Al este de Suez

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Descripción

AL ESTE DE SUEZ
Guillermo Lafferriere
Regresar "al este de Suez" es una expresión que se está empleando en ambientes ligados a los temas estratégicos en Londres. La misma toma como referencia al Canal de Suez, aquel que une el Mar Rojo con el Mediterráneo Oriental, un lugar del mundo que tuvo a la Royal Navy como uno de los actores preponderantes. Sin embargo la expresión es una metáfora que tiene un alcance "más allá" de Suez: expresa la intención de atender los asuntos estratégicos que se configuran en el Oriente. Sin dudas la expresión tiene un paralelo con otra empleada en Washington durante la actual administración Obama: el "pivot al Asia". Y está también nos indica de un cambio en la orientación de los asuntos estratégicos de Estados Unidos del "Atlántico al Asia-Pacífico".
Esta atención hacia el Asia en modo alguno es patrimonio de Londres o Washington. Otras naciones la tienen también: Francia y Rusia son dos actores que miran hacia ese lado del mundo desde hace ya bastante tiempo aunque atendiendo a razones estratégicas diferentes.
¿Qué lleva a mirar Asia desde el punto de vista estratégico? Más allá de los enormes mercados que esa región del mundo ofrece, así como los recursos energéticos que sus aguas parecen poseer; aspectos que son harto conocidos, existen otras consideraciones que se encuentran en la base de esa mirada. Veamos algunas de ellas:
El creciente desarrollo de la Armada del Ejército Popular de Liberación de China: Si bien este país se muestra moderado en sus relaciones internacionales y busca tener una política de acercamiento en su región, no es menos cierto que acompaña toda esa política con una expansión de sus capacidades militares en todo el espectro de las capacidades militares; destacando su Armada, la cual hace unos años ha dejado de ser una fuerza de capacidades regionales para ser una en condiciones de encaminarse a poseer los medios y la doctrina necesaria para proyectarse muy lejos de sus fronteras. Las ejercitaciones que desarrolla con Rusia en el Mediterráneo, el crecimiento de su fuerza de submarinos nucleares y convencionales así como el progresivo incremento de capacidades de aeronavales embarcadas harán de la Armada china una herramienta crítica de ese país en un futuro todavía relativamente lejano. En cierto punto, la Armada china está mostrando un camino de un país dispuesto a contar con la suficiente capacidad para desarrollar potentes operaciones militares en situaciones de crisis contra cualquier amenaza.
La importancia del Océano Indico tanto por su rol de "puente" marítimo entre los pasos que habilitan el tráfico marítimo entre Occidente y el Oriente; como por los recursos que en su cuenca existen. En este océano, hay hoy un actor que pugna por ser el referente en los temas de seguridad: la India, la cual a través del desarrollo de su Armada busca mantener para Nueva Delhi la llave del control de esa inmensa masa de agua. Aunque también allí, China desarrolla un lento pero progresivo camino de incremento de su presencia, a través de acuerdos bilaterales con diferentes estados de la cuenca del Indico; en un claro desafío a futuro de las pretensiones de la India.
Lógicamente, toda proyección estratégica de Occidente hacia el Asia deberá tener muy en cuenta las características geográficas del ámbito en el que se pretende ejercer influencia. El mismo evidentemente tiene como principal características las inmensidades cubiertas por el Indico y aun más por el Pacífico. Ello hará que las fuerzas que puedan considerarse para esa región del mundo deban de asentarse sobre dos aspectos claves:
Contar con territorios propios o amigos donde puedan establecerse bases con capacidades de almacenar suministros y servir de lugares donde desplegar fuerzas aéreas y ciertas capacidades para el desplazamiento aéreo de tropas ligeras aptas para atender contingencias.
Poseer una fuerza naval con capacidades de proyectar fuerzas a enormes distancias, apoyándose en esas facilidades expresadas anteriormente. Lo que se pretendería proyectar son dos tipos de fuerzas: las que utilizando las plataformas de superficie y sumergidas permitan atacar blancos lejanos con vectores aéreos tripulados o misiles; y tropas anfibias, en condiciones de ser desplegadas por aire o mar en costas lejanas.
Enunciar el tipo de fuerzas necesarias y los recursos para sostenerlas es sencillo en un enunciado teórico y pero extremadamente complejo de llevar adelante en la realidad. Ya en el pasado, las naciones occidentales llevaron adelante campañas en Asia apoyadas en los parámetros que mencionáramos: bases propias o amigas y una fuerza naval capaz de proyectar poder. Pero en lo que va del presente Siglo XXI esas condiciones requieren de algunas revisiones. Solamente la Armada de EE.UU. cuenta con las capacidades de proyectar poder en el Asia; pero ya no puede hacerlo de la manera en que sí podía llevar adelante en el pasado: China es un actor naval que antaño podía despreciarse. Ese tiempo ha quedado atrás. Con una mirada diferente, también pude decirse lo mismo en el Índico respecto a India.
La atención estratégica de Occidente hacia el Asia será un proceso tanto inevitable como muy delicado. El mismo no puede hacerse en las condiciones de una mirada decimonónica. Hoy las relaciones de fuerzas son otras, y también los es la necesidad de crear condiciones para una convivencia pacífica en esa región del mundo, donde no son pocos los actores con capacidad nuclear. Tampoco necesariamente ese proceso sea uno que deba tener a la contención de uno sobre otro como su componente decisivo, aunque no dejará de ser uno de gran relevancia. Las interacciones económicas de los principales actores en esa región, los propios de la misma y los extra regionales, tienen mucho que perder en caso de una escalada – y el Mar de la China es un lugar ideal para desatar una – por ello el seguimiento de lo que allí acontece será clave para la estabilidad mundial en las décadas por venir.
Asia como zona de choque de intereses estratégicos lleva muchos años, pero la mirada de Occidente estuvo desde los acontecimientos de 11 Set 2001 enfocada en Afganistán y en Irak desde el 2003, demorando que la atención estratégica comenzara a virar al Asia Oriental. Los acontecimientos en Ucrania y lo que viene sucediendo en Oriente Medio con la expansión del Estado Islámico, la guerra civil en Siria, la inestabilidad en todo el mundo Islámico en general y la expansión de islamismo radicalizado a África seguramente demorarán algo más que el peso de los asuntos estratégicos se concentre en Asia. Pero es solamente una cuestión de tiempo, para que Asia reclame la máxima atención estratégica. Mientras tanto, sería bueno que desde estas lejanas playas comencemos a mirar "más allá de Suez". Algunos en la región ya lo están haciendo desde hace mucho.


Al respecto ver los trabajos publicados sobre Francia y Rusia en esta columna en los siguientes links: http://www.nuevamayoria.com/index.php?option=com_content&task=view&id=4754&Itemid=30 y http://www.nuevamayoria.com/index.php?option=com_content&task=view&id=4672&Itemid=30.



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