Analisis de la Nueva configuracion de salud mental

June 7, 2017 | Autor: Juan Fernandez | Categoría: Psicopatologia
Share Embed


Descripción

LA NUEVA CONFIGURACIÓN DE LA SALUD MENTAL
Un nuevo objeto para la salud mental
Los valores del sector de Salud Mental, desde su creación, estaban ligados a una comprensión de las enfermedades mentales. El frente de trasformaciones era sumamente amplio, dando cabida a propuestas de distinto nivel. A nivel de las compresiones psicopatológicas se cuestionó la comprensión del sufrimiento mental bajo la categoría médica de "enfermedad", para poder restituir en los individuos la complejidad existencial contenida en estas perturbaciones. En el nivel de las disciplinas intervinientes, se trataba de cuestionar la hegemonía de la medicina mental, facilitando que otros saberes tuvieran su lugar en la compresión y el abordaje de estos problemas. Por lo anterior, el panorama de las intervenciones se complejizó, abriendo un abanico de propuestas como alternativas.
La multivocidad de sentidos en que la Salud Mental fue introducida, generó un nuevo foco desde el cual abordar los problemas; el objeto de la Salud Mental no es de un modo exclusivo el individuo o los conjuntos sociales sino las relaciones que permiten pensar conjuntamente al individuo y a su comunidad. El malestar en la vida de los individuos es el de la relación entre ellos con el desenvolvimiento de lo social. La tensión existe y se extiende de un modo manifiesto por todos los niveles de la vida institucional en que se ordenan las relaciones entre las cuestiones globales y las situaciones locales. El profesional de la Salud Mental de hoy está obligado a pensar conjuntamente los problemas del sufrimiento mental del individuo y las dinámicas de integración-exclusión social.

Las prácticas terapéuticas frente a los nuevos lazos sociales.
Las características de los individuos que demandan servicios de Salud Mental como las prácticas de los profesionales han sufrido profundos cambios. El reordenamiento de las funciones del Estado respecto a los cuidados de la Salud y los cambios en la cultura han contribuido en esta transformación.
Un esquema tuvo vigencia hasta hace pocos años: la práctica médica liberal (psicoterapias) y la práctica hospitalaria de orden público (institucionalización psiquiátrica). La demanda se amplió por efecto de la estrecha vinculación del sufrimiento mental con las vicisitudes de la vida y la respuesta de atención se ha diversificado enormemente, ya que los especialistas se referencian en diversidad de teorías, escuelas, prácticas. Entre un sector público empobrecido y un sector privado en manos de grandes agencias de seguro, el conjunto de técnicos de salud mental ha ido cediendo su poder de orientación y decisión sobre sus prácticas y criterios de atención.
A partir de los años noventa la inclusión de la psicoterapia en el sector público se fue estabilizando, sin embargo, fueron exigidas nuevas formas de intervención para las cuales no has sido formados, esto creo un nuevo sector de terapias (creadoras de una nueva sociabilidad) mejor adaptadas para responder y encubrir los padecimientos encerrados en las nuevas demandas. Desde el surgimiento del sector de Salud Mental todos sus criterios fueron los de restaurar la salud mental en los individuos afectados y prevenir las diversas amenazas a la misma. A diferencia de estos postulados muchas de estas nuevas técnicas están dirigidas a desarrollar o potenciar la personalidad. Como la vida social no responde linealmente a los deseos, la propuesta de obrar sobre la propia persona y no sobre la realidad exterior a la larga resulta inútil e ineficaz.
De la medicina mental a la noción de riesgo.
Hoy el sector salud se ocupa de una gama más amplia de dimensiones conflictivas de la vida y de diversos sufrimientos humanos. La conformación de un nuevo escenario de la Salud Mental, que obliga a redefinir las relaciones con el sector Salud, ya que esta orientación hizo que desbordan las antiguas relaciones con la medicina, y obligo también a reconceptualizar las nuevas interacciones con otros sectores.
La inclusión de Salud Mental en las acciones en salud.
La reformulación de los criterios diagnósticos.

Aun cuando los viejos criterios clasificadores de la psiquiatría persisten, ya no están actualizados. Esto ha ido permitiendo si no abolir al menos relativizar las connotaciones de incapacidad psiquiátrica o mental que se derivaban siempre del diagnóstico psiquiátrico de enfermedad. El criterio de integración sociocomunitaria es esencial para el desmontaje efectivo de la estigmatización del enfermo mental.

Del ideal de la nomenclatura diagnóstica a la noción de riesgo.

La existencia de un dispositivo disciplinario para la atención de un sector del malestar de los individuos no es otra cosa que la propuesta de un lazo social particular. La postulación del concepto de poblaciones de riesgo estuvo acompañada por los criterios de una cobertura social amplia y forma parte de ellos. Desde estos criterios los especialistas de Salud Mental participan junto con otros sectores del Estado en el diagnóstico de ciertas situaciones sociales y su potencialidad patogénica, a fin de posibilitar acciones preventivas o de asistencia sobre ellas.
El sector de Salud Mental es básicamente un ámbito multidisciplinario destinado a prevenir, asistir y propender a la rehabilitación de los padecimientos mentales, y lo hace desde una compresión de los lazos sociales deseables, implementando determinadas políticas dirigidas a la integración social y comunitaria de los individuos involucrados. Desde la nueva configuración de Salud Mental resulta imprescindible la noción de riesgo para encarar la acción preventiva, dada la insuficiencia de todo modelo basado en la sola asistencia de los enfermos.
El desafío que se enfrenta hoy en Salud Mental es el de no derivar estos problemas a la confección de una lista de clasificación de anomalías sociales o individuales.




De un horizonte inesperado.
Salud Mental y el Estado llamado Benefactor constituyeron una misma política de asunción social de los derechos sociales y ciudadanos, de la solidaridad social bajo las consignas de universalidad, igualdad y equidad. Nada hubiera podido planificarse en la cobertura de riesgos, sin el marco de un Estado que garantizara la protección social de todos los ciudadanos.
*El Estado se retira de determinadas funciones que hacen de soporte a la solidaridad social, convirtiéndose en garante del desarrollo económico y el acople a la economía internacional de un grupo de empresas que resultan viables para la competencia internacional. Esto ha llevado a una redefinición de las funciones del Estado: se restringen aquellas ligadas a la protección social, se refuerzan las que hacen de soporte al desarrollo económico de las grandes empresas. Se promueve un incentivo a las iniciativas privadas y semiprivadas, de modo que cada institución pueda gestionar su propio funcionamiento. Este proceso de privatización y mercantilización de la Salud, derivó a muchos profesionales del sector público hacia los sectores de seguros y prepagos.
*Los profesionales en medio de una profunda crisis de la práctica liberal de consultorio. Son progresivamente las empresas privadas, los seguros, las sociedades de prepaga que fijan las condiciones de trabajo, las posibilidades de empleo y la retribución de los profesionales.
*Los usuarios ven restringida la acción social, sometidos en la atención de sus sufrimientos mentales a los criterios económicos de mercado.
Sin duda, en estos tiempos el futuro de la Salud Mental depende de los rumbos del Estado, de la conformación de lo público y de la respuesta que la sociedad y la cultura tengan para estas direcciones.













Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.