Aplicación de una nueva perspectiva al estudio del conjunto musivo de la villa de Almenara de Adaja-Puras (Valladolid, España): Aspectos técnicos, programa decorativo y funcional y huellas de circulación interna.

May 24, 2017 | Autor: M. Sánchez Simón | Categoría: Roman Villae, Roman Mosaics, Roman Archaeology
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Descripción

Edición del volumen: Luz Neira Jiménez Maquetación: altura x estudio de diseño www.alturax.com Proyecto 2015/00226/001 Vicerrectorado de Política Científica (Convocatoria competitiva del Programa Propio) Universidad Carlos III de Madrid Estudios sobre mosaicos antiguos y medievales. Actas del XIII Congreso AIEMA Madrid, 14-18 de septiembre de 2015 Luz Neira, Universidad Carlos III de Madrid (dirección y coordinación)

Estudios sobre mosaicos antiguos y medievales. (Hispania Antigua, Serie Arqueológica, 6) Copyright 2016 © «L’ERMA» di BRETSCHNEIDER Via Cassiodoro, 19 - 00193 ROMA http://www.lerma.it

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Atti del XIII Congreso Internacional de la AIEMA. “Estudios sobre mosaicos antiguos y medievales” Luz Neira Jiménez (Ed.). - Roma: «L’ERMA» di BRETSCHNEIDER, 2016. - 478 p. : ill. ; 29 cm. In collana Hispania Antigua, collana diretta da Julián González, Universidad de Sevilla – Departamento de Filología Griega y Latina. ISBN: 978-88-913-1239-6 (digital) Imagen de portada: Mosaico de Castulo (Jaén). Detalle de Selene y Endimión. Foto, cortesía de José Manuel Pedrosa.

Estudios sobre mosaicos antiguos y medievales Luz Neira Jiménez Editora

«L’ERMA» di BRETSCHNEIDER

Aplicación de una nueva perspectiva al estudio del conjunto musivo de la villa de Almenara de Adaja-Puras (Valladolid, España): aspectos técnicos, programa decorativo y funcional y huellas de circulación interna

Carmen García Merino / Margarita Sánchez Simón

Los mosaicos de la villa de Almenara de Adaja-Puras: planteamiento metodológico para su estudio La villa romana de Almenara de Adaja-Puras se localiza al sur de la provincia de Valladolid, a 60 km de la capital. Del conjunto se han exhumado el palacio campestre y parte de las instalaciones agropecuarias levantadas a mediados del s. IV d. C.1. El edificio residencial, en su primer diseño, ocupó una superficie menor (1.728 m2) que en su estado final debido a reformas y a una ampliación en los baños (2.020 m2) (Fig. 1). Contó con 32 estancias además de un porche de entrada (nº 0), dos patios (nºs 2 y 24), un peristilo (nº 19), un pasillo (nºs 39-41) y un espacio auxiliar en las termas (nº 45). La casa se pavimentó con tres tipos de piso; cada uno de ellos responde al carácter y funcionalidad del espacio. Sin duda, el musivo (Figs. 1 y 2) con 14 ejemplares (Fig. 1, en los nºs 1, 3, 5, 7, 18, 22, 23, 27, 29, 33, 34, 36, 38, 43 y 44) además de los corredores del patio 2 y la piscina del viejo tepidario/ frigidario, convertida luego en el horno de una sauna seca (nº 43), es el mayoritario (607 m2, 54%), hecho significativo de la riqueza con la que se planificó la residencia. Para otros espacios también relevantes a juzgar por los zócalos pintados2, se empleó el opus signinum (Fig. 1, nºs 16, 16B, 17, 20, 21, 30, 31, 32, 35, 37, 40 y 42) (224 m2, 20%). El tercer tipo de pavimento correspondiente a las superficies de mucho tránsito (240 m2, o sea el 19,8 %) (Fig. 1, nºs 0, 9, 24, 25, 26, pasillo 39 y crujías del peristilo 19) y salas de servicio (nºs 4, 6 y 28), es una capa de mortero de cal y arena de 1,5 cm de espesor medio. Los suelos se mantuvieron a lo largo de todo el periodo de uso habitacional del edificio (hasta mediados del s. V3); a ellos se sumaron los de las nuevas estancias y uno más en el tepidario. El proceso de investigación sobre esta villa descubierta en el siglo XIX y excavada de forma incompleta y discontinua hasta los años 90 del XX, se vio impulsado en el periodo 1997-20024 por las intervenciones que permitieron la exhumación integral de la pars urbana y la aparición de un nuevo mosaico. Gracias a que conocemos toda la casa, hemos planteado el análisis y caracterización del conjunto íntegro de sus pavimentos, entre ellos los musivos de los que se había publicado un estudio inicial en 19925 complementado luego en 19986. Para ello hemos desarrollado un método de trabajo que permite avanzar en la caracterización técnica, ornamental y funcional de los mosaicos y considerar las huellas de tránsito dejadas en ellos como documento de la circulación interna y de la dimensión temporal del uso de la vivienda. En ese estudio, algunos de cuyos aspectos recogemos de forma sintética en esta comunicación, se tratan los tipos de solado, su distribución y ejecución técnica (estudios petrográficos, datos sobre camas y sinopia) y, además, se intenta la caracterización funcional de las estancias a través de indicadores tales como su localización, planta y elementos constructivos conservados, tipo de suelo y la relación entre la decoración de las paredes y los pavimentos para identificar los programas decorativos en ciertos conjuntos de ellas.

1 García y Sánchez 2015. 2 Del estudio de los restos pictóricos conservados (García, Sánchez y Burón 2007; García y Sánchez 2015, p. 119-121) especialmente los zócalos, se infiere que los que imitan lastras de diversos tipos de mármoles se asocian a estancias destacadas. 3 García y Sánchez e. p. 4 Entre esos años la Diputación Provincial y la Universidad de Valladolid ejecutaron el Proyecto de puesta en valor y creación del Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras (http://www.provinciadevalladolid.com/es/centros-turisticos-provinciales/museo-villas-romanas). 5 Mañanes 1992, p. 55-71. 6 Neira y Mañanes 1998, p. 13-34.

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Como resultados más destacados que avanzamos aquí, cabe mencionar que se han identificado fases de ejecución en algunos mosaicos y se ha observado el uso de ciertos motivos decorativos para indicar la función concreta de una habitación o para destacar ciertas partes de la casa, así como el uso de técnicas de ejecución diferentes entre los mosaicos de la zona sur y los de la zona norte de la residencia. Igualmente se han observado evidencias de desgaste en los pisos y reparaciones de diverso tipo y diferente significado cronológico y la posterioridad de uno de los mosaicos respecto al resto.

Fig. 1. Planta de la residencia señorial con el inicio de las alas rústicas al final de su vida, resultado de las diferentes modificaciones realizadas. Dibujo: E. Martínez basado en planimetría de G. Gillani. — 296 —

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Algunas consideraciones sobre el conjunto de mosaicos Recientemente7 hemos abordado el estudio del edificio residencial tratando, entre otras cuestiones, la distribución y organización de sus diferentes ambientes así como las reformas y ampliaciones de las que fue objeto a lo largo del tiempo. En ese trabajo se analiza cada una de las estancias con especial atención a los pavimentos musivos y a los revestimientos parietales, descripciones a las que remitimos como información complementaria a este texto en el que vamos a recoger solo algunos aspectos concretos que caracterizan el conjunto de teselados (Fig.2). Aspectos generales Los mosaicos de la pars urbana de la villa corresponden (exceptuando el del tepidario de las termas añadido después) a un mismo momento, el de la construcción del edificio. En este sentido los datos de las intervenciones arqueológicas efectuadas son concluyentes pues no se han documentado pavimentos más antiguos salvo en el citado tepidario (Fig. 1, nº 43)8. Por tanto, tenemos un conjunto unitario inicial formado por 14 habitaciones altamente representativas, a las que se añaden los corredores del patio norte y la piscina del tepidario antes de su reforma. La distribución de los pisos así como las composiciones y motivos elegidos lo fueron para enfatizar una serie de puntos importantes en la autorrepresentación del dominus. En este planteamiento y viendo la distribución de los mosaicos (Figs. 1 y 2)- es evidente que se priorizan los espacios de paso obligado (Fig. 1, nºs 1 y 2 en los que repararía todo aquel que entrara) y las habitaciones accesibles desde el patio norte, que son los grandes salones de recepción (nº 7) y banquete (nºs 3 y 5). En la zona sur, además de para dos grandes salones (nºs 29 y 33-34) y una estancia con estrado (nº 27), se reservó el mosaico para las alcobas y sus salas de estar anexas (nºs 22-23 y 36-37-38) y en las termas para el caldario y la piscina templada9. Igualmente la distribución de los mosaicos señala los ejes de tránsito con dos recorridos principales. Uno desde la puerta de la fachada principal (Fig. 1, nº 1) hasta el salón 3 y el otro, norte-sur, de clara intención escenográfica pues tiene en sus extremos sendos ambientes de recepción y aparato (nºs 7 y 33-34) que serían mutuamente visibles a través del jardín 19 y del patio porticado 2. Sin duda en esta intencionalidad hay que entender la elección del motivo del octógono que está presente en 7, en las alfombras norte y sur de 2, en el intercomunicador 18 y en la antesala 33. Y más significativa aún es la elección de esta figura si tenemos en cuenta que la planta del salón 34 es ochavada y la de la cabecera de 7 responde parcialmente a esta misma figura. Solo otras dos estancias, sin duda singulares, cuentan con composiciones con octógonos: la 27 y el caldario de las termas (nº 44). Es evidente que esa forma poligonal tiene una clara simbología áulica. Por su parte, las peltas también inciden en el mismo significado ya que se reservan exclusivamente para las cabeceras con estrado de las salas 5 y 27 y para el umbral del oecus 7 y componen también el fondo en el que se inserta la escena de Pegaso con las ninfas y el nacimiento de la fuente Hipocrene en 34. Y junto a la elección de esos motivos concretos, para enfatizar las estancias destinadas al desarrollo de las actividades sociales de recepción y banquete, se recurrió a emblemas con motivos vegetales y figurativos que rompiesen la monotonía de los esquemas ortogonales de tipo geométrico tan presentes en todos los mosaicos de la domus. Hay una clara unidad en el planteamiento global de los mosaicos del edificio en estrecha relación con la concepción arquitectónica y la funcionalidad del espacio doméstico. Muestra de ello es la distribución en toda la planta de una serie de motivos como, por ejemplo, un mismo tipo de guirnalda muy esquemática y los trenzados de ocho cabos. Pero sobre esa unidad hay una serie de rasgos diferenciales en el diseño de los teselados acorde con la concepción arquitectónica de la vivienda como complejo articulado en dos sectores, el del norte orientado a la recepción y las 7 García y Sánchez 2015. 8 Los pisos 1, 5, 7 y 27 y los 3 y 29 fueron extraídos de su ubicación original durante el proceso de restauración; los primeros entre 1998 y 1999; los segundos en la década de los 70. Las camas, excepto en 3, han sido excavadas por nosotras no habiéndose detectado pisos anteriores que fueran aprovechados como asiento. Respecto al resto de los mosaicos no arrancados, esta misma circunstancia se comprobó en 23, 34 y 36, cuando se excavaron las zanjas de expolio de los muros que habían sido robados hasta los cimientos. Tampoco se han documentado pavimentos previos bajo los de signinum o los otros de mortero de cal y arena. 9 En una importante reforma de la casa, se ampliaron las termas y se dotó de mosaico al tepidario, quedando el solado de la piscina en la cámara de calor de una sudatio.

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Fig. 2. Planta de la residencia señorial con dibujo de los mosaicos. Dibujo: E. Martínez basado en planimetría de G. Gillani. — 298 —

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actividades sociales y el del sur donde se mezcla lo público y lo privado. En este sentido, lo primero que destaca es que en los mosaicos de la parte norte del edificio (oecus, stibadium y salones) los emblemas se resuelven con exuberantes guirnaldas vegetales conformando coronas enjoyadas o acompañadas de cráteras, mientras que en las estancias meridionales las guirnaldas se sustituyen –al menos en un caso10- por una escena figurada mitológica, concretamente en el salón 34, con la representación de un acontecimiento de la vida de Pegaso11. También se aprecian diferencias técnicas entre ambas zonas. Así los mosaicos de las estancias en torno al patio del norte (Fig. 1 nº 2) ofrecen una paleta de colores más amplia en la que, junto a los básicos blanco, negro, gris, rojo y amarillo, se incorporan el rosa, el beis, el gris-azulado, el marrón... con ella se consigue una apariencia exuberante de los motivos vegetales y se dota de sensación volumétrica a cráteras, hojas y trenzados (Fig. 3) sin parangón en el resto de los mosaicos. También en estos pisos los fondos se fabrican con teselas de un tamaño ligeramente superior (en torno a 1 cm) al de las usadas en emblemas y recuadros12. En contraposición, en los mosaicos de las habitaciones del sur se emplean los colores más básicos (blanco, negro, gris, rojo y amarillo), con teselas de aproximadamente 8 mm de lado y solo en la escena mitológica se añaden beis, marrón, rosa, gris-azulado así como verdes y azules hechos de pasta vítrea. Este último material también se emplea en las cráteras del salón 29 que tiene una elegante planta en sigma ligeramente trilobulada al interior. Por encima, pues, de las diferencias señaladas es evidente un proyecto unitario y sincrónico, con un programa coordinado que procura un tratamiento distinto de las estancias septentrionales y meridionales. Algunos aspectos de la vida cotidiana en la casa través del estudio de las marcas de desgaste por pisado de los pavimentos El abandono organizado de esta residencia señorial nos ha privado de numerosos datos relacionados con aspectos concretos de la vida de sus habitantes. Para intentar conocerlos los arqueólogos y otros estudiosos recurrimos habitualmente a los aspectos arquitectónicos y ornamentales que las propias construcciones nos ofrecen. Pero en el caso que nos ocupa también contamos con un tipo de evidencia más modesta, pero altamente indicativa, que es el desgaste que muestran los pavimentos de la casa, no sólo los musivos. Son claramente perceptibles en ellos las marcas que ha dejado el paso de los ocupantes de la vivienda sobre sus suelos13 en los nºs 18, 22 y 23, 30, 31, 32 y 3514. Y aunque son muchas las conclusiones que se extraen del estudio que hemos realizado, por razones de extensión de este trabajo sólo comentaremos dos, basadas en la observación del desgaste por roce de algunas zonas de los suelos. La primera es la frecuentación de las habitaciones de la crujía oriental del peristilo (nºs 26, 27 y 28) documentada en el mosaico del espacio 18 (comunicador entre norte y sur de la casa) en el rastro de un alisamiento en giro hacia la izquierda por tránsito reiterado. Igualmente se detecta, aunque no en mosaico sino en los pavimentos de opus signinum, una estadía intensa en 30 y 31. Y la segunda conclusión, deducible por el desgaste diferencial en las teselas de un mismo mosaico, es la posición del mobiliario y los recorridos internos en estancias. Por ejemplo, en el dormitorio 22 se deduce que la cama estuvo pegada a la pared sur medianera con la sala 20 dotada de hipocausto y se identifica el trayecto hacia ella (Fig. 4).

10 El salón 29, excavado ya de antiguo, muestra su emblema central completamente destruido por lo que no se puede descartar que hubiera contenido alguna otra escena figurada. 11 García y Sánchez 2015, p. 92-97. 12 Excepcionalmente, las teselas empleadas en el vestíbulo de acceso y los pasillos en torno al patio 2 alcanzan los 2 cm para lograr una mayor resistencia al inevitable desgaste por el tránsito. 13 Estas marcas se han visto especialmente en los pisos que no habían sido tratados en los años 70, ya que en la restauración de esa época se empleaban algunos productos que actualmente no son adecuados. 14 No se ha completado la limpieza de la costra superior carbonatada de 21 y 37, en consecuencia, no contamos con datos para estas estancias.

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Fig. 3. Salón 5. Detalle del mosaico. Foto: M. Sánchez.

Fig. 4. Dormitorio 22 con indicación de la zona desgastada (la línea se ha ajustado al contorno de las escamas) por el tránsito y la zona del fondo seguramente ocupada por un lecho. Foto: M. Sánchez.

Reparaciones de mosaicos

Fruto de la actividad en la casa que ha dejado huella de uso en los pavimentos, es su lógica reparación, reconocida en zonas muy concretas al haberse usado teselas de color diferente15. En ocasiones se trata de zonas pequeñas, de pocos centímetros cuadrados, que obedecen a daños puntuales quizás producidos por el roce del mobiliario (Fig. 1, nº 3). Otras, más grandes, se asocian al reiterado cruce de umbrales (Fig. 1, nº 33). En estos pequeños arreglos se emplearon aún piezas sobrantes de la obra original, si bien ya no se debía de disponer de todos los colores quizás por haberse utilizado anteriormente en otras reparaciones no identificadas. Todas ellas se orientan, sin duda, a mantener la vivienda en buen estado. Incluso esa intencionalidad se puede reconocer en el caso del salón 29, donde al repararse una zona se cambia el motivo decorativo (Fig. 5). Diferente significado parecen tener otro tipo de intervenciones como parches hechos con mortero de cal y arena que se superponen tanto al suelo como al zócalo en algunas esquinas de las estancias 19, 22, 36 (Fig. 6) y 3816. No está claro qué tipo de deficiencia corrigen (posiblemente en relación con la humedad ascendente del subsuelo), pero parece obvio que su objetivo era ralentizar la ruina. Y aunque no podemos situarlas concretamente en el tiempo, dado su carácter tosco podrían haberse realizado como mantenimiento precario cuando ya los dueños de la villa no residían en ella.

Fig. 5. Detalle del mosaico del salón 29. La línea muestra el perímetro de la reparación. Foto: M. Sánchez.

Fig. 6. Estancia 36. Detalle en la esquina SE de la reparación realizada con mortero que cubre parte del piso y del zócalo de la decoración parietal. Foto: M. Sánchez.

15 Seguramente a lo largo del periodo de uso de la casa se repararon otras zonas con teselas idénticas a las dañadas que no hemos podido identificar. 16 No podemos determinar si este tipo de reparación también existía en los sectores de la casa excavados en los años 40 del s. XX.

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Carmen García Merino / Margarita Sánchez Simón

BIBLIOGRAFÍA: García Merino, C., Sánchez Simón, M. - (2015): La Villa romana de Almenara de Adaja-Puras. A través de los archivos del tiempo. Diputación de Valladolid, Valladolid. - El final de la villa de Almenara de Adaja-Puras: análisis de los contextos cerámicos asociados al abandono de las partes urbana y rustica y al hábitat posterior. Ed. La Ergastula (e. p.). Mañanes Pérez, T. (1992): La villa romana de Almenara-Puras (Valladolid), Diputación de Valladolid, Valladolid. Neira Jiménez, M. L., Mañanes Pérez, T. (1998): Mosaicos romanos de Valladolid, Corpus de Mosaicos de España, fascículo XI, CSIC, Madrid, 13-34. Referencias a páginas web: http://www.provinciadevalladolid.com/es/centros-turisticos-provinciales/museo-villas-romanas. Carmen García Merino - Universidad de Valladolid Margarita Sánchez Simón - Museo de las Villas Romanas de Almenara-Puras

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