Análisis morfosintáctico de un párrafo de \"El polizón de <<Ulises>>\".

June 16, 2017 | Autor: Gabriel Servín López | Categoría: Morfosintaxis Del Español
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Descripción



Ana María Matute, "El polizón de ", en Todos mis cuentos. Debolsillo, España, 2010, p. 8.

Vid. la siguiente liga: http://castellanoactual.com/palabras-compuestas-unidas-con-guion/
"Sólo" no se clasifica como palabra grave por llevar tilde en la penúltima sílaba. "Sólo" tiene una tilde diacrítica, y con independencia de ella, da lo mismo si el párrafo dictase "solo", pues la sílaba tónica sigue siendo "so".
Nicolina Altieri Fernández, Manual de Morfosintaxis. BUAP, Puebla, 1995, p. 15.
Esta "la" no funge como artículo sino como pronombre. Esto se verá más fondo en la cuarta unidad. Por lo pronto, si "la" artículo y "la" pronombre concuerdan en una sola clasificación, se le pondrá un "*" a la derecha del pronombre.
Cfr. La conjugación completa del verbo "amar" en el Diccionario de la Real Academia Española: http://buscon.rae.es/drae/srv/search?id=f9iYgCeetVcRjQ1FAuZq
Altieri Fernández, op cit., p. 16.
Supra. p. 146 p.


Análisis morfosintáctico de un párrafo literario
Introducción
La morfología estudia la forma de las palabras. La sintaxis estudia el orden lógico de las palabras en una oración. Por lo tanto, la morfosintaxis (forma y orden) parte de la relación de los morfemas de las palabras con el lugar que ocupan en una oración y, basados en la concordancia, cuáles elementos quedan bien con otros.
Para que haya una comunicación efectiva, correcta y fluida, la lengua dispone de un conjunto de reglas, al que se le llama norma. La violación de estas reglas desemboca en una problemática de entendimiento entre quienes se comunican día a día. La consecuencia de estos anacolutos es la equívoca interpretación de un mensaje.
Se tiene en consideración que la lengua es evolutiva, orgánica y libre, hasta cierto punto. Por tales motivos, existen numerosas excepciones a la norma que tergiversan gradualmente la praxis lingüística. El entusiasmo es excesivo cuando se afirma la posibilidad de una lengua estática. Por ello, se plantea la siguiente pregunta: ¿Acaso existe una razón para atenerse a la norma de una lengua ante todas las irregularidades que se suscitan con frecuencia?
Un estudio sincrónico nos permite reconocer la riqueza de la lengua en el contexto actual sin ahondar en detalles obtusos de lo fue o lo que pudo ser. Dicho lo anterior, se realizará un análisis morfosintáctico de un párrafo corto, no sólo a manera de trabajo académico, sino también para reconocer la importancia de la norma en la lengua.
El párrafo será analizado desde cuatro unidades, que a su vez, se dividirán en subtemas con el motivo de hacer el análisis más completo. Sin más preámbulos, éste es el párrafo que se someterá al análisis morfosintáctico:
Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes. Jericó fue a por las llaves, y descorrió el gran pasador de la puerta. Cuando Juana la abrió, sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa. Jericó y Juana se miraron, asombrados. Pero nadie, excepto los grillos, contestó. En aquel momento, Juana señaló al suelo: allí había una gran cesta, con tapadera. Juana levantó la cesta. Pesaba bastante.
El párrafo se expondrá cuantas veces sea necesario a lo largo del trabajo para señalar los detalles que se consideren pertinentes. Además, las tablas serán de utilidad, pues con ellas, se compactará organizadamente la información extraída del texto analizado.
I. Acentuación
En esta unidad del trabajo se revisarán los conceptos básicos para la correcta acentuación de las palabras. La acentuación no es sólo para escribir una palabra con buena ortografía, sino para pronunciarla correctamente. A diferencia de lo que piensa la mayoría, todas las palabras tienen acento. Por supuesto, en la expresión escrita, existen determinadas grafías y reglas que determinan la pronunciación de la palabra.
Hiatos y diptongos
En el español hay cinco vocales. Tres de éstas son fuertes, mientras que las restantes son débiles. Las vocales fuertes son "a", "e", "o". Las vocales débiles son "i", "u". Por otra parte, la sílaba es la cantidad de fonemas que se pueden emitir de un solo golpe. Las sílabas no pueden dividirse como al hablante le plazca, sino que hay reglas básicas para dividir una palabra en sílabas, y de esto depende saber la intensidad con la que se debe pronunciar determinada sílaba de una palabra. Ejemplos de esto: "ga/to", "pe/rro", "ni/ño", etc. Hay palabras que tienen dos vocales seguidas. Si se encuentra una vocal débil y una vocal fuerte, o bien, dos vocales débiles, se presenta un diptongo, en el que las dos vocales forman una sílaba. En cambio, dos vocales fuertes forman parte de diferente sílaba. A esto se le llama hiato. A continuación se presenta una tabla con la clasificación de palabras por hiatos y diptongos.
Hiatos.
No se encontraron hiatos.
Diptongos.
Abuelo, Bisabuelo, fue, descorrió, puerta, Cuando, Juana, abrió, nadie, suelo.
La nula cantidad de hiatos es contrastante con la cantidad de diptongos que se hallaron. Es evidente que, con independencia de la condición de doble vocal que requiere la formación del diptongo, se forman sílabas de cuatro fonemas, que son la unidad mínima de sonido en una palabra. En el caso de los hiatos, es meramente imposible.
La marca del hiato y del diptongo, así como la separación de sílabas, sirven como base para revisar los siguientes temas de acentuación. Algunas palabras que se clasificaron en la tabla de diptongos tienen una marca que será explicada en la unidad.
Clasificación de las palabras por su cantidad de sílabas
Se dividirán todas las palabras del texto en sílabas. Después, se clasificarán las palabras de acuerdo a la cantidad de sílabas que tengan. Para ello, hay que servirse de cuatro clasificaciones: monosílabos (palabras que constan de una sílaba), bisílabos (de dos sílabas), trisílabos (de tres sílabas) y los polisílabos (de cuatro o más sílabas). Se evocará el párrafo que se está estudiando y se efectuará la división. Para marcar la separación de sílabas, la acotación será una diagonal (/). Después de contabilizar las sílabas
En/tre/tan/to, so/bre el gran so/fá de la sa/la, los re/tra/tos del Pa/dre, del A/bue/lo y del Gran Bi/sa/bue/lo son/re/ían ba/jo sus ri/za/dos bi/go/tes. Je/ri/có fue a por las lla/ves, y des/co/rrió el gran pa/sa/dor de la puer/ta. Cuan/do Jua/na la a/brió, só/lo la bri/sa, el per/fu/me de ma/yo y el cri/cri de las ma/ri/po/sas can/to/ras, en/tra/ron en la ca/sa. Je/ri/có y Jua/na se mi/ra/ron, a/som/bra/dos. Pe/ro nadie, ex/cep/to los gri/llos, con/tes/tó. En a/quel mo/men/to, Jua/na se/ña/ló al sue/lo: a/llí ha/bí/a u/na gran ces/ta, con ta/pa/de/ra. Jua/na le/van/tó la ces/ta. Pe/sa/ba bas/tan/te.
Monosílabos.
el, gran, de, la, los, del, y, sus, fue, a, por, las, en, se, al, con.
Bisílabos.
sobre, sofá, sala, Padre, bajo, llaves, puerta, Cuando, Juana, abrió, sólo, brisa, mayo, cri-cri, casa, Pero, nadie, grillos, aquel, suelo, allí, una, cesta.
Trisílabos.
retratos, Abuelo, rizados, bigotes, Jericó, descorrió, pasador, perfume, cantoras, entraron, miraron, excepto, contestó, momento, señaló, había, levantó, Pesaba, bastante.
Polisílabos.
Entretanto, sonreían, Bisabuelo, mariposas, asombrados, tapadera.

Mayor parte de los monosílabos consiste en preposiciones y artículos, por lo que se omitieron las repeticiones que se dan en el párrafo y no se incluyen en la tabla para no caer en la redundancia. Hay una palabra en el texto que llama mucho la atención, y es "cri-cri"; aunque es un significante de la idea del sonido que emiten los grillos, no es una palabra que está dentro de la norma. Suscitaron dudas acerca de si se debía contar como una única palabra. Tomando en cuenta que hay palabras compuestas unidas por un guion corto, se optó por tomarla tal cual y separarla en dos sílabas.
Tipos de acento
Antes de iniciar, es pertinente aclarar que el acento y la tilde no son lo mismo. El acento se halla en todas las palabras, puesto que determina la fuerza y el tono con la que pronunciarán. En cambio, la tilde es la marca gráfica que se le da, en ciertos casos, a una vocal de una sílaba de una palabra para indicar que se pronunciará con más intensidad que las demás.
Existen, básicamente, tres tipos de acentos, aunque se añadirá, como caso especial, otro a la clasificación. Uno de ellos, es el acento ortográfico, que consiste en aquel que se representa a través de una marca llamada tilde. Se tilda en ciertas condiciones. Otro tipo de acento es el acento prosódico, que no se tilda pero está presente en la sílaba tónica. El acento diacrítico sí se tilda pero no corresponde a las reglas de acentuación del español, pues sirve para diferenciar palabras que se escriben igual pero significan otra cosa. Las palabras monosílabas no se tildan, pero su brevedad las vuelve susceptibles a palabras homógrafas, por lo que el acento diacrítico es necesario para combatir tales ambigüedades. Esto es importante de remarcar para no confundir en la siguiente clasificación a las palabras con acento ortográfico, que lo tienen porque así lo dicta la ortografía, con las palabras que se tildan para no confundirlas por otras. Hay otras palabras que tienen sílabas con rompimiento de diptongo, que también rompen las reglas de acentuación establecidas.
Acento ortográfico.
sofá, Jericó, descorrió, abrió, contestó, señaló, allí, levantó.
Acento prosódico.
Entretanto, sobre, el, gran, de, la, sala, los, retratos, del, Padre, Abuelo, y, Gran, Bisabuelo, bajo, sus, rizados, bigotes, fue, a, por, las, llaves, pasador, de, puerta, Cuando, Juana, brisa, perfume, mayo, cri, mariposas, cantoras, entraron, en, casa, se, miraron, asombrados, Pero, nadie, excepto, grillos, aquel, momento, al, suelo, una, cesta, con, tapadera, pesaba, bastante.
Acento diacrítico (diferenciador o enfático).
sólo.
Acento por rompimiento de diptongo.
sonreían, había.
Ya se habían mencionado los tres tipos de acentos, y si bien se podían incluir las palabras "sonreían" y "había" en el apartado de los acentos gráficos, se tomó a consideración el hecho de que las palabras con acento diacrítico no entran en la categoría de los ortográficos porque a su acento le corresponde otra función. En el caso de los acentos por rompimiento de diptongo, la tilde funciona, precisamente, para marcar un fonema que en el habla se pronuncia con intensidad, aunque en realidad no siga fielmente las reglas actuales de la acentuación en el español.
Clasificación de las palabras por la posición de su sílaba tónica
Todas las palabras tienen una sílaba cuya pronunciación siempre es más intensa. El nombre de ésta es la sílaba tónica, mientras que las sílabas restantes, no tan intensas, se llaman sílabas átonas. Siguiendo un ordenamiento inverso, la palabra "patibulario", por ejemplo, se divide en cinco sílabas. "Pa/ti/bu/la/rio". En este caso, la sílaba tónica se encuentra en "la", que es la penúltima sílaba. La palabra "pantagruélico" se divide "pan/ta/grué/li/co", y la sílaba tónica se encuentra en "grué" (muy evidente a causa de la tilde), por lo tanto, en la antepenúltima sílaba. La posición de la sílaba tónica, ya sea en la última, penúltima, antepenúltima o la tras antepenúltima sílaba, determina si una palabra es aguda, grave, esdrújula o sobresdrújula, y esto a su vez, da las pautas para seguir las reglas de acentuación de forma correcta.
Básicamente, si la sílaba tónica se encuentra la última sílaba, estamos ante una palabra aguda u oxítona (los monosílabos no entran en esta ni en ninguna categoría, contrario a la creencia popular). Si la sílaba tónica es la penúltima, se presenta una palabra grave, llana o paroxítona. Si las sílabas tónicas se encuentran en la antepenúltima o tras antepenúltima sílaba, se habla de una palabra esdrújula o sobreesdrújula, respectivamente. Con base en estas categorías, las reglas de acentuación del español pueden entenderse con suma facilidad. A manera de paráfrasis, son las siguientes:
Las palabras monosílabas no llevan tilde.
Las palabras agudas llevan tilde cuando terminan en "n", "s" o vocal.
Las palabras graves llevan tilde cuando no terminan en "n", "s" o vocal.
Las palabras esdrújulas y sobreesdrújulas siempre llevan tilde.
Gracias a estas simples reglas, se puede no sólo determinar qué palabras llevan o no la tilde. También se crea la consciencia de cómo leer en voz alta, correctamente, una palabra. No obstante, se tienen que tomar en consideración las excepciones a la regla, como el caso de los acentos diacríticos o los rompimientos del diptongo (al momento de categorizar las palabras por su sílaba tónica, los rompimientos del diptongo no tienen excepción alguna y se clasificarán donde corresponda). En todo caso, sólo se tiene que hacer la relación de la lengua hablada y la lengua escrita, para no perderse.
Sin más preámbulos, se desplegará la tabla en la que se categorizarán las palabras del párrafo sujeto al análisis por su sílaba tónica. Se hace la remembranza de la omisión de las palabras repetidas del texto.
Agudas (oxítonas).
Sofá, Jericó, descorrió, pasador, abrió, contestó, aquel, señaló, allí, levantó.
Llanas o graves (paroxítonas).
Entretanto, sobre, sala, retratos, Padre, Abuelo, Bisabuelo, sonreían, bajo, rizados, bigotes, llaves, puerta, Cuando, Juana, sólo, brisa, perfume, mayo, mariposas, cantoras, entraron, casa, miraron, asombrados, Pero, nadie, excepto, grillos, suelo, había, una, cesta, tapadera, Pesaba, bastante.
Esdrújulas (proparoxítonas).
No se encontraron esdrújulas.
Sobreesdrújulas.
No se encontraron sobreesdrújulas.
Hay diez palabras agudas, siete de las cuales son verbos en pasado simple. Ello no debe causar extrañeza, puesto que la voz narrativa del párrafo refiere los hechos como pasados. Ninguna de las palabras clasificadas como graves tienen acento ortográfico según las reglas básicas de acentuación del español ("sonreían", "sólo" y "había" son casos especiales). No se encontraron esdrújulas ni sobreesdrújulas, aunque estas últimas son limitadas en cualquier caso.
La pronunciación correcta de las palabras depende en gran medida de la identificación de la sílaba tónica. Equivocarse al pronunciar una palabra por no tomar en cuenta en qué parte se debe aplicar mayor intensidad no sólo es desagradable, sino que puede ser causa de malinterpretaciones. No es lo mismo decir "papá" a "papa". Y ésta es una de las tantas malas interpretaciones causadas por el desinterés que se le da a la norma lingüística. Por lo pronto, se habla sólo de la cuestión fonológica de la palabra aislada.
II. Morfología
La morfología, en palabras de Nicolina Altieri, "…estudia las diferentes formas que pueden adquirir [las palabras] para representar las categorías gramaticales y establece los medios que el idioma emplea para enriquecer su léxico formando nuevas palabras a base de las ya existentes". En este apartado, pues, se volverá a estudiar a la palabra aislada, pero no se harán divisiones fonológicas para su análisis, sino que se enfocará en la forma. ¿Y qué es la forma? Para mayor entendimiento, es conveniente poner en práctica un ejemplo sencillo. Tomando como referencia la palabra "padre", la instrucción es recordar palabras que compartan una forma e idea similares. Digamos que, por sentido común, se piensa en "padrino" y en "padrastro". Se observa que estas palabras tienen una parte común, que es "padr-". A partir de esa parte de la palabra se pueden descubrir infinidad de palabras con diferentes definiciones pero que parten de la misma idea. Dada una noción de la morfología, se procede a explicar algunos términos esenciales para entender el análisis morfológico del párrafo.
Morfemas léxicos, flexivos y derivativos
El monema es la unidad más pequeña e indivisible en cuanto a la estructura formal de la palabra. Por ejemplo, "padr-" no puede descomponerse en partes aún más pequeñas, pues los monemas tienen su propio significado. Hay tres tipos de monemas: los lexemas (también llamados morfemas raíz o morfemas lexicales), morfemas derivativos y morfemas flexivos, unidades básicas de la morfología que cobrarán mucha importancia en la creación de oraciones.
El lexema es la raíz de la palabra que lleva el significado principal. Los morfemas derivativos modifican el significado de dicho lexema. A éstos también se les puede llamar afijos, y de ellos se desglosan los prefijos, que se colocan antes del lexema, y los sufijos, que se colocan después del lexema. También los infijos e interfijos se clasifican como afijos. Los interfijos añaden un sonido entre dos morfemas, como en la palabra "cumpleaños"; la "-e-" es el interfijo, pues de otra manera, sin él, la palabra sería "cumplaños". Los infijos se insertan en las palabras en diminutivo como el morfema "-it-", Los morfemas flexivos, por otro lado, cambian a las palabras gramaticalmente y siempre van al final, incluso después que los sufijos. En los morfemas flexivos hay desinencias y gramemas. Las desinencias marcan el género, número y tiempo de una palabra, específicamente del verbo, y ello da como resultado la conjugación verbal, de la que se hablará en la siguiente unidad. Los gramemas marcan el género (gramema de género) y el número (gramema de número). Las palabras sin un género definido tienen un gramema cero.
Morfemas dependientes e independientes
Los morfemas dependientes son aquellos que tienen que unirse con otro morfema para formar una palabra con sentido. Por otro lado, los morfemas independientes son aquellos que no requieren de otro morfema porque son palabras por sí mismos. Son morfemas independientes los artículos, las preposiciones, las conjunciones, algunos pronombres y algunos adverbios. Sabiendo esto, se podrá delimitar el análisis morfológico del texto, para dar mayor enfoque a las palabras cuyos lexemas sí dependen de otros morfemas.
Semema, alomorfo, familia léxica y campo semántico
Acerca de otros términos complementarios, el semema es el significado que se le da a los morfemas. Luego, dependiendo de la construcción de una palabra, los monemas pueden sufrir cambios ligeros que no modifican su carga semántica. Por ejemplo, retomando el lexema de "padre", que es "padr-", sufre cambios en la palabra "patriarca". Sin embargo, bien se ve cómo conserva su sentido original. A este cambio, que se da por cuestiones ortográficas, fonológicas o contextuales, se le llama alomorfo. Al conjunto de palabras que comparten el mismo lexema, con todo y los alomorfos que pudiera tener, se le da el nombre de familia léxica, mientras que al conjunto de lexemas que son completamente desiguales pero que comparten el mismo semema se le conoce como campo semántico.
Clasificación de palabras por su morfología
Todas las palabras tienen una manera de composición dependiendo de qué tipo de morfemas se unen. Hay cuatro clasificaciones, que son las palabras simples, derivadas, compuestas y parasintéticas. Las palabras simples o primitivas son aquellas a las que se les puede agregar un prefijo o un sufijo, y el resultado de ello son las palabras derivadas. Las palabras compuestas son aquellas en las que se unen dos lexemas, y las parasintéticas añaden un morfema derivativo a la unión de los dos lexemas.
Se presentará una tabla vertical en la que se plasmarán las palabras por su clasificación, además de estar divididas por un guion corto (-) y una indicación entre paréntesis de lo que es cada morfema separado si pertinente explicarlo.
Simples.
Sofá, Padr-e, sal-a, abuel-o, llave-s, puert-a, Juan-a, bris-a, perfum-e, may-o, maripos-a-s, cas-a, grill-o-s, suel-o, cest-a, tapa-der-a.
Derivada.
Retrat-o-s, bis-abuel-o, riz-ad-o-s, bigot-e-s, pasa-dor, sól-o, cant-or-a-s, asombr-ados,
Compuesta.
Entre-tanto, cri-cri,
Parasintética.


División de morfemas
A continuación se procederá a analizar las palabras compuestas por morfemas independientes. Se utilizarán tres tablas verticales. Una para verbos, otra para un verbo que queda suelto, pues es el único que tiene un prefijo, y la otra para el resto de las palabras, con razón de no suscitar confusiones con los gramemas y las desinencias.
Lexema.
Desinencia.
Sonr-
-eían.
Abr-
-ió.
Entr-
-aron.
Mir-
-aron.
Contest-
-ó.
Señal-
-ó.
Hab-
-ía.
Levant-
-ó.

Prefijo.
Lexema.
Desinencia.
Des-
-corr-
-ió.

III. Clases de palabras
Las primeras dos unidades del trabajo se enfocaron en la cuestión de la palabra aislada. El trabajo se acerca gradualmente a la parte cumbre que es la de la oración, la gramática pura. Pero antes, se tienen que clasificar las palabras en categorías gramaticales, si son variables o invariables, cuáles son los núcleos, modificadores y verbos y los tipos de frases. Primero se hará un repaso de todas las categorías gramaticales.
Categorías gramaticales
En el español existen ocho categorías gramaticales, que son sustantivos, adjetivos, artículos, preposiciones, conjunciones, verbos, adverbios y pronombres. Cabe destacar que absolutamente todas las palabras que existen en el español recaen en una de estas ocho categorías.
El sustantivo es la palabra en la que se incluyen personas, cosas o animales. También se incluyen los nombres propios. El adjetivo le da una cualidad al sustantivo, modificándolo. Hay distintos tipos de adjetivos, entre los cuales están los calificativos, numerales, demostrativos, posesivos e indefinidos. Los artículos también modifican al sustantivo, pero van antes de éste, y tienen concordancia en género y número con el mismo. Se clasifican en artículos definidos e indefinidos, y clara es la distinción, pues no es lo mismo hablar de "la mujer" a "una mujer". Se sugieren dos cosas distintas. Las preposiciones sirven para subordinar palabras y frases, pudiendo funcionar como adverbio o adjetivo (por ejemplo, "los años dorados" con una preposición queda como "los años de oro", y aunque la estructura cambió gracias a la preposición, "oro" sigue teniendo la misma función que "dorados"). Las conjunciones unen palabras y frases. Los adverbios son modificadores del verbo, palabras que cumplen con dar información adicional, y es por esta razón que son muy numerosos. Los pronombres cumplen la misma función de los sustantivos, pero son menos precisos y se entregan más a la ambigüedad, siendo mejor entendidos con un contexto de por medio. Principalmente se manejan cuatro pronombres, que son los personales, demostrativos, indefinidos y relativos.
Vistas las ocho categorías gramaticales, a continuación se plasmará una tabla en la que se clasificarán cada una de las palabras del texto. Como antes, se omite en la medida de lo posible la redundancia.
Sustantivo.
sofá, sala, retratos, Padre, Abuelo, Bisabuelo, bigotes, Jericó, llaves, pasador, puerta, Juana, brisa, perfume, mayo, cri-cri, mariposas, casa, grillos, momento, suelo, cesta, tapadera.
Adjetivos.
Adjetivos calificativos.
gran, rizados, cantoras, asombrados.

Adjetivos numerales.
No se encontraron adjetivos numerales.

Adjetivos demostrativos.
aquel.

Adjetivos posesivos.
sus.

Adjetivos indefinidos.
No se encontraron adjetivos indefinidos.
Preposiciones.
sobre, de, bajo, a, por, excepto, en, con.
Artículos.
Artículos definidos.
el, la, los, las.

Artículos indefinidos.
una.
Conjunciones.
y, pero.


Verbos.
Verbos conjugados.
sonreían, fue, descorrió, abrió, entraron, miraron, contestó, señaló, había, levantó, pesaba.

Verbos no conjugados (verboides).
No se encontraron verbos no conjugados.
Adverbios.
Entretanto, Cuando, sólo, allí, bastante.



Pronombres.
Pronombres personales.
la, se.

Pronombres demostrativos.
No se encontraron pronombres demostrativos.

Pronombres indefinidos.
No se encontraron pronombres indefinidos.

Pronombres relativos.
No se encontraron pronombres relativos.
La mayor parte de los sustantivos tienen un artículo o una preposición detrás de ellos. Las excepciones notables son los nombres propios. Hubo problemas para ubicar la palabra "excepto" pero se decidió colocar en la parte de las preposiciones debido a que no modifica ningún verbo, por lo tanto, no es adverbio; tampoco se agregó en la categoría de los adjetivos porque no existen los adjetivos de exclusión. Además, el "excepto" como preposición concuerda con el primer comentario de esta aclaración. No se encontró ápice de verboide, considerando la naturaleza narrativa del párrafo bajo análisis.
Forma: Clases morfológicas
En la segunda unidad se vio que los morfemas podían cambiar el sentido de las palabras. Hablando especialmente de los morfemas flexivos, los gramemas y las desinencias hacen a las palabras variables o invariables. Las palabras variables son aquellas que pueden cambiar de género y número. Las invariables, por lo tanto, son las que se quedan estáticas; que no tienen la necesidad de concordar con otras palabras salvo en la misma correspondencia de un orden entendible. Se tabularán las dos clases morfológicas.



Variables
sofá, sala, retratos, Padre, Abuelo, Bisabuelo, bigotes, llaves, pasador, puerta, Juana, brisa, perfume, mayo, cri-cri, mariposas, casa, grillos, momento, suelo, cesta, tapadera, rizados, cantoras, asombrados, Jericó, aquel, sus, el, la, los, las, una, sonreían, fue, descorrió, abrió, entraron, miraron, contestó, señaló, había, levantó, pesaba, la*.
Invariables
sobre, de, bajo, a, por, excepto, en, con, y, pero, se.
En la tabla se puede ver que todos los sustantivos, adjetivos, artículos y verbos resultaron variables, pues los gramemas y desinencias permiten el cambio. Suscitó una duda respecto a los nombres personajes, "Juana" y "Jericó". En el caso de "Juana", al fin y al cabo tiene un gramema de género, que si es retirado, queda el nombre de "Juan". "Jericó", sin embargo, fue un problema difícil. Para empezar, posee un gramema cero. Por otra parte, si se le agregase un gramema de número, quedaría, por ejemplo, "tres Jericós". Pero, considerando la naturaleza literaria del párrafo extraído, se decidió dejar como una palabra variable. Y es importante mencionar que no sólo en el habla cotidiana se hacen cambios en la lengua, puesto que la literatura se hace de la violación de la norma para refrescar el panorama literario. El pronombre personal "se" de este párrafo es muy interesante, pues por sí solo no puede variar. Pero otros pronombres personales sí que pueden. La cuestión es que el pronombre "se" es relevante en la cuarta unidad del análisis.
Función: Núcleos, modificadores y nexos.
La función de las palabras es más extrínseca. En este apartado, las palabras se relacionan unas con otras para determinar su función, pues unas afectan otras, y esta querella entre palabras es mediada por otras que existen para unir. En realidad, el ejercicio bastante simple, pues no se maneja la oración. Primero que nada, los sustantivos, verbos y pronombres personales, indefinidos y demostrativos siempre serán núcleos. Los adjetivos, adverbios, artículos y los pronombres personales, indefinidos, demostrativos y los relativos en el caso de "cuál" y "quién" serán modificadores de los núcleos.
Un ejemplo sencillo bastará para seguir adelante con el análisis. "Ese Juan y esa Juana mataron un gato". El "ese" y el "esa", ambos adjetivos demostrativos de forma variable, tienen la función de modificar a sus núcleos, que son los sustantivos. "Mataron" es un verbo, núcleo por lo tanto, y "un", que es un artículo, modifica al "gato". Entre "Juan" y "esa" hay una "y" que funge como nexo, uniendo al primer sustantivo con el artículo del segundo sustantivo.
Núcleos


sofá, sala, retratos, Padre, Abuelo, Bisabuelo, bigotes, llaves, pasador, puerta, Juana, brisa, perfume, mayo, cri-cri, mariposas, casa, grillos, momento, suelo, cesta, tapadera, rizados, cantoras, asombrados, Jericó, aquel, sonreían, fue, descorrió, abrió, entraron, miraron, contestó, señaló, había, levantó, pesaba, la*.
Modificadores
sobre, de, bajo, a, por, excepto, en, con, se, sus, el, la, los, las, una,
Nexos
y, pero.
Esta tabla no tiene muchas diferencias de la tabla de clases morfológicas en cuanto al contenido, claro está. Existe, pues, cierta concordancia entre la forma y función de las palabras. Se complementan. Todo se resume a una cuestión de concordancia entre los elementos de una oración.
Verbos
Los verbos pueden estar clasificados por su forma. Están los conjugados, que tienen desinencia, y los no conjugados, que también son llamados verboides o verbos impersonales. Estos tienen un sufijo. Los verbos infinitivos tienen tres conjugaciones: -ar, -er, -ir; los gerundios terminan en –ando y –endo, y por último, los participios, que terminan en –ado e –ido. Aquellos verbos que corresponden a la primera conjugación optan la terminación –ando del gerundio e –ado del participio. Aquellos verbos que corresponden a la segunda y tercera conjugación tendrán la terminación –endo del gerundio y el –ido del participio.
Los verbos también pueden estar clasificados por su morfología, desglosándose en regulares e irregulares. Los regulares son aquellos que mantienen el lexema íntegro. Los irregulares presentan alomorfos en sus morfemas lexicales, morfemas derivativos y hasta en los morfemas flexivos al momento de aplicarles la conjugación en cualquier tiempo.
Verbos conjugados
En la parte de las desinencias, existen diecisiete formas de conjugar un verbo. Los verbos se conjugan con base en tres modos: el indicativo, subjuntivo e imperativo, con diez, seis y un tiempos respectivamente. Los tiempos en el modo indicativo son el presente, pasado simple, futuro, copretérito y pospretérito, abarcando un conjunto de tiempos que se denominan tiempos simples. Los cinco tiempos restantes son los llamados tiempos compuestos, y son el antepresente, antepasado, antefuturo, antecopretérito y antepospretérito. En el modo subjuntivo, por parte de los tiempos simples, están el tiempo presente, pasado y futuro; por parte del tiempo compuesto está el antepresente, antepasado y antefuturo. La diferencia más remarcable entre los tiempos simples y los tiempos compuestos radica en que los últimos se ven acompañados de un auxiliar, que es el verbo haber, y que es el que se conjuga, mientras que el otro verbo se queda en participio. Hay seis personas: yo, tú, él/ella, nosotros, ustedes, ellos/ellas, y por lo tanto, un singular y un plural. A continuación se identificarán todos los verbos que hay en el texto y se determinará su modo, persona, número y tiempo.
Verbo.
Conjugación.
Sonreían.
Modo indicativo, tercera persona del plural, copretérito.
Fue.
Modo indicativo, tercera persona del singular, pasado simple.
Descorrió.
Modo indicativo, tercera persona del singular, pasado simple.
Abrió.
Modo indicativo, tercera persona del singular, pasado simple.
Entraron.
Modo indicativo, tercera persona del plural, pasado simple.
Miraron.
Modo indicativo, tercera persona del plural, pasado simple.
Asombrados.
Participio (funge como adjetivo).
Contestó.
Modo indicativo, tercera persona del singular, pasado simple.
Señaló.
Modo indicativo, tercera persona del singular, pasado simple.
Había.
Modo indicativo, tercera persona del singular, copretérito.
Levantó.
Modo indicativo, tercera persona del singular, pasado simple.
Pesaba.
Modo indicativo, tercera persona del singular, copretérito.
Todos los verbos encontrados se conjugan en la tercera persona y en pasado simple o copretérito, debido a la voz narrativa del cuento, como se ha reiterado en varias ocasiones. La posibilidad del cambio de voz, por ejemplo, en un diálogo, podría hacer presente una conjugación distinta, pero no es el caso.
Las frases por su forma y su función
En una escala de niveles, la frase o el sintagma es la unidad que en conjunto con otras frases, conformará la oración. Es, entonces, en palabras simples, el segmento de palabras que contienen, como eje central, una categoría gramatical que la rige y le da sentido. Hay seis tipos de frases. Una es la frase nominal o sustantiva, que contiene un sustantivo (valga la redundancia) acompañado quizá de un artículo y un adjetivo cualquiera. La frase preposicional empieza siempre por una preposición. Estas frases, por forma, son preposicionales, pero pueden funcionar de dos formas: como frase adjetiva, si modifica al sustantivo o a la frase nominal o sustantiva, o bien, como frase adverbial, si modifica al verbo o a la frase verbal. La frase adverbial siempre empieza por un adverbio. A la frase pronominal sólo le basta el pronombre sin ningún modificador. La frase adjetiva que consiste solamente en adjetivos calificativos y por último está la frase verbal, compuesta por verbos, incluidos el auxiliar verbal "haber". Se desplegará la tabla con los sintagmas del párrafo analizado, el tipo de frase y, en caso de haber frases preposicionales, se indicará cuál su función y a qué modifica. Para evitar confusiones se utilizarán plecas (") a los lados de cada frase.
Frases nominales o sustantivas.
"los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo" "Jericó" "el gran pasador" "Juana" "la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri" "Jericó y Juana" "los grillos" "una gran cesta" "la cesta".
Frases pronominales.
"la" "se" "nadie".
Frases adjetivas.
"asombrados".
Frases verbales.
"sonreían" "fue" "descorrió" "abrió" "entraron" "miraron" "contestó" "señaló" "había" "levantó" "pesaba".
Frases adverbiales.
"Entretanto" "sólo" "excepto" "allí" "bastante".
Frases preposicionales.
"sobre el gran sofá" (como frase adverbial. Modifica a "sonreían"). "de la sala" (como frase adjetiva. Modifica a "sobre el gran sofá"). "bajo sus rizados bigotes." (como frase adverbial. Modifica a "sonreían"). "a por las llaves" (como frase adverbial. Modifica a "fue"). "de la puerta." (como frase adjetiva. Modifica a "el gran pasador"). "Cuando" (como frase adverbial. Modifica a "abrió"). "de las mariposas cantoras" (como frase adjetiva. Modifica a "el cri-cri"). "en la casa" (como frase adverbial. Modifica a "entraron"). "En aquel momento" (como frase adverbial. Modifica a "señaló"). "al suelo" (como frase adverbial. Modifica a "señaló"). "con tapadera" (como frase adjetiva. Modifica a "una gran cesta"). "bastante" (como frase adverbial. Modifica a "pesaba").
Todas las frases preposicionales modifican a una frase sustantiva o a una frase verbal. Cuando eso ocurre, a las frases preposicionales se les adjudica la función de modificadores indirectos, pues no modifican directamente al sustantivo o al verbo, como normalmente lo haría un artículo, un adjetivo o un adverbio. Cuando una preposición de halla dentro de una frase nominal o sustantiva, también modifica indirectamente al núcleo.
Y así termina la tercera unidad, que es la parte previa del punto culmine de la morfosintaxis, refiriéndose a la oración y sus partes. Con el conocimiento que se tiene acerca de los sintagmas, se identificarán con facilidad las frases verbales, muy importantes para el estudio del sujeto.
IV. La oración
Según las palabras de Altieri, la oración es "la unidad fundamental de la gramática". Y vaya que es fundamental. La oración por sí sola expresa ideas completas, claras y sistematizadas. Únicamente con frases no se puede expresar algo correctamente. La estructura básica de la oración consiste en sujeto + predicado (verbo + objeto directo + objeto indirecto + complementos circunstanciales). Se verán con detenimiento las partes oracionales, resaltándolas del texto de "El polizón de ".
Sujeto y predicado
Las unidades más generales de la oración son el sujeto y el predicado. En términos simples, el sujeto es quien hace la acción que yace en el predicado (al verbo, de hecho, se le llama núcleo del predicado). Como ya se vio en el párrafo anterior, el predicado consta de más cosas, pero ello se verá con más detenimiento en lo que sigue. Se citará nuevamente el párrafo del cuento, pero se separarán las oraciones del corpus. El sujeto se sombreará y predicado irá subrayado. Por el momento se señalará lo que esté a simple vista.
Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes.
Jericó fue a por las llaves […]
Cuando Juana la abrió, sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa.
Jericó y Juana se miraron, asombrados.
[…] nadie, excepto los grillos, contestó.
En aquel momento, Juana señaló al suelo…
Juana levantó la cesta.
Se omiten partes del texto porque es en estas oraciones donde se vuelve evidente que hay un sujeto y que hay un predicado. Las partes que se omitieron aparentemente no tienen sujeto, y es precisamente el tema que se tratará a continuación.
Tipos de sujetos
Hay dos tipos de sujetos. El sujeto que está explícito en la oración y aparece tal cual que es fácil identificarlo. Se sabe que está explícito porque aparece por medio de una frase nominal o sustantiva, o en una frase pronominal. No obstante, hay casos donde el sujeto está implícito, es decir, que está ahí pero no se ve. Esto se da porque en la frase verbal, la desinencia permite hacer obvio que ahí hay un sujeto. Si una oración dijera "corren con mucho entusiasmo", la desinencia "-en" da por hecho que el sujeto es en plural y que seguramente está en segunda o tercera persona. Al sujeto que está explícito tiene otros nombres: sujeto escrito, sujeto léxico y sujeto fonológico. El sujeto que está implícito se llama también: tácito, morfológico, elidido y no fonológico. Tomando las oraciones desaparecidas del párrafo anterior, se ejemplificará el sujeto implícito, subrayando la desinencia del verbo.
…descorrió el gran pasador de la puerta. Sujeto en tercera persona del singular.
Pesaba bastante. Sujeto en tercera persona del singular.
Por eso es tan importante saber de morfología y aplicarla en la gramática general. El ignorar estos fundamentos significaría pasar por alto muchos mensajes donde el sujeto aparentemente está escondido pero no lo está, pues se expresa a sí mismo en la frase verbal.
Sujeto simple y compuesto
El sujeto simple es aquel que tiene un núcleo, es decir, una sola frase nominal o sustantiva o una frase pronominal. El sujeto compuesto es aquel que tiene dos o más núcleos de los tipos de frases ya citados. Se seguirá puntualizando el texto pero se incluirán todas las frases. Se subrayará el sujeto simple y se sombreará el sujeto compuesto.
Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes.
Jericó fue a por las llaves…
…descorrió el gran pasador de la puerta. Sujeto implícito. Sujeto simple.
Cuando Juana la abrió, sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa.
Jericó y Juana se miraron, asombrados.
…nadie, excepto los grillos, contestó.
En aquel momento, Juana señaló al suelo…
Juana levantó la cesta.
Pesaba bastante. Sujeto implícito. Sujeto simple.
En primera instancia se creería que en la primera oración hay un sujeto compuesto. Pero el hecho es que sólo está hablándose de los retratos en general. Lo hace en plural, pero sería otra situación si se refiere a "el retrato del Padre, el retrato del Abuelo, el retrato del Bisabuelo…".
Núcleos y modificadores
Como se venía observando en las clases de palabras, los artículos y los adjetivos, así como las preposiciones, sirven para modificar a la frase nominal o sustantiva. Se tomarán dos de las oraciones del párrafo, pues una con sujeto simple y otra con sujeto compuesto y que además tienen modificadores, pues las demás tienen sujetos implícitos, no tienen artículos ni adjetivos. Se marcarán con flechas qué modifica a qué.
Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes.
Cuando Juana la abrió, sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa.
Se puede observar como en un solo sujeto se pueden encontrar varias marcas de los modificadores directos e indirectos que se vieron en clases de palabras, aplicadas a la gramática pura de las oraciones.
Aposición y vocativo
La aposición es un complemento que se separa entre comas (no comillas) dentro de la oración, y otorga una aclaración del sujeto por medio de una frase nominal o sustantiva. Por ejemplo, "Gabriel, estudiante de literatura, convive con sus alumnos". El vocativo no tiene participación alguna dentro de la estructura de la frase, pues no modifica ninguno de sus componentes. Hay que recordar que el vocativo es esto: "Gabriel, ven acá". En palabras más simples, el vocativo es una llamada.
No se encontraron aposiciones ni vocativos en el párrafo. Estos últimos quizá sean más comunes de encontrar en diálogos de personajes o en un narrador, de los que parece el párrafo que se está analizando.
Frase verbal
La frase verbal es completamente necesaria para determinar correctamente todos los elementos que siguen de la oración. Hay que recordar que la frase verbal es, en sí, el núcleo del predicado, y puede no sólo incluir un verbo si no dos, tres o hasta cuatro si la frase está bien construida. Ahora se subrayarán las frases verbales de las oraciones del párrafo.
Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes.
Jericó fue a por las llaves…
…descorrió el gran pasador de la puerta.
Cuando Juana la abrió, sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa.
Jericó y Juana se miraron, asombrados.
…nadie, excepto los grillos, contestó.
En aquel momento, Juana señaló al suelo…
…allí había una gran cesta, con tapadera.
Juana levantó la cesta.
Pesaba bastante.
Es común en muchos de los ejercicios de identificación de miembros de la oración, que lo primero que se mande identificar sea la frase verbal, incluso antes que el sujeto, pues con base en ella, de un revoltijo de frases nominales o sustantivas que haya en una oración se puede remarcar la verdadera.
Auxiliares y verboides
Cuando se conjuga un verbo en tiempos compuestos, el verbo que se está conjugando se ve acompañado de un auxiliar, que es el verbo "haber", y el verbo que se conjuga pasa a ser un participio. Sin embargo, se está consciente de que el verbo principal es el que se volvió participio. El verbo "haber" siempre es el auxiliar cuando se trata de conjugación verbal. En otros casos, el verbo auxiliar puede ser cualquiera. En "vine corriendo", "vine" es el verbo auxiliar, mientras que la carga semántica se encuentra en el participio "corriendo". En el párrafo sujeto a análisis no se encuentran verbos acompañados de auxiliares, sólo frases verbales con su único verbo principal.
Objeto directo e indirecto
El objeto directo es el "qué" donde recae la acción del verbo. Es, en todo el sentido de la palabra, un objeto, aunque también puede responder a "quién". Por ejemplo, "yo compré un tablero de ajedrez", es respuesta "¿qué jugué?". Se puede decir que el objeto directo a fuerza debe ser una frase nominal o sustantiva. Por otro lado, el objeto indirecto responde al beneficiario del objeto directo, respondiendo a una pregunta preposicional "¿para quién?" o "¿a quién?" ("a" como beneficiario de la acción). Citando el ejemplo anterior, si se le añade un objeto indirecto, queda como "yo compré un tablero de ajedrez para mi mejor amigo". En las siguientes oraciones se encontraron objetos directos
…descorrió el gran pasador de la puerta. ¿Qué descorrió?
…allí había una gran cesta, con tapadera. ¿Qué había?
Juana levantó la cesta. ¿Qué levantó?
No se encontraron objetos indirectos en el párrafo. Aunque la presencia de un objeto indirecto no garantiza la del objeto directo, bien se ve que hay verbos que no asimilan el complemento directo porque gramaticalmente se ve anómalo. Por ejemplo "descorrió el gran pasador de la puerta Juana".
Complementos pronominales
En la parte de la oración "Cuando Juana la abrió", dentro del contexto del párrafo se sabe que "la" es un pronombre que designa a "la puerta" del párrafo anterior. Tomándola como si fuese una frase independiente, "la" fungiría como objeto directo, pues respondería a "¿qué abrió?". Como complementos pronominales en cuanto objeto directo están "me", "te", "le", "nos" y "les", y del objeto indirecto "me, "te", "lo", "la"; "nos", "los" y "las". Por ejemplo, "yo te (objeto indirecto) lo (objeto directo) entregué. Por ello, en el momento de realizar un análisis, no se deben pasar por alto los pronombres de este tipo. En la oración "Juana y Jericó se miraron, asombrados", el pronombre "se" tiene otro tipo de construcción, que se verá en tipos de verbos.
Complementos circunstanciales
Parte del predicado de la oración que da información acerca del tiempo, lugar, modo, etcétera. Para diferenciar los complementos circunstanciales se debe plantear "¿qué es lo que se está preguntando?", porque los complementos circunstanciales son una especie de chisme que se inmiscuye en la oración. Los hay de muchos tipos, pero los principales son: complemento circunstancial de lugar (¿dónde?), complemento circunstancial de tiempo (¿cuándo?), complemento circunstancial de modo (¿cómo?), complemento circunstancial instrumental (¿con qué?), complemento circunstancial de compañía (¿con quién?), complemento circunstancial de causa (¿por qué?), complemento circunstancial final (¿para qué?), complemento circunstancial de suplemento (¿-preposición- qué/quién?), entre otros que responden cuestiones muy específicas acerca del verbo, como si hay una imposibilidad en determinada acción (complemento circunstancial de concesión) o cuando se excluye algo (complemento circunstancial de exclusión).
A continuación se señalarán todos los complementos circunstanciales sombreándolos, y en una tabla de doble entrada se determinarán los tipos de complementos circunstanciales que les corresponde.
Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes.
Jericó fue a por las llaves…
Cuando Juana la abrió, sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa.
Jericó y Juana se miraron, asombrados.
…nadie, excepto los grillos, contestó.
En aquel momento, Juana señaló al suelo…
…allí había una gran cesta, con tapadera.
Pesaba bastante.
Complemento circunstancial
Tipo de complemento circunstancial
"Entretanto…".
Complemento circunstancial de tiempo.
"…sobre el gran sofá de la sala…".
Complemento circunstancial de lugar.
"…bajo sus rizados bigotes.".
Complemento circunstancial de modo.
"…a por las llaves…".
Complemento circunstancial de suplemento.
"Cuando Juana la abrió…".
Complemento circunstancial de tiempo.
"…asombrados.".
Complemento circunstancial de modo.
"…excepto los grillos…".
Complemento circunstancial de exclusión.
"En aquel momento…".
Complemento circunstancial de tiempo.
"…con tapadera.".
Complemento circunstancial instrumental.
"bastante.".
Complemento circunstancial de modo.
Se puede observar que los complementos circunstanciales son muy ricos y diversos. Muchos creadores saturan sus oraciones con complementos circunstanciales de modo. Matute habla de que la cesta "con tapadera", o por cómo se asomaban las sonrisas de los personajes ilustres de los retratos.
Tipos de verbos
Hay siete tipos de versos: verbos copulativos, transitivos, bitransitivos, intransitivos, reflexivos, recíprocos, cuasirreflejos y unipersonales o impersonales. Los verbos copulativos se delimitan a los verbos ser y estar (en sus formas conjugadas, de igual manera), que son correspondidos por un atributo, que es una frase adjetiva. Por ejemplo, "la mujer es bella". Los verbos transitivos lo son cuando la oración presenta un objeto directo. Los verbos bitransitivos tienen tanto un objeto directo como un objeto indirecto. Los verbos intransitivos no tienen objeto directo, aun cuando tenga un objeto indirecto. Los verbos reflexivos se dan cuando la acción recae en el mismo sujeto, por lo que se le atribuye bastante a cuestiones del cuidado personal. El verbo requiere del pronombre personal "se" para funcionar. "Él se baña", "él se peina", "él se maquilla", etc. Los verbos recíprocos se hacen también del pronombre personal "se", pero esta vez el verbo requiere que la acción sea mutua entre los participantes del sujeto, por ejemplo "Ellos se abrazaron". Los verbos cuasirreflejos (casi reflexivos) utilizan el pronombre "se", y la manera más útil para identificarlo es reflexionar acerca de si el verbo supone algún esfuerzo por parte del sujeto. Cuando se dice que "alguien se cayó", es poco probable que ese alguien se haya tomado entre sus brazos y se haya tirado al suelo. Los verbos unipersonales o impersonales son aquellos que no presentan un sujeto, ni siquiera implícito. Es muy común escuchar estos verbos en aseveraciones climatológicas, como "ayer granizó" (¿quién granizó?), o en los cuentos que inician con "había una vez".
Se estructurará una tabla de doble entrada, una con las y su verbo sombreado, y otra con el tipo de verbo que se maneja. Aunque la frase "Cuando Juana la abrió" es parte de una oración, se clasificará de igual manera el verbo que ahí se encuentra, con una pequeña aclaración.
Oración con su verbo sombreado.
Tipo de verbo.
"Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos […] sonreían bajo sus rizados bigotes.".
Intransitivo. No presenta objeto directo ni indirecto, pero sí posee complementos circunstanciales.
"Jericó fue a por las llaves…".
Intransitivo. No se confunda con "fue", pasado simple de la tercera persona del singular del verbo "es".
"…descorrió el gran pasador de la puerta.".
Transitivo. "…el gran pasador de la puerta" es el objeto directo.
"Cuando Juana la abrió…".
Transitivo. "la" corresponde a un objeto directo.
"…sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa."
Intransitivo. No tiene un objeto directo. De hecho, es anormal preguntar "¿qué entraron?".
"Jericó y Juana se miraron, asombrados".
Recíproco. Hay una participación por parte de los dos núcleos del sujeto.
"Pero nadie, excepto los grillos, contestó".
Intransitivo. Se añade una información con el complemento circunstancial de exclusión.
En aquel momento, Juana señaló al suelo…".
Intransitivo. La presencia de la preposición "a" lo convierte en un complemento circunstancial de suplemento.
"…allí había una gran cesta, con tapadera.".
Unipersonal o impersonal. No hay sujeto. Presenta un objeto directo, pero no tiene un referente.
"Juana levantó la cesta.".
Transitivo. "…la cesta" es el objeto directo.
"Pesaba bastante.".
Intransitivo. El verbo se ve acompañado de un complemento circunstancial de modo.
La mayoría de los verbos identificados son verbos transitivos o intransitivos. Como se había dicho anteriormente, Ana María Matute tiene una escritura rica en complementos circunstanciales.
Clíticos
Los clíticos son palabras que se pronuncian junto a la palabra, estén antes o después. Hay dos tipos de clíticos, que son los proclíticos y los enclíticos. Los proclíticos se encuentran detrás de la palabra y van separados. Los enclíticos van después de la palabra, pero se adhieren. Los clíticos pueden ser pronombres, artículos, preposiciones o títulos como "San", "Santo", etc.
A continuación se citará por complemento el párrafo bajo análisis, subrayando los clíticos y señalando con flechas la palabra que está después o antes. Estará implícito que si las flechas se dirigen a la izquierda se trata de enclíticos. Si están a la derecha, de proclíticos.
Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes. Jericó fue a por las llaves, y descorrió el gran pasador de la puerta. Cuando Juana la abrió, sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa. Jericó y Juana se miraron, asombrados. Pero nadie, excepto los grillos, contestó. En aquel momento, Juana señaló al suelo: allí había una gran cesta, con tapadera. Juana levantó la cesta. Pesaba bastante.
No se encontraron enclíticos. En el caso de los "gran" subrayados, se aplicó la regla de "San Juan", "Santo Tomás", etc. "Gran" es el apócope de "grande". Como apócope se puede colocar detrás de la oración y convertirse en proclítico.
Deícticos
Los deícticos son aquellas partes de la oración que sólo pueden ser entendidas si se tiene un referente. Los deícticos se clasifican en anafóricos, cuando el referente se halla atrás del deíctico, y catafóricos, cuando se encuentra después. Los deícticos también son personales, locativos y temporales. Los deícticos pueden ser adjetivos posesivos y demostrativos, adverbios y pronombres personales.
Se volverá a citar el párrafo analizado y se subrayarán los deícticos, y debajo de ello, en forma de tabla, y luego, a manera de lista, se dirá cuál es su referencia.
Entretanto, sobre el gran sofá de la sala, los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes. Jericó fue a por las llaves, y descorrió el gran pasador de la puerta. Cuando Juana la abrió, sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras, entraron en la casa. Jericó y Juana se miraron, asombrados. Pero nadie, excepto los grillos, contestó. En aquel momento, Juana señaló al suelo: allí había una gran cesta, con tapadera. Juana levantó la cesta. Pesaba bastante.
"Sus", que es adjetivo posesivo, se refiere a "sus rizados bigotes". Por lo tanto, es un deíctico catafórico, personal.
"La", que es pronombre personal, se refiere a "la puerta". Por lo tanto, es un deíctico anafórico, personal.
"Se", que es un pronombre personal, se refiere a "Jericó y Juana". Por lo tanto, es un deíctico anafórico, personal.
"Aquel", que es un adjetivo demostrativo, se refiere a "Juana señaló al suelo". Por lo tanto, es un deíctico catafórico, personal.
"Allí", que es un adverbio de lugar, se refiere a "al suelo". Por lo tanto, es un deíctico anafórico, locativo.
Hipérbaton
El hipérbaton es la desorganización de la estructura básica de la oración. Se tratará de organizar las oraciones del cuento, quitando las comas y lo que importune, para hacer una oración organizada según la regla básica.
Entretanto los retratos del Padre, del Abuelo y del Gran Bisabuelo sonreían bajo sus rizados bigotes sobre el gran sofá de la sala.
Jericó fue a por las llaves…
…descorrió el gran pasador de la puerta.
Sólo la brisa, el perfume de mayo y el cri-cri de las mariposas cantoras entraron en la casa cuando Juana la abrió,
Jericó y Juana se miraron asombrados.
…nadie contestó, excepto los grillos.
Juana señaló al suelo en aquel momento.
…allí había una gran cesta con tapadera.
Juana levantó la cesta.
Pesaba bastante.
No todas las oraciones estaban desorganizadas. Si mucho, por el estilo literario, se encontraban algunas revueltas, pero separadas por comas.
Voz activa y pasiva
La voz activa se refiere cuando hay un agente, que es el sujeto, y un paciente, que es el objeto directo. Cuando se busca cambiar a voz pasiva, al verbo se le añade un auxiliar del tipo "es".
En todas las oraciones con objeto directo se encuentra un caso de voz activa.














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