Ambitos de la Moral

July 21, 2017 | Autor: Ana M | Categoría: Moral
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Descripción

EL ÁMBITO INDIVIDUAL:

El amor propio
En su sentido radical, el amor es atracción, afán de vínculo, interés y cuidado; por ende, implica conocimiento de lo que se ama y esfuerzo para cuidarlo. El amor propio exige autoconocimiento y diálogo interior, y consiste en el cuidado permanente de nuestra propia persona y de su libertad responsable para poder experimentar el crecimiento de nuestra autonomía y personalidad ética.

El amor propio, en tanto virtud ética, no consiste en darnos todas las cosas que deseemos, ni tampoco en elaborar una idea agradable de nosotros mismos, ni mucho menos en una actitud de orgullo y egoísmo, sino en cultivar lo más preciado que tenemos: la libertad responsable. Se trata de amar o cuidar nuestro deseo de ser "mejores" siendo fieles a él u convirtiéndonos en los conductores de nuestra propia vida.

El ámbito interpersonal: las amistades y las relaciones amorosas
El cultivo de uno mismo se irradia o extiende en primer término, a las amistades y las relaciones amorosas. Los seres humanos necesitamos el afecto y reconocimiento de nuestros semejantes, pero también necesitamos cuidar y amar a otros para humanizarnos. Las relaciones interpersonales adquieren una cualidad ética cuando hay un interés y respeto mutuo por el despliegue de la libertad del otro. Estas relaciones interpersonales requieren reciprocidad, en sentido de que no puede haber dominio de uno por otro o desigualdad en el interés por el bienestar del otro. La reciprocidad permite que ambos miembros de la relación descubran sus capacidades y puedan desarrollarlas sin cortapisas.

El ámbito familiar
En cuanto a la familia, es preciso tomar en cuenta que, en tanto "célula de la sociedad", es la primera forma de intercambio social al que enfrentamos desde que nacemos y, gracias a ella, la sociedad transfiere su herencia cultural a cada uno de sus miembros.

El fin ético de la familia consiste en procurar el bienestar y el desarrollo adecuado de cada uno de sus miembros como personas autónomas y responsables.
El significado ético de la familia está determinado por los valores de igualdad y libertad, de respeto recíproco de unos por otros, y por la búsqueda de complementación y colaboración.

ÁMBITO SOCIAL

La escuela
La escuela, por su parte, es el ámbito en que experimentamos de la infancia las diferencias entre personas. En la escuela nos encontramos con personas con otras costumbres y creencias, con otros estilos de vida y la aceptación de unos por otros no está garantizado. Tenemos que aprender a conocer y reconocer las diferencias, tenemos que construir el vínculo con los demás y conquistar su amistad.

Uno de los valores más importantes que puede transmitir la escuela es el de la libertad de pensamiento, que es inseparable del ejercicio de la autonomía. Esta libertad se alcanza mediante la búsqueda del conocimiento y la verdad. El saber hace libres a los seres humanos y los capacita para ejercer una reflexión más consciente y adecuada de su realidad.

El trabajo y el ocio
La dimensión ética del ámbito laboral reside en lo que los griegos llamaron el "bien hacer". Solamente hacemos algo de manera plena cuando se hace bien. El bien no es un mero añadido, sino que es parte del hacer mismo. Hacer mal algo es, en realidad, deshacerlo, no lograr lo propio de ese algo.

El trabajo se diversifica en diferentes profesiones, y el profesional es aquel que sabe hacer su trabajo y que actúa conforme a sus valores y responsabilidades de su profesión. Es preciso realizar el trabajo con concentración, entrega, cuidado, inteligencia, cumplimiento y sacrificio (si es necesario).

La patria
La patria nos ha heredado su historia, su territorio, sus costumbres, su gente, pero que también nos cede la responsabilidad de vivir por y para ella.

La patria nos pertenece, pero nosotros nos debemos a ella; no es necesario vivir en situaciones difíciles para hacer algo por ella. Es nuestra responsabilidad estar al tanto de las problemáticas que padece la nuestra, ya que mantenernos informados acrecienta nuestro concepto de "bien común", que está muy por encima de "bien individual".

La naturaleza y el medio ambiente
Desde la perspectiva filosófica, la naturaleza es para el hombre más que un lugar en el que habita, pues estamos hechos de los elementos químicos y biológicos que conforman la naturaleza entera. La Tierra es un complemento indispensable de nuestro ser y, en esta medida, la actitud hacia ella adquiere una dimensión ética.

Podemos establecer dos tipos de vínculo con la naturaleza. Por un lado, una relación pragmática y utilitaria, pues tenemos que transformar los recursos naturales, trabajarlos, para sobrevivir; pero por otro lado, la naturaleza puede ser objeto de contemplación desinteresada (no utilitaria) desde el punto de vista estético y desde el punto de vista cognoscitivo (científico o filosófico), con lo cual establecemos un vínculo de respeto y gozo hacia ella.

La relación ética con la naturaleza se da cuando no priorizamos sólo el valor de la utilidad de los recursos naturales; cuando si bien obtenemos beneficios, racionalizamos la forma de intervenir en la naturaleza, tratando de no alterar su orden propio y midiendo las consecuencias que podernos causar con la intervención porque valoramos a la naturaleza como fuente de goce estético, de conocimiento e incluso de ámbito de lo sagrado.



Los elementos esenciales que participa en la moral son:

Normas o códigos morales que regulan las acciones.

Sujeto libre y consiente capaz de realizar esta normas.

Valores inherentes a las normas o reglas de conducta: bien, bondad, justicia, honor, fidelidad, entre otros.



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