Análisis de la política de seguridad Estadounidense y su influencia en los compromisos políticos de la Comunidad Andina de Naciones CAN

Share Embed


Descripción

ANÁLISIS DE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD ESTADOUNIDENSE Y SU INFLUENCIA EN LOS COMPROMISOS POLÍTICOS DE LA COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES

3

Laura Quiroz y Héctor Morales

SEMINARIO INTERNACIONAL SOBRE INTEGRACIÓN VISIONES DESDE AMÉRICA LATINA Y EUROPA MARZO 21 AL 23 DE 2006 PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA BOGOTÁ, D.C., COLOMBIA FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES DECANA ACADÉMICA Claudia Dangond Gibsone DIRECTORA DEPARTAMENTO DE RELACIONES INTERNACIONALES Martha Lucía Márquez COORDINADOR DEL CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE INTEGRACIÓN –CESI– Edgar Vieira Posada REVISIÓN DE ESTILO Alexandra Gómez Ruiz COLABORADORES Laura Díaz Villalba Lina Jaramillo Héctor Morales David Aponte Camilo Quintero MIEMBRO ASESOR CESI Eduardo Pastrana DIAGRAMACIÓN E IMPRESIÓN DIGITAL

Fundación Cultural Javeriana de Artes Gráficas –JAVEGRAF– PBX: 416 16 00

ANÁLISIS DE LA POLÍTICA DE SEGURIDAD ESTADOUNIDENSE Y SU INFLUENCIA EN LOS COMPROMISOS POLÍTICOS DE LA COMUNIDAD ANDINA DE NACIONES Laura Quiroz y Héctor Morales1 INTRODUCCIÓN El orden mundial actual está atravesado por un sinnúmero de factores multidimensionales; que determinan unas dinámicas heterogéneas y de gran complejidad. Con el propósito de entender dichas dinámicas y su relevancia en los esquemas de integración, es necesario describir el contexto histórico en el que se ha desarrollado el orden internacional y la política de seguridad estadounidense, presente en éste. Tendremos como punto de referencia el acontecimiento de los atentados terroristas del 11 de septiembre (11-S), como el factor coyuntural en las dinámicas que constituyen el nuevo orden mundial. En esta ponencia, analizaremos la Estrategia de Seguridad Estadounidense y su incidencia en la región andina desde un espectro netamente político, tanto en los objetivos de dicha estrategia como en los compromisos generados dentro del bloque. Este análisis permitirá repensar las dimensiones de la integración correspondientes al desarrollo de la democracia, la gobernabilidad, la lucha contra la corrupción y el fortalecimiento de los derechos humanos; así como resaltar la especial relevancia de una cohesión en la voluntad política del bloque.

1

Seminario Internacional sobre Integración. Visiones desde América latina y Europa. Marzo 21 al 23 de 2006. Análisis de la Política de Seguridad Estadounidense y su influencia en los Compromisos políticos de la Comunidad Andina de Naciones. Autores: Laura Quiroz y Héctor Morales. Estudiantes de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales e investigadores del CESI. E-mail: [email protected], [email protected] Esta ponencia contó con la colaboración, supervisión y revisión de Alexandra Gómez (Coordinadora de las áreas temáticas de Investigación del CESI).

3

La política de seguridad y defensa estadounidense, se ha reconfigurado a través del tiempo, tal como lo señala Amin: El fin de la Guerra Fría, consecuencia del estallido de la Unión Soviética, le brindó a los dirigentes de los Estados Unidos, principal potencia mundial, una nueva ocasión histórica para dar vigor al proyecto de Wiison y Rooseveit de un Orden Mundial pacífico, fundado sobre la seguridad colectiva y el ‘derecho, y esta ocasión fue tan importante como la del fin de las dos guerras mundiales precedentes2 .

De este modo, dicho acontecimiento marcaría el fin de un orden netamente bipolar, para darle paso a una política multilateral, pero que como lo veremos, el ritmo y la forma estarán determinados por la potencia hegemónica: Estados Unidos. Después de la Guerra Fría, la única potencia con poder de facto, (económico y militar), sería Estados Unidos; quien demostró toda la fuerza que acumuló su aparato militar durante la Guerra Fría, inmediatamente después, con la intervención en el Golfo Pérsico en 1991. La política de seguridad estadounidense en este momento, estaba enmarcada por las ideas de seguridad colectiva y un orden mundial pacificado que se materializó en temas tales como libre comercio e inversiones y democracia liberal. Como lo señala Hugo Fazio, antes de los ataques terroristas se había establecido un nuevo diálogo a nivel nacional e internacional que el multilateralismo había iniciado de algún modo. Así, las relaciones entre los Estados, iniciaron la adecuación de la capacidad de las instituciones internacionales, para responder a los intereses, tanto de los países desarrollados como de aquellos, que eufemísticamente, son llamados, en vías de desarrollo. Dentro de este diálogo entraron en la arena de discusión, temas que décadas atrás eran invisibles. Así, la pobreza, el desarrollo sostenible y el medio ambiente, la cuestión de la soberanía, la democracia, los derechos humanos y la preservación de culturas3 se constituyeron en temas de la agenda global.

2

Amin, Samir., Mundialización de las resistencias, Estado de las luces. 2002, Ed. Desde abajo, Colombia marzo 2003, págs. 228-229.

3

Fazio, Hugo. £; mundo después del 11 de septiembre de 2001. Bogotá, IEPRI- UNAL, 2002.

4

Los atentados terroristas de la mañana del 11-S, es un hecho fundamental para entender la actual Estrategia de Seguridad y Defensa Estadounidense; ya que fueron decisivos por su carácter coyuntural. Con estos, se abre una nueva fase posguerra fría, en la que se incorporan cambios fundamentales en la agenda de seguridad nacional de Estados Unidos. Este proceso de cambio, es de gran importancia, ya que los Estados Unidos, a través del tiempo, han mantenido una política exterior que tiene una alta influencia política y económica a nivel internacional; permeando así, las condiciones de los países en diferente grado. Dentro de los aspectos más sobresalientes del cambio y del nuevo enfoque en su Política de seguridad, se encuentran entre otros: las relaciones de guerra que hasta antes del 11-S, estaban expresadas principalmente por los mismos estados. Es decir, las formas de guerra promovidas dentro de la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, están determinadas por Estados o movimientos políticos visibles, que recurren a la violencia; identificando al enemigo como el objetivo claro. Ahora, después del 11-S, la Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa Estadounidense se centra en una nueva forma de “relaciones de guerra”, donde el enemigo ya no se encuentra localizado en un Estado específico, sino que se presenta como un ente abstracto, denominado “terrorismo internacional”, materializado en diferentes facciones y convirtiéndose en un punto común a los espacios mundiales. Este último, es un factor clave del nuevo orden mundial, ya que dentro de este parámetro, cualquier país se convierte en un posible blanco de intervención política y militar. Con el 11-S, se reafirma la política de seguridad estadounidense de carácter militar y armamentista, delimitando el orden mundial al discurso de la lucha contra el terrorismo; que ahora se encuentra en primer plano para el diseño de las políticas a realizar por Estados Unidos. Tener como prioridad el terrorismo dentro de la Estrategia de Seguridad, le da la posibilidad a este país, de entrar en cualquier territorio del mundo y ejercer sus medios económicos, políticos y especialmente militares, que sean necesarios para acabar el “mal del terrorismo”. Es necesario comprender que, conjuntamente, Estados Unidos crea un nuevo discurso y afianza los objetivos dentro de su Estrategia de Seguridad Nacional y al mismo tiempo, se va fortaleciendo la existencia de un 5

nuevo orden mundial. De este modo, el gobierno norteamericano construye su discurso, como una estrategia globalizante: No es una guerra de Estados Unidos únicamente. Y lo que está en juego no es únicamente la libertad de Estados Unidos. Esta es la lucha del mundo. Esta es la lucha de la civilización, esta es la lucha de todo el que cree en el progreso y el pluralismo, la tolerancia y la libertad. Les pedimos a todas las naciones que se nos unan. Pediremos y necesitaremos la ayuda de las fuerzas policíacas, servicios de inteligencia y sistemas bancarios del mundo entero4 .

Esta frase pronunciada por el presidente George W. Bush, poco después de los fatídicos acontecimientos del 11-S, deja ver algunos rasgos del nuevo orden mundial que empezaba a conformarse, así como, los objetivos primordiales de lo que sería la Estrategia de Seguridad Nacional estadounidense. En consecuencia, se ve claramente la iniciativa de vincular a todas las naciones del mundo en la lucha contra el terrorismo; siendo Estados Unidos el abanderado de ésta. La coyuntura da cuenta de la realidad en la cual las políticas mundiales más relevantes están determinadas por un discurso estadounidense que tiene como cimiento, según señala el gobierno americano, el principio de la dignidad humana y unos parámetros previamente determinados: “el imperio de la ley; límites del poder absoluto del Estado; libertad de expresión; libertad de culto; justicia igualitaria; respeto a la mujer; tolerancia religiosa y étnica; y respeto a la propiedad privada”5 . La dignidad humana como primer objetivo dentro de la Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa de Estados Unidos; en el campo netamente político, es su pilar ideológico y el fundamento por el cual se legitima la lucha armada, argumentando que ésta es una justa causa por la cual debe luchar el “mundo civilizado”. Los ideales de libertad y justicia, expuestos de una forma clara, como causas aceptadas moralmente, sustentan la visión

4

Terrorismo. Evaluación déla amenaza, medidas preventivas y políticas; embajada de Estados Unidos, sección cultural e informativa; Bogotá, diciembre de 2001.

5

“Estrategia de Seguridad de los Estados Unidos”, Washington, 2002. Disponible en: http:/ / usinfo.state.gov/esp/Archive Índex/Estrategia de Seguridad_Nacional de Estados Unidos.html

6

estadounidense de generar un mundo mejor; fortaleciendo la visión de una gran “democracia multiétnica”, que tiene como característica principal, el hecho de que diferentes religiones e ideologías puedan vivir en paz. Sin embargo, dentro de esta concepción de la dignidad humana, vista desde parámetros pluralistas, igualitarios y fundamentados en la significación de la “libertad”, no se tiene en cuenta lo que tiene que ver con las condiciones de vida reales y la marginalidad de algunos grupos poblacionales. “Dignidad humana”, en una acepción más integral del término, no es solamente garantizar que un pueblo no esté oprimido; también significa que las condiciones de vida de toda la población, sean lo más justas posibles. Que el individuo, además de poseer sus derechos civiles, sociales y políticos intactos, tenga también la capacidad de desarrollar sus potencialidades cabalmente; con una mínima igualdad de condiciones en un espacio justo. En suma, que viva una vida digna, en paz, sin temores, sin presiones externas y que además, sus demandas más apremiantes sean atendidas. En otras palabras, se debería garantizar la seguridad social, condiciones mínimas de salud, educación, vivienda y alimentación para todo individuo. Los objetivos 2 y 3 de la estrategia, que permean la arena política, están estrechamente relacionados: El primero aduce que “Estados Unidos fortalecerá las alianzas para derrotar el terrorismo mundial y actuará para prevenir los ataques contra nosotros y nuestros amigos”. El siguiente busca “colaborar con otros para desactivar los conflictos regionales”6 . Dentro de estos objetivos, Estados Unidos promulga el fortalecimiento del “multilateralismo” en la política internacional; para lograr unas relaciones sanas y productivas entre países7 . Sin embargo, ante el multilateralismo, existe cierta ambigüedad en el discurso, ya que como se expresa explícitamente,

6

Ibíd.

7

“Estados Unidos debe invertir tiempo y recursos en el establecimiento de relaciones e instituciones internacionales que puedan contribuir a gestionar las crisis locales cuando se presenten», en: Ibíd.

7

Si bien Estados Unidos tratará constantemente de obtener el apoyo de la comunidad internacional, no dudaremos en actuar solos, en caso necesario, para ejercer nuestro legítimo derecho a la defensa propia, con medidas preventivas contra esos terroristas, a fin de impedirles causar daños a nuestro pueblo y a nuestro país8 .

Esto da cuenta de un orden unilateral, por parte de Estados Unidos, relegando tanto a los demás Estados como a las organizaciones internacionales, que él mismo convoca, a un segundo plano. Por otra parte, el llamado internacional a combatir el terrorismo, con el liderazgo de la maquinaria militar estadounidense, tiene incidencias políticas claras en los procesos de integración en la Región Andina, debido a la siguiente postura: Una vez que la campaña regional localice la amenaza a un Estado determinado, nos esforzaremos por asegurar que el Estado disponga de los medios militares, coercitivos, políticos y financieros necesarios para llevar a buen término su tarea9 . Lo anterior se puede ver en la llamada lucha contra el recientemente denominado “narcoterrorismo”10 , que surge en el contexto post 11-S y que se materializa en proyectos de carácter militar que llevan cierta trayectoria, como lo son el Plan Colombia y la Iniciativa Regional Andina (IRA). Debido a esto, Colombia se convierte en un eje político-militar con un alto grado de influencia estadounidense, que impide la consolidación de visiones políticas claras acerca del rumbo que tomará la Comunidad Andina de Naciones11 . 8

Ibíd.

9

Ibíd.

10

“Algunas partes de América Latina se enfrentan al conflicto regional, en particular el derivado de la violencia de los carteles de drogas y sus cómplices. Este conflicto y el tráfico de narcóticos sin restricciones pueden poner en peligro la salud y la seguridad de Estados Unidos. Por lo tanto, hemos formulado una estrategia activa para ayudar a los países andinos a ajustar sus economías, hacer cumplir sus leyes, derrotar a las organizaciones terroristas y cortar el suministro de drogas, mientras tratamos de llevar a cabo la tarea, igualmente importante, de reducir la demanda de drogas en nuestro propio país”: En: Ibid.

11

“El impacto de los atentados del 11 de septiembre en la política exterior de Estados Unidos hacia la región andina”. En: Ahumada, Consuelo y Angarita, Telma (ed.), Las políticas de seguridad y sus implicaciones para la Región Andina. Bogotá: Observatorio Andino-PUJ, 2005, pág. 13.

8

Particularmente, en el marco de la CAN, los casos de Bolivia y Venezuela no se encuentran completamente acoplados con las políticas de lucha contra el narcoterrorismo, que se promulgan en el discurso de Seguridad Nacional Estadounidense. Esto debido a que los gobiernos, contemplan en sí mismos, una tendencia de izquierda; dentro de la cual se pretende una mayor autonomía y protección de sus recursos al interior de la nación. Por lo tanto, estos dos países, conciben la política de lucha contra el narcoterrorismo, como un posible vector de intervencionismo de Estados Unidos; que puede amenazarles la soberanía nacional. Ambos países poseen una inclinación a implementar políticas de corte socialista que le otorgan una clara prelación a la justicia social sobre el enfoque militarista y de seguridad. Este caso de tendencia a la izquierda, tiende a generar al interior de la CAN, una serie de tensiones en la concepción y la voluntad del bloque como conjunto. El cuarto objetivo de la Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa Estadounidense que tiene que ver con lo político, es el que se refiere a expandir el círculo del desarrollo, al abrir sociedades y construir la infraestructura de la democracia12 . En este punto se introduce la visión que tiene Estados Unidos acerca del desarrollo económico y social de todos los países para el beneficio de la humanidad; con un objetivo primordial de incrementar los potenciales productivos de las distintas naciones. Así mismo, Estados Unidos dentro de su discurso, expresa que “La clave del aumento de los niveles de vida y la reducción de la pobreza en todo el mundo, es aumentar el crecimiento de la productividad, especialmente en los países más pobres”13 , dentro de parámetros como mejorías en la educación, desarrollo del sector privado y salud, entre otros. Sin embargo, se cuestiona el anterior objetivo, al exponer bajo rasgos unilaterales, que “Mientras hacemos hoy la guerra para mantener al mundo a salvo del terrorismo, debemos también trabajar para hacer del mundo un

12

“Estrategia de seguridad de los Estados Unidos”, Washington, 2002. Disponible en: http:/ / usinfo.state.gov/esp/Archive Índex/Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.html

13

Ibíd.

9

lugar mejor para todos sus ciudadanos”14 . Se demuestra así la permanencia de la política militar y armamentista estadounidense, al destinar mayor gasto hacia la asistencia militar y policiva en la Región Andina (con un total de US$729.3 millones), que hacia una real ayuda para el desarrollo como asistencia económica y social (con un total de US$311 millones)15 . Por lo anterior, también la apertura del comercio mundial, la libertad de mercado y la inversión, ocupan un lugar prioritario en la Política de Seguridad Nacional de Estados Unidos, como fuentes óptimas para el crecimiento económico relegando a un segundo plano, los factores sociales y humanitarios. Con base en el anterior análisis, acerca de los objetivos en materia política de la Estrategia Nacional de Seguridad y Defensa Estadounidense, es necesario preguntarse: ¿Qué efectos tiene el discurso de la política de seguridad estadounidense sobre los compromisos políticos de los cinco países andinos en el esquema de integración de la CAN? Para responder a esta pregunta es necesario desarrollar un marco histórico de la construcción de la Comunidad Andina, en aras de vislumbrar sus cimientos ideológicos, enfoques y perspectivas en cuanto a los compromisos políticos, que se dirigen a lograr una integración efectiva. El marco en el que surge la CAN es vital para entender los principios en los que se erige la integración Andina en materia política. El 26 de mayo de 1969 se firma el Pacto Andino (Acuerdo de Cartagena) 16 en el cual participan Colombia, Bolivia, Chile, Perú y Ecuador. Con este pacto se buscó armonizar las políticas económicas en la región. Durante la década de los setentas también se incorporó Venezuela en 1973 y se retiró Chile en 1976. También en 1979 se estableció el Consejo Andino de Cancilleres y el Parlamento Andino17 .

14

Presidente Bush, Washington, D.C. (Banco Interamericano de Desarrollo) 14 de marzo de 2002 En: Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos

15

http://www.lablaa.org/blaavirtual/collnter/isaacson.htm

16

"Comunidad Andina de Naciones: Antecedentes”, disponible en: http:// www.comunidadandina. org/quienes/can.htm

17

Ibíd.

10

Durante los diez primeros años, se crearon las bases institucionales, hubo cierta liberalización a nivel comercial. Sin embargo, la integración política y física no se consolidó; pues muchos de los acuerdos no se cumplieron como lo fue la propuesta del “arancel externo común”. En 1979, se creó el Parlamento Andino y el Consejo de Ministros de Relaciones Exteriores; No obstante, durante la década de los ochenta, hubo cierta debilidad a nivel político y económico al interior de la CAN. Por esto, se crearon medidas para flexibilizar las relaciones entre los cinco países andinos, imprimir un carácter de mayor cooperación y solidificar proyectos económicos conjuntos, tales como la creación del Protocolo de Quito, donde se incorpora al Tribunal de Justicia y programas de integración industrial. La década de los noventa, se caracterizó por una apertura conjunta de los países andinos; una baja en los aranceles y una disminución de la protección de los mercados nacionales, en la dinámica de la globalización. Es así como los presidentes decidieron generar un mayor compromiso con la integración de la región: En efecto, durante la toma de posesión del Presidente Carlos Andrés Pérez en Caracas (febrero de 1989) los presidentes andinos deciden tomar en sus manos el proceso de integración, para ello se reunirían cada 6 meses y ordenan el avance hacia una zona de libre comercio y hacia la unión aduanera, estableciendo en mayo de 1990, el Consejo Presidencial Andino, como órgano supremo de la integración18 .

Los objetivos primordiales del Consejo Presidencial, fueron la consolidación del espacio económico andino y una mejor articulación internacional entre los países. Posteriormente se generaron ciertos avances con mayor énfasis en el área económica, a consecuencia de la instauración de un Arancel Externo Común. En este sentido, se profundizó la integración con una política de cielos abiertos. “En marzo de 1996 los presidentes, durante la VIII Reunión, suscriben el Protocolo de Trujillo (Perú) en donde se reforma la institucionalidad del bloque. Mediante el Protocolo de Trujillo se modifica el Acuerdo de Cartagena dando lugar al nacimiento de la Comunidad Andina y al Sistema

18

Ibíd.

11

Andino de Integración”19 . Como última medida para las bases institucionales de la CAN, entró en funcionamiento la Secretaría General de la Comunidad Andina en 1997. Mediante esta descripción se puede dar cuenta de que el proceso de integración de la Comunidad Andina y su enfoque ideológico, ha estado determinado, desde sus inicios, por acuerdos comerciales; con la idea de lograr una integración económica en primer término; luego fueron agregando a la agenda temas como políticas de desarrollo y seguridad social. Es decir, aunque la Comunidad Andina de Naciones, nace bajo la idea de una integración en los diferentes ámbitos, las relaciones entre los cinco países andinos, se consolidan bajo la idea de una relación netamente comercial; dejando en un menor nivel las iniciativas a nivel político o social. Uno de los lineamientos políticos más importantes, dentro del desarrollo de los compromisos de integración de la CAN, es el mandato de Compromiso Andino para la Democracia, el cual surge de la iniciativa de la OEA de ratificar la democracia para el hemisferio occidental. Con la responsabilidad ratificada y tras resaltar la importancia de una vigencia plena del “Compromiso de la Comunidad Andina por la Democracia”, reiteraron su respaldo a la iniciativa del Perú para la adopción de una Carta Democrática Interamericana; que se concretó el 11 de septiembre del 2001, en el marco de la Asamblea General Extraordinaria de la Organización de Estados Americanos celebrada en Lima. El mandato de la OEA de respeto a la democracia, representado en la Carta Democrática Interamericana, corrobora la democracia representativa como régimen comúnmente aceptado por los países de la región Andina. Se convirtió así, en la máxima expresión y punto de encuentro de la “voluntad política” de los cinco Andinos. Dentro de la Carta Democrática se establece que “La democracia es indispensable para el ejercicio efectivo de las libertades fundamentales y los derechos humanos, en su carácter universal, indivisible e interdependiente, consagrados en las respectivas constituciones de los Estados y en los instrumentos interamericanos e internacionales de derechos humanos”20 . 19 20

12

Ibíd. http://www.comunidadandina.org/exterior/democracia.htm

Este lineamiento a su vez, se adopta dentro de la CAN y se convierte en objetivo prioritario, “la Comunidad Andina es una comunidad de naciones democráticas» y que «tiene entre sus objetivos principales el desarrollo y consolidación de la democracia y el Estado de Derecho, así como el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales”21 . Otra línea de gran importancia en la integración de la Comunidad Andina de Naciones a nivel político, es la Carta Andina para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos. Esta carta es un proyecto que surge de los mandatos del Acta de Carabobo realizada el 24 de junio de 2001 y la “Declaración de Machu Picchu sobre democracia, derechos de los pueblos indígenas y la lucha contra la pobreza, del 29 de julio de 2001”22 . Esta carta surge como encargo al Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores por parte de los presidentes de los países andinos. Por medio de la Carta para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, se pretende establecer principios claros para la realización de una política común; dándole gran valor a los derechos humanos, como valores inmanentes a todas las personas presentes no sólo dentro de la Región Andina, sino en todo el resto del mundo. Esta Carta, buscó desde sus inicios, apoyar, respetar y defender todos los pactos y acuerdos que asimismo consagraban la promoción de los derechos humanos, tales como la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José), el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador), Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, Declaración Universal de los Derechos Humanos, Declaración sobre Derecho al Desarrollo de las Naciones Unidas y demás instrumentos internacionales, a los que los cinco países andinos hacen parte, en materia de derechos humanos.

21

Ibíd.

22

http://www.comunidadandina.org/documentos/actas/cart DDHH.htm

13

De este modo, la CAN, se empeña en Contribuir a la construcción de un mundo solidario y respetuoso de la diversidad humana a partir de la promoción y protección de los derechos humanos, y en promover un desarrollo político, económico y social de sus países, que tenga como centro de referencia y fin último el bienestar del ser humano23 .

Por medio de esta Carta, los países pertenecientes a la Comunidad Andina de Naciones, reconocen los derechos humanos como interdependientes, universales, inherentes y necesarios; es por esto que la CAN, se convierte en protector de los mismos, mediante el Plan Nacional de Derechos Humanos de cada uno de los cinco países andinos y mecanismos que garantizan su respeto y promoción, pretendiendo mediante este objetivo, a la unión y consolidación de la CAN a su interior. Otro de los puntos esenciales en el proceso de integración de la región Andina, es el de la gobernabilidad y la lucha contra la corrupción. Darle un adecuado tratamiento a los problemas de gobernabilidad existentes en los países miembros de la CAN, es fundamental por varias razones. En primer lugar, porque los altos índices de pobreza y la concentración de riqueza afectan a todos los países de la región. Esto a su vez influye en la gobernabilidad dentro de los países de una manera directa, como también en la protección de los derechos humanos, el mantenimiento de un sistema democrático efectivo, el fortalecimiento de las instituciones gubernamentales y su legitimidad. En este sentido “se debería prestar atención a las importantes movilizaciones sociales en contra de los gobiernos de turno y en el núcleo de este escenario, a la polarización política y la ineficiencia estatal, la ausencia de partidos políticos fuertes, el neo-populismo y los riesgos del libre comercio”24 . La CAN como órgano intergubernamental, debe promover un adecuado desarrollo de los índices de gobernabilidad de los países miembros y ge-

23

Ibíd.

24

Cárdenas, Eduardo, El futuro de la integración, FESCOL, CEREC Introducción, pág. XIII.

14

nerar un compromiso político para que en el marco de la normatividad Andina se cumpla con la democracia, las instituciones y el Estado Social de Derecho. En segundo término, alrededor de este tema existe un consenso general, pues como lo afirma Allan Wagner Tizón, Secretario General de la CAN: “hay una opinión extendida en el sentido de que debemos trabajar para fortalecer una gobernabilidad democrática”25 . Por todo esto, es necesario indagar la llamada Agenda de Gobernabilidad fijada en el Consejo Presidencial de Quirama (julio de 2003), así como el Plan Andino de Lucha contra la corrupción. Para la CAN, el fortalecimiento de la democracia y la “gobernabilidad democrática”, son temas de especial trascendencia; ya que van de la mano con temas como la defensa de los derechos humanos, la lucha contra el terrorismo, la inclusión social y la lucha contra la pobreza, entre otros. Estos temas se encuentran claramente ligados, pues el desarrollo de uno depende del funcionamiento armónico de los otros. Una de las directrices que surgieron en el Consejo de Quirama es, Instruir al Consejo Andino de Ministros de Relaciones Exteriores que proponga los elementos que sirvan de base para la eventual configuración de una agenda de gobernabilidad para la subregión andina que contemple los desafíos políticos, económicos y sociales, y permita fomentar la inclusión social y la equidad, así como la credibilidad en las instituciones democráticas 26 .

Por lo anterior, se permite visualizar el entorno en el que se concibe la gobernabilidad en la Región Andina; básicamente como un espacio que convierta a los países miembros, en Estados eficientes que suplan las necesidades básicas de la población y que actúen acordes con los principios democráticos. Esto, está relacionado con la propuesta ideológica del discurso de Seguridad Estadounidense, al conservar un esquema ideal para la acción estatal. Que impulse el desarrollo para garantizar una vida digna, a partir de modelos económicos exitosos.

25

http://palestra.pucp.edu.pe/index.php?id=59&num=2

26

http://www.comunidadandma.org/documentos/actas/0uirama.htm

15

Por su parte, el Plan Andino de Lucha contra la Corrupción, nace en Quirama, Antioquia y contempla una acción coordinada, que se desenvuelve tanto en las instituciones, como en foros internacionales. En esta estrategia, se hace necesario procurar que la sociedad civil tenga una participación constante; ya que se erige como un factor de canalización de las políticas estatales, ejerciendo una cierta vía de control de la corrupción, de los compromisos políticos. Se puede dar cuenta del grado de influencia de la participación como medio anticorrupción, en la ratificación que se da en el Acta de Lima del XVI Consejo Presidencial Andino, Creemos en la importancia esencial de la participación ciudadana y del control de la gestión pública, así como el respeto a la diversidad cultural de nuestros pueblos, la transparencia en el ejercicio del gobierno y por tanto, la lucha frontal contra toda forma de corrupción27 .

Desde otro punto de análisis, aunque el surgimiento del bloque de integración de la Región Andina, estuvo guiado por el deseo de lograr una unificación a nivel comercial y de políticas industriales, existió una evolución a principios de los años noventa, en la temática que dominaba los objetivos del marco le la integración, buscando enfocar, también, hacia el desarrollo de una agenda social, en donde el objetivo fundamental fuera lograr un desarrollo económico, para disminuir los índices de pobreza y exclusión social. Sin embargo, después del 11 de septiembre, y teniendo en cuenta, la lucha contra el terrorismo, como un elemento influyente en la creación de políticas conjuntas, de nuevo, los países andinos se encontraron, de cierto modo, sujetos a las prioridades de Estados Unidos; principalmente en materia de seguridad. De esta manera, “la intervención y las estrategias militares desarrolladas en Colombia, y que se apoyan en gran medida en los lineamientos de la nueva doctrina de seguridad amplían el espectro de acción de Estados Unidos sobre los demás países de la Región Andina”28 .

27

http://www.comunidadandina.org/cumbre lima/actalima.htm

28

Observatorio Andino. Las políticas de seguridad y sus implicaciones para la Región Andina, Bogotá, Colombia, 2005. Editoras: Consuelo ahumada y Telma Angarita. Pontificia Universidad Javeriana pág. 20.

16

Como efecto del discurso de la Política de Seguridad Estadounidense dentro de las políticas de la CAN, se encuentran lineamientos tales como la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico; que relegan en muchas situaciones a un segundo plano, otras prioridades que escapan del área de la seguridad; como lo son: la promoción de los derechos humanos y la dignidad humana, la lucha contra la corrupción y la pobreza. Es decir, dentro de la región, hay una serie de necesidades sociales, que se ven en cierta medida, antecedidos por los objetivos en materia de seguridad de Estados Unidos. Por otra parte, esta alineación con las prioridades expresadas en la Estrategia de Seguridad Estadounidense, no permite desarrollar los valores inmanentes en la cultura latinoamericana. Desarrollar dicha cohesión axiológica es un factor determinante para lograr una concreción de la voluntad política, necesaria para consolidar el bloque de integración. Como lo señala Cárdenas, cabe agregar que, Las cooperaciones supranacionales, como la Comunidad Andina, son construidas por hombres y por ende dependen de la voluntad política de los individuos o de los países que las dirigen. Compartir valores es necesario para desarrollar un consenso no sólo político, sino también económico, cultural y social, ya que sin éstos no se pueden coordinar acciones conjuntas29

El compromiso político de los países de la Comunidad Andina de Naciones, debe estar enfocado hacia la búsqueda de una forma de integración que facilite y garantice un desarrollo sostenible a nivel social. Más allá del discurso estadounidense, debe buscar un espacio de gobernabilidad multilateral, que promueva la dignidad humana a un nuevo nivel a partir de la garantía de la calidad de vida. Para concluir, se ve que el orden internacional actual esta claramente determinado por muchos de los planteamientos contenidos en la Estrategia de Seguridad Estadounidense, lo cual da cuenta de un nivel de intervención de la política exterior de Estados Unidos en la manera en que se abordan los problemas mundiales en los bloques de integración.

29

Cárdenas, E. El futuro de la integración, pág. 18.

17

Específicamente en la Comunidad Andina de Naciones, vemos cómo ha influido el direccionamiento de la causa Estadounidense en la lucha contra el terrorismo y en la forma en que se desarrollan y concretan los compromisos políticos. Debido a que existen distintas tendencias ideológicas, que perciben de manera diferente, el tratamiento de los problemas al interior de la región, se puede decir, que el intentar armonizar las políticas de la Región Andina con las prioridades de la agenda estadounidense y con los procesos de globalización, ha ocasionado que los pilares políticos de la integración y el rumbo del bloque, no logren su consolidación en un concepto político claro, propicio y efectivo. Lo cual sólo podrá ser llevado a cabo, “redimensionando” los valores de la integración y su cauce hacia el desarrollo político y social primordialmente. Este “redireccionamiento” debe contener además de los principios básicos expresados en la Estrategia Nacional de Seguridad Estadounidense, como la garantía de la dignidad humana, la consolidación de Estados fuertes e instituciones democráticas que garanticen la gobernabilidad, una cohesión política interna; y que además los cinco andinos se conviertan en países armónicos que tengan en su centro axiológico, al ciudadano. Es decir, tener en cuenta la prioridad de incluir la agenda social en estos temas para que las políticas adoptadas en un área se articulen, ya que de nada sirve un relativo crecimiento económico y relativa seguridad con países militarizados, si la mayoría de la población sufre de pobreza extrema.

BIBLIOGRAFÍA LIBROS AMIN, SAMIR., 2003. Mundialización de las resistencias, Estado de las luces. 2002. Ed. Desde abajo, Colombia. Pág. 337 Embajada de Estados Unidos, 2001. Terrorismo. Evaluación de la amenaza, medidas preventivas y políticas; sección cultural e informativa. Bogotá. Colombia.

18

Observatorio Andino., 2005.Las políticas de seguridad y sus implicaciones para la Región Andina. Bogotá, Colombia, Editoras: Consuelo Ahumada y Telma Angarita. Pontificia Universidad Javeriana, Pág. 176. Presidente BUSH., 2002. Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos. Washington, D.C. (Banco Interamericano de Desarrollo) 14 de marzo. CÁRDENAS RIVERA, EDUARDO MIGUEL. 2004.El futuro de la integración. Ed. FESCOL, CEREC. Bogotá, D.C., Colombia, MONCAYO JIMÉNEZ, EDGAR. 1999. Las relaciones externas de la Comunidad Andina: entre la \ globalización y el regionalismo abierto, Secretaría General de la Comunidad \ Andina, Lima, Pág.200 Cap. 10. Las relaciones de la CAN con Estados Unidos y el ALCA, 103122. Cap. 11. Las relaciones con la Unión Europea, 157-169. Secretaría General de la Comunidad Andina. La renovación del compromiso comunitario. Memorías de la XIV Reunión del Consejo Presidencial Andino, Quirama, junio 27y 28 de 2003, Pág. 232. DOCUMENTOS ELECTRÓNICOS Fortaleciendo, capacitando y facilitando espacios de dialogo entre las organizaciones indígenas de los países andinos, Banco Mundial y Secretaría General de la Can. Biblioteca DigitalAndina,2003, Pág.60. En: www.comunidadandina.org/bda/docs/CAN-INT-0008.pdf Compromiso de Lima: Carta Andina para la Paz y la Seguridad, Limitación y control de los gastos destinados a la defensa externa, Lima, 17 de junio de 2002. En: www.comumdadandina.org/documentos/actas/ compromiso_lima.htm Compromiso para el fortalecimiento de la coordinación en la lucha contra el terrorismo y el problema mundial de las drogas y delitos conexos, Bogotá, marzo 12 de 2003. En: www.comunidadandina.org/documentos/dec_int/decl2-3-03.htm

19

Conclusiones de la VIH Reunión del diálogo especializado de alto nivel en materia de drogas entre la Comunidad Andina y la Unión Europea, Lima junio 1 de 2005, en: www.comumdadandma.org/documentos/actas/CANJieDROGAS.htm Decisión 505 «Plan Andino de Cooperación para la Lucha Contra las Drogas ilícitas y Delitos Conexos «, Valentía, junio 22 de 2001. En: www.comunidadandina.org/normativa/dec/D505.htm Decisión 552 «Plan Andino para la Prevención, Combate y Erradicación del Tráfico Ilícito de Armas Ligeras y Pequeñas en todos sus aspectos. En: www.comunidadandina.org/normativa/dec/P552.htm El futuro de la Integración Política Andina: reflexiones de la Secretaría General, junio de2001,en: www.comunidadandina.org/documentos/ docsg/jun01.htm Compromiso Andino para la Democracia, Lima/ octubre 14 de 2002. En: http://lists.econ.utah.edu/pipermail/reconquista-popular/2002-0ctober/ O04434.html Declaración de Quirama, XIV Consejo Presidencial Andino, Antioquia, junio 28 de 2003. En:www.conindustria.org/ComercioExterior/CAN/XIVConsejoPresidenciaL htm Documentos del XIV Consejo Presidencial Andino, Lima, julio 18 de 2005. En:www.comunidadandina.org/cumbre_lima/ Entrevista con el Secretario General de la Comunidad Andina, 24 de junio de 2005. En:http://news.bbc.co.uk/hj/spanish/latin_america/ newsid_4123000/4123 358.stm

20

JARRIERR R., OSWALDO. Integración y globalización, El Comercio, Quito, febrero 4 de 2004. En: www.comunidadandina.org/prensa/articulos/ comerdo5-2-04.htm La CAN en la Prensa, abril 1° de 2004. En: www.comunidadandina.org/prensa/notidas/l-4-04.htm La paz y la seguridad internacional en la Comunidad Andina, Documento del Grupo de Alto Nivel en Materia de Seguridad y Fomento de la Confianza. En: www.comunidadandina.org/exterior/seguridad.hmt Plan Andino de Cooperación para la Lucha Contra la Drogas y Delitos Conexos. En: www.comunidadandina.org/exterior/drogas/htm Plan Operativo de Lucha Contra las Drogas y Delitos Conexos para el año 2002, en: www.comunidadandina.org/exterior/drogas2.htm Presidente Toledo aboga por aplicación de agenda social para fortalecer gobernabilidad democrática en la Comunidad Andina, Notas de Prensa, Lima, julio 18 de 2005, en: www.comunidadandina.org/cumbre lima/ npl8-7-05.htm Protocolo Adicional al Acuerdo de Cartagena «Compromiso de la Comunidad Andina por la Democracia «, junio 10 de 2002. En: www.comunidadandina.org/normativa/tratproVdemocrada.htm[Versión electrónica]. WAGNER, ALLAN. Democracia y seguridad: hacia una agenda de cooperación política sudamericana, Ponencia presentada en el Seminario Internacional “La Comunidad Andina y el MERCOSUR de cara a la integración: ventajas y desafíos”, Buenos Aires, octubre de 2000, Tomado de: www.comunidadandina.org/documentos/ docIA/lAlé-lOOO.htm

21

Tomado de www.lablaa.org [Versión electrónica] Tomado de www.comunidadandina.org [Versión electrónica] Tomado de www.usinfo.state.gov [Versión electrónica]

22

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.