inestable quizá, aunque estas últimas ceremonias son menos estables de lo que suele pensarse. La característica principal de tal vertiente ritual sería la afirmación de, retomando la fórmula de Alain Boureau, "L’État, c’est nous" más que "L’État, c’est moi"13. 10 La asonada es en su origen un grito concertado que sirve para unir al grupo en el ejercicio de la venganza y de la guerra privada y sirve de preámbulo a la sedición y a la revuelta. Pero es de lamentar la ausencia de una monografía dedicada a la cuestión. H. GRASSOTTI ya llamaba la atención sobre ello en las páginas que consagró a esta cuestión en su estudio sobre la ira regia ("La ira regia", pp. 36-39). Destaquemos simplemente que la asonada es definida en las Partidas, como "ayuntamiento que fazen las gentes, vnos contra otros, para fazer se mal", muy significativamente en la sección dedicada al botín, a las recompensas y a los gajes relacionados con el combate y la guerra, para indicar justamente que de la asonada no se puede ganar nada, salvo la ira regia (II.26.16). Sobre el grito en la Edad Media, véase D. LETT y N. OFFENSTADT (eds.), Oyé ! Haro ! Noël !. 11 En el sigo XV, este abandono da lugar a temáticas cargadas de conotaciones sexuales, como el "apoderamiento" en el reinado de Juan II (N. ROUND, The Greatest Man Uncrowned, pp. 130-168) y el concepto latino de molitia usado por Alfonso de Palencia para difamar a Enrique IV. Pero la molitia de Enrique IV es consecuencia del apoderamiento por parte de don Álvaro de Luna, pues este gran privado de Juan II es considerado por Alfonso de Palencia como el introductor de las costumbres musulmanas en la Corte castellana, continuando así las acusaciones lanzadas por el partido aragonés durantes los años 1430-1440. Estas costumbres incluyen esencialmente la sodomía, que trae como consecuencia, según Alfonso de Palencia, la corrupción y el ablandamiento de las recias costumbres castellanas. Sobre el uso de esta categoría por Alfonso de Palencia, ver, en concreto, B. TATE "Políticas sexuales" y F. FORONDA, "Le prince, le palais et la ville". Sobre el nefandum, ver J. CHIFFOLEAU, "Dire l’indicible". Sobre la sexualización del discurso político en la Castilla de finales de la Edad Media, ver A. FIRPO, "Los reyes sexuales". Esta temática sexual está tradicionalmente relacionada con la percepción de la tiranía desde Herodoto y Jenofonte (V. AZOULAY, "Xénophon, le roi et les eunuques") y, a finales de la Edad Media, con el sentimiento de degeneración de la Républica como consecuencia de la absolutización del poder (L. MARCELLO, "Società maschile e sodomia"). 12 En este sentido, el hecho de apoderarse del rey participa de las revoluciones palaciegas que, si hemos de creer a ese observador de los usos y costumbres del Tercer Mundo que es Edward. N. Luttwak, más próximo a Curzio Malaparte que a Gabriel Naudé, es la forma que toma preferentemente el golpe de estado cuando el Estado no ha surgido completamente de esa estructura que forman los vínculos personales, sino que todavía queda en manos de iniciados (E. N. LUTTWAK, Le coup d’État, pp. 24-25; G. NAUDÉ, Considérations sur les Coups d’État; C. MALAPARTE, Technique du coup d’État). 13 A. BOUREAU, "Ritualité politique et modernité monarchique", p. 12. Entre la importante bibliografía sobre la ritualidad política, hay algunas obras que han guiado especialmente la elaboración y la redacción de esta comunicación: M. ABÉLÈS, Anthropologie de l’État;

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Apoderarse del rey No existe, claro está, ningún ordo que precise la manera de prender al rey. Aunque los actores suelen prender al rey adecuándose con ciertos valores de los que se consideran garantes, tales como el servicio y la libertad del rey y del reino, el bien común por ejemplo, y siguiendo ciertos procedimientos que les son propios cuando se sienten excluidos de la privanza, la asonada, por ejemplo, el hecho de apoderarse del rey da lugar a una gama bastante amplia de variaciones. Tal y como vamos a ver, van desde el secuestro/liberación, siendo ambas fases inseparables de lo que llamaremos el golpe de fuerza, hasta la deposición/regicidio, que lleva la lógica del golpe de fuerza hasta su último límite, pasando por simples tentativas.

De Toro (1354) a Madrid (1467): la serie ritual Esta gama es prácticamente explorada en su totalidad y por primera vez durante el reinado de Pedro el Cruel (1350-1369), momento que constituye, por tanto, un giro en la constitución del ritual político de apoderarse del rey14. La entrevista tramposa de Toro (1354) se impone, en efecto, como modelo, un modelo configurado retrospectivamente en virtud de sus reiteraciones ulteriores. Esta entrevista, que por otra parte hace patente la desagregación definitiva del equilibrio alfonsino, es, al fin y al cabo, la culminación de las reacciones a la privanza de don Juan Alfonso de Alburquerque. Dio lugar a un alianza de conveniencia entre sus antiguos partidarios, entre ellos la madre el rey, y sus antiguos oponentes, en particular el clan de los hermanos bastardos del rey, los trastámaras, quienes, so color de defender los intereses de la mujer legítima de Pedro I, Blanca de Borbón, pretendían contrarrestar la toma del gobierno regio por esos nuevos privados dirigidos por don Juan Fernández de Hinestrosa, tío de la amante del rey, doña María de Padilla. Con esta elección, en cierto modo muy personal, el rey espera conjurar, en consecuencia, la doble asfixia familiar que amenaza su poder desde su acceso al trono en 1351. La reacción de unos y de otros a esta relegación común es brutal, aunque tan solo se llevaba al límite la logíca de intervención ya perceptible bajo el reinado de Fernando IV (1295-1312), en el curso del cual la reina doña María de Molina, viuda de Sancho IV, tuvo que recordar a los parientes del rey y a la nobleza territorial que la elección de los privados era una prerrogativa del príncipe15. Es precisamente este mismo principio el que Pedro I había reafirmado en Tejadillo, una entrevista en la que ya se había hecho sentir fuertemente la amenaza representada por los “asonados tan cerca del rey”16. G. BALANDIER, Anthropologie politique et Le pouvoir sur scènes; P. BOURDIEU, "Les rites d’institution"; R. BURLING, The Passage of Power; D. KERTZER, Rites, politique et pouvoir; C. RIVIÈRE, Les liturgies politiques. Sobre la utilización de la categoría de rito por el historiador, y en particular por el historiador medievalista, además del artículo ya citado de A. Boureau, véase, más especialmente, la importante obra de Ph. BUC, Dangereux rituel. Finalmente, para un marco general sobre las ceremonias monárquicas del reino de Castilla de finales de la Edad Media, véanse en concreto los trabajos J. M. NIETO SORIA, "Del rey oculto al rey exhibido" y Ceremonias de la realeza. 14 Para un marco general sobre el reinado de Pedro I, véase L. V. DÍAZ MARTÍN, Pedro I; J. VALDEÓN BARUQUE, Pedro I y Enrique II. 15 Pero este recordatorio resultó vano. Durante la entrevista de Grijota (1308), Fernando IV, ciertamente muy impresionado por las 1.500 lanzas reunidas por su tío, el infante don Juan, y por don Juan Núñez de Lara, se vio obligado finalmente a aceptar la revocación de sus oficiales (C. GONZÁLEZ MINGUEZ, Fernando IV, pp. 186-188). 16 "E allí fabló de la parte del rey don Gutier Ferrández de Toledo, repostero mayor del rey, por su mandado, e dixo: que al rey pesaba mucho de tan grandes señores de su regno como ellos eran, e que tan grand debdo avían en la su merced, e otrossí tan buenos caballeros como allí

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François FORONDA Poco después, la entrevista de Toro se transforma en una encerrona: los coaligados se apoderan del rey y de sus privados, se reparten los oficios, en particular los de la Casa, pues, como buenos conocedores de los entresijos del poder, saben que son oficios estratégicos, especialmente el oficio de camarero17. Este régimen de vigilancia dura poco. Pedro I aprovecha las tensiones entre los jefes de la liga y se libera aprovechando una partida de caza, con el apoyo de su nuevo camarero, su hermanastro don Tello, y también maestre de la orden de Santiago, al cual había hecho todo tipo de promesas. Una vez liberado, el rey no cumple con su palabra y el equipo relegado por los de la liga retoma el gobierno de la Casa y del reino. En cuanto a estos, a partir de entonces, deben afrontar la ira mortífera y tenaz con la que Pedro I los persigue desde su Cámara, convertida en una cámara asesina18. Esta ira sirve enseguida a los de la liga para justificar su rebelión durante la guerra civil que termina con el regicidio fratricida de Montiel (1369)19. El polivalente canciller don Pedro López de Ayala deberá, a posteriori, extraer las lecciones de la experiencia y poner un poco de orden en una práctica que su generación ha llevado a su punto culminante, permitiendo así la entronización de Enrique II (1369-1379)20. En su Rimado de Palacio, un poema satírico sobre el poder que termina siendo una confesión penitencial en el tránsito de su larga redacción (ca. 1385-1403/4), don Pedro López de Ayala se dedica, en efecto, a sermonear a los caballeros para que aprendan lo que tienen que hacer para acceder a la privanza del rey, esto es, cómo tomar el poder. Y para ello, tienen que apoderarse del rey como si de una villa se tratase, con un arte que se convierte en una forma de vida nobiliaria y caballeresca21. Si bien la transmisión manuscrita señala una débil difusión, la lección de poliorcética política que administra el canciller Ayala, que por otra parte contribuye a normalizar la práctica del atentado al rey al precisar su reglas sobre el plano doctrinal, testimonia que él mismo y sus iguales consideran dicha práctica como un recurso político realizable y legítimo22. Para que nadie en el futuro tenga la estaban andar arredrados dél: e que magüer ellos ponían por sí que los fechos de la reyna doña Blanca era esta demanda, el rey entendía bien que era de otra manera, especialmente por non ser contentos de parientes de doña María de Padilla, que allí estaban, e de otros sus privados. E que esto non lo debieran tener ellos por maravilla; ca siempre fuera en el mundo los reyes e príncipes aver sus privados a aquellos que por bien tovieron, e fue su merced. Empero que el rey avía voluntad de los honrar, e de los guardar; e si oficios grandes oviese en su regno e en la su casa que a ellos pertenesciesen, que él ge los daría, e les faría otras muchas mercedes. E por ende que ellos quisiesen enviar aquellas compañas muchas que allí tenían, que estragaban el regno, e non parescía bien estar así asonados tan cerca del rey" (P. LÓPEZ DE AYALA, Crónicas, p. 127). 17 J. DE SALAZAR Y ACHA, La casa del Rey; M. Á. LADERO QUESADA, "La casa real". 18 Sobre la cámara asesina de Pedro el Cruel, véase F. FORONDA, La privanza ou le régime de la faveur, t. I, pp. 202-208. 19 C. ESTEPA DÍEZ, "Rebelión y rey legítimo". 20 Sobre el reinado de Enrique II, véase J. VALDEÓN BARUQUE, Enrique II; L. SUÁREZ FERNÁNDEZ, Monarquía hispana y revolución trastámara, pp. 41-98. 21 P. LÓPEZ DE AYALA, Rimado de Palacio, estrofas 653-717, pp. 245-256. Para un análisis más detallado sobre este sermón ad status, así como para la bibliografía sobre Pedro López de Ayala y su Rimado de Palacio, me permito remitir a mi artículo “La montagne du pouvoir”, pp. 363-370. 22 Del Rimado de Palacio solo se conservan 4 manuscritos del siglo XV. Esta simple constatación numérica apoya su escasa difusión, tanto más si se relaciona esta con la difusión de otras obras del Canciller Ayala, cuya materia está en consonancia con los gustos cortesanos, como la historia (18 manuscritos del siglo XV para la crónica de Pedro el Cruel y de Enrique II), la cetrería (13 manuscritos del siglo XV para el Libro de la caça de las aves). Véase G. ORDUNA, "Pedro López de Ayala"). Sin embargo, la transmisión de esta lección de poliorcética política ha podido ser más amplia que lo que indica la simple difusión manuscrita del Rimado de Palacio. Al actualizar con su

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Apoderarse del rey tentación de retomar estas prácticas ya realizadas con éxito, Juan I (1379-1390), que sabe que el estado de gracia conseguido por su dinastía peligra desde la derrota militar de Aljubarrota contra Portugal (1385), y que sabe también, por experiencia, al igual que don Pedro López de Ayala, lo que desencadenan las ligas, las asonadas y los juramentos, se cuidó bien de prohibir tales compromisos en las Cortes de Guadalajara (1390), amenazando a los eventuales contravinientes con una ira, cuyos efectos mortíferos solo aceptó atenuar, con cierta resistencia, atendiendo a las recomendaciones de su consejo23. sermón ad status la antigua semejanza de la montaña del poder, don Pedro López de Ayala adopta una intención pedagógica para hacerla más comprensible a su público. Así pues (pero esto no es más que una hipótesis), este sermón pudo formar parte de las enseñanzas cortesanas, ya sea porque fuera redactado por Pedro López de Ayala, para ser pronunciado efectivamente en la Corte antes de que lo incorporara en el Rimado, o porque se hubiera podido beneficiar de una lectura colectiva durante los banquetes de los caballeros, siguiendo el modelo previsto por las Partidas para "las estorias de los grandes fechos de armas que los otros fezieran, e los sesos e los esfuerços que ovieron para saber vençer e acavar lo que quieren" (Partidas II.21.20). Para una sintésis sobre la educación en la Corte castellana a finales de la Edad Media, véase I. BECEIRO PITA, "La educación: un derecho y un saber cortesano". 23 CLC, t. II, pp. 425-427. Sobre el reinado de Juan I, véase L. SUÁREZ FERNÁNDEZ, Historia del reinado de Juan I, y Juan I. En su crónica de Juan I, Pedro López de Ayala se ocupa de escenificar el final de una época hasta entonces dominada por un uso desregulado de la ira regia. Así, en 1385, Juan I, que acaba de superar una enfermedad que casi le mata, y deseoso de garantizar el futuro de su heredero que no tenía más de cinco años, convocó a sus consejeros para informarles del destino funesto que pensaba reservarle a su hermano don Alfonso, recientemente arrestado. Este es, precisamente, el año de la institucionalización del Consejo Real en tanto que órgano político y judicial orientado a reglamentar de manera definitiva el gobierno monárquico (S. DE DIOS, El Consejo Real de Castilla). Declarándose incompetentes sobre un "fecho de muerte", los prelados del consejo se niegan a pronunciarse, mientras que dos de los caballeros piden un plazo para preparar su parecer. Días más tarde, el rey convoca de nuevo a su consejo para oír a tales caballeros. El primero en hablar propone que el caso sea remitido a dos jueces de Corte, para que ellos sean los que decidan "por derecho e fuero de Castilla e de León", y se adhiere a la opinión del rey a propósito de la amenaza que representa don Alfonso en caso de minoría. En realidad, convencido de que los jueces seguirán la voluntad del rey, el primer caballero se contenta con exigir el respeto por las formas. Esa no fue la opinión del segundo caballero (¿don Pedro López de Ayala?), que argumenta sobre las virtudes de un gobierno por la fama, basándose en ejemplos que forman algo así como un largo memorial del espanto: las ejecuciones ordenadas "rebatadamente en sus palacios e sin forma de justicia" por los reyes de Castilla, desde Alfonso X a Pedro I, pasando por Sancho IV y Alfonso XI. Y según su parecer, don Alfonso debería poder beneficiarse de un proceso justo y equitativo para que nadie pueda en el futuro acusar al rey de crueldad. Es de notar que este Consejo se reune en Sevilla, un lugar fuertemente marcado por la desregulación asesina de Pedro el Cruel. Entre los que podrían acusarle de crueldad, se trata de evitar sobre todo la presencia de la nobleza, que podría entonces apelar al miedo para justificar su levantamiento contra el rey (P. LÓPEZ DE AYALA, Crónicas, pp. 577-582). Si bien este miedo al rey, a menudo vinculado con el que inspiran sus privados, se convierte en Castilla en un estereotipo del discurso nobiliario de oposición en el transcurso del siglo XIV, sin embargo, señala un verdadero punto de fricción, esencial, entre el rey y la nobleza, ya que ésta considera que el apresamiento que ordena el rey, seguido o no de ejecución sumaria, supone casi tanto como una traición del propio rey a la nobleza. Para una visión comparativa sobre el miedo aristocrático, véase por ejemplo W. PARAVICINI, "Peur, pratiques, intelligences". De manera sintomática, ochenta años después del parecer del consejero-caballero de Juan I, la principal innovación de la Sentencia arbitral de Medina del Campo (1465), mediante la cual los Grandes intentan imponer su propia visión de la normalización de un estado monárquico convertido en estado de excepción, incide precisamente en este punto. Pero más que el memorial del espanto de Pedro López de Ayala, los redactores de la Sentencia tienen en mente ese otro golpe de estado que representan los arrestos ordenados por Álvaro de Luna con el asentimiento de Juan II para librarse de sus principales oponentes (Záfraga, 1448). Así, frente a esta perversa inclinación regia derivada de la cólera del príncipe, y que solivianta a menudo su entorno, los Grandes prevén una especie de habeas corpus estrictamente nobiliar, del cual ellos serán los garantes, al constituirse en

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François FORONDA Sin embargo, la reactivación del conflicto nobleza-monarquía bajo el reinado de Enrique III (1390-1406) no condujo inmediatamente a una reincidencia del atentado al rey24. Es preciso, en efecto, esperar a 1420 para constatar dicha reincidencia, la que inaugura el largo conflicto entre el partido real y el partido aragonés, eje vertebral del reinado de Juan II (1406-1454)25. Así, el infante Enrique de Aragón, para forzar la revisión del equilibrio gubernamental vigente desde la mayoría del rey (1419), equilibrio que él juzga desfavorable, irrumpe de manera estrepitosa en el palacio y en la cámara del rey, en Tordesillas, en la madrugada del 14 de julio de 1420. Aunque para los historiadores la reincidencia de la práctica parece evidente, no es el caso para los actores ni para los cronistas, los cuales no piensan ni un solo instante en los experimentos del reinado de Pedro el Cruel o en la lección del canciller Ayala. A sus ojos, el acontecimiento constituye, por consiguiente, un precedente lamentable26. Las consecuencias del golpe de Tordesillas les dan la razón a posteriori. Una vez liberado Juan II (con ocasión de una nueva, oportuna y matinal partida de caza, en Talavera, el 29 de noviembre de 1420, gracias a la iniciativa de Álvaro de Luna, que accede de este modo a la privanza, con el apoyo del infante Juan de Aragón, por entonces rey de Navarra pero poco inclinado a dejar a su hermano pequeño asumir la cabeza del partido aragonés en Castilla), se abre, en efecto, un frente de resolución judicial27. Si bien en un principio este frente judicial se había caracterizado por un gran rigor, como muestran la detención una suerte de tribunal de excepción. Este tribunal se ocuparía de juzgar específicamente casos que pudieran desembocar en la pena de muerte, amputación, prisión o confiscación de bienes. Si este procedimiento no fuera respetado por el poder regio, entonces el acusado podría convocar a sus gentes, sus amigos y sus parientes, en suma, practicar una asonada, considerada, por tanto, como la justa reacción a la arbitrariedad regia. Pero, contrariamente, a su compromiso inicial, Enrique IV se niega a firmar una Sentencia arbitral que pondría su "poderío real absoluto" bajo tutela, y opta por las armas (Sentencia de Medina del Campo, capítulo XLII, en Memorias de Don Enrique IV, doc. n° 109, pp. 397-398; sobre esta sentencia arbitral, véase en concreto el análisis detallado realizado por D. C. MORALES MUÑIZ, Alfonso de Ávila, pp. 66-86). 24 Sobre el reinado de Enrique III, ver L. SUÁREZ BILBAO, Enrique III; E. MITRE FERNÁNDEZ, Evolución de la nobleza. Sobre el conflicto nobleza-monarquía en el siglo XV, ver L. SUÁREZ FERNÁNDEZ, Nobleza y Monarquía. Puntos de vista sobre la historia política de Castilla et Nobleza y Monarquía. Entendimiento y rivalidad. 25 Para un marco general sobre el reinado de Juan II, ver P. PORRAS ARBOLEDAS, Juan II; M. Á. LADERO QUESADA, "La consolidación de los Trastámara"; M. C. QUINTANILLA RASO, "Integración nobiliaria, violencia y faccionalidad". 26 Álvaro de Luna, cerca del rey y frente al infante Enrique y sus compañeros, a los que reprende, suele comparar la situación que ellos acaban de instaurar con la ruina reciente del reino de Francia, refiriéndose, claro está, a ese otro acontecimiento fundacional que es el asesinato del duque de Orleans ("El Rey non respondía cosa alguna, por el muy gran enojo que tenía; mas Alvaro de Luna les dixo muchas cosas, afeando lo que facían é diciendo: 'El día de hoy habedes fecho muy fea é muy escandalosa cosa contra el servicio del Rey, é habedes dado comienzo para que este reino venga en semejante destruicion que es venido el reino de Francia. Parad mientes cuán mala cosa como facedes, que nunca semejante fué fecha en parte del mundo, de la cual vos habedes de fallar mucho mal'", A. GARCÍA DE SANTA MARÍA, Crónica de don Juan II, t. I, p. 90). Álvar García de Santa María consigna dicho asesinato en su crónica, rechazando las justificaciones de Jean Petit (A. GARCÍA DE SANTA MARÍA, Crónica de Juan II, p. 199). En su crónica, la novedad del golpe de Tordesillas da lugar a algunos tanteos léxicos antes de decidirse por el término "fecho", con mayores connotaciones jurídicas que "gesto", "cosa", "facienda", "movimiento", "empresa" o incluso "cometimiento" que también emplea. Sobre estos tanteos léxicos y un análisis más detallado sobre el desarrollo mismo del golpe de Tordesillas, véase F. FORONDA, La privanza ou le régime de la faveur, t. I, pp. 278-295. 27 Sobre Álvaro de Luna y su exceptional privanza, además de la obra ya citada de N. ROUND, ver I. PASTOR BODMER, Grandeza y tragedia de un valido, y J. M. CALDERÓN ORTEGA, Álvaro de Luna.

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Apoderarse del rey del infante don Enrique (1422-1425) y la condena de don Ruy López Dávalos (1423), el antiguo privado de Enrique III, el regreso de unos infantes de Aragón ya reconciliados impone finalmente una solución más clemente en 1427-142828. Juan II ha de consentir no solamente el despido temporal de don Álvaro de Luna sino también un perdón general, del cual queda sin embargo excluido don Ruy López Dávalos. En tal perdón general, el rey perdona lo imperdonable, es decir la traición, el atentado al rey, a su persona, a su dignidad, a su servicio, al bien común y a la paz del reino29. A pesar de que este perdón se presenta como la ocasión para afirmar el poder real en términos de poder absoluto, este golpe de gracia propiamente exorbitante no termina de normalizar el atentado al rey, esta vez sobre el plano legal30. En este sentido, Tordesillas sí que constituye un incontestable precedente, el inicio de una serie de reincidencias que acompañan la radicalización y posterior extenuación del régimen de privanza en el transcurso del siglo XV. Veinte años después de Tordesillas, Juan II es víctima, en efecto, de un nuevo golpe de fuerza en Rámaga en 1443. Esta vez, el golpe es obra del infante Juan de Aragón que siente que se le escapa el poder. El príncipe de Asturias, Enrique, que irrumpe ahora en la escena política castellana, le aporta su apoyo. Como en Tordesillas, el rey es sometido a vigilancia, sus consejeros y sus oficiales son detenidos, despedidos y sustituidos. Pero por consejo del obispo Barrientos, su antiguo perceptor, el príncipe de Asturias se aleja del infante don Juan, su suegro, y se reconcilia con el condestable de Castilla, que desde la sentencia arbitral de 1441 permanecía desterrado de la corte. El viraje del príncipe de Asturias abre entonces la vía a la constitución de una gran coalición cuyo objetivo es doble: liberar al rey y acabar con el partido aragonés en Castilla. Este doble objetivo se consigue en 1444-1445, con la liberación de Portillo primero, y, luego, mediante la victoria militar de Olmedo. 28 Sobre este frente judicial, véanse más concretamente las actas del proceso contra don Ruy López Dávalos, editadas y comentadas por Y. GUERRERO NAVARRETE, Proceso y sentencia contra Ruy López Dávalos. 29 "[…] ordeno de mi propio moto e çierta çiencia e de mi poderío real absoluto que todas a qualesquier personas de qual quier estado, condiçión, dignidad e preeminençia que sean, asy prelados, como cavalleros, e religiosos e otras quales quier personas que desde el día que yo regné fasta oy cometieron fesieron, perpetraron o machinaron en qualquier manera e por qualquier cabsa o razón, asy contra la my persona e estado real, como contra mi seruiçio e mis regnos e señoríos, como contra el bien común, paz e sosiego e tranquilidad dellos […] que sean perdonados" (Perdón general del 14 de abril de 1428 a los vecinos de Zamora, J. M. NIETO SORIA, "Los perdones reales en la confrontación política", doc. n° 2, p. 257; este perdón es idéntico al perdón general concedido a los vecinos de Murcia, el 28 de noviembre de 1427, Colección de documentos para la historia del reino de Murcia, t. XVI, doc. n° 128, pp. 353-356). Sobre el perdón regio en Castilla, además del artículo ya mencionado de J. M. Nieto Soria, que insiste en la intensificación del uso del perdón bajo los Trastámara, véase la obra de M. I. RODRÍGUEZ FLORES, El perdón real en Castilla. 30 Son las fórmulas jurídicas del absolutismo regio ("mi propio moto e çierta çiencia e de mi poderío real absoluto"), las que confieren a este perdón su carácter propiamente exorbitante, tal y como aparece en las peticiones posteriores de las ciudades del reino contra el uso excesivo de estas "exorbitançias de derecho" por el rey, cuyo efecto es crear un estado de suspensión legal, es decir, propiamente la situación creada por el estado de excepción (Valladolid, 1442, CLC, t. III, p. 406). Sobre las fórmulas jurídicas del absolutismo en Castilla, ver B. GONZÁLEZ ALONSO, "La fórmula 'obedézcase, pero no se cumpla'"; S. DE DIOS, Gracia, merced y patronazgo, pp. 69-112; así como el artículo ya citado de J. M. NIETO SORIA, "El poderío real absoluto". Para una visión comparativa de esta cuestión con Francia, véase J. KRYNEN, "De nostre certaine science". Finalmente, sobre el estado de excepción, del que ya se ha hablado en relación con los golpes de majestad y el apresamiento, véanse los análisis de de G. AGAMBEN, Homo Sacer I et État d’exception.

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François FORONDA Con la victoria del partido real, se produce un retroceso doctrinal y legal respecto a la situación creada por el perdón de 1427-1428, con el fin de deslegitimar el recurso a la vía de hecho. Sobre el plano doctrinal, en su Doctrinal de los cavalleros, Alfonso de Cartagena consigna las evoluciones y el desgobierno de su época31. Pero lejos de remitirse únicamente a los ejemplos de la historia, este embajador letrado y consejero del rey invita a su lector a hacer memoria y a acordarse de los "bollicios", de los "ayuntamientos de gente" y de los "debates domésticos" de los "tiempos presentes"32. En el prólogo de su tercer libro, la reprobación del obispo de Burgos alcanza esencialmente dos aspectos: las "contiendas del reino" y los "juegos de armas" convertidos en simples entremeses de fiestas cortesanas. En consecuencia, disputas y regocijos crean el marco de una peligrosa desviación, pues corrompen la guerra y hacen pesar sobre la caballería la amenaza de infamia33. Entre las prácticas denunciadas, la asonada toma el primer lugar: provoca confusión, pues se parece a la guerra sin serlo; trae consigo batallas, muertes y detenciones de grandes señores; se desarrolla entre parientes y gentes de un mismo reino; rompe los lazos de sangre, del honor y de la amistad, y causa la ruina del reino. Contra esta práctica, Alfonso de Cartagena reclama los más duros castigos y opta por una ofensiva legal, retomando el conjunto de las leyes que intentaban alejar a la nobleza de las asonadas desde el reinado de Alfonso X. La ofensiva preconizada por Cartegena era ya perceptible en la ordenanza de 1442 para el sosiego y gobierno de la Corte, en la que se limitaba la posesión de armas34, no obstante, no alcanzará toda su dimensión hasta la reafirmación de la inviolabilidad de la persona regia en las Cortes de Olmedo (1445), poniendo así fin a la situación de falta de determinación legal creada por el perdón de 14271428. De poco sirvió. A su vez, Enrique IV (1454-1474), antiguo príncipe golpista, tuvo que enfrentarse él mismo a un golpismo que parecía particularmente bien enraizado en una nobleza que se encontraba en vías de consolidar definitivamente sus posiciones35. Pero en Córdoba (1455), en Madrid [1] (1464), en Segovia (1464), en San Pedro de las Dueñas (1464) y en el Pardo (1467), los Grandes no consiguen apoderarse de Enrique IV, quien demuestra una mayor capacidad para escapar que su padre36. Así, estas reincidencias no pasan de ser simples tentativas. Señalan dos momentos claves del reinado de Enrique IV: en primer lugar, los ajustes gubernativos que imponen el acceso al trono del príncipe de Asturias en el caso del intento de Córdoba (1455); en segundo lugar, en el caso de las intentonas de Madrid [1], Segovia y San Pedro de las Dueñas (1464), el preludio de la guerra civil, dado el estancamiento sobre el que había desembocado la política de estabilización contractual del régimen de 31 Sobre esta obra y su autor, ver N. FELLOWS, "Chivalric manuals in medieval Spain", F. GÓMEZ REDONDO, Historia de la prosa castellana, t. III, pp. 2870-2881; L. FERNÁNDEZ GALLARDO, Alfonso de Cartagena. Para su contextualización, véase J. L. MARTÍN et L. SERRANO-PIEDECASAS, "Tratados de Caballería"; J. RODRÍGUEZ VELASCO, El debate sobre caballería. 32 A. DE CARTAGENA, Doctrinal de los cavalleros, pp. 191-200. 33 V. M. GIBELLO BRAVO, "La violencia convertida en espectáculo". 34 Ordenanza del 6 de abril de 1442, J. M. NIETO SORIA (dir.) Orígenes de la monarquía hispánica, doc. n° 31, pp. 451-452. 35 Sobre el reinado de Enrique IV, ver W. D. PHILLIPS, Enrique IV; R. PÉREZ-BUSTAMANTE y J. M. CALDERÓN ORTEGA, Enrique IV; L. SUÁREZ FERNÁNDEZ, Enrique IV; J. L. MARTÍN, Enrique IV; así como las comunicaciones reunidas en Enrique IV y su tiempo. 36 Me permito remitir sobre este punto a mis estudios anteriores: "Les lieux de rencontre" y "Le prince, le palais et la ville".

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Apoderarse del rey privanza iniciada tras la intentona de Córdoba37. Con el fracaso repetido de estas tentativas, el ritual de apoderarse del rey, al faltar su objetivo, se bloquea. Poco tiempo después, la tentativa del Pardo (1467) no cuestiona fundamentalmente este bloqueo, pues el golpe de mano perpetrado por Diego Arias Dávila, en respuesta a su inesperado y violento arresto (1466), conduce a cierta despolitización del atentado al rey, al reducirlo a un acto de venganza38. El bloqueo ritual obliga a los Grandes a innovar. El cisma monárquico provocado por la deposición ficticia de Ávila (1465) está, en efecto, directamente relacionado con la incapacidad de los coaligados de apoderarse del rey en 1464. Para superar este hándicap, estos sustituyen al inasible Enrique IV por una efigie de su imagen; a continuación la deponen en el transcurso de una ceremonia en la que se representa su muerte ficticia antes de proclamar rey a su hermanastro, el infante Alfonso39. Pero los Grandes no son los únicos en innovar. En Madrid [2], en 1467, la Hermandad se apropria del ritual de apoderarse del rey, forzando a Enrique IV a permanecer en su alcázar, liberándolo de este modo del acercamiento hacia sus antiguos enemigos que estaba a punto de realizar40. Los golpes de fuerza (secuestros y liberaciones) Las tentativas

Las innovaciones

Toro (1354) Tordesillas (1420) Rámaga (1443-1444) Córdoba (1455) Madrid 1 (1464) Segovia (1464) San Pedro de las Dueñas (1464) El Pardo (1467) Ávila (1465) Madrid 2 (1467)

La presente comunicación propone analizar, al detalle y de manera sintética, precisamente esta serie de golpes de fuerza, de tentativas y de innovaciones, entre Toro (1354) y Madrid [2] (1467), excluyendo a Montiel (1369), partiendo 37 F. FORONDA, La privanza ou le régime de la faveur, t. I, pp. 372-396 y "Vers un gouvernement de jure". El rasgo esencial de esta política de estabilización, bajo la forma de contratos de privanza en los que el rey se implica directamente para desviar a los Grandes de esos golpes de estado que arruinan de facto su majestad, es que confiere a los Grandes-privados del rey un poder de jure, que tiende de ese modo a instituir la privanza. Esta original contractualización gubernativa constituye el punto de partida de mi proyecto postdoctoral Avant le contrat social: le contrat politique dans l’Occident médiéval (XIIIe-XVe siècle), seleccionado para el primer Programa Juan de la Cierva (20042007). 38 Por despolitización entiendo simplemente aquí la ausencia de pretensiones de participar en el gobierno por parte de Diego Arias Dávila. Pero esta venganza sigue siendo política, pues es, en continuidad con las disposiciones de la Sentencia de Medina, una respuesta a esa expresión paroxística del estado de excepción constituido por el golpe de majestad y el apresamiento. Para el ámbito castellano, la venganza ha sido especialmente objeto de reflexiones deconstruccionistas por parte de I. ALFONSO: "Justicia y venganza en el Cantar de Mío Cid"; "Vengeance, justice et lutte politique". 39 Sobre la farsa de Ávila, ver A. MACKAY, "Ritual and Propaganda"; K. SORENSEN ZAPALAC, "Ritual and Propaganda"; A. MACKAY, "A Rejoinder". 40 Sobre las Hermandades, ver en concreto C. GONZÁLEZ MÍNGUEZ, "Aproximación al estudio del 'movimiento hermandino'"; J. L. BERMEJO CABRERO, "Hermandades y comunidades de Castilla"; J. UROSA SÁNCHEZ, Política, Seguridad y Orden Público.

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François FORONDA de una análisis léxico del relato de los diversos acontecimientos por los cronistas.

De Pedro López de Ayala a Lorenzo Galíndez de Carvajal: el relato-rito La elección de esta serie responde a varios objetivos. En primer lugar, discernir la estructura del atentado al rey, a partir del relato que se hace de él, de acuerdo con el lugar esencial que tradicionalmente le conceden los estudios sobre rituales41. La elección de las crónicas como fuente del relato se impone como una solución coherente y continua para el período abordado aquí42. En segundo lugar, se trata de tomar cierta distancia respecto de las ilusiones textuales que dan acceso a los rituales, mediante una metodología informática propia del análisis del discurso, cuyo empleo por los historiadores está actualmente bien establecido43. Tal metodología implica quizá mayor objetividad, aunque dicha objetividad no sea nunca absoluta, ya que la selección inicial del corpus y su organización conlleva siempre un imborrable sello de fábrica. Y, aunque la concepción no haya variado, este corpus ha sido sensiblemente modificado y aumentado desde el coloquio de 200244. Tal corpus, más exhaustivo ahora y bastante más representativo del género cronístico en la Castilla trastámara se compone de los siguientes textos: 41 Ver los trabajos clásicos de A. VAN GENNEP, Les rites de passage, y de W. TURNER, Le phénomène rituel. 42 Otras fuentes relatan los acontecimientos, como los documentos ya citados del proceso contra don Ruy López Dávalos en el caso de Tordesillas, o también cartas, en particular las que Enrique IV dirige al papa después de su desposición ficticia en Ávila (en concreto la del 14 de julio de 1465, Memorias de Don Enrique IV, doc. n° 124, pp. 496-500). Pero es imposible reseñar con fuentes judiciales o con cartas todos los acontecimientos de la serie considerada. Así pues, para permitir un tratamiento informatizado, se ha escogido un solo tipo de fuentes, las crónicas. Estas son muy numerosas en Castilla durante los siglos XIV y XV, y constituyen un buen reflejo del "conflicto nobleza-monarquía". Junto a la historia oficial que consignan las crónicas reales, cuya unidad se va rompiendo progresivamente, las variaciones de las crónicas particulares permiten contar con relatos bastante diferenciados, tanto en su formato como en su contenido. Sobre este panorama textual y muy politizado, además de los estudios clásicos de J. L. BERMEJO CABRERO ("Orígenes del oficio de cronista real") y de R. B. TATE (Ensayos sobre la historiografía peninsular y "El cronista real"), ver especialmente los trabajos recientes de J. P. JARDIN sobre la historiografía trastámara (en particular "L’historiographie trastamare"). Finalmente, sobre las diferentes crónicas del corpus, véanse las síntesis y las indicaciones bibliográficas propuestas por F. GÓMEZ REDONDO en su destacable Historia de la prosa medieval castellana, t. II (para el reinado de Pedro I), t. III (para el reinado de Juan II) y t. IV (para el reinado de Enrique IV). 43 Tengo que agradecer muy vivamente a Jean-Philippe GENET por la preciada ayuda que me ha prestado para realizar este trabajo. Entre sus trabajos sobre el análisis lexicológico y su uso por los historiadores, ver en concreto "Le médiéviste, la naissance du discours politique et la statistique lexicale"; "Quelques applications de la lexicologie et de la lexicométrie à l’histoire"; así como Mesurer le texte, numéro de Histoire & Mesure que ha dirigido con Pierre LAFON. Entre los estudios que ha realizado con esta metodología, ver en concreto "De Richard II à Richard III: le conseil", cuya lectura ha inspirado numerosas correcciones hechas a esta comunicación. 44 Sobre este primer corpus, los resultados de su tratamiento y su análisis, me permito remitir a mi tesis, La privanza ou le régime de la faveur, t. I, pp. 396-445 y t. II, pp. 11-57. Entonces, no se tuvieron en cuenta ni el reinado de Pedro el Cruel [Toro], ni las acciones intermedias entre el secuestro del rey y su posterior liberación en el caso del reinado de Juan II (estas diversas fases son ahora consideradas de forma unitaria [Tordesillas (julio 1420-noviembre 1420), en lugar de Tordesillas (14 julio 1420) y Talavera (29 noviembre 1420); Rámaga (julio 1443-junio 1444), en lugar de Rámaga (9 julio 1443) y Portillo (14 junio 1444)]), ni el cronista Lorenzo Galíndez de Carvajal para el reinado de Enrique IV. En cambio, las Décadas de Alfonso de Palencia siguen estando fuera del corpus, pues están escritas en latín.

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Apoderarse del rey

Reinado de Pedro el Cruel 1. Pedro López de Ayala, Crónicas, pp. 133-138 [Toro] 2. Suma de Reyes, pp. 367-373 [Toro] 3. Gutierre Díez de Games, El Victorial, pp. 50-53 [Toro] Reinado de Juan II 4. Álvar García dee Santa María, Crónica de don Juan II de Castilla, t. I, pp. 81189 [Tordesillas] 5. Fernán Pérez de Guzmán, Crónica del rey don Juan el segundo, pp. 380-397 [Tordesillas] et pp. 613-623 [Rámaga] 6. Pedro Carrillo de Huete, Crónica del halconero de Juan II, pp. 1-7 [Tordesillas] et pp. 433-456 [Rámaga] 7. Lope de Barrientos, Refundición del crónica del halconero, pp. 34-44 [Tordesillas] 8. Abrevación del halconero, pp. CLXXXV-CXC [Rámaga] 9. Gutierre Díez de Games, El victorial, pp. 321-326 [Tordesillas] y pp. 344-345 [Rámaga] 10. Gonzalo Chacón, Crónica de don Álvaro de Luna, pp. 35-46 [Tordesillas] Reinado de Enrique IV 11. Diego Enríquez Del Castillo, Crónica de Enrique IV, pp. 149-152 [Córdoba], pp. 214-216 [Madrid 1], pp. 217-218 [Segovia], pp. 218-220 [San Pedro de las Dueñas], pp. 236-237 [Ávila] y pp. 267-270 [Madrid 2] 12. Crónica anónima de Enrique IV de Castilla, t. I, pp. 140-144 [Madrid 1], p. 146 [Segovia], pp. 152-153 [San Pedro de las Dueñas], pp. 159-161 [Ávila], pp. 199200 [El Pardo] y pp. 201-202 [Madrid 2] 13. Diego de Valera, Memorial de diversas hazañas, p. 89 [Segovia], p. 94 [San Pedro de las Dueñas] y pp. 97-99 [Ávila] 14. Lorenzo Galíndez de Carvajal, Crónica de Enrique IV, pp. 211-213 [Madrid 1], pp. 215-217 [Segovia], pp. 217-219 [San Pedro de las Dueñas], pp. 238-240 [Ávila], pp. 284-285 [El Pardo] y pp. 287-290 [Madrid 2]

Después de esta recomposición, este corpus se distingue igualmente del corpus de 2002 en su organización. Tras su lematización45, el corpus presentado 45 Mientras que el corpus del año 2002 no había sido lematizado sino de manera muy superficial, la lematización de este corpus es ahora prácticamente exhaustiva. Ha sido realizada en varias fases sucesivas. En primer lugar, se ha efectuado la harmonización y la modernización ortográficas. En segundo lugar, la agrupación de formas en función del lema y la diferenciación de las formas homográfas en función de los lemas a los que remiten, usando para esto la letra i (poder, poder(i) por ejemplo. Finalmente, la harmonización de la designación de personas y lugares, siguiendo la regla de una única forma por persona y por lugar, y la diferenciación de estas formas cuando es necesario (enrique pasa a ser así enrique4 cuando designa Enrique IV y enrique-ia cuando designa al infante de Aragón), en particular con el empleo de guiones (Álvaro y Álvaro de Luna se convierten en Álvaro-de-Luna). A propósito de estas reglas de lematización, solo una restricción merece la pena ser mencionada. Se trata de la designación de personas por los títulos y lazos de parentesco, cuyas formas femeninas (reina, princesa, infanta, condesa, hija…) no han sido agrupadas con las formas masculinas (rey, príncipe, infante, conde, hijo…), con el fin de no borrar la implicación de las mujeres en el ritual del atentado al rey. El resultado de estas intervenciones es la reducción del número de formas, que pasa de 5.438 a 2.830, y (pero de forma menor) del número de ocurrencias, de 123.141 a 118.392, explicándose esta perdida de 4.749 ocurrencias por las importantes intervenciones sobre los nombres de personas y de lugares. A modo de comparación, el "corpus 2002" contaba 3.292 formas para 33. 014 ocurrencias. El texto obtenido después de la lematización, claro está, no tiene mucho que ver con el texto inicial, pero su carácter artificial permite, en cambio, obtener resultados lexicométricos más fiables, aunque siempre se mantiene un margen de error.

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François FORONDA más arriba ha dado lugar a dos subcorpus: el corpus "acontecimientos" por una parte, con el fin de describir el atentado al rey y su evolución, y, por otra parte, el corpus "autores", para identificar los efectos narrativos que influyen en el relato general de cada uno de los acontecimientos considerados46. El corpus "acontecimientos" Acontecimientos Toro

Código Autores y crónicas Palabras Formas TORO Pedro López de Ayala, Suma de 4186 552 Reyes, Gutierre Díez de Games Tordesillas TORD Álvar García de Santa María, 72374 1928 Fernán Pérez de Guzmán, Pedro Carrillo de Huete, Lope de Barrientos, Gutierre Díez de Games, Gonzalo Chacón Rámaga RÁMA Fernán Pérez de Guzmán, 20597 995 Pedro Carrillo de Huete, Abreviación del halconero, Gutierre Díez de Games Córdoba CORD Diego Enríquez del Castillo 1020 319 Madrid 1 MAD1 Diego Enríquez del Castillo, 4472 676 Crónica anónima, Lorenzo Galíndez de Carvajal Segovia SEGO Diego Enríquez del Castillo, 1851 292 Crónica anónima, Diego de Valera, Lorenzo Galíndez de Carvajal San Pedro de las Dueñas DUEÑ Idem 3294 445 Ávila AVIL Idem 4218 496 El Pardo PARD Crónica anoníma, Lorenzo 1918 366 Galíndez de Carvajal Madrid 2 MAD2 Diego Enríquez del Castillo, 4462 589 Crónica anónima, Lorenzo Galíndez de Carvajal Total 118392 2830

46 El hecho de querer responder al mismo tiempo a los objetivos indicados anteriormente llevó a fraccionar el "corpus 2002" en 27 partes, con una numeración doble, pero poco clara (1A, 1B, 1F…), que remitía al acontecimiento (1 para Tordesillas ) y a la fuente (A para Álvar García de Santa María, B para Fernán Pérez de Guzmán, F para Gutierre Díez de Games). La organización del nuevo corpus en dos subcorpus -"acontecimientos" con 10 partes y "autores" en 13 partes-, permite, en consecuencia, un menor fraccionamiento, y obtener resultados más legibles, tanto desde la perspectiva de los acontecimientos estudiados como de los autores analizados.

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Apoderarse del rey El corpus "autores" Autores Pedro López de Ayala Suma de Reyes Álvar García de Santa María Fernán Pérez de Guzmán Pedro Carrillo de Huete Lope de Barrientos Abreviación del halconero Gutierre Díez de Games Gonzalo Chacón Diego Enríquez del Castillo

Código Acontecimientos relatados AYAL Toro

Palabras Formas 2002 337

SUMA SAMA

Toro Tordesillas

1224 41612

276 1601

PÉGU

Tordesillas y Rámaga

28206

1395

HALC

Tordesillas y Rámaga

10243

859

REFU

Tordesillas

3456

498

ABRE

Rámaga

2316

420

VICT

Toro, Tordesillas y Rámaga

3662

482

4436 7411

589 990

5183

867

1419

354

7222

1007

118392

2830

CHAC CAST

Tordesillas Córdoba, Madrid 1, Segovia, San Pedro de las Dueñas, Ávila y Madrid 2 Crónica anónima ANÓN Madrid 1, Segovia, San Pedro de las Dueñas, Ávila, El Pardo y Madrid 2 Diego de Valera VALE Segovia, San Pedro de las Dueñas y Ávila Lorenzo Galíndez CARV Madrid 1, Segovia, San Pedro de las de Carvajal Dueñas, Ávila, El Pardo y Madrid 2

Estos dos corpus han sido analizados con la aplicación HYPERBASE© que ha generado los índices de frecuencia de las palabras, permitiendo así proceder a su análisis factorial47. Este análisis ha sido realizado, para los corpus "acontecimientos" y "autores", a partir de los topónimos, antropónimos, sustantivos y verbos cuya frecuencia es igual o superior a 10 casos. Se ha considerado además, de manera autónoma, el término preso, participio del verbo prender, empleado también como adjetivo. En total, esta especie de núcleo duro verbal comprende 554 formas, es decir el 19,57 % de las formas del corpus48. Y 47 É. BRUNET, HYPERBASE©. Para esta aplicación, el programa de análisis factorial es externo, proporcionado por ADDAD (Association pour le Développement et la Diffusion de l’Analyse des Données). La versión de este programa asociado tiene el incoveniente de no dar contribuciones más que para los tres primeros factores, mientras que los gráficos factoriales propuestos indican los factores por pares, del 1 al 4. En realidad, el inconveniente es menor, pues, como puede constatarse en los resultados proporcionados, los tres primeros factores de los análisis factoriales "acontecimientos" (60,3 % de la varianza) y "autores" (50,8 %) representan las principales oposiciones. Así que he decidido ceñirme a ellos para esta comunicación, aunque los resultados presentados aquí sean parciales. Creo que tiene su interés para darse cuenta de las posibilidades y de los límites del programa utilizado. Sin embargo, aunque no vaya a hacer referencia a ellos, he de agradecer a Stéphane Lamassé el haber procesado nuevos análisis factoriales, a partir de la macro en versión EXCEL compuesta por Alain Dallo (Universidad Paris 1 Panthéon-Sorbonne). 48 No se han retomado para esta nueva edición los cuadros con los índices de frecuencias de las 554 formas consideradas en los análisis factoriales de los corpus "acontecimientos" y "autores", ni

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François FORONDA sea cual sea la configuración, "acontecimientos" o "autores", todo gravita en torno al término rey cuya frecuencia es, de lejos, la más alta. El análisis factorial del corpus "acontecimientos" da una clara ventaja a los golpes de fuerza (51,9 % de la varianza) sobre las tentativas (27,4 %) y las innovaciones enriqueñas (20,6 %). Sin embargo, el sistema viene dominado en realidad por cinco acontecimientos que alcanzan por sí solos casi las tres cuartas partes de la varianza (72,5 %). Son fundamentalmente los golpes de fuerza del reinado de Juan II, Tordesillas (27,1 %) y Rámaga (16,6 %), seguidos de las innovaciones enriqueñas, Ávila (12 %) y Madrid 2 (8,6 %), y, finalmente, el golpe de fuerza de Toro (8,2 %). Así pues, el sistema bascula principalmente entre los golpes de fuerza del reinado de Juan II, muy intensamente en esta dirección (43,7 %), cuya principal característica, desde el punto de vista del acontecimiento, es la dilatación en el tiempo de la acción49, y las innovaciones del reinado de Enrique IV (20,6 %). En cuanto al modelo de intervención inicial que constituye el golpe de Toro, su contribución al sistema se sitúa a medio camino entre la innovación de Madrid 2 y los intentos enriqueños, cada unos de los cuales contribuyen a una parte de la varianza comprendida entre 3,3 % (Córdoba) y 6,6 % (San Pedro de las Dueñas). Destaquemos que la intentona de Córdoba, solamente consignada por Diego Enríquez del Castillo, representa un hápax dentro del sistema. Volveremos sobre ello. Características generales Factor 1 Valor propio = 0.24894 Factor 2 Valor propio = 0.13188 Factor 3 Valor propio = 0.08421 Factor 4 Valor propio = 0.07231 Factor 5 Valor propio = 0.06777

Porcentaje del total = 32.309 Porcentaje del total = 17.117 Porcentaje del total = 10.929 Porcentaje del total = 9.386 Porcentaje del total = 8.795

Cuadro de inercia y de contribuciones de los acontecimietos a los factores 1 a 3 Inercia F1 CTR F2 CTR F3 CTR TORO 82 13 0 -27 1 -158 29 TORD 271 1502 798 253 43 183 35 RÁMA 166 -610 151 889 606 296 105 CORD 33 -9 0 44 1 12 0 MAD1 66 -137 8 -200 31 -209 52 SEGO 47 -7 0 -41 1 -121 18 DUEÑ 66 -104 5 -7 0 -210 55 AVIL 120 -239 24 -604 288 676 567 PARD 62 -18 0 -72 4 -168 34 MAD2 86 -187 14 -182 25 -296 105

El análisis factorial del corpus "autores" da lugar a una configuración menos polarizada. Si bien el cronista real Álvar García de Santa María con su relato del golpe de Tordesillas da el tono al sistema con potente voz (18,5 % de la varianza), sn embargo las voces de los otros cronistas se distinguen entre sí tampoco el detalle de las contribuciones de estos mismos términos a los factores analizados a continuación. Para más detalle, remito pues a la edición original del texto. Sin embargo, para facilitar la lectura de los gráficos, se precisa en anejo el listado de estos términos y de sus abreviaturas. 49 Mientras que el golpe de Toro no dura sino apenas un mes, entre primeros de diciembre de 1354 y comienzos de enero de 1355, el golpe de Tordesillas se extiende a lo largo de casi cuatro meses y medio (del 14 de julio de 1420 a comienzos de diciembre de 1420) y Rámaga a lo largo de casi un año (entre el 9 de julio de 1443 y mediados de junio de 1444).

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Apoderarse del rey perfectamente, acumulando cada una de ellas una parte de la varianza escalonada entre 4,5 % (Diego de Valera) y 9,6 % (Halconero). En función del género, el sistema se divide además de manera prácticamente equitativa entre los cronistas reales (Pedro López de Ayala, Álvar García de Santa María, Fernán Pérez de Guzmán, Diego Enríquez del Castillo y Lorenzo Galíndez de Carvajal), que suman el 49,4 % de la varianza, y las crónicas llamadas particulares (el resto de las fuentes y de la varianza), cuya eclosión data precisamente del reinado de de Juan II. Así pues, además de las consecuencias narrativas de una acción dilatada en el tiempo, esta particularidad contribuye a reforzar la aportación del reinado de Juan II al sistema "autores" (55,6 %) en comparación de los reinados de Pedro el Cruel (13 %) y de Enrique IV (25,4 %)50. De este modo, el reinado de Juan II constituye un giro tanto desde el punto de vista del acontecimiento como desde el de los autores. Desde esta última perspectiva, la de los autores, en la que los relatos de varios acontecimientos quedan fusionados, con el riesgo de que se difumine la identidad de cada uno de ellos, la lógica de los acontecimientos sigue siendo sin embargo muy fuerte a causa del corte general del corpus inicial según este criterio. Así pues, el análisis factorial del corpus "autores" es en parte redundante con relación al análisis del corpus "acontecimientos", y sus resultados van sobre todo dirigidos a matizar y completar las oposiciones señalados en este último análisis. Por tanto, salvo indicación contraria, será el análisis factorial del corpus "acontecimientos" el que sirva de hilo conductor al comentario. Características generales Factor 1 Valor propio = 0.19129 Factor 2 Valor propio = 0.11767 Factor 3 Valor propio = 0.07441 Factor 4 Valor propio = 0.06420 Factor 5 Valor propio = 0.6008

Porcentaje del total = 25.342 Porcentaje del total = 15.589 Porcentaje del total = 9.858 Porcentaje del total = 8.505 Porcentaje del total = 7.959

Cuadro de inercia y de contribuciones de los autores a los factores 1 a 3 Inercia F1 CTR F2 CTR F3 CTR AYAL 78 38 1 -74 3 -774 595 SUMA 52 23 0 -25 0 -349 127 SAMA 185 1273 520 -709 262 252 52 PÉGU 88 419 74 427 126 210 48 HALC 96 26 0 733 360 93 9 REFU 66 212 18 223 33 -27 1 ABRE 59 28 0 295 57 190 38 VICT 59 113 5 -64 3 -182 33 CHAC 62 19 0 -21 0 -35 1 CAST 80 -569 134 -211 30 174 32 ANÓN 66 -452 88 -259 47 139 21 VALE 45 -236 23 -180 22 117 15 CARV 63 -563 136 -285 57 161 28

50 El Victorial está excluido de este cómputo, pues informa del golpe de Toro (Pedro I) así como de los golpes de Tordesillas y de Rámaga (Juan II).

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François FORONDA

La intensificación de la fase liberatoria En el primer factor, que representa el 32,3 % de la varianza, Tordesillas desempeña el papel protagonista con el 79,8 % de la contribución. En este factor, Tordesillas, del lado positivo, se opone principalmente al golpe de Rámaga (15,1 %), del lado negativo. De manera secundaria, incluso marginal, Tordesillas se opone igualmente a las innovaciones enriqueñas (3,8 %) y a dos de las intentonas abortadas de 1464 (1,3 %), oponiéndose a su vez estos acontecientos y el golpe de Rámaga del lado negativo. En este marco, seis términos asociados con Tordesillas superan el umbral de contribución del 1 %51. Se trata, en orden decreciente, de infante, enrique-ia, castillo, álvo-de-luna, juan-ia, razón. Vienen después adelantado, corte, intención, olmedo, talavera, carta, juahur-de-mendoza, montalbán, procuradores, fadrique-trast, historia, manera, pedro-manrique, vianda, armas, barca, bien, catalina, contar, doctor, fern-alf-de-rbles, ida, lanzas, p-carllo-dehuete, pedro-de-zúñiga, embajador, enviar, hecho, infanta, mandamiento, movimiento, pedroia, pedro-niño, señora, servicio, valía, velar, víspera, con unas contribuciones escalonadas entre 0,5 % y 1 %. Finalmente, con contribuciones entre 0,2 % y 0,4 %, y con coordenadas fuertemente positivas, se encuentran los términos alfonso-tenorio, agua, boda, consejo, debate, dgo-lpz-de-ayala, entender, entrar, fiesta, hacer, maría-ia, mari-barba, misa, mercedi, pan, parcialidad, pedir, pedro-ponce-de-leó, pena, puente, rod-alf-pimentel, ruy-lópez-dávalos, sábado, tajo, tardar, viernes, villalba, abastecimiento, allegar, aprobar, arcediano, cazorla, comarca, cortes, cumplir, decir, derramar, deservicio, desposar, dgo-gz-de-sandoval, dgo-rz-de-valladol, diego-de-ribera, domingo, don, doncel, escudero, esposa, estada, fontiveros, gcí-fdz-manrique, guadalajara, halconero, hombre, lope-de-mendoza, malpica, mandar, mayordomo, maravedíes, menester, meter, ofrecer, p-gcíade-herrera, po-lpz-de-ayala, puerto, sancho-de-rojas, tratador, voluntad, alfonso-enríquez, amigo, aragón, atraer, aventura, caballero, cámara, casar, casamiento, cerco, continuar, dormir, excusar, galicia, gobernar, leonor-de-aragón, licencia, llamamiento, mandado, mención, mujer, niebla, pedro-de-velasco, pedro-portocarrero, placer(i), procurar, requerir, sacar, salir, sosegar, toledo, torre. Sin entrar en el detalle de los contextos, tres características principales se desprenden de este vocabulario. La primera está relacionada con el grado de implicación de las personas, fuertemente mediatizado por la familia real dominada por los infantes de Aragón (Infante), en particular Juan (juan-ia) y Enrique (enrique-ia), en torno a los cuales se organizan facciones (además de los nombres de personas que integran estas facciones, remiten a ellas en concreto los términos valía y parcialidad)52. El enfrentamiento de estas facciones para asegurarse el control de la persona real (voluntad, gobernar) y el liderazgo del partido aragonés y dirigente en Castilla explica la invasión de la corte perpetrada por Enrique de Aragón y sus partidarios (corte, manera, hecho, movimiento, consejo, entrar, cámara, domingo, dormir), bajo el pretexto del bien del reino y del servicio al El umbral de contribución media con 554 términos es del 0,18 %. El vocabulario indica a algunos de los principales integrantes de estas facciones, tales como: Pedro Manrique, Pedro Niño, Alfonso Tenorio, Pedro Ponce de León, Ruy López Dávalos, Diego de Ribera, Garcí Fernández Manrique, Lope de Mendoza y Pedro de Velasco para el infante don Enrique; el Infante don Pedro de Aragón, Juan Hurtado de Mendoza, Fernán Alfonso de Robles, Diego Gómez de Sandoval, Diego Ruiz de Valladolid, Pedro García de Herrera, Sancho de Rojas y Alfonso Enríquez para el infante don Juan. Otros personajes se inclinan a favor del infante don Juan, pero se hallan un poco a la expectativa, como el conde don Fadrique, Pedro de Zúñiga y Rodrigo Alfonso Pimentel. Finalmente, otros se distinguen al lado de Álvaro de Luna durante la liberación del rey, en particular Pedro Carrillo de Huete, Diego López de Ayala y Pedro Portocarrero. 51 52

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Apoderarse del rey rey (razón, bien, servicio, cumplir). Ya ampliamente analizado por otros, este contexto no requiere consideraciones suplementarias, salvo el hecho de que el golpe de Tordesillas constituye para sus protagonistas su entrada en la vida política y parentelar. Los matrimonios que contraen en el curso de la acción y el papel que desempeñan las mujeres por esta razón (Catalina, infanta, velar, boda, María-ia, Mari-barba, misa, desposar, esposa, casar, casamiento) son testimonio de ello. El infante Enrique, en efecto, aprovecha la partida de Juan de Aragón hacia Navarra, a donde se dirigía con el objeto de casarse con la heredera al trono de ese reino, para desencadenar su movimiento. Pretende formalizar su toma del poder por un doble matrimonio: la boda del rey con su hermana María, que aprueba su golpe de fuerza, y el suyo propio con la hermana del rey, Catalina, cuyo consentimiento no fue obtenido hasta que fuera apartada su dueña, Mari Barba, que era fiel a Juan de Aragón. Con su matrimonio, Enrique conseguiría en dote el muy codiciado marquesado de Villena, es decir, la base territorial que le permitiera consolidar sus pretensiones partidistas y gubernativas. Autorizado por el infante Enrique a permanecer junto al rey, Álvaro de Luna se aprovecha igualmente de esta fiebre casamentera, pero poco festiva (fiesta), que contagia la corte en pleno golpe de estado, obteniendo la mano de Elvira Portocarrero. Para un bastardo, por entonces solo donzel, es mucho, e incontestablemente una señal suplementaria del favor real. Este favor le lleva a protagonizar la recomposición de una situación cuyo equilibrio es precario después del golpe de Enrique de Aragón, un golpe que había quedado como en suspenso entre su éxito inmediato y su fracaso posterior. La segunda característica de Tordesillas es que el verdadero golpe de fuerza no reside en el hecho de apoderarse del rey sino de liberarlo. Esta situación es consecuencia de la imposibilidad para el infante don Enrique de legalizar su poder, a pesar de la sustitución de los doctores del consejo, cuya participación es requerida de forma ineludible para validar y transmitir las órdenes reales (doctor, mandar, mandado), a pesar también de la manipulación de los procuradores de las ciudades (procuradores, cortes), cuya capacidad jurídica queda superada por la magnitud del golpe, limitándose, en última instancia, a constatar la realidad de la opresión sufrida por el rey. Pues la única fuente de legalidad posible es el asentimiento regio (aprobar placer(i)), que ciertamente obtiene Enrique, pero que verdaderamente todos ponen en duda. En este contexto, cuando el viernes 29 de noviembre 1420, al alba, Juan II, junto con Álvaro de Luna y algunos más, aprovecha una partida de caza para esquivar a sus guardianes, la huida (¿o rapto?) de Talavera se transforma en un desmentido formal (Talavera, ida, víspera, viernes). Y es precisamente este contra-golpe el que adquiere un peso considerable en el relato del golpe de Tordesillas en su oposición al golpe de Rámaga. El vocabulario señala en concreto las peripecias de una huida en pleno otoño de inundaciones (barca, agua, puente, Tajo, tardar, Villalba, halconero, Malpica, puerto, aventura); el asedio puesto por el infante don Enrique y sus hombres al castillo de Montalbán, en el que se habían refugiado el rey, Álvaro de Luna y los suyos (castillo, Montalbán, vianda, armas, lanzas, mandamiento, pan, pena, sábado, abastecimiento, allegar, comarca, escudero, estada, hombre, menester, meter, cerco, continuar, excusar, llamamiento, requerir, sacar, salir); por último, la conciliación que emprende la madre de los infantes para resolver el conflicto entre sus hijos, sin éxito (razón, intención, Olmedo, carta, embajador, enviar, señora, debate, pedir, entender, fontiveros, ofrecer, tratador, leonor-de-aragón). Aunque militarmente invicto, pero políticamente al descubierto (deservicio), el infante don Enrique levanta finalmente el asedio (derramar), mientras que Álvaro de Luna 35

François FORONDA mantiene a distancia al infante de Aragón. No cabe duda de que el nuevo privado de Juan II es el principal beneficiario de la azarosa jugada lanzada por el infante don Enrique contra su hermano Juan. La tercera y última característica que señala el vocabulario para Tordesillas es el lugar que ocupa en el acontecimiento la construcción del relato en sí mismo. Está ya claramente expresado en la oscilación que se observa en la forma de nombrar el acontecimiento, entre hecho y movimiento, quedando reforzado por la atención puesta en la acción y en los diálogos (hacer, decir), y en el modo de comportarse (manera) de los actores de la historia que los cronistas han de contar (contar, mención). En resumen, con Tordesillas, la historia se autorrepresenta y deja entrever su construcción gradual. El análisis factorial del corpus "autores" permite atribuir este efecto a Álvar García de Santa María, cuyo relato de Tordesillas contribuye con el 52 % al primer factor (25,34 % de la varianza). En este factor, Álvar García de Santa María, del lado positivo, se opone principalmente a los cronistas del reinado de Enrique IV, del lado negativo (Lorenzo de Carvajal [13,6 %], Diego Enríquez del Castillo [13,4 %], la Crónica anónima [8,8 %]), y, de forma secundaria, a Fernán Pérez de Guzmán, igualmente del lado positivo. En el segundo factor (15,58 %), Álvar García de Santa María, del lado negativo, también es responsable del 26,2 % de la contribución, y se opone sobre todo a los cronistas del reinado de Juan II (principalmente la Crónica del Halconero [36 %], en donde solo se narra la fase liberatoria de Tordesillas, y Fernán Pérez de Guzmán [12,6 %]), del lado positivo. En el marco de estas oposiciones, destacan, en concreto, nuevos términos, cuyas contribuciones se escalonan del 1 % al 2 %. En orden descreciente, son: infante, enrique-ia, castillo, intención, juan-ia, corte, razón, historia, procuradores en el primer factor; historia en el segundo factor. Dicho de otra manera, la firma de Álvar García de Santa María en el seno del corpus reside en la responsabilidad historiográfica que asume directamente. Tal firma no es neutra, claro está. El relato del golpe de Tordesillas de Álvar García de Santa María pertenece a la segunda parte de su crónica (1420-1434), que es muy favorable a don Álvaro de Luna. Así pues, la primacía que adquiere la liberación del rey en el relato-rito de Tordesillas debe entenderse como una empresa de legitimación del gobierno del privado, que se inaugura precisamente con estos inicios gloriosos53. Como ya se ha indicado antes, Tordesillas se opone principalmente a Rámaga en el primer factor del análisis factorial del corpus "acontecimientos". Del lado negativo, ocho términos con contribuciones escalonadas de 0,4 % a 1,2 % se asocian con Rámaga. Por orden decreciente, son: príncipe, navarra, obispo, señor, almirante, juan-pacheco, condestable, opinión. Señalando el grado de implicación de los actores, este léxico indica las personas que permanecen y que son sustituidas en el seno del grupo de los que toman las decisiones, en el que los parientes del rey siguen ocupando un lugar esencial: el infante Enrique, príncipe de Asturias (príncipe), portador de una legitimidad prácticamente natural en tanto que heredero de la corona (señor príncipe); el infante Juan de Aragón, también rey de Navarra, primo hermano de Juan II (navarra) y líder incontestable del partido aragonés en Castilla (opinión); su primo, don Fadrique Enríquez, almirante de Castilla (almirante) y aliado de Juan de Aragón. Álvaro de Luna sigue estando en la escena, pero designado como condestable de Castilla (condestable), oficio que ostentaba, durante Tordesillas, Ruy López Dávalos y que 53

F. GÓMEZ REDONDO, Historia de la prosa medieval castellana, t. III, pp. 2.231-2.240.

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Apoderarse del rey Juan II le había conseguido en 1425. De esta manera, la verdadera novedad respecto al equilibrio político diseñado antes radica en la aparición del príncipe de Asturias. Esta aparición se hace bajo un fuerte control: en primer lugar, por el infante Juan de Aragón, su suegro desde 1440, que inicia el golpe de fuerza en Rámaga; en segundo lugar por su preceptor, el obispo Barrientos (obispo), que le aleja de tal dirección aproximándole al condestable de Castilla; y, finalmente, por su privado, Juan Pacheco, cuya designación por su nombre, como Álvaro de Luna durante Tordesillas, indica una posición que se halla en el curso de ser construida. El segundo factor, que expresa el 17,12 % de la varianza, permite profundizar en el análisis del golpe de Rámaga, responsable por sí mismo del 60,6 % de la contribución. Dicho de otro modo, Rámaga desempeña en este factor el papel que había tenido Tordesillas en el primero, acontecimiento al cual este golpe de fuerza sigue oponiéndose, igualmente del lado positivo, pero de manera poco significativa (4,3 %). Pues lo esencial en el segundo factor es la oposición entre el golpe de Rámaga, del lado positivo pues, y las acciones del reinado de Enrique IV, del lado negativo, y que se oponen por tanto entre ellas: principalmente la deposición ficticia de Ávila (28,8 %) y, de forma secundaria, la primera de las intentonas de 1464 (Madrid 1 con 3,1 %) seguida de la intervención de la Hermandad en 1467 (Madrid 2 con 2,5 %). En el marco de estas oposiciones, diez términos destacan asociados con Rámaga de manera fuertemente significativa, con contribuciones del 1 % al 1,9 %. En orden decreciente, son: condestable, tordesillas, navarra, volver, habla, hablar, príncipe, obispo, posada, responder. Con contribuciones del 0,4 % al 0,9 %, vienen a continuación cédula, oficiales, preguntar, almirante, aposentar, mozo, señor, acordar, ávila, escribir, real, capítulo, madrigal, partir, replicar, alianza, aposentador, asentar, arévalo, caballero, haro, iñigo-lpz-de-mdoza, lope-de-barrientos, mengua, mudar, otorgar, recoger, alf-pérz-de-vivero, alvr-gcía-de-smarí, burgos, castro, demandar, ejecución, fin, firmar, guardar, juan-pacheco, jurar, medianero, opinión, orden, pampliega, pedro-yáñez, portugal, rámaga, remedio, respuesta, vía. Finalmente, con contribuciones más próximas a la media, pero con fuertes coordenadas positivas, caen también del lado de Rámaga términos tales como cama, cumplir, detener, doctor, enojo, merced(i), remediar, alcanzar, comer, concordia, deservicio, despedir, enojar, entender, espacio, legua, mañana. Tal y como se ha indicado antes, el hecho destacable es el relevo generacional y la recomposición de los grupos. Señalemos, sin embargo, que el término príncipe cede su puesto a condestable en el marco de las oposiciones expresadas por el segundo factor. Esto es lógico, pues este término es más representativo de la oposición entre Tordesillas y Rámaga. En la oposición entre Rámaga y Ávila, el uso del término príncipe se divide entre la forma de designar al príncipe de Asturias, para Rámaga, y la forma de designar a Alfonso [XII], reconocido heredero al trono en noviembre de 1464, y proclamado rey por los grandes mediante la deposición ficticia de Ávila, el 5 de junio de 1465. Pero, sea cual sea el marco de oposición, el término príncipe remite en todo caso a una legitimidad política cuyo fundamento es la cuasi-asociación al trono, en tanto que presuntos herederos, de los portadores de este título (de hecho el título merced(i) es compartido aquí entre Juan II y el futuro Enrique IV). En cuanto al término condestable, si contribuye menos a la oposición entre Tordesillas y Rámaga que a la de Rámaga con las acciones del reinado de Enrique IV, es porque su uso se divide entre Ruy López Dávalos, para Tordesillas, y Álvaro de Luna, para Rámaga. Este último monopoliza esta

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François FORONDA designación sin compartirla con nadie en el marco de las oposiciones señaladas por el segundo factor del análisis factorial. La ausencia del término condestable del relato-rito bajo el reinado de Enrique IV es sin embargo altamente significativa en la medidad en que traduce cierto agotamiento de los golpes de gracia por los cuales los reyes encumbran a sus privados, oxigenando así un paisaje nobiliario que se considera agobiante. Después de la ejecución de Álvaro de Luna (1453), este oficio, creado en 1385, ostentado por el primer privado del rey desde el reinado de Enrique II, hipotecado, junto con el maestrazgo de la orden militar de Santiago, en beneficio del infante Alfonso en virtud del testamento de Juan II, es finalmente concedido por Enrique IV a Miguel Lucas de Iranzo (1458), siguiendo los consejos del obispo Barrientios, que esperaba así contrabalancear el poder de los hermanos Pacheco. Ahora bien, en pleno intento de estabilización de un régimen de privanza convertido en un régimen plural, en provecho de los especiales servidores a los cuales el rey garantiza su posición gubernamental mediante un contrato de privanza, la promoción de Miguel Lucas de Iranzo no respetaba el marco contractual, un marco contractual que estaba destinado ciertamente tanto a acabar con la práctica del golpe de estado como también a proteger a los Grandes-privados de los golpes de gracia repentinos que podían suponer su desplazamiento54. En este contexto, la promoción de Miguel Lucas de Iranzo, considerado como un homo novus por los Grandes, fue inútil, retirándose el nuevo condestable a Jaén para el resto del reinado. La presencia en Jaén de Miguel Lucas de Iranzo resultó, sin embargo, muy útil, puesto que así pudo controlar la frontera, ya que don Pedro Girón, hermano de don Juan Pacheco y maestre de Calatrava desde 1445, tendía a apropiarse de ella. Dicho de otro modo, para Rámaga, y en el marco de su oposición con las acciones del reinado de Enrique IV, la fuerte contribución del término condestable no está únicamente relacionada con al acción coyuntural de don Álvaro de Luna, sino con el funcionamiento y las evoluciones de un sistema que, llevado al límite entre sus manos, ya no será practicable del mismo modo que con anterioridad a su acción. El golpe de fuerza de Rámaga (madrigal, rámaga) es realizado por Juan de Navarra, con el apoyo inicial del príncipe de Asturias, contra Álvaro de Luna y el poder que aún ejerce, aunque desde el exilio de la corte al que le somete la sentencia arbitral de 1441, por mediación de los doctores del consejo (oficiales, doctor, detener), en particular Pedro Yáñez y Alfonso Pérez de Vivero. Según una modalidad ya constatada para el golpe de Tordesillas, Rámaga se revuelve contra su autor, a causa del giro operado por el joven infante Enrique (mozo), aliado con don Álvaro de Luna (alianza) por la intervención del obispo de Ávila, don Lope de Barrientos. Tentado de exiliarse a Portugal (portugal), desconfiado de la juventud del príncipe (mozo), el condestable accede finalmente a los deseos de Barrientos para remediar la situación, es decir, liberar al rey (remedio, remediar), y poner así término a su enojo (enojo, enojar). En consecuencia, el verdadero golpe no es tanto atentatorio como liberatorio, hecho que refleja bastante bien el léxico. Este vocabulario viene muy marcado por las discusiones, negociaciones y desplazamientos previos a la liberación del rey, es decir, por el doble juego del príncipe de Asturias que había hecho creer a Juan de Navarra que seguía siendo su aliado, y que estaba dispuesto a ayudarle a acabar con el condestable de 54

Permítaseme remitir de nuevo a mi artículo "Vers un gouvernement de jure".

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Apoderarse del rey Castilla, mientras que en realidad se acababa de aliar con este último (tordesillas, volver, habla, hablar, posada, responder, cédula, preguntar, almirante, aposentar, acordar, escribir, capítulo, partir, replicar, aposentador, arévalo, mengua, otorgar, alvr-gcía-de-smarí, demandar, fin, firmar, guardar, jurar, medianero, orden, respuesta, cama, cumplir, alcanzar, comer, concordia, deservicio, despedir, entender, mañana). El objetivo era dejarles al obispo Barrientos y al condestable el tiempo suficiente para integrar en su alianza a las principales cabezas nobiliarias (haro, iñigo-lpz-de-mendoza), y oponer de ese modo un frente unánime al infante Juan y a los caballeros de su opinión. Tan solo al término de esta larga operación de seducción, el contra-golpe planificado por Barrientos y el condestable pasará a su fase terminal (ejecución), marcada por una especie de paseo militar a lo largo de la vía de Burgos en el transcurso del cual se fueron reuniendo sus aliados y sus tropas (recoger), paseo que sin embargo no dio lugar a ninguna confrontación armada. Sintiendo que había perdido la partida, Juan de Navarra decide retirarse y dejar que el rey salga de caza, es decir, que se reuna con sus liberadores (real, asentar, mudar, castro, pampliega, alcanzar, espacio, legua). Así pues, como en el caso de Tordesillas, los que se apoderan del rey no son los que le habían secuestrado en un primer momento, sino los que le liberaron a continuación, a los cuales él se entrega finalmente. En este punto, cabe preguntarse: ¿esta primacía del contra-golpe y de su larga preparación no será más que un efecto narrativo? Los cronistas del golpe de Rámaga contribuyen esencialmente al segundo factor del análisis factorial del corpus "autores" que expresa el 15,58 % de la varianza. Estos son, del lado positivo, Pedro Carrillo de Huete y su Crónica del halconero (36 %), Fernán Pérez de Guzmán (12,6 %) –informan igualmente estos autores del golpe de Tordesillas, pero únicamente de su fase liberatoria en el caso del Halconero–, y la Abreviación del Halconero (5,7 %). Oponiéndose entre ellos del lado positivo, estos textos se contraponen a su vez al resto de los autores, en el lado negativo, incluyendo el Victorial de Gutierre Díez de Games, que narra también el golpe de Rámaga pero que queda neutralizado en el sistema por su contribución poco significativa (0,3 %). De este modo, en el sistema, el golpe de Rámaga queda configurado desde el punto de vista narrativo esencialmente por la Crónica del Halconero, cuya redacción no es asumida en realidad por Pedro Carrillo de Huete hasta junio de 1441, fecha en la cual el regreso de los infantes de Aragón le obligó a abandonar la corte. Lope de Barrientos tomó el relevo narrativo, en concreto para contar este golpe de Rámaga con el que se hacía patente su genio político. La intervención de Barrientos es también clara para el pasaje de la Abreviación que completa la interrupción del extracto del Halconero, permitiendo así suplir la información sobre los tratos y las operaciones militares previas a la liberación del rey55. En resumen, además de la inevitable distorsión narrativa que induce la dilatación temporal de la acción, la primacía del contra-golpe constatada en el relato-rito es obra de un actor-autor cuya concepción se atribuye, poniendo así en práctica su idea de una preeminencia regia basada fundamentalmente en la libertad del rey. De manera muy significativa, las contribuciones de las formas obispo y lope-de-barrientos al segundo factor son

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F. GÓMEZ REDONDO, Historia de la prosa medieval castellana, t. III, pp. 2.268-2.333.

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François FORONDA claramente más importantes desde la perspectiva autorial (1,4 % et 1,2 %) que desde la perspectiva de los acontecimientos (1 % et 0,5 %)56.

Las innovaciones enriqueñas Después de rechazar el arzobispado de Santiago, Barrientos obtiene, como precio del esfuerzo estratégico que se auto-atribuye, el rico obispado de Cuenca (1444), pero vio cómo se le escapaba el arzobispado de Toledo, el cual Álvaro de Luna consiguió que se concediera a su pariente, Alfonso Carrillo (1446). Con la derrota militar de los infantes de Aragón (1445), los principales jefes de la gran coalición destinada a expulsarlos de la escena política castellana consolidan su poder aristocrático: Álvaro de Luna añade a sus títulos el maestrazgo de la orden de Santiago; Juan Pacheco y su hermano, Pedro Girón, hechuras del príncipe de Asturias, obtienen el marquesado de Villena para el primero y el maestrazgo de la orden de Calatrava para el segundo; el poeta Íñigo López, cabeza del poderoso linaje Mendoza, es hecho marqués de Santillana y conde del Real de Manzanares; otros, miembros hasta entonces de una nobleza segundona, integran el grupo de los Grandes, grupo que Carlos V clausurará en 1520, en beneficio de una veintena de primos ficticios y de sus familias, elevándose él mismo al rango de Sacra Real Magestad en virtud de su coronación imperial. Así pues, es necesario relacionar el intento de estabilización del régimen de privanza por vía contractual, bajo el reinado de Enrique IV, con esta recomposición aristocrática, en marcha ya desde el acceso al trono de los Trastámara, acelerada por el largo conflicto con los infantes de Aragón en el transcurso de los años 1420-1440. Dicho en otros términos, los contratos de privanza de Enrique IV equivalen en este reino a lo que significó la orden real y caballeresca de la Banda en el de Alfonso XI, es decir, una forma de fijar la relación entre el rey y su nobleza. Con una diferencia cualitativa considerable, sin embargo: con la gubernamentalización creciente de los contratos de alianza, patente desde los años 1420 y consagrada por la implicación directa del rey a los largo de los años 1450-1460, la alfabetización política de la nobleza, gracias a estas amistades de Estado, tiende a despersonalizar la relación, que pasa más bien a ser una relación entre monarquía y aristocracia. Esta despersonalización señala su común incorporación a la cosa pública57. 56 Destacan igualmente desde esta perspectiva autorial, con contribuciones entre el 1 % y el 2 %, los términos navarra, príncipe, señor, condestable, almirante, p-carllo-de-huete, alf-pérz-de-vivero, ejecución, posada. 57 La gubernamentalización de los contratos de alianza se hace patente desde el mismo momento de la resolución política del golpe de Tordesillas. El 5 de julio de 1423, el infante Juan de Aragón, en presencia de Juan II que autoriza la jura del contrato del que es informado "palabra a palabra", reconoce la privanza de don Álvaro de Luna. Dicha privanza implicaba en concreto la designación de los oficiales de la Casa y de la Cámara que el rey habría de nombrar (J. M. CALDERÓN ORTEGA, Álvaro de Luna, t. II, doc. n° 20, pp. 53-58; F. FORONDA, La privanza ou la régime de la faveur, t. I, pp. 291-294). En cuanto a la alfabetización política de la nobleza, su expresión culmina con el contrato de alianza que juran, el 26 de junio de 1450, las principales cabezas de la nobleza andaluza, es decir don Juan de Guzmán, duque de Medina Sidonia y conde de Niebla, don Juan Ponce de León, conde de Arcos, y don Pedro, señor de Aguilar. En el préambulo de ese contrato, estos Grandes andaluces hablan de los antiguos y de la aprobación que la Iglesia concede a su reflexión, del reino como un cuerpo místico cuya cabeza y miembros es importante que se mantengan en buen entendimiento. Afirman estos Grandes ser miembros del cuerpo místico que constituye la cosa pública de los reinos de Castilla y de León, y ser además los principales, tal y como demuestra la "experiencia" de sus linajes, entendiendo por ella su

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Apoderarse del rey Esta tendencia se lee perfectamente en la superación ceremonial realizada por los Grandes durante la deposición ficticia de Ávila (28,8 %), que se opone principalmente al golpe de Rámaga en este segundo factor. En el lado negativo, se opone igualmente, pero de manera menos significativa, a la primera de las intentonas de 1464 (Madrid 1 [3,1 %]) y a la intervención de la Hermandad (Madrid 2 [2,5 %]). Así que cabe entender esta superación ceremonial como una doble reacción: a la intensificación liberatoria constatada para el caso de Rámaga y al bloqueo atentatorio de 1464. En el marco de las oposiciones indicadas, hay diez términos que contribuyen fuertemente a caracterizar la deposición ficticia de Ávila. Son, con contribuciones entre el 1 % y el 1,6 %, por orden decreciente: cadalso, corona, quitar, deposición, cabeza, probar, alfonso12, cetro, leer, silla. A continuación, con contribuciones entre el 0,4 % y el 0,9 %, vienen: alcántara, enrique4, subir, bondad, nombre, santo-padre, dávidas, merecer, perder, pueblo, tirar, españa, pesar(i), reino, acrecentar, autoridad, besar, costumbre, corazón, determinar, don, fuerza, justicia, necesidad, poder. Finalmente, con contribuciones más próximas a la media, aparecen términos como fallecer, león, nombrar, durar, edad, jueves, maravillar, grandes… En esta lista, la asociación con Ávila ha de ser matizada para cinco términos, cuyo empleo queda en posición de equilibrio, entre Ávila y Madrid 1 (santo-padre, determinar), y entre Ávila y Madrid 2 (pueblo, poder). La deposición ficticia de Ávila aparece de nuevo, en el lado positivo esta vez, en el tercer factor (11 %) al cual contribuye fuertemente a configurar (56,7 %). En este marco, se oponen principalmente al golpe de Rámaga (10,5 %), igualmente en positivo, y a Madrid 2 (10,5 %), en el lado negativo. De forma secundaria, Ávila sigue oponiéndose, en el lado negativo, a las intentonas enriqueñas (San Pedro de las Dueñas [5,5 %], Madrid 1 [5,2 %], El Pardo [3,4 %], Segovia [1,8 %]) así como al golpe de Toro (2,9 %), y, en el lado positivo, a Tordesillas (3,5 %). En este marco, destacan quince términos asociados con Ávila, con contribuciones entre el 1 % y el 3,2 %: cadalso, deposición, probar, quitar, leer, corona, cabeza, dávidas , cetro, jueves, mengua , merecer, silla, besar, bondad. A continuación, les siguen, con contribuciones menores, entre el 0,4 % y el 0,9 %: mes, durar, subir, tierra, ávila, justicia, príncipe, nombre, perder, tirar, año, asentar, benavente, conocer, necesidad, prelado, reino, recibir, acrecentar, corazón, derecho, opinión, presencia. Finalmente, más próximos a la media, se encuentran términos tales como castilla, fallecer, maravillar, nombrar, dios, edad, pesar(i)… Mientras que la designación de personas ocupa los primeros rangos del vocabulario asociado con Tordesillas y con Rámaga, en el caso de la deposicón ficticia de Ávila ocupan, sin embargo, un lugar secundario (Alfonso12, alcántara, enrique4, santo-padre, don, príncipe, benavente, prelado, nombrar). Aquí cuenta sobre todo la afirmación de la identidad grupal de los Grandes del reino. Tal afirmación se realiza a través de la superación ceremonial que solo se explica con la íntima relación que estos mantienen con el trono, cuyas insignias subvierten (auto)proclamándose los dueños de ellas. Los Grandes están obligados entonces a hacer un esfuerzo de justificación sin precedentes, destinado a legitimar ese poder ceremonial que inauguran. Así, después de raigambre y su poder. Después de esta profesión de fe, ellos afirman que se confederan para responder al mandato del rey, en virtud de la oblicagión de obediencia que les imponen las leyes divinas y humanas (I. PASTOR BODMER, Grandeza y tragedia de un valido, t. II, pp. 270-272). Además de las referencias ya indicadas, sobre la práctica del contrato de alianza en Castilla, véase A. B. SÁNCHEZ PRIETO, "Un tipo documental fundamentalmente nobiliario: la confederación"; I. BECEIRO PITA, R. CORDOBA DE LA LLAVE, Parentesco, poder y mentalidad.

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François FORONDA constatar la inutilidad del llamamiento a una instancia superior considerada como competente (santo-padre), pero de hecho ineficaz, pues se la declara corrupta (dávidas, conocer, opinión), y dado lo urgente de la situación por la extrema necesidad del reino (reino, necesidad), y para que Enrique IV no acrecentara su ventaja sobre Alfonso (acrecentar, poder), a quien faltaba dinero (mengua), los Grandes deciden, a su pesar (pesari), deponer al rey (determinar), en realidad una efigie con su imagen que ellos sientan en un trono (silla, asentar), cuya función es la de simular su presencia (presencia). Para realizar este acto, apelan a una tradición electiva de los reinos de Castilla y de León (reino, costumbre, león, castilla), atestiguada según ellos por las autoridades canónicas (probar, autoridad), según la cual los nobles y el pueblo (pueblo) podían elegir y deponer al rey. Los ejemplos hacen referencia al caso de Alfonso X, de Pedro I y de Enrique II, habiendo obtenido el trono este último como recompensa de su virtud cuando su bastardía le prohibía, en derecho (derecho), acceder a él. Una vez inventada la tradición, la ceremonia puede comenzar, sobre un cadahalso dispuesto ante las murallas de Ávila para permitir al mayor número de personas asistir (cadalso, ávila). La ceremonia se desarrolla en dos fases. La primera, la más importante, es la deposición (deposición). Comienza con la lectura (leer) de los principales agravios por los cuales el rey merece perder la corona (merecer, perder) así como su reino (reino). Se dirigen a un rey del que apenas no queda más que el nombre, porque no cumple con la justicia (nombre, justicia) y le faltan las principales cualidades, entre ellas el coraje (corazón, fallecer). A continuación, viene la deposicón propiamente dicha, que los Grandes finalizan arojando a tierra la efigie a la que habían despojado de sus atributos reales (corona, quitar, cabeza, cetro, tirar, tierra). Comienza entonces la segunda fase de la ceremonia, con la entronización del joven Alfonso (edad), que sube al cadahalso (subir), en donde los Grandes le prestan homenaje y le besan la mano (besar). En el relato-rito, el hecho de que la fecha de esta doble ceremonia venga consignada adquiere un relieve destacado (jueves, mes, año), también el hecho de que sea anunciada por todas las Españas (españa), pero de forma diferente: por una parte, como una liberación que pone fin al reinado del tirano (durar), en donde los Grandes, muy a su pesar (pesar(i)), han actuado guiados por la providencia (maravillar, dios); por otra parte, como la ilustración de la malicia de los Grandes frente a un rey de cuya bondad ellos se han beneficiado ampliamente (bondad, recibir). Jubilosa para unos, la deposicón es condenada por otros, pero para todos es un acontecimiento edificante y memorable, conforme a la intención de los autores de esta innovación ceremonial. Desde el punto de vista narrativo deben distinguirse dos polos. Primero, el partido anti-enriqueño, cuya versión del acontecimiento es fijada en el corpus por la Crónica anónima y repetida por Diego de Valera. Segundo polo, el del partido enriqueño, cuyo principal poravoz es Diego Enríquez del Castillo. Entre los dos polos se sitúa la versión de Lorenzo Galíndez de Caravajal, que realiza una síntesis de las dos versiones. Estos cronistas contribuyen a configurar fuertemente el primer factor del análisis factorial del corpus "autores" (41,1 %), en el lado negativo, oponiéndose esencialmente al relato de Tordesillas de Álvar García de Santa María (52 %), en el lado positivo. Es en este factor en donde adquieren peso los términos asociados con Ávila, en particular los que indican la estrategia instrumental y simbólica realizada por los Grandes, con contribuciones del 0,4 % al 0,6 % (cadalso, corona, deposición, cetro, silla). Ahora bien, estos términos se inclinan muy claramente del lado de los cronistas anti-enriqueños, adquiriendo su relato de Ávila el carácter de acta 42

Apoderarse del rey de la legalidad que se está construyendo. Esta dimensión es negada por Diego Enríquez del Castillo, quien trunca la relación de una ceremonia innombrable desde su punto de vista, tal y como atestigua la ausencia de los términos deposición y cetro en su versión. Pero esto es lógico después de todo. La empresa del partido enriqueño es la redefinición de la relación con el rey, via su despersonalización en beneficio del vínculo entre el grupo de los Grandes y la corona, de la que ellos se consideran, en definitiva, los propietarios legítimos, lo cual se constata desde un punto de vista discursivo, dado el uso muy moderado de corona por Diego Enríquez del Castillo. En los cronistas del reinado de Enrique IV, las formas en exceso en relación con el resto del corpus confirman bastante bien esta línea de división entre, por una parte, la huida hacia delante simbólica de los cismáticos, y, por otra parte, la resistencia personalista de los legalistas58. La resitencia de estos últimos desemboca sobre la segunda innovación del reinado de Enrique IV: la intervención de la Hermandad en Madrid en 1467. Tal innovación contribuye sobre todo al tercer factor del análisis factorial del corpus "acontecimientos" (10,5 %), fuertemente configurado por la oposición principal Ávila-Rámaga-Madrid 2. En este tercer factor, con contribuciones escalonadas entre el 0,2 % y el 0,9 %, quedan asociados con Madrid 2, términos tales como: Hermandad, condesa, alcázar, partida, esperar, enemigo, parcial, proponer, servidor, alcalde, consentir, defender, guardia, trato, alteza, andar, estorbar, hija, morir, resistir, sevilla, suplicar, destruir, mal, partido, río… En realidad, la intervención de la Hermandad no es nueva en el relato-rito. Aparece ya en la fase liberatoria de Tordesillas, pero en un segundo plano, instrumentalizada por don Álvaro de Luna, que deseaba servirse de ella para forzar al infante don Enrique a levantar el sitio de Montalbán, intervención que, no obstante, quedó neutralizada por este último. La gran novedad de 1467 es que esta tradicional fuerza de choque con la que la monarquía solía fortalecerse, reavivada en 1465-1466, actúa en este caso por su propia iniciativa, al menos en apariencia. Es la consecuencia de la integración política de sus jefes (alcalde), muy próximos a los servidores, criados y gentes de la guardia del rey (servidor, guardia), siendo a veces también ellos mismos integrantes de este grupo. Admitidos en la privanza regia después del cisma de 1465, estos hombres temen en realidad dos cosas: un atentado contra el rey y su familia si se marchan a Béjar (mal, hija); y un acuerdo entre los beligerantes, que les convertiría, necesariamente, en chivos expiatorios (enemigo, parcial, trato, destruir, morir). Así pues, la intervención de la Hermandad es doblemente preventiva. Esta intervención da lugar a una concertación previa que tuvo lugar en la iglesia San-Ginés de Madrid, muy próxima al alcázar. La estrategia adoptada entonces consiste, en primer lugar, en convencer y suplicar al rey que no 58 La aplicación HYPERBASE permite establecer la representatividad de un texto con relación al resto del corpus, a partir del cálculo de las formas en situación de excedente o de déficit. Del vocabulario utilizado en el análisis factorial, excluyendo los topónimos y antropónimos, las quince primeras formas en situación de excedente son: marqués, condesa, corona, perder, pueblo, cetro, deposición, dinero, nombre, acrecentar, comenzar, destruir, determinar, don, favor pour la Crónica anónima; corona, deposición, cetro, probar, quitar, leer, cadalso, cabeza, determinar, fallecer, gobernación, perder, pueblo, reino, silla en el caso de Diego de Valera; marqués, traición, maestre, capitán, rocines, servidor, alteza, conde, criado, lealtad, ejecutar, súbditos, acompañar, dañar, descubrir en el caso de Diego Enríquez del Castillo; marqués, maestre, prender, criado, leal, maestrazgo, alcázar, alteza, cadalso, condesa, capitán, causa, corona, deposición, determinar en el caso de Lorenzo Galíndez de Caravajal. De manera comparativa, las quince primeras formas en situación de excedente en el relato global de la deposición ficticia de Ávila son: cadalso, corona, deposición, quitar, leer, cetro, cabeza, probar, silla, perder, pueblo, subir, año, mano, mes.

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François FORONDA acompañe a la condesa de Plasencia que había venido a buscarle (condesa, partida, proponer, suplicar); en segundo lugar, si el rey decide abandonar Madrid, de impedírselo por la fuerza (consentir, defender, estorbar, resistir). Al preferir el rey seguir la opinión de los satélites del marqués de Villena presentes en su consejo, y no la de su cronista, portavoz de sus servidores y de la Hermandad59, la segunda opción es puesta en marcha. Enfrentado a una ciudad que subleva la Hermandad a fin de impedir el rapto al que consiente el rey, Enrique IV tuvo que volver a entrar en su alcázar, ante los ojos de la condesa de Plasencia que le esperaba en la otra orilla del Manzanares antes de marcharse (escándalo, esperar, río). Aunque su importancia sea menor en el seno del sistema, Madrid 2 desempeña para el grupo de los partidarios del rey el mismo papel que Ávila para los anti-enriqueños, es decir un acontecimiento fundador. Hasta tal punto esto es así que dicho acontecimiento da lugar a algunas distorsiones gramaticales en el relato de Diego Enríquez del Castillo, en particular el uso de los adjetivos leal y libre (no tomados en cuenta en el análisis factorial) como sustantivos para designar a los miembros de ese grupo al que él mismo se jacta de pertenecer y cuya intervención victoriosa él narra. Con el soporte de este estilo cronístico, este compromiso peronalista y legitimista, opuesto por naturaleza a la estrategia simbólica, además de cismática, seguida por los Grandes, marca la apropriación de la práctica identitaria, que hasta entonces había sido únicamente nobiliar, por un nuevo grupo, mediano en su cima y de base más popular, en conjunto esencialmente urbano. Es, por otra parte, un grupo de perfil análogo y, en definitiva, dominado por los oficiales del rey, el que afirma su identitad en las Cortes de Ocaña (1469) apoderándose de la teología política que los Trastámara venían usando desde finales del siglo XIV60. Ha de hacerse un último comentario sobre el significado de la oposición principal expresada por este tercer factor. Si bien la lógica de las oposiciones de los dos primeros factores era cronológica (Tordesillas-Rámaga, luego RámagaAvila), la del tercer factor (Rámaga-Avila-Madrid 2) es más sintética. Tal oposición traduce, después de la intensificación de la fase liberatoria que caracteriza el reinado de Juan II (sobre todo con Rámaga) y del fracaso (como veremos un poco después, las intentonas enriqueñas contribuyen igualmente a configurar este factor) y luego de la revisión de la fase atentatoria (Ávila), la desarticulación estructural del golpe de fuerza, con una liberación que funciona a partir de entonces de manera autónoma. Sin embargo, hay que matizar un tanto esta autonomía, pues para el grupo que actúa en 1467, sus integrantes no consideran como preventiva la liberación del rey que acaban de promover. Responde más bien a un atentado que se está produciendo, o por lo menos es así como este grupo lo presenta a la población de Madrid que se levanta al grito de "Que llevan preso al rey" (Diego Enríquez del Castillo), "¡Mueran, mueran 59 Diego Enríquez del Castillo se muestra especialista de la comunicación entre el rey y la Hermandad, como atestigua la oración "Dado vos es poderío de Dios…" que dirige por carta a la junta general de Tordesillas, en 1466, por mandato de Enrique IV (D. ENRÍQUEZ DEL CASTILLO, Crónica de Enrique IV, pp. 260-262). 60 Además del artículo de R. Morán Martín, "Alteza…merçenarios soys", me permito remitir a mi estudio “El consejo de Jetró a Moisés". Destaquemos que la afirmación política de ese grupo obliga a los Grandes del reino a llegar a un acuerdo con los procuradores de las ciudades en las Cortes de 1469 que sellan el final de la guerra civil. Este acuerdo toma la forma de un juramento prestado el 25 de abril, mediante el cual don Juan Pacheco, don Alfonso de Fonseca, don Pedro González de Mendoza y don Pedro de Velasco se comprometen a que el rey dé curso a las peticiones que les serán presentadas, en particular las relativas a los honorarios de dichos procuradores (C. OLIVERA SANTOS, Las cortes de castilla y León, doc. n° 65, pp. 332-333).

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Apoderarse del rey los traidores que llevan preso al rey!" (Lorenzo Galindez de Carvajal). Así que la fase atentatoria, aunque solamente este aquí presente como un rumor convertido en apellido, sigue sirviendo de desencadenante a la fase liberatoria, legitimándola finalmente61.

El bloqueo de la fase atentatoria y el modelo inicial La configuración del tercer factor del análisis factorial del corpus "acontecimientos" obliga a una lógica de exposición retrospectiva. Además de la oposición principal Ávila-Rámaga-Madrid 2, las intentonas enriqueñas (16 %) y, de forma menos significativa el golpe de Toro (2,9 %) diseñan, en efecto, una oposición secundaria en el lado negativo. Entre las intentonas enriqueñas destacan en concreto la primera (Madrid 1 [5,2 %]) y la última (San Pedro de las Dueñas [5,6 %]) del año 1464. Se oponen dos tipos de intervención: en el espacio interior para Madrid 1, marcada por la irrupción del marqués de Villena y sus hombres en la cámara del rey, que se refugia en su retrete con Beltrán de la Cueva (fingir, muerte, dañar, atrevimiento, puerta…); en el espacio exterior en el caso de San Pedro de las Dueñas, siguiendo el modelo de la entrevista-trampa (vista, ayuntamiento, caballo, descubrir, rocines, señalar…). Pero sea cual sea la modalidad de estas intentonas, todas ellas están dominadas por el enfrentamiento entre don Juan Pacheco, marqués de Villena, y don Beltrán de la Cueva, conde de Ledesma, por razón del rechazo del primero al encubramiento del segundo (btrán-de-la-cueva, ledesma, maestrazgo, villena, maestre, santiago), encumbramiento que se había producido en virtud de la consecución del maestrazgo de Santiago, además de la alianza con los Mendoza (Calahorra). 61 Al contrario que la asonada, el apellido es un grito y un ayuntamiento legítimos y lícitos. De hecho, al definir asonada y apellido en la misma sección, las Partidas tiende a contraponerlos (II.26.24: "Apellido tanto quiere dezir como boz de llamamiento, que fazen los omes para ayuntar se, e defender lo suyo quando resciben daño o fuerça. E este se faze por muchas señales, assi como por boz de omes, o de campanas: o de trompas. o de añafiles: o de cuernos, o de atambores: o por otra señal, qualquier que sea: que faga sueno, o monstrança: que oyan: e vean de lexos: assi como atalayas: o de almenaras: segund los omes lo ponen: e lo vsan entre si"). Enrique IV hace uso del apellido, después de la intentona de San Pedro de las Dueñas, en el camino de Segovia, a fin de que los hombres de los contornos acudan a acompañarle y a protegerlo ("Tomó consigo veynte de a cavallo e subióse por lo alto de la sierra, camino de Segovia, y mandó haser apellido por todos los lugares de la sierra, para que la gente sallese a lo acompañar y llevar syn rreçelo" [D. ENRÍQUEZ DEL CASTILLO, Crónica de Enrique IV, p. 219]). En cuanto a los gritos de la liberación de Madrid recogidos por los cronistas, parecen corresponder a un tipo de grito proferido por el que ostenta la autoridad pública, a causa de la participación de los oficiales del rey y de los alcaldes de la Hermandad en el levantamiento de la ciudad. Así, bajo el reinado de Enrique IV, el apellido es a la liberación del rey lo que la asonada sería a su secuestro, es decir un aglutinante del grupo, pero de un grupo socialmente distinto. Destaquemos, sin embargo, que, en el contexto de la guerra civil, ha podido extenderse localmente cierta confusión entre asonada y apellido. Es testimonio de ello, más concretamente, la inclusión en el título dedicado a las asonadas del Ordenamiento de Montalvo (1484) de una ley de 1467 que describe en realidad el apellido por repique de campanas, aplicando la pena de muerte para cualquiera que haga uso de él sin una orden previa de la autoridad pública ("que ninguno sea osado de rrepicar canpanas syn mandado dela justiçia y de quatro rregidores sy pudieren ser avidos o alomenos dos rregidores dela çibdad o villa o logar conla justiçia del logar y sy el logar fuere tal que non pudieren ser avidos rregidores que ninguno sea osado de rrepicar las dichas canpanas sin mandado dela dicha justiçia del logar y qual quier quelo contrario fiziere incurra en pena de muerte por la justiçia y pierda todos sus bienes para nuestra camara" [A. DÍAZ DE MONTALVO, Copilación de leyes del reino, IV.10.5]). Últimamente, conviene relacionar estas disposiciones legales con la manipulación del apellido en el caso de las revueltas antiseñoriales (C. BARROS, "¡Viva el rey!").

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François FORONDA Así pues, las intentonas de 1464 están dirigidas tanto contra el rey como contra su privado, siempre a su sombra62. Las intentonas marcan además la constitución de los partidos que pronto se enfrentarán (guerra, paz para San Pedro de las Dueñas). Tal no es el caso para el golpe de mano perpetrado en venganza por Pedrarias Dávila en 1467 en los aledaños del Pardo, golpe dirigido solamente al rey, un golpe que representa una especie de giro de tuerca dado al mecanismo de la ira, que le obliga a huir de sus perseguidores, en plena noche y prácticamente desnudo (prender, preso…). Esta vuelta de tuerca tiene, pues, la ventaja de conducirnos al corazón de la práctica, que había quedado de alguna manera velada por las distorsiones liberatorias del reinado de Juan II, por la superación ceremonial de 1465 y luego por la irrupción de un nuevo grupo de actores bajo el reinado de Enrique IV. Esto es así, porque el golpe de mano del Pardo tiene como particularidad que apunta, más quizá que el resto de las intentonas enriqueñas, al carácter inestable de la compañia regia, siempre en recomposición por causa de la debilidad repetida de ese vínculo personal que es la crianza, a partir del cual y llevándolo a su extremo se construye la privanza. De ahí, los esfuerzos de Diego Enríquez del Castillo en Madrid por encontrar los sustitutos más seguros a los antiguos criados del rey, que al pasar a ser privados y luego convertirse en Grandes, se inclinan a favor de una relación más impersonal (corona…), menos comprometida quizá, y ciertamente más duradera. De hecho, aunque no haya dejado de denunciar la ingratitud de los Grandes, Diego Enríquez del Castillo no puede evitar expresar su incomprehensión al deplorar el arresto de Pedrarias Dávila, un arresto que motiva el golpe de mano del Pardo que él no cuenta. Prefiere en su lugar relatar la toma de Segovia por los anti-enriqueños para cargar contra ese criado que se ha vuelto desleal, pero porque el rey primero lo ha traicionado63. Es quizá también esta traición regia, en definitiva ya experimentada por los proenriqueños, la que pretende ser evitada con la liberación preventiva de Madrid. La traición, claro está, se encuentra en la raíz del golpe de Toro que constituye el punto de partida de nuestra serie. La configuración del tercer factor del análisis factorial del corpus "acontecimientos" nos lleva a evocarlo en último lugar (2,9 %). Con contribuciones escalonadas entre el 0,2 % y el 0,5 %, están asociadas con el golpe de Toro palabras tales como Toro, villa, Fernando-deCastro, oficio, reina, Tello, camarero, madre… La débil contribución de Toro a este factor y, sobre todo, la ausencia de datos para el resto de factores (en particular el cuarto, en el que aparece con fuerta presencia Toro, tal y como lo indica el segundo gráfico factorial) no permiten, sin embargo, decir gran cosa. Afortunadamente, el análisis factorial del corpus "autores" permite de alguna manera cubrir esta laguna. El tercer factor de este corpus, que expresa el 10 % de la varianza, está muy fuertemente configurado por los cronistas del reinado 62 La misma constatación se impone en el caso de Segovia (1,8 %), que simplemente repite, como mero proyecto abortado, el modelo de intervención anterior de Madrid 1. 63 "Pero, pues, liçençia de escrevir se me otorga y osadía de hablar me deve ser dad, digo con rreverençia de tan alto rrey, que aquesta prisión tan ynjusta, más fue perseguidor de los leales que enemigo de sus traydores, y que más le pesó con la lealtad que le desplugó la trayçión. ¡O qué mal enxenplo de rey! ¡Qué desonesta hazaña de prínçipe! ¡Qué feo consentimiento y disoluta liçençia! El que avía de ser defendedor de sus leales, hazerse perseguidor de aquellos. El que devía de anparar su hechura leal, mandalla prender e dar lugar a su muerte" (D. ENRÍQUEZ DEL CASTILLO, Crónica de Enrique IV, p. 265). Sobre la toma de Segovia, el 17 de septiembre de 1467, véase mi artículo "Le prince, le palais et la ville".

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Apoderarse del rey de Pedro I, en el lado negativo: Pedro López de Ayala primero (59,5 %) y la Suma de Reyes después (12,7 %). Se oponen a los cronistas del reinado de Juan II y de Enrique IV, del lado positivo, a excepción del Victorial, también del lado negativo, cuya característica es que relata a la vez el golpe de Toro y los golpes del reinado de Juan II. En este marco, en el lado negativo, destacan en concreto veinte términos, que se asocian con el relato de Pedro López de Ayala y de la Suma, caracterizando así únicamente el golpe de Toro desde esta perspectiva autorial. Con contribuciones del 1 % al 9,5 %, por orden decreciente, son los siguientes: Toro, Tello, camarero, sello, Fernando-de-Castro, Pedro1, madre, mula, aldea, comendador, don, Leonor-de-Guzmán, oficio, privado, reina, Aragón, vasallos, caza, culpa, mujer. Vienen después, con contribuciones entre el 0,4 % y el 0,9 %: ordenar, entregar, hermano, maestre, cabalgar, ir, palacio, regir, sosegar, aconsejar, monasterio, pleito, tratar. Finalmente, con contribuciones más próximas a la media, pero con coordenadas fuertemente negativas, caen igualmente del lado de Toro, términos tales como arredrar, homenaje, mayordomo, primo, río, avisar, galicia64. No vuelvo a incidir sobre el contexto y las modalidades del golpe de Toro. Destaquemos simplemente la importancia del vocabulario relacionado con la designación de la compañía del rey y, en consecuencia, con la crisis de los vínculos que estructuran este grupo. Sin embargo, la crianza no es aquí el problema. Esta vez, lo que se rompe, son los vínculos por así decirlo anteriores: el parentesco, con la traición de la familia del rey (Tello, madre, leonor-de-Guzmán, madre, reina, Aragón, mujer, hermano, maestre, primo); el vasallaje, con la necesidad de fortalecerlo con nuevos juramentos (vassallos, pleito, homenaje). Y en el fundamento de esta crisis generalizada del vínculo, a la vez causa y consecuencia de su disolución, se encuentra la privanza, es decir, esa relación gubernativa nacida en la intimidad del poder soberano, con su lote de oficios y de gracias que parientes y vasallos se disputan con aquellos advenedizos a quien el rey concede su preferencia y a los cuales él se entrega (camarero, sello, Fernandode-Castro, aldea, oficio, privado, mayordomo…).

De la compañía regia a la comunidad política: el rey y la institución de los grupos Los resultados obtenidos no nos dejan avanzar más. Los gráficos factoriales permiten visualizar las principales oposiciones comentadas hasta aquí, así como la influencia de los autores en su configuración. El primer gráfico indica los factores 1 y 2. Su lógica de organización es cronológica. Al norte del eje de las ordenadas se encuentra el reinado de Juan II, con sus distorsiones liberatorias: al este, el golpe de Tordesillas, al norte-noroeste, el golpe de Rámaga. Al sursuroeste del eje de las ordenadas figura el reinado de Enrique IV, sus innovaciones se destacan en dirección suroeste, principalmente la deposición ficticia de Ávila. Llevado por estas distorsiones, el vocabulario relacionado con las tentativas enriqueñas se aglutina en el centro, que es ocupado igualmente por el vocabulario asociado con el golpe de Toro; la contribución de estas acciones a los dos primeros factores, salvo Madrid 1, es prácticamente nula. En resumen, el fracaso inmediato de las tentativas enriqueñas tiende a aproximarlas 64 En comparación, las formas consideradas por los análisis factoriales y en situación de excedente en el relato del golpe de Toro son: Toro, Pedro1, Fernando-de-Castro, Tello, madre, camarero, don, maestre, pleito, sello, villa, caza, hermano, ir, reina, Aragón, comendador, mula, oficio, vasallos, aldea, Castilla, Leonor-de-Aragón, mujer, preso, cabalgar, homenaje, morir, ordenar.

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François FORONDA a un modelo inicial dominado por la fase atentatoria. Esta configuración se debe, de manera subyacente, a las evoluciones que afectan al discurso cronístico, cuya unicidad (Álvar García de Santa María), sometida a la competencia de las crónicas particulares que asumen el modelo real (Crónica del halconero, Refundición del halconero), se fractura finalmente (Diego Enríquez del Castillo, Crónica anónima, Diego de Valera). Sin embargo, destaquemos que esta fractura lo que hace es revelar la dualidad original del discurso cronístico castellano. En el centro del gráfico, bajo el golpe de Toro, se encuentra la crónica de Pedro López de Ayala, cuya particularidad es que contiene un discurso aristocrático de oposición que ha pasado a convertirse en el discurso oficial de la monarquía castellana. El segundo gráfico factorial representa los factores 3 y 4. Es menos representativo que el primero, menos completo también a causa del importante número de puntos superpuestos que quedan truncados, pero su lógica de organización se revela más sintética, siendo la tentativa de Córdoba la única de las acciones de la serie que mantiene una contribución nula. Destacan tres conjuntos que apuntan al precedente de la serie y a las desviaciones del ritual. Primero, en el extremo norte, el golpe de Toro (1354) y las fisuras iniciales de la compañía regia sometida a recomposición como consecuencia de la aparición de los privados al lado del príncipe, suplantando estos a los parientes y vasallos. Segundo, al este-sureste, en la continuidad del golpe de Rámaga, la deposición ficticia de Ávila (1465) y la superación ceremonial realizada por los Grandes, los cuales, de este modo, afirman su identidad grupal, fuera de la compañía del rey, pero con los símbolos de un rey reificado, esto es, cosificado. Tercero y último, en el suroeste, la liberación preventiva de Madrid (1467) y la apropiación del ritual por un nuevo grupo, el de los servidores leales, que, al sustituir a los Grandes en la compañía regia, se distingue de ellos por una vinculación con el rey de tipo personalista. Desde el punto de vista narrativo, esta oposición viene configurada de manera subyacente por distintas identidades discursivas: un discurso aristocrático transformado en monárquico, en el caso del golpe de Toro (Pedro López de Ayala); un discurso aristocrático en vía de legitimación en el caso del golpe de Rámaga (Crónica del halconero, Refundición de la crónica del halconero) y, sobre todo, en el de la deposición ficticia de Ávila (Crónica anónima y Diego de Valera); un discurso monárquico liberado de sus raíces aristocráticas, en el caso de la liberación de 1467 (Diego Enríquez del Castillo). La oposición de estos tres conjuntos formados por los acontecimientos y la narración de los hechos produce un amplio centro, en donde se aproximan, pero sin confundirse, las distorsiones liberatorias del reinado de Juan II (al este) y el bloqueo atentatorio del reinado de Enrique IV (al oeste). En la intersección de los ejes se encuentra esta vez la intentona de Córdoba, de la que hemos dicho que constituía un hápax narrativo en el seno del corpus. Se encuentra además cronológicamente aislada en su categoría, precediendo en una decena de años al resto de las tentativas enriqueñas. Pero lo que realmente hace de esta intentona un verdadero hápax es que es el único acontecimiento de la serie realizado en el contexto de una campaña militar contra los moros, ese enemigo tradicional contra el que prevalece en general la unión sagrada entre el rey y su nobleza65. Detengámonos un momento en el caso de Córdoba para intentar 65 Hasta que se produzca la conquista del reino de Granada por los Reyes Católicos, es de mencionar que, en el seno del gran corpus constituido por los cronistas castellanos de los siglos XIV y XV, el reinado de Alfonso XI, ya fuertemente marcado, como se ha visto por la creación

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Apoderarse del rey precisar la función de esta liturgia política producida por la revisión de la relación entre nobleza y monarquía en el contexto de la génesis medieval del Estado moderno en la corona de Castilla. La campaña contra Granada de 1455 comienza bajo los mejores auspicios66. Los Grandes dan su consentimiento, incluyendo a los excluidos del gran gobierno que acababa de formar el rey, en particular don Íñigo López de Mendoza que se encarga, en las Cortes, de hacer las últimas recomendaciones. Calixto III es requerido igualmente, pues es competencia del papa convertir esta guerra contra los moros, que a menudo sirve como vía de escape política, en una empresa sagrada, y además rentable gracias a la concesión de la bula de cruzada. En torno al rey, la juventud ocupa el primer lugar: los mancebos forman su guardia y él les dirige como único capitán. Pero la campaña se tuerce. Entre finales de junio y comienzos de julio de 1455, algunos nobles descontentos intentan apoderarse del rey. Según Diego Enríquez del Castillo, su descontento está relacionado con la estrategia adoptada: una guerra de usura, sin grandes batallas pues, en la que incluso las escaramuzas están prohibidas por el rey, ya que los moros se muestran en ese terreno mucho mejores combatientes67. Alfonso de Palencia, que queda fuera del corpus al escribir en de la orden de la Banda, es otro gran momento de puesta en escena narrativa de esta unión sagrada, primero con la Crónica de Alfonso onceno de Fernán Sánchez de Valladolid, luego con la Gran Crónica de Alfonso XI, refundición de la anterior redactada bajo el reinado de Enrique II. Sobre estas crónicas, véase F. GÓMEZ REDONDO, Historia de la prosa medieval castellana, t. II, pp. 1260-1284 et 1816-1820. 66 Para su contextualización, ver J. L. PINO GARCÍA, "Las campañas militares castellanas contra el reino de Granada". 67 "Venido el mes de abril del año syguiente de su rreynado, que se contaron mill e quatroçientos e çinquenta e tres años del Nasçimiento de Nuestro Salvador, en que la guerra se avía de començar en el Andaluzya contra los moros, el rrey se partió para Córdova, donde los grandes del rreyno y las otras gentes, asy de cavallo como peones, se avían de juntar. Los señores que allí venieron, fueron los que serán nombrados: del estado eclesiástico, don Alfonso de Fonseca, arçobispo de Sevilla, con otros prelados; del estado militar, don Fadrique Enrríquez, almirante de Castilla, tío del rrey; don Juan de Guzmán, duque de Medina Sidonia y conde de Niebla; don Yñigo López de Mendoça, marqués de Santillana y conde del Real, con sus hijos, don Diego Hurtado, don Pero Laso, don Yñigo López, don Lorenzo Xuárez; don Juan Pacheco, marqués de Villena; don Pero Xirón, su hermano, maestre de Calatrava; don Alvaro de Çúñiga, conde de Plazençia; don Juan Pimentel, conde de Venavente; don Hernand Alvarez de Toledo, conde de Alva; don Juan Ponçe de León, conde de Arcos; don Juan de Luna, conde de Santistevan; don Enrrique Enrríquez, conde de Alva de Liste; don Juan de Acuña, conde de Valençia; don Pedro de Córdova, conde de Cabra, con su hijo, el mariscal don Diego de Córdova; don Garçía Hernández Manrrique, conde de Castañeda; don Graviel Manrrique, su hermano, conde de Osorno y comendador mayor de Castilla; don Rodrigo Manrrique, conde de Paredes; don Pedro, señor de Aguilar; Pedro de Mendoça, señor de almaçán; y otros cavalleros del estado. Llevava el rrey de las gentes de sus guardas tres mill de cavallo, honbres de armas y ginestes; Alvaro de Mendoça, señor de Mendoça, hijo de Ruy Díaz de Mendoça, señor de Castroxeriz, capitán de mill e quinientos onbres de armas, de quinientos ginetes; Rodrigo de Marchena, capitán de quienientos ginetes; Garçía de Jahén, capitán de trezientos jinetes moriscos. demás y allende de aquestos tres mill rroçines, ya rrecontados y más dozientos ginetes enjahezados de los hijos de grandes y nobles, que solamente tenían al rrey por capitán, que de contino aguardavan su persona rreal, quando cavalgava. Asy que entre la gente del rrey y de los cavalleros serían por todos catorze mill de a cavallo y ochenta mill peones. Juntados aquestos, y hecho alarde el rrey, partió con todo este exérçito, poderosamente, y por sus jornadas caminó hasta que llegó a la Vega de Granada, donde fue asentado su rreal. Y quanto quería que los moros salían a travar escaramuças, el rrey no dava lugar a que ninguno de su gente saliesen a ellos, antes mandava a sus capitanes que jamás consintiesen, ni diesen lugar a que se mezclasen con los moros ninguno de los suyos, rreçelando, como hera la verdad que los moros eran más yndustriosos en aquello, que saliendo a se mezclar con ellos avrían más muertos de christianos que de moros; ca su voluntad hera

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François FORONDA latín, corrobora esta idea68. Pero desde su perspectiva, el descontento es menos estratégico que moral. Para él, la verdadera razón es la indignación que sienten los nobles y su voluntad de proteger la cosa pública de la incuria del rey y de la ruina a la que sus súbditos son conducidos al pervertir su libertad, sus costumbres, sus leyes y su religión. La indignación se tiñe de incomprensión cuando el joven Pedro de Velasco (heredero del conde de Haro, que actuaba entonces en Castilla junto al arzobispo Carrillo como virrey, y sobrino de Alfonso de Velasco, uno de los primeros protectores del autor69), atento a las murmuraciones de los mayores, opuesto a la locura de aquellos que obedecen a un hombre enfangado en vicios infamantes desde su más tierna infancia, admirador de los moros hasta en sus más secretos excesos, apela al honor para convencer a sus jóvenes compañeros de no enflaquecer y de restaurar la nobleza de sus ancestros. En consecuencia, la única salida es la de destruir a este monstruo, este traidor de la fe católica70. solamente hazer la tala muy grande; mandó levantar su rreal e salióse a la villa de Alcabdete. De aquesto quedaron los cavalleros muy descontentos, en tanto grado que algunos de ellos, o los más confederados, desistieron, con el maestre de Calatrava, don Pero Girón, acordaron de prender al rrey; y asy dieron el cargo de lo esecutar a don Hernand Alvarez de Toledo, conde de Alva y a don Rodrigo Manrrique, conde de Paredes. Y como de questo fue sabidor don Yñigo López de Mendoça, hijo terçero del marqués de Santillana, syn descobrir el caso de la trayçión, al rrey le dixo el mesmo día que lo avían de venir a prender, que le paresçía, sy su alteza quisiese, que sería muy bien partirse luego y pasarse a dormir a Córdova, donde podría estar de mayor rreposo, vista la mucha gente que allí cargava, syendo el lugar pequeño. Y porque Dios es el guardador de los rreyes e defensor de sus vngidos, púsose en voluntad, que lo posiese por obra e se partiese syn más detenimiento; en tal manera que quando los condes fueron a executar su dañado propósito, hallaron partido al rrey, como se yva camino de Córdova, y asy quiso Dios librarllo, porque aquella trayçión no se cumpliese. ¡deslealtad de vasallos, feo pensamiento de súditos, desonesta enpresa de cavalleros súditos, cruel atrevimiento de hidalgos, que tal osadía presumíades enprender, para desdorar la nobleza de vuestra sangre! Dezideme, pues, agora yndiscretos varones ¿quién defendiera vuestra linpieza, quando vosotros la destruydes syn temor de aver ynfamia? ¿quién sostuviera vuestra honrra, quando vosotros la desonestávades syn rreal vytuperio? Baste, pues, saber de vosotros que vos plazía perder lo que ninguno vos podiera dar, y queríades avatir lo que jamás rrecobrárades. Llegado el rrey a Córdova, porque la gente de la hueste venían fatigada, mandó que les pagasen todo el sueldo que les hera devido y se fuesen a sus tierras, con tanto que estuviesen aperçividos para el año venidero. Y asy, derramada la gente, después que el rrey posó allí algunos días, fuele descubierta la trayçión que contra él se avía hordenado. Entonçes él, como católico rrey, dyó muchas graçias a Dios que lo avía librado de tan grave maldad, pero ni por esto dexó el propósito de la guerra contra los moros, antes determinó de lo hazer todavya con tanto que ninguno de los grandes no fuesen, salvo que cada vno de los grandes enviase çierta gente. Avida esta consyderaçión entre sy mesmo, partióse para Madrid" (D. ENRÍQUEZ DEL CASTILLO, Crónica de Enrique IV, pp. 149-152). 68 "Nam exerciti apprime Mauri in huiusmodi certaminibus pocius cauendi quam inuadendi sunt, et ueteranis nostrae gentis institutum est ne conserant sponte leuia certamina cum Granatensibus, quibus uix unquam ordo turbatus in damno est quin pro assuetudine citissime restitutionis et ob dexteritatem equorum pernicitatemque resumant ordinem secundum necessitatem uel temporis uel loci, et in ipsa fuga celerrime uel cuneo uel ala uel corona utantur in hostium perniciem" (A. DE PALENCIA, Gesta hispaniensia, t. I, p. 110). 69 Ibid., t. I, p. 640. 70 "Inter eos tanem proceres qui apud regem in oppido Vaenae erant, iuuentus selecta perstitit in consortio seniorum. quorum percepta murmuratione iuniores seorsum nonnulla conferebant. Precipue Petrus de Velasco primogenitus comitis Fari furibundus commemorabat saepe ignominiam publicam innumeras ob causas nullatenus perferendam, quin confestim interciperetur scelerum uia extirpareturque fomes uniuersalis excidii iam iminentis nisi fortiter ageretur; nam uel dissimulatio flagitiorum erumnam induceret, neque eius generis censeri crimina nefaria Henrici quae aliquantisper dissimulari tolerariue deberent aut possent; illam enim gentem debellare presumpsisent sub imperio illius monstri, quae nullam saltem negligentiam regnum in iniuriam rei publicae inpunitam dimittit, et contra eos gloriam insipide nancisci studeant fouendo uel remittendo scelera quorum quodlibet peruerteret regnicolarum mores, libertatem, leges, instituta atque religionem; nec scire se quali dementia cunti hominem ab ineunte pueritia imbutum nefandis criminibus ita obnixe concordi consensu exaltauerint humiliterque imperio eius

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Apoderarse del rey Al margen de lo que diga Alfonso de Palencia (que hace de la campaña de 1455 una epifanía tiránica basada en un argumentario del cual en realidad los Grandes no harán uso sino a partir de 146471), la opinión no es unánime, y la conjura es denunciada al rey. Enríquez del Castillo es más prolijo que Palencia a la hora de denunciar a los responsables de esta empresa abortada. Sitúa a la cabeza a don Pedro Girón, Maestre de Calatrava y hermano de don Juan Pacheco72. A continuación vienen los encargados de apoderarse del rey: don Fernando Álvarez de Toledo, conde de Alba desde 1439, que había permanecido encerrado por orden de don Álvaro de Luna desde 1448 y al cual Enrique IV perdonó y liberó por mediación del marqués de Santillana; don Rodrigo Manrique, conde de Paredes desde 145273. Finalmente, el "traidor", el que informa a Enrique IV del plan, es uno de los jóvenes de la campaña de 1455: Íñigo López de Mendoza, tercer hijo del marqués de Santillana. Su padre, que, sin duda, no deseaba otra cosa sino expresar el poderío de su linaje, estimó esta demostración de fuerza satisfactoria74. Así pues, el grupo de los Grandes parece dividido, y la empresa es valorada por Enríquez del Castillo de forma completamente contraria a la admiración con la que Alfonso de Palencia cuenta el ardor golpista de Pedro de Velasco. La indignación del cronista se inscribe en peruerint, quod insolentissime fuerit ausus non solum eneruare atque dissipare militarem disciplinam et ordinem a ueteribus comprobatum, uerum etiam ueste, incessu uictuque quotidiano et recubatione ad mensam atque turpioribus sorsum abusibus habitus omnes Machumetistarum preferret Christianae religioni, cuius neque uestigium in illo uideretur, sed turpiora queque exerceat in abiectionem honoris, in totius humanitatis peruersionem; uiderent igitur attente, ut necessitas poscit atque in huiusmodi discriminibus efflagitat, quali sollertia subuenire teneantur, qui progenitorum priscam nobilitatem cuperent imitari. Quum sub hac ferme sententia multa particularius dixissent Petrus de Velasco in primis acer adolescens, caetera iuuentus pariter mores Henrici detestatur et conformi sententia profert sola caede ignominiosi illius monstri (quum neque humani aliquid ad eum attineret) posse uitari uniuersale uituperandissimumque excidium. Haud satis compertum habetur cuius nequitia series coniurationis fuerit reuelata. Igitur confestim Henricus Cordubam concessit" (ibid., pp. 113-114). 71 Sobre el resto de la estancia andaluza de Enrique IV, en particular el desorden ceremonial que escenifica Alfonso de Palencia a propósito de la no-entrada real de Sevilla y de la audiencia pública fallida que se desarrola a continuación, me permito remitir a mi comunicación "The Seville Abduction"; retomada de La privanza ou le régime de la faveur, t. I, pp. 354-368. 72 La participación de don Pedro Girón supone un conflicto de intereses entre los Pacheco, cosa impensable, dada la unión inquebrantable que caracteriza a los dos hermanos durante todo el reinado de Enrique IV. Sobre Pedro Girón, véase J. O’CALLAGHAN, "Don Pedro Girón"; A. FRANCO SILVA, "Don Pedro Girón". 73 D. ENRÍQUEZ DEL CASTILLO, Crónica de Enrique IV, pp. 136-138; A. DE PALENCIA, Gesta hispaniensia, pp. 97-98. 74 En comparación con don Pedro de Velasco, su cuñado, la postura de Íñigo López de Mendoza es, en consecuencia, extremadamente legalista. Sin embargo, resulta dificil de creer. Los Mendoza, en efecto, pierden en 1454 (pero Palencia lo retrasa a 1455, después de la intentona de Córdoba), el oficio de mayordomo mayor que ostentaba el linaje, casi sin interrupción, desde el año 1370. Y es precisamente a don Juan Pacheco a quien Enrique IV concede este oficio, truncando así el proceso de patrimonialización. Este hecho es motivo suficiente para que los Mendoza participaran en un complot cuyo objetivo, según parece, era contrarrestrar la amenaza de desbordamiento político que representaba Pacheco. De hecho, al año siguiente, el marqués de Santillana se confedera con los condes de Alba y de Paredes por esta misma razón. La exclusión de los Mendoza del complot de 1455 permite establecer su fidelidad a Enrique IV desde el mismo comienzo del reinado cuando, en realidad, se fraguó en los años 1461-63, momento en el que Enrique IV se decide a apostar por ellos en detrimento de don Juan Pacheco. La relación del cronista con los Mendoza ha podido ser decisiva en la concepción de este ocultamiento narrativo. Diego Enríquez hace su entrada en el consejo real en torno a 1461-62, en la estela de don Beltrán de la Cueva y de los Mendoza, linaje con el cual este nuevo privado, Beltrán de la Cueva, acababa de emparentar (A. DE PALENCIA, Gesta hispaniensia, p. 114; J. DE SALAZAR y ACHA, La casa del Rey, pp. 390-392). Sobre la actitud política de los Mendoza durante los años 1455-1458, véase A. B. SÁNCHEZ PRIETO, La Casa de Mendoza, pp. 77-78.

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François FORONDA el vocabulario de la deslealtad, de la deshonestidad, de la crueldad y del atrevimiento, censurando así la ruptura del vínculo de sujeción, y desdorando el blasón de nobleza esgrimido por los caballeros y los vasallos del rey para legitimar su traición. Estas dos versiones del acontecimiento, diametralmente opuestas, están sin embargo de acuerdo en un punto: la decepción de los jóvenes mancebos. La real politik decidida por el rey, quizá también por sus padres, frustra su sueño de frontera idealizado a partir del modelo de la ficción caballeresca75. Peor aún, al prohibirles las escaramuzas, el rey impide que estos "mancebos" cumplan con las hazañas mediante las cuales, según la "costumbre de la nobleza de España"(D. Enríquez del Castillo), ellos podrían adquirir un renombre, es decir adquirir el estatus de "varón" y, así, integrarse en el grupo al cual ya pertenecen, pero únicamente en tanto que herederos76. En este ritual de institución, el rey, como instancia legitimadora de un grupo cuya constitución y reproducción él dirige, en concreto por la concesión de títulos nobiliarios y de licencias para fundar mayorazgos, está obligado a sancionar la hazaña, consagrándola de ese modo. La consagración toma la forma de una recompensa, a menudo el caballo del adversario vencido. Dicha recompensa señala para todos que el recompensado asume completamente los valores del grupo al que pertenece, en el seno del cual acaba de cambiar su estatus de mancebo por el de varón. Sin negarse a ejercer esta función legitimadora77, el rey habría querido poder dar prioridad al aprendizaje de una norma de comportamiento más conforme con la idea de sujeción, la obediencia a la orden regia, obediencia menos apreciada por un grupo deseoso de dejar la impronta, colectiva e individual, de su diferencia78. 75 Desde este punto de vista, los extranjeros parecen más afortunados que los jóvenes castellanos. Así, en 1455, Georg von Ehingen, tras su estancia en Portugal, donde había sido colmado de honores, en especial desfilando por Ceuta destrás de la cabeza, del caballo y de las armas del moro al que había abatido, llega a Castilla decidido a seguir combatiendo contra los moros. Georg von Ehingen es creado caballero de la orden de la Banda por Enrique IV, en premio a su campaña particular, mucho más sangrienta de lo que cuentan los cronistas castellanos ("Nos vimos, pues, en la necesidad de asaltar la mayor parte de las fortalezas y pueblos y dar muerte a todos los moros, y los asistentes y demás servidores tenían también orden de pasar a cuchillo a las mujeres y a los niños, como lo hicieron. […] Tuvimos serios combates por espacio de dos días, hasta que derrotamos sus tropas, pereciendo 30 000 de sus 50 000 hombres. […] a todas horas se trababan escaramuzas que costaban la vida a mucha gente de ambos lados" [J. GARCÍA MERCADAL, Viajes de extranjeros por España y Portugal, pp. 247-248]). Sin embargo, diez años más tarde, los extranjeros parecen a su vez sentir la dura experiencia de un sueño caballeresco que se derrumba. Así, durante el viaje de Lów von Rosenthal, cuñado del rey de Bohemia, en 1466 (aunque es verdad que en plena guerra civil), su único combate, en el que además solo participa como espectador, fue un divertimento de corte, en el que uno de sus compañeros luchó contra un enano de fuerza prodigiosa. Pero no importa, pues al igual que Georg von Ehingen diez años antes, el barón bohemio y sus compañeros obtienen del rey las insignas de la orden de la Banda (ibid., p. 268). Sobre estos viajeros en España, véase A. ANTELO IGLESIAS, "Estado de las cuestiones sobre algunos viajes". 76 Sobre esta hazaña, ver mi estudio "Bravoure, norme et autorité". 77 En su versión de la campaña de 1455, claramente más combativa que las de Diego Enríquez del Castillo y de Alfonso de Palencia, Diego de Valera indica, en efecto, la promoción de nuevos caballeros por el rey, en particular las de Miguel Lucas de Iranzo, Alfonso Enríquez, Juan de Luna y Fernán Arias de Saavedra (D. DE VALERA, Memorial de diversas hazañas, p. 23) 78 En concreto, es testimonio de ello esas recompensas de las que Alfonso de Palencia dice que fueron negadas a los vencedores de las escaramuzas, concediendo el rey, en cambio, sus trofeos a hombres de su elección, que los obtienen así sin combatir (A. DE PALENCIA, Gesta Hispaniensia, t. I, p. 110-111). Esta actitud del rey es consecuencia lógica de la infracción de sus órdenes por esos "cavalleros mançebos" que practican las escaramuzas sin permiso de sus capitanes,

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Apoderarse del rey El resultado de este conflicto entre la regla común y la norma del grupo es la intentona de Córdoba. Es decir, una hazaña actualizada, que consiste en apoderarse del rey en defecto de poder capturar a un moro, aunque para Alfonso de Palencia el rey Enrique es igual que un moro. En este marco, el rey ya no es una instancia de legitimación sino un trofeo a conseguir (en el modelo teórico de López de Ayala era una ciudad a conquistar), o incluso el límite cuyo franqueo, en los ritos de paso, instituye la diferencia, es decir consagra en ese caso el derecho exclusivo de los Grandes a gobernar. Los Grandes se autodesignan los guardianes de este límite. Tal límite funciona también como frontera de un grupo que los Grandes aspiran a cerrar, impidiendo que otros se aproximen al rey. Alfonso de Palencia les insta a ello en nombre de esa República que él restaura para ellos, siguiendo los modelos romanos, exhortándoles a protegerla de un tirano que vulnera el conjunto de sus leyes (religiosa, sexual, caballeresca, militar…), y arruina su identidad grupal. Y como todo buen tirano, Enrique IV se rodea de extranjeros o de hombres sin fe ni ley, los cuales, según Alfonso de Palencia, reemplazan a los Grandes en la compañía regia tras la intentona de Córdoba79. Tal reemplazo no se produce en realidad80. Los diez años que separan Córdoba de la primera de las intentonas de 1464 están marcadas precisamente por esos contratos de privanza con los que Enrique IV otorga a los Grandes el estatuto de "especiales servidores" que conlleva el reconocimiento de jure de su poder gubernamental. A cambio de esta asignación estatutaria por vía contractual (¿desritualizada?), el rey ve reconocida su propia diferencia, es decir, esa majestad que el atentado contra su persona venía arruinando de facto. Pero estos contratos no forman parte del corpus analizado en este estudio. Lo que cuenta, por tanto, es aquí la lógica narrativa indicada por el relato-rito, la cual está de acuerdo de alguna manera con el reemplazo señalado por Alfonso de Palencia, ausente, recordemos, del corpus, pero cuya crónica latina conforma ampliamente la posición anti-enriqueña. Todo el interes de la serie viene, en efecto, a mostrar la emergencia de alternativas grupales, consagradas ritualmente durante las fases liberatorias de los golpes de fuerza. Forjadas en ese laboratorio que constituye la compañía regia, estas alternativas son cada vez más abiertas desde el punto de vista social, llegando al límite extremo que representa el levantamiento madrileño de 1467, donde los oficiales del rey y la Hermandad movilizan a una villa entera. Por supuesto, se trata quizá de un efecto de autor, producido por la responsabilidad política y narrativa de Diego Enríquez del Castillo en el levantamiento81. Sin embargo, siguiendo un procedimiento comparable al que preside a la constitución del grupo de los Grandes, la irrupción ritual se limita a revelar la consolidación grupal ya iniciada, también por vía contractual, mediante las juntas de hermandad. En provocandando a veces la muerte de algunos de ellos, tales como Garcilaso de la Vega calificado de "varón mucho esforçado" por D. ENRÍQUEZ DEL CASTILLO, Crónica de Enrique IV, p. 153. 79 A. DE PALENCIA, Gesta hispaniensia, t. I, p. 114. 80 Sobre el papel de la nobleza en el gobierno real durante el reinado de Enrique IV, ver M. J. GARCÍA VERA, "Poder nobiliario y poder político en la Corte de Enrique IV". 81 El cronista es, de hecho, directamente acusado por Alfonso de Palencia de estar en el origen del "tumultus" madrileño ("Tumultus enim sub pretextu fraternitatis popularis insurgit cum uoce seditiosa Francisci de Palentia prioris Arochii, Didaci del Castillo historiographi Henrici, Iohannis Guillen, Martini de Sepuluega, Martini Galindi, […] Pennalosa, Roderici de Morales, bachalarii Alfonsi dela Serna, Aluari de Taboada, Fernandi de Silua et […] cognomento Sanguinis dulcis, qui omnes fauore atque concursu populari palam asseuerauere pactiones illas fraudulentas esse profectionemque infelicem et abominandam, neque cessuros cladi etsi Henrici uellet" [A. DE PALENCIA, Gesta hispaniensia, t. I, p. 412]).

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François FORONDA resumen, es como si esta liturgia política finalmente compartida que constituye el hecho de apoderarse del rey dejara entrever una comunidad en proceso de fundación política. ¿El freno de la práctica significaría entonces el final de ese proceso de fundación? La serie analizada no permite concluir que sea así, pues las cosas parecen quedar en suspenso en 1467, a la espera de una consolidación definitiva. En este sentido, conviene hacer referencia a un último acontecimiento, que queda fuera del corpus, a causa de esa idiosincrasia latina que impide comparar a Alfonso de Palencia con el resto de los autores. En cierta medida, el acontencimiento que él relata es también incomparable dado que oscurece las categorías empleadas hasta ahora. En el golpe de TordesillasToro, en efecto, se mezclan a la vez la categoría de las intentonas y la de la liberación preventiva pero abortada. Este último golpe se produce en julio de 1475, en el contexto de la guerra de sucesión que opuso a los Reyes Católicos con Juana de Castilla y Alfonso de Portugal82. A las afueras de Tordesillas, en una capilla, reunidos en consejo de guerra, los Grandes escuchan la arenga del cardenal Mendoza. Retomando el memorial del espanto antaño esgrimido por Pedro López de Ayala, Mendoza les exhorta a actuar antes de que la victoria de Fernando contra Alfonso les haga sufrir de nuevo los efectos de ese "absoluto, mejor dicho, el disoluto poderío real" que tanto han padecido en el pasado. Para ello, Mendoza aconseja evitar la batalla y buscar otro medio para retomar las riendas de la situación. Los Grandes están de acuerdo con ello y deciden, mientras tanto, simular ardor guerrero. Sin que ellos se den cuenta de su presencia, una presencia prácticamente milagrosa según Alfonso de Palencia, puesto que la atribuye a la omnipotencia de Dios, un hombre, despertado de su siesta por el conciliábulo, escucha todo el plan83. 82 Sobre la relato de julio de 1475 contra Toro por Alfonso de Palencia, véase A. I. CARRASCO MANCHADO, Discurso político y propaganda, t. I, pp. 321-327. 83 "[…] los Grandes […] reuniéronse secretamente en la ermita de Santo Domingo, al otro lado del puente del Duero, para tratar de lo que había de aconsejar al joven Rey, en tantas dificultades envuelto. […] Mas contra lo que imaginaban, permitió el Dios omnipotente que en un cuarto de la ermita se hallase durmiendo la siesta un hombre honrado, y como al despertarse hallara cerradas las puertas y percibiese la conversación de los Grandes, muy ajenos de que escuchaban su confabulación, parte por vergüenza, parte por el deseo de oír lo que trataban, permaneció inmóvil en su escondite. Rompió la habla el Cardenal [Mendoza], y dijo que ya sabían la causa principal de aquella reunión en tal sitio, y, por tanto, que hablara primero el que mejor conociese las causas de la presente urgencia. Inmediatamente todos apelaron a la autoridad del Cardenal, el cual empezo diciendo que cuantos allí estaban tenían en memoria las inumerables discordias que la maldad de los Reyes había causado en los pueblos y entre los Grandes, especialmente desde los días de D. Juan II hasta la reciente muerte de Enrique IV, y cómo el torbellino de las revueltas había obligado a todo hombre cauto a mirar por su libertad y por su honor. Los pueblos, viéndose cada día más oprimidos con extremas calamidades por la desidia, cobardía, maldad e inhumana servidumbre natural en los miserables Reyes, no tenían más amparo que la experiencia de los Grandes, y éstos, largos tiempos dominados por el solo nombre del Rey, muchos habían sido grandemente vejados, por ser amantes de la virtud, y, por tanto enemigos de los malos; algunos desterrados del reino, andaban erantes miserablemente por extrañas tierras, despojados de sus riquezas heredadas; otros, sepultados en mazmorras, ansiaban alcanzar su libertad, aun a costa de la perdida de sus bienes. Vista ya la universal ruina, resultado de la contante e incorregible perversidad de los Reyes, se hacía preciso recurrir a más enérgicos procedimientos para poner freno al depravado capricho de los que por males artes manejaban a su antojo la voluntad de los Reyes, y juntamente, volver por la prestina gloria a costa de tan insignes hazañas adquirida. Esto no podía conseguirse sino debilitando el absoluto, mejor dicho, el disoluto poderío real de que los Reyes habían abusado según el capricho de sus cortesanos, abuso que había puesto a los Grandes en la precisión de lanzarse a vías de hecho, y justificado las

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Apoderarse del rey Alfonso de Palencia no nos revela su identidad, contentándose con precisar que se trata de un hombre de honor. El detalle resulta esencial, pues confiere autoridad al rumor que se propaga poco tiempo después en el real junto a Toro, donde se había fortificado Alfonso de Portugal, en el momento en el que se había decidido lanzar un azaroso desafío con vista a salvar la cara ante la vuelta de la hueste a Tordesillas84. Convencidos de que los Grandes se habían apoderado del rey, 10 000 Vascos insensibles a las órdenes de sus capitanes acuden en socorro de Fernando. Avisado de su llegada por un mensajero, el rey sube a caballo, se exhibe ante esta tropa que reclama su libertad, le impone silencio y a continuación la sosiega al anunciarles que comparte la posición de los Grandes85. En el centro, ante los Grandes a los que acaba de salvar valerosamente de la ira mortífera de una tropa furibunda, pero a los que confirma en su poder de decisión, y frente a esa tropa serenada por la constatación de la libertad regia, y forzada a volver a sus filas gracias a la exposición de su persona, Fernando se convierte en un límite infranqueable tanto para los unos como para los otros. Pero el golpe de Tordesillas-Toro jamás tuvo lugar. No es más que una invención destinada a despojar a Fernando de cualquier responsabilidad en el fracaso de la campaña de 1475, siendo la razón del fracaso, a ojos del cronista, el flojo apoyo de los Grandes en comparación con el de una tropa y un pueblo fervorosos. Retengamos precauciones que adoptaran. Pero lo dificíl de las circunstancias había obligado a veces a traspasar los límites de los justo según el vulgo, por lo que para el pueblo, el valor de los Grandes se consideraba atropello, y se buscaba ocasión de sujetarlos como a disolutos, abyectos e intolerables, calumniosas acusaciones muy arraigadas en los ánimos y que hacían que los caballeros se dejasen influir por la novedad del aura popular, favorable sobre todo al rey D. Fernando, considerado como futuro pacificador y libertador de la patria desde que casó con la princesa doña Isabel. Para nadie que conociese estas inclinaciones de los pueblos era dudoso que si D. Fernando vencía al Rey de Portugal, como ello había de granjearle extraordinario poderío, el peligro para los Grandes aumentaría considerablemente, ya porque se acusaría a algunos de haber apoyado la resolución del rey D. Enrique en el asunto del matrimonio de Da. Juana, y de haber pactado alianza sobre este punto con el enemigo portugés […]. Por tanto, debía procurarse a tiempo que don Fernando no destruyese al adversario en una batalla con aquel inmenso aparato de fuerzas, y buscarse un medio para que los Grandes pudieran oportunamente apretar o aflojar las riendas en la marcha de los sucesos. […]" (A. DE PALENCIA, Crónica de Enrique IV, t. III, pp. 206-207). 84 Sobre el mecanismo del rumor y para algunos elementos de comparación al respecto, véase en concreto C. GAUVARD, "Le roi de France et l’opinion publique" y "Rumeur et stéréotypes", y C. BEAUNE, "La rumeur dans le Journal du bourgeois de Paris". 85 "Mientras los Grandes discutían estos planes con el Rey, se propagó entre los vascongados un rumor estupendo para gentes como ellos que prestan atento oído a toda novedad de disensiones, sobre todo si se anuncia algún detrimento de la Real Majestad. Díjose que el Rey estaba encerrado en una ermita próxima a los reales, y que los Grandes no le acataban bastante porque, a su propósito de atacar enérgicamente al enemigo, oponían constante resistencia. No logrando hacer desistir de su empeño al valeroso joven, habían osado retenerle en la ermita mientras no se doblegase a los antiguos manejos de los tiranos. Inmediatamente y con terrible vocerío voló la multitud a dar muerte a los Grandes y arrancar así al Rey de sus manos. Adelantóse a los furibundos vascongados un mensajero que, llamando a las puertas, les avisó la inmediata llegada de cerca de 10 000 infantes resueltos al exterminio de los Grandes, y a los que en su furia no podrían detener ni órdenes ni ruegos de sus capitanes. Al punto montó el Rey a caballo, y parándose ante la puerta, hizo señas de que callasen a los vascongados que se acercaban pidiendo con terrible griterío la libertad del Rey, y aplacó su furia mostrándose conforme con el parecer de los Grandes que dentro estaban. El terror que infundió este tumulto afectó mucho a los Grandes notados de infamia, y al Rey, enemigo de estas algaradas, e hizo que el ejército, muy castigado por la penuria de víveres, regresase a Tordesillas con todo su efectivo, pero sin gloria" (A. DE PALENCIA, Crónica de Enrique IV, t. III, p. 209).

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François FORONDA simplemente el efecto producido, es decir el efecto de una doble consagración, la de Fernando en tanto que rey de una comunidad política reafirmada en sus diferencias grupales, y la del cronista en tanto que autor de este último golpe maestro narrativo. Cuadro de correspondencias de términos, formas lematizadas y abreviaturas Términos rey/es don/doña hacer*86 decir* infante/s ir* venir* caballero/s conde/s poder* enviar* mandar* señor/es reino/s dar* gente/s cosa/s príncipe/s querer* día/s partir* saber* castillo/s ver* obispo/s poner* manera/s consejo/s acordar* llegar* salir* reina/s hablar* hecho/s/fecho/s villa/s servicio/s lugar/es persona/s responder* parte arzobispo/s entrar* llamar* tomar* armas condestable voluntad/es deber* pasar* cumplir* Grandes ciudad/es tiempo/s camino/s razón/es corte placer* andar* 86

Forma lematizada rey don hacer decir infante ir venir caballero conde poderi enviar mandar señor reino dar gente cosa príncipe querer día partir saber castillo ver obispo poner manera consejo acordar llegar salir reina hablar hecho villa servicio lugar persona responder parte arzobispo entrar llamar tomar armas condestable voluntad deber pasar cumplir grandes ciudad tiempo camino razón corte placer andar

Abreviatu ra rey don hacr decr infe ir venr cabo cone podi envr manr señr reio dar gene cosa príe quer día parr sabr caso ver obio ponr mana cono acor ller salr reia habr heco vila sero lugr pera resr pare arzo entr llar tomr arms cone vold debr pasr cumr gras ciud tieo camo razn core plar andr

* designa todas las formas conjugadas.

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caballo/s almirante parecer* dejar* entender* adelantado hermano/s marqués hombre/s carta/s llevar* quedar* mano/s casa/s infanta habla/s procurador/es guarda/s maestre traer* trato/s juntar/ayuntar* guardar* merced/es hallar/fallar* Real comenzar* palacio volver* intención/es opinión/es oír* puerta/s hijo/s estado/s poder seguir* obra/s prender* noche respuesta/s doctor/es servir* apartar* Merced cámara/s mensajero/s mujer/es partida tierra/s alcalde/s concertar* ordenar* vez/veces vianda/s año/s historia mostrar* cabalgar* recibir* preso/s suplicar* creer* criado/s mover*

caballo almirante parecer dejar entender adelantado hermano marqués hombre carta llevar quedar mano casa infanta habla procuradore s guarda maestre traer trato juntar guardar merced hallar real comenzar palacio volver intención opinión oír puerta hijo estado poder seguir obra prender noche respuesta doctor servir apartar mercedi cámara mensajero mujer partida tierra alcalde concertar ordenar vez vianda año historia mostrar cabalgar recibir preso suplicar creer criado mover

cabo alme parr dejr entr adeo hero mars home cara ller quer mano casa infa haba pros guaa maee trar trao junr guar merd halr real comr palo volr intn opin oír puea hijo esto podr segr obra prer noce resa docr serr apar meri cáma meno mujr para tiea alce conr ordr vez viaa año hisa mosr cabr recr preo supr crer crio movr

Apoderarse del rey sentir* tornar* comer* daño/s legua/s palabra/s pensar* conocer* dormir* esperar* rogar* vía/s trabajar* apoderar* causa/s enojo procurar* asentar* vista/s perder* barca/s escribir* santopadre/papa/pontífices/San tidad hermana pedir* convenir* dios hora/s propósito/s contar* pie/s sospecha/s acuerdo/s caza mes/es monasterio/s padre/s casar* embajador/es movimiento/s posada/s sosegar* venida caso/s fortaleza/s mandado/s requerir* reverencia tratar* verdad casamiento/s concordia hija/s mañana/s negocio/s trabajo/s guisa hermandad/es alcázar detener* recelar* buscar* continuar* escudero/s lanzas madre alteza corona entregar* jurar* justicia

sentir tornar comer daño legua palabra pensar conocer dormir esperar rogar vía trabajar apoderar causa enojo procurar asentar vista perder barca escribir santo-padre

senr torr comr daño lega pala penr conr dorr espr rogr vía trar apor caua enoo pror aser visa perr bara escr sane

hermana pedir convenir dios hora propósito contar pie sospecha acuerdo caza mes monasterio padre casar embajador movimiento posada sosegar venida caso fortaleza mandado requerir reverencia tratar verdad casamiento concordia hija mañana negocio trabajo guisa hermandad alcázar detener recelar buscar continuar escudero lanzas madre alteza corona entregar jurar justicia

hera pedr conr dios hora proo conr pie sosa acuo caza mes mono pade casr embr movo posa sosr vena caso fora mano reqr reva trar verd caso cona hija maña nego trao guia herd alcr detr recr busr conr esco lans made alta cora entr jurr jusa

paz tratador/es aprobar* armar* certificar* concordar* consentir* firmar* forma/s homenaje levantar* mayordomo menester/es oficiales pesar* prelado/s puente/s quitar* sacar* bien boda/s cerco concluir* demandar* determinar* escándalo/s honra/s partido/s río/s subir* acabar* acaecer* capítulo/s curar* echar* fiar* licencia maestrazgo peligro/s prisión/es sobrino/s vasallos vida/s cargo deservicio/s lealtad pan/es allegar* cercar* derramar* embajada/s guerra libertad presencia cama/s conclusión/es contador/es desear* favor torre comarca/s mandamiento/s medio meter* puerto/s servidor/es aposentador/es doncel/es duda/s ejecución entrada espada/s

paz tratador aprobar armar certificar concordar consentir firmar forma homenaje levantar mayordomo menester oficiales pesar prelado puente quitar sacar bien boda cerco concluir demandar determinar escándalo honra partido río subir acabar acaecer capítulo curar echar fiar licencia maestrazgo peligro prisión sobrino vasallos vida cargo deservicio lealtad pan allegar cercar derramar embajada guerra libertad presencia cama conclusión contador desear favor torre comarca mandamient o medio meter puerto servidor aposentador doncel duda ejecución entrada espada

paz trar aprr armr cerr conr conr firr fora home levr mayo menr ofis pesr preo puee quir sacr bien boda cero conr demr detr esco hona paro río subr acar acar capo curr echr fiar lica maeo pelo prin sobo vass vida caro deso lead pan allr cerr derr emba guea libd prea cama conn conr desr favr tore coma mano medo metr pueo serr apor donl duda ejen enta espa

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François FORONDA excusar* fin/es deliberación nombre/s orden/es remedio/s sábado sentimiento cédula/s condesa descubrir* fuerza/s ida otorgar* pleito preguntar* prisa señalar* turbar* acompañar* acrecentar* afirmar* amigo/s besar* cadalso camarero/s defender* derecho/s durar* edad jinetes morir* muerte/s nueva/s pelear* remediar* rocines voz/voces alianza/s apercibir* campo/s comendador división/es enojar* maravillar* misa mundo oficio/s parcialidad/es placer/es aconsejar* agua/s caer* despedir* desposar* destruir* dinero/s esforzar* esfuerzo fiesta/s mal pagar* pertenecer* privado/s proponer* provecho/s soler* tardar* aldea/s arcediano corazón/es Cortes debate/s

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excusar fin liberación nombre orden remedio sábado sentimiento cédula condesa descubrir fuerza ida otorgar pleito preguntar prisa señalar turbar acompañar acrecentar afirmar amigo besar cadalso camarero defender derecho durar edad jinetes morir muerte nueva pelear remediar rocines voz alianza apercibir campo comendador división enojar maravillar misa mundo oficio parcialidad placeri aconsejar agua caer despedir desposar destruir dinero esforzar esfuerzo fiesta mal pagar pertenecer privado proponer provecho soler tardar aldea arcediano corazón cortes debate

excr fin libn nome ordn remo sábo seno céda cona desr fuea ida otor pleo prer pria señr turr acor acrr afir amio besr cado camo defr dero durr edad jins morr muee nuea pelr remr rocs voz alia aper camo comr divn enor marr misa muno ofio pard plai acor agua caer desr desr desr dino esfr esfo fiea mal pagr perr prio pror proo solr tarr alda arco corn cors debe

domingo ejecutar* enemigo/s espacio estada fingir* huir* notificar* seguridad/es súbditos tirar* traición viernes abastecimiento alcanzar* asegurar* autoridad/es cabeza/s capitán/es cerrar* correr* delibrar/librar* esposa firmeza jueves leer* librar* maravedíes matar* monte/s mula/s nombrar* platicar* recoger* soltar* sosiego sospechar* temer* vestir* aparejar* aposentar* atraer* avisar* aya bastar* confederación/es deposición disponer* estorbar* excusa/s gobernación gobernar* infamia juramento/s mariscal/es mención mirar* ofrecer* pena/s preeminencia pueblo recaudo/s regir* resistir* Señoría silla vivir* amistad/es aventura ayuntamiento/s

domingo ejecutar enemigo espacio estada fingir huir notificar seguridad súbditos tirar traición viernes abastecimien to alcanzar asegurar autoridad cabeza capitán cerrar correr delibrar esposa firmeza jueves leer librar maravedíes matar monte mula nombrar platicar recoger soltar sosiego sospechar temer vestir aparejar aposentar atraer avisar aya bastar confederaci ón deposición disponer estorbar excusa gobernación gobernar infamia juramento mariscal mención mirar ofrecer pena preeminenci a pueblo recaudo regir resistir señoría silla vivir amistad aventura ayuntamient

domo ejer eneo espo esta finr huir notr segd súbs tirr tran vies abao alcr aser autd caba capn cerr corr delr espa fira jues leer libr mars matr mone mula nomr plar recr solr soso sosr temr vesr apar apor atrr avir aya basr conn depn disr estr exca gobn gobr infa juro marl menn mirr ofrr pena prea pueo reco regr resr seña sila vivr amid avea ayuo

Apoderarse del rey caber* cesar* cetro concierto dañar* deliberación desposorio/s dueña fallecer* iglesia/s inconveniente/s llamamiento mengua mozo/s mudar* peones pesar probar* religioso/s replicar* sello/s velar* víspera/s arredrar* atrevimiento ayudar* ballesta batalla/s bondad castigar* cometer* condición/es costumbre/s crecer* culpa dávidas deliberar* halconero/s medianero merecer* moros necesidad parcial/es primo/s quejar* recontar* reparar* señora señorío/s valía Enrique de Aragón Juan de Aragón Álvaro de Luna Navarra Tordesillas Ávila Segovia Toledo Talavera Castilla Juan Hurtado de Mendoza Benavente Olmedo Villena Montalbán Fradrique Enríquez Enrique IV Juan Pacheco

o caber cesar cetro concierto dañar deliberación desposorio dueña fallecer iglesia inconvenien te llamamiento mengua mozo mudar peones pesari probar religioso replicar sello velar víspera arredrar atrevimiento ayudar ballesta batalla bondad castigar cometer condición costumbre crecer culpa dávidas deliberar halconero medianero merecer moros necesidad parcial primo quejar recontar reparar señora señorío valía enrique-ia juan-ia álvo-de-luna navarra tordesillas ávila segovia toledo talavera castilla jua-hur-demendoza benavente olmedo villena montalbán fadriquetrast enrique4 juanpacheco

cabr cesr ceto cono dañr deln deso duea falr igla ince llao mena mozo mudr peos pesi pror relo repr selo velr vísa arrr atro ayur bala bata bond casr comr conn cose crer cula dávs delr halo medo merr mors necd parl prio quer recr repr seña seño vala enra juaa álva nava tors ávia sega tolo tala casa juaa bene olmo vila monn fadt enr4 juao

Santiago Plasencia Pedro Manrique Sevilla Aragón Catalina Fernán Alfonso de Robles Pedro Carrillo de Huete Alfonso (XII) Burgos Valladolid Arévalo Pedro Niño Pedro de Aragón Calatrava Iñigo López de Mendoza Alba Pedrarias Dávila Toro Madrigal Haro Pedro de Velasco Pedro de Zúñiga Ledesma Leonor de Aragón Villalba Beltrán de la Cueva Diego López de Ayala Madrid Paredes Castañeda Mari Barba Niebla Pedro Portocarrero Pedro I Alfonso Enríquez Mendoza Pedro Ponce de León Pedro Yáñez Rodrigo Alfonso Pimentel Alfonso Tenorio Tajo Calahorra Juan II María de Aragón Medina del Campo Peñafiel Ruy López Dávalos Andalucía Castro Lope de Barrientos Portugal Sancho de Rojas Alvar García de Santa

santiago plasencia pedromanrique sevilla aragón catalina fern-alf-derbles p-carllo-dehuete alfonso12 burgos valladolid arévalo pedro-niño pedro-ia calatrava iñigo-lpz-demdoza alba pedrariasdávila toro madrigal haro pedro-develasco pedro-dezúñiga ledesma leonor-dearagón villalba btrán-de-lacueva dgo-lpz-deayala madrid paredes castañeda mari-barba niebla pedroportocarrero pedro1 alfonsoenríquez mendoza pedroponce-deleó pedro-yáñez rod-alfpimentel alfonsotenorio tajo calahorra juan2 maría-ia medina-delcampo peñafiel ruy-lópezdávalos andalucía castro lope-debarrientos portugal sancho-derojas alvr-gcía-de-

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François FORONDA María Diego Gómez de Sandoval España Fontiveros Garcí Fernández Manrique Guadalajara Palencia Pedro López de Ayala Alcántara Alfonso Pérez de Vivero Cazorla León Lope de Mendoza

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smarí dgo-gz-desandoval españa fontiveros gcí-fdzmanrique guadalajara palencia po-lpz-deayala alcántara alf-pérz-devivero cazorla león lope-demendoza

Ruy Díza de Mendoza dgol espa fons gcíe guaa pala po-a alca alfo caza león lopa

Alvar Gómez de Ciudad Real Diego Ruíz de Valladolid Fernando de Castro Galicia Malpica Pampliega Rámaga Tello Diego de Ribera Pedro García de Herrera

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Apoderarse del rey

Gráfico factorial Corpus "acontecimientos" Factores 1 y 2 1

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Crónica del halconero Refundición del halconero

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ida firr lega basr entr jurr hecocono seña 2 almerecrtomrllar lugrfiar seno reva sosr razn obiotrar crer vald envr sero Alvar García de Santa María sosaseñr señadejr priopasrvenr sacr velr 1 delropinplarandamosr palasoso conr trar peda 1 príelibnsenr ller halr pedr pede pena aparjunrtrar pera ir sabr decr bien firaconrpleo cerr plar cara TORDESILLAS 2 segdlleresfr enta ordr rey divncasa merd coreagua 1 padepelr caboarmr manr allr intnmisa 1 comrsega nuea noce genepreo entrduda desr mano 1 notrhijo obra verd apor jua2regr manadonladeo querbatatraotrao CORD moneandr horacáma hisamenn 1 acarguaadar prea trar tieomovr medomanocasrarms infemetr + 49 parr conevisaDUEÑaldaTOROvilavenadía emba dorrderrhomemenrhacr 5 mal hijaprerdesrcamoSEGO salrleonentraveapueo ponrpreomorsPARD pelo apercazamujrcasoceroaprresco 1 deromirr fora gueacurrmatrpaloechrvoldpare ver herodebr connciudmadereia aya recrsegrMAD2MAD1acar sanorío prianegosolr cauamarsped1 estrbusrpueadon pala manocasrdefrespr honaarzo pedo prormaeoescoquercula espalibd forasúbscosavass grashera tolo Diego Enríquez del Castillo estoalcr oír pie LEYENDA gobnserrherdigla mes dino conr conrreio TORDESILLAS Acontecimiento cuya contribución a los factores 1 y/o 2 es superior a la perr media (10 %)

1 1 1 3

jues

1

podi seño autdfuea falrmarrleón jusa podr cora ÁVILA necd cado pesi durr quirsubrtirrnome corn caba merr

duea

comr

infe

Forma cuya contribución a los factores 1 y/o 2 es superior a la media (0,18 %) El golpe de fuerza y el bloqueo de su fase atentaria Toro (1354), Córdoba (1455), Madrid 1, Segovia, San Pedro de las Dueñas (1464), El Pardo (1467) El golpe de fuerza y la intensificación de su fase liberatoria Tordesillas (1420), Rámaga (1443-1444)

acrrbesr alca

Las innovaciones enriqueñas La deposición ficticia de Ávila (1465) et la liberación preventiva de Madrid 2 (1467)

Crónica anónima Diego de Valera

mena

Diego de Valera

Efecto de autor

dávs 169 puntos superpuestos:

67 puntos superpuestos:

prer (céda), repr (bala), repr (posa), resr (habr), prea (RÁMAGA), medo (otor), recr (acor), madl (acor), exca (apor), capo (firr), juro (firr), ince (firr), ruya (firr), quer (jurr), nava (jurr), iñia (jurr), caso (jurr), sobo (recr), ejen (alme), delr (recr), burs (alme), haro (alme), lops (alme), alví (alme), alfo (alme), pama (alme), ráma (alme), aser (obio), cono (trar), casa (obio), camo (venr), acuo (señr), cabr (señr), aréo (sosa), cesr (opin), solr (libn), avir (senr), relo (libn), juao (libn), cerr (sabr), jins (trar), corr (ller), disr (segd), peos (ller), ayur (esfr), alba (ller), meno (cabo), caro (pade), bene (pade), torr (gene), rogr (gene), supr (quer), sosr (quer), recr (bata), levr (RÁMAGA), apar (guaa), penr (guaa), proo (guaa), paz (tieo), home (trar), rocs (guaa), camo (guaa), alta (cone), señr (visa), huir (cone), conn (cone), niea (dorr), lica (entr), prin (prer), medo (salr), desr (hija), pagr (camo), reco (hija), seva (prer), mena (leon), turr (SEGO), tiea (mujr), mono (caza), guia (ponr), afir (caso), morr (preo), ejer (preo), resr (ponr), arrr (mujr), aran (caso), serr (PARD), infa (pare), cabr (palo), daño (pare), pror (vold), tore (vold), desr (fora), acor (echr), caer (fora), capn (fora), cerr (echr), mula (palo), conn (echr), toro (fora), pedo (pare), alfz (pare), fero (fora), telo (fora), conr (hero), ofio (debr), selo (ciud), prio (reia), plaa (ver), cala (hero), peda (debr), crio (segr), dios (MAD2), favr (segr), muno (nego), perr (MAD2), tran (MAD2), marl (solr), btra (MAD2), cala (MAD2), proo (MAD1), maee (MAD2), alce (puea), paro (puea), cona (caua), acor (mars), eneo (mars), vivr (estr), ayuo (estr), dañr (mars), madd (mars), para (mano), año (mano), caso (espr), vesr (arzo), leda (casr), pars (casr), peñl (hona), muee (quer), infa (esco), vila (maeo), alvd (maeo), detr (fora), lead (fora), esfo (fora), finr (cosa), atro (cosa), parl (súbs), enr4 (súbs), vez (oír), pesr (esto), casa (esto), comr (herd), cose (serr), edad (reio), voz (mes), temr (conr), crer (dino), sane (perr), vida (perr), pueo (perr), alf2 (perr), espa (perr), nomr (fuea), bond (jusa), leer (cora), depn (cado), sila (cado), ceto (cado), pror (acrr)

libr (alcr), lopa (ofrr), excr (cono), vala (seña), vísa (velr), mayo (trar), lans (cara), vies (cara), mara (agua), olmo (intn), juaa (mano), enra (hisa), caso (infe), pros (infe), viaa (infe), bara (infe), conr (infe), embr (infe), movo (infe), reqr (arms), pan (infe), sábo (infe), pard (infe), plai (arms), tarr (infe), arco (infe), cors (infe), domo (infe), esta (infe), abao (infe), espa (infe), halo (infe), álva (infe), tala (infe), juaa (infe), monn (infe), fadt (infe), cata (infe), fers (infe), p-ce (infe), pedo (infe), peda (infe), vila (infe), dgoa (infe), mara (infe), pedó (infe), rodl (infe), alfo (infe), tajo (infe), ruys (infe), sans (infe), dgol (infe), fons (infe), gcíe (infe), guaa (infe), po-a (infe), caza (infe), dgol (infe), mala (infe), diea (infe), p-ga (infe), puee (menr), boda (menr), coma (home), gobr (home), gala (derr), atrr (aprr)

61

François FORONDA

Gráfico factorial Corpus "acontecimientos" Factores 3 y 4

camo

prio

selo

pleo made regr alda 1

fero toromula caza

ped1

home ordr Pedro López de Ayala

sosr dueaamid

besr

TORO entr

acar fiar

mayo

prea

vila leon casa ofio

detr trardivnmujraran cula

caraseño amio

comr 2 3

cabo ir

lugr escr comr día vald espa caer cámacabr gala entr demr monomaee gobrtrar home apor pagr cerrayurplaidon querpie hacr tirr palodar donltemrdinootoraño recr corn visa nocesegamedo solrpedrdecr pesinomr currrío rey trarcaso coma ciudhona andrtieo acorsenrsoborecrparr madl mes Crónica anónima querver manollerjunrpueeseñrcabollerreio subr ÁVILA 1 desrprin DUEÑpelr gene falrmarrnecd cado tieapror + 3 Diego de Valera vivr peda sabrconeguaresfo bondcora quir merr vena guaagueaPARDespopalaCORDobiopríe opinmeri león ceto caba mena dávs turr hora conrSEGOvoldinfealmehabrapor pedodero durr jues muee señrpueaproodorrarmslibnviaa razn RÁMAGA nomeaser 2 echraltasalrvenrfavrsosaconoTORDfin perr jusa preo serrdefrhijahuirverdpenrcasraprrenvrjuaaintn heco apor pelo desr manaponrmovoincegrashaba volr conr cerr nuealeda MAD1aya infametr resrconr real mudrcéda 2 sevamaeo pror vez podr velr remoalia 4 busr dudadañoforacrioconrllar quercasodocrcamabene 2 movrhera segr cesrarzopodioír ida comracrr enta menn obravía LEYENDA prooeneoresr igla core cosapare conr mal solresto crer tolo ÁVILA Acontecimiento cuya contribución al factor 3 es superior a la media (10 %) parl trarsosr libd estrtraoconaalce jua2 cora Forma cuya contribución al factor 3 es superior a la media (0,18 %) espralcr paro MADRID 2 mosrdebrremr serr levr cona El golpe de fuerza, el modelo inicial pera Toro (1354) reva deln Diego Enríquez del Castillo sacr El golpe de fuerza, entre la intensificación de su fase liberatoria durante el reinado para de Juan II y el bloqueo atentatorio del reinado de Enrique IV seno Tordesillas (1420), Rámaga (1443-1444), Córdoba (1455), Madrid 1, Segovia, herd supr San Pedro de las Dueñas (1464), El Pardo (1467) embadelr conn Las innovaciones enriqueñas seña La deposición ficticia de Ávila (1465) y la liberación preventiva de Madrid 2 (1467) torr

1 3 3 4 1 4 4 13 2 11 26 21 55 17 19 18 8 3 12 7

tomr dejr lega

preo



2 1 2

Diego de Valera

pror

Efecto de autor

243 puntos superpuestos:

14 puntos superpuestos:

telo (fero), hero (tomr), vass (tomr), reia (ir), edad (escr), medo (ir), enor (espa), arrr (cabr), prio (cáma), recr (demr), maña (don), pesr (don), anda (don), guia (dar), ofis (recr), muno (donl), apar (otor), firr (decr), morr (río), corr (trar), matr (trar), niea (coma), derr (recr), ayuo (andr), sano (tieo), cala (tieo), hijo (ller), prer (ver), enoo (ller), dios (cabo), acuo (ller), fora (quer), reqr (ller), esco (señr), boda (puee), lica (ller), desr (quer), perr (cabo), bata (ver), avir (prin), manr (DUEÑ), casa (sabr), comr (guar), camo (sabr), tran (sabr), aser (guar), plar (guar), cabr (guar), cono (cone), peos (cone), burs (esfo), aréo (esfo), cumr (príe), plar (PARD), trao (guaa), armr (guaa), capo (príe), jins (CORD), rocs (guea), desr (pala), esfr (guea), notr (PARD), vesr (CORD), juro (obio), mirr (vena), deso (obio), nava (príe), juao (príe), iñia (príe), alba (pala), caso (príe), lops (obio), alví (obio), alfo (obio), pama (obio), ráma (obio), halr (CORD), camo (PARD), caso (infe), sero (infe), mano (alme), pros (alme), merd (infe), apar (SEGO), cerr (hora), ejen (alme), voz (habr), acor (hora), ejer (SEGO), delr (habr), recr (apor), exca (apor), marl (apor), casr (hora), alf2 (apor), haro (alme), pars (vold), ruya (habr), entr (SEGO), bara (viaa), conr (viaa), pade (arms), embr (viaa), pan (viaa), sábo (viaa), aper (proo), pard (viaa), desr (libn), tarr (viaa), arco (viaa), cors (viaa), domo (viaa), esta (viaa), súbs (libn), abao (viaa), espa (viaa), basr (libn), infa (proo), halo (viaa), medo (RÁMAGA), repr (RÁMAGA), mors (dorr), tala (viaa), juaa (viaa), monn (viaa), fadt (viaa), enr4 (libn), cata (viaa), fers (viaa), p-ce (viaa), pedo (viaa), peda (viaa), vila (viaa), dgoa (viaa), casa (viaa), mara (viaa), mena (arms), pedó (viaa), rodl (viaa), alfo (viaa), tajo (viaa), cala (señr), ruys (viaa), sans (viaa), dgol (viaa), fons (viaa), gcíe (viaa), guaa (viaa), po-a (viaa), caza (viaa), dgol (viaa), mala (viaa), diea (viaa), p-ga (viaa), prea (RÁMAGA), adeo (cono), mars (salr), hisa (cono), posa (perr), jurr (cono), vida (venr), conr (venr), mone (echr), avea (favr), dañr (echr), relo (sosa), conn (salr), enra (cono), álva (sosa), vila (salr), btra (echr), alvd (venr), acor (envr), cone (heco), parr (heco), caua (envr), sane (intn), nego (verd), detr (envr), lead (penr), tore (casr), mano (intn), ordn (intn), pria (verd), segd (aprr), capn (penr), atrr (aprr), conn (penr), cose (envr), olmo (intn), espa (juaa), pasr (mana), lans (gras), cero (mana), acar (ponr), caro (mana), pueo (ponr), fuea (mana), misa (gras), agua (gras), finr (pelo)… [a partir del punto 202, los resultados quedan truncados. Los puntos omitidos se corresponden con 41 formas asociadas a Madrid 1 y/o Madrid 2, en particular paz, recaudo, atrevimiento, madrid, cuyas contribuciones al factor 3 son superiores al 0,18 %]

tors (subr), leer (cado), depn (cado), alca (pror), sila (aser), ávia (nome), prer (céda), mozo (céda), bala (alia), repr (alia), pedz (remo), porl (remo), alcr (cama), libr (cama)

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