ANALISIS PRELIMINAR DEL EJE CURRICULAR, EL PROYECTO EDUCATIVO, LAS COMPETENCIAS Y LAS HABILIDADES EN EL EJE DE SALUD PÚBLICA DEL PROGRAMA DE MEDICINA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD EN LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA – AÑO 2006.

July 23, 2017 | Autor: Oscar Castro Aguilar | Categoría: Medical Education, Public Health
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ANALISIS PRELIMINAR DEL EJE CURRICULAR, EL PROYECTO EDUCATIVO, LAS COMPETENCIAS Y LAS HABILIDADES EN EL EJE DE SALUD PÚBLICA DEL PROGRAMA DE MEDICINA DE LA FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD EN LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA – AÑO 2006. Oscar Castro Aguilar [email protected] Segundo borrador Profesor Asistente Departamento de Salud Pública Ibagué, Junio 12 de 2006 1.

INTRODUCCIÓN CONTEXTUAL:

Como insumo para iniciar el análisis de los contenidos, las competencias y habilidades en las áreas de formación medica y sus asignaturas correspondientes concernientes a la salud pública; se presentan en este documento preliminar algunas apreciaciones personales sobre los aspectos contextuales, las nociones y los conceptos facticos y formales, la caracterización del programa y algunos aspectos curriculares que relacionan a la salud publica con la formación académica medica. Documento base para el consenso conceptual del Departamento de Salud Pública de Facultad de Ciencias de la Salud, en torno al acuerdo numero 30 del 20 de abril de 2006 emanado del Consejo Académico de la Universidad del Tolima; que modifico el plan de estudios del programa de Medicina para adoptar el sistema de créditos y la formación por competencias. Basado en el analisis de tres grandes ejes, a saber: el epistemológico, el ético, y el de la praxis médica desde la perspectiva de la salud pública. Considero muy necesario expresar de antemano al lector y analista, que esta opinión se ha forjado en un muy corto periodo de tiempo y que dichas apreciaciones deben ser consideradas como una primera impresión de quien se inicia en las labores docentes a nivel superior; sin haber trasegado el campo de la educación formal. Pero si con base en una experiencia de mas de dos décadas en la practica del modelo medico de corte positivista desde la perspectiva ofrecida por las actividades administrativas de los servicios de salud y de apoyo diagnostico y terapéutico de la Microbiología medica y la Bacteriología en general, en combinación con una reciente experiencia obtenida a través del analisis académico formal y de la investigación de las perspectivas sociales de acción sobre la salud en el ámbito de formación ofrecido por una Maestría en Salud Pública. Según Villafuerte (2003)1, la medicina, como eje de saber científico, es también un aparato ideológico y político del Estado, que legitima la practica medica como la única practica habilitada para operar el llamado proceso saludenfermedad-atención-rehabilitación, olvidando que la salud es también un hecho social. En el ámbito educativo de la salud, la salud pública no ocupa tan 

Bacteriólogo Especialista en Microbiología Médica. Profesional en Salud Ocupacional Especialista en Gerencia de servicios de salud. Candidato al titulo de Maestria en Salud Pública de la Facultad nacional de Salud Pública en la Universidad de Antioquia.

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solo el énfasis del saneamiento, la organización, la prevención y la promoción de la atención médica sino que hoy día incorpora a las ciencias sociales como una herramienta importante en el marco académico medico. Incorporación paradójicamente cuestionada en el ejercicio profesional y practicó tanto de la medicina como de la misma salud pública. Igualmente, continua Villafuerte (2003), en el común practico la salud pública se identifica como uno mas de los brazos político-técnicos del Estado, por lo que se le atribuye una acción instrumental gobiernista basada en un saber científico-técnico, y como tal orientada hacia la curación, diagnostico y tratamiento de enfermedades. Ciencia que para cumplir con su quehacer se ha centrado en la organización y administración de servicios médicos y de asistencia que conforman en nuestro país un supuesto y cuestionable sistema de salud (asunto para otra disertación) que aglutina a las ciencias de vocaciones biológicas, sociales y comportamentales. Se le endosa, a la salud pública, un carácter multidisciplinario en donde convergen lo social y lo comunitario con lo político y lo económico; integrando la participación de los gobiernos con una respuesta organizada de las comunidades. Razones por las cuales no se aísla a la salud pública de los hitos económicos, políticos, ideológicos y sociales de una nación o sociedad-país moderna. Anota Villafuerte (2003), que el sector salud no ha sido ajeno a las crisis socioeconómicas y a los ajustes políticos que han afectado la inversión publica y por lo tanto el gasto en salud en América Latina; ante el sometimiento estatal a la políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI) que generan un contexto de crisis política y económica permanente y que conlleva a la degradación de las condiciones de vida y del medio ambiente. Se ha fracasado institucionalmente al excluir los factores socioeconómicos de la practica en la dimensión colectiva de la salud pública al punto que el desarrollo tecnológico medico y la investigación biológica han logrado medicalizar a la salud pública, imponiendo mediante la practica medica unas intervenciones en términos individuales (enfoque clínico) a través de instrumentos clínicos. Es decir, contradictoriamente, la salud se genera desde la enfermedad y se ha hecho social lo individual asumiendo que la suma de individuos hace lo colectivo. Se hace entonces necesario remover el modelo clínico individualista que ha dominado el quehacer de la salud pública, y a partir de aquí, trabajar por unas perspectivas sociales de acción que permitan perfilar lo que se ha dado en llamar como la “Nueva Salud Pública”. De acuerdo con Villafuerte (2003), la nueva salud pública inicia por asumir el proceso de descentralización para incorporar los deberes del estado, el sector privado, las organizaciones no gubernamentales y la comunidad; otorgándole la verdadera categoría integral tan pregonada; que debe ser reflejada en su ejes y ámbitos epistemológico, ético y practico. Las nuevas competencias y habilidades por implementar para esta nueva salud pública deben ser de carácter analítico, comunicativo, político, de desarrollo y planeacion de proyectos y programas, organización y manejo financiero, promoción y prevención de la salud, investigación, epidemiología, bioestadística, identificación de los determinantes de salud, ciencias biológicas, ciencias

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sociales, humanidades, ciencias de la conducta, administración y organización y debe obedecer más a un contenido filosófico que a un concepto pragmático, orientado este según la Organización Mundial de la Salud (OMS-1995)2 a propiciar salud dentro de contextos armónicos culturales bajo una perspectiva poblacional y no individual. Así mismo, los planes de la nueva salud pública deben proveer el acceso igualitario a los servicios de asistencia, una sólida participación comunitaria y una colaboración intersectorial que amplifique e involucre mayores coberturas e incidencias con diversos estamentos y autoridades inmersos en la promoción de la salud. De establecerse un buen escenario de acción para esta nueva concepción de la salud pública se emprenderá la transición de la perspectiva “patogénica” de las enfermedades a otra “salutogénica” basada en el cambio o la modificación de los determinantes e indicadores de salud, mediante estrategias que los hagan sustentables y sostenibles. Se hace necesario una permanente evaluación y autocrítica de la correlación y la pertinencia entre lo teórico y lo práctico en escenarios de participaciónacción-evaluación que reúnan a profesionales, técnicos y usuarios en cuanto su responsabilidad sobre los resultados sea compartida, proporcional y simétrica. Según Henderson (1992)3 los servicios de salud pública deben ser siempre evaluados a dos niveles: en primer lugar por sus logros poblacionales sobre aspectos como la mortalidad, los programas de control; por ejemplo en fecundidad, e inmunización a niveles particulares y puntuales, y en general por la mejoría en los niveles y la calidad de vida de la población y en segunda instancia por los niveles de satisfacción personal en cuanto a costos, calidad, accesibilidad y eficacia de los servicios desde el punto de vista del consumidor.

2. CONSIDERACIONES EPISTEMOLÓGICAS SOBRE LA FORMACIÓN MÉDICA EN SALUD PÚBLICA: En el campo del conocimiento, el generado en la salud pública y la seguridad social puede llegar a resolver problemas básicos y paliar otros, pero estos no se aplican contundentemente por estar el constructo de las líneas del conocimiento medico y del conocimiento de la salud pública, en aparente y esencial oposición, en cuanto a los hallazgos científico-políticos y tecnológicos. Divergencia que se manifiesta por ejemplo entre el paradigma dominante de la terapéutica medica sobre el paradigma de la promoción de acciones en salud para la prevención. Prevalece el ambiente de mercado de la salud fundado en industrias capitalistas y no en instituciones de bienestar, que dejan al estado las acciones de promoción tales como potabilizar el agua, mejorar los salarios, mejorar las condiciones higiénicas, etc., sin que cobre impuestos pero sin dejar de promover, por ejemplo, la farmacoterapia como la mejor opción de salud en las mismas instituciones de salud del estado. Liquidar el estado de bienestar social ha través de políticas neoliberales ha tenido como consecuencia directa el resurgir de la crisis con mayor fuerza.4

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Entonces, ¿Para que la salud pública y las acciones de promoción, prevención y seguridad social, si se ha derrumbado el estado de bienestar?... existe una utopía que no muere, ni debe morir; la del amplio contenido humano y la solidaridad expresada por Habermans (1992). Para Santillana-Macedo (2003)5 a pesar de la variedad de conocimientos generados por la salud pública y a pesar de su actual desdeño, el generarlos se convierte en un reto y una actitud combativa y siempre activa de profesionales e intelectuales comprometidos no solo con la propuesta humana del conocimiento a través de la salud pública, sino con la vida misma. Por ejemplo, son conocimientos en salud pública: que la medicina no ha logrado mejorar las condiciones de salud mientras que los éxitos de la salud pública y la higiene sanitaria no se aplican, se abandonan o se desdeñan por simples; es conocimiento que el ideal macroeconimco de que la economía ande bien para que la salud pública se ejecute de manera amplia y correcta, aunque sin evidencia exitosa, sigue dominando el escenario de la economía de la salud; es conocimiento que el modelo democrático de gobierno no es equivalente a bienestar social, este es un medio no un fin y para que la democracia ayude en los planes y estrategias de la salud pública, esta debe estar articulada con un trabajo de sociedad desde abajo, no desde arriba; es conocimiento que la sociedad ha despertado mucha desconfianza y escepticismo en el modelo biomédico como vía para conseguir la salud y lo traspone a la salud pública; es conocimiento que las políticas de control biomédico (por ejemplo en control natal), sin mejoras sociales (como el aumento de salarios y de bienestar) no mejoran nada; es conocimiento que los conocimientos derivados de la salud pública interactúan con el modelo económico dominante, actualmente dentro del modelo neo-liberal con bienestar globalizado utópico e idílico y dentro de una comunidad de estados democráticos interferentes unos con otros que sin razón alguna condenan programas como los de “Salud para todos en el año 2000” o postergan acciones para lograr “los ocho objetivos ONU del milenio” de los que se sabe que son útiles y necesarios. La salud pública no es una disciplina privilegiada que debe resolver todos los problemas en relación con la salud en la población. Las fuerzas institucionales, el poder de cada disciplina tienen mayor capacidad decisoria aun mayor que la magnitud y la especificidad de los problemas de salud. La salud pública ha intentado conducir la reflexión y la acción colectiva en torno a la salud y el bienestar, y sin embargo ha sido relegada de los avances científicos y de la organización de los sistemas de salud, aunque haya asumido la interdisciplinaridad en su campo de investigación-acción. Al afrontar el reto de construir un perfil epistemológico para la educación medica en salud pública; es necesario limitar el marco disciplinar de la propia filosofía que, en un principio, se define por ser el estudio racional y crítico de los principios básicos. Generalmente, la filosofía es dividida en cuatro ramas principales: metafísica (estudio de la realidad última), epistemología (estudio de los orígenes, validez y límites del conocimiento), ética (estudio de la naturaleza de la moral y el juicio) y estética (estudio de la naturaleza de la belleza en las

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actividades artísticas. Dos son los principales tipos de investigación filosófica: el analítico (estudio lógico de los conceptos) y el sintético (ordenamiento de los conceptos en un sistema unificado). La Epistemología (del griego, episteme, 'conocimiento'; logos, 'teoría'), es la rama de la filosofía que trata de los problemas filosóficos que rodean a la denominada teoría del conocimiento. La epistemología se ocupa de la definición del saber y de los conceptos relacionados, de las fuentes, de los criterios, de los tipos de conocimiento posible y del grado con el que cada uno resulta cierto; así como de la relación exacta entre el que conoce y el objeto conocido. Apoyados en el texto de Epistemología del profesor Padilla Oviedo (1989) 6; mas que profundizar sobre la carga curricular en el proyecto educativo en mención, de lo que se trata es de dar cuenta de la transformación de los alcances que tendría el apropiar una eficaz fundamentación epistemológica antes que listar contenidos de actividades para un programa de Medicina. La Epistemología, por si misma, es la fundamentación para acceder al estudio de las áreas teóricas, metodologicas y técnicas que constituyen las competencias de cualquier profesional en el área de la salud. La fundamentación epistemológica permitirá trabajar críticamente los conceptos esenciales, así como identificar y utilizar adecuadamente los procedimientos metodológicos para discernir acerca del adecuado manejo de las técnicas correspondientes y disponibles. Si Epistemología es sinónimo de fundamentación; se hace necesario entonces dividir en dos grandes partes el abordaje de lo epistemológico de la salud pública dentro de la profesión medica y aun de cualquier saber, así: en una primera parte se debe abordar los llamados conceptos introductorios fundamentales (ciencia, materia, cultura (...); para percibir como la actividad científica se articula estructuralmente y a la vez que explica da sentido a la tarea propia de quien se dice científico, y el como genera una multiplicidad de ciencias que se interrelacionan, y cual es el puesto o el papel de las ciencias humanas al interior de los saberes, cual entonces, es el problema de la ideología como instancia constituyente del hecho humano social. En una segunda etapa se abordará la relación entre el ser y el pensar; el conocimiento científico como problema especifico de la relación ser-pensar. Y finalmente la búsqueda de la verdad, de la verdadera revolución redentora a través de la praxis o del trabajo que se espera del científico como científico y del medico como medico y no como epistemologos.

2.1

PRIMERA PARTE - CONCEPTOS FUNDAMENTALES:

Al abordar los conceptos fundamentales se debe precisar a manera de piso, claras definiciones. Dentro de otras muchas, la definición de las palabras ciencia, persona, servicio y salud, y de esta última: sistema de salud, atención en salud, modelo de atención, liderazgo en salud y administración en salud; sean como actividad humana o como producto de la actividad humana. En ambos casos la ciencia y salud como actividad y la actividad a su vez como máximo nivel de perfección y estructuración de la materia, y como fundamento de todas las transformaciones de esa materia.7

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Actualmente, el concepto dominante de la salud fracciona al ser humano en tres planos: el biológico, el psicológico y el social. Sin embargo el privilegio social de la especialización ha hecho que la atención de la salud se enfoque tan solo a la condición biológica del ser humano, dejando de lado el aspecto social y el psicológico y olvidando completamente el aspecto espiritual de los pacientes. Perpetuándose este enfoque en la formación de los recursos humanos para la salud y sesgando la atención misma en salud, desde el plano que a los educadores compete. Este seria entonces el primer concepto practico de la educación en salud que necesariamente debe revisarse en el Departamento y la Facultad de Salud de la Universidad del Tolima para implementarse y desarrollarse; lo holistico de la naturaleza humana. El ser humano es un ser total, holistico, histórico y relacional y como tal se expresa en su grupo social. En función de estas características la atención en salud debería ser también holistica, total, histórica y contextual. Y para que esa atención de lo biológica pase a lo holistico, se debe sacudir las inercias de la formación del recurso humano, en nuestro caso el medico, y desmitificar entre otros por ejemplo los privilegios de la súper especialización que por si misma fracciona la percepción de la atención a los usuarios. Dicha especialización es más importante en los procesos de investigación que en los procesos de atención y promoción de la salud.8 ¿Cual seria entonces nuestro enfoque en el proyecto educativo institucional (PEI)? El de promotores y agentes educativos para un cambio, el de agentes propositivos a través de procesos de investigación o la combinación de estos a través de una praxis profesional integral capaz de leer la realidad poblacional desde lo holistico y practico. A la educación en salud pública, se le anteponen hoy obstáculos que quizás antes que aclarar, distorsionan la percepción de la realidad y de la operatividad; tales obstáculos son los llamados escenarios y ámbitos, tanto políticos, culturales, ideológicos, de valores, tradicionales, legales, economicos, organizacionales, medioambientales, etc., que fomentan la subjetiva percepción de la fenomenológica en salud pública. Y desde cada escenario de estos tradicionalmente debe abordarse esa particular percepción de la salud pública para construir la multidisciplinaridad basada en lo multifactorial. Se pregunta entonces; ¿La salud pública es en verdad solo una, en donde cada ámbito de la misma la carga de contenidos específicos sensibles a cada uno de sus intereses o mas bien es cada ámbito y escenario el que debe acomodarse a los preceptos generales de una salud pública para todos? A nivel operativo y practico, la educación en salud pública, requiere de un mayor desarrollo de la sensibilidad en el trato humanitario a los usuarios de los servicios, es decir que en el enfoque de la educación del recurso para la salud sea mayor el énfasis en el sector de capacitación para el desarrollo humano; como una inversión a mediano plazo para mejorar la calidad de la atención. Igualmente este esfuerzo debe dirigirse también hacia la formación gerencial de los mandos medios, que es una de las debilidades de nuestra administración de la atención primaria en salud que afecta la calidad de la atención a los usuarios. Debemos entonces acercar la educación médica a las nuevas corrientes administrativas que entre otros aspectos, sugieren un

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“aplanamiento” de las estructuras organizacionales dejando de lado los esquemas piramidales que favorecen la heterofilia. Constituyéndose aquí un segundo concepto practico a debatir, implementar y desarrollar en nuestra realidad pedagógica; el del desarrollo humano hacia la calidad de la atención, por sencilla y simple que fuere. Así halla sido medicalizada la salud pública; no podemos desconocer los éxitos obtenidos, que son hoy los mayores retos para la “nueva salud pública”, por ejemplo: se abatieron las tasas de enfermedades infecciosas y parasitarias y se incremento la esperanza de vida. Hoy, las enfermedades crónicodegenerativas, las enfermedades de la senectud, los canceres, los accidentes, las enfermedades emergentes y la violencia son los principales retos, y estos no son controlables bajo el actual modelo de atención primaria. Estos retos requieren de una mayor formación del recurso humano para la salud en las ciencias sociales, las ciencias del comportamiento, la investigación cualitativa y cuantitativa con enfoque al analisis estadístico multivariado. Es decir para la nueva salud pública un nuevo salubrista y un nuevo medico que proyecte una nueva sociedad. Se deduce entonces un tercer concepto práctico muy amplio; la incorporación de una sólida formación humanística y social para una praxis revindicadora en cierta forma del enfoque biomédico de la salud. Para continuar este enfoque epistemológico de la salud pública dentro de la formación medica; una vez definida la actividad científica y su orientacion, se debe abocar el estudio de sus articulaciones con los diferentes niveles de estructuración de la materia y de la cultura. Abordando los tres niveles de estructuración de la materia: el físico, el biótico, y el antropico; es decir recrear y pasear por las teorías cosmogeneticas; las teorías biogenéticas†; y las teorías antropogeneticas evolucionistas‡. El hombre es una síntesis de esas estructuras; las dos primeras constituyen el dominio de la realidad natural (la naturaleza), la tercera estructura, la antropológica, constituye, en cambio, el ámbito de lo cultural, lo psíquico y lo social, ampliado este conocimiento por las teorías psico y sociogeneticas. Así tenemos, por ejemplo, que el hombre es un ser en el cual los factores genéticos hereditarios pierden la función dominante a favor de los factores socioculturales; caracterizado fundamentalmente por el ser de la actividad; llámese trabajo, acción o praxis. Luego entonces no se debe, en la práctica pedagógica, abandonar la visión antropológica del hombre para dar paso a una visión positivista reductora y mecanizada de la fisiológica del ser humano, que constriñe y fracciona las posibilidades de acción en la práctica real. La separación entre la cultura socio-humanística y la cultura científicotecnológica en la formación profesional; produce efectos negativos que conducen en la realidad a insuficiencias de carácter en la formación de los profesionales para comprender la condición humana, el contexto social, y por tanto, su compromiso y la responsabilidad social.9 Que en nuestro contexto, el de la educación del factor y recurso humano en salud, no es otra cosa que la  † ‡

Como las de Biunikan, Hoyle Fred y Lemaitre Como las de Oparin y Darwin Como las de Engels y Marx

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primacía de la teoría y practica clinica sobre la proyección social que estamos anhelando. La actividad es para la cultura el fundamento, y se distingue en ella tres momentos constitutivos; llamados arbitrariamente como: materia prima, técnicas, y objeto. La actividad actúa sobre un sustrato para transformarlo, para producir un resultado agregando trabajo a la materia prima; en concordancia con procedimientos y procesos metodológicos específicos y con la ayuda de técnicas consecuentes. En la praxis podemos distinguir tres tipos de elementos o acciones: la praxis material, la praxis política y la praxis teórica. En cualquier tipo de actividad se encuentran los tres elementos constitutivos de la praxis, entendiendo que cualquiera de las tres actividades (material, política, teórica) como procesos de transformación de una materia prima dada, mediante unas metodologías dadas, en un objeto dado. El hombre actúa para responder a algo que esta experimentando y que podemos llamarlo en un amplio sentido como “necesidad”; sea esta primitiva o ruda (reflejos, signos, síntomas, semiones) o motivada socialmente (etiones, símbolos), que convierten al hombre mediante su actividad en un constructor de símbolos en la medida en que actúa transformadoramente en la naturaleza y la sociedad. Esta actividad simbolizadora del hombre es, en propiedad, la actividad teórica que se promueve a niveles cada vez más complejos y altos de simbolización. La actividad científica que venimos a estructurar y desarrollar para una futura praxis deberá cursar los niveles de simbolización manipulativos, técnicos, tecnológicos y científicos movidos en el territorio de lo fáctico. Cuatro niveles simbólicos que cada profesional de la salud, en su ciclo de pre-grado, debe alcanzar y acreditar sobre logros, competencias y habilidades evaluables. Pero otros niveles de simbolizaciones que no mueven actividades en el terreno de lo fáctico, que trascienden al campo de los imaginarios, de lo abstracto, de lo reflexivo, de la generalización y de la sistematización; es decir a un dominio de lo formal puro o de lo conceptual puro, en donde la actividad del hombre sigue funcionando para producir símbolos formales y conceptos; corresponden a la transformación que sobre los pro-medicos obra el cursar un proyecto educativo del nivel de la Medicina, siendo a la vez materia prima y producto transformado esperado para lo general y necesario en una atención primaria y de mediano nivel secundario. Relegando algunas practicas y saberes a niveles de especialización y post-grados; ¿en verdad la practica medica actual, desde el ámbito medico-legal, la accesibilidad geográfica y la organización de los servicios; permite un campo de acción valido para el medico que se forma en pre-grado? O ¿Una formación en tal sentido, interfiere, solapa y duplica la utilización de los pocos recursos disponibles en nuestras instituciones prestadoras de salud? En el campo de lo formal puro, como quinto nivel simbólico del hombre, el logro será producir síntesis superiores, estructuras a partir de sistemas y de diversas proposiciones sistémicas, es decir una actividad teórica cuya expresión lógica es la proposición estructural en donde la estructura se comporta como lo abstracto de los sistemas y los sistemas como lo concreto de

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las estructuras, en suma un nivel semejante a un modelo matemático. La ciencia, entonces, es el estudio de estructuras concretas, mientras que la matemática es el estudio de los sistemas en abstracto. La ciencia forma parte de lo fáctico, mientras que la matemática forma parte de lo formal, referido a objetos no fácticos. Quizás abordables a niveles de post-grado o en sucesivas actualizaciones formales. Existe un sexto nivel simbólico en el que la actividad teórica se ocupa de estructuras conceptuales, es decir, las relaciones entre conceptos. Este nivel es el nivel de la lógica, La lógica formal, desentendida de la verdad o validez factual, de la concordancia con los hechos, y que tiene su expresión en la proposición. Se convierte en un medio poderoso para el conocimiento de la estructura del pensamiento y su mecanismo es utilizado por las ciencias en general. No obstante, esta lógica se limita a las estructuras, prescindiendo del contenido de las ideas, lo que la hace una herramienta limitada por cuanto no tiene en cuenta el movimiento, sus formas, el desarrollo de las ideas, los procesos dialécticos de transformación, el criterio concreto, la verdad de los conceptos y las teorías. Totalmente opuesta a la Lógica concreta o dialéctica. En suma: aunque la matemática y la Lógica constituyen los niveles formales de la actividad del hombre; ¿A que niveles de actividad esta referido el factor y recurso humano que formamos? Adentrados ya en las formas de simbolización, tenemos otros niveles de actividad simbólica determinados por la historia, el método y la semiótica. El conocimiento, es producto de la actividad del hombre; y la historia permite explicar el complejo proceso del avance del conocimiento. La historia de la producción del conocimiento, como toda la historia, no es mecánica, lineal, sino dialéctica: con adelantos, desviaciones, retrocesos, rupturas, continuidad, discontinuidad, etc. Esa historia esta ligada a la Epistemología, o ciencia de la ciencia que estudia como es posible la ciencia; las leyes que rigen la formación de nuevas teorías, lo mismo que los procesos de transformación de conceptos y teorías, la historia del conocimiento y la epistemología juntas ayudan a organizar, planificar y racionalizar la actividad científica, además de permitir el prever y quizás controlar el desarrollo futuro de la ciencia y los ritmos óptimos de progreso, exigiendo la interdisciplinaridad (Epistemología francesa). Acercándonos a la ciencia desde la historia de la misma y desde la Epistemología es posible identificar el camino (método) adecuado de formación del conocimiento. Camino que es estudiado por la Epistemología, pero el método absoluto, deseo de idealistas y positivistas, no existe; por lo mismo no es posible sobre-valorar el método cuantitativo sobre el cualitativo, que manejan dos realidades distintas, y tampoco se puede abusar en el uso mecánico del método analógico. El instrumento de expresión del conocimiento es el símbolo; objeto de estudio de la semiótica o semiologia, con sus elementos o partes como la semántica. La sintáctica, etc. Sin embargo la realidad representada puede falsearse y así

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falseada ser expresada en símbolos, por lo que se hace necesario contar con la critica del significado del símbolo o Semiótica. Entendida la ciencia como actividad de producción de sistemas conceptuales o como teorías derivadas de la actividad, no podemos desconocer que existe una pluralidad de ciencias, específicas pero relacionadas y asociadas entre sí. Lo que hace necesario determinar una clasificación de esas ciencias en virtud de un fundamentación epistemológica para el énfasis de la educación y formación del recurso en salud y mas concretamente en la Medicina, con miras a comprender el lugar en el que nos paramos, los métodos a implementar y las técnicas apropiadas para una praxis inteligente, o al menos consciente y responsable, en Salud Pública.

2.2

EL PROBLEMA DE LA CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS:

A priori surge la necesidad de resumir enciclopédicamente, los resultados de los conocimientos humanos; los no –dialécticos con base en los principios de yuxtaposición o de coordinación, de lo simple a lo complejo, de lo general a lo particular, de lo abstracto a lo concreto y los dialécticos con base en el principio de subordinación, con puntos de vista en ambos casos marcadamente subjetivos. La historia privilegia la subjetividad predominando lo interpretativo lo que a su vez permitió un esquema inicial de ciencias de la naturaleza (física), ciencias de la sociedad (política, ética) y ciencias del pensamiento (filosofía y lógica). Mas tarde en la asociación de teoría y práctica afloró la clasificación de ciencias aplicadas y ciencias teóricas. Y apegados al principio de coordinación tanto Comte como Spencer, coinciden en su idealismo y marcar la corriente positivista, de Mijailovski, neokantianos, Mach, Avenarius, etc.† La clasificación de las ciencias en la actualidad debe atender a campos más estrechos de la realidad, con formas especificas y distintas unas de otras estructuralmente, cuyo objeto de investigación puede consistir de distintos aspectos, conexiones y formas del ser; que tienen relaciones entre si pero no son idénticos.



Ampliado por M. Foucault en su “El orden del discurso”.



Saint Simón interpreta un punto de vista más objetivo que atribuía correspondencia de las ciencias con el carácter específico de los fenómenos y de los objetos que estudia cada ciencia. †

Entre 1870 y 1950; la clasificación de las ciencias tiene dos vertientes opuestas: Una la del Idealismo subjetivo, formalista basado en la percepción del objeto por el sujeto; con exponentes como Windelban y Rickert (neokantianos), Mach, Pearson, Poincare, visto también en el llamado circulo o escuela de Viena. De otro lado, Engels, Marx, y Lenin en la vertiente opuesta; mantienen el principio de objetividad y el de desarrollo o subordinación en sus tesis sobre el desarrollo de toda materia en una sucesión lógica de niveles de organización estructural y de los procesos que históricamente dieron el conocimiento de la materia al hombre. Conlleva un método general para pasar de lo abstracto a lo concreto, de lo elemental a lo complejo, o de lo general a lo particular.

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2.3

¿PARA QUE LA EPISTEMOLOGÍA?

Si la ciencia, mediante la actividad científica humana construye sistemas conceptuales bien caracterizados, entonces la Epistemología estudia los procesos de construcción de esos sistemas y/o los sistemas conceptuales en su constitución misma. Es decir que a la Epistemología no le compete la tarea de la ciencia, le compete entonces el territorio de lo filosófico, de la filosofía misma, es decir del saber, en el dominio de las ciencias exactas y de las ciencias humanas, inseparable de todas ellas y consecuente con el principio de subordinación. Como filosofía es estudiosa de los principios fundamentales concebidos como una interpretación de la constitución fundamental del ser en los principios que operan como fundamentos, tanto los ontologicos como los lógicos. No puede la Epistemología instalarse cómodamente junto a la atareada ciencia, se aparta de su acción inmediata para cumplir con una función o un ejercicio de vigilancia. Vigilancia de los fundamentos mismos de la ciencia, vigila para que se den las articulaciones adecuadas de los sistemas y de las estructuras con los fundamentos, vigila los procedimientos, denuncia las contaminaciones ideológicas que alteren el trabajo y el producto de la ciencia, cuestiona sobre los posibles destinos del producto de la actividad de la ciencia, es decir asume una dimensión política; y en La salud y lo medico si que es relevante y vigente esta funcionalidad de la epistemología, mas aun cuando la tendencia de lo científico ha sido la de apropiarse del mundo.

3.

CONSIDERACIONES SOBRE ESTE DOCUMENTO PRELIMINAR:

Es claro que en esta primera etapa se restringe el documento a la parte epistemológica de la salud pública en la formación medica, quedando aun pendiente el desarrollo y analisis propositivo de los ejes ético y praxico para lograr un desarrollo académico del eje de salud pública de la llamada “nueva salud pública” con una perspectiva mas social que patogénica. Pero es igualmente claro que sin consolidar una base epistemológica, poco se puede avanzar hacia lo ético y lo practico. Dicho avance seria una practica por decir lo menos ciega. Por lo anterior les invito a enriquecer, ampliar y debatir este documento preliminar en lo epistemológico practico con base en la experiencia y la observación de los avances de la Facultad de Salud y el Programa de Medicina de la Universidad del Tolima. No hace falta ser un filosofo pertinaz para respondernos preguntas como ¿Cual es la filosofía, la teoría en salud pública, el paradigma o al menos el enfoque enfático del eje de salud pública en la formación del medico egresado de la Universidad del Tolima? y en consecuencia ¿Cuales las habilidades y cuales las competencias que el proyecto educativo del programa de medicina, su plan de estudios y el contenido curricular deben implementar en sus docentes, catedráticos y estudiantes?

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La construccion de una base Epistemológica para el Eje de Salud Pública en el programa de Medicina ofrecido por la Universidad del Tolima, no puede ser producto diferente al de una concertación de sus profesores titulares, asistentes o ayudantes, profesores catedráticos, personal directivo y administrativo, exalumnos y estudiantes.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS: 1

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Habermans, J. Teoría de la acción comunicativa, nuevos aportes y reflexiones. Barcelona 457 pp. (1998) Nuestro breve siglo. Nexos (21):248: 39-44 pp. 5

Santillana-Macedo M, A,. El discreto encanto de la epistemología: ¿Construiremos y/o descubriremos el conocimiento de la salud pública? Revista Higiene smsp, 2003; 5(1): p 74-77. 6

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Chalmers, A,F,. What is this thing called science? Open University Press, 2nd edition, 1982. pp. 119

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