Análisis comparativo Platón - Aristóteles
Descripción
Colegio Sagrado Corazón La Reina
Trabajo Escrito análisis comparativo: Platón y Aristóteles
Alberto Prado García Filosofía IV° Medio Profesora: María Gloria Vallejos Lamig Junio, 2015
Introducción En el presente informe se pretende analizar comparativamente a dos autores estudiados previamente, los filósofos Aristóteles y Platón. ¿Cuál es la verdad de nuestra existencia? ¿Cuál es el origen de nuestro mundo? El cuestionamiento de los temas aceptados por todos tiene raíces desde la época de Sócrates, desde ese instante han vivido muchos hombres dedicados a buscar una nueva visión de las cosas, hombres que han visto la realidad desde otra perspectiva. Evidenciar los errores de la estructura tradicional de pensamiento de nuestra sociedad es solo el primer paso en busca de la verdad. Platón, discípulo de Sócrates, prosiguió el camino hacia el conocimiento inspirado en su maestro, pues si bien este había sido acusado del uso exagerado de la razón y de utilizarla sólo negativamente, Platón consideraba que la razón proporcionaba la certeza de la existencia de los valores como la justicia y la bondad, ideas que constituían la esencia oculta detrás del mundo que percibimos. Y es precisamente la búsqueda del conocimiento verdadero acerca de estas ideas lo que impulsó su filosofía, es la existencia de un mundo inmutable más allá de lo material lo que impulsaba el pensamiento de nuestro filósofo Platón. Intentar responder a la pregunta ¿Cuál es la naturaleza y la realidad última del hombre? fue desde un inicio la interrogante de la filosofía que buscaba la esencia del hombre. Platón desarrolla la filosofía del hombre que puede conocer la verdad, epistemológicamente mediante la idea de dos mundos relacionados por semejanza, copia e imitación en que el hombre es un compuesto de cuerpo y alma, premisa heredada del pensamiento socrático. En este informe comprenderemos cómo se desarrolla esta concepción de la realidad de Platón y cómo fue reorientada en la filosofía de Aristóteles, su discípulo. Todas las cosas cambian para Aristóteles, quien de hecho creó un sistema de filosofía nuevo. Podemos hablar de estos dos últimos filósofos como referentes de los modelos de dos actitudes contrapuestas frente a la realidad, dos tipos opuestos de existencia humana. Siendo Platón el representante del pensamiento idealista dirigido a otro mundo, que no es este mundo sensible y, en cambio, Aristóteles como figura del pensamiento realista en que el verdadero ser no se halla en aquel mundo de ideas perfectas y eternas, sino que en nuestro mundo concreto, en el cual vivimos. Pero este escenario no tiene un carácter negativo por ninguna circunstancia, es lo más lógico y normal para la filosofía dinámica de la antigua Grecia, tal como lo es el pensamiento humano, Aristóteles como todo gran discípulo no se limitó a repetir los planteamientos de su maestro, sino que desarrolló sus propias ideas. La invitación está abierta, a través de este informe el lector está invitado a reflexionar acerca de la realidad de nuestra existencia, descubramos juntos el camino hacia el conocimiento de la verdad. 1
La Teoría de las Ideas de Platón El fundamento del ser de las cosas según Platón se basa en su Teoría de las Ideas, eje a través del cual se articula todo su pensamiento. No se encuentra formulada como tal en ninguna de sus obras, sino tratada desde diferentes aspectos en muchas de sus obras como “La República”, “Fedón” y “Fedro”, citando algunas de ellas. Si en la introducción se extendió la invitación a reflexionar a través de la filosofía de Platón y Aristóteles es porque ambas tienen algo que decir y enseñar en nuestro tiempo. Estaremos hablando en consecuencia de una temática actual, que está viva en cada una de las manifestaciones de nuestra cultura. Platón distingue dos modos de realidad, la inteligible y la sensible. Esto es el dualismo, una nueva perspectiva del mundo en que vivimos, todo lo que nos rodea y que siempre nos ha acompañado, todas las cosas que percibimos a través de nuestros sentidos, las cosas que vemos y sentimos con el tacto, los aromas que podemos oler y los sonidos que escuchamos todos los días constituyen la verdad que el hombre conoce como única y que bien hace en pensar en ella como tal debido a que su condición por defecto de ignorancia no le permite abrir su mente al pensamiento y concepción de una realidad de mayor trascendencia y complejidad. En la filosofía de Platón encontramos una metodología práctica para el entendimiento de estos nuevos postulados, Platón recurrirá a estrategias pedagógicas como las alegorías, del griego allegorein «hablar figuradamente», que representan estas nuevas ideas valiéndose de objetos y concepciones cotidianas para su explicación. De esta forma podemos comenzar entonces a desprender conceptos básicos que nos ayudarán a abrir nuestra mente en el camino hacia la verdad. Primera consideración, la cual ya hemos anticipado, todo lo que conocemos o conocíamos hasta ahora como realidad de nuestra existencia, verdadera y absoluta es la Doxa , concepto utilizado inicialmente por Parménides y que hace referencia al
conocimiento engañoso, es decir, que se concibe como parte de la imaginación, fe o creencia. Es el conocimiento fenoménico, el aspecto que las cosas ofrecen a nuestros sentidos, lo que concebimos como única verdad, pero que solamente constituye el primer contacto que tenemos con las cosas, lo que denominamos experiencia. La misma palabra hace pensar que detrás del fenómeno pueda existir una estructura no perceptible directamente, la cual Platón denomina Episteme , del griego epistḗmē, que viene de “conocimiento” y que solo tiene desarrollo en el
“mundo de las ideas”, lo cual es muy importante y por ello es mencionado, puesto que de ahora en adelante nos referiremos a él en consecuencia como “conocimiento intelectual”. La verdad de 2
las cosas, oculta tras lo que percibimos de ellas a través de nuestros sentidos se encuentra en el mundo del conocimiento intelectual y no en el mundo del “conocimiento sensible”, el cual recibe el nombre de “mundo sensible ”. Pero cuál es la relación entre estos dos mundos. Platón despreciaba la Doxa y a los que hacían uso de ella autoproclamandose poseedores de la sabiduría. Si nos conformamos solamente con este conocimiento basado en el mundo sensible nuestro pensamiento estará vacío, será insuficiente porque para Platón este mundo es solo una copia del mundo de las ideas. Las cosas que conocemos, como las conocemos, existen en tanto que participan del mundo de las ideas porque su esencia, la razón que las hace ser de la forma que son, forma parte del aspecto
inteligible propio de ellas y que es la causa de su modo de ser . Por lo tanto, más aún, Platón considera a las ideas como algo más real y trascendente que las cosas verdaderas, metafísicamente reales.
Para comprender esto de mejor forma, Platón nos ofrece en un pasaje de su obra Fedón, ya mencionada, la diferencia entre las cosas iguales, qué es la igualdad, una idea inmutable; las cosas sensibles que son iguales entre sí pueden sufrir modificaciones y dejarán de ser iguales, pero si pensamos en la igualdad entre dos cosas, nuestra concepción será siempre la misma porque la idea de igualdad no se puede alterar. Entonces de aquí desprendemos ahora dos observaciones importantes: el mundo sensible se caracteriza ontológicamente como cambiante, los entes sensibles son contradictorios, imperfectos y caducan. El mundo inteligible es inmutable, las ideas son idénticas a sí mismas, universales, eternas y perfectas .
Las “cosas bellas” son bellas porque se asemejan a la belleza, participan de la belleza, la cual es una idea, un modelo, un arquetipo si así se lo desea comprender; lo importante ahora es ¿cómo reconocemos la belleza en las cosas sensibles, si en este mundo no se encuentra “la
belleza”? Platón nos explica esto a través de la Teoría de la Reminiscencia , es otra teoría, pero que se desprende de la teoría de la ideas, por lo cual la mencionaremos para concretar y poder entender finalmente de forma consistente las bases de los postulados de Platón. Para Platón, “conocer” no es más que “ recordar ” lo que nuestra alma vio en el mundo de
las ideas. Cómo se explica esto, Platón fue discípulo de Sócrates y Sócrates decía que el hombre es un compuesto de cuerpo y alma, bien fue mencionado en la introducción, pero Platón nos
agrega ahora que el cuerpo es la cárcel del alma y además nos presenta este concepto de la Reminiscencia. En qué consiste; básicamente el alma es inmortal, se unió al cuerpo por accidente, habita en nuestro interior y nosotros habitamos en el mundo sensible, por tanto el alma habita en el mundo sensible, pero cuando el hombre muere, el alma se desprende y viaja al mundo de las ideas, allí puede conocer toda la verdad, la realidad absoluta, el ser de las cosas, observó las 3
cosas “en sí” , es decir en su sustancia, cada vez que el alma vuelve a encarnar en un cuerpo
realiza un viaje previo por el río Leteo en el cual pierde todo el conocimiento verdadero a causa del olvido . Para Platón entonces cada vez que nuestra alma, a través de nuestros sentidos conoce
las cosas sensibles, emite pensamientos acerca de ellas que no son más que recuerdos de lo que vio alguna vez en el mundo de las ideas. Y de esta forma se va concretando la teoría de las ideas de Platón que nos ofrece finalmente un camino de salvación, hacia el conocimiento de la verdad en estas últimas palabras. El hombre que reconoce su ignorancia estará dando el primer paso al descubrimiento del mundo inteligible, entenderá que las cosas que conocemos las conocemos mediante la inteligencia porque las pensamos gracias a las ideas que constituyen su esencia, y además nos entrega la alegoría del mito de la caverna, para que podamos comprender aún más fácilmente que existe incluso una idea suprema, la idea del Bien, que permite que conozcamos las ideas, las nutre y les da vida. De esta forma se cierra la concepción de Platón sobre la realidad, pero sigue abierta a la reflexión por parte de las nuevas generaciones, veremos qué piensan los siguiente filósofos, el más directo, su discípulo Aristóteles. Teoría del Ser de Aristóteles Aristóteles es el discípulo de Platón por excelencia, es autor de una obra muy vasta, que abarca prácticamente todos los sectores de la ciencia y en general, del saber humano. Fue considerado referente de la obra científica por excelencia durante siglos, teniendo una gran influencia en el pensamiento de los judíos, musulmanes y cristianos, a través de este último ha logrado tener una gran extensión hasta la filosofía occidental actual. Pero Aristóteles no desarrolló una filosofía consistente en las premisas de los postulados de Platón como él lo hubiese hecho en sus tiempos respecto a su maestro Sócrates, esto fue mencionado en la introducción y evidenciado en la portada del informe, puesto que en el fresco de Rafael “La escuela de Atenas” que se halla en el Vaticano se pueden apreciar los dos filósofos en el centro del cuadro, Platón apuntando el mundo de las ideas hacia lo alto y Aristóteles firme en el mundo sensible de lo cotidiano. Para Aristóteles no hay dos mundos, la realidad es este único mundo de cosas concretas
en el que vivimos y es aquí donde tenemos que encontrar la esencia. La lógica aristotélica parte del supuesto de que las formas de pensamiento reproducen lo que ocurre en la realidad y no hay 4
nada más. Respecto a esto Aristóteles utilizará la metafísica como “filosofía primera” porque se dedica al estudio del ente dicho de muchas maneras, el ente, como ser , tiene diferentes significados, por ello Aristóteles dice que “el ser se dice de muchas maneras”. Y son dos maneras, el modo de ser “ en sí ” y el modo de ser “ en otro ”. Esto puede sonar complicado, pero no lo es, de hecho el primero es conocido, ya lo hemos mencionado en la teoría de la reminiscencia de Platón, para Aristóteles el modo de ser en sí es la máxima expresión del ser, denominado “ sustancia ” y el modo de ser en otro es denominado “ accidente ”, correspondiendo a la expresión del ente principal en cantidad, relación, lugar, tiempo, posición, acción y pasión. Los postulados iniciales ya están planteados, ahora es tiempo de entenderlos, podemos observar ejemplos de situaciones naturales en el mundo que nos rodea como recursos para ejemplificar lo que Aristóteles nos plantea en la teoría de las ideas. Por ejemplo, el cambio de temperatura en el agua que se enfría, pasando de ser agua caliente a agua fría. Aristóteles dirá que el agua caliente estará por tanto, en potencia de ser agua fría. La potencia es la posibilidad de
adquirir una perfección que no se posee y el Acto es el resultado completo, la perfección adquirida; es fácil identificarlos en el ejemplo anterior. Aristóteles dice además que si existiera un Dios, tendría que ser un acto puro porque metafísicamente es perfecto, no tienen potencias porque ya no puede mejorar más. Existen seres con limitación de potencia debido a su modo de ser, pero no necesariamente porque sean actos puros. Por ejemplo, un conejo no está en potencia de poder hablar porque simplemente no puede hacerlo, no puede cambiar lo que es. Quedando definido que el cambio o movimiento es el paso de la potencia al acto. Existen dos tipos de cambio : el cambio sustancial y el accidental. En el primero el ente
deja de ser lo que es y adquiere una nueva forma, pero la materia es la misma (papel y ceniza), en el segundo cambia la materia y mantiene su forma (agua caliente y agua fría) Finalmente un ser no puede atribuirse a sí mismo las perfecciones, tiene que existir un “ser en acto” como la lluvia y la luz del sol que permiten que una semilla se convierta en árbol. Todos los ejemplos mencionados son cambios apreciables en la naturaleza en los que la materia adquiere una nueva forma. Surge el Hilemorfismos, si el hombre es un compuesto de cuerpo y alma, generalizando, la sustancia es compuesto de materia y forma, siendo en el caso del hombre el cuerpo la materia y el alma, la forma. 5
Cuando Aristóteles nos decía que “el ser se dice de muchas maneras” nos enunciaba desde un comienzo el principio de categorías . Primero debemos saber que la materia es lo indeterminado, lo pasivo, aquello de lo cual algo está constituido, la determinación de su modo de ser la recibe de su forma, la cual hace que sea lo que es, le otorga su esencia. Toda la materia debe ser necesariamente “informada” constituyendo un compuesto. Para Aristóteles no existe la materia pura. No debemos confundir forme con figura, la figura es un accidente, la forma es la esencia del ser. Según Aristóteles, lo propiamente cogniscible de un ente es su forma. Se conoce algo
cuando se capta su forma, operación que no realizan los sentidos, sino el intelecto. Para
Aristóteles las formas son inmanentes a las cosas sensibles siendo la materia el principio de individualización de la forma. Para explicar el cambio hay cuatro causas: la causa formal, causa final, causa eficiente y la causa material. La causa formal es la forma. La forma es causa de algo porque determina su estado
específico. Mientras que la causa material es la materia, que hace que este mundo no sea un
mundo de puras formas como el de las ideas platónicas, sino un mundo sensible y cambiante. La causa eficiente es el motor o estímulo que desencadena el proceso de desarrollo del individuo. Y la causa final es entonces aquello hacia lo que el individuo se orienta, o como Aristóteles dice “aquello hacia lo cual algo es”, es decir, el Bien. De esta forma vemos cómo se concreta el sistema de filosofía de Aristóteles, rasgos diferentes y similares respecto a su maestro Platón se pueden apreciar, hemos visto cómo llegamos finalmente a la idea del Bien, pero desde una concepción de la realidad diferente. 6
Comparación de las teorías del ser de las cosas de Aristóteles y Platón Nos acercamos hacia la conclusión de este informe y el desenlace radica en recuperar cuales han sido las herramientas que nos han dado estos dos filósofos para responder a la interrogante ¿Qué hace que algo sea lo que es? Para ello haremos una comparación final entre ambos. La diferencia fundamental entre la metafísica de Platón y Aristóteles es que para Platón los conceptos son ideas, y para Aristóteles son formas. Podemos apreciar dos actitudes contrapuestas frente a la realidad, dos tipos opuestos de existencia humana. Siendo Platón el representante del pensamiento idealista dirigido a otro mundo, que no es este mundo sensible porque si bien Platón piensa que existen dos mundos, el de los objetos sensibles (mundo sensible) y el de las ideas (mundo inteligible) este último mundo es el que proporciona un conocimiento verdadero, y del único del que nos podemos fiar, mientras que el segundo se basa en la Doxa u opinión. En cambio, Aristóteles como figura del pensamiento realista en que el verdadero ser no se halla en aquel mundo de ideas perfectas y eternas, sino que en nuestro mundo concreto, en el cual vivimos, c ompuesto de cosas con “forma” las cuales existen con los individuos, pero no desaparecen con su muerte. Aquí hay un rasgo de similitud que se deja entrever levemente, las formas al ser más permanentes pierden realidad en el mundo sensible, lo cual las hace similares a las ideas de Platón. Qué es lo que sucede, bueno, Aristóteles afirma la existencia de un elemento universal y racional al igual que Platón, ambos desarrollan sus estudios en torno a la idea de la esencia de las cosas, que sería la aproximación más certera respecto a lo que hace que las cosas sean como son. Lo que no comparten es la supuesta necesidad de establecer dos mundos separados. La esencia para Aristóteles es una realidad inmanente y por tanto, no trascendente. Para Platón la esencia de un ente es otorgada por la idea inteligible de la cual participa y forma parte, mientras que para Aristóteles es la forma, perteneciente al mismo mundo del ente. Ya hemos analizado puntos de encuentro y discrepancias más importantes entre Platón y Aristóteles, maestro y discípulo, padres de la filosofía; ahora nos preguntamos qué nos queda como tarea para nosotros; he aquí una última referencia, para ambos filósofos, el camino hacia el conocimiento de la verdad está abierto para el hombre que abre su mente hacia nuevos pensamientos y concepciones de la realidad, lo importante es cambiar la perspectiva y ver nuestro mundo reconociendo nuestra propia verdad y con el impulso persistente hacia la sabiduría y la búsqueda constante, quizás no lleguemos a encontrar la verdad acerca de lo que nos hace ser como somos, quizás si, el hombre podría llegar a comprender la verdad que sustenta a nuestra realidad, pero lo importante no es la llegada inmediata hacia el resultado determinante de nuestra existencia, es abrir nuestra mente para orientar nuestra existencia hacia una realidad sustentable. 7
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