“Alcances del programa Oportunidades en los cambios y las continuidades de género y de generación en San José Independencia, Oaxaca”

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Descripción

“ALCANCES DEL PROGRAMA OPORTUNIDADES EN LOS CAMBIOS Y LAS CONTINUIDADES DE GÉNERO Y DE GENERACIÓN EN SAN JOSÉ INDEPENDENCIA, OAXACA.” INTRODUCCIÓN La presente tesis consiste en un análisis cualitativo de las acciones afirmativas del programa Oportunidades desde una perspectiva teórica que pone énfasis en las especificidades étnicas, de género, de clase social y de generación de las familias beneficiarias de una comunidad mazateca del estado de Oaxaca, en el municipio de San José Independencia. Se desarrolla en cinco capítulos. En el primero de ellos se especifica la propuesta de política social del programa Oportunidades en México y en la región latinoamericana, describiendo sus componentes y profundizando en uno de ellos: el de la perspectiva de género. También se han resaltado los logros y limitaciones del programa de acuerdo a los estudios y evaluaciones que se han realizado. El segundo capítulo se divide en tres apartados, en el primero se presentan el planteamiento, los objetivos, las hipótesis y las

preguntas de investigación; el segundo el

marco teórico-conceptual que sirve para definir ciertas categorías y conceptos importantes para la argumentación; y el tercero que detalla la metodología que se siguió en el trabajo de campo y en la sistematización de la información. El tercer capítulo se trata de una contextualización del municipio de estudio en cuanto a condiciones políticas, sociales y económicas de la población. Se destaca la pobreza generalizada en la mayoría de las familias, la estructura de poder local y la estratificación social intracomunitaria. El capítulo cuatro es una etnografía de la comunidad sobre los roles, los valores y las prácticas de género y generación que frecuentemente provocan condiciones desiguales entre hombres y mujeres tanto en los hogares como en el espacio comunitario. El quinto capítulo aborda la logística y la apropiación local del programa Oportunidades en la comunidad con la conformación del comité de vocales y de los grupos de titulares que reciben las pláticas de salud. Asimismo, se presentan interpretaciones y valoraciones de los actores locales respecto a las acciones del programa. Por último, el capítulo seis se concentra en la temática de las continuidades y las transformaciones entre generaciones de las familias beneficiarias que se expresan en las expectativas de vida diferentes de las y los becarios en relación a sus madres y padres. 1

Capítulo I. LA POLÍTICA SOCIAL Y EL PROGRAMA OPORTUNIDADES EN MÉXICO Como antecedente al tema que planteo en esta investigación, en este primer capítulo presento un panorama general de la política social dirigida a poblaciones rurales e indígenas en México, para después describir en qué consisten los componentes principales del programa más importante de la política social mexicana actual: el programa de desarrollo humano Oportunidades. Entre dichos componentes se encuentra el “enfoque de género” que el programa incorpora, según la información oficial de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) de la cual el Oportunidades depende. Finalmente, intento contrastar la información oficial sobre el programa con los resultados de varias evaluaciones cualitativas y de impacto que se han hecho al respecto. I.1 La política social en la segunda mitad del siglo XX En México una gran parte de las comunidades rurales e indígenas vive en condiciones de fuerte rezago social ligadas a la pobreza1 y a la marginación. Muchas han sido las estrategias de los gobiernos federal y estatales para cambiar la situación marginal de estas poblaciones sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo XX, pero las formas de intervención del estado se han ido transformando de manera significativa desde la década de los cincuenta en la que el modelo de política social partía del indigenismo que buscaba integrar al indio como sujeto social al desarrollo del país. El indigenismo estuvo al servicio de la integración nacional, cuyo intento de incorporar a los indígenas a la “modernidad” implicaría un proceso de aculturación. Se crearon e implementaron proyectos que surgían de la teoría antropológica de la aculturación e integración sociocultural2 como los Centros Coordinadores Indigenistas (CCI) del Instituto 1 Actualmente el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) tiene la facultad y responsabilidad de establecer los lineamientos y criterios para la definición, identificación y medición de la pobreza, los cuales serán de aplicación obligatoria para las entidades y dependencias públicas que participen en la ejecución de los programas de desarrollo social. En estos ordenamientos se establece también que la información que deberá emplearse será la que genere el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), y que deberá contener al menos los siguientes indicadores: Ingreso corriente per cápita; Rezago educativo promedio en el hogar; Acceso a los servicios de salud; Acceso a la seguridad social; Calidad y espacios de la vivienda; Acceso a los servicios básicos en la vivienda; Acceso a la alimentación y Grado de cohesión social. 2 La teoría de la aculturación de Gonzalo Aguirre Beltrán (1957) habla de los niveles de integración cultural de un grupo cultural con respecto a la cultura nacional. Su propuesta radica en la noción de interculturalidad que mostraba como las comunidades indígenas han estado en permanente contacto con la sociedad mestiza en un

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Nacional Indigenista (INI). Estos centros desplegaron una política de aculturación que introdujo elementos tecnológicos de la sociedad industrial pero al mismo tiempo buscaba conservar aspectos de la cultura indígena que daban características distintivas a la integración regional de los pueblos indígenas sin perjudicar su desarrollo socio-económico. Para ello fue indispensable la acción de intermediarios, en su mayoría funcionarios indigenistas, que promovieran el cambio. Estos promotores fueron capacitados para ser los agentes del cambio sociocultural que se deseaba para las regiones indígenas. Durante el gobierno de Echeverría (1970-1976) a fin de combatir la pobreza rural

se

conformó el Programa de Inversión para el Desarrollo Regional (PIDER), primer programa que contó con el apoyo de recursos del Banco Mundial. Este programa se deriva de un enfoque ligado a las corrientes teóricas del campesinismo. En 1977 durante el sexenio de López Portillo (1976-1982) será la Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados (COPLAMAR) la encargada de fomentar el desarrollo regional y el bienestar social de zonas rurales (Triano 2005) funcionando de modo paternalista3 al brindar recursos económicos para paliar la pobreza pero aun considerando el potencial productivo del campesinado como contribución al desarrollo económico nacional. A partir de los ochenta, las acciones de política social se modificaron para encajar en el modelo neoliberal4 que reformó la economía del país. Una política de corte neoliberal promueve esquemas compensatorios para grupos necesitados como son los estratos sociales más empobrecidos, con una mínima intervención del Estado que asume un papel de regulación más mismo territorio compartido. Las regiones interculturales, entonces, son conformadas por zonas indígenas conectadas a ciudades mestizas que cuentan con un grado mayor de ‘desarrollo’. Por tanto, los proyectos de desarrollo debían aplicarse a una región en general y no solo donde habitaba la población india, evidenciando los niveles de integración intercultural de los mestizos, los ladinos y los indígenas. 3 Como paternalista entiendo un programa que asiste con recursos materiales o dinero en efectivo a poblaciones en pobreza pero no ofrece opciones productivas a los beneficiarios o generación de recursos desde las propias familias. 4 El neoliberalismo es una filosofía económica que sostiene que el libre comercio y los mercados libres proveen la solución más eficiente para la mayoría de los problemas económicos –y que los estados-naciones deben ayudar y no interferir en el proceso (Weaver et.al, en prensa: 4). Entre otras cosas, busca reducir el gasto del gobierno en los programas sociales y lleva a la disminución extensiva y la privatización de los programas sociales de soporte público (ibid: 10) [traducción mía].

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que de intervención directa. Entre otras cosas, la producción agrícola campesina se tuvo que adaptar a las fuerzas del mercado y se desmantelaron las políticas estatales agrarias compensatorias (Sesia, 2002). Estando Carlos Salinas al frente de la nación (1988-1994), el modelo neoliberal ganó más espacios en las zonas rurales bajo una política y una lógica de "modernización". Ahora los campesinos debían competir con las fuerzas del mercado, encontrándose en total desventaja. Comenzando en 1988, se creó el Programa Nacional de Solidaridad (PRONASOL) que se proponía mejorar la producción a través de la generación de empleo, el desarrollo de capacidades y recursos productivos y la creación de infraestructura en zonas de economía campesina (Triano 2005). Las estrategias de estas políticas se diseñaron como estrategias compensatorias, a partir de un modelo hegemónico neoliberal como única vía de desarrollo del país. En el sexenio de Ernesto Zedillo (1994-2000) comenzó en agosto de 1997 el Programa Nacional de Educación, Salud y Alimentación (PROGRESA), un programa federal que se distinguió por estar focalizado hacia la población más pobre del país, por sus transferencias monetarias a las familias beneficiarias, por una integralidad de acciones dedicadas a mejorar la nutrición, la salud y la educación de la familia y, por último, por ser un programa condicionante, en el sentido de que se exigía a los beneficiarios cumplir con una corresponsabilidad que se manifiesta en obligaciones. Los apoyos económicos se entregaron a las mujeres porque, por primera vez, se integró lo que el programa consideraba una perspectiva de género, reconociendo las carencias en bienestar social entre la población femenina del medio rural e identificando a las mujeres como sujetos en mayor desventaja incluso entre los mismos pobres rurales. El Progresa fue creado en el marco de una política social neoliberal que buscaba mejorar y desarrollar el capital humano de las familias en pobreza; sus ideólogos fueron Santiago Levy y José Gómez de León Cruces. Este último doctor en demografía, profesor e investigador del Colegio de México (COLMEX), quién fuera nombrado secretario general del Consejo Nacional de Población (CONAPO) en 1994 y que, junto con otros investigadores, incorpora en el Plan Nacional de Desarrollo 1995-200 una perspectiva novedosa que pone énfasis en el hogar como núcleo privilegiado para la política de población y de desarrollo social (Ruvalcaba, 2008: 229). Levy, el entonces subsecretario de la SHCP, había sido el promotor del Programa de Alimentación, Salud y Educación (PASE) antecedente del Progresa (ibid). 4

Cuando Vicente Fox (2000-2006) llega a la presidencia con su llamado “gobierno del cambio” el Progresa se transforma en el Programa de Desarrollo Humano Oportunidades formando parte de la estrategia Contigo, la política federal para el desarrollo social del sexenio foxista. Oportunidades comienza a operar en marzo del 2002. En 2006 el gobierno de Felipe Calderón impulsa la estrategia de política social Vivir Mejor que, de acuerdo a su propio planteamiento, “está enfocada a reducir la pobreza e igualar las oportunidades entre hombres y mujeres, con una plataforma base que brinda acceso a la educación, salud, alimentación y vivienda digna a las familias más pobres de México, mediante transferencias monetarias condicionales”.5 I.1.1 Las mujeres y las políticas de desarrollo En México “el enfoque de la importancia de la mujer en el bienestar y el desarrollo tiene su origen en la década de los setenta con la perspectiva de la Mujer en el Desarrollo (MED)6, que buscó integrar a la mujer al proceso del desarrollo y se concentró en los papeles reproductivo y productivo que la mujer desempeña en ese proceso. La idea del “empoderamiento a través del desarrollo se introdujo con la MED pero evolucionó como parte del análisis de Género y Desarrollo (GYD)7 que surgió a finales de la década de los 70 y durante la década de los 80.” (Adato, et. al., 2000: 80). Este enfoque se interesa por las relaciones entre los géneros concentrando su atención en las desigualdades entre las obligaciones y los derechos que se asignan de manera diferencial a hombres y a mujeres. Género en el desarrollo es un “enfoque orientado a un desarrollo humano, sostenible y equitativo...buscando la superación de las desigualdades estructurales a través del poder de movilización de las familias, para que tanto mujeres como hombres participen en la identificación, el diseño y la ejecución de sus propios proyectos de vida” (Quintero, 2007: 71). En el marco de estos dos enfoques de política social, Kusnir y coautores (1994) han hecho un recuento sobre los programas gubernamentales dirigidos a mujeres en México. Respecto a las mujeres campesinas, a pesar que la Reforma Agraria de 1971 les permitió integrarse a las actividades políticas y administrativas de los ejidos, no es hasta tres años más tarde que se crea el Consejo Nacional de Población (CONAPO) siendo uno de sus subprogramas el Programa 5

URL: http://www.libertas.com.mx/noticia.php?Id=6462 Consultada el 29 de junio de 2009. En inglés Women in Development (WID). 7 En inglés Gender and Development (GAD). 6

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Nacional de Integración de la Mujer al Desarrollo (PRONAM) que pugnaba por cambios en la imagen de la mujer en el nivel social y el fomento del arraigo de las mujeres a su lugar de origen (Kusnir, op. cit:. 305). En 1975 se realiza en nuestro país la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer convocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la cual se propone la incorporación de la mujer en la educación, el trabajo y la política. Esta Conferencia plantearía las bases para el comienzo y el diseño de programas de mejora social con énfasis en la situación de desigualdad de género que enfrentan las mujeres, tan es así que los años de 1975 a 1985 se convirtieron en la década de la mujer y el desarrollo. De 1976 a 1982 la Secretaría de la Reforma Agraria y el Banrural coordinan las Unidades Agroindustriales de la Mujer y en 1984 se crea el Programa de Integración de la Mujer al Desarrollo (PINMUDE) bajo los auspicios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En el sexenio siguiente, bajo la presidencia de Salinas de Gortari (1988-1994) se creó el Programa de Mujeres en Solidaridad. Sus acciones se centraban en la organización de grupos de mujeres a nivel comunitario para elevar los niveles de educación, salud, alimentación, vivienda e ingresos; este programa “considera[ba] a la mujer como un sujeto social y como agente activo para el cambio.” (Kusnir, op. cit.: 311) En años más recientes, especialmente a partir de la segunda mitad de la década de los noventa, los programas de política social dirigidos a las poblaciones en mayor desventaja económica han comenzado supuestamente a trabajar desde una perspectiva de género, intención que se enfrenta con dos grandes retos: por un lado abatir la pobreza y, por otro, eliminar la desigualdad entre los géneros. Con perspectiva de género se entiende una concepción teóricometodológica para conocer, con postura crítica, las características definidas cultural y socialmente, la condición, la posición y las necesidades del género masculino y el género femenino en el contexto familiar, social, político y económico. (Quintero, 2007: 99) En el sexenio del presidente Zedillo (1994-2000) opera el Programa Nacional de la Mujer que se instituye a partir de un enfoque de género, mientras se cancelan el Programa de Trabajo con Mujeres Indígenas del INI y el Programa de Mujeres en Solidaridad (González Montes 2002). Cuando se diseñan, implementan y evalúan programas de desarrollo social con perspectiva de género, se coloca a las relaciones de género como preocupación central y las intervenciones son planeadas buscando la equidad entre hombres y mujeres, más allá-pero sin excluirlas- de otras relaciones caracterizadas por la desigualdad, como son las de clase social y de etnicidad. 6

Esto implica poder contar con y utilizar información confiable desagregada por sexo para medir los cambios relativos en las situaciones diferenciales de las mujeres y de los hombres. Datos de este tipo son importantes para sostener que las potencialidades para el desarrollo de mujeres y hombres son diferentes entre sí, pero también de acuerdo a las diversas realidades socioculturales y económicas de nuestro país. Casi todos los indicadores oficiales en materia de salud, educación, acceso a servicios y ejercicio de derechos, muestran fuertes rezagos y desigualdades mayores para las mujeres indígenas, no sólo comparándolas con la población masculina de las mismas regiones de procedencia o residencia, sino con el resto de la población femenina del país que vive en otros contextos socioeconómicos y culturales. Por ello, las mujeres indígenas son una población prioritaria para la atención institucional de la política social en México. I.2 El programa Oportunidades y la política social en América Latina América Latina es la región del mundo con la distribución de ingresos más desigual y con aproximadamente 200 millones de pobres. Para aliviar la situación de pobreza de una buena parte de su población la política social de los países latinoamericanos ha implementado diversas estrategias y programas. En la literatura reciente sobre política social se sostiene que “México fue el primer país que introdujo un programa de transferencias monetarias condicionadas: Progresa en 1997 y Oportunidades en 2002” (Britto, 2006: 15)8. Durante la última década la política de “combate a la pobreza” en Latinoamérica se ha distinguido por programas cuya base de operatividad radica en la transferencia condicionada de dinero, tal es el caso de la Red de Protección Social en Nicaragua, el Programa de Asignación Familiar (PRAF) en Honduras, el programa de Fomento a través de la Salud y la Educación en Jamaica y el programa de Chile Solidario en Chile. En Brasil el programa Bolsa Escola comienza en 2001, y recientemente se ha conjuntado a otro programa del mismo tipo llamado Bolsa Familia. Los programas de transferencias monetarias condicionadas9 de los gobiernos latinoamericanos se ajustan a las políticas económicas de los principales organismos internacionales, principalmente al Banco Mundial (BM), pero también el Programa de las Naciones Unidas para

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Traducción mía. Conditional Cash Transfers en inglés (CCT)

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el Desarrollo (PNUD), el Centro de Investigaciones para el Desarrollo Internacional (IDRC) de Canadá, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM). Las transferencias monetarias condicionadas se han implementado porque se articulan eficazmente con el discurso y la práctica sobre el desarrollo que predomina en la región latinoamericana en el marco de la política neoliberal de libre mercado y economicista. Las becas educativas en forma de transferencias monetarias representan una inversión del gobierno en capital humano para la futura generación y se entregan directamente a las madres porque se busca generar eficiencia y empoderamiento femenino. I.3 Logros y limitaciones del programa Oportunidades Puesto que tiene el reconocimiento de múltiples organismos internacionales que vigilan las políticas sociales de los países en vías de desarrollo, el programa Oportunidades se ha vuelto el ejemplo emblemático de las acciones del gobierno para reducir la pobreza y la marginación: “El Programa de Desarrollo Humano Oportunidades es un programa con amplio reconocimiento internacional, que cuenta con el apoyo del BID y es utilizado como modelo para otros países por el BID y el BM” (SEDESOL, 2008c: 3). Desde su creación Oportunidades ha sido apoyado con préstamos por el BID10, además de que este organismo se encarga de realizar un proceso de evaluación, acompañamiento técnico y cumplimiento de normatividad. En 2003 la revista semestral del sector de protección social del Banco Mundial, Spectrum, calificó al Oportunidades como uno de los mejores ejemplos de transferencia condicional de dinero en efectivo en la región latinoamericana. Oportunidades es modelo para los programas de transferencias monetarias en algunos países latinoamericanos y en 2007 se replicó una versión del programa para las zonas pobres de la ciudad de Nueva York11. Otro de sus logros es que es la política social mayor número de veces evaluada en México. Las evaluaciones empezaron desde 1999 cuando el programa se llamaba Progresa y se han llevado 10

Desde 1997 Oportunidades ha recibido tres créditos del BID. Los dos préstamos anteriores de 2 mil 200 millones de dólares en total, representaron el mayor préstamo del Banco concedido hasta la fecha a un programa social en México. URL: http://ciudadania-express.com/2008/12/17/otorga-bid-prestamo-2-mil-mdd-alprograma-oportunidades/ Consultado el 16 de junio de 2009. 11 URL: http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/EXTSPPAISES/LACINSPANISHE XT/0,,contentMDK:22370412~pagePK:146736~piPK:146830~theSitePK:489669,00.html?cid=EXT_BoletinES _W_EXT Consultado el 11 de noviembre de 2009.

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a cabo año con año de manera “rigurosa y transparente” (SEDESOL, 2008c) hasta la fecha. Hasta ahora se han producido 23 documentos que contienen poco más de 80 estudios de evaluación. Estas evaluaciones de impacto se han encargado a diversas instancias públicas y académicas por medio de la SEDESOL. El International Food Policy Research Institute (IFPRI) fue el encargado de medir los resultados del Progresa. Actualmente el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) es el que realiza las evaluaciones nutricionales en zonas semiurbanas. El IFPRI realizó una evaluación sobre los impactos de Progresa en la condición de la mujer por medio de un análisis cuantitativo con la información de las encuestas a los hogares y un documento cualitativo basado en información obtenida con grupos focales en localidades de seis estados del país (Adato et. al. 2000). Las evaluaciones cualitativas del programa se han encomendado al CIESAS y al COLMEX. A partir de un enfoque antropológico el CIESAS ha evaluado año tras año las repercusiones del programa en las familias beneficiarias en espacios microlocales. El COLMEX es la institución académica que examinó Oportunidades desde un enfoque de género (López y Salles: 2006). Aunque se ha dicho que la política social de Oportunidades ha dejado de ser “paternalista” porque las familias se convierten en “agentes de su propio desarrollo” al adquirir, junto con los apoyos recibidos, responsabilidades para lograr el cumplimiento del programa (López G., 2004: 1), una de las limitaciones de este tipo de programas de transferencias monetarias es que los beneficiarios de zonas rurales e indígenas tienen pocos espacios para insertarse en el mercado productivo y laboral y sobrevivir dentro de la economía capitalista globalizada. A partir de la incorporación del modelo neoliberal en el diseño de programas y políticas de asistencia social en el ámbito rural, los campesinos indios y mestizos se convirtieron de productores agrícolas a pobres marginados a los ojos del Estado (Sesia 2002). La estrategia de los programas neoliberales de transferencias monetarias es destinar estos apoyos al consumo y a la satisfacción de necesidades ‘básicas’ de las familias pero no a la producción de recursos creados desde las propias familias, por ejemplo para las actividades campesinas en el caso de las comunidades rurales. El programa Oportunidades no fomenta el empleo ni la generación de ingresos en un espacio local en que de por sí existen pocas oportunidades de trabajos bien remunerados.

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Otro de las debilidades que no se han logrado resolver del todo en el Oportunidades es que, como las evaluaciones cualitativas muestran, no todos los hogares más necesitados y en mayores condiciones de pobreza son beneficiarios. Aunque la selección de las familias en las localidades ha sido continuamente revisada y la cobertura ha aumentado a través de los años, aún existen errores de exclusión que están vinculados a fallas del levantamiento de la información estadística oficial sobre las condiciones socioeconómicas de los hogares del país12. El concepto de focalización, elemento central de la política neoliberal, se refiere a que las decisiones políticas acerca de quiénes son los que se encuentran en mayor pobreza se definen a partir de la situación económica de las familias, así se identifica a los beneficiarios de los programas a quiénes se les brindan recursos monetarios de manera condicionada. También se refiere a que se lleva a cabo “la evaluación y medición del impacto de las acciones desarrolladas y no del gasto… [y]…al otorgamiento de prioridad a los grupos sociales con niveles de ingresos y de consumo más bajos” (Candia,1998: 5). Es a partir de los noventa que se comienzan a diseñar políticas de focalización, concepto que constituye uno de los conceptos centrales del paradigma de la formulación de las políticas sociales (op. cit.: 6). En estos programas focalizados, la distribución de transferencias diferenciadas a las familias, de acuerdo al número de hijas e hijas en la escuela, se opone al principio de distribución equitativo de los recursos, los ingresos y la fuerza de trabajo al interior de la comunidad. Esta es otra de las debilidades que identifico del programa Oportunidades en contextos indígenas porque excluye una de las mayores fortalezas de este tipo de sociedades: la organización comunitaria que consiste en la participación de todas las familias en lo que se debe hacer y a lo que se tiene derecho como miembros de una colectividad13. I.4 Componentes del programa Oportunidades El programa de Desarrollo Humano Oportunidades continuó la línea programática del PROGRESA en atender la educación, la salud y la alimentación en localidades que cuenten

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La selección de los hogares beneficiarios del programa se hizo a partir de la información generada por el CONEVAL, el INEGI y el CONAPO. 13 Aunque la institución indígena del tequio suele adaptarse a las condicionalidades que se agregan al programa a nivel local, tema que se explora respecto a la comunidad de estudio en el capítulo V.

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con clínicas y escuelas, y en cuanto a la focalización de la población; sin embargo, amplió su cobertura a zonas urbanas y semiurbanas. Para lograr la focalización de los hogares en pobreza extrema, la selección de las familias beneficiarias se conformó en un proceso de tres etapas. Primero se seleccionaron municipios y localidades de acuerdo a su grado de marginalidad. Después, familias de esos municipios fueron seleccionadas a partir de un estudio sociodemográfico y socioeconómico (Britto, 2006: 15). La medición e identificación de las familias que viven en condiciones de pobreza extrema se concreta tomando en cuenta los criterios que el CONEVAL indica para ello. Actualmente Oportunidades llega a 5.2 millones de familias (SEDESOL, agosto de 2009) lo que equivale a 25 millones de habitantes que representan casi el 25% de la población del país, de los cuales un millón y medio son familias indígenas14. Al igual que su antecesor, el programa Oportunidades articula incentivos para la educación, la salud y la nutrición con el fin de promover el desarrollo de capacidades de los hijos e hijas de las familias en extrema pobreza. De acuerdo a su propio planteamiento, su principal objetivo es “la contribución al desarrollo humano mejorando las opciones en educación, salud y alimentación, centrándose en la familia y fomentando el tejido social y comunitario” (SEDESOL 2003). El PNUD establece que “el desarrollo humano consiste en la libertad que gozan los individuos para elegir entre distintas opciones y formas de vida. Los factores fundamentales que permiten a las personas ser libres en ese sentido, son la posibilidad de alcanzar una vida larga y saludable, poder adquirir conocimientos individual y socialmente valiosos, y tener la oportunidad de obtener los recursos necesarios para disfrutar un nivel de vida decoroso”15. Esta definición se aplica al programa Oportunidades por promover el acceso a la salud, a la educación y a la alimentación para mejorar la calidad de vida de las familias beneficiarias. Oportunidades busca satisfacer las necesidades educativas de las familias con el fin de revertir su proceso de transmisión intergeneracional de la pobreza, por ello su población objetivo son principalmente los hijos y las hijas de hogares en condición de pobreza extrema. Los hogares

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De acuerdo a declaraciones de Felipe Calderón. URL: http://sdpnoticias.com/sdp/contenido/2009/06/12/420458?refresh=1 Consultado el 22 de junio de 2008 15 URL: http://www.undp.org.mx/desarrollohumano/ Consultado el 22 de noviembre de 2008.

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incorporados al programa cuentan con pláticas educativas para las madres con el fin de prevenir enfermedades y promover la salud en el hogar. También reciben un apoyo monetario para la alimentación de la familia además de papillas y suplementos alimenticios para niños desnutridos y mujeres embarazadas. El programa Oportunidades pretende tener una perspectiva de género la cual centra la corresponsabilidad en las madres de familia, a quienes brinda transferencias monetarias una vez al bimestre. El dinero se entrega en efectivo directamente a las madres de familia dependiendo de su asistencia a los servicios de salud y de la asistencia de sus hijos a la escuela. La corresponsabilidad del programa establece que las mujeres beneficiarias deben cumplir los siguientes compromisos: inscribir y llevar a las niñas y a los niños a la escuela y apoyarlos para que estudien, registrarse en la unidad de salud, cumplir con las citas médicas y asistir a las pláticas mensuales de educación para la salud. Están comprometidas a hacer que el apoyo económico sea destinado para mejorar la alimentación y para mantener la salud de la familia, así como para los gastos de la escuela de los niños. La Secretaría de Educación Pública (SEP), la Secretaría de Salud y el programa IMSS-Oportunidades en los estados son los encargados de controlar que las familias cumplan su responsabilidad mediante un registro de la asistencia de los becados a sus cursos, de las madres a las pláticas educativas en salud y de las familias a las citas médicas. En cuanto a los apoyos para la educación, las familias beneficiarias cuentan con becas para sus hijas e hijos menores de 18 años que cursen entre 3ero de primaria y 3ero de secundaria y becas paras sus hijas e hijos menores de 21 años que cursen algún grado de la educación media superior. También se brindan útiles escolares y apoyo monetario para comprarlos (Ruvalcaba Peñafiel y Teruel Belismelis, 2003: 13). Los montos varían según el sexo del alumno y el grado escolar que cursa. A los componentes básicos del Progresa -salud, educación y alimentación- en el esquema de Oportunidades se agregó un componente patrimonial que opera desde 2003 con un fondo de ahorro para los jóvenes becarios depositarios de este apoyo educativo; así se pretende invertir en capital humano a futuro (Triano 2005). Consiste en un estímulo a la conclusión de la 12

educación media superior en el que los jóvenes reciben aproximadamente 3,000 pesos como ahorro para lo que quieran hacer (Fonseca, 2006:10). Desde enero del 2008, con la administración de Felipe Calderón (2006-2012) en el marco de su estrategia de política social Vivir mejor se ha adicionado al programa el componente “energético” mediante el cual se apoya a las cinco millones de familias mexicanas con aproximadamente el 25% de lo que gastan en el consumo de energía (100 pesos al bimestre). I.4.1 Oportunidades en Oaxaca Aunque el Progresa inicia sus acciones en 1997 con la incorporación de hogares beneficiarios en municipios y localidades altamente marginadas del país, en el estado de Oaxaca inició en diciembre de 1997 operando bajo el esquema “Aula Abierta” el cual consistía en la entrega de recursos económicos al DIF Estatal y este a su vez brindaba alimentos (desayuno y comida) a las familias beneficiarias por medio de una cocina comunitaria atendida por las mismas familias. Fue hasta 1999 que el programa inició a operar en Oaxaca como en el resto del país. Durante 2003 Oportunidades llegó a 569 municipios de los 570 del estado, donde atendió a 402,315 familias con apoyos por $1,678 millones de pesos (RODH, 2008: 5). Estas familias representan casi dos millones de oaxaqueños, aproximadamente el 55% de la población del estado.16 Las transferencias monetarias de Oportunidades se canalizan desde las oficinas centrales de la SEDESOL a las liquidadoras que son Telecom y Bansefi para que éstas hagan directamente la entrega a la administración de cada gobierno municipal. Actualmente Oportunidades opera en los 570 municipios de la entidad, representando la mayor cobertura municipal que existe en el país. I.5 El enfoque de género en el programa Oportunidades En la Cumbre del Milenio celebrada en septiembre de 2000 en Nueva York se acordaron los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para erradicar la pobreza. Estos proporcionan un marco para que todo el sistema de la ONU y los estados-naciones que suscribieron estos objetivos trabajen coherentemente y en conjunto hacia un fin común. El objetivo número tres

16URL:http://heraldodeoaxaca.com.mx/archivo%20virtual/septiembre/24%20de%20sep/24%20de%20septiem

bre_9.htm Consultado el 03 de abril de 2008

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consiste en promover la igualdad de género y la autonomía de la mujer. El PNUD considera que la equidad entre hombres y mujeres es un objetivo fundamental para el progreso del desarrollo humano17, el cual es el principal derrotero del programa Oportunidades. El enfoque de género que el programa Oportunidades promueve reside en que fomenta el acceso de las mujeres como “titulares”, además de “beneficiarias” y responsables directas de los apoyos. El programa establece como prioridad “fortalecer la posición de las mujeres en la familia y dentro de la comunidad. Por tal razón, son las madres de familia las titulares del programa y quienes reciben las transferencias monetarias correspondientes” (SEDESOL 2008b). Información oficial recientemente publicada por el programa establece que su aplicación fortalece el papel de las mujeres en la familia pues aumenta su nivel de participación en la toma de decisiones al interior del hogar. De hecho, se afirma que uno de sus efectos es aumentar la autonomía y el poder de negociación de las madres de familia, sobre todo en las decisiones del gasto que atienden necesidades de salud, alimentación y educación (ibid.). Con la integración de esta supuesta perspectiva de género a la política pública, Oportunidades busca promover la participación de las mujeres en el desarrollo mediante el fortalecimiento de sus capacidades para tomar decisiones, de su autonomía y empoderamiento; por ello, se encarga a las madres de familia la distribución y el uso de los apoyos monetarios. En teoría las transferencias monetarias de Oportunidades deben destinarse para mejorar la alimentación de la familia y para aumentar la asistencia de los niños y las niñas en la escuela. Las llamadas “acciones afirmativas” del programa para aminorar la desigualdad de género no sólo se expresan en las transferencias directas a las madres, sino también en las acciones a favor de su salud reproductiva como son las pláticas de salud a las cuales tienen que asistir una vez al mes y las citas médicas de prevención que también deben cumplirse con cierta periodicidad. Para las hijas, la acción afirmativa se refiere en otorgar montos superiores en sus becas en comparación con las que reciben los varones a partir del primer año de secundaria18.

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URL: http://www.undp.org/spanish/mdg/ Consultado el 15 de noviembre de 2009 Antes las becas eran diferenciadas desde la primaria, ahora no lo son porque se ha elevado la escolaridad femenina lo suficiente para garantizar que las niñas vayan a la escuela primaria. 18

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SEDESOL (2008b) declara en uno de sus recientes informes que Oportunidades empodera a las mujeres, además de contribuir a transformar el rol de las mujeres y las relaciones de pareja. En parcial contraste, en la evaluación desde el género llevada a cabo por el COLMEX se encontró más bien una incipiente generación de autonomía y autoridad femenina reflejada en la decisión de las mujeres por defender los ingresos del programa para destinarlos a la compra de enseres necesarios para sus hijos (López y Salles 2006). Es importante señalar que no es lo mismo incorporar el enfoque de género en el diseño y la aplicación de una política social que desplegar acciones afirmativas hacia las mujeres. En la misma evaluación se afirma que este programa no está pensado desde una perspectiva de género, sino que “lo que tiene son acciones sensibles al género, no fue diseñado para incidir directamente en las relaciones entre hombres y mujeres” (López Barajas 2006); por lo anterior esa afirmación oficial de “transformar las relaciones de pareja” puede ser parcialmente cierta en el sentido de que la presencia del dinero de Oportunidades en el hogar beneficia a la familia, incluyendo posiblemente a la pareja, pero especialmente a las hijas y los hijos en cuanto a escolaridad, salud y alimentación; esto, sin embargo, dista mucho de poder equivaler a decir que el programa tiene una incidencia directa en cambiar las relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres. Molyneux (2006) ha profundizado en el examen de la política social desde un enfoque de género y, a través de su análisis, llega a hacer una fuerte crítica al elemento de corresponsabilidad del Oportunidades que recae casi siempre en las mujeres madres de familia. Esta autora afirma que el programa utiliza a las mujeres desde su función primaria en la maternidad, pero no como sujetos de derechos, sino como instrumentos para asegurar las acciones del programa y combatir la pobreza en los hogares. * En este capítulo he intentado detallar algunas de las orientaciones y líneas de acción más importantes de la política social para abatir la pobreza en el país, de acuerdo a los modelos económicos y políticos prevalecientes en las últimas décadas y al papel de las mujeres en las políticas de desarrollo. En este breve recuento de los programas gubernamentales dirigidos hacia las poblaciones pobres y campesinas, en particular las mujeres, se encuentra hoy en día el

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programa Oportunidades cuyo objetivo fundamental es acabar con el círculo intergeneracional de pobreza de las familias beneficiarias a través de acciones en educación, salud y alimentación. Oportunidades es un programa de transferencias monetarias condicionadas que se ha considerado como muy exitoso a los ojos de los analistas de la política social de Latinoamérica. Sin embargo, es un programa que se ha enfrentado a ciertas limitaciones que tienen que ver con la diversidad cultural y social del país. Una de estas limitaciones es precisamente la perspectiva de género que el programa afirma haber adoptado y que sin embargo, ha enfrentado serios cuestionamientos en este sentido tanto en evaluaciones cualitativas oficiales al programa como en varios estudios externos que han realizado análisis críticos sobre la política social actual en México.

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Capítulo II. PLANTEAMIENTO, MARCO TEÓRICO Y RECURSOS METODOLÓGICOS DE LA INVESTIGACIÓN El capítulo dos incluye el planteamiento y las preguntas que guiaron mi trabajo de campo, los hallazgos encontrados, el marco teórico-conceptual en el que se fundamenta mi investigación y la metodología utilizada en el desarrollo de la tesis. En el primer apartado comienzo por justificar por qué seleccioné a las políticas afirmativas de género del programa Oportunidades como tema de investigación, para después definir los objetivos, las hipótesis y las preguntas de investigación que me guiaron antes de realizar el trabajo de campo, así como las reformulaciones que tuvieron lugar después de este proceso de inmersión en la comunidad objeto de estudio. El segundo apartado lo dedico al marco teórico, definiendo los conceptos y las categorías analíticas que he utilizado para poder ubicar y entender la problemática bajo estudio, mientras que en el tercero abordo las herramientas metodológicas que me han permitido desarrollar el trabajo de campo, procesar la información y analizarla de la manera más ordenada y coherente posible. II.1 El planteamiento de la investigación Justificación del tema Mi interés inicial para la investigación a desarrollarse durante la maestría fue el tema del género en relación a la política social en regiones indígenas del estado de Oaxaca a partir de un enfoque etnográfico que permitiera observar cómo una política social que incluye al género como uno de sus ejes articuladores, y que está diseñada para aplicarse de manera uniforme entre todos los hogares pobres del país, interactúa en un ámbito local comunitario conformado por familias e individuos -hombres y mujeres- indígenas. Considero que basar mi estudio antropológico en una perspectiva de género en la que se destacan las características sociales que definen de manera relacional a mujeres y hombres, incluyendo sus semejanzas y diferencias (Cazés, 2005: 42) contribuye al estudio de la política social especialmente cuando ésta va dirigida a poblaciones indígenas en las que las mujeres históricamente no han tenido el mismo acceso que los hombres a la educación, a los recursos económicos y a la toma de decisiones en la esfera familiar y fuera de ella, así como tampoco al poder en el espacio político local; en

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condiciones socio-económicas de por sí desfavorables y de alta marginación para el conjunto de la población objeto de dicha política social. Mi propuesta de investigación consistió en observar, describir y analizar los alcances, las dinámicas y los posibles efectos que el programa Oportunidades genera en las relaciones entre hombres y mujeres en los hogares pero también en los espacios comunitarios en un contexto indígena oaxaqueño. Asimismo, incluyó la descripción y el análisis de las dinámicas y los efectos del programa entre la adolescencia y la juventud de estos hogares, tomando en cuenta la dimensión de las relaciones entre las generaciones de padres e hijos. Me interesó fundamentalmente estudiar las acciones, las dinámicas, los alcances y las limitaciones de Oportunidades por tratarse del principal programa de política social hoy en día en el país y porque lleva más de una década operándose. El principal objetivo declarado del programa Oportunidades es contribuir “al desarrollo humano mejorando las opciones en educación, salud y alimentación, centrándose en la familia y fomentando el tejido social y comunitario” (SEDESOL 2003). El programa otorga apoyos económicos a las familias por medio de las madres quiénes son las beneficiarias directas y administradoras de ese dinero. Es así como el programa se enfrenta con dos grandes retos en sus objetivos y aplicación: por un lado, abatir la pobreza y, por otro, eliminar la desigualdad entre los géneros. La forma de operar del programa Oportunidades exige a las mujeres cumplir con el cuidado y la alimentación de la familia, así como con la educación de los hijos. Las mujeres en tanto madres de familia son, de acuerdo al programa, “actores de su propio desarrollo”, pero el programa también las utiliza para que se vuelvan el “medio” para el desarrollo de sus familias, en particular sus hijos e hijas. Los padres de familia no están incluidos en las exigencias del programa ni en el otorgamiento ni en la continuidad de los apoyos; a ellos no les exigen funciones domésticas y reproductivas específicas, como son los cuidados de los hijos, la alimentación y la higiene del hogar, a cambio de las transferencias monetarias. Por su parte, las hijas y los hijos cuentan con apoyos económicos para asistir a la escuela y su responsabilidad es mantener un desempeño escolar aceptable; de manera afirmativa las niñas y las adolescentes reciben montos un poco más altos que sus hermanos varones. Es así como el programa Oportunidades genera dinámicas y efectos diferenciados entre los distintos integrantes de las familias beneficiarias, de acuerdo al género y a la generación de cada uno de ellos. 18

La presente investigación consiste en un análisis cualitativo de cómo las estrategias del programa operan en una comunidad mazateca, prestando atención a las “oportunidades” a las que niñas y mujeres jóvenes de la comunidad tienen acceso por ser becarias del programa. Cabe aclarar que nunca he pretendido hacer una evaluación del impacto del programa en dicha comunidad. La mía es una aproximación antropológica a las dinámicas que el Oportunidades genera en el espacio local, reforzando o transformando las relaciones, los roles y las condiciones intergenéricas e intergeneracionales al interior de las familias beneficiarias y en un espacio comunitario indígena. Me parece relevante estudiar las dinámicas que el programa Oportunidades genera en una comunidad indígena porque se trata de un programa diseñado verticalmente, operado de manera centralizada desde la federación, aplicado de manera universal sin tomar en cuenta diferencias socioculturales entre las distintas poblaciones objeto, y cuyo origen se encuentra en políticas neoliberales que se ajustan a la economía de mercado y a las recomendaciones en política social del BM y el FMI, política que no siempre coincide con las realidades que se viven en los pueblos indígenas. Dentro de los lineamientos oficiales, exigencias y corresponsabilidades del programa no se perciben, menos se toman en cuenta, las diferencias socio-culturales que pueden tener entre sí las diversas poblaciones a las cuales está dirigido Oportunidades. Es hasta muy recientemente, por ejemplo, que se ha iniciado a evaluar de manera cualitativa y comparativa los efectos del programa entre poblaciones mestizas y poblaciones indígenas con el fin de entender matices y diferencias y formular estrategias diferenciadas para reducir la pobreza en las regiones con población indígena19. Por lo anterior, propuse llevar a cabo la presente investigación en un pueblo indígena del estado de Oaxaca. Tenía una especial inclinación por acercarme a los mazatecos, principalmente a los de la zona baja de la región mazateca donde ha habido una intensa transformación medioambiental, sociocultural y económica de las comunidades, impulsada por múltiples estrategias del gobierno federal desde hace más de sesenta años con la creación de la Codelpa (Comisión del Papaloapan) y la construcción de la presa Miguel Alemán como uno de sus más grandes proyectos de desarrollo de mediados del siglo XX. Decidí elegir a San José Independencia como el lugar de mi investigación porque se trata del municipio más pequeño 19

González de la Rocha (2009) “Evaluación social y Plan de acción para la definición del modelo alternativo de la operación y gestión del Programa Oportunidades para población indígena. Versión preliminar”.

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de la zona y el que fue mayormente afectado en su territorio por la represa, además de que actualmente presenta especiales circunstancias de aislamiento y marginación por su ubicación geográfica. No había reparado en que, desde hace algunas décadas, la expulsión de migrantes es alta y este es un factor que también ha contribuido a la transformación socioeconómica y cultural del municipio. Objetivos generales y específicos El objetivo de mi investigación de campo en el municipio de San José Independencia fue el registro y el análisis de las dinámicas y los efectos que han tenido las acciones afirmativas del programa Oportunidades en las relaciones y los roles de género así como entre las generaciones en el espacio comunitario, en los hogares beneficiarios y en un grupo específicamente seleccionado de mujeres titulares, e hijos becarias y becarios de la cabecera poblacional de dicho municipio. Actualmente Oportunidades beneficia a la mayor parte de los hogares del municipio, operando desde hace diez años aunque no todas las familias beneficiarias han participado del programa a lo largo de este periodo. Mi hipótesis inicial era que el programa Oportunidades puede generar cambios al interior y entre hogares beneficiarios en cuanto a la equidad de género, el acceso a servicios de salud y educación, y también en referencia a las expectativas de las y los jóvenes, por citar algunos ejemplos. Después de una corta pero intensa investigación de campo, me di cuenta que no sólo los hogares sino también la vida pública comunitaria es un espacio importante para percibir cómo se reproducen o se transforman las dinámicas sociales de género y generación entre las y los beneficiarios, hombres y mujeres de distintas edades; dinámicas que seguramente están influenciadas por los roles normativos de acuerdo al sexo y a la edad en la cultura mazateca local, pero que también se modifican, se adaptan, se negocian o se reafirman por influencia directa o indirecta del programa mismo. En el trabajo de campo exploré dinámicas, situaciones e interpretaciones locales, generadas por tres acciones de la política social del programa Oportunidades en hogares beneficiarios y en el espacio comunitario: a) el hecho de que las madres sean las que reciban el dinero para apoyar la alimentación del hogar, la educación y la salud de sus familias, y por tanto sus principales beneficiarias, titulares y administradoras20; b) los montos de las becas educativas más altas para 20

Un mínimo porcentaje de titulares en el municipio son hombres.

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las becarias que para los becarios del programa como una acción afirmativa que pretende reducir la brecha educativa entre los géneros; y c) las pláticas de salud de la clínica, los talleres del programa impartidos por las vocales a las titulares y las pláticas de salud para las becarias y los becarios21como condicionantes para recibir las transferencias monetarias. Además, observé y entrevisté a los actores locales que llevan a cabo las anteriores acciones del programa en el espacio comunitario. Con actores locales me refiero a los funcionarios de Oportunidades a nivel municipal y estatal, las autoridades políticas, los maestros y las maestras de las escuelas en los tres niveles de educación que cubre el programa, el personal de salud como son los médicos, las enfermeras y los auxiliares de salud que trabajan en el municipio, y finalmente, las vocales mismas que el programa crea para su propio funcionamiento en el espacio local. En mi protocolo de investigación planteé los siguientes objetivos específicos: 1. Describir el patrón local de Oportunidades en lo que se refiere a su logística y administración en el municipio de San José Independencia, así como en las dinámicas que se han generado, transformado o fortalecido a partir de sus acciones afirmativas hacia la población femenina. 2. Profundizar sobre el posible proceso de transformación de los patrones de género y generación en el hogar y en la comunidad propiciado por la influencia de las acciones del programa Oportunidades. 3. Analizar la trascendencia de las tres acciones afirmativas del Oportunidades en las relaciones intergenéricas e intergeneracionales en hogares beneficiarios y al interior de la comunidad así como la incidencia o falta de incidencia de esas acciones para combatir la inequidad de género en este espacio local. 4. Estudiar de manera cualitativa entre un grupo representativo de familias beneficiarias el acceso y control de los recursos, la toma de decisiones, las relaciones de poder y las cargas de trabajo dentro del hogar; así como las opiniones, elecciones, trayectorias y prospectivas propias de vida de las y los becarios de estas familias.

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Aunque las pláticas para adolescentes no han tenido gran importancia a nivel local como lo plantean las reglas de operación del programa.

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Los cuatros objetivos se lograron explorar en el trabajo de campo; no obstante, caben unas aclaraciones importantes sobre dos de ellos. Respecto al segundo objetivo -las continuidades o transformaciones en los patrones de género y de generación en los hogares y en la vida comunitaria- las transformaciones tienen también que ver con

cambios

en patrones

económicos que han afectado en las últimas décadas las relaciones sociales y familiares de toda comunidad indígena oaxaqueña, incluyendo al municipio de estudio. A pesar de ser un municipio aislado geográficamente por estar rodeado por la presa Miguel Alemán y de presentar serias dificultades en vías y medios de comunicación, San José Independencia está profundamente vinculado con la región mazateca en general y con la economía regional y nacional, siendo una comunidad rural cuya producción agropecuaria entró en crisis desde hace algunas décadas y que se ha caracterizado por exportar mano de obra no calificada durante más de veinte años hacia las urbes cercanas de Veracruz y Puebla, la ciudad de México, distintas ciudades del norte del país y hasta los Estados Unidos. La alta expulsión migratoria se ha dado sobre todo entre su población joven, tanto hombres como mujeres, los cuales se subemplean por temporadas en un mercado de trabajo generalmente informal y no calificado. Desde los años ochenta es común que los y las jóvenes salgan de la comunidad en busca de trabajo o para seguir estudiando; generalmente albergando la esperanza de encontrar una mejor calidad de vida asociada al contexto urbano. Algunos de ellos regresan al pueblo después de unos años y traen consigo nuevas ideas y distintas formas de vestir y comportarse con respecto a las que tenían antes de salir o a la generación de sus padres y madres. Este proceso de transformación antecede la llegada del programa Oportunidades a la comunidad, por lo que los cambios en los roles y las relaciones de género y entre generaciones son realmente parte de un proceso de transformación social más largo y profundo en donde el Oportunidades ha añadido en la última década ciertos elementos adicionales, sin ser necesariamente el principal factor causante. Lo anterior no niega que el programa tenga impactos en las nuevas generaciones, por ejemplo en el indudable aumento de la escolaridad promedio, y en que la educación se ha vuelto un factor mucho más importante que en el pasado en fomentar la migración temporal o definitiva de adolescentes y jóvenes para seguir con sus estudios. En referencia al cuarto objetivo -estudiar el acceso y control de los recursos, la toma de decisiones, las relaciones de poder, las cargas de trabajo, así como las opiniones, elecciones, 22

trayectorias y prospectivas propias de las y los becarios dentro de un grupo seleccionados de hogares beneficiarios, se logró un acercamiento con base en la observación y la convivencia en varios hogares beneficiarios de la comunidad que permitió un estudio etnográfico de las relaciones entre los padres, las madres, los hijos, las hijas y algunos otros miembros de dichas familias. Por falta de tiempo, fue mucho más difícil captar las dimensiones de las relaciones de poder, la toma de decisiones y el manejo de los recursos económicos del hogar por parte de padres y madres. La exploración que se logró se centró más en entrevistas y en observaciones a representaciones y prácticas visibles de las diferencias de género y de edad, principalmente entre madres e hijas beneficiarias. Se llevaron a cabo entrevistas a profundidad con becarias y becarios que estudian la telesecundaria y el bachillerato, indagando sobre sus decisiones, recursos, condiciones, elecciones y prospectivas de vida en comparación con las generación de sus madres y padres. Es decir, que una vez en la comunidad, el énfasis se fue dando hacia conocer las perspectivas de vida de los jóvenes y mucho menos sobre las cargas de trabajo o las relaciones de poder al interior de la familia. Preguntas de investigación Mi principal interés en la investigación ha sido identificar los derechos, las responsabilidades, los recursos y las tareas que distinguen, o bien asemejan, a las mujeres de los hombres de acuerdo a roles, relaciones y dinámicas de género y generación en los hogares y en el espacio comunitario. La pregunta central que guió esta investigación desde un inicio fue: ¿Cuáles han sido las consecuencias de las “acciones afirmativas” de Oportunidades en las relaciones y los roles de género de las familias beneficiarias de San José Independencia? De este cuestionamiento, y a través de los primeros hallazgos en el trabajo de campo, se desprendieron preguntas más acotadas:

¿Cómo se dan las relaciones no sólo de género sino también

intergeneracionales entre los miembros del hogar y en la esfera pública de la comunidad?, ¿Cómo se reparten las cargas de trabajo dentro y fuera del hogar?, ¿Quién decide en que se gasta el dinero de Oportunidades?, ¿Cómo se administran los apoyos económicos?, ¿Cómo ha sido el acceso a la educación para las nuevas generaciones?, Este acceso: ¿Se ha dado realmente de manera diferencial para mujeres (niñas y jóvenes) que para los varones?, ¿Las mujeres tienen derecho a elegir con quién casarse, cuántos hijos tener y cada cuándo, así como en tomar otras decisiones sobre su propio cuerpo y salud reproductiva?, ¿Están cambiando o han cambiado 23

las condiciones y expectativas de vida de las hijas becarias en relación con las de sus madres?, ¿Las mujeres participan en espacios de la vida pública comunitaria, como es la organización administrativo-política de San José o en organizaciones productivas?, y por último, ¿Cómo participan las mujeres titulares en el programa Oportunidades?, ¿Cuál es el papel que desempeñan las vocales en la implementación y en el seguimiento de Oportunidades a nivel local y qué significado tiene esta participación femenina en el desarrollo de un programa en el espacio comunitario? Estas preguntas buscaron respuesta en la observación y las interacciones sociales diarias durante el trabajo de campo, tanto en el espacio comunitario como al interior de los hogares beneficiarios con los que trabajé cercanamente. La observación participante se enriqueció a partir de entrevistas formales y múltiples conversaciones informales con mujeres y hombres beneficiarios de las dos generaciones. Descubrimientos y replanteamientos Siguiendo las referencias de las evaluaciones cualitativas y socio-demográficas que se han hecho al programa Oportunidades mi hipótesis inicial fue que las dinámicas y los posibles efectos del programa en los hogares variarían de acuerdo a las características sociodemográficas de cada hogar así como al contexto socioeconómico local y regional en el que se insertan esos núcleos familiares. Estas referencias bibliográficas afirman que las dinámicas creadas por el programa y sus posibles efectos sobre el género están influenciadas tanto por el tipo de hogar en el que viven las mujeres como por su situación socioeconómica y el monto de las becas que reciben del programa. Con tipo de hogar me refería al número y composición de miembros de la familia, al ciclo doméstico y a la jefatura del hogar. Sin embargo, el trabajo de campo me hizo descartar las variables de ciclo doméstico y de jefatura del hogar. El tipo de hogar sí continúa siendo una variable importante para los hogares estudiados pero solamente en relación al número y composición de miembros de la familia, ya no respecto al ciclo doméstico22, ya que todos los hogares que fueron objeto de este estudio etnográfico se 22

El ciclo doméstico son las etapas, los cambios y los procesos de los hogares (González de la Rocha 2007a: 73). Incluye el nacimiento, el crecimiento, el matrimonio, la vida adulta y la muerte de los miembros de la familia así como la incorporación de otros miembros.

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encuentran en una etapa de “expansión”; es decir, son hogares con hijos pequeños y jóvenes que requieren de cuidados y alimentos pero que todavía no son productivos porque se dedican en su mayoría al estudio. La jefatura del hogar se perfiló como una variable de cierta importancia pero, al mismo tiempo, muy compleja. Un porcentaje considerable de los hogares de la comunidad se sostiene social y económicamente por mujeres solteras, divorciadas o viudas, pero también por esposas de migrantes; en este último caso, las circunstancias económicas del hogar son generalmente muy distintas y mucho mejores que en los otros casos en donde las mujeres deben de sostener solas la economía de la unidad doméstica. Considerando lo anterior, le quité centralidad a esta variable en mi diseño del estudio y en la recopilación de la información. Los descubrimientos durante el trabajo de campo y los posteriores replanteamientos permitieron advertir que, en contraste con mi hipótesis inicial, no son necesariamente esas características de los hogares las que implican dinámicas y efectos diferenciales de un programa social como es Oportunidades. Ahora considero que, por un lado, el programa tiende a crear dinámicas y presentar efectos uniformes en los hogares beneficiarios porque muchos de ellos se parecen en sus características de composición familiar y de ciclo doméstico. Por el otro, las implicaciones y la importancia que el programa adquiere en cada hogar, varía en relación al nivel socioeconómico de cada grupo doméstico. Aunque es indudable que, en conjunto con las remesas de los migrantes de las familias, los apoyos monetarios del programa contribuyen con un porcentaje importante del sostén económico de la mayoría de los hogares mazatecos del municipio, la comunidad se caracteriza por una desigualdad social más marcada de lo que me imaginaba en un principio, puesto que existen una cuantas familias que cuentan con recursos económicos, poder político y prestigio social muchos mayores que el resto de los hogares. Esta diferenciación socioeconómica matiza de manera visible la importancia que el Oportunidades representa para estos distintos hogares y es un factor a tomarse en cuenta al estudiar las dinámicas y los efectos que el programa tiene en las relaciones de género y entre generaciones al interior de cada hogar. Para finalizar, el número y composición de miembros de la familia continúa siendo una variable importante tanto como lo es la migración; ésta última siendo un factor que no había tomado en cuenta en mi primer planteamiento de la investigación y que en definitiva interviene

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de manera profunda tanto en la composición de los hogares como en las transformaciones de las condiciones de género y entre las generaciones de la comunidad.

II.2 MARCO TEÓRICO En este apartado esbozaré de manera general la teoría de género que se ha utilizado para desarrollar el problema de investigación planteado en esta tesis, así los como los conceptos y las categorías claves que se desprenden de ella. Dos de los conceptos básicos son el de género y el de generación. Estos dos conceptos se entrecruzan con el de familia porque es en ésta en donde nos formamos y relacionamos como mujeres u hombres, o como niños, adolescentes, jóvenes o adultos, en formación o con responsabilidades. El género El género es un concepto relacional que se define como la construcción sociocultural de las diferencias biológico-sexuales entre hombres y mujeres; construcción que tiende a producir relaciones desiguales entre los sexos, generalmente situando a las mujeres en una posición subordinada23 con respecto a los hombres (Pearlman 1979; Lamas 2002;). Aunque el sexo de las personas no corresponde naturalmente al género que se les asigna socioculturalmente, en la mayoría de las sociedades el género masculino corresponde al hombre cuya representación social hegemónica24 es que es productivo mientras el género femenino está asociado a la mujer la cual se identifica con cumplir un papel reproductivo. Como construcción sociocultural, el género refiere no sólo a las características biológicas y fisiológicas de las mujeres y los hombres sino a las prácticas sociales y a los roles sociales de género que evidencian creencias, 23

En la acepción común, podemos decir, que una “posición subordinada” de las mujeres con respecto a los hombres se refiere a una posición socialmente inferior o marginal. Sin embargo, en la conceptualización de Gramsci sobre hegemonía, la subordinación se refiere a un proceso dinámico y complejo que se produce en la práctica siempre de manera relacional con la hegemonía y en el cual los grupos sociales subordinados (en este caso, las mujeres), en lugar de ser víctimas pasivas de este proceso, participan en la construcción del mismo (Gramsci 1978). 24 En el pensamiento gramsciano, hegemonía se refiere a un complejo proceso político, económico, social y cultural a través del cual las clases sociales en el poder ejercen dominación sobre las clases subordinadas sin la necesidad de utilización de la fuerza coercitiva, sino a través de la generación de consensos por medio de múltiples aparatos y prácticas de poder. Hegemonía y subordinación van de la mano; un proceso hegemónico crea sujetos subordinados. Se trata de un concepto que rebasa la idea del ejercicio del poder como dominación totalizante, que conceptualiza al poder como proceso y no como estructura estática y que permite además la posibilidad del desarrollo de discursos y prácticas contra-hegemónicas por parte de los grupos sociales subordinados (Gramsci, 1978).

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comportamientos, y valores que se atribuyen de manera diferenciada a hombres y mujeres. En la actualidad el tema de género está en boga en las ciencias sociales y humanistas. Es erróneo pensar que los estudios de género se enfocan al estudio de las mujeres, como se suele interpretar coloquialmente e incluso en la academia: La teoría o perspectiva de género “es un cuerpo de ideas y proposiciones desarrollado desde diversas disciplinas (sociología, antropología, psicología, etc.) que pretende analizar y explicar los procesos de diferenciación social entre hombres y mujeres. Dicho cuerpo de ideas parte de dos premisas básicas. La primera es que las diferencias de género son socialmente construidas, es decir, productos culturales que cambian con el tiempo y el espacio; la segunda es que a pesar de estas variaciones culturales, la subordinación de las mujeres es un elemento constante en la mayoría de las sociedades del mundo.” (Vázquez y Zapata, 2000: 122-3).

Las investigaciones con perspectiva de género tienen como propósito analizar de manera relacional las diferencias y las semejanzas entre hombres y mujeres así como las funciones o roles que se les asignan culturalmente y son reproducidos en diferentes esferas de la vida social y comunitaria. La mayoría de las veces, estas diferencias y semejanzas se traducen en desigualdades e inequidades para ellas en comparación con ellos. El género es un eje de desigualdad clave para estudiar las realidades sociales porque reproduce y perpetúa relaciones asimétricas entre hombres y mujeres. El género y la familia Los roles de género se aprenden y se reproducen en el espacio del hogar, como una constante en diferentes culturas y contextos específicos. Los niños y las niñas aprenden las valoraciones sobre la masculinidad y la femineidad en familia (Scott 1996). Estas construcciones sociales ubican roles familiares para cada género de manera diferencial. Las relaciones, las dinámicas y las condiciones de género y de edad en el espacio familiar generalmente son asimétricas situando a las mujeres y a los más pequeños en una posición subordinada a la de los hombres y los mayores. En los campos académicos de la antropología social y la socio-demografía se ha debatido ampliamente sobre la interrelación de los temas familia, género, generación y pobreza. Varias autoras -más que autores- en la última década han contribuido a la reflexión de las condiciones de género en las familias pobres. En su artículo sobre género, familias y hogares en la política social de Latinoamérica, Sylvia Chant describe a los hogares como territorios de desigualdad de género en los que es necesario estudiar “las dinámicas y las relaciones de poder, a fin de comprender las experiencias personales de hombres y mujeres, así como las desigualdades sociales más generales entre ellos” (2007: 292). 27

Sobre el México campesino e indígena, González Montes (2002) señala que hay un control diferencial por sexo y generación de los recursos humanos, simbólicos y materiales (p. 172) por el cual niños y mujeres tienden a tener menor acceso a dichos recursos. El análisis de González de la Rocha acerca de los procesos domésticos en hogares beneficiarios del programa Oportunidades aporta que estos hogares “son a menudo un espacio de confrontación de intereses, de cargas desiguales y de modos distintos de acceder a los recursos en el que las mujeres, los niños, los jóvenes y los viejos ocupan la posición de mayor debilidad” (González de la Rocha, 2007a: 76). Por último, cabe aclarar dos conceptos relacionados con el de familia en la argumentación de esta tesis. Uno de ellos es el de “composición familiar” que se refiere al número, edad, sexo y orden al nacer de los distintos miembros de la familia. Y otro es el de “hogar”, que en este estudio alude al concepto oficial del programa Oportunidades que lo denomina, utilizando una definición funcional, como el “conjunto de personas que hacen vida en común dentro de la vivienda, unidos o no por parentesco, que comparten gastos de manutención y preparan los alimentos en la misma cocina” (SEDESOL, 2008d: 59). Para el programa los recursos más importantes de un hogar pobre son los que aseguran la alimentación de la familia porque la alimentación es una de las necesidades más básicas a resolverse para la supervivencia de un hogar. Inequidad de género en el hogar La familia es un espacio en el que se aprenden y se reproducen culturalmente los roles de género y en donde tienden a aprenderse y reproducirse las desigualdades entre los sexos. Las diferencias entre hombres y mujeres no debieran traducirse en desigualdades y mucho menos en inequidades. Las desigualdades se expresan en términos de derechos, opciones y posibilidades diferenciadas entre hombres y mujeres, simplemente por el hecho de ser hombre o mujer. Con inequidad nos referimos a una desigualdad que se percibe socialmente como injusta. Una inequidad de género en las relaciones dentro de los hogares pobres se encuentra en el acceso y el control de los recursos, por ello es necesario en la investigación social “decodificar las relaciones sociales establecidas entre los miembros del hogar y en función de la existencia de necesidades diferenciadas por género y generación, para establecer las desventajas y asimetrías existentes en cuanto al acceso a los recursos y bienes producidos y reproducidos por el grupo 28

doméstico” (Salles y Tuiran, 2000: 154). En general, el acceso a los alimentos, a la educación y a la salud se encuentra influenciado por el género y la generación de los integrantes del hogar, dos de las categorías conceptuales significativas en el presente estudio para definir los efectos y dinámicas creados por el Oportunidades en relación a las mujeres, tanto madres como hijas. El trabajo doméstico y las cargas de trabajo Otra de las inequidades de género, que tiende a reproducirse en casi todas las sociedades del mundo, es que el trabajo de las mujeres y de los hombres se valora de manera diferenciada. En los hogares de estructura tradicional en los cuales los hombres son los encargados de sostener económicamente a la familia, las mujeres generalmente cargan con la responsabilidad en el cuidado y la crianza de los hijos (Quintero, 2007: 78). El trabajo doméstico que las mujeres adultas, jóvenes y niñas realizan en el hogar generalmente está subvalorado. Este trabajo consiste en cocinar, lavar y mantener el hogar limpio así como cuidar y alimentar a los niños. Desde la teoría económica del movimiento feminista, Delphy explica que lo que distingue al trabajo doméstico es que se realiza gratuitamente -en el marco de la familia- y en general tampoco se intercambia. Se categoriza como gratuito porque se trata de servicios prestados a otras personas; las mujeres entonces realizan trabajos que los otros miembros de la familia consumen (Delphy, 1982: 45). En contextos donde la organización social y política está dominada en gran parte por los hombres, las mujeres tienden a ser relegadas al espacio doméstico y se enfrentan con obstáculos determinados por su condición de género, puesto que no participan de igual forma en la dimensión productiva del trabajo. En su análisis marxista estructuralista sobre el trabajo de las mujeres y los capitales, Mellasoux afirma que “la subordinación al hombre de las capacidades reproductoras de la mujer…se acompaña de una similar incapacidad de la mujer para adquirir un estatus a partir de las relaciones de producción” (1977: 113). De acuerdo a este enfoque, es la participación nula o secundaria de las mujeres en las relaciones de producción que generan capital económico lo que las relega a un papel subordinado en las relaciones de poder que se establecen al interior del hogar, así como en los espacios públicos en donde se organiza la vida social y política de la colectividad. La desigualdad en la valoración del trabajo de las mujeres se expresa también, entre otras cosas, en las diferentes cargas de trabajo -las tareas domésticas representan una doble carga- y en el 29

acceso limitado o nulo a los recursos (físicos, socioeconómicos, socioculturales y políticos) que tienen dentro del hogar que vive en pobreza. El trabajo de las mujeres se invisibiliza porque no es productivo por lo cual ellas no tienen derecho ni acceso a los recursos de la misma forma que otros miembros de la familia. La distribución de las cargas de trabajo dentro del hogar depende de la composición de la unidad doméstica; es decir, del número de miembros que trabajan y que consumen en el hogar; además del sexo también hay que considerar la edad y el orden al nacer de hijas e hijos. La generación La dimensión intergeneracional es particularmente útil en los estudios sociales porque permite vislumbrar las diferencias y las similitudes entre las condiciones de madres y padres versus hijas e hijos, y cómo el cambio generacional se da en términos de condiciones, pensamientos y estrategias, aportando una visión temporal de transformación social que no sería posible investigar en un trabajo de campo de corte sincrónico que no incluyera esta dimensión. En este caso nos interesa identificar dichas diferencias y semejanzas en las relaciones y los patrones de género de una generación a otra en las familias beneficiarias de Oportunidades. En estudios sobre la desigualdad de género en comunidades indígenas de México (Freyermuth 2003; Riquer 2007) se ha utilizado la dimensión intergeneracional para dar cuenta de las transformaciones que se pueden dar entre una generación a otra, contemplando el análisis sobre los avances que se han podido dar para disminuir o erradicar dicha desigualdad. Un indicador de los posibles cambios entre una generación y otra es el de las alternativas, las elecciones y las perspectivas de vida; por ejemplo, el llegar a niveles de educación más altos, elegir cuándo y con quién casarse o escoger un método de planificación familiar. Categoría adolescente/joven A nivel conceptual las etapas de la vida como son niñez, adolescencia, juventud y adultez tienen un significado distinto en el contexto indígena y en el contexto rural que en las sociedades urbanas o en los estratos sociales de clase media. Justamente el programa Oportunidades está influyendo en cambiar el significado y las prácticas asociadas a las distintas categorías de edad a nivel local en escenarios indígenas. Las familias indígenas rurales se han transformado de manera significativa, a partir de los profundos cambios asociados al abandono creciente de los patrones 30

productivos-laborales campesinos y la expulsión migratoria que ha caracterizado a la mayoría de las poblaciones rurales indígenas en el país. Estos cambios obviamente anteceden al programa Oportunidades, pero se han visto profundizados y reforzados por la influencia del programa. Es común ahora que en el mundo rural indígena, se tengan menos hijos, que haya una mayor disponibilidad de fuerza de trabajo asalariado porque no sólo se vive del campo y que los niños y los adolescentes vayan y permanezcan en la escuela durante mucho más años que antes. Existe un cambio intergeneracional porque la educación ha sustituido al trabajo como la principal ocupación de niños y jóvenes. Al igual que cualquier otra categoría identitaria, y tal vez aún más en el caso de las categorías de “edad”,25 la definición de los grupos sociales que constituyen en una sociedad determinada “los adolescentes” y/o “los jóvenes” no es ni inmutable ni, mucho menos, universal. Se trata de categorías cuya construcción y significado son distintos y se han transformado de acuerdo a contextos históricos y socio-culturales específicos; tanto entre sociedades, como-- al interior de una misma sociedad--entre distintos grupos sociales. Hay distintas formas de conceptualizar la adolescencia y la juventud: como categorías socio-demográficas (en distintos grupos de edad), como una etapa de transformación y maduración sexual, afectiva, social, intelectual y física, y también como “subculturas”26. Lo que hoy en día constituye una definición socio-demográfica de adolescencia, aceptada en la política pública dirigida a este sector poblacional, sostiene que la adolescencia corresponde al grupo de edad entre los 12 y 18 años; mientras que la juventud es el grupo etario aproximadamente entre los 15 o los 18 hasta aproximadamente los 29 años de edad (Instituto Mexicano de la Juventud 2009). Como construcción socio-histórica derivada de la sociedad industrial moderna y de la conceptualización de los niños, adolescentes y jóvenes como sujetos de derechos, la adolescencia y la juventud son categorías que se han afirmado en su definición hegemónica actual desde mediados del siglo XX. Se conciben como etapas de transición de la niñez a la edad adulta y, de acuerdo a ciertos autores, su definición actual se afirmó con la prohibición del trabajo infantil y la obligatoriedad de la educación escolar (Klett 1993); misma que, con la generalización y extensión 25

Por definición, la pertinencia a grupos y categorías de edad es transitoria. A diferencia por ejemplo del género cuya pertinencia tiende a permanecer a lo largo de la vida, los seres humanos transitamos de una categoría de edad a otra en el transcurso de las distintas etapas de nuestro ciclo vital (Giovanni Levi y Jean-Claude Schmitt 1996 “Introducción”, en Historia de los jóvenes, vol I, Taurus Eds., Madrid.) 26 Sandoval, 2002:159-164, citado en Oscar Dávila León 2005 “Adolescencia y juventud: de las nociones a los abordajes” en Última Década 21: 83-104)

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de la educación escolar, implica que la familia y la comunidad pierden poder como espacios de enseñanza informal en donde el niño o la niña solían transitar de la vida infantil a la vida adulta aprendiendo de sus padres a través de un involucramiento progresivo en el trabajo doméstico o en el campo (Rodríguez 1995). En la sociedad industrial moderna, las etapas de la adolescencia y la juventud tienden a prolongarse con “una mayor permanencia en el sistema educativo, el retraso en la inserción… laboral y ¨(en) la conformación de (una) familia propia, una mayor dependencia respecto a sus hogares de orígenes y menor autonomía o emancipación residencial” (Dávila León 2005: 98). Todo lo anterior tiene mayor relevancia para entender el significado y las transformaciones de estas etapas de la vida en contextos rurales campesinos e indígenas como los oaxaqueños, en donde las categorías de adolescencia y juventud son relativamente nuevas, tanto a nivel conceptual como en la práctica. En la sociedad indígena y campesina más tradicional, cuya reproducción económica se vinculaba íntimamente a la producción agrícola o agropecuaria y cuya reproducción sociocultural se ha caracterizado por una organización comunitaria de orden colectivo en donde la participación de los hombres es fundamental en el sistema de cargos, los hijos e hijas desde una edad temprana se volvían mano de obra importante para la superviviencia familiar y comunitaria. El proceso de maduración para llegar a la edad adulta se daba como aprendizaje informal en las familias, en donde hijos e hijas aprendían poco a poco, de manera progresiva y de sus respectivos padres, tareas y roles que les correspondían por ser varones o mujeres. Los niños y las niñas tendían a transitar a la vida adulta alcanzando la pubertad o poco después, en un contexto en donde la escolaridad era muy baja y predominantemente masculina y las uniones matrimoniales se daban a muy temprana edad, aun si las jóvenes parejas se quedaban por un cierto tiempo bajo la tutela de las familias paternas. Esta conceptualización se está transformando radicalmente hoy en día con el aumento de la escolaridad de las nuevas generaciones y sobre todo de las niñas, con el retraso en la edad de la unión matrimonial y con los cambios de patrones laborales en las comunidades indígenas. Como veremos en el curso de la tesis, el programa Oportunidades tiene mucho que ver en profundizar este proceso y en la construcción de las categorías de adolescencia y juventud en estos espacios sociales.

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Género, etnia y clase social La comunidad mazateca en la que se llevó a cabo el estudio para esta tesis puede percibirse como “una red de relaciones determinadas por la pertenencia étnica, los roles de género, la posición generacional y la situación de clase”, categorías que Florencia Mallon (2003) usara en su estudio sobre el proceso histórico de la construcción de comunidades campesinas poblanas durante la segunda mitad del siglo XIX, situando el conflicto interno al centro de su propuesta teórica. El interés por observar y documentar las relaciones inequitativas entre los géneros forma parte fundamental del análisis de las desigualdades sociales en contextos pobres e indígenas de México, contextos en que estas desigualdades pueden ser aún más profundas que en otros grupos sociales. Al respecto, en su estudio sobre mortalidad materna en Chenalhó Chiapas, Freyermuth afirma que “las relaciones de género pueden ser resignificadas por la pertenencia a una etnia, clase o generación” (2003: 220). Por ello es necesario visibilizar la etnicidad como factor de desigualdad social y enfatizar su articulación con otras desigualdades como las de clase y género, como nos aporta Riquer (2007: 35) en el caso de los programas sociales de salud, educación, trabajo y tiempo libre entre la juventud indígena maya. La situación de clase con su acceso diferencial a ingresos básicos, profundiza las diferencias sociales entre individuos y grupos. La adscripción étnica, por otro lado, refiere no sólo a una lengua indígena como elemento de identidad sino también al ejercicio diferenciado de derechos, y oportunidades en donde los grupos indígenas sufren de mayor exclusión, mayor discriminación y menor acceso que otros grupos y comunidades del país. Para complementar mi análisis antropológico he cruzado las categorías de género y generación con las de etnia y clase social, como condiciones subjetivas y objetivas importantes que caracterizan a las familias de la comunidad mazateca de estudio. Es decir, este entrecruzamiento teórico sirve para afirmar que las mujeres indígenas frecuentemente viven una triple desigualdad, no sólo por su condición genérica sino también por su pertenencia a un grupo étnico y a un sector social marginado; una triple desigualdad que se construye en las relaciones sociales al interior del hogar, pero también en la vida comunitaria y en las interacciones con actores que representan a la sociedad hegemónica en el espacio local; por ejemplo el médico de la clínica o el coordinador regional del programa Oportunidades. Es común que a la subordinación de género que vive la gran mayoría de las mujeres mazatecas, en este caso se sume la desigualdad de clase 33

social y/o de condición étnica lo que resulta en una triple exclusión o discriminación: como mujeres, como pobres, y como indígenas. Las mujeres indígenas se sitúan en mayor desventaja no sólo frente a sus pares masculinos, sino también en comparación con mujeres procedentes de otros grupos sociales. Existen diferencias con otras mujeres porque las que pertenecen a algún grupo étnico -históricamente marginados en nuestro país- no tienen las mismas oportunidades que otras de diferente origen cultural y social. En el presente estudio antropológico se analizan las posibles trayectorias de vida de las beneficiarias de Oportunidades, tanto de madres como de hijas, de acuerdo al género y a la clase en el espacio familiar y comunitario, lo que permite resaltar diferencias y posibles semejanzas, como demostraron Benería y Roldán (1987: 99) en su estudio sobre las trayectorias del trabajo asalariado a domicilio de mujeres pobres en un contexto urbano como el de la ciudad de México. En estas trayectorias se entretejen las desventajas de género y de clase, a las cuales en este estudio se agrega la variable etnicidad por tratarse de familias beneficiarias de una comunidad mazateca. El ser mujer, pobre, indígena y además joven, implica en mucho casos enfrentarse a situaciones de mayor exclusión y desigualdad en comparación con otros grupos sociales. Paloma Bonfil ha explorado el tema de las desventajas sociales para las jóvenes indígenas en el campo de la educación: “Las disparidades que afectan a las jóvenes indígenas obedecen a la discriminación y subordinación de clase, en términos de los servicios educativos a los que tienen derecho y obligación como ciudadanas de este país y que no les son ofrecidos; de etnia en la medida en que nacer indígenas las predestina a menores oportunidades de desarrollo individual y colectivo; y de género, ya que al interior de sus grupos y familias se subordina la satisfacción de sus necesidades educativas a las de sus contrapartes masculinas” (2001: 541). Sin embargo, hay que reconocer que, en el caso educativo, este es justamente un campo en donde el programa Oportunidades ha incidido de manera notable en transformar la desventaja histórica que las niñas y adolescentes mujeres indígenas rurales han vivido. De acuerdo a la última evaluación cualitativa del programa, no sólo hay una tendencia a que las niñas igualen a sus hermanos en años de escolaridad, sino a que los estén rebasando (González de la Rocha 2009a).

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Evaluaciones y literatura sobre Oportunidades Además de contar con un panorama general sobre la historia de la política social en México presentado en el capítulo I- , las lecturas y referencias bibliográficas sobre Oportunidades forman parte también de mi anclaje teórico. Se trata de distintas valoraciones oficiales al programa como las evaluaciones cualitativas a mediano y largo plazo, tanto en contextos urbanos como rurales, que han sido referencias bibliográficas obligadas para esta investigación. Una de ellas es el diagnóstico cualitativo a Oportunidades en hogares semiurbanos (Escobar y González de la Rocha, 2002) que tiene como objetivo establecer las formas de organización de las comunidades, de los hogares y de los servicios educativos y de salud antes de recibir los apoyos del programa. Se trata de un estudio diagnóstico que pretende ser también una posible línea de base para intervenciones y modificaciones futuras que permita analizar los cambios que se generen cuando el programa se aplique a más localidades. En cuanto a los resultados de las acciones del programa en educación, Escobar y González de la Rocha concluyen que los factores que contribuían a las ausencias escolares de los alumnos eran la falta de desayuno, de ropa, de zapatos y de útiles. Respecto a los impactos de Oportunidades en la escolaridad de comunidades rurales, uno de los objetivos de las evaluaciones externas al programa (Behrman et. al. 2006a) ha sido analizar cómo el impacto del programa en la escolaridad puede variar de acuerdo con las características de las escuelas disponibles en el área de residencia de los estudiantes en zonas rurales. Lo que se evaluó en este caso, fue si la presencia de maestros bien preparados y mayores recursos en las escuela son factores que pueden intervenir en los efectos del programa. La calidad de la escuela se midió a partir de la escuela disponible- la más cercana- a los niños, pues es cuando con mayor frecuencia los padres inscriben a los hijos para asistir a clases. Y también a partir de la relación alumnos-maestros, así como del número de aulas, pupitres, laboratorios, computadoras y bibliotecas. El resultado final confirma que el impacto de Oportunidades es mayor cuando las escuelas disponibles son más cercanas, tienen mejor infraestructura y la relación maestro-alumnos es más favorable a la enseñanza-aprendizaje en el salón. Asimismo, son referencias de lectura las evaluaciones desde el género que el COLMEX hizo al programa (López y Salles 2005 y 2006) así como la evaluación sobre género de su antecesor Progresa, por parte del IFPRI sobre el empoderamiento de las mujeres (Adato et. al. 2000 y Meza et. al. 2002). También un texto sobre la creación del Progresa (Levy 1994) y otras evaluaciones a 35

Oportunidades (Escobar Latapí y González de la Rocha 2005; González de la Rocha 2007a; González de la Rocha 2009a y 2009b)

Sociología del desarrollo centrada en el actor Otro aporte básico para la presente investigación es el de Norman Long (2007) con su propuesta teórica y metodológica de los estudios sobre las intervenciones para el desarrollo y el cambio social desde la perspectiva del actor. Este autor propone combinar un análisis de las estructuras macroeconómicas con el estudio de la vida cotidiana, las elecciones, los procesos de conocimiento y las experiencias de los sujetos sociales, “objeto” del desarrollo social. El concepto de “agencia” propuesto por Long logra rebasar la visión de los sujetos sociales subordinados como víctimas pasivas de procesos macro-estructurales determinantes en los cuales ellos como individuos o como grupos, no tienen capacidad de respuesta o de incidencia. En la perspectiva del actor que nos propone Long, los sujetos sociales, no sólo los individuos sino también las organizaciones y las redes sociales a los que afectan o benefician los proyectos desarrollistas, tienen capacidad de hacer y de conocer de acuerdo a sus propios referentes culturales, interpretaciones y prácticas sociales. La conceptualización de Long es de gran utilidad para entender las acciones y los cambios sociales en los contextos familiares, comunitarios y microregionales, a partir de la incidencia de las políticas públicas. Es de riqueza etnográfica para el estudio de las políticas de desarrollo documentar las representaciones y las prácticas de los sujetos sociales que viven y se mueven en un contexto constreñido puesto que los actores locales interpretan las acciones de los proyectos e implementan estrategias para contrarrestar, adaptar o reproducir -según sea el caso- la lógica diferente de los proyectos que llegan “desde arriba”. Tal es el caso de las beneficiarias y los becarios entrevistados en la comunidad de estudio respecto al programa Oportunidades.

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II.3 LOS RECURSOS METODOLÓGICOS En este último apartado se describen las herramientas metodológicas que se utilizaron en la presente investigación, sin dejar de reflexionar sobre mi situación como mujer, observadoraobservada y como sujeto condicionado cultural y socialmente frente a mis interlocutores, observados pero también observadores. La construcción metodológica de la muestra censal Después de revisar los datos oficiales del último conteo del INEGI sobre el municipio así como el censo del 2008 realizado por el personal de la clínica, necesitaba tener datos más precisos acerca de la distribución espacial de la población en la cabecera municipal y de las características socioeconómicas de los hogares. Un censo de todos los hogares de la cabecera como herramienta cuantitativa me ayudaría a obtener estos datos de manera directa y a su vez a abrirme camino con las familias para un estudio de carácter cualitativo que era el propósito final de la presente investigación. Sin embargo, la aplicación de un cuestionario en todos los hogares y su posterior sistematización me hubieran llevado mucho del poco tiempo con el que se contaba para hacer trabajo de campo, así que opté por realizar más bien una muestra de la comunidad. El cuestionario se aplicó en 50 de los 323 hogares (INEGI 2005) de la cabecera municipal: 26 hogares en el centro, 5 en la colonia Cerro de Vidrio, 6 en Agua Azul, 7 en la Isla y 6 en Sonora. Dicho cuestionario27 indagaba sobre la composición y número de miembros de los hogares, los características socio-demográficas básicas de sus integrantes (sexo, edad, relación de parentesco con el jefe/jefa de familia, lengua, grado de estudios y ocupación), los ingresos económicos, los bienes y acceso a servicios así como las características de la vivienda y, por último, datos básicos sobre el Oportunidades en el caso de los hogares que cuentan con los apoyos del programa28. El cuestionario se aplicó en una muestra al azar, escogiendo una de cada cinco casas de acuerdo a su localización física y numerándolas en una secuencia lógica. En principio el cuestionario fue diseñado para aplicarlo a la madre de familia de cada hogar; sin embargo, al visitar los hogares fueron los hombres los que generalmente contestaron las preguntas ya que

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El formato del cuestionario se encuentra en el anexo 1. 13 de los 50 hogares de la muestra son no beneficiarios.

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ellos son los que asumen el papel de encargados de brindar información hacia “afuera” cuando se realiza cualquier tipo de censo en la comunidad, además de que son más las mujeres que no entienden o no hablan fluidamente el español. Esta muestra me permitió recorrer toda la cabecera municipal y entrar a las viviendas para comenzar a conocer de manera directa la vida cotidiana de las familias. Además fue un medio estratégico para establecer un primer vínculo para elegir a las familias que se volvieron casos de estudio. A partir de la captura, la organización y el análisis de estos cuestionarios del censo en una base de datos en SPSS se construyó un índice socioeconómico de pobreza de los hogares el cual presento de manera concisa en el capítulo III como parte del contexto del municipio. El registro etnográfico Durante mi estancia en la comunidad, de aproximadamente 4 meses, realicé una etnografía con base en la observación participante de diversas actividades y situaciones de la vida cotidiana de las familias beneficiarias de Oportunidades como las pláticas de salud para las titulares, las clases y los eventos cívico-escolares de las escuelas en los tres niveles de educación que cubre el programa, las consultas médicas en la clínica y la entrega del apoyo económico. Mi estrategia de registro durante el trabajo de campo fue ser rigurosa con las anotaciones y las observaciones diarias; todos los días dedicaba un tiempo por las noches para escribir detalladamente sobre los acontecimientos, las conversaciones y las actividades en las que estuve involucrada. Opté por llevar un solo diario de campo donde escribía sobre todo lo vivido, con especial interés en lo referente a mi tema de investigación. En este diario también incluí percepciones y reflexiones personales que constituyeron las primeras vetas para construir el camino de esta tesis. Acercamiento metodológico con la comunidad Considero que a pesar de mi breve estancia en la comunidad29 logré establecer una relación cercana con algunas familias e individuos, o lo que en la práctica antropológica se denomina rapport. En esta relación fluyeron diálogos constantes en los que se transformaron, y se resolvieron o permanecieron mis preguntas acerca de las relaciones de convivencia, prácticas

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Mi estancia en SJI fue de tres meses de septiembre a diciembre del 2008 (el tiempo previsto en la maestría para el trabajo de campo) más dos visitas más cortas en meses posteriores.

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diarias y roles de género de esas familias. Todo diálogo involucraba también un cuestionamiento sobre mi propia historia personal, familiar y social. Un asunto importante en la aproximación metodológica del presente estudio es el de la lengua. La cabecera municipal del municipio de San José Independencia es una comunidad mayoritariamente hablante del mazateco. Es sensato pensar que no tuve acceso a mucha información valiosa porque desconozco la lengua mazateca. Sólo aprendí pocas palabras y algunas frases de cortesía y saludo, y aunque reconocía muchas de éstas en las conversaciones cotidianas de la gente, no podía entender una conversación en mazateco, si acaso sólo tener pistas del tema general que se trataba. Sin embargo, siempre fue posible conversar con mis informantes en español porque, a excepción de pocos casos, la gran mayoría de las personas entrevistadas entienden y hablan español. La elección del universo de estudio Mi investigación sobre las dinámicas y los posibles efectos de las acciones afirmativas del programa Oportunidades en las relaciones y roles intergenéricos e intergeneracionales de los hogares beneficiarios y en el espacio comunitario se llevó a cabo en el centro de la cabecera municipal de San José Independencia conocida con el nombre de Cerro Campana, que incluye a la colonia Sonora y a la isla San José. El motivo por el que se excluyeron las colonias Cerro de Vidrio y Agua Azul30 que también forman parte de la cabecera municipal tiene que ver con la propia organización del Oportunidades en la que los comités locales de las vocales y los grupos de titulares de estas dos colonias se organizan de manera independiente por la lejanía física que tienen respecto al centro y también porque ambas colonias cuentan con pequeñas casas de salud donde tienen lugar sus propias pláticas. Así que esta investigación se concentró en las familias beneficiarias del centro y de las colonias Sonora e Isla. Todo análisis cualitativo de género necesita incorporar datos y experiencias tanto de hombres como de mujeres, no obstante el presente estudio tiende a describir de manera especial la conducta y las opiniones de las niñas, las jóvenes y las mujeres de la comunidad porque son ellas las beneficiarias directas de las acciones afirmativas del programa Oportunidades. Además, con ellas establecí una mayor cercanía y empatía que mucho tiene que ver con mi propia condición de género. Mi intención radicó en observar y describir los roles, las 30

Que sí incluí en el levantamiento de la muestra censal.

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responsabilidades, las identidades y las relaciones de las mujeres—niñas, adolescentes, jóvenes y adultas—con respecto a sus pares masculinos y entre ellas mismas a nivel intergeneracional, tomando en cuenta otras variables importantes como su condición étnica, la composición familiar y el estatus socioeconómico de sus hogares de pertenencia31. Los hogares estudio de caso Después de cierto tiempo de residir en la comunidad comencé a acercarme de manera particular a varios hogares beneficiarios porque hubo empatía con las madres de familia. Las hospitalarias invitaciones a comer que recibí fueron una buena oportunidad para registrar los hábitos alimenticios, las actividades diarias y las relaciones de convivencia en dichas familias. En estos hogares mantuve conversaciones con madres, padres, hijos e hijas quienes me compartieron relatos, chismes y hasta fotos de la vida familiar. El factor común de estos hogares es que en ellos viven becarias y becarios de entre 8 y 22 años, pero varían entre sí por sus condiciones socioeconómicas. Las entrevistas Una de mis principales herramientas cualitativas fue la de la entrevista semi-estructurada con informantes claves. En total realicé 23 entrevistas a profundidad, entrevisté a maestros y maestras de la primaria32 y de la telesecundaria33 en relación al funcionamiento de los apoyos educativos de Oportunidades y a las características y desempeño de sus alumnos y alumnas becarias. Con los maestros del bachillerato sólo fue posible conversar obteniendo unos cuantos datos generales sobre su institución34. También realicé entrevistas al regidor de Educación y al regidor de Desarrollo Agropecuario del cabildo actual. El actual y el anterior representante municipal del programa Oportunidades fueron entrevistados. Dos hombres de edad avanzada con trayectoria política en la comunidad35 me concedieron entrevistas sobre la historia y el contexto social del municipio.

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Véase Quintero, 2007: 29. El director y el docente del cuarto grado. 33 El director y el docente del segundo grado. 34 Los maestros del IEBO se mostraron renuentes a brindarme más información y a permitirme presenciar las clases. 35 Otilio Sarmiento (Campana) y Catalino Miguel (Buenos Aires). 32

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Las entrevistas más importantes fueron las que hice a gente joven: 9 becarias, 2 becarios y 2 exbecarias a partir de un guión de preguntas estratégicas sobre diferentes temas que incluyeron datos personales y familiares, educación, administración del dinero de la beca educativa, salud, cargas de trabajo, relaciones de poder y toma de decisiones en el hogar y perspectivas actuales y futuras de vida36. Acercamiento a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes El primer acercamiento con las niñas y las muchachas de la comunidad se convirtió en una tarea mucho más difícil de lo que pensaba ya que no es muy frecuente encontrarlas en espacios públicos más allá de la escuela. Platicar con las muchachas en un ambiente de confianza fue más difícil y requirió más tiempo de lo previsto inicialmente. En definitiva fueron más fáciles las conversaciones con los muchachos varones, sin necesidad de buscarlas, en lo que mucho tiene que ver mi propia condición de ser mujer y ser foránea que pudieron ser elementos de atracción para que los hombres jóvenes de la comunidad quisieran conversar. En cambio, si encontraba a alguna joven en la calle o en algún otro espacio público como el mercado o el arroyo donde van a lavar todas las mujeres, era difícil lograr que hablaran conmigo, por lo que decidí que era mejor convocarlas para platicar en grupo y así generar confianza para después entrevistarlas individualmente. Es común que las adolescentes y mujeres jóvenes muestren actitudes de timidez y reserva al relacionarse con personas extrañas a la comunidad. En las conversaciones con las y los becarios la alteridad se hacía presente por la distancia de edades, de experiencia y de condición sociocultural entre ellos y la que esto escribe. Además, para algunas de las y los becarios entrevistadas fue difícil enunciar respuestas claras a las preguntas referentes a sus prospectivas de vida, en parte porque muchos de ellos todavía no tienen planes concretos a futuro y en parte porque asumen que eso siempre va a depender de la capacidad socioeconómica de sus familias. Mi condición de género, edad y clase social Durante mi estancia en la comunidad viví en casa de una familia no beneficiaria del Oportunidades, en la que tanto padres como hijos son maestros y cuyo jefe de familia tiene

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El guión de estas entrevistas se encuentra en el anexo 2.

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una trayectoria política importante37. Este “vivir en familia” resultó una buena oportunidad tanto para facilitar mi acercamiento a otras familias así como para reformular mis preguntas de investigación de acuerdo a la convivencia diaria. Mi estudio se enfoca a algunas familias beneficiarias de Oportunidades pero vivir en casa de una familia no beneficiaria, permitió darme cuenta de muchas diferencias entre los hogares beneficiarios y no beneficiarios de la comunidad. En general, mi condición femenina y el hecho de ser joven me facilitó entrar a los hogares de la comunidad puesto que “los hombres no donde quiera entran, porque los maridos pueden malinterpretar si uno habla con ellos”, me comentó una señora. Las madres de familia siempre me trataron con respeto y cierta confianza, algunas de ellas son sólo unos cuantos años más grandes que yo; les gustaba platicar conmigo y muchas abrieron sus corazones para relatarme sus historias personales, lo que les hubiera gustado hacer o no hacer de sus vidas y sus problemas cotidianos en la familia. Sobre mi condición social debo decir que siempre me presenté como estudiante (shuta chiné) con firmes propósitos de investigación en la comunidad. Además siempre me identifiqué de manera certera como originaria de la ciudad de México, lo que ayudó a que ciertas personas me contaran sus andanzas migrantes en dicha capital. Por otra parte, mi aspecto físico -de piel blanca y ojos verdes- reafirmó constantemente mi alteridad en la comunidad; esto no ayudaba para pasar desapercibida y a veces creó situaciones de desconfianza y de extrañamiento con los informantes. Es evidente que en México, y más en Oaxaca por tratarse de un estado mayoritariamente indígena, el color de piel y otras características físicas siguen teniendo un peso importante que discrimina en la percepción y el trato que se recibe de las demás personas.

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Fue presidente municipal hace diez años y sigue siendo un líder importante del partido tricolor en el municipio.

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Capítulo III. EL MUNICIPIO DE SAN JOSÉ INDEPENDENCIA: CONTEXTO HISTÓRICO, POLÍTICO, SOCIAL Y ECONÓMICO Este capítulo trata sobre las condiciones políticas, sociales y económicas del municipio mazateco de San José Independencia desde su pasado más reciente hasta la actualidad. Se comienza con una etnografía de la región mazateca donde se ubica la comunidad de estudio y después se profundiza en la historia y las particularidades sociales de dicho municipio. III.1 Los mazatecos Los mazatecos son un grupo indígena distribuido en las regiones de la cañada y la cuenca del Papaloapan en los estados de Oaxaca y Veracruz, con una población total de 305, 836 habitantes (INEGI 2000) de los cuales el 80.5% son hablantes de lengua indígena. Los mazatecos se llaman a sí mismos en su lengua ha shuta enima que se traduce como “los que trabajamos el monte, los humildes, gente de costumbre” (Luna Ruiz, 2003). Se dice que el gentilicio de los pueblos mazatecos viene de mazate, nombre náhuatl de un animal de la región que se asemeja al venado. Su nombre en mazateco es naxín ani. Anteriormente solía cazarse en la región mazateca para prepararse con tesmole. Los mazatecos tienen filiación lingüística y cultural con los grupos mixtecos, otomianos, mangues, popolocas y chinantecos. El mazateco es una lengua tonal que se compone de sonidos semejantes a un silbido. Los hablantes de la zona alta se encuentran en el distrito de Teotitlán, mientras que los de la zona baja residen en el área alrededor de la presa Miguel Alemán en el distrito de Tuxtepec (CDI 2005). La región mazateca comprende 27 municipios distribuidos en tres distritos del estado de Oaxaca38. Eckart Boege (1988: 27) divide a dicha región en tres territorios ecológicos que son la tierra caliente de 0 a 800 msnm, la tierra templada de 800 a 1,800 y la tierra fría de 1,800 a 3,200. En la zona fría hay bosques húmedos y se llevan a cabo diversas actividades 38

Eloxochitlán de Flores Magón, Huatepec, Huautla de Jiménez, Mazatlán de Flores, San Bartolomé Ayautla, San Francisco Huehuetlán, San Jerónimo Tecoatl, San José Tenango, San Juan Coatzopan, San Juan de los Cues, Lorenzo Cuanecuiltitla, San Lucas Zoquiapam, San Mateo Eloxochitlán, San Pedro Ocopetatillo, Santa Ana Ateixtlahuaca, Santa Cruz Acatepec, Santa María Asunción, Santa María Chilchotla y Santa María Tecomavaca en el distrito de Teotitlán. Chiquihuitlán de Benito Juárez, San Andrés Teotilalpan en el distrito de Cuicatlán. Acatlán de Pérez Figueroa, San Felipe Jalapa de Díaz, San José Independencia, San Miguel Soyaltepec, San Pedro Ixcatlán y Santa María Jacatepec en el distrito de Tuxtepec (Acevedo et. al., 1993: 123.)

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económicas, entre ellas la producción de maíz, chile y frijol bajo el sistema de roza, tumba y quema. En la tierra templada se extiende el bosque tropical húmedo de montaña con robles y el liquidámbar. En la tierra caliente abunda la selva del trópico húmedo; esta zona baja forma parte de la cuenca del Papaloapan que une a los estados de Veracruz, Puebla y Oaxaca. Estas tres grandes zonas ecológicas de la mazateca -tierra alta, templada y baja- se caracterizan por diferentes variantes de la lengua mazateca que establecen distinciones culturales entre municipios y localidades. De acuerdo a Boege, en la zona baja o tierra caliente subsisten tres subsistemas socioeconómicos: el área de la presa Miguel Alemán, la zona cañera y la zona ganadera. En el embalse de la presa se lleva a cabo la pesca de tilapia; los pescadores están organizados en cooperativas pues es la única forma de comercializar el pescado. En el área cañera las comunidades mazatecas reacomodadas por la presa Miguel Alemán han sido incorporadas a la producción de caña de los ingenios López Mateos, Tres Valles y las Margaritas, (ibid. p. 29). En la zona ganadera “se siembra una gran variedad de productos que se alternan con el maíz y el frijol. Todo ello con el sistema de roza, tumba y quema. Esta región produce ajonjolí, arroz, piña y se recolecta el barbasco (ibid. p. 30). Se han realizado numerosas investigaciones antropológicas sobre la región mazateca tanto para la academia como resultado de intervenciones sociales en la zona. En los años treinta del siglo XX, Roberto Weitlaner fue el primer etnógrafo que visitó la región y la recorrió en gran amplitud, interesándose especialmente en las prácticas curativas por medio de la ingesta de hongos alucinógenos de la zona alta en Huautla de Jiménez; fue el primer europeo del cual se tiene registro a quien se le permitió asistir a un ritual curativo de este tipo. El uso y el consumo de los hongos alucinógenos (ndi xhi jto) han tenido un papel importante en las etnografías sobre los mazatecos, siendo trabajos pioneros los de los antropólogos mexicanos Pozas (1960) y Benítez (1964 y 1967)39 y más reciente el de Juan Pérez (1996). Hace más de veinte años se publicó el conocido estudio de Boege (1988) el cual aborda la relación entre la etnicidad mazateca y las políticas federales de desarrollo de la región desde una perspectiva crítica a las exigencias de la economía nacional de modernización. Y en los últimos años, se han publicado algunas etnografías generales sobre la región mazateca escritas por 39

Benítez relata la vida de María Sabina, famosa curandera mazateca que representa la sabiduría porque entiende el lenguaje y el poder de los hongos. Basta decir que la figura de María Sabina continúa siendo símbolo de la espiritualidad mazateca así como fuente de inspiración indígena y occidental.

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antropólogos (López Cortés et. al. 1994; Quintanar y Maldonado, 1999), así como por etnógrafos nativos sobre diversos temas como la celebración de la boda huautleca (Carrera González 2000) y un recorrido por las riquezas naturales y culturales de toda la región (Pedro Castañeda 2001). Las celebraciones de los mazatecos giran en torno al calendario agrícola mazateco documentado por Weitlaner y Weitlaner (1946) y comparado con el de los chinantecos quienes eran sus vecinos más cercanos. Actualmente ese calendario de 19 meses varía entre la mazateca baja y la sierra dado que “el tiempo y el espacio se clasifican según la producción, circulación y consumo del maíz” (Boege, 1988: 31). Los mazatecos han guardado su historia, leyendas, cuentos y mitos en su propia lengua a través de la transmisión de la memoria histórica de generación en generación. Este grupo étnico mantiene una relación espiritual con la naturaleza y con todos los seres que la componen. Conviven con una dadivosa naturaleza de cerros, montañas, agua y vegetación. Los chicones, o chiconindú en lengua mazateca, son los dueños de los lugares y de los sitios sagrados como los cerros. Son los que cuidan y mantienen vivo cada espacio y cada elemento del mundo natural por lo que representan personajes centrales en la cosmovisión religiosa. “Los dueños siempre tratan de engañar al hombre”, escribe Incháustegui (2000), antropólogo indigenista que ha reflexionado sobre la importancia de la cosmovisión y el curanderismo en la sierra mazateca (1994) como parte de su trabajo en el CCI de Huautla, del cual fue director en los años setenta. El paisaje, desde las zonas más altas hasta las más bajas transformadas por la edificación de la presa, se distingue por la abundancia de un recurso natural vital como es el agua (nandá). Según Dalton (1990) en la lengua mazateca hay más de 100 formas distintas de nombrarla. Elementos naturales como el agua y la neblina en las partes altas dotan al territorio mazateco de cierta atmósfera mágica. Los mazatecos cuentan relatos que describen las acciones de los duendes del bosque, de los animales encantados, de las cuevas y de las montañas. Estos relatos han sido recogidos en diferentes antologías de Incháustegui (1977, 1983). Otro papel importante en la cultura mazateca lo tiene el ritual de muertos o fiesta de los huehuentones que se celebra en todo el territorio étnico desde la sierra norte de Huautla hasta la zona baja del Papalaopan. Los huehuentones son conocidos también como “los hombres del ombligo” puesto que simbolizan a las ánimas que vienen desde lejos para animar con sus bailes y cantos los días dedicados a los muertos. La fiesta de los huehuentones es un 45

performance cultural que incluye danza, música, interpretación y un rito sagrado sobre el sentido de la muerte en la cosmovisión del pueblo mazateco40. III.1.1 La presa Miguel Alemán en la mazateca baja Una porción del territorio mazateco está compuesta por comunidades que sufrieron relocalizaciones a partir de la construcción de la presa Miguel Alemán como parte de un gran proyecto de modernización impulsado por el estado mexicano (Pérez Quijada 1992) desde los años cincuenta del siglo XX en la zona del país mejor conocida como la cuenca del Papaloapan. La Comisión del Papaloapan se estableció en 1947 por decreto y bajo los auspicios del gobierno de Miguel Alemán. La región más afectada por el proyecto fue la mazateca baja, 50 mil hectáreas de su territorio fueron inundadas por las aguas del lago de la hidroeléctrica, lo cual implicó el reacomodo de alrededor de 22 mil lugareños. Sin embargo, sólo “una tercera parte de la población forzada a reubicarse permaneció en los lugares que le fueron destinados; el resto prefirió regresar a la zona de la presa e iniciar un difícil y prolongado proceso de readaptación a las nuevas condiciones ecológicas, económicas y sociales de su antiguo y nuevo hábitat” (Tyrtania, 1992: 104). Las comunidades mazatecas reacomodadas fueron integradas a la economía de plantación, principalmente con la siembra de la caña de azúcar, a los hulares y a la ganadería, mientras que los mazatecos que regresaron a poblar la zona se mantuvieron en las márgenes de la presa y se dedicaron a la pesca y a la agricultura (Boege op. cit.). El proyecto de la Cuenca del Papaloapan prometía modernización en una zona rica en recursos naturales y beneficios para grupos burgueses de Veracruz y de otras partes del país a partir de la generación de energía eléctrica, pero afectó las mejores tierras de muchos poblados mazatecos y chinantecos. A raíz de la construcción de la presa los mazatecos “pierden la mitad de las tierras cultivables de la parte baja de su territorio” (Boege, 1988: 50), así que esta política desarrollista tuvo un gran impacto negativo para estas poblaciones indígenas, a nivel sociocultural, económico y ambiental. El nuevo paisaje de los mazatecos de la zona baja quedó conformado por un gran lago artificial con muchas pequeñas islas y otros núcleos de población que se encontraban a mayor altura y que no se vieron afectados del todo por la inundación.

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En el capítulo siguiente se habla de la importancia cultural de esta fiesta en San José Independencia.

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Los antropólogos indigenistas de la época estuvieron directamente involucrados en el proyecto del Papaloapan porque el INI atendió la movilización y el reacomodo de las familias que fueron desplazadas de sus lugares de origen con motivo de la construcción de la presa. Alfonso Villa Rojas se desempeñó como jefe de la Oficina de Reacomodo de Población, dependiente de la Comisión de Papaloapan y con un lugar subalterno a la Secretaría de Recursos Hidráulicos (SRH) y a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). En el capítulo I se aclaró que el indigenismo de investigación-acción motorizado por los antropólogos mexicanos surge de la aparente necesidad de sacar a los indios de su “retraso” para incorporarlos a la vida nacional. El propio Villa Rojas creía firmemente en los beneficios del desarrollo para estas familias y localidades indígenas aunque ello implicara su transformación social y cultural, además de la pérdida de gran parte de sus territorios. Las políticas indigenistas del INI en la región continuaron más allá del reacomodo de las comunidades afectadas por la presa con la creación del CCI de Temascal en 195441 y el subcentro coordinador de Huautla en 1959. Ambos centros brindaron servicios educativos, médicos, de comunicación y de infraestructura a los municipios mazatecos en su cobertura de acción. Acerca de las secuelas socioculturales, económicas y ambientales de la presa Miguel Alemán sobre la región mazateca existen varios documentos: el propio informe de Villa Rojas (1955), el libro de MacMahon (1973), el artículo sobre el desarrollo agrícola de los mazatecos reacomodados de Partridge (1983) y otro, en respuesta a éste último, de Bartolomé y Barabás (1984) que contiene una fuerte crítica hacia la política desarrollista en la región señalándola como una forma de etnocidio. En la década de los noventa se publicaron artículos sobre las condiciones culturales, políticas, sociales y ecológicas de la región mazateca varias décadas después de la construcción de la presa (López Cortés, 1991; Pérez Quijada, 1992; Tyrtania, 1992). III.2 El municipio de San José Independencia El municipio de San José Independencia (SJI) se localiza en el distrito de Tuxtepec de la región del Papaloapan al norte del estado de Oaxaca. Colinda al norte con el municipio de Acatlán de Pérez Figueroa y al oeste con San José Tenango y Santa María 41

Este CCI dejó de operar en 1993.

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Chilchotla. Todas las

localidades de SJI están ubicadas en el vaso de la presa Miguel Alemán, la cual limita al sur con San Pedro Ixcatlán y al este con San Miguel Soyaltepec. Mapa 1. Ubicación del municipio de San José Independencia, Región del Papaloapan, Oaxaca

SJI cuenta con una superficie de 58.75 km cuadrados y su cabecera municipal se ubica a una altura de 100 metros sobre el nivel del mar42. Una parte del territorio del municipio se encuentra en la tierra templada de la región mazateca mientras que otra pertenece a la tierra baja (véase Fotografía 1).

III.3 Historia del municipio Los orígenes del municipio datan del año de 1889 cuando los señores José Guayaba y Manuel Zapote, provenientes de San José Tenango, se establecieron en la jurisdicción de San Miguel Soyaltepec. Más tarde, se les unió un grupo de 10 mazatecos de Teotitlán del Camino y juntos formaron una ranchería que fue declarada como agencia del municipio de Soyaltepec (CDI, 2005:7). Un hacendado terrateniente, supuesto cuñado de Porfirio Díaz, tenía una finca en la isla Málsaga (ibid. p. 51), isla cercana a la antigua ranchería de San José Independencia. Los shuta énima participaron en el ejercito zapatista durante la Revolución, combatieron contra el general 42

URL: http://www.e-local.gob.mx/work/templates/enciclo/oaxaca/municipios/20169a.htm Consultado el 9 de febrero de 2008

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Serrano que era carrancista. Tras ser derrotado, el ejército se dividió en tres frentes: Chapultepec, Buenos Aires y Clarín (Luna Ruiz, 1994: 54). Los pobladores campesinos cansados de la situación decidieron separarse de la cabecera administrativa, encabezados por un militar en retiro, Mónico Espina de Buenos Aires y apoyados por la agencia La Pochota de San Pedro Ixcatlán, iniciaron el movimiento de separación (CDI, ibid. p.8). Finalmente, lograron su objetivo y fueron declarados como pueblo de San José Independencia y Pochota el 26 de diciembre de 1925 por la legislatura del estado de Oaxaca43 con tierras de los municipios de Ixcatlán, Tenango y Soyaltepec. El origen postrevolucionario del municipio puede explicar el por qué la tenencia de la tierra no es comunal. Al parecer nunca hubo ejido en la ordenación territorial del municipio44. En 1933 el presidente municipal Marcelo Espina repartió los lotes de terreno para cada pequeño propietario del pueblo, pero no fue hasta 1936 que se consiguió la extensión de las escrituras para todos los propietarios. En 1943 Norberto Castillo inicia la construcción de la Casa Escolar del pueblo bajo el nombre de “Miguel Hidalgo”, y Margarito Escutia termina totalmente su construcción en 1947. En 1953 y 1956 Abraham Flores funda escuelas en todas las rancherías del municipio y convence a los padres de familia para buscar maestros que se encarguen de la educación de los niños45. Es alrededor de estas fechas cuando el municipio se transforma profundamente al ser afectado por la construcción de la presa con el fin de controlar las aguas del río Tonto en la extensa cuenca del Papaloapan. La cabecera municipal de SJI estaba ubicada en lo que actualmente es la localidad de Buenos Aires (véase Fotografía 1)46. Con las aguas el municipio se divide y la mitad de su población se establece en Nuevo San José Independencia, municipio de Tres Valles en el estado de Veracruz. Después de iniciadas las obras de la presa sabemos sobre las condiciones de SJI por la información del diario de campo del antropólogo Maurilio Muñoz, que refiere a su estancia en el municipio en 1957 como enviado del CCI del Papaloapan con el fin de monitorear las 43

Acta conmemorativa del 1 de enero de 1926 donde se eleva a la categoría de pueblo la ranchería de San José Independencia y Pochota y en la que se conforma una Junta de Administración Municipal, siendo primer presidente municipal Florentino José [Documento proporcionado por Tadeo Martínez José]. 44 A principios de siglo en toda la mazateca baja había muchas fincas agrícolas rurales en manos de extranjeros siendo Tuxtepec el distrito que registraba mayor número de propiedades agrarias privadas de la entidad (Arellanes, 1994: 69). 45 Estos datos históricos los he obtenido del acta conmemorativa mencionada. 46 Hoy en día una pequeña isla, donde aún pueden admirarse el kiosco y la iglesia construidos a finales de los años cuarenta en el centro de la localidad.

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acciones de la brigada de movilización para la relocalización de las familias (véase Fotografía 2). SJI era lugar de tránsito de arrieros que llevaban productos para vender y compraban mercancías para llevar a sus lugares de origen, además de estar situado en un crucero de Caminos Reales47. La organización social y cultural tenía su principal fundamento en el cultivo del maíz (nijmé) que se sembraba dos veces al año, el temporal en mayo para cosechar en agosto y la siembra del tonamil que tenía lugar en noviembre (Weitlaner, 1946). Se sembraba tomate, chile, cebolla, arroz, fríjol, ejote, y también café, arroz y ajonjolí48. El escenario social del municipio se caracterizaba por divisiones entre familias debido a motivos políticos lo que provocaba una clara desintegración entre la gente de la localidad de Buenos Aires y la de la cabecera municipal. Los líderes políticos controlaban el comercio, las tierras y el ganado e influían en la decisión de la gente tanto a favor de la movilización como en contra del abandono de sus localidades. En el imaginario colectivo se usaban categorías sociales que distinguían a los indios -mazatecos analfabetas que constituían la mayor parte de la población- de la “gente de razón”-principalmente los terratenientes, los comerciantes, los políticos y los maestros que sabían hablar el español-. Además, las familias mazatecas se diferenciaban entre sí en cuanto al acceso a tierras y recursos: había pocas familias propietarias y éstas rentaban sus tierras en el cerro a arrendatarios para que las trabajaran. Los líderes de la época que tenían un papel importante en la organización de las familias de la comunidad eran hombres que podían entender y hablar el español. Cuadro 1. Municipio de San José Independencia en 1957 Localidad Cabecera municipal49 Buenos Aires Cerro Clarín Cerro Campana Chapultepec Total

Número de familias 110 112 102 140 139 609 Fuente: Muñoz (1957)

Muñoz concluye su diario informando que de las 609 familias del municipio 289 se quedan en los Cerros Clarín, Campana y Chapultepec, 238 se van al nuevo poblado y 82 se van a Cerro Tepetate o se dispersan a otros lugares (Muñoz, 1957: 70). Es decir, menos del 50% de las 47

Los caminos reales son los caminos o carreteras trazados y transitados desde la época colonial. Entrevista con Catalino Miguel, líder político de la localidad de Buenos Aires. 49 Actualmente la localidad de Buenos Aires. 48

50

familias aceptarían ir al nuevo poblado; la mayoría de ese porcentaje habitaba en la cabecera municipal y en la localidad de Buenos Aires, cuyas tierras fueron inundadas con las aguas del lago artificial. En contraste, las familias de los cerros decidieron no movilizarse porque sus residencias estaban arriba de la cota 7050 y no les llegaba el agua. Muchos de estos propietarios rentaban sus tierras en los cerros pero con la inundación regresaron a poblar y usar sus terrenos. A los arrendatarios (48 familias) se les ofrecieron hectáreas en el nuevo poblado. El municipio era controlado económicamente por los hermanos Lázaro y Tomás Nuñez, uno establecido en Corriente Ancha y el otro en la cabecera municipal, quienes compraban y distribuían café y maíz hacia la sierra. Cuando se llenó la presa, Tomás se estableció en Río Sapo y Lázaro en Cerro Campana. Sus competidores eran los hermanos Miranda y Espina, indígenas que bajaron del municipio cercano de Tenango. Estos grandes comerciantes invirtieron su dinero principalmente en la ganadería, habiendo adquirido grandes extensiones de tierra para la crianza del ganado (Luna Ruiz, 2003: 108). Después de que se inunda totalmente el pueblo viejo de SJI, hoy isla de Buenos Aires, varios líderes políticos pugnaron por el reacomodo de las categorías políticas del municipio y, tras varias luchas, en 1958 el Cerro Campana es decretado como la cabecera municipal de SJI. El primer presidente municipal en la refundación del municipio fue Margarito Escutia, originario del municipio de Ayautla. Desde antes de la relocalización de la población a causa de la presa, la gente llamaba “Campana” a este cerro, naxi-kicha en mazateco, (véase Fotografía 4) porque dicen que a lo lejos se oye una campana que es la manifestación del chicón, o sea de su dueño51: “Uno de los habitantes que llegó a vivir ahí pues fue mi abuelo...de lo que dicen que hay una campana pues nadie lo vio ni mi propio abuelo, simplemente que sus mayores de él también le contaron, es decir que existe una campana ahí pero que nadie puede aguantar, pues que será, de oro o ¿de qué será? pero dice que los viejos que habían entraron a una cueva y vieron que estaba una campana intentaron agarrarla y sacarla y no pudieron y ahí se quedó. Que muchos años antes todavía en esa época que le estoy hablando, cuando la gente la fueron a traer dicen que estaba petrificada la campana. Ya cuando mi abuelo llegó a vivir ahí, que sí se escuchaba 50

La cota 70 se refiere al límite de altura en los terrenos a la orilla de la presa al que pueden llegar las aguas. Doña María Luisa del municipio de SJI relata que “a veces se oye, tanto en el día como en la noche. La campana retumba en el cerro y alcanza a oírse mucho más lejos, hasta allá en Tenango y aquí también en San José. El viento trae el sonido, son como ocho o diez kilómetros y se escucha clarito. Pero la cosa es que no hay iglesia ni shuta énima, ni campana, es el puro cerro, sin gente, bueno más bien es el chiconindú de campana, que así se hace presente” (Pérez Quijada, 1996: 49). 51

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música, se escuchaba ruido, gritos como si fuera una fiesta ahí, o sea, así en el cerro, dentro del cerro”52.

En la cabecera municipal de SJI además del Cerro Campana, se encuentra el Cerro Sordo que está rumbo a la colonia Cerro de Vidrio y cuyo dueño se dice que es malo porque “anda por ahí golpeando a la gente que trabaja la milpa”, el Cerro Torito que se llama así porque tiene unos cuernos hasta arriba, y el Cerro Carga, cerca de la colonia Sonora, cuyo dueño es muy rico, me contó un padre de familia. III.4 Localidades y población Después de la construcción de la presa hubo una redistribución de la población en las diferentes localidades, cuyo mayor asentamiento fue en las faldas de los cerros a donde las aguas nunca llegaron. Actualmente el municipio está conformado por la cabecera municipal o Cerro Campana y por seis localidades: Buenos Aires, Cerro Clarín, Cerro Chapultepec, Tepeyac53, Cerro Torito y Cerro Laguna. A su vez la cabecera municipal se divide en un centro y cuatro colonias: Sonora, Cerro de Vidrio (Morelos), Roma (Agua Azul) e Isla San José.

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Entrevista con el maestro Adrian Canales Escutia. La localidad de Tepeyac no está registrada en los datos del INEGI (2000 y 2005).

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Mapa 3. Municipio de San Jose Independencia y localidades.

Fuente: Elaboración propia a partir de conteo del INEGI 2005

La población total del municipio es de 3689 habitantes según el Censo del INEGI (2005). Mi investigación de trabajo de campo se llevó a cabo en la cabecera municipal conformada por el centro y las cuatro colonias, cuya población total es de 1370 habitantes distribuidos en 323 hogares, 253 con jefatura masculina y 70 con jefatura femenina (INEGI 2005). Cuadro 2. San José Independencia, cabecera municipal Población total, número y tipo de hogares Localidad Centro (Cerro Campana) Sonora

Población Total

Total de hogares

Hogares con Jefatura Masculina

Hogares con Jefatura Femenina

846

193

154

39

120

29

21

8

53

Morelos

123

33

27

6

Roma

94

30

21

9

187

38

30

8

1370

323

Isla San José Total centro y colonias

253 7054 Fuente: Elaboración propia a partir de conteo del INEGI 2005

III.5 Organización política En los comienzos y hasta mediados del siglo XX la figura política más importante de la organización mazateca eran los consejos de ancianos (shuta chingá) conformados por un determinado número de hombres que se desempeñaban como líderes y consejeros en la toma de decisiones sobre la comunidad, también llamados los viejos sabios. Entre otros actores con gran influencia en las familias, los consejos de ancianos de las diferentes localidades se negaron a ayudar en el convencimiento de la gente para la movilización a raíz de la construcción de la presa (Muñóz, ibid.). Durante la década de los sesenta, en Cerro Campana y en otras comunidades reestructuradas: “El vacío de poder creado por la ausencia de los consejos mazatecos generó un nuevo tipo de brokers o intermediarios políticos…Estos nuevos actores de la política mediaron tanto con y a través del INI, como con el gobierno estatal y los partidos políticos nacionales. La actividad de los nuevos líderes no sólo se centró en establecer los vínculos políticos entre el nivel de la política local y la extralocal, sino que también desarrollaron un papel importante en la conformación de las nuevas rutas de abastecimiento y comercio en el nuevo ambiente geográfico surgido de la presa.” (Pérez Quijada, 1992: 62).

Eliseo López (1991) afirma que una consecuencia política de la construcción de la presa Miguel Alemán fue un vacío de poder que junto con la transformación de la agricultura tradicional en comercial y ganadera generó un nuevo caciquismo a partir de los años sesenta. Su expansión provocaría cambios en el poder local y regional a favor de las nuevas élites. Los intermediarios que tenían redes políticas y económicas hacia fuera de la comunidad fueron-- y siguen siendo hoy en día-- los comerciantes, los maestros, los terratenientes y los ganaderos. El municipio se ha caracterizado por la presencia de estos caciques políticos que han controlado el poder, los recursos y las ideologías de gran parte de la población desde mucho antes del ingreso formal de los partidos políticos en la zona en 1999.

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La mayoría de estos hogares de jefatura femenina son de mujeres con esposos migrantes; una menor parte la constituyen los hogares de madres solteras, separadas o viudas.

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Después de la presa, la desaparición de los consejos de ancianos en la zona mazateca baja fue reemplazada por el caciquismo y el aparato político priísta (López ibid). En SJI el PRI estaba presente como partido único en 1978 bajo la fachada de “usos y costumbres” comenzando su periodo presidencial el maestro Ramón Ramírez Ramos. Después siguieron Gustavo Miranda (1981-83), Juan Miranda Basilio (1984-86), subiendo al poder nuevamente Ramón Ramírez (1987-89). En 1990 los líderes de Chapultepec y de Clarín forman la Unión de Productores de Café (UPC) de la mazateca baja (Luna Ruiz, 1994: 126). En San José Independencia, hay dos organizaciones políticas fuertes: la CNC que representa los intereses de la familia Miranda55 y los presidentes municipales del PRI y la CCI (Central Campesina Independiente), la otra facción priista en la que se agrupa el incipiente poder indígena de la UPC (ibid. p. 127). En 1991 Edmundo Marín, líder municipal de la CCI, denuncia a Víctor Virgen, precandidato de la CNC a la presidencia municipal, como presunto autor intelectual y material de un asalto a la Tesorería de la presidencia municipal. En septiembre de 1992 las dos facciones acuerdan realizar un referéndum el cual es ganado por Víctor Virgen con acarreados de otros municipios que fueron atraídos por las cervezas y los refrescos (ibid. p. 128). El gobierno municipal de 1990 a 1992 estuvo a cargo de Luis Espina Miranda, después como resultado del referéndum a cargo de Víctor Virgen (1993-96) y más tarde de Andrés Severiano (1996-98). En 1999 se reconoce de manera oficial el sistema partidista56 con el maestro José Cruz Basilio (1999-2001) representando también al PRI. En 2001, el recién creado PAN municipal pidió la intervención del IFE y, a raíz de esta intervención, se introdujo el sistema de partidos políticos. En 2002 el PAN se queda con la presidencia al mando de Alberto Antonio García (2002-2004). A partir de 2005 el mismo grupo político detenta el poder pero ahora con la bandera del PRD a cargo de Juan Camilo (2005-07). En el sistema de partidos políticos del municipio no hay una representación real de los partidos nacionales en cuanto a ideologías e inclinaciones políticas. Se trata más bien de grupos que pugnan por el control de poder en la comunidad portando la camiseta de uno u otro partido según convengan los tiempos políticos. Esta lucha por el poder ha generado conflicto entre las

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Que cuentan con lanchas, potreros, cafetales, tiendas, cabezas de ganado y aserraderos clandestinos, y se dedican a la venta de cerveza y aguardiente en la localidad. 56 Ley de Derechos de los Pueblos y Comunidades Indígenas aprobada en 1998 por el congreso local del Estado de Oaxaca.

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familias más poderosas de las localidades del municipio. Aunque estas disconformidades entre las familias por motivos políticos son comunes desde hace más de cincuenta años, hoy en día se reflejan por medio del apoyo para el PRD o para el PRI. Ahora son comunes las prácticas de clientelismo político por parte de los candidatos con la compra de votos a las familias más empobrecidas que se pagan como arrendas de tierras o dinero en efectivo. Según los registros del IFE en todo el municipio hay 1,800 electores, de los cuales menos de 1,000 se ubican en la cabecera municipal. En la última elección en 2007 se registraron enfrentamientos entre los militantes de los dos partidos con armas de fuego dejando algunos heridos, uno de ellos el hijo del candidato a presidente municipal por el PRI. En el trienio actual (2008-10) sigue gobernando el PRD y la administración municipal se compone de un presidente municipal57, un síndico58, un tesorero59, un representante, un secretario municipal, un cargo del registro civil y 8 regidurías60. Cuatro de las ocho regidurías (Hacienda, Obras, Fomento agropecuario, Seguridad y policía) están ocupadas por miembros del PRD por ser el partido ganador en las elecciones del 2007 y las otras cuatro (Educación, Desarrollo social, Mercados y servicios, Recreación y deporte) se le concedieron al PRI según el porcentaje de votos. No hay diálogo alguno para el trabajo en grupo entre los regidores de un partido y otro61. Todas las personas que ocupan estos cargos son bilingües. Todos los cargos de regidores están presididos por hombres, la excepción es el cargo del Registro Civil en el que hay una mujer joven. Existe además una figura llamada Consejo Municipal de Desarrollo Rural Sostenible (Comuders) de la cual es responsable el asesor rural municipal de la SAGARPA. Este consejo está conformado por actores políticos, casi todos regidores o con algún otro cargo en el 57

“El presidente municipal actual cuenta con estudios de licenciatura en educación y ha pertenecido a diferentes comités, ha estado cerca en la labor política de su municipio” (Vázquez Márquez: 2008, 52). 58 “El síndico municipal ha sido parte de los diferentes cambios en la política municipal; sin embargo, su nivel de estudios corresponde al nivel medio superior, su actitud de conciliador le valió dicho cargo actualmente, pues había actuado de juez municipal en un trienio pasado” (Vázquez Márquez ibid). 59 Es un personaje político importante en la comunidad, comerciante y dueño de varias cremerías en el mercado de la Merced en la ciudad de México. La gente del municipio dice que “él que realmente manda es el tesorero”. 60 “De los 8 regidores presentes, uno de ellos cuenta tan sólo con primaria y nunca había ocupado un cargo similar. Dos de ellos cuentan con secundaria y habían ocupados cargos secundarios (agentes municipales o de policía en su comunidad o formaban parte de un comité), uno de ellos fue presidente municipal en trienios anteriores. De los otros cinco, dos de ellos cuentan con bachillerato, sin ninguna especialidad, uno de ellos ha sido comerciante, otro ha participado durante varios trienios ocupando cargos diferentes. Los tres restantes cuentan con alguna especialización pues han sido maestros. Han estado involucrados en la política municipal” (Vázquez Márquez ibid). 61 Incluso los regidores del PRI tienen su oficina en la parte baja del edificio municipal mientras que la mayoría del cabildo trabaja en el primer piso.

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municipio, y en él no hay una sola mujer. El asesor rural actual ha llegado a la conclusión de que existe corrupción en el manejo administrativo del municipio porque hay regidores que se niegan a firmar papeles oficiales -para tramitar proyectos o para favorecerse de los programas sociales- si se trata de familias que apoyan al otro partido político. III.6 Actividades económicas Los mazatecos, como muchos otros pueblos indígenas del país, se han caracterizado porque la base de su reproducción biológica y cultural ha sido el aprovechamiento de la tierra, principalmente la siembra y la cosecha del maíz. Villa Rojas reporta que en la mazateca baja se producía maíz, arroz, frijol, ajonjolí, chile y algodón (1955: 89). No obstante la importancia de la labor agrícola, la edificación del lago artificial en gran parte de los terrenos que se utilizaban para cultivar trastocó de manera profunda la vida cotidiana de los mazatecos. Al referirse a la construcción de la presa, Dionisio Juan García de la localidad de Buenos Aires me comentó lo siguiente: “En el 51, 52...tiene como 60 años, si no aquí fuera una ciudad grande, ya hasta el carro entraba...por eso vivimos pobres, por el agua y la presa”. En efecto, antes de la presa Miguel Alemán, SJI era un centro poblacional en crecimiento que mantenía conexión constante con otros municipios mazatecos, como Tenango y Huautla a dónde se mandaba maíz, y con Corriente Ancha enviando cargas de arroz y café. También mantenía intercambio comercial con las urbes comerciales de Veracruz. Además, el municipio presentaba una diversificación de actividades económicas como el comercio y la ganadería, aunque éstas eran manejadas exclusivamente por los principales caciques. Después de la inundación de las tierras y la consecuente reubicación de los poblados quedaron reducidas las posibilidades de actividades productivas. En 1964 se creó el Centro Acuícola de Temascal para impulsar la reproducción de la tilapia (mojarra) en las aguas de la presa. En la década de los setenta la pesca tuvo un gran éxito y muchos mazatecos se convirtieron en pescadores, aunque no en forma exclusiva. “Cerro Campana se convirtió en nudo estratégico comercial, que ponía en contacto toda una red de rancherías de la Mazateca Alta hasta Tenango” (Pérez Quijada, ibid). Se formaron grandes cooperativas pesqueras lideradas por maestros. Sin embargo, en 1981 la pesca se redujo considerablemente y las cooperativas desaparecieron (ibid).

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En los años noventa tuvo lugar el auge de la siembra del café; producto que, a través de la CEPCO, se exportaba hacia la ciudad de Oaxaca. Sin embargo, en 1999 y 2000 su precio se desplomó hasta llegar a $10 el kilo por lo que muchos cafeticultores decidieron dejar de sembrar ya que la dura labor del café no era lo suficientemente remunerada. Esta caída del precio del café coincide más o menos con la llegada del programa Progresa al municipio y con el cambio al sistema político de partidos. SJI es un municipio con un perfil económico relativamente diversificado dentro del sector primario. Las actividades de agricultura, ganadería, caza y pesca representan un 75% de su economía (INEGI 2000). Una condicionante importante para el trabajo agrícola es que la propiedad de la tierra es privada, repartida entre pocas familias. La autoridad agraria es inexistente desde la construcción de la presa, además de que los terrenos a ribera de la presa pertenecen a la federación. “De acuerdo a la información de la presidencia municipal, el Instituto Catastral del Estado de Oaxaca registra un numero de 380 predios de 298 poseedores dentro de las cuales se encuentran 295 personas físicas, 2 agencias municipales y la presidencia municipal, estimándose una superficie de 5,875 has.” (Vázquez Márquez, 2008: 41). Según el Regidor de Desarrollo Social, en Cerro Campana hay 25 personas que son propietarios de tierras. El cultivo de la tierra se hace por “tareas”, aproximadamente 400 metros, de las cuales siete equivalen a una hectárea. Se sigue practicando la siembra del maíz y otros alimentos como chile, frijol (nijmá) y café principalmente para el autoconsumo. Hay pocas familias que siembran ajonjolí y lo venden fuera del municipio. Sin embargo, el calendario agrícola se ha transformado con el tiempo. Antes el tonamil comenzaba a sembrarse en diciembre para cosechar en enero, ahora algunas familias siembran del 12 al 24 de diciembre y cosechan hasta febrero-marzo. La siembra de temporal comenzaba el 4 de mayo62 para cosechar en agosto, ahora la siembra de temporal se cosecha hasta octubre. El maíz es primordialmente para autoconsumo. En la cabecera municipal o Cerro Campana se llevan a cabo actividades económicas del sector primario como la siembra, la pesca y la ganadería. De acuerdo a mi muestra censal, la mayor parte de los jefes de las familias pobres extremas y pobres se dedican al campo (12 de 17 y de 62

Entrevista con Catalino Miguel.

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18 respectivamente), cultivando extensiones mínimas de una o dos tareas al año. Algunos hombres de esas familias además trabajan de mozos cuidando tierras y potreros de los propietarios recibiendo un jornal de $50 al día. Las familias que viven en los islotes en la presa son las que se dedican a la pesca. Un manojo de mojarras se vende en aproximadamente $15. La pesca varía de acuerdo a las temporadas del año, por ejemplo, durante la temporada de lluvias el agua de la presa va subiendo poco a poco y sólo se pueden pescar mojarras pequeñas. Las familias ganaderas cuentan con extensiones de tierras y potreros por lo que se dedican a criar ganado mayor -vacas, bueyes, toros, caballos- y menor -puercos chivos y borregos- con el fin de venderlo. En el sector terciario, que representa un 17% de las actividades económicas del municipio [INEGI 2000), se encuentran los comerciantes y los maestros. Las familias comerciantes continúan controlando el flujo de insumos de bienes y alimentos en la comunidad, así como del alcohol y la cerveza. La labor docente forma parte de los servicios educativos del estado en las localidades del municipio. En los últimos diez años, la actividad comercial del municipio ha menguado por diversas circunstancias en relación a la crisis generalizada en el campo mexicano y a la introducción de productos alimenticios industrializados63; además de que el mercado local de los días martes en el que se intercambiaban productos originarios con las localidades serranas de Tenango casi ha desaparecido. III. 7 Construcción de un índice socioeconómico de pobreza A partir de la muestra censal que levanté durante mi trabajo de campo64 se ha construido un índice socioeconómico de la cabecera municipal que es resultado de un índice combinado que incluye la suma de los índices de vivienda, de servicios y de bienes cotidianos y productivos. Cada índice incluyó distintas variables y fue ponderado con la asignación de diferentes porcentajes de acuerdo a su peso en el sostén total y en relación a la capacidad económica de los hogares, quedando conformado de la siguiente manera: el índice de vivienda (30%), el de servicios (30%); el de bienes cotidianos (10%) y el de bienes productivos (30%): 63 La venta y el consumo de productos manufacturados en esta comunidad indígena-campesina se ha intensificado con el flujo migratorio a las grandes ciudades del país, especialmente a la capital, pero también por la presencia del mercado que se instala cuando se entregan los apoyos de Oportunidades conformado por comerciantes en su mayoría foráneos. 64 Cuyas características se explican en los recursos metodológicos en el capítulo II.

59

Índice de vivienda 30%

Material del piso Material de las paredes Material del techo66 Número de cuartos

Cotidianos 10% Índice de bienes

Índice de servicios

30%

Tipo de toma de agua65 Tipo de baño

Luz67

Radio T.V. Aparato de sonido DVD Lavadora Licuadora Estufa Refrigerador

Lancha68 Productivos Chalupa 30% Tierra Ganado El índice socioeconómico total sirvió para clasificar los 50 hogares en cuatro categorías: 24 como pobres extremos, 20 como pobres, 4 como no pobres y un hogar como medio. Los estratos sociales más altos de la comunidad son los ocupados por los hogares de comerciantes, de maestros y de ganaderos; y los más bajos por las familias campesinas y pescadoras. La marcada diferenciación socioeconómica entre las familias se da a partir de la vivienda, los servicios y los bienes materiales de los hogares; a estos se les añaden otros recursos no materiales, como el hablar y el leer español fluidamente y el prestigio social. En el 96% de los hogares censados algún miembro de la familia es migrante, especialmente en las familias de pobres extremos y pobres. La mayoría de los hogares de Campana se sostienen

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La gran mayoría de las familias acuden algún manantial o arroyo y a la presa para abastecerse de agua, sólo algunas pocas casas tienen mangueras conectadas desde el manantial. 66 Los techos de palma de una vivienda no necesariamente reflejan menores posibilidades socioeconómicas de esa familia, recordemos que el clima de la comunidad es tropical por lo que la gran parte de las viviendas se construyen con este tipo de techos mucho más frescos que los de cemento. 67 A pesar de estar en medio de la presa cuya finalidad es la generación de luz, el servicio de luz en el municipio es de pésima calidad, sobre todo cuando llueve. 68 O “chalupas” así les llaman los oriundos tanto a las canoas de remo como a las lanchas de motor.

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económicamente gracias a las remesas que envían los parientes migrantes en la ciudad y al dinero del programa Oportunidades. III.7 Transporte y comunicaciones A partir de los años cincuenta la transformación del entorno con las aguas de la presa propició que se cambiaran las antiguas rutas de comercio y de comunicación de SJI con el resto de la región mazateca. Temascal, ubicado a la orilla del otro lado de la presa, se convirtió en uno de los centros más importantes para el suministro de productos y servicios para SJI así como lugar de tránsito para viajar hacia el interior del estado o hacia Veracruz. También lo ha sido, aunque en menor medida San Pedro Ixcatlán. De lado de la tierra alta, con San José Tenango se mantiene comunicación por un camino en mal estado que lleva hasta una de sus localidades, Puerto Buenavista. Existen relaciones comerciales y de abasto entre los dos municipios desde sus fundaciones. SJI, al igual que otros municipios mazatecos, carece de adecuado y constante transporte pluvial para navegar las aguas de la presa. El municipio presenta un grado de marginación muy alto, lo cual se debe, en gran parte, al aislamiento geográfico que representa estar localizado en medio de una presa. Entrar y salir del municipio depende de las condiciones en que se encuentren las aguas: en época de lluvias el nivel del agua es considerable y toma menos tiempo cruzar en lancha de motor, pero durante la temporada de sequía el agua baja e impide un rápido movimiento de las embarcaciones. Además, hay que tomar en cuenta el alto costo de la gasolina69 y lo mucho que gastan las lanchas de motor. Son 40 las lanchas de motor que dan servicio público en todo el municipio (Vázquez Márquez 2008), todas ellas en manos de particulares; la gran mayoría de estas familias son de maestros, ganaderos y comerciantes. Un viaje sencillo de Campana a Temascal cuesta $50 por persona con un promedio de 50 minutos de recorrido cuando las condiciones del clima son propicias. El municipio cuenta con una lancha de motor y con una camioneta que se resguarda en Temascal o en San Pedro Ixcatlán. Si la cabecera municipal se encuentra aislada, en las localidades se presentan aún más dificultades para entrar y salir porque no hay tantas lanchas disponibles. Aunque Cerro Clarín, la localidad más grande, también se encuentra en el vaso de

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Que se vende a $12 el litro en dos de las tiendas de Campana.

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la presa, se puede acceder a ella por un camino de tierra desde Río Lodo, localidad que pertenece al municipio de Santa María Chilchotla. Mapa 4. Vías de acceso al municipio de San José Independencia

Fuente: Elaboración propia a partir de *Conteo del INEGI 2005 y coordenadas SIG

III.8 Alimentación de las familias En este apartado hablaré brevemente sobre los hábitos alimenticios de las familias de la comunidad que en general son semejantes entre los hogares pero que también varían de acuerdo a la posición socioeconómica de cada hogar. La base de la alimentación mazateca se compone principalmente de maíz, frijol, café, chile, yuca, arroz, tomate, cebolla y huevo. 62

También se come el pollo, ahora más de granja que de rancho, guisado en diferentes presentaciones, y desde los años ochenta la mojarra que se pesca en el lago que forma la presa. Son menores las ocasiones en que se incluyen carne de res y de cerdo en la dieta local, aunque las familias con mayores recursos económicos las consumen más frecuentemente. En la comunidad hay poca variedad de alimentos y productos perecederos porque muchos de ellos vienen de fuera y es muy costoso trasladarlos por agua. Los puestos de verdura y fruta del mercadito local se surten en Temascal o incluso en Puebla. La alimentación de las familias mazatecas ha cambiado con el paso del tiempo, entre otras causas, por las transformaciones en su entorno ecológico. Hace más de treinta años se cultivaba el arroz en la zona baja: “yo tenía como 8 o 10 años y todavía bastante gente sembraba arroz, todo como ve así la loma, como ve así la isla se disponía de arroz”, me contó un maestro. La siembra de arroz dejó de realizarse por las plagas que atacaron las últimas cosechas hace ya varios años. La alimentación de los mazatecos de SJI también ha cambiado por la importación de productos industrializados a la comunidad. Muchas personas adultas comparten la idea de que por eso la salud de las generaciones anteriores era mejor. El mismo maestro comentó: “Sobre todo con los alimentos de antes que comían ellos porque no conocían de productos enlatados, productos enfrascados que vienen de la fábrica o que están procesados allá, pura cosa natural. Si querías comer carne, pues sería la mejor carne que puede haber ¿no? que de tepezcuintle, de mazate, de aquí de la región hay muchos, muchos animales que se pueden comer y que mucha gente desconoce pues. Ahora los chavos en la actualidad no quieren comer estos alimentos, prefieren el alimento que está enlatado…Pues me imagino que a eso se debe que la gente de hace años vivieron muchos años”.

Antes se consumían frecuentemente hierbas locales como el quelite, la hierbamora, el tepejilote y el guasmole (fruto de pulpa amarilla y semillas) pero las nuevas generaciones las consumen cada vez menos: “no les gusta, en el sentido de que pues a lo mejor sus padres ya no les enseñaron a comer”, continúa el mismo maestro. A pesar de las acciones de Oportunidades en materia de nutrición, los hábitos alimenticios de las familias no son precisamente los más sanos, existe poca variedad de alimentos y un alto consumo de refresco en la comunidad. Las nuevas generaciones de niños y jóvenes tienen mala alimentación, entre otras razones, porque consumen con frecuencia comida chatarra a la hora del recreo en las escuelas. 63

III.9 La política social en el municipio En la actualidad existen varias dependencias gubernamentales operando en el municipio. Además del programa Oportunidades, la SEDESOL brinda apoyos a través de la estrategia “70 y más” que otorga $500 a los adultos mayores quienes viven en poblaciones menores a 10 mil habitantes70. De acuerdo a la estrategia “100x100” del gobierno federal, SJI se encuentra entre los 58 municipios de Oaxaca considerados como los de más alto nivel de marginación del país y con muy bajo índice de desarrollo humano: “La Estrategia 100x100, primera iniciativa de política social del gobierno del Presidente Felipe Calderón, tiene el objetivo de impulsar, mediante la coordinación institucional de las dependencias y entidades del Gobierno Federal, el desarrollo integral de los 125 municipios con mayores rezagos sociales del país, reduciendo así las brechas de desigualdad regionales”71.

Esta estrategia trabaja sobre los siguientes ejes de acción integral: Educación; Salud; Generación de opciones de ingreso y fortalecimiento de la actividad económica; Infraestructura social básica; Vivienda; y Desarrollo del medio ambiente. Otros programas gubernamentales que operan en el municipio se incluyen el siguiente cuadro: Cuadro 3. Programas gubernamentales que operan en SJI Programa Gobierno Acciones Piso Firme

Federal

Brigada móvil PROCAMPO Programa Alianza para el Campo PROGAN (Programa Ganadero) Programa del Café PESA (Programa Especial de Seguridad Alimentaria) PET (Programa de Empleo Temporal)

Estatal Federal Federal Federal Estatal Federal Federal

179 familias beneficiadas por el programa en sus viviendas. Atención médica y trámites del registro civil. Apoyo de $1,565 al año por campesino. 11 mujeres beneficiarias en la localidad de Cerro Torito. 27 productores beneficiarios con $300 por res. 482 productores. Con el proyecto “Desarrollo y Consolidación del Sistema de Agencias de Desarrollo Rural”72. Inicia a operar en el municipio en el 2009.

70

URL: http://sdpnoticias.com/sdp/contenido/2009/06/12/420458?refresh=1 Consultado el 22 de junio de 2008 71 URL: http://www.presidencia.gob.mx/programas/?contenido=34829 Consultado el 22 de junio de 2008 72 Constituido en el Marco del PESA para los Estados del Sur (Guerrero, Oaxaca y Chiapas) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), operando en 2007-2008 con un presupuesto de $1,173,928 . URL:https://extranet.fao.org/fpmis/FPMISReportServlet.jsp?sel_country=MX&div=&type=countryprofileopen &language=ES&countryId=MX Consultado el 28 de junio de 2008

64

Por su parte, el DIF estatal maneja dos programas en el municipio: Uno es el de los “Desayunos escolares rurales”73 y el otro es el de “Atención a menores de 5 años en riesgo” a partir del cual se les entrega leche en polvo cada quince días. También existía el programa de “Despensas a adultos mayores”, aunque según refirió la presidenta del DIF municipal, desde el año pasado ya no se firmó convenio de parte de la presidencia con el Sistema estatal DIF Oaxaca. El Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA) en coordinación con el programa Oportunidades74 tiene un convenio en el que ofrece la inscripción voluntaria y la participación de los adultos beneficiarios del programa en condición de rezago educativo a los servicios que ofrece el IEEA. Este convenio busca acreditar a las personas que no cuentan con educación primaria y secundaria o no las concluyeron. Jóvenes becarios o exbecarios del bachillerato imparten alfabetización a mujeres titulares para que puedan obtener su certificado de primaria o secundaria. III.9.1 La Educación En la cabecera municipal de SJI se registran 1,178 personas mayores de 5 años hablantes de lengua indígena (INEGI 2005). En el municipio se cuenta con oferta educativa en los niveles básico, secundario y medio superior además de educación preescolar e inicial no escolarizada. La educación en los niveles de preescolar y de primaria es del sistema de educación indígena bilingüe. En todo el municipio hay un total de 20 escuelas: siete son de nivel preescolar, siete son primarias, cuatro telesecundarias y dos planteles del IEBO (Instituto de Estudios de Bachillerato del Estado de Oaxaca), uno en la cabecera municipal y otro en Cerro Clarín. El IEBO de Campana se fundó en agosto de 1999 y el de Clarín en 2003. Además, existen tres albergues escolares de la Comisión Nacional por el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) en Campana, Clarín e isla de Buenos Aires. En Campana, mi universo de estudio, se cuenta con la escuela preescolar indígena “Julio de la Fuente” y con una escuela para cada nivel de educación posterior: primaria, secundaria y bachillerato. Las tres escuelas tienen cada una un comité de padres de familia.

73 En noviembre de 2008 se entregaron a 758 niños y niñas menores de 5 años y de primero hasta tercer grado de la primaria en todas las localidades. 74 URL: http://oaxaca.inea.gob.mx/ Consultado el 14 de noviembre de 2009.

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Cuadro 4. Cerro Campana, ciclo escolar 2008-09. Becarios y becarias de Oportunidades Primaria Telesecundaria IEBO

Total alumnos 227 90 60

Alumnos

Alumnas

114 44 *

113 48 *

Becarios de Becarios Becarias Oportunidades 100 * * 82 42 38 * * * Fuente: Información de trabajo de campo *Nunca pude tener acceso a estos datos.

La escuela primaria indígena Miguel Hidalgo se encuentra localizada en el centro de la población y cuenta con 12 salones. En esta primaria hay 10 maestros (3 mujeres y 7 hombres), un director y un personal de intendencia. La mayoría de los maestros dominan la lengua mazateca porque son originarios de la comunidad o de otros pueblos de la región. El total del alumnado es el siguiente: Cuadro 5. Grados y alumnos de la escuela primaria Niños

Niñas

Grupos

Primer grado Segundo grado Tercer grado

Total de alumnos 31 47 39

17 28 18

14 19 21

1 2 2 grupos: 20 y 19

Cuarto grado Quinto grado Sexto grado Total

39 27 44 227

20 11 19 113

19 2 grupos: 20 y 19 16 1 grupo 25 2 grupos: 22 y 22 114 10 Fuente: Información de trabajo de campo

El uniforme consiste en una falda o pantalón café, camiseta blanca, calcetines blancos y zapatos negros. Son pocos los niños y las niñas que no llevan el uniforme y portan ropa normal. En el último ciclo escolar el CONAFE ha enviado útiles para cada grado escolar como apoyos gratuitos para las escuelas. La telesecundaria No.18 inició a operar en 1976 y fue una de las primeras telesecundarias que se crearon en el estado. Desde 1984 empezó a funcionar en las instalaciones actuales que se encuentran en el extremo sur de la cabecera municipal, a orillas de la presa. Cuenta con 5 maestros, un director y 2 personas de apoyo, una de administración y otro de intendencia. Son cinco los grupos de alumnos, dos grados de primer año, uno de segundo y dos de tercero. Esta telesecundaria forma parte de la zona escolar #41 de la SEP junto con todas las demás telesecundarias de la mazateca baja, zona en la que se divide a los planteles según se encuentren 66

“en agua” o “en tierra”. Las escuelas de agua, como las de SJI, se consideran de un nivel inferior de calidad a las de tierra porque ahí se mandan a los maestros nuevos y al personal recién incorporado. Todas las escuelas de la zona 41 pertenecían a la sección 22 del magisterio oaxaqueño pero a partir del movimiento social y político del 2006, 7 escuelas se fueron con la sección 59 y 9 se quedaron en la sección 22. A manera de cooperación los padres de familia pagan $100 por alumno(a) al principio del año escolar. El uniforme de diario -pantalón o falda y camisa- de la telesecundaria cuesta $130 y el deportivo tiene un costo de $420. La escolta de la telesecundaria está compuesta sólo por niñas porque según lo que me aclaró el director “las niñas pueden coordinar mejor los pasos, además de que son las que han tenido menos ausencia escolar75.” El IEBO no. 41 actualmente cuenta con dos maestros y una maestra, quién también es directora. A este bachillerato acuden, además de los jóvenes locales, otros que han egresado de las telesecundarias de Buenos Aires, Puerto Buenavista y Chapultepec. Al de Cerro Clarín acuden los jóvenes de esa localidad, de Río Lodo, de Loma Alta y de Paso Cocuyo, localidades del municipio de Chilchotla. El bachillerato se termina a lo largo de 6 semestres. Durante la educación de nivel medio superior las familias tienen mayores gastos que con los niños de la primaria o de secundaria. La inscripción tiene un costo de $250 cada semestre. El uniforme cuesta esa misma cantidad, tanto el normal como el deportivo. En libros los jóvenes gastan aproximadamente $240 por semestre, cada libro cuesta $40 y llevan 6 materias. Un examen ordinario cuesta $50 pesos y uno extraordinario $100. Los maestros como fuerza política y social En su famoso libro sobre el Papaloapan, Villa Rojas (1955) registra 1,380 monolingües de una población total de 2,081 habitantes en el municipio (p. 109). Es decir, que más del 60% de los mazatecos de SJI eran analfabetas. Esta situación se ha transformado a lo largo de cincuenta años con la presencia gradual de planteles de educación básica, secundaria y medio superior en el municipio.

75

Sobre este punto se debatirá ampliamente en el capítulo VI.

67

Durante los años sesenta, a raíz de los daños causados por la construcción de la presa Miguel Alemán, el INI distribuyó apoyos económicos y material para construir escuelas en el municipio. En 1968 pagó al comité de construcción de la escuela de la localidad de Buenos Aires y los dotó de materiales76. En ese entonces los padres de familia les pagaban a maestros ajenos a la comunidad para que impartieran clases a las niñas y los niños. “Antes los maestros venían de fuera, yo tuve uno que era de Chihuahua”, me contó una señora de aproximadamente 40 años. A partir de los años setenta las políticas educativas federales y del estado empezaron a cambiar, puesto que se creó la Dirección General de Educación Indígena y se incorporaron a profesores nativos de la zona, muchos de ellos bilingües (Acevedo et. al., 1993: 238) y originarios de las propias comunidades hablantes del mazateco. En el municipio había acceso sólo a la educación primaria así que era común que estos maestros tuvieran sólo primaria completa: “Los maestros que están ahorita pues ellos tienen que estudiar su carrera y eso, pero antes no, nada más llegaba uno hasta la primaria y ya era maestro”, me explicó una joven de 19 años. Ya en esta época, los maestros bilingües estuvieron involucrados en la política, especialmente en la consolidación y el mantenimiento del PRI: “Un nuevo escenario político se perfilaba para la década de los 70 y mediados de los 80. Las cooperativas [pesqueras] conformaban un nuevo tipo de líderes diferentes a los brokers surgidos en la década anterior. El origen de estos líderes fusionaba la docencia junto con el arraigo campesino y a veces comercial de posición económica diversa” (Pérez Quijada, ibid: 64). Desde ese entonces las maestras y los maestros de SJI tienen un alto prestigio social por ser más letrados y bilingües que el resto de la comunidad, además de que son los únicos que tienen la posibilidad de tener un trabajo en la comunidad con remuneración económica estable y con ingresos relativamente altos en comparación con el resto de la población. Son parte del poder político y económico local las familias de maestros porque son las más adineradas de la comunidad y, por lo mismo, generalmente no están entre los beneficiarios de Oportunidades. Estas familias están emparentadas o mantienen relaciones de compadrazgo con familias de menos recursos en la comunidad, ayudándolas en tiempos difíciles o con apoyos económicos directos.

76

Acta de indemnización del INI, Centro Coordinador del Papaloapan. Contabilidad de Almacenes. Fecha 16 de Enero de 1968 [documentado proporcionado por Catalino Miguel].

68

Los maestros son los que ocupan los más altos escalafones de la estructura social porque ser docente implica contar con mayores recursos lingüísticos, sociales y económicos para desenvolverse tanto en el espacio comunitario como en otros contextos regionales. Muchos maestros se han erigido como líderes políticos y han desempeñado el cargo de presidentes municipales. Continúan fungiendo como intermediarios entre la comunidad y las instituciones y programas a nivel nacional y estatal, porque saben leer y escribir fluidamente, así como hacer trámites administrativos, y tienen la posibilidad de viajar a las ciudades cercanas a la capital del país. Por lo mismo, han sido parte de la élite local, desempeñándose y siendo reconocidos como líderes y caciques. Aunque la mayoría de las y los maestros no son beneficiarias del programa Oportunidades, son los encargados de la educación de las nuevas generaciones de becarias y becarios. El magisterio local ha participado de manera especial en la revitalización de la lengua mazateca, en la alfabetización de niñas, niños y jóvenes, y en la difusión de las tradiciones culturales de la comunidad creando conexiones más allá del espacio local. Las y los hijos de los maestros están generalmente destinados a prolongar la labor docente en sus propias vidas porque pueden heredar una plaza magisterial y así obtener uno de los trabajos mejor remunerados y de mayor estabilidad en la comunidad; aunque para algunos jóvenes esto no es tanto una opción de vida sino una imposición por parte de sus padres que buscan procurarles un sostén económico ante un futuro adverso, de pocas oportunidades laborales y de sueldos muy bajos, tanto en la comunidad como fuera de ella. III.9.2 La Salud La clínica rural de SJI se fundó en septiembre de 1979 con el programa de extensión de cobertura a población abierta del IMSS-Coplamar. Actualmente funciona bajo el régimen IMSS-Oportunidades y su cobertura se extiende a la cabecera municipal y sus colonias y a las localidades de Chapultepec y de Clarín. La población total derecho habiente es de 1057, de los cuales 510 son hombres y 577 mujeres (Programa IMSS-Oportunidades TC1 Operación Normal 2008, Unidad Médica Rural SJI). La clínica tiene un horario de trabajo de 8 a 3 y de 3 a 6 pm, de lunes a viernes. Las localidades de Cerro de Vidrio, Cerro Torito y Colonia Roma son atendidas por las brigadas de la Secretaría de Salud de Oaxaca.

69

Existe un comité de salud que se encarga de administrar y conseguir recursos económicos para las necesidades prioritarias de la clínica. Refieren a sus pacientes a la clínica de Ixcatlán y al Hospital General de Tuxtepec de la Secretaría de Salud de Oaxaca. La clínica cuenta con una lancha de motor para las emergencias. También hay una brigada móvil que visita el municipio esporádicamente ofreciendo consultas de especialidad como odontología y ginecología. El doctor actual es originario de Jalapa, Veracruz. Lleva cinco años trabajando en SJI y en general ha establecido una buena relación con la gente. Por llevar varios años trabajando en la comunidad, el médico de la clínica mantiene un trato de cercanía con las familias y empatía con la mayoría de las titulares de Oportunidades, especialmente con las vocales. Incluso a veces ha sido mediador para la resolución de conflictos dentro de los hogares. La enfermera de base es originaria de la comunidad y lleva más de veinte años brindando servicio en la clínica. Habla español y mazateco por lo que siempre es la intérprete del doctor. Realmente ella tiene el mayor trato directo con los pacientes durante las consultas porque es intermediaria entre el doctor y los enfermos no sólo en la cuestión lingüística sino en la descripción de los malestares del paciente y la precisión de sus datos personales. Es una mujer, de aproximadamente 40 años, que tiene autoridad en la comunidad porque cuenta con un poder considerable que le permite con frecuencia llamar la atención de los pacientes, sobre todo de aquellos que se niegan a tomar medidas preventivas en cuanto a su salud. Además tiene el poder de la información y del chisme porque conoce las historias de prácticamente todas las familias y siempre se entera de las noticias nuevas en el pueblo. También se considera como una mujer que ayuda a la comunidad porque atiende a las personas que la buscan en su casa fuera del horario de la clínica por algún motivo de enfermedad. La oferta de servicios de salud a nivel municipal se enfrenta con varios obstáculos. Uno de ellos es la sobre saturación del servicio en la clínica porque el programa Oportunidades obliga a los hogares beneficiarios a ir a consulta de manera periódica; otro es el reducido personal con el que se cuenta, lo que hace que las consultas sean excesivamente cortas y poco personales, como bien pude observar durante mis visitas a la clínica. Otra de las dificultades, que es más grave aún, son las exigencias de registro de las consultas y de otras actividades del personal de la clínica que establece el IMSS, lo cual reduce en gran parte la función del doctor al llenado de formularios y listas, olvidándose de la importancia del paciente y de la enfermedad. Un 70

obstáculo más es la falta de infraestructura física para la atención de los enfermos puesto que la clínica es pequeña y cuenta sólo con materiales y herramientas médicas básicas, además de encontrarse en una parte baja del centro de la comunidad que se ha inundado en varias ocasiones. * Para concluir con la descripción de las condiciones sociales, económicas y políticas del municipio, es pertinente recordar y enfatizar los múltiples factores que contribuyen a su pobreza y alta marginación: la crisis del modo de producción campesino, las transformaciones en el entorno físico y ecológico, el aislamiento geográfico, las divisiones políticas entre las familias, la estructura de dominación política local y una marcada estratificación socioeconómica al interior de la comunidad. San José Independencia presenta, además, una alta expulsión migratoria debida a la falta de fuentes de empleo a nivel local y a la poca capacidad de generación de ingresos económicos en el municipio. La violencia también permea muchas de las relaciones sociales tanto en los hogares como en la vida comunitaria de este municipio. Hay una prevalencia muy alta de alcoholismo entre los varones y se pueden percibir relaciones sociales marcadas por un fuerte machismo que incluye a veces el uso de la violencia; en específico, hacia las mujeres, los niños y las niñas.

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Capítulo IV. FAMILIA, GÉNERO, GENERACIÓN Y ORGANIZACIÓN COMUNITARIA EN SAN JOSÉ INDEPENDENCIA En este capítulo presento una descripción etnográfica sobre comportamientos, actitudes creencias, valores, prácticas y roles de acuerdo al género y la generación en diferentes situaciones de la vida familiar y comunitaria del pueblo de Campana, destacando las relaciones de poder intergenéricas e intergeneracionales en una comunidad indígena que se caracteriza por condiciones desiguales entre hombres y mujeres, por una situación de pobreza en gran parte de las familias así como por la diferenciación social entre hogares en relación a sus circunstancias socioeconómicas. Al interior de los hogares, la edad, el sexo, el género y la generación de los individuos también los sitúa de manera diferenciada. En la comunidad, la organización social y la organización de los cargos políticos también está influenciada por las condiciones etarias y de género de los individuos, situando a las mujeres y a los jóvenes, hombres y mujeres, en desventaja con los hombres adultos para ocupar espacios de autoridad y de toma de decisión. IV.1 La organización familiar El sistema de parentesco de los mazatecos es de tipo patrilocal y patrilineal (Pearlman, 1979). En este tipo de parentesco “la familia extensa intercambia mujeres con otras familias similares…[y]...genera lo que podríamos denominar circulación de mujeres” (Boege, 1988: 63). Es decir, los hijos varones se casan con mujeres que pertenecen a otras familias o incluso a otras comunidades. Este nuevo matrimonio vive con la familia del padre siendo entonces la residencia patrilocal. Cuando la alianza matrimonial se da entre miembros de diferentes comunidades, la integración de la joven esposa a su nuevo hogar, el de la familia del esposo, puede ser más difícil por no ser originaria del lugar y encontrarse lejos de su familia de origen. Esto sucede con algunas77 familias de Cerro Campana en las que las mujeres nacieron en otras localidades del municipio aledaño de Tenango, con el que se mantienen mayores relaciones sociales, políticas y económicas, pero también de la localidad de Río Sapo del municipio circunvecino de Chilchotla.

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En 10 de los hogares incluidos en la muestra las mujeres no son originarias del municipio lo que equivale a 20%.

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Entre los mazatecos es costumbre todavía practicada la del matrimonio poliginio en el que un hombre puede tener más de una esposa. Durante el levantamiento de la muestra censal en Campana encontré únicamente dos hogares con este tipo de alianzas poliginias (4% de la muestra), aunque muchos de mis informantes me contaron de algunas otras familias en las que hay más de una esposa. A veces las esposas de un hombre son hermanas entre sí o parientes cercanas, lo que en lenguaje antropológico se designa como matrimonio sororal. En otras familias poliginias las mujeres no son parientes entre sí y la segunda esposa, o si es el caso, la tercera es mucho más joven que la primera. Es costumbre que la esposa joven esté obligada a realizar gran parte de las tareas domésticas del hogar, porque de cierto modo ella se encuentra en una posición subordinada con respecto a la primera esposa. Aquí notamos cómo las relaciones de poder no solo se dan entre los géneros sino también entre mujeres quiénes reproducen el modelo patriarcal y las relaciones de poder asimétricas en el hogar, en relación a las más jóvenes. Vale la pena hacer una acotación acerca del significado de la práctica de la poliginia entre las familias mazatecas. Sólo los hombres con ciertos recursos económicos y/o sociales pueden tener más de una esposa en casa. Generalmente estos hombres provienen de familias de políticos o de curanderos que de por sí cuentan con prestigio en la comunidad. El tener más de una esposa reafirma el estatus de poder de algunos varones en la estructura comunitaria. El funcionamiento del programa Oportunidades tiende a excluir parcialmente a los hogares poliginios porque estos hogares suelen tener una sola cocina en la que se comparten los gastos de alimentación de la familia completa, por lo que una sola esposa es la titular que recibe el apoyo económico. Además, las normas consensadas de la comunidad, de acuerdo a conversaciones con varios informantes, no permiten que más de una esposa de un mismo hombre reciba las transferencias monetarias. Dicha situación coloca a las hijas y los hijos de la otra mujer en una situación de desventaja porque no reciben becas para ir a la escuela. Aunque se toleran los matrimonios con más de una mujer, éstos no son bien vistos y los valores comunitarios sancionan de alguna forma esta situación. Estos mecanismos de sanción se ejercen entre todos los que conforman la comunidad, pero también entre las mismas mujeres porque son ellas las que, con frecuencia, “ven mal” que en un hombre tenga más de una mujer y muchos hijos. 73

En lo que se refiere a las uniones matrimoniales, algunas familias del municipio practican el uso de un embajador para concertar los acuerdos, aunque dicha costumbre ha cambiado profundamente y conserva su forma más antigua sólo en los ranchos más lejanos a los centros de población de las localidades. En esta práctica, las familias mazatecas acostumbraban mandar a un embajador (chineé) que mediaba entre la familia del novio y la de la novia con el fin de acordar el matrimonio entre dos jóvenes (Carrera González, 2000)78. El chineé realizaba varias visitas a casa de la familia de la novia hasta formalizar la fecha y la organización de la boda. Se acordaba la comida, en la cual se solía matar pollos o un cochino o hacer tamales de “siete cueros” a base de frijol79. Anteriormente, las y los jóvenes tenían poco o nulo poder de decisión respecto a su futuro matrimonial, especialmente las jovencitas que no podían elegir con quién ni cuando casarse. Algunas de ellas incluso eran intercambiadas en venta por sus padres a hombres mucho mayores que ellas, en estos casos la función del embajador era asegurar el pago de la novia por adelantado, además de convenir que la familia del novio pagara los gastos de la boda por lo civil y por la iglesia. En el pasado, cuando las familias mazatecas de SJI se sustentaban y se reproducían socioculturalmente con base en la economía campesina, las hijas jóvenes no salían mucho del hogar ni socializaban con otros hombres que no fueran sus parientes inmediatos (Hausen Cowan, 1946). Era muy común que los padres de una jovencita no la enviaran a la escuela o la obligaran a abandonarla después de los primeros años para ayudar con las tareas en casa o para casarse. Algunas señoras de la comunidad me comentaron que “antes” se acostumbraba que si los padres de una muchacha la descubrían platicando con algún hombre, la casaban a la fuerza con él a pesar de que ella no lo conociera con anterioridad. Una madre joven, de 28 años, me contó que este tipo de alianzas forzadas todavía se practican entre las familias más pobres que además suelen tener amplia descendencia lo que ocasiona que las madres y los hijos estén descuidados y desnutridos. Las mujeres de estas familias no tienen igual acceso que otras mujeres a métodos anticonceptivos porque desconocen sobre salud sexual y reproductiva.

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Carrera González ha documentado sobre la tradición de la boda mazateca en una etnografía de la zona serrana. Entrevista con Otilio Sarmiento de Cerro Campana.

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Dicha situación ha cambiado paulatinamente desde los años cuarenta del siglo XX cuando las escuelas comenzaron a abrirse en el municipio y desde los años setenta cuando las niñas comenzaron a salir de sus casas para asistir a clases. Este, sin duda, es uno de los grandes impactos que ha tenido la escuela en las relaciones comunitarias, como la institución que más promueve la socialización entre niñas, niños y jóvenes. Actualmente en Campana la mayoría de las y los jóvenes, tanto los que estudian como los que migran, pueden decidir con quién, cómo y cuándo unirse en matrimonio. “Ahorita ya es diferente: que cada quien tiene su pareja, tiene su novia ya las niñas están pensando cada quien…Antes no, que tiene que pedirle permiso el papá pero no…Así están haciendo ahorita, le piden permiso el joven y ya le da permiso que ande con su hija”80. La juventud de la comunidad tiene más opciones y apoyos para estudiar que los que tuvieron sus padres, madres y sobre todo abuelos, por lo que están postergando la edad para casarse y tener descendencia. A casi todos se les permite tener noviazgos aunque se les siga poniendo limitaciones en cuanto a con quién salir y pasar el tiempo libre (véase Fotografía 4). En este último punto, sigue habiendo diferencias en el trato entre hijos varones e hijas mujeres: ellos tienen mayor libertad de movimiento al interior y fuera de la comunidad, a ellas casi siempre las acompañan sus hermanos cuando se trata de pasar tiempo libre. Los muchachos pueden asistir a los bailes de los pueblos cercanos siempre y cuando avisen a sus padres. Las muchachas, en cambio, habitualmente tienen que pedir permiso y ser acompañadas para salir de casa y de la comunidad. Aunque estos permisos dependen también de las relaciones en la familia y de la situación socioeconómica de cada hogar. A Jaime, un padre de 35 años, no le gusta que sus hijas no estén en casa cuando él llega después de trabajar y ya oscureció. Si esto pasa le pide a su esposa que las vaya a buscar porque no le gusta que estén en la calle. Por el contrario, sus hijos varones -quienes son menores que ellas- están fuera de casa hasta más noche después de terminar su trabajo como cargadores en el mercado del centro de la comunidad. Al respecto de los permisos para salir, una madre de familia y vocal del programa Oportunidades, me contó que cuando ella era jovencita sus padres no la dejaban verse con su novio, quién es actualmente su marido. Dice que aunque él “se armó de pantalones” y fue a 80

Entrevista con Catalino Miguel de Campana.

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hablar con su padre, éste nunca permitió que se vieran “a solas” en la calle, así que tenían que reunirse en una barda frente a su casa mientras sus padres los vigilaban desde dentro. Finalmente los jóvenes se hartaron y se fueron a vivir juntos a Tenango sin avisar a nadie. Regresaron hasta tres años después y a los padres de ella no les quedó otra opción que aceptar el matrimonio. Esta señora comparó su situación cuando era joven con la de su hija actualmente: “a ella sí le dimos mucha libertad para el noviazgo”. Los patrones locales de noviazgo suelen ser de larga duración y los jóvenes se comprometen a una relación sentimental por varios años. Muchos noviazgos permanecen a pesar de la distancia cuando uno de los dos decide migrar a la ciudad en busca de trabajo. Con todo y migración, la mayor parte de las alianzas matrimoniales de las generaciones jóvenes se dan entre muchachos y muchachas originarios del interior del municipio o de localidades cercanas. Actualmente los padres y las madres de familia atribuyen un especial valor a la escuela por encima de las relaciones de noviazgo porque consideran que los jóvenes suelen distraerse cuando tienen pareja y esto impide que puedan concentrarse en sus estudios. Esta es una restricción muy común sobre todo para las muchachas. Al respecto Ana, una becaria del bachillerato de una familia ganadera, me dijo que sus padres le han recomendado esperar para tener novio, “dicen que no haga lo que ellos hicieron porque ellos se juntaron muy chicos”, al menos hasta que termine la escuela y desarrolle un mejor criterio para elegir cuándo y con quién formar una familia. Aunque actualmente las familias de la comunidad, sobre todo las de la cabecera municipal, ya no recurren a la figura del embajador como tal, se sigue practicando el ritual de “hacer de palabras” que consiste en que la familia del novio va a pedir a la novia a la casa de sus padres para acordar la fecha y el proceso de la unión matrimonial. Asimismo, los matrimonios jóvenes acostumbran tener un número mucho menor de hijos que las generaciones anteriores. La disminución del número de niñas y niños por familia en la comunidad se debe en parte al aumento de la escolaridad de las nuevas generaciones que retrasan la edad del matrimonio y planean el número de hijos deseados. Este hecho también guarda relación con el profundo cambio de patrón económico del municipio en el que la actividad del campo es cada vez menos el medio fundamental de las familias mazatecas para subsistir. En este nuevo modo de vida, ya no tiene sentido para las familias tener tantos hijos puesto que no se necesitan como 76

fuerza de trabajo en las labores agrícolas. Ahora las y los hijos pequeños representan un costo para las familias porque se dedican más a estudiar que al campo, aunque también representan un ingreso seguro a través del programa Oportunidades, por lo menos a partir de los ocho años. Asimismo, se ha dado un cambio de valores y de prácticas culturales sobre el matrimonio y la reproducción en las nuevas generaciones indígenas, muchas veces impulsado por las acciones de planificación familiar que llevan a cabo las instituciones de salud en la zona. No obstante los esfuerzos del personal de salud y la presión que ejerce sobre la población para usar métodos anticonceptivos, sólo el 30% de las mujeres en edad reproductiva usa algún método de planificación familiar. Aún persisten ideas sobre la importancia de tener muchos hijos porque prevalece una cierta resistencia cultural al control de la concepción en el matrimonio. Respecto a la presión del personal de salud sobre la población derechohabiente de los servicios de salud, especialmente sobre las mujeres, una informante me habló de una mujer joven a quién “operaron”, es decir, le practicaron la OTB81 después de parir a su primer bebé. La criatura murió algunos meses después de nacer entonces “su marido la dejó porque ya no podía tener más hijos”. Esta intervención claramente fue una falta de respeto por parte del personal de salud por tratarse de una mujer cuya edad la hacía no candidata a la OTB. El doctor de la clínica calcula que el 10% de los jóvenes del IEBO, de entre 15 y 19 años, mantiene relaciones sexuales. Si sus cálculos son correctos, esto quiere decir que una mínima parte de esta población joven tuvo una iniciación sexual a temprana edad. No obstante, sí existen embarazos adolescentes en la comunidad de Campana. Muchos de estos no son planeados ni deseados por la joven pareja. Conocí tres casos de embarazos en chicas estudiantes menores de 18 años. En la última generación de egresados del IEBO dos chicas estaban embarazadas antes de terminar la escuela; estas jovencitas fueron a residir con las familias de sus novios para comenzar una vida marital y ahora se dedican al cuidado de sus hijos. Otra chica de 17 años que “andaba” con un hombre casado y “quedó embarazada” tuvo que salirse de la escuela. Después de que nació el bebé, ella regresó a la escuela aunque muchas personas no estuvieron de acuerdo con esta decisión que aprobó el comité de padres y madres del IEBO, opinaron que “no está bien que una señora vaya a la escuela”. Son los mismos

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Oclusión Tubaria Bilateral, mejor conocida como “salpingoclasia” que consiste en la ligadura de las trompas de Falopio.

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padres y madres de familia los que sancionan a las mujeres jóvenes que son madres solteras y sus embarazos se consideran como una falta a las reglas comunitarias sobre la sexualidad por lo que es común negarles el derecho a estudiar. Esta restricción se aplica sólo a las jóvenes mujeres y no a sus parejas varones, lo que muestra una discriminación hacia las muchachas en relación a las prácticas sexuales de los noviazgos jóvenes. En Chapultepec, otra localidad del municipio, supe de dos casos de violencia contra adolescentes embarazadas, una por parte de la madre quién no quería llevar a la chica embarazada a la clínica para que fuera atendida y accedió a hacerlo hasta el último momento; y otro caso en el que el partero ejerció violencia física y emocional contra la joven durante su trabajo de parto82. En ambos casos las jovencitas vivieron sus embarazos en un ambiente de tensión familiar, situación que empeoró al término de los nueve meses de gestación. Muchas de las abuelas y las madres de estas jóvenes se casaron o “juntaron” durante su adolescencia y comenzaron a tener hijos a temprana edad. Es muy reciente, tal vez un par de décadas, que los embarazos adolescentes son mal vistos en la comunidad porque las jóvenes son solteras y estudiantes, en esos casos un embarazo no planeado trunca su trayectoria escolar. El patrón de vida, unión y reproducción ha cambiado sustancialmente entre las mujeres mazatecas en una sola generación y ahora los embarazos a temprana edad, aun si se siguen dando, se consideran generalmente como no planeados o “prematuros” y tienden a ser mal vistos en la comunidad. Juana, una exbecaria de 19 años, opina sobre las jóvenes de su edad que son madres: “hay muchas muchachitas que ya se juntaron o que salieron ya embarazadas que tuvieron su novio o su marido o como se les diga, pues ellas están ahí trabajando y si no ahorita ya que tienen el bebé en el brazo pues si se han de arrepentir porque hicieron eso y porque hay algunas que luego dicen no pues es que mi marido no me trata bien, y esto y el otro. Pues ahí viene y empieza uno a pensar.”

Este comentario muestra como un embarazo no deseado se asume como responsabilidad de las chicas, quedando los jóvenes exentos de ser mal vistos o juzgados por ser padres a edades tempranas, cuando son ellos también participes de la concepción de un nuevo ser. 82

Entrevista que realicé a la madre de esta joven (2005) durante la investigación “Mortalidad materna en municipios indígenas de Oaxaca” coordinada por la Dra. Paola Sesia del CIESAS-Pacífico Sur y financiada por CONACYT.

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IV.1.1 La división del trabajo en los hogares La división del trabajo al interior de los hogares condiciona las actividades cotidianas que niños, niñas, mujeres y hombres jóvenes desarrollan como parte de sus dinámicas familiares en un contexto cultural indígena, como es el caso de esta comunidad mazateca. Aunque la producción agropecuaria y la pesquera ya no son las principales actividades de sostén económico de la mayoría de las familias de Campana, la división del trabajo dentro del hogar se sigue ajustando en parte al modo de vida campesino con base en el género y la edad de los miembros de la familia. Los hombres son los que se encargan de gran parte del cultivo y cuidado de la tierra, si es que la familia cuenta con terreno propio o renta alguna parcela; las mujeres también apoyan en el campo pero su trabajo tiende a ser subvalorado. Además, han tenido menor acceso a la propiedad de la tierra porque ésta tradicionalmente se hereda al hijo varón mayor de la familia: “Anteriormente era costumbre que se dijera ‘este es mi hijo mayor a este le voy a dar mejor vida, le voy a dejar mayor cantidad de terreno o le voy a dejar esta que es la mejor casa.’ Esa era la idea de los viejos hace años atrás, pero también conforme va cambiando se va, se va civilizando la gente pues ya también los hijos de hoy ya exigen, exigen su herencia…que el papá le tiene que dar apoyo, es lo que sucede en algunos casos pero ya se ha vuelto un relajo, hay hermanos que se pelean por un terreno cuando se mueren los padres”83.

Durante el reacomodo de las familias cuando se construyó la presa, Muñoz (1957) registra que los avalúos de bienes y tierras eran menores para las mujeres, lo que significa que hace cincuenta años el acceso a la propiedad se estimaba de manera diferente para hombres que para mujeres, privilegiando a los primeros con respecto a las segundas. Paulatinamente, sin embargo, este patrón ha ido cambiando con los años. Algunos hombres, además de dedicarse al campo, practican la pesca de mojarras en la presa para su posterior venta. Otros se dedican a oficios varios como la carpintería. La ganadería es una actividad exclusivamente masculina en las familias de la comunidad que cuentan con cabezas de ganado y potreros (véase Fotografía 5). Las mujeres adultas de la comunidad tienen como obligación las labores propias de su hogar, además de participar en la agricultura durante la siembra y/o la cosecha. Todas desempeñan las 83

Entrevista con el maestro Adrian Canales.

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labores domésticas y los cuidados de los hijos, especialmente de los niños pequeños. Las tareas domésticas consisten en cocinar, moler maíz, tostar café (véase Fotografía 6), echar tortilla, limpiar la casa y acarrear agua y leña, entre otras Las cargas de trabajo de las mujeres se han modificado por la presencia de molinos de luz y la venta de tortillas industrializadas. Por las tardes van a algún río de la comunidad o a la ribera de la presa para lavar ropa, además de bañarse ellas mismas y a sus niños pequeños. Con el fin de obtener un ingreso económico, muchas mujeres se dedican a la preparación y a la venta de alimentos en las escuelas o de casa en casa. En la mayoría de las familias, los hombres son los que aportan parte de los ingresos a través del trabajo remunerado y las mujeres contribuyen con ingresos complementarios, especialmente vendiendo alimentos o lavando ropa ajena. Las niñas y las muchachas ayudan en la cocina y en las múltiples labores del hogar, principalmente a lavar los trastes y la ropa, incluida la de sus hermanos varones. Colaboran con el acarreo de agua y de leña, así como en la venta de comida que preparan sus madres. Los niños y los muchachos ayudan también con el acarreo de agua pero si la familia es campesina, su principal aportación será sembrar y cosechar. Esta organización de las tareas de los hijos dentro del hogar, así como los deberes y los permisos para salir de casa o de la comunidad dependen del sexo, de la edad y del orden al nacer, por lo que la repartición del trabajo varía de acuerdo a la estructura familiar de cada hogar. Sin afán de sesgar los datos etnográficos por el interés particular en la condición femenina durante mi investigación, observé que las mujeres y las niñas dedican muchas más horas a trabajar que los hombres y los niños, siendo ésta una opinión generalizada que me compartieron varios informantes. Rita, beneficiaria de Oportunidades de 60 años, me dijo que “las señoras son las que trabajan más: echan tortilla, están en la cocina todos los días y si tienen hijos hay que lavar ropa y cuidarlos”. Algunos hombres socializan por las tardes fuera de su casa con otros hombres y parientes; las mujeres en su mayoría se quedan en casa con los niños y salen sólo cuando tienen la necesidad de hacer un mandado o visitar a alguna vecina o pariente cercana. Varias de las actividades de ocio de los hombres frecuentemente están relacionadas con el consumo del alcohol (cervezas y aguardiente) en los espacios públicos. Hay un altísimo consumo de bebidas embriagantes en la comunidad. Varios hombres, incluidos algunos integrantes del cabildo municipal y la mayor parte de los maestros, dedican muchas tardes a consumir cerveza o aguardiente. Varios de ellos transforman radicalmente su comportamiento cuando están bajo los efectos de estas bebidas 80

embriagantes volviéndose verbal y, a veces, físicamente violentos especialmente hacia las niñas y las mujeres. El estado etílico de algunos hombres es motivo común de discusiones cotidianas en los matrimonios que incluso pueden llegar a la separación. La violencia física y verbal por parte de algunos hombres es común en el vivir cotidiano de la comunidad. Durante el trabajo de campo me tocó presenciar varias situaciones de violencia verbal, como una tarde en la que iba caminando por la calle principal del centro y de repente una niña salió corriendo de su casa en busca de su padre porque lo llamaban por teléfono. Cuando la niña pasó frente al presidente municipal, quién se encontraba ahogado de alcohol en una banca, este le gritó: “tu papá anda con su otra mujer”. En otra ocasión en la que me encontraba en casa de una familia, un niño de 8 años de edad llegó muy espantado con su mamá gritando: “ya llegó mi padrino otra vez bien borracho y dijo que va a madrear a todas las mujeres”. Si la violencia verbal relacionada con el consumo de alcohol es común hacia las niñas, los niños y las mujeres en espacios públicos, podemos fácilmente imaginar cómo también deben de ser comunes situaciones de violencia verbal y física atrás de las paredes domésticas en muchas familias. IV.2 Actividades de niños, niñas y jóvenes Las obligaciones de los niños y las niñas en edad escolar -de 6 a 12 años- se concretan prácticamente en la asistencia a la escuela y en el cumplimiento de sus tareas escolares además del trabajo de apoyo a los adultos en sus hogares. Los niños y las niñas de estas edades son más visibles en el espacio público comunitario antes de caer la tarde porque ésta es la hora en que terminaron sus tareas escolares y domésticas. Muchos de ellos se concentran en la cancha frente al edificio municipal (el “parque”) para jugar o practicar algún deporte. Los niños varones más pequeños, de entre 6 y 12 años, juegan canicas o se amontonan en las maquinitas en una de las tiendas del centro. Los mayores de 10 años juegan futbol o basquetbol. Aunque en menor medida, las niñas de 10 en años en adelante también practican ambos deportes, (véase Fotografía 7), rara vez andan solas en las calle, siempre se les ve en pareja o en grupos La mayoría de las y los jóvenes mayores de 12 años pero menores de 20 se dedican a la escuela secundaria o al bachillerato. Las muchachas de 12 años en adelante ayudan con las labores dentro de sus casas, en ir a comprar alimentos y a realizar algún mandado. Si sus madres venden comida o se dedican al comercio las ayudan con esto. Las hijas más grandes, mayores a 81

los 15 años, tienen el rol de apoyo para su madre pues ayudan a cuidar a sus hermanos menores. A excepción de las jóvenes maestras, son contadas las chicas mayores de 18 años que tienen un trabajo en la comunidad con un ingreso fijo, como algún cargo en relación a los programas de salud o de educación del municipio. Aunque algunos muchachos ayudan a sus padres durante las dos temporadas de siembra del calendario agrícola local e incluso se ausentan algunos días de la escuela para poder contribuir con el trabajo en las ‘tareas’ que cultiva cada familia, gran parte de los jóvenes, varones y mujeres, ya no consideran la actividad campesina como una opción laboral. Lo anterior está relacionado con la crisis del campo y las pocas posibilidades de subsistencia económica a partir de las labores agrícolas pero también tiene que ver con un cambio de visión de lo que significa el trabajo hoy en día en términos de ingresos económicos con una desvalorización generalizada del trabajo en el campo entre las nuevas generaciones. Pepe, estudiante del bachillerato, al preguntarle en que trabajaba su padre me contestó: “ya no trabaja, sólo está en el campo”. Esta respuesta ejemplifica cómo los cambios en valores, significados y expectativas de vida entre una generación y la subsecuente en una comunidad indígena como Campana están relacionados con múltiples condicionantes además del género84; también responden a las transformaciones económicas y laborales de las familias indígenas. Entre las familias ganaderas la actividad en el rancho se mantiene como una opción de trabajo para los hombres jóvenes quienes se dedican al cuidado de las reses y los caballos en los potreros de la comunidad. Aquí notamos como la categoría de clase social interactúa con la de género y edad, ya que los jóvenes varones de las familias ganaderas tienen una conceptualización diferente con respecto al trabajo que ellos y sus familiares desempeñan en la comunidad. Estos muchachos, al contrario de lo que pasa con los de familias campesinas, valoran positivamente su trabajo y la posición social que este conlleva, aspiran a volverse como sus padres, se sienten orgullosos de ser “rancheros” y perciben la actividad ganadera como una opción laboral viable y deseable para ellos. Hay un fuerte vínculo entre el ser y volverse “ranchero” y la construcción de la masculinidad entre los hombres de este estrato social de la

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En el capítulo VI se abordan los cambios y las persistencias entre las generaciones de madres e hijas beneficiarias de Oportunidades.

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comunidad. No es accidental que estos muchachos suelen hacer paseos a caballo como una forma de cortejo a las jóvenes. La pesca es una actividad realizada por jóvenes varones cuyas familias son las más pobres, que viven en las islas y se dedican a la venta de mojarras. Al igual que la ganadería, esta actividad es exclusivamente masculina; sin embargo, a diferencia de aquélla, el dedicarse a la pesca no conlleva un estatus social deseable y no se vuelve una aspiración laboral para los jóvenes que se dedican a ella para apoyar económicamente a sus familias. Estos jóvenes usan pequeñas canoas de madera, también como medio de transporte para llegar a la escuela (véase Fotografía 8), por lo que esta actividad aun no deseable, no necesariamente se contrapone a la dedicación para los estudios. La gran mayoría de las y los jóvenes que ha terminado secundaria o bachillerato ha migrado a alguna ciudad, especialmente a México, con el firme propósito de trabajar. De hecho, aproximadamente el 80% de los egresados del bachillerato en julio de 2008 migraron fuera de la comunidad. Carolina, una maestra de la primaria con una visión crítica hacia la utilidad de la educación que se recibe en SJI y consciente de las limitadas oportunidades laborales para jóvenes indígenas en un mercado de trabajo que no ofrece empleos calificados o bien remunerados, expresó -con preocupación y un cierto grado de amargura- que la educación que reciben los jóvenes no les sirve de nada porque cuando acaban la escuela se casan inmediatamente o “se van a limpiar baños a México y con eso creen que ya es muy buen trabajo, y acá no tienen ni casa ni nada, entonces ¿qué harán cuando regresen viejos y cansados?”. Este reclamo expresa una preocupación compartida por muchos adultos sobre el destino y las pocas oportunidades de trabajo para las nuevas generaciones, incluso saliendo de la comunidad y con bachillerato terminado. IV.3 Los patrones culturales de género y de generación Durante el trabajo de campo pude observar los comportamientos de mujeres y hombres de diferentes edades en referencia a los patrones de género y de edad que se originan de la cultura indígena mazateca. Además de la observación, por medio de mis conversaciones y entrevistas escuché la opinión de los propios actores acerca de las pautas culturales que guían el comportamiento según se es hombre, mujer, niño, joven o adulto, y que naturalizan una

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conducta socialmente adquirida sobre la adscripción al género masculino o femenino y a una etapa de la vida. Me parece que existe una mayor flexibilidad para los niños que para las niñas respecto a la permisión de los comportamientos inadecuados: muchos “chamacos”, como se llama normalmente a los niños menores de 15 años, se portan mal con los demás niños y niñas e incluso los agreden físicamente. Con frecuencia no obedecen a sus madres, aunque muchas de ellas ni siquiera les llaman la atención. En cambio, las niñas generalmente tienen una actitud más dócil respecto a los mandatos y consejos de sus padres y madres. En la comunidad es una creencia compartida que es más fácil educar a las hijas que a los hijos porque las niñas son “tranquilas” y los niños son “necios”, me comentó una madre de familia. Por ello en algunos hogares hay un trato diferencial hacia los hijos de acuerdo a su sexo primordialmente, pero también a su edad y posición en la estructura de la familia. Los hijos varones mayores tienen la obligación de cuidar a sus hermanas pequeñas cuando van a la escuela y de manera especial cuando salen de la comunidad. Sirvan dos ejemplos al respecto: un joven de 21 años de la localidad de Clarín me contó que siempre lo mandaban a “cuidar” a su hermana, quién es más grande que él, ya que a sus padres no les gustaba que ella viajara solita todos los días en la lancha de Clarín a Campana para asistir al bachillerato. En una visita que hizo el grupo de segundo año de secundaria a la ciudad de Oaxaca85 varios hermanos mayores -todos varones- de algunas niñas fueron enviados por sus padres con el fin de cuidar a sus hermanas pequeñas. En la comunidad los hombres se caracterizan porque emplean su fuerza física para trabajar en el campo, criar ganado, pescar, trabajar la madera, cargar bultos o arrear mulas. Se considera que sólo los hombres, jóvenes o adultos, tienen la capacidad física suficiente para realizar trabajos que impliquen recorridos a otras localidades con largas caminatas, por ello siempre son hombres los que coordinan o tienen un cargo en los programas de política social que operan en el municipio. Durante una asamblea convocada para escoger al gestor del “Programa de 70 y más” presencié cómo los promotores del programa se reunieron con todos los adultos mayores (hombres y mujeres) de la comunidad para que éstos eligieran oficialmente al gestor que los representaría. Les explicaron que el gestor tiene que ser una persona joven 85

En marzo del 2009.

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porque tiene que saber usar la internet para manejar la información del programa y porque necesita moverse al interior del municipio visitando las localidades. Se propusieron dos muchachos que de manera visible hicieron saber que no tenían deseo de comprometerse con el nuevo cargo, así que los promotores preguntaron por otros jóvenes que pudiesen participar. La asamblea se conformaba por todos los ancianos y las ancianas de la comunidad y algunos hombres y mujeres menores de 60 años. A lado mío estaba Patricia, de 23 años, la única joven además de los dos varones que ya se habían propuesto. Algunos presentes voltearon a verla para ver si ella se proponía para el cargo. Yo le dije: “anímate, ha de ser interesante trabajar en ese programa”, y ella me respondió que no podía comprometerse porque está trabajando con el programa de educación inicial del municipio, además de que la persona que asuma dicho cargo “tiene que ser un hombre porque tiene que recorrer las localidades y caminar mucho”. Este ejemplo muestra cómo las categorías de género en referencia a los cargos se vuelven más flexibles en la práctica, porque, aun si en teoría se compartía entre todos los asistentes la idea que era preferible que el cargo fuera cubierto por un hombre, al no lograr llenarlo de esta manera, había disponibilidad entre los y las presentes que una joven mujer lo asumiera. Al mismo tiempo, este ejemplo nos enseña cómo las mismas mujeres utilizan estas representaciones hegemónicas sobre el género a su ventaja. Patricia, que seguramente ha caminado y puede caminar largas distancias como la gran mayoría de los jóvenes de SJI, retoma esta conceptualización y la hace suya para poder justificar su negación a asumir un cargo que no quiere porque le implicaría más trabajo del que de por sí ya tiene. Una de las características esenciales para ser considerada como una buena mujer en la comunidad son las habilidades de saber cocinar y saber echar tortilla ya que esas destrezas se consideran fundamentales para que una mujer sea buena esposa, madre y cuidadora de la familia. Las mujeres casadas deben saber guisar y atender bien la casa, a los hijos y al marido; incluso las que tienen otros trabajos, como las maestras, tienen siempre la obligación de atender sus casas y sus familias. Cuando una mujer se casa “ya no duerme igual porque tiene muchas cargas de trabajo, tiene que atender al marido, cocinar, echar tortilla, lavar ropa”, me dijo una maestra jubilada. Otra maestra más joven, Lucía de 29 años, quién es madre de dos hijos, me contó que ella aprendió a cocinar hasta que se casó. Su suegra le enseñó porque al casarse se fue a vivir a casa de la familia de su esposo y se esperaba que ella fuera la que iba a 85

cocinar. Muchas mujeres al convertirse en esposas tienen además la obligación de cuidar a la suegra en caso de que ésta se enferme o no pueda ya trabajar en la casa. Echar tortilla es una labor exclusiva de mujeres. Sólo pocos hombres que tienen actitudes y atribuciones que se consideran femeninas como son los homosexuales (xundá) saben tortear “porque son como mujeres”, me comentó un policía del municipio. Algunas muchachas que se dedican a estudiar ya no saben echar tortilla o no les da tiempo de hacerlo por la mañana antes de ir a la escuela. A veces sólo ayudan a sus madres llevando el nixtamal al molino. Esta falta de habilidad es mal vista por las mujeres adultas de la comunidad, sobre todo por las más ancianas. Este es otro ejemplo de reglas hegemónicas que tienden a seguir sancionando a las jóvenes que no siguen las prácticas sociales que tradicionalmente acostumbraban las mujeres. Es común por ejemplo que las jóvenes de hoy en día hayan sustituido la adquisición de ciertas habilidades para el trabajo doméstico como echar tortilla por un buen desempeño escolar con lo que saben hablar español, leer, escribir y contar mucho mejor que sus madres e incluso sus padres. Otras actividades tradicionalmente femeninas son todas aquellas relacionadas con la elaboración de ropa como bordar, tejer y coser; actividades que practican con frecuencia las mujeres mayores de 40 años, y mucho menos las mujeres más jóvenes. Estas son labores que también realizan los hombres homosexuales, como el sastre más conocido de la comunidad, quién además es titular de Oportunidades. Según el representante municipal de Oportunidades, en Campana hay un número aproximado de 8 hogares beneficiarios de madres solteras, divorciadas y viudas. Ya se ha aclarado que este tipo de hogares son la minoría del total de los hogares con jefatura femenina; sin embargo, también creo que dicho cálculo no se acerca a la realidad de los hogares de la comunidad pues los hogares encabezados por mujeres tienden a ser invisibilizados. Estas mujeres se encuentran en condiciones diferentes a la de otras mujeres adultas por no contar con un marido, pero generalmente tienen el apoyo de una figura masculina en algún otro pariente: padre, hijos o hermanos. No es socialmente aprobado que las mujeres que han perdido a sus maridos o se han separado de ellos establezcan vínculos con otros hombres. Después de fallecer su esposo y de que sus 86

hijos crecieron y se fueron del pueblo, una viuda decidió continuar su vida buscando pareja. La gente dice que ha mantenido relaciones amorosas con dos diferentes hombres de la comunidad. Esta mujer ha sido blanco de fuertes críticas, la mayoría provenientes de otras mujeres, como la siguiente: “eso está muy mal para una señora de edad mayor con hijos”, me comentó una maestra. Una vocal de Oportunidades también habló mal de la viuda porque dijo que desde que murió su esposo se dedica a “la vida alegre”. Son las mismas mujeres las que sancionan las situaciones de vida de otras mujeres que no respetan las normas de comportamiento tradicional de madres y esposas de familia. Estas mujeres mazatecas son las primeras en reproducir y reforzar los comportamientos, normas y sanciones derivados de un modelo patriarcal. Mención aparte merecen los bailes de la comunidad para analizar las relaciones, los comportamientos y lo que está permitido, tolerado pero mal visto, o sancionado entre géneros y entre diferentes generaciones en la actualidad de una comunidad como SJI. Los bailes se celebran en fechas especiales marcadas por los calendarios cívico y religioso de la comunidad. Siempre hay mucha asistencia de familias completas, hay algunos padres que llevan a sus niños, aunque la mayor parte de la asistencia se conforma por jóvenes. Todos los asistentes, tanto ellos como ellas, acuden muy arreglados porque se trata de una ocasión especial. Los muchachos tienen mucha mayor libertad de asistir a los bailes en la comunidad y, sobre todo, en otras localidades a donde hay que caminar o viajar en lancha. Las muchachas siempre asisten a los bailes acompañadas de sus padres, de algún otro familiar o en grupos grandes de la misma edad. En estos bailes hay una banda que interpreta música en vivo, principalmente cumbia, salsa y duranguense. Los bailes son caros para la economía local: la mesa tiene un costo aproximado de $70 pesos y los hombres deben pagar $50 por bailar, si no lo hacen nos lo dejan bailar y los acechan en la pista hasta que pagan su cuota. Durante el baile normalmente los hombres invitan a bailar a las mujeres. Cuando comienza una canción, los chavos se aglutinan alrededor de la mesa donde se encuentran las chicas hasta que eligen una con la cual bailar. En la pista bailan sin dirigirse mucho la palabra y en algunas ocasiones, ni la mirada. Cuando termina la canción la pareja, cada uno por su lado, regresa a su mesa y espera a que inicie la próxima melodía para regresar a la pista. 87

Durante los bailes hay un alto consumo de bebidas alcohólicas y es común ver a muchos hombres y muchachos ebrios. Son pocas las muchachas que beben alcohol en la comunidad y si lo hacen, está muy mal visto. Muchos hombres de edad adulta, aún estando muy ebrios, sacan a bailar a las señoras y muchachas. Algunos de ellos me parecieron agresivos en su modo de bailar y de tomar de la cintura a la mujer con quién bailan. Al contrario, las parejas más jóvenes se dejan llevar por el baile. Las muchachas más jovencitas no esperan a que las lleven a la pista y se paran en medio de la pista aunque sea sin pareja, sobre todo cuando bailan el pasito duranguense, hoy en día el estilo musical que más se escucha en la mayoría de los pueblos indígenas de Oaxaca. El baile es un espacio para el acercamiento entre los y las jóvenes: “así como estoy yo no bailo, ya cuando está uno dos tres [alcoholizado] pues ya…cuando estoy borracho le conocí, bailando no? conocí a la mujer, bailé, le tomé su nombre y llegó y ya fue mi novia, ya luego se fue [migró a la ciudad]. Hasta ahorita no he tratado bien con ella, no había tratado digamos” explica Luis de 19 años acerca de cómo conoció a su actual novia. Los bailes populares son eventos de socialización en la comunidad en los cuales podemos ver claramente el cambio intergeneracional en los modos de expresión corporal como son la danza y el vestido. Un señor de edad avanzada de la comunidad me contó que antes el baile se hacía con música de salterio y la pareja bailaba por separado. Estas celebraciones incluían también el uso del huipil mazateco en la mujer que ahora prácticamente sólo pocas mujeres ancianas de la comunidad visten. IV.4 El género y la edad en la organización comunitaria Al igual que en el hogar, a nivel comunitario la división del trabajo está influenciada por el género y la edad; aun si estas categorías identitarias no son las únicas que influyen. Por ejemplo, en el espacio de la organización social y política los cargos políticos se confieren sobre la base no sólo de la condición genérica y de edad, sino también por la clase social. En las labores de la administración municipal todos los cargos y todas las regidurías están presididos por hombres, a excepción del Registro Civil, de quién es encargada principal una mujer de 28 años que es madre soltera. Este es un cargo que paga la administración municipal y que es designado de acuerdo a las redes de poder del grupo político ganador de cada trienio.

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El cargo del DIF usualmente es ocupado por las esposas de los presidentes municipales pero el presidente actual es un hombre soltero del que se dice es homosexual, así que su prima es quién preside el puesto. Tiene 27 años y está casada con un maestro con quien tiene un hijo. Las mujeres tienden a tener una participación mínima en la esfera política de la comunidad. Se les concede pocos cargos y las que ocupan los cargos en el DIF y en el Registro Civil cuentan con un nivel medio superior de estudios y reciben un pago por su trabajo. Este es un punto importante, ya que a diferencia de otras comunidades indígenas donde el sistema de cargo sigue siendo por escalafón sin recibir remuneración, en SJI los cargos oficiales reciben un sueldo que, de acuerdo a los estándares de la economía local, no es nada despreciable. El hecho que, con la excepción del DIF y el Registro Civil, las mujeres no estén contempladas en el sistema de cargos, se vuelve entonces una forma de limitar sus opciones laborales en el espacio local. Las encargadas del DIF y del Registro Civil son además las encargadas de todas las tareas asociadas a la organización política del municipio que se conciben como actividades femeninas. Por ejemplo, ellas son las que se encargan de preparar las comidas que se les brindan al personal de las dependencias gubernamentales que visitan el municipio o la de adornar el palacio municipal de acuerdo al calendario festivo. Ambas me comentaron además que tienen dificultades para que los miembros del cabildo municipal y el propio presidente valoren su trabajo y tomen en cuenta sus peticiones, como la de firmar y dar trámite a las solicitudes oficiales. Otros cargos ocupados por mujeres son el de la enfermera y los de auxiliares de salud de las localidades. Sin embargo, los puestos de trabajo de la comunidad se designan de acuerdo al género con el que se identifica a las personas socialmente y no por su condición biológica sexual. Es por ello que los hombres con preferencias homosexuales tienen cargos en espacios laborales en los cuales participan tradicionalmente sólo mujeres, como Noé que trabaja en el DIF municipal y Roberto en educación inicial. A pesar de tratarse de un municipio que se rige por el sistema de partidos políticos, su organización social también mantiene un sistema de cargos indígena en el que la figura del tequio sigue siendo una institución importante. El tequio es una práctica de las comunidades indígenas que consiste en que el trabajo en beneficio de la comunidad se realiza entre todos sus 89

miembros masculinos como una forma de reciprocidad entre las familias (Maldonado 2002). El tequio en Campana es obligatorio para todos los hombres mayores de 18 años y menores de 60 de la comunidad que cuentan con la credencial de elector. Se realiza cada semana los días sábados por la mañana. Consiste en ‘chapear’ los caminos más transitados y los terrenos comunitarios por lo que los hombres se presentan con machete en mano. Sólo algunos hombres no asisten a las labores del tequio86; entre ellos los maestros, los ganaderos y los comerciantes, quienes a cambio pagan una cuota. Esto expresa claramente una diferencia de estatus social entre los pocos hombres que pueden pagar por el tequio quedando exentos de tal tarea y el resto de la población masculina mayor de edad que asiste cada semana para trabajar en el mantenimiento de la comunidad. La figura comunitaria del tequio asimismo refleja la división del trabajo a partir del género porque sólo los hombres están obligados a tal labor. Asimismo, en la asamblea comunitaria a la que frecuentemente convoca el presidente municipal después del tequio participan sólo los hombres. En ella se tratan asuntos de interés colectivo en la comunidad como el mantenimiento de los caminos, de las escuelas y del centro de salud. Aunque en la asamblea no se abordan de manera directa temas de corte político, hay fricciones entre los hombres a causa de su adscripción al grupo político del PRI o del PRD. En la estructura social de la comunidad se mezclan entonces elementos indígenas de organización -como el tequio y la asamblea- con el caciquismo político y los aparatos políticospriistas antes y ahora también perredistas-, y se presentan grandes desigualdades entre las familias de acuerdo a sus recursos sociales y económicos. Otro de los cargos en la organización comunitaria es el del comité de salud conformado en su mayoría por mujeres titulares del programa Oportunidades. Este comité se hace cargo de diversas acciones para el sostenimiento y la infraestructura de la clínica: la limpieza de los espacios, la recaudación de fondos económicos y hasta apoya en la atención a los pacientes y el levantamiento del censo de la clínica en la comunidad. Los y las integrantes no reciben remuneración alguna; el comité opera de manera independiente a la regiduría de Salud del gobierno municipal (que sí recibe un pago por el desempeño de este cargo); de hecho, hay poco apoyo para la clínica por parte del cabildo. Más bien el comité de salud funciona como

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Evidentemente los ancianos de la comunidad están exentos del tequio, también los muchachos menores de edad siempre y cuando continúen estudiando.

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intermediario entre la administración municipal y el componente de salud del programa Oportunidades87. En Campana no existe un solo comité de padres de familia a nivel municipal, sino uno para cada una de las escuelas en los tres niveles de educación básico, secundario y medio superior. Los padres y las madres que son jefes de estos comités y que representan a todos los demás, suelen ser de familias con recursos, generalmente de maestros activos o jubilados y de comerciantes. Todos los padres y las madres de familia con hijos en la escuela tienen obligación de asistir a las reuniones convocadas por cada comité. En ellas se tratan temas variados pero principalmente cuestiones relacionadas con la cooperación económica para las necesidades y el mantenimiento de la escuela. Cada escuela cuenta con un comité de padres de familia que representa un equipo esencial para la mejora de la infraestructura escolar. Los comités escolares no tienen un vínculo importante con la regiduría de Educación del gobierno municipal. Otro comité es el de la iglesia católica conformado por 22 personas adultas que son mayordomos de los santos. Un maestro es el principal encargado del comité y sus ayudantes son jóvenes hombres y mujeres de la comunidad; ellos se encargan de abrirla todas las tardes y convocar a los feligreses. En Campana el 88% de los habitantes es de religión católica (INEGI 2005) y aunque existe el protestantismo sólo muy pocas familias practican dicha religión. Las diferentes figuras y comités de organización en la comunidad reflejan la estratificación social en la que las familias que cuentan con mayores recursos lingüísticos, políticos y económicos tienden a asumir posiciones de líderes y representantes del resto de las familias. Respecto al género, aunque las mujeres participan en tres de los comités de la organización comunitaria (el de salud, el de padres de familia de las escuelas y el de la iglesia), las mujeres están prácticamente excluidas de la participación y la distribución del poder en el cabildo municipal y en los dos bloques políticos partidistas de la comunidad. Las jóvenes que trabajan en el municipio en el DIF y en el Registro Civil fueron elegidas para esos cargos porque forman parte de las familias que detentan poder económico, prestigio social y son integrantes

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En el capítulo siguiente se detallará la organización de los grupos de titulares y del comité de vocales de Oportunidades.

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del partido político en el poder actualmente. Sin embargo, enfrentan dificultades porque los regidores y otros hombres del cabildo desvalorizan su trabajo y no les hacen caso; de hecho, ni les apoyan con los trámites necesarios para realizar las tareas sustantivas de los cargos a las que fueron asignadas. IV.5 Recreación de la juventud En cuanto al tiempo libre y la recreación de la juventud, además de los deportes y los juegos, los muchachos y las muchachas de Campana dedican parte de su tiempo libre a navegar en internet. Hay dos cibercafés, uno es el centro comunitario auspiciado por el Tecnológico de Monterrey que ya tiene por lo menos cinco años en la comunidad y el otro es un cibercafé privado de reciente creación. El cibercafé del Tecnológico cuenta con cuatro computadoras y el privado con seis. La renta de una computadora cuesta $10 la hora en ambos centros. Estos centros de internet son muy solicitados por la juventud de la comunidad. Aunque muchos de las y los muchachos usan la internet para consultar información y resolver tareas de la escuela, la gran mayoría la utilizan como medio de esparcimiento. Navegan para buscar videos musicales, páginas de entretenimiento y de artistas populares, algunos de los jóvenes varones hasta buscan pornografía. La mayor parte de la juventud cibernauta de la comunidad chatea por medio del Messenger del servidor Hotmail. Algunos chatean con desconocidos que contactan en el ciberespacio, pero casi todos lo hacen con sus amigos y familiares migrantes que se encuentran lejos de la comunidad. Incluso muchos de los noviazgos entre los adolescentes se sostienen por esta vía de comunicación cuando alguno de ellos vive en otro lugar. La presencia de los cibercafés y de la conexión a internet en la comunidad es un suceso que ha transformado de alguna manera la vida de las y los jóvenes en tanto sus opciones de esparcimiento, distracción y estudio. El ciber sustituyó a la biblioteca municipal88 como el espacio de reunión de los jóvenes y el lugar para resolver las tareas escolares. La conexión a internet ha sido una oportunidad para mantener comunicación constante con amigos(as) y novio(as) que se encuentran lejos. Sin embargo, el acceso a internet y al aprovechamiento de la información en dicha red es diferencial para la juventud de Campana puesto que son las muchachas y los muchachos de las familias con mayores ingresos económicos los que 88

La cual sigue existiendo pero es poco frecuentada por los niños y los jóvenes.

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acostumbran con mayor frecuencia llegar a estos espacios y los que pueden rentar el servicio de internet y las computadoras. Las tecnologías y los medios de comunicación han tenido gran impacto sobre las relaciones intergeneracionales y de género. La televisión y el radio son medios importantes en la vida cotidiana no sólo de los jóvenes sino de todas las familias de la comunidad. Si bien muchas de las tradiciones del pueblo se han perdido o transformado de manera considerable en los últimos años en parte a causa de la migración de la juventud hacia las ciudades, esta generación continúa siendo el motor de la comunidad que impulsa las celebraciones ligadas a la actividad religiosa. Las fiestas católicas de esta comunidad mazateca configuran un elemento esencial en la identidad de los jóvenes de Campana. El comité de la iglesia es uno de sus espacios de socialización; por ejemplo, las y los amigos y hasta las parejas de novios se citan por la tarde en la iglesia. Las fiestas religiosas del calendario católico reafirman la convivencia familiar e intracomunitaria, además de ser un espacio de recreación para los niños y los jóvenes de ambos sexos. Las peregrinaciones de casa en casa en honor a las vírgenes y a los santos son conformadas especialmente por niñas, niños, adolescentes mujeres y mujeres adultas. Año con año, las chicas de la comunidad de entre 10 y 20 años tienen una especial participación en la organización de las posadas durante el mes de diciembre. En contraste, los jóvenes varones colaboran en la fiesta del toxoó para celebrar a los difuntos, una de las expresiones culturales más importantes de toda la región mazateca. El toxoó o fiesta de día muertos en Campana se celebra del 28 de octubre al 2 de noviembre. Todas estas noches los huehuentones, o comúnmente llamados enmascarados, salen a bailar por los caminos y van visitando algunas casas acompañados de una banda de músicos. Representan a los muertos que regresan a convivir como cuando estaban vivos. Estos enmascarados son encarnados sólo por hombres jóvenes de la comunidad que comienzan a ensayar semanas antes de la fiesta. En Campana hay aproximadamente siete grupos de huehuentones organizados de acuerdo a las colonias de pertenencia (véase Fotografía 9). Los huehuentones danzan en círculo al ritmo de los sones mazatecos interpretados con la guitarra, el tambor y la vihuela de los músicos. Usan máscaras de madera o de plástico, grandes jorongos o telas que cubren sus cuerpos, como representando la piel de un animal,

y

sombreros de jonote o de palma. Estos materiales de las vestimentas varían según el grupo. En 93

la mayoría de los grupos los danzantes bailan alrededor de una figura femenina, que en realidad es un actor hombre caracterizado como mujer y corporalmente afeminado89(véase Fotografía 10). Las letras de los sones que interpretan los huehuentones refieren a cómo eran las cosas antes, cómo vivía la gente y cómo los muertos vienen a comer, a beber y a festejar como solían hacerlo cuando estaban vivos; por ello, el dinamismo en su baile. Los danzantes y músicos huehuentones consumen alcohol y comida que les ofrecen los anfitriones de las casas. Para representar a un huehuenton se tiene que bailar durante seis noches seguidas desde que empieza a oscurecer hasta gran parte de la madrugada. Además, se está comprometido a seguir bailando por siete años seguidos. Aunque la mayoría comienzan a bailar desde muy pequeñitos, hay algunos jóvenes que ya no siguen la tradición de danzar siete años seguidos, sobre todo los que han migrado y difícilmente pueden regresar para preparar su participación en el baile. Actualmente el baile y la interpretación del toxoó es un espacio exclusivamente masculino. En años anteriores algunas muchachas, principalmente de las localidades de Cerro Torito y de Cerro Chapultepec, bailaban en medio de los enmascarados. Ahora muchas de esas jóvenes se encuentran en México y ya no regresan durante la celebración de la fiesta. Cuando pregunté porque las muchachas ya no participan en la fiesta de los huehuentones, me dijeron que sólo los muchachos jóvenes son capaces de “aguantar bailar” toda la noche por tantos días seguidos. La fiesta de los huehuentones constituye una de las raíces fundamentales de la identidad de los jóvenes mazatecos en Campana. Esta celebración es un espacio únicamente para hombres jóvenes desde niños de 8 años hasta hombres de aproximadamente 30 años. Los hijos de las familias más acomodadas de maestros, de ganaderos y con parientes migrantes en la ciudad, están comprometidos con la organización y la permanencia de esta fiesta de día de muertos. Son ellos los que diseñan las máscaras que usan cuando éstas son de madera. El grupo de huehuentones más reconocido de la comunidad se ha presentado en diversos encuentros culturales a nivel nacional. Este grupo ha tratado de preservar la vestimenta original de los huehuentones: calzón de manta, jorongo o cotón, sombrero y máscaras de madera; los sones que entonan en mazateco también son los que se reconocen en la comunidad como los originales. Esto contrasta con otros grupos de huehuentones en los cuales se nota la influencia

89

En muchas ocasiones esta figura femenina es representada por un homosexual que viste y calza como una mujer, incluso usa huipil o tacones.

94

urbana en las vestimentas de los muchachos: los jorongos que deben usarse para cubrir el cuerpo han sido sustituidos por largas gabardinas negras e incluso por trajes de la policía auxiliar del D.F.; se usan máscaras de plástico o de vinil que representan a políticos famosos del acontecer nacional actual. * En este capítulo se han descrito las relaciones de parentesco y los patrones comunes de organización familiar de esta comunidad mazateca de Cerro Campana, destacando características particulares de sus hogares, como es el caso de los concubinatos poliginios. Se abordaron además el tema de las normas y las prácticas mazatecas en torno al noviazgo y al matrimonio como etapas importantes para hombres y mujeres de joven edad, así como la larga transformación durante las últimas décadas de estas prácticas culturales y de sus significados, acordes a los cambios en el modo de vida de las familias; modo de vida que ya no se sustenta esencialmente en la economía campesina. Como vimos, actualmente se permiten los noviazgos entre los y las jóvenes y hay una mayor flexibilidad para la elección de la pareja y la decisión de y cuándo contraer matrimonio, lo cual presenta un cambio profundo especialmente para las mujeres jóvenes que antes no compartían dicha libertad de decisión con sus compares masculinos. Más que en el pasado, ahora en la comunidad circula información sobre salud sexual y reproductiva y existe un mayor acceso a métodos de planificación familiar principalmente a través de la clínica local. Sin embargo, este acceso está en la práctica restringido a las mujeres que viven en pareja, casadas o en unión libre. Esto explica en gran parte el por qué, aunque la información sobre sexualidad y cómo prevenir embarazos está disponible, esto no ha evitado que se presenten embarazos no deseados entre adolescentes. Los embarazos durante la adolescencia truncan la trayectoria escolar de las jóvenes después de la secundaria, pero casi siempre afectando más a las mujeres, ya que sus parejas varones a veces pueden seguir estudiando, mientras a ellas los maestros les impiden seguir asistiendo a la escuela. Otro de los temas que se ha abordado en este capítulo es el de la división del trabajo al interior de los hogares y en la comunidad, la cual delimita las actividades y define los roles cotidianos de niños, niñas, jóvenes y adultos. Es común que las cargas de trabajo de cada miembro de la familia no se distribuyan de manera equitativa entre todos; por ejemplo, las tareas que cada hijo o hija desempeña dependen no sólo de su edad, sino también de si es niño o niña y de su 95

orden al nacer con respecto a si tiene o no hermanos mayores en la familia. En la vida actual de la comunidad la mayoría de los niños, niñas y jóvenes se dedica a estudiar por lo que la siembra, la cosecha y la pesca son actividades subvaloradas por los jóvenes a las que ni siquiera les confieren un valor como “trabajo”; en cambio, la ganadería sigue siendo considerada una actividad valiosa y deseable, principalmente porque está asociada a un estatus social más alto y porque asegura retribuciones económicas mayores. En este capítulo se ha ahondado en ejemplos etnográficos acerca de algunos patrones culturales hegemónicos de género y de generación; es decir, lo que de acuerdo a las normas colectivas prevalecientes se considera apropiado o no, característico o no, por el hecho de ser mujer u hombre, joven o adulto: sólo las mujeres echan tortilla y sólo los hombres aguantan caminar distancias largas. Las situaciones descritas buscan ilustrar actitudes, atribuciones, comportamientos y significados adquiridos cultural y socialmente que tanto mujeres como hombres reproducen y refuerzan en el sentir y actuar cotidiano de las familias y de la comunidad. Finalmente, en este capítulo he pretendido contribuir a puntualizar aspectos de la organización social y comunitaria que están pautados por el género y la edad; pero además por la clase social de los individuos. Se describieron los cargos en el cabildo municipal, especificando que quienes los ocupan son en su gran mayoría hombres. En la figura comunitaria del tequio en la que, normativamente casi todos los hombres deben participar, no siempre resulta ser así. Hay excepciones y no sólo por la edad (los menores de 18 años o los mayores de 60) sino también por el estatus social. Otras figuras de la organización de la comunidad -como los comités de salud, de padres de familia de las escuelas y de la iglesia católica- están conformados no sólo por hombres sino también por mujeres adultas, los cargos principales casi siempre son desempeñados por personas pertenecientes a los estratos socio-económicos más altos de la comunidad o con características especiales como la de ser maestros. Cabe recalcar que el desempeño de los cargos y la conformación de los comités de la organización comunitaria reflejan tanto la estratificación social de las familias como la poca o nula participación de las mujeres en los espacios de poder y de toma de decisión comunitarios. La estructura social de Campana presenta una mezcla de elementos indígenas con elementos políticos derivados de la sociedad nacional y estatal, como es el aparato político perredista – antes priista- cuya base es el caciquismo político regional. Este caciquismo político tiende a 96

reproducir y hasta profundizar las desigualdades socioeconómicas entre las familias de acuerdo a un acceso diferencial a recursos económicos, estatus social y prestigio político. El último apartado está dedicado a la participación de las y los jóvenes en las fiestas de importancia en la comunidad. Las chicas de entre 10 y 20 años tienen una especial participación en la organización de las posadas durante el mes de diciembre. En contraste, los varones de esas mismas edades colaboran en la fiesta del toxoó para celebrar a los difuntos, una muy importante celebración en toda la región del área mazateca. La celebración de las fiestas católicas y religiosas mantiene también una división del trabajo por géneros.

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Capítulo V. EL PROGRAMA OPORTUNIDADES EN SAN JOSÉ INDEPENDENCIA

V.1 Logística y organización local del programa Oportunidades En el mes de enero de 1998 comenzó la incorporación de alrededor de 70 familias (SEDESOL 2008a) de la cabecera municipal de SJI al programa Progresa, el antecesor de Oportunidades en el sexenio del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000) que brindaba transferencias monetarias para la salud, la alimentación y la educación90. El Progresa continuó ampliando sus beneficios a más familias en los bimestres de julio-agosto y noviembre-diciembre de ese año. La selección de los hogares beneficiarios se hizo a partir de un diagnóstico sobre la situación económica de las viviendas y los ingresos de las familias. Se prosiguió con la ampliación de su cobertura cada año siguiente a excepción del 2000. Es en el 2002 durante el sexenio foxista (2000-2006) cuando el programa cambia su nombre a Oportunidades y su cobertura también continuó incorporando más hogares de SJI cada año a excepción del 2004 (ibídem). En la actualidad (2008) la repartición de los recursos monetarios del Oportunidades en el municipio se lleva a cabo cada dos meses a partir de dos módulos. El módulo número uno se encuentra en Cerro Campana donde se reparten los apoyos a nueve localidades (isla Buenos Aires, Cerro Torito, Cerro Chapultepec, Tepeyac, Colonia Roma, Colonia Vidrio, Colonia Sonora, Colonia Isla y el centro) y el número dos en Cerro Clarín que también contempla a la localidad de Cerro Laguna. Estos módulos son coordinados por un representante municipal91 y el comité de Promoción Comunitaria (SEDESOL 2008d) conformado por vocales de cada localidad. La función del representante municipal es vigilar el proceso de entregas de transferencias y orientar a las familias beneficiarias, además de facilitar la comunicación con las titulares a través de los comités. Es también responsable de la logística y la seguridad pública durante la entrega de las transferencias. El cabildo municipal es la figura que designa a la persona que es representante municipal. Éste ha sido un cargo siempre presidido por hombres, a diferencia de los comités de Promoción Comunitaria de cada una de las localidades los cuales

90 Algunos de los actores locales involucrados en la aplicación del Oportunidades que entrevisté se refirieron al inicio del programa desde el año de 1996 cuando llegó el programa estatal Aula Abierta del Sistema DIF-Oaxaca, aunque operaba de manera diferente por medio de la creación de una cocina comunitaria para alimentar a los niños y a las niñas en edad preescolar y escolar. 91 Aunque este es el nombre actual de este cargo, toda la gente le sigue llamando enlace municipal.

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se conforman por cuatro mujeres vocales: una de vigilancia, una de educación, otra de salud y otra de alimentación. A partir de la información del conteo del INEGI (2005) se presentan datos acerca de la población y su distribución según número y tipo de hogares en la cabecera municipal de SJI, junto con el número total de beneficiarias de acuerdo al padrón oficial del programa Oportunidades: Cuadro 6. San José Independencia, Cabecera municipal Población total, número y tipo de hogares y número de beneficiarias Localidad Centro Sonora

Población Total*

Titulares de Oportunidades

Total de Hogares*

Hogares con jefatura masculina*

Hogares con jefatura femenina*

846

12492

193

154

39

120

22

29

21

8

33

27

6

Morelos (Cerro de Vidrio) Roma (Agua Azul) Isla San José Total centro y colonias

28

94 187

3093

30 38

21 30

9 8

1370

23494

323

253

70

Total municipal

3689

731

123 30

830 684 146 Fuente: Elaboración propia a partir de *Conteo INEGI 2005 y **Padrón de Beneficiarias de Oportunidades (SEDESOL 2008a)

Este cuadro nos indica que en el municipio 88.1% de los hogares95 cuentan con el apoyo de Oportunidades, mientras que en la cabecera municipal 235 de los 323 hogares son beneficiarios, lo que equivale al 72.7 % de los hogares96. He revisado el padrón del municipio en varios bimestres del año 2008, pero aunque hubo algunas bajas y altas continúan siendo 235 los hogares beneficiarios de Oportunidades. Al respecto, el anterior representante municipal afirmó que en 2007 en todo el municipio las titulares eran más pero actualmente son alrededor de 700 porque muchas se dieron de baja principalmente a causa de la migración. Las reglas de operación de Oportunidades establecen que con tres ocasiones en las que la titular no se

92

127 según mis registros de trabajo de campo. 28 según mis registros. 94 Lo que da un total de 235 de acuerdo a mis registros. 95 Porcentaje menor de lo que nos esperábamos para un municipio de alto grado de marginación y bajo IDH (Índice de Desarrollo Humano) en Oaxaca. 96 Lo que refleja que en la cabecera municipal hay menos pobres y más estratificación socioeconómica que en el resto del municipio. 93

99

presenta para recibir el apoyo económico, ese hogar automáticamente pierde el derecho al programa y se le da de baja. Cuadro 7. Cerro Campana, San José Independencia Población total, número y tipo de hogares y número de beneficiarias Localidad Centro Sonora Isla San José Total Campana Total municipal

Población Total*

Total de Hogares*

846 120 187 1153

Titulares de Oport.** 127 23 28 178

193 29 38 260

Hogares jefatura masculina* 154 21 30 205

Hogares jefatura femenina* 39 8 8 55

% de hogares beneficiarios 65.8 79.3 73.6 68.4

3689

731

830

684

146

88

Fuente: Elaboración propia a partir de *Conteo del INEGI 2005 e **Información de campo

De los 260 hogares del centro de la cabecera municipal (Campana) el 68% de ellos, equivalente a 178 titulares, cuentan con el apoyo del programa Oportunidades; recientemente97 con la ampliación del programa se incorporaron a seis nuevas titulares en el centro. Este porcentaje es mucho más bajo que el total municipal porque es en Cerro Campana donde se concentran los principales ingresos económicos derivados del comercio, los servicios y la labor docente. Respecto a la distribución genérica en los grupos de titulares, del total de 178 sólo 11 son hombres lo que significa que el 93% de las titulares son mujeres. Los titulares hombres son en su mayoría solteros en edad adulta o avanzada que no viven en familia, motivo por el cual fueron incorporados al programa. A toda titular de Oportunidades se le brinda un apoyo alimentario de $390 y $100 para el pago de la luz cada dos meses, lo que establece un monto mínimo de $490 al bimestre (SEDESOL 2008a). De acuerdo a las reglas del programa, en caso de que las titulares no correspondan a las obligaciones del programa de asistir a las pláticas de salud y a la cita médica amerita que dicho monto mínimo se reduzca a la mitad. A nivel municipal, este monto también se reduce cuando las titulares no acuden al tequio para la limpieza de las calles del centro y de la clínica. En SJI ninguna titular recibe el apoyo para los adultos mayores porque en el municipio está presente el Programa 70 y más, pero sí hay titulares de edad avanzada.

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En noviembre de 2008, durante el trabajo de campo de esta investigación.

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Cuadro 8. Titulares y apoyos recibidos, Cerro Campana Localidad

Centro Sonora Isla San José Total Cerro Campana

Titulares de Oportunidades 124 22 30 179

Titulares sólo Titulares con con apoyo de becas alimentación y educativas energético 57 67 12 10 16 14 82 91 Fuente: Elaboración propia a partir de Padrón de Beneficiarias de Oportunidades (SEDESOL 2008a)

En Cerro Campana un poco más de la mitad de las titulares reciben apoyos económicos para la educación de sus hijos e hijas, estos montos varían según el sexo del alumno y el grado escolar que cursa. En la primaria el apoyo por bimestre para niñas y niños es de $260 en tercer grado, $300 en cuarto, $390 en quinto y $520 en sexto. En la secundaria los montos de las becas tienen un monto diferenciado acorde al sexo del becario: en primer grado es de $800 para las mujeres y de $750 para los hombres, en segundo grado de $880 y de $800 y en tercer grado es de $970 y $840 respectivamente. De igual forma sucede con las becas para la educación media superior que son de $1,460 para las jóvenes y de $1,270 para los jóvenes en primer año, de $1,550 y $1,360 respectivamente en segundo año y, por último, de $1,650 y $1,440 en tercer año. Los montos educativos mínimos en la cabecera municipal son de $260, $300 y de $390 al bimestre. El máximo monto por familia es de $2,805 al bimestre (SEDESOL 2008a); se trata de una titular que además de recibir las becas educativas de sus hijos también recibe las de sus sobrinos. Encontré algunos otros casos como el anterior de familias extensas en las que es común que las abuelas o las tías sean titulares de las becas educativas de sus sobrinos o nietos. La mayor parte de estas familias son extensas a causa de la alta expulsión de migrantes. En otras familias las madres no están de acuerdo con las exigencias que establece el programa como la de asistir a las pláticas o hacer la labor de limpieza en el espacio comunitario, entonces prefieren registrar a sus hijos con una pariente cercana, para que esta mujer quede como la titular de las becas y cumpla las corresponsabilidades de Oportunidades.

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La encargada de la oficina municipal del registro civil me informó que en los últimos meses del año (2008) se habían expedido muchas cartas de adopción porque hay madres de familia que deciden registrar a sus hijos como si fueran dados en adopción para que el trámite de Oportunidades sea más sencillo. La adopción sólo existe en papel porque en realidad los niños continúan viviendo con sus padres. Esto también sucede en familias con mayores recursos económicos que con el fin de obtener becas para sus hijos, hacen que ellos se registren como hijos de otra mujer98. La organización de la información y los registros del programa se concretan a partir de dos tipos de formatos en los rubros de salud y educación: el S1 que registra la asistencia a los servicios de salud y la entrega de apoyos alimenticios, el E1 en el que se contabiliza la asistencia de los becarios a la primaria y a la secundaria y el EMS1 que corresponde a nivel bachillerato. Se cuenta también con el componente “Jóvenes con Oportunidades”, en el que las y los jóvenes egresados de educación media superior van acumulando un ahorro que pueden cobrar una vez que han pasado dos años desde su salida escolar. El día de entrega de las transferencias monetarias llegan a la cabecera municipal las titulares de las cuatro colonias y también de las localidades de Buenos Aires, Torito, Tepeyac y Chapultepec. Un promotor social del programa que viene de Tuxtepec informa a todas las titulares sobre el apoyo que están recibiendo y su adecuado uso a partir de las exigencias del programa (véase Fotografía 11). El dinero es entregado primero a las mujeres que vienen de las localidades más alejadas y al final a las de la cabecera municipal. Las señoras se forman en una fila y van pasando a la mesa de atención una por una cuando pronuncian su nombre, entonces pasan a recibir el apoyo presentando su credencial de elector y su planilla de etiquetas (hologramas). Acto seguido, se les entrega un sobre con el dinero y se les pide que firmen una hoja. En caso de que la titular se encuentre ausente por motivos de salud debe presentar un certificado médico para poder cobrar su dinero la siguiente ocasión. El día del “pago de Oportunidades”, como le llama mucha gente a la entrega de las transferencias, se instala un gran mercado en el cual se vende una variedad de comida que

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Sucede en las familias de maestros y ganaderos. El hijo de una maestra, que es directora de la primaria en otra localidad, es uno de los becarios recientemente incorporados al programa siendo titular del apoyo su tía abuela.

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normalmente no se consume en la comunidad, además de los antojitos locales también se pueden encontrar pan de Huautla, pollo rostizado, aguas de sabores y helados. Se tienden muchos puestos de ropa, zapatos y artículos baratos- en su mayoría de mala calidad- de importación china: recipientes de plástico, chanclas, despertadores, cosméticos y otros accesorios de belleza, plumas y artículos de papelería. También hay puestos de música y películas piratas. La mayoría de los vendedores de este tianguis provienen de Tenango y de Cabeza de Tilpan, localidades cercanas a esta cabecera municipal (véase Fotografía 12). V.1.1 Las vocales De acuerdo al reglamento de Oportunidades las vocales de vigilancia, salud, educación y nutrición del programa son elegidas entre todas las titulares en una asamblea convocada por el programa, de este modo se forma el comité de promoción comunitaria99. En Cerro Campana este comité ha cambiado aproximadamente cada cuatro años. De acuerdo a las reglas del programa, el comité de Promoción Comunitaria tiene una vigencia de tres años y su renovación puede realizarse como máximo a los cinco años, a partir de su conformación (SEDESOL, 2008d:25) Muchas de las titulares se resisten a ocupar el cargo de vocales pues saben que representa tiempo, trabajo y dedicación fuera de casa, y de por sí ya tienen pesadas cargas de trabajo en sus hogares. Las vocales son las que se encargan de ayudar al personal de la clínica y de las escuelas en el llenado de los formatos de salud y de educación, de brindar información y asesoría a todas las titulares, de organizar las reuniones y de avisar sobre las fechas de las pláticas. Se relacionan con el representante municipal del programa en el cabildo municipal, con el médico, la enfermera y el comité de la clínica y con los Responsables de Capacitación Comunitaria de Oaxaca (RECCO)100 del programa a nivel regional; desde 2007, estos últimos 99

Los requisitos y recomendaciones que establece el programa para ser vocal son: “Requisitos: ser titular de una familia beneficiaria activa del programa; ser mayor de 15 años; ser residente de la comunidad; estar dispuesta a colaborar voluntariamente en el desarrollo de la propia comunidad sin recibir remuneración económica; no participar activamente en apoyo de algún partido político o candidato a puesto de elección popular, y para el caso de la vocal de nutrición, deberá ser madre de familia. Recomendaciones: preferentemente ser mujer; preferentemente saber leer y escribir; tener reconocimiento entre los habitantes de la comunidad, y tener capacidad para conciliar opiniones y resolver conflictos que puedan presentarse durante la operación del programa.” (SEDESOL, 2008d: 24). 100 En Oaxaca hay 18 RECCO´s [entrevista con Aitza Miroslava Calixto, del Departamento de Salud de la Coordinación Estatal de Oportunidades].

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son los encargados de brindar “talleres” de capacitación a las vocales cada dos meses. Las vocales, a su vez, tienen la obligación de replicarlos con las titulares. Otra de las tareas de las vocales es la de realizar visitas domiciliarias con el fin de comprobar que los hogares beneficiarios cumplan con los elementos básicos de saneamiento: “les decimos eso de que chapeen la casa o pongan a hervir agua”, me dijo la vocal actual encargada de la salud. La vocal de vigilancia, en efecto, se encarga de “vigilar” que todas las titulares cumplan las condicionalidades del programa: “les vamos a poner falta, solamente así porque no entienden las señoras”, me aseguró ella misma. Las otras tres vocales que llevan el registro de la asistencia en su grupo correspondiente opinan algo similar. Aunque las reglas de operación de Oportunidades no destacan ninguna diferencia entre las vocales, las vocales de vigilancia suelen estar mejor posicionadas que las otras porque deben controlar que los recursos del programa no se desvíen para cuestiones políticas101. En Campana la vocal de vigilancia tiene mucho mayor poder en el proceso de coordinación y de vigilancia de los apoyos del programa. “Ella es la jefa”, me aseguró la vocal de salud. Es la encargada de tomar la palabra cuando se convoca a todas las titulares, así como mediadora entre el grupo de titulares y las autoridades municipales para el préstamo de las instalaciones del salón social donde tienen lugar las pláticas de esta comunidad. Se trata de una mujer bilingüe, desenvuelta y que disfruta de organizar los eventos del programa para las titulares. Ella mismo me dijo que le gusta mucho su trabajo como vocal porque le gusta platicar con las mujeres y ha aprendido a hablar en público y a preguntar cuando tiene dudas. Cada una de las vocales proviene de familias con situaciones particulares. La vocal de vigilancia es de una familia de comerciantes de las más pudientes en Cerro Campana, quiénes han sido los principales distribuidores de cerveza en la comunidad, además de que tienen tierras para el ganado. Ella, su esposo y sus hijos viven en casa de su padre quien fuera presidente municipal durante los años ochenta. La vocal de educación también desciende de una familia de la élite local compuesta por comerciantes y maestros jóvenes. Las hijas de la vocal encargada del componente de salud son maestras en la primaria. La familia de la vocal de nutrición no pertenece a la élite de la comunidad pero tampoco es de las más empobrecidas.

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Entrevista con Aitza Miroslava Calixto.

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Vale la pena profundizar en el tema del “empoderamiento” para las mujeres, ya que es una de las estrategias declaradas del programa Oportunidades. Con empoderamiento102 me refiero a “un proceso mediante el cual las personas sin poder obtienen una mayor medida de control sobre recursos y procesos de decisión” (Vázquez, 2008: 153). En este sentido, son las vocales especialmente las que se han beneficiado más. El hecho de desempeñar un cargo de vocal contribuye a que las mujeres ejerzan tareas, tomen decisiones y realicen acciones en el espacio comunitario en el cual anteriormente no estaban acostumbradas a moverse; así como que tengan acceso a recursos que tradicionalmente les han sido negados. En Campana la mayoría de las mujeres no habla fácilmente ante un público, y menos en español. Incluso a las vocales les cuesta trabajo tener que hablar de frente al grupo de titulares, a pesar de que todas ellas son bilingües. Dominar oralmente el español es importante para poder cubrir las tareas del cargo con mayor facilidad, de hecho el programa oficialmente recomienda que las vocales sepan leer y escribir, lo cual se traduce de manera automática en “leer y escribir en español”, ya que las lenguas indígenas en casi todos los casos son de tradición oral. En otras palabras, el programa fomenta que, en localidades indígenas, el cargo de vocales lo desempeñen aquellas mujeres que han tenido una mayor oportunidad de aprender el español y de tener cierto grado de escolaridad. Estas mujeres tienden naturalmente a pertenecer a las familias más pudientes de la localidad, sobre todo en municipios de muy alta marginación como SJI. La contribución de las mujeres como vocales representa mayor carga de trabajo aunque también implica desarrollar una mayor capacidad en las toma de decisiones, así como adquirir prestigio y visibilidad. Las vocales han desarrollado cierto poder e influencia al interior de las comunidades y entre los grupos de titulares creando tensiones y contradicciones en el proceso porque se trata de un poder centralizado en ellas mismas como vocales y con poco margen de maniobra para el resto de las titulares. Lo encontrado en SJI corresponde a la observación de una de las últimas evaluaciones cualitativas del programa a nivel nacional: “Las vocales –al igual que las antiguas promotoras- acumulan poder que, muchas veces, lleva a la acumulación de recursos económicos, sociales y políticos y al aprovechamiento de oportunidades para su propio beneficio y el de sus parientes y allegados” (González de la Rocha, 2009a, 78).

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Véase otros autores que tratan el tema de empoderamiento: (Adato et. al., 2000: 82), (Cazés, 2005: 116) y (Quintero, 2007: 53).

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En Campana las vocales tienen un poder legítimo desde su cargo para llamar la atención a las otras mujeres y lo usan en situaciones específicas, como cuando las titulares son renuentes a cumplir servicios en la clínica o a mantener limpio su hogar. Estas vocales de la cabecera municipal son las que controlan la información de Oportunidades lo que dificulta que los recursos y beneficios del programa lleguen de igual modo a las colonias y a otras localidades del municipio; por ejemplo, ellas son las primeras en enterarse del día en que llegan los apoyos económicos o cuando se van a realizar cursos de capacitación. En este sentido se reproduce una estructura de poder entre la cabecera municipal y las localidades, así como entre el centro y sus colonias en donde las primeras están en una posición hegemónica con respecto a las segundas. El posible empoderamiento de las vocales de Oportunidades en la comunidad es relativo porque existen mecanismos de contra-empoderamiento como el chisme que funciona a manera de control social sobre y entre las mujeres. Como nos recuerda Vásquez, “los chismes sobre el comportamiento femenino que llegan a oídos de los maridos conducen a constantes acusaciones de parte de éstos. Dichas acusaciones son una forma de etiquetar y estigmatizar a las mujeres y constituyen sólo una parte de los diversos actos de violencia que los hombres ejercen en contra de ellas.” (Vázquez, 2008: 158). En Campana esto funciona para limitar el poder que algunas mujeres detentan frente a otras, como es precisamente el caso de las vocales de Oportunidades. La vocal de vigilancia, que es la que cuenta con mayor poder de palabra y de acción, ha tenido dificultades con su esposo a causa de chismes que hombres y mujeres circulan diciendo que ella mantiene una relación amorosa con el representante municipal, con quien tiene que trabajar en conjunto para la organización de los pagos y los trámites del programa. Ella misma me contó que le gusta mucho ser vocal de Oportunidades y que nunca le había traído problemas pero que últimamente su marido toma mucho alcohol y se ha vuelto más celoso. El ser vocal entonces, contribuye a que estas mujeres tengan poder de decisión y adquieran una mayor autonomía en espacios públicos así como a que establezcan relaciones sociales y de trabajo con otras personas, entre ellas hombres, por lo que esto a su vez puede ocasionar conflictos en el ámbito doméstico, principalmente con el esposo. El empoderamiento de las vocales es relativo también cuando en sus familias ellas son las únicas que realmente aportan económicamente al sustento del hogar, por lo que el cargo de 106

vocal se les añade a una carga de trabajo ya de por sí considerable. Por ejemplo, el esposo de la vocal de salud, quien tiene buenas condiciones de salud y mucho tiempo libre, no trabaja y no ayuda con aportaciones económicas para el hogar, por lo que la señora se dedica arduamente a coser ropa para vender. Sus hijas que son maestras también colaboran para los gastos de la casa. En su caso, el ser vocal le representa más bien una triple carga de trabajo lo cual no le permite precisamente vivirlo como un espacio de empoderamiento. Durante mi trabajo de campo identifiqué a quienes habían sido vocales de Oportunidades en años anteriores en la comunidad y pude presenciar la asamblea que se convocó para la elección de las nuevas vocales. Esto me permite ahora puntualizar los criterios de elección para ese cargo en esta comunidad caracterizada por una organización social con base indígena, fusionada con cacicazgos reforzados por la presencia de partidos políticos. Generalmente se eligen a esos cargos mujeres de las familias de la élite local que cuentan con mayores recursos no sólo económicos sino también sociales como es el prestigio y el dominio del español. Este criterio de elección reproduce la estratificación social al interior de la comunidad evidenciando y profundizando desigualdades ya existentes entre las familias, aunque su lógica es bastante funcional para los objetivos que establece el programa. La funcionalidad deriva de que las vocales deben representar a las demás titulares y fungir como líderes en la organización del grupo, una condición posible cuando son bilingües y tienen acceso a recursos económicos, políticos y socioculturales por sus familias de pertenencia. Asimismo se proponen como vocales a titulares que reciben los mayores montos en becas educativas por tener un buen número de hijos e hijas en edad escolar, sobre todo a nivel telesecundaria y bachillerato. Estos suelen haber sido becarios desde la primaria lo que significa que sus familias han sido beneficiarias por muchos años. En el espacio comunitario se considera que son las titulares de estas familias las que le “deben” al programa y por eso son elegidas para cumplir el cargo de vocal, reproduciendo y reforzando de alguna manera uno de los principios básicos de la comunalidad indígena (Maldonado 2002) que es la reciprocidad. Cada uno de los miembros de una comunidad tiene derechos pero también obligaciones que cumplir. Una comunidad india no es sólo un conjunto de familias que crean redes sociales y comparten una cultura, sino que está formada por personas que de diferentes formas establecidas expresan mediante trabajo gratuito y reciprocidad su deseo de ser parte de esa 107

colectividad (ibid, pág. 8). Los cargos de vocales son servicios gratuitos que contribuyen a las relaciones sociales colectivas de la comunidad, en el caso de Campana, con formas particulares dentro del innegable caciquismo local. Todas las vocales que han pasado por el programa tienen cargas de trabajo propias del hogar desempeñando su papel tradicional de madre y esposa; sin embargo, se presentan diferencias importantes entre las vocales de acuerdo al nivel socioeconómico de cada familia de pertenencia. Las mujeres de familias más pobres o con muchos hijos pequeños suelen tener mayor carga de trabajo que otras que tienen hijos migrantes que envían remesas de manera regular. De acuerdo a lo que me platicaron las vocales, su opinión respecto al programa es ambigua: por un lado les gusta lo que hacen en el cargo pero por otro se quejan de la carga de trabajo, aunque las tareas se repartan entre todas. Son las que tienen hijos pequeños las que deben trabajar más y tienen mayores dificultades para cumplir con sus tareas domésticas y de crianza de los hijos y, al mismo tiempo, desempeñar el cargo. El programa opera entonces insertándose entre y sobre las redes sociales establecidas entre familias y al interior de la estructura social de la comunidad reproduciendo las diferencias entre los estratos socioeconómicos y el estatus social; además tiende a aumentar las cargas de trabajo de algunas familias en situaciones más desventajosas. Aunque Oportunidades ha visibilizado a las mujeres asegurando un ingreso económico para sus hogares obligándolas a cumplir los compromisos estipulados por el programa y organizándolas en grupos, así como empoderando hasta cierto punto a las vocales en el espacio público, sus acciones inciden poco en crear espacios de independencia y autonomía para las titulares porque no ha transformado de fondo las relaciones de poder y de desigualdad entre hombres y mujeres, y entre las familias de la comunidad. El programa brinda recursos sociales y poder de decisión a las vocales, las cuales han así ganado espacios en el ámbito público que antes no tenían a pesar de provenir de situaciones familiares y personales más aventajadas que otras mujeres. Sin embargo, estos logros son contrarrestados por los mecanismos prevalecientes de control y coerción que se ejercen hacia las mujeres como son la violencia y el chisme tan frecuentes en la comunidad. Estos mecanismos reproducen el control masculino sobre el cuerpo y la vida de las mujeres; mecanismos de los que ellas mismas son también cómplices, siendo las primeras en 108

reproducirlos, profundizando con su comportamiento y valores dichas desigualdades de género. V.2 Las pláticas de salud En la cabecera municipal las pláticas de Oportunidades se organizan en siete diferentes grupos, cada uno con 25 titulares en promedio. Estos grupos se organizan dependiendo del origen de las titulares, si residen en el centro o en las colonias Sonora e Isla San José. Otro criterio para ubicar a las señoras en los grupos es el año de su incorporación al programa. A cada vocal -de vigilancia, de salud, de nutrición y de educación- le toca coordinar un grupo de Campana cada una, mientras que los otros dos de la colonia Sonora y de la isla San José tienen sus propias vocales. Generalmente las pláticas se llevan a cabo en el salón social del centro del municipio o en un pequeño espacio afuera de la clínica. Las titulares acuden con su cartilla de salud y una escoba en la mano. Cada titular tiene que sacar una silla de la bodega de la clínica y llevarla hasta el salón de la comunidad. El primer paso en todas las pláticas es el pase de lista de las titulares y el registro de asistencia por medio de la entrega de sus cartillas. Este pase de lista lo realiza la enfermera o la vocal de vigilancia, quienes firman cada una de las cartillas en la fecha de la plática. Durante las pláticas, las señoras ocupan las sillas mientras que los pocos titulares hombres se sientan aparte o se quedan parados, recargados en los postes del salón. En estas reuniones siempre se hablan el mazateco y el español porque tanto las vocales como la enfermera dominan ambas lenguas. El médico comunica a las titulares en español y la enfermera traduce al mazateco para aquellas, sobre todo las de mayor edad, que no comprenden bien. En estas pláticas y en las consultas la enfermera es mediadora cultural y lingüísticamente entre las beneficiarias y el médico. Cuando la plática de salud termina todas las titulares salen a barrer las calles del centro del municipio dividiéndose en grupos para cubrir los diferentes tramos. Después, devuelven las sillas a la bodega de la clínica y retornan a sus casas. Nunca vi a ningún titular hombre realizar esta actividad de barrer, en parte porque a las y los titulares de edad avanzada no se les exige esta tarea, pero también porque estas corresponsabilidades del programa, corresponsabilidad que no es parte de las reglas de operación sino es impuesta por los agentes que operan el 109

programa en el espacio local, siguen reproduciendo los roles tradicionales de género en los que las mujeres se encargan de la limpieza dentro y fuera del hogar. Las pláticas tienen lugar cada mes y tratan diversos temas como saneamiento básico, salud reproductiva, higiene para la familia y planificación familiar. Durante mi estancia en la comunidad me tocó presenciar pláticas sobre el virus del papiloma humano y su relación con el cáncer cervicouterino, así como también sobre la amenaza del dengue en la zona de la mazateca baja. Ramona, titular del programa desde 1999, me contó que cuando el programa inició en el municipio con el nombre de Progresa el contenido de las pláticas se elaboraba a partir de 25 temas del paquete básico de salud; me mostró estos folletos que conserva bien guardados en su casa. A pesar de que esos 25 temas se han llegado a repetir año tras año en subsecuentes pláticas, muchas de las titulares no comprenden o no toman en cuenta los contenidos y las recomendaciones para promover la salud. Ramona me confesó que a veces no se acuerda de los temas y que en general “no se les graban en la cabeza a las señoras”. Esta madre de familia también me contó que su primer pago lo recibió hasta un año después de haber acudido a las pláticas la primera vez. La enfermera registra las inasistencias a las pláticas, mismas que ameritan una baja temporal o definitiva del programa. En caso de enfermedad, la titular puede justificar la falta con un papel de la clínica. Sin embargo, a decir del doctor, esto se ha prestado a chismes y confusiones entre las titulares porque siempre están pendientes entre ellas si alguna llega a faltar así como del motivo de su ausencia. Las sanciones oficiales del programa y las socialmente estipuladas en la comunidad se ejercen entonces entre las propias mujeres. La nueva modalidad del programa Oportunidades en educación para la salud –que se ha intentado desde el año de 2005103 son los “talleres” que las vocales reciben por parte de los RECCO´s en los cuales, por un lado, se procura una mayor participación de las vocales y las titulares en el desarrollo de los contenidos y, por otro, se quiere lograr que toda la familia asista a la plática. En Campana las vocales impartieron por primera vez a los siete grupos de titulares104 uno de estos talleres en el que se informó de varias temáticas: los teléfonos donde

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Entrevista con Aitza Miroslava Calixto. En noviembre de 2008.

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hacer quejas y denuncias sobre la aplicación de Oportunidades en la comunidad y la importancia de las estufas ahorradoras de leña para el cuidado del medio ambiente. En este taller las vocales organizaron una dinámica con todas las titulares que consistía en que cerraran los ojos y se concentraran en retornar a un momento bello de su niñez; después se les pedía que dibujaran una flor en una hoja de papel donde cada pétalo representara una cosa importante en su vida. Me parece que esta dinámica fue recibida de manera diferenciada por las mujeres que asistieron. En todos los grupos las mujeres de edades más avanzadas se apenaron visiblemente mientras que a las otras les pareció gustar bastante llevar la dinámica cabo. Sin embargo, noté que la mayoría de las titulares no entendieron o no llevaron a cabo todas las indicaciones de la dinámica, sólo dibujaron una flor sin escribir nada sobre cada pétalo. Es probable que muchas no lo hicieron porque no saben escribir español o no se sentían seguras de cómo hacerlo por su poco conocimiento de escritura en esta lengua o simplemente porque no le encontraron sentido a la tarea solicitada. No obstante el cambio de nombre a “talleres” continúan asistiendo solo las titulares mujeres. Los hombres, a excepción de los pocos que son titulares, no participan en nada que tenga que ver con las corresponsabilidades del programa Oportunidades, más allá de asistir a su cita médica anual. Solo se dan casos singulares en los que los hombres acuden a pláticas en lugar de sus esposas, cuando ellas no pueden asistir por algún motivo específico. Por otra parte, las pláticas de salud brindadas por el personal de salud de la clínica de SJI como parte del programa Oportunidades no siempre brindan información precisa y útil que ayude a las mujeres en la prevención de enfermedades y en mejorar su calidad de vida. Además, estas pláticas siguen teniendo un nulo contenido de equidad de género, uno de los supuestos componentes principales del programa. Asisten a ellas las mujeres lo cual sugiere que son sólo ellas las encargadas de y obligadas a procurar la salud de la familia, mientras que los varones siguen estando exentos de dicha responsabilidad. Esta es una de mis mayores críticas a la falta de operatividad del componente de género del programa Oportunidades: debería incorporar educación y sensibilización de género para las y los prestadores de los servicios de salud, como son médicos, enfermeras y auxiliares de salud, así como maestros y directores de escuelas porque todos ellos, independientemente de que sean hombres o mujeres, usualmente tienden a reforzar los patrones y los roles tradicionales

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de género, e incluso muestran actitudes de discriminación hacia las mujeres por el solo hecho de serlo.

Las pláticas de salud del programa Oportunidades para las y los adolescentes son prácticamente inexistentes en la comunidad105. Esto se debe en gran parte a que no hay una buena comunicación entre los maestros del IEBO y el personal de la clínica, y a que el médico ha optado por la proyección de videos en lugar de preparar pláticas para los jóvenes. Unas becarias de la telesecundaria me comentaron que sólo una vez han recibido pláticas sobre “la drogadicción, el alcoholismo, los medios [sic] anticonceptivos y los riesgos de los embarazos en adolescentes.” Una exbecaria me contó que el doctor les pasaba videos sobre temas como sexualidad y planificación familiar; esto dependía de que hubiera luz en el IEBO cuando el doctor les visitaba por lo que las pláticas a lo máximo llegaban a realizarse una vez cada seis meses. A ella y a sus compañeros de clase en la escuela les tocó recibir pláticas de sus mismas compañeras puesto que en una ocasión tres muchachas fueron a Tuxtepec a un curso y regresaron a difundir la información entre los demás alumnos. V.3 Salud sexual y reproductiva para las beneficiarias El total de mujeres en edad reproductiva, de 12 a 49 años, que registra la clínica de acuerdo a la población de su cobertura en la cabecera municipal es de 307. De estas mujeres sólo alrededor del 30% usa algún método de planificación familiar, la clínica registra 80 mujeres casadas que no planifican y un total de 98 que sí recurren a algún método anticonceptivo: Cuadro 9. Usuarias de planificación familiar de 12 a 49 años Planifican con pastillas (hormonales) 0 Planifican con dispositivo (DIU) 34 Planifican con inyectables 3 Implante subdérmico 0 Mujeres con salpingoclasia 60 Histerectomía 1 Fuente: Programa IMSS-Oportunidades TC1 Operación normal 2008, UMR de San José Independencia 105 Cabe mencionar que aparte de las platicas del programa Oportunidades, una becaria me informó de unas pláticas llamadas “reencuentro juvenil” que alguna vez impartieron doctores que venían de fuera a los estudiantes de los IEBOS de Campana y de Clarín. En dichas pláticas se trataron temas como el de la prevención para las infecciones de transmisión sexual.

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Prueba del Papanicolaou y visualización cervical Dentro del programa IMSS-Oportunidades existe la recomendación de que todas las titulares de entre 35 a 64 años se realicen la prueba del Papanicolaou. La enfermera me confirmó que la meta del IMSS en las tres localidades del municipio dentro de su cobertura establecía la realización de 358 pruebas en 2008 para detectar un probable cáncer cervicouterino, no obstante sólo se lograron tomar 179 muestras. Las muestras citológicas fueron tomadas por un médico de Tuxtepec porque las mujeres nunca han permitido que las haga el doctor de la clínica ya que él ha convivido con ellas de manera cercana desde hace varios años. Como en muchas comunidades indígenas, las mazatecas suelen resistirse a la revisión de las partes íntimas de su cuerpo, especialmente por parte de un médico varón que está activamente involucrado en las relaciones sociales comunitarias de manera cotidiana ya que vive en la localidad. Por ello se ha recurrido siempre a un médico externo. Para lograr que las señoras se animaran a tomar la prueba, el personal de la clínica de Campana decidió -en contra de las reglas de operación del programa- condicionar el dinero de Oportunidades con esta prueba; se les dijo a las titulares que las que no se hicieran el Papanicolaou tendrían una baja de apoyos en el bimestre correspondiente. También se les explicó que los resultados de la prueba son confidenciales y en caso de resultar anormales se le informaría a la titular directamente en su casa. Para cumplir con las metas del programa, en la cínica local del MSS-Oportunidades es práctica común aprovechar la condicionalidad de los apoyos económicos que reciben las familias beneficiarias del Oportunidades y el poder que el personal de salud tiene como encargado de registrar las asistencias a pláticas y consultas. Este tipo de presión va en contra de las reglas de operación del programa Oportunidades, pero el personal lo aplica porque el IMSS tiene sus propias metas que cumplir. Se trata de mecanismos de control y de abuso de poder hacia las mujeres de la comunidad que deberían tener decisión propia sobre los exámenes a tomarse para el cuidado de su salud. En este sentido, se presenta un fenómeno de negociación forzado entre los patrones culturales predominantes en la comunidad sobre la intimidad del cuerpo femenino y la necesidad de someterse a la prueba para no dejar de recibir el apoyo de Oportunidades.

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Una de las grandes deficiencias de las acciones de la clínica en materia de salud sexual y reproductiva es que las mujeres no cuentan con información pertinente sobre los servicios y los exámenes que no sólo se les recomiendan sino se les exigen. Aunque todas las titulares saben que es necesario hacerse el Papanicolaou, muchas no saben para qué y no se atreven a hacérselo porque no saben en qué consiste, o porque están temerosas de sentir dolor. Sirva una anécdota de mi trabajo de campo para ilustrar esta afirmación: durante la larga espera afuera de la clínica para poder pasar a su toma del Papanicolaou platiqué con un par de mujeres quienes estaban temerosas sobre la prueba. Me dijeron que no sabían cómo era. Les expliqué que el procedimiento no es doloroso y además es muy sencillo porque el doctor sólo toma una pequeña muestra. Días después, otra señora me contó que varias mujeres andaban preguntando si yo era casada porque no se explicaban cómo es que sabía en qué consiste esa prueba. Este cuestionamiento sobre mi estado civil, en forma de chisme en la comunidad, está relacionado con la creencia de que la muestra del Papanicolaou es sólo para mujeres casadas o con hijos. No se sabe que se trata de una prueba que deben realizarse todas las mujeres mayores de 18 años que tengan o hayan tenido relaciones sexuales y no solamente las mujeres que han tenido hijos. Este chisme también refleja la concepción prevaleciente en la comunidad de que solo las mujeres casadas y con hijos son las que mantienen relaciones sexuales y alude a la concepción comunitaria de que las no casadas no deberían tener una vida sexual activa. En muchas ocasiones el personal de la clínica tiende a no brindar información adecuada y oportuna sobre cuestiones que tengan que ver con la salud sexual y reproductiva. Esta es una problemática que rebasa a la población de mujeres beneficiarias de Oportunidades y que toca también a mujeres que no reciben los apoyos del programa, en su mayoría, personas que están en mejores condiciones sociales y económicas que las demás. La falta o el mal manejo de la información es un problema generalizado que incluye al personal médico, el cual, más allá de tener acceso a conocimientos médicos sobre la sexualidad humana, comparte, reproduce y refuerza los valores prevalecientes sobre el comportamiento normativo en torno a la sexualidad al que tendrían que sujetarse las mujeres. Vale recordar que esta conceptualización normativa de cómo y cuándo ejercer la sexualidad femenina es compartida y reforzada por el médico varón al igual que la enfermera mujer.

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Aunado a lo anterior, la mayoría de las mujeres temen a las exploraciones médicas y tienen cierta resistencia a la revisión de sus partes íntimas. Al parecer, se comparten creencias alrededor de la sexualidad y la reproducción que derivan más de temores, tabúes, y comportamientos normativos marcados por el género que de la evidencia científica. Esto incluye a las personas que se supone tienen mayor acceso a la información por su profesión, como el caso de una maestra que me aseguró que “lastiman a las mujeres” cuando les hacen el examen del Papanicolaou. Vacuna contra el VPH para adolescentes Como parte de las acciones del IMSS en el marco del eje de Salud de la Estrategia 100x100 en municipios de alta marginación y riesgo como lo es SJI, se brindaron vacunas gratuitas contra el virus del papiloma humano (VPH) para las niñas y las adolescentes de entre 12 y 16 años. El IMSS registra 78 adolescentes mujeres de entre 12 y 16 años en Campana106 y ese fue el número de vacunas que se enviaron aunque sólo asistieron a vacunarse menos de 15 niñas. Una vez más las altas metas que establece el IMSS no se cumplen porque no coinciden con la realidad de la comunidad. Hay jóvenes que no asisten a recibir las vacunas porque han migrado a la ciudad. De acuerdo al médico titular de la clínica, aproximadamente el 15% de las adolescentes está ausente por migración siendo en la cabecera 12 chicas las que migraron107 . Las adolescentes que asistieron a vacunarse lo hicieron con su carnet azul (el de adolescentes de 10 a 19 años) en la mano. Antes de aplicar la vacuna, la enfermera comentó que se trata de una vacuna de muy alto costo en los hospitales aunque se aplicaría de manera gratuita en la comunidad, en dos dosis con un espacio de tres meses entre ellas. Luego explicó -en español- a las jovencitas qué es el VPH, cómo es contagiado por vía sexual a través del hombre, y que su peligro radica en que es precursor del cáncer cervicouterino. Explicó también que esta vacuna preventiva se aplica sólo a muchachas muy jovencitas porque se supone que aún no tienen una vida sexual activa. Resaltó que era importante que si alguna de las presentes no era virgen se lo dijera “en confianza porque de todas formas la vacuna no le serviría de nada”. Esta información es parcialmente incorrecta: es preferible vacunarse antes de comenzar cualquier

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Además de 71 niñas en Clarín, 30 en Chapultepec, 10 en Cerro de Vidrio, 16 en Torito y 11 en Roma. Además de 4 de Clarín y 2 de Chapultepec.

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actividad sexual pero la vacuna es eficaz también para mujeres sexualmente activas108. Después de no recibir información alguna por parte de las jovencitas, la enfermera les habló de planificación familiar, de cuándo y cuántos hijos tener; lo cual tampoco fue recibido con mucho interés por las niñas presentes, considerando que para la gran mayoría se trata de un tema que todavía se encuentra muy alejado de su realidad actual. Una madre de familia preguntó a la enfermera si podía vacunar a su hija, a quién le faltaba un mes para cumplir los 12 años. La enfermera accedió pero tuvo que cambiar su fecha de nacimiento para que no hubiera problemas con el registro que debe mandar al IMSS. Esta niña no quería acercarse ni a escuchar la información porque le daba mucha pena. Por el contrario, su madre estaba muy interesada en escuchar y le preocupaba que su hija fuera vacunada. Aunque se les brindó formalmente la información, muchas de las chicas, sobre todo las más pequeñas, no entendieron realmente el por qué y para qué las estaban vacunando. Al día siguiente de la aplicación de la vacuna tres de ellas, que estudian la telesecundaria, pensaron que la enfermera inyectó a una chica embarazada de 13 años con la vacuna contra el VPH porque la vieron salir dela clínica, cuando en realidad se trataba de la vacuna contra el tétanos.

V.4 Uso y administración del dinero de Oportunidades Las transferencias monetarias directas para las madres son una de las acciones afirmativas de género del Oportunidades que se analizan en la presente investigación. El dinero del programa se ha vuelto una parte importante del sostén económico de muchos hogares beneficiarios en Campana. Al visualizar el futuro de su pueblo, un maestro me dijo preocupado: “todo ese dinero que el gobierno manda a través de sus programas se va a acabar algún día, y entonces ¿qué va a hacer la gente?”. Esta preocupación es comprensible ante el panorama muy incierto de poblaciones indígenas como ésta en las que el sistema de producción campesino se está desmoronando y las cosechas ya no representan una contribución importante del sostén alimentario para la mayor parte de los hogares. Aunque existe una diversificación de las fuentes de ingresos a nivel local, ésta se da en un contexto socioeconómico desfavorable en el mercado

108 “La indicación para aplicar el fármaco a niñas obedece, entre otros factores, a que se da tiempo suficiente para generar anticuerpos que las protejan contra el VPH antes de iniciar su vida sexual, pues ésta es la principal vía de transmisión del virus” (Sanchéz, Rocío “¿Cómo usar las vacunas para prevenir cáncer?”, Letra S, #152). URL: http://www.jornada.unam.mx/2009/04/02/ls-central.html Consultado el 27 de abril del 2009.

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de trabajo a nivel nacional, lo que genera que las comunidades rurales sean dependientes de las urbes por las remesas de sus migrantes. El juicio general de los beneficiarios directos (titulares, becarias y becarios) e indirectos (los esposos de las titulares y otros miembros de la familia) es que el apoyo del programa es necesario para la subsistencia de gran parte de las familias de la comunidad. Un padre de familia beneficiario opina: “Yo tengo hijos en el bachillerato, en la secundaria y en la primaria. Es un apoyo bastante grande que nos da el gobierno. Está bien porque los hijos los están obligando a ir a la escuela. Para mí en lo particular está bien. Es un apoyo que estamos recibiendo cada bimestre, es una cantidad de más de $1,000.”

La mayor parte de las titulares se hace cargo de administrar las transferencias monetarias de Oportunidades para la alimentación de la familia y el pago de la luz en el hogar. Además, las que reciben becas educativas utilizan ese dinero para comprar a sus hijos lo que necesiten en la escuela. El apoyo económico en sus manos les permite cierta autonomía en la compra de los alimentos para toda la familia y contar con un dinero propio en caso de no recibir suficiente para el mantenimiento del hogar por parte del marido. Normalmente, son las mujeres las que toman la decisión de cómo y en qué gastarlo. Algunas lo invierten en leña y alimentos para preparar comida y venderla como ingreso extra para el hogar. Es común en la comunidad oír abiertamente que el dinero de Oportunidades es para las mujeres. Una titular, Erika de 32 años, me dijo: “mi dinero es mío y mi marido ni me pregunta”. El hecho de contar con una cantidad de dinero seguro cada bimestre confiere a las titulares poder de decisión de cómo administrarlo, gastarlo y/o invertirlo, y cierta autonomía del marido y de su ingreso monetario para la economía familiar. Sin embargo, en algunas familias este proceso de autonomía económica no es posible porque “cuando cobran pues ya están los maridos, los primeros que están ahí que ya están poniendo su mano, pues ya para darle el dinero de lo que la esposa haiga [sic] cobrado”, afirma Ximena, becaria de 14 años. Las vocales tienen la tarea de recordar constantemente a las titulares para lo que están destinadas las transferencias monetarias de Oportunidades. La mayoría de las titulares dicen administrar e invertir el dinero en la alimentación de sus familias y en los gastos escolares de sus hijos e hijas. El día de la entrega de los apoyos económicos efectivamente la mayoría de las madres compran alimentos para la familia y también artículos escolares, ropa, zapatos y otros objetos para el hogar. 117

El representante municipal del programa me aseguró que mucha gente no aprovecha el dinero que se les brinda porque los padres de familia no trabajan y “nomás están ahí esperando que llegue el dinero”. O, en algunos casos, los maridos exigen el dinero a las mujeres para comprar alcohol: “hay gente que no lo valora, por acá recibió el apoyo y por acá se fue a la cantina”, continúa el representante, “ese es el problema que siempre ha habido. Siempre nosotros tenemos que decirles que el programa es para las mamás, el programa es para los hijos, no es para el papá. Así ha pasado con otros programas, no nada más con Oportunidades”. En la formulación del programa Progresa, Levy considera que “las mujeres, en relación a los

hombres, gastan una mayor parte del ingreso bajo su control en alimentos y salud para los niños, así como en otros bienes para el hogar” (2005: 73). Respecto al programa Oportunidades, se ha documentado que el uso del dinero para la ingesta de alcohol es frecuente en zonas rurales (López y Salles, 2005 y 2006); y en una evaluación al Progresa en la que las mujeres opinaban que es bueno que las transferencias económicas se les entregaran a ellas porque es más probable que los hombres gasten el dinero en alcohol (Adato et. al., 2000). Si bien es cierto que no en todas las familias beneficiarias de Campana el dinero de Oportunidades se gasta en alcohol, en algunas de ellas parte del dinero llega a los maridos quienes lo utilizan para beber, principalmente el día en que llegan los subsidios en el que algunos hombres acompañan a sus mujeres por el “pago”. Ese día hay mayor consumo de alcohol porque estos hombres socializan mientras esperan que sus mujeres cobren el apoyo o hagan sus respectivas compras en el tianguis. Por otro lado, el aprovechamiento del dinero entre las titulares no es igual para las familias de Campana que las de otras localidades más alejadas del centro, porque las titulares de las localidades deben cubrir, además, los gastos de sus propios viajes a la cabecera municipal el día del “pago” y en otras ocasiones para atender asuntos relacionados con el programa como las pláticas y los tequios. Esto contribuye a que se siga reproduciendo la desigualdad entre las familias de la cabecera municipal, que tienden a sacarle mayor provecho al dinero del programa, y las familias de las localidades. V.4.1 Administración de los apoyos educativos Usualmente, las titulares son las administradoras de las becas educativas de las y los becarios de Oportunidades. En el caso de las familias que tienen muchos hijos, algunos de los cuales no 118

cuentan con la beca, la madre titular distribuye los recursos al interior del hogar en beneficio de todos los hijos e hijas. Respecto a la administración del dinero de las becas existen dos modalidades. La más común es que las madres se queden con el dinero de las becas y decidan que comprar “porque los chamacos no saben cómo ahorrar el dinero y a veces lo malgastan en tonterías”, me contó un becario de 18 años. “Mi mamá lo guarda. Ella lo tiene y cuando necesitamos algo ella me da, ya me da cuando lo ocupo” (Elsa, becaria también de 18 años). Algunos becarios no supieron decirme la cantidad de dinero de sus becas porque ese es un asunto del que se ocupan enteramente sus madres. En otras familias, con becarios y becarias de mayor edad, las madres les dan el dinero de sus becas para que lo administren a lo largo del bimestre. “Mi mamá me lo da porque es mi propio dinero ¿no? Y ya yo utilizo lo necesario, porque ella tampoco lo gasta por mal gastar” (Lola, becaria de 17 años). Este es también el caso de algunos becarios cuya titular no es su madre sino una pariente cercana, una tía o una abuela, y ésta les entrega directamente el dinero de su beca para que ellos lo administren. En los hogares en los que el dinero del apoyo educativo es manejado por la becaria o el becario se presenta cierto empoderamiento para las nuevas generaciones. Los cambios más perceptibles que ha generado el programa Oportunidades en la vida de las familias han sido para las y los jóvenes, aunque hay opiniones negativas acerca de su poca capacidad de administración y buen uso de dicho dinero: “yo siento que no lo ocupan para comprar útiles…nomás se lo gastan así nada más” (Ana, becaria de 16 años). V.5 Oportunidades y la organización de las mujeres El grupo de las titulares de Oportunidades, y los subgrupos por colonias, representa el único espacio comunitario en donde se reúnen las mujeres adultas, el cual, además de servir a las exigencias del programa, se convierte en un lugar dónde pueden generarse otro tipo de acciones, como la solidaridad entre las titulares del programa en casos de enfermedad o cuando enfrentan alguna otra situación delicada109. Aunque se trata de un grupo conformado a partir de la condicionalidad estipulada por el programa, las beneficiarias aprovechan estas reuniones para interactuar con otras mujeres de la comunidad, para salir con los hijos a la calle y hasta 109

Me tocó presenciar una reunión de titulares que se convocó para recolectar dinero en beneficio de una titular que había sido violentada y macheteada por su propio marido alcoholizado y se encontraba muy grave en el hospital de Tuxtepec (mayo de 2008).

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para ayudarse económicamente entre ellas, por ejemplo con la venta de donas y helados durante las pláticas. El comité de Promoción Comunitaria de Oportunidades conformado por las vocales trabaja de manera independiente a otros comités de la organización social de la comunidad en materia de salud y de educación, como el comité de la clínica y los comités escolares de las tres escuelas. Tampoco tiene conexión alguna con el comité municipal del DIF que implementa acciones a favor de la niñez y de las mujeres. La desvinculación entre el comité de Oportunidades y otras estructuras organizativas no permite que ni las vocales, ni, menos, las titulares tengan posibilidad de incidir en la toma de decisiones o en los espacios de poder de otros ámbitos importantes de la vida cotidiana de las familias o de la comunidad entera. Ninguno de los comités de organización comunitaria trabaja en conjunto con el de las vocales del programa Oportunidades, esto tiene repercusiones en los posibles impactos del programa en relación al empoderamiento de las mujeres en el “tejido comunitario”. Las mujeres aún no son muy visibles en el espacio público comunitario. Durante una asamblea en la que se convocó a todas las titulares de Oportunidades y a sus esposos se les informó de la convocatoria para cubrir la plaza de enfermera de la clínica durante los fines de semana. Esta asamblea constituyó un momento y un espacio privilegiado para observar y analizar los comportamientos y roles de género en la comunidad. La distribución espacial de los hombres y las mujeres era marcadamente separada: todas las titulares estaban sentadas, mientras que los hombres estaban parados del otro lado del salón social. El pase de lista lo realizó el esposo de la presidenta del comité de salud la clínica, nombrando a cada una de las titulares presentes. La mayoría de los hombres respondía en lugar de sus esposas. Los maridos de las titulares estaban en la asamblea prácticamente para liderar y dar legitimidad pública a las decisiones tomadas. Se informó a todos los presentes sobre los requisitos para poder cubrir la plaza de enfermera: ser mujer, haber cursado el bachillerato y tener entre 18 y 22 años. Se dijo que la joven que fuera elegida como enfermera debía comprometerse a atender a todos los miembros de la comunidad en caso de emergencia sin poner pretexto de la hora, ni de que no le diera permiso su marido o su padre. Esta aclaración fue pertinente debido a que es común en Campana que las mujeres como personas deban tener la autorización de un hombre, su padre o su esposo, para ausentarse de sus casas, y más a deshora. Este tema representó un asunto importante para la elección de las tres candidatas a enfermera de fines de semana. Al final de la asamblea se 120

levantó un acta con sus nombres; los hombres pasaron primero a firmarla y después lo hicieron las mujeres, quiénes fueron más lentas que ellos porque algunas no saben escribir. Lo que sucedió en esta asamblea es un buen ejemplo para ilustrar como, en las formas de organización política de la comunidad, como la asamblea, sigue imperando una lógica en la que tradicionalmente participan sólo los hombres en las decisiones importantes para la comunidad, a pesar de la existencia del grupo de las mujeres de Oportunidades. Este grupo está organizado y es visible en la comunidad, sin embargo su campo de acción en la comunidad se reduce a las condicionalidades que deben de cumplir como beneficiarias y que representan trabajo para las mujeres. Las titulares están obligadas a asistir a las reuniones y a las pláticas convocadas por el programa, y a realizar el trabajo de limpieza de las calles. Este trabajo femenino puede verse como un equivalente al tequio que hacen los hombres de la comunidad pero no es reconocido ni valorado en la esfera pública de la comunidad puesto que las relaciones de poder y de inequidad entre los sexos se perpetúan a través de las instituciones comunitarias. Se trata de un trabajo subvalorado por los demás, especialmente por los hombres y las mujeres de las familias no beneficiarias de la comunidad. En una ocasión escuché a un ganadero, de aproximadamente 30 años, decir que “es obligación de las señoras de Oportunidades limpiar la calle” cuando el doctor le reclamó que su caballo había defecado en la calle principal de la comunidad. En conclusión, la participación obligada de las mujeres beneficiarias de Oportunidades reproduce, por un lado, los roles de género que mantienen en desventaja a las mujeres en los espacios políticos y, por otro, la estratificación social al interior de la comunidad en la que el trabajo de las mujeres de familias pobres es subvalorado. V.6 Interfaces de Oportunidades en la comunidad A continuación abordaré el tema de las interfaces del programa Oportunidades en la comunidad de estudio. Con interfaz social me refiero al concepto desarrollado por Norman Long como el “punto crítico de intersección entre los mundos de vida, campos sociales o niveles de organización social en donde es más probable localizar discontinuidades sociales, basadas en discrepancias en valores, intereses, conocimiento y poder” (2007: 445). También en las evaluaciones oficiales al programa se ha utilizado este concepto: “Es en la interfaz entre el Programa Oportunidades (a través de sus agentes locales) y la población a la que van dirigidos los apoyos y políticas específicas, donde se crean vacíos de información, nudos de barreras 121

(culturales o simplemente de comprensión de los idiomas), espacios de control y favoritismo y procesos de clientelismo” (Gónzalez de la Rocha, 2009: 77). Aunque Oportunidades lleva operando diez años en el municipio de SJI, no dejan de manifestarse situaciones que develan distanciamientos y desencuentros de tipo cultural entre la lógica del programa y el modo de vida de las familias mazatecas que incluye patrones de normas, de valores y de conducta. La forma de operar el programa por parte del personal local de salud y de educación se aleja de las metas sugeridas por el programa, incluso cuando este personal es originario de la propia comunidad o de la región. Oportunidades debería operar sus diferentes componentes de manera integral para las familias beneficiarias; sin embargo, los ámbitos de educación y de salud funcionan de manera completamente separada en la comunidad de modo que se han presentado claros desencuentros entre los docentes y el personal de salud. Por ejemplo, el médico me contó que hace varios años les llamó la atención a los maestros del IEBO porque siempre tenían el volumen de la música muy alto durante las horas de clase. Dos maestros, que ya no laboran en la comunidad, se molestaron muchísimo e hicieron un oficio donde especificaban que el doctor no se podía meter en las instituciones educativas. El doctor acudió al IEBO no para disculparse sino para avisar y convocar a los alumnos a las pláticas de salud de Oportunidades programadas para la semana posterior. El maestro lo puso en ridículo frente a los alumnos, quienes se rieron mucho de él. Según el doctor, los alumnos efectivamente no asistieron a las pláticas programadas, entonces cuando llegó el carnet de todos, el maestro fue a buscarlo porque se necesitaba su firma para mandarlos a Oaxaca. El doctor le dijo que no le firmaría nada y lo trató muy mal, en venganza de la vez que el maestro y los alumnos se habían burlado de él. Los maestros le insistieron mucho. Comentó que los alumnos llegaron a ofrecerle dinero (¡?) y él se negó, hasta que finalmente se compadeció y accedió a firmar sus carnets y las becas llegaron completas al siguiente bimestre. Estas interfaces también se presentan entre personal de salud y beneficiarios. El doctor y la enfermera recurren a múltiples condicionalidades además de las estipuladas por el programa para poder cumplir sus metas institucionales, como ya describí en referencia al examen del Papanicolauo para las titulares. Frecuentemente escuché quejas desde las propias voces de las titulares sobre las exigencias del personal de salud, exigencia que este personal maneja con las titulares como si fueran obligaciones del programa Oportunidades. Una de las quejas es la que 122

tiene que ver con la limpieza de las calles del centro, labor que realizan sólo las mujeres titulares de manera habitual (véase Fotografía 13). En el centro de la cabecera municipal nadie se preocupa por la suciedad de las calles, ni siquiera las autoridades municipales, porque ya saben que las titulares de Oportunidades están obligadas a limpiar las calles principales. Dos beneficiarias de la colonia isla San José me comentaron con mucho disgusto que no entienden por qué cómo titulares están obligadas a limpiar las calles del centro que siempre están muy sucias si los espacios comunitarios y los hogares de las islas se mantienen limpios. Les molesta que el programa no “califica” positivamente las acciones sanitarias de sus propios hogares y de los lugares colectivos cotidianos. Otra de las quejas es sobre la participación obligatoria en el tequio para la limpieza y los arreglos de la clínica que coordina el comité local de salud. La asistencia al tequio de la clínica se condiciona a las titulares como si se tratara de una plática de salud. Tal fue el caso de la construcción de un techo afuera de la clínica como futuro espacio para las pláticas de salud en la que se pidió la participación de las titulares. Como esta actividad requiere de fuerza física se concibe como una actividad exclusivamente masculina, por ello la llevaron a cabo los esposos y los hijos de las titulares. Por último, cabe destacar la falta de cobertura del programa respecto a las familias no beneficiarias que sí merecen recibir los apoyos, como una familia muy pobre que vive lejos del centro de la comunidad. Se trata de un matrimonio monolingüe en mazateco que tiene dos hijos pequeños cursando la primaria. Cuando censé su casa, con ayuda de traducción, me contaron que han solicitado en varias ocasiones ser incorporados a Oportunidades pero las autoridades municipales les han obstaculizado su ingreso al programa porque son originarios del municipio de Tenango, a pesar de que ya llevan 25 años de vivir en Campana. Esta circunstancia nos enseña como la identidad comunal local, en la cual se define quién pertenece a la comunidad y quién no, prevalece frente a cualquier regla de operación y normas oficiales de selección de beneficiarios del programa. También nos enseña una clara interfaz en donde el poder de las autoridades municipales se reafirma en contra de los mecanismos básicos de inclusión que el Oportunidades plantea.

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Las seis nuevas titulares que se incorporaron recientemente al programa110 son de familias que en realidad no tendrían que estar incorporadas al programa porque cuentan con ciertos recursos económicos y sociales. Una de ellas tiene una cantina y es dueña de la única panadería en el pueblo, otra tiene un comedor y otra es hija de un maestro. Estas dos últimas son madres menores a 25 años. Todas saben leer y escribir y hablan español. Visten diferente a otras mujeres de la comunidad porque en sus familias hay migrantes o ellas mismas han salido fuera de la comunidad para trabajar. Este es otro ejemplo de cómo el poder local prevalece sobre las reglas de operación del programa cuya ampliación puede reproducir la estratificación social de la comunidad. Un último punto de interfaz que merece mencionarse tiene que ver con que en Campana, al igual que en otras comunidades indígenas, es común que las familias que no son beneficiarias de Oportunidades ya no van a la clínica a atenderse cuando se enferman o el personal de salud ya no les atiende porque no tienen tiempo para darles consultas. Como Elena, cuyos hijos cuentan con el apoyo de la beca de Oportunidades pero ella no es la titular así que nunca va a la clínica. Me dijo que no le gusta ir al doctor y por ello sus tres hijos nacieron en casa. Este es un efecto que crea el programa y que va en contra del bienestar de algunas familias que, en algunos casos, son entre las más aisladas, alejadas y pobres. Se ha creado un sistema de personas/familias de segunda clase que, como no tienen Oportunidades, vienen excluidos o se auto-excluyen del acceso a los servicios de salud. * En este capítulo describimos y analizamos la organización y aplicación local del programa Oportunidades, pretendiendo ver cómo las reglas normativas establecidas por la SEDESOL han sido apropiadas a nivel operativo en el municipio. En sus 10 años de cobertura en este municipio, el cargo de representante municipal ha sido siempre presidido por hombres; mientras que, desde que fueron así constituidos, los comités de promoción comunitaria de cada una de las localidades se han conformado por cuatro mujeres vocales -de vigilancia, de educación, de salud y de alimentación. Resulta evidente que existen diferencias de estatus social en las familias de origen de estas vocales en comparación con otras familias de la comunidad; en donde las primeras tienden a ser hogares de un estatus socioeconómico más alto, con mayor prestigio social y/o de mayor peso político y un mejor manejo del español. 110

Noviembre de 2008.

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Una parte de la argumentación de este capítulo está dedicada a las tareas y las responsabilidades que tienen que desempeñar las mujeres que tienen el cargo de vocal de Oportunidades, y que representan una doble carga de trabajo, adicional a las actividades domésticas que como adultas y madres de familia de la comunidad realizan diariamente. El comité de vocales de la comunidad opera finalmente a partir de un elemento básico de la organización social indígena como es la reciprocidad; mecanismo que opera todavía en la comunidad, a pesar de los cacicazgos políticos actuales. Sin embargo, el ser vocal representa también un reconocimiento del prestigio social del cual estas mujeres y sus familias tienden a gozar en la comunidad; además de ofrecer un espacio de ejercicio del poder frente a las otras mujeres, sobre todo en lo que se refiere a la vocal de vigilancia; un espacio de poder que beneficia no sólo a la mujer con el cargo, sino también a su familiares. Por otro lado, vimos que hay mecanismos que las otras mujeres ejercen para limitar el poder ejercido por las vocales, como cuando se utiliza el chisme para descreditarlas frente a sus esposos. En estos casos, las otras mujeres utilizan argumentos que en última instancia refuerzan visiones hegemónicas de género, siendo entonces ellas mismas las que contribuyen a reproducir estereotipos y conductas normativas que segregan a las mujeres al ámbito doméstico y limitan sus posibilidades de desenvolverse en espacios públicos. En conclusión, la puesta en marcha del programa Oportunidades en el municipio de estudio abre ciertos espacios en que algunas mujeres se pueden empoderar, como es el caso especialmente de las vocales. Sin embargo, en su mayoría el programa tiende más bien a fortalecer y reproducir ciertas desigualdades sociales. En primer lugar, fortalece el poder y el centralismo de la cabecera municipal sobre las localidades, porque en ella se concentran la información, la entrega de recursos y las actividades condicionadas de Oportunidades. En segundo lugar, refuerza las jerarquías sociales ya establecidas entre familias marcadas por la diferenciación de sus condiciones socioeconómicas, del prestigio social y del poder político, al mismo tiempo subvalorando el trabajo de las familias más pobres y con más hijos. Y, por último. tiende a reproducir los roles tradicionales femeninos y, por ende, las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres, en las cuales estas últimas siguen siendo las encargadas directas de los cuidados y la alimentación de la familia además de ser las responsables de cumplir las condicionalidades del programa [Molyneux 2006].

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Sobre los roles tradicionales de género al interior de la familia y las desigualdades de género en el hogar, la corresponsabilidad del programa Oportunidades no sólo recae en las titulares en cuanto a los cuidados de sus familias, sino también porque son ellas las que deben asistir a las pláticas de educación para la salud; que deben realizar la limpieza de las calles de la comunidad y las que tienen que limpiar y barrer para permitir que las vocales revisen su hogar y cerciorar que cumplen con la higiene y el saneamiento básico requeridos. El programa necesitaría exigir responsabilidades no sólo a las madres de familia sino también involucrar a los hombres y a los jefes de hogar, como se ha intentado hacer con los talleres de enfoque más participativo pero que no se ha logrado en esta comunidad. Lo anterior, por otro lado, no implica que los apoyos económicos en las manos de las mujeres no hayan representado beneficios para ellas mismas y para sus familias. De hecho, las acciones del programa han contribuido considerablemente a que las madres de familia tengan una mayor autonomía de decisión y de compra en los gastos del hogar. Con respecto a los roles tradicionales de género en el espacio público comunitario, el comité de Oportunidades no mantiene relación con otros comités u otras figuras organizativas de la comunidad lo cual no permite que las mujeres beneficiarias, que representan la mayoría de la población femenina adulta, tengan injerencia en los ámbitos de poder o en los cargos importantes de la estructura organizativa comunitaria Los hombres son los únicos que siguen teniendo seria participación en los cargos públicos. Por otro lado, no debemos de dejar de reconocer los alcances del programa en el empoderamiento de las vocales y en su papel determinante en la organización de las titulares, que representan el único grupo organizado de mujeres en el espacio público de la comunidad. Acerca del componente de salud del Oportunidades, específicamente lo referente a la salud sexual y reproductiva, sobresalen algunas irregularidades a nivel local en el funcionamiento del programa. Las pláticas para las y los adolescentes no se llevan a cabo consistentemente, y la toma de la prueba del Papanicolaou se vuelve obligatoria ya que se condiciona con el apoyo del bimestre correspondiente porque las metas del programa IMSS-Oportunidades tienen exigencias muy altas que, por otro lado, no concuerdan con la cultura local en la cual muchas mujeres se resisten a someterse a tal prueba. En lo que se refiere al uso y administración del dinero de Oportunidades, vimos que la mayor parte de las titulares se hace cargo de administrar las transferencias monetarias que llegan a sus 126

manos, y que dicho dinero las beneficia con cierta autonomía económica para solventar la alimentación de la familia y para los gastos y materiales de la escuela de sus hijos. Por último y a manera de cierre, se presentaron casos específicos de interfaces en la operatividad y la aplicación de las acciones del programa en el municipio, pero especialmente en Cerro Campana, como discontinuidades sociales que obstaculizan que el programa logre algunos de los beneficios que se propone. Tal es el caso de las barreras culturales y linguísticas entre el médico de la clínica y la población beneficiaria no sólo porque el primero no habla la lengua mazateca, sino porque hay una brecha cultural entre él y las usuarias por las diferentes formas de concebir los padecimientos y aproximarse a la sanación de las enfermedades. Finalmente, otra falta de continuidad entre lo estipulado por el programa y lo que ocurre en la realidad del espacio local es el constatar la exigencia obligada, y no estipulada por las normas del programa, del tequio y de la limpieza de las calles públicas por parte de las mujeres titulares.

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Capítulo VI. CAMBIOS Y CONTINUIDADES EN LAS RELACIONES INTERGENÉRICAS E INTERGENERACIONALES DE LOS HOGARES BENEFICIARIOS En este último capítulo me enfoco hacia las relaciones de género y entre las generaciones de padres e hijos al interior de los núcleos domésticos que están inscritos en el programa Oportunidades. En particular abarco los procesos de transformación, pero también las continuidades, que se han dado en estos hogares entre la generación de los padres y de las madres y sus hijos e hijas becarios. El capítulo está integrado por seis apartados. En el primero se toca el tema de las relaciones familiares en los hogares beneficiarios. El segundo presenta las distintas percepciones e interpretaciones de becarias y becarios, madres de familia y maestros acerca de la finalidad, objetivos y acciones del programa Oportunidades en el contexto de sus experiencias personales y familiares. En el tercer apartado se reflexiona sobre la situación lingüística de la comunidad, y la importancia reciente de hablar y poder leer y escribir en español especialmente para las mujeres. En el siguiente se exploran los efectos sobre niños, niñas y jóvenes mazatecos como receptores de las becas educativas del Oportunidades, y cómo la escuela está cambiando las trayectorias y expectativas de vida de manera diferente para las becarias que para los becarios. En la quinta parte se exploran los proyectos y las prospectivas de vida de becarias y becarios acerca del estudio, el trabajo y el matrimonio, así como las creencias y los valores sobre estas etapas de la vida; tanto aquellos que cambian como aquellos que persisten con respecto a la generación anterior. Para finalizar se abordan las similitudes y las diferencias encontradas entre madres e hijas de hogares beneficiarios respecto al acceso a la educación y a la castellanización, así como a las representaciones y las prácticas en sus elecciones de vida como el noviazgo, el matrimonio y los hijos. VI.1 Las relaciones en la familia de los hogares beneficiarios En el capítulo IV se describió la organización familiar en la comunidad y la división del trabajo por género y edad en los hogares. Ahora exploraré otra dimensión en la vida de los hogares: las relaciones de convivencia que, a su juicio, becarias y becarios establecen con otros miembros de su familia, sobre todo en referencia a los padres; me enfocaré en específico a cómo se 128

concibe y construye su proceso de autonomía como adolescentes y jóvenes de acuerdo al género y la edad en el contexto de esta comunidad mazateca y de sus propios hogares. Anteriormente las categorías de adolescencia y de juventud en contextos campesinos e indígenas eran prácticamente inexistentes ya que se pasaba, funcionalmente, de la niñez a la adultez, como se ha explicado en el marco teórico en el capítulo II. En SJI la transición de la niñez a la edad adulta se ha trasformado radicalmente en los últimos veinte años, a raíz de los cambios económicos, laborales y educativos que ha experimentado el municipio, así como a raíz de la influencia que la escuela, los medios de comunicación y los procesos migratorios ejercen en el cambio de valores, actitudes y practicas con respecto a estas etapas de la vida. Como toda construcción sociocultural, los conceptos de niñez, adolescencia, juventud, adultez y ancianidad son cambiantes de acuerdo a los patrones de vida y de supervivencia familiar y colectiva en cada contexto sociocultural e histórico específico. Por ejemplo, Muñoz (1957) documenta que a mediados de los años cincuenta del siglo XX el consejo de ancianos de la comunidad estaba conformado por hombres de 30 años en adelante. En esa época en donde el sistema de producción campesino todavía predominaba, la expectativa de vida de los mazatecos era más corta y ser mayor de 30 años se consideraba una edad avanzada. Las categorías de lo que hoy entendemos por “adolescente” o “joven” no existían como tales. Recordemos que la política pública -sobre todo la educativa- y los medios de comunicación se han encargado en los últimos años de visibilizar a las y los jóvenes como un grupo poblacional importante. Las y los becarios entrevistados, de entre 12 y 15 años que estudian en la secundaria y de entre 16 y 19 años en el bachillerato, reportaron tener una buena relación con su familia, aunque esto no significa que no exista un progresivo distanciamiento físico y/o emocional con los padres en el proceso de crecimiento y en la lucha por una mayor autonomía. En general, tanto becarias como becarios expresaron que el miembro de la familia con el que se llevan mejor es su madre (naná). La mayoría de las becarias sostuvieron mantener una relación cercana y de ayuda mutua con la madre. Varias mencionaron que sus confidentes primarias son otras jóvenes mujeres, casi siempre familiares cercanas; de manera preferencial sus propias hermanas mayores o sus primas, a las cuales les cuentan las cosas importantes y les piden consejos.

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Casi todas las niñas y muchachas entrevistadas reportaron tener una relación estrecha con la abuela (naxchá) materna o paterna hacia la cual suelen tener un cariño especial. Por ejemplo, María, quién tiene 15 años, dice estar “muy hallada” con su abuela: “ay abuelita qué voy a hacer cuando tú te mueras. No llores, dice. Ay no, creo que hasta me voy a morir, le digo”. Por su parte, los becarios varones entrevistados dijeron sentir una particular cercanía con su madre pero también con sus hermanos y primos. Algunos de ellos incluyeron a sus hermanas mujeres y sus primas entre las relaciones más cercanas. La autoridad paterna es la principal en el hogar, reconocida como tal tanto por becarios varones como mujeres. Generalmente los permisos para salir de casa los concede el padre (naená) aunque también se consulta a la madre, quien muchas veces puede ser más accesible. En caso de que becarios o becarias vivan con otro pariente adulto que no sea ni su padre ni su madre, este pariente se vuelve la autoridad primaria para ellos en el hogar. Los adolescentes deben de pedir permiso para salir de casa o de la comunidad. El proceso de pedir permiso para salir de casa o realizar alguna actividad es diferente para los muchachos que para las muchachas, en donde los primeros tienden a disfrutar de una mayor libertad: “Yo tengo que pedirle permiso de todo a mi abuelita, menos cuando lavo mi ropa, eso no. Ya si me tardo le tengo que dar una explicación de porqué me tardé”, dice María quién vive con su abuelita. Por otro lado, Samuel de 18 años de edad, aclara: “Yo no pido permiso para salir de casa, sólo que vaya a otro pueblo le digo ‘jefa ahorita vengo voy acá a Clarín, ¿puedo?”. Al igual que Samuel, Luis de 19 años, tiene amplia libertad de movimiento en Campana, aun si esa libertad tiene límite cuando se trata de desplazarse a otros pueblos: “Aquí no pido permiso, pero para salir a diferentes lugares pues tengo que pedir permiso…A veces no les digo cuando no se me da la gana… Cuando ando molesto no les respondo nada”. En hogares de jefatura femenina por la ausencia del padre u otra figura paterna, es común que las hijas piden permiso a sus hermanos más grandes: “como soy el mayor de aquí, mis hermanas me tienen que pedir permiso”, continúa Luis. Parece que generalmente las niñas y adolescentes mujeres de este tipo de familias deben pedir permiso a sus hermanos mayores, sean éstos mujeres o varones.

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VI.2 Percepciones sobre el programa Oportunidades En todo análisis cualitativo de una política social es importante documentar y analizar las interpretaciones de los sujetos que se benefician de las acciones de dicha política a nivel local. Incluir las interpretaciones, opiniones y valoraciones tanto de los destinatarios del programa Oportunidades como de los intermediarios que lo aplican en el espacio local nos permite comprender de qué manera y hasta qué grado la finalidad, objetivos y acciones del programa han sido entendidos o reinterpretados entre los beneficiarios del programa y sus familias. La mayoría de mis informantes coincidieron en resaltar la importancia de las transferencias monetarias en la economía de las familias beneficiarias; compartiendo una opinión generalizada de que los incentivos de Oportunidades sirven para la supervivencia económica del hogar y hacen posible que hijos e hijas continúen en la escuela. Más allá de esta primera apreciación, en los siguientes apartados abordaré las distintas interpretaciones locales con respecto a otros aspectos del programa. VI.2.1 Los derechos y las obligaciones como becarios Uno de los temas que exploré en las entrevistas con becarios de la comunidad fue el de sus derechos y obligaciones por recibir el apoyo económico del programa para sus estudios. Ésta resultó ser una pregunta difícil de contestar; cuando respondían, se enfocaban generalmente a la parte sobre las obligaciones que tienen por ser favorecidos por la beca y muy poco sobre los derechos. Entre las obligaciones que me mencionaron se encuentran las siguientes: “hacer todas las tareas, asistir todos los días [a la escuela] y [ser] puntual” (Irma, 10 años), “comprar los útiles escolares y todo lo que nos digan en la escuela” (Georgina, 13 años), “que me tengo que hacer responsable del dinero, no gastarlo como quiera…y saber qué es lo que voy a comprar, lo que yo necesito en la escuela.” (Ximena, 14 años), “debemos de comprar útiles para ir a la escuela, se tiene que pagar, vamos a pagar todo eso” (Ana, 16 años), “mis obligaciones de tener Oportunidades eran cumplir todo lo que mi maestro me pidiera, papeles, dinero, cooperación, ropa y todo esto que teníamos que cumplir” (Juana, 19 años, es exbecaria). El hecho que ser acreedora de la beca se interpreta por todas estas adolescentes como la obligación de comprar todos los útiles para la escuela, contribuir a las cooperaciones que los maestros piden y asistir

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puntualmente a la escuela, implica que el discurso de corresponsabilidad que plantea el programa ha sido ampliamente asimilado por las becarias. Respecto a los derechos como becarias, en varias entrevistas con las jóvenes recibí largos silencios o un “no sé” como respuesta. El único derecho identificado como tal en la mayoría de las entrevistadas fue el de continuar en la escuela: “Seguir estudiando, seguir estudiando y ya no sé”, me dijo María, de 15 años; “de seguir estudiando, de aprender muchas cosas, y ver más allá de que pasa y todo eso”, comentó Juana, de 19. El acceso al estudio se percibe como uno de los mayores beneficios del programa en la comunidad para las generaciones jóvenes, tema en el que se profundizará más adelante. De manera particular el programa Oportunidades apoya a las generaciones de niños, niñas y jóvenes en el ámbito de la educación. La aplicación del programa a nivel local se concentra en la corresponsabilidad que deben cumplir como becarios de asistir a la escuela diariamente y ocupar el dinero para gastos escolares, lo cual implica que entonces las y los becarios se ubican como receptores pasivos del programa. El hecho de que los becarios entrevistados no hayan ahondado en los derechos que les concede Oportunidades muestra la falta de información, de educación y de herramientas de análisis que carece la mayor parte de la juventud de la comunidad. VI.2.2 Interpretaciones locales sobre las becas afirmativas Se presentan a continuación algunas interpretaciones locales de becarias, becarios y maestros111 sobre la acción afirmativa del programa Oportunidades que consiste en otorgar becas en secundaria y bachillerato con montos superiores para las mujeres. Las interpretaciones prevalecientes del porqué de esta acción afirmativa del programa a favor de las niñas y adolescentes, se pueden clasificar en las siguientes cuatro categorías: 1) las niñas tienden a mostrar una mayor dedicación al estudio y un mejor desempeño en la escuela, 2) las niñas y las adolescentes mujeres presentan mayores necesidades materiales, 3) las mujeres 111

Estas interpretaciones se recogieron a partir de entrevistas a profundidad y de pláticas informales. Aunque muchos de estos informantes me respondieron que no sabían cuál era la “verdadera” razón por la cual las becas de Oportunidades se diferencian según el sexo de los alumnos, les pedí que esbozaran una opinión personal al respecto lo cual resultó en un collage de interpretaciones que de alguna manera reflejan esquemas y pautas culturales prevalecientes en torno al género.

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administran mejor el dinero y 4) las niñas y las adolescentes han padecido una mayor exclusión de la escuela, presentando mayores índices de analfabetismo y menos años de escolaridad con respecto a sus coetáneos varones. En muchos casos las interpretaciones aportadas por entrevistados/as se insertan en más de una de estas categorías. Categoría 1: Mayor dedicación al estudio y mejor desempeño en la escuela En la comunidad es una opinión bastante generalizada que las niñas y las adolescentes tienen un mayor interés en la escuela y se esfuerzan más que los niños y los muchachos: “Las niñas le echan más ganas que los hombres…los hombres de mi salón ¡no manches! o sea, todos pa’ abajo, puras mujeres somos las que estamos con buenas calificaciones, las que participan, las que entregan tareas y los hombres casi no hacen nada, ellos nada más están ahí, más que uno sí le echa ganas, uno nomás. Los demás les va y les viene.” (Georgina, 13 años).

El personal docente de la telesecundaria reiteró que en promedio el desempeño escolar de las alumnas es mejor que el de los alumnos; es por esta razón que la escolta está conformada sólo por niñas, además de que ellas “tienen mayor coordinación para la marcha que se debe hacer con la bandera” dice el maestro Alberto, director de dicha escuela (véase fotografía 14). En el bachillerato sucede cosa similar: los varones faltan con más frecuencia a la escuela que las mujeres por lo que es común que reprueben materias. Ellas son las que tienen las mejores calificaciones. Ana, becaria de 2do semestre de bachillerato, me contó cómo han sido las circunstancias de algunos de sus compañeros de clase: “Se fueron saliendo…no les llamaba la atención, eran muy flojos, no entraban a clases, eso les perjudicaba… Y así como con tres faltas ya no nos dan derecho al examen y eso les afecta a los chavos, reprobaban y reprobaban y ya no pagaban el extraordinario...Porque ellos decían: “¿para qué? si lo vamos a reprobar…”.

Conforme los jóvenes varones avanzan en nivel escolar parecen mostrar un menor interés y concentración en la escuela. Además, la situación socioeconómica de sus familias no les permite asegurar su pase al siguiente semestre cuando reprueban alguna materia porque los extraordinarios representan un gasto extra que sus familias no pueden o no están dispuestas a pagar. En las interpretaciones de las becarias estas cualidades “esenciales” del género femenino como mejores estudiantes se relacionan con supuestas mayores capacidades intelectuales en las mujeres, en comparación con sus pares varones. Así lo afirma Irma, becaria de 10 años, al 133

contestar la pregunta de por qué creía que los montos para las becarias son superiores. Me respondió que es “porque las mujeres son más inteligentes”. Aunque esta afirmación no puede generalizarse a todas las niñas y jóvenes mujeres de la comunidad, se percibe una cierta opinión ampliamente compartida por varias personas en la comunidad de que las niñas y adolescentes mujeres son más responsables que los varones en todo lo que concierne a la escuela. Categoría 2: Mayores necesidades materiales La segunda categoría interpretativa señala como motivo de las becas diferenciadas el que las niñas “necesitan más cosas” desde ropa y accesorios para vestirse hasta toallas sanitarias. Dos becarias de la telesecundaria comentaron: “los hombres necesitan menos cosas que las mujeres” (María, 15 años) y “porque siento que nosotras necesitamos más que ellos” (Ana, 16 años). También Samuel, becario del 5to semestre del bachillerato, aseguró que las becas de las niñas y adolescentes mujeres son más altas “porque las mujeres necesitan más dinero para sus ropas”. Las opiniones de muchos maestros se insertan en esta visión en la cual las niñas necesitan más dinero para que se les compren ropa y accesorios. Es interesante que el personal docente se apropie y reinterprete dicha acción del programa no precisamente como una política afirmativa para la educación femenina. El director de la primaria mencionó que los apoyos educativos de las alumnas son superiores: “porque las niñas tienen más necesidades de ropa y de arreglo personal que los niños según como dicen los criterios de Oportunidades…Por ejemplo en su vestuario, cosas que necesitan las mujeres, sus faldas, blusas, todo, que zapatos, carpetas todo, tienen más en cuanto a materiales, ropa112”.

Otro maestro de la primaria opinó algo muy parecido: “las niñas siempre necesitan más gasto para su ropa y vestidos”. Asimismo, el maestro del segundo grado de secundaria aseveró que: “la mujer requiere de un poquito más y dentro del vestuario creo que también es un poquito más caro…Las niñas creo que requieren un poquito más de recursos porque el hombre no tiene las mismas situaciones que la mujer. Por ejemplo, que a lo mejor las toallas sanitarias, que ellas necesitan más atención en la situación del aspecto de limpieza de su persona ¿no? Y eso ha de ser parte de lo que involucra un recurso un poquito mayor”.

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Cabe aclarar que el maestro enfatizó el concepto de “equidad de género” cuando leyó, folleto en mano, las reglas de Oportunidades en referencia a su componente educativo.

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Esta idea de que las mujeres gastan más porque necesitan más prendas y objetos reproduce valores estereotipados sobre el género en los cuales se da por hecho que las mujeres necesitan más cosas en esencia por ser mujeres y para ser mujeres. Estos estereotipos esencialistas son muy generalizados en esta comunidad. Los primeros en expresarlos, compartirlos y reproducirlos son los mismos docentes, tanto hombres como mujeres113. Categoría 3: Mejor administración del dinero Esta categoría de la administración del dinero de Oportunidades nos permite analizar las interpretaciones particulares que se hacen sobre las políticas del programa no sólo en el sentido de los montos superiores para las becarias que asisten a la escuela, sino también en el sentido de que son las madres las que reciben el dinero y generalmente se hacen cargo de repartirlo y gestionarlo en beneficio de su familia. El uso del dinero de Oportunidades es diverso, de acorde a las necesidades de los hogares y las decisiones que toman las madres de familia114. La mayoría de las y los estudiantes entrevistados creen que la entrega del dinero a las madres es una de las fortalezas del programa dado que “los hombres no son buenos para administrar el dinero”, en cambio las mujeres son más eficaces para llevar ese proceso: “Mi amigo y yo llegamos a la conclusión de que las mujeres tienen más tributos [sic] que nosotros, porque nosotros somos hijos de desgraciados y no le echamos ganas y las mujeres sí” (Luis, becario del quinto semestre). Este es un estereotipo esencialista con base al género en el que se cree que los hombres, por el simple hecho de ser hombres, no saben administrar el dinero en beneficio de toda la familia porque suelen gastarlo en otras cosas. En la misma línea Ximena, otra becaria entrevistada, piensa que es normal que el dinero para las becarias como ella sea un poco más alto “porque los hombres luego se lo gastan…nosotras no, sabemos guardar”. En esta categoría de interpretaciones notamos que el potencial para administrar y ahorrar dinero es una de las cualidades asociadas con las niñas y las mujeres como parte del rol que desempeñan en la familia y en la comunidad. Al respecto, una exbecaria afirmó: “somos mujeres de que ahorran más su dinero…y de que luego los muchachos pues no, porque hay algunos cuando ya les llega la beca, se compran ropa, bueno de hecho, a veces

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Dichos estereotipos son muy comunes también en contextos urbanos en los cuales el consumismo es aún más parte de la vida cotidiana. Es común que se considere que las mujeres gastan más dinero en ropa, maquillaje y otros accesorios para el arreglo personal. 114 Tema que se explora de manera más profunda en el siguiente apartado.

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yo compro ropa, pues hay algunos que nada más lo gastan con su papá de tomar y tomar” (Juana, 19 años).

Algunos adolescentes y jóvenes varones de la telesecundaria y del IEBO, de entre 13 y 20 años, consumen alcohol habitualmente y más durante las fiestas. Se cree de manera colectiva que las niñas y las jóvenes saben gastar mejor el dinero porque la mayoría de ellas no salen mucho de casa y no consumen alcohol así que existe una mayor probabilidad de que ahorren el dinero de su beca o lo destinen a mejores usos. Categoría 4: Mayor exclusión escolar Fueron muy pocas las personas entrevistadas que se refirieron a la situación marginal y de mayor exclusión de las mujeres para tener acceso al estudio en este contexto indígena como una razón importante del por qué las niñas y adolescentes mujeres reciben becas más altas que sus coetáneos varones. Hoy en día, la exclusión de la escuela que históricamente han padecido de manera mayor las niñas y las jóvenes mujeres del municipio no es una situación que sea perceptible para gran parte del cuerpo docente y estudiantil de la comunidad, no al menos a partir de sus opiniones sobre las estrategias y las razones de incentivos económicos del programa Oportunidades diferenciados por el sexo de los alumnos. El director de la telesecundaria me aseguró que, en general y en comparación con los niños, las niñas son estudiantes más destacadas en cuanto a asistencia y desempeño escolar. También afirmó en otro momento que la razón del por qué las niñas reciben montos más altos tiene que ver con que “las niñas están marginadas de la educación”. No podemos saber si su respuesta fue normativa como director de la institución educativa o si es lo que el realmente piensa al respecto. Luis, becario de 19 años, agregó en su respuesta otra razón del porque las becas son mayores para las niñas y jóvenes mujeres. Se trata de una respuesta que ilustra cómo se percibe en la actualidad la escolaridad con respecto al género: “En teoría el programa tiene otro objetivo…dicen que los hombres íbamos más a la escuela que las mujeres, así que las mujeres eran amas de casa antes y nosotros los hombres, no…Y las mujeres no tenían derecho a estudiar antes y por eso creo. Es por eso, creo”.

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La respuesta de Luis es particularmente interesante porque está marcada por el tiempo pasado. Considera que la problemática de un menor nivel escolar para las niñas es algo que el programa toma en cuenta porque refleja un problema que tuvo su peso tiempo atrás, pero que ahora ya no existe. Ese “las mujeres no tenían derecho a estudiar antes” se vuelve un “antes” perdido en el tiempo pasado; algo que ya no es parte de la realidad que Luis conoce en el presente. Me parece que la generación de Luis representa un profundo cambio de prospectiva, un cambio que refleja una transformación en la realidad local de las niñas y las jóvenes que van más y por más tiempo a la escuela. Esta transformación se ha dado en el curso de una década y es probablemente la más significativa que el programa Oportunidades ha generado en realidades locales como la de SJI. VI.3 Hablar mazateco, entender español: situación lingüística de la comunidad En Cerro Campana el mazateco continúa siendo la lengua de socialización en la mayoría de las familias así como en el ámbito comunitario. De un total de 1,370 habitantes 1,178 mayores de 5 años son hablantes de lengua indígena (INEGI 2005) y de éstos, 896 son bilingües en mazateco y español. Respecto a la población femenina, el 86.7% de las mujeres son hablantes de lengua indígena, y solo el 62.1% son bilingües (INEGI 2005). La lengua mazateca tiene un papel importante en la primaria porque la escuela de la localidad pertenece a la modalidad de Educación Indígena la cual en teoría es bilingüe; además, los maestros son originarios de la comunidad, principalmente aquellos que enseñan en los primeros grados. Sin embargo, de acuerdo a las normas de Educación Indígena a partir del tercer grado todas las materias son impartidas en español, a excepción de la materia de lengua indígena donde se enseña a los niños a escribir el mazateco. Desde la secundaria y después en el bachillerato tanto los contenidos educativos como la interacción entre maestros y alumnos siempre son en español. La mayoría de las y los becarios que entrevisté son bilingües en lengua indígena y español, sólo dos de ellos no saben hablar mazateco. Se trata de una joven y un joven de familias no originarias de la comunidad pero si de la región, que fueron criados en hogares donde se habla español, pero como han crecido en la comunidad entienden un poco el mazateco. En los últimos diez años niñas, niños y adolescentes de la comunidad han tenido un mayor acceso al español, y han aprendido a hablarlo más y con mayor destreza que las generaciones 137

anteriores, en gran parte porque las becas de Oportunidades han funcionado como incentivos para que terminen la primaria y sigan estudiando la secundaria. En la telesecundaria de la comunidad los contenidos del plan de estudios están desarrollados sólo en español, además de que los maestros les exigen a los alumnos hablar y socializar en lengua castellana porque los docentes vienen de otras comunidades y muchos de ellos no entienden el mazateco. A pesar de dicha restricción, la interacción cotidiana entre alumnos sigue siendo principalmente a través del mazateco. Georgina me contó que habla mazateco “con los amigos más, con mis compañeros, con los maestros no, tenemos que hablar español…porque no entienden mazateco, nos lo prohíben”. VI.4 Los efectos de Oportunidades en el campo de la educación El programa Oportunidades se ha encargado de promover una mayor escolaridad en áreas rurales e indígenas que históricamente han presentado altos índices de analfabetismo y exclusión escolar como muestran las evaluaciones oficiales a su componente educativo (Behrman et. al. 2006a). Sin duda uno de los mayores impactos del programa en SJI ha sido el aumento de la asistencia y la permanencia escolar de las niñas y los niños mazatecos en la primaria así como su prolongación en la secundaria y en algunos casos el bachillerato. La gran mayoría de madres y padres de las familias beneficiarias estudiaron cuando mucho la educación primaria y muy pocos de ellos (casi ninguna mujer) lograron llegar hasta la secundaria. Las abuelas no fueron a la escuela y unos cuantos abuelos estudiaron sólo los primeros años de la primaria. El cambio es realmente grande en cuanto a aumento del promedio de escolaridad, sobre todo entre las niñas y las adolescentes.

“Si no nos pagaran a lo mejor ya no estuviéramos estudiando” Las propias opiniones de las becarias y los becarios entrevistados coinciden en que uno de los mayores efectos que el programa ha logrado es ampliar el acceso a la educación y aumentar la escolaridad gracias a los incentivos económicos que les llegan a las familias: “Está bien que el gobierno nos apoye porque el dinero ahora es difícil de conseguir. Y con el apoyo que nos dan pues ya con eso nos alcanza para los útiles y todo lo que nos piden en la escuela. Si no nos pagaran a lo mejor ya no estuviéramos estudiando. Cuando apenas entramos hay mucho más gasto. Y cómo los padres no pueden… Hay algunos que tienen varios hijos… Algunos no pueden por falta de dinero”. (Elsa, becaria, de 18 años)

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“Oportunidades es la mejor idea del gobierno porque fue la única manera de hacer que la gente mandara a sus hijos a la escuela”, opina Sebastián, exbecario de 20 años, originario de Cerro Clarín. Las transformaciones más significativas que el programa ha traído a los hogares beneficiarios son para las y los jóvenes de la familia porque les ha permitido tener acceso a una beca. Juana, afirmó que los beneficios de Oportunidades son “para la gente joven, para seguir estudiando” porque con el dinero de las becas pueden comprar los materiales necesarios que les solicitan en la escuela. “Me ayuda a comprar el uniforme, zapatos y los libros” (Teresa, 13 años, segundo de secundaria). Al respecto otro becario afirmó: “En mi caso bien, chido, porque pues ahorro… Y luego como piden así cooperación en la escuela por bimestre y luego los exámenes y pago, con el dinero que me da el gobierno [los pago]…” (Samuel, 18 años).

Las becas sirven también para costear otros gastos extras de la escuela como uniformes y exámenes. María, de 15 años, comentó que “es un apoyo, por ejemplo ahorita que nos mandaron dinero va a ser para los uniformes deportivos”. Estos logros del programa Oportunidades en aumentar la escolaridad en localidades rurales e indígenas como Campana ven frenado su alcance por la marginación social del municipio en cuanto a la calidad de la infraestructura y de la educación impartida en las instituciones locales. No obstante el apoyo de las becas de Oportunidades y de la constancia que éstas exigen en cuanto a asistencia escolar, es frecuente que los alumnos no acudan a clase. En el caso de la primaria, los maestros me expresaron su preocupación porque niñas y niños se ausentan periódicamente de clases aunque esto conlleve faltas en los reportes escolares y el recorte del apoyo económico que se entrega a sus madres durante el bimestre. Algunos faltan por enfermedad pero también por otros motivos más intrascendentes como el mal clima. A esta situación hay que sumar la frecuente suspensión de clases por parte de la coordinación del magisterio estatal o debido a los trámites, las capacitaciones y las marchas que tienen que hacer los maestros de la zona escolar a la que pertenece el municipio. En la secundaria y el bachillerato algunos varones faltan a clases durante la temporada de siembra porque acompañan a sus padres al campo. La deficiente calidad de la educación primaria en este municipio oaxaqueño se debe a múltiples factores de origen estructural como carencias en las instalaciones y en los equipos y materiales

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básicos115 así como a una formación deficiente del personal docente. El sistema de Educación Indígena presenta fuertes carencias en todo el país y en Oaxaca particularmente, con maestros que salen de la Normal sin herramientas pedagógicas para ofrecer una educación realmente intercultural y bilingüe. El poco dominio del español en los niños y las niñas dificulta el aprendizaje de los contenidos oficiales de la escuela primaria. La educación indígena sigue siendo orientada principalmente a castellanizar, sin tomar en cuenta currículos educativos y formas de aprendizajes que sean apropiadas al contexto rural indígena. De por sí, la tarea de “castellanizar” es difícil y los maestros de los primeros grados de la primaria en Campana sienten impotencia frente a niños y niñas que no aprenden a leer ni a escribir en español durante esos años. Cuando llegan a la secundaria muchos alumnos no saben escribir bien el español y algunos no pueden expresarse del todo bien, por eso mismo tienen bajas calificaciones en las materias y poca comprensión de los contenidos. Un obstáculo más en la situación escolar de la comunidad es la deserción escolar que sigue dándose no obstante los incentivos para seguir en la escuela de las becas de Oportunidades. En opinión de los maestros, la deserción se debe principalmente a dos motivos: la desintegración familiar a causa de la migración y la mala condición de salud de niños y jóvenes. Entre estos grupos etarios la asistencia a la escuela va mermando de acuerdo a la edad. Amanda, de 17 años de edad y estudiante del bachillerato, pertenece a las primeras generaciones de alumnos que recibieron las becas: “Los que salimos en la primaria éramos 50 y los que entramos a la secundaria éramos 35. Quince ya no siguieron estudiando, algunos se casaron, algunos se fueron a la ciudad.… Así, ya llegamos a la secundaria, segundo, tercero, algunos se salieron. Los que llegamos al IEBO somos pocos”.

Notamos entonces que las y los becarios que llegan al nivel medio superior representan un grupo mucho menor al de la población juvenil entre 15 y 20 años del municipio. En el IEBO de Campana hay sólo 90 alumnos en total, siendo la mayoría mujeres. La gran parte de los egresados de generaciones anteriores está fuera de la comunidad trabajando en alguna urbe. Lo mismo sucede con los egresados del IEBO de Cerro Clarín pues la mayor parte migró hacia la ciudad de México. Así que los logros de Oportunidades en el campo de la educación se ven contrarrestados con la migración de la juventud del municipio hacia las ciudades al terminar la escuela secundaria o el bachillerato, tema que se retomará en el 115

Por ejemplo, los libros de la SEP llegan meses después de iniciadas las clases.

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apartado referente a las prospectivas laborales y de estudio de las y los becarios entrevistados. VI.4.1 Oportunidades y la educación de niñas y jóvenes No obstante los problemas, es indudable que el dinero de las becas de Oportunidades ha sido un aliciente para que un mayor número de niños, niñas y adolescentes de todo el municipio de SJI asistan con regularidad a la escuela y permanezcan un mayor número de años en ella. Ahora es importante señalar que este incentivo ha tenido un efecto más profundo en las niñas y las jóvenes de la comunidad que en sus coetáneos varones. Existe un cambio creciente entre las generaciones de las abuelas, las madres y las hijas en cuanto a niveles de escolaridad y uso del español. Las abuelas de las familias beneficiarias no tuvieron oportunidad de ir a la escuela y la mayoría de las madres titulares no completaron su educación primaria, sólo muy pocas estudiaron hasta la secundaria. Además, el tipo de educación que recibieron las mujeres de generaciones previas no fue la misma que la de sus coetáneos varones en los años setenta y ochenta. Una de estas madres me contó que ella aprendió a tejer y a bordar en la escuela. Puede decirse que la educación estaba claramente influenciada por la función de las mujeres dentro del hogar y las labores que por ello tenían que aprender. En el sistema de producción y en las estrategias de supervivencia de las familias mazatecas, las niñas y las jóvenes han sido históricamente mano de obra para los cuidados, la alimentación y la provisión de vestido en el hogar. Para ellas no era tan necesario aprender el español a comparación de los hombres cuyo espacio de trabajo siempre ha sido fuera del hogar, principalmente en el campo, la pesca, la ganadería o el comercio; cumpliendo además algunos de ellos con el papel de intermediarios con la sociedad regional por lo cual ha sido fundamental poder hablar el español. La situación de las hijas de los hogares de Oportunidades presenta un cambio profundo en la actualidad. Muchas asisten a la escuela, algunas de ellas hasta llegar al nivel medio superior de estudios. “Hay que aprovechar que antes no se podía estudiar y ahora sí”, dice Laura de 16 años, que lleva muy buenas calificaciones en su 5to semestre de bachillerato. Todas las becarias entrevistadas reconocen el hecho de asistir a la escuela como uno de los cambios perceptibles fundamentales en comparación con la generación de sus madres. Del mismo modo, identifican la importancia que ahora tiene el estudio sobre las formas anteriores de trabajo femenino en la 141

comunidad ligadas principalmente al trabajo doméstico y a la labor agrícola. Hoy día saber leer y escribir y estudiar son capacidades valoradas y significativas en la vida de las mujeres de la comunidad. Esto, por otro lado, no implica que las niñas y las adolescentes mujeres no sigan contribuyendo a las tareas del hogar y a la reproducción doméstica. La gran mayoría de las becarias entrevistadas declararon que les gusta asistir a la escuela, que disfrutan atender clases y aprender nuevas cosas cada día. María y Teresa, becarias de la telesecundaria de 15 y 13 años respectivamente, afirman que les gusta participar en las labores en casa aunque prefieren ir a la escuela; al igual que ellas, muchas niñas y muchachas de la comunidad han encontrado la forma de combinar los estudios con la responsabilidad de su trabajo doméstico. En algunas familias la permanencia de niñas y muchachas en la escuela se perfila como una estrategia para obtener y mantener el apoyo económico del programa, aunque a ellas mismas no les interese estudiar. Este es el caso de Georgina de 13 años de edad, quien dice que no le gustan las clases ni se esfuerza para obtener buenas calificaciones. Su madre y su padrino la convencieron de que entrara a la secundaria aunque a ella no le gusta la escuela. El representante municipal del programa Oportunidades opina que el sistema de las becas educativas para las mujeres no funciona siempre de la mejor manera porque “las hijas van de obligado a la escuela”. Afirma que algunas mujeres jóvenes en lugar de estudiar prefieren salir de su casa para trabajar y así poder ayudar económicamente a sus padres, como es el caso de las que han migrado desde edades tempranas o de las exbecarias que abandonaron sus localidades para irse a vivir a la ciudad y trabajar en empleos informales. Las niñas que no van a la escuela Entre algunas de las familias más pobres que subsisten principalmente del cultivo de la tierra y de la pesca en la presa, permanece el concepto de que las mujeres no “necesitan estudio” o es suficiente para ellas asistir a la escuela sólo durante la primaria. Las niñas de esas familias enfrentan serias dificultades para asistir a la escuela o mantener un buen desempeño escolar. Julia de 12 años, actualmente no asiste a la escuela. Ella repitió tres veces el tercer grado de la primaria, entonces su familia decidió no enviarla más a la escuela porque “no retenía nada”. Su hermano mayor considera que “ya está muy grandecita” para retomar el estudio. Esta es la

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situación de algunas niñas que tienden a repetir los primeros años de la primaria o a desertar antes del tercer grado que es cuando pueden obtener la beca de Oportunidades. Sin negar el impacto positivo de Oportunidades en el acceso a la escuela y a una mayor escolaridad entre las hijas y los hijos becarios de hogares indígenas, un efecto contradictorio del programa es que excluye a los alumnos que repiten grados escolares. Cuando repiten, pierden la beca, y es común que ya nunca más regresen a la escuela. La trayectoria escolar de las niñas puede ser afectada esencialmente por la necesidad de su participación en las labores domésticas para el sostén diario del hogar. María de 15 años, quien tiene el apoyo de la beca educativa desde hace algunos años, planea acabar su último año de telesecundaria pero ya no va a continuar estudiando el bachillerato “porque a mi abuelita no le ayuda nadie. Ya cuando nosotros regresamos de la escuela ya casi no tiene agua y nosotros somos los que vamos a acarrear agua.” Se dan situaciones por las cuales algunas familias prefieren no enviar las niñas a clases si su desempeño escolar es deficiente y no tienen acceso a una beca de Oportunidades que cubra los gastos de la escuela y equilibre económicamente la disminución de su aporte laboral en casa. VI.4.2 Importancia del estudio para la juventud La existencia de escuelas secundarias y de nivel medio superior en Cerro Campana y en Cerro Clarín es una de las razones por las que una parte de los jóvenes hombres y mujeres, menores de 20 años, se quedan en el municipio y retrasan la migración a la ciudad en busca de trabajo. Desde 1999, año en que fue creado el primer plantel de educación media superior en el municipio, las y los adolescentes que egresan de la secundaria no tienen que dejar sus localidades de origen si desean continuar su trayectoria escolar, además de que casi todos esos egresados cuentan en la actualidad con el recurso económico de las becas de Oportunidades. Para la juventud mazateca del municipio el estudio se ha convertido en una posibilidad de vida en el presente y a futuro. Tanto las becarias como los becarios de la comunidad consideran que la escuela es el medio posible para mejorar sus condiciones actuales. “Quiero superarme, quiero aprender, quiero ser alguien en la vida de provecho”, dice Alma, de 16 años, que estudia el segundo semestre de bachillerato. El significado de la escuela para las y los jóvenes de la comunidad puede ilustrarse con el comentario de Luis, de 19 años: 143

“Me gusta, para mi es algo natural, es una oportunidad que tenemos que aprovechar…Y es una oportunidad que nos dieron nuestros padres y ser alguien en la vida, en un futuro tener una carrera…Es algo como enriquecimiento a una persona que si no estudias no eres nada y no sabes nada. Así más o menos yo entiendo que es el estudio”.

Los jóvenes de esta comunidad mazateca comparten una prospectiva, parcialmente idealizada, de la educación como una esperanza para trascender y como vía para el ascenso social en la que las becas de Oportunidades ayudan a alcanzar niveles superiores de educación. Las respuestas de las y los entrevistados respecto a si seguirían estudiando en caso de no contar con la beca muestran un genuino interés por dedicarse a estudiar independientemente de la beca, aunque se reconoce que el no seguir recibiendo este apoyo económico lo haría más difícil. Valgan cuatro respuestas al respecto: “Sí seguiría yo estudiando de todas formas, vería yo la forma de a ver cómo, pero seguiría yo estudiando” (Ana) “Bueno aunque no tuviera yo beca pues de todas maneras seguiría estudiando pero ya sería muy difícil” (Juana) “Creo que no, porque…que yo sea así de dinero no...mi padre trae unos problemas económicos y son gastos, somos pobres pues.” (Samuel) “Sí, sí, sí estudiaría pero tendría que buscar otra forma pa’ tener una beca, buscarle otra forma; a veces el gobierno te manda beca por el promedio, sería cuestión de meterte y tener buen promedio” (Luis)

Los exbecarios y las exbecarias de Oportunidades que terminan el bachillerato cuentan con un fondo de ahorro, dinero del cual pueden disponer al salir de la escuela. Juana, reciente exbecaria, comentó al respecto: “Pues para mí fue un apoyo, porque gracias a la beca que tuve pues ya me ayudé a comprar los libros, todo lo que nos pedían en la escuela, con el apoyo…Y ahorita en este mes, vamos a cobrar tres mil pesos que tenemos en el banco y pues voy a seguir estudiando con eso”.

VI.5 Los proyectos de vida a futuro de becarios y becarias A partir de lo que me narraron becarias y becarios en conversaciones y entrevistas a profundidad se describen a continuación sus proyectos de vida a futuro en relación a los estudios, el trabajo y el matrimonio, encontrando que hay matices diferenciados por el género en cuanto a las experiencias relatadas y las necesidades expresadas. Entre estas experiencias y necesidades destaca la aspiración a migrar.

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VI.5.1 Prospectivas de estudio Todos las y los becarios afirmaron que les gustaría poder continuar con los estudios, siempre y cuando las circunstancias socioeconómicas de sus familias se los permitan. Estas circunstancias en algunos casos varían de acuerdo al sexo, la edad, y el orden al nacer de los miembros que componen la familia. “…La posición de los individuos (descendencia del núcleo conyugal y la ubicación de los individuos en el ciclo reproductivo-doméstico) tiene implicaciones para…las trayectorias educativas de estos sujetos. Los primeros hijos son, generalmente, un recurso económico extremadamente importante. Es frecuente encontrar que los primogénitos o los primeros hijos de una pareja –en contextos rurales empobrecidos- salen de la escuela a muy temprana edad para incorporarse al trabajo agrícola (ya sea en la parcela de la familia o como jornaleros). Los hijos más pequeños, por otra parte, pueden beneficiarse de las contribuciones monetarias o en especie que hacen los hermanos mayores a la economía doméstica de tal forma que no es raro encontrar que sean los menores los que alcanzan niveles educativos más avanzados”. (González de la Rocha, 1994 citada en González de la Rocha , 2009a: 79). En Campana, los becarios que son los más pequeños de la familia vislumbran mejores posibilidades de estudiar hasta el bachillerato que las que tuvieron sus hermanas y hermanos mayores, quienes debieron trabajar desde muy jovencitos para ayudar a la manutención del hogar. Los padres de Ximena de 14 años, quién es la menor de tres hijos, le han aconsejado que si así lo desea continúe estudiando: “ellos me dicen que aproveche porque ellos no me pudieron dar todo, o sea, ellos no le pudieron dar bien el estudio a mis hermanos y pues ellos quieren que yo salga adelante”. Este cambio es perceptible no sólo en las vidas de los propios becarios sino también para la familia entera, porque los hijos pequeños han llegado a niveles de escolaridad muchos más altos que los hijos y las hijas mayores. Tanto becarias como becarios entrevistados quieren continuar estudiando aunque para los que cursan el bachillerato y desean estudiar una carrera eso implicaría salir de su pueblo para poder asistir a un plantel de educación superior. Debido a la precariedad económica que enfrentan sus familias, el hecho de salir a estudiar conlleva necesariamente trabajar para solventar los gastos escolares además de los gastos mayores de la vida en la ciudad. 145

Enviar a sus hijas e hijos a estudiar fuera es una posibilidad que tienen pocos hogares de la comunidad, como las familias de comerciantes y de maestros cuyos hijos suelen estudiar la secundaria y el bachillerato en Temascal, en Tuxtepec o en Tierra Blanca, las poblaciones urbanas más cercanas con servicios educativos. Para las y los adolescentes salir de Campana para estudiar representa no sólo un distanciamiento de su lugar de origen sino también un nuevo reto en cuanto a la socialización con los compañeros y los maestros y la adaptación a escuelas más grandes en un contexto urbano muy diferente al que están acostumbrados. Este es el caso de María, de 15 años, cuya familia contempla la posibilidad de enviarla a estudiar a Veracruz pero ella prefiere quedarse a estudiar en la comunidad: “porque ya conozco a unos que otros chamacos y en cambio allá me voy a sentir como una extraña, no sé. Pues no voy a conocer…no conozco a nadie allá.” Y el de Laura, de 17 años, que siempre ha sido buena estudiante y está empeñada en estudiar una licenciatura, pero la da tristeza pensar que para eso tiene que salir del pueblo y no quiere separarse de su familia. Cursar niveles superiores de educación se presenta como una experiencia dolorosa por el hecho de tener que vivir fuera de la comunidad. Los relatos de becarias y becarios expresan una idealización del panorama escolar. Irma, quien tiene 10 años, me contó que cuando sea grande le gustaría estudiar la carrera de licenciada en derecho, y luego me preguntó con mucha curiosidad: “¿Y a poco hay muchas niñas así ya grandes que han agarrado una carrera de licenciada…las que ya terminan todos sus estudios, a poco, sí hay?”. Yo le respondí que sí, que hay muchas jóvenes que estudian la licenciatura para ser abogadas. Después inquirí por la razón de elegir esa carrera y ella contestó: “para defender los derechos de los niños de las personas que ya están grandes, porque hay algunos que son así, como los hombres a las mujeres le pegan algunos y no tienen derecho a hacerle eso”.

El comentario de Irma ilustra como la posibilidad de estudiar una carrera se imagina como una realización personal de niñas y jóvenes que, además, puede servir para transformar las realidades cotidianas de muchas mujeres como es el vivir violencia en el hogar. Por su parte, Luis comenta: “mi sueño es ser presidente de aquí...algún día a ver si se me cumple ese sueño, la carrera sí me sirve para cumplir mi sueño”. Esto muestra el valor significativo que las y los jóvenes de la comunidad otorgan a los estudios, sobre todo los de nivel superior porque sirven para llegar al punto más alto del escalafón social de la comunidad, 146

como son los puestos políticos. La escuela se percibe como un medio de ascenso social a nivel local. A becarias y becarios tener estudios les representa no sólo un factor de superación personal y de cambio en las prospectivas de vida, sino también una plataforma para poder tener acceso al mercado laboral que exige habilidades y conocimientos básicos, de allí la necesidad de “aprender muchas cosas”. Por ejemplo, Teresa a sus 13 años considera que es importante estudiar “para encontrar un trabajo”. Sin embargo, en la realidad son pocas las opciones de estudio a las que tienen acceso estos jóvenes debido a una calidad muy deficiente de la educación obtenida en la comunidad, y también a la falta de información sobre las licenciaturas así como a la insuficiente orientación vocacional en los planteles educativos a nivel local. Los jóvenes mazatecos de Campana se encuentran en total desventaja para tener acceso a la educación superior, en comparación con jóvenes egresados del bachillerato en otras escuelas y contextos sociales. Por la baja calidad de los estudios que cursaron, es probable que ninguno de los jóvenes de la comunidad lograra pasar un examen de admisión en las universidades más importantes del país. Esta baja calidad de la oferta educativa en el medio indígena hace que persistan las desigualdades sociales de los niños y jóvenes indígenas en comparación con otros sectores sociales del país que cuentan con mayores conocimientos básicos y habilidades educativas. Dentro del limitado abanico de posibilidades para seguir los estudios que se maneja a nivel local se encuentran carreras técnicas y vocacionales como computación y enfermería. Muchos de los becarios dicen que quieren estudiar computación, como es el caso de Juana y Rafaela, de 19 años de edad, egresadas del bachillerato el año pasado que efectivamente se fueron a estudiar computación a Tierra Blanca116. Juana, además, planea estudiar enfermería porque le interesa poder trabajar en la comunidad y la clínica es el espacio que le permitiría obtener un trabajo y un ingreso seguro sin necesidad de salir del pueblo. Si bien es cierto que el programa Oportunidades promueve el estudio y posibilita el acceso a mayores niveles de educación, también es cierto que al menos la mitad de los exbecarios de 116

Salen de la comunidad todos los sábados desde muy temprano para llegar a tiempo hasta dicha ciudad. Se trata de un curso corto al cual asisten en lo que deciden que pueden hacer de sus vidas o que otra cosa pueden estudiar.

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Oaxaca y Chiapas ya no vive en su lugar de origen (González de la Rocha: 2009). Además, la educación en Oaxaca tiene serios problemas estructurales e históricos, y en municipios mayoritariamente indígenas como lo es SJI se presenta un fenómeno de “educación para migrar” porque las y los jóvenes prácticamente no tienen posibilidad de empleo ni de generar ingresos en sus comunidades de origen. VI.5.2 Prospectivas laborales En Campana cada vez son menos las y los jóvenes de las familias campesinas y pescadoras que consideren estas actividades como fuentes posibles de trabajo en el futuro. Los jóvenes de estas familias son los que más migran hacia las ciudades precisamente en busca de trabajo e ingresos monetarios. Esto es distinto para algunos muchachos de familias ganaderas los cuales reconocen como importante su aportación laboral en los potreros así como en la venta de carne de res. Para ellos la actividad ganadera sí se mantiene como una opción digna de trabajo, seguramente porque genera ingresos que se consideran suficientes en el mercado de trabajo local. En realidad, más allá de la labor docente, las opciones laborales de las y los jóvenes en la comunidad son muy reducidas: “aquí el único trabajo es ser maestra”, declaró con tristeza Juana. Y sin embargo, son pocos y afortunados, los jóvenes cuya familia de origen es de maestros por lo que pueden heredar una plaza117 o comprarla con el fin de impartir clases en alguna de las escuelas del municipio. Si un maestro(a) va a jubilarse puede tramitar que su plaza le sea otorgada algún hijo(a) o familiar. La mayoría de las familias de maestros en Campana optan por esta práctica y convencen a sus hijos para que acepten la plaza docente puesto que el trabajo como maestro les asegura un ingreso económico estable y un futuro laboral en la comunidad. Otra opción de trabajo en la comunidad es la de cubrir algún cargo en la administración del cabildo o la de ser promotor(a) de los programas gubernamentales que operan en el municipio, como los promotores en las casas de salud de la SSO y los promotores de alfabetización del IEEA. La inserción de los jóvenes en la labor de alfabetización en la comunidad ha sido importante. El programa Oportunidades tiene un convenio con el IEEA y la SEDESOL en el 117

En Oaxaca, como en algunos otros estados, el Sindicato de Trabajadores para la Educación les brinda la posibilidad de heredar la plaza magisterial a un familiar.

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que jóvenes becarios o exbecarios imparten clases de alfabetización y educación a grupos de mujeres titulares. Este programa busca acreditar a las personas que no cuentan o no concluyeron con su educación primaria y secundaria; la mayoría de las titulares de Campana se encuentran en dicha condición. Son pocos los jóvenes que pueden emplearse como maestros en las escuelas o como promotores de los programas gubernamentales que operan en la comunidad. Ante el panorama desierto de opciones laborales, la gran mayoría de las y los becarias de Oportunidades desea salir a trabajar a la ciudad como lo hiciera la generación de sus padres. Los destinos más frecuentes siguen siendo la ciudad de México, Orizaba, Córdoba, Puebla y Oaxaca, y los lugares de trabajo a los cuales se tiene acceso son mercados, taquerías, restaurantes, cremerías, fábricas, bodegas y tiendas. Las mujeres jóvenes siguen migrando para emplearse en casas particulares con el fin de realizar labores de limpieza. Durante los años ochenta y noventa, muchas de las madres de estas jóvenes becarias, quienes tenían entre 12 y 16 años en ese entonces, migraron a la ciudad de México para trabajar como empleadas domésticas. Filomena, una madre titular de Oportunidades, me contó que a los 12 años se fue a trabajar a la ciudad de México porque sus padres eran muy pobres para poder mantenerla a ella y a sus diecinueve hermanos. La migración de estas mujeres a los centros urbanos fue y sigue siendo posible por las redes de parentesco y comunitarias ya establecidas en algunos lugares, por ejemplo en el mercado de la Merced de la ciudad de México en el que trabajan muchos mazatecos originarios del municipio. VI.5.3 Prospectivas sobre el matrimonio y la descendencia Un tema importante en las vidas actuales de becarias y becarios tiene que ver con las relaciones de noviazgo y la posibilidad de contraer matrimonio en un futuro. Es importante hacer dos aclaraciones al respecto: la mayoría de las becarias negó tener novio, aún si se sabe que algunas de ellas mantienen relaciones de noviazgo. Esta negativa es probable que se deba a que la sexualidad sigue siendo un tema tabú en la comunidad, aunque se supone que en la escuela es parte de los contenidos educativos desde el último año de la primaria y es uno de los temas a considerar en las pláticas de salud para adolescentes que deberían llevarse a cabo de acuerdo a las reglas de Oportunidades. El segundo punto refiere a que los becarios, tanto ellas como ellos, vislumbran la posibilidad de casarse como un suceso aún muy lejano en sus vidas por lo 149

que resultó ser difícil indagar acerca de sus aspiraciones en cuanto al matrimonio y a la posibilidad de tener hijos. Las y los entrevistados coincidieron en que antes de pensar en matrimonio e hijos primero quieren estudiar y/o trabajar, ahorrar dinero, salir de la comunidad y explorar otras actividades. Las niñas y las jóvenes son las que más expresan sus deseos de seguir estudiando antes de casarse. “Primero tengo que estudiar, terminar mis estudios y ya [después] casarme”, afirmó Ximena de 14 años. Irma, la niña de 10 años que declaró que las mujeres son más inteligentes que los hombres, también añadió que desafortunadamente no todas las muchachas son así: “hay algunas que no, porque terminando sus estudios ya se casan y ya…Y otras no, se ponen a hacer su carrera estudian [de] maestra, [de] doctora”.

Es decir, para esta niña como para muchas otras, casarse temprano no es una decisión inteligente. Esto seguramente representa una transformación de valores con respecto a la generación de sus madres y, aún más de sus abuelas, en cuanto a las edades casaderas. El testimonio de Irma muestra los efectos que ha tenido la escuela en los valores y las aspiraciones de muchas niñas y adolescentes mazatecas, así como en el aplazamiento de la edad para contraer matrimonio, ya que éste se considera un obstáculo para continuar estudiando un nivel secundario o medio-superior. Juana, quién tiene 18 años y ya terminó el bachillerato, dice que sí se quiere casar pero todavía no: “como algunas compañeras que luego, luego se casan bien chicas, saliendo de la escuela… Yo siempre le digo a mi mamá, yo me quiero casar hasta los 25 o hasta los 30 años”. El comentario de Juana expresa un deseo, compartido por gran parte de los becarios, de retrasar la edad para el matrimonio aunque la vida escolar en la comunidad haya terminado. Algunos padres de familia perciben y apoyan este cambio de “elecciones” en la vida de sus hijas. A Laura, que ha destacado por sus cualidades en la escuela, su padre le ha dicho que no quiere que cuando acabe el bachillerato se vaya y haga como otras muchachas que se juntan inmediatamente con un muchacho. Los becarios también quieren seguir estudiando. Al respecto, Luis, cuya edad es 19, comentó que sí se quiere casar pero antes quiere estudiar una carrera. Samuel, de 18 años, expresó: “Primero tengo que trabajar, tengo que hacer mi casa, conseguir trabajo así fijo y ya con mucho gusto me caso”. También en los jóvenes se presenta una transformación de las

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creencias sobre el matrimonio en comparación con sus padres quienes se casaron muy jovencitos sin contar con recursos económicos y materiales para el sostén de la futura familia. Becarias y becarios contemplan la posibilidad de casarse y tener hijos a una edad más tardía que la de sus padres y madres; para muchos de ellos se trata de un futuro a largo plazo, lo cual representa un cambio intergeneracional importante en los patrones respecto a la primera unión de las generaciones actuales de jóvenes que priorizan otros proyectos de vida antes del matrimonio, además de que cuentan con mayor información sobre el uso de anticonceptivos y métodos de planificación familiar. En general, esta transformación tiene diferentes significados para las muchachas que para los muchachos. Para ellas se trata de un cambio mayor y más trascendental, lo cual resulta evidente cuando se comparan su vida actual con la que tuvieron a la misma edad sus madres o, aún más, sus abuelas. El retrasar la edad para casarse y tener hijos se vislumbra entonces como otro de los impactos derivado del aumento de la escolaridad por los apoyos educativos de Oportunidades. La edad promedio que las y los jóvenes entrevistados imaginan para contraer matrimonio es la de 25 años, aunque dentro de este rango los becarios calcularon una edad más avanzada que las becarias. Becarias y becarios reconocen que la vida familiar conlleva nuevas responsabilidades y cargas de trabajo relacionadas con los cuidados de los hijos y el sostén del hogar. Juana, quién tiene 19 años, expresó: “todavía quiero divertirme, aunque no salga…Quiero estar todavía sola, le digo a mi mamá, porque ya cuando uno se casa pues ya es una responsabilidad”. En ese sentido, hay conciencia entre las becarias que son especialmente las mujeres las que adquieren más cargas de trabajo con los hijos, lo cual les impediría realizar otras actividades, incluso trabajar. Así lo ilustra el comentario de María, quién tiene 15 años: “el hombre pues puede trabajar, bueno la mujer también pero quién sabe si pueda porque tiene hijos…porque luego hay mujeres que no les dan permiso trabajar”. Esta becaria reconoce que actualmente las jóvenes pueden trabajar al igual que los muchachos de su edad pero que las posibilidades de ellas se limitan cuando tienen descendencia y deben encargarse de sus hijos. Su comentario implícitamente no cuestiona la idea de que el marido tenga el derecho de prohibir el trabajo afuera de la casa o la idea de que son las mujeres las que se tienen que encargar de los hijos. Aquí notamos que a pesar de las transformaciones de valores y creencias sobre la edad ideal y las responsabilidades en el

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matrimonio, persiste la idea de que estas obligaciones con el esposo y con los hijos recaen en las mujeres. Muchas becarias manifestaron que la posibilidad de una mujer de trabajar y ganar su propio dinero le permite tomar decisiones para su propio beneficio. La misma María declaró que en el caso de llegar a tener problemas durante su matrimonio: “Ya nomás lo voy a sacar de mi casa y él ya no me va a poder sacar así. Yo pienso así. Si te casas, trabajas, tu casa todo… y ya si tu marido ya tiene otra mujer… órale fuera”.

Este es otro posible cambio entre las generaciones de las madres y las hijas, porque éstas últimas tienen claro y expresan que desean establecer relaciones más equitativas con sus esposos. VI.6 Cambios y continuidades entre madres e hijas En este apartado describiré cómo las becarias entrevistadas conciben e identifican continuidades y transformaciones en sus perspectivas de vida, sobre todo las trayectorias escolares y las expectativas laborales, en comparación con las trayectorias de la generación femenina anterior a ellas. Paloma Bonfil afirma que “hay cada vez más jóvenes mujeres de hogares campesinos con horizontes distintos a los de sus madres” (2001: 35). Contrastar las situaciones de vida de madres e hijas desde una perspectiva que enfatiza tanto las diferencias como las similitudes entre las mujeres de dos generaciones nos permite una reflexión más profunda sobre cómo se han transformado los roles y las relaciones de género en las familias de la comunidad. Una de las continuidades en las circunstancias de vida entre madres e hijas son las cargas de trabajo propias del hogar que se siguen considerando estrictamente femeninas, tales como la ayuda en la preparación de los alimentos y en la limpieza de la casa, el cuidado de los hermanos pequeños y el lavado de su propia ropa además de la de sus hermanos o sobrinos varones. La inserción de estas niñas en la escuela ha reducido la carga que asumen en las labores domésticas pero eso no significa que dejen de colaborar con los cuidados del hogar y la alimentación de sus familias. Otra condición persistente en las nuevas generaciones de mujeres es el uso de la lengua mazateca. Aunque la generación actual de mujeres jóvenes sabe hablar español mucho más que sus madres y abuelas, esto no ha propiciado un cambio, o al menos uno aún muy gradual, en la 152

forma de desenvolverse socialmente por ejemplo con personas foráneas a la comunidad. El castellano conserva el rol de segunda lengua para la gran mayoría de estas jóvenes que prefieren y les es más fácil expresarse en su propia lengua, pero saben que hablar español fluidamente facilita que puedan migrar para estudiar o en busca de oportunidades de trabajo en la ciudad. Entre los cambios que viven las nuevas generaciones de niñas y jóvenes de la comunidad se incluyen el papel y las relaciones que establecen como hijas de familia y estudiantes de la comunidad. A la pregunta sobre si les gustaría tener la misma vida que sus madres, todas respondieron de manera negativa haciendo referencia a situaciones específicas: poder estudiar en lugar de trabajar en el campo, poder elegir a su pareja, llevar un matrimonio estable y después planear cuando y cuántos hijos tener. El acceso a la escuela es lo que ha permitido que estas jóvenes trasciendan la situación de ser madres, esposas y trabajadoras del campo. Juana, exbecaria de 18 años, reflexionó al respecto: “No me gustaría tener la misma vida que mi mamá porque de hecho ella parece que se casó a los 12 o 13 años con mi papá. Como mi abuelito, el papá de mi mamá, no la dejaba salir a ninguna parte y como mi otro abuelito ya no tenía dinero, pues ya la sacó de la escuela y ya le dijo a mi mamá que mejor se pusiera a trabajar. Así cortar café, ir a cortar chiles, es lo que hacían antes”.

Una de las principales motivaciones en la vida de las entrevistadas es asistir de manera regular a la escuela y seguir estudiando: “Yo luego le digo a mi mamá que si no tuviera esa oportunidad [la beca de Oportunidades] todavía seguiría estudiando. A mí se me dejó estudiar, y no por el dinero. Yo quiero ser alguien en la vida y como ellos no pudieron terminar la escuela, mis hermanos tampoco. Alguien de la familia debe seguir estudiando” (Esperanza, 18 años, estudia el 1er semestre en el IEBO).

Las estudiantes que han tenido acceso al nivel medio superior señalan que su propia situación dista mucho de las condiciones en las que vivieron sus madres las cuales no estudiaron más allá de la primaria o de la secundaria. Ana comenta: “Ella [su madre] antes estaba en su casa, nada más terminó la secundaria y ya se quedó. Me pregunta ella que qué pienso yo, si quiero seguir estudiando, esa es mi idea y ella ya no quiso seguir…Y esa es la diferencia, yo sí tengo ganas de seguir estudiando”.

No es tanto que la madre de Ana no hubiera querido seguir estudiando sino muy probablemente no tuvo la posibilidad de hacerlo por las circunstancias de su generación en la que no se consideraba que la escuela fuera un medio importante para las mujeres, quienes 153

estaban más tiempo en casa dedicadas a las labores del hogar y a cumplir con su función como madres. Al respecto, Juana comenta: “Mi mamá pues no, dice, tuve mucha ilusión de que iba a ser maestra y todo eso pues ya no fue lo mismo ya fue diferente, desde que se juntó ya no fue lo mismo porque se embarazó y todo eso”.

En el imaginario de las becarias entrevistadas hay un fuerte deseo por salir a estudiar fuera del pueblo aunque son muy contadas las jóvenes exbecarias que han migrado y han logrado ese propósito. Cuando terminan su educación en la comunidad, las becarias quieren trabajar para poder ganar su propio dinero con lo que lograrían ayudar a sus padres y no depender económicamente de ellos, o si fuera el caso, de su marido. En el deseo de migrar también se encuentran las miras de regresar porque no les gustaría vivir mucho tiempo lejos de su pueblo ya que esto implicaría estar alejados de su familia. Esta preocupación por la distancia y el posible desapego a la familia es manifestada más por las becarias que por los becarios. El hecho de salir a trabajar como posibilidad a futuro de las becarias es una continuidad con respecto a la generación de sus madres, aun si la edad en la que migran actualmente las jóvenes es más tardía. Ahora migran después de terminar la secundaria y el bachillerato aunque siguen conectándose a redes de trabajo muy similares a las que tuvieron sus madres. Una de las transformaciones que las jóvenes señalaron es que ahora ellas pueden elegir con quién y cuándo casarse. Los noviazgos entre las y los jóvenes de la comunidad, tal como ahora se practican, es algo que no experimentaron las generaciones anteriores. Juana nos cuenta que: “Mi mamá me platica [que] cuando ella estuvo con su papá y su mamá pues no los dejaban salir, y ya con un muchacho que te veían platicando pues ya te casaban a la fuerza. Querías o no querías, ya te casaban… Así era”.

Ahora la mayoría de las y los jóvenes se casan después de haber tenido noviazgos duraderos con personas de su propia elección y gusto. En este sentido, aunque a algunas chicas se les permite tener novio, las recomendaciones de padres y madres siempre apuntan a que esta permisión no debe afectar su concentración en los estudios. Muchas becarias afirmaron que a ellas les gustaría tener relaciones más equitativas con sus futuros maridos de las que sus madres tienen con sus padres. Fueron claras con el hecho de que no les gustaría pasar por las mismas adversidades que sus madres en relación a la vida 154

matrimonial. María, a sus 15 años, me aseguró que no le gustaría tener la misma vida que su mamá, ni tampoco la de su abuelita “porque mi abuelito tuvo seis mujeres”. Ximena, de 14 años, dice que no le gustaría tener la misma vida que su mamá “porque luego mi mama se pelea con mi papá”. Desea que su vida sea diferente “en no pelearme así cuando tenga mi esposo y ser feliz”. Afirma que sus padres siempre pelean entre sí cuando él llega alcoholizado a casa aunque aseguró que su padre nunca le ha pegado a su madre. Para algunas de ellas, la vida en pareja se vislumbra como una situación que exige muchas obligaciones y que puede ocasionarles problemas con un hombre. Así lo refiere Juana, de 19 años de edad: “Porque luego al casarse, el marido te está diciendo de cosas. Está de que no sabes hacer esto, que no sabes hacer el otro…O a veces puedes saber hacer todo pero resulta de que no y todo eso, y luego le empiezan a gritar o luego los que toman, salen a tomar y ahí están criticando de todo, lo que es uno, pues. Te están criticando luego ahí y el otro amigo de tu marido ya supo que es lo que tenías y así poquito a poquito se va aumentando las cosas”.

Las becarias reconocen cambios positivos los cuales sus madres no vivieron, sin embargo sus declaraciones cercioran que las desigualdades entre los hombres y las mujeres de la comunidad continúan, sobre todo en las relaciones en la familia pero también en los espacios colectivos de la comunidad. La mayoría de las becarias entrevistadas coincide en que los cambios intergeneracionales que se están dando son propicios para que los y las jóvenes de hoy tengan mejores condiciones de vida. Por ejemplo, coinciden en afirmar que el poder llegar a ser madres a edades más avanzadas de las que fueron sus madres es un cambio muy positivo en sus vidas. * En este último capítulo sustancial en la argumentación de mi tesis se profundizó en la transformación, y en algunas ocasiones la permanencia, de las relaciones entre los géneros y las generaciones de las familias beneficiarias del programa Oportunidades en Cerro Campana. Vimos así en un primer apartado cómo las relaciones afectivas de cercanía y de autoridad que los padres tienen con sus hijos e hijas becarias presentan ciertas similitudes pero también diferencias según el becario sea varón o mujer. En este último caso, las adolescentes mujeres tienden a tener menor libertad de movimiento en los espacios públicos que sus hermanos varones. 155

En el segundo apartado documente distintas opiniones de beneficiarias, becarios y maestros sobre acciones concretas como los derechos y las obligaciones que se tienen por contar con los apoyos económicos del programa. Abundan las respuestas sobre las obligaciones que adquieren como becarios y hay muy poco conocimiento sobre los derechos, aunque se reconoce que el mayor derecho es el de estudiar. Otras opiniones e interpretaciones que se exploraron fueron las referentes a la acción afirmativa de las becas de Oportunidades con montos superiores para las adolescentes a partir de la secundaria, encontrando respuestas que se asocian a valores estereotipados sobre el género que tienden a ser compartidas en la comunidad: las mujeres son más estudiosas y dedicadas, las mujeres necesitan más cosas materiales, las mujeres tienen mayor potencial para administrar y ahorrar dinero. En pocos casos, las personas entrevistadas pudieron reconocer el motivo real de esta acción afirmativa, que señala que las mujeres necesitan un mayor apoyo para ir y seguir en la escuela porque históricamente han sufrido discriminación en este ámbito lo cual ha resultado en menores años de escolaridad en comparación con los varones de la misma edad. En lo que se refiere a la situación lingüística de la comunidad, notamos que la lengua mazateca sigue estando presente en la vida cotidiana de la gran mayoría de las familias; asimismo sigue siendo preponderante en los primeros grados de la escuela primaria, ya que los maestros son originarios de la zona mazateca. Por su parte, el español tiene una presencia importante en la comunidad porque la mayoría de la población es bilingüe; además de que las becas de Oportunidades han funcionado como incentivos para que las niñas y los niños terminen la primaria y sigan estudiando la secundaria, donde adquieren mayores destrezas lingüísticas en castellano. Se reconoce que los mayores logros del programa Oportunidades en SJI son el aumento de la asistencia y la permanencia escolar de las niñas y los niños en la primaria y la continuidad escolar hasta la secundaria e incluso el bachillerato porque el apoyo económico del programa ha permitido a las familias de los jóvenes becarios costear los gastos de su educación y compensar de alguna manera la baja participación de niñas, niños y jóvenes en las tareas domésticas por su dedicación al estudio.

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Sin embargo, los alcances educativos de las acciones del programa contrastan con la baja calidad de la oferta educativa local y por otros factores estructurales y de marginación social como las dificultades mayores que los niños y niñas monolingües del mazateco presentan para aprender los contenidos curriculares en español, en un sistema educativo que no les da ninguna herramienta a los maestros para permitir transitar fácilmente de una lengua a otra en los procesos de aprendizaje en la escuela. Se enfrenta además una alta deserción escolar a temprana edad y una expulsión migratoria en busca de fuentes de empleo. El factor de la migración es determinante en el hecho de que son pocos las y los becarios de Oportunidades que realmente logran terminar con una educación de nivel medio superior No obstante, hay que reconocer que los logros de Oportunidades en el campo de la educación son aún más profundos para las niñas y las jóvenes indígenas, las cuales en generaciones anteriores no tenían derecho ni posibilidad de estudiar. Y esto justamente es uno de los cambios perceptibles fundamentales en comparación con sus madres y, sobre todo, con sus abuelas. Ahora la gran mayoría de las niñas, y muchas adolescentes y jóvenes de la comunidad se dedican principalmente a estudiar; además, claro, de colaborar con el trabajo doméstico en sus hogares. A una década de la creación del bachillerato y prácticamente de la cobertura de las becas del programa Oportunidades en el municipio, las y los becarios entrevistados consideran ir a la escuela como un medio posible para mejorar sus condiciones de vida. Comparten la idea de que la educación sirve para mejorar y ascender socialmente. El hecho de estudiar más allá de la enseñanza primaria se ha convertido en algo de suma importancia para la mayoría de las y los jóvenes de esta comunidad así como una forma de retrasar la migración, más no de evitarla porque incluso gran parte de los que han terminado el bachillerato se van a las ciudades en busca de empleos. En cuanto a los posibles proyectos de vida de becarios y becarias, éstos contemplan en muchos casos estudios, trabajo y eventualmente matrimonio. En estas prospectivas de vida, desde sus propias voces, se encuentran matices diferenciados por el género que se traducen en algunos casos, en experiencias y necesidades sentidas diferentes para ellas que para ellos. Un punto en común, sin embargo, es el deseo de migrar, idealmente para estudiar una carrera, aunque realísticamente para trabajar y ganar así su propia independencia económica. 157

En referencia a las prospectivas de estudio, las y los entrevistados a veces expresaron un cierto dolor en la necesidad de migrar para continuar estudiando después del bachillerato por no querer separarse de sus familias. A veces hay expectativas poco realistas, ya que, en general, es difícil que los egresados del IEBO local puedan entrar a alguna universidad pública porque la educación que han recibido es cualitativamente más baja que la que han recibido jóvenes de otros contextos educativos, urbanos o de clase media. Más bien, el hecho de terminar el bachillerato se percibe como un trampolín para el mercado laboral en las ciudades donde se puede conseguir mejor trabajo si se cuenta con ese nivel educativo. En cuanto a las prospectivas laborales de los y las becarias, la realidad local ofrece muy pocas opciones que aseguren un ingreso económico fijo para la juventud: tener un cargo o ser promotor de algún programa gubernamental presente en el municipio; contar con una plaza de maestro de primaria o secundaria; o trabajar en el negocio de la familia en el caso de los hogares ganaderos o comerciantes. Por lo anterior, las y los jóvenes de las familias campesinas y pescadoras son los que emigran con mayor frecuencia. Estos jóvenes mazatecos, al igual que la generación de sus padres, tienen que salir de su pueblo para trabajar en empleos precarios y con salarios muy bajos, en condiciones desventajosas en comparación con jóvenes de la ciudad y de otros estratos sociales. Los incentivos de Oportunidades han logrado reducir el atraso educativo en las nuevas generaciones de niñas, niños y jóvenes indígenas de Cerro Campana, sin embargo persisten las desigualdades de clase y de condición étnica para los jóvenes exbecarios que migran en busca de ingresos económicos en las urbes. Acerca de las prospectivas sobre el matrimonio y la descendencia no se puede conjeturar demasiado porque las y los becarios vislumbran el matrimonio como un suceso aún muy lejano. Lo que sí queda claro es que tienen ganas de estudiar más, de trabajar para poder ganar su propio dinero, de salir del pueblo y experimentar como es la vida en la ciudad. Todas estas fueran inquietudes expresadas especialmente por las becarias. Tanto ellas como ellos quieren casarse después de los 20 años pero antes de los 30, un promedio de edad mucho más tardío que el de la generación de sus madres y padres. Reconocen que el matrimonio conlleva nuevas responsabilidades y cargas de trabajo, especialmente para las mujeres, porque en general predomina la idea de que las obligaciones de la familia son para la esposa y madre.

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Finalmente, vimos algunos de los cambios y de las continuidades entre la vida de las madres y la de las hijas de los hogares beneficiarios de Oportunidades. En referencia a las cargas de trabajo propias del hogar, se constató que son similares entre generaciones. En cuanto al uso de la lengua mazateca, ésta persiste pero se combina con un mayor dominio oral y escrito del español en la generación de las hijas con respecto a sus madres y, aún más con respecto a la generación de sus abuelas. Lo mismo sucede con respecto al nivel escolar, en donde la nueva generación tiene mayor escolaridad y acceso al nivel medio superior; éste último siendo una situación totalmente nueva para las generaciones jóvenes. Asimismo, pueden elegir con quién y cuándo casarse e incluso mantener un noviazgo; siendo este un derecho que ahora tienen las hijas de estas familias, pero que la mayoría de sus madres no tuvo. Por último, las adolescentes y jóvenes aspiran a la posibilidad de trabajar para poder ganar su propio dinero; algunas de sus madres también migraron para trabajar, por lo que la diferencia reside en que ahora las hijas tienen mayores años de escolaridad lo que puede permitirles en algunos casos aspirar a un trabajo mejor pagado y ya no solamente trabajar en casas particulares como sirvientas. En resumen, las trayectorias educativas de las hijas en comparación de las madres efectivamente denotan ciertos cambios que pudieran representar mejores opciones; sin embargo, esto se enfrenta con la realidad de un mercado laboral fuera de la comunidad que sigue siendo sumamente restringido en la oferta, por lo que las opciones laborales disponibles no varían mucho con respecto a la generación de las madres, aunque las expectativas de las adolescentes y jóvenes frente al mundo del trabajo y a la posibilidad de estudiar una carrera universitaria hayan cambiado.

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CONCLUSIONES La presente tesis se ha planteado como objetivo documentar y analizar las continuidades y las transformaciones en las relaciones de género y entre generaciones impulsadas por las acciones afirmativas del programa Oportunidades en los hogares beneficiarios, en un grupo de titulares, becarias y becarios y en la vida comunitaria de la cabecera poblacional de San José Independencia conocida como Cerro Campana. En los capítulos anteriores hemos descrito y reflexionado acerca de las dinámicas que el programa genera en la comunidad de estudio reproduciendo las relaciones, patrones y categorías de género y de edad. Hemos visto cómo estas dinámicas interactúan a nivel de hogar con factores como las relaciones y la composición familiar y la situación socioeconómica de cada hogar. Asimismo, hemos explorado cómo intervienen factores tales como la calidad de los servicios locales de educación y de salud, al igual que intereses y objetivos específicos que el personal docente y de salud promueve en la implementación del programa mismo. Resulta claro que hoy en día el municipio mazateco de San José Independencia presenta sus propias formas de pobreza, estratificación socio-económica, estructuras y relaciones de poder político y prestigio social, aislamiento geográfico y violencia. En la actualidad, la población de la cabecera municipal subsiste cada vez menos del modo de producción campesino, razón por la cual en la gran mayoría de las familias dependen de la migración y las transferencias monetarias del programa Oportunidades. En cada familia hay por los menos un migrante que ha salido de la comunidad para trabajar. Desde una perspectiva de género y a través de una comparación entre generaciones, se ha abordado en la tesis la transformación en las relaciones de parentesco, en la organización familiar y en las prácticas del noviazgo y el matrimonio; transformación que a todos los efectos, ha sido muy significativa para las mujeres de las nuevas generaciones con respecto a sus madres y abuelas, sobre todo en cuanto a la posibilidad de elegir la pareja, iniciar abiertamente un noviazgo y mantenerlo como tal por largo tiempo y postergar la edad del matrimonio. Lo anterior, sin embargo, no significa que hoy en día ya no se presenten embarazos entre las adolescentes. La diferencia reside en que el tener hijos durante lo que ahora se considera como la etapa de la adolescencia (aproximadamente de los 13 a los 18 o 19 160

años) se concebía como algo normal y esperado entre las generaciones anteriores, mientras que hoy en día prevalece la conceptualización que se ha vuelto un “problema”. Cuando ocurre, es además común que se maneje de manera diferencial entre las jóvenes mujeres, por un lado, y sus parejas varones, por el otro, ya que siempre son ellas las que vienen forzadas a abandonar la escuela, afectándose así su trayectoria educativa y sus posibles perspectivas de vida. Los varones a veces asumen la responsabilidad de la paternidad, pero a veces no; a veces dejan la escuela para iniciar formalmente la unión en pareja buscando cumplir con su papel de proveedores del nuevo hogar; pero a veces siguen estudiando y en ocasiones, no asumiendo la responsabilidad de la paternidad. Tenemos aquí entonces una dimensión de las diferencias de género que se vuelve una inequidad, cuando a las jóvenes mujeres se les afecta más en sus posibilidades de desarrollo educativo y la maternidad se vuelve siempre obligada mientras que no siempre pasa lo mismo con sus coetáneos varones. Otra de las dimensiones de cambio que hemos explorado tiene que ver con la división del trabajo en los hogares y en la comunidad. La transformación se ha dado principalmente a nivel intergeneracional, ya que los niños, las niñas y los y las jóvenes dedican gran parte de su tiempo a los estudios aunque siguen colaborando en casa y en las tareas del campo de acuerdo a roles diferenciados principalmente por el género. Lo que permanece son las mayores cargas de trabajo para las mujeres y las niñas por lo que se concibe como su indispensable y exclusiva participación en las tareas del hogar y en el cuidado de los hijos y los hermanos menores. A lo largo de los capítulos vimos cómo la organización social comunitaria se desarrolla en un entramado de relaciones de poder, influenciado por el género, la edad y la clase social de los individuos y las familias. En este entramado, las mujeres, los niños, las niñas y los/las jóvenes tienen poco acceso a los espacios de poder en general. Los recursos económicos y políticos de la comunidad siguen siendo principalmente inaccesibles para las mujeres, incluyendo a aquéllas que son integrantes de las familias más poderosas de la localidad; situándolas en un lugar subordinado en las relaciones intergenéricas y en el ejercicio del poder en los espacios públicos. He encontrado situaciones contradictorias al explorar la injerencia del Oportunidades en la disminución de las desigualdades y las asimetrías de género en este espacio local rural e indígena. Por un lado, la responsabilidad del trabajo doméstico y del cuidado de la familia y las cargas de trabajo que éste representa, sigue recayendo en las mujeres. El mismo programa 161

tiende a reforzar este papel doméstico, con las actividades de corresponsabilidad que impone de manera prácticamente exclusiva a las mujeres y que, a veces, aumenta la carga de trabajo que las titulares del programa tienen que llevar a cabo en su vida cotidiana. Las mujeres tienden a tener un acceso limitado a los recursos del hogar; sin embargo, aquí vimos que el programa ha modificado parcialmente esta situación al interior de los hogares beneficiarios porque las madres ahora tienen asegurado un ingreso económico para la alimentación de la familia; ingreso que efectivamente y como el programa lo establece, por lo general, ellas mismas se hacen cargo de administrar y gastar. En general, esta exploración etnográfica nos permite concluir que en los hogares de Cerro Campana el programa Oportunidades ha contribuido en cierta manera a aumentar la autonomía de las madres de familia en las decisiones con respecto a los gastos para la alimentación y la salud de la familia y para la educación de los hijos, aunque en las relaciones de poder en la familia, los padres siguen teniendo mayor autoridad que las madres y los hijos varones (niños, adolescentes o jóvenes) gozan de mayor libertad de movimiento para salir de casa que sus hermanas. Una de las continuidades que encontramos en los roles de género y que las acciones de Oportunidades no sólo no modifican sino tienden a reafirmar, son las funciones reproductivas de las mujeres adultas como madres, cuidadoras de la familia, encargadas de la alimentación y de las labores del hogar. Los padres de las familias beneficiarias están eximidos de las corresponsabilidades que exige el programa, a excepción de que tienen que acudir si acaso una vez al año a consulta médica. Es así, que las corresponsabilidades del programa siguen reproduciendo los roles tradicionales de género en los que las mujeres se encargan de la limpieza no solo del hogar, sino también de los espacios públicos compartidos. Oportunidades no sólo refuerza el rol reproductivo de las mujeres, sino tiende también a invisibilizar su trabajo, ya que en las exigencias que el programa impone, no se contabiliza el tiempo y la energía que las mujeres deben de invertir en cumplir con las actividades; como si su trabajo no existiera, no contara o no tuviera un valor. Lo anterior, por otro lado, no niega el hecho de que el programa ha contribuido a crear un grupo organizado de mujeres en el espacio comunitario; un grupo que tiene que ver precisamente con el funcionamiento operativo del Oportunidades en el nivel local. Aquí vimos que hay mujeres, en su mayoría de las familias más acomodadas o con mayor prestigio social y/o político, que tienden a ocupar los puestos de vocales que el programa crea; algunos de los 162

cuales se vuelven espacios de poder frente a las otras mujeres beneficiarias del programa. Las vocales adquieren a través del ejercicio del cargo, una mayor autonomía de movimiento en los espacios públicos y mayores capacidades de expresarse y liderear. Sin embargo, también vimos que las otras mujeres pueden intervenir y limitar la mayor autonomía de las vocales, utilizando prácticas discursivas como el chisme que tienden a reproducir, a su vez, relaciones de subordinación de género. En la comunidad de Campana, las mujeres siguen teniendo poco acceso a la propiedad de la tierra y casi ninguno a la participación política; es decir, se encuentran separadas de los medios de producción y de los poderes locales. Abatir o incluso disminuir las desigualdades entre hombres y mujeres en un contexto de caciquisimo político en el que los recursos económicos y las tierras se concentran en manos de los varones adultos de unas cuantas pocas familias, se erige como una tarea colosal. Al interior de la comunidad existe una clara diferenciación social y económica entre los hogares que Oportunidades tiende a reproducir porque son las mujeres de familias de estratos más altos las que detentan los puestos de empoderamiento del programa, el ser vocales, y concentran la información importante. Lo que ha sido un logro indiscutible de Oportunidades en la comunidad es el mayor acceso a la escuela secundaria y media superior para las generaciones jóvenes. Los mayores alcances del programa son para los niños, las niñas, los adolescentes y los jóvenes de ambos sexos, ya que las becas educativas han permitido a las familias beneficiarias costear los estudios de los hijos y su poca o nula participación en las labores del hogar y del campo. Estudiar es ahora un proyecto de vida para las y los jóvenes y se concibe como una posible oportunidad para mejorar sus condiciones de vida. Este es un logro que tiene un peso mucho mayor para las mujeres porque antes a las niñas no se les permitía asistir a la escuela. La limitación más evidente que enfrentan estos alcances tiene que ver con que en realidad hay poco futuro para las y los becarios del programa Oportunidades, debido en gran parte a su deficiente formación educativa (las escuelas son de muy baja calidad) lo que trae como consecuencia la falta de oportunidades para continuar sus estudios a nivel superior afuera de la comunidad o para insertarse en el mercado laboral. A la mayor parte de estos jóvenes, que migran a núcleos urbanos, les esperan las mismas fuentes de trabajo que sus padres y sus madres: obtener un empleo precario muchas veces en condiciones de discriminación por motivos de etnia y de condición social, y también por ser mujeres, en el caso de las jóvenes. 163

Todo proceso de conclusión en una investigación implica plantearse nuevas preguntas, y por ende, descubrir nuevas vetas de estudio. Un análisis importante para profundizar más en los alcances de las acciones afirmativas del programa Oportunidades sería el de dar seguimiento a las condiciones de vida y trayectorias de estudio y trabajo de las exbecarias de SJI que han migrado fuera de la comunidad poniendo énfasis en las diferenciaciones de género, etnia y clase social en contextos urbanos donde se evidencian aún más las desigualdades sociales de las jóvenes indígenas. Por último, resta decir que efectivamente encontramos un profundo cambio generacional en las condiciones de género con transformaciones significativas entre madres e hijas de la comunidad, básicamente él de un mayor acceso a la escuela para la generación joven. Han disminuido los matrimonios arreglados en los que las adolescentes y jóvenes no tenían derecho a decidir, y se ha postergado la edad para casarse y para tener hijos. Sin embargo, permanecen las relaciones, los estereotipos y los patrones de género que colocan a las mujeres en posiciones desventajosas y de desigualdad social en relación a los hombres, y que son aceptados, reproducidos y reforzados tanto por hombres como por las propias mujeres. Además, las mujeres de la comunidad de Campana no cuentan con información correcta y apropiada -en el sentido cultural de apropiación- sobre salud sexual y reproductiva: las madres no tienen autonomía para decidir sobre sus cuerpos (a propósito de la prueba obligada del Papanicolaou); las niñas y las adolescentes no reciben constantemente las pláticas de Oportunidades como lo especifican las reglas del programa. La mayoría de las mujeres, adultas y jóvenes, sobre todo aquellas de las familias más pobres, tienen pocas posibilidad de mejorar sus condiciones de vida, de hacer escuchar su voz y de algún día formar parte de la élite social, política, económica y patriarcal que sigue ejerciendo el poder en la comunidad.

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ANEXO 1. Cuestionario para los hogares de San José Independencia Fecha:_______________ Colonia:_______________ No. de vivienda: ___

I. Identificación de la encuestada 1. Nombre completo: ______________________________________________ 2. Edad: ________ 3. Estado civil: 1. Casada /unión libre 2. Separada/ divorciada 3. Viuda 4. ¿Desde cuándo?______________ 4. ¿Dónde nació?__________________ 5. ¿Cuál fue el último año o grado de estudios que usted aprobó en la escuela? 1. Nunca asistió a la escuela 2. Primaria_________________ 3. Secundaria______________ 4. Preparatoria______________ 5. Más alto_________________ 6. Lengua: 1. Monolingüe en mazateco 2. Monolingüe en español 3. Bilingüe en mazateco y español 4. Habla otra lengua indígena; Si sí cuál______________ 7. Ocupación principal:__________ 8. Religión:______________

II. Identificación del jefe del hogar 9. Nombre completo del esposo ________________________________________________________ (si no tiene esposo o el esposo no vive en el hogar especificarlo aquí) 10. Tipo de jefatura del hogar: 1. Masculina 2. Femenina . 10b. Tipo de jefatura femenina ___________________________________________________ [madre soltera, marido migrante, marido enfermo, viuda]

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10. Edad: ___ 11. ¿Dónde nació?__________________ 12. ¿Cuál fue el último año o grado de estudios que usted aprobó en la escuela? 1. Nunca asistió a la escuela 2. Primaria_________________ 3. Secundaria______________ 4. Preparatoria______________ 5. Más alto_________________ 13. Lengua: 1. Monolingüe en mazateco 2. Monolingüe en español 3. Bilingüe en mazateco y español 4. Habla otra lengua indígena; Si sí cuál______________ 14. Ocupación:_____________________ 15. Religión:________________

III.Composición del hogar 16. Número de miembros en el hogar: _________ Nombre

Sexo

Edad

Parentesco *

Lengua Último Ocupación entiende grado habla de estudios

Ayuda con las tareas en casa

*A partir del jefe de hogar. Características socioeconómicas del hogar 17. ¿Algún miembro de la familia es migrante? Nombre____________________________________________________ 18. Sexo:____ 19. Parentesco (con ego): ____________ 20. Edad:____ 21. Lengua: ________________________________ 22. ¿Desde cuándo se fue?_________________________ 23. ¿Dónde se encuentra?__________________________ 24. ¿En qué trabaja?_______________________________ 25. Tipo de migración*:______________________________ *Temporal/cíclica o semipermanente o permanente. 26. ¿Si colabora con el ingreso económico familiar, envía dinero de manera regular o no?________ 166

1. Si sí, envía de manera regular, ¿cada cuánto envía dinero?_________ ¿Cómo cuánto dinero envía cada vez?___________ 2. Si no envía de manera regular: ¿Cuándo fue la última vez que envió dinero?___________________ ¿Cuánto dinero envió esa última vez?__________ ¿Cuánto dinero envía al mes?_________ 27. ¿Cuántos miembros de la familia tienen un ingreso monetario fijo? ________ Nombre ¿Qué hace? ¿Cuánto aporta en promedio al gasto familiar semanal/ mensual?

Características de la vivienda 28. Número de cuartos (excluyendo la cocina y el baño):____ 29. Materiales de la vivienda: a. Suelo: _________________ b. Techo: __________________ c. Paredes: _________________ 30. La vivienda cuenta con: a. Luz: ____________ b. Toma de agua: _______________ c. ¿Dónde se encuentra la toma de agua?_______________________ d. ¿Qué tipo de letrina?_______________________ 31. El hogar cuenta con: a. Radio: 1. Si 2. No b. Aparato de sonido 1. Si 2. No c. Televisión: 1. Si 2. No d. Dvd/videocasetera: 1. Si 2. No e. Lavadora: 1. Si 2. No f. Licuadora: 1. Si 2. No g. Estufa/Horno: 1. Si 2. No h. Refrigerador: 1. Si 2. No i. Sky: 1. Si 2. No j. Computadora: 1. Si 2. No k. Lancha/coche: 1. Si 2. No

Preguntar si funcionan

Producción agropecuaria del hogar 32. ¿Tienen tierras de cultivo? ____________________________________ 33. ¿Cuántas hectáreas en total? _________________________________ 167

34. ¿A nombre de quién?___________________ 35. ¿Cuántas de esas hectáreas en total tienen/han tenido en cultivo en este último ciclo agrícola? _________________________________ 36. ¿Cuántas hectáreas de maíz tienen en cultivo en este último ciclo? ________________________________ 37. ¿Cuántos kilos de maíz cosecharon?_________________ Si no han cosechado todavía: ¿Cuantos kilos de maíz obtuvieron de su cosecha el año pasado?____________________ ¿Qué productos cultivan?

otros ¿Cuántas hectáreas Cosecha total Especificar kilos ¿A cuánto se tienen en cultivo de en kilos (última para autoconsumo vendió el kilo en este producto cosecha) y para venta en el el momento de la actualmente o acaba mercado última venta? de cosechar?

Si el hogar participa en la pesca en la presa de manera regular : 38. ¿Cuántos kilos de pescado cosechan a la semana/mes? ___________ 39. ¿A cómo se vende actualmente el kilo?__________ Si el hogar cuenta con ganado ¿Cuántas cabezas de ganado?____________ 40. ¿Qué productos obtienen de ellas?_________________________________ Ganado mayor: vacas, bueyes, toros, caballos, etc. Ganado menor: puercos, chivos, borregos

IV. Programa Oportunidades (para hogares beneficiarios) 41. ¿En este hogar cuentan con el apoyo del programa Oportunidades? a. Si b. No Pasar a pregunta 52 42. ¿Desde cuándo reciben el apoyo del programa Oportunidades? (Progresa) _____________________________________________ 43. ¿Recuerda que cantidad de programa?_______________ 44. ¿Qué cantidad de dinero ___________________ a. Alimentación_______ b. Educación________ c. Adultos mayores_______ d. Energético____________

dinero

recibe

del

168

recibía programa

cuando al

se

bimestre

incorporó

al

actualmente?

45. ¿Qué otros apoyos se reciben del programa? _________________________ 46. ¿Cuántos hijos e hijas reciben becas educativas en el hogar? _______ Nombre

Sexo

Edad Grado escolar

¿Desde cuándo Monto de la recibe la beca? beca

47. ¿Quién recibe el dinero de Oportunidades en este hogar (titular)? ___________________________________________________________ 48. Es siempre esa persona o a veces puede ir otra? Si sí, quién más va a recibir? _______________________________________ 49. ¿Quién decide sobre el uso del recurso recibido? ______________________________________________________ 50. ¿Cómo se ocupó el dinero que se recibió el bimestre pasado? _______________________________________________________

V. Otros apoyos del gobierno 51. ¿Se cuenta con el apoyo de otros programas del gobierno? 52. ¿Cuáles? (Procampo, Piso firme, CDI, Nutrir Oaxaca) ___________________________________________ 53. ¿Cada cuanto? ____________________________________________ 54. ¿Qué cantidades?____________________________________________

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ANEXO 2. GUIÓN DE ENTREVISTA PARA JÓVENES BECARIAS a. Datos personales y familiares 1. Nombre: 2. Edad: 3. Grado escolar: 4. Lengua: 5. ¿Cómo se llaman tus padres? 6. ¿Cuántos hermanas/os tienes? 7. ¿Qué edades tienen? (Nombres y orden al nacer) 8. ¿Cómo describirías a tu familia? 9. ¿Con quién te llevas mejor de tu familia? b. Educación 10. ¿Qué ha significado para ti estudiar? ¿Y tener una beca de Oportunidades? 11. ¿Dónde estudias? 12. ¿Cuáles consideras que son tus derechos y tus obligaciones como becaria de Oportunidades? 13. ¿Te gusta estudiar? 14. ¿Cuál materia te gusta más? ¿Cuál menos? 15. ¿Cómo es la relación con tus compañeras y compañeros de clase? 16. ¿Cómo es la relación con tus maestros? 17. Cuando termines ¿piensas seguir estudiando? c. Administración del dinero de la beca educativa 18. ¿Quién es la titular del dinero de tu beca de Oportunidades? 19. ¿Quién lo administra tú o esa persona? 20. ¿Quién decide en qué y cómo usar ese dinero? 21. ¿En que se utiliza? 22. ¿Por qué consideras que las jóvenes reciben becas de montos más altos que los jóvenes? d. Salud 23. ¿Cómo crees que el programa Oportunidades ha impactado en tu salud? 24. ¿Vas a consulta sola o acompañada? 25. ¿Qué has aprendido en las pláticas de salud para adolescentes? 26. ¿Lo que has aprendido en esas pláticas lo aplicas en tu vida cotidiana? 27. ¿Qué comes en tu casa? 28. ¿Quién decide en tu casa que comer? e. Cargas de trabajo 29. ¿Cómo se dividen el trabajo (doméstico) en tu casa? 30. Si ayudas con el trabajo en casa ¿Qué actividades haces? 31. ¿Prefieres estudiar o ayudar en casa? 32. ¿Haces algún trabajo para aportar dinero en tu casa? 33. ¿Qué haces por las tardes y los fines de semana? 170

f. Relaciones de poder en el hogar 34. ¿Tus padres te tratan de manera distinta? 35. ¿A quién le pides permiso para salir? 36. ¿Qué decisiones puedes tomar en tu casa? 37. ¿Tú cuáles cosas has decidido en tu vida? ¿Y cuáles cosas han decidido tus padres o alguien más? g. “Perspectiva” de vida 38. ¿Cuáles consideras que son tus derechos como mujer joven en la comunidad? 39. ¿Cuáles consideras que son tus obligaciones como mujer joven en la comunidad? 40. ¿Se han transformado estos derechos y obligaciones con la intervención del programa Oportunidades? 41. ¿Tienes novio? Si es así, ¿desde cuándo? ¿cómo es la relación entre ustedes? 42. ¿Planeas casarte algún día? 43. ¿Has pensado en migrar fuera de la comunidad? ¿Con que intenciones? 44. ¿Qué quieres hacer con tu vida? 45. ¿Crees que entre tú y tu madre hay un cambio de vida? ¿Cambio para mejorar o para empeorar? 46. ¿Tú crees que una mujer pobre tiene más o menos problemas que un hombre pobre?

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ANEXO 3. FOTOGRAFÍAS

Fotografía 1. Kiosco de la antigua cabecera municipal de SJI, hoy en día localidad de Buenos Aires Fotografía 2. Movilización de la población mazateca a causa de la presa Miguel Alemán.

Fuente: Archivo histórico de Temascal

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Fotografía 3. Vista del mpo. de San José Indenpendencia desde la presa Miguel Alemán.

Fotografía 4. Vista del Cerro Campana desde un potrero.

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Fotografía 5. Una pareja de novios platica con vista a la presa. Hoy en día a las y los jóvenes de la comunidad se les permite tener noviazgos.

Fotografía 6. La ganadería es una actividad exclusivamente masculina en las familias de la comunidad que cuentan con cabezas de ganado y potreros.

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Fotografía 7. Una de las tareas domésticas que realizan las mujeres consiste en tostar el café.

Fotografía 8. Un grupo de mujeres adolescentes practican basquetbol en la cancha municipal.

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Fotografía 9. Unos jóvenes atraviesan la presa en una canoa de madera para llegar a la escuela.

Fotografía 10. Un grupo de huehuentones danza al ritmo del son mazateco.

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Fotografía 11. Un grupo de huehuentones en el que destaca un hombre homosexual (xundá) caracterizado como mujer

Fotografía 12. Un día de entrega de las transferencias monetarias de Oportunidades en el que se reúnen las titulares de todas las colonias y varias localidades. De espaldas (con gorra) se puede ver al promotor social de la SEDESOL

r

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Fotografía 12. El día del “pago de Oportunidades” se instala un gran mercado en el centro de Cerro Campana

Fotografía 13. Un grupo de mujeres titulares caminan con escoba en mano para acudir a la limpieza general de las calles, una de las condicionantes del programa.

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Fotografía 14. Un ensayo de la escolta de la telesecundaria conformada únicamente por niñas.

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