Análisis sociocultural y teológico del Sistema Integral de la Nueva Evangelización (SINE) a través de sus manuales

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Descripción

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Presentado en el XXXI Congreso de Religión, Sociedad y Política, efectuado del 24 al 28 de octubre en las instalaciones del posgrado de derecho de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP)
Análisis sociocultural y teológico del Sistema Integral de la Nueva Evangelización (SINE) a través de sus manuales
Erick Adrián Paz González
[email protected]
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México
Abstract
El Sistema Integral de la Nueva Evangelización (SINE) es un modelo de pastoral nacido en los años 80 para trabajar en diócesis, parroquias y escuelas católicas como estructuras coordinadas (con adaptaciones a hospitales y cárceles); es decir, pretende sistematizar diferentes rubros de la Iglesia Católica en entornos regionales y locales con eje en la Evangelización. (Navarro: 2008; Navarro, 1992)
El presente trabajo pretende analizar dicha estructura a través de los diferentes productos editoriales (manuales) que el SINE elabora y utiliza, principalmente Plan diocesano de misión y pastoral integral, el libro base para iniciar su aplicación. Dicho análisis se realiza dos ejes: la incidencia en el contexto socio-cultural y el contenido teológico.
Se encontró que el panorama religioso y social mexicano –en su aplicación en la Parroquia de la Resurrección, donde nace en los años 80 y 90– es ampliamente respondido por y adaptado en los planteamientos del SINE, pero también ha provocado el rechazo en ciertos grupos de la jerarquía católica y figuras como el obispo Jonás Guerrero, quien calificó al SINE como protestante e impidió su desarrolló en los años 90 y 2000.
El SINE muestra una forma de organización clerical y laical que resignifica a la Iglesia católica contemporánea.


Contenido
El Sistema Integral de la Nueva Evangelización (SINE) es un modelo pastoral con metodología propia inspirada en documentos postconciliares para desarrollar una labor evangelizadora con base en la Parroquia, la diócesis o la escuela católica. Fue creado por el MSpSC. Alfonso Navarro Castellanos y un gran equipo de trabajo en los años 80.
Según la página oficial del SINE, en 1971 el padre Alfonso fue asignado como Secretario Ejecutivo de la Comisión de Pastoral de los Misioneros del Espíritu Santo (su congregación) en la Iglesia de Nuestra Señora de la Soledad "El Altillo", con lo que tuvo a su cargo a varios movimientos carismáticos como el Movimiento de Renovación Carismática en el Espíritu Santo –del que Reneé de la Torre identifica como origen directo al SINE (De la Torre: 2006)–. Pero en 1976, Alfonso Navarro "decidió que los grupos que coordinaba no trabajaran más a título de grupos de la Renovación Carismática, sino como un proceso evangelizador de Iglesia" (SINE: 2016) para lo que creó Evangelización fundamental como primer manual de evangelización. Y la historia comenzó.
Nacida como un proyecto piloto, la Parroquia de la Resurrección fue fundada en 1981. El trabajo comenzó en un enorme territorio que abarcaba once colonias de reciente fundación (Pedregal de San Nicolás en su primera, segunda, tercera y cuarta sección, Chichicáspatl, Sector XVII, Vistas del Pedregal, Lomas de Cuilotepec, Bosques del Pedregal, San Nicolás II, El Zacatón y Tierra Colorada; estas dos últimas casi sin población), colonias que habían permanecido 18 años sin actividad religiosa, donde abundaba un clima de desigualdad, falta de urbanización, pandillerismo, drogadicción y migraciones internas en la zona "alta", pero también un auge habitacional para la clase media y media alta en la zona "baja". La parroquia se ubica en Tecoh número 518 en la cuarta sección del Pedregal de San Nicolás.
Después de esta fundación, el padre Alfonso primero y después su creciente equipo de trabajo consolidaron el SINE con material basado en la evangelización y en el anuncio kerigmático: folletos, publicaciones semanales, manuales para conocer y aplicar la estructura, otros para la catequesis infantil, la catequesis para adultos, y un puñado de documentos teológicos. Estos materiales aseguran cierta solidez en el mensaje teológico-pastoral pero también flexibilidad en las formas de aplicación debido a que reconocen la variedad de contextos:
La inculturación del Evangelio, o Evangelización inculturada es una meta a largo plazo que debe ser hecha en cada lugar, con su historia y situación cultural y religiosidad peculiar; cosa que no nos toca hacer a nosotros que presentamos un diseño básico y esencial aplicable en todas partes. (Navarro: 2008, 9)
Los manuales y materiales del SINE nacieron del estudio del evangelio y de la historia de la iglesia primitiva, pero también se fundamentan principalmente en cuatro documentos postconciliares: Evangelii Nuntiandi (EN), Catequesis Tradente (CT), Christifideles Laici (CL) y Redemptoris Missio (RM) (Navarro: 2008), mismos que también ha editado y distribuido y cuyas citas se encuentran frecuentemente en todos los manuales.
Aunque los manuales han sido poco actualizados y con ello respetan la base teológica y pastoral del padre Alfonso y su primer equipo de trabajo, sí se han emparejado con los documentos eclesiales más recientes, como el documento conclusorio de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano (V-CELAM) en Aparecida, Brasil, en 2007 (DA). Pero el elemento más fuerte en su consolidación y expansión fue la fraternidad de los Misioneros de la Cruz, organización de laicos fundada por Alfonso Navarro y que alcanzó su aprobación oficial en 1992 después de extenderse a 13 países, más de 600 parroquias y 100 diócesis (SINE: 2016). Los misioneros cuentan con una casa de Evangelización en Cholula, Puebla, donde realizan preparaciones continuas en las diferentes áreas del SINE; además de enseñar los manuales y procesos en cada parroquia que así lo solicite.
Con el paso del tiempo, este sistema se expandió a México, Latinoamérica y el mundo (principalmente a República Dominicana, Colombia, Estados Unidos y España), pero no de manera sencilla. En México, aunque fue el país de origen y de mayor expansión, recibió el golpe más fuerte con la elección en el año 2000 de Mons. Jonás Guerrero como obispo de la Sexta Vicaría Episcopal "San José" de la Arquidiócesis Primada de México, donde la Parroquia de la Resurrección se ubica. Fue él quien retiró el apoyo que la Iglesia daba a la Parroquia y al SINE y quien se opuso al mismo, al grado de "tachar" de protestantes a los misioneros o excomulgar a sacerdotes que promovían y defendían dicho sistema (R. Rodríguez, comunicación personal, 5 de agosto de 2016).
Para el nuevo siglo, la Parroquia de la Resurrección se dividió para dar mejor atención al territorio, y así nació la Parroquia de Jesús Sacerdote. Aunque ambas compartían el SINE, la segunda recibió sacerdotes que buscaban "eliminar" el sistema, por lo que en la Resurrección el SINE se mantuvo de alguna forma íntegro, hasta el 2003 cuando el padre Alfonso Navarro falleció y con ello muchos aspectos pastorales que permanecieron sólidos, como el Ministerio de Evangelización, el Ministerio de lo Familiar, el Ministerio de Enfermos y la Escuela de Formación Básica en la Fe (para niños de 3 a 12 años) continuaron con el descenso de sus actividades, miembros y resultados.
Para entender esta dinámica, en la presente ponencia se analiza el libro que da base y estructura al SINE: Plan diocesano de misión y pastoral integral, reeditado en 2008; también, se toman algunos de sus otros manuales cuyo trabajo y pensamiento se encuentra aún vigente en la Parroquia de la Resurrección: El anuncio kerigmático. Por sí mismo – solo y todo, que explica al kerigma como elemento clave de todo el SINE, documento que también fue entregado en la IV CELAM celebrada en Santo Domingo, República Dominicana, en 1992.
También se analiza el manual que da fundamento a los seis niveles de catequesis infantil: Escuela de formación en la fe; los que dan fundamento a los seis niveles de catequesis para adultos: Manual para casas de reunión y Retiro de evangelización kerigmática, este último (que propone un retiro para renovar el bautismo, la confirmación, y aceptar el compromiso de evangelizar en el Espíritu Santo) también da bases al proceso evangelizador junto con Reiniciación cristiana. Proceso evangelizador por etapas, que nace de Ordo initiationis Christianae Adultorum (Ritual de iniciación cristiana de adultos, mandato conciliar de 1972); y un documento un tanto olvidado pero cuyos fundamentos cruzan a todos los manuales mencionados: Sacerdotes nuevos para una iglesia nueva
Este análisis se agrupa en tres niveles: teológico y pastoral, donde se estudiarán los fundamentos que originan al SINE; sociocultural, donde se muestra la relevancia de este modelo y las posibles causas de éxito en el contexto mexicano; y una reflexión sobre la importancia de los manuales como soporte comunicativo de todo el SINE.
Primer nivel de análisis: Aspecto teológico y pastoral
No es posible aceptar y tolerar un cumplimiento flojo y mutilado de la misión del sacerdote. La plenitud de su entrega debe ser fruto de su calidad espiritual de fiel discípulo de Jesús, de su pasión misionera, y de su caridad pastoral de servidor del Pueblo de Dios. La Iglesia también necesita la "calidad total" pedida en el mundo (Navarro: 2008; 6)
Uno de los objetivos centrales, quizá el más importante, es (re) construir el concepto de iglesia a través de la parroquia y con el párroco como cabeza, como unidad básica, a través de una revisión en su misión y acción (Navarro: 2008, 5-6, 21; Navarro: 1998).
Para esto, el SINE propone la "descentralización del templo", categoría en la que enmarca la labor evangelizadora que resume en una consigna: ir a todos + involucrados todos + dando todo (Navarro: 2008, 25; Navarro: 1998, 21; Navarro: 1992, 4) y se fundamenta en la sectorización, es decir, en dividir a la Parroquia en unidades más pequeñas que permitan el trabajo local a cargo de estructuras diversas de laicos, dirigidas por el sacerdote, y que no sólo existan en parroquias y templos sino en casas particulares. El ejemplo clave son las casas de reunión y pequeñas comunidades, grupos pequeños de personas que estudian las escrituras y los manuales de catequesis para adultos –muy parecido a las Comunidades Eclesiales de Base–; para finales de los 90 existían de 10 a 15 comunidades por cada uno de los 12 sectores que componían la Parroquia y estaban distribuidas en todo el territorio (alrededor de 150 comunidades, más las casas de reunión temporales). El segundo ejemplo son los grupos de catequesis infantil, con seis niveles por cada uno de los 12 sectores, más uno o dos grupos de confirmación y dos o tres del sexto nivel para el sacramento de la Eucaristía (100 grupos). Ambos ejemplos de descentralización se atendían y atienden en casas particulares.
Para la organización y el funcionamiento del SINE, la vivencia del evangelio y la misión son fundamentales. Esto se da en diez ejes: testimonio de vida, testificación de la palabra, salida misionera (visitar casa por casa, en misión intensiva anual y en visiteo misionero permanente), kerigma explícito y completo, comunidades ("Parroquia, comunión de comunidades"), catequesis (sistemática y programada), sacramentos (vida oracional y litúrgica), acción social (no sólo asistencial sino promocional y estructural), involucramiento apostólico (todos como agentes activos), sectores y ministerios (12 sectores en la primera Parroquia de la Resurrección y nueve ministerios generales). (Navarro: 2008; 27-30)
Como todo esto se realiza bajo guía del párroco, también se invita a sacerdotes y obispos a que vivan el proceso evangelizador para que conozcan y se involucren en el proceso; es decir, que se unan a la salida misionera como el padre Alfonso lo hizo al llegar al territorio de la Resurrección, donde formó las primeras comunidades y se hizo parte en una, además de capacitar a laicos para los diferentes ministerios (R. Paz, comunicación personal, 1 de noviembre de 2015).
Con lo anterior, los manuales de El enuncio kerigmático, Reiniciación cristiana y Casa de reunión (y auxiliares) (etapa "0. Preparación"), de Retiro de evangelización kerigmática (y otros para preparar evangelizadores) (etapa "1. Retiro de evangelización") y los diferentes niveles de catequesis para niños en grupos y adultos en pequeñas comunidades (además de guías para el estudio bíblico) (etapa "2. Pastoral de seguimiento") deben ser vividos principalmente por los sacerdotes, los laicos miembros de los ministerios y después por los laicos en general; también, en los manuales resalta una línea de acción social (Navarro: 2008; 102-122) como cuarta y última etapa: "Lo social es parte de su misión integral [de la Iglesia], y al cumplirla, se deben mostrar frutos no sólo de transformación espiritual, sino también de cambio social" (Navarro: 2008, 102)
Esta línea social refleja los objetivos del SINE y los estructura en un Ministerio de acción social: se guía por la opción preferencial por los pobres, busca el crecimiento espiritual, la promoción humana e integral y responder a las necesidades específicas de cada parroquia (Navarro: 2008, 103-105), además de un crecimiento progresivo en la fe y la vivencia, para ayudar a las necesidades espirituales y así exista un cambio de vida (Navarro: s/f-3, 11). La línea de acción social refleja los frutos que todo el proceso evangelizador bien realizado debe dar; además, deriva del Concilio Vaticano II y las reuniones del CELAM.
Segundo nivel de análisis: Aspecto sociocultural
El SINE se constituye como un sistema jerárquico pero donde los laicos tienen gran injerencia. Ahí el primer elemento de análisis a nivel sociocultural: los modelos teológicos y los manuales destinados a una parroquia no se viven sólo en las jerarquías, sino que se busca que cada individuo tenga una participación directa en los diferentes rubros que conforman el plan pastoral, y la sociedad.
Es en la acción social donde se ve más claramente esta relación con el entorno. Como el resto de los ministerios, se nutre por la pequeña comunidad como unidad básica local (Navarro: s/f-3, 60-63) y se da en tres niveles: lo asistencia, lo promocional y lo estructural. El primero resalta "las obras de caridad o de misericordia para los necesitados", pero "acompañadas por la búsqueda de una verdadera justicia social" (Navarro: 2008, 106); aunque afirma que si no es el nivel adecuado pues "no va a las causas", sí atiende necesidades de mayor urgencia.
Lo promocional refiere a "fomentar la autosuficiencia y que [los individuos] se puedan bastar a sí mismos. Hay que ir a las causas inmediatas y profundas", y muestra la necesidad de "dar educación, formación, capacitación, entrenamiento y asesorías profesionales para que la gente esté preparada para enfrentar la vida" (Navarro: 2008, 106), todo ello con base en la evangelización.
La última línea, lo estructural, refiere a una búsqueda de cambio en la "gran sociedad" para crear "estructuras justas". Como la Parroquia es limitada en territorio y en familias, el SINE busca un cabio micro-estructural:
…debe dirigir su formación y acción a poder lograr un cambio, para que la gente pueda ir teniendo nuevas concepciones de sociedad, de estado, de política y de economía, y luego, en lo práctico, ir creando desde abajo un nuevo modelo de sociedad y de estado (Navarro: 2008, 108)
Por tanto, el proceso de formación y acción en el SINE no es aislado pues el sujeto debe actuar en la sociedad: "No individualmente, sólo por su testimonio de vida y su acción en su ambiente, sino en organizaciones que busquen el cambio cultural, político y económico. Para lo que hay que crear nuevas organizaciones…" (Navarro: 2008, 110)
En esta línea, se retoma fuertemente CL y DA para profundizar en la dimensión social, pero también en la participación política concebida como una adhesión "sin contradicción a sistemas ideológicos que se oponen radicalmente o en los puntos substanciases en su fe y a su concepción de hombre", y cuyo centro de acción es la solidaridad, que
…reclama la participación activa y responsable de todos en la vida política, cada uno de los ciudadanos y los diversos grupos, desde los sindicatos a los partidos. Juntamente, todos y cada uno, somos destinatarios y protagonistas de la política. (Navarro: 2008, 118-119)
De esta forma, el SINE plantea "la necesidad de nuevos modelos de sociedad, de estado, de política, de economía: una nueva cultura política" de donde también "brotará una nueva figura de partidos políticos, como mediadores de transformación de la voluntad del pueblo en la voluntad del estado, y sindicatos que cumplan con su verdadera finalidad de defensa y promoción de todos su agremiados…" (Navarro: 2008, 121)
Sin embargo, como difícilmente ocurre en movimientos religiosos históricamente conocidos (Liga de Juventudes Católicas, Acción Católica, las Comunidades Eclesiales de Base, y un largo etcétera), el SINE marca límites para esta participación política. El primero es la diferencia entre la facción política y la Iglesia-institución: "siendo comunidades de Parroquias, instancias pastorales de la Iglesia católica, no se propone ni se promueve ningún movimiento ni partido político, ahí sólo se da formación, motivación y concientización" (Navarro: 2008, 121)
¿Qué de todos estos elementos pastorales y sociales se han puesto en práctica?
La línea de Acción Social fue dirigida, principalmente, por Alejandro Soto Romero; el padre Alfonso, él y su equipo de trabajo trazaron líneas de acción (A. Paz, comunicación directa, 18 de septiembre de 2016). Una de ellas se dio a mediados de los años 80 con el Programa de Solidaridad en la Parroquia de la Resurrección, una iniciativa de tinte social que promovía la "semana de la solidaridad" donde todos los miembros de pequeñas comunidades ofrecían sus oficios o profesiones a quien lo necesitara, sin costo. "En ese tiempo yo sabía cortar cabello, entonces nos salíamos varios a aquí a la 15 o al Terreno de la Cruz o a Maní a ponernos a hacer lo que sabíamos, y llegaba mucha gente con nosotros, y me pasaba todo el día cortando el cabello; otros iban y arreglaban las calles, pintaban casas, ponían postes con focos (porque antes había calles sin luz), iban con los viejitos y les ayudaban a armar sus cuartos. De todo" (E. González, comunicación personal, junio de 2014).
La semana de la solidaridad, en línea con lo asistencial y un poco con lo promocional, se realizaba varias veces por año en cada sector, es decir, había 12 "semanas" simultáneas en toda la Parroquia o eventos macro en varios puntos como el Terreno de la Cruz, un amplio terreno donde se realizaban eventos masivos como sacramentos o encuentros de comunidades de hasta 1,500 asistentes. Con esto se creaba un sentido de pertenencia e identidad en un amplio territorio en colonias de reciente creación, donde la migración interna predominaba pero también un contraste con la clase media-alta, a tal grado que, en la actualidad, varias personas que vivieron esos acontecimientos preservan lazos de amistad y, algunos, de trabajo pastoral sin que su nivel educativo o socioeconómico marque una barrera; por el contrario, algunos los lazos de ayuda social que se crearon con solidaridad aún permanecen a través de las pequeñas comunidades. Muchos han desaparecido
En la línea asistencial se creó Diakonía, un centro de apoyo social antes ubicado en Tixmehuac entre Chicoasén y Bocoba, que conjuntaba donaciones en especie como despensa o ropa para repartirlas en el territorio, además de servicios médicos, psicológicos y legales. En esta labor se incluían a Misioneros de la Cruz, laicos comprometidos y miembros de comunidades; atendían a casi la totalidad de los integrantes de las pequeñas comunidades (1,500 integrantes más sus familias) y a quien lo necesitara. (R. Paz, comunicación directa, 1 de noviembre de 2015). Posteriormente, se buscaba donación de juguetes, cobijas y otros (A. Paz)
Del lado promocional y estructural, la Parroquia, el Terreno de la Cruz y algunas casas particulares funcionaban como salones donde se impartían cursos de diferentes tipos, principalmente pastorales y de evangelización pero también de oficios, para atender a necesidades específicas de la población. Se creó una casa para rehabilitación de drogas justo en contraesquina de la Parroquia (hoy manejada por Alcohólicos Anónimos), un desaparecido kínder registrado como I.A.P. en Maní entre Dzemul y FFCC. Cuernavaca, y un taller de carpintería en el Terreno de la Cruz donde se capacitaba y generaban empleos; entre otros proyectos de corta duración.
Del lado político, lo más marcado fue esa división institucional. En los años 90, Alejandro Soto incursionó en la vida política con la creación del Movimiento de Acción Social (MAS) dirigido a convertirse en partido político. La Parroquia de la Resurrección, a nivel jerárquico o de acción, no abrazó la candidatura, incluso él se separó de su adhesión como laico consagrado y recibió apoyo de quienes simpatizaban con su propuesta política; aunque no ganó, se consolidó como una fuerza poderosa que tiempo después desapareció sin que la Parroquia hiciera algo para mantenerla a flote. Posteriormente se sumó a las filas del Partido Acción Nacional (PAN), quien lo postuló para delegado en Álvaro Obregón en 2003 (R. Paz, comunicación directa, 18 de septiembre de 2016; A. Paz).
Otro caso clave, de tinte estructural y a nivel sociocultural, es la Escuela de Formación en la Fe. Con base en la figura del catecumenado en la Iglesia primitiva, quienes plateaban "una catequesis íntegra y gradual, para llevar a un conocimiento de la doctrina y de las exigencias morales, espirituales y religiosas, pero sobre todo a la vivencia de lo que iban aprendiendo, para culminar con los sacramentos de iniciación cristiana" (Navarro, s/f-1: 3). Cuando esta figura catecumenal desapareció gracias al bautismo infantil, el SINE argumenta que la preparación sacramental se debilitó. Por eso, diseñó la catequesis infantil en seis niveles, de los 3 a los 11 años y que culmina con la Eucaristía, para brindar una formación teológico-pastoral sólida y que llevara, a largo plazo, a la acción social. No sólo se trabaja con los niños, sino con los catequistas (que deben pertenecer a una pequeña comunidad) y con los padres de familia (Navarro, s/f-1: 6). Los temas de perseverancia o catequesis post-sacramental para adolescentes y jóvenes no han sido desarrollados por el SINE, pero sí planteados desde el manual de Escuela de Formación en la Fe con base en la vida moral.
Un último punto, el de la Evangelización casa por casa, tanto permanente e intensiva como anual, responde a un cambio de estructura teológico-pastoral que se refleja en lo social. Es decir, responde a documentos postconciliares donde se muestra esta necesidad de "ir al mundo", pero también a una tendencia criticada por sectores conservadores que apelan al acercamiento de la feligresía al templo, no al revés. Es decir, la evangelización (o Nueva Evangelización, como movimiento postconciliar) rompía algunas estructuras eclesiales y sociales: las congregaciones y órdenes religiosas eran las poseedoras del mensaje cristiano fuera de las parroquias, que después los sistemas religiosos cristianos como los anabaptistas, algunas ramas del protestantismo o los testigos de Jehová adoptaron; se tomó un modelo evangelizador probado y se adaptó para su incidencia en la sociedad. En el territorio de la Parroquia, esta Evangelización fue el fundamento de los cambios estructurales que comenzaban a manifestarse.
En la línea completamente teológica, el kerigma se convirtió en la base del mensaje: "El primer anuncio", el amor de dios, el reconocimiento y perdón de los pecados, el ser discípulos y misioneros.
Tercer nivel de análisis: El manual como soporte comunicativo de un modelo de pastoral
El SINE, como se mencionó, nació en El Altillo con los primeros manuales de evangelización. En 1981, con la fundación de la Parroquia de la Resurrección, el gran sistema fue nutrido por el padre Alfonso y su equipo de trabajo para llevarlo a un nivel empírico con resultados visibles y sorprendentes.
Sin embargo, los esquemas escritos presentan una doble barrera: la complejidad de los mismos al requerir de gran número de laicos para llevar los procesos de forma correcta, y la adecuación al contexto social, del que no hay guía.
Cabe recordar que el SINE es un sistema que demanda esfuerzo de sacerdotes y laicos, preparación y vivencia espiritual. El "deber ser" de los manuales se convierte en un abstracto demasiado lejano para la realidad que las parroquias católicas viven en la actualidad, donde las cifras de creyentes (82.7% de católicos en México, según el INEGI en 2010) no corresponde con los católicos practicantes, menos con los católicos activos.
En esta línea y como se dijo, la materialidad discursiva nació en una realidad específica, la de la Parroquia de la Resurrección de los años 80. Aunque compartía características con otras ciudades latinoamericanas (generalización de la pobreza, migración, desigualdad social, religiosidad popular, inicio de la urbanización) llevó implícito el contexto tanto en su escritura como en su lectura.
Su trabajo en otras parroquias, incluso el posterior en la Resurrección y Jesús Sacerdote, se vio afectado por los diferentes contextos. En casos como la generalidad de iglesias dominicanas, el SINE entró de manera exitosa, a tal grado de ser este país uno de los bastiones más fuertes del sistema; pero en México, varios sacerdotes manifiestan una guerra abierta contra sus procesos evangelizadores y estructura. Desde Mons. Crispín Ojeda o sacerdotes como Dionisio Olvera, se ha visto en el SINE una amenaza a los valores tradicionales de la Iglesia católica, y una "necedad" de sus miembros.
El uso de manuales, aunque garantiza cierta base teológico-pastoral común, no garantiza la misma aplicación, ni mucho menos su seguimiento con todos los pasos o ministerios, ni los objetivos. En la Resurrección, a finales de 2014 e inicios de 2015, se dio un gran conflicto por el cambio radical de estructura en la Parroquia. Entre tantas vertientes, se mostró un desconocimiento de los procesos del SINE por parte de los laicos que en ese momento se encargaban de los diferentes ministerios, a tal grado de aceptar la eliminación de la etapa "0. Preparación" y parte de la "2. Pastoral de seguimiento" sin posibles consecuencias para el trabajo pastoral. Aunque se trata de la Parroquia que da origen a este sistema, no es garantía siquiera de su conocimiento profundo y mucho menos de su seguimiento.
En el caso de la Parroquia de Jesús Sacerdote, en 2013 se dieron una serie de preparaciones por parte de los Misioneros de la Cruz para capacitar a laicos en los diferentes rubros del trabajo pastoral. De ahí surgieron tanto nuevos misioneros como una nueva formación de los laicos encargados de los ministerios. Tres años después, ya con un nuevo sacerdote, todos los ministerios se han reducido; el de Escuela de Formación en la Fe, que era el más fuerte con cerca de 100 catequistas en el territorio, para el nuevo ciclo de agosto 2016 a junio 2017, reporta 80 en listas de los cuales se espera la mitad (O. Pérez, comunicación directa, 17 de septiembre de 2016). El manual ni la formación son suficientes.
Los soportes comunicativos, entonces, no garantizan para nada una apropiación ni réplica del mensaje, mucho menos un seguimiento. Sin embargo, los pocos cambios que ha recibido el mensaje original creado por el padre Alfonso y su equipo vislumbran dos elementos: el respeto al carisma que da origen al SINE, y la urgencia por la modificación de su mensaje al siglo XXI y su adaptación a diferentes contextos; por ejemplo, al ser las conferencias del CELAM fuente importante, se pone en duda su validez para las iglesias españolas.
Definitivamente, el SINE merece mayor investigación y desde diferentes enfoques pues es un sistema que, en sus orígenes, se acercó bastante a sus objetivos de una nueva visión de Iglesia y a una nueva configuración sociocultural, pero que actualmente es casi inexistente. Como soporte ideológico, incidencia mediática, estructura eclesial, reinterpretación de la doctrina católica, tiene mucho que enseñar.




Referencias
De la Torre, R. (2006) La Ecclesia Nostra. El catolicismo desde la perspectiva de los laicos: el caso de Guadalajara. México: FCE
Navarro, A. (1992). El anuncio kerigmático. Por sí mismo – solo y todo. México: Librería Parroquial de Clavería
Navarro, A. (1998). Sacerdotes nuevos para una iglesia nueva. México: SINE
Navarro, A. (2000). Retiro de evangelización kerigmática. México: SINE
Navarro, A. (2008). Plan diocesano de misión y pastoral integral. México: SINE
Navarro, A. (s/f-1). Escuela de formación en la fe. México: SINE
Navarro, A. (s/f-2). Manual de casas de reunión. México: SINE
Navarro, A. (s/f-3). Reiniciación cristiana. Proceso evangelizador por etapas. México: SINE
SINE (2016). Sentido eclesial en el origen del SINE [en línea]. Disponible en [consulta: 15 de septiembre de 2016]
SINE (s/f). Kerigma. México: s/e



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