Anfibios en el bosque mesófilo de montaña. En: Gual-Díaz, M. y Rendón-Correa, A. (Coms.). Bosques Mesófilos de montaña de México: Diversidad, ecología y manejo.

October 3, 2017 | Autor: Irene Goyenechea | Categoría: Herpetology
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Descripción

Bosques Mesófilos de Montaña de México diversidad, ecología y manejo

comisión Nacional para el conocimiento y uso de la biodiversidad

Bosques Mesófilos de Montaña de México diversidad, ecología y manejo

Martha Gual-Díaz y Alejandro Rendón-Correa compiladores

Diseño y producción editorial Rosalba Becerra Revisión de textos Luz Elena Vargas Fotografía de portada Jean Louis Lacaille Múzquiz Impresión Offset Rebosán, S.A. de C.V.

Primera edición, marzo de 2014 D.R. © Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (conabio) Liga Periférico-Insurgentes Sur 4903, Parques del Pedregal Tlalpan, 14010 México, D.F. www.conabio.gob.mx Forma sugerida de citar: Gual-Díaz, M. y A. Rendón-Correa (comps.). 2014. Bosques mesófilos de montaña de México: diversidad, ecología y manejo. Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad. México. 352 p. ISBN 978-607-8328-07-9 Editado e impreso en México

ANFIBIOS EN EL bosque mesófilo de montaña en méxico Martha Gual-Díaz, Irene Goyenechea Mayer-Goyenechea

Evaluación del grupo

Plectrohyla matudai, especie endémica, habita ambientes acuáticos en selva alta perennifolia y bosques mesófilo de montaña, de encino y de pino-encino, en Oaxaca y Chiapas, considerada como vulnerable (IUCN, 2012). Foto: Leticia M. Ochoa Ochoa

Cuadro 1. Riqueza de anfibios a nivel mundial Familia

Género

Especies

Flores-Villela (1993)

Autor

36

398

4 019

Frost et al. (2006)

48

467

5 948

Frost (2013)

73

530

7 044

Los anfibios están distribuidos en todos los ambientes terrestres y de agua dulce, pero ausentes en los hábitats más fríos y secos del planeta (Frost et al., 2006). En 1993, se dio un cálculo de 4 019 especies en todo el mundo; para 2006 esta cifra aumentó a 5 948 especies, y para 2013 se elevó a 7 044 especies en el mundo. Estos cambios se deben a que se ha ido conociendo más el grupo con el transcurso de los años (cuadro 1). Para América se registran aproximadamente 241 especies en la región Neártica y 2 465 especies en la Neotropical (Duellman, 1999); por lo que esta última región es la más rica y diversa en anfibios en todo el mundo (Muñoz, 2010). En la región Mesoamericana existen tres países que se distinguen por su alta riqueza de especies de anfibios: Panamá con 172, Costa Rica con 178 (Savage, 1982) y el primer lugar es para México, con aproximadamente 372 (Frías-Álvarez et al., 2010). Esta evaluación de especies registrada para nuestro país indica que, a nivel mundial, ocupa el quinto lugar en cuanto a diversidad (Angulo et al., 2006; Young et al., 2001). De acuerdo con Liner (2007), México posee una de las mayores herpetofaunas del mundo. Sin embargo, el grupo está en grave riesgo ya que más de 50% de las especies de anfibios del país se encuentran ame249

250 El bosque mesófilo de montaña en méxico

nazadas (Angulo et al., 2006). Como quedó expresado en la conclusión de la Evaluación Global de Anfibios (GAA, 2004), a nivel mundial, México está ubicado en el segundo lugar, con mayor número de especies en riesgo de extinción (Stuart et al., 2004). Se tienen aproximaciones a nivel nacional del número de especies que conforman al grupo de los anfibios, no así por estados ni municipios, en donde se carece de listados completos que indiquen, además, sus hábitos y el ambiente utilizado, por lo que su representatividad por región o por ecosistema es casi nula.

Diversidad y endemismo La riqueza biológica de México es un producto combinado de la gran variación de topografía y clima encontrados en su superficie (Flores-Villela y Gerez, 1994). Nuestro país tiene una historia geológica compleja y su situación entre Norteamérica y Suramérica le otorga un carácter único de transición faunística y florística que no tiene comparación en el planeta (Savage, 2002). Wilson y Johnson (2010) reportan que en México se distribuyen 318 especies de anfibios; por su parte, Frost (2013) reporta 379 especies. De acuerdo con Ceballos (2001), desde los tiempos de Darwin y Wallace, la idea de que las especies se pueden caracterizar en las raras y en las abundantes ha sido fundamental en ecología y evolución; en décadas recientes, las especies raras se han convertido en un grupo prioritario para la conservación, debido a su propensión a la extinción. Nuestro país es un centro de endemismos (Ochoa-Ochoa y Flores-Villela, 2006), ya que ocupa el tercer lugar a nivel mundial con mayor cantidad de especies endémicas de anfibios, aproximadamente 250 especies (Angulo et al., 2006; Frías-Álvarez et al., 2010), dato que, de acuerdo con Flores-Villela (1993) y FloresVillela y Gerez (1994), contrasta con los otros grupos de vertebrados terrestres en México. La diversidad del grupo se concentra sobre todo en el sureste del país, en especial en la zona definida por Johnson (1989) como la parte Noreste Nuclear de América Central (Northwestern Nuclear Central America), región en la que se han reportado al menos 85 especies de ranas, 25 salamandras y dos cecilias (112 anfibios en total), y donde una gran proporción de estas especies son endémicas (Muñoz, 2010). Por ejemplo, en el estado de Veracruz se tenía registrado, hasta 2008 (Guzmán-Guzmán et al.), un total de 103 especies de anfibios, cantidad que lo coloca como la tercera entidad con mayor riqueza de especies, solo superado por Oaxaca y Chiapas (Flores-Villela y CansecoMárquez, 2004).

anfibios 251

Anfibios en el bosque mesófilo de montaña Dada la gran diversidad del grupo de los anfibios en México, se presenta el producto de un esfuerzo de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) por integrar el conocimiento expresado en literatura científica (118) que hasta el momento se tiene de los anfibios en el BMM (véase literatura citada en el Anexo III). Este proceso de integración del conocimiento del grupo permite presentar ahora una lista de 183 especies de anfibios a nivel nacional, registrados en este tipo de bosque (cuadro 2 y mayor detalle véanse la Lista de especies de anfibios y la Lista comentada en el Anexo III). Cuadro 2. Riqueza de anfibios registrada (2004-2013) en México y en el bosque mesófilo de montaña Familias México

Géneros México

Especies México

Flores-Villela & Canseco-Márquez (2004)

Autor(es)

14

43

361

Liner (2007)

37

55

378

Wilson & Johnson (2010)

16

48

378

Frost (2013)

17

52

379

Autor(es)

Familias BMM

Géneros BMM

Especies BMM

10

34

183

Gual & Goyenechea (este trabajo)

400

379

México BMM

350 300 250 200

183

150 100 50 0

52 17

34

10

familias

géneros

especies

Figura 1. Riqueza de familias, géneros y especies de anfibios (Frost, 2013) y en el bosque mesófilo de montaña en México.

Tenemos entonces que 48% de lo reportado para México por Frost (2013) se encuentra en el BMM. En el cuadro 2 se muestra la riqueza registrada de 2004 a 2013 del grupo en México y el BMM; en la figura 1 se compara el conocimiento de familias, géneros y especies registrado a nivel nacional, de acuerdo con los reportes de Frost (2013) y el registrado hasta el momento en el BMM. Las 183 especies de anfibios reportadas en el BMM están representadas por 119 anuros (ranas y sapos) y 64 caudados (salamandras), de las cuales, 118 especies (72 anuros y 46 caudados) son endémicas para el BMM (véase la Lista de especies endémicas en el Anexo III). Por otro lado, de las 17 familias de anfibios que existen en México, diez se encuentran representadas en los BMM, lo que significa que 59% de las familias conocidas de anfibios para México, se encuentra registrado en el BMM (figura 2). Existen ocho familias de anuros que habitan en el BMM, pero son cuatro las que comprenden la mayor ri-

252 El bosque mesófilo de montaña en méxico

Centrolenidae 1 1 4 3

Leptodactylidae Microhylidae

2

México BMM 6

Ambystomatidae 1 Eleutherodactylidae Ranidae Bufonidae Craugastoridae Figura 2. Especies de anfibios por familia en México y en el bosque mesófilo de montaña.

Pseudoeurycea cephalica, especie endémica, habita zonas húmedas de bosques templados y mesófilos de montaña. Considerada amenazada (NOM-059-SEMARNAT, 2010) o casi amenazada (IUCN, 2010). Foto: Leonardo Fernández Badillo

Hylidae Plethodontidae

18 7 24 11

27

10 35 22

39 62 103 63 117

queza; la familia Hylidae es la mejor representada con 62 especies, seguida de Craugastoridae con 22 especies, la familia Ranidae con 11 especies y Bufonidae con diez. Los anuros con menor número de especies son: la familia Eleutherodactylidae, que cuenta con siete especies; Leptodactylidae, con cuatro especies; Microhylidae, representada por dos especies, y Centrolenidae, con una especie (figura 2). De las dos familias de caudados (salamandras) que habitan en los BMM, Plethodontidae es la mejor representada con 63 especies, mientras que Ambystomatidae cuenta con solo una especie registrada (figura 2). Muchos especialistas piensan que aún faltan estudios herpetofaunísticos en el país. Este trabajo lo demuestra, pues a pesar de haber sistematizado la información de los anfibios recabada y dada a conocer hasta 2012 en los BMM, el listado general a nivel nacional es significativo, sin embargo, el conocimiento que sobre los anfibios se tiene tanto a nivel estatal y municipal como por tipo de vegetación es aún insuficiente para algunos de ellos. Se reconoció la existencia de BMM en 22 estados de nuestro país, 11 de los cuales tienen insuficientes trabajos publicados sobre anfibios, además de que los informes llegan a mencionar solo dos a diez especies, cifra que se considera no apta para calificar el conocimiento como suficiente. Los estados que caen dentro de estas cifras son: Colima, Distrito Federal, Durango, Guanajua-

anfibios 253

Figura 3. Distribución estatal de anfibios en el bosque mesófilo de montaña.

Nuevo León Guanajuato Distrito Federal Tlaxcala Durango Nayarit Colima Sinaloa San Luis Potosí Querétaro Morelos Michoacán Jalisco Estado de México Tamaulipas Guerrero Hidalgo Puebla Veracruz Oaxaca Chiapas Bmm México

2 3 3 4 4 7 7 8 8 8 10 11 11 13 17 33 33 39 55 67 72 183 379

to, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa y Tlaxcala (figuras 3 y 4). Respecto al BMM del estado de Durango, Villaseñor (com. pers., 2010), de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenta que este registro no corresponde a este tipo de bosques, ya que lo verificó personalmente, y los elementos florísticos corresponde a otro de tipo de bosque templado. En el estado de Tabasco, que sería el estado número 22, se reporta sobre una pequeña asociación de BMM, dato que es de nuestro conocimiento por la M. en C. Ofelia Castillo Acosta (com. pers., 2012), de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, pero que no ha sido publicado. La distribución estatal registrada de los anfibios en el BMM se presenta en las figuras 3 y 4 así como en el cuadro 3. Conocer los listados faunísticos de un área, como la estatal, es esencial para el desarrollo de estudios de diversa índole, pues permitiría desentrañar el papel ecológico y evolutivo que cada grupo tiene en el lugar. Por el contrario, es claro y rotundo que desconocer las especies que residen en un sitio conduce a entender aún menos el papel biológico que desempeñan al interior de las redes ecológicas. Por lo tanto, el hecho de tener descrita y clasificada la fauna de un sitio nos da la posibilidad de llegar a conservarla y apreciarla (Gadsden en Ramírez-Bautista et al., 2010). Los listados estatales proporcionan un panorama general de la distribución de las especies; sin embargo, se reconoce que en territorios más reducidos que las entidades federativas existen zonas que potencialmente albergan un gran nú-

254 El bosque mesófilo de montaña en méxico

24º

21º

18º

Figura 4 Distribución conocida de los anfibios en el bosque mesófilo de montaña.

15º 0

100 105º

200

400 km 102º

99º

96º

93º

mero de especies que aún desconocemos. En cuanto a especies registradas en 13 a 15 estados tenemos al sapo Incillus occidentalis con un amplio intervalo de distribución, ambientes húmedos de vegetación diversa, desde matorrales xerófilos hasta bosques de encino y mesófilos de montaña; o bien a la salamandra o tlaconete pinto Pseudoeurycea belli, de ambientes muy húmedos en bosques templados (de pino y de pino-encino) y mesófilos de montaña. En otro grupo de especies con registros estatales de entre 10 y 11 está el sapo marmoleado Incillus marmoreus, de ambientes húmedos en bosques templados y mesófilos de montaña; la babosa o tlaconete Pseudoeurycea cephalica, reportada en zonas muy húmedas de bosques templados, pastizales y bosques mesófilos; o especies en ambientes templados, secos o húmedos, como la rana Eleutherodactylus nitidus, registrada en bosques templados, mesófilos y en matorrales xerófilos; la rana enana Tlalocohyla smithii, que habita bosques secos (caducifolio y subcaducifolio) hasta templados (de pino, de pino-encino) y mesófilos de montaña; la rana Ecnomiophyla miotympanum, registrada en ambientes húmedos de bosques templados, mesófilos, perennifolios y matorrales xerófilos. Otro ejemplo es la rana arborícola Plectrohyla bistincta, habitante de ambientes diversos que van desde matorrales xerófilos hasta bosques templados y húmedos de montaña.

anfibios 255

Cuadro 3. Observaciones a la riqueza estatal de anfibios Estado

Comentario

Chiapas

Registradas para el estado 72 especies de anfibios. La familia Hylidae es la mejor representada con 27 especies.

Colima

Los anfibios del estado están poco estudiados. Se registran siete especies de cuatro familias.

Distrito Federal

Solo hay registradas tres salamandras de la familia Plethodontidae.

Durango

Se tienen registradas cuatro especies de cuatro familias de ranas.

Guanajuato

Otro estado poco estudiado. Se han registrado tres especies de tres familias de ranas y una de salamandras.

Guerrero

Se han registrado 33 especies de anfibios, representados por siete familias (cinco de ranas y dos de salamandras).

Hidalgo

Se han registrado 33 especies de anfibios en este estado. De estas, la familia mejor representada es Hylidae.

Jalisco

Se han reportado solo 11 especies de anfibios en este estado, representados por cuatro familias de ranas y una de salamandras.

Estado de México

Los anfibios registrados están representados por 13 especies, agrupadas en cuatro familias de ranas y una de salamandras.

Michoacán

Estado representado por 11 especies de anfibios, en cuatro familias de ranas y una de salamandras.

Morelos

En el estado hay representadas diez especies en cuatro familias de ranas y una de salamandras.

Nayarit

Las especies registradas para este estado son siete, distribuidas en cuatro familias (tres de ranas y una de salamandras). El grupo está muy poco estudiado en esta entidad.

Nuevo León

Están reportadas únicamente dos especies de ranas en el estado, donde el grupo está pobremente estudiado.

Oaxaca

Se tienen registros de 67 especies de anfibios de seis familias (cinco de ranas y una de salamandras). Esta es la entidad con mayor número de salamandras, 23 especies de la familia Plethodontidae de los géneros Pseudoeurycea (13), Thorius (8) y Bolitoglossa (2). Las demás especies reportadas en los BMM del estado corresponden a ranas.

Puebla

Este estado cuenta con 39 especies de anfibios registradas, pertenecientes a seis familias de ranas y una de salamandras. La mejor representada es Hylidae, con 11 especies.

Querétaro

Estado con poco conocimiento del grupo, ocho especies de cinco familias. Las salamandras están representadas por la familia Plethodontidae.

San Luis Potosí

Se han registrado ocho especies de anfibios pertenecientes a cinco familias. Es otro de los estados con poco conocimiento de este grupo. Las salamandras están representadas por la familia Plethodontidae.

Sinaloa

Representado por cuatro familias y ocho especies de ranas; es otro estado en el que el grupo está poco estudiado.

Tamaulipas

Están registradas 17 especies de anfibios, pertenecientes a cinco familias de ranas y una de salamandras. Esta última es la familia Plethodontidae, representada por seis especies.

Tlaxcala

Es otro estado con escaso conocimiento del grupo. Hay solo cuatro especies registradas, pertenecientes a tres familias de ranas: Bufonidae, Hylidae y Ranidae y una de salamandras: Plethodontidae.

Veracruz

Se tienen registradas 55 especies de anfibios pertenecientes a ocho familias de ranas y una de salamandras. La familia mejor representada es Hylidae, con 19 especies. Es importante mencionar que solo en esta entidad se registran las familias Microhylidae y Centrolenidae.

256 El bosque mesófilo de montaña en méxico

Poco más de 78% de las especies en el BMM han sido reportadas tan solo en una o dos entidades estatales; de ese porcentaje, 86 especies son endémicas (más de 72% del endemismo registrado en el BMM), de las cuales 23% tienen preferencia por los bosques templados y mesófilos de montaña.

Áreas diversas e importantes del grupo

Lithobates berlandieri, habita zonas con bosque templados y mesófilos de montaña, así como zonas de tipo seco. Sujeta a protección especial (NOM-SEMARNAT, 2010) y considerada en preocupación menor (IUCN, 2010). Foto: Leonardo Fernández Badillo

Es interesante notar que 64% de la anfibiofauna reportada en Puebla está también registrada en el estado de Veracruz; más de 60% de la riqueza de Hidalgo se encuentra en el estado de Veracruz; 29% de la riqueza de Veracruz se encuentra en el estado de Chiapas; casi 24% de la riqueza de Oaxaca está contenida en Chiapas; más de 66% de la riqueza del estado de Hidalgo se encuentra en Puebla; más del 66% de la riqueza de Guerrero está contenida en el estado de Oaxaca, y más del 55% de lo reportado en Veracruz se encuentra en Oaxaca. Los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz (figura 1) son los más ricos en especies y endemismo de anfibiofauna, además de ser de los más estudiados en este grupo de vertebrados terrestres. Dato importante es que en ellos encontramos gran porcentaje de la riqueza de los estados aledaños, así como especies únicas en su territorio y compartidas entre ellas (sobre todo Chiapas y Oaxaca). Por ejemplo, en Chiapas, se ha reportado que el tipo de vegetación más rico en especies de anfibios es el BMM (en segundo lugar, las selvas altas): anuros (calculados en más del 73%) y salamandras (p. ej. las endémicas del estado Cryptotriton adelos, C. alvarezdeltoroi, Dendrotriton megarhinus y D. xolocalcae) son ejemplos de esta riqueza. Los anfibios de esta entidad que habitan los bosques mesófilos tienen una característica: ser endémicos y tener poblaciones demográficamente raras (llamado también rareza natural) o con una abundancia relativa baja (Muñoz-Alonso et al., 2013). De acuerdo con Campbell (1982), en México, el estado de Oaxaca es considerado como la región de mayor endemismo, particularmente en los bosques mesófilos de la Sierra de Juárez. Es tan alto el grado de endemismo en estos bosques (mesófilos o de coníferas) que es posible encontrar por conjunto de serranías, una, dos o más especies propias o incluso géneros endémicos (uno o dos); la presencia de los géneros endémicos Cryophis (C. hallbergi), Exiliboa (E.

anfibios 257

placata) y Tantalophis (T. discolor) indican un origen y aislamiento más antiguos de la fauna de montaña. El número y distribución en varios sitios distintos y la antigüedad de los taxones endémicos dan la impresión de que, en tiempos muy remotos, más del 80% de la superficie de Oaxaca estuvo cubierto por un extenso bosque mesófilo, quizá no con la cubierta vegetal que hoy conocemos, ni con una similar, pero sí con una equivalente (Casas-Andreu et al., 1996). Algunas de las especies típicas habitantes de estos bosques son las ranas del género Plectrohyla (p. ej. P. avia, P. guatemalensis o P. ixil) y las salamandras del género Bolitoglossa (p. ej. B. frankini o B. platydactyla). Se ha manejado que los anfibios de Veracruz son semejantes a los de Oaxaca (se comentó anteriormente que 55% de la anfibiofauna de Veracruz está contenido en el estado de Oaxaca). Guzmán-Guzmán et al. (2011) comentan al respecto que esto se puede deber a la perceptible similitud entre ecosistemas y climas de ambos estados. Por otro lado, se sabe que los bosques mesófilos y de coníferas de Mesoamérica (incluido Veracruz) tienen el mayor grado de radiación adaptativa en todo el continente, en salamandras (Wake, 1987). Por ejemplo, para el estado, especies endémicas y exclusivas de la región son las salamandras Chiropterotriton lavae, Parvimolge townsendi, Pseudoeurycea lineola y P. nigromaculata, y ranas o sapos como Incilius cristatus, Craugastor spatulatus, Ecnomiohyla valancifer, Megastomatohyla mixomaculata y M. nubicola.

Endemismo en el bosque mesófilo de montaña

número de especies endémicas

250

250

200 150 118

100 50 0

México BMM

Figura 5. Endemismos en México y en el bosque mesófilo de montaña.

Sobre los endemismos registrados en el BMM, tenemos que 118 especies (de las 183 registradas en este trabajo) son endémicas (algunas especialmente de este ecosistema), de las cuales 72 corresponden a ranas (anuros) y 46 a salamandras (caudados). El contraste de esta información con la reportada para México (250 especies) muestra que más de 47% se concentra en este tipo de vegetación (figura 5). De los 22 estados donde se tiene registro de algún integrante del grupo, tenemos que los más ricos en endemismos son Oaxaca con 55 especies (de las 67 registradas), Veracruz con 31 especies (de las 55 registradas), Guerrero con 27 especies (de las 33 registradas), Puebla con 21 especies (de 39 registradas) e Hidalgo con 18 (de las 33 registradas); el resto de los estados posee entre una y 17 especies endémicas. Sin embargo, no es posible afirmar que en estos cinco estados se concentra el mayor porcentaje del endemismo, pues es necesario conocer mejor al grupo en los estados en los que hay serias deficiencias en la información que de él se tiene. El conocimiento de la riqueza de un grupo en particular, en un marco geográfico dado, es un requisito previo y fundamental para evaluar la situación de conservación de sus especies, y proceder entonces a elaborar medidas de pro-

258 El bosque mesófilo de montaña en méxico

tección concretas. El estado crítico de los ecosistemas, como consecuencia de los acelerados cambios producidos por el hombre, ha llevado a que instituciones nacionales y extranjeras, conscientes de este peligro, propongan una serie de recomendaciones para la preservación del medio ambiente. La medida prioritaria es el conocimiento y la conservación de la biodiversidad de un área.

Riesgo y protección

México BMM

De acuerdo con de Sá (2005), un tercio (32%) de las especies de anfibios en el mundo están amenazadas, aproximadamente 122 se han extinguido desde 1980 y, por lo menos, 43% de las especies están en declive (disminución de sus poblaciones y desaparición). Por lo anterior, buen porcentaje de los anfibios en México (casi 25%) necesita con urgencia el trabajo de campo para confirmar su persistencia y evaluar su situación actual, antes de que se pueda recomendar una estrategia para su conservación (Ochoa-Ochoa et al., 2011). Con relación a los instrumentos encaminados a la protección de la fauna a nivel nacional y mundial, la Norma Oficial Mexicana para la Protección de Especies Nativas de México (NOM-059-SEMARNAT-2010) considera que 43% de las especies de anfibios del BMM están en alguna categoría de protección, mientras que la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) señala que solo 1% de las especies del BMM están en alguna categoría de riesgo. Por su parte, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) considera que 71% de las especies registradas en el BMM están en alguna categoría de riesgo (cuadro 3). Por otro lado, el continuo transporte de la fauna y flora, ha sido una práctica común del ser humano, lo cual ha facilitado la introducción intencional o fortuita de especies a ecosistemas que no les son propios. Estos sucesos, en muchos casos, han provocado serios estragos ambientales; de hecho, se considera que después de la destrucción de los hábitats, la introducción de especies exóticas es probablemente la razón más importante de la desaparición de las especies nativas (Cano, Hurtado y Josse, 2000). Es obvio que la introducción de especies afecta o afectará, directa o indirectamente, la vida silvestre nativa. En el BMM se detectó una especie originaria Cuadro 3. Número de especies consideradas de Norteamérica: Lithobates catesbeianus (rana en alguna categoría de riesgo en México y en el bosque mesófilo de montaña toro) (Ávila-Villegas et al., 2007), que fue introNOM-SEMARNAT ducida a México y cuya presencia se registró en (2012) IUCN (2012) Cites (2012) el BMM del estado de Hidalgo (Ramírez-Bautista, 197 313 2 2010) y en, por lo menos, la mitad de las entida65 130 2 des federativas del país (Casas et al., 2001).

anfibios 259

Craugastor augusti, habita las zonas húmedas de bosques templados, mesófilos de montaña, así como de zonas secas. Sujeta a protección menor (IUCN, 2010). Foto: Leonardo Fernández Badillo

Recientemente se comenzó a evaluar la situación actual de algunas especies en riesgo crítico de extinción, particularmente de Thorius pennalatus y Parvimolge townsendi (Sandoval-Comte et al., 2012), y aún queda pendiente la revisión de muchas otras especies. Debe recordarse que el grupo juega un papel importante en los ecosistemas, tanto como presas como depredadores (de Sá, 2005). Los anfibios son particularmente sensibles a los cambios ambientales. En general, son los primeros animales en declinar notablemente en áreas donde se inicia la degradación ambiental; por esta razón, este grupo de organismos es considerado como un bio-indicador, lo cual significa que el estado de sus poblaciones puede ser usado para monitorear la salud del ecosistema donde habitan (GAA, 2012). Desde la década de los ochenta, el tema de la disminución de las poblaciones de anfibios se ha considerado como una emergencia ecológica progresiva (Stebbins y Cohen, 1995). La fragmentación del hábitat es un factor tradicionalmente responsable de pérdida de biodiversidad. Sin embargo, no es la única causa de la declinación en las poblaciones (Middleton et al., 2001); otros factores, como el aumento de la radiación ultravioleta (Blaustein y Wake, 1995; Anzalone et al., 1998), el cambio del pH del agua (Lizana y Pedraza, 1998), el cambio en la temperatura global (Díaz y Graham, 1996; Pounds et al., 1999; Still et al., 1999; Gibbs y Breisch, 2001; Blaustein et al., 2001), la deforestación y contaminación (GAA, 2012) y la presencia de enfermedades producidas por hongos y bacterias (Berger et al., 1998) son otros causantes de dicha declinación. Dentro del Plan de Acción para la Conservación de los Anfibios (Amphibian Conservation Action Plan, ACAP, elaborado por la IUCN en 2005) los puntos relevantes son: • Acelerar la documentación de la diversidad de anfibios y sus cambios • Estudiar las causas de los actuales declives y extinciones • Desarrollar e implementar programas de conservación a largo plazo • Crear respuestas inmediatas de emergencia a situaciones de crisis Por ejemplo, se necesitan planes de manejo y protección de sus ambientes, pues la mayoría de los anfibios tienen ciclo de vida bifásico (acuático y terrestre); la deforestación, ya

260 El bosque mesófilo de montaña en méxico

sea por la agricultura, ganadería o asentamientos humanos, lleva a la pérdida de estos ambientes naturales necesarios para que las poblaciones se mantengan en condiciones favorables, incluyendo su reproducción y supervivencia (de Sá, 2005). En cuanto a la documentación, en México los trabajos publicados sobre las especies de anfibios son pocos y no recientes, o bien, son estudios enfocados en una sola especie (parciales). Se considera importante comenzar por aumentar los estudios en los estados en donde no existe ningún registro del grupo para este tipo de vegetación. Ello permitirá lograr a corto plazo el recuento completo de la diversidad del grupo en nuestro país.

Conservación

Tlalocohyla picta, habita zonas secas y templadas, en bosques de encino, de pino o mesófilo de montaña. Sujeta a preocupación menor (IUCN, 2010). Foto: Leonardo Fernández Badillo

Se requiere una evaluación cuidadosa de la riqueza de especies, del ecosistema y del microhábitat que ocupan, para entonces seleccionar y crear nuevas áreas de protección de su hábitat, cuidando incluir el mayor número de especies del grupo. En principio, sobra decir que debería haber un tratado completo con su información taxonómica y de distribución, sin dejar de lado los estudios filogenéticos en los cuales se resalte el status taxonómico único de varios taxones del grupo y la naturaleza de endemismo de muchos otros (Flores-Villela, 1998). Sin embargo, el estudio de los taxones del grupo no es equitativo en el país. Por ejemplo, existe un escaso conocimiento sobre las salamandras en el BMM, como las endémicas de Chiapas del género Dendrotriton (p. ej. D. megarhinus solo la colecta tipo hecha en Cerro Tres Picos y D. xolocalcae solo colecta del Monte Ovando), o las ranitas del género Craugastor, como la endémica de Puebla C. galacticorhinus (conocida solo por el ejemplar tipo) o la endémica de Chiapas C. montanus (pocas colectas hechas cerca de la localidad tipo) o bien, la endémica de Oaxaca C. polymniae (conocida solo por el ejemplar tipo). Por lo tanto, el desconocimiento de la historia natural de las especies, así como la desaparición o declinación de las poblaciones a consecuencia de la fragmentación y desaparición del hábitat (lo que ha provocado menos precipitación y humedad, sobre todo para las especies especialistas en microhábitats terrestres, detalles en Rovito et al., 2009) impiden realizar propuestas para proteger su hábitat y, en consecuencia, proteger los procesos ecológicos y evolutivos que se desarrollan en ellos.

anfibios 261

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