“Amor, política y retórica: Aspasia en la Vida de Pericles”. V Jornadas de Historia de las Mujeres y Problemáticas de Género. Buenos Aires, Universidad de Morón. 24 de octubre de 2015.

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Descripción

V Jornadas de Historia de las Mujeres y Problemática de Género La experiencia del amor en el Mundo Antiguo 23 y 24 de Octubre de 2015

Amor, política y retórica: Aspasia en la Vida de Pericles

Analía Sapere UBA-CONICET [email protected]

Introducción Aspasia de Mileto es un personaje femenino singular dentro de la cultura griega 1. Entre las fuentes antiguas que hablan de ella podemos mencionar a autores tan disímiles como Aristófanes, Ach. 528-531; Jenofonte, Mem. 2.6.36 y Oec. 3.14, Platón, Mx. 236a; Cicerón, Inv. 1.51-53; Luciano, Im. 17 y Ateneo 533c-d2. La tradición oscila entre ofrecer la imagen de cortesana y de erudita, dos aspectos que Plutarco, a quien nos dedicaremos en este oportunidad, también indica, aunque de manera particular, como veremos. Plutarco dedica a Aspasia principalmente dos capítulos de la biografía de Pericles, el 24 y el 32, y algunas menciones en capítulos vecinos (25, 30, 31). En el capítulo 24 refiere de manera ambigua la actividad de Aspasia, pues se describe por un lado su influencia en la vida pública, en tanto conocedora de los asuntos políticos y las artes retóricas (ὡς σοφήν τινα καὶ πολιτικὴν; δόξαν εἶχε τὸ γύναιον ἐπὶ ῥητορικῇ; cf. Beneker, 2007)3 y por otro se alude a actividades vinculadas con la prostitución. La misma ambigüedad se aplica a su relación con Pericles, de la que se dice tanto que es fundada en un interés intelectual cuanto amoroso/sexual (ἐρωτική). En el capítulo 31, por su parte, Plutarco menciona que Aspasia es acusada de impiedad (ἀσέβεια) y de recibir en secreto mujeres que luego mantenían relaciones con Pericles (Περικλεῖ γυναῖκας ἐλευθέρας εἰς τὸ αὐτὸ φοιτώσας ὑποδέχοιτο). Nuestra intención en la presente comunicación es primero describir los procedimientos retóricos a partir de los cuales Plutarco realiza la caracterización de Aspasia, con la intención de demostrar luego su funcionalidad en conexión con la narración integral de la biografía. Nos basaremos para fundamentar nuestra propuesta en un análisis retórico-discursivo, motivo por el cual nos atendremos a la liAcerca del personaje de Aspasia en Plutarco y en otras fuentes cf. Abbott (1891: 329), Gomme (1977), Keuls (1993: 198 ss.), Glenn (1994 y 1997), Henry Chair (1995), Allen (1997), Loraux (2003), Welch & Jobe (2005), Bloomer (2005: 224), Mattaliano (2011: 80-86), Beneker (2007 y 2012: 43 ss.), Christodoulou (2013: 235-7).. 2 Llama la atención, dada la singularidad del personaje, que Tucídides no la mencione. Como observa Mattaliano (2011: 86), este silencio está motivado, muy probablemente, a los fines de proteger a Pericles, personaje representativo de la polis ateniense, de la propaganda hostil que se había encendido en su contra. 3 Lamentablemente, no se han conservado textos de Aspasia que pudieran probar sus dotes retóricas y literarias. Cf. Welch & Jobe (2005). 1

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nealidad del relato, en la medida en que esto nos ayudará a entender el encadenamiento de elementos de la descripción y la forma en que se ponen en relación. Caracterización de Aspasia La primera mención de Aspasia se da en el capítulo 24. Allí aparecen en el comienzo dos facetas distintas de su persona también recogidas por la tradición. En primer lugar, se nos habla de Aspasia como consejera de Pericles, pues se dice que ésta lo instiga a iniciar la guerra contra Samos (ἐπεὶ δ' Ἀσπασίᾳ χαριζόμενος δοκεῖ πρᾶξαι τὰ πρὸς Σαμίους: 24.2), lo que desencadena un excurso por parte del biógrafo, motivado por la extraña influencia de esta mujer en asuntos políticos (y también filosóficos4), aunque sin que se desprenda de ello ninguna opinión negativa (τίνα τέχνην ἢ δύναμιν τοσαύτην ἔχουσα, τῶν τε πολιτικῶν τοὺς πρωτεύοντας ἐχειρώσατο, καὶ τοῖς φιλοσόφοις οὐ φαῦλον οὐδ' ὀλίγον ὑπὲρ αὑτῆς παρέσχε λόγον: 24.2-3). El excurso comienza entonces con una muy breve genealogía de Aspasia y sus orígenes en Mileto. Luego, Plutarco señala que “dicen” (φασὶ)5 que Aspasia imitaba a Targelia, otra mujer jonia que sedujo a los poderosos. En efecto, esta tal Targelia era muy bella y astuta, y se había acostado con “la mayoría de los griegos” (πλείστοις μὲν Ἑλλήνων συνῴκησεν: 24.4), convenciéndolos de este modo de adscribir a la causa persa. Su influencia había llegado incluso a reyes importantes. La primera mención de Aspasia se divide, pues entre la alusión a su incumbencia en los asuntos políticos y las sugeridas armas de seducción que para ello emplea. Lo interesante es que Plutarco no dice abiertamente que Aspasia sedujo a Pericles para influir en él, sino que recurre a una comparación para que en todo caso sea el lector quien saque dicha conclusión6. Plutarco vuelve inmediatamente a referirse a Aspasia, diciendo que Pericles la trataba con respeto (σπουδασθῆναι) porque era sabia y política (ὡς σοφήν τινα καὶ πολιτικὴν: 24.5).7 Para sustentar el argumento que describe a Aspasia como una mujer digna de admiración a partir de sus dotes intelectuales, se menciona que Sócrates la frecuentaba con sus amigos y que estos incluso llevaban a sus propias mujeres a lo de Aspasia, para escucharla; en la misma oración, no obstante, Plutarco añade que en su casa Aspasia no se dedicaba a una actividad “venerable”, sino que “criaba muchachas para ser cortesanas” (καίπερ οὐ κοσμίου προεστῶσαν ἐργασίας οὐδὲ σεμνῆς, ἀλλὰ παιδίσκας ἑταιρούσας τρέφουσαν 24.5-6). Lo curioso de este pasaje no es tanto su contenido contradictorio, sino además la forma en la que Se menciona su relación con Sócrates. Recurso que le permite al biógrafo no asegurar el contenido de lo dicho, pues se lo adjudica a un enunciador indefinido. 6 La comparación siempre resulta engañosa, puesto que no existe equivalencia exacta entre los dos términos comparados. Loraux (2001: 6ss) por ejemplo, se pregunta en qué medida o en qué aspectos Aspasia emulaba a Targelia, pregunta completamente pertinente, dada la escasez de información con la que contamos. 7 El término σπουδάζω, sin embargo, es ambiguo; en voz pasiva puede querer decir “ser tratado con respeto” pero también, para las mujeres “ser cortejada” (cf. LSJ). No descartamos que Plutarco esté explotando aquí dicha ambigüedad. 4 5

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se expresa, de una manera cuasi ilógica: por un lado asistían a la casa de Aspasia los atenienses amigos de Sócrates con sus mujeres con el propósito de instruirse (un dato que, por otra parte, era proporcionado para completar el retrato de Aspasia como culta e inteligente), pero por otro se dice abiertamente que las que se instruían allí eran prostitutas. Para cualquier lector es evidente la incongruencia. Avancemos en la descripción. En el párrafo siguiente asistimos a una contradicción del mismo estilo: luego de añadir una información de tipo estrictamente biográfico aportada por Esquines (que Aspasia se casó con Lisicles a la muerte de Pericles), Plutarco señala, tomando como fuente a Platón en Menéxeno (235e)8, que ésta se había relacionado con muchos atenienses por su competencia retórica (ὅτι δόξαν εἶχε τὸ γύναιον ἐπὶ ῥητορικῇ πολλοῖς Ἀθηναίων ὁμιλεῖν: 27.4), aunque también “parece” que la relación afectiva con Pericles era más bien de tipo amoroso (φαίνεται μέντοι μᾶλλον ἐρωτική τις ἡ τοῦ Περικλέους ἀγάπησις γενομένη πρὸς Ἀσπασίαν: 24.7.5-6). Mientras que en la contradicción anterior se contraponían la labor retórica/intelectual y la actividad de cortesana, aquí se establece la contradicción entre su valor como mujer intelectual y su rol de amante de Pericles. Inmediatamente a continuación (de manera concatenada) Plutarco ofrece la información correspondiente a la primera esposa de Pericles (no mencionada antes en la biografía), madre de sus hijos Calias, Jantipo y Páralo. Dado que con ésta no tenía una buena relación, dice Plutarco, Pericles la entregó a otro hombre con su consentimiento (εἶτα τῆς συμβιώσεως οὐκ οὔσης αὐτοῖς ἀρεστῆς, ἐκείνην μὲν ἑτέρῳ βουλομένην συνεξέδωκεν: 24.8), para tomar luego a Aspasia, a la que “amó especialmente” (αὐτὸς δὲ τὴν Ἀσπασίαν λαβὼν ἔστερξε διαφερόντως: 24.8). La prueba de ese amor la encuentra Plutarco en el rumor (ὥς φασι: 24.9) de que siempre la besaba cuando iba y venía del ágora (εἰσιὼν ἀπ' ἀγορᾶς ἠσπάζετο9 καθ' ἡμέραν αὐτὴν μετὰ τοῦ καταφιλεῖν). Sin solución de continuidad, y tomando como fuente ahora a “las comedias” (sin mencionar cuáles)10 se dice que Aspasia era llamada “nueva Ónfale, Deyanira y Hera”, aludiendo desde luego a esposas o mujeres proverbialmente dominantes por sobre sus hombres (Ónfale, quien esclaviza a Heracles; Deyanira, su asesina y Hera, constante molestia e influencia para Zeus). En esta oportunidad, pues, pasamos de la imagen de la esposa que despierta deseo sexual en Pericles (reforzada, por cierto, debido al contraste con la primera mujer de Pericles) a la esposa demandante y tiránica, a partir de las alusiones mitológicas, en lo que constituye una nueva descripción doble de Aspasia. Debemos señalar que Plutarco suele criticar la función difamatoria de los comediógrafos, por lo que el uso de estas citas no es indicador de su veracidad o valor probatorio. Sí es llamativa, en todo caso, su insistencia y lugar preeminente. De hecho, siguen luego las acusaciones de prostituta por parte de los cómicos Cratino y Éupolis, cuyos versos Plutarco advierte, no obstante, que el principio del diálogo está escrito en tono de broma (εἰ καὶ μετὰ παιδιᾶς τὰ πρῶτα γέγραπται: 24.7.2), pero que la información que él toma aquí es “histórica” (τοσοῦτόν γ' ἱστορίας ἔνεστιν: 24.7.3). 9 Nótese el empleo del verbo ἀσπάζομαι, que se supone emparentado etimológicamente con "Aspasia". Sus sentido son "recibir amablemente", "abrazar", "besar". 10 Adesp. 63 CAF III 63. 8

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son incluso citados: “La lujuria engendró para él a Hera Aspasia, una perra” (Ἥραν τέ οἱ Ἀσπασίαν τίκτει [καὶ] Καταπυγοσύνη / παλλακὴν κυνώπιδα, 24.9, fr. 241 CAF I 86 de Cratino); “¿Me vive el bastardo? [...] Y hace tiempo sería un hombre, si no temiera la maldad de la prostituta” (ὁ νόθος δέ μοι ζῇ; [...] καὶ πάλαι γ' ἂν ἦν ἀνήρ, / εἰ μὴ τὸ τῆς πόρνης ὑπωρρώδει κακόν, 14. 10, fr. 98 CAF I 282 de Éupolis). El desplazamiento aquí es de esposa a prostituta, con términos bastante injuriosos, por cierto. La descripción del capítulo 24 culmina destacando la fama de Aspasia, al señalar que el propio Ciro nombró a Milto, su concubina más amada, con el nombre de Aspasia. Para ilustrarlo, se introduce una semblanza de dicha cortesana de Ciro, muy influyente también en asuntos políticos, lo que conforma a nuestro entender una composición circular del retrato de Aspasia en este capítulo, pues comenzó con la comparación con Targelia y finaliza ahora con la comparación con Milto, en roles similares de amantes de los poderosos y muy influyentes en los asuntos públicos. Pero la descripción de Aspasia no termina allí, sino que puede verse complementada por otra sección de la biografía, a partir del capítulo 30. Allí se ponderan las causas de la Guerra del Peloponeso y se sugiere la responsabilidad de Aspasia, argumento esgrimido por los megarenses11, valiéndose de los versos de Aristófanes en Acarnienses 524-527, aunque no se entiende con claridad el carácter probatorio de los versos: “Unos jóvenes, tras ir borrachos a Megara a lo de una puta simeria, la raptaron. Los megarenses, enfurecidos por el dolor, raptaron en compensación a dos putas de Aspasia”12. Es curioso que nuevamente se señala a Aspasia como causante de una guerra (antes contra Samos, ahora contra los megarenses, como inicio de las hostilidades de la Guerra del Peloponeso), lo que tiene aspecto de tópos literario (recordemos el caso de Helena de Troya, por ejemplo; cf. Loraux, 2001: 10). En los capítulos 31 y 32 continúa el tratamiento de las causas de la Guerra, y hallamos la referencia a distintos juicios y acusaciones en contra del que podríamos llamar “círculo de Pericles”: Fidias, Aspasia, Anaxágoras, e incluso contra el propio Pericles (Banfi, 1999; Giombini, 2003: 10 ss.). Fidias era acusado de robo en la realización de las estatuas de la Acrópolis; Pericles, por medio de Anaxágoras, fue acusado de irreligiosidad, y Aspasia es llevada a juicio por el comediógrafo Hermipo, quien presenta el cargo de impiedad (ἀσεβείας: 32.1.2), y la acusa también de recibir en secreto mujeres que luego tenían relaciones con Pericles (ὡς Περικλεῖ γυναῖκας ἐλευθέρας εἰς τὸ αὐτὸ φοιτώσας ὑποδέχοιτο: 32.1.3-2.1). Todas estas acusaciones son mencionadas por Plutarco para sugerir que Pericles impulsa la guerra no tanto por obstinación (como se manifiesta en el conflicto con los meSe dice que la tensión entre Mégara y Atenas se precipitó por el asesinato del heraldo enviado a Mégara y que “los megarenses” (los historiadores o los megarenses contemporáneos de Plutarco) niegan el asesinato y atribuyen a Aspasia y a Pericles la responsabilidad. 12 πόρνην δὲ Σιμαίθαν ἰόντες Μεγάραδε / νεανίαι κλέπτουσι μεθυσοκότταβοι· / κἆθ' οἱ Μεγαρῆς ὀδύναις πεφυσιγγωμένοι / ἀντεξέκλεψαν Ἀσπασίας πόρνας δύο (30.2) 11

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garenses) o rivalidad contra los lacedemonios, sino como un medio de distraer a los atenienses de tales conflictos locales, para que se enfoquen, en cambio, en la guerra13. Aquí también advertimos una forma duplicada de construir el personaje de Aspasia, en esta oportunidad, sobre la base de la sýnkrisis de Anaxágoras y Fidias. En primer lugar, porque la ἀσέβεια de Aspasia no es desarrollada en el texto, sino simplemente mencionada, remitiendo, por proximidad, a la ἀσέβεια atribuida a Pericles por haber recibido las enseñanzas científicas de Anaxágoras (lo que sí se desarrolla en el texto ampliamente14). Luego, porque la acusación de recibir mujeres ha sido atribuida previamente a Fidias, en el capítulo 1315. Por tal motivo, aquí se vuelve a definir su figura de una manera híbrida, en tanto se la vincula con el aspecto intelectual de Pericles (en este caso, científico) y con su aspecto lujurioso, elemento que también había quedado resaltado en el capítulo 24 cuando se describía la fogosa relación entre ambos. Luego de presentar estos hechos como los posibles motivos de la guerra, como ya dijimos, Plutarco concluye, no obstante, que no hay seguridades respecto de las verdaderas causas (αἱ μὲν οὖν αἰτίαι, δι' ἃς οὐκ εἴασεν ἐνδοῦναι Λακεδαιμονίοις τὸν δῆμον, αὗται λέγονται· τὸ δ' ἀληθὲς ἄδηλον: 32.6). Una pregunta que se suscita en este punto es el grado de confiabilidad que el biógrafo le puede estar atribuyendo a la fuente (Hermipo), dado que los cómicos son en general despreciados en la obra. De hecho, en esta misma biografía ya ha quedado explícito que Plutarco considera que los comediógrafos tienen una mirada tendenciosa y falaz de la figura de Pericles (Vickers, 2004). Conclusiones Luego de recorrer, entonces, todos los pasajes en los que se menciona a Aspasia en la biografía, es posible arribar a algunas conclusiones. En primer lugar, el carácter híbrido de su personalidad. Plutarco exhibe, en las distintas instancias de la descripción, dos tipos distintos de Aspasia, muchas veces irreconciliables (al menos, desde el punto de vista discursivo). ἐλπίζων διασκεδάσειν τὰ ἐγκλήματα καὶ ταπεινώσειν τὸν φθόνον, ἐν πράγμασι μεγάλοις καὶ κινδύνοις τῆς πόλεως ἐκείνῳ μόνῳ διὰ τὸ ἀξίωμα καὶ τὴν δύναμιν ἀναθείσης ἑαυτήν (32.6). 14 La educación que Perícles recibe de Anaxágoras lo lleva a adquirir dignidad y sensatez (ὄγκον αὐτῷ καὶ φρόνημα: 4.6.2), un espíritu científico y no supersticioso (μετεωρολογίας καὶ μεταρ-σιολεσχίας: 5.1.2; Οὐ μόνον δὲ ταῦτα τῆς Ἀναξαγόρου συνουσίας ἀπέλαυσε Περικλῆς, ἀλλὰ καὶ δεισιδαιμονίας δοκεῖ γενέσθαι καθυπέρτερος: 6.1.1-6.1.3 ), a formar un carácter sublime, un discurso elevado y exento de bufonerías (τὸ φρόνημα σοβαρὸν καὶ τὸν λόγον ὑψηλὸν εἶχε καὶ καθαρὸν ὀχλικῆς καὶ πανούργου βωμολοχίας: 5.1.4-5) y una forma de ser seria y sin agitaciones, lo que transmitía también en su forma de expresarse (προσώπου σύστασις ἄθρυπτος εἰς γέλωτα καὶ πρᾳότης πορείας καὶ καταστολὴ περιβολῆς πρὸς οὐδὲν ἐκταραττομένη πάθος ἐν τῷ λέγειν καὶ πλάσμα φωνῆς ἀθόρυβον καὶ ὅσα τοιαῦτα πάντας θαυμαστῶς ἐξέπληττε: 5.1.5-5.2.1), moviéndose con sumo cuidado en la vida pública (cf. cap. 7). Nótese la influencia positiva y sus puntos en contacto con lo mencionado acerca de Aspasia. 15 Fidias era acusado de recibir mujeres libres que frecuentaban a Pericles, rumor que fue aceptado por los cómicos (δεξάμενοι δὲ τὸν λόγον οἱ κωμικοὶ), quienes “esparcieron mucha insolencia (ἀσέλγειαν) y, creando calumnias (διαβάλλοντες) contra la mujer de Menipo, amigo y lugarteniente [de Pericles] y contra la cría de pájaros de Pirilampo, quien, siendo compañero de Pericles, tenía la culpa de entregar pavos a las mujeres con las que Pericles mantenía relaciones sexuales”. Acerca de la descripción de Pericles vinculada con lo sexual, cf. Walcot, 1998: 180; Azoulay, 2014. 13

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1. Se habla de su influencia política pero inmediatamente se la compara con Targelia quien se valía del placer sexual para la persuasión, recurso similar al que encontramos en la comparación con la concubina de Ciro. 2. Se menciona su sabiduría política y retórica al punto de ser de interés no sólo para Pericles sino para otros atenienses, quienes acudían a su casa, pero al punto se sugiere que su casa era en realidad un burdel. 3. Se vuelve a destacar su preeminencia en la retórica, aclarando no obstante que Pericles se interesaba en ella por un afecto de tipo amoroso. 4. Cuando se refiere la relación matrimonial que tiene con Pericles en términos de amor pasional, se introduce la comparación con Hera, Ónfale y Deyanira, disminuyendo así su valor de esposa. 5. También en la misma descripción de Aspasia como esposa se la acusa directamente de prostituta (tomando como fuente a la comedia). 6. En la descripción que se desprende del relato de sus acusaciones, se observa también un movimiento de ambigüedad, entre la faceta intelectual (relacionada con Anaxágoras, por cierto) y la faceta lujuriosa (relacionada con Fidias). Asimismo, no debemos olvidar los procedimientos retóricos que subyacen a la descripción, fundamentalmente: discurso directo sin autor reconocible (φασί), términos ambiguos, comparación con otros personajes y citas de autoridad no del todo “autorizadas”, como es el caso de los comediógrafos. En definitiva, Plutarco no ofrece una descripción homogénea de Aspasia, sino que deja al lector los indicios de varias tradiciones que presentan su figura de manera dispar. Ahora bien, esa disparidad no deja de estar en consonancia con la propia figura de Pericles tal como la refleja Plutarco en la biografía: éste también es destacado en las artes retóricas (Bloomer, 2005), elemento de crítica por parte de sus detractores; es considerado un político influyente, ejerciendo su influencia de maneras muchas veces reprochables (como los favores hacia el pueblo); Pericles también ha recibido el escarnio y la burla de los cómicos de su época y ha sido criticado por su desenfreno sexual. Por ende, la figura de Aspasia tiene un rol destacado en la biografía, en la medida en que sirve de reflejo femenino del personaje central, en un procedimiento al que Plutarco nos tiene más que acostumbrados: la comparación16. Será tarea del lector sopesar los argumentos ofrecidos, las pruebas, las citas textuales, y concluir él mismo quién es Aspasia, una mujer inasible dentro del relato del biógrafo, muy probablemente por romper los esquemas esperables en la sociedad de Pericles (Gomme, 1977; Katz, 1992; Keuls, 1993; Giombini, 2003: 8-9)17 y en la propia de Plutarco. Aspasia funciona como un símbolo o metáfora de Pericles también en Menéxeno, como ya ha señalado la crítica. Cf. una discusión y resumen al respecto en Cheree Carlson, A. (1994: 38 ss.). De hecho, la autora verá este procedimiento, entre otros en las distintas fuentes, como la base para que los críticos disminuyan el rol protagónico de una mujer en el campo de la retórica. Cf. también Glenn (1994) 17 Como dice Loraux (2001: 7): “à Athènes plus peut-être qu’ailleurs, l’image de la femme est clivée entre la figure de l’épouse, mère des enfants légitimes, dépourvue de toute autonomie personnelle 16

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comme de toute personnalité juridique, et que l’orthodoxie des représentations civiques veut la plus ignorante possible,” 7

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