Angelología barroca. Las series angélicas.

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ANGELOLOGÍA BARROCA. LAS SERIES ANGÉLICAS MARIO ÁVILA VIVAR DATOS DEL LIBRO Editorial: Mario Ávila Vivar. 2016 Nº de páginas: 404 páginas. + 30 páginas de ilustraciones en color. Formato: 22 x 15 cm. Papel: Ahuesado de 90 gr. Encuadernación: Tapa blanda plastificada. Lengua: Castellano. ISBN: 9788460846833. D.L.: To-1353-2015.

RESUMEN: Este libro, basado en una Tesis doctoral, es un documento de consulta inexcusable para comprender la angelología las series angélicas, y la iconografía de los ángeles del periodo barroco. El autor incursiona en la literatura de la época para dar respuesta a los interrogantes que plantean la existencia de estas series en plena Contrarreforma, en particular las de los Siete Príncipes de los ángeles, las de ángeles apócrifos, y las de “arcabuceros” virreinales. Analiza por primera vez todas las series angélicas conocidas, esos conjuntos de cuadros de ángeles aislados de tamaño natural, que constituyen una faceta artística exclusiva del barroco hispanoamericano. Y estudia la iconografía de los ángeles individuales y la que adoptan en las series angélicas, a través de sus representaciones pictóricas y de la literatura angélica del Barroco.

ÍNDICE PRIMERA PARTE INTRODUCCIÓN………….......………………….......................…………….….......……… 9 Capítulo 1. LA LITERATURA ANGÉLICA DEL BARROCO....................…..…. 17 Flos sanctorum................................................................................................................ 32 Tratados escolásticos................................................................................................... 35 Devocionarios.................................................................................................................. 39 Novenarios........................................................................................................................ 70 Representaciones teatrales....................................................................................... 74 Sermonarios..................................................................................................................... 77 Fiestas................................................................................................................................. 80 Vidas de monjas.............................................................................................................. 85 SEGUNDA PARTE Capítulo 2. TIPOLOGÍAS DE LAS SERIES ANGÉLICAS.................................. 121 Corales angélicas......................................................................................................... 121 Ángeles pasionarios................................................................................................... 127 Ángeles eucarísticos................................................................................................... 135 Ángeles inmaculistas................................................................................................. 140 Capítulo 3. LOS SIETE PRÍNCIPES DE LOS ÁNGELES.................................. 153 Amadeo de Portugal y la angelología del Renacimiento............................ 154 Antonio del Duca y los siete arcángeles de Palermo.................................... 176 La devoción de los Siete Príncipes en los reinos españoles...................... 183 El P. Gerónimo Gracián y los Siete Príncipes................................................... 188 Historia de una censura............................................................................................ 193 Series de los Siete Príncipes................................................................................... 206

Capítulo 4. ÁNGELES APÓCRIFOS........................................................................ 221 La cábala y los ángeles apócrifos.......................................................................... 223 La cábala y la angelología del Renacimiento................................................... 228 Los ángeles apócrifos en la literatura angélica del Barroco..................... 237 Análisis comparativo de los nombres apócrifos............................................ 239 Origen y significado de las series de ángeles apócrifos.............................. 243 Los ángeles apócrifos, custodios de religiosas............................................... 245 Series de ángeles apócrifos..................................................................................... 256 Capítulo 5. ÁNGELES MILITARES......................................................................... 271 Iconografía del ángel arcabucero......................................................................... 272 Los ángeles arcabuceros y la extirpación de idolatrías en el Perú........ 287 Iconología del ángel arcabucero........................................................................... 297 Series de ángeles militares...................................................................................... 301 TERCERA PARTE Capítulo 6. ICONOGRAFIA ANGÉLICA DEL BARROCO................................ 305 La representación artística del ángel. Fuentes y evolución de la iconografía angélica................................................................................................... 305 La iconografía angélica en la literatura artística del Barroco.................. 309 Iconografía de los ángeles canónicos. San Miguel......................................... 313 San Gabriel..................................................................................................................... 327 San Rafael........................................................................................................................ 330 El Ángel Custodio y el Ángel de Guarda............................................................. 333 Las jerarquías angélicas........................................................................................... 337 Iconografía de las series angélicas....................................................................... 347 CONCLUSIONES............................................................................................................ 367 BIBLIOGRAFÍA.............................................................................................................. 371

INTRODUCCIÓN

Constituyen las series angélicas los conjuntos de representaciones individuales de ángeles relacionados entre ellos. Existen series escultóricas, pero la mayoría son representaciones pictóricas, que son de las que se ocupa este libro. Las series realizadas sobre lienzos no ofrecen dificultades para identificarlas, ya que cada ángel figura aisladamente en un cuadro. Sin embargo, la delimitación de las series murales resulta más problemática, ya que existen muchas agrupaciones difíciles de encuadrar. Como esas representaciones de ángeles que aparentemente conforman una escena, pero que en realidad están aislados y sólo comparten el espacio pictórico. O esas otras que muestran ángeles perfectamente individualizados en compartimentos arquitectónicos, como pechinas, lunetos, pilastras, plementos de bóvedas, gajos de cúpulas, etc., pero a la vez, en muchos casos, figuran acompañados por angelitos que revolotean a su alrededor. ¿Deberían ser consideradas estas representaciones series angélicas? La respuesta a esta pregunta requeriría un amplio debate, ya que existen sólidos argumentos tanto a favor como en contra. Aunque desde época bizantina se habían realizado representaciones de ángeles que podrían considerarse series angélicas, estas nunca alcanzaron tanta importancia como en el Barroco. Las series angélicas barrocas se iniciaron en España a principios del siglo XVII, alcanzaron su clímax en Andalucía, y se propagaron por todos los territorios españoles, incluidos los virreinatos americanos, donde pervivieron hasta finales del siglo XVIII. Su marco de referencia son los conjuntos seriados típicos del Barroco, como las vidas de santos, los fundadores de órdenes, los personajes ilustres, etc.; y como los retablos o los pasos procesionales, constituyen una seña de identidad y una peculiaridad exclusiva y genuina del Barroco hispanoamericano. A pesar de ello, apenas han despertado el interés de los historiadores del arte, y tan sólo han sido analizadas superficialmente algunas series. La iconografía también ha desatendido estos conjuntos angélicos, y parece haber olvidado a esos fascinantes seres invisibles, mensajeros alados de los dioses y custodios de la humanidad, que antiguamente tuvieron tanto protagonismo. Sin duda que en esta marginación ha influido tanto el desinterés, como los prejuicios de una sociedad que mira la angelología con menosprecio, como si fuese un asunto baladí propio de conventos de monjas. Todavía en la actualidad la angelología se asocia con esas imágenes cursilonas y ñoñas que divulgaban los calendarios, las estampitas y los misales decimonónicos. Si a ello se añade el desprestigio que ha ido adquiriendo la angelología por su vinculación con movimientos esotéricos y pseudoreligiosos, no es extraño que en las librerías actuales apenas se encuentren publicaciones sobre este asunto, si exceptuamos las que, mezcladas con las de terapia alternativa y autoayuda, prometen “sanaciones” y “mágicas operaciones” con los ángeles. Sin embargo, antes de que el panteón cristiano se poblara de santos, después de la Trinidad, los ángeles fueron los seres más reverenciados en la liturgia, pues constituían el vínculo primordial entre Dios y los hombres. Eran seres de luz, gobernadores del universo y mediadores entre el mundo físico y el metafísico. Los ángeles veterotestamentarios eran seres terribles. Eran los mensajeros, el ejército y la manus domini del Yavhé bíblico. Eran epifanías de Dios, puesto que nadie podía ver su rostro y seguir viviendo. Medían dos mil parasanganas1, su tamaño era el tercio de un mundo, y desde el cielo alcanzaban a la tierra con su mano2. Algunos, como los cuatro vivientes que vio Ezequiel, tenían cuatro alas y cuatro caras, y sus pezuñas y sus miembros eran tan altos como todos los firmamentos La parasangana era una medida de longitud persa equivalente a unos cinco kilómetros. En las Historias de Heródoto, donde se la menciona por primera vez, equivale a 30 estadios. 2 GONZALO RUBIO (1977), p. 40. 1

juntos3. Su primera aparición fue para expulsar a Adán y Eva del Paraíso, y desde entonces no cesaron de castigar a cuantos se oponían a los designios divinos. Los ángeles bíblicos provocaban pavor entre los patriarcas y los profetas. Derribaban murallas, arrasaban ciudades, y aniquilaban ejércitos. Su poder era inmenso. La Escritura los compara con ejércitos de caballos de fuego. Regían las estrellas, los planetas y los elementos; y al sonido de sus trompetas resucitaban los muertos. Ujieres del Juicio Final, separaban a los justos de los pecadores, y los conducían a su destino final en el cielo o en el infierno. Pero también custodiaban a los hombres, y, como afirmaban los visionarios que habían tenido el privilegio de contemplarlos, eran de una belleza indescriptible, “indecible”, maravillosa y sublime. Tan sublime que sólo podían mostrarse como velados en cuerpos fabricados con aire, porque, como advirtió Cristo a Santa Brígida, si viésemos su hermosura real, de una claridad siete veces superior a la luz del sol, nuestros cuerpos reventarían y se desharían “como vaso de tierra podrida”4. Con el Racionalismo y la Ilustración comenzó el declive de la angelología, y a lo largo del siglo XVIII, el arte fue reflejando el progresivo desinterés que la Iglesia y la sociedad mostraban hacia los ángeles. El Rococó y el Neoclasicismo transformaron la iconografía angélica en una caricatura de sí mismos, en una amanerada apariencia de belleza lasciva sobre la que incluso llamó la atención el concilio de Fermo (1726). Pero quién acabó definitivamente con los ángeles veterotestamentarios fue la cultura burguesa, ya que para la mentalidad empirista y positivista de la sociedad decimonónica, carecían de utilidad práctica. Desde entonces, la imagen bellísima y terrible de los ángeles medievales, renacentistas y barrocos, se redujo a esas estampas cursilonas de ángeles anodinos e insulsos, y a la de un ángel de la guarda adolescente acompañando a un niño. Este libro, además de analizar el significado de las series angélicas, pretende contribuir a la recuperación de la angelología antigua. Una angelología que, heredada del judaísmo, recorrió toda la historia del cristianismo engarzada en el gnosticismo, en la ortodoxia, en la heterodoxia, y en la doctrina de los antiguos Padres de la Iglesia, de Dionisio de Areopagita, de Santo Tomás de Aquino, del milenarismo, de los cabalistas cristianos, de la Contrarreforma y de los misioneros del Nuevo Mundo. ESTADO DE LA CUESTIÓN Como se ha indicado, apenas existen estudios sobre las series angélicas. El más antiguo es un artículo que publicó en 1949 en Londres Mrs. Aitken5, sobre la serie de ángeles arcabuceros inmaculistas de la ermita de la Virgen de Allende de Ezcaray (Rioja). Quince años después Ruiz Alcón6 disertó sobre tres series de los Siete Príncipes de los ángeles existentes en los monasterios de la Encarnación y de las Descalzas Reales de Madrid. Ya en los años 80 Francisco Lara Arrebola7 (1980) publicó un extenso artículo sobre una serie de once ángeles que atribuyó a Bernabé de Ayala, conservada en el monasterio de San José y San Roque de Aguilar de la Frontera (Córdoba). Una década más tarde Fernández López (1991) incluyó en su libro sobre los Programas iconográficos de la pintura barroca sevillana del siglo XVII8, un estudió de los conjuntos angélicos existentes en los conventos sevillanos del Santo Ángel y del Hospital de Pozo Santo, y en la capilla de San Miguel de la catedral de Jaén. Enrique Valdivieso9 (1992) también publicó un artículo sobre la serie del monasterio de la Concepción de Lima, que atribuyó a los discípulos de Zurbarán como los Polanco, y no al maestro de Fuente de Cantos como defendía Stastny. La serie mural de los Siete Príncipes existente en la iglesia del convento de Santa Clara de Loja (Granada), fue El ZOHAR (1996), p.145. NAVARRO (1622), p. 203. 5 HAITKEN (1949). 6 RUIZ ALCÓN (1974), pp. 45-52. 7 LARA ARREBOLA (1980), pp. 195-211. 8 FERNÁNDEZ LÓPEZ (1991), pp. 189-218 y (1995), pp.157-173. 9 VALDIVIESO (1992), pp. 34-45. 3 4

publicada por Castañeda Becerra10 (1993). Años más tarde, Benito Navarrete dedicó unas páginas a las series angélicas, al analizar los conjuntos seriados de Zurbarán en el Catálogo de la exposición Zurbarán y su obrador11 (1998). Y ya más recientemente, el historiador valenciano Santiago Montoya12 presentó en el Simposium 2008 celebrado en el Real Centro Universitario Escorial-Mª Cristina un artículo sobre una representación de los siete Príncipes en la cúpula de la iglesia parroquial de Campillo de Altobuey (Cuenca). A José de Mesa Figueroa y Teresa Gisbert13, matrimonio de historiadores bolivianos, se debe la divulgación a nivel internacional de los conocidísimos “ángeles arcabuceros” andinos, olvidados en España y en Europa tras la Independencia de los virreinatos americanos. Santiago Sebastián también se interesó por las series angélicas. En 1981 las dedicó unas páginas en Contrarreforma y Barroco14, y en 1987 publicó un artículo monográfico sobre la serie de Sopó15, la más importante de Colombia, y una de las más conocidas internacionalmente. En alguna de estas publicaciones16 se indica la existencia de otras series angélicas aún no estudiadas, como las de la colección Aladró-Domecq de Jerez de la Frontera (Cádiz), y Nuestra Señora del Soterraño en Aguilar de la Frontera (Córdoba). O como las de Casabindo y Uquía (Argentina), Tunja. Bogotá y Monguió (Colombia), Carabuco, Peñas, Sora-Sora, Yarvicolla, Potosí y Jesús de Machaca (Bolivia), Challapampa, Ñeque y Santa Clara de Trujillo (Perú), etc., citadas por historiadores americanos. En general, todos estos artículos se limitan a ofrecer algunos datos históricos e iconográficos, y a aventurar interpretaciones improvisadas de su significado. En realidad, el único trabajo que profundiza sobre este asunto, es el realizado por el historiador limeño Mujica Pinilla17, que si bien no estudia específicamente ninguna serie, si analiza el significado religioso y cultural de la angelología virreinal, y la presencia de los ángeles apócrifos en las series angélicas18. Todas estas series son de una discreta calidad artística, y sus autores, pintores desconocidos. Este estudio no pretende identificarlos, ya que sería una temeridad intentarlo basandóse tan solo en cuestiones estilísticas y sin investigar en los archivos; máxime teniendo en cuenta que la mayoría fueron artistas de segundo orden, que no firmaban los cuadros y repetían modelos mecánicamente. Algunas series americanas han sido atribuidas temerariamente a los mejores pintores virreinales y metropolitanos; mientras que las series andaluzas se han atribuido casi exclusivamente a discípulos de Zurbarán. Se puede afirmar por tanto que poco es lo que se sabe realmente sobre las series angélicas. Aunque parezca inverosímil, todavía no se ha realizado un estudio sistemático de las tipologías, nombres, significados, títulos y atributos angélicos. A pesar de ello, se ha generado un “corpus” interpretativo artificial y teórico de sus fuentes y de su significado, que se repite mecánicamente, y que es por tanto necesario desarticular. En muchos casos se ha identificado a los ángeles por los atributos que les asignan algunos manuales de iconografía, sin contrastar su veracidad, e ignorando las inscripciones textuales de los cuadros. En otras ocasiones se ha afirmado, sin consultar las fuentes, que algunos nombres de ángeles proceden de libros apócrifos o cabalistas, o que son corrupciones de otros conocidos, e incluso que su iconográfica se tomó de manuales militares o de grabados, sin ofrecer evidencias al respecto. Muchas series no emeritan mayor explicación, como las de ángeles pasionarios o inmaculistas, realizadas para exaltar los símbolos y trofeos de Cristo y de la Virgen. Pero otras nos plantean algunos enigmas. ¿Por qué se hicieron “retratos” de CASTAÑEDA BECERRA (1993), pp. 111-118. NAVARRETE PRIETO (1997), pp. 61-67. 12 MONTOYA BELEÑA (2008), pp. 437-456, 13 MESA-GISBERT (1976), (1977), (1982), (1983), (2000), y GISBERT DE MESA (1993), (1994). 14 SEBASTIÁN LÓPEZ (1985). 15 Ibíd. (1987). 16 LARA ARREBOLA (1980), pp. 199-200. 17 MUJICA PINILLA (1996). Está a punto de publicarse la tesis doctoral de Escardiel González sobre los Siete Principes de los Ángeles, en la Fundación Universitaria Española. 18 Ibíd. p. 11. 10 11

ángeles formando series? ¿Por qué se realizaron series donde se representaron ángeles apócrifos y ángeles militares con atuendos de la época, contraviniendo todas las disposiciones del Concilio de Trento? ¿Cómo es posible que en templos y recintos religiosos católicos se exhibiesen ángeles cuyas fuentes fuesen libros prohibidos por la Inquisición? Si eran ángeles conocidos, ¿dónde figuraban sus nombres?; y si eran alegorías, ¿qué representan? ¿Por qué razón la mayoría de estas series se localizan en cenobios femeninos o en perdidas aldeas del altiplano andino? Tampoco se ha explicado convenientemente todavía ni cuando, ni cómo, ni por qué razón fueron realizadas las series angélicas; ni cuál era su función y su significado en la cultura y en la espiritualidad de la época. Si se pudiese responder a estas cuestiones, y a la vez desentrañar las fuentes y los fundamentos teológicos que hicieron posible la devoción y la representación de los ángeles apócrifos, se habría avanzado mucho en el conocimiento de la razón de ser de las series angélicas. Realizar este estudio exige una labor multidisciplinar que abarca tanto la historia del arte, como los estudios bíblicos, la angelología hebrea, la patrística, la teología angélica, la filosofía neoplatónica, la cábala cristiana, la magia renacentista, la teología tridentina, la literatura angélica y artística, e incluso los relatos de los misioneros del Nuevo Mundo. Este trabajo se ha realizado con la decidida voluntad de dar respuesta a estos interrogantes, y de constituirse en un punto de referencia inexcusable para los estudiosos de las series angélicas y de la angelología barroca, estableciendo un corpus documental que sirva de base a futuros investigadores interesados en este tema. Este objetivo de carácter general se complementa con otros de carácter más concreto: realizar un análisis iconológico de las series angélicas que permita comprender sus peculiaridades y su significado cultural y religioso; y un estudio de las tipologías angélicas que permita clasificar y examinar adecuadamente estos conjuntos en futuros estudios. Para ello, en el primer capítulo se analizan los fundamentos teológicos y doctrinales de la angelología barroca, consultando en sus fuentes originales la literatura angélica de la época. En el segundo se clasifican las series por tipologías en base a los atributos que ostentan los ángeles, y se estudian las series de tradición medieval y renacentista: corales angélicas, ángeles pasionarios, ángeles eucarísticos y ángeles inmaculistas. En el tercero, cuarto y quinto, se examinan las tipologías genuinamente barrocas, que han despertado mayor interés y polémicas por apartarse de la ortodoxia: las de los siete Príncipes de los ángeles, las de ángeles apócrifos, y las de ángeles militares andinos. En estos capítulos se contrastan las teorías aportadas por otros historiadores con las fuentes originales, y se exponen nuestras conclusiones sobre su origen, evolución y significado. Y en el sexto se estudia la iconografía de los ángeles individuales, y la que adoptan en las series angélicas. Paralelamente a estos estudios, se exploran otros asuntos colaterales relacionados con la angelología barroca, como las relaciones entre la angelología, los movimientos milenaristas, la cábala, y la magia renacentista; la importancia de la devoción a los ángeles custodios en los conventos de monjas, o la importancia de los jesuitas en la gestación y el desarrollo de la angelología del Nuevo Mundo. Las series analizadas incluyen las publicadas hasta la fecha, y una veintena de series nuevas seleccionadas entre una cincuentena descubierta en el trascurso de la investigación de la Tesis. Para localizarlas se han consultado las web de los museos españoles, las bases de datos y los inventarios del Ministerio de Cultura y de las Comunidades Autónomas; principalmente las de Andalucía y Castilla-La Mancha. Para realizar un estudio más detallado, algunas series han sido examinadas in situ, y se ha solicitado información a instituciones responsables de la conservación del Patrimonio Histórico en España y en América. La localización de fuentes textuales, artísticas e iconográficas, se ha realizado tanto a través de Internet, como en archivos y en bibliotecas. Para ello se han inspeccionado los catálogos de instituciones españolas y americanas, en particular, los del Ministerio de Cultura (PARES, CCPB, HISPANA), y de la Junta de Andalucía (CCPBA, BVA), infinidad de páginas web y numerosos libros digitalizados. Algunos documentos de especial relevancia, a veces los únicos existentes, ha sido necesario consultarlos en el

Archivo Histórico Nacional, Real Academia de la Historia, Biblioteca Real, Biblioteca del Museo del Prado y Real Biblioteca del Escorial. Este libro, elaborado a partir de mi Tesis doctoral, es el resultado de casi diez años de investigación sobre las series angélicas y la angelología barroca, abarca todo el ámbito hispanoamericano, y un periodo de tiempo tradicionalmente identificado con el Barroco.

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