ALTERNANCIA DE TURNOS Y CONVERSACIÓN. SOBRE EL PAPEL REGULADOR DE LOS SUPRASEGMENTOS EN EL HABLA SIMULTÁNEA

July 26, 2017 | Autor: A. Hidalgo-Navarro | Categoría: PROSODIA Y PRAGMÁTICA
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REVISTA LINGÜÍSTICA ESPAÑOLA ACTUAL (1998) ALTERNANCIA DE TURNOS Y CONVERSACIÓN. SOBRE EL PAPEL REGULADOR DE LOS SUPRASEGMENTOS EN EL HABLA SIMULTÁNEA ANTONIO HIDALGO NAVARRO Dpto de Filología Española (Grupo Val.Es.Co) Universidad de Valencia 1. SOBRE LAS UNIDADES DE LA CONVERSACIÓN Y SU ORGANIZACIÓN En los últimos veinte años las investigaciones lingüísticas han venido experimentando un creciente interés hacia el análisis de la conversación como estructura interactiva dotada de organización interna. Desde muy diversas perspectivas y orientaciones se ha defendido la necesidad de explicar en qué pueda consistir esa organización1, diversidad que, obviamente, ha producido cantidad ingente de opiniones, a veces colindantes, a veces divergentes. En cualquier caso, parece razonable admitir que la organización de la conversación no responde de forma precisa a una sucesión continuada y lineal de enunciados producidos por hablantes diversos. Más bien, se acepta como válido el principio de que en la conversación existe una estructura que determina su carácter específico (Levinson, 1989). Dicha estructura puede configurar desde agrupaciones simples como los pares adyacentes (enunciados pareados del tipo pregunta-respuesta, saludo-saludo, ofrecimientoaceptación…)2, hasta otras más complejas como las secuencias de inserción, en que un par pregunta-respuesta se inserta en otro (situación que puede manifestarse de muy diversas maneras3). Lo importante, en todo caso, es advertir que el inicio y desarrollo de la conversación configuran un proceso de negociación derivado de la intencionalidad 1Sin

pretender agotar las perspectivas de análisis podemos agrupar en tres orientaciones las líneas más importantes dedicadas a este estudio, tal como B. Gallardo (1993b:7-13) ha observado: el Análisis del Discurso, surgido en Gran Bretaña en torno a los años 60, la Pragmática Dialógica, desarrollada en diversas universidades francófonas europeas (Lyon, Ginebra, París…), y fuera de la órbita europea, el Análisis Conversacional de los etnometodólogos norteamericanos. 2Schegloff & Sacks (1973) distinguen estructuras pareadas: - adyacentes (una intervención sucede de forma consecutiva a otra); - producidas por hablantes diferentes; - ordenadas como 1ª/2ª parte; - clasificadas de modo que la 1ª parte requiere la 2ª. 3Parece necesario, pues, matizar el criterio de adyacencia con la noción de pertinencia condicional (dada una primera parte del par, una segunda parte es pertinente y esperable, y si ésta no se produce deberá interpretarse donde sea posible un elemento preliminar de esa segunda parte; Levinson, 1989:293).

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comunicativa (compartida o no) de los hablantes, lo que determina la estructura del intercambio verbal dado (Roulet et al., 1985; Roulet, 1992:94)4. La estructura de la conversación es, pues, esencialmente pragmática (Dascal, 1992), y condiciona, no la sucesión aleatoria de turnos de habla, sino la agrupación de éstos en unidades superiores, organizadas de tal modo que la coherencia comunicativa queda garantizada. Esta configuración conversacional abstracta, de naturaleza pragmática, se asienta en unidades comúnmente aceptadas por los analistas de la conversación y del discurso oral; se confirman así dos niveles estructurales, el monológico y el dialógico, a los que se asignan unidades con distinto rango jerárquico (Kerbrat-Orecchioni, 1990:213). Al primer nivel corresponden el enunciado (acto de lenguaje) y la intervención. En el segundo nivel actúan, por orden creciente de jerarquía, el intercambio, la secuencia (unidad estructural intermedia capaz de actuar tanto en el nivel monológico como en el dialógico) y, finalmente, como unidad global, la conversación. Adviértase que nuestro propósito al presentar este cuadro jerárquico no es otro que fijar de manera sencilla el ámbito estructural del que partimos en el presente estudio5, donde trataremos de situar algunos de los procesos sintácticos y/o prosódicos que contribuyen a la progresión conversacional, ya sea mediante la alternancia fluida de turnos, ya sea mediante situaciones de habla simultánea. 2. EN TORNO A LA ALTERNANCIA DE TURNOS 2.1. Entre las constantes funcionales que participan en la alternancia de turnos de la conversación debemos aceptar a priori que a) toda intervención se ve condicionada en mayor o menor medida por la intervención inmediatamente anterior (Gallardo, 1996:53)

4Partiendo

de esta concepción, la Escuela de Ginebra propone tres fases en toda interacción: una proposición, una reacción y una fase de evaluación. Si es clara y completa, es decir, si satisface la restricción de completitud interactiva, la proposición puede llevar a una reacción positiva o negativa. Una reacción o una evaluación incompletas llevarán a la apertura de negociaciones secundarias. Del mismo modo, una proposición, reacción o evaluación incompletas en la negociación secundaria conducirán a la apertura de una negocación terciaria y así sucesivamente. Esto permite a Roulet proponer un modelo de conversación multirrecursivo capaz de dar cuenta del desarrollo de cualquier posible negociación. 5Obviamos, pues, la presentación de un farragoso y complejo estudio crítico sobre las diferentes opiniones acerca de la estructura de la conversación (cfr. al respecto los trabajos de B. Gallardo, 1993b y 1996).

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b) en la sucesión de turnos pueden observarse diversas situaciones6: - cambio de hablante con fluidez (1)

B: ¿QUE cuándo iréis al pueblo por fin A: ¿al pueblo (a vermañana/ sábado [RB37B1, Líneas 1-2]

- habla simultánea en solapamiento (2)

A: yo digo/ ya verás éste meterá la pata// porque es que lo que pasa no sa[bemos =] B: [síii] A: = menTIR [RB37B1, Líneas 100-103]

- rupturas de la alternancia previa (interrupciones, turnos competitivos) (3)

A: entré en el [setenta y cinco] C: [no NOO] pero no NO pero no no qué va todo lo contrario qué va yo/// estoy muy contenta [A. Hidalgo, 1996a:705]

- e incluso conductas claramente divergentes (escisiones conversacionales, cruces) (4)

L: yo lo estoy pagando desde enero/sería C: por allí por las trillas se siega/ se segaba] antes ahora se siega con máquina/pero antes se segaba/así= S: sí 6Los

ejemplos marcados como RB37B1 y AP80A1 han sido tomados de conversaciones ubicadas en el compendio publicado por A. Briz et al. (1995). Sobre las convenciones de transcripción véase A. Briz et al. (1995:40-47). Más específicamente, en los ejemplos hemos empleado los símbolos: Entonación ascendente Entonación suspendida Entonación descendente ^ Entonación circunfleja - Autocorrección / Pausa de menos de 0.5 sg // Pausa de 0.5-1 sg. /// Pausa de más de 1 sg. = Mantenimiento del turno de un participante en un solapamiento. Sangrados a la derecha: Escisiones conversacionales.

3

C: = se hacía así A: oye tienes entierro pagao ¿eh?// ((ya me podrías)) pagar lo mío por lo tuyo] C: y desppués se iba con- con esto/ ((para bajo))]/// recogiendo para que no quedara nada A: yo me he apuntao ahí/y] al niño también lo he apuntao S: ¿qué lees/ [el Muy Interesante7?] A: [en El Ocaso8] [AP80A1, Líneas 159-170]

2.2. Lugares de Transición Pertinente (LTP) y Unidades Construccionales de Turno (UCT) En cualquier caso, la distribución de los turnos está sujeta a ciertas reglas generales9 (Sacks, Schegloff, Jefferson, 1974) y a ciertas señales específicas que regulan el acceso a la palabra y que pueden aparecer tanto al final de una intervención como durante su emisión (Duncan, 1972 y 1973; Auer, 1996)10. Para evitar en lo posible la perturbación del desarrollo conversacional, conviene que tales índices coincidan con los puntos finales de las Unidades Construccionales de Turno (UCT), transiciones que la escuela etnometodológica (Sacks, Schegloff, Jefferson, 1974) ha denominado Lugares de Transición Pertinente (LTP). La sucesión de hablantes pasa, pues, por el necesario reconocimiento de dichos LTPs por parte del oyente, es decir, por la identificación de los puntos finales de las UCTs (Auer, 1996). El problema así planteado parece residir en la necesidad de reconocer una UCT, o más exactamente, de determinar sus criterios demarcativos. Inconveniente que se ve todavía más acentuado si tenemos en cuenta que un hablante puede elegir entre distintos tipos de unidades con diferentes extensiones. Por este motivo, y dado que la oración ofrece múltiples posibilidades de expansión interna, tal unidad sintáctica no parece constituir un patrón demarcativo infalible, al menos en aquellos casos en que un hablante va modificando la estructura de su turno mientras habla. Así pues, contrariamente a la opinión de algunos autores (p.e. la de Sacks, Schegloff, Jefferson, 1974) la identificación de las UCTs no se produce, cuando menos no principalmente, según criterios sintácticos11; y es que en la 7Revista

de divulgación científica. de seguros y decesos. 9Sobre la especificación de tales reglas pueden confrontarse las observaciones B. Gallardo (1996:66) o Levinson (1989:283-290) 10Entre las señales más frecuentes producidas por un hablante (L1) para dejar libre el camino a su interlocutor (L2), Duncan incluye: el silencio, el hecho de que L1 vuelva su cabeza hacia L2, la presencia de cierta entonación final, el arrastre de la sílaba tónica o la final, la emisión de ciertas expresiones fáticas estereotipadas y frases hechas, etc. (Gallardo, 1996:60-61). 11Sobre la inadecuación de la unidad oración como UCT en la conversación coloquial véase la opinión de A. Hidalgo (1996a:1-4), (1997a:20-22) o (1997b:147-149). 8Compañía

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conversación resulta evidente que la sintaxis se subordina a las necesidades pragmáticas y de eficacia comunicativa. Una posible alternativa al respecto es la consideración de los rasgos suprasegmentales, cuya función demarcativa resulta inmediata, como guías de la segmentación en UCTs que se va produciendo a lo largo de cada turno (Hidalgo, 1996b; 1997a; 1997b); tales rasgos permiten al oyente reconocer a cada momento los posibles LTPs, ya sea en el interior del turno, ya sea al final del turno (Gallardo, 1996:78-79, Kotschi, 1996:189). Partimos, pues, de una premisa sencilla y razonable: el grupo de entonación como segmento mínimo de habla12. Más exactamente, nuestra visión del grupo de entonación responde a la definición matizada de Quilis (1993) y Quilis et al. (1993) como “porción de discurso comprendida entre dos pausas, entre pausa e inflexión del fundamental, entre inflexión del fundamental y pausa, o entre dos inflexiones del fundamental que configuran una unidad sintáctica más o menos larga o compleja (sintagma, cláusula, oración)” (Quilis et al., 1993:56-57). Desde esta concepción se reconoce la posibilidad de que una UCT no siempre esté delimitada por pausa, lo que evita algunos de los inconvenientes metodológicos de algunas propuestas analíticas que cuentan con la pausa como índice regular de segmentación en el interior del turno (p.e. Gallardo, 1996 o Kotschi, 1996). De hecho, como premisa metodológica fundamental, debemos advertir que el carácter espontáneo de la conversación coloquial y su inmediatez hacen apenas relevante la presencia de pausa al final de las intervenciones (A. Hidalgo, 1997a:150-156); tampoco en el interior de una intervención la pausa resulta siempre productiva como señal demarcativa de UCTs (Hidalgo, 1997a:178192). 3. SUCESIÓN FLUIDA DE TURNOS VS. HABLA SIMULTÁNEA. CONDICIONES SINTÁCTICAS Y PROSÓDICAS IMPLICADAS EN LA ALTERNANCIA DE TURNOS

En lo que sigue tratamos de apuntar algunas normas funcionales de los rasgos prosódicos dirigidas a establecer posibles límites de UCTs, así como a mostrar la organización de la alternancia de turnos tanto en la sucesión fluida de hablantes como en algunas situaciones de

12Sobre

las implicaciones teóricas de esta decisión metodológica véanse los interesantes comentarios de B. Gallardo (1996:78-79).

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habla simultánea13. Indudablemente, en el desarrollo de esta capacidad la prosodia no actúa aisladamente, sino que va acompañada de otros elementos, por ello resulta imprescindible la contextualización precisa de los recursos prosódicos en cada caso concreto: los suprasegmentos están vinculados a funciones derivadas del uso situacional y situado del lenguaje orientadas a conseguir las metas interactivas pretendidas (Couper-Kuhlen & Selting, 1996:20-21; Hidalgo, 1997b:155-161)14. 3.1. Sucesión fluida de turnos La alternancia fluida de turnos no suele plantear excesivos problemas explicativos, ya que basta con que se identifique un LTP y que éste coincida con el límite de una UCT para que el oyente tenga abierto el camino de su intervención como L2. P.e., esto ocurre, sin duda, cuando el final de un enunciado aseverativo se articula con tonema descendente, un nivel tonal también bajo (en función del rango tonal del hablante L1) y, potestativamente, con una pausa demarcativa de mayor o menor duración15: (5)

L1: porque ya comentándolo p'allá le dije-digo mira digo qué reloj m'he encontrao di(go)¡madre mía d'algún trasto 16 será L2: sí yooo hoombre yo pienso en principio si sería de oro [RB37B1, Líneas 50-52]

13Este

comportamiento constituye un aspecto más de la plurifuncionalidad inherente a los suprasegmentos, capaces de organizar la conversación desde varios puntos de vista: toma de turno, grados de relevancia informativa (establecimiento de implicaturas en los procesos de desambiguación), generación de expectativas sobre la naturaleza de la interacción, etc. (Couper-Kuhlen & Selting, 1996; Auer, 1996). 14Resulta posible, desde este punto de vista el análisis del funcionamiento suprasegmental bajo diversas ópticas o perspectivas, como advierten Couper-Kuhlen & Selting, 1996:31-33): a) Relación entre turnos en el cambio de turnos b) Interpretación de las categorías prosódicas a partir de su implicación en el contexto envolvente, dentro de un mismo turno (p.e., la repetición implica continuidad) c) Interpretación de las categorías prosódicas a partir de su implicación en el contexto siguiente (la suspensión es marca de continuidad al final de una UCT) d) Es particularmente delicada la interpretación precisa del valor de las pausas: la longitud pausal no puede ser considerada en valores absolutos, ya que el ritmo y tempo del habla circundante es lo que determina si la longitud de un silencio es percibida como larga o corta. 15La presencia de pausa no es sin embargo una condición sine qua non. De hecho, es incluso más frecuente la inexistencia de pausa al final de un turno o, cuando menos, la presencia de silencios apenas perceptibles o análogos a la interrupción glotal propia de una consonante oclusiva. Sobre la cuestión, Hidalgo (1997b:150 y ss.) cuantifica en el análisis de una conversación coloquial 211 casos de final de intervención aseverativa+pausa frente a 335 casos de final de intervención aseverativa no delimitada por pausa. 16 Atraco.

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En ocasiones, incluso, L2 interviene inmediatamente después de L1 sin mediar pausa alguna (ni siquiera una oclusión glotal) sino que la primera o las dos primeras sílabas de su intervención se confunden con la parte final de la intervención previa, representando un caso de sucesión de habla sin pausa. Generalmente, esto suele ocurrir tras un tonema descendente previo en la intervención de L1, marca prosódico-sintáctica que representa la completitud de su emisión. L2 interpreta entonces como finalizado el enunciado de su interlocutor, e interviene de forma inmediata sin necesidad de otra marca previa de finalización (silencio, etc.). La presencia de un tonema descendente anula la consideración de estos casos como procesos de interrupción: si L1 ha dado por finalizado su enunciado, L2 tiene libre el camino para intervenir: (6)

L1: ¿cuántos sois ahora? L2: sí [bueno] X: [veinte] // L1: ¡madre mía! § L2: § °(un montón)° // [A. Hidalgo, 1996:578]

Sin embargo, esta situación (sucesión de habla sin pausa) no siempre se produce tras un LTP, sino que L2 puede intervenir después de una estructura construida elípticamente (y conscientemente) por parte del emisor: (7)

L1: seguro eso está claro hombre // pero una llamadaa de veinte llamadas a lo mejor una§ L2: § a ver si llaman a mi madre que si llaman a mi madre no hay ningún problema venga// [A. Hidalgo, 1996:630]

Otras veces L2 desea mantener la continuidad discursiva con L1. De este modo, una posible vacilación previa de L1 queda solapada en la intervención colaborativa de L2. El oyente (L2) cree percibir una marca de vacilación en la intervención previa, por lo que ocupa el turno siguiente con algún elemento (gramatical y/o semántico) continuativo de contacto que permita mantener el hilo discursivo: (8)

L1: sí porque como empiezan las clases yaa § L2: § °(sí)° L1: inmediatamente / [A. Hidalgo, 1996:552]

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En cualquier caso, la sucesión de habla sin pausa no suele desarrollar procesos interruptivos. 3.2. Solapamientos: habla simultánea Las condiciones anteriores, es decir, el hecho de que determinadas señales externas (lingüísticas, paralingüísticas y/o kinésicas) y reglas de alternancia permitan asegurar una sucesión de turnos de habla sin vacíos ni superposiciones representan, evidentemente, situaciones ideales (Gérard, 1987:43). En realidad, en la conversación cotidiana esta reglamentación no siempre es perfecta, pudiéndose producir ciertos desajustes entre los interlocutores, especialmente si el número de hablantes es superior a dos, lo que suele originar perturbaciones en el proceso comunicativo; cuando ningún interlocutor está claramente designado por el hablante actual (L1), se origina una competencia entre los sucesores potenciales (incluido el propio L1) de modo que cada hablante puede desarrollar su intención de tomar (o mantener) la palabra en el primer LTP reconocible. Tales perturbaciones han venido denominándose en Análisis de la Conversación y en Análisis del Discurso “solapamientos”, de los que se derivan, respectivamente, los procesos de superposición o de interrupción. En función de la relación de un turno con otro/s de otro/s hablante/s se suele distinguir entre turnos colaborativos (turnos reactivos de L2 que intentan completar la intervención iniciativa de L1), turnos competitivos (que tratan de imponerse sobre el resto de intervenciones) y turnos de paso (utilizados por L2 con la única finalidad de retornar la palabra a L1)17. 3.2.1. Superposiciones La superposición constituye un caso de simultaneidad de habla de corta duración, generalmente sobre las últimas sílabas del enunciado del hablante actual (L1) (Gérard, 1987:44-45 o Gallardo, 1993a). Se trata de un error de reglamentación de la alternancia, pero no se percibe como violación; no perturba realmente la comunicación porque es demasiado breve. En la medida en que afecta al final de un turno de habla, se produce generalmente sobre expresiones fáticas o sobre las últimas sílabas, es decir, sobre elementos que funcionan como señales de parada, desprovistos de valor semántico propio.

17Sobre

tal particular véase B. Gallardo (1993a:192).

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La cuestión es determinar si existen algunos datos inherentes a la conversación, segmentales o suprasegmentales, que permitan predecir o anticipar de algún modo la configuración de una situación de habla simultánea. A nuestro parecer, la descripción de tales datos pasa necesariamente por la revisión del comportamiento de tres rasgos prosódicos fundamentales en la conversación, la Intensidad (amplitud), la Entonación (frecuencia fundamental, en adelante F0, y tonema, o dirección de la inflexión melódica final previa a la superposición) y Duración (velocidad de habla)18. Asimismo, debe tenerse en cuenta tanto el comportamiento de tales elementos antes y durante la superposición, como sus implicaciones en la estructura sintáctica de la UCT (es decir, la configuración de una estructura sintáctica completa o incompleta)19. 3.2.1.1. Lo normal en las superposiciones de habla no competitivas es que L2 tome la palabra cuando percibe alguna marca prosódica o índice sintáctico de finalización de UCT por parte de L1 (esto es, un LTP). Las marcas prosódicas más frecuentes indicativas de un LTP suelen ser una mayor aceleración elocutiva en el segmento previo al habla simultánea20, así como algún índice entonativo de límite (tonema descendente, seguido o no de pausa). Por su parte, los promedios de F0 antes y durante la superposición suelen ser similares o bien experimentar un leve aumento durante la superposición, aunque siempre respetando unos márgenes tendentes a evitar la lucha competitiva por el turno de habla21. Con relación al promedio de amplitud, antes y durante la superposición, este suele mantenerse equilibrado, siempre que se trate de situaciones de habla simultánea no interruptiva22:

18Véase

al respecto Hidalgo (1997b:149 y ss.). buena forma de tratar estas cuestiones es partir de situaciones conversacionales similares, tanto en lo que respecta a sus condiciones pragmáticas de desarrollo, como en lo concerniente a las características físicas de sus participantes (a fin de obtener datos físico-acústicos relativos a los parámetros prosódicos señalados, que puedan ser efectivamente comparables). En los ejemplos utilizados hemos aplicado efectivamente este criterio, más concretamente, hemos analizado las situaciones de habla simultánea en una sola conversación RB37B1 (véase nota 6). 20Posiblemente como recurso de defensa de su turno por parte de L1, que con la aceleración parece querer evitar una posible intervención de L2. 21En general, la posible elevación de la F al inicio de la superposición parece relacionarse con el proceso de 0 inicio de una nueva UCT, en cuya elaboración coinciden L1 y L2. 22La indicación de los parámetros acústicos implicados en cada una de las superposiciones reseñadas ha seguido el siguiente plan expositivo: entre { } se consideran el fragmento previo, incluido su tonema final, y los fragmentos implicados en el proceso de superposición, así como, por orden de aparición, la Velocidad de Habla (número de sílabas por segundo), el Promedio de F0 en hercios, el Promedio de Intensidad en decibelios y el carácter completo o incompleto de la estructura sintáctica previa a la superposición. Los resultados han sido obtenidos a partir de un minucioso análisis acústico mediante la aplicación del programa Computer Speech Lab. 4300 de Kay Elemetrics. 19Una

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(9)

L1: eso parece/// {EEEs que a mi marido lo han hecho fijo7’603/189/68’96/Aseveración Completa} L2: [{en la fábrica}] {4’551/197/69’33} L3: [{¿SÍIII]¡qué BIIEEN [RB37B1, Líneas 26-28]

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L1: {¿aquí- al volver la esquina no hay un poyete en una ventana/ de mármol? pues ahí estaba {3’824/192/69’15/ Aseveración Completa}§ L2: § [{en la caja de ahorros}] {3’3/225/68’64} L3: [{en la caja de ahorros}] [RB37B1, Líneas 221-224] (11)

L1: {digo ¡MADRE MÍA digo hay que vere-y yo no he tenío nunca relojes ASÍ {5’882/217’5/70’17/Aseveración Completa} L2: [{((claro))}] {1’138/219’5/66’86} L1: [{y es que}] éste es muy bonito [RB37B1, Líneas 268-271]

3.2.1.2. En otros casos, sin embargo, el reconocimiento de un LTP por parte de L2 no viene dado por la aceleración elocutiva en la emisión de L1. Más bien, se observa cierto retardamiento en el segmento previo a la superposición, o cuando menos un equilibrio del tempo elocutivo entre dicho segmento y la superposición misma. Hemos considerado algunas causas que contribuyen a crear este efecto: a) Valor enfático total o parcial del enunciado previo de L1, lo que provoca el retardamiento elocutivo, así como una mayor amplitud y una superior F0 en su emisión: (12)

L1: {exactaMENTE}{3’96/259’5/67’42/Aseveración Completa} [{en la caj- sí }=]   {3’835/ 244/ 68’28} L2: [{en la caja de ahorros} L1: = sí a la puerta/en el poyete/ y ya te digo/ fue bajar del coche y VERLO y lo cogí y me lo metí en el bolSIllo/// y yo viniendo p'acá yo digo ¿QUÉ no lo miraré pero al mismo tiempo digo a ver si (( )) [RB37B1, Líneas 225-231]

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b) Carácter fático-continuativo de la emisión de L2, respecto del turno de L1. El mantenimiento de la velocidad elocutiva en el turno previo de L1 se interpreta como marca de no finalización de turno, por lo que L2 sólo interviene para apoyar lo dicho por L1 hasta ese momento y abandona de inmediato su posición de hablante. La continuación del propio turno por parte de L1 corrobora la situación descrita:

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L1: por eso las saet- las saetas se han salido y dic- pero roto no// EN TOTAL quee yo digo {¿pero vaa el relojva y el hombre dice sí el reloj va } {3’796/208/68’61/ Aseveración No Completa} L2: ((¡ay! [{pues bueno))}] {3/208/69’86} L1: [{lo que pasa}] es que sin la saeta// y dicees que no tiene segundero d'esos y digo sí digo ya lo sé y él dice así no se nota si va o no vabueno empezó el tío allí a darle vueltas y mi cuñá- mi cuñao ¿QUÉ vale poco verdá? vale poco 23/ vale pocooo y aquel hombre se reía dic(e) hombre a eso del bolsillo cada uno sabrá lo que le costó// yo digo/ [RB37B1, Líneas 91-99]

c) La equiparación del tempo puede obedecer a veces al hecho de que L1 abandone su turno, voluntaria o involuntariamente, dadas las dificultades que tiene para mantenerlo. Esta situación puede motivar que el segmento previo a la superposición entre L1 y L2 presente una F0 superior: (14)

L2: (( )) porque estoy que si entro que si no entro(( )) L1: {sí sí sí que estabas esperando a ver/// {2’531/200/64’54/Aseveración Completa} [{pero-}] 1’05/189/67’86} L2: [{pero entroENTRO a fregar ¿sabes [RB37B1, Líneas 299-302]

3.2.1.3. Frente a los casos anteriores, en que resulta clara la presencia de un LTP (final de UCT), existen otros casos en que la intervención de L2, y por tanto la presencia de una superposición, no viene dada por la emisión de una marca de finalización de UCT por parte de L1, sino que éste manifiesta voluntad de continuación del turno mediante la emisión de una marca prosódica de mantenimiento, previa a la superposición misma (fundamentalmente, un tonema ascendente de semianticadencia, un tonema suspensivo, o bien un tonema 23

Entre risas.

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descendente no terminal de semicadencia), aunque parece que la aceleración elocutiva de L1 durante su emisión pesa bastante sobre la impresión de L2 a la hora de identificar dicha posición como LTP. Estos casos suelen ir acompañados de una elevación más o menos importante de la F0 durante la emisión superpuesta de L1, a modo de advertencia hacia L2 para que abandone lo antes posible el turno que todavía no le ha sido cedido. Dado que lo deseable es la evolución fluida de la conversación, L2 acepta generalmente su posición de transgresor ocasional y abandona el turno rápidamente, de modo que no llega a producirse la interrupción del turno. La similitud de los promedios de intensidad antes y durante la superposición corrobora esta actitud de respeto hacia el ocupante de turno inicial (L1). Varias son las causas que podemos aportar para explicar estas situaciones: a) Expansión sintáctica de L1 e interpretación errónea de un LTP por parte de L2 (15)

X: ¿QUE cuándo iréis al pueblo por fin L1: ¿al pueblo (a vermañana/ sábado/// {pero ¿cómo quiés decir{6’882/ 220/ 71’55/ Interrogación Incompleta} de vaca [{ciones] {2’926/263/68’23} L2: [{((¡ayyy!))}] [RB37B1, Líneas 1-4]

En este caso observamos que L2 aprovecha el tonema descendente propio de una interrogativa parcial emitido por L1. Sin embargo L1 introduce una expansión sintáctica en su turno. L2 comprende que L1 no ha terminado y cesa de inmediato su intervención. b) Afán cooperativo del oyente (L2), sin llegar a constituir un turno colaborativo. L2 no espera a que L1 deje de hablar, por tanto provoca una superposición (no interruptiva) (16)

X: parece que to nos venga rodando (RISAS) L1: {sín desde luego habéis tenido}{4’886/ 195’5/ 70’75/ Aseveración incompleta} [{una suerte] {2’766/257/68’61} L2: [{por eso tu marido ha dicho no lo vendáis}] porqueha sido un golpe de suerte [RB37B1, Líneas 39-43]

Hay que relacionar aquí la intervención de L2 con la intervención previa de X y no con la de L1, semánticamente hablando. El sentimiento de haber interrumpido la intervención

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de L1 hace que L2 concluya su intervención recogiendo, cooperativamente, el contenido semántico de la intervención previa de L1. (17)

X: eso vale medio kilo§ L1: § {yo digo que{4’229/209/70/Aseveración Incompleta} [{eso debía de ser un robo oo] {2’472/217/70’15} L2: [{cuando- cuando el tío ese te daba}] doscientas mileso es porque vale más ¿ehsi- si alguna vez decides venderlo no lo vendas allí [RB37B1, Líneas 155-159]

De alguna manera la intervención de L2 viene a constituir un apoyo a L1, por lo que L2 no insiste en su elocución (p.e., no eleva la amplitud de su emisión, lo que provocaría un proceso de habla interruptiva). En este sentido L2 ha actuado aprovechando una marca de continuidad de L1, que podría haber dado lugar a un turno colaborativo si L1 hubiese cedido efectivamente la palabra a L2. c) Emisión fática de apoyo por parte de L2 (18)

L1: {no no si dijo que en seguida dice} {5’281/ 222/ 69’226/ Aseveración Incompleta} [{si los quiere}=] {2’154/237’5/69’33} L2: [{((pos claro))}] L3: = ahora usted en seguida [RB37B1, Líneas 165-167]

L2 aprovecha una marca de continuidad de L1 (Æ), pero en realidad su intervención carece de valor informativo. Representa simplemente una emisión fática de apoyo a la intervención previa de L1, de ahí la breve duración del proceso de habla simultánea. 3.2.1.4. Cabe aludir, finalmente, a un grupo de superposiciones no interruptivas que se producen sin la presencia de LTP, es decir, tras la emisión de alguna marca de continuidad de una UCT por parte de L1; ahora bien, desde el punto de vista suprasegmental estos casos no comparten rasgos con los anteriores, ni en cuanto a la relación de tempos antes y durante la superposición, ni en cuanto a la relación entre los promedios de F0 antes y durante la superposición. De cualquier manera, resulta posible proponer varias causas capaces de explicar estas situaciones de habla simultánea prosódicamente anómalas (con marcas de

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continuidad de la UCT, tales como un equilibrio o ralentización respecto de la velocidad de habla en el segmento previo a la superposición por parte de L1, o bien con mantenimiento de un promedio de F0 durante la superposición equivalente al del segmento previo): a) Cooperación comunicativa de L2 respecto de L1. En muchos casos la superposición de habla desarrollada por L2 está provocada simplemente por su deseo de apoyar y mostrar su acuerdo con la emisión de L1. Esta tendencia puede presentar diversas facetas: - como apoyo argumentativo (19)

L1: fíjate el otro día comentándolo ¿eh?/ {oye pues estará}{4’304/ 250/ 70’43/ Aseveración Incompleta} [{contento el hombre ¿no=] {4’421/250’5/71’38} L2: [{contento (( )) sí}] L1: = ¡vaya tela [RB37B1, Líneas 11-14]

En (19) L2 desarrolla una breve intervención cooperativa con L1. Su contenido informativo es nulo, y se limita a coincidir con la elección léxica (“contento”) de L1. (20)

L1: que te lo tasen en un sitioque sea de eso [(( ))=] X: [(( ))] L1: = {doscientas mil } {1’494/ 204/ 69’61/ Aseveración Incompleta} [{pelas {1’111 /217/ 68} L2: [{no no si dijo que en seguida [RB37B1, Líneas 161-165]

La emisión de L2 en superposición en (20) viene a confirmar su acuerdo con el proceso argumentativo previo. Esto explica que L2 no eleve significativamente el promedio de su F0, sino que se mantenga en un nivel similar al de L1. (21)

X: ése valemedio kilo seguro§ L1: § {seguro/ si no no te lo habría comprao(3’216/ 232/ 69’97/ Aseveración Incompleta)[{si (( )) cuatrocientas mil pesetas ¿eh (( ))}] {3’254/ 217/ 69’47} L2: [{desde luego es una monería ¿sabes] yo ahora lo miro y lo- [(RISAS)] [RB37B1, Líneas 260-264]

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También en (21) se muestra la cooperación comunicativa de L2 respecto de L1. Obsérvese que aquí el promedio superior de F0 de L1 antes del fragmento de habla simultánea parece explicarse por el carácter enfático de la expresión de dicho hablante. - como apoyo temático (22)

L1: si es ((Sara)) ((Sara)) ¿sabes quién es? lleva uno24 pequeñín que es ((de su tatarabuelo)) y tal§ X: § no este- est- esto es L1: [no no no(( ))] X: [pero al lao d'ésteyo lo miraba y al lao d'éste éste es que hace DOS§ L2: § sí sí sí sí X: ese redondelito§ L1: § {pero son} {1’141/245/68’3/Aseveración Incompleta} [{muy pequeñiNES}] {2’222/196/69’15} L2: [{no es muy bonito}] [RB37B1, Líneas 174-179]

L1 muestra su desacuerdo respecto a las ideas desarrolladas previamente (en torno al valor intrínseco del reloj de Sara). En su opinión se trata de un reloj valioso, a pesar de ser muy pequeño. L2 apoya efectivamente la opinión de L1. - a lo largo de varias intervenciones de varios hablantes (23)

X: eso es porque ese reloj vale medio millón de pesetas L1: ese reloj vale {2’514/238/70’05/ Aseveración Incompleta} [{medio kilo}]   {1’834/ 213/ 69’74} L2: [{si es ((Sara))}] ((Sara)) ¿sabes quién es? lleva uno pequeñín que es ((de su tatarabuelo)) y tal [RB37B1, Líneas 168-171]

En este caso, el carácter cooperativo de L1 respecto a X hace que eleve su promedio de F0 enfatizando de algún modo lo dicho por X. L2 muestra el mismo acuerdo con X y L1, por lo que no necesita elevar su promedio de F0. b) Presencia de una secuencia lateral (24)

L2: sín desde luego habéis tenido [una suerte] 24Referencia

a un reloj de pulsera.

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X:

[por eso tu marido ha dicho no lo vendáis] porqueha sido un golpe de suerte§ L1: § {no oye lo dijo a primerías25// si quiere/ dos}{4’156/ 250/67’75/ Aseveración Incompleta}[{cientas] {1’5/212/71’37} L2: [{¿queréis má(s) café] [RB37B1, Líneas 41-46]

L1 mantiene un promedio de F0 alta por una razón obvia, la indicación del comienzo de una narración o historia conversacional utilizando una clave tonal alta26. En realidad la intervención de L2 no pretende la interrupción del turno de L1, sino que constituye una secuencia marginal (“secuencia lateral”, empleando la terminología de B. Gallardo, 1996:139-144), por ello su promedio de F0 y su tempo de habla son notablemente inferiores a los de L1. De cualquier forma, dicha secuencia lateral no va más allá de la propia intervención de L2. c) Emisión fática de L2 (25)

L1: {porque túfíjate mi marido cuando le dijo a él} {6’65/244’5/71’36/ Aseveración Incompleta [{lo que} =] {1’964/238/66’85} L2: [{claro}] L1: = valía el hombre en seguida contestó cuando ustedes lo compraron/ mira si sabría/ EN TOTAL que el hombre dice mire sin mirarlosin ponerle la saeta// y dice doscientas mil pesetas si quiere se lo doy yo [RB37B1, Líneas 103-107

d) Intento de ganar o recuperar el turno sin propósito competitivo (26)

X: casi valdrá medio kilo L1: {medio millón} {1’717/196/70’05/ Aseveración Incompleta} [{de pesetas seguro}] {3’311/ 256’5/ 70’26} L2: [{yo ya no quise] la- la correa y to se ve ¿sabes [RB37B1, Líneas 188-191]

25

Empieza aquí una historia narrada por L1, que ocupa la mayor parte de la conversación estudiada, y que trata sobre el hallazgo de un reloj. 26Sobre este recurso demarcativo véanse los trabajos de Brazil et al. (1985), Brown et a. (1980) o Hidalgo (1997a:62-87).

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En este caso L2 muestra un cierto afán por recuperar el turno, de ahí la elevación de su promedio de F0 durante la superposición. En realidad, L2 acababa de desarrollar una historia conversacional y era anteriormente dominador del turno. En resumidas cuentas, y con intención de recapitulación, podemos considerar entre las posibles situaciones de superposición diversas variedades: I. Superposiciones motivadas por la presencia de LTPs reconocidos por L2 y respetados por L1 (ejemplos 9, 10 y 11) II. Superposiciones motivadas por LTPs que L2 reconoce pero que L1 no respeta. Hay que tener aquí en cuenta la participación de ciertos factores expresivos, fáticos o interactivos que pueden contribuir a diversificar los elementos prosódicos implicados en estos casos de superposición (ejemplos 12, 13 y 14) III. En ausencia de LTPs, L2 puede intervenir provocando una superposición con L1: - con intención de prolongar o apoyar el discurso de L1 (ejemplos 16, 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23, 25) - por ruptura de las reglas de alternancia de turno, a causa de alguna confusión, dificultad o error interactivos de L2 (ejemplos 15, y 26) - como caso marginal específico hay que citar el de la secuencia lateral (ejemplo 24). 3.2.2. Interrupciones Ciertamente, en la conversación coloquial el habla simultánea casi nunca debe interpretarse como interruptiva, sino más bien como mera intromisión, marca de acuerdo, de colaboración, de desacuerdo, como señal fática, etc (A. Briz, 1998). Sin embargo, en ocasiones se producen procesos competitivos de habla simultánea que pueden derivar en interrupciones del turno en curso. Así, a diferencia de la superposición, que aparece en LTPs, la interrupción suele producirse en el curso inicial o en el interior de un turno (Sacks, Schegloff, Jefferson, 1974). Ello determina ciertas perturbaciones en el proceso de alternancia de turnos, que pueden derivarse de dos factores: - L2 toma la palabra sin que exista una señal de parada por parte de L1, es decir, se produce una interrupción cuando un segundo hablante toma la palabra sin que el primero haya terminado aún su turno27 (Kerbrat-Orecchioni, 1990:173) - L1 continúa su elocución aunque previamente ha emitido alguna señal anticipadora del final de la UCT en curso. 27Sin

embargo, la delimitación precisa no siempre resulta fácil de alcanzar, ya que como advierte KerbratOrecchioni (pp. 188-189), no siempre se puede determinar si realmente un turno ha acabado o no.

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La interrupción suele acompañarse de una elevación del promedio de F0, desarrollando paralelamente procesos competitivos de lucha por el turno. De cualquier forma, aunque no parece haber una relación directa entre las interrupciones y el dominio que el hablante ejerza o intente ejercer sobre sus interlocutores28, puede afirmarse que, por lo general, el hablante que eleve más su promedio de F0, así como la amplitud de su enunciado, acabará imponiéndose a los demás (Gallardo, 1993a): (27)

L2: ese redondelito§ L1: § pero son [muy pequeñiNES] X: [no es muy bonito]§ L2: § dice§ L1: § {y todos se meten} {6’474/ 219’5/ 66’53/ Aseveración Incompleta} [{con ella (( ))}] L2: [{diceeste reloj] {1’691/250/70’07} no lo llevará usted para fregar ni na digo qué va esto es pa cuando me visto bien y el hombre se puso a reír/ dice no es que este reloj es pa vestir [RB37B1, Líneas 177-185]

En este caso, L2 manifiesta una firme voluntad por recuperar su turno anterior, y con este propósito reinica su enunciado con idéntico marcador metadiscursivo (“dice”). La lucha por el turno se muestra aquí a través de la elevación del promedio de F0 y del promedio de amplitud respecto a los del turno previo de L1. 4. CONCLUSIONES

28La

interrupción, pues, no siempre constituye un caso de descortesía que haga fracasar la interacción. En realidad es posible distinguir entre la interrupción descortés y la permisible, a partir de la aplicación de seis máximas conversaciones (Gallardo, 1993a): a) interrumpe sólo cuando al hacerlo aumente significativamente la eficacia de la conversación o cuando haya consideraciones externas de utilidad general que exijan supeditar los fines conversacionales a otros fines; b) trata de que tu interrupción represente el menor obstáculo permitido por las circunstancias. El hablante que interrumpe debe intentar que la discontinuidad sea mínima, que no suponga una ruptura de la estrategia conversacional que estaba desarrollándose; c) no interrumpas a un hablante si te resulta posible lograr tus fines esperando un poco; d) interrumpe sólo en el punto de entrada disponible más amplio. Si se va a interrumpir es preferible hacerlo al final que enmedio de una oración, y en general, es mejor hacerlo aprovechando una pausa aunque sea oralizada e interna; e) mantén una conducta externa afable y cuando resulte apropiado, reconoce que has interrumpido; f) no violes las reglas formales que definen una situación de habla convencional en la que te encuentres.

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A lo largo del presente estudio hemos podido comprobar en qué medida la estructura de la conversación, más precisamente en lo que atañe a la sucesión de turnos, parece organizarse en cierta medida de acuerdo con el comportamiento de la prosodia o de la sintaxis en el seno de las UCTs de las distintas intervenciones. Se observa que, de algún modo, la superposición de material hablado parece orientar a los hablantes a completar la estructura sintáctica al mismo tiempo que el final del turno (Auer, 1996). Ello justifica precisamente la naturaleza interactiva de la estructura conversacional: la consideración por parte del receptor (L2) de un punto de completitud sintáctica (LTP) al final o en el interior de un turno le impulsa a intervenir (habla simultánea) en busca de una necesaria relevancia remática (añadiendo nueva información), o bien mostrando su acuerdo/comprensión hacia el contenido proposicional de la emisión previa de su interlocutor (L1). Por otro lado, ante un solapamiento, los intervinientes prefieren siempre la cooperación comunicativa a la interrupción del turno de habla en curso. Esto explica la presencia sistemática de solapamientos en determinadas posiciones (LTPs), así como el solapamiento sistemático de determinados elementos: señales de atención de L2 hacia L1 (emisiones fáticas de continuidad29), emisión de expresiones colaborativas (p.e., mediante la repetición por parte de L2 de la emisión previa de L1), etc. Lo más importante, en fin, de este sistema de alternancia de turnos, con o sin solapamiento, y cooperativos o interruptivos, es destacar su reversibilidad funcional: la capacidad de L2 para situar determinados elementos en solapamiento va acompañada ineludiblemente por la previsión de L1 de dicha capacidad. Sobre tales comportamientos tienen mucho que decir, como hemos tratado de explicar en nuestro trabajo, los rasgos suprasegmentales. En todo caso, aunque en el estado actual de la cuestión no podamos llegar a afirmaciones definitvas, consideramos abierto un camino hacia la indagación de las relaciones entre prosodia y sintaxis y su participación en el desarrollo y progreso estructural de la conversación coloquial30.

29Véase

Gallardo (1996:64-65). Otros casos de solpamientos frecuentes son, según indica Jefferson (1973) los vocativos o preguntas en posición añadida. 30Aunque para el español puede afirmarse que esta línea de investigación se halla en su fase inicial, para algunas lenguas, p.e. el francés, se cuenta con interesantes y elaborados repertorios de funciones suprasegmentales implicadas en las situaciones de habla simultánea. Destaca, en nuestra opinión el estudio de Rittaud-Hutinet (1995).

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