Al final de la carretera

Al final de la carretera
Teatro Olymplia
Inma Garín

Crisis en el adosado

Escrita en 1976 y publicada en 1980, esta comedia de Willy Russell (Educando a Rita), llevada al cine (One for the Road, Michael Murnane, 2003) explora la crisis de los cuarenta de su imperturbable y gamberro protagonista (Rafael/ Manuel Baqueiro) el dia que celebra su aniversario. Una historia de sueños rotos situada en una urbanización de clase media en los suburbios de alguna ciudad. La versión de Juan Carlos Rubio acerca la crítica social a nuestro ámbito hispano con ironía - la colonia de la lírica- para dejar al descubierto la ácida crítica al modo de vida burgués y adocenado de estas familias cargadas de rutinas y obligaciones. Muy al estilo de otro gran comediógrafo británico (Alan Ayckbourn), las gracias de Rafael junto al modo planificador de la amiga Victoria (Marina San José), despiertan las carcajadas dentro de un escenario realista de adosados exactamente iguales. Laura (Mélani Olivares), la mujer de Rafael, no sospecha de éste, muy preocupada por las gamberradas de quien se dedica a decapitar gnomos y a llenar de burbujas las fuentes (excepto en su jardín). Sus suegros, que nunca llegan, perdidos por hileras de casas iguales, están presentes a través del teléfono, que no deja de sonar, igual que otras presencias ausentes como los vecinos o los hijos de ambos matrimonios. Finalmente, el marido de Vicky, Alfonso (Raúl Peña) contribuye con su bufonería al estilo del conjunto, con esa vis cómica magnífica de Paña. Para terminar, solo añadir que el buen humor permea asimismo una puesta en escena eficaz y efectista del exitoso Gabriel Olivares, quien sabe agradar al respetable con subrayandos no siempre necesarios en momentos especiales del montaje. Si la comedia y la puesta en escena no penetran más en la reflexión, tal vez es que no haya más que roer en este aspecto. El público respondió con una entrega absoluta a este simpático y energético elenco de estupendos actores cuyas vidas profesionales salvo en el caso de Marina San José, le deben seguramente más a la TV o al cine que al teatro (Amor en tiempos revueltos; Compañeros, República, Aída, La señora, etc.).