Anticipación y resonancia en El Jinete polaco

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Descripción

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CueDERNoS DE NaRRATIVA

Etica y estética de

Antonio Mu ñ.oz Molina Grand Séntinaire Universidad de Neuchâtel, 5 y 6 de junio 1997 Irene Andres-SuárezSantos Sanz- Vi I lanueva Gonzalo Navajas

José-Carlos Mainer Fernando Valls Yvette Sánchez Ceneviòve Charrrpeau Marco Kunz Ccorgcs Tyra.s

Antonio La¡'a

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¡:nln, enRevisødeoccidente,febrcro rggg, 2l-27, cito pág. 24.

núm. 93, pâgs. 2

Antonio Muñoz Molina, El jirrctc potaco, Barcclona" ptanet4 l99l.

126 Anticipación y resonancia

en El jinete polaco

I

episodio desarrollado , a veces tiene la extraña sensación de recorda¡lo igual que lo hacen los personajes, puesto que el suceso narrado ya ha sido aludido repetidamente. Esta técnica, ensayada en Beatus ille y perfeccionada en EI jinete polaco, procede de la música, como declaró el autor en una entrevista:

n[...] en la organización del material narrativo, la música es impresc.indible. En Beatus ille, el primer capítulo está concebido como una obertura. Todos los temas, o casi todos los temas que van a surgir a lo largo de la novela están ahí. y hay una cosa que me interesa mucho de la música, y que he aprendido de ella, que es la resonancia. Lo que se dice en una página, que vuelve treinta páginas después, y entonces obliga a la memoria a reaccionar. Igual que ta música, la familiaridad con Io que se oye, que es la música ba¡¡oc4 la fuga y la variación>3.

Las páginas iniciales de EI jinete polaco cumplen también

esta

función de obertura: se mencionan ellí no sólo los motivos principales de la novela, sino también numerosos personajes y acontecimientos que muchas páginas más tarde volverán a aparecer y se irán completando, a menudo en varias etapas, con la información necesaria para hacer inteligibles las

novela, éste es una fase de programación narrativa en la cual se establece el sistema de coordenadas espacio-temporales del texto, se estrena la manera de narrar dominante y se fija un horizonte interno de expectación. En E/

jinete polaco, una primera frase larga (una página entera sin punto) nos introduce en el lugar y el tiempo desde donde se recorda¡án todos los episodios relatados, se establece, pues, el nivel de referencia básico de la novela que se concreta en las páginas siguientes: una ciudad que pronto identificaremos como Nueva York y un momento que fecharemos en enero de 1991, bastante cercano (pero no idéntico) al presente de la enunciación. El jinete polaco empieza como si estuviera a punto de terminar: es un comienzo que es casi la meta4 de una narración que recupera más de un

I Antonio Muñoz Molina en la entrevista

, en Jochen

Heymann/Montserrat Mullor-Heymann, Reîrotos de escrirorio. Entrevistøs o autores españoles. Frankfurt a. M., Vervuert, 1991, págs. 97-115, cito pág. 103.

¿ Nótese la cantidad de recursos terminativos en las primeras líneas: en vez de elementos incoa¡ivos encontramos imágenes más propias del final, como el oscurecimiento y el enmudecimienlo progresivos, es decir, Ia lenta extinción de las sensaciones visuales y acústicus, y la impresión de estancamiento del tiempo. Es un íncipi! inverso, propio de unu historia quc cstá a punto de agotarse, pues en rigor ya se

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siglo para explicar cómo dos historias individuales han podido converger

en esa habitación, ese espacio cerrado y atemporal (ese que parece un ; pág. 9), en que los protagonistas Manuel y Nadia celebran su amor y se hunden en la rememoración del pasado. La frase inicial muestra ya espaciales típicos de la narración: de la in

a la calle y vuelve al pasado para rehac taberna a su habitación, dejando a los dos en la cama para salir otra vez y englobar el espacio exterior, la topografía urbana y sus ruidos. Así, todo el

relato parte de y vuelve al cuarto de Manuel y Nadia, en círculoss de diámetros distintos, pero cuyas circunferencias se cruzan todas en el mismo punto, en un tiempo que

alusiones descontextualizadas del comienzo.

Como lo han most¡ado diversos esh¡dios sobre el

que fragmenta ciertos episodios en una gran cantidad de trozos dispersos que poco a poco recomponen una historia cuyos elementos principales se anuncian a veces mucho antes de su integración en un relato coherentee. En

(pás.129).

7 Habla¡ de una resonancia anticipadora no es un oxímoron: me refiero a Ia repetición de elementos anticipados antes del rclato . 8 Nótese que las palabras resonancía

138, 152) en relación con la memoria, en particular con esos recuerdos ajenos de que se apropia el oyente o lector de un rclato, proceso fomentado por la técnica narrativa que analizo aquí.

técnica se p:ìrece mucho a la que utilizó Juan Benet en Volvenis a Región para contar el episodio muchas veces mencionado en que el teniente Gamallo apuesta en el jucgo a su prometida María Timoner y la pierdc a favor dc un jugador de identidad desconocida que huye con ella al monlc tras clavar la mano del teniente a la mesa del casino. En las primeras páginas dc la novela, Bcnet ya indica algunos de los elementos recurrentes del episodio, pero sin explicar su significación, de modo que el lector se ve confrontado con vagas alusioncs a un c:Lso pa¡a cuyâ comPrensión le faltan las claves. A 9 Esta

el mismo asunto y lo cuenta polaco la historia se aclara la incertidumbre acerca de la

y resonar se utilizan en la novela (cf. págs. 46,

e

veracidad de lo narr¿do. lo La contemplación de fotografías como imputso Pa¡a reconstruir el pasado personal o familiar se usa como recurso estructurador de una narración no cronológica' p' ej'' en

pá.gs.29-37.

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J I

Anticipación y resonancia en El jinete polaco

El relato más detallado de lo que ocurrió en el cua¡tel de Mágina el día del alzamiento milita¡ se encuentra en el capítulo décimo de la segunda parte (págs. 318-338), dislocado considerablemente del lugar que le

correspondería en

la

cronología de la historia. A pesar de las y las constantes referencias al presente de

numerosísimas anacronías

rememoración, las tres partes de El jinete polaco se dedican cada una a una época principal, la primera a la historia de los abuelos y padres de los dos protagonistas, la segunda a la juventud de Manuel y Nadia, en particular a unos meses de su vida en Mágina en 1973-74, y la tercera a su reencuentro a principios de los años 90. El episodio de la Guerra civil se contaría con

mayor propiedad temporal en la parte inicial, pero como el principio estructurante de la narración es la memoria, se narra en el momento en que el comandante GaJaz, de welta en Mágina, 37 años después de los sucesos, se ve confrontado con su pasado al mirar unas fotografías que lo muestran como oficial del ejército español de la segunda República y recuerda los hechos relatadosll. sin embargo, el caso es más complicado: al final del

capítulo séptimo de la segunda paÍe, Nadia descubre las fotos que, poco antes, el fotógrafo Rami¡o Retratista le ha dejado a su padre en su primera

visita, que se cuenta, retrospectivamente, en el capítulo octavo, en cuyo comienzo Galaz oye el timbre y va a abrir la puerta, pero este breve lapso de tiempo se ensancha mediante la intercalación de una ráfaga de recuerdos

de su pasado milita¡ que culmina en el momento en que mató al teniente Mestalla: (pág. lg). i"n", un lugar, un pasado y una meta es lo que desea Manuel ¿ ¡n¿1a íibro, decir, ya no ser unjinete soritario quetabalga hacia un horizonte incierto. ",

La impresión de ) que tiene Manuel ante el cuadro

de

Rembrandt en el museo se reproduce en la sensación de , de leído en alguna parte, que experimenta el lector ant" ci"ås p*";", laberlo de la novela, y mientras que el persor aje ficticio empieza frurg".r baúl de las fotografías y a calar en su memoria, " "n "t el lector se pone

ulo¡"_

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16 EI héroe de Jurio verne es otro avataf der jinete que estabrece entre ros amantes un nexo en el nivel mítico, puesto (pág. a86), lo que implica una

que las aventuras del mensajero del universo imaginario infantil de la página 24 citado arriba).

Ma¡co KU¡,¡z 137

libro en sentido inverso en busca de algrún párrafo semi-olvidado cuya relectura refresque su rccuerdo y le explique ese vago sentimiento de familia¡idad con lo narrado.En El jinete polaco la técnica de anticipación y resonancia no está simplemente al servicio de una representación mimética del trabajo de la memoria del protagonista" sino que además obliga al lector a una actividad mental paralela a la de Manuel, es decir, establece una analogía entre las anacronías, vacilaciones y repeticiones de la narración y el proceso de la recepción.

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