Análisis de la economía del cuidado y la ética del cuidado

May 24, 2017 | Autor: Vannesa Santell | Categoría: Mujeres, Gênero, Teoría de género y feminismo, Cuidado
Share Embed


Descripción



Análisis de la economía del cuidado y la ética del cuidado


En el siguiente ensayo pretendo reconstruir algunas de los debates centrales en torno a la economía del cuidado y la ética del cuidado De manera que intentaré desarrollar estos postulados a la luz de los análisis de algunas feministas materialistas y algunas reflexiones de teóricas colombianas y latinoamericanas. Intentado establecer puentes entre estos postulados, para así aportar al debate sobre las potencialidades que subyacen a estos postulados en la praxis feminista.

Introducción
Uno de los análisis que ha imperado sobre los sujetos y organizaciones sociales que se han pensado la transformación del mundo, es que es la lógica del capital y su dinámica de acumulación; el eje fundamental bajo el que subyacen las diversas relaciones asimétricas de poder –racismo, patriarcado, explotación, apropiación, entre otras-. Y que por tanto, debe ser la lucha por la apropiación de los medios de producción en la lucha de clases, el eje central y el horizonte político que aglutine a los proletarios en la toma del poder político.
Bajo estas consideraciones incontables teóricos, organizaciones y movimientos sociales se han situado. Reconociendo a la clase obrera y al campesinado como los sujetos históricos por antonomasia capaces de participar activamente en la acción revolucionaria contra el patrón, los burgueses y la oligarquía.

Sin embargo, tal y como lo señala Beauvoir la consideración de que el proletario -quien vende su fuerza de trabajo- está en oposición a una burguesía -quien posee los medios de producción- y en consideración con el principio del materialismo que afirma que la humanidad es producto de una construcción histórica; afirma que no basta una "mirada economicista del problema de la explotación y la opresión de las mujeres" (Smaldone, 2013, pág.11) pues esta consideración antagónica constitutiva de la realidad social: invisibiliza la historia de las mujeres y sus condición específicas de explotación y opresión por parte de la otra mitad de la humanidad; los hombres.

Adicionalmente, estas lecturas suelen omitir las experiencias de explotación y opresión bajo las que nos encontramos otros sectores subalternos por nuestras particularidades etáreas, de clase, de raza, nacionalidad y hasta por las condiciones físicas especiales con las que algunas personas habitan el mundo. Insistir entonces, en que el centro del accionar revolucionario es la toma de conciencia de clase, es negar la complejidad de las estructuras de poder y asumir que las transformaciones del campo económico son el eje que deba aglutinarnos a todos los sectores subalternos como aliados estratégicos en la transformación del mundo.

Lamentablemente son pocas las organizaciones –además de las feministas y de mujeres- que reconocen la importancia de subvertir las prácticas, ideas y discursos que subyacen a la naturalización de la asignación de los trabajos domésticos y del cuidado no remunerados que hacemos las mujeres. Las teóricas de la economía del cuidado han hecho un invaluable aporte al reconocimiento de dichas prácticas en la lógica de acumulación capitalista. Sin embargo, muchos de estos análisis bifurcan hacia la apuesta por la mercantilización de los servicios del cuidado y no hacia la transformación de los imaginarios y prácticas que reproducen la idea de que las mujeres somos naturalmente más aptas para los trabajos del cuidado o a la redistribución comunal de los trabajos del cuidado.

Es en este punto donde la ética del cuidado representa una transformación en los paradigmas y horizontes de lucha revolucionarios, en tanto que pone a la vida y su fragilidad, como el centro y el horizonte de lucha. En contra de las principios bajo los que opera el capitalismo –el individualismo metodológico, el aumento de la tasa de ganancia y la competencia – la ética del cuidado reconoce a la humanidad como interdependiente, y pone en el centro la sostenibilidad de la vida como planteamiento radical.
Bajo estas perspectivas se recogen luchas como las feministas, las LGBTI, las proletarias, las animalistas, las ecologistas, entre otras.

Economía del Cuidado
El concepto de economía del cuidado es una herramienta de análisis teórico desde el feminismo, o los feminismos, que se ha nutrido de las discusiones sobre aquellas, prácticas, discursos e ideas que organizan la vida práctica en sociedad bajo las dicotomías hombre- mujer, producción-reproducción, lo público y lo privado. Se reconoce bajo estos analisis que el cuidado son todas aquellas actividades y relaciones que tienen por objeto construir, permitir y otorgar los elementos físicos y simbólicos necesarios para la existencia y la reproducción humana. Y en cuanto al concepto de economía, este análisis referencia a aquellos aspectos que generan o contribuyen a generar valor económico en las formas en que las sociedades organizan las diversas formas de cuidado y su relación con las dinámicas del sistema económico capitalista.

Por ejemplo, aquellos trabajos asociados a la esfera de la reproducción social -reproducción de la fuerza de trabajo- abarcan actividades tales como, la crianza de niñas y niños, la atención de los miembros del núcleo familiar, las labores de mantenimiento de la casa y el cuidado de personas enfermas o discapacitadas. Estos en general suelen asociarse como connaturales a la esencia de las mujeres, sin embargo, no existe ninguna prueba que demuestre la inmanencia de ello y por el contrario, algunos estudios corroboran que "la especialización de las mujeres en las tareas del cuidado es una construcción social, basada en las prácticas patriarcales hegemónicas" (Rodríguez, 2007,231).

Una de los avances realizados en Colombia sobre la discusión de la economía del cuidado es la promulgación de la Ley 1413 de 2010 en la cual se "regula la inclusión de la economía del cuidado en el sistema de cuentas nacionales con el objeto de medir la contribución de la mujer al desarrollo económico y social del país (subrayado por mi) y como herramienta fundamental para la definición e implementación de políticas públicas" (Congreso de la República, 2010) Como es de esperarse, no se habla de mujeres, sino de "la mujer" -una misma que somos todas en todo caso-, una visión sexista que sigue sin poder reconocer la multiplicidad de mujeres que habitamos el país. Pero además reconocidas en todo caso por la "contribución" hipotética -porque es necesario primero medir que tanto o no aportamos- al PIB nacional.

Dicha Ley tiene su más significativa materialización en la creación y aplicación de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) por parte del DANE, la cual ha sido fuente primaria para varias investigaciones en el país. Que nos han permitido ahondar en las características fundamentales de las formas en las que se desarrollan los trabajos del cuidado no remunerados y remunerados en Colombia, junto con sus diferentes aristas etéreas, de clase, étnicas, sexuales y de género.

Bajo el análisis de la distribución del trabajo de las mujeres al interior de los hogares, es evidente que éstas dedican más tiempo en promedio a las diferentes actividades del cuidado no remuneradas en relación con los hombres. Entre dichas actividades se destacan el suministro de alimentos con un 72.4%, las actividades de limpieza y mantenimiento del hogar con un 68.5%, y el cuidado de miembros del hogar con 43.2% (Osorio y Pérez, p 36). Sin embargo, cabe resaltar que bajo estos análisis científicos no suelen cuestionar la base ideológico práctica que refuerza el estereotipo de que las mujeres son cuidadoras por Naturaleza o por esencia .Sino que suele imperar la lógica de "valorizar o revalorizar" estas actividades a la luz de su aporte al sistema económico sin intentar develar las prácticas sociales que refuerzan la división sexual del trabajo.

Por ejemplo, Smaldone abordando a Delphy afirmará que en las mujeres son las "relaciones de producción las que explican que sus trabajos -las labores domésticas- se vean excluidos del mundo del valor"( Smaldone, 2013, pág 18) y que es en su rol común dentro del ámbito familiar y el contrato matrimonial, donde se ejerce la explotación patriarcal que "constituye la opresión común, especifica y principal de las mujeres" (Ibídem, pág. 20). Estas como grupo "comparten una posición común de clase social" (Ibídem, pág. 17) por lo que desde un análisis materialista, el mero develamiento de esta opresión no transformará las formas de producción y reproducción del sistema capitalista. Es necesario construir alianzas estratégicas y tácticas con los movimientos sociales además de procesos de concienciación y solidaridad entre las mujeres para transformar dichas formas de producción.
Ética del Cuidado
Guilligan afirma que al cuestionarse sobre la forma en la que las personas perciben e interpretan los conflictos sociales, así como las alternativas éticas a las que estos se enfrentan; se encontró con que existía un silencio y una falta de resonancia alrededor de los hombres en relación con lo que las mujeres decían y sentían. Este silencio estaba alimentado por los discursos de los filósofos de la época que situaban la ética en relación con la razón o la emoción. Situando al Yo como un ente abstraído y separado, y al desarrollo como al tránsito de la dependencia a la independencia.

Esta dislocación de la ética basada en la razón o la emoción, fue cuestionada por las mujeres alrededor de los años 70, según la autora, y que la llevó al posterior reconocimiento de que "las vidas de las gentes estaban conectadas y eran interdependientes. Desde este punto de vista, lo contrario de la dependencia, era el aislamiento" (Gilligan, 2013, pág. 42). Como lo afirmaría Guillaumin "esa historia, la de la interrogación y (el) descubrimiento de la lógica social oculta detrás, es el fruto de una síntesis entre rebelión, activismo, análisis y conciencia" (Guillaumin, 2013, pág. 184).

Estas mujeres reconocerían que en el marco del capitalismo, por ejemplo, el cuidado es una ética femenina, puesto que cuidar es lo que hacen las mujeres "buenas" porque están pendientes de los otros, en sus deseos y necesidades. Pero en un contexto democrático cuidar es una ética humana porque compele a todos los sujetos (Gilligan, 2013, pág. 50). De manera que la ética del cuidado referiría a aquella voz interior o conciencia que nos llevaría a ser y estar en el mundo a partir de una preocupación por el otro y no solo por mis intereses propios.

De manera que el cuidado es considerado aquí, desde las perspectivas de Berenice Fisher y Joan C. Tronto como toda actividad que podemos realizar para mantener, reparar y perpetuar el mundo de manera que podamos habitarlo bajo las mejores condiciones posibles. Este mundo incluye nuestros cuerpos, nuestras individualidades y nuestro entorno, que buscamos tejer en una red compleja que sostiene la vida en (Arango y Molinier, 2011)
A diferencia de la economía del cuidado, no se reconocen únicamente los trabajos de interacción humana que producen o aportan valor al sistema económico, sino que estos se amplían hasta las actividades de cuidado consigo mismos, con objetos y con el medio ambiente. Esta perspectiva vincula las preocupaciones del sujeto con las de su entorno, y pone de manifiesto que es necesario construir acciones conjuntas para mantener una vida digna en contextos determinados.

El feminismo guiado por una ética del cuidado puede considerarse como un movimiento radical –en tanto llega a la raíz del problema- pues Considerar la dimensión ética del cuidado implica el reconocimiento de "todos los trabajos que contribuyen a mantener y preservar la vida, lo que supone una organización social que actualmente involucra al mercado, al Estado y a la sociedad" (Memorias 2016, pág 3).

Construir un horizonte social que invierte la lógica de la ética en relación a mis intereses individuales hacia la del reconocimiento de los y las otras, para actuar en relación no solo a mi beneficio sino al de la comunidad, implica que dicha perspectiva es radical. Y por tanto, para ser ejercida en la materialidad aboga a la necesidad de una transformación de la realidad social. Pues tal y como lo afirman Cevallos, López y Mokrani (2015, pag 328), es fundamental re situar la lógica de la vida y su sostenibilidad por encima de la lógica del capital y su dinámica de acumulación. Esto sobre el reconocimiento de la interdependencia humana y en contra posición a las teorías del individualismo metodológico y la autosuficiencia humana. Es decir, el reconocimiento de la vida como frágil, vulnerable e interdependiente, meritoria de trabajos por fuera de las relaciones de producción asalariadas para su sostenimiento .Es pues que situar "el protagonismo sobre la sostenibilidad de la vida es un planteamiento radical, anticapitalista" (Ibídem, pág. 328).
Conclusión
En el marco de la construcción cultural y simbólica del género y de la división sexual del trabajo: las sociedades han organizado la vida social humana en base a ordenes binarios que separan el mundo en dicotomías tales como: hombre/ mujer; masculino/femenino; producción/reproducción y lo político y lo privado. Sin embargo, una multiplicidad de análisis feministas han cuestionado la naturalización y ontologización de dichos órdenes. Así como han puesto de manifiesto la importancia de transformar las relaciones de opresión y explotación que ocultan dichas formas de explicar el mundo, a través de una praxis feminista. Es decir, una práctica revolucionaria que esté constantemente reformulando los horizontes, así como las estrategias y tácticas de lucha en relación con los movimientos sociales y los contextos políticos económicos particulares en los que habitamos.

Bajo estos presupuestos, la asignación de los trabajos del cuidado al grupo social de las mujeres, no obedece a un orden natural o inmanente a la esencia de estas, sino a la asignación normativa de los cuerpos a dichas tareas específicas vitales para la organización social humana. Esta asignación ha sido impuesta a través de diversas formas de disciplinamiento del cuerpo como el miedo impuesto por el ejercicio sistemático de la violencia física, emocional y estructural en las violaciones sexuales, las mutilaciones, los golpes y las humillaciones.

Es entonces de vital importancia que podamos discriminar las potencialidades de ciertos discursos, así como las paradojas que subyacen a estos. Pues por ejemplo, mientras que la economía del cuidado centra su análisis en que tanto aporta el trabajo no remunerado al desarrollo y la economía capitalista, y por tanto, busca la implementación de estrategias estatales para la liberalización de la mano de obra de las mujeres al sistema de mercado. La ética del cuidado ahonda sobre la vida como una compleja red que necesita de trabajos y cuidados para su sostenimiento. La reconoce frágil e interdependiente, y le apuesta por tanto, a un vuelco radical del sentido en el que nos apropiamos y relacionamos con las y los otros, con el entorno, y la naturaleza. Para construir en lo común; una vida digna para todos y no solo para sí mismos.
Si se quiere considerar los valores que orientan la praxis revolucionaria de las organizaciones y movimientos en su conjunto, es menester ahondar en las diversas formas en que damos sentido y organizamos la vida social. Considero que parte del problema entre quienes afirman que las luchas feministas, ambientalistas, animalistas e indigenistas, hacen ruido a "la verdadera lucha de clases y a los objetivos de estas en la toma del poder político"; ha sido la incapacidad de concatenar las realidades de las mujeres y otras subalternidades a las lógicas que operan y subyacen del modelo de producción capitalista. Cimentadas además, en la falta de voluntad de muchos compañeros –hombres- de cuestionar su posición de privilegio en la sociedad patriarcal y heteronormativa

Considero que el mero hecho de profundizar sobre estos análisis teóricos alrededor de las diversas y complejas realidades de explotación, opresión y apropiación de las mujeres es ya de por sí un recurso fundamental para poder entender y transformar en colectivo, a través de una praxis feminista, las lógicas que operan en las diferentes instituciones de la vida social humana como la familia, el Estado y el mercado. Y que por tanto, considerar a profundidad los horizontes de lucha, es de facto una reconsideración de las estrategias y formas de lucha, por ello, considero que el ejercicio reflexivo deber ser una constante para quienes se piensan las transformaciones de las relaciones de opresión, explotación y opresión de los seres humanos en relación con su entorno.

Bibliografía

CEVALLOS, B. LÓPEZ, C. MOKRANI, D. (2015) ¿Instituciones desde el patriarcado? En: Lang, M. Cevallos, B. y C, López.(Comp.) (2015) ¿Cómo Transformar?. Colombia. Fundación Rosa Luxemburg/Abya Yala

GILLIGAN, C. (2013) La ética del cuidado. Cuadernos de la Fundacion Victor Grifols I Lucas. Barcelona, España.

VARIOS AUTORES. Memorias de las mesas de trabajo del seminario internacional género y cuidado: Teorías, escenarios y políticas. Universidad Nacional de Colombia, Facultad de Ciencias Humanas, Escuela de Estudios de Género. Agosto 2015. Bogotá, Colombia.

GUILLAUMIN, C. (2013) "Mujeres y teorías de la sociedad. Observaciones sobre los efectos teóricos de la ira de las oprimidas". Ediciones Escaparate. Santiago de Chile.

ARANGO, L. G., y MOLINIER, P. (2011). El trabajo y la ética del cuidado. Medellín, Colombia. La Carreta Editores.

OSORIO V. (2015) De cuidados y descuidados: La economía del cuidado en Colombia y perspectivas de política pública. Escuela Nacional Sindical. Colombia.

RODRÍGUEZ C. (2007) Economía del cuidado, equidad de género y nuevo orden económico internacional. En aplicación: Del Sur hacia el Norte: Economía política del orden económico internacional emergente. Girón, Alicia; Correa, Eugenia. CLACSO, Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, Buenos Aires. ISBN 978-987-1183-78-4. Disponible en: http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/sursur/giron_correa/22RodriguezE.pdf

SMALDONE, M. (2013) "Un legado beauvoiriano: El trabajo doméstico desde la perspectiva de Christine Delphy". IdIHCS. Centro Interdisciplinario de investigaciones en Género. Disponible en: http://www.derechoshumanos.unlp.edu.ar/assets/files/documentos/un-legadobeauvoriano-
el-trabajo-domestico-desde-la-perspectiva-de-christine-delphy.pdf

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.