Antonio Herráiz, mueblista de la vivienda de Julio Muñoz Ramonet en Barcelona

June 13, 2017 | Autor: Mónica Piera | Categoría: Furniture Design, Interior Design, Furniture design (Art History)
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Descripción

Res Mobilis Revista internacional de investigación en mobiliario y objetos decorativos Vol. 5, nº. 5, 2016

ANTONIO HERRÁIZ, MUEBLISTA DE LA VIVIENDA DE JULIO MUÑOZ RAMONET EN BARCELONA ANTONIO HERRÁIZ, HOME DESIGNER FOR JULIO MUÑOZ RAMONET IN BARCELONA

Mónica Piera Miquel* Associació per a l’Estudi del Moble

Resumen Antonio Herráiz fue el autor de los muebles de los dos edificios que Julio Muñoz Ramonet compró en Barcelona en 1945. Documentamos la autoría y analizamos las claves estéticas de unos destacados interiores de la alta burguesía barcelonesa que han llegado intactos hasta nosotros. El trabajo nos ha permitido referenciar la obra de esta importante empresa de muebles y bronces artísticos de Madrid con sucursal en Barcelona, que versionaba los estilos clásicos europeos. Palabras clave: Muebles, bronces artísticos, Muñoz Ramonet, burguesía, Herráiz. Abstract Antonio Herráiz was the author of the pieces of furniture from two of Julio Muñoz Ramonet Barcelona’s houses, which were decorated in 1945. We document the authorship and analyze the aesthetic keys of these high bourgeoisie houses, which have come down to us intact. The paper allow us to study the work this important furniture and art bronzes company from Madrid with branch in Barcelona, specialized in recreate European classic styles. Keywords: Furniture, artistic bronzes, Muñoz Ramonet, bourgeoisie, Herráiz

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Mónica Piera Miquel

1.

Antonio Herráiz, mueblista de la vivienda…

Introducción

El empresario Julio Muñoz Ramonet (1912 -1991) murió en Chur (Suiza) en 1991, donde se había trasladado huyendo de la justicia española, y en su testamento indicó que legaba a una fundación que había de llevar su nombre la finca de Barcelona, que incluía el palacete de la calle Muntaner 282 -288, esquina Marià Cubí, el edificio en la calle perpendicular, Avenir 26 -28, y el jardín, así como el contenido de ambas casas. Esta entidad tendría como finalidad la conservación y mantenimiento de estas instalaciones y su visita, así como el aprovechamiento útil por el público bajo el Patronato de la Ciudad Condal. La propiedad se compone de un amplio terreno con jardín, estanque y dos edificios unifamiliares de estilo neorrenacentista que el empresario compró a los herederos del segundo marqués de Alella, Ferran Fabra i Puig, en 1945. El inmueble mayor fue destinado a vivienda del empresario, mientras que el otro lo adecuó como residencia para su madre, Florinda Ramonet Sindreu (1886–1962). En origen, la parcela propiedad del marqués de Alella era más grande que la actual e incluía otro edificio en la parte posterior del terreno, ya desaparecido, que fue el que, en primer lugar, fue construido por el marqués, posiblemente en 1916. En febrero de 1917 se pidieron los permisos de obra para construir la torre de la calle Avenir. En esa fecha la casa desaparecida de Marià Cubí estaba en construcción y la de la calle Muntaner constaba sólo como proyecto. De esta manera, el palacete principal con acceso al jardín por la calle Muntaner y portería en la esquina con Marià Cubí fue el último en ser levantado y debió ocuparse hacia 19221. Los dos edificios comprados por Julio Muñoz se deben al arquitecto barcelonés Enric Sagnier Villavecchia por encargo del segundo marqués de Alella. Ferran Fabra i Puig había vivido en la Rambla de Canaletes, 6, edificio que vendió en 1922. Como venían haciendo desde el tercer tercio de siglo XIX muchos otros miembros de la alta sociedad barcelonesa, trasladó su residencia a la zona alta de la ciudad. En septiembre de 1920 la documentación lo sitúa en Passeig de Gràcia, 132 y en octubre de 1921 en Diputació, 245. Es hacia 1922 que pasa a vivir a la calle Muntaner. Cuando vendió la casa de la Rambla, el marqués llevó consigo las pinturas murales dedicadas al amor que Josep Mª. Sert había pintado por encargo del primer marqués de Alella, Camil Fabra i Fontanils. Las instaló en una de las estancias de esta nueva construcción, que se diseñó expresamente para albergarlas2. Cuando Ferran Fabra vendió el conjunto a Muñoz Ramonet, las pinturas quedaron en manos de la familia Fabra. El exterior del palacete principal dispone de dos torres que se alzan a ambos lados de una estructura de tres pisos. El inferior con triple arquería, el primer piso con balcón y el superior con galería abierta inspirada en la fachada de los Golfines de Cáceres. Es un exterior donde domina el concepto de variedad, que se hace evidente en el diseño, disposición de las aperturas, así como en las decoraciones arquitectónicas de estilo plateresco que confieren fantasía en los detalles de la fachada, recurso utilizado habitualmente por Sagnier en los Res Mobilis. Oviedo University Press. Vol. 5, nº. 5, pp. 155-174

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encargos de aquel período. Por su parte, los jardines de la finca del marqués de Alella fueron diseñados por Jean Claude Nicolas Forestier3. El interior se organiza a partir de un enorme distribuidor central con luz cenital gracias a una gran claraboya. Esta estancia daba paso a las diferentes salas de la planta principal, incluidos el salón y el antecomedor. En un extremo del distribuidor estaba ubicada la escalera de dos tramos que subía a la galería, que recorría los cuatro lados del patio desde el primer piso y permitía la entrada a las diferentes habitaciones. E. Sagnier la diseñó en forma de arquería con columnas de fuste liso y arcos de medio punto, que generaba una balconada hacia la planta baja. La pared se decoró con un friso de guirnaldas de inspiración clásica, cuyo ritmo se alternaba con ménsulas en relieve colocadas bajo cada una de las columnas. El segundo edificio, el de la calle Avenir 26, también fue ideado por Sagnier como una torre a cuatro vientos de menores dimensiones y de estética más contenida. En el cuerpo central destaca la arquería del primer piso, mientras que en las dos estructuras laterales, más altas, el tamaño de las aperturas se organiza según referencias renacentistas, decrecientes a medida que ganan altura. En 1945, Julio Muñoz Ramonet compró la propiedad y en seguida empezó los trabajos de remodelación que se realizaron en un corto plazo de tiempo y que afectaron principalmente al interior de los edificios, pero también al jardín, que fue reformado por el paisajista Joan Mirambell Ferran entre 1956-19574. A partir de este estudio hemos podido documentar la redecoración interior de los dos edificios y atribuirla a la empresa de mobiliario y decoración fundada por Antonio Herráiz5. 2.

Muebles y bronces de arte Antonio Herráiz.

Antonio Herráiz nació en Zamora en 1870 y estudió en los Escolapios de Alcalá de Henares. Desde 1888 se dedicó al montaje de instalaciones eléctricas, como la del Ministerio de Hacienda. Viajó a París y a la vuelta, en el año 1889, empezó en el mundo de la decoración con un taller de lámparas de fundición de bronce en la calle de la Colegiata de Madrid. De allí pasó a diseñar aparatos de iluminación en un momento en el que la electricidad estaba imponiéndose frente al gas. Este terreno le permitió mucho recorrido. Bajo el nombre de Herráiz y Cia, ofrecía modelos clásicos basados en las arañas del siglo XVIII, pero también lámparas nuevas, diseñadas expresamente para las bombillas incandescentes 6. La decoración de la casa del duque de Santo Mauro, que llevó a cabo en 1898, le sirvió de punto de inflexión hacia su promoción por toda España. Ese mismo año amplió la empresa con la compra de un solar en la calle de Ríos Rosas de Madrid, donde instaló los talleres. Bajo el concepto “Muebles y bronces de arte” 7 ofrecía los servicios de decoración a la aristocracia y la alta burguesía. La experiencia parisina le permitió un buen conocimiento del oficio de metalistería, que le distinguió del resto de empresas del sector8. Los bronces Herráiz, tanto en figuras

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de decoración, como lámparas, como aplicaciones de muebles y elementos arquitectónicos para interiores serían siempre sus productos estrella. Los artículos de prensa nos informan que el Duque de Tovar y el Conde de Arcentales le acabaron de dar el paso para ser considerado el decorador preferido entre las élites españolas. De ahí entró a trabajar para la Casa Real con la decoración de las viviendas de la Infanta María Teresa y del infante Don Carlos, e incluso realizó en 1912 el panteón de Mª Teresa de Borbón, en el monasterio de El Escorial. También trabajó en los palacios Real de Madrid, San Sebastián y la Magdalena. Fue autor de los muebles de la Embajada de España en Londres, así como de ayuntamientos, ministerios, despachos de empresas, hoteles y numerosas casas privadas de todo el territorio durante toda la primera mitad de siglo XX, ya que después de la Guerra Civil no sólo mantuvo el prestigio, sino que la década de 1940 puede ser considerada la de mayor proyección de la empresa Herráiz y Cia. En su tienda de Madrid, la exposición era concebida como piso-museo y se organizaba con habitaciones montadas como si fueran las de una vivienda particular. El hierro de la barandilla de la escalera, la piedra de las jácenas de las ventanas, las vigas de madera vistas, así como las puertas de cuarterones conferían un marco castizo, que lo diferenciaba de otras interpretaciones de lo clásico. En las estancias ofrecía mezcla de estilos, y fue capaz de reproducir y recrear los muebles más sobresalientes del arte francés, entre ellos el joyero de María Antonieta. Antonio Herráiz murió en noviembre de 1947 después de haber abierto sucursales en Barcelona, Pamplona y Bilbao, siendo las casas de Muñoz Ramonet de las últimas que se llevaron a cabo en vida del fundador. El espacio de Barcelona se situaba en Paseo de Gracia 39. Allá se vendían, pero también se construían muebles y otros objetos de decoración9. Sus contemporáneos reconocían la calidad de sus proyectos. Pere Cosp, por ejemplo, hablando de mueblistas de Barcelona comenta: “(Herráiz y Cía) La seva producció era el més selecte, el més perfecte i de gust més refinat que jo havia vist. Em calgué viatjar i en els museus i grans establiments de París i Londres, en tant que produccció contemporània, no hi vaig veure gran cosa que ho superés. La seva clientela era principalment l’aristocràcia i el seu entorn: banquers, alts funcionaris, polítics, en fi la gent adinerada que per una o altra causa havia de residir a Barcelona. L’activitat però era més aviat somorta, sempre vaig tenir la sensació que no s’hi devien guanyar gaire la vida però, en fi la central era a Madrid i això ho devia compensar, perquè Madrid era una altra cosa”10. Sobre la figura de Antonio Herráiz añade unas palabras que ilustran sobre su carácter:

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“Vaig aconseguir ésser rebut per Don Antonio Herráiz en persona. M’escoltà i em mirà amb indubtable interès el que jo li mostrava. No em comprà res però va passar amb mi una molt llarga estona, em donà una pila de consells, tots des del punt de vista artístic i de qualitat, i m’ensenyà mobles magnífics, molt ben fets i d’un bon gust refinadíssim. Molts eren rèplica del mobiliari dels “Reals Sitios”, Aranjuez, La Granja, etc., magnífiques fotografies d’aquests llocs als quals ell devia tenir accés per copiar-los. Em recomanà molt aquestes visites i també les dels museus. En poques paraules, em donà un bany d’art i bells oficis. Fou una llarga visita i una conversa que he recordat tota la vida amb agraïment. No m’hi havia presentat amb cap mena de recomanació que l’obligués a donar-me el seu temps i els seus bons consells. (...) Vaig veure clar que el meu ofici no havia d’ésser precisament un mercantilisme de l’artesania, per molt ben feta que fos, sinó que havia d’ésser a l’ensems creativitat i distinció sobretot, i molta recerca, llibres, col·lecions, museus [...]”11 En 1947, su hijo Santiago le sucedió en el negocio bajo el nombre de Casa Herráiz, S.A. Se anunciaba como continuador de su padre D. Antonio Herráiz y siguió jugando un papel destacado en los proyectos clásicos. En 1965 anunciaba la apertura de los locales de exposición en Mª De Molina 11 (con vuelta a Pinar), mientras que las oficinas se localizaban en Pinar 12 y los talleres se mantuvieron durante largo tiempo en el paseo Doña Carlota, 8, de Madrid12. Los hermanos de la última generación se dividieron los locales y el negocio, y algunos de ellos han cerrado. En la década de 1980 Amador Herráiz Loranca y Herráiz, Muebles, Bronces, Arte y Decoración, S.A.13 es empresa totalmente separada de la de José Antonio Herráiz García con nombre comercial Muebles Herráiz y Casa Herráiz 14, siendo el primero el que consigue mantener el mayor prestigio. Actualmente acaba de cerrar la última parte del negocio que continuaba bajo el nombre Muebles Herráiz. No era de la familia, aunque se publicitaba hasta finales del año 2015 con algunos de los muebles que hicieron famosa la casa desde época de Antonio, modelos que también ocuparon un lugar destacado en los interiores de Julio Muñoz15. 3.

Los encargos de Julio Muñoz Ramonet.

Actualmente, los interiores encargados por Julio Muñoz Ramonet a Herráiz conservan prácticamente intacta la decoración iniciada en 1945, especialmente la del palacete de la calle Muntaner16. Se trata de un testimonio excepcional de interior de la alta burguesía barcelonesa, donde prevalecía el concepto de decoración integral para cada una de las estancias. La suntuosidad se conseguía a partir de la recreación de los estilos clásicos. La elección seguía un código que se fue gestando en Europa durante el romanticismo y que permaneció vigente entre las clases conservadoras hasta mediados del siglo XX, de tal manera que el uso de cada sala marcaba el estilo que le era más conveniente. En

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las viviendas de Julio Muñoz estas premisas se siguieron a rajatabla17. Los lujosos Luises franceses para las salas de visita y de representación, el estilo severo español para las piezas de paso, el moderado inglés y el elegante neoclásico para comedores y ciertos dormitorios, la higiénica modernidad para los baños. Además, el conjunto se salpicaba de algunos muebles de estilo italiano, así como piezas de inspiración borbónica española, con escudos reales incluidos, que rompían la monotonía y daban la imprescindible distinción.

Fig. 1. Distribuidor de la planta baja de la vivienda principal de Julio Muñoz Ramonet decorado por Herráiz hacia 1945. Procedencia: Fundació Julio Muñoz Ramonet. Ajuntament de Barcelona.

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Aunque en esencia, la reforma del palacete principal respetó la distribución de principios de siglo XX, la escalera de dos tramos se transformó en una elegante escalera curva. Se eliminaron las ménsulas y la guirnalda, dejando las paredes lisas para colgar las colecciones de pintura y los tapices (Fig. 1). También se rediseñaron las puertas de paso de la planta baja. El nuevo modelo consistía en un doble batiente bajo una tarja de bronce que representaba el triunfo con un incensario entre hojas de roble y olivo, que servía para subrayar los éxitos profesionales y matrimoniales del propietario (Fig. 2).

Fig. 2. Pared del salón principal decorado en 1945 con cómoda de Herráiz y porcelanas tipo Sèvres junto a tapiz dedicado a Venus y Adonis del siglo XVIII. Puerta hacia el distribuidor en metal, bronce y cristal, c. 1945. Procedencia: Fundació Julio Muñoz Ramonet. Ajuntament de Barcelona.

Nos centraremos en la decoración de la casa principal de Julio Muñoz Ramonet porque ilustra bien la producción de la firma de Antonio Herráiz y permite descifrar las claves de su éxito entre los grupos dirigentes españoles, incluidos catalanes. Manteniendo la distribución tradicional, la planta baja se destinó a las salas de representación con un gran comedor y salones de diversas medidas y estilos, en el primer piso se ubicaron las salas uso privado, con otro comedor y salón familiar, así como los dormitorios, vestidores e inmensos baños forrados de mármol. En la galería que da al patio central está mantuvo la pequeña capilla de época del marqués de Alella. En el segundo piso se habilitó una sala de cine, el billar, la biblioteca y dormitorios secundarios y finalmente en los inmensos sótanos se distribuyen las cocinas, office, despensas, bodega y Res Mobilis. Oviedo University Press. Vol. 5, nº. 5, pp. 155-174

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diversos dormitorios para el servicio. Aunque Herráiz era una más de las muchas empresas dedicadas a la decoración clásica, la clave del éxito radicaba, además de por la alta calidad de la producción, por una manera de combinar los estilos que, sin alejarse de los convencionalismos citados, aportaba variedad y un estudiado equilibrio entre aposentos solemnes que enaltecían al propietario y ambientes acogedores que invitaban a entrar. Es este concepto de variedad el que nos parece especialmente interesante de la casa. Observamos que aunque cada espacio respira el estilo del pasado adecuado a su función, en el detalle se mezclan obras de otras estéticas y se combinan diversas tapicerías, lo que confería frescura al conjunto. En las grandes salas, la variedad también la conseguía organizando los muebles en diferentes ambientes que se utilizaban según la solemnidad de la ocasión o la hora del día. 4.

El envoltorio interior

Los recursos que Antonio Herráiz utilizó para vestir los espacios son heredados de tiempos pasados: Alfombras en los suelos; tapices antiguos, pinturas y boiseries para las paredes; y tejidos en las cortinas y asientos. La mayoría de los techos lucen trabajos de yesería, que ponen en relieve las imponentes arañas de cada uno de los aposentos. Lámparas de mesa, muebles, jarrones de porcelana y bronces dan la puntilla al conjunto.

Fig. 3. Vista general del salón principal del palacete de la calle Muntaner con los muebles de estilo rococó organizados en ambientes. La alfombra de lana de encargo y la araña de bronce y cristal. Herráiz, c. 1945. Procedencia: Fundació Julio Muñoz Ramonet. Ajuntament de Barcelona.

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Las alfombras españolas que cubren la práctica totalidad de los suelos son de lana anudada a mano, realizadas por encargo en los talleres Aymat18. Evidencian el uso de convencionalismos para dignificar la vivienda y nos dan la pista de lo que este palacete significaba para el propietario: el aval de su posición social en la España de la posguerra, logrado en gran parte gracias a su enlace en agosto de 1946 con Carmen Villalonga (1829-1989), hija del presidente del Banco Central, Ignacio Villalonga Villalba (1895-1973). Testimonio de su ascenso social y del fructífero matrimonio es la simbología de la alfombra del salón principal, que cubre el suelo en su totalidad (920 x 680 cm). En el centro se representa un medallón con los escudos de los apellidos Muñoz y Villalonga entrelazados y enmarcados por coronas florales y trofeos militares de inspiración romana (Fig. 3). Los mismos escudos vuelven a centrar la alfombra del vestidor de Julio Muñoz, ennobleciendo su apellido19. La alfombra del comedor (980 x 480 cm) incluye las iniciales M de Muñoz y V de Villalonga, flanqueadas por cuernos de la abundancia, junto a lirios y flores de lis. Los cuernos de la abundancia los podemos ir recogiendo en obras de bronce, ebanistería y también en una escultura que representa La Fortuna, firmada por Guillem Neddermann Bru situada en la sala de música. Por su parte, la gran alfombra del distribuidor central (1400 x 600 cm) hace uso de las águilas, emblema del grupo de empresas Muñoz, derivado de los grandes almacenes El Águila de su propiedad (Fig. 1). En la vidriera de la claraboya del mismo distribuidor se localizan una vez más la inicial de su apellido20. Los tapices son otro recurso exitoso para dar nobleza y prestigio a la residencia. Actualmente, en la casa se contabilizan siete piezas flamencas y francesas que datan del siglo XVI hasta principios del siglo XVIII. Las temáticas se revelan escogidas, ya que representan virtudes, la victoria, la honestidad femenina y el amor con dos escenas del mito de Venus y Adonis21. (Fig. 2 y 3) Algunas estancias se visten con pinturas murales encargadas a medida. En el comedor se representan al óleo sobre lienzo escenas de la Odisea, una de las cuales incluye una cartela con una cita que el Sr. Julio Muñoz Ramonet se debía repetir en los últimos años de su vida, cuando después de haber tenido “Barcelona a sus pies” y haber dirigido un gran imperio, cayó en desgracia, rompió relaciones con buena parte de la familia, huyó a Suiza y fue encarcelado: “Háblame, oh musa, de aquel varón de tanto y diverso ingenio, que luego de triunfar en épicas hazañas, anduvo peregrinando fuera de su reino, lejos de los suyos. ¡¡Ulises. Fecundo en ardides: tu ingenio y tu astucia son grandes y no menor tu ánimo!! Héroe eterno: serás símbolo por siempre del hombre fuerte forjado al fuego y al yunque del sufrimiento. Tomas brío nuevo cada vez que la adversidad te hiere. Ni Circe, ni Calipso, ni el cantar de las muchas sirenas bastarán a distraer tu anhelo de contemplar los cándidos vellones de humo de los hogares tu Itaca”.

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Decoración de los salones

De entre las muchas estancias de la casa Muñoz escogemos alguna para ejemplificar el trabajo de Herráiz. El salón principal está decorado en estilo rococó, muy acorde para la función. El techo y las paredes presentan rocallas en blanco y dorado, y el rosetón acoge la gran araña con cinco niveles de luces en bronce y cristal. Los muebles se inspiran en el estilo, pero con puntos de referencia diversos. Así, un tresillo se mantiene fiel al modelo Luis XV; otro se inspira en el neorrococó decimonónico, una pareja de sillones reproduce la versión Carlos III, y cuatro sillas auxiliares recrean libremente el estilo. De estos asientos, destaca la tapicería de los sillones Carlos III, cuyo escudo luce en el respaldo. Fue encargada a la Real Fábrica de Tapices, tal como testimonia el anagrama RFTS coronado22. Los trabajos de ebanistería siguen el mismo juego de variantes estilísticas, combinando la influencia del primer estilo Luis XV con peanas Napoleón III. En esta sala se colocó una pareja de cómodas, inspiradas en la cómoda medallero que en 1738 realizó Gaudraux según diseño de los hermanos Slodtz para el despacho de Luis XV en Versalles. Se trata de una reinterpretación más sencilla, pero a la vez más equilibrada y de gran calidad técnica, tanto en ebanistería como especialmente en los bronces. Este diseño era reconocido como uno de los muebles estrella de la empresa Herráiz23. (Fig. 2) Por otro lado, el salón de estar de estilo Carlos IV muestra la cuidada manera de crear escenarios en la parte noble. La sala ocupa uno de los ángulos de la fachada principal, por lo que tiene salida directa al jardín, y dos grandes ventanales al muro Norte. La ambientación se consigue gracias a las pinturas de estilo goyesco firmadas por Ernest Santasusagna i Santacreu (1900-1964) y datadas en 1945. (Fig. 4) Santasusagna fue un pintor académico que justo un año antes había ganado el premio de honor de la Exposición Nacional de Bellas Artes con la obra El palco de la Celestina, pintura costumbrista donde se hacían evidente la influencia de Goya.24 Por lo tanto, este pintor barcelonés era una buena opción para vestir un salón costumbrista de estilo Carlos IV. Su pintura, definida por Josep Ma. Garrut como “barroca-castellana”, debía encajar con el gusto de Herráiz y era adecuada a la arquitectura del edifico.25 Además, el premio concedido a Santasusagna le otorgaba aval suficiente para dejar su firma en casa del Sr. Muñoz Ramonet. Como en el resto de los aposentos, la decoración se trabajó hasta los últimos detalles. Los lienzos se inscriben en marcos de madera pintada y dorada tallados con cenefas de cintas, y las aperturas, puertas y ventanas, se subrayan con arquitrabe soportado por ménsulas. En el techo Santasusagma representa una arquitectura ilusionista, a la manera de cuadratura barroca, con figuras apoyadas en la barandilla de un balcón y donde los pilares de una pérgola acentúan la profundidad, porque se prolongan hacia un cielo manchado de nubes que recuerda la escena de J. M. Sert que había ocupado ese lugar en época del primer marqués de Alella26. En las cuatro paredes, se representan también temas costumbristas inspirados en cartones de Francisco de Goya27.

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Fig. 4. Salón goyesco con pinturas de Ernest Santasusagna datadas en 1945. Tresillo de Herráiz, estilo fernandino, c. 1945. Referencia MNAD_FD00026_27_061 del archivo Herráiz. Procedencia: Fundació Julio Muñoz Ramonet. Ajuntament de Barcelona.

Los muebles de la sala sintonizan con las pinturas. Destaca el sofá fernandino, mueble insignia de Antonio Herráiz.28, en caoba y tapizado en damasco rojo. Los brazos se abren en forma de cuerno de la abundancia y se decoran, igual que el zócalo, con marquetería de limoncillo. El copete, en cambio, está tallado con dos delfines simétricamente distribuidos a ambos lados de una roseta. Los mismos materiales y decoración son utilizados en los sillones a juego. (Fig. 4) En esta pareja de asientos, las proporciones y hechura se han adaptado a las necesidades del siglo XX, un juego entre diseño clásico y proporción moderna que se sucede en las obras de este mueblista. En esta sala, igualmente interesante son los seis sillones Carlos IV. (Fig. 5) El marco está ricamente tallado con guilloche, perlas, hojas de agua, hojas de olivo y campanillas, mientras que las patas se mantienen cabriolé29. Cuatro de ellos lucen tapicería de la Real Fábrica de Tapices30 que representa Muchachos jugando a soldados31, y Niños cogiendo frutos de un árbol enmarcadas por guilloché sobre un fondo azul borbónico. Los temas goyescos seguían gozando de alta demanda en la Real Fábrica de Tapices durante la postguerra. Se relacionaba a Goya, además de con el último gran periodo de la tapicería, “con el esplendor y el lujo de la vida palaciega, que en muchas ocasiones era lo que se pretendía realmente emular encargando una y otra vez los mismos paños.”32 Julio Muñoz Ramonet se inscribe dentro de esa clientela, la burguesía acomodada, que buscaba prestigiarse a través de la

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compra de tapices y tapicerías. En el caso de estos asientos, podemos hablar de un encargo menor, pero los tapices antiguos de la casa, demuestran como los paños seguían gozando de buena salud como bien de representación en Barcelona a mediados de siglo XX33.

Fig. 5. Pareja de sillones firmados Herráiz del salón goyesco con tapicería de la Real Fábrica de Tapices, c. 1945. Procedencia: Fundació Julio Muñoz Ramonet. Ajuntament de Barcelona.

6.

Los muebles de ebanistería de Antonio Herráiz.

Los tapices, las boiseries, las pinturas y las alfombras crean el contexto para el mobiliario de las dos residencias, como hemos visto con las cómodas del salón principal. El número de muebles es alto y se divide en obras de ebanistería, es decir los trabajados con chapeados y marqueterías, a menudo enriquecidas con bronces; los muebles de madera maciza tallada, casi siempre doradas, especialmente consolas, y los muebles tapizados, asientos y algunas camas. Cada una de estas técnicas, así como las de otras especialidades que tienen una presencia menor, como la policromía, los mármoles y los espejos, eran llevadas a cabo por especialistas de los diferentes oficios dentro de la empresa Herráiz. Aun así, dentro en la producción de la empresa es posible establecer dos calidades de trabajo que le permitían servir a un gran abanico de clientes. Estos dos niveles están presentes incluso en un encargo tan importante como era el de Julio Muñoz. En el interior de los dos edificios, un amplio grupo de muebles son obras de referencia en la producción española de la época; mientras que un segundo grupo, menos numeroso y formado por muebles dispersos en dormitorios y

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habitaciones secundarias del primer y segundo piso, muestran una calidad inferior, producción más económica y menor complejidad técnica. Dominan las referencias al siglo XVIII francés, que Antonio Herráiz estudió en directo en su etapa en Francia, con guiños a las grandes figuras de la ebanistería parisina, como Gaudraux, Joubert, Oeben, Riesener, Leleu, Benneman, Jacob o Jacob-Desmalter. Otras fuentes son las producciones de las empresas de decoración parisinas de la Tercera República, como Sormani, Beurdeley, Dasson o Linke, obras de las cuales lucían en los mejores salones acomodados europeos y americanos. Pero otro punto de referencia clave en la obra de Herráiz es el mueble de época Carlos III, Carlos IV y Fernando VII. En algún caso se trata de copias de muebles históricos, pero habitualmente versionaba piezas antiguas adaptándolas en decoración, medida y función a las necesidades. Es en estas propuestas donde se observa su capacidad artística como mueblista y su creatividad como diseñador. La producción de Herráiz está en sintonía con la de empresas de mueble y decoración europeas, pero el hecho diferenciador de la casa madrileña radica en haber añadido a su repertorio modelos de los palacios reales españoles, tanto del Palacio Real, como de la Granja o el de Aranjuez. Esta mirada a unos diseños que se alejan de los clásicos franceses le da oxígeno, le abre el abanico de fantasías y le regenera el repertorio sin salirse de los parámetros del buen gusto. Trabajó en los palacios reales y consiguió los permisos para realizar esas copias y versiones, que son la clave para comprender las creativas patas talladas de algunas de las mesas de centro de Herráiz, que son de lo mejor de su producción, así como los faldones curvilíneos o calados con guirnaldas de varios modelos de asiento. No es el único en hacerlo, pero sí el mejor y el que consiguió más alta fama. Unos y otros suelen ser caros de producir porque incorporan técnicas artísticas laboriosas, como el bronce dorado y la marquetería, además del mármol. Sabía que ésta era valorada en la España de la primera mitad de siglo XX; por ello, ofrecía versiones con marquetería pictórica, otras con marquetería geométrica y también usaba a menudo juegos de chapas34. En marquetería a la italiana, llama la atención la pareja de cómodas según diseño de G. Maggiolini, que tuvo gran éxito comercial35. (Fig. 6) Paralelamente, Antonio Herráiz también era capaz de ofrecer marqueterías de diseño propio en las se hace evidente el aprovechamiento de las plantillas, como ocurre también en los bronces. Esta repetición se venía haciendo históricamente para abaratar costes, pero también son testimonio del éxito de algunos asuntos36. No podemos repasar cada uno de los muebles que Herráiz colocó en las estancias de las viviendas para Muñoz, pero subrayamos algunos datos, como las chambranas planas y sinuosas con roseta o copa central que repite en muchas mesas. Quizás el autor quería emular a Weisweiler, cuya famosa chambrana no difiere tanto de la que él propone. Este motivo parece ser una marca de la casa a juzgar por su abundante uso y que podríamos bautizar como “chambrana Herráiz”37.

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Fig. 6. Rinconera en marquetería con paisaje urbano a la manera del Quattorcento. Dos ejemplares iguales y un bufet con el mismo trabajo se encuentran en la casa Muñoz. Fotografía del Archivo Herráiz, MNAD_FD00026_37_067.

7.

Muebles tallados y asientos tapizados.

Hay pocos muebles tallados y dorados en la casa Muñoz, pero tres de ellos son de muy buena técnica38. Dos son consolas inspiradas en diseños de Charles Le Brun, cercanas a unas de propiedad de Patrimonio Nacional, y que podrían pasar fácilmente por originales, (Fig.7) y la tercera es una mesa con originales patas en triple voluta39. En una casa donde los salones principales tienen como objetivo recibir, el número de asientos es muy elevado y se distribuyen en formato de sillón, canapé, sofá, taburete y banqueta; pero curiosamente no en el de silla, del que no existe un solo ejemplar en las dos casas40. La mayoría son recreaciones personales de los estilos clásicos, como hemos visto en el salón principal y el salón goyesco, que la firma etiquetaba bajo los nombres de Felipe II, Luis XIV, Luis XV, Luis XVI. Es especialmente en los tresillos y en las parejas de butacones donde la forma busca

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el confort con asientos bajos y anchos, totalmente tapizados y con muelles. (Fig. 8) Las telas son de variadas calidades y colores, dominando los terciopelos, los damascos y el cuero, con poca abundancia de flocaduras y pasamanerías.

Fig. 7. Consola de estilo Luis XIV en madera tallada y dorada y tablero de mármol por Herráiz, c. 1945. Distribuidor planta principal. Procedencia: Fundació Julio Muñoz Ramonet. Ajuntament de Barcelona.

Fig. 8. Sillón en forma de butaca que reversiona el estilo rococó con tapicería neoclásica del catálogo de la empresa. Un ejemplar igual se localiza en casa Muñoz, c. 1945. Fotografía del Archivo Herráiz, MNAD_FD00026_28_046.

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Es evidente que entre la burguesía y clases acomodadas europeas las estéticas clásicas seguían gozando de buena salud y eran la apuesta más segura para mantenerse en el buen gusto. En este sentido el efecto de pasear por las salas principales de las casas de Julio Muñoz no suponen ninguna novedad. En todo caso, es una demostración de que en 1945 en España todavía había empresas que eran capaces de ofrecer muy buena calidad en la producción de muebles y otros elementos de la decoración. Ahora bien, cuando rastreamos los álbumes fotográficos de la empresa observamos que junto a ese dominio de lo clásico, Herráiz vendía también algunos muebles y objetos que seguían las nuevas tendencias artísticas. No era ajeno a los muebles de acero tubular ni al mueble decó, aunque estas líneas ocupaban una parte reducida de su producción, porque con seguridad no era la que deseaba su clientela. Versiones de asientos de Mies van der Rohe o de Le Corbusier están presentes en el catálogo, colocadas, eso sí, sobre alfombras de lana de la Real Fábrica. El único ejemplo de mueble de acero tubular en la casa de Julio Muñoz Ramonet se localiza en su baño. Se trata de la silla de barbero diseñada a la manera de camilla articulada y con reposapiés. Un mueble funcional para una pieza alejada de las zonas de representación, pero muy necesaria para una persona obsesionada por el afeitado41. 8.

La iluminación y los objetos ornamentales.

El palacete de Muñoz Ramonet tiene buenas entradas de luz natural. Su construcción a cuatro vientos y la distribución de habitaciones alienadas en las cuatro fachadas permite que la luz del sol entre en todas ellas. Incluso el distribuidor de la planta baja y el pasillo del primer piso están iluminados por la claraboya central y una parte de los sótanos recibe luz por ventanas altas. La iluminación artificial se consigue principalmente a partir de lámparas de techo y apliques. Hay más de treinta y cinco ejemplares basados en su mayoría en modelos dieciochescos o decimonónicos, muchos con pendeloques y sartas de cuentas en cristal tallado de más o menos tamaño, siendo las de las salas de recibir las más grandes. Las lámparas son el producto por el que Antonio Herráiz entró en el mundo de la decoración42, y con seguridad, aunque no están firmadas, fue él quien suministró los aparatos43. Para ganar la batalla a la oscuridad, en el salón de música, que es el único de la fachada principal que tiene sólo una apertura al exterior, se forraron las paredes con grandes láminas de espejo empotrado en la boiserie de color crema, el mismo color que se ha aplicado a las tapicerías de los asientos. Incluso se renunció a la caoba y se escogió una madera clara para el piano de cola. Las otras grandes láminas de espejo las encontramos en los distintos baños, también empotradas, entre paredes de mármol, en cada caso de un color diferente, y también en las lunas de los armarios roperos de algunos de los vestidores. Otros candelabros, relojes de sobremesa y pequeños objetos, como ceniceros y portapapeles forman parte de los objetos que junto con las porcelanas y las colecciones de escultura antigua llenaban las salas. Se contabilizan cuarenta y Res Mobilis. Oviedo University Press. Vol. 5, nº. 5, pp. 155-174

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cinco jarros ornamentales de porcelana entre los de estilo Sèvres, sajón y chino de Cantón, pero también son de porcelana algunos relojes, figuras, pies de lámparas y candelabros. Son objetos sin marcas que permitan determinar un centro productor concreto. Podría ser el mismo Herráiz quien los suministrara, pero es difícil asegurarlo teniendo en cuenta que se vendían en diversas casas de decoración de la época44. 9.

La atribución de los muebles a Antonio Herráiz.

La autoría de los muebles de las dos viviendas de Julio Muñoz Ramonet las hemos podido documentar por varias vías. Por un lado, hemos encontrado la firma estampada en seco o al fuego en una treintena de muebles. Ellas se lee: HERRÁIZ, HERRÁIZ FECIT o HERRÁIZ BARCELONA. Los tamaños de las letras y las tipografías son diversos lo que indicaría por lo menos cuatro hierros de marcar. En el caso de los asientos, la estampilla es al fuego y la hemos localizado en el reverso del travesaño frontal de la cintura, no siempre bien visible, ya que a menudo queda medio oculta por el forro de la tapicería. Por ello, es muy posible que algunas existentes no las hayamos podido registrar. En los contenedores, tipo cómodas, secreteres o armarios, la firma suele estar en la trasera, normalmente en alguno de los travesaños, aunque en ocasiones se ha fijado en los mismos plafones45. En las mesas, lo más común es encontrar la firma en los travesaños del tablero o en la cruz de las chambranas. En cuanto a los muebles pintados, se hace más difícil su visión, ya que se colocó antes de pintar, quedando a veces tapada y sólo visible con luz rasante. Otros de los muebles estudiados los hemos podido relacionar con el autor gracias a las ilustraciones que acompañan los dos artículos de la revista Arte y Hogar citados46. La página web de Muebles Herráiz, aunque dice no tener nada que ver con la empresa, muestra en su repertorio muebles que ya se hacían en 1945 y que estaban en la residencia de Muñoz. El mercado del arte, especialmente catálogos de diversas subastas, nos ha dado más pistas para confirmar algunas creaciones. Finalmente, nos ha sido muy útil la información recogida en los álbumes de fotografías del Archivo Herráiz que se conservan en el Museo Nacional de Artes Decorativas de Madrid (MNAD) y que nos ha permitido determinar la autoría de más de una veintena de piezas de las casas de Julio Muñoz. En algunos casos la relación entre el mueble y la foto se ha establecido gracias a la comparación de los bronces, aunque la forma del mueble fuera otra. Ha sido revelador localizar dos armarios roperos que están en dos de los vestidores, uno de ellos con altillo y construido en ángulo e integrado a la boiserie de la pared47. Su interés no radica en la calidad de la obra, que justamente no es destacable, sino porque al ser un mueble de gran formato y empotrado ratifica que la intervención de Antonio Herráiz fue más allá de suministrar muebles y puede ser considerada como decoración integral48. En algunos casos, hemos podido dar noticia del artífice por varias de estas vías a la vez. La empresa Antonio Herráiz, muebles y bronces de arte, fue la responsable de los interiores barceloneses propiedad del empresario Julio Muñoz Ramonet. La

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buena conservación de sus completos conjuntos nos ha permitido descubrir los recursos utilizados por la más renombrada empresa de decoración de la España del segundo cuarto de siglo XX y valorar la calidad de una producción que tiene como punto de referencia afamados interiores europeos de los siglos XVIII y XIX.

NOTAS

1

Agradezco a Santi Barjau Rico esta inédita información, así como las nuevas fechas que corrigen las publicadas hasta ahora. Los datos han podido ser aportados por este historiador gracias a haberse localizado recientemente los planos originales y los proyectos de los edificios. Como él mismo nos informa, las fechas de 1912-1914 para el palacete, así como el nombre de J.J. Ferrer como propietario de la torre de Avenir, hasta ahora sugeridas en anteriores publicaciones sobre Sagnier, han de ser desestimadas. Igualmente, agradezco a Núria Rivero las puntualizaciones y observaciones sobre este tema. 2 FOLCH I TORRES, Joaquim, “Les pintures d’en Sert”, en La Veu de Catalunya, 54, 12, Barcelona,1910, p. 3. 3 PEÑAFIEL, Antonio, “La mansión señorial de los Marqueses de Alella”, en Mediterráneo, 7,31, Barcelona, 1927, p. 43. 4 En 1945 Julio Muñoz celebró por primera vez una gran fiesta en la casa lo que hace suponer que la decoración principal estaba terminada. MUÑOZ, Xavier, Muñoz-Ramonet, societat il·limitada, Barcelona, Edicions 62, 2003. 5 Sólo un pequeño número de muebles de la casa no pertenecen con seguridad a Herráiz. Se trata de un mueble de oficina tipo americano de Muebles Fanló, especialista en este tipo de producción en Barcelona. Tampoco es de Herráiz un colgador de datación anterior a la reforma y comprado en Muebles y Decoración, establecimiento de la Ciudad Condal y un grupo muy reducido de piezas sin autor de hacia 1915 -1920, que es posible que formaran parte del mobiliario del marqués de Alella, y que actualmente se encuentran en mal estado en los subterráneos del edificio de Muntaner. En las salas principales únicamente hemos documentado una mesita auxiliar que no era de Herráiz, sino de la empresa de muebles Mariano García. 6 En el archivo de la empresa, el álbum de fotografías dedicado a Faroles incluye algunas imágenes que son de las más antiguas de la casa con números de referencia bajos, y están firmadas “Herráiz y Cia Madrid”. Museo Nacional de Artes Decorativas, Madrid, Archivo Herráiz, FD00026/41-1, 41-2, y siguientes. 7 “Una figura prestigiosa de las artes decorativas: Antonio Herráiz”, en Arte y Hogar, 46, s/f (1948 o 1949), p. 36. 8 “La característica de Herráiz se encuentra, además de en la perfecta ejecución artística de sus muebles, en la calidad de los bronces, tan difícil de conseguir en España y que hace sus obras comparables con las mejores de Boulle o de los Vassé. “Los artífices del mueble”, en Arte y Hogar, 48 - 49, 1949, p. 76. 9 Una fotografía de esta fecha muestra el taller con muebles tallados y marcos colgados en las paredes. Arxiu Mas, Barcelona, en cuyo reverso se indica Robert Herráiz, paseo de Gracia, 39. 10 COSP, Pere, Petita història d’un taller, Barcelona, edición personal, 1991, p. 31. 11 COSP, Pere Petita història, cit., p. 39. 12 Anuncio en ABC, Madrid 10/ 31/ 1965. En 1969 citado como pasaje Dª Carlota, 8 (Anuncio en ABC, Madrid 12/24/1969, p. 4). 13 Los álbumes del archivo Herráiz llevan este nombre en la cubierta. Amador Herráiz muere el 18 de junio de 1989. 14 En El País 7/11/1981 se publica una carta al director de Amador Herráiz que afirma que ambos negocios no tienen ninguna relación empresarial. 15 Esta última empresa estaba situada en la calle Segovia, 5 de San Fernando de Henares de Madrid (www.mueblesHerráiz.com).

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En el palacete principal falta la colección de pintura y otras de arte que habían sido propiedad del Ròmul Bosch Catarineu, y que pasaron a manos de Muñoz Ramonet cuando compró el grupo de empresas de aquel y liquidó el crédito del que la colección servía de garantía. Actualmente se observan algunos cambios en muebles y objetos de decoración, especialmente en las salas privadas y familiares, pero en general y especialmente en la planta principal el conjunto conserva la decoración de época. En el edificio de Avenir se observan algunos cambios en la decoración y se han añadido muebles de despacho y aires acondicionados para adaptar algunas zonas como despacho. De todas formas, un buen número de salas mantiene la decoración la década de 1940. 17 Ya en aquella época fue reconocido el sentido de conjunto de los interiores de Herráiz, convirtiéndose en empresa de referencia en España. “Una figura prestigiosa”, Arte y Hogar, cit, p. 36-37. 18 Agradezco a Sílvia Ventosa, conservadora del Museu del Disseny de Barcelona la información sobre la autoría de las alfombras. 19 Ubicado en el primer piso (466 x 410 cm). 20 La claraboya es de época del marqués de Alella, pero Muñoz hizo añadir los vidrios con su inicial. 21 No todos estos tapices estaban colgados en la vivienda en tiempos de Julio Muñoz. En la década de 1970 sólo constan tres en el vestíbulo principal. De todas formas, por una relación de compra venta de 1968 se sabe que tenía en propiedad 14 tapices, la mayoría de los cuales debían estar guardados sin exponer. Algunos de los tapices que cuelgan actualmente conservan pliegues de haber estado doblados. 22 Firma utilizada por los talleres después de la Guerra Civil. 23 Correspondía al número 5.169 del álbum fotográfico de la casa y fue este mismo modelo uno de los que se utilizaron para ilustrar el alto nivel de la producción Herráiz en un artículo de 1949: “En estas páginas reproducimos algunas cómodas de Herráiz, piezas dignas de cualquier museo” dice el texto “Los artífices del mueble”, donde además de esta cómoda se muestran otros muebles que hemos localizado en casa Muñoz. Arte y Hogar, cit., p.76-77. Agradezco a Eduard Blanxart, quien desgraciadamente nos ha dejado, y Rossend Casanova las facilidades para su consulta y la información sobre documentación del período. 24 El óleo de temática castiza, medía 235 x 175 cm. Exposición Nacional de Bellas Artes de Barcelona. Barcelona, Ayuntamiento de Barcelona, Seix y Barral, Otoño1944. 25 GARRUT, José María, Dos siglos de pintura catalana (XIX –XX), Madrid, Ibérico Europea de Ediciones, 1974, p. 158. 26 La proporción y medidas de las pinturas de Sert hacen pensar que habían ocupado esta habitación en época del marqués de Alella, y que posiblemente Muñoz llegó a ver antes de comprar la finca. 27 Entre ellas, El columpio, tapicería de la Pieza de Cámara o Antedormitorio de los Príncipes de Asturias en el Pardo en 1779. 28 En la web de Muebles Herráiz (http://mueblesHerráiz.com/consultado 19/06/2015) se utiliza el sofá como reclamo de calidad con el número 3410 el apartado Mueble clásico. 29 Este asiento es otro de los que aún se muestra actualmente en la web de Muebles Herráiz, número referencia 3674. 30 El anagrama MD coronada, que se empezó a utilizar en el siglo XVIII y continuó a lo largo de los siglos, permite confirmar la atribución. 31 Tapiz de sobrepuerta según cartón de Goya de 1779 diseñado para el dormitorio de los Príncipes de Asturias en el Palacio Real de El Pardo. Tapices y cartones de Goya, Madrid, Patrimonio Nacional, 1996, p. 170. 32 CALLE, Laura de la, Cien años de tapiz español. La Real Fábrica de Tapices, 1900 – 2000, Madrid, Fundación Universitaria Española, 2009, p. 136. 33 Posiblemente la casa Herráiz había firmado concierto con la Real Fábrica para depositar en sus tiendas, tapices y alfombras como hicieran Loscertales S.A. o I.T.E.R con una comisión del 10% de las ventas. CALLE, Laura de la, Cien años de tapiz español, cit., p. 114. 34 Se localizan en la casa el secreter abattant (Fotografía FD00026/34-29) y las cómodas de estilo Luis XV del álbum del Archivo Herráiz (MNAD. También muebles con marquetería renacimiento italiano que responden a los modelos FD00026/37-67. 35 Una de estas cómodas vuelve a anunciarse en la web de Muebles Herráiz con el número de referencia 2448. La reproducción es de tan buena calidad, que no sorprendería que pasara por original si uno no atendiera a la construcción, que es en roble y contrachapado. Cada una de ellas está firmada HERRÁIZ FECIT dos veces al

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fuego en el travesero superior de la trasera. Otra pareja igual, también firmada, se localiza en la colección de la Biblioteca Museo Víctor Balaguer de Vilanova i la Geltrú. 36 Tres mesas diferentes utiliza la misma plantilla de marquetería que representa personajes populares. Fotografia FD00026/44-67 y FD00026/44-68. Además una de las mesas está nuevamente fotografiada en el álbum Mesas de comedor FD00026/44-67, Archivo Herráiz, MNAD 37 En ocasiones, la firma se localiza justamente en el reverso de esta roseta. 38 Es inferior la calidad de los muebles policromados de las casas Muñoz, que encontramos en muebles de dormitorio en versión monocroma, charoles de gusto oriental y policromías europeas. 39 Esta pieza luce en el distribuidor de la planta primera de la casa de la calle Avenir. Fotografía FD00026/15043 del álbum del Archivo Herráiz (MNAD). 40 Se contabilizan trece tresillos, más de cincuenta butacas y sillones, mayoritariamente en parejas, sillones de comedor y de despacho, donde no hay dos tresillos, ni dos conjuntos de butacas iguales ni en forma ni en tapicería, lo que supone un amplio muestrario con resultados de mayor o menor creatividad. 41 Desconocemos el autor de la silla de barbero, pero conociendo la faceta de muebles tubulares de Herráiz no debe descartarse que fuera él quien la suministrara. 42 Algunas de las fotografías de lámparas de techo, faroles, aparatos de iluminación, así como de esculturas de bronce y las de algunas fallebas y llamadores son de las más antiguas del archivo de la empresa, con números de referencia bajos y en algunas con el nombre Herráiz y Cª Madrid junto a la imagen. 43 Sólo hemos localizado una lámpara de sobremesa en el álbum de candelabros del archivo. Se trata de un ejemplar en forma de Victoria que da soporte a un candelabro de cinco luces y velón. 44 Agradecemos a Ma. Antonia Casanovas, conservadora de cerámica del Museu del Disseny de Barcelona, la información respecto a estas piezas de la colección Muñoz. 45 Aunque hemos tenido la oportunidad de mover la mayoría de piezas, algunas de ellas no las hemos podido separar de la pared. Igualmente, en algunos sofás y muebles grandes no ha sido posible la correcta inspección 46 “Una figura prestigiosa”, Arte y Hogar, cit., p. 36-37. “Los artífices del mueble”, Arte y Hogar, cit., p. 76 -77. 47 FD00026/17 – 12, Archivo Herráiz, MNAD. 48 El archivo de los talleres Herráiz consta de 52 álbumes de fotografías, la mayoría en blanco y negro, marcadas por unos números de referencia de la empresa y encoladas sobre cartulina gris. Los álbumes fueron comprados por derecho de tanteo en el año 2010. Las fotografías de diferentes periodos de la empresa están todas conservadas en álbumes negros originales. En todos los casos en la tapa se lee en letras doradas Amador Herráiz Loranca. Exposición Avda Generalísimo 14 Madrid 16 y el logotipo de la casa “HERRÁIZ/Muebles y Bronces de Arte/EXPOSICION/Avda del Generalisimo, 14/y/María Malibrán 6/FABRICA/ Cronos 8 /MADRID. La mayoría de fotografías llevan un número de referencia, que es diferente al número de registro actual del archivo. Los montajes sencillos llevan a pensar que son para uso interno y no como muestrario para clientes. Muchos objetos se recogen sobre simples telas neutras y en otros casos son fotografías de casas de clientes, sin que figuren sus nombres. En el lomo de la mayoría de álbumes se puede leer Dibujos, mientras que en unos pocos, Tienda, con escritura de diferentes épocas. Algunas de las entradas de la clasificación son: Altares, apliques, aparatos, armarios, butacas, chaise-longue, candelabros, ceniceros, chifonier, chimeneas, cómodas, fallebas, faroles, lavabos, taburetes, mesas de comedor, mesas auxiliares, mesas de despacho y de juntas, tiradores y metalistería, ...). Los siete álbumes de aparatos, más los seis de apliques, junto a las fallebas configuran un grueso importante dedicado a metal e iluminación. No se conservan documentos que permitan relacionar la numeración con dataciones, clientes o artesanos. Tampoco hay libros de encargos o de tiendas, que hubieran sido de gran interés, ni fotografías de conjuntos, a excepción de alguna pared donde se muestran salones con chimenea, armarios o bibliotecas.

Fecha de recepción: 13 de octubre 2015 Fecha de revisión: 3 de diciembre 2015 Fecha de aceptación: 06 de enero 2015

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