Antecedentes de la Independencia de México 1808

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Descripción

SITUACION EN LA NUEVA ESPAÑA 1808

Lic. Enrique Moreno Kegel


El estallido del movimiento de Independencia de México a finales de 1810,
fue precedido por conspiraciones malogradas en la capital virreinal y
algunas ciudades de provincia y que vieron su punto de ebullición con la
situación política de Europa.

Dos años antes de que estallara de manera formal la guerra de
independencia, la sociedad novohispana tanto los españoles como los
criollos, recibieron noticias que conmovieron a sus integrantes y cimbraron
los cimientos del hasta entonces inamovible poder colonial del Virrey.
España había sido invadida por Napoleón y el Rey Carlos IV había abdicado a
favor de su hijo Fernando VII y este había cedido el trono al hermano de
Napoleón, José Napoleón. Si bien existían causas de descontento por la
exacción constante de recursos por parte de la metrópoli, la desigualdad y
la escasa o nula participación de los mexicanos en las esferas de la alta
política, la invasión napoleónica a España y la sumisa y claudicante
actuación de los Borbones, fueron los hechos que precipitaron y dieron
cauce a ese descontento que tenia ya por lo menos 100 años de existir entre
los mexicanos contra los españoles.

Antes de adentrarnos en los acontecimientos que desencadenaron la lucha por
la Independencia, no podemos dejar de lado tanto la Independencia de los
Estados Unidos ocurrida en 1776 como la revolución Francesa en 1789 como
movimientos sociales que tuvieron repercusiones directas y son los
antecedentes de nuestra lucha libertaria.

Independencia de Estados Unidos.

A principios del Siglo XVIII, el gobierno inglés desafió al poderío militar
francés, su principal rival en la construcción de un imperio colonial. La
guerra tuvo lugar en diversas fases durante casi un siglo y en distintas
puntos de las colonias de ambos países del mundo. En América del Norte,
probablemente el escenario en donde se combatió con más encarnizamiento,
las distintas etapas del conflicto fueron: la guerra del rey Guillermo
(1689-1697), la guerra de la reina Ana, (1702-1713), la guerra del rey
Jorge (1744-1748) y la Guerra Francesa e India (1754-1763).

El régimen francés disponía de un ejército profesional y contaba como
aliados con buena parte de las tribus nativas del Este. Las colonias
británicas, por el contrario, no mantenían alianzas fiables con los nativos
y carecían de gran poder militar. No obstante, los británicos contaron
desde el principio con una enorme superioridad en hombres y material, y un
mayor apoyo de la metrópoli.

Las primeras guerras no ofrecieron resultados decisivos, aunque el Tratado
de Utrecht firmado en 1713 obligaba a Francia a entregar numerosos
territorios.

En los territorios de América del Norte, el esfuerzo bélico en esta segunda
fase de la guerra fue llevado a cabo por el ejército británico, apoyado por
tropas auxiliares de las colonias. En 1759 las tropas británicas
conquistaron Quebec y al año siguiente Montreal, lo que supuso la
destrucción del poderío francés en el continente.

De acuerdo al Tratado de París, Francia perdió todas sus posesiones en los
territorios de Norteamérica. Toda la región al este del Mississippi y todas
las posesiones francesas en lo que hoy es Canadá pasaron a manos de Gran
Bretaña. España, aliada de Francia durante la contienda, entregó parte de
la Florida, pero se le confirmó el dominio de los territorios al oeste del
Mississippi.

Al término de la guerra el déficit público británico se incrementó de
manera considerable, por lo que se requirieron nuevos ingresos y algunos
sectores políticos creyeron que las colonias eran las que debían contribuir
a recaudar estos fondos. Se promulgaron nuevas leyes impositivas como la
Stamp Act que provocaron indignación y oposición entre los colonos. Se
crearon sociedades secretas de patriotas que se llamaban a sí mismos hijos
de la libertad y que en 1765 demandaron una serie de derechos. El
Parlamento británico rechazó estas demandas pero derogó la Stamp Act.

El Parlamento aprobó una serie de medidas conocidas como las Townshend
Acts, que gravaban una serie de artículos. Las colonias se opusieron a
estos nuevos impuestos con boicoteos de productos británicos o, como en
Boston, mediante un abierto desafío al gobierno británico.

El 5 de marzo de 1770 tropas británicas abrieron fuego contra una multitud
hostil, produciendo el primer derramamiento de sangre del conflicto.

Lo que provocó una nueva crisis al considerar las colonias que esta nueva
Ley del Té las obligaba a someterse a los impuestos del Parlamento, lo que
culminó con la destrucción de algunos cargamentos de té en Boston.

La reacción del Parlamento fue cerrar el puerto de Boston y se impusieron
nuevas sanciones. La indignación que se suscitó entre las colonias condujo
a la celebración en septiembre de 1774 del primer Congreso Continental. En
este Congreso se envió una petición al soberano británico Jorge III para
que reparara los agravios, se pidió la intensificación del boicot comercial
a Gran Bretaña y se preparó un nuevo congreso en el caso de que los
británicos rehusaran aceptar las demandas de las colonias.

El rey Jorge III rechazó la petición del Congreso y consideró el movimiento
de protesta de las colonias como una rebelión. El conflicto armado estalló
en Massachusetts cuando el gobernador Thomas Gage, envió tropas contra
Concord, ciudad en la que los dirigentes de la resistencia habían acumulado
armas y municiones. El 19 de abril tropas regulares británicas dispararon
contra la milicia patriótica en Lexington, precipitando la primera batalla
de la guerra de la Independencia estadounidense.

El segundo Congreso Continental, celebrado el 10 de mayo de 1775 en
Filadelfia, proclamó la decisión de las colonias de resistir la agresión
británica mediante la fuerza, proclamó a George Washington jefe supremo del
mismo, autorizó la emisión de papel moneda y asumió prerrogativas propias
de poder ejecutivo. El Congreso instó al gobierno británico para llegar a
una solución pacífica del conflicto, pero el Rey respondió en agosto con
una proclama que exhortaba a sus "leales súbditos" para "reprimir la
rebelión y la sedición".

El segundo Congreso Continental declaró la independencia el 2 de julio de
1776 y el día 4 de Julio adoptó una declaración formal de principios,
redactada por Thomas Jefferson.


Revolución Francesa

Un siglo antes de que Luís XVI ascendiera al trono, el Estado francés había
sufrido diversas crisis económicas debido a largas guerras emprendidas
durante el reinado de Luís XIV, una mala administración de Luís XV, y las
pérdidas que acarreó la Guerra Francesa e India, así como el aumento de la
deuda generado por los préstamos a las colonias británicas de Norteamérica
durante la guerra de la Independencia estadounidense.

El pueblo exigía la convocatoria de los Estados Generales (una asamblea
formada por representantes del clero, la nobleza y el tercer estado
(representación popular)), cuya última reunión se había producido en 1614,
Luís XVI accedió finalmente a celebrar unas elecciones nacionales en 1788.

A pesar de que los tres estados estaban de acuerdo en que la estabilidad de
la nación requería una transformación fundamental de la situación, los
antagonismos estamentales imposibilitaron la unidad de acción en los
Estados Generales, que se reunieron en Versalles el 5 de mayo de 1789.

Las profundas disensiones existentes en los dos estamentos superiores
provocaron una ruptura en sus filas, y numerosos representantes del bajo
clero y algunos nobles liberales abandonaron sus respectivos estamentos
para integrarse en la Asamblea Nacional.

Luís XVI cedió a las presiones de la reina María Antonieta y del conde de
Artois y dio instrucciones para que varios regimientos extranjeros leales
se concentraran en París y Versalles.

El pueblo de París respondió con la insurrección ante estos actos de
provocación; los disturbios comenzaron el 12 de julio, y las multitudes
asaltaron y tomaron La Bastilla el 14 de julio.

Antes de la revolución en París, ya había habido en muchos lugares de
Francia esporádicos y violentos disturbios y revueltas campesinas contra
los nobles que alarmaron a los burgueses. Los burgueses en Paris,
establecieron un gobierno provisional y una milicia llamada Guardia
Nacional.

El estandarte de los Borbones fue sustituido por una bandera azul, blanca y
roja, símbolo de la revolución.

La Asamblea Nacional Constituyente comenzó su principal tarea, la redacción
de una Constitución y se comenzó por la Declaración de los Derechos del
hombre y del ciudadano, bajo tres principios, 'Liberté, Égalité,
Fraternité' ('Libertad, Igualdad, Fraternidad').

El primer borrador de la Constitución recibió la aprobación del Rey el 14
de julio de 1790 y este documento establecía un sistema administrativo
cuyas unidades eran los departamentos, que dispondrían de organismos
locales elegibles.

Se impusieron importantes restricciones al poder de la Iglesia católica
mediante una serie de artículos denominados Constitución civil del Clero,
el más importante de los cuales suponía la confiscación de los bienes
eclesiásticos.

Se permitió al Estado emitir un nuevo tipo de papel moneda, los asignados,
garantizado por las tierras confiscadas. Asimismo, la Constitución
estipulaba que los sacerdotes y obispos fueran elegidos por los votantes,
recibieran una remuneración del Estado, prestaran un juramento de lealtad
al Estado y las órdenes monásticas fueran disueltas.

La Declaración de 1793 tuvo un carácter más democrático (defendía el
derecho a la sublevación frente a la tiranía y prohibía la esclavitud) y
precedió a la Constitución de 1793.

La Declaración de 1795, más próxima a la de 1789, supuso el preámbulo de la
Constitución del año III.

La Declaración tuvo gran repercusión en España y en sus colonias
americanas, y fue uno de los elementos fundamentales que estimularon la
implantación de nuevas ideas.

Ahora bien, con estos antecedentes podemos volver a la situación en la
Nueva España, donde los acontecimientos desde principios del Siglo XIX
sucedían uno tras otro y como hemos visto teniendo dos antecedentes
directos en cuando a su forma y de alguna manera relacionados entre si a la
situación de España y de su colonia podemos empezar a entender un poco el
contexto económico, social y político en la Nueva España.

En cuanto a la situación política en la Nueva España, esta se vio
influenciada por los factores externos que ya hemos analizado, ahora veamos
como se fueron dando los acontecimientos desde mediados del siglo XVIII

Se tiene conocimiento de por lo menos dos conspiraciones anteriores a 1808
para promover la Independencia de México, una en 1765 y la llamada
"Conspiración de los machetes" descubierta en la Ciudad de México en 1799.

La sublevación a que se hace mención en 1765, fue de indios seris, pimas,
pápagos y mayos, que se ubicaban en lo que ahora son los estados de Sonora
y Coahuila

Antonio María Bucareli y Ursúa virrey de la Nueva España quien gobernó de
1771 a 1779, logró pacificar a las tribus de seris y pimas que se habían
rebelado, y combatió a numerosas cuadrillas de bandidos y fundó el puerto
de San Francisco, en California.

En cuanto a la revolución de los machetes, de acuerdo a varios autores, se
dice que en tiempos del Virrey Andanza fue descubierta una conspiración que
se creyó debía producir una violenta revolución y el asesinato de españoles
ricos en la Ciudad de México, el Virrey personalmente y prevenido por una
denuncia aprehendió a los conjurados. Esa conspiración se llamo así "de
los machetes" porque se dijo que los rebeldes habían almacenado un gran
numero de esas armas.

Es importante mencionar también la Guerra de los siete años entre Gran
Bretaña y sus adversarios, Francia y España y la posterior firma del
tratado de Tratado de Paris, el 10 de febrero de 1763 por, con el objeto de
poner fin a la guerra —que tenía lugar en Europa— y a la Guerra Francesa e
India —fase de ese mismo conflicto en tierras americanas.
Decimos que tuvo ingerencia directa en la Nueva España, pues a raíz de ese
conflicto se tuvo conocimiento de la vulnerabilidad en la Colonia, si bien
mas que tropas había milicias que se formaban por los Virreyes en cuanto
había casos de peligros o soldados presídales que cuidaban la tranquilidad
de las fronteras y eran capaces de resistir la invasión de tribus indias,
pero no el ataque de un contingente de tropas Europeas.

El 1 de noviembre de 1765, llego a tierras mexicanas una misión a cargo de
Don Juan de Villalba, la cual consistía en organizar un ejercito para
defender a la Nueva España de posibles ataques, sin embargo la realidad de
la presencia y organización de tropas fue por el temor del Rey Carlos III
para evitar cualquier tumulto o asonada en la Colonia por la expulsión que
se llevaría a cabo de los Jesuitas de territorio Mexicano.

El Gobierno del Virrey Cruillas y la llegada del Teniente Villalba
modificaron la historia de la Nueva España pues la sociedad cambio al verse
militarizada y es este el punto de partida de una serie de situaciones que
desencadenaron futuros acontecimientos en la Nueva España.

Graves consecuencias tuvo la expulsión de los Jesuitas de la Colonia, la
cual ocurrió en 1767, muchos de estos eran nacidos en México, y por lo
tanto las familias criollas en México se sintieron heridos y ultrajados al
ver las arbitrariedades que se cometían contra ellos, sus hijos, vecinos o
parientes, y se dice que a partir de este momento se comenzó a utilizar la
palabra "gachupin" de manera despectiva para llamar a los nacidos en
España.

En San Luís de la Paz, Guanajuato, para poder llevar a cabo el arresto y
expulsión de los Jesuitas, el visitados Gálvez, encargado de la misión, se
presento con un pequeño ejercito y después de una escaramuza mando ahorcar
a cuatro indígenas.

En San Luís Potosí, la resistencia fue mayor y se requirieron 120 soldados
para dominarla, y gritando consignas contra el Virrey y contra los
Españoles los indígenas se defendieron.

En Guanajuato, Guanajuato, en 1767, el pueblo estaba armado y esperando al
visitador y a su ejercito, armados con machetes, picos y palas para
desafiar al ejercito, ante esta situación se pidió a los mismos jesuitas
que arresto calmar los ánimos de la gente, una vez bajo control la
situación, tomo represalia y ahorco a 9 personas, 200 fueron azotadas, 30
condenados a prisión perpetua, 134 encarcelados y 11 desterrados.

En Valladolid, (Morelia, Mich.) no fue muy diferente, se ahorco a trece
nativos.

Al final el Virrey tuvo que emplear a más de 5000 hombres armados para
llevar a cabo las expulsiones, se ahorcaron a 85 personas, 75 fueron
azotadas en público, 664 encarcelados por distintos periodos de tiempo, 110
desterrados y las propiedades de todas esas personas confiscadas o
destruidas.

El 18 de Junio de 1768 llegaron a Veracruz tropas Españolas que
desembarcaron no solo para la defensa de las costas contra los posibles
ataques Ingleses, sino porque los motivos de disgusto y las ideas de
independencia comenzaban a circular en la Colonia crecían a cada momento.

Esto es en cuanto a las causas políticas, podríamos decir que comenzaban a
causar malestar entre la población de la Nueva España, sin embargo el
detonante principal fueron causas económicas y de un vacío de poder
posterior que dieron origen a lo que se ha llamado Revolución de la Nueva
España, veamos pues las causas económicas primeramente.

Carlos III rey de España de 1759 a 1788, hijo del rey español Felipe V y de
Isabel de Farnesio, nació el 20 de enero de 1716 en Madrid.
En 1759, accedió al trono español, tras producirse el fallecimiento de su
hermanastro, Fernando VI.

El 23 de marzo de 1766 (Domingo de Ramos), estalló un motín en Madrid y en
diversas provincias, de forma simultánea. La primera medida del nuevo
equipo fue la expulsión de los jesuitas en febrero de 1767, a quienes el
Dictamen Fiscal, elaborado por Campomanes, acusaba de instigadores del
motín y enemigos del Rey y del sistema político, a la vez que denunciaba su
afán de poder y de acumulación de riquezas y cuestionaba su postura
doctrinal.

Sin embargo donde nos detendremos a examinar y se le dará la visión e
importancia que merezca, seria a la emisión de vales reales, el primer
papel moneda de España, iniciada en septiembre de 1780.

En abril de 1805, la sociedad de la Nueva España, amaneció con la noticia
de la Consolidación de los Vales Reales, esto y la constante solicitud de
préstamos y los donativos destinados a financiar las guerras en Europa de
Carlos III y posteriormente Carlos IV, generaron malestar e inquietud entre
las clases acomodadas del Reino.

La Consolidación de los vales reales, significaba extraer grandes
cantidades de dinero de las colonias novo hispanas a la metrópoli, en
perjuicio los ciudadanos, y aunque esta medida se aplicaba en España desde
1798 con la finalidad de detener la devaluación de los vales reales, ahora
se utilizaría para cubrir un pago que debía de hacerse a Napoleón Bonaparte
por la cantidad de 6 millones de libras mensuales para que de esa manera
España quedara exenta de participar en la Guerra de Francia con Inglaterra.


La Consolidación disponía que instituciones que dependían de la Iglesia, se
desprendieran del dinero líquido y de los bienes raíces y capitales de
inversión y se depositaran en la Tesorería Real.

Entre los tipos de bienes confiscados estaban los bienes raíces utilizados
con fines inmobiliarias, capitales invertidos mediante prestamos a
particulares o instituciones y los capitales líquidos, es decir los ahorros
de la gente.

Su aplicación fue de manera imperativa, se pretendía obtener la mayor
cantidad de recursos y enviarlos a España, la Nueva España aporto un total
de 10 511704 pesos, el 67% de toda América Latina, dividido de la siguiente
manera, la diócesis de México 48%, Puebla 22%, Valladolid 10%, Guadalajara
con 9%, Oaxaca 6%, Mérida, Durango, Monterrey y Arizpe 4%.

La Consolidación afecto también a 371 pueblos Indígenas, a los cuales se
les enajeno en 1806, la cantidad de $618 593 pesos, provenientes a las
cajas de la comunidad, esta enajenación iba en contra del mismo decreto de
enajenación que exentaba a los pueblos indios de entregar sus fondos y solo
se recibirían aquellos que se entregaran de manera voluntaria es así que se
dejo de exigir su cumplimiento en 1807.

Los propietarios de los capitales enajenados recibieron a cambio un título
de propiedad por los bienes confiscados y el derecho de cobrar los réditos
del 5% anual sobre ellos, sin embargo en la practica hubo irregularidades
en los pagos, pues la Corona delego la obligación de cubrir este pago a la
tesorería Novohispana sin remitir medios para este fin, por lo que
únicamente se pudo recuperar aproximadamente el 57% de los capitales.

Esta medida fue enteramente perjudicial para la economía novohispana, pues
con la fuga del capital productivo que se extrajo de la agricultura,
minería, comercio e industria y las unidades de producción se vieron
seriamente afectadas pues sus bienes fueron embargados, rematados e
intervenidos.

La Consolidación solo tuvo efectos negativos, nunca tuvo una finalidad
social, se planteo como una medida extractiva, el saqueo fue un factor
decisivo en la toma de conciencia respecto de la explotación de que eran
objeto los habitantes de la Nueva España.

En el Manifiesto del Congreso de Anáhuac de 1813, se establecio como una de
las proclamas políticas mas importantes que la Consolidación había sido la
prueba de que los novohispanos vivían únicamente para satisfacer las
insaciables demandas de los españoles.

La Consolidación enfrento en todo tiempo la oposición generalizada de todos
los sectores de la población y a partir de este momento comenzaron con mas
fuerza los cuestionamientos serios respecto de la monarquía y se comenzaron
a buscar formas alternativas de gobierno, entre ellas la independencia,
debido a que los criollos se sentían marginados desde los puntos de vista
social, pero sobre todo político.

Los Inconformes, principalmente las diócesis de México, Puebla y Michoacán,
así como diversos sectores sociales, decidieron hacer publica su
inconformidad y mediante las Representaciones, vía que existían en la época
para dirigirse al Rey y expresar sus puntos de vista, hicieron llegar al
Virrey su inconformidad con la medida tomada.

La primera representación que se realizó fue por el Ayuntamiento de México,
integrado por criollos en su mayoría y quienes se distinguían por su
continuo activismo político, redactada por Francisco Primo de Verdad y
Ramos y por Juan Francisco Azcarate y Ledesma, el documento que sirvió de
modelo para los que se fueron sumando y se expusieron las principales
razones para persuadir al Rey de lo perjudicial que resultaba la
Consolidación en la Nueva España.

La segunda representación corrió a cargo del Tribunal de Minería, la
mayoría criollos, una elite de fuerte capacidad económica, la redacción de
esta estuvo a cargo de Miguel Domínguez.

El Obispado de Michoacán tuvo una participación activa en el reclamo, y
recabó 537 firmas de comerciantes y labradores de Valladolid, 117 firmas de
Huaniqueo, Purundiro y San Francisco Angamacutiro.

Se argumentaban razones económicas, políticas, sociales, religiosas y
éticas para tratar de disuadir al Rey de la medida tomada.








La Consolidación fue suspendida de manera definitiva por parte de Fernando
VII por Real Decreto del 16 de noviembre de 1808. y llegó a las colonias
hasta el 26 de Enero de 1809

Así el ayuntamiento de México, asumió la representación de todo el reino de
Nueva España, solicitó la formación de un gobierno provisional, la reunión
de juntas generales de las autoridades de la capital y que posteriormente
fuera convocado un congreso de representantes de todos los ayuntamientos
del reino. El virrey continuaría a la cabeza del gobierno y aunque se
sugería mantener las leyes e instituciones existentes, las autoridades
deberían jurar su fidelidad a Fernando VII ante el ayuntamiento,
representante de "los hombres de ciudades y villas". 

Para los oidores, la inquisición y el real acuerdo, mientras existiera una
autoridad que gobernase en nombre de Fernando, les bastaba para ser
reconocidos. Si bien los regidores no estaban proponiendo abiertamente la
independencia, las autoridades españolas veían con razonable desconfianza
esta iniciativa. Rebatieron los razonamientos de Verdad con el argumento
de que Nueva España no tenía el derecho de reunión, por tratarse de un ente
subordinado, y no un pueblo con la capacidad y libertad de reunirse en
Cortes.

En los 300 años de colonia, no había registro de una situación similar en
la Nueva España: en Madrid no había Rey y por tanto, las colonias
Americanas quedaban a merced de las decisiones de un extranjero (Napoleón y
su hermano).
 
Ante esta situación, el Ayuntamiento de la Ciudad de México se reunió y
planteó 2 posibles salidas al conflicto:

1) Rendir obediencia a Napoleón o
2) Mantener fidelidad al Rey de España.

La segunda opción parecía la que más adeptos tenía pero, si el Gobierno de
España había claudicado ante Francia, que opción tenían ellos como Colonia,
y sobre todo, se desconocía el tiempo que duraría la invasión francesa, por
lo tanto, el Ayuntamiento en un movimiento audaz, tomó una decisión única e
histórica:
 
1) Desconocía a las autoridades impuestas en Madrid por Napoleón.
2) Que el Virrey Iturrigaray, renunciara a su carácter de Virrey tomando el
cargo de encargado del Reino de la Nueva España con la obligación de
convocar a un Congreso Nacional, "ya que la Nueva España es la única
sucesora de los derechos del Rey de España por lo cual, ante la falta de
autoridades en Madrid, el pueblo de la Nueva España asume su soberanía".
 
De esta manera se llamarían de todas las provincias, desde la Alta
California hasta Yucatán, para establecer un Congreso y designar al
Gobernante que condujera a la nación mientras la autoridad era restablecida
en Madrid.

Existía el riesgo de la situación en España no volviera a la normalidad,
para lo cual se tenía la idea de nombrar al "Primer Rey de la Nueva España
Independiente".

Los españoles y criollos cercanos a la corona y que ocupaban los puestos
más importantes dentro de la administración pública, el clero y los
comerciantes, se opusieron al proyecto del cabildo de la Ciudad de México
al considerar que expresaba un deseo de independencia, y que traía
aparejado la transformación política y la pérdida de su poder y privilegios

El virrey estaba interesado en la postura del ayuntamiento y tenía la
intensión de convocar un Congreso Nacional, con la representación de todos
territorios, puesto que salía favorecido en sus intereses, ante esto la
Real Audiencia realizó un complot para destituir al virrey y encarcelar a
los dirigentes del ayuntamiento, esto lo llevaron a cabo bajo las ordenes
de un rico hacendado español Gabriel Yermo.

Francisco Primo de Verdad y Ramos, síndico procurador del Ayuntamiento,
solicitó en la sesión del 14 de agosto se creara la Junta México, similar
a la de Sevilla, organismo de gobierno que se encargase de dirigir la
administración pública durante la ausencia de Fernando VII del trono
español. Primo de Verdad fue apoyado por Francisco Azcárate, ambos
sustentaban su argumentación en las obras de los pensadores ilustrados del
siglo XVIII, en particular la obra de Montesquieu, el espíritu de las
leyes, donde afirmaba que la soberanía ha de residir de manera permanente
en el pueblo.

Ante estas ideas liberales de Primo Verdad y Azcárate fueron duramente
atacados y fueron sus ideas, rechazadas por los españoles presentes en la
sesión de cabildo. El inquisidor Bernardo Prado y Ovejero, argumentaba que
las ideas de la soberanía popular por encima del derecho divino concedido a
los reyes, eran contrarias a las enseñanzas de la Iglesia Católica, y tachó
de hereje a Primo Verdad.

El 20 de agosto llegó a la Nueva España Juan de Jaúregui, de la Junta de
Sevilla solicitando al Virrey, aceptará la soberanía y representación de la
Junta de Sevilla. El 25 de agosto, Iturrigaray se convocó nuevamente al
cabildo, y se rechazó la petición de la Junta de Oviedo.

El mes de septiembre de 1808, resulto de alguna suerte un presagio de lo
que pasaría años después, un grupo encabezado por los oidores Guillermo
Aguirre y Viana, Miguel Bataller y Pedro Catani difundió entre los
españoles el rumor de que Iturrigaray desobedecería al gobierno español y
se proclamaría Rey de Nueva España, pues decían, contaba con el apoyo de
los criollos.

Gabriel de Yermo, se unió a Bataller y en poco tiempo se erigió como líder
del movimiento. El 11 de septiembre quedó constituido el grupo "Los
Patriotas de Fernando VII" al servicio del rey en turno y que pretendía
derrocar a Iturrigaray y acabar con los criollos partidarios de la
insurrección y del virrey.

El 15 de septiembre por la noche, fue la fecha pactada para tomar por
asalto el Palacio Virreinal, detener al virrey y a los miembros liberales
del ayuntamiento, el arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana y
Beaumont conocía de los planes y les alentó a conseguir el objetivo.

La noche de ese día, Iturrigaray había sido informado de una conspiración
en su contra, y por tal ordenó reforzar la seguridad en la Ciudad con la
llegada a la ciudad del regimiento de Dragones de la Reina con sede en
Celaya, que habría de estar atento a cualquier irregularidad hasta el 17 de
septiembre.

Esa Noche el Virrey y su esposa, María Inés de Jaúregui, asistieron a la
zarzuela en el teatro capitalino. En el trayecto, su esposa se dio cuenta
de que hombres armados se encontraban en las cercanías del palacio, cosa
anormal para su época.

Las fuerzas comandadas por Gabriel de Yermo y los Patriotas de Fernando
VII, entraron a Palacio sin ninguna resistencia, algunos guardas se
opusieron al ataque y fueron asesinados. El Virrey fue aprehendido junto
con algunos de sus allegados, acusándoles de fraude a la corona, de
sabotaje y de intentar sublevarse en contra del rey, fueron trasladados al
convento de San Bernardo de Claraval, y después junto con el virrey a
Cádiz, España.

El regidor Azcárate fue detenido y trasladado al convento de Betlemitas
donde permaneció hasta diciembre de 1811. De acuerdo a los informes de
Carlos María de Bustamante, Primo de Verdad murió sospechosamente en la
prisión el 4 de octubre de 1808, para posteriormente ser "asistido por su
familia, y enterrado por sus amigos en la capilla del sagrario de
Guadalupe". Nunca se esclarecieron los motivos de su muerte: se insistió en
que había sido envenenado y, años después, Vicente Riva Palacio en El libro
Rojo propagó la versión de que lo ahorcaron en su celda. Talamantes, por su
parte, fue trasladado a la prisión de San Juan de Ulúa, donde murió víctima
del vómito negro.

Aunque varias personas fueron arrestadas como cómplices de Iturrigaray,
acusado de infidencia por haber intentado separar a Nueva España de la
metrópoli, no a todos se les trató con igual rigor. El virrey depuesto era
enviado a Veracruz para embarcarlo después a España, donde debía ser
juzgado; otros detenidos sufrieron una breve prisión.

De esta manera termino el llamado primer intento de independencia
administrativa de España, a este movimiento, siguieron otros conformados
por distintas personas y con diversos motivos.
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