Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino. Discusión de las estrategias metodológicas y las interpretaciones en el marco de los estudios regionales

Share Embed


Descripción

199

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino. Discusión de las estrategias metodológicas y las interpretaciones en el marco de los estudios regionales Pablo Cahiza1 y María José Ots2

La forma en que las sociedades usan el espacio natural, y cómo se apropian de él y lo transforman es un fenómeno que ha interesado a los científicos sociales desde hace mucho tiempo. La construcción de cartografías sobre las apropiaciones y transformaciones humanas del paisaje, el crecimiento demográfico, las redes de comercio y las fronteras, entre otras temáticas, atrajeron desde sus inicios la atención de la Arqueología. Las metodologías espaciales introducidas por el procesualismo y el desarrollo tecnológico de la informática dieron en las últimas décadas el impulso a proyectos abocados al estudio de distribuciones espaciales (Anchuetz et al. 2001). Ya hemos expresado anteriormente (Cahiza y Ots 2005) nuestro punto de vista respecto a que las relaciones y distribuciones espaciales entre artefactos y otros rasgos, y elementos naturales del paisaje, proveen una posibilidad para la explicación de procesos en torno a la organización social y económica de las sociedades que lo produjeron. En ese sentido, las continuidades y los cambios en los patrones de esas espacialidades probablemente señalen algún nivel de persistencias o transformaciones en diferentes procesos tales como Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)/ Instituto de Arqueología y Etnología, FFyL, Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), pcahiza@mendo1

za-conicet.gob.ar. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)/ Instituto de Arqueología y Etnología, FFyL, Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), mjots@mendo2

za-conicet.gob.ar. Distribución espacial en sociedades no aldeanas: del registro arqueológico a la interpretación social. 2014, pp. 199-219. F. Falabella, L. Sanhueza, L. Cornejo, I. Correa (editores). Serie Monográfica de la Sociedad Chilena de Arqueología Nº4

200 | Pablo Cahiza y María José Ots

intensificación productiva, jerarquización social, y crecimiento demográfico, entre otros (Barton et al. 1999; Binford 1992; Dunnell y Dancey 1983). Las dinámicas sociales y sus relaciones de interacción con el ambiente varían a través del espacio y además a diferentes escalas –unidades domésticas, comunitarias, regionales o incluso estatales-. Las dinámicas espaciales son el reflejo de los procesos históricos de apropiación y transformación del paisaje en la interrelación hombre-naturaleza; entonces, son observables en el registro arqueológico en, por lo menos, una doble escala: regional (macro) y locacional (micro). En esta presentación nos detendremos en el análisis de la escala macro, aunque al tiempo de las discusiones y conclusiones retomaremos datos locacionales para apoyar ideas generales sobre el uso del espacio de las comunidades del Centro-oeste Argentino -COA-. Si bien no pretendemos desarrollar en forma integral los resultados sobre los procesos regionales, sino más bien discutir procedimientos metodológicos y las explicaciones surgidas a partir de ellas. Nuestros objetivos generales de investigación apuntan a identificar las dinámicas socioeconómicas de las sociedades de pequeña escala del Centro Oeste Argentino y a explicar los procesos locales de uso y ocupación del espacio, profundizando el análisis de las estrategias económicas, tanto de su componente productor –agrícola y/o ganadero- como extractivo -cazador-recolector-. Nuestros objetivos pueden sintetizarse en el estudio del grado de dispersión o agregación de las poblaciones prehispánicas, la intensidad de uso de los diferentes parches ecológicos, la relación entre sociedades y ambiente, y las continuidades y cambios de los patrones de asentamiento en una perspectiva diacrónica. Salvo algunos esfuerzos aislados, recién a partir de la década de 1990 comenzaron a realizarse en el COA (Figura 1) los primeros proyectos de investigación en los cuales los trabajos de prospección adquirirán un rol tan importante como el de la excavación (Cahiza 2003; Cahiza y Ots 2005; Chiavazza 2001, 2009; Ots 2007a y b). Hasta ese momento la arqueología regional tenía una escala de acercamiento a nivel de sitio, siendo excepciones el trabajo de Bárcena (1979) sobre el camino del inca e infraestructura asociada y el de Durán y García (1989) sobre la estructura de recursos del norte de Mendoza. Con la incorporación de investigaciones de escala regional se empezaron a explorar otras problemáticas espaciales.

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

201

Figura 1. Localización de las regiones de estudio en el Centro-oeste argentino: 1 Piedemonte oriental de la Precordillera y Complejo lacustre de Guanacache (San Juan y Mendoza); 2 Cuenca del río de Las Tunas (Valle de Uco, Mendoza) y 3 Curso inferior del río Tunuyán.

202 | Pablo Cahiza y María José Ots

El Centro Oeste Argentino: ambiente y ocupación humana El relieve es un rasgo netamente predominante en el paisaje natural del Centro-oeste Argentino. Se puede categorizar el territorio de Mendoza y San Juan en tres dominios morfoclimáticos y biogeográficos: 1- Las montañas en el oeste (Cordillera de los Andes y Precordillera de La Rioja, San Juan y Mendoza), en el centro (Sierra Pie de Palo) y noreste (Sierra de Valle Fértil y La Huerta); 2- Las planicies y depresiones en el centro y este; y 3- las mesetas y volcanes de la Payunia, en el sur de Mendoza (Roig 1972). La pendiente general del área es Oeste-Este con altitudes sobre el nivel del mar que van desde más de 6000 msm en la Cordillera hasta los 500m en la cuenca del Bermejo-Desaguadero y llanos de La Rioja. A su vez, esto se ve reflejado en el recorrido de los principales ríos del área –Jáchal, San Juan, Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel-, que se originan en el deshielo de glaciares cordilleranos. El clima árido y semiárido, y el predominio de la provincia fitográfica del monte en la mayor parte del área y de la del chaco árido en una pequeña franja oriental, permiten caracterizar la región. De esta geografía regional, seleccionamos áreas discretas en tres sectores, en espacios con recursos diferenciados: en el sur de San Juan y norte de Mendoza el área de estudio abarca el sector de piedemonte y lagunas -“tierras bajas”-; en tanto que en el centro de Mendoza seleccionamos la cuenca del río de las Tunas en la Cordillera y piedemonte del Valle de Uco y la cuenca inferior del río Tunuyán en la llanura de la travesía. El primer sector está integrado por el piedemonte precordillerano y las Lagunas de Guanacache. El sector está drenado por cauces permanentes (el río del Agua y los arroyos Cieneguita, Salado y Sonadero) que surcan suelos aptos para la explotación agrícola conocidos como “barreales”, sedimentos depositados por el río del Agua luego de atravesar el cordón Pedernal-Los Berros. La vegetación natural del área es xerófila, con algarrobos (Prosopis sp.) en los cauces o depresiones. En el Valle de Uco, uno de los oasis más ricos del centro de Mendoza, seleccionamos el área de la cuenca del río de las Tunas, afluente del río Tunuyán. El paisaje cordillerano en este sector se caracteriza por vertientes, aguadas y arroyos permanentes, suelos muy húmedos, “vegas” y abundante vegetación (principalmente Adesmia). En el piedemonte confluyen cursos permanentes que nacen en la Cordillera y arroyos que nacen en la depresión alimentados por aguas subterráneas. La vegetación con mayor representación es Larrea divaricata y Piptochaetium napostaense. El sector pedemontano se presenta como un glacis cubierto por una espesa capa de materiales que desciende hasta los 1200-800 msm, con limos de orígenes aluviales y tectónicos que forman suelos aptos para agricultura.

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

203

La llanura se extiende hacia el este a partir de 700-400 msm. En este sector, las áreas de estudio seleccionadas corresponden a las cuencas inferiores de los ríos Mendoza y San Juan en el complejo lacustre de Guanacache; y Tunuyán en el centro de Mendoza. Se caracteriza por el paisaje desértico, eólico, con grandes cadenas de médanos cubiertos por la vegetación característica de la “Provincia Fitogeográfica del Monte” (Prosopis flexuosa, Larrea divaricata, Atriplex lampa). En la actualidad, el caudal de los ríos Mendoza y Tunuyán disminuye considerablemente en la llanura por el aprovechamiento de sus aguas para riego en el piedemonte (Roig 1972). Ésos sectores de piedemonte de la Precordillera y parte de las depresiones centrales fueron elegidos y transformados por la ocupación humana, especialmente por las comunidades de productores y durante su integración a las fronteras del Tawantinsuyu. Ya en tiempos históricos, la continuidad ocupacional fue mantenida por el imperio español, que dio asiento a las ciudades de Mendoza y San Juan en esos espacios; más tarde, a partir de ellas se configurarán los oasis productivos que caracterizan al área. En cuanto a las comunidades que poblaron la región, el esfuerzo por integrar las sociedades del COA en categorías universales de organización social (en general evolutivas) o económicas (modos de vida cazador-recolector y agricultor) ha dado por resultado la insatisfacción de los investigadores locales por tales definiciones. Entre las décadas de 1950 y 1970 se construyeron modelos culturalistas desde la arqueología basados en las asociaciones tipológicas de materiales, especialmente cerámicos. Esto condujo a la definición de las “culturas” de Agrelo (Canals Frau 1956) y Viluco (Lagiglia 1976) en Mendoza y a las de Ansilta, Calingasta, (“fase cultural”) Punta del Barro y Angualasto (Gambier 2000) en San Juan. Estas categorizaciones incluían también la idea de saltos evolutivos veloces desde economías cazadoras recolectoras a agricultoras y nociones explicativas difusionistas del cambio social (Lagiglia 1976; Gambier 2000). A partir de mediados de las décadas de 1980 y 1990 aparecieron modelos funcionales que intentaron explicar los desarrollos de estas sociedades desde otros paradigmas. Abraham de Vázquez y Prieto (1981) introdujeron en la región un enfoque ecológico cultural aplicado a la ocupación de las Lagunas de Guanacache en el NE de Mendoza. En este periodo se comienza a utilizar la categoría Formativo para describir a las sociedades productoras (Durán y Figueroa 1999; Bárcena 2001; Cahiza 2003).También en esta época comienzan a aparecer interpretaciones que rompen un poco este marco dualista de cazadores recolectores y agricultores, como los de Mónica Parisii (desde la etnohistoria) y Cahiza (desde la arqueología), que proponen la presencia de economías mixtas para las tierras bajas de Mendoza y San Juan y su complementación con

204 | Pablo Cahiza y María José Ots

sectores productivos del piedemonte (Parisii 1994, 1995; Cahiza 2003; García y Cahiza 2007); en tanto que Chiavazza y Maferra (2007), y Gil y Neme (Gil et al 2006, 2010 entre otros), desde distintas posiciones discutirán el papel de la agricultura en el desarrollo de las comunidades Huarpes al momento de la llegada de los españoles al COA. Por otra parte, desde hace un corto tiempo hemos comenzado reflexionar sobre las ventajas de utilizar la categorización de sociedades de pequeña escala para las comunidades prehispánicas tardías del Centro oeste argentino. Su definición incluye de una manera laxa a grupos que están compuestos desde varios cientos a varios miles de personas en tamaño y caracterizado por una organización política relativamente descentralizada (Spielman 2002). Desde una perspectiva analítica, no deben ser consideradas como entidades sociales “simples”, sino más bien como un conjunto jerarquizado de varias entidades, con capacidad de estructuración modular; de tamaño óptimo para desempeñar algún papel decisivo particular, ya sea la reproducción, la optimización de subsistencia o alguna otra función (Roscoe 2009:105).

Metodología Uno de los principales problemas metodológicos al que nos enfrentamos al comienzo de nuestras investigaciones fue que los proxy desarrollados por la disciplina estaban orientados a sociedades cazadoras-recolectoras o a productoras con arquitectura residencial y productiva no perecedera. La configuración general del registro arqueológico de las sociedades de pequeña escala en el COA está constituida por concentraciones superficiales artefactuales, especialmente restos cerámicos y líticos, y escasos rasgos o estructuras, entre los que se pueden destacar estructuras de combustión denominadas “hornillos”. En este sentido, la magnitud del registro arqueológico de las áreas analizadas del COA, especialmente del conjunto cerámico, ya de por sí fragmentario, contado en miles de tiestos, o en gramos y rara vez en número mínimo de vasijas (Cahiza 2003; Ots 2007a) introduce variables difíciles de manejar –especialmente en relación a la recuperación de los datos- con las técnicas desarrolladas para conjuntos cuantitativamente menores de cazadores-recolectores. Por otro lado, la posibilidad de analizar locacionalmente estructuras habitacionales se reducen, en el norte de Mendoza, a sólo dos casos conocidos (Canals Frau 1956; Cortegoso 2006) y, en San Juan, se concentran en el norte de la provincia (Gambier 2000). Es en este contexto que seleccionamos vías analíticas que relacionan locaciones categorizadas en base a la superficie de dispersión, con los ambientes

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

205

de ocupación, buscando establecer patrones, lo cual proponemos como una posibilidad metodológica para analizar sociedades de pequeña escala con economías diversificadas según esos ambientes caracterizados por la estrategia productiva de baja intensidad en el piedemonte cordillerano y precordillerano y extractiva en las tierras bajas de Guanacache y Tunuyán inferior. La metodología de recolección de datos que seleccionamos articuló prospección pedestre de transectas, relevamiento -ubicación y planimetría- de los sectores del paisaje que presentaran materiales arqueológicos, recolecciones sistemáticas y excavaciones de muestreo y control. Un ordenamiento cronológico preliminar de los componentes se realizó mediante la comparación tecnotipológica de los materiales con los de otros sectores de la región, contrastado luego con fechados radiocarbónicos y por termoluminiscencia obtenidos en un muestreo de sitios (Cahiza 2003; Cahiza y Ots 2005; Ots 2007 a y b; Cahiza y Ots 2010; Ots et. al 2011). Para los últimos 1500 años, aproximadamente, hemos identificado una serie de patrones en la ocupación del espacio, que, en general, asociamos a dos momentos dentro del periodo formativo o agroalfarero regional: Temprano - Medio (siglos V-XIV) y Tardío (siglos XV-XVII). Estos análisis espaciales de los patrones de ocupación están asociados a los estudios de distribuciones de puntos y adquirieron relevancia en los trabajos geográficos a fines de los años ‘50 y principios de los ’60, cuando se adoptaron técnicas diseñadas en Ecología. La arqueología no escapó a esa tendencia, y un poco más tarde incorporó fuertemente el análisis estadístico de la espacialidad del registro arqueológico que se vio revolucionado con el surgimiento de los Sistemas de Información Geográfica a fines de los ‘90 (Wheatley y Gillings 2002:6-8; Kvamme 2006:2-3). Desde una perspectiva muy amplia, los métodos utilizados para el análisis de distribuciones de puntos pueden ser clasificados en dos: los que se apoyan en las distancias entre puntos y los que están basados en la frecuencia de puntos dentro de una grilla o de subáreas del área de estudio (Hodder y Orton 1990). Los análisis espaciales pueden ser caracterizados también, dependiendo de sus propiedades, en análisis de primer y segundo orden. Los de primer orden describen el patrón de los valores esperados de los procesos a través del espacio, en tanto que los de segundo orden describen la covariación o correlación entre valores de procesos de distintas variables en el espacio. Mientras los fenómenos de primer orden tienden a dar resultados en términos de intensidad, los de segundo lo hacen enfocándose en las relaciones entre variables. Para el análisis de los fenómenos de primer orden en el Centro-oeste argentino utilizaremos el Kernel Density Estimates y la Interpolación de Ponderación de Distancias Inversas (IDW), y para los de segundo orden el

206 | Pablo Cahiza y María José Ots

Local Density Analysis. El desarrollo de los aspectos teóricos de las técnicas analíticas empleadas será desarrollado al mismo tiempo que los resultados de su aplicación, de manera que sea apreciada la relevancia de los métodos empleados.

Análisis y resultados Fenómenos de primer orden La muestra total de locaciones arqueológicas fue de 128, de las cuales 50 fueron clasificadas como “lugares de hallazgo aislado” y 78 como “concentraciones”. Los análisis que presentamos aquí se realizaron con la muestra “concentraciones” del Piedemonte oriental de la Precordillera (n=38), lagunas de Guanacache (n=5); Valle de Uco -río Las Tunas- (n=11), río Tunuyán inferior (n=24). En la figura 2 hemos representado la distribución de locaciones arqueológicas según la distribución de puntos según categorías de tamaño –0 a 3 ha Categoría 1; 3 a 9 ha Categoría 2 y 9 a 50 ha Categoría 3- y componente temporal sobre la base de una proyección 2.5 D del modelo digital de elevación del área de estudio. En ella se sintetiza una visión total de la ocupación del paisaje en la que resalta claramente la mayor intensidad de ocupación –en término de la relación área ocupada/años de ocupación (Cahiza y Ots 2005)- del piedemonte respecto a los sectores más bajos de la llanura oriental y la intensificación de ese proceso de las ocupaciones tardías respecto a las del componente Temprano-Medio.

Figura 2a. Distribución 2.5 D de concentraciones según categoría y componente temporal.

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

207

Figura 2b. Distribución 2.5 D de concentraciones según categoría y componente temporal.

Kernel Density Estimates (KDE) Con el objeto de transformar los datos de distribuciones de puntos –“vectorial” en el lenguaje de SIG- en superficies suavizadas continuas –si se quiere “rasterizadas”- aplicamos el análisis de Kernel Density Estimates (KDE). Es una función tridimensional en la cual se estima la intensidad del peso de la frecuencia de eventos en esferas de influencia. El método es comúnmente utilizado en contextos estadísticos generalizados para obtener una estimación suavizada uni o multivariada de probabilidades de densidad a partir de una muestra de fenómenos observados, en nuestro caso emplazamientos humanos (Baxter et al. 1997; Gatrell et al. 1996). Para su estimación y resolución gráfica utilizamos la versión liberada del software MyStat. El KDE fue aplicado a la distribución total de eventos observados, definidos como “concentraciones” sin distinción temporal de componentes. El resultado resalta el emplazamiento preferencial de las poblaciones temprano-medias y tardías que se concentran en el componente ecológico de piedemonte, presentando abultamientos en los sectores del piedemonte del sur de San Juan –Retamito- y Tunuyán inferior (Figura 3). En tanto las tierras bajas de Guanacache y el Valle de Uco presentan picos más suavizados.

208 | Pablo Cahiza y María José Ots

Figura 3. KDE para frecuencia de concentraciones temprano-medias y tardías.

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

209

En la discriminación según las tres categorías de tamaños de los emplazamientos el resultado fue que el componente integrado por las locaciones de tamaño mayor y mediano se concentra en el sector de piedemonte precordillerano y Valle de Uco y las menores en las tierras bajas de llanura. Interpolación de Ponderación de Distancias Inversas (IDW) La interpolación de datos ofrece la ventaja de proyectar mapas o superficies continuas a partir de datos discretos; en nuestro caso transforma los datos vectoriales de las locaciones de concentraciones de materiales y su superficie en raster con valores para cada celda o pixel del área de estudio. Existen varios tipos de interpolaciones espaciales de los cuales se destaca entre los más usados el de Ponderación de Distancias Inversas (IDW: Inverse Distance Weighting). Si bien el método Kriging es una mejor estimación de interpolación espacial, su mayor aplicabilidad se alcanza en casos con variables de mayor complejidad (Wheatley y Gillings 2002: 177-178), por lo cual hemos preferido el IDW ya que es un análisis que se ajusta mejor a nuestro caso. La interpolación IDW asume que cada punto posee una influencia local que disminuye con la distancia. Considerando que la IDW utiliza los promedios de los valores de entrada, el resultado de los valores de las celdas jamás superará los límites máximos y mínimos establecidos en los puntos de entrada del análisis. El método estima los valores de las celdas promediando los datos obtenidos desde los puntos de entrada ingresados que están más cercanos a ella (Wheatley y Gillings 2002: 172-174). Para desarrollar el modelo utilizamos el módulo v.surf.IDW del Sistema de Información Geográfica GRASS GIS y los valores ingresados para las locaciones fueron las categorías de superficie usadas en el KDE. El cálculo fue realizado para doce vecinos próximos a cada punto y aplicamos una potencia de 3.0 (Neteler y Mitasova 2008). La figura 4 refleja los resultados aplicados a la muestra sin discriminación temporal. Allí podemos ver los valores ponderados máximos –entre 2,5 y 3en el área piedemontana de Retamito (ver sector con zoom de la figura 4) y una segunda área de valores más promediados superiores a 2 para la cuenca del río Las Tunas en Valle de Uco. En tanto que el sector del ríoTunuyán inferior y especialmente el lacustre de Guanacache muestran valores ponderados menores (entre 2 y 1).

210 | Pablo Cahiza y María José Ots

Análisis de fenómenos de segundo orden Local Density Analysis –LDAEste análisis fue propuesto por Johnson (1984) y provee una estimación global de una distribución de clase considerando las distancias inter-puntos sólo dentro de un radio prefijado para cada punto, indicando por lo tanto los patrones en escalas determinadas. El coeficiente LDA es la densidad media de puntos de un tipo a en el vecindario de puntos tipo b, dividido por la densidad global del tipo a. Otra posibilidad es la de analizar una distribución de puntos de un mismo tipo, por ejemplo, locaciones de asentamientos de un determinado componente temporal en nuestro caso. Un valor del coeficiente LDA mayor a 1,0 indica una asociación espacial entre puntos, en tanto que un coeficiente por debajo de la unidad indica la falta de asociación espacial entre los tipos de puntos. Las distribuciones analizadas pueden ser intra-tipo de puntos o inter-puntos. Los vecindarios son de forma circular y la escala se establece a partir de su radio. La técnica puede ser utilizada tanto para distribuciones de puntos en un sitio (Kintigh 1990) o para el de una región (Barton et al. 1999, 2004) como es nuestro caso. Dado que el coeficiente LDA depende de la especificación del tamaño del radio del vecindario, permite examinar los patrones en relación a escalas específicas. El análisis incluyó los datos en forma independiente de las tres áreas de estudio con radios de incrementos constantes de 100 m y un rango máximo de 2000 m. La figura 5 refleja los máximos valores del coeficiente LDA para la muestra de Valle de Uco con valores por encima de 1 hasta el radio máximo de 2000 metros. En tanto las muestras de río Tunuyán inferior y del piedemonte oriental de la Precordillera poseen coeficientes menores con asociaciones espaciales hasta los 600 y 400-500 metros respectivamente. En el caso del registro del piedemonte precordillerano del sur de San Juan discriminamos las muestras según componentes temporales –dada la menor reocupación de los sitios y la mejor diferenciación de los componentes (Cahiza y Ots 2005)- obteniendo una asociación a radios mayores del componente Temprano-Medio respecto al Tardío.

Figura 4. Interpolación IDW de la muestra total de ocupaciones de sociedades de pequeña escala del COA.

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

211

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

213

Figura 5. LDA para distribuciones según componente ecológico y temporalidad.

Discusión y conclusiones Repasamos a continuación algunas de nuestras conclusiones de trabajos anteriores (Cahiza 2008; Cahiza y Ots 2005, 2010, 2012; Ots 2007 a y b), que luego serán complementadas y discutidas con los resultados presentados aquí. En el sur de San Juan hemos definido patrones que discriminan que los sitios del piedemonte son más numerosos y de mayor superficie que los del sector lacustre de Guanacache; las locaciones tardías son más numerosas y de mayor superficie que las del período Temprano-Medio. También identificamos mayor intensidad de ocupación (definida en términos de la razón de superficie ocupada y el periodo temporal máximo de duración [Cahiza y Ots 2005]) en el piedemonte que en las lagunas, y en el Tardío que en el Temprano-Medio; mayor reocupación en lagunas que en piedemonte; mayor concentración de sitios en piedemonte que en lagunas; distribución más “agrupada” de concentraciones y Lugares de hallazgos aislados en piedemonte y durante el Tardío, definidas a partir de análisis del vecino más próximo. En el valle del río de las Tunas identificamos dos sectores con distinta distribución espacial. Observamos una recurrencia de sitios del período Temprano-Medio de tamaño reducido (menores a 3 ha) en los arroyos subsidiarios del río de las Tunas en la Cordillera. Los asentamientos del mismo periodo ubicados en el cauce principal del río de las Tunas, en el piedemonte, son de mayor tamaño (más de 6 ha). En tanto que los sitios Tardíos se concentran en el piedemonte, alrededor de los 1000 msnm, reocupando en algunos casos

214 | Pablo Cahiza y María José Ots

asentamientos previos; y son de mayor tamaño (entre 9 y 52 ha) (Figura 2). Sólo registramos una ocupación tardía/inca en la Cordillera (Confluencia de los arroyos Cortaderas y Santa Clara) (Sachero y García 1991). En la cuenca inferior del río Tunuyán el análisis del vecino más próximo nos sugirió una distribución de tipo “agrupada” (Cahiza y Ots 2010). Las concentraciones se ubican en la superficie de geoformas de escasa altura formadas por la acumulación de sedimentos arenosos (médanos), próximas al cauce del río. En este último sector encontramos bienes que asignamos al estilo inca regional asociados al componente Tardío. En el presente aporte los análisis de fenómenos de primer orden – KDE e interpolación IDW- nos acercaron a la intensidad de la ocupación de una forma más cercana a nuestras expectativas, basada en la observación arqueológica. Se pudo resaltar la mayor concentración de ocupaciones en los sectores del piedemonte precordillerano y del Valle de Uco frente a los de planicie de lagunas de Guanacache y del cauce inferior del ríoTunuyán. En el mismo sentido se reflejó también el mayor tamaño de los emplazamientos del piedemonte respecto a los de la llanura, y un notable crecimiento de los sitios del componente Temprano-Medio respecto a los Tardíos (especialmente en el área del piedemonte oriental de la Precordillera, límite Mendoza-San Juan). En el caso de los de segundo orden, con el Local Density Analysis superamos la caracterización de distribuciones “agrupadas” que nos había brindado el análisis del vecino más próximo (Cahiza y Ots 2005, 2010) y establecimos las escalas de mayor asociación entre los sitios. La integración de mayor intensidad se dio en el Valle de Uco, algo que podríamos asociar con una organización del espacio más centralizada, tal como una de nosotros propuso al sitio de Agua Amarga como un enclave productivo en el marco de la dominación incaica regional (Ots 2007a). Con respecto a la distribución e intensidad de los procesos ocupacionales de la planicie norte y oriental de Mendoza durante los últimos 1500-2000 años, observamos que la distancia entre las concentraciones disminuye desde los sectores del piedemonte, lagunas, Tunuyán inferior y travesía, respectivamente, lo cual responde a las expectativas ocupacionales de cada ambiente. Desde una perspectiva diacrónica, hemos considerado que el incremento de los conjuntos arqueológicos asociados al Tardío (mayor cantidad y superficie de los sitios) correspondería a un aumento de la densidad demográfica, por lo que propusimos el crecimiento y la concentración de la población en el piedemonte del sur de San Juan y en el Valle de Uco, y, en menor medida, en las lagunas y el cauce inferior del río Tunuyán. Este patrón sugiere también la disminución de la movilidad residencial y la recurrencia en la ocupación de los sectores óptimos para la intensificación de la producción.

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

215

Los cambios en el patrón de asentamiento se relacionan también con transformaciones en el subsistema tecnológico, en cuanto no se reocupan sitios estacionales de propósitos especiales de la Cordillera (Valle de Uco), o asociados a cauces estacionales (planicie), y se incrementa la ocupación de cauces más caudalosos (ríos de las Tunas y del Agua, respectivamente), lo que implicaría una mayor complejidad tecnológica en cuanto al manejo del recurso hídrico. El registro arqueológico de las ocupaciones tardías sostiene la hipótesis de sociedades con una base de subsistencia mixta y complementaria: asentamientos productivos permanentes en los oasis, aprovechamiento de especies faunísticas de alto rendimiento en el piedemonte y actividades estacionales como la pesca en el sector lacustre (García Llorca y Cahiza 2007). En ambos sectores estas transformaciones se encuentran en relación con bienes incaicos (también presentes en la cuenca inferior del río Tunuyán), en tanto que la tendencia de los fechados sostiene su contemporaneidad con la dominación incaica regional. Esta complementación entre diferentes tipos de explotación de recursos, concentración poblacional y permanencia residencial parece coincidir con cierta estructuración y asociación modular –sensu Roscoe 2009- de las sociedades de pequeña escala tardías del COA que también puede ser rastreada en la documentación histórica, y refleja las asociaciones entre poblaciones de distintos ambientes (Parisii 1994, 1995; Ots 2007a; Ots y Cahiza 2012).

Direcciones futuras Nuestros trabajos en el COA han resaltado las ventajas de la aplicación de metodologías que articulen prospecciones regionales y excavaciones que intervienen a una escala micro. Los análisis espaciales basados en las distribuciones de locaciones arqueológicas y de las superficies de cada uno de los componentes ocupacionales son de gran utilidad en la determinación de las espacialidades de las comunidades y de cómo éstas se transforman. Sin embargo, la resolución de los resultados que brinda esta metodología es de grano grueso. Por ello, nuestra aproximación está incorporando en Valle de Uco una perspectiva basada en la prospección intensiva y total de áreas de menor tamaño en una escala intermedia entre los abordajes regionales y los estudios de sitio. En la medida que incorporemos más áreas de estudio y con mayor intensidad de recolección de datos espaciales, o en la posibilidad de integrar diferentes proyectos de investigación, los resultados arqueológicos serán más satisfactorios al momento de ofrecer explicaciones sobre aspectos socioecológicos de las comunidades que habitaron el Centro-oeste argentino.

216 | Pablo Cahiza y María José Ots

Agradecimientos: Agradecemos la gentileza de los organizadores del Taller: Fernanda Falabella, Lorena Sanhueza, Luis Cornejo e Itací Correa. Nuestras investigaciones han sido financiadas por el CONICET, la ANPCyT y la SECyT de la UNC, en el marco de los proyectos dirigidos por J. Roberto Bárcena; y el Fondo Provincial de la Cultura – Gobierno de Mendoza (proyecto dirigido por Pablo Cahiza).

Referencias citadas Abraham de Vazquez, E. y M.R. Prieto. 1981. Enfoque diacrónico de los cambios ecológicos y de las adaptaciones humanas en el N.E. árido mendocino. CEIFAR 8: 110-139. Anchuetz, K., R.Wilshusen y Ch.Scheick. 2001.An Archaeology of Landscapes: Perspectives and Directions. Journal of Archaeological Research 9(2): 157211. Bárcena, J.R. 1979. Investigaciones Arqueológicas en el N.O. de la Pcia. de Mendoza-Argentina (Valle de Uspallata y zonas vecinas. Con especial referencia al período incaico). Actas del VIII Congreso de Arqueología de Chile. vol.II, pp. 661- 692. Sociedad Chilena de Antropología,Valdivia. Bárcena, J.R. 2001. Prehistoria del Centro-Oeste argentino. En Historia Argentina Prehispánica, editado por E. Berberián y A. Nielsen, tomo II, pp. 561-614. Editorial Brujas, Córdoba. Barton, C. M, J Bernabeu, J. E. Aura y O. García. 1999. Land-Use Dynamics and Socioeconomic Change: An Example from the Polop Alto Valley. American Antiquity 64(4): 609-634. Barton, C. M, J. B Auban, O. G. Puchol, S. Schmich, y L. M. Balaguer. 2004. Long-Term Socioecology and Contingent Landscapes. Journal of Archaeological Method and Theory 11(3):253–295. Baxter, M. J., C. Beardah y R.Wright. 1997. Some Archaeological Applications of Kernel Density Estimates. Journal of Archaeological Science 24: 347–354. Binford, L. 1992. Seeing the Present and Interpreting the Past -and Keeping Things Straight. En Space,Time, and Archaeological Landscapes, editado por J. Rossignol and L. Wandsnider, pp. 43-59. Plenum Press, New York. Cahiza, P. 2003. La dominación inka en las tierras bajas de Mendoza y San Juan.Tesis doctoral inédita. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. Cahiza, P. 2008. Ocupación del espacio y dominación inka en un sector periférico del Tawantinsuyu: Las tierras bajas de Mendoza y San Juan –República Argentina-. Revista Werken 11: 69-88.

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

217

Cahiza, P. y M. J. Ots. 2005. La presencia inca en el extremo sur-oriental del Kollasuyo. Investigaciones en las tierras bajas de San Juan y Mendoza y en el Valle de Uco –Rca. Argentina. Xama 15-18:217-228. Cahiza, P. y M. J. Ots. 2010. Prospección de la cuenca Inferior del río Tunuyán: Sector Santa Rosa-La Central, Rivadavia (Mendoza). Monografías Xama 2: 57-74. IV Jornadas Arqueológicas Cuyanas. Mendoza. Canals Frau, S. 1956. Algunos aspectos de la Cultura de Agrelo (provincia de Mendoza). Anales de Arqueología y Etnología t. XII: 7-18. Chiavazza, H. 2001. Bienes Patrimoniales. Las Antiguas Poblaciones de las Arenas. Arqueología en las Tierras Áridas del Noreste de Mendoza. Ediciones Culturales de Mendoza, Mendoza. Chiavazza, H. 2009. Garganta seca y arena en las botas. Prospectando antecedentes arqueológicos en la planicie NE de Mendoza. Arqueología Iberoamericana 1: 41-79. Chiavazza, H y L. Mafferra. 2007. Estado de las investigaciones arqueobotánicas en Mendoza y sus implicancias en la arqueología históricas. Revista de arqueología histórica argentina y latinoamericana 1: 127-152. Cortegoso, V. 2006. Comunidades agrícolas en el Valle de Potrerillos (NO de Mendoza) durante el Holoceno tardío: organización de la tecnología y vivienda. Intersecciones en Antropología 7:77-94. Dunnell, R. y W. Dancey. 1983. The siteless Survey: A Regional Scale Data Collection Strategy. Advances in Archaeological Method and Theory 6: 263283. Durán,V. y C. García. 1989. Ocupaciones agro-alfareras en el sitio Agua de la Cueva-Sector norte (NO de Mendoza) Revista de Estudios Regionales 3: 29-64. CEIDER, Mendoza. Durán,V. y P. Figueroa. 1999. Agua de la Cueva-Sector Norte. La problemática del Formativo en los registros arqueológicos de la Precordillera mendocina. Ponencia presentada en XIII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Córdoba. Gambier, M. 2000. Prehistoria de San Juan. Ansilta, San Juan. García Llorca, J. y P. Cahiza. 2007. Aprovechamiento de recursos faunísticos en las lagunas de Guanacache (Mendoza, Argentina). Análisis zooarqueológico de La Empozada y Altos de Melién II. Chungará 39 (1): 117-133. Gatrell, A., T Bailey, P J Diggle y B. Rowlingson. 1996. Spatial point pattern analysis and its application in geographical epidemiology. Trans Inst Br Geogr 21: 256–274. Gil A, R. Tykot, G. Neme y N. Shelnut. 2006. Maize on frontier isotopic and macrobotanical data from Central-Western Argentina. En Histories of Maize, editado por J. Staller, R. Tykot, B. Benz, pp. 199-214. Academic Press, New York.

218 | Pablo Cahiza y María José Ots

Gil, A., G. Neme y R.H. Tykot. 2010. Isótopos estables y consumo de maíz en el centrooccidente Argentino: tendencias temporales y espaciales. Chungará 42: 497-513. Hodder, I. y C. Orton. 1990. Análisis Espacial en Arqueología. Crítica, Barcelona. Johnson, I. 1984. Cell frequency recording and analysis of artifact distributions. En Harold Intrasite Spatial Analysis in Archaeology, pp. 75-96, editado por J. Hietala. University Press, Cambridge. Kintigh, K.1990. Intrasite spatial analysis: a commentary on major methods. En Matematics and Information Science in Archaeology: A Flexible Framework, editado por A.Voorrips. Studies in Modern Archaeology 3:165-200. Kvamme, K. 2006. There and Back Again: Revisiting Archaeological Location Modeling, En GIS and Archaeological Predictive Modeling, editado por M.W. Mehrer y K. Wescott, pp. 3-38. CRC-Taylor and Francis, Boca Raton. Lagiglia, H. 1976. La Cultura de Viluco del Centro-Oeste argentino. Revista del Museo de Historia Natural de San Rafael III: 227-265. Neteler, M. y H. Mitasova. 2008. Open Source GIS. A GRASS GIS Approach. 3ª edición. Springer, Nueva York. Ots, M. J. 2007a. La presencia inca en el Valle de Uco, Mendoza. Tesis doctoral inédita. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza. Ots, M. J. 2007b. La dinámica ocupacional en la frontera suroriental del Tawantinsuyu y el imperio español: Valle de Uco, Mendoza. Actas del XVI Congreso Nacional de Arqueología Argentina, Tomo I, pp. 521-527. Universidad Nacional de Jujuy, San Salvador de Jujuy. Ots, M. J., N. Olizsewski y J. García Llorca. 2011. Estrategias alimentarias y de subsistencia prehispánica en el centro oeste de Mendoza. Consumo y descarte en el sitio arqueológico Agua Amarga. Revista del Museo de Antropología 4: 65-80. Ots, M. J. y P. Cahiza. 2012. Caracterización de la frontera suroriental del Tawantinsuyu (Sur de San Juan- Norte y centro de Mendoza, siglos XV-XVI). Ponencia presentada en Seminario Interdisciplinario de Estudios de Sociedades del Pasado. Mendoza. Parisii, M. 1994. Algunos datos de las poblaciones prehispánicas del norte y centro oeste de Mendoza y su relación con la dominación inca del área. Xama 4-5: 51-69. Parisii, M. 1995. Aportes documentales y nuevas perspectivas sobre las organizaciones sociopolíticas prehispánicas del norte y centro oeste de Mendoza. Cuadernos del INAPL, 16:121-152.

Análisis distribucional de sociedades de pequeña escala en el Centro Oeste Argentino |

219

Roig, V.G. 1972. Esbozo general del poblamiento animal en la provincia de Mendoza, Geología, Geomorfología, Climatología, Fitogeografía y Zoogeografía de la Provincia de Mendoza. Ministerio Economía, Mendoza. Roscoe, P. 2009. Social Signaling and the Organization of Small-Scale Society: The Case of Contact-Era New Guinea. Journal of Archaeological Method and Theory 16:69–116. Sachero, P. y A. García. 1991. Una estación trasandina diaguita chilena. Actas del XI Congreso Nacional de Arqueología chilena III: 61-67. Spielmann, K. A. 2002. Feasting, Craft Specialization, and the Ritual Mode of Production in Small-Scale Societies. American Anthropologist 104(1): 195-207. Wheatley, D. y M. Gillings. 2002. Spatial Technology and Archaeology. The archaeological application of GIS. Tylor y Francis, Nueva York.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.