Actas XIV Jornadas sobre la Historia de Tauste

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Descripción

Tauste en su historia

Actas de las XIV Jornadas

Sobre la Historia

de Tauste

11 al 15 de febrero de 2013

Fotografía de portada: Capitel atribuido al taller del Maestro de Agüero. Iglesia de San Antón. Tauste. Andrés Aylón Santamaría

Tauste en su historia

Actas de las XIV Jornadas

Sobre la Historia

de Tauste

11 al 15 de febrero de 2013

© de los textos: sus autores Edita: Asociación Cultural “El Patiaz” D.L.: Z 890-2014 ISBN: 978-84-697-0618-3

Publicación nº 3329 de la Institución Fernando el Católico, organismo autónomo de la Diputación Provincial de Zaragoza”

Queda prohibida la reproducción total o parcial de la presente obra sin autorización previa y por escrito de los titulares del copyright. Reservados todos los derechos

Índice Raquel Cuartero Arina “Moral y transgresión en Tauste y su entorno durante la Edad Moderna” Joaquín Cebamanos Conde “Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de Tauste” Elena Piedrafita Pérez. “Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?” José Ignacio Royo Guillén. “Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste” Jesús Lorenzo Jiménez. “El valle del Ebro: frontera del Islam, Islam de frontera”.

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Índice

En la presentación del Programa de las XIV Jornadas sobre Historia de Tauste (celebradas del 11 al 15 de febrero de 2013) hacíamos referencia a la conferencia que el Profesor de la Universidad de Zaragoza, Don Julián Casanova, nos había proporcionado, con visión deslumbrante y verbo elocuente, del siglo pasado en España abriendo nuestra vista a lo global. Es más, solo desde la globalidad se puede entender lo particular. “Piensa en global y actúa en local” nos dicen los ecólogos, que bien puede aplicarse a todos los campos del conocimiento. Solo desde la comprensión del todo se pueden entender las partes y solo desde lo particular se puede deducir la globalidad. Viene esta reflexión al hilo de una crítica que alguna vez se le ha hecho a El Patiaz y a sus Jornadas de centrarse en extremo en lo particular, en lo anecdótico frente a lo universal, un dilema, por otra parte, ya tradicional. Los historiadores y, en general, los estudiosos de las ciencias sociales saben bien que hay que abordar la complejidad social desde un punto de vista general, desde una mirada que apunte a la totalidad sin perder de vista lo particular. Es más, saben bien que no hay totalidad sin particularidad pero que ésta sola no sirve. En la Historia los hechos históricos se dan como momentos, como fotogramas de una gran película que no se entienden sin el conjunto. Los ponentes de las XIV Jornadas, cuyas ponencias presentamos en este libro, lo saben muy bien y en sus trabajos nos acercan a Tauste y sus diversos aspectos sin rehuir su contextualización, lo general. Repasando 7 Prólogo

sus aportaciones podremos conocer mejor diversos aspectos de nuestro entorno, pero, sobre todo, nos ayudarán a comprender mejor la Historia en su conjunto. Esta es nuestra defensa. Como decíamos en la conclusión de la presentación del programa, “ahora toca lo local”, pero “las propuestas que se hacen nos van a enriquecer el conocimiento de nuestro entorno inmediato y no cabe duda de que su conocimiento favorecerá una mejor comprensión de nuestra sociedad en su conjunto”.

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Ponencias

Moral y transgresión en Tauste y su entorno durante la Edad Moderna Raquel Cuartero Arina Doctora en Historia

Los siglos XVI y XVII se insertan dentro del periodo histórico conocido como Edad Moderna. La villa de Tauste, en ese momento, forma parte del Reino de Aragón, y este a su vez se incluye dentro de los dominios de la monarquía de los Austrias. Las Cortes de Aragón, símbolo del poder aragonés frente al absolutismo real, son el lugar de representación estamental y geográfica del propio Reino. Otras instituciones importantes aragonesas son la Diputación (que vigilaba el cumplimiento de los acuerdos tomados en las Cortes), el Justicia (juez mediador entre el rey y el Reino) y los municipios (órganos administrativos que englobaban un territorio y el grupo de personas que lo habitaban). Tauste era un municipio y, por pertenecer a las Cinco Villas, tenía representación en las Cortes Aragonesas a través del brazo de los infanzones. Por otra parte, las principales instituciones monárquicas son el Consejo Supremo de Aragón, órgano creado para controlar y administrar el Reino; el virrey, que actuaba como alter ego del monarca en el territorio aragonés; la Real Audiencia, que representaba la justicia impartida por el rey; y la Inquisición, tribunal instituido para la defensa de la fe y que cumplió también una función política al servicio de la monarquía. Por lo que a la vida económica se refiere, la producción en Tauste gira en torno a la ganadería lanar. Pero si por algo se caracteriza la economía de estos siglos es por la existencia de una serie de continuas crisis, causadas principalmente por las sequías, las malas cosechas y las pestes que asuelan el Reino. La guerra, muy presente en estos años, intensificaría esta carestía. En esos momentos, la administración municipal taustana se movía en una coyuntura claramente desfavorable, en consonancia con lo que sucedía en otros lugares de Aragón. Los censales o empréstitos son utilizados como recurso para hacer frente a los diversos gastos una vez que no puede contarse con dinero en metálico, y el aumento de impuestos se hace evidente entre 13

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los más débiles, quienes están en la base de la pirámide social y tienen que soportar todas las cargas fiscales, pues la nobleza y el clero están exentos de pagar los impuestos. En estrecha relación con lo anterior, la sociedad aragonesa en general, y la taustana en particular, se organiza en estamentos u órdenes. La diferencia social es consecuencia directa de una desigualdad jurídica evidente, el privilegio, que ensalza al clero y a la nobleza, las clases privilegiadas y dominantes que ostentan el poder. En la base de la pirámide social, se encuentra la mayoría de la población, los que trabajan, de cuyo rendimiento depende el propio mantenimiento de esta sociedad feudal. Durante estos siglos, el orden social al que brevemente nos hemos referido tuvo en la jerarquía de sus componentes internos y en los diferentes roles asignados a cada uno de sus miembros la garantía para el funcionamiento y la reproducción del sistema. Una serie de valores ayudaban a sustentar este orden social: el honor y libertad estamental, la honra y la honestidad familiar, la vida como creación del alma y la propiedad. Las conductas moralmente aceptables y éticamente buenas eran aquellas que respetaban estos valores, pues no ponían en peligro la sociedad estamental que regía en estos siglos XVI y XVII. Por el contrario, cualquier acción o conducta que acarreara violentar ciertos principios o valores caía en la órbita de la transgresión. En la escala más alta y, por tanto, merecedoras de las más graves penas, se encontraban aquellas transgresiones contra la lesa majestad humana y divina —los atentados contra el monarca, la Iglesia, sus oficiales o símbolos. Así por ejemplo, dañar la figura del rey, acuñar moneda falsa, yacer con la reina, atacar al obispo, la herejía, las agresiones, la brujería o la falsificación de documentos, implicaban la comisión de un grave delito. El tiempo natural era otro de los valores vigentes en la sociedad moderna y respondía al planteamiento de la procreación humana. De igual forma que el orden social y político, era imprescindible mantener el orden natural. Los actos que iban contra este, o contra natura, como la sodomía o el bestialismo, o en definitiva cualquier acto sexual que no estuviera dirigido hacia la reproducción eran abominables y merecedores de las más duras penas. Estas faltas fueron consideradas delitos atroces y derivaron en graves penas, como la muerte en la hoguera. Otros valores imperantes en la época tendrían que ver con la protección del honor y la honra, conceptos indispensables para la estabilidad social. Esta armonía en la sociedad se mantenía gracias a un sistema de Raquel Cuartero Arina

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acuerdos y de relaciones entre linajes y grupos familiares que protegían los patrimonios a través de las alianzas matrimoniales. En este sentido, las transgresiones del sexto mandamiento que atentaban contra el matrimonio, como el adulterio, el amancebamiento, el estupro u otras relaciones ilícitas, se convertirían en peligrosos resortes contra el dispositivo de alianzas imperante. El adulterio, violentaba directamente el honor de toda una familia y sus propiedades, mientras que el estupro atacaba el honor de las doncellas y conllevaba también problemas en relación al patrimonio por la descendencia que podía resultar. Así pues, la defensa de la honra y del honor, como garantía de la propiedad, la casa y el patrimonio, se convirtió durante estos siglos en uno de los ejes del orden establecido. Algunos de los valores citados son difícilmente identificables hoy, de la misma forma que también es complicado entender la importancia de la idea de alma. Nuestro concepto de vida no es el de los hombres y mujeres de la época moderna pues, dogmáticamente, era el alma lo que daba vida al ser humano. El homicidio no solo atentaba contra la vida sino también contra el alma, que era creación divina y de la cual no se podía disponer. En realidad, la pena de muerte corporal no sería el castigo más grave contemplado en las sentencias sino la excomunión, que sí que implicaba una verdadera muerte para el alma1. A todos estos valores que regían la vida de cualquier habitante de la villa de Tauste se debe agregar la importancia de la religión y de sus dogmas, los cuales se habían ido definiendo a lo largo de los siglos, recibiendo un fuerte impulso tras el Concilio de Trento. Desde esta localidad italiana, los moralistas se esforzaron en tipificar el pecado aumentando cuantitativamente la conciencia de estar cometiendo actos ilícitos, y el púlpito, la catequesis, las misiones y el confesionario actuaron como canales de difusión de ideas y de doctrina para gentes ancladas en la cultura oral. Este alto grado de instrucción potenció la valoración del pecado y una mayor conciencia de la transgresión2. En relación con lo anterior, la acción emprendida por la Iglesia para responder a estos pecados se plasmaría finalmente en los sacramentos, que 1 Clavero, B.: «Delito y pecado. Noción y escala de transgresiones», Sexo Barroco y otras transgresiones premodernas, Alianza, Madrid, 1990, pp. 73-89. 2 Testón Núñez, I.: «El pecado y la carne durante el periodo moderno», Pecado, poder y sociedad en la historia, Universidad de Valladolid, 1992, pp. 107-109 y 112-115; Sebastián, S.: «La iconografía del pecado», Pecado, poder y sociedad en la historia, Universidad de Valladolid, 1992, p. 65. 15

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constituyeron la base de su doctrina. Estos signos sagrados fueron finalmente definidos y fijados en siete por la Iglesia en el Concilio de Trento. Cualquier persona que atentara contra ellos se convertía en transgresora3. Además, en el mismo Concilio de Trento se reforzó la vinculación entre delito —lo recogido en los textos jurídicos— y pecado —lo recogido en textos y tradiciones de carácter religioso. A partir de entonces los propios términos de pecado y delito se confundirían porque el Estado y la Iglesia se unirían para reprimir todas las transgresiones que pudieran afectar al mantenimiento del orden social imperante. La cuestión estribaba en determinar la esfera de sus competencias, de forma que ambas instituciones colaboraran hacia el mismo fin: el mantenimiento de una sociedad injusta, estamental y profundamente desigual. Al mismo tiempo, se debe hacer una breve referencia en relación a la mujer y a su situación dentro de esta sociedad desigual y privilegiada del Antiguo Régimen. Todas las autoridades en la Edad Moderna consideraron a la mujer un sujeto diferenciado, lo que se constata tanto en los textos legales como en las imposiciones que sufre en el ámbito cultural y social. Así, durante esta época se acelera la construcción de una identidad femenina que tiene como rasgos definitorios la subordinación a lo masculino, la desigualdad legal respecto al hombre y los límites a su sexualidad4. Todo ello se justificó con la invención de ciertas teorías que se referían a su inferioridad y a la necesidad de su subordinación, y que ya venían de lejos. Así por ejemplo, para Platón las mujeres eran el resultado de una degeneración física del ser humano. Según Aristóteles, la razón por la que un hombre dominaba en sociedad era su inteligencia superior, pues solo él era un ser humano completo. En el Medievo encontramos dos opiniones muy seguidas, la de santo Tomás de Aquino y la de san Agustín de Hipona. Para este último, en el estado del matrimonio era el hombre quien debía llevar la razón del mando y la mujer la de la obediencia5. 3 BUZ (Biblioteca Universitaria de Zaragoza), h. 10-58, h. 1-63, g. 1-323, Disposiciones sobre el Concilio de Trento. 4 Cuartero Arina, R.: Mujeres transgresoras. El delito sexual en Zaragoza en los siglos XVI y XVII, tesis doctoral inédita, Universidad de Zaragoza, 2013. 5 Aznar Tello, S., Olivares Rivera, C., Olivera Villacampa, M.: Y vio que era bueno. Estudio sobre la actualización del lenguaje teológico, Universidad de Zaragoza, 1997, pp. 47-49; López Molina, B.: El hombre, imagen de Dios. Introducción al pensamiento cristiano medieval, Tomás de Aquino (Suma teológica), Universidad de Granada, 1987. Raquel Cuartero Arina

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Una de las causas que más contribuyó a forjar esta idea de ser inferior es el propio desconocimiento del cuerpo femenino. Desde el inicio de los tiempos, la mujer fue un ser temido por el hombre y en esto tuvo mucho que ver el ciclo menstrual, hecho suyo exclusivamente y sujeto a lo largo de la historia a continuas desvalorizaciones, suposiciones mágicas y falsas creencias, que hicieron de él una demostración más de su impureza e inferioridad, considerándose a la mujer menstruante la causa de muchas de las desgracias sociales acontecidas, como la destrucción de las cosechas6. Asimismo se pensaba que, debido a su naturaleza, la principal tarea femenina era la de servir como soporte de reproducción. El hecho de que se le escapara al hombre este control sobre la procreación haría que se ensalzara en ella un valor por encima de los demás, el de la virginidad, tolerándose solo el sexo en el matrimonio y con el fin único de la procreación en el ámbito conyugal. Así pues, de la mujer se esperaba el aseguramiento de la sucesión, que fuera una buena madre y, en la medida de lo posible, la virginidad, algo que siempre se cuestionaba desde el sexo opuesto teniendo en cuenta que en esta construcción de la identidad femenina poco a poco una idea iría cobrando cada vez más fuerza, la de la «mujer pecadora», que se había empezado a gestar tiempo atrás. Para la Iglesia católica, la mujer era una gran pecadora desde los tiempos de la creación, pues había sido la primera de ellas, Eva, la responsable del pecado original. A lo largo de la Edad Media, este mito se fue extendiendo con su amarga carga de desprecio hacia el género femenino, y frente a este modelo de la que se supone era la madre de todos los creyentes y, al mismo tiempo, símbolo del pecado, aparecería el de la Virgen María, madre y virgen a la vez, como el ideal que se pretendía imponer. Si se creía que la mujer tenía una naturaleza distinta al hombre se hacía inevitable pensar en la necesidad de una educación diferenciada que se ocupara de su verdadero ser y que la encauzara en la senda correcta, desviándola del pecado7. La educación recibida por las mujeres fue esencialmente cristiana, sobre todo práctica, y con una orientación clara, el matrimonio. Difería de la de los hombres en las materias de educación y no recogía en ningún caso una instrucción intelectual, sino enfocada 6 Bosch Fiol, E., Ferrer Pérez. V. A., Gili Planas, M.: Historia de la misoginia, Universitat de les Illes Balears, Anthropos Editorial, 1999, pp. 41-44 y 72-74. 7 Capel, R. M.: «Mujer y educación en el Antiguo Régimen», Historia de la educación: Revista interuniversitaria, nº 26, Universidad de Salamanca, 2007, pp. 85-110; Freixas Farré, A.: «Género devaluado, amor y pobreza», El modelo femenino: ¿Una alternativa al modelo patriarcal?, Universidad de Málaga, 1996, p. 17. 17

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exclusivamente a desempeñar determinados oficios diseñados para ellas, como coser, hilar o tejer8. Una idea que también se transmitía en la enseñanza era la de la obligada obediencia y sumisión de la mujer respecto al hombre. La progresiva desvalorización del sexo femenino durante siglos tuvo como consecuencia la interiorización de su dependencia y el ejercicio de la autoridad masculina. Luis Vives afirmaba en 1523: El marido tiene pleno derecho sobre sí mismo y es dueño de la esposa, pero no la esposa del marido; no debe la mujer esforzarse en conseguir del marido más de lo que vea que conseguirá de él voluntariamente y de buen grado9. A la mujer se le aconsejaba ser paciente, amorosa, afable, diligente, honrada, sumisa e ignorante. Al marido le correspondía la prudencia, el cuidado, la diligencia, la verdad y el ser celoso guardián de su «propiedad» que era la honra, que siempre se medía en el comportamiento de su mujer10. El honor, la buena reputación y el comportamiento de acuerdo a las normas sociales y morales que se consideraban apropiadas tuvieron una importancia fundamental en la Edad Moderna. Así pues, sobre la mujer recaía específicamente el peso de mantener el honor familiar y del linaje, del que también dependía la fiabilidad económica. Especialmente importante para lograrlo era el mantenimiento de su castidad11. La calumnia y los insultos dañaban el honor, pero más lo daña8 BUZ, d. 25-40, Constituciones Sinodales Arzobispado de Zaragoza, 1697, t. I, c. II «De la obligacion que tienen los curas de enseñar la doctrina cristiana»; ibíd., c. III «De la obligacion que tienen los maestros de escuela, padres de familias, y otras personas de enseñar la doctrina cristiana»; Pluche, Noël-Antonio: Carta de un padre de familias en orden a la educacion de la juventud de uno y otro sexo, Oficina de Gabriel Ramirez, Madrid, 1754; Novísima Recopilación de las Leyes de España mandada formar por el rey Carlos IV, Boletín Oficial del Estado, 1805, t. XXXVIII «De los hospitales, hospicios y otras casas de misericordia», l. VI (Madrid, 1780), p. 698. 9 Vives, J. L.: De institutione feminae Christianae. La formación de la mujer cristiana (1523), Ayuntamiento de Valencia, 1994, p. 227. Unos años más tarde, fray Luis de León escribe La Perfecta Casada, obra dedicada por el literato a una sobrina suya que iba a contraer matrimonio en la que se repiten constantemente las ideas de inferioridad de la mujer y de sumisión al marido. 10 Rodríguez Sánchez, A.: La familia en la Edad Moderna, Arco Libros, Madrid, 1996, pp. 15-17. 11 BN (Biblioteca Nacional), ms. 10756, Bernardo, S.: Sermones escritos a su hermana en el libro Modo de vivir, «De la fornicación s. XXIII», 1601, p. 85; Murillo, D.: Discursos predicables sobre los evangelios que canta la Iglesia en los quatro Domingos del Adviento, y fiestas principales que ocurren en este tiempo hasta la Septuagesima, Lucas Sánchez, Zaragoza, 1610, p. 634; De Padilla Manrique de Acuña, L. M.: Excelencias de la castidad. Compuesto por la Excelentíssima Señora Doña Luisa Maria de Padilla Manrique y Acuña, Condesa de Aranda. Dedicado a su Religiosíssimo convento de Religiosas de la Purissima Concepcion Descalças en su Villa de Epila, Pedro Lanaja y Lamarca, Zaragoza, 1642. Raquel Cuartero Arina

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ba un comportamiento sexual ilícito de la mujer, en cuyo caso se hacía necesario un castigo ejemplar que reparara la honra perdida del marido y que, en la mayoría de los casos, desembocaba en penas de vergüenza pública. El arte, con su labor propagandística, contribuyó al adoctrinamiento de la mujer y complementó la función moralizante de otros métodos de imposición ideológica como la impartición del sacramento de la penitencia y la predicación. Así por ejemplo, la pintura ayudó a la conformación de géneros y a canalizar la sexualidad, destacando valores como el de la subordinación y la maternidad. Teniendo en cuenta esto último, Alba Ibero señala tres tipologías de la mujer que aparecen frecuentemente en la pintura barroca: las vírgenes con el niño, una imagen de maternidad destinada a ensalzar esta actividad; la Sagrada Familia, que representa la estructura familiar y revaloriza el matrimonio; y la Inmaculada, que enaltece la castidad y la pureza sexual de la mujer12. Estas mujeres fueron el referente que debían seguir las taustanas en los siglos XVI y XVII. En diferentes libros, tratados de moral y manuales de confesión se enumeraron y se dieron a conocer los diversos tipos de delitos que se referían al pecado de la lujuria, instituyéndose toda una escala de infracciones que ayudaron a castigar y a erradicar las transgresiones que tenían que ver con el sexto mandamiento. Se puede destacar la labor de algunos moralistas como la Brandi, G.: María Magdalena, 1670-1675. Iglesia del actual Hospital de Nuestra Señora de Gracia, Zaragoza del padre Benito Remigio 12 Ibero, A.: «Imágenes de maternidad en la pintura barroca», Las mujeres en el Antiguo Régimen, Icaria, Barcelona, 1994, pp. 91-120. 19

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Noydens, quien en su Práctica de Curas y Confesores y Doctrina para Penitentes, afirma que el sexto mandamiento prohíbe los deseos, palabras y obras en el pecado de la fornicación, cuyas especies son: simple fornicación, estupro, adulterio, incesto, rapto, sacrilegio y contra natura13. Los moralistas de la época hicieron una primera distinción entre los pecados «naturales» y aquellos que iban «contra la naturaleza». Los pecados «naturales» eran aquellos que se referían a actos sexuales que tenían lugar entre un hombre y una mujer, los cuales podían derivar en descendencia, no poniendo, por tanto, en entredicho el orden natural de la existencia. Sin embargo, los pecados «contra la naturaleza», también denominados pecados «contra natura», se referían a aquellos actos sexuales que no tenían como fin último la reproducción y el advenimiento al mundo de un ser vivo. Así por ejemplo, el onanismo, la sodomía y la bestialidad, según los teólogos y moralistas, atentaban contra el propio orden de la naturaleza y, por ello, se situaban en lo más alto de la escala de transgresiones relacionadas con el sexo. En su Memorial de la vida cristiana, Luis de Granada enumeraba y establecía una gradación de los pecados relacionados con la lujuria. El religioso situaba en el nivel más bajo de la escala de pecados sexuales las conductas heterosexuales que, aunque no tuviesen vinculación matrimonial, no ponían obstáculos a la procreación. Según el eclesiástico, el hecho de pecar con soltera solamente era una simple fornicación y apenas constituía pecado grave, pues el varón que yacía con una mujer libre realizaba un acto natural tendente a la reproducción de la especie; eso sí, advertía Granada, seguía siendo un acto pecaminoso ya que no acataba las convenciones sacramentales y, en el caso de que estuviera implicado un clérigo, el pecado era mucho peor. A continuación situaba Luis de Granada el acto de pecar con mujer casada, el cual se consideraba más grave ya que conllevaba la práctica del adulterio. En este caso, la ofensa se infería tanto al marido ultrajado como al vínculo sacramental. En un escalón más alto encontramos el estupro, esto es, pecar con doncella. El adulterio se cometía con una casada y el estupro con una virgen o una niña, radicando por tanto la diferencia en el estado de la mujer. Junto al estupro, colocaba el eclesiástico el incesto, pecar con pariente o con una persona con la que se mantuvieran grados de consanguinidad cercanos. Para Granada, el nivel más alto en la escala correspondía al acto de pecar con religiosa o, como él lo llamaba, el adulterio espiritual. 13 BUZ, g. 37-17, Noydens, B. R.: Práctica de curas y confessores, y doctrina para penitentes, cap. VI, p. 104. Raquel Cuartero Arina

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Otros religiosos y moralistas se ocuparon del sexto mandamiento, como el darocense Pedro Ciruelo quien, en su Manual para confesión (1491), afirmaba que el pecado menos grave consistía en no tener persona determinada con quien pecar, siendo menor el pecado con una ramera que con una virgen, casada o religiosa14. En general, se haría una doble distinción dentro de los pecados naturales. Por un lado, los que tenían que ver con un acto de «fornicación simple», donde esencialmente se incluían las relaciones entre solteros como los amancebamientos simples, y, por otro, aquellos que conllevaban un acto de «fornicación cualificada», donde se englobaban las relaciones adúlteras, el incesto o las relaciones sacrílegas. Esta clasificación se reflejará luego en las penas impuestas a las personas que pecan. De entre todas las prácticas ilícitas que las autoridades persiguieron durante estos años una destacó por encima del resto: el amancebamiento. Al hablar de amancebamiento nos referiremos al trato ilícito y habitual entre un hombre y una mujer sin estar casados, lo que también se ha venido denominando «concubinato». Dicho concepto no contemplará los encuentros amorosos esporádicos, sino aquellos que tienen que ver con una relación continua en el tiempo entre dos personas. Esta relación estable, mantenida durante un largo periodo entre un hombre y una mujer podía, en ocasiones, llegar a ser de varios años, conllevando relaciones sexuales habituales y, en la mayoría de los casos, obligaciones y derechos como la manutención o la fidelidad. Durante la Edad Media, las parejas integradas por dos solteros gozaron de relativa tolerancia. Diversos estudios han puesto de manifiesto que en época medieval existió todo un mundo de relaciones extraconyugales de personas que no quisieron renunciar al sexo y a la vida en pareja, aunque no pudieran o desearan contraer formalmente matrimonio. Estas relaciones se basaban en la libre voluntad de sus miembros, que convivían bajo el mismo techo y compartían la mesa, los alimentos, la cama, la crianza de los hijos y la propiedad de los bienes. Mediante muchas de estas uniones se formarían hogares estables, integrados por personas solteras, viudas o separadas15. Sin embargo, el amancebamiento sería condenado duramente por 14 San Vicente Pino, Á.: «Si encima de la cama, medio real; si en la cama, un real», Un año en la historia de Aragón. 1492, Caja de Ahorros de la Inmaculada, Zaragoza, 1992, pp. 233 y 234. 15 García Herrero, M. C.: «Prostitución y amancebamiento a finales de la Edad Media», La España Medieval, nº 12, Universidad Complutense de Madrid, 1989, pp. 305-322. 21

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la Iglesia católica a lo largo de la Edad Moderna, especialmente después de que en el Concilio de Trento se aprobaran las nuevas disposiciones relativas al matrimonio. Desde entonces, se considerará un atentado contra la institución y el sacramento matrimonial, así como una muestra de lujuria, uno de los pecados capitales más graves16. También las autoridades civiles condenaron esta práctica17. De esta forma, se pronunciaban las autoridades zaragozanas en 157618: Por parte de los señores jurados capitol y consejo de la ciudad de Zaragoza que por quanto les ha constado todo y consta que muchas y diversas personas, assi hombres como mujeres, con poco temor de dios, están públicamente en diversas partes de la dicha ciudad en muy notable daño y perjuicio de sus almas y escandalo de Republica, ha seydo y esta estatuydo y ordenado que siempre que se hallare alguno o algunos en la dicha ciudad estar públicamente amancebados por voz común o fama publica o por otros indizios y conjeturas se haga parte a instancia de la dicha ciudad contra los tal o tales que comúnmente fueren tenidos y reputados por amancebados [...]. Además de por los tribunales eclesiásticos y civiles, el amancebamiento fue perseguido por el Tribunal de la Inquisición, especialmente si en la relación estaba implicado alguno de sus oficiales. Así por ejemplo, encontramos a un vecino de Gallur, familiar de la Inquisición19, acusado de este

16 BUZ, Constituciones Sinodales Arzobispado de Zaragoza, 1627, t. XIII «De Cohabitatione Clericorum et Mulierum». 17 Novísima Recopilación de las Leyes de España mandada formar por el rey Carlos IV, Boletín Oficial del Estado, 1805, t. XXVI «De los amancebados y mugeres públicas», l. III (Birbiesca, 1387; Toledo, 1480; Madrid, 1502), p. 419. 18 AMZ (Archivo Municipal de Zaragoza), Pregones, P. 7, Pregon de los amancebados, 1576, p. 76. El 21 de marzo de 1577 el pregón anterior cobraría fuerza de estatutos bajo el nombre de Estatuto contra los amancebados, publicado el 7 de octubre del mismo año, ibíd., Fondos Antiguos, c. 512, s. 24-7-2, Recopilación de los Estatutos de la Ciudad de Zaragoza por los Señores Iurados, Capitol y Consejo, Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia, Zaragoza, 1635, «Estatuto hecho por el Capitulo, y Consejo a 21 de Marzo de 1577 contra los amancebados», pp. 281 y 282. 19 Los familiares y comisarios actuaban tanto en las ciudades como en las zonas rurales, relacionándose directamente con la población. Durante el siglo XVI estuvieron en el origen de muchas de las protestas de los aragoneses, pues gozaban de un estatus social distinto y de privilegios especiales, como quedar bajo la jurisdicción inquisitorial en causas civiles y criminales o poder portar armas. Su sola presencia ejercía temor entre los vecinos, quienes tenían la impresión de estar constantemente vigilados y de poder ser acusados en cualquier momento. Pasamar Lázaro, J. E.: «La Inquisición en Aragón: los familiares del Santo Oficio», Revista de Historia Jerónimo Zurita, nº 65-66, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1992, pp. 165190. Raquel Cuartero Arina

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delito en el año 162520. Debido a su “mal comportamiento”, a Custodio Bueno le fue abierta una causa a instancia del fiscal del Santo Oficio. Se desconoce el nombre de la mujer con la que mantuvo el trato ilícito este vecino de Gallur. Si fuera del mundo eclesiástico constituía un grave pecado la acción de vivir en pareja sin cumplir con el sacramento del matrimonio, con mayor razón era reprensible esta práctica entre los eclesiásticos. En las sucesivas legislaciones se haría siempre distinción entre la relación de amancebamiento mantenida entre personas solteras y la gravedad que reportaba este comportamiento entre los casados y los clérigos, en cuyo caso, los oficiales pondrían todo su empeño en perseguirlo y reprimirlo21. El estado eclesiástico constituye un agravante que empuja a la apertura del proceso y contribuye en la intensidad de las penas. Catalina de Monesa y Nicolás Pérez, clérigo de Pedrola, estuvieron amancebados durante más de un año en Zaragoza. Siempre que Nicolás iba a la ciudad desde la localidad de Pedrola se aposentaba en casa de Catalina de Monesa, quedándose ambos solos debaxo de una llave sin bivir ni avitar otra persona. El clérigo pedrolense tenía expresamente prohibido por las constituciones sinodales pernoctar en casa de mujeres de dudosa fama22. Algunas uniones, como las que se producían entre un eclesiástico y una mujer, podían perturbar la tranquilidad de una población pequeña como Pedrola, más aún si de estas se derivaba descendencia. Nos hemos referido anteriormente a los amancebamientos y concubinatos; ahora profundizaremos en un tipo de relación entre los mismos agentes, un clérigo y una mujer, pero en distinto escenario: el confesionario u otro lugar de la iglesia. Estos tratos no implicarían el desarrollo de una vida de pareja, sino simplemente encuentros sexuales esporádicos —a pesar de que dichos encuentros se pudieran producir con frecuencia y entre las mismas personas23. El delito de solicitación, que es el que nos ocupa, se refiere exclusivamente a los hombres y aparece cuando un confesor clérigo o religioso de cualquier estado o condición, en el acto de la confesión o próximamente a 20 AHPZ (Archivo Histórico Provincial de Zaragoza), Inquisición, s. 335. 21 BUZ, Constituciones Sinodales Arzobispado de Zaragoza, 1627, t. XV «De vita et honestate clericorum». 22 ADZ (Archivo Diocesano de Zaragoza), c. 29-12, Proceso contra Catalina Monesa, Zaragoza, 1606. 23 Delumeau, J.: La confesión y el perdón, Alianza Universidad, Madrid, 1992; Sarrión Mora, A.: Sexualidad y confesión. La solicitación ante el Tribunal del Santo Oficio (siglos XVI y XIX), Alianza Universidad, Madrid, 1994. 23

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ella, solicita a sus hijas de confesión provocándolas e induciéndolas a pecar con hechos, palabras o actos torpes o deshonestos. La jerarquía eclesiástica consideró al solicitante sospechoso de herejía, siendo la Inquisición el tribunal encargado de castigar este delito, aunque ya hubiera sido perseguido antes por la justicia episcopal24. Si bien cualquier espacio de las iglesias podía servir para la comisión del delito, este se perpetraba especialmente en el confesionario25. Los manuales sobre cómo se debía administrar el sacramento de la confesión y evitar caer en el pecado de la lujuria advertían al confesor de los posibles riesgos. Un ejemplo de ello es el compendio El confesor instruido en lo que toca a su cómplice en el pecado torpe contra el sexto precepto del decálogo, del año 1756, donde se advierte de los peligros que pueden reportar las conversaciones largas y muy frecuentes con hijas de confesión, pues, aunque fueran honestas, e incluso religiosas, es probable que por lo común son pecado mortal, del mismo modo que los ósculos y tactos van mezclados de alguna delectación sensual y venérea y son pecados mortales26. En la documentación de la época se comprueba la indefensión de estas mujeres y su consentimiento a realizar tal práctica por la presión que el confesor ejercía sobre ellas. El eclesiástico tenía la posibilidad de perdonar sus pecados, salvar sus almas o castigarlas; de hecho, muchas veces el delito permanecía oculto por la creencia en el poder de absolución que sobre el pecado tenía el propio clérigo. Solo la imposición de la excomunión para la mujer que se negaba a declarar ante el Tribunal de la Inquisición fue efectiva para obtener su testimonio. Un clérigo solicitante es Manuel Villalba, presbítero de Alagón, quien, como dice la parte acusatoria en el proceso que contra él se abre, solía andar por las calles de la localidad sin hábitos clericales, de día y de noche, y con armas, olvidado de su estado, inquietando a muchas personas y dando notable escándalo. Por otra parte, siguiendo con la acusación, había solicitado a 24 BUZ, d. 25-40, Constituciones Sinodales Arzobispado de Zaragoza, 1627, t. VII «De Poenitentia», cons. VII 25 Anteriormente el confesor tenía un asiento que colocaba en cualquier zona de la iglesia, pero a partir del siglo XVI empezaron a utilizarse los actuales confesionarios. Constaban de un asiento para el confesor y de dos reclinatorios a los lados. Ambos espacios (el del confesor y el del penitente) estaban separados mediante una rejilla. 26 Díaz Bravo, J. V.: El confesor instruido en lo que toca a su complice en el pecado torpe contra el sexto precepto del decalogo, según las constituciones ultimas de Benedicto XIV, Oficina de Antonio Muñoz del Valle, Madrid, 1756. Raquel Cuartero Arina

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varias mujeres a la deshonestidad y la lujuria y les había hecho señas por las calles públicamente, además de estar mucho tiempo amancebado con una mujer con nota y escándalo. Como fruto de dicha relación, ella había quedado embarazada y sería llevada a Zaragoza para que pariera. La sentencia en este proceso criminal recoge la obligación del eclesiástico de realizar seis meses de ejercicios espirituales27. Si la solicitación era un delito en el que incurrían los hombres, existe uno que fundamentalmente tiene como protagonistas a las mujeres: el adulterio. Sobre las féminas recaía el deber de guardar el honor y la honra familiar, valores a los que se ha hecho referencia con anterioridad. Llamamos adulterio a la relación sexual mantenida con una persona distinta de la propia esposa o esposo. Así lo describe Francisco Pradilla Barnuevo, un moralista de la época: cometese cuando mujer casada tiene acceso con hombre soltero, o casado, o quando hombre casado tiene acceso con mujer casada, o soltera28. A pesar de la firme condena que realizan tanto los textos civiles como los eclesiásticos respecto al acto adúltero, no existe unanimidad entre los tratadistas a la hora de calificar el adulterio: ¿lo comete solamente el hombre, la mujer o ambos? Como se ha constatado por diversos historiadores, a lo largo de la Historia el acto adúltero cometido por la mujer ha sido considerado mucho más grave que el perpetrado por el varón. Además, se debe tener en cuenta que la fémina aparece para muchos tratadistas y moralistas como la causante en último término de todas las desviaciones sexuales masculinas. Por ello, las penas impuestas a las mujeres cuando se cometían actos de adulterio fueron generalmente mayores, tal y como se comprueba en diferentes compilaciones legales. En el caso de que una mujer casada cometiera adulterio, en el Fuero Juzgo, las Leyes de Toro y otras recopilaciones oficiales del Derecho castellano medieval, se dejaba al arbitrio del marido la vida o el perdón de

27 Cuando las mujeres víctimas de solicitación quedaban embarazadas se podían dar varios supuestos. Algunas recibían ayudas para el mantenimiento del bebé si guardaban silencio; otras se planteaban recurrir al aborto como remedio; también hubo quienes fueron forzadas por los propios eclesiásticos a desplazarse para dar a luz fuera del barrio o pueblo y así evitar los rumores, como sucedió con nuestra protagonista. ADZ, c. 61-6, Proceso contra Manuel Villalba, Alagón, 1699. 28 Pradilla Barnuevo, F.: Tratado y Suma de todas las leyes penales, canonicas, civiles y destos Reinos, Viuda de Cosme Delgado, Madrid, 1621, «Del grave delito de adulterio», cap. 9. 25

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la esposa y del amante29. En el Reino de Aragón la sanción por adulterio aparece por vez primera de manera oficial en la Compilación de Huesca. Bajo el título «De aquellos que son presos fendo adulterio et stupro», se sancionan los actos del varón y la mujer, bajo una doble vertiente: adulterio simple, si solamente está casado uno de los culpables; y adulterio doble, si lo están ambos. Tanto el varón como la mujer serían castigados al cometer adulterio, pero la mujer adúltera sufriría una pena accesoria consistente en la pérdida de las arras. Por tanto, en Aragón también se distinguía la pena impuesta entre ambos sexos30. En la Edad Moderna no fueron pocas las mujeres casadas que serían condenadas a penas de destierro, como Jerónima de Santa María, casada de Alagón, a quien, según su proceso y atendiendo a su vida disipada, se le ordena que de aquí en adelante viva casta y honestamente y no de tan mal ejemplo como ha acostumbrado, so pena que será castigada como incorregible. A ella se le dictan seis años de destierro del arzobispado de Zaragoza que salga a cumplir vía recta de la cárcel donde está y no los quebrante so pena de cumplirlos doblados y de doscientos azotes. La acusada deberá abonar también las costas procesales31. El siguiente caso que vamos a presentar tiene a María de la Megina, alias la Fosa, como protagonista. María, vecina de Alagón, era muy conocida en su localidad y en el municipio de Torres pues solía andar por los montes de El Castellar. Esta mujer será condenada a muerte tras ser acusada de cometer adulterio, actos de brujería y asesinato. En este proceso interviene un tribunal judicial que no habíamos visto hasta ahora: el Justicia de Ganaderos de Zaragoza, brazo jurídico de la institución denominada Casa de Ganaderos de Zaragoza. En virtud de privilegios reales, el Justicia de Ganaderos tenía jurisdicción civil y criminal en la ciudad de Zaragoza y en todos sus términos y barrios, pero podía ejercerla en el resto del Reino de Aragón, tanto si eran tierras de realengo, señoriales o de la Iglesia, en los casos en que estaban implicados ganados, ganaderos y pastores de Zaragoza, como podían ser 29 Novísima Recopilación de las Leyes de España mandada formar por el rey Carlos IV, Boletín Oficial del Estado, 1805, t. XXVIII «De los adúlteros, y bígamos», l. I y l. II (Fuero Real, 1255, Ordenamiento de Alcalá, 1348), pp. 423 y 424. 30 Guallart de Viala, A.: El Derecho penal histórico en Aragón, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1977, pp. 184 y 185. Vidal Mayor, «De Adulterio et Stupro», Diputación Provincial de Huesca, Instituto de Estudios Altoaragoneses, Huesca, 1989, p. 386. 31 ADZ, c. 31-13, Proceso contra Jeronima de Santamaria, Alagón, 1608. Raquel Cuartero Arina

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la muerte y el hurto de ganado, o las relaciones ilícitas que mantuvieran los ganaderos o sus mujeres. Así pues, además de los asuntos de ganado y pastos, esta figura jurídica vigilaba la conducta inmoral de pastores y ganaderos, así como Sala del Tribunal de la Casa de Ganaderos de Zaragoza, donde fue juzgada María de la Megina. Foto: Casa de Ganaderos. de las personas ligadas a ellos. Entre estos comportamientos penados se encontraban las agresiones y homicidios, pero también el juego y las blasfemias y las relaciones de prostitución y adulterio32. Según se desprende de la propia acusación, María habría robado y matado una noche de noviembre o diciembre de 1578 a Gabriel Juncas, pastor y mayoral de vacas de Salvador Pérez, que apacentaba el ganado en el término de El Castellar, y dado consejo, ayuda y favor a otros para cometer el delito. Ella misma habría comentado a varias personas que estaba involucrada en la muerte de Gabriel, y así se sabía en la villa de Alagón y en la ciudad de Zaragoza. Según el proceso, sus cómplices para la perpetración del delito habrían sido Juan de Torres, Pedro Daysa y Joan de Guillén. En el procedimiento, al cargo por asesinato se le van a añadir otros, como la mala vida que llevaba y las relaciones sexuales ilícitas que mantenía con Joan Guillén, rabadán de las vacas de Salvador Pérez, quien la había conocido carnalmente muchas veces y muy de ordinario, provocando que este no cumpliera con su trabajo, con el consiguiente daño en el ganado. La víctima, que también trabajaba para Salvador Pérez como pastor, habría recriminado tanto a Joan como a María su comportamiento, amenazando a esta última con acudir a su marido y desvelar su conducta. Según la acusación, sería entonces cuando María y Joan planearían la muerte. 32 Esta jurisdicción queda regulada en sus ordinaciones. ACGZ (Archivo de la Casa de Ganaderos de Zaragoza), c. 83, lig. 45, nº 1-2, Ordinaciones de la Casa de Ganaderos de Zaragoza, 1511; ibíd., lig. 45, nº 1-2, 1589; ibíd., lig. 45, nº 2, 1640; ibíd., lig. 45, nº 7, 1805. 27

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El crimen se perpetraría de noche, estando Gabriel durmiendo en un corral. Su cuerpo fue encontrado sin cabeza y sin vergüenzas, pues los asesinos, tras darle varias puñaladas, le habían cortado la cabeza, lo habían desnudado, amputado los genitales y quitado todo cuanto tenía. Finalmente, habían arrojado el cadáver al río Ebro, no siendo hallado hasta quince días después a cuatro leguas del lugar donde se había cometido el delito. Tras ser reconocido por una señal que tenía en el pecho, el cuerpo del asesinado sería enterrado en el fosal de San Pablo de Zaragoza. Junto al cargo de asesinato y de mantenimiento de relaciones ilícitas, a María se le imputan otros actos, como llevarse la cabeza del cadáver, cocerla y dársela a los perros. Dice la acusación que los animales no se la habían querido comer, por lo que la encausada la había enterrado y escondido. Además, ha andado por el monte de El Castellar como cualquier bandolero, de día y de noche, sabe disparar, y desde hace cinco y diez años es muger de mala vida y difamada, bruxa y ha hecho muchas y diversas bruxerias y hechicerias, tres muertes, ha deliverado matar a su marido y ha dado dineros para comprar hierbas y ponzoñas. Tras huir a Tudela por temor al castigo, fueron hallados en su casa distintos bienes robados. Permaneció en Navarra durante más de un mes, hasta que regresó a Alagón, donde sería apresada. A pesar de que la causa contra María se inició en esta localidad, pronto sería trasladada a la cárcel común de Zaragoza con los que habían sido sus cómplices, Juan de Torres, Pedro Daysa y Joan Guillén. En la ciudad de Zaragoza fue condenada a muerte, a la restitución de los bienes hurtados y a pagar las costas33. Las sentencias del Justicia de Ganaderos podían incluir la pena de azotes, la de galeras, el destierro o la muerte. La mujer de Alagón recibió este último castigo. Se desconoce si María fue ajusticiada en la horca que poseía la jurisdicción del Justicia de Ganaderos en el camino del Cascajo en el término de Zaragoza34, pues cuando se pretendía que el castigo fuese ejemplar se solía ajusticiar en la plaza del Mercado del Zaragoza35. Allí es33 ACGZ, Procesos criminales, c. 407, lig. 194, nº 33, Proceso contra Maria de la Megina, Zaragoza, 15791580. 34 Gracia Armisén, D., Ramos Amigot, D.: «Una manifestación de poder en el Aragón del quinientos: la horca de los ganaderos», Revista de Historia Jerónimo Zurita, nº 75, Institución Fernando el Católico, 2000, pp. 154-158.

35 Este lugar está ocupado en la actualidad por el Mercado Central de la ciudad. Raquel Cuartero Arina

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taba la Puerta de Toledo donde se encontraban las cárceles de la ciudad y la de los Manifestados y, junto a las cárceles, entre las calles de San Pablo y de San Blas, la picota o pellerich, lugar de ejecución pública de los sentenciados a la pena de horca por la justicia de la ciudad, de aplicación de numerosos y violentos suplicios y donde se celebraban algunos autos de fe de la Inquisición. Posiblemente María sería ajusticiada aquí, pues se sabe que su cuerpo sin vida se expondría en la puerta de la carnicería del Mercado. La soga, emblema de la justicia civil, era el sistema que más se empleaba para ejecutar a miembros del estamento llano, a homicidas, asesinos, ladrones, salteadores, amancebados notorios, falsificadores, reincidentes e incorregibles. Pero para cumplir la pena capital también se aplicaba la decapitación o la cremación. El palo y la leña fueron el castigo de herejes, homosexuales y acusados de bestialismo después de una sentencia condenatoria por el Tribunal de la Santa Inquisición. El Tribunal de la Santa Inquisición, cuya jurisdicción ejercían delegados apostólicos, fue un tribunal religioso instituido para la defensa de la fe católica y la represión de ciertas «desviaciones». La organización interna y los cargos del Santo Oficio se mantuvieron estables durante buena parte del periodo que nos ocupa. A la cabeza de todo el entramado se situaba el inquisidor general, nombrado directamente por el rey, y el Tribunal de la Suprema que derivaba su actuación a través de distintos tribunales repartidos por el territorio peninsular. El control de las localidades que estaban dentro de sus límites territoriales se realizaba mediante las visitas de los oficiales inquisitoriales y el reparto de agentes locales36. Las visitas debían realizarse periódicamente mediante el traslado de uno de los inquisidores a una zona del distrito para recordar a sus habitantes la obligación de cumplir con todas las disposiciones que emanaban del Tribunal y facilitar las denuncias de los vecinos sobre aquellas prácticas que consideraran sospechosas. En su viaje, el inquisidor iba habitualmente acompañado de un notario del secreto, quien tomaba las declaraciones, de un alguacil, que protegía al inquisidor, y del nuncio, que hacía de correo. Cuando llegaba a un municipio, leía un pregón en el que se animaba a todos los parroquianos a delatar las malas prácticas que hubieran observado en sus convecinos. De este modo, en los edictos se exhortaba a los vecinos 36 Sánchez López, P.: Organización y jurisdicción inquisitorial: El Tribunal de Zaragoza, 1568-1646, tesis doctoral, Departamento de Historia Moderna y Contemporánea Universidad Autónoma de Barcelona, 1989, p. 441. 29

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a denunciar a aquellas personas que se creía realizaban actos contrarios a la fe, después de quedar expuestos los delitos públicamente. Siguiendo la Summa de lo Estatuido por el cardenal Gaspar de Quiroga y Vela (1512-1595), inquisidor general en 1573, destacan los siguientes casos reservados al Tribunal de la Inquisición37: Contra los que contraen matrimonios clandestinos y contra el clerigo y testigos que a ello estuvieren. Contra los que contrahen en grados prohibidos. Contra los clerigos de orden sacro que llebaren de mano o ancas a mugeres o que las acompañaren yendo ellas en sillas de manos. Contra el que carnalmente conoce a monja profesa. Contra el homicidio voluntario perpetrado y abortos con efecto. Contra el hechicero, el sortilego o encantador. Contra el pecado nefando. Contra el incesto donde hay afinidad o parentesco que dirime el matrimonio. Contra el clerigo que conoce carnalmente a la hija de confesion o a la que baptizo. Además, los inquisidores advierten a los curas que deben tener especial cuidado en saber qué mujeres públicas hay en cada parroquia y conocer el nombre de aquellas que se recogen en los hospitales y casas de corrección, así como de las que llegan a la ciudad y no se confiesan ni reciben el sacramento. Las ceremonias o manifestaciones públicas en las cuales el Tribunal del Santo Oficio dio a conocer sus sentencias se denominaron autos de fe. Estos actos podían ser privados o públicos y solemnizaban tanto el retorno del acusado al seno de la Iglesia como su castigo como hereje impenitente. Tras los autos se ejecutaba la pena. Ya se ha destacado con anterioridad la práctica común de ejecutar la pena en un lugar concurrido y de gran afluencia para advertencia de los paisanos, aunque también podía desarrollarse en un sitio cercano a la residencia del condenado con el fin de dar ejemplo a sus vecinos. El listado de casos reservados a la justicia de la Inquisición fue muy extenso, aunque el Santo Oficio esencialmente se ocupó de las causas relativas a la defensa de la religión. El Derecho canónico distinguía entre los 37 BN, ms. 12936, Edicto general ordinario que se publica en la Cuaresma nuevamente reformado, Toledo, 1587. Raquel Cuartero Arina

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blasfemos simples —que maldecían e insultaban a Dios y a la Virgen sin oponerse a ningún artículo de la fe— y los blasfemos que atacaban algún dogma y que pasaban automáticamente a ser considerados herejes. Entre las blasfemias hereticales se destacarán aquellas que iban contra la virginidad de María negando que esta hubiera concebido por obra del Espíritu Santo. En 1605 un carnicero vecino de Tauste, Juan Español, fue acusado de blasfemia. Sin embargo, su irreverencia no se consideró herejía y la causa no la llevó la Inquisición directamente sino el Tribunal Diocesano. Debido a ello, su sentencia sería menor38. Junto a la herejía, el Santo Oficio persiguió el pecado nefando (la sodomía y la bestialidad), la bigamia, el matrimonio de los clérigos, la solicitación, la violación, el estupro, las ofensas a mujeres casadas, el amancebamiento y la mala conducta, el escándalo, la incontinencia y el mantenimiento de distintas relaciones ilícitas. Otros dos delitos sobre los que la Inquisición puso especial empeño fueron la herejía y la brujería. En 1645, en Ejea de los Caballeros, Águeda Samacio, mujer viuda y que ejercía como partera, fue procesada por brujería tras ser acusada de mantener tratos con el demonio39, aunque desconocemos la pena impuesta a la vecina de Ejea. Es importante hacer algunas consideraciones en relación con estos dos últimos delitos de brujería y hechicería, los cuales atentaron claramente contra la religión y tuvieron considerable importancia hasta mediados del siglo XVII. Según estaba extendida la creencia entre la población, las brujas eran sobre todo mujeres, capaces de provocar plagas que destruían las cosechas, tormentas, enfermedades, la muerte de personas y de animales. Estas mujeres lanzaban conjuros para ligar o desligar produciendo enamoramientos, facilitando u obstaculizando la fecundación o impidiendo las propias relaciones sexuales; a su vez, las parteras tenían la facultad de provocar daño a los niños que traían al mundo. Para entender lo que está sucediendo en las tierras de las Cinco Villas, irremediablemente hay que alzar la vista hacia la llamada «caza de brujas» europea, un proceso ligado a un determinado momento, los siglos XVI y XVII, en los que la creencia en los fenómenos sobrenaturales condicionaba la existencia de una población analfabeta enfrentada a una naturaleza 38 ADZ, c. 20-3, Proceso contra Juan Español, Tauste, 1605 39 AHPZ, Inquisición, s. 124-4. 31

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hostil. Esta «caza» significaría la muerte de miles de personas en el continente europeo durante la Edad Moderna, ya que los juicios por el delito de brujería terminaron, en la mitad de las ocasiones, con la ejecución de las condenadas en la hoguera. Para que se diera este fenómeno, sería condición esencial la creencia de las élites administrativas y gubernamentales que controlaban el proceso judicial en los poderes extraordinarios de estas mujeres. Este hecho, unido a otros elementos como el pacto con el diablo, la asistencia de las brujas a asambleas nocturnas o su capacidad para volar encima de escobas o de animales, convergieron en la formación de un concepto acumulativo de brujería que se produjo en el siglo XV y que se iría perfeccionando posteriormente40. Al mismo tiempo, distintos tratados de juristas, religiosos o pensadores, como el Malleus Maleficarum, fomentarán las ansias de persecución hacia estas personas consideradas agentes del mal en la tierra41. Los manuales de religión, los edictos y las constituciones se encargaron de exagerar el poder de estas mujeres y de diferenciar los conceptos de brujería y hechicería. La bruja renegaba de Cristo y de los sacramentos y hacía un pacto con el demonio, en cuyo honor protagonizaba ritos diabólicos, celebraba parodias de la santa misa u otros oficios de la Iglesia. Apenas se referirán al pacto demoníaco los vecinos de las localidades donde viven las acusadas de ser brujas y hechiceras, pero sí que culparán a estas de las malas cosechas, de provocar la peste y enfermedades, o de la muerte de algún vecino, mostrando cierto miedo colectivo en un tiempo de crisis económica y cultural. Por desgracia para ellas, estas mujeres se convirtieron en las canalizadoras del odio de sus vecinos —muchas veces fruto de enfrentamientos personales— y en chivos expiatorios en una época de crisis, miedo e incertidumbre42. El imaginario popular e institucional las transformó, de este modo, en un peligro para el mantenimiento del orden social. Recordemos que la mujer de Ejea, Águeda Samacio, era partera. Las autoridades, además de perseguir con saña a todas las personas que pudieran resultar 40 Levack, B. P.: La caza de brujas en la Europa moderna, Alianza Universidad, Madrid, 1995. 41 Kramer, H., Sprenger, J.: Malleus Maleficarum. El martillo de los brujos. El libro infame de la Inquisición, Reditar, Barcelona, 2006. 42 Tausiet Carlés, M.: Abracadabra Omnipotens. Magia urbana en Zaragoza en la Edad Moderna, Siglo XXI, Madrid, 2007. Raquel Cuartero Arina

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peligrosas para el orden social, hostigarán a las brujas, a las hechiceras, a las comadronas que controlaban el embarazo y el parto, a las que conocían la medicina natural y, en general, a todas aquellas que se escapaban del modelo de mujer que las autoridades imponían. Al mismo tiempo, brujas y hechiceras fueron acusadas de generar enfermedades en los recién nacidos, de agriar la leche en el pecho de las madres o de provocar la muerte de no nacidos43, apareciendo a menudo en la documentación relacionadas con interrupciones del embarazo. El aborto se consideraba un horrible pecado y una gravísima ofensa a Dios con un daño irreparable. Muchas mujeres acudían a las brujas y hechiceras para librarse de un embarazo no deseado que implicaría infamia, pero los moralistas y los legisladores eran muy claros: no estaba permitido quitar la vida a otro por conservar la suya propia y más valía un alma que mil honras de su madre44. Así, la mujer no podía recurrir al aborto para librarse de la infamia ni para evitar su muerte. La legislación civil y eclesiástica había condenado esta práctica desde tiempo atrás. El Fuero de Teruel mandaba que fuera quemada la mujer que abortaba intencionadamente si así lo reconocía. En caso contrario, podía probar su inocencia mediante la prueba del hierro caliente45. No solo pecaba la madre que pretendía arrojar la criatura antes de tiempo, sino también los que la aconsejaban o cooperaban en el delito. Entre ellos se encontraba el que recetaba la poción ó bebida, las sangrías u otro medio con el fin de abortar; el boticario que la preparaba, ó vendía, sabiendo que para el aborto la pedía; y el cirujano que ejecutaba las sangrías teniendo noticia del fin que intentaba la muger. Si se llegaba a completar el aborto siendo una criatura ya animada, la madre y los que actuaban como cómplices incurrían en delito de homicidio, castigado con pena de excomunión mayor o de muerte en la horca. San Agustín, una de las máximas autoridades de la Iglesia en la materia, consideraba que la 43 Tausiet Carlés, M.: «Un proceso de brujería abierto en 1591 en el Arzobispado de Zaragoza (contra Catalina García, vecina de Peñarroya»), Fuentes históricas aragonesas, nº 17, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1988, p. 19. 44 Barón y Arín, J.: Luz de la fe y de la ley: entretenimiento christiano entre Desiderio y Electo, maestro y discipulo, en dialogo y estilo parabolico adornado con varias historias y moralidades para enseñanza de ignorantes en la doctrina christiana, Carlos Sapéra y Jayme Ofset, Zaragoza, 1756, pp. 532 y 533. 45 El mismo fuero establecía que la mujer que abandonase a su hijo tendría pena de azotes. Rodrigo Estevan, M. L., Agudo Romeo, M. M.: «El fuero de Teruel», Historia de Teruel. Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, Prensas Universitarias de Zaragoza, 2007 (en prensa). 33

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criatura concebida tenía alma a los cuarenta días si era hombre y a los ochenta si era mujer46. Junto con la práctica del aborto, se condenaron otros delitos relacionados con el embarazo. Así por ejemplo, cuando la mujer fingía estar preñada y persuadía al marido de que el parto e hijo ajeno era suyo, la pena establecida era la muerte, y las comadres que en esto participaren serían azotadas públicamente47. Por otra parte, las transgresiones relacionadas con el sacramento del matrimonio tuvieron gran relevancia. Ya se ha explicado cómo durante el Concilio de Trento se había concluido el proceso de institucionalización matrimonial que había empezado siglos atrás, asumiendo la Iglesia plenas competencias sobre el sacramento. Trento significó el fin de los matrimonios clandestinos y la imposición del matrimonio in facie ecclesiae. El sacerdote bendecirá a la novia, los testigos estarán reglamentados, se deberá cumplir con las moniciones públicas en los días inmediatos a la boda y se desarrollará un registro de matrimonios. Contra el mismo sacramento matrimonial se puede contemplar una variedad de transgresiones, desde el incumplimiento de las palabras de casamiento hasta la ocultación de vínculos de parentesco entre los contrayentes, frecuente esto último en los casos en los que existían grados de consanguinidad entre los miembros de la relación y no se disponía de una dispensa. También la práctica de la bigamia, esto es casarse una segunda vez estando todavía vivo el cónyuge, fue perseguida duramente. El caso que veremos a continuación tiene que ver con el incumplimiento de una palabra de matrimonio. La palabra de casamiento vinculaba a quien la daba y a quien la aceptaba, sin posibilidad de modificarla ni de traspasarla a otros miembros de la familia. Solo en casos excepcionales se podía deshacer, pidiendo el oportuno permiso y cumpliendo con ciertas disposiciones. La protagonista es María Albarado, doncella y vecina de Tauste, quien, además de mantener relaciones ilícitas con un hombre llamado Isidoro Fernández, de la misma localidad, va a incumplir la palabra de matrimonio que había dado previamente a un noble. 46 En 1513, en la octava sesión del Concilio de Letrán, se declaraba la definición dogmática de la inmortalidad individual del alma humana. Paredes, J. (dir.): Diccionario de los Papas y Concilios, Ariel, Barcelona, 1998, p. 630. 47 Pradilla Barnuevo, F.: Tratado y Suma de todas las leyes penales, canonicas, civiles y destos Reinos, Viuda de Cosme Delgado, Madrid, 1621, «De los que suponen y persuaden partos fingidos», cap. 25. Raquel Cuartero Arina

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En 1647, los licenciados Manuel Jerónimo Malfeyt y Jerónimo Serves, presbíteros procuradores fiscales de la curia eclesiástica, iniciaron el apellido criminal alegando que María haría algunos meses contrajo esponsales y dio palabra de casamiento a Don Joseph de Rueda, vecino de la villa de Alagón, y la dicha, a pesar de esta palabra de matrimonio, había intentado casarse en Tauste con Isidoro Fernández, habiendo el vicario de la dicha villa amonestadolos y publicadolos en la Iglesia como lo manda el Santo Concilio de Trento. Tras conocer los hechos e interponer una demanda el afectado, Joseph de Rueda, a la pareja se le ordenó que no prosiguiera adelante con el matrimonio hasta que se dictase sentencia. Sin embargo, según se desprende de su proceso criminal: Isidoro Fernández y María de Albarado, no obstante la lite pendiente y mandato hecho, con poco temor de dios, sin guardar el respeto devido y con menosprecio vilipendio y desestimacion de la justicia eclesiastica, informaron, siniestra y falsamente, al señor vicario general de la ciudad y obispado de Huesca que eran libres y no sugetos a matrimonio y, alegando que eran vezinos y parroquianos de Santa Engracia de Zaragoza, obtuvieron la licencia para desposarse. Por haber contraído este matrimonio, y siendo el hecho público y notorio, María e Isidoro serían castigados gravemente. Los procuradores solicitaron al Tribunal eclesiástico que se declarara nulo el matrimonio, que ambos fueran detenidos en las cárceles arzobispales, que se proveyera mandamiento de excomunion mayor y de pena de quinientos ducados, y que dentro de cuatro días satisficieran el agravio e injurias hechas a la jurisdicción eclesiástica. En apoyo del testimonio acusatorio, se aportó una carta del párroco de la iglesia de Tauste. Se ha visto por tanto que María fue juzgada ante el Tribunal Diocesano de Zaragoza por violentar el sacramento del maGoya, F.: El Tribunal de la Inquisición, 1812-1819. trimonio, incumplir Museo de la Real Academia de San Fernando, Madrid. una palabra matrimo35

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nial y desobedecer las órdenes judiciales prosiguiendo con su casamiento ilícito. Para lograr lo anterior había acudido a otra parroquia en Huesca, donde no la conocían, incurriendo además en el delito de matrimonio ilícito y clandestino48. Sí que acudió ante el Tribunal Diocesano de Zaragoza para deshacer el juramento de matrimonio que había dado a una mujer otro vecino de Tauste llamado Miguel Oliber. Según la documentación: El 20 de noviembre de 1628, Miguel Oliber, de Tauste, y María Zaragozano, viuda de la Puebla de Albortón, dixeron se tenian prestado juramento de ser marido y muger y que su voluntad era deshacer aquel y no pasar adelante dicho matrimonio ni concluirlo. Miguel Oliber debe pagar como penitencia tres libras de cera49. En otro orden de cosas, la proliferación de delitos crecía durante los años de hambre y crisis económica, pues la carencia de necesidades básicas empujaba a la población a cometer desmanes que en épocas de bonanza podían haberse frenado. También se observa un aumento de las medidas restrictivas con respecto a la sexualidad cuando se incrementan la pobreza y las epidemias. Relacionado con lo anterior, se encuentra el llamamiento extraordinario que el Capítulo y Consejo de la ciudad de Zaragoza realiza el 30 de julio de 1588 para que todas las universidades reales acudan a una corte general, o ayuntamiento, que tendría lugar el primer domingo de agosto en la capital de Reino. El objetivo de la reunión es que se pueda vivir con la paz, quietud y seguridad, pues el atrevimiento de la gente fascinerosa y de mal vivir ha llegado a mayor extremo perdiendo del todo el respeto a la justicia50. El día de la reunión las ciudades exponen que de un tiempo a esta parte: No han sido suficientes los remedios hasta ahora hechos para reprimir los insultos, muertes y robos que cada día se cometen en diversas partes del reino y la poca seguridad con que se puede andar por él, y lo que todos por este respecto padecemos como es notorio, con el deseo que esta ciudad tiene del remedio de ellos y de la paz y quietud universal, le ha parecido comunicar y tratarlo con las universidades reales del Reino para que entre todos se vea y provea el remedio que más convenga, suplicándoles que, por ser el negocio tan grave y beneficio univer48 ADZ, c. 46-22, Proceso contra Maria Albarado, Tauste, 1671. 49 ADZ, Libro de Dispensas, 1616-1656. 50 AMZ, Serie Facticia, c. 7886, s. 130-6, Cuaderno de los actos y deliberaciones hechas por los síndicos de las ciudades del reino sobre la creación de una unión general y hermandad contra los bandoleros y delincuentes. Raquel Cuartero Arina

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sal de todo el reino, enviasen aquí sus síndicos para que con todos se pueda tomar la resolución que fuere más conveniente al servicio de Dios Nuestro Señor51. Asistirían a esta reunión síndicos de las Cinco Villas —Exea, Tauste, Sádaba, Sos y Uncastillo—, que no entraban en las Cortes Generales en el brazo de las universidades, sino en el de caballeros e hidalgos. Tal y como se desprende de las actas de dicha reunión, los delitos que se pretendía frenar y las personas a las que habría que castigar eran: Los homicidios voluntarios o no fortuitos y los asesinos a sueldo. El hurto y el robo de bienes, campos o heredades, ladrones de abejares, reses, pan, vino, carne y otros. Los bandoleros, salteadores de caminos y hombres en montes y caminos. Los que portaren armas prohibidas y que no fueran con licencia, o llevaran armas de fuego dentro de lugares poblados sin desarmar o sin cerrajar; el tiro con arcabuces, ballestas y otras armas aunque no hieran; los que hacen armas o las venden. Los que desafiaran a otros en sus bienes y personas y ponen carteles de desafío. Los incendios u otras cosas en lugares yermos como poblados. Los raptos de personas libres o de mujeres doncellas, viudas o casadas, por fuerza o por grado. Los que hagan fuerza a mujeres por conocer a aquellas carnalmente en lugares yermos o poblados. Los que se mudaran el hábito o andaran mascarados de qualquiera manera que sea. Los falsos testimonios. Los que amenazaran a oficiales o otras personas que les vayan a acusar. Los que dieran favor de cometer estos delitos, recogieran a bandoleros o gente de mal vivir52. Un juez ordinario de cada ciudad, villa, lugar, o su lugarteniente, sería el encargado de juzgar tales crímenes sin guardar orden de fuero. Al mismo tiempo, los vecinos que tras ser llamados no acudieran al auxilio de las respectivas autoridades incurrirían en una pena de sesenta sueldos. De esta Unión General de universidades y de su cometido se informa a los nobles para que todos juntamente puedan mejor perseguir y castigar los delincuentes y malhechores. 51 Ídem. 52 Ídem. 37

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Por último, haremos referencia a un poder judicial aún no citado, que tendría como principal objetivo el mantenimiento del orden público, y que se sabe que existió en Tauste: el Padre de Huérfanos. Los historiadores han venido considerando este oficio como una reacción política que los concejos instituyeron contra elementos que podían ser fuente de desorden social, como los criados, vagos y maleantes. Por ello se defiende su existencia a lo largo de los siglos modernos53. El profesor Ángel San Vicente, que dedicó su tesis doctoral a la figura del Padre de Huérfanos de Zaragoza, señala que Tauste habría tenido una figura jurídica similar durante este periodo, al igual que otras ciudades aragonesas como Huesca, Tarazona, Albarracín, Barbastro o Monzón54. Esta institución municipal tenía tres cometidos principales: poner a servir a las mozas y mozos en distintas casas de la ciudad; controlar a los vagabundos, detectando a los «falsos pobres»; y vigilar a las mujeres de «mal vivir», entre las que se encontraban las prostitutas y alcahuetas que ejercían su ministerio en los límites municipales55. El Estatuto del Padre de Huérfanos de la ciudad de Zaragoza del 4 de diciembre de 1628 señala respecto a sus competencias56: Si hallare a muchachos, ò mugeres, ò hombres que fueren sanos, y para poder trabajar, por la primera vez los amoneste que sirvan, y que no anden por la Ciudad pidiendo limosna; pues pueden trabajar, que lo hagan, y no quiten, ni roben la lismosna a los pobres verdaderos. Y si despues los hallare que andan por la dicha Ciudad sin trabajar, los llevara a los dichos hombres, y mugeres al cepo, y los tendra en èl, y castigara como mejor le pareciere, y ellos merecieren, ò los pondra a servir con amo.

53 Por la experiencia se ha visto que dicho oficio es muy util y necesario para el buen regimiento de la ciudad y beneficio de la Republica. AMZ, Actas, L. 41, 21 de marzo de 1577, s. p.; Conviene al buen gobierno y pacifico estado de la ciudad que el dicho officio se conserve y exercite con la autoridad y respecto que conviene. AMZ, Actas, L. 52, 1610, pp. 299 y 299 (v). 54 San Vicente, Á.: El oficio del Padre de Huérfanos en Zaragoza, tesis doctoral, Cátedra, Universidad de Zaragoza, 1965, pp. 93. 55 AMZ, Fondos Antiguos, c. 512, s. 24-7-1, Recopilación de todas las Cédulas y Órdenes Reales que desde el año 1708 se han dirigido a la ciudad de Zaragoza para el nuevo establecimiento de su gobierno, por la magestad de el rey nuestro señor D. Phelipe V, en Zaragoza en la Imprenta Real del Rey Nuestro Señor y de la Ciudad, 1730, t. XI, o. I «Del Padre de Huerfanos», pp. 98-101. 56 AMZ, Recopilación de los Estatutos de la Ciudad de Zaragoza, 1635, «Estatuto de la Ciudad de Zaragoza del Padre de Huerfanos, hecho a quatro de Deziembre de mil seyscientos veynte y ocho», pp. 238-244. Raquel Cuartero Arina

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El Padre de Huérfanos poseía un cepo en su casa, a donde eran llevados y castigados los desobedientes, tanto los mozos y mozas que se salían de las casas de sus amos, como los vagabundos que no querían trabajar. La jurisdicción del Padre de Huérfanos fue muy amplia, como también lo fue la aplicación de sentencias, entre las que se encontraban además del mencionado cepo, el castigo de destierro y azotes. En relación a las mujeres de «de mal vivir», decir que los estatutos del oficio del Padre de Huérfanos de 1475 le conferían poder para sancionar a los sujetos que fomentaran o ejercieran la prostitución ilegal, y las Ordenanzas de la ciudad de Zaragoza de 1577 acentuaban su carácter de oficial de orden público, encomendándole perseguir a las amancebadas. Ese mismo año se dispuso que este oficial pudiera entrar en cualquier casa de la ciudad, como en las torres y casas dentro de sus términos, para investigar a los vagabundos, mozos y mozas, y otras personas holgazanas, rufianes, alcahuetas o de mala vida57. Todas aquellas mujeres que, naturales del Reino o no, se encontraran en la ciudad y fueran consideradas una amenaza para la república, serían prendidas por el Padre de Huérfanos y transportadas hasta su casa. De esta forma, las rameras y amancebadas serían llevadas, junto a vagabundos y otros delincuentes, a los cepos que tenía el oficial en su vivienda. Una vez allí, eran apartadas de los hombres y castigadas conforme merecieran. Además, también las podía desterrar del municipio por su propia autoridad, sin decreto ni autoridad de otro juez o superior alguno. El destierro tendría la duración que determinara, imponiéndoles, si lo quebrantasen, conminaciones de destierro doblado, pena de azotes o de cárcel. El Padre de Huérfanos también ostentaba jurisdicción sobre quienes ejercían actividades relacionadas con el rufianismo o la tercería. En Zaragoza, perseguiría y castigaría, además de a ladrones y delincuentes comunes, a algunas alcahuetas58. Se repite este último hecho en otros lugares como Huesca, donde una disposición de 1640 lo corrobora. Las ordinaciones de ese año disponían que entre las funciones de esta institución estaban las de vigilar a las mujeres públicas, perseguir el libertinaje bajo todas sus formas, y cazar o hacer cazar a las mujeres de mala vida59. 57 AMZ, Actas, L. 41, 7 de marzo de 1577, s. p. 58 AMZ, Actas, L. 52, pp. 299 y 299 (v). 59 Lasala Navarro, G.: «La cárcel en Aragón durante la época foral, y las instituciones protectoras de los presos que se fundaron», Cuadernos de Historia Jerónimo Zurita, nº 21-22, Institución Fernando el 39

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En relación con lo anterior, los padres de huérfanos de las ciudades de Borja y Tauste tenían como función cuidar de los que en sus casas encubrían mozas y mozos de mal vivir60, pudiendo expulsarlos del municipio, e intimarles y advertirles de las consecuencias. Si algún individuo impedía su trabajo o el de sus oficiales era prendido y llevado a la cárcel común, debiéndose notificar dicha captura a los Jurados en veinticuatro horas. En definitiva, el Padre de Huérfanos de Tauste actuaba como un poder judicial más, velando porque se cumplieran las normas de orden público que la Ciudad tenía establecidas. Para finalizar se pueden extraer varias conclusiones generales. En primer lugar, se debe resaltar la colaboración de todos los poderes judiciales para la erradicación de una serie de transgresiones que se dieron tanto en la villa de Tauste y en sus alrededores, como en el resto del Reino. El Tribunal de la Inquisición de Aragón, el Tribunal Diocesano, la justicia municipal y el Padre de Huérfanos colaboraron para mantener el orden en los respectivos municipios, siguiendo unas tradiciones y unos textos legales, que conllevaron en muchas ocasiones la apertura de procesos y la imposición de penas. La labor de mantener la moralidad y las estrictas normas sociales vigentes en Tauste en los siglos modernos recaía en diferentes justicias que se encargaban, desde sus respectivos ámbitos de poder, de defender los valores que sustentaban la sociedad moderna. Tanto las autoridades civiles como las eclesiásticas, a través de sus respectivas justicias, intentaron mantener inalterable un sistema que beneficiaba a ambas. Para ello, era necesario erradicar cualquier conato de transgresión que pudiera perturbarlo. La segunda de las conclusiones tiene que ver un sujeto transgresor en particular: la mujer. Todas las autoridades en la Edad Moderna consideraron a la mujer un sujeto diferenciado, lo que se constata tanto en los textos legales como en las imposiciones que sufre en el ámbito cultural y social, y las autoridades judiciales no fueron una excepción, estableciendo para ella unas categorías propias.

Católico, Zaragoza, 1971, p. 36. 60 Ordinaciones Reales de la ciudad de Borja, 1789, pp. 57 y 58, cit. Gómez Urdáñez, J. L.: Beneficencia y marginación social en Aragón en la segunda mitad del siglo XVIII, tesis doctoral inédita, Universidad de Zaragoza, 1980, t. III, p. 12; San Vicente Pino, Á.: El oficio del Padre de Huérfanos en Zaragoza, tesis doctoral, Cátedra, Universidad de Zaragoza, 1965, p. 308. Raquel Cuartero Arina

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La condena a la mujer se hace especialmente evidente cuando se tienen en cuenta sus «desviaciones sexuales», después de que a lo largo de los siglos se hubiera ido gestando el concepto de «mujer pecadora». Así, la división entre mujeres «buenas y malas» dependió específicamente de las relaciones sexuales que mantuvieron y de su sumisión a los hombres. Entre las primeras se encontraban las que permanecían vírgenes, las «buenas casadas» fieles que cuidaban del marido y de los hijos, y las viudas que guardaban el honor de sus esposos. Entre las segundas, estaban las amancebadas y las prostitutas públicas. En la medida en que la mujer se salía de su papel de madre y esposa fiel pasaba a ser transgresora y había, por tanto, que «reconducirla al buen camino». El arrepentimiento de los pecados y la subordinación al padre o al esposo, o el ingreso en un convento abrazándose a la religión y a la fe, sería el único camino para la salvación de la que «había errado».

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Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de Tauste Joaquín Cebamanos Conde

Diplomado en Magisterio

INTRODUCCIÓN (…) Pero si hemos de buscar la verdad ante todo, pensamos que nos debe ser más satisfactorio conocer que ese punto de la historia está por resolver, siendo esto verdad, que seguir admitiendo una tradición que dista mucho de estar suficientemente fundada (...)1 Orencio Cardona y Mariano Supervía. Al abordar un trabajo en el que la temática va a desarrollar aspectos concretos y esenciales en la idiosincrasia de un pueblo, susceptibles de motivar las más diversas emociones, el trato riguroso y el análisis íntegro de la documentación han de convertirse en la base que fundamente dicho estudio. Quizás sean muchas las incógnitas planteadas o demasiadas las manifestaciones relacionadas con la villa de Tauste que hemos decidido contemplar en esta exposición, pero el sentimiento de querer aprender y conocer nos ha llevado a recopilar numerosa documentación que, a su vez, nos ha brindado la oportunidad de establecer una primera aportación al concepto y origen de las fiestas patronales de Tauste. Siempre desde un punto de vista objetivo, sin ninguna intención de dogmatizar sobre el tema y abiertos a la aparición de nueva documentación que pueda cambiar, completar o explicar mejor los argumentos que planteamos, nuestra labor persigue unos propósitos claros. En primer lugar, dar a conocer los puntos básicos en lo que se asienta la estructura de las actuales fiestas en honor a la Virgen de Sancho Abarca, tomando como principales elementos la Confraternidad de Esclavos de Nuestra Señora, el Capítulo Eclesiástico, el Ayuntamiento local, las fuerzas 1 ITURRI DEL RONCAL, Basilio: Historia de Nuestra Señora de Sancho Abarca, Advogada de los Reynos de Aragón y Navarra. Pamplona. 1729. Edición corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA, Mariano. Zaragoza. 1864, p. 19. 45

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vivas de la localidad, tanto sociales como económicas y el resto del pueblo. Por medio de un compendio de documentación inédita, poco conocida o vagamente estudiada vamos a intentar proporcionar una imagen aproximada del paisaje tradicional festivo de Tauste y de su carácter religioso desde un punto de vista reflexivo. Para ello hemos dividido el estudio en cuatro capítulos definidos por la correlación cronológica en la búsqueda de una mejor comprensión de la información y los argumentos planteados. El acercamiento al origen de las fiestas, su estructura inicial y el desarrollo posterior, la evolución experimentada en los siglos XIX y XX, el conflictivo transcurso de las celebraciones patronales durante la Segunda República y sus consecuencias en la Guerra de Civil y, por último, la utilización de los festejos como herramienta ideológica de la dictadura son los aspectos esenciales de un estudio que vuelve a echar en falta numerosa documentación, tanto de archivos perdidos, como de archivos cerrados. Sirva todo el esfuerzo de esta aportación a las fiestas patronales de Tauste para abrir nuevas líneas de investigación que favorezcan el debate en el que el respeto hacía todas las opiniones sea esencial y equidistante. Teniendo en cuenta que la documentación expresa un momento concreto de la historia y tiene el valor de aquello que muestra en ese preciso instante, cuando la información se intenta alterar, condicionar u ocultar, el respeto al que apelamos degenera, privando de su contenido al conocimiento popular, recordando formas más propias de siglos pasados. No podremos pasar página de la historia sin haberla leído anteriormente. 2. EL ORIGEN DE LAS FIESTAS DE TAUSTE EN HONOR A LA VIRGEN DE SANCHO ABARCA. (…) Desde que la santísima Virgen nuestra Madre enriqueció el suelo taustano con su Imagen aparecida en el monte de Sancho Abarca, y en proporción que desde aquella época ha crecido y aumentándose esta población a la sombra de su materna amparo, llegando a ser hoy en día tal vez la primera villa de la provincia, se ha desarrollado y aumentado la devoción y gusto en celebrar sus glorias y festividades (…)2 2 Ibídem, pp. 107 y 108. Joaquín 46 Cebamanos Conde

Las fiestas patronales de Tauste se celebran del 20 al 25 de abril en honor a la Virgen de Sancho Abarca conmemorando así la aparición de su imagen en 1569. Tradicionalmente, las fechas se han mantenido inalterables excepto cuando han tenido que retrasarse al coincidir la Semana Santa con dicha festividad. Es en los tres primeros días, 20, 21 y 22, donde vamos centrar nuestro trabajo, ya que es aquí, donde se aglutina la esencia religiosa que define el programa festivo taustano. Estas tres jornadas poseen su propia denominación: Día de la Víspera, Día de la Virgen y Día de la Virgen Pequeña, caracterizándose por la ordenada disposición de los diferentes actos religiosos y profanos que expresan la devoción del pueblo hacia su Patrona. Las demás jornadas se dedican a espectáculos de índole festiva popular, de entretenimiento y diversión que han ido variando con el tiempo. Los habituales han sido y son: suelta de vaquillas, bailes populares, conciertos, espectáculos infantiles, festivales de Jota, etc. Como representante del pueblo ante la Virgen, se erige la figura del Esclavo Mayor, componente de la Confraternidad de Esclavos de Nuestra Señora de Sancho Abarca. Elegido por riguroso orden de inscripción, el Esclavo Mayor tiene la obligación de dar el debido culto a la Virgen y de guardar y portar el Pendón de la cofradía durante las fiestas. La estructura básica, los actos principales que a modo de cimientos sustentan las celebraciones patronales del pueblo de Tauste son: Día 20: Día de la Víspera • Puesta del Pendón en casa del Esclavo Mayor. Inicio de la fiesta. • Por la tarde Salve cantada a la Virgen en la iglesia de Santa María. Día 21: Día de la Virgen Por la mañana. • Misa de Esclavos, también llamada de Danzantes. • Misa Mayor. • Representación del Dance de Tauste, Fiestas de Interés Turístico desde 2004, en la plaza de España en honor a la Virgen de Sancho Abarca y San Miguel, patronos de la localidad. Por la tarde. • Ofrenda de flores a la Virgen. • Procesión con la Imagen de la Virgen escoltada por el Grupo de 47

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Danzantes, con la participación del Esclavo Mayor e invitados, Ayuntamiento, autoridades, Dulzaineros de Estella y Banda Municipal de Música. Día 22: Día de la Virgen Pequeña • Por la mañana Misa en memoria de los Esclavos difuntos • Por la noche Rosario de Cristal, Fiesta de Interés Turístico desde 2006. • Tras la procesión despedida del grupo de danzantes a la Patrona ante la puerta de la Iglesia de Santa María. La resumida presentación de las fiestas de Tauste que hemos planteado tiene dos propósitos definidos. Por un lado, mostrar los principales elementos de la agenda festiva taustana a aquellos que se acercan por primera vez a la misma y, a su vez, reconocer el esquema básico del programa como referencia final de un proceso evolutivo que nos introduce plenamente en el estudio propuesto. Si analizamos los actos que componen la estructura indicada desde el punto de vista objetivo al que intenta ceñirse este trabajo, debemos coincidir en que este es el armazón esencial de las fiestas. En nuestra opinión, las partes que podemos echar en falta en este listado, o bien son consecuencia de las ya expuestas (salida de la Salve, pasacalles para buscar al Esclavo y Autoridades), o bien no reúnen la importancia necesaria para llegar a influir en el desarrollo de las fiestas (cohete anunciador de fiestas, hogueras, gigantes y cabezudos, vaquillas, etc.) También podemos pensar que alguno de los actos incluidos en este breve diseño de las fiestas, como por ejemplo la Misa de esclavos difuntos, no debía aparecer en el mismo. Quizás haya muchas personas que piensen que es una manifestación religiosa no muy concurrida o simplemente desconoce lo que representa y de ahí que le resten importancia. Sin embargo, como más adelante veremos, este acto va a adquirir su significado dentro de la investigación al convertirse en argumento que nos ayude a comprender la propiedad original de la fiesta. Ahora bien, para iniciar nuestro trabajo nos plantemos las cuestiones principales que intenta dar a conocer esta aportación ¿Cuál es el origen de las fiestas de Tauste? ¿Ya eran en su inicio como hoy las conocemos? ¿Qué actos había y cómo han evolucionado hasta conformarse en lo que actualmente son? Joaquín 48 Cebamanos Conde

Aunque en principio parecen demasiadas interrogantes a las que hacer frente, siempre desde la documentación recopilada, vamos a trazar una línea cronológica que nos ayude a establecer relaciones poco definidas, comprender la pérdida y aceptación de elementos festivos, mostrar diferentes puntos de vista, abrir nuevas líneas de investigación, etc. 2.1. De la aparición de la imagen de la Virgen de Sancho Abarca a la creación de la Confraternidad de Esclavos que lleva su nombre. 1569-1765. (…) En el año 1569, el día 7 de abril según cuenta la tradición, un pastor roncalés encontró la imagen de la Virgen portando al Niño Jesús en brazos en los montes navarros de Sancho Abarca. Tras informar a un cazador de Tauste, éste bajó a nuestra villa a dar cuenta del hallazgo; y lo mismo hizo el primero, que fue a Fustiñana. Al día siguiente, encontradas las representaciones de ambas localidades donde se hallaba la talla, y puesto que los aragoneses ya se había apropiado de ella, se levantó testimonio escrito del hecho, de cara a dirimir en pleito cual de las dos había de ser la depositaria de la misma”3. Desde la visión más simple de imaginar el origen de las fiestas de Tauste en los años posteriores al descubrimiento de la imagen de la Virgen de Sancho Abarca, iniciamos aquí un camino que nos lleva a recorrer un largo proceso que nos muestres su evolución. Más complicado de lo pueda parecer, muchos condicionantes van a influir en su desarrollo y actual composición. Para conocer el inicio de las celebraciones por la aparición de la imagen de la Virgen, debemos acudir a la consulta y al análisis de los escasos documentos que relatan el suceso. Como tampoco es cuestión de volver a trascribir textos ya detallados, intentaremos exponer las dudas que las referencias y registros existentes nos han ido suscitando. Antes de comenzar, es necesario apuntar varios aspectos que nos sirven para contextualizar los acontecimientos. Por un lado, resulta fundamental resaltar la original devoción mariana existente entre los vecinos de la villa de Tauste. Como afirma Víctor Pola Aznar, en el voto de San Miguel de 1421 ya “podemos leer entre líneas que la devoción a María era anterior a 3 PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel: “Dos días en Sancho Abarca: el descubrimiento para la literatura de un espacio histórico y religioso”. Tauste en su historia. Actas de las VI Jornadas sobre la Historia de Tauste. 13 al 17 de Diciembre de 2004. Diputación de Zaragoza y Patronato de la Casa de Cultura de Tauste. Zaragoza, 2007, p. 100. 49

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esa fecha, que por encima del Santo sobre el que se hace el voto, está la devoción popular que sabe comprender que la gran mediadora entre Dios y los hombres es la Virgen María”4. Pola Aznar expresa la especial relevancia del fervor que muestran los taustanos hacia a la Madre de Dios recalcando el magnífico colofón que supone la construcción de la capilla que dedican a la advocación de la Virgen de Sancho Abarca5. El día 8 de mayo se celebra el voto que la Villa adquirió con San Miguel Arcángel en 1421 por su intercesión para erradicar la plaga de langosta que asolaba los campos de la localidad. Siglo y medio antes de la aparición de la Virgen, los taustanos abrazaron a San Miguel como Patrono principal del pueblo. La acción de gracias de todo el vecindario y su compromiso de ayuno se sigue manteniendo con respeto y devoción en un día trascendental en el calendario festivo taustano. En el transcurso del capítulo veremos la influencia que la jornada dedicada al arcángel encierra en la composición de las fiestas en honor a la patrona. Apenas unos años antes de la aparición de la Imagen de Nuestra Señora de Sancho Abarca en 1569 comienza el desarrollo del movimiento conocido como Contrarreforma. Luis Miguel Bajén García indica que la transformación iniciada por la institución eclesiástica pretendía “reinstaurar el dogma católico como norma social, amenazado por la secular tolerancia interreligiosa y por el pensamiento humanista y reformista del siglo XVI”6. Por tanto, asistimos a una labor propagandística cuya finalidad fue la recristianización de una sociedad aragonesa que, “en un momento histórico de gran confusión y grave crisis va a confiar en la religión”7. Desde el punto de vista de la Iglesia, por tantos años de coexistencia de cristianos, musulmanes y judíos, la sociedad aragonesa estaba contaminada, por lo que comenzó un proceso de adoctrinamiento de la población en el destacó la importancia de la pureza de sangre8. 4 POLA AZNAR, Víctor: “Una devoción para un pueblo. María en el camino de los taustanos: Historia del culto a la Virgen en la Villa de Tauste”. Tauste en su historia. Actas de las V Jornadas sobre la Historia de Tauste. 1 al 5 de diciembre de 2003.Asociación Cultural El Patiaz. Zaragoza, 2006, p. 19. 5 Ibídem, p. 19. 6 BAJÉN GARCÍA, Luis Miguel: Rito y misterio del Dance y la Contradanza de Cetina. Diputación de Zaragoza y Ayuntamiento de Cetina. Zaragoza, 2011, p. 104. 7 Ibídem, p. 104. 8 Ibídem, p. 104. Joaquín 50 Cebamanos Conde

Recordar que en 1610 se produce la expulsión de los moriscos, hecho que supondrá un grave trastorno social y económico en Aragón. Si bien en Tauste no se tiene constancia de ningún destierro, en otras comarcas como la de Calatayud los moriscos habían sido mayoría en muchos de sus pueblos. Para Bajén García, los pueblos muy islamizados y fronterizos sufrieron este ejercicio de integrismo religioso en el que la iglesia, aliada con el poder real9, buscó la reafirmación de la sociedad cristiana que, en algunos casos, pudo ser el origen del marcado carácter religioso de sus fiestas. Está claro que, a lo largo de su historia, Tauste ha sido tierra de frontera, pero ¿fue Tauste un pueblo muy islamizado?, ¿cabe la posibilidad de que el carácter religioso de la localidad cincovillesa se originase en estos dos fundamentos? Lo que si podemos afirmar es que la aparición de la imagen de la Virgen coincidiría con el declive político del reino de Aragón. Durante estos años, la sociedad aragonesa experimentó un momento de gran exaltación religiosa, en el que se intensificaron los milagros, se multiplicaron las narraciones piadosas y su transmisión oral, a la vez que se fueron introduciendo los cultos castellanos, se cambiaron los patrones locales y se implantaron las grandes devociones estatales10. Entre la segunda mitad del siglo XVI y comienzos del XVII, se crearon numerosas órdenes religiosas y cofradías, se renovaron santuarios y ermitas y aparecieron muchas imágenes de Vírgenes. El propio Padre Iturri, en el capitulo preliminar de su obra sobre la historia de la Virgen de 1729, cuantifica las apariciones en el Reino de Aragón haciendo un total de treinta y dos11. Como más adelante veremos, estas manifestaciones milagrosas marianas siguen un patrón homogéneo que repite elementos en el momento de su aparición. Va a ser muy común encontrar pastores, cuevas, romerías y milagros que, además de ser sustentados y ponderados por la tradición oral, terminarán siendo, en el caso de Tauste, parte primordial de un posterior relato escrito que asentará definitivamente la historia. Entrando de lleno en el análisis de la documentación existente, la pri9 Ibídem, p. 104. 10 PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel:”De viajes moros y apariciones. Aproximación al estudio de la literatura oral en Tauste”. Suessetania: nº 12. Ejea de los Caballeros. Centro de Estudios de las Cinco Villas. Zaragoza, 1992, p. 78. 11 ITURRI DEL RONCAL: Historia… p. 8. 51

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mera observación relevante es la falta de certificación con la que corroborar tan magno acontecimiento para la Villa de Tauste. Aunque resulte extraño, no se conserva, ni se conoce manuscrito alguno, ni original, ni copia en el que se verifique directamente la aparición de la imagen de la Virgen de Sancho Abarca el 7 de abril de 1569. Si que existen indicios y textos de hechos consecuentes a la aparición de la talla, pero no así un documento que recoja explícitamente el suceso. Como luego veremos, la única referencia coetánea al hallazgo de la talla es un acta notarial levantada por Jerónimo Alvarado para dar testimonio del pleito surgido entre Fustiñana y Tauste por la propiedad de la imagen de la Virgen. Además, como sugiere Víctor Pola Aznar, en el Tomo de libros de bautismos del Archivo Parroquial de Tauste se advierte un vacío desde agosto de 1568 a abril de 1569 que bien podría tratarse del espacio en el que pudo registrarse gráficamente el suceso por alguna de las visitas pastorales que los arzobispos realizaban12. A la carencia documental inicial, debemos sumar las importantes y esclarecedoras resultas de la visita pastoral de don Jerónimo Sanz de Armera a Tauste el 19 de mayo de 1610. El Visitador del Arciprestazgo de Zaragoza ordenó, dejando escrito y firmado que: (…) Mandamos que en adelante la fiesta titular de esta Iglesia el día de la Natividad de la Madre de Dios que se celebra en el mes de septiembre (…)13 Tras la lectura de este mandato, establecido casi medio siglo después del hallazgo de la imagen de la Virgen, se nos plantean varias incógnitas. Si tan excepcional resultó su descubrimiento en 1569 ¿por qué no se nombró fiesta titular de la Iglesia Parroquial de Tauste el día de la aparición de la Virgen de Sancho Abarca? Parece lógico pensar que tras un acontecimiento como el que se describe, unido a todas las circunstancias y milagros acaecidos tras el encuentro, el fenómeno causaría una gran emoción entre todos los taustanos. ¿A qué se debió este nombramiento posterior? Si tenemos en cuenta las diferentes e importantes contemplaciones religiosas coexistentes en Tauste en los siglos XVI y XVII: la iglesia parroquial, cuya advocación a María no cambiará en ningún momento de su historia, la fiesta titular de la iglesia y la devoción a la Virgen de las Nieves, 12 POLA AZNAR: “Una devoción…” p. 53 13 Archivo Parroquial de Tauste. Quinque libri, Tomo IV, p. 297 Joaquín 52 Cebamanos Conde

el voto de San Miguel Arcángel, patrón principal del pueblo, San Simón y San Judas patronos de Casa de Ganaderos, las numerosas cofradías, etc. ¿realmente la aparición de la imagen de la Virgen supuso un cambio repentino en las costumbres religiosas del pueblo o por el contrario el auge de la devoción a la advocación de Sancho Abarca tardará en instituirse? La documentación que poseemos así parece expresarlo. Por lo tanto, ¿qué causas condicionaron y alimentaron su desarrollo? Siguiendo el artículo de Pallarés Jiménez, en 1622, Vincencio Blasco de Lanuza recogió en su libro Historias ecclesiasticas y seculares de Aragón14 la primera crónica impresa de la aparición de la imagen de la Virgen de Sancho Abarca. De la lectura de su obra se desprende que su narración se basó en tres fuentes de diferente carácter y credibilidad. En primer lugar, la base documental de su escrito son las actas notariales de Jerónimo de Alvarado citadas, de las que actualmente no queda más que la copia realizada por Mariano Supervía en 1888, a su vez, copia de otro documento notarial de 1707. Por otro lado, como el propio Blasco de Lanuza indica, su obra terminó de fundamentarse con testimonios orales y otros datos manejados por él mismo. Toda la información recopilada fue incluida en un capítulo, referencia fundamental para las publicaciones posteriores sobre la aparición, titulado “Villa de Tauste y la felize invención de la Santa Imagen de nuestra Señora de Sancho Abarca, y otras cosas tocantes a este Villa”15. Si comparamos los dos textos, observamos como Blasco de Lanuza aporta mucha más información en el capítulo citado que la que expresa Alvarado en sus actas notariales, pero sin especificar las fuentes de las que pudo servirse para describir el suceso. En lo que al análisis de este texto se refiere coincidimos con Pallarés Jiménez al apuntar que sin conocer el origen de la información ofrecida por Blasco de Lanuza, es difícil concretar fehacientemente su descripción, a no ser que en un futuro apareciese un documento que aclarase este punto esencial de la investigación. Ahora bien, como también apunta Pola Aznar, la denominación de Sancho Abarca ya se utilizaba16 en 1610 para nombrar la Capilla de la Virgen del Rosario, donde había sido depositada la imagen hasta su posterior 14 Véase PALLARÉS JIMÉNEZ: “Dos días en…” pp. 83-185. 15 Ibídem, p. 104. 16 POLA AZNAR: “Una devoción…” p. 52. 53

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traslación. Medio siglo después, en otra visita pastoral realizada el 11 de mayo de 1660, volvemos a encontrar la misma doble denominación17. Analizando a continuación las palabras del padre Basilio Iturri del Roncal para seguir el orden cronológico del estudio advertimos que, Juan de Noballas, ermitaño de origen francés residente en Mallén, al cuidado de la antigua capilla de la imagen de la Virgen desde 1669, decide, unos años más tarde, iniciar por su propio convencimiento y sus propios medios, la fábrica de un santuario en honor a la Virgen de Sancho Abarca. Más de un siglo después de la aparición de la talla de la que se ha de convertir en patrona de Tauste, un clérigo devoto de la misma que no era de Tauste, influido por la revelación divina de su padre espiritual y sustentado por su propia fe, decidió abordar particularmente el templo que se convertirá en referente material del amor que el pueblo de Tauste profese a la Virgen de Sancho Abarca18. Iturri del Roncal expresa en varias ocasiones la complejidad de la empresa a la que se iba a enfrentar el padre Noballas. Según leemos en el texto, todas las contrariedades deberán ser superadas al tener “firme confianza en Dios y en su Madre santísima”. Dificultades materiales, personales, ideológicas y, sobre todo, sociales subyacen en su narración. Estas contrariedades nos hacen intuir que las circunstancias fueron muy poco favorables para el desarrollo de la obra, de manera que no todo el mundo estaba de acuerdo con su proyecto. (…) Según esto no puedo dejar de calificar con el título de poco píos o de muy necios a algunos, que por ver en manos de hombres sencillos y pobres ermitaños un tan célebre Santuario, hablan con desprecio de estos pobrecitos que tanto han sudado (…)19 ¡(…) muchos levantaron la voz queriendo impedir la obra que ignoraban ser del agrado de Su Magestad. Mucho forcejearon los demonios para impedir la fábrica de este Santuario (…) 20

17 Ibídem, p. 54. 18 Ver ITURRI DEL RONCAL: Historia...pp.131-137. 19 Ibídem, p. 134. 20 Ibídem, p. 137. Joaquín 54 Cebamanos Conde

rio:

Pero Juan de Noballas no solo fue el impulsor de la obra del santua-

(…) Viendo el devoto Juan de Noballas edificado el grande y hermoso templo de nuestra Señora de Sancho Abarca, no paró su celo hasta instituir una célebre cofradía con el mismo título (…) 21 En 1674 se fundó la primera cofradía en honor a la Virgen de Sancho Abarca con la intención de “promover y dilatar con todo afecto la mayor gloría y culto de María santísima con el título de Nuestra Señora de Sancho Abarca, para conservar perpetuamente la memoria de aquel monte feliz donde fue aparecida la divina Imagen”22. Como protectores eclesiásticos de la cofradía se nombraron a dos racioneros de la Colegiata de Tauste a los que se sumaron trece fundadores más, de “los caballeros más notables de la villa de Tauste”23. Pese a que la cofradía obtendrá el beneplácito de la autoridad del pueblo para su constitución y la bula del Papa Clemente X, Basilio Iturri no especifica cuando, pero desapareció. Según la nota posterior de Cardona y Supervía, el final de la misma se debió a las dificultades de sus miembros para “subir al Santuario y celebrar los actos y ejercicios propios de su instituto”24. Siguiendo con este proceso evolutivo de la devoción popular a la Virgen de Sancho Abarca, de la primera referencia sobre la construcción de la capilla de la Virgen en 1681 pasamos a un documento correspondiente al año 1696 que vincula a la Casa de Ganaderos de Tauste con la fundación de la fiesta en honor a la advocación a Sancho Abarca. (...) Y estas dos partidas son en parte de pago de las Cuarenta y nueve libras y sueldos, 6 dize el Decreto de el Sr. Visitador estan en poder de el Prior de Ganaderos, y son las que hizo de servicio el Capítulo a su Mag. Las quales dos partidas pertenecen a la antigua fundación de la fiesta de la Virgen de Sancho Abarca que dize el Dr. Casanova. Los once reales y ocho dineros se hallaron 21 Ibídem, p. 139 22 Ibídem, p. 139 23 Ibídem, p. 139 24 Ibídem, p. 140-141 55

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en poder de el prior de la Iglesia pertenecen a la antigua fundación, y no supo decir a qual (...)25 Aunque la antigua Casa de Ganaderos de Tauste siempre ha considerado a San Simón y San Judas como principales patronos, recogemos datos suficientes para reconocer la devoción de sus miembros a San Miguel y, posteriormente, a la Virgen de Sancho Abarca26. Desde nuestro punto de vista, en un movimiento paralelo al que sucede en la sociedad taustana, los miembros de la Casa de Ganaderos, van a ir relegando su inicial veneración al patrón local, en favor de la que ha de convertirse en patrona del pueblo. Tanto es así que, Cardona y Supervía incluyen a la cofradía de San Simón y San Judas como una de las doce que participó en la “procesión devotísima con muchas luces adornada”27con la que se condujo a la imagen desde el monte donde fue hallada al relicario de la sacristía y posteriormente a la capilla de la Virgen del Rosario donde se ubicó inicialmente. José Antonio Fernández Otal piensa que, esta cofradía de San Simón y San Judas pudo ser la posterior Casa de Ganaderos de Tauste28. El fervor que han profesado los miembros de la Casa de Ganaderos de Tauste a la patrona local se materializó con la donación en 1928 de la carroza que simboliza la aparición de la Virgen y que cierra la procesión del Rosario de Cristal taustano. Ya en 1704, para ser estrenado con motivo de la traslación de la imagen de la Virgen de Sancho Abarca, Fernando Rodríguez Sánchez escribe la obra titulada Auto sacramental virgíneo, armónico, alegórico, histórico y

25 APT. Tauste. Celebración 3. 1689. Libro de entradas y salidas de la iglesia de Tauste. Año de 1696. p. 5. 26 Véase CEBAMANOS CONDE, Joaquín: La Casa de Ganaderos de Tauste. Siglos XIX-XXI. Sociedad Cooperativa de Ganaderos San Simón y San Judas. Zaragoza, 2007, pp. 39-45. 27 ITURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, p. 31. Sus advocaciones eran: del Santísimo Sacramento, del Dulce nombre de Jesús, de Nuestra Señora la Antigua, de Nuestra Señora del Rosario, de la Soledad, de la Santísima Trinidad, de San Miguel, de San Simón y San Judas, de San Andrés, de San Bartolomé, de las Ánimas del Purgatorio, y de San Cristóbal. 28 FERNÁNDEDZ OTAL, José Antonio: “La Casa de Ganaderos de Tauste. Notas sobre sui Historia Medieval y Moderna”. Tauste en su historia. Actas de las I Jornadas sobre Historia de Tauste. 13 al 17 de octubre de 1999. Patronato de la Casa de Cultura de Tauste & Ediciones Alcaraván. Zaragoza, 2001, p. 108. Joaquín 56 Cebamanos Conde

moral intitulado la sagrada Aurora de Tauste29. El auto sacramental dedica la primera parte a la conquista de la Villa y la segunda a la milagrosa aparición de Nuestra Señora de Sancho Abarca. Según apunta Pallarés Giménez, “seguramente a causa de la Guerra de Sucesión”30, ni la traslación se llevó a cabo, ni el auto se representó en la fecha establecida. No será hasta diez años más tarde, el 21 de octubre de 1714 cuando la imagen de la Virgen de Sancho Abarca pudo pasar de la capilla de la Virgen del Rosario a la fabricada en su honor. Como narra Iturri del Roncal, durante cuatro jornadas, los devotos de la Virgen celebraron la citada traslación. El primer día predicó Juan López de Arbizu de la compañía de Jesús. Por la tarde, con los músicos de la catedral de Tarazona que participó en todas las funciones de iglesia de estos días, se cantaron Vísperas. Después se organizó una solemne y concurrida procesión en la que los sacerdotes llevaron a hombros la imagen de la Virgen, tras la cual, cantaron una Salve y colocaron la talla en su nueva capilla. En las dos jornadas posteriores, los encargados de la plática fueron el padre fray Francisco Guevara, religioso franciscano e hijo de Tauste y el padre fray Juan de san Elías, religiosos carmelita, también de Tauste31. (…) El siguiente día corrieron unos toros muy bravos, sin desgracia alguna. Concluyose el regocijo de este día con matar dos toros de ronda, lo que se ejecutó sin azar ni desgracia (…)32 Así finaliza el autor su breve esbozo de las jornadas festivas llevadas a efecto con motivo de la traslación. Un escueto resumen que nos hace atisbar un simple, pero aproximado esquema al que reconocemos en las fiestas actuales. Tres días con un marcado carácter religioso y un día más en que las corridas de toros o la suelta de vaquillas son las protagonistas. ¿Nos encontramos ante la primera referencia de las fiestas de Tauste? Desde nuestro punto de vista, la estructura utilizada para la organi29 RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, Fernando: Auto sacramental virgíneo, armónico, alegórico, histórico y moral intitulado la sagrada Aurora de Tauste…, Zaragoza, 1704 30 PALLARÉS JIMÉNEZ: “Dos días en…” p. 106. 31 ITURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, pp. 69-71. 32 Ibídem, p. 71 57

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zación de estas jornadas está relacionada con la básica actual, si bien, lo que en 1714 se celebró no fue la aparición de la Virgen, sino su traslación. ¿Pudieron servirse de este modelo para la organización de unos festejos posteriores?, ¿los realizaron a partir de esta fecha? Ciertamente, no se pude negar la analogía en la propia naturaleza de la automática comparación entre los dos esquemas, pero la falta de datos entre 1714 y 1765 nos impide realizar tal afirmación. Coincidimos con Pola Aznar en advertir que la primera mitad del siglo XVIII es la época en la que verdaderamente aumenta la devoción a la Virgen de Sancho Abarca. En estos años se concentran los principales elementos que ponen de relieve el auge que va adquiriendo la advocación en la sociedad taustana. Como hemos visto, la construcción de la capilla, el tránsito de la imagen de la Virgen y sus cuatro días de fiesta, las riquezas con que empieza a ser ornamentada su capilla y la edición del auto sacramental son el ejemplo material del desarrollo de la devoción. Tenemos que pensar que es más de un siglo y medio, el que trascurre después de la aparición de la talla para poder consHistoria de Nuestra Señora de Sancho Abarca de Basilio Iturri. 1929. tatar el sentimiento y Archivo Casa de Cultura de Tauste. Joaquín 58 Cebamanos Conde

el reconocimiento generalizado en la población. Serán necesarias más de tres generaciones de taustanos las que verán crecer la devoción a la Virgen de Sancho Abarca, desde el hallazgo de la talla, hasta las primeras décadas del siglo XVIII en que experimenta su apogeo más intenso. Sin duda alguna, por la especial relevancia que adquiere la publicación, incluso por el reconocimiento que parece obtener en la época, la Historia de de Nuestra Señora de Sancho Abarca, advogada de los Reynos de Aragón y Navarra escrita por el Padre Basilio Iturri del Roncal e impresa en Pamplona en 1729 se convierte en la obra que va a terminar la fundamentación y el establecimiento de la devoción a la Virgen. Los textos están muy bien documentados históricamente, aporta diferentes citas de la Biblia, recoge los elementos esenciales del suceso descrito en las actas de Jerónimo de Alvarado, también los de la obra de Blasco de Lanuza y otros datos sobre la villa de Tauste muy interesantes. A la primera edición del libro le sucederán otras cuatro más, cada una con sus propias características, correcciones y aportaciones históricas. El mensaje religioso transmitido por dicho autor, principal cronista de la aparición de la Virgen de Sancho Abarca, ha gozado de una renovación periódica que ha permitido ser conocido por las distintas generaciones de lectores, lo que ha beneficiado enormemente a la pervivencia de la tradición mariana local en nuestra villa33. Con la publicación del libro del Padre Iturri del Roncal cerramos una primera parte del proceso en la devoción popular a la Virgen de Sancho Abarca caracterizada por la escasez documental inicial y el desarrollo gradual de la misma. 2.2. La Confraternidad de la Esclavitud de Nuestra Señora de Sancho Abarca. (…) tomaron nuestros antepasados el nombre de Esclavitud, para significar cierta clase de personas tan devotas de María y tan sujetas a ella por amor, que pueda decirse, que como los esclavos antiguos, no disponen de su voluntad para querer ni hacer sino lo que la Virgen santísima quiera y ordene; y así el alistarse una persona en la Esclavitud de María significa, que se despoja de la 33 PALLARÉS JIMÉNEZ: “Dos días en…” p. 108. 59

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libertad que tiene, y la entrega a la Virgen, para que disponga de ella como de cosa que le pertenece completamente (…)34 En 1765 se creó la Confraternidad de Esclavos de Nuestra Señora de Sancho Abarca con la aprobación del Papa Clemente XIII. Tal y como leemos en el preámbulo de sus constituciones originales, la cofradía se instituyó “a mayor honra y gloria del Señor, culto y veneración de su purísima Madre y Señora nuestra, en agradecimiento del singularísimo favor que hizo a la villa de Tauste, en darle la milagrosa Imagen suya aparecida en los montes de Sancho Abarca en el año 1569”35. Así como la primera cofradía creada al amparo de la Virgen de Sancho Abarca en 1674 no consiguió asentarse entre la población, esta segunda, fundada casi un siglo después, terminará por erigirse en parte esencial del pueblo, tanto en su papel de promover y sustentar la devoción a la patrona, como en el de ser la institución organizadora de las fiestas de Tauste. Si atendemos a las dos primeras proposiciones de su reglamento inicial, observamos cómo estas han ido evolucionando. En su fundación se vislumbraba el carácter original de la cofradía, basado en el poder que sobre ella mantenía el capítulo eclesiástico de Tauste, el culto a la imagen de la Virgen establecido para el día 21 de abril y la disposición del Esclavo Mayor por turno entre los Racioneros, siendo siempre los mayordomos seculares de este, personas distinguidas del pueblo o miembros de la autoridad local36. Salvo el mantenimiento del día de la festividad, las disposiciones esenciales de la constitución de la confraternidad han cambiado, aunque no siempre con el consenso y arreglo deseados. Analizando la relación de los primeros esclavos mayores y sus dos respectivos mayordomos, vemos como, en muchos casos hasta en tres y cuatro ocasiones, los nombres que aparecen en el listado se repiten. Es decir, que hubo muchos racioneros que tuvieron el honor de ser Esclavo Mayor en varias ocasiones. A la naturaleza, ya de por sí restrictiva de la cofradía en lo religioso y en lo social, se unía la necesidad de tener que abonar “a la entrada dos 34 ITURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, p. 240 35 Ibídem, p. 76. 36 Ibídem, p. 75. Joaquín 60 Cebamanos Conde

pesetas y en cada un año un sueldo de plata”37. En caso de que la persona que decidiera formar parte de la cofradía fuese forastera debería pagar diez y seis reales de plata. A su vez, el taustano que a su entrada quisiera entregar esta misma cantidad no tendría la necesidad de abonar ninguna cuota anualmente38. Por tanto, la mayoría del pueblo podría formar parte de la confraternidad pero sin la posibilidad de convertirse en Esclavo Mayor, grado este al que solo podían acceder unos pocos. Sin embargo, a la selectiva y evidente discriminación social apuntamos la vigésimo novena constitución de la cofradía que expresa la siguiente disposición con la que aparentemente se intentaba equiparar en los entierros a sus propios cófrades: Queda al arbitrio de la junta determinar el concurso a los entierros, y el número de cirios que se deberán llevar en ellos; bien que como para el Señor y su santísima Madre no hay aceptación de personas, no habrá tampoco excepción ni distinción algún de pobre al rico, ni de plebeyo al noble39. La bulas papales de 1765 y 1775 con las que se benefició a la confraternidad concedieron numerosas indulgencias plenarias por las que sus miembros tuvieron desde sus inicios acceso a diversos favores espirituales y a la “remisión de todos los pecados”40. Dentro del contexto social de la época, estas medidas pudieron servir como estímulo para la entrada de nuevos beneficiarios de la recién creada congregación. Volviendo de lleno a la estructura de las fiestas de Tauste y siguiendo con el estudio de las constituciones de la cofradía nos damos cuenta de que, es aquí, en las propias ordinaciones generales de la citada agrupación, donde quedarán registradas por primera vez, las tres jornadas festivas que ensamblan el inicio del esquema básico de las celebraciones de la localidad. (… ) La festividad y culto de Nuestra Señora en el día 21 de abril (…) 37 Ibídem, p. 80. 38 Ibídem, p. 80. 39 Ibídem, p. 80. 40 Ibídem, p. 80. 61

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En la víspera y día de nuestra Señora habrá comunión general, para cuyo fin se cantará en cada uno de los días una Misa a hora proporcionada en la Capilla de nuestra Señora (…) en los días 20 o 21 de abril, víspera y día en que se celebra la aparición y venida de la Santa Imagen (…) El día siguiente a la festividad de nuestra Señora o el primero no impedido se cantará a hora competente una Misa de Requiem y al fin un responso para todos los hermanos difuntos (…)41 A la constatación documental de los tres días de fiesta que celebraba la cofradía y los actos que en ellos se llevaban a cabo se unen la Salve del primer día y la procesión en honor a la Virgen: (…) El Guión se sacará de la casa del Esclavo Mayor con luces y la mayor decencia posible, y se llevará la víspera de nuestra Señora a la Salve, quedará y se colocará en la santa capilla, donde estará para la procesión del siguiente día (…) 42 Incluso, las características del convite a celebrar por el Esclavo Mayor el día de la víspera: (…) No será permitido al esclavo Mayor y Mayordomos hacer en dicho día convite, refresco, ni demostración alguna costosa; sino que deberán ajustarse sin excederse jamás de lo que hasta aquí se tiene practicado (…)43 Como se puede apreciar, no hablamos todavía de las fiestas del pueblo de Tauste, ya que en ningún momento de las constituciones se cita al mismo como elemento partícipe. Los actos que en ellas se nombran responden a la organización particular, al orden interno de la confraternidad. ¿Cuándo y cómo se establecen los argumentos necesarios para que las celebraciones en honor a la Virgen dejen su carácter privado para convertirse en público? En 1776, “el Clero secular y regular, el M. I. Ayuntamiento, y final-

41 Ibídem, pp.77-79 42 Ibídem, p. 76. 43 Ibídem, p. 76. Joaquín 62 Cebamanos Conde

mente todo el pueblo”44. de Tauste se pusieron de acuerdo para solicitar a la Sagrada Congregación de Ritos “que en el día veinte y uno de Abril puedan celebrar la fiesta con rito doble mayor de la bienaventurada Virgen María con Misa y Oficio, como en la fiesta ad Nieves”. Además, se pidió la aprobación de la historia de la aparición de la Virgen tal y como se exponía de manera breve en el proyecto de solicitud presentado. El 17 de septiembre del mismo año la institución eclesiástica, por medio de su Ponente, Eminencia Reverendísima Señor Cardenal Boschi concedió benignamente la gracia a los taustanos. En nuestra opinión, podemos resaltar el año 1776 como el punto de partida de las fiestas patronales del pueblo de Tauste. Según nos muestra el texto, todos los sectores influyentes de la sociedad taustana se reunieron para que la festividad de la Virgen de Sancho Abarca, auspiciada por una nueva y pujante confraternidad, tuviera el necesario reconocimiento oficial. Como podemos comprobar, la fiesta se equiparó a la entonces titular de la iglesia, Nuestra Señora de las Nieves, que fue perdiendo significado en privilegio de la otra advocación y en favor del, cada vez, más prestigioso papel de la cofradía que la promovía y exaltaba. La preponderancia de la confraternidad de Esclavos, compuesta por un gran número, del ya de por sí, nutrido grupo de religiosos que vivían en Tauste, los miembros de las principales familias, con representación en los sectores más relevantes de la sociedad taustana de la época, Iglesia, Ayuntamiento y Casa de Ganaderos45, unido a la ascendente devoción popular, consiguieron que la fiesta en honor a la Virgen se institucionalizara finalizando así su asentamiento definitivo en el pueblo. Ahora bien, en nuestro afán por conocer este proceso, rápidamente se nos plantea la siguiente cuestión ¿no había ningún tipo de celebración anterior a esta fecha en honor a la Virgen de Sancho Abarca? En principio, la investigación debe quedar abierta en lo referente a este apartado, ya que la documentación que hemos podido recopilar y consultar nos lleva a esta duda. El único dato que podemos aportar en este sentido, es el, ya apuntado anteriormente, de la sencilla estructura festiva en los actos efectuados en Tauste con motivo de la traslación de la imagen de la Virgen. 44 Ibídem, p. 97. 45 En la diferente documentación consultada sobre estas tres instituciones y estamentos de la sociedad taustana relacionamos nombres de las principales familias del pueblo con los cargos más significativos de las mismas. 63

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Siguiendo la línea cronológica marcada, el siguiente documento que exponemos refleja la solicitud que envió el 5 de agosto de 1806 el Ayuntamiento de Tauste al capítulo eclesiástico taustano para que interviniese en un proceso oficial para que la festividad de la Virgen de Sancho Abarca elevase su grado y distinción a “Fiesta de Riguroso Precepto en la villa de Tauste y en toda España”. Junto y congregado en Capítulo Eclesiástico de la Iglesia Parroquial de Santa María de la Villa de Tauste, en su Sala Capitular como lo hace de costumbre, en el día cinco de Agosto de mil ocho cientos y seis por llamamiento hecho por el Racionero más moderno y de orden del Sr. D. Lorenzo Larraz en el que intervinieron los Señores Capitulares Infrascriptos estando así juntos y congregados propuso nuestro Sr. Presidente: Que propuesta del Ilustre Ayuntamiento, se había pasado un oficio, un escrito el día anterior quatro del mismo mes solicitando, que el Capítulo Eclesiástico coadyuve con su influjo y petición a la Silla Apostólica o a quien competa para el logro de que la Festividad de Ntra. Señora de Sancho Abarca se eleve a una Fiesta de riguroso Precepto, en la Villa de Tauste, y que el reto propio, que se consiguió solamente para la mencionada Villa se extienda a toda la España si quiere, a todo el Arzobispado y solicita igualmente nuestro Ayuntamiento que el capítulo dipute dos Señores Capitulares, que unidos con los que nombre el Ayuntamiento pasen a la ciudad de Zaragoza y confirmarán los puntos, que quedan indicados y oída esta proposición resolvió el capítulo nombrase y nombró en comisionados para dichos fines a los señores Capitulares Mn. Juan Andrés y Mn. Mariano Ayesa, quienes aceptaron su encargo: Así lo resolvieron y firmaron y entendida, la anterior resolución, añadió el capítulo antes de estampara las firmas, que se responda al oficio del Ayuntamiento, y que conste que responde su oficio nuestro capítulo de lo que deberán practicar antes de poner en forma de solicitud y así lo (...) firmaron. Mn. Lorenzo Larraz. Mn. Antonio de Sola46. Con esta referencia quedaría patente el traslado de la devoción sustentada por una cofradía particular al reconocimiento y apoyo institucional del ayuntamiento. Si tomásemos la fecha de 1776 como el punto de inflexión para el asentamiento de las fiestas patronales de Tauste, con esta solicitud, el concejo expresó su grado de compromiso con la advocación a la Virgen de Sancho Abarca, dando por finalizado el proceso de institucionalización. 46 APT. Tauste. Celebración 7. 1783. Resoluciones que comienzan desde el mes de Octubre del año 1783, p. 120. Joaquín 64 Cebamanos Conde

Dentro de esta estructura social, comprendemos mucho mejor el fragmento de Cardona y Supervía, que más adelante adjuntamos, en el que se expresa la inclusión de diferentes elementos y recursos civiles y religiosos en la festividad de la Virgen de Sancho Abarca para lograr así su mayor realce. Curiosamente, en un proceso inverso al que la sociedad había experimentado hasta entonces, en el que la Iglesia, “al no poder eliminar muchos usos y costumbres populares que diferían de su doctrina los integra en sus fiestas y espectáculos religiosos”47, el pueblo de Tauste comenzó a demostrar su intención de desempeñar un papel más importante dentro de las festividades propuestas por la institución eclesiástica. Cardona y Supervía expresan este sentimiento en el pasaje de su libro que hace mención a la traslación de la imagen de la Virgen al Santuario tras su reparación en octubre de 1849: La santa imagen, que por tantos años había sido venerada en su Santuario del monte, fue llevada en peana desde la capilla de la iglesia por dos Sacerdotes y dos Concejales, que se relevaban con frecuencia para tener todos el placer de llevarla sobre su hombros, hasta el punto en que la tomaron los seglares, que a porfía pedían unos tras de otros les permitieran tener algún parte en su traslación, y que se manifestaban sumamente gozosos cuando lo conseguían48. Como hemos documentado, en los primeros años de celebración de las fiestas, el acceso espiritual más cercano a la Virgen de Sancho Abarca, personalizado en el Esclavo Mayor y en sus dos Mayordomos, estuvo restringido al clero y a las personalidades y autoridades locales. Con el paso del tiempo, el arraigo popular que buscó el catolicismo, basado en la asunción “del culto idolátrico a santos, imágenes, vírgenes y reliquias”49se desarrolló de tal forma entre los taustanos que produjo efectos no deseados y que han sido motivo de reprobación por la institución eclesiástica. El culto a la Virgen, denominado hiperdulía, va a tener que ser reconducido 47 BAJÉN GARCÍA, Luis Miguel: Rito y misterio…, p. 104. 48 TURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, p. 174. Si atendemos a quienes han sido los portadores de la imagen de la Virgen en la procesión en su honor observamos una paralela evolución a la experimentada por la sociedad taustana. 49 BAJÉN GARCÍA, Luis Miguel: Rito y misterio…, p. 104. 65

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continuamente por el clero local, ante la desmedida devoción que los taustanos profesan a su patrona, llegando a la irracionalidad de relegar el culto a Dios a un segundo plano. Numerosos ejemplos recopilados sobre el tema en diferentes épocas y contextos, desde el siglo XVIII hasta la segunda década del siglo XX, así lo atestiguan. Por ejemplo, en el sermón del día de la Virgen del año 1772: Muchas veces nos dicen: O la Virgen de Sancho Abarca; el Dios de los de Tauste. No hablamos así, que en Tauste, (gracias al Señor) está bien radicada la Fe (…)50 Y dos siglos después en el programa de fiestas de Tauste de 1968: Ante las fiestas de nuestra Madre la Virgen de Sancho Abarca se nos brinda la ocasión de que cada día esclarezcamos más la razón de nuestra devoción a la Madre. Por eso me parece oportuno exponer brevemente una síntesis del papel que tiene la Virgen dentro de los planes de Dios. Para entender mejor este papel de María preciso será que veamos a Cristo en los planes de Dios y junto a Él entenderemos a María (…)51 El pueblo va a asimilar de tal forma la devoción a la Virgen que no se conformará con que, únicamente, racioneros y notables de la localidad puedan acceder a desempeñar el cargo más honroso y cercano a la Virgen. Los consecuentes cambios van a suscitar numerosos conflictos y altercados. Como indica el padre Gutiérrez Lasanta en su edición del libro de la historia de la Virgen: (…) Sobre el 1898 la imagen de la Virgen era llevada en sus andas solamente por sacerdotes. Ante el apremio de los devotos se determinó la llevaran los esclavos más antiguos. Sobre estos asuntos se dan grandes discusiones y hasta reyertas (…)52 50 BARÓN [Y ORZÁIN]: Sermón de Nuestra Señora de Sancho Abarca, que en el día 21 de abril, en que se celebra su milagrosa aparición, dixo en este año de 1772… Pamplona: En la Imprenta de Martín Joseph de Rada, [s.a.]. Ver en PALLARÉS JIMÉNEZ: “Dos días en…” p. 110. 51 SEBASTIÁN, José: “La Virgen maría y los planes de Dios”. Programa de fiestas de Tauste de 1968. Tauste, 1968, sin paginar. 52 ITURRI DEL RONCAL, Basilio: Historia de Nuestra Señora de Sancho Abarca, Advogada de los Reynos de Joaquín 66 Cebamanos Conde

Hay que sumar a este testimonio, el análisis del Libro de resoluciones que se toman por la Junta de la Esclavitud de Nuestra Señora de Sancho Abarca desde 1802. Al facilitarnos la junta de la cofradía su consulta, observamos varios aspectos que nos resultaron muy interesantes y que a continuación reseñamos. Por ejemplo, el robo de “mil quinientos setenta y tres Reales treinta ms vellón” en 1828, hecho que denota el poder económico de la confraternidad53. Por otro lado, la alta condición de algunos componentes con los que contaba la cofradía a mediados del siglo XIX. En el año 1865, se nombró secretario a Jacobo Olleta, el cual, renunció al cargo argumentado que había sido nombrado Rector de la Universidad Literaria de Oviedo, debiendo trasladar su domicilio a dicha localidad. Pero si dejamos de lado estas pequeñas anécdotas y nos centramos en los aspectos esenciales de este libro, por cierto, único libro de actas que los actuales dirigentes de la cofradía nos han dejado consultar para la elaboración de este trabajo, lo que en primer lugar llama poderosamente la atención es que, en el mismo, hallamos los restos de hasta un total de nueve hojas que han sido arrancadas. Y esto no es lo más significativo. La última página escrita antes de tal desperfecto se refiere a la sesión celebrada el 22 de abril de 1872 donde se nombra a Gabriel Ramírez como Esclavo Mayor y la siguiente sesión verificada es la que muestra la junta celebrada el 22 de abril de 1877, donde se nombran los esclavos de acuerdo a las nuevas constituciones creadas por la esclavitud. Que el primer texto que aparece tras los restos de la agresión manifieste un periodo de cambios denota la intencionalidad de la “hazaña”. Al instante nos surgen las preguntas: ¿Qué ocurrió durante esos cinco años para que tan valioso pasaje de la historia fuese borrado indiscriminadamente?, ¿hasta qué punto llegó la irracionalidad interesada de la persona o personas que cometieron tal aberración? En definitiva, ¿qué se quiso ocultar? Casualmente, en la junta general celebrada el 17 de septiembre de 1876, la confraternidad de esclavos renovó sus ordinaciones generales con Aragón y Navarra. Pamplona. 1729. Nueva edición aumentada de Francisco GUTIÉRREZ LASANTA, Zaragoza, 1978, pp. 216-217. 53 APT. Libro de resoluciones que se toman por la Junta de la Esclavitud de Nuestra Señora de Sancho Abarca desde 1802. Otro dato más que corrobora la relevancia que alcanza la confraternidad, ya desde comienzos del siglo XIX, es la solicitud del Ayuntamiento al Capítulo Eclesiástico de que se le presten 100 duros para el pago diario de los 16 hombres que componen las fuerzas de seguridad pública que han de salir de los fondos de la Cofradía de la Esclavitud o de la del Santísimo. (APT. Tauste. Cofradías V. Santísimo Sacramento. 1695-1877. p. 90. 67

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cambios fundamentales en su organización, en las cuotas necesarias para acceder a la cofradía y, el más significativo de todos, que quedará reflejado en su primera constitución: 1ª En atención a haberse extinguido el venerable Capítulo eclesiástico, en el que únicamente ha estado vinculado el cargo de Esclavo Mayor, podrán turnar en dicho cargo todos los Esclavos que previamente hayan adquirido este compromiso, y sean vecinos o residentes en la presente Villa de Tauste, haciendo la fiesta uno cada año por rigurosa antigüedad de ingreso en la Esclavitud; el único racionero actual, queda en el derecho de ser Esclavo Mayor el año o los años que lo tenga por conveniente54. En la solicitud enviada al Sr. Cardenal Arzobispo de Zaragoza para su aprobación se incluye algún dato más al respecto: (…) Los SS. Sacerdotes del reverendo Capítulo eclesiástico de esta santa iglesia, eran los llamados por su turno para desempeñar el honroso e importante cargo de Esclavo Mayor de la Confraternidad.- Del expresado Capítulo eclesiástico solo existe un Sr. Racionero, que se halla en la decrepitud, al que no obstante su mucho celo por el esplendor de la Esclavitud, no le es posible atender como desea el desempeño de este cargo, ni a los gastos que debe pagar, como Esclavo Mayor, en la festividad anual de Nuestra Señora de Sancho Abarca (…) Tauste, 26 de Abril de 1877. Emmo. Sr. Ambrosio Casvas, Cura. Pedro Olleta, Ramón Brased, Vicente Lostalé, Por mi y por los SS. D. Manuel Chacorrén y D. Ángel Arrieta que no saben firmar, Mariano Laborda. Agapito Ruiz. Manuel Pola. Emmo. Sr. Cardenal Arzobispo de Zaragoza55. Como apreciamos en la documentación manejada, las hojas arrancadas del libro corresponden a un lapso de tiempo en el que la confraternidad y el pueblo de Tauste estuvieron inmersos en un proceso de cambio que se nos antoja vital para su desarrollo. En base al testimonio de Gutiérrez Lasanta, por el que se da cuenta de los graves altercados por llevar en andas la imagen de la patrona y al destrozo malintencionado del libro ¿qué sucedió en realidad? 54 APT. Libro de resoluciones… 1865. 55 APT. Libro de resoluciones… 22 de abril de 1872. Joaquín 68 Cebamanos Conde

Teniendo en cuenta que, históricamente en Tauste, los cambios en el elemento considerado como tradicional suelen venir acompañados del conflicto social, ante la apertura de esta nueva opción, el conflicto surgiría como sigue ocurriendo en nuestros días. Si actualmente, el hecho de enfrentarse a una reclamación en el listado de los esclavos supone la intervención de las más altas jerarquías de la institución eclesiástica y la división popular, imaginemos lo que conllevaría la posibilidad de acceder al cargo de Esclavo Mayor a finales del siglo XIX. Un cargo considerado por los devotos de la Virgen de Sancho Abarca como el más grande honor que un taustano puede llegar a albergar. Aunque para algunos, el libro de resoluciones al que nos estamos refiriendo no posee valor alguno, aún acoge un aspecto relevante que no podemos dejar de resaltar, ya que se erige en factor definitivo que nos ayuda a comprender su especial relevancia por la información que en su día albergó. En una nota escrita a mano en un trozo de papel hallado entre las hojas de este volumen se especifica que el libro apareció “en 1962 en el corral de José Cardona Ansó sin saber si lo habían tirado por encima de la tapia o metido por debajo de la puerta”56. Si consideramos la anotación como prueba evidente de su pasado ¿en poder de quién estuvo este libro?, ¿por qué lo devolvieron de forma tan singular?, ¿no se tuvo constancia del mismo hasta esta fecha?, ¿tan grave fue lo sucedido para arrancar hojas y esconder un libro de actas?, ¿a qué se debe tanto misterio? En definitiva, para el desarrollo de nuestra investigación, todo el periodo de transición que muestra uno de los momentos clave para la concepción de la Confraternidad de Esclavos, principal generadora de las fiestas de Tauste, va a quedar deliberadamente inédito. Para la propia cofradía, una de las más importantes de la villa por su antigüedad y significado, esta pérdida supone el desconocimiento de una parte muy importante de su historia. Una historia borrada por la irracional conveniencia de uno o varios energúmenos que así lo estimaron oportuno. Para terminar con el análisis de libro de resoluciones de la antigua esclavitud que se nos permitió consultar, mostramos otro ejemplo más del momento crispado de la época, esta vez en la junta general celebrada el 22 de abril de 1891. (…) pidieron la palabra algunos de los asistentes para hacer ciertas ob56 APT. Libro de resoluciones… 22 de abril de 1872. 69

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servaciones que en su concepto debería tenerse presentes en la designación de Esclavo Mayor y Mayordomos a fin de desterrar las corruptelas abusivas que insensiblemente se habían ido introduciendo y que no contribuían seguramente al mayor esplendor y brillantez de la festividad57. La importancia que sigue adquiriendo la Confraternidad de Esclavos en la sociedad taustana es esencial para comprender muchas de las decisiones tomadas que van a terminar de moldear las fiestas patronales de la localidad. Gran parte de los pasos que se han dado en la construcción de la estructura festiva del pueblo se deben a las decisiones internas de la cofradía. No tenemos que olvidar que son sus tres originales jornadas de celebración en honor al hallazgo de la Imagen de la patrona los que conforman el esquema básico de las fiestas. Sin duda alguna, varios y significativos aspectos que en esta aportación al conocimiento de la historia de Tauste dejamos sin respuesta podían haber tenido mayor peso argumental con el análisis del resto de documentación que la Confraternidad de Esclavos de Nuestra Señora de Sancho Abarca posee. El 21 de enero de 2013, antes de la celebración de las jornadas de historia, emitimos una solicitud para la consulta de todas las actas de la confraternidad como se nos indicó desde la junta de la cofradía. La contestación que se nos dio en ese momento fue la imposibilidad de ver todos los libros ya que se encontraban inmersos en un proceso judicial, salvo uno del que ya hemos hablado anteriormente. Nueve meses más tarde, al intentar de nuevo su estudio para completar este trabajo se nos volvió a negar el acceso a dicha información con la misma premisa. Pese a la carencia de datos interesantes que iba dejar de mostrar nuestra labor, acatamos la decisión de la cofradía con gran resignación pero sin dudar en ningún momento de la respuesta oficial ofrecida. Ahora bien, recibir acusaciones infundadas de ofrecer la verdad a medias o de mentir directamente cuando el trabajo realizado está basado en el esfuerzo diario, en el rigor del análisis objetivo de la documentación recopilada y en la coherencia de abrirla al conocimiento general sin tapujos rancios ni parciales estereotipos ideológicos nos resulta intolerable. En la sociedad que vivimos, intentar condicionar la información que ha de aparecer o no en un trabajo de este tipo nos parece una práctica de tiempos 57 Véanse “Nuevas constituciones para la Confraternidad de Esclavos de Nuestra Señora de la Virgen de Sancho Abarca”. Tip. De Mariano Salas, sucesor de Magallón, Zaragoza, 1878, p. 1. Joaquín 70 Cebamanos Conde

pasados, por suerte ya extintos, y mucho más cuando se intenta coartar a quien solo pretende mostrar lo que la antigua documentación expresa. Una documentación, en su mayor parte correspondiente a los siglos XVIII y XIX, que articula uno de los puntos de vista de los hechos ocurridos en esta época. Pero aquí ya entramos en otra cuestión. Hay quien todavía no entiende que mirar al pasado siempre ayuda a preparar el futuro para no repetir en el presente los errores ya cometidos. Un ejemplo palmario de la importancia de no poder consultar las actas de la Esclavitud es la imposibilidad de establecer relaciones con los datos recogidos en las actas de la Cofradía del Santo Rosario de Tauste conforme a la creación del Rosario de Cristal. No nos queda otra opción que dejar abierta la línea de trabajo que nos ayude a comprender mejor el origen del Rosario de Cristal taustano, sin duda, una de las joyas del patrimonio material de la localidad. Precisamente, entre las principales pruebas de la pujanza e influencia que alcanzó la confraternidad en el pueblo a finales del siglo XIX, se encuentra la disposición para hacerse cargo de los gastos de cera que necesitaba la cofradía del Santo Rosario a la hora de organizar su procesión, el día 20 de abril, tras la Salve a la Virgen. Lucía Latorre Grima, en su estudio del Rosario de Cristal de Tauste, expresa la unión de las dos cofradías tras hacerse cargo la confraternidad de esclavos del Rosario58. En nuestra opinión, uno de los aspectos que definen el desarrollo de la devoción a la Virgen en Tauste es que su advocación, materializada en la cofradía que la sustenta, delimitará, dejará en un segundo plano e incluso relegará al olvido a otras festividades y contemplaciones hasta entonces vigentes en el pueblo. La Virgen de las Nieves, fiesta titular de la Iglesia y la Cofradía del Santo Rosario, como caso más extremo, son ejemplos de cómo la devoción a la Virgen de Sancho Abarca se ha ido imponiendo al resto. La preponderancia social y económica de la confraternidad de esclavos en la localidad se hace patente y redunda en la evolución del amor a la patrona, especialmente, durante las jornadas festivas de abril que ella misma establece y desarrolla. Actualmente, muchas de sus decisiones siguen condicionando momentos puntuales de las fiestas. Hecho, por otro lado lógico, ya que la cofradía sigue siendo el elemento organizador de los actos que ensamblan la original estructura festiva de Tauste en honor a su patrona. 58 Véase LATORRE GRIMA, Lucía: “Estudio del Rosario de Cristal de Nuestra Señora de Sancho Abarca”. Trabajo universitario sin publicar. 71

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3. EL DESARROLLO DE LAS FIESTAS EN LOS SIGLOS XIX Y COMIENZOS DEL XX. Una vez que las celebraciones en honor a la Virgen de Sancho Abarca ya tienen una fecha establecida en el calendario local y el carácter de festividad es admitido y respaldado por el ayuntamiento, las fiestas van a comenzar un proceso de estructuración, no falto de conflictos y divergencias, que va a ir variando con el paso del tiempo. Retomamos a continuación la línea cronológica que nos trazaba la documentación recopilada sobre las fiestas de Tauste. Reseñas bibliográficas, noticias, crónicas, artículos de periódicos y los programas de fiestas nos acercan a los momentos en los que realmente se ajustan sus festejos patronales. En un anterior trabajo sobre el dance taustano, apuntábamos un texto de Orencio Cardona y Mariano Supervía, recogido de su edición sobre la Historia de Nuestra Señora de Sancho Abarca de 1864, como elemento fundamental para conocer este periodo de cambios en cuanto al hecho festivo en la localidad. Volvemos a transcribirlo: (…) Diremos aquí de paso que el Patrono principal de la Villa es el Arcángel San Miguel en el día de su aparición 8 de Mayo (…) No obstante ser esto así, y sin faltar esta población a lo que debe a tan esclarecido Príncipe de la Milicia celeste y querido Patrono, la fiesta de la Santísima Virgen de Sancho Abarca desde su milagrosa aparición viene celebrándose con mayores demostraciones de universal aclamación y concurrencia de forasteros, y en este sentido figuran en primer lugar, reuniéndose a porfía las Municipalidades todos los elementos y recursos que tanto a lo civil como en lo religioso puedan contribuir a da mayor lucimiento a la festividad de la Virgen Santísima, su Madre y Compatrona (…)59 Parece claro que el texto expresa la elección de las personas que ostentaban el poder en la Villa, para que todas las manifestaciones civiles y religiosas concurrieran en la festividad en honor a su Patrona. Apuntamos aquí el largo periodo de tiempo desde el último tercio del siglo XVIII hasta el comienzo del XX cuando se dan los cambios esenciales que afectan a la nueva concepción de las fiestas. 59 TURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, pp. 108-109. Joaquín 72 Cebamanos Conde

3.1. La ubicación de los danzantes en la procesión de 1820. En algunos casos, elementos que en el subconsciente colectivo de los taustanos parece albergar formas perpetuas también han ido sufriendo los cambios a los que el patrimonio inmaterial está expuesto. El ejemplo siguiente así lo corrobora. A la procesión en que la imagen de la Virgen de Sancho Abarca recorría la villa el día 21 de abril, parece querer sumarse una agrupación del pueblo, aunque en un principio, su ubicación resulte algo conflictiva. Libro de secretaría del Capítulo Eclesiástico de Tauste, que contiene las copias de oficios y Razones, que se piden en ellos y otros Asuntos con sus contestaciones. Empieza en el Año 1820 (…) Oficio del Ayuntamiento al Capítulo con motivo de lo ocurrido en la Procesión de Nra. Señora de Sancho Abarca. Si debían o no ir los Bayladores en la Procesión. M. I. S. Como no es regular que en un acto religiosísimo que el de una congregación de todos los ciudadanos de esta Villa se propase persona alguna, sea de la clase que fuese, y comprometa a una Corporación a que entre en contestación con otra convirtiendo en palestra de discusiones una Solemne Procesión que fervorosamente tributan obsequiosos todos los años y en este día de la fecha en Aniversario o cumpleaños de la Aparición de nuestra Señora Patrona Virgen de Sancho Abarca: este Ayuntamiento previsor de cualquiera resulta, que pueda tener trascendencia más bien por dar una Y prudente corrección que por dar una (...) a responder a las expresiones vertidas por M. Juan Miguel Cardona en la tarde de este día a poco de haber salido la Procesión de la Iglesia y penetrado a más de g. Callar a tiempo es cordura, y hablar (...) ha tenido a bien usar de una moderación propia del carácter que representa y no reprender a afear la conducta de M. Juan Miguel. Las citadas expresiones, las hubiera reducido cualquiera otra a hacer presente a este Ayuntamiento que parecía conveniente el que las dulzainas y danzarines se colocasen delante de la Cruz, y no ante esta y la Virgen cuyo puesto sin duda por una equivocación el que dirigía o debía dirigir la Procesión ocupaban. Para esta petición siendo real el objeto debía M. J. M. Cardona haber dirigido la palabra a esta Corporación con tono moderado y que correspondiese a su rango, pero lejos de ello sin duda olvidado de que este Ayuntamiento sabe 73

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guardar el lugar que le es debido principió su arenga revenido de ira, diciendo. Si las gaitas no van delante de la cruz, yo me vuelvo a la Iglesia: estilo imperativo abolido ya en el día agregando a esto que no quiso dar el tratamiento que tiene esta y otra corporación, lo que prueba o (...) ignorancia, o falta de memoria pues que como es notorio hace muy pocos días que en esta Parroquia se nos dijo en un discurso que se pronunció en el púlpito, que Cristo encargo a los Judíos, Fariseos, que diesen al César lo que es del César; prescindamos por un momento de toda parcialidad, I. S. coloquémonos cada uno en el lugar que debe ocupar, y sostener y veremos que M. Juan Miguel ha usado de un tono y lenguaje nada análogo y conforme con las máximas y doctrinas de Jesucristo. Los ministros del Altísimo no tienen ni deben tener unas armas que la sumisión, la prudencia, la dulzura y obediencia que su Maestro les dejó, como por vía de Legado, y que continuamente nos están U. V. SS. encargando su observancia desde la Cátedra de la verdad del Espíritu Santo; y cómo será posible I. S. sacar en una Escuela perfectos alumnos si los preceptores trastornan las Leyes que las impuso aquel Divino Señor? Como el rebaño humano que guían sus pastores seguirá bien la máxima, y se empapará del rocío de una moral; si ellos no están poseídos de ella y lo enseñan y observan los primeros sin infringir en manera alguna? no nos cansemos V. SS. si el modelo en donde este pueblo debe aprender a ser humilde, benéfico y moderado, y por siempre que en las operaciones de U. V. SS. y esta u otra Corporación no advierta un recto fin y uniformidad, en vez de adelantar y correr de armonía, dando un buen ejemplo, el vulgo (...) y un fin seguirá todo un torcido camino. Bajo este supuesto espera este Ayuntamiento que V. S. servirá hacer entender a M. Juan Miguel Cardona que en adelante siempre que tenga que proceder alguna queja o pedir algo a este o a cualquiera otro Cuerpo lo haga con la moderación que sigue la civil política a todo viviente y el mismo Evangelio, pues de lo contrario haciendo las gestiones como hoy, no adelantamos otra cosa que malquitarnos unos con otros, siendo a más muy bochornoso y degradante ante las primeras Autoridades civiles y Eclesiásticas de esta presente Villa escandalizar al pueblo, que aunque ignorante conoce muy bien las faltas de ellos(...)Tauste, 21 de abril de 1820. El Ayuntamiento de esta Villa: Braulio de Sola Alcalde; Ramón Ortega; José de Lambea; Joaquín Betés; Mathias López de Ansó; Francisco de Sola; Antonio Ramírez Síndico; M. Reverendo Capítulo Económico de esta Villa. Contestación del Capítulo al Ayuntamiento Joaquín 74 Cebamanos Conde

M. I. S. El Capítulo Eclesiástico de esta Iglesia Parroquial de Tauste ha recibido por el Cura Párroco en el día 2 de mayo un oficio de V. S. su fecha 21 de Abril anterior a cuyo contenido habrá sido a V. S. con la atención debida entiende el capítulo que no debe contestar en razón de no reconocer en V. S. las facultades que se toma de corregirle, ni como a corporación, ni a ninguno de sus jurídicos quienes, y la corporación verificado al caso de delinquir se sujetarán con una sumisión ejemplar a las correcciones a las penas, y a cuanto haya lugar en el (...) de sus legítimos superiores. Con la misma atención y respecto hace a V. S. presente el Capítulo que en el año de 1818 se convino entre V. S. y aquel que no se admitan oficios de una a otra corporación para tratar los asuntos que ocurran; sino que se haga por diputaciones mutuas cuyo medio se estableció para conservar la armonía que quiere el capítulo, y observar este convenio necesario en los sucesivo (...) Tauste, 4 de mayo de 1820. Muy Ilustre Ayuntamiento de la Villa de Tauste; miguel Sinués, Cura; Mariano Ayesa; M. Teodoro Estaregui; M. Ambrosio Mª Marquina; M. Tadeo Carrera; M. Joaquín Clemente; M. Juan Miguel Cardona; Justo Andrés Secretario. V.60 Además del valor histórico que supone una de las primeras reseñas escritas en la que aparecen los danzantes de Tauste, el texto nos aporta varios elementos de especial relevancia para nuestro trabajo. En primer lugar, nos muestra el papel preponderante y la influencia de la iglesia en los aspectos más significativos de la sociedad. El poder que la institución proporcionaba a sus ministros, la impunidad y la protección que les otorgaba, incluso por encima de lo que el ayuntamiento pudiera hacer o juzgar. Solo la iglesia resolvía sobre los miembros de la iglesia. Aunque el capítulo eclesiástico se atribuía la potestad de estar por encima de las leyes del resto de habitantes del pueblo, con sus directrices, ha adaptado y condicionado todo tipo de expresiones, ya no solo las religiosas sino también las culturales de carácter popular. Y así sigue siendo en la actualidad. La Iglesia se describe a sí misma como la institución que ha ido construyendo a lo largo de los siglos todas las manifestaciones culturales de la civilización cristiana. En segundo lugar, entresacamos varias lecturas acerca del suceso con los bailadores en la procesión. Por un lado, podemos pensar que era la primera o de las primeras ocasiones en que el grupo de danzantes participaba 60 APT. Tauste. Celebración. Libro secretaría. Año 1820. p. 1r-2r 75

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en la procesión y de ahí la errónea colocación que llevó al cura a semejante grado de indignación. Posibilidad esta, que concordaría con la inclusión de elementos en las fiestas dedicadas a la patrona apuntadas por Cardona y Supervía y que, por sí misma, nos sugiere varios aspectos más que simplemente anotamos. Ni para la iglesia ni para el pueblo, el dance ha tenido el carácter, ni ha sido nunca una representación esencialmente religiosa, por lo que en esa nueva situación de interrelación no debía formar parte del cortejo procesional. Los bailadores debían estar delante de la cruz guía, es decir, fuera de la procesión. Pero si fuese así, ¿qué simbolizó el dance hasta entonces?, ¿cuál era el significado del baile si no hacía referencia a ningún hecho religioso? Y, por otro lado, cabe la posibilidad de que los danzantes bailasen hasta entonces en honor al otro Patrón del pueblo, San Miguel. La primera referencia a unos danzantes en Tauste la hallamos en un diezmario de corderos de 1789 donde aparecen ligados al día de San Miguel, por lo que tampoco podemos descartar esta posibilidad61. 3.2. Orencio Cardona y Mariano Supervía, primeros cronistas de las fiestas. Antes de encontrarnos con las primeras referencias periodísticas que nos describen las fiestas de Tauste, una vez más, Orencio Cardona y Mariano Supervía se convirtieron en los principales cronistas del pueblo al describir las fiestas que los taustanos celebraban en honor a su patrona a mitad del siglo XIX. En su edición corregida y aumentada de 1864 sobre la historia de la Virgen de Sancho Abarca de Basilio Iturri, así titulaban el capítulo 15: Descripción circunstanciada de las fiestas religiosas con que la villa de Tauste celebra la aparición de la Imagen de nuestra Señora de Sancho Abarca en el día 21 de Abril, y de los cultos que se tributan en el discurso del año62. La extensión del texto nos impide su total reproducción en esta aportación, por lo que, a la enumeración de actos que se citan, extraemos los 61 Véase CEBAMANOS CONDE, Joaquín: El Dance de Tauste. Historia y Evolución. Fundación Bartibas Herrero. Zaragoza, 2005. 62 ITURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, p. 114. Joaquín 76 Cebamanos Conde

pasajes que consideramos más relevantes para reforzar las principales tesis de nuestro trabajo. Aunque se celebran otro tipo de actos de carácter profano, el propio título indica que las fiestas tenían un eminente carácter religioso al celebrar la aparición de María Santísima de Sancho Abarca. Así lo podemos observar en todos los actos de los tres primeros días de las mismas que enumeramos y trascribimos a continuación63: Día 20: Maitines, Vísperas y Completas, exposición del Pendón de la Esclavitud en la casa del Racionero, reEdición de la Historia de la Virgen de Mariano Supervia y Orencio fresco y procesión junto Cardona. 1864. Copia. Archivo Casa de Cultura de Tauste a danzantes y dulzaineros hasta la iglesia donde se celebra la Salve tras la que se arregla otra procesión cantándose el Rosario. El día acaba con la hoguera y el baile al son de la gaita. (…) El día 21 principia como debe principiar toda fiesta cuyo objeto es religioso, por la santificación del espíritu (…) con confesiones, luego misa cantada en la capilla de la Virgen, Misa mayor y dance en honor a la patrona. Por la tarde Vísperas y Completas y a continuación Letania Lauretana y Salve. Seguidamente procesión con la imagen de la Virgen llevada en andas por los sacerdotes y escoltada por los danzantes. Después de la Novena y de rezar el Rosario se leen las oraciones que pondrán fin cantándose la Salve y los Gozos. 63 ibídem, pp. 114-116 77

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Como podemos observar, nada aparece en el texto referente a la misa llamada de Esclavos o de Danzantes. Lo único que podemos aportar al respecto son los datos que ya aportábamos en nuestro trabajo sobre el dance de Tauste en el que se apuntaban varias posibilidades para conocer su origen y su doble denominación. En primer lugar, el testimonio de José Peña Martínez quien recordaba como su suegra, Natividad Tudela, le contaba en numerosas ocasiones que era el grupo de bailadores el que costeaba la celebración. Un año, Serafín Tudela Murillo siempre acompañado de otro compañero, fueron a apalabrar la misa y Mosén Miguel Chacorrén Guedea les dobló el precio. No llegaron a un acuerdo, surgieron las discrepancias y los danzantes dijeron que irían a escuchar misa sin pagar y el cura decidió cambiar la denominación incluyendo la de Esclavos. Por otro lado, para Víctor Pola, desde un principio, la misa fue costeada por la confraternidad como una cofradía más a la que posteriormente se incluyó a los danzantes para dar mayor notabilidad al acto64. Al día siguiente, el día 22 (…) se canta a las nueve un solemne oficio de difuntos por los Esclavos finados. (…) El taustano después de gozar de las fiestas que le proporciona la Religión, tan conforme a sus sentimientos cristianos, se acuerda de rogar a Dios por sus hermanos difuntos (…)65 Antes de continuar, nos gustaría resaltar la misa de Esclavos Difuntos, un acto siempre enmarcado dentro de las fiestas, que se convierte en ejemplo material de lo comentado en el anterior capitulo. La Misa de esclavos difuntos de la confraternidad, no de todos los taustanos, es la celebración particular de una cofradía que ha sido admitida como propia por el pueblo con el paso del tiempo. Así va apareciendo en todos los programa de fiestas consultados y así será considerada por el pueblo, un elemento más de los festejos organizados oficialmente, ejemplo de la inmersión de los actos de la confraternidad en la sociedad taustana. Del resto de actos que componen el programa, mostramos el breve comentario que aportan los autores. Al final del mismo, Cardona y Supervía expresan su firme deseo de que el pueblo sea capaz de conservar las fiestas con su esencia original: 64 CEBAMANOS CONDE: El Dance de Tauste… p. 150. 65 ITURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, p. 114. Joaquín 78 Cebamanos Conde

Acerca de las demás fiestas de Tauste solo diremos, que según las diferentes disposiciones del Ayuntamiento y con arreglo a las circunstancias de cada año en unos ha habido arcos triunfales, en otros corridas de novillos y más comúnmente fuegos artificiales, cucañas, comida a los pobres, rifas a beneficio del santo hospital y otras diversiones, continuando algunos años las dulzainas por todo el día 23 de Abril, que dedicando a San Jorge patrón del Reino, es en el que generalmente concluyen las fiestas de la Virgen. ¡Ojala tengan siempre lugar según el espíritu religioso que las sugiere! (…)66 Los cronistas taustanos aprovecharon el capítulo sobre las fiestas patronales, no solo para su descripción, sino también para reflejar otros aspectos del carácter religioso del pueblo. Este que a continuación resaltamos alude indirectamente a los tres pilares básicos de poder en que la localidad estaba asentada a mediados del siglo XIX, el económico, el religioso y el político. Los Ramírez, los Olleta, los Ortega, las principales familias que dominaban el pueblo tenían la representación suficiente en estos tres sectores de la sociedad taustana para terminar de obrar en su propio beneficio sin impedimento alguno67. (…) Cuando se hacen rogativas es costumbre en la Villa principiar el día siguiente una novena de Misas solemnes pro publica causa, de las cuales tres se celebran en el altar de S. Miguel, patrono, por encargo del Ayuntamiento, tres en el de los santos Apóstoles Simón y Judas por la corporación de ganaderos, y las tres últimas en la capilla de nuestra Señora por el reverendo Capítulo eclesiástico (…)68 Como leemos en el capítulo sobre las fiestas, el grupo de bailadores ya formaba parte del cortejo procesional del día 21. Incluso desarrollaban un papel cercano a la Virgen, acompañándola en todos los actos principales. En apenas cuatro décadas, los danzantes pasaron de ser una agrupación que no debía formar parte de la procesión, a convertirse en elemento imprescindible en la misma, resaltando su labor de escoltar a la patrona y acompañar al Esclavo Mayor. 66 Ibídem, p. 114. 67 CEBAMANOS CONDE: La Casa de Ganaderos… pp. 37-93. 68 ITURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, p. 116. 79

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Para finalizar con tan interesante reseña, trascribimos el último párrafo con el que los autores dan por terminado el capítulo referido a la descripción de las fiestas patronales. (…) Crezca pues, Taustanos, vuestra confianza en la misericordia de Dios y en la intercesión poderosa de su Madre santísima de Sancho Abarca; visitadla con frecuencia; no dejéis pasar un solo día sin ofrecerle el homenaje de vuestros rendidos corazones, para que en vida y en muerte consuele vuestras amarguras y os recompense con usura lo mucho que empleéis en darle culto y veneración69. 3.3. Periódicos, la hemeroteca fuente inagotable de información. La primera referencia que de una crónica de fiestas de Tauste encontramos en un periódico es en el año 1875. El 27 de abril de 1875, en el Diario de Avisos de Zaragoza aparece publicada una carta fechada en Tauste dos días antes que resume los festejos celebrados en honor a la Patrona. La citada correspondencia abre una numerosa relación de artículos, noticias, crónicas y documentos sobre la villa recopilados en la prensa aragonesa, en lo que consideramos uno de los campos de recogida de datos más importantes de la localidad desde finales del siglo XIX hasta nuestros días70. Sin embargo, la primera noticia que de unas fiestas hemos hallado, es una pequeña referencia de 28 abril de 1858 que hace alusión a aquellos arcos triunfales, citados por Cardona y Supervía. Como muestra de bienvenida o gratitud, dejaron de elaborarse en el último tercio del siglo XX, aunque en los últimos años, parece que algunos esclavos mayores han retomado esta manifestación popular. Obsequio. En la entrada de la Villa de Tauste parece que se levantó un gran arco, en cuya parte superior se leía el nombre de S. M. la Reina y en los costados el de los SS. Ortega, Gobernador Civil y Rector de la Universidad que asistieron a las fiestas71. 69 Ibídem, p. 117 70 Diario de Avisos de Zaragoza, Diario de Zaragoza, La Alianza Aragonesa, El Noticiero, La Voz de Aragón, Heraldo de Aragón, La Derecha, Amanecer, El Avisador, Hoja Oficial del Lunes, La Correspondencia de Aragón y el Integro, han sido motivo de la investigación realizada durante años y siguen siendo fuente donde acudir para conocer y completar aspectos de la historia de Tauste. 71 Hemeroteca Municipal de Zaragoza. El Avisador. Caja 356. Miércoles, 28 de abril de 1858, p. 2. Joaquín 80 Cebamanos Conde

Aunque en crónicas posteriores de Diario de Avisos de Zaragoza aparece más información, vamos a tomar como referencia el primer gran resumen de los festejos para intentar acercarnos al ambiente festivo en Tauste del último tercio del siglo XIX. Tauste, 25 de Abril de 1875 Sr. Director del Diario de Avisos: Estimado amigo: Como en mi anterior le anunciaba, en los días 21 y siguientes han tenido lugar las fiestas que esta población dedica a su patrona la virgen de Sancho Abarca. Referirle a V. detalladamente el extenso programa que de las mismas se ha llevado a cabo, sería molestar demasiado la paciencia de sus numerosos favorecedores, por cuya razón me concretaré a indicar las que más han llamado la atención, y aún en esto seré bastante parco. Las celebraciones por la iglesia, a la par de esplendidas y solemnes, han estado extraordinariamente concurridas por un sinnúmero de fieles devotos a nuestra excelsa Patrona, notándose entre ellos muchos forasteros, ávidos de visitar a la que continuamente les está prodigando sus favores. En la procesión se veían lucir más de ochocientas hachas. Los festejos públicos no han estado menos concurridos y animados, siendo notables por más de un concepto el dance, las cucañas y la novillada. En esta última fue muerto un novillo por la chispa fulminante, agradando extraordinariamente al público, que por primera vez presenciaba este espectáculo. De profeso me he dejado para lo último el baile concierto, dado por el “Círculo Taustano” y en el que tomaron parte el célebre pianista, tan conocido en esa capital, Sr. Berruezo, y los no menos célebres bandurristas de Gallur Francisco y Agustín Navarro, padre e hijo. Sentimos no saber los nombres de lo que con la guitarra les acompañaban en alguna pieza. Todo cuanto a V. pudiera decirle de esta fiesta musical, sería pálido comparado con la realidad; bástele saber que el elegante y numeroso público que ocupaba los salones del círculo, no cesó un momento de aplaudir a los que con tanta maestría sabían interpretar las bellezas de “Norma” y “Luchía”. Gratos recuerdo han dejado en nuestro ánimo los concertistas, y faltaríamos a un deber de gratitud si no lo hiciéramos público en esta mal pergeñada carta. En todas las fiestas no hemos tenido que lamentar desgracia alguna personal que viniera a turbar la alegría de que todos se hallaban poseídos. 81

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Suyo afectísimo, El Corresponsal P.D. La cuestión surgida entre la autoridad militar de Tudela y los ermitaños del santuario de la Virgen de Sancho Abarca, ha sido resuelta de una manera satisfactoria para estos último, devolviéndoles todos los efectos de que aquella se había incautado72. En cuanto a las festividades religiosas, el cliché parece repetirse de una a otra crónica de las recogidas de aquí en adelante: esplendidas, solemnes, con muchos forasteros que acuden a visitar y mostrar su devoción a la Virgen, las miles de hachas que participan en la procesión, etc. En este tipo de reseñas, se detallan los oradores del día de la Virgen, los organistas, los músicos de capilla y cantores que ejecutan las funciones religiosas, en muchas ocasiones, procedentes de Zaragoza. A lo que a las fiestas populares se refiere, a los actos profanos ya descritos por Cardona y Supervía, hay que subrayar los bailes que las diferentes sociedades taustanas o el propio ayuntamiento organizaban. Imaginamos que a estos bailes de sociedad solo podrían asistir sus socios o con la correspondiente invitación. En este caso de 1875, es el “Círculo Taustano” quien dispuso una de estas fiestas exclusivas para las personas más distinguidas del pueblo. A las mismas acudían músicos de fama y renombre de la época, llegados de la capital, de localidades cercanas y de otras ciudades73. Mientras tanto, el vulgo se tendría que conformar con los tradicionales ritmos y melodías que los gaiteros interpretaban en la hoguera de la plaza, bien los de Tabuenca, bien los de Estella, hasta la creación de las primeras agrupaciones musicales. La primera referencia recopilada que alude a una música organizada, que creemos corresponde a una incipiente banda, es en la crónica, también de Diario de Avisos de Zaragoza, de las fiestas de abril de 1880. En este caso, dirigida por el Sr. Frago. No será hasta la aparición de la figura de Valero Ballesta, director de “la música” cuando en tan solo mes y medio, este polifacético personaje reorganice en 1883 a los músicos del pueblo para crear una agrupación musical que, para sorpresa de todo el pueblo consigue ejecutar con preci-

72 HMZ. Diario de Avisos de Zaragoza. Caja 980. Martes, 27 de abril de 1875, pp. 8 y 9. 73 Véase CEBAMANOS CONDE, Joaquín: “Tauste antes más: nuestra Villa y sus costumbres” en PALLARÉS JIMÉNEZ, Miguel Ángel (Coordinador): Tauste Agua y vida. Tauste (Zaragoza), 2005. Joaquín 82 Cebamanos Conde

sión las piezas de su repertorio74. De esta manera, la banda comenzará a alternarse con los dulzaineros en el baile público celebrado todas las noches de fiestas en la plaza de la constitución alrededor de la hoguera. Durante estos años, las vaquillas que se citan en las crónicas pertenecieron a la ganadería de Val. Pese a la tradición ganadera de nuestro pueblo, durante las fiestas de Tauste no solía haber corridas de toros o novillos. Solo registramos suelta de vaquillas o algún otro espectáculo menor. A principios de la segunda mitad del siglo XX se organizarán algunos festejos mayores como novilladas picadas, incluso a finales de este mismo siglo se celebrará alguna corrida de toros pero Tauste nunca se ha reconocido por la disposición de una feria como sí lo han hecho en otras localidades cercanas con gran tradición taurina. 3.4. Entre programas de fiestas y periódicos. Otro de los aspectos fundamentales que nos ayudan a conocer el desarrollo festivo de Tauste son los programas de fiestas editados por el ayuntamiento. Nos servimos de los más antiguos que se conservan para aportar la información que de su lectura se desprende. El primer documento consultado es la edición correspondiente a 1888, siendo alcalde Eusebio Castillo. Además del programa de actos organizados se incluye un Saluda del propio Castillo en el que se insta a los taustanos para que durante los días de fiesta reine la armonía y la fraternidad, que se respete a la autoridad y para que sean hospitalarios con los forasteros, tratándolos con amabilidad y franqueza. Aunque Cardona y Supervía ya describían en 1864 la popular y arraigada costumbre de realizar salvas y disparos durante las fiestas, tanto al comienzo de las mismas como en la propia procesión de la Virgen, el alcalde proclama en su escrito: (…) Al propio tiempo tengo que recordaros el exacto cumplimiento de la ley y demás disposiciones de la Autoridad respecto de la prohibición de los disparos de armas de fuego dentro de la población, y muy particularmente durante el tránsito de la procesión; pues estas demostraciones por más que sean propias de la alegría, sobre ser improcedentes en un pueblo culto y civilizado, ocasionan a veces funestas consecuencias y hasta sensibles desgracias, como no 74 HMZ. Diario de Avisos de Zaragoza. Caja 1018. Miércoles, 25 de abril de 1883, p. 7. 83

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ha mucho sucedió en un pueblo vecino; por lo que hay necesidad de corregir estas expansiones que a veces degeneran en abusos e imprudencias temerarias (…)75 Pese al intento del ayuntamiento de evitar este tipo de demostración, en los años posteriores76 seguimos recogiendo noticias de que los disparos de armas de fuego durante los actos de las fiestas no cesaron. Prueba de ello será el programa de fiestas de Tauste de 1912 que más adelante veremos. En lo que a la programación de los festejos de 1888 se refiere, destacar varios aspectos de la misma. En primer lugar, reflejar la escasez de actos que conformaron las fiestas de este año. Si bien, cabe la posibilidad de que no todos apareciesen en el texto y luego llegaran a celebrarse, ya que en los religiosos, ni se menciona la colocación del Pendón, ni la conocida misa de Esclavos en la que participaban los bailadores, ni aparece la misa de esclavos difuntos que se verificaba el tercer día de fiestas. Eso sí, se mantiene la estructura de los actos en los que ya aparecía la figura de los danzantes como elemento vertebrador de las fiestas, un año después de su famosa participación en las fiestas del Pilar de Zaragoza de 188777. Tras el repique de campanas anunciando el comienzo con la banda de música, dirigida por Valero Ballesta, y los bailadores, tras la prueba del dance, precedieron la conducción del Pendón llevado en procesión por el Esclavo Mayor hasta la iglesia donde se cantó la Salve, tras la cual, salió el Rosario General. Por la noche hubo baile en la plaza. Al día siguiente, por la mañana: Dianas, Misa Mayor, en la que el sermón corrió a cargo de D. Mariano Supervía, por aquel entonces Doctor y Canónigo de la Metropolitana de Zaragoza y verificación del dance en la plaza de la Constitución. Por la tarde: procesión, Salve y Novena. A la 75 CASTILLO, Eusebio: “Saluda”. Programa de Fiestas de Tauste de 1888. Ayuntamiento de Tauste. 1888. 76 En las “Ordenanzas Municipales de la Villa de Tauste de 1893” en el Anexo de 1909 leemos lo siguiente: Art. 15. Como quiera que las procesiones religiosas imprimen el mayor respeto y consideración queda prohibido disparar armas de fuego durante el tránsito de las mismas y ninguna persona podrá fumar ni estar cubierto con sombrero, gorra o pañuelo, desde que empiecen hasta que concluyan de pasar dichas procesiones por delante del sitio en que se encuentren. Página 8. Y en el Art. 22. En los días que se celebren las fiestas públicas de los patronos de la esta villa (…) no pudiéndose disparar armas de fuego, cohetes, petardos, carretillas y otros fuegos artificiales dentro de la población sin permiso de la autoridad. Archivo General de la Administración. Gobernación. Sig. 44/158. 77 Ver CEBAMANOS CONDE, Joaquín: “El dance de Tauste y los dulzaineros de Estella en las fiestas del Pilar de Zaragoza de 1887”. Zaragoza, 2013. Joaquín 84 Cebamanos Conde

noche, baile como el día anterior. El día 22 los danzantes recorrieron el pueblo bailando frente a las casas de algunos vecinos, se ofreció una comida para los pobres y se organizaron cucañas amenizadas por la banda de música local. El día 23 se reservó para la actividad taurina con la intervención de la banda de música. Algunos actos cambiarán de horario y otros, como la procesión del Rosario de día, por lo que podemos afirmar que las fiestas de Tauste en esta época siguieron su lento proceso de desarrollo. Eso sí, la esencia religiosa Programa de Fiestas de Tauste 1888. Archivo Casa de Cultura de Tauste. que anhelaban Cardona y Supervía se mantiene. Los elementos incorporados no van desvirtuar el carácter marcado si no que se van a adaptar al sentimiento popular establecido, la devoción a la Virgen de Sancho Abarca. El ejemplo más claro lo encontramos en la evolución del papel del grupo de danzantes en las fiestas. Al no disponer de más programa de fiestas hasta el citado de 1912, volvemos a las reseñas periodísticas para hacer alusión a uno de los aspectos del que hasta 1903 no tenemos constancia escrita, los gigantes y cabezudos de Tauste. (…) El día 20, víspera de de la Virgen, a las doce del día, formándose un solo corazón todos los hijos de Tauste, al escuchar los vibrantes sonidos de las campanas que adornan nuestra gallarda torre, que juntamente con las salvas 85

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tradicionales, disparos de cohetes, banda municipal, a cuyos acordes bailan gigantes y cabezudos, todo es placer y gozo santos con vivas nuestra Excelsa Patrona (…)78 A partir de aquí las reseñas y alusiones en la prensa de la época y en los programas de fiestas ya son habituales. Si que nos gustaría aprovechar este espacio para destacar, por lo desconocido, la actuación que la comparsa de gigantes y cabezudos taustana realizó junto a los danzantes de Tauste en Ejea de los Caballeros durante las fiestas en honor a la Virgen de la Oliva de 1910, cuando la localidad cincovillesa celebraba el VIII centenario de la conquista de la Villa por Alfonso I, el Batallador. El 28 de agosto de 1910 leemos en el programa oficial que se adjuntó en Heraldo de Aragón: Día 10 (…) A las cinco de la tarde, entrada triunfal y solemne de los gigantes y cabezudos de Tauste invitados a las fiestas por sus compañeros de Ejea (…)79 Aunque en la programación oficial no se llegó a citar la actuación de los danzantes, el 16 de septiembre, en la portada del mismo diario apareció una fotografía realizada en una de las paredes de la iglesia de Santa María de Tauste con el siguiente pie de foto: “Los gigantes, cabezudos y danzantes de Tauste, que han concurrido a las fiestas de Ejea”. Si bien, la calidad de la misma nos impide reconocer a alguna de las personas que en ella aparecen, el documento adquiere especial relevancia. Por un lado, al ser una de las primeras fotografías de los gigantes de Tauste en la que pueden contemplarse perfectamente a Alfonso XII y María Cristina de Habsburgo con sus antiguas vestimentas. Y, además, por que los gaiteros que en ella aparecen podrían ser los renombrados gaiteros de Tabuenca, convirtiéndose la fotografía en el único testimonio gráfico de los músicos del Moncayo80. Así como los cabezudos han ido sufrido numerosos cambios durante todos estos años81 la pareja de gigantes, de la que no hemos logrado esta78 HMZ. El Noticiero. Caja 358. Sábado, 25 de abril de 1903, p. 2. 79 HMZ. El Noticiero. Caja 358. Sábado, 25 de abril de 1903, p. 2. 80 HMZ. Heraldo de Aragón. Caja 513. 16 de septiembre de 1910. Portada. 81 Los cabezudos son mucho más baratos y son más fáciles de arreglar o reponer que los gigantes. A lo largo de todos estos años suponemos que han ido reponiéndose según las necesidades. Una de estas ocasiones Joaquín 86 Cebamanos Conde

blecer su fecha de construcción, fueron los mismos hasta 1989, año en que fueron sustituidos por las reproducciones que desde entonces salen a la calle. Algún que otro despropósito en los cambios de vestuario y muchos más arreglos de los continuos desperfectos sufridos dejaron los antiguos gigantes con estructura de mimbre en un lamentable estado. De hecho, las cabezas permanecieron en el olvido en un cuarto del ayuntamiento hasta que, hace unos años, un particular se hizo cargo de un largo proceso de restauración que sigue su curso. Danzantes, Gigantes y Cabezudos y Gaiteros en 1910. Retomamos el eje HMZ. Heraldo de Aragón. cronológico que vamos trazando para analizar la primera referencia de la representación que del acto de despedida de los danzantes a la Virgen encontramos en el año 1904. En la crónica de fiestas que hace el corresponsal Francisco González del Castillo para Heraldo de Aragón leemos: Tauste. Fiestas Solemnes (….) El día 22 se celebró en la iglesia parroquial el aniversario por los esclavos difuntos que pertenecieron a esta hermandad, repitiéndose el dance en la puerta, en acción de gracias a la Virgen y despedida de ella, después de cantar la novena (…)82 que podemos concretar es al finalizar la Guerra Civil cuando el ayuntamiento compra otra comparsa de cabezudos para la celebración del final de la contienda en 1939. 82 HMZ. Heraldo de Aragón. Caja 498. Miércoles, 27 de abril de 1904. Portada. 87

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Desconocemos si se bailaba todo el dance tras la novena a la Virgen. Eso sí, desde hace muchos años serán tan solo unas partes con alguna torre las que se ejecuten. La reseña se establece como la primera que hace referencia concreta al acto específico por el que los danzantes se despiden de su patrona. Ni las diferentes crónicas recogidas, ni el programa de fiestas de 1888, ni Supervía y Cardona hacen ninguna alusión al respecto. Se nos antoja complicado que los autores de tan relevantes fuentes de información, alguna especialmente minuciosa, soslayasen esta práctica, de numerosa participación en la actualidad y especialmente ligada a la imagen y devoción de la Virgen. Una vez más, siguiendo con la línea argumental de nuestro trabajo vemos como el dance se convierte en el elemento popular que termina por integrarse en el hecho religioso. Hasta esta fecha, las noticias recopiladas sobre la participación de los danzantes durante la tercera jornada festiva, solo detallaban el recorrido por las calles y los bailes que se ejecutaban delante de las principales casas del pueblo. Actualmente, sin entrar a la iglesia parroquial, la comparsa escolta al Esclavo Mayor desde su casa hasta la iglesia parroquial donde asiste a la misa en que se celebra el sufragio de los difuntos de la cofradía. Imaginamos que, al igual que ha ido sucediendo con otros actos, este acompañamiento sería fruto del acuerdo posterior entre la Confraternidad o el Esclavo correspondiente que así lo solicitase al grupo de danzantes. No creemos que la comparsa tuviese la obligación de acompañar al Esclavo Mayor a la citada misa como si lo es hoy en día. De hecho, en una de las sesiones contenida en el libro de actas de la cofradía de esclavos correspondiente al 8 de mayo de 1926 encontramos la siguiente aclaración oficial por parte del concejo local. Ante las diferencias existentes durante estos años atrás entre los diferentes esclavos y los bailadores, se solicitó la mediación del secretario del ayuntamiento D. Mariano Mateo, quien expresó así las obligaciones de los danzantes: (…) El señor Mateo dijo que por la gratificación que el ayuntamiento daba, estaban obligados a acompañar al Pendón desde casa del Esclavo Mayor hasta la Iglesia, la víspera: asistir a la Misa de Esclavos, a la procesión y al Rosario. Pero no de acompañar a los Esclavos: de modo que queda en libertad el Esclavo Mayor para llamarlos o no, y en caso afirmativo este podrá convenir

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con ellos en lo que le ha de darles como gratificación (…)83Tres años antes ya habían surgido problemas para llegar a un acuerdo en el papel que debían desarrollar y lo que cobrar por el mismo. Ver la sesión ordinaria de 8 de mayo de 1923 en el mismo libro de actas. Un claro ejemplo que nos acerca a comprender los cambios y la variabilidad de este tipo de situaciones idealizadas como tradicionales, es la participación de los Gaiteros de Tauste o los Gaiteros de la Muga acompañando al Esclavo Mayor durante la Salve en las fiestas celebradas en septiembre. En los últimos años ha habido esclavos que han solicitado su participación, otros por desconocimiento o porque no les parecía oportuno no lo han hecho. Incluso alguno de ellos pidió la intervención del grupo de danzantes para acompañarle tal y como se hace el 20 de abril. Si la agrupación hubiera aceptado la invitación y los esclavos posteriores hubieran insistido en la continuidad de esta participación, ahora mismo estaríamos hablando de una incipiente tradición. Como vamos advirtiendo, los elementos tradicionales que conforman las fiestas de Tauste han estado y siguen estando abiertos al dinamismo y la flexibilidad, aunque unos más que otros. El hecho tradicional necesita evolucionar para poder permanecer latente en el tiempo. Los festejos celebrados en Tauste, estructurados alrededor de un sentimiento religioso, la devoción a la Virgen de Sancho Abarca, no han sido siempre como ahora los conocemos, si bien, tampoco podemos afirmar que sus elementos principales hayan experimentado variaciones muy pronunciadas. Sin embargo, el proceso que atraviesan los actos que las conforman y por el que interaccionan resulta verdaderamente interesante desde el punto de vista social. Las manifestaciones que en unos años provocaban dudas y conflictos, treinta años más tarde son parte indispensable de la fiesta, hechas tradición por el beneplácito y la inclusión popular. 83 Véase “Libro de Actas de la Confraternidad de Esclavos de Nuestra Señora de Sancho Abarca”. Sesión Ordinaria celebrada por la Confraternidad de Esclavo de Ntra. Señora de Sancho Abarca, el día 8 de mayo de 1926. Hace diez años si se nos permitió el acceso a la consulta de las actas de la esclavitud para la realización del trabajo de investigación sobre el dance de Tauste. En la charla ofrecida en el mes de febrero de 2013 durante la celebración de las XIV Jornadas de Historia de Tauste organizadas por la Asociación Cultura “El Patiaz”, de las que es consecuencia este trabajo, cité en varias ocasiones la referencia del Libro de resoluciones que se toman por la Junta de la Esclavitud de Nuestra Señora de Sancho Abarca desde 1802. Tal como indiqué en mi disertación, que puede verse y escucharse en la página web de la citada asociación, solo pude consultar este ejemplar. Aún siendo miembro de la Confraternidad, al resto de libros de actas que la Cofradía posee no pude acceder, en una decisión de los gestores de la Confraternidad. 89

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Sesión celebrada por la Confraternidad de Esclavos de Nuestras Señora de Sancho Abarca el día 8 de mayo de 1953 (...) Por otra parte: lo tradicional es también que los danzantes acompañen al Esclavo Mayor a todos los actos, aparte de que este gratifica con alguna cantidad a los mismos, gratificación voluntaria y conforme a las posibilidades del Esclavo Mayor84. También nos encontramos con otras expresiones que en su propia evolución terminan desapareciendo, bien por la falta de iniciativa, dejadez o mantenimiento, bien por intereses sociales, oficiales o religiosos. Hablábamos en este caso del arraigo del disparo de cohetes y armas de fuego durante las fiestas y de la participación en las procesiones de la comparsa de gigantes y cabezudos. Las diferentes crónicas analizadas nos acercan a un paisaje sonoro donde la abundancia de descargas y detonaciones se multiplicaban tanto al comienzo de las fiestas como al paso de las procesiones, incluso la celebrada en honor a la patrona. No obstante, pese al interés de la autoridad por que este tipo de expresión desapareciese a finales del siglo XIX, el pueblo la mantuvo viva tal como podemos ver en el descriptivo programa de los actos de fiestas de 1912. Día 20. Las campanas de la mudéjar torre de la villa anunciarán a los taustanos a las doce de este día, que pueden empezar a decapitar pollos y corderos para obsequiar al sinnúmero de forasteros que llegarán de todas las partes a presenciar las grandiosas fiestas. A la vez que el toque de campanas, se sentirá más fuego que en el Rif teniendo que suspender los vecinos las conversaciones, por ser imposible entenderse, como no sea por señas, a causa de tanto ruido y algazara (…)85 Por la tarde: (…) A continuación ser formará el Rosario, recorriendo las principales calles de la Villa, acompañado de las Autoridades mencionadas y de todo el Clero y pueblo. Todo ello alumbrado por millares de cohetes, bombas y bengalas del afamado Sr. Cunchillos, de Casetas, y disparo de toda clase de armas de reglamento y sin él (…) 86 84 Ibídem, 8 de mayo de 1953. 85 Véase Programa de Fiestas de Tauste de 1912. Ayuntamiento de Tauste. 1912, p. 2. 86 Ibídem, p. 3. Joaquín 90 Cebamanos Conde

Y por último, el Día de la Virgen: (…) A las cuatro, las de la lengua dura anuncian que muy pronto va a salir la procesión, la cual, muchos años por resultar corto el trayecto para tanto público que va en ella, tiene que pararse varias veces. Mientras hace el recorrido Tauste es un fuerte atacado, pues las campanas no tienen bastante voz, aun cuando son grandes, para contrarrestarlo el ruido que originan los miles de bombas y cohetes que el afamado pirotécnico Sr. Cunchillos, de Las Casetas, descargará, sin contar con los disparos de casa de todos los calibres, que no tienen que envidiar nada a los anteriores. Los danzantes, las gaitas y tambor, músicos, cabezudos y gigantes, acompañarán a la procesión a la que asiste el ayuntamiento y esclavos llevando el Mayor el estandarte de la esclavitud87. Aunque no vamos a entrar en el origen, simbolismo y posibles significados de estos elementos, si podemos afirmar que todavía permanecen los vestigios de estas formas sonoras en nuestras fiestas cuando de manera oficial se lanzan cohetes para anunciar las mismas. El único proceso que puede acercarnos al ambiente colectivo y al estado emocional que durante este tipo de procesiones podía experimentarse es la imaginación, ya que, en la actualidad, la imagen del paso del cortejo contrasta radicalmente con todo el paisaje que describe el texto de 1912. El silencio se rompe únicamente por los vivas a la Virgen de Sancho Abarca, por el Himno de San Ignacio interpretado por los dulzaineros de Estella o por las variadas marchas de la banda municipal. De hecho, en general, las personas que asisten y contemplan por primera vez estas representaciones tradicionales se quedan sorprendidas ante la mezcla del fervor religioso, la solemnidad, el respeto, la organización de la procesión y el papel que desarrolla todo el pueblo que en ella participa. Por su composición y estructura, este sentimiento se multiplica especialmente en la representación del Rosario de Cristal, el 22 de abril. Las noticias hasta ahora consultadas detallaban unas procesiones más contenidas, sin tanto elemento que ahora podría considerarse disonante y en las que apenas quedaban reflejadas este otro tipo de manifestaciones populares. Pese a todo, creemos que desde su adquisición, la comparsa de gigantes y cabezudos, participó en los principales cortejos procesionales de las fiestas, al menos hasta el final de la década de los años 20. Así lo 87 Ibídem, pp. 4 y 5. 91

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demuestran, además de las citas del programa de fiestas de 1912, las referencias de Heraldo de Aragón de 1904 y 1927: (…) Después de las vísperas se organizó la procesión que en honor a la patrona se celebra anualmente. Imagen que fue llevada en andas por cuatro sacerdotes también de esta villa asistiendo las autoridades, banda municipal, los danzantes y más de 2.000 fieles portadores de hermosas hachas, así como los gigantes y cabezudos que constituían la avanzada (…)88 (…) Las funciones religiosas del día de nuestra señora de Sancho Abarca (…) Por las calles que conducen a la iglesia, y para presenciar el paso de las autoridades, precedidas de gigantes y cabezudos y con la escolta de los danzantes, se apiña la multitud (…)89 Ahora bien, nos planteamos varias cuestiones acerca de este reconocido elemento de las fiestas de Tauste. ¿Por qué dejó de asistir la comparsa a los principales actos, incluso a los religiosos, junto al resto de manifestaciones populares locales? Si su participación era algo habitual en las procesiones porque no aparecen reflejados como el resto en los programas de fiestas, ¿tan poca importancia se les otorgaba? ¿Si planteásemos hoy en día retomar esta antigua expresión para su participación en la procesión, tal y como se si sigue haciendo en muchos lugares, qué ocurriría? Lo que si podemos afirmar es que, desde esta época anterior a la Guerra Civil, los gigantes y cabezudos ya no volverán a aparecer ligados a los actos religiosos de los festejos en honor a la Virgen de Sancho Abarca. Por otro lado, los disparos de armas de fuego se mantuvieron al menos hasta la década de los años 20, con el arraigo popular que siempre los había caracterizado. El “Redactor sin sueldo” del Boletín del Sindicato Agrícola Católico describe lo que sería el inicio de las fiestas de 1923: (…) A las 8 de la mañana, y antes todos los vecinos de Tauste, chicos y chacos, jóvenes y viejos están ya dispuestos a esperar las doce llevando la gente del bronce la faja completa de pólvora, tacos, pistones y demás menesteres para preparar las pistolas del 12, con que han de poner sordo a todo bicho viviente 88 HMZ. Heraldo de Aragón. Caja 498. Miércoles, 27 de abril de 1904. Portada 89 HMZ. Heraldo de Aragón. Caja 553. Domingo, 24 de abril de 1927, p. 3. Joaquín 92 Cebamanos Conde

que tenga el buen gusto de asistir a las fiestas de Tauste, y tirarse a la calle para olfatear cuanto ocurre esa mañana (…)90 Aún así, en la misma crónica anticipada de las fiestas ya se apuntaba que durante la procesión: (…) Por artículo de buen gusto, hace años que no se descargan las pistolas ametralladoras. En honor a la verdad, están bien suprimidas (…)91 Volvemos a encontrarnos con otro elemento festivo popular que se ve modificado, excluido y finalmente relegado al olvido. En el año 1963, Cecilio Cardona Murillo escribió un breve artículo para el programa de fiestas titulado “Ayer y hoy de las fiestas de Tauste”. El que entonces era Primer Teniente Alcalde evocaba aquellos momentos de su niñez en los que todavía se mantenía esta práctica. Su natural testimonio expresa el carácter original de aquellas demostraciones populares que fueron despareciendo paulatinamente, imaginamos, ante la insistencia de las autoridades locales, políticas y religiosas. (…) Recuerdo, cuando niño, las enorme salvas que se disparaban con trabucos y pistolas al voltear las campanas anunciando las fiestas, y no digamos nada las que se soltaban desde cualquier esquina al paso de la Santísima Virgen en la procesión, cuando voces que salían de lo más profundo de los recios pechos baturros gritaban: ¡Viva la Virgen de Sancho Abarca! Aquella manifestación de alegría, alegría casi salvaje –valga la frase-, sinceramente, la echo de menos. Era el exponente claro de la satisfacción de un pueblo que alama a su Virgen al verla aparecer en las calles; y aquellos enormes trabucazos los consideraban ellos como las salvas de ordenanza con que se recibe a un REY; con la diferencia de que, en lugar de ser 21 eran cientos, porque a la REINA que saludaban lo era y es de los CIELOS Y LAS TIERRAS92.

90 Véase “Boletín del Sindicato Agrícola Católico”. Número extraordinario en honor de la Sma. Virgen de Sancho Abarca”. 21 abril 1923, p. 3. 91 Ibídem, p. 3. 92 CARDONA MURILLO, Cecilio: “Ayer y hoy de las fiestas de Tauste”. Programa de fiestas de Tauste de 1963. Tauste. 1963. Sin paginar. 93

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Como hemos visto hasta ahora, las variaciones en el hecho tradicional arraigado en el pueblo comienzan a sucederse cuando interacciona con la representación religiosa establecida. Así es como ha ido ocurriendo también en Tauste. El carácter devoto de las fiestas ha ido amoldando y admitiendo u olvidando y excluyendo los elementos que, directamente o con el paso del tiempo, no se han considerado apropiados a la esencia religiosa del acto en que se desarrollaban. Retomando alguno de los elementos interesantes que reflejan los programas de fiestas tanto de 1912 como de 1914 comentamos ahora las primeras transgresiones sociales y culturales que aparecen documentadas durante las celebraciones en honor a la Virgen de Sancho Abarca. Este es el caso del baile “agarrao” por parejas y el abuso del “roce”. A finales del siglo XIX y comienzos del XX, con la llegada de los nuevos ritmos originales del centro de Europa (valses, polcas, chotis y mazurcas) y de América (tangos y habaneras) se produce un choque generacional entre la gente mayor que defiende las formas tradicionales (jotas, boleros) y los jóvenes que se suman a las modas de la época. Cuando bailáis el bolero me se cai a mi la baba, de lo bien que taconiais, y, sin embargo agarradas lo hacís pa que hablen los viejos de esas cochinas valsiadas93 El temor hacia este tipo de baile que generó otro tipo de relación entre hombres y mujeres llevó a la invocación del patrón San Miguel por los más viejos del pueblo: Suplicas que dirigían a San Miguel Arcángel los ancianos Mocetón, Roscones, Pocalana, Pichón, Cascabas y Cayo, para que se abstenga la gente joven en sus bailes peligrosos al resplandor de la hoguera: A ti San Miguel Arcángel te rogamos muy de veras 93 Programa de fiestas de Tauste de 1912. Ayuntamiento de Tauste. 1912, p. 16. Joaquín 94 Cebamanos Conde

que vigiles esa plaza mientras arden las hogueras Que la gente joven se suele arrimar y busca las sombras para pretarse más. Tu que supiste quitar de los campos la langosta haz que cesen en la plaza esos bailicos de moda. Pues esos abrazos que ellos se dan a los viejecicos nos paice muy mal (…) Llevan las taustanas fama para bailar el bolero pero ellas quien agarrasen para que hablen los abuelos. Echa una mirada Santo milagroso y haz que cese el roce que es tan peligroso (…) Con que tu patrón querido que puedes poner remedio haz que cesen del baile que a ellos les sabe tan bueno94. Antes de seguir con el tema de las transgresiones que nos llevará a la década de los años 20, queremos abrir, siguiendo la línea cronológica, un apartado que nos parece fundamental para conocer los pormenores de la constitución del Rosario de Cristal de Tauste. Su impulso y renovación a partir de 1918 convirtieron este hecho religioso en el elemento que contribuyo a fijar la estructura de las fiestas patronales definitivamente con su nueva ubicación el día 22 de abril. Del trabajo de Víctor Pola Aznar sobre la historia del Rosario, extraemos varias informaciones que refuerzan más todavía los argumentos que 94 Programa de fiestas de Tauste de 1914. Ayuntamiento de Tauste. 1914 95

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sostiene nuestra aportación a las fiestas. En primer lugar, dejando a un lado los posibles orígenes del Rosario expuestos por el autor95, tenemos que constatar que, al menos desde mediados del siglo XIX, la procesión donde se cantaba el rosario96 se celebraba el primer día, por la tarde, tras la Salve a la Virgen con la asistencia del ayuntamiento97. Además de la renovación, buscando la exaltación y el enriquecimiento de la citada manifestación mariana, lo significativo del cambio de día para la organización de las fiestas es que, el actual formato de los tres primeros días quedó fijado desde entonces. De esta manera, el cambio en la disposición del Rosario va a proporcionar un nuevo espacio festivo, tras la Salve a la Virgen, que va a ser aprovechado por los taustanos. Tras muchos años de evolución se va a pasar del rezo del Rosario a la celebración de un pasacalle que lleva a las autoridades, esclavos, danzantes, dulzaineros, banda de música y al pueblo en general desde la iglesia hasta el ayuntamiento. En nuestra opinión, por su numerosa participación, la salida de la Salve se convertirá en el acto profano colectivo popular más importante de las fiestas. En este caso, el hueco dejado por un elemento religioso es ocupado por el pueblo para crear un nuevo elemento de expresión, de clara esencia festiva y marcado carácter participativo. Hasta el año 1918, la estructura habitual de la programación destinaba la tarde del tercer día de fiestas, donde se trasladó el nuevo Rosario de Cristal estuvo destinada a los bailes de la comparsa de danzantes por las principales casas del pueblo y a los espectáculos tradicionales organizados por el ayuntamiento, tal que corridas de pollos, entalegados, cucañas para los niños, etc. Al anochecer, el grupo de bailadores, de manera particular y en acción de gracias, acudía a la puerta de la iglesia donde se despedían de la Virgen con la representación de varias piezas de su repertorio. Como se consideró 95 POLA AZNAR, Víctor y SALAS BELTRÁN, Ángel: Tesoros Artísticos de la Villa de Tauste. El Rosario de Cristal. CASTILLO MONTOLAR, Margarita (Coordinadora). Fundación Bartibas Herrero. Zaragoza, 2006, pp. 45-48. 96 ITURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, p. 111. 97 En 1901 y 1902, según las actas de la Cofradía del Santo Rosario, la procesión del Rosario se celebró el día 21 de abril. Al no poder consultar las actas de la confraternidad de esclavos no hemos podido corroborar estas fechas. Joaquín 96 Cebamanos Conde

oportuno que los danzantes escoltasen la imagen de la patrona durante la procesión del Rosario, al igual que el día 21, la despedida de la Virgen que los bailadores ejecutaban se va a transformar en el final del Rosario y, por ende, en el final de las fiestas religiosas. ¿Qué va a suponer esta importante modificación en la estructura festiva? Hasta entonces, las fiestas habían tenido un comienzo evidente con los actos de la víspera, pero no así un elemento culmen con el que se reconociese el final de las mismas. Con la reubicación del Rosario de Cristal, la Despedida del grupo de danzantes al término de la procesión se convierte en el acto que pone el broche final a las fiestas. Hoy en día, desde nuestro punto de vista, cada uno con un origen y un carácter diferenciados, existen dos representantes del pueblo ante la Virgen de Sancho Abarca. Uno, el Esclavo Mayor, cófrade elegido por la confraternidad que organiza las fiestas religiosas, y otro, el grupo de danzantes que baila en honor a los patronos de la Villa. En la representación que se lleva a cabo durante la Despedida ante la imagen de la Virgen tenemos la prueba. En esta manifestación popular que aglutina los principales elementos festivos de la localidad, los bailadores se encarnan en el símbolo, en el medio de correspondencia adoptado por los taustanos para expresar su acción de gracias, su devoción y su respeto, despidiéndose de su patrona hasta el año siguiente. Si bien, el Esclavo Mayor es parte esencial en la festividad desde su concepción, el grupo de danzantes ha ido atravesando un largo proceso de adaptación a la solemnidad y a la esencia religiosa de todos sus actos para obtener el reconocimiento social necesario que les reporta anualmente tal gratitud. Una vez más, podemos distinguir la evolución de los bailadores durante las fiestas como una de las principales demostraciones del desarrollo de las fiestas patronales en Tauste. Si atendemos a la evolución sufrida por el Rosario de Cristal observamos como el auge que este ha ido experimentando en las últimas décadas, nombrado Fiesta de Interés Turístico de Aragón en 2006, no ha sido siempre igual. A los años en que no había gente suficiente para portar todos los faroles y se ofrecía una propina a los niños y niñas del pueblo para que lo hiciesen98, se suman las dificultades de su origen que hemos dejado para un estudio posterior. El Rosario de Cristal se convierte en otra de las manifestaciones, en este caso religiosa, que también va a terminar sucumbiendo a la devoción 98 POLA AZNAR: El Rosario…, p. 161. 97

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exaltada a la Virgen de Sancho Abarca, personalizado en la confraternidad que lleva su nombre. Como ya hemos comentado, la Cofradía del Santo Rosario terminó solicitando la ayuda de la Confraternidad de Esclavos de la Virgen para costear los gastos de la procesión que ella organizaba. En tan solo unos años, la cofradía con advocación a Sancho Abarca fue la que desempeñó completamente la gestión del Rosario de Cristal y su posterior desarrollo a partir de 1918. Cerrando este capítulo basado en programas de fiestas y reseñas periodísticas, retomamos el tema de las transgresiones sugerido con anterioridad con el que terminaremos el capítulo. Para ello nos centramos en dos interesantes documentos que nos ayudan a reconocer el contexto social de la década de los años 20 del siglo XX en Tauste. 3.5. Los Boletines del Sindicato Agrícola Católico de Tauste de 1923 y 1928. Las programaciones de los festejos descritas que aportan los dos únicos números que hemos podido consultar editados por el Sindicato Agrícola Católico de Tauste nos ofrecen la información necesaria para comprender parte del periodo de tiempo ante el que nos encontramos. Una época caracterizada por drásticas transformaciones de la sociedad, que se erigen como antesala de la Segunda República y la Guerra Civil. En estos boletines correspondientes a los años 1923 y 1928, la muestra pública de transgresiones sociales, culturales y religiosas que hasta entonces habían permanecido ocultas en los textos, descubren una sociedad analfabeta condicionada por el histórico adoctrinamiento religioso, que muestra importantes cambios, en la forma de afrontar las fiestas, en el concepto de la institución eclesiástica, en las diferentes ideologías y en su forma de divertirse. (…) Y nada, que es menuda juerga que, desde las nueve de la noche que encienden la hoguera, emprenden algunos hasta las cinco de la mañana, hora en la que después de no haber dejado dormir a ningún nacido que no tiene ganas de bullas, se retiran a los más silenciosos pajares y entregarse a pierna suelta hasta que les pica la molleja. Debo decir a Vds. que algunos desde las siete de la mañana del día 20 hasta el 25 por la noche no ven sus casas. Otros empalman

Joaquín 98 Cebamanos Conde

una filoxera con otra y por fin, otros no la dejan en cinco días (…)99 Así se describe en abril de 1923 la manera de disfrutar las fiestas de algunos taustanos. Unas prácticas ligadas intrínsecamente a trasnochar y al uso y abuso del alcohol. En ningún otro documento consultado hasta esta fecha se expresaba directamente la relación con este tipo de comportamiento social. Si bien creemos que no estaba muy extendido, tampoco nos tiene que hacer pensar que no fuese habitual hasta entonces. Lo que sí va a quedar claro es que, Boletín del Sindicato Agrícola Católico. Abril 1923 (Copia) año tras año, a la juerga Archivo Casa de Cultura de Tauste. citada se van a ir sumando nuevos adeptos. Un lustro después, el asunto comienza a tomar un cariz mucho más significativo. Sin embargo, el autor del texto expresa su tolerancia hacia la forma de proceder de estos individuos durante las fiestas. Incluso desde el propio carácter irónico utilizado en la narración, se busca el lado positivo a la diversión: (…) Antiguamente se decía que tres o cuatro individuos célebres por su buen temple y mejor estómago, salían de casa la víspera por la mañana y no volvían hasta terminadas las vaquillas. De modo, que en cinco días, no se 99 “Boletín del Sindicato Agrícola Católico”. Número extraordinario en honor de la Sma. Virgen de Sancho Abarca”. 21 abril 1923. Tauste. 1923, p. 3. 99

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daban cuenta de la mujer, hijos, etc., etc. Pues bien; esto que creeréis mucho que es una exageración, era cierto, y tan cierto, que otros, viendo el ejemplo de aquellos y de los sucesores, y de lo bien que se conoce que lo pasan, ha cundido tanto la costumbre, que ya no son tres o cuatro; ahora son treinta o cuarenta los que se toman esa seguidilla que no está mal, porque hacen el oficio de serenos, vigilantes y hasta alegran a la gente que gusta de esas libertades (…) 100 Culturalmente, la sociedad siempre ha tenido el grado de permisividad oportuno con la prostitución que ha hecho posible su existencia y mantenimiento. En Tauste también se podía disponer de este tipo de servicios que, durante muchos años, podían encontrarse en lugares tan céntricos y visibles como la plaza del ayuntamiento. Aunque admitido y de dominio público, tampoco sería necesario, ni estaría bien visto ser muy explícito al citar todo lo relacionado con esta, la más antigua de las profesiones. Original resulta la metafórica versión utilizada por el anónimo “Redactor sin sueldo” del Sindicato Agrícola en 1923 para referirse a ella: (…) Durante estos días, el pescado va baratísimo, haciendo verdaderos prodigios de equilibrio cuando salen del Alto del Bar de la Fabra. Es el puerto de la pesca milagrosa (…)101 Reconocidas y documentadas algunas de las transgresiones sociales y culturales de los taustanos en la década de los años 20, no podemos olvidar la que más relevancia posee desde nuestro punto de vista. En el número de abril de 1923 se presenta uno de los conceptos que del hecho religioso se afianza durante estos años. Además de toda la información que se desprende de los textos contenidos en estas publicaciones, la naturaleza católica y el carácter didáctico moral convierten a muchos de sus versos y artículos en la mejor demostración, el mejor espejo sobre el que vislumbrar las necesidades, requerimientos y problemas que la sociedad taustana arrastraba desde el punto de vista ideológico y religioso. Tal y como ocurre con la gente que empezó a sumarse a la juerga y que en tan solo cinco años se multiplicaron, lo mismo parece suceder con las dificultades y la controversia que acarreaba la fe cristiana que se 100 “Boletín del Sindicato Agrícola Católico”. Número extraordinario en honor de la Sma. Virgen de Sancho Abarca”. 21 abril 1928. Tauste. 1928, p. 9. 101 “Boletín del Sindicato Agrícola Católico…” 21 abril 1923, p. 4. Joaquín 100 Cebamanos Conde

muestra en los boletines. De manera directa se atañen aspectos esenciales que marcarán los años venideros: el choque generacional provocado por la educación ante el sometimiento histórico de un pueblo a las directrices determinadas por la iglesia, el desarrollo del conocimiento frente a la doctrina de la fe, en definitiva, lo que va terminar por consolidarse en posturas antagónicas, el anticlericalismo y los católicos integristas. En este periodo de cinco años establecido por los dos boletines del Sindicato Agrícola Católico, observamos cómo, del primer ejemplar al siguiente, el número de textos de índole moral y religiosa aparecidos aumentó considerablemente. Los contenidos se advierten mucho más explícitos e incluso con rasgos evidentes de una creciente intolerancia. Este hecho nos hace percibir el estado de un conflicto en auge cuya magnitud alcanzaba ya límites alarmantes. En uno de los ejemplos, leemos el caso planteado por unos hipotéticos padres y madres preocupados por el descreimiento en la conducta de su hijo. Con la lectura del texto huelgan comentarios. Consulta. Algunos padres y madres. Tengo un hijo que no puedo con él. Le digo que se confiese, y que vaya a misa, y me dice que todo eso son tonterías de los curas. Como ha leído mucho y tiene tantos libros y es muy “trespasao”, nos confunde con su saber y nos llama infelices porque vamos a la iglesia. ¿Qué será? Respuesta. ¿Pues qué ha de ser? “Un tonteras” y nada más, no le den ustedes vueltas. ¿Tan trespasao y no sabe más que eso? Créanme ustedes, toda esa ciencia que dice la que gente que tiene, la puede dar por dos cuartos, y aún tima. ¿Hay alguno de estos en nuestra feligresía? Quiera Dios que no, pues para tontos, bastantes hay por esos mundos102. A la blasfemia, que más adelante será castigada por ley con la llegada del régimen franquista103, los escritores Alpanseque y Blanch dedicaron varias estrofas tituladas “El blasfemo” de los que entresacamos algunos versos: (…) Es un hombre que no es hombre, es veneno que inficiona, 102 “Boletín del Sindicato Agrícola Católico…” 21 abril 1928, p. 10. 103 AMT. Actas Pleno. Caja 564. Diciembre de 1937 a Diciembre de 1938. N º 5. Sesión Ordinaria de 30 de julio de 1938, pp. 95-95 v. 101 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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es un cobarde sin nombre que de valiente blasona, y por adquirir renombre se hace del diablo la mona (…) Es un loco rematado, miserable y fementido; es, en fin, un desgraciado, de todos abominado, que insulta con su pecado al Dios que le ha redimido104. Todo parece adquirir un especial carácter didáctico moral. Hasta las denominadas “Sentencias”, frases hechas incluidas en un apartado del boletín, rezuman escogida trascendencia e intención. Dime lo que lees y te diré quién eres. El hombre de lengua larga, alguna vez se muerde. El talento se humilla, la vanidad se ensoberbece. La noche es para dormir. Perdona las ofensas pero vive prevenido. Quien te enseña te enriquece. Ningún malo es feliz. Ningún traidor es hombre de bien. La conciencia nos aconseja lo mejor. Promete poco y cumple mucho. Sin alegría no hay salud. No adules a nadie. La ciencia ennoblece. Dios te ve siempre105. Para terminar con este apartado, retomamos el número de 1923 en el que se recoge una parábola de carácter religioso que resume en varias de sus frases lo hasta ahora comentado. La postura enfrentada de un nutrido sector de la sociedad ante todo lo que hacía referencia a la religión era ya 104 “Boletín del Sindicato Agrícola Católico…” 21 abril 1928, p. 10 105 Ibídem, p. 10. Joaquín 102 Cebamanos Conde

un hecho constatado que irá marcando un fin de ciclo. Con el título “Y eso fue todo” comenzaba así: La cosa paso llana y sencillamente, como ocurren todos los acontecimientos, aun los más importantes de la vida. El confesor le había dicho: • Sobre todo, hija mía, conviérteme a tu marido, empújalo a los sermones, haz que cumpla con la Iglesia este año… • Pide usted imposibles, don Miguel, opuso ella. • Para Dios no hay nada imposible. • Pero este hombre mío se resiste a todo, de todo se burla, de todo se mofa y a la menor alusión en que barrunte religión jura como un carretero y prefiero estar muda ante él… • Hace dos días me dejé caer, como sin importancia que venía un predicador famoso y ¿sabe usted lo que me soltó? • No lo digáis, me lo figuro: ¡Ah cabeza loca, tan enamorada de Juan novio, contra viento y marea, a pesar de todos los consejos de cuantos te querían de verdad! Ahora tienes que soportar a Juan marido(…)106 El cuento sigue, pero al final, con las instrucciones de su confesor, la mujer logra, por medio del amor de sus hijos, que el padre reconsidere su postura, se dé cuenta de que no está obrando bien y vuelva a confesarse. De esta manera, el marido que representaba la oveja descarriada expresaba su nueva disposición para volver a formar parte activa de la Iglesia. En nuestra opinión, aparte de las diferentes interpretaciones que cada uno pueda extraer de la narración, el objetivo de aleccionar a los lectores es obvio e incuestionable. Además, en tan solo unas líneas, el texto nos presenta el problema de la descristianización que la institución eclesiástica venía arrastrando desde siglos atrás, así como otros aspectos fundamentales de la relación de sus miembros, con la feligresía y el resto del pueblo. Por ejemplo, la confianza que las personas depositaban en los componentes del clero y, por ende, la influencia que estos ejercían sobre ellos, ya no solo como guías espirituales o confesores, sino también como consejeros personales, familiares, laborales y sociales. Realmente, ante el caso que plantea el texto, nos encontramos con el arquetipo que nos ayuda a comprender la pérdida de fieles de la institución 106 “Boletín del Sindicato Agrícola Católico…” 21 abril 1923, p. 4. 103 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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eclesiástica y su afán por conservarlos. Pero en la época que nos encontramos, el problema ya no solo radica en la disminución en la feligresía sino que, definitivamente, un amplio fragmento social se describe totalmente en contra, tanto de las formas y principios de la Iglesia, como de quienes la preconizan y sustentan. El problema de la amalgama ideológica y política que englobaba a este sector de la población es que coexistían formas demasiado heterogéneas que iban desde la moderación y el respeto hasta lo más radical y violento. Tres años después de la publicación del Boletín del Sindicato Agrícola Católico de Tauste, se celebraron las elecciones municipales de 12 de abril de 1931 que dieron como resultado el descalabro de la monarquía católica, mantenedora de la fe, en favor de unas fuerzas republicanas laicas, que no tardaron en establecer la separación entre Iglesia y Estado, apartando la religión de la política. Demasiados cambios para la rancia sociedad española anclada todavía en usos y costumbres medievales, asentada en la desigualdad de clases y la relación de la iglesia con el poder. Nos encontramos antes los últimos vestigios de un largo proceso en el que, una vez más, la religión volverá a ser utilizada como principal herramienta de confrontación. 4. LAS FIESTAS DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA (19311939) El 14 de abril de 1931 se proclamó la Segunda República sustituyendo así a la monarquía de Alfonso XIII. Como vamos a ver a través de la documentación particular recopilada sobre Tauste en estos años, los cambios en la política del gobierno van a terminar de radicalizar las posturas antagónicas, separadas por una fractura social incuestionable y definitiva. El problema principal, el conflicto que produce mayor grado de exaltación, el tema capital al que mayor número de líneas se dedicará es la lucha y oposición entre los defensores de la fe cristiana y los republicanos laicos. La separación entre Iglesia y Estado, la desaparición del presupuesto destinado al clero y al culto, la prohibición de ejercer la educación a las órdenes religiosas y la libertad de conciencia y cultos conformaron las directrices esenciales del proceso de secularización estatal. En lo que a Tauste se refiere, el nuevo régimen político afectó de manera considerable a la estructura de las fiestas patronales ya que, desde Joaquín 104 Cebamanos Conde

1932 a 1934, ni la procesión en honor a la Virgen de Sancho Abarca ni el Rosario de Cristal se llegaron a celebrar. No obstante, el resto de actos religiosos se desarrollaron como de costumbre todos los años, no exentos, eso sí, de un grado de crispación en aumento que entresacamos de las noticias recogidas de los diarios de la época. La única fuente documental que hemos hallado sobre las fiestas de 1931 es el programa oficial de las mismas. Podemos constatar que todos los actos que se venían celebrando, incluidos los religiosos, se desarrollaron con aparente normalidad, o al menos así aparecen en la programación. Por lo tanto, los primeros días de la, todavía incipiente, Segunda República no afectaron al habitual desarrollo de las fiestas patronales. Al igual que ocurre con 1931, no disponemos de ningún tipo de documentación, ni del archivo municipal, ni de la prensa consultada del año 1932. Además, tampoco contamos con el programa de fiestas que nos podía proporcionar algún elemento más para el conocimiento de este convulso periodo de la historia de Tauste. Si bien, de manera indirecta, en la documentación recogida de años posteriores, vemos como en 1932, la procesión en honor a la Virgen de Sancho Abarca y la del Rosario de Cristal ya no realizaron su recorrido por las calles del pueblo durante las fiestas patronales de este año. Resulta importante conocer el texto de la Constitución de la República de 9 de diciembre de 1931, para encontrar la causa de la prohibición de la salida de las dos procesiones. En el punto tercero del Artículo 27 titulado “La libertad de conciencia y el derecho de profesar y practicar libremente cualquier religión quedan garantizados en el territorio español, salvo el respeto a las exigencias de la moral pública”, se concreta lo siguiente: (…) Todas las confesiones podrán ejercer sus cultos privadamente. Las manifestaciones públicas del culto habrás de ser, en cada caso, autorizadas por el Gobierno (…)107 Por tanto, la ley instaurada por el nuevo régimen representado en el concejo local, entonces presidido por su alcalde Jacinto Longás Fuertes, impidió la salida de los dos cortejos procesionales festivos taustanos. No así del resto de manifestaciones religiosas que dentro de los templos se llevaron a cabo. 107 Constitución de la República Española de 1931. http://www.congreso.es/docu/ constituciones/1931/1931_cd.pdf 105 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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Avanzando en los documentos analizados, coincidiendo con las fiestas patronales, el sábado 23 de abril de 1932 observamos cómo es motivo de celebración aparente para toda la localidad la inauguración del nuevo Grupo Escolar. Y decimos aparente, ya que días antes, en conmemoración de la República, el 14 de abril se llevó a cabo el día del árbol plantándose frutales en la explanada de las nuevas escuelas. Miguel Caro Andrés, hijo del que fuera maestro y director del centro don Daniel Caro Colás, rememoraba un hecho sucedido tras la citada fiesta republicana que nos ayuda a constatar la complejidad de la situación social local: (…) Recuerdo la celebración de la Fiesta del Árbol con asistencia de autoridades con gran solemnidad. A los alumnos nos obsequiaron con un bollo, una tableta de chocolate Nestlé y un plátano. Al terminar el acto y salir a la calle encontramos al cuarto de la peña de amiguitos que nos dijo que no había venido porque el obsequio lo habían dado los socialistas (…)108 Tanto Heraldo de Aragón como El Noticiero se hicieron eco de la inauguración del nuevo centro de enseñanza. Gradualmente, las noticias que se van sucediendo en los dos periódicos, junto con testimonios como el anterior, nos revelan las marcadas diferencias existentes entre los taustanos. Así como de la extensa crónica del Sr. Lorda, redactor de Heraldo de Aragón, recogemos datos desde la descripción del edificio, el coste de las obras y sus autores, hasta los asistentes al acto, una breve reseña de sus discursos y los maestros que iban a estar al frente del colegio, en el anónimo de El Noticiero se cargaba contra el ayuntamiento local por la falta de consideración con Miguel Allué Salvador, Director General de Educación en el Ministerio de Instrucción Pública, al no invitarlo a la inauguración del nuevo grupo escolar y al que las fuerzas vivas de la localidad consideraban como el verdadero valedor de la obra del nuevo colegio. Al comienzo del texto se indica como, las primeras gestiones del proyecto fueron realizadas por Joaquín López Monguilán, encabezando una comisión que viajó a Madrid109. En la misma reseña, el anónimo autor hacía referencia a las autoproclamadas fuerzas vivas de la localidad y que como tal las reconocemos. 108 NÚÑEZ ARCE, Javier: La Escuela de Tauste. 75 años de vida. 1932-2007. C. E. I. P. Alfonso I, el Batallador. Tauste, 2007, p. 25. 109 HMZ. El Noticiero. 21 de abril de 1932. Caja 409, p. 3. Joaquín 106 Cebamanos Conde

(…) Ahora, terminadas las obras, se ha inaugurado el nuevo grupo escolar, y aunque las autoridades no se han acordado para nada del valedor que puso todo su aragonesismo al servicio de Tauste, las fuerzas vivas de la localidad no se han resignado a figurar en el coro de los desagradecidos y con motivo de la solemnidad inaugural, la comunidad de labradores ha enviado al señor Allué Salvador el siguiente telegrama: “En fecha inauguración grupo escolar cumplimos deber justicia reiterando al que fue alma del proyecto”. Concebidos en análogos términos han remitido sendos despachos al señor Allué Salvador: don Orencio Aisa, presidente del Casino Principal; don Juan Bautista Sánchez, presidente del Casino Mercantil, Industrial y Agrícola; don José Ezquerra, presidente de la Comunidad de riegos de la Huerta Alta; don Ignacio Bentura, presidente del Centro de Defensa Agraria; don Joaquín López Monguilán, ex alcalde; y el señor Supervía, presidente de la Sociedad de ganaderos (…)110 Iniciada ya la Guerra Civil, el 3 de junio de 1937, el Ayuntamiento de Tauste, designado por las fuerzas franquistas y a propuesta de su alcalde Joaquín López Monguilán acordó por unanimidad nombrar al grupo escolar, “Allué Salvador”111. En 1933, el corresponsal de El Noticiero expresa, en la única crónica de fiestas recopilada, la religiosidad de las fiestas en honor a la Virgen de Sancho Abarca. Pese a que no estaba permitida la salida de las procesiones la extrema y expresa exaltación del resto de actos queda patente en un texto tan parcial como demostrativo. TAUSTE. LAS FIESTAS DE NUESTRA SEÑORA DE SANCHOABARCA. Hanse celebrado como siempre. Solemnísimas, a excepción de las procesiones, prohibidas por la autoridad municipal desde 1932, en contra del sentir de la mayoría de la población. Las religiosas con el carácter catedralicio, han estado concurridísimas. La Santa Capilla, con todas sus galas, ostentando la Virgen el rico manto de tisú de plata y las valiosas joyas de costumbre. La víspera, día 20, a las doce, entre el alegre repicar de las campanas y vivas a la Patrona se izó el pendón de la Esclavitud en el balcón de esclavo mayor, en este año Pedro Menjón Salas. 110 Ibídem, p. 3. 111 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Febrero 1937-Diciembre 1937 Nº 4. Sesión ordinaria celebrada por el ayuntamiento el 3 de junio de 1937, p. 61v. 107 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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Su aparición en el balcón fue saludada con un tan fuerte y enérgico viva, que según nos comunican por radio lo oyeron los seminaristas taustanos en Belchite (…) la gran Salve. En este momento tuvimos una gratísima sorpresa y fue que todos los invitados tuvimos que pasar custodiados por la Guardia Civil. Y aunque ninguno tenía miedo, no sabemos, aunque nos lo figuramos, quien tuvo para nosotros tan “delicada” atención (…) Al fin se cantó el grandioso y valiente himno a la Virgen del maestro Castillo, taustano de pura cepa, entusiasta de la Virgen y muy estimado amigo nuestro, con letra del sacerdote taustano señor Ezquerra (…) Día 21. Es el día grande para la católica villa. En gran mayoría aparecen engalanados los balcones de entidades y particulares. Solamente aparecen desnudos los balcones de la Casa de la Villa, dando una nota fría y desagradable en tan gran fiesta. Las misas desde las cinco de la mañana se fueron sucediendo de media hora en media hora, hasta las nueve (…) Son las ocho y celébrase la tradicional misa de Esclavos (…) a las diez la Misa mayor (…) el sermón es pronunciado por el sacerdote taustano señor Casaus (…) tan solo diré que fue un gran sermón, supo interpretar el verdadero sentir de este pueblo católico (…) He de hacer constar que se repartieron en este día cerca de mil comuniones (…) Festejos profanos: Grandes orquestas en los casinos Principal y Mercantil, mereciendo nota aparte los conciertos organizados en el magnífico salón de Defensa Social Agraria, dirigida la orquestina por el inteligente pianista don Antonio Royo y compuesta por los simpáticos taustanos Bermúdez, Murillo (Lucas), Ejea y Quincoces (…) Corresponsal. El Noticiero, 1 de mayo de 1933.112 De nuevo volvemos a encontrar los puntos de fricción que constatan el clima de crispación entre los taustanos. Las continuas referencias a un concejo vilipendiado por las fuerzas conservadoras del pueblo contrastan con la continua referencia al carácter católico de Tauste o al número y la descripción de todos los actos religiosos que se seguían celebrando durante las fiestas. Destacamos la utilización arbitraria de las crónicas de fiestas del diario El Noticiero para enardecer a los seguidores del catolicismo frente a la autoridad republicana, Aunque con el cambio de gobierno republicano nacional tras las elecciones de 1933 se produjeron algunos cambios significativos, como por ejemplo la celebración en todo Aragón de manera habitual de la Semana 112 HMZ. El Noticiero. 3 de mayo de 1933. Caja 411, p. 5. Joaquín 108 Cebamanos Conde

Santa de 1934113, en Tauste, las procesiones que se llevaban a cabo durante las fiestas patronales siguieron sin consumarse. La huelga general de abril de 1934 nos impide la recogida de información de las noticias de prensa de gran parte de este mes, pero las que hemos podido recopilar siguen mostrando como el grado y la complejidad del conflicto social en la localidad siguen aumentando progresivamente. Muestra de ello es la quema de la ermita del Santo Sepulcro durante la celebración de la Semana Santa taustana, la noche del viernes 30 al sábado 31 de marzo: HECHO INCALIFICABLE Incendiaron una ermita y quemaron un Cristo de extraordinario valor artístico. Dice nuestro corresponsal en Tauste Esta mañana ha sido desagradablemente sorprendido ese vecindario con la noticia de que había sido quemada una imagen del santo Ecce Homo, que era muy venerada, en la ermita del Santo Sepulcro, próxima a la población(…) La ermita no ha sufrido grandes desperfectos por estar construida sólidamente. Sin embargo, las pérdidas se calculan de diez a doce mil pesetas, por el valor artístico de la imagen. Casi todo el vecindario ha desfilado por el lugar del suceso, formándose una manifestación de protesta condenando este acto sacrílego que por todos es duramente reprobado. Se desconocen, hasta ahora, los autores114. Formando parte de esta misma noticia recogida en La Voz de Aragón del domingo 1 de abril encontramos un apartado dedicado a los incidentes que venían sucediéndose en Tauste gracias a la nota recibida desde la localidad: (…) LA ANARQUIA EN EL PUEBLO DE TAUSTE Nos ruegan publiquemos esta nota: “Hace mucho tiempo que en el pueblo de Tauste se nota una absoluta falta de autoridad. 113 HMZ. El Noticiero. 1 de abril de 1934. Caja 414, p. 7. 114 HMZ. La voz de Aragón. 1 de abril de 1934. Caja 1788, p. 9. 109 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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Todas las noches recorre las calles de la simpática villa un numeroso grupo lanzando gritos y amenazando contra todas las gentes de orden de la localidad. No atienden indicación alguna de los agentes de la autoridad; descuidado estos hecho, ya advertido a su debido tiempo a las autoridades correspondientes, anteanoche culminaron en un hecho digno de la mayor repulsa. Sin oposición de ninguna autoridad esos elementos anárquicos prendieron fuego a la ermita del Santo Sepulcro, dejando reducidos a cenizas el Santo Cristo, venerado desde hace muchísimos años y todas las demás imagines de aquella iglesia. Al tener la noticia de este hecho vandálico todo el pueblo sano de Tauste se levantó en un clamor de protesta y hubo, cosa insólita, para impedir aquella, toda la energía que he echó en falta para evitar aquellos actos de salvajismo. En protesta de estos hecho llego ayer a Zaragoza una comisión compuesta por representantes de todas las fuerzas vivas de Tauste, que han hecho presente ante el gobernador interino y ante el comisario de Policía la indignación por esos hechos y su deseo de que cuanto antes se deje sentir en la villa de Tauste aquella mínima autoridad propia de los pueblos civilizados”. Han cursado también al ministro de la Gobernación el siguiente telegrama. “Ministro de Gobernación. Representante fuerzas vivas Tauste, después protestar respetuosamente ante autoridades gubernativas Zaragoza, protestan también ante V. E. mayor respeto anarquía reinante en nuestro pueblo, que culminó anoche en quema ermita Santo Sepulcro. José Vera, Ignacio Bentura, José Ezquerra (…) 115 Sin embargo, paralela a esta situación violenta y de extrema intolerancia nos encontramos con una sociedad taustana que también procuraba evadirse de estos problemas intentando disfrutar con sus propios momentos de regocijo. A comienzos del mes de abril de 1934, al margen del conflicto, en un curioso y apenas conocido evento, los taustanos decidieron a la más bella entre sus paisanas: “MISS TAUSTE” El día cinco de abril se celebró en el teatro Parisiana de esta localidad el anunciado festival organizado para la elección de Miss Tauste. 115 Ibídem, p. 9. Joaquín 110 Cebamanos Conde

Grande era la expectación que había despertado este concurso y quedó bien demostrado con el inmenso público que acudió a presenciarlo. El teatro estaba imponente. En los palcos engalanados con mantones de Manila, mujeres guapísimas lucían sus encantos. A las nueve en punto la orquesta atacó un brioso pasodoble, dándose principio al baile, que la gente joven ya esperaba. A las once, el Jurado, integrado por personas cultas y de prestigio, dio a conocer su tallo, nombrando Miss Tauste 1934” a la señorita Carmen Usán Beltrán, que el público acogió con una estruendosa ovación. De igual forma fue designada la “Señorita Primavera”, otra belleza que se elegía fuera de concurso entre las muchachas de14 a 17 años que asistieron al festival, siendo proclamada la joven Josefina Villanueva Laborda, entre grandes aplausos. Las dos bellezas designadas subieron al palco del Jurado, a donde les fueron impuestas las bandas por la señora doña Carmen Romero y a la señorita Pilar Vigata, saliendo después a saludar al público que constantemente las ovacionaba. Andes de terminar el festival, el Jurado obsequió a las misses e hizo entrega de los valiosos regalos que la comisión organizadora de este acto había destinado para ellas y otros que ofrecieron particularmente los señores don Mariano Duaso y don Emilio Retornano. El baile terminó a altas horas de la noche, en medio del mayor entusiasmo y alegría. Enhorabuena a los organizadores, a la orquesta que tanto contribuyó al éxito de este acto y al joven y buen amigo Tomás Vera que pintó con gran arte la banda de la Señorita Primavera, siendo objeto de numerosas felicitaciones. Para terminar, réstame decir que es pueblo está orgulloso con su miss, belleza netamente taustana y tipo genuinamente aragonés, que merece todos los honores por su hermosura, modestia y acrisolada moralidad. GRATA NOTICIA. Por fin ha sido definitivamente aprobado el proyecto de alcantarillado y traída de aguas de esta villa, y sabemos que pronto comenzarán los trabajos. RIVAS116. Pero no podemos olvidar el contraste que suponía la elección del concurso de belleza con los acontecimientos que venían sucediéndose en la población117. Otra muestra más del cariz que van tomando los aconte116 HMZ. La Voz de Aragón. 13 de mayo de 1934. Caja 1788, p. 17. 111 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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cimientos, de la radicalización social y, sobre todo, de la sensación de que el problema comienza a ser incontrolable lo encontramos en la reseña que el corresponsal de La Voz de Aragón en Tauste, manifestaba el jueves 17 de mayo de 1934: Desde Tauste. Una noticia y un comentario. El 14 del actual, sobre la una y cuarto de la madrugada, estalló un petardo (o bomba sin metralla) que había sido colocado en una ventana de la casa que habita don José Vera Emperador. No hubo que lamentar desgracias personales y, si únicamente la alarma consiguiente por la hora intempestiva que fue. Los daños originados son de escasa importancia, desconociéndose hasta la fecha el autor o autores del atentado. Este hecho, por todos condenado, no nos llamaría tanto la atención al no viniese precedido de otros parecidos, que ya tienen al pueblo algo soliviantado, haciendo perder la tranquilidad a este honrado vecindario. Por otro lado, las noticias un poco exageradas que trae cierto periódico de la región, en vez de pacificar los ánimos sirven de excitante para que se cometan nuevos atropellos, que tiende a agravar más este conflicto local. Hora es ya de deponer actitudes y cesar en esta lucha de clases (más bien política), por lo absurdo e incomprensible. Aquí no existen clases; todos sabemos que la riqueza está repartida; hay sobrados medios para que el elemento obrero viva holgadamente y además tenemos en perspectiva una gran cosecha de cereales. Olvidemos pues, los agravios y rencillas, respetemos los ideales, defendámonos los unos a los otros como hermanos, y todos a trabajar juntos por el engrandecimiento del pueblo; ese es el deber de todo bueno taustano. RIVAS117. Frente al carácter conciliador que mostraba el cronista local, su opinión acerca de la situación de la riqueza o del “elemento obrero” se convierten en un elemento más, en forma de apreciación personal, que nos ayuda a contextualizar y a comprender mucho mejor el proceso que va a desembocar en el golpe de Estado tras el que vendrá la Guerra Civil. Es lógico pensar que hasta el 7 de octubre de este mismo año en el que estallaron las revueltas que terminaron con la renombrada quema del Archivo 117 Otra de las líneas de investigación abierta es el estudio pormenorizado de los hechos sucedidos en Tauste durante la Segunda República que darán paso a la Guerra Civil de 1939. Joaquín 112 Cebamanos Conde

Municipal de Tauste los episodios de violencia seguirían sucediéndose en el pueblo. Entre los días 5 y 19 de octubre de 1934 se produjo en España una huelga general revolucionaria apoyada por el partido socialista, el partido comunista y por varios sindicatos. La revolución de 1934 se extendió por toda España de manera desigual siendo Asturias la región donde se sucedieron los incidentes más importantes. El movimiento revolucionario en la provincia de Zaragoza fue imperceptible pero muy virulento. Los focos más importantes se dieron en Mallén, en Tarazona y en la comarca de las Cinco Villas, sobre todo en Uncastillo y Tauste. De hecho, los incidentes de octubre en Tauste fueron tan graves que se necesitó la intervención del ejército para sofocar el levantamiento, restablecer el orden en el pueblo y detener a los principales cabecillas118. Los sucesos se saldaron con la muerte de cuatro personas, tres paisanos ajenos al conflicto, un guardia civil y varios heridos. Durante los días siguientes al choque se realizaron numerosos registros, apresando a los que todavía no habían sido detenidos. Incluso se apresó al alcalde, Jacinto Longás que se fue del pueblo durante los hechos y que fue juzgado y condenado a un año de reclusión menor por abandono de sus funciones119. Parece que todos los ejemplos de violencia, de intransigencia, de revueltas sociales que sucedieron en toda España, son motivo del sinsentido de los autores, pero José Martí Laguardia, abogado defensor de varios acusados por los actos revolucionarios, adelanta en su disertación final varias de las causas por las que, en su opinión, se había llegado a esta situación: “(…) Señala el hecho de que solo en los pueblos de Cinco Villas encontrará eco el movimiento revolucionario y dice que esto obedece a un fenómeno de carácter social que es necesario estudiar, pues en el fondo de estos sucesos 118 HMZ. La Voz de Aragón. 17 de mayo de 1934. Caja 1788, p. 12. 119 El juicio conjunto por los sucesos se celebra en marzo de 1935. A Babil Tudela Larraz como jefe de la rebelión y a Mariano Obedé Arjol se les condena a muerte, aunque luego a este último se le conmutará la pena quedándose en treinta años de reclusión mayor. El consejo de Guerra que vio la causa instruida con motivo de los sucesos ocurridos en Tauste, en los primeros días del mes de octubre, dictó el siguiente fallo: (…) Ignacio Laborda, Félix Cagidos, Segundo Supervía, Francisco Pola y Antonio Candial, veinte años. A Lázaro García, Luis Cagidos, Pedro Longás, Manuel Monguilod, Cayetano Arnal y Rafael Palacios, quince años. A Pascual Larrodé, Alejo Montolio, Basilio Jiménez, Juan Murillo, Simón Esquirolea, Blas Ferruz, Francisco Cardona, Luis Cuartero, doce años y un día. A Sebastián Supervía, seis meses de arresto, por ser menor de edad (…) Fueron absueltos Pablo Millán, Matías Murillo y Esteban Terraz. HMZ. Heraldo de Aragón. 31 de marzo de 1935. Caja 576, p. 7. 113 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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hay unos motivos de hambre, miseria y resentimientos provocados por las injusticias (…)”120 El 8 de octubre, tan solo un día después de los acontecimientos violentos de Tauste, en un rápido golpe de mano se nombró nuevo alcalde, Mariano Vera Guedea, que permaneció en el cargo poco más de un mes.121 Su sucesor fue Claro Barrutia Berlín elegido como Alcalde-Presidente del Ayuntamiento de Tauste en la sesión extraordinaria celebrada el 22 de noviembre de 1934122. Entendemos este cambio en el gobierno local como principal motivo por el que, tras estar tres años sin poder salir, la procesión en honor a la Virgen de Sancho Abarca y el Rosario de Cristal volvieron a formar parte de la estructura habitual de las fiestas en 1935. Incluso parte del ayuntamiento participó en las mismas, tal y como describe El Noticiero: (…) Las fiestas tradicionales dedicadas a las Santísima Virgen de Sancho Abarca, cambiado el ambiente antirreligioso de las autoridades de años anteriores, han dado comienzo con la alegría franca y peculiar de los habitantes de esta hidalga villa (...) Todos quieren ir junto a la Virgen, después de tres años en los que no ha recorrido triunfalmente las calles de la Villa (…) En la procesión vimos, haciendo honor a la verdad, a varios concejales, alumbrando como particulares (...) Y dando a cada uno suyo, debo decir que las autoridades dotas, principiado por el señor alcalde, han puesto de su parte cuanto podían y debían poner, por lo que se les puede felicitar, ya que ni el más pequeño incidente ha ocurrido123. Pese a la aparente vuelta a la normalidad festiva, el programa oficial de fiestas de 1935 editado por el ayuntamiento de manera aconfesional no reflejó ninguno de los actos religiosos124. Sin embargo, Silo Latorre, un particular de Tauste publicó una lujosa edición del programa en el que 120 HMZ. Heraldo de Aragón. Domingo, 31 de marzo de 1935. Caja 576, p. 8. 121 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Octubre 1934 - Abril 1935. 8 de octubre de 1934. 122 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Octubre 1934- Abril 1935. 22 de noviembre de 1934, pp. 23- 25. 123 HMZ. El Noticiero, 25 de abril de 1935. Caja 418, p. 7. 124 Véase Programa de Fiestas de Tauste de 1935. Ayuntamiento de Tauste. 1935 Joaquín 114 Cebamanos Conde

si constaban la procesión y el Rosario125. El programa de fiestas de donde entresacamos esta información es idéntico al que también aparece en Heraldo de Aragón de 20 de abril de 1935126. La reseña de que la procesión y el Rosario volvieron a salir para las fiestas también la leemos en La Voz de Aragón el 18 de abril de 1935127. En El Noticiero de 3 de mayo de 1935 podemos leer una fervorosa crónica del Rosario de Cristal celebrado el 21 de abril de ese mismo año128. Los cambios en el gobierno local, seis alcaldes pasan por el ayuntamiento en menos de tres años, Jacinto Longás Fuertes (1931-7 de octubre de 1934 y 21 de febrero de 1936 – 21 de julio de 1936); Mariano Vera Guedea (8 de octubre de 1934 – 22 de noviembre de 1934); Claro Barrutia Berlín (22 de noviembre de 1934 – 21 de febrero de 1936); Teodoro Usán Cantero (4 de agosto de 1936 – 28 de noviembre de 1936); Moisés Longás Longás (28 de noviembre de 1936 - 15 de marzo de 1937); Joaquín López Monguilán (15 de marzo de 1937) van a recrudecer todavía más el convulso periodo en el que estaba asentada la dividida sociedad taustana. Una vez más asistimos a otro giro político en la villa. Tras ganar las elecciones de febrero de 1936 la coalición de Izquierdas conocida como Frente Popular aúpa de nuevo a la alcaldía a Jacinto Longás Fuertes. Así lo atestigua el Acta de reposición y la toma de posesión del ayuntamiento de elección popular del día 21 de febrero de 1936129. Con la vuelta al ayuntamiento de los anteriores dirigentes republicanos desconocemos si volvieron a suspenderse las procesiones o si, por el contrario, se mantuvieron las formas religiosas tradicionales. Para terminar con este apartado, incluimos algún dato más que nos ayuda a seguir contextualizando los festejos patronales de aquellos años. En este caso, mostramos lo recogido en el acta del ayuntamiento de Tauste de la Sesión Ordinaria celebrada el 16 de abril de 1936:

125 HMZ. El Noticiero. 21 de abril de 1935. Caja 418, p. 8 126 HMZ. Heraldo de Aragón. Sábado, 20 de abril de 1935. Caja 576, p. 5. 127 HMZ. La Voz de Aragón. Jueves, 18 de abril de 1035. Caja 1792, p. 14. 128 HMZ. El Noticiero. 3 de mayo de 1935. Caja 418, p. 7. 129 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Enero 1936-Febrero 1937. Nº 3. Acta de reposición y toma de posesión del ayuntamiento de elección popular de esta localidad el día 21 de febrero de 1936. 115 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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Fiestas. Para las fiestas se adoptan los siguientes acuerdos: 1º Que se estreche la vigilancia en los extramuros y en el interior de la población para impedir la entrada de vagos y maleantes que vengan a fuera. 2º Colocación de carros en la plaza supervisada por el Perito Albañil y el Carpintero y no serán colocados hasta las seis horas del día 22. 3º La Alcaldía – Presidencia autoriza a pagar las cantidades que se originen durante las fiestas patronales. Indulto. A propuesta de la Alcaldía – Presidencia se pide el indulto para uno de los involucrados en la revuelta del mes de octubre de 1934 que había sido condenado a muerte, Babil Tudela Larraz, indulto extensivo a todos los condenados a la última pena que haya en la Provincia de Zaragoza130. 4.2. Del 20 al 22 de abril durante la Guerra Civil. La Guerra Civil comenzó tras el parcial fracaso del golpe de Estado del 17 y 18 de julio de 1936 por lo que la celebración de las fiestas en el mes de abril no se vio afectada. Con el cambio de orden político y los diversos alcaldes impuestos por el Gobernador Civil de Zaragoza, sumisos a las doctrinas franquistas, la corporación local presidida por Moisés Longás Longás decidió volver a participar de manera oficial en todas las festividades religiosas tal y como se hacía antes del 14 de abril de 1931131. Su sucesor, Joaquín López Monguilán, tan solo tres días después de su nombramiento en marzo de 1937, secundó la línea marcada y propuso el acuerdo para que el Ayuntamiento asista en Corporación el día de mañana a la procesión de inmemorial se viene celebrando a la Ermita de San José y después a la del traslado de la Imagen del Sagrado Corazón de Jesús desde la Iglesia Parroquial al Salón de sesiones de la Casa Consistorial132. Aunque la Guerra Civil se alargó prácticamente tres años, por razones meramente cronológicas las fiestas patronales de Tauste solo se vieron alteradas en dos ediciones, las correspondientes a 1937 y 1938. Como se puede leer en el acta del ayuntamiento de Tauste del primero de abril de 1937, las únicas funciones que se celebraron fueron las religiosas en honor a la patrona. 130 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Abril de 1935 a Enero de 1936. Nº 2. Caja 536. Caja 536. Sesión Ordinaria de 16 de abril de 1936, p. 4v. 131 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Enero de 1936 a Febrero de 1937. Nº 3. Sesión Ordinaria de 2 de enero de 1937, p. 179v. 132 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. De Febrero de 1937 a Diciembre de 1937. Nº 4. Sesión Ordinaria de 18 de marzo de 1937, p. 23 v. Joaquín 116 Cebamanos Conde

(…) Debido a las circunstancias tan extraordinarias porque atraviesa la Nación, acuérdese por absoluta unanimidad la suspensión absoluta de toda clase de festejos profanos durante las fiestas que esta Villa celebra el día veintiuno del presente mes en honor de Nuestra Excelsa Patrona la Santísima Virgen de Sancho – Abarca y solamente celebrar las festividades religiosas y conceder algún donativo o benéfico, de cuya organización se encargará la Comisión Municipal del Hacienda con la autoridad eclesiástica local. Sesión ordinaria celebrada por el ayuntamiento el día 15 de abril de 1937 (…) Fiestas. La comisión municipal de Hacienda propone y así se acuerda el satisfacer los siguientes donativos y subvenciones con motivo de celebrarse las fiestas en honor de Nuestra Excelsa Patrona la Santísima Virgen de Sancho Abarca. Conceptos: Donativo a las conferencias de San Vicente de Paul. 500 pesetas; Idem a la Capilla por las Misas y Novenarios. 300 pesetas; Idem a los comedores Benéfico-sociales. 150 pesetas; Idem para la suscripción nacional 1000 pesetas; Idem para una misa el día 22 por el alma de los caídos y los que están en los frentes de batalla hijos de Tauste 50 pesetas; Subvención a la Banda de Música correspondiente al Primer trimestre de 1937. 3000 pesetas. Total 5000 pesetas. Las tres mil pesetas de subvención de la Banda de Música correspondientes al primer semestre del ejercicio en curso, se hace solamente en concepto de anticipo hasta tanto se formalice el contrato133. Lo mismo ocurrió en abril de 1938. Si bien, en el acta de la sesión ordinaria del ayuntamiento de 7 de abril de 1938, se especifican algunos actos más de los celebrados el año anterior, incluso con la participación de la banda municipal de música: Se conmemoran los anuales en honor de Ntra. Excelsa Patrona la Virgen de Sancho Abarca en los días 20 al 22 ambos inclusive, pero en atención a las circunstancias en que se encuentra la Nación, no es procedente la celebración de festejos profanos, cuando el luto invade nuestros hogares en este pueblo y la ausencia de seres queridos defendiendo con valentía la Santa Causa de Dios y de la Patria dejan vacios en numerosas familias, acordándose por absoluta unanimidad la suspensión de toda clase de festejos profanos, y en su lugar, que con el mayor esplendor tengan lugar las festividades religiosas de costumbre, que para mayor realce de estas intervenga la banda de música con arreglo al 133 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. De Febrero de 1937 a Diciembre de 1937. Nº 4. Sesión Ordinaria de 1 de abril de 1937, pp. 30-31v y 37. 117 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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siguiente programa. Día 20, a las doce horas, volteo de campanas, anunciándose el comienzo de las fiestas por la banda de música en la Plaza del General Franco, y por la tarde acompañar al esclavo mayor cuando asista a la Salve que tendrá lugar en la Iglesia Parroquial; día 21. Diana a primera hora, acompañar en Corporación al Ayuntamiento cuando vaya a la misa mayor, y por la tarde asistir también a la procesión, y por último al siguiente anunciar el final de fiestas con una retreta en la forma de costumbre en la localidad. También se acordó, que en conmemoración de la festividad de Ntra. Excelsa Patrona, y atendiendo a los llamamientos que el Excmo. Gobernador de la provincia hace a los estamentos para recaudar fondos con que atender a las poblaciones liberadas, que de la consignación en el presupuesto para las suprimidas fiestas, se destine la cantidad de dos mil pesetas para dicha suscripción facultando al Sr. Alcalde para que firme el necesario libramiento. Igualmente se destinaran por los mismos motivos la suma de quinientas pesetas para la Junta del Santuario de la Virgen de Sancho Abarca134. Con el fin de la contienda y tras los gobiernos republicanos, en los que durante tres años no se permitió la salida de la procesión en honor a la Virgen de Sancho Abarca y la del Rosario de Cristal, la liberación se mostró como una gran victoria. Esta circunstancia, se enmarcó en el conflicto general religioso, utilizado para aumentar y avivar más el fervor religioso de los defensores del catolicismo convirtiéndolo en uno de sus principales motivos de enfrentamiento social, sustento ideológico del golpe de estado, de la Guerra Civil posterior y de la futura dictadura. 4.3. Las fiestas patronales de 1939, Año de la Victoria. Veinte días después de terminar la contienda se celebran las fiestas. Unas fiestas que se convierten en homenaje oficial a los caídos y combatientes de un solo bando. El bando que ha luchado por la Santa causa de Dios y por España en la denominada cruzada de liberación. Desde el ayuntamiento se realizan diversas gestiones para que los festejos se celebren con el mayor esplendor y con el mayor número de actos posible. Se tramitan los permisos para que los combatientes de Tauste lleguen a su pueblo cuanto antes, se adquiere una nueva comparsa de cabezu134 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Diciembre 1937 - Diciembre 1938. Nº 5. Sesión ordinaria de 7 de abril de 1938, pp. 59-59v. Joaquín 118 Cebamanos Conde

dos y se reparan los gigantes, se subvenciona la banda de música para poder reforzarse al tener varios miembros movilizados y se acuerda el blanqueo y limpieza de la Casa Consistorial. Además de las autoridades competentes, Gobernador Civil, General de la 5ª Región, Presidente de la Diputación, se realizan las invitaciones pertinentes a reconocidos e influyentes hijos de Tauste combatientes durante la guerra: Excmo. Gobernador de Soria y Capitán del Ejercito Don Javier Ramírez Sinues, Comandante Don Mariano Sancho Brased, Comandante Don Teodoro Usán Cantero y Capitán Don Jorge San Simón San Simón135. En el programa de festejos de 1939, titulado como “Año de la Victoria”, observamos los actos destinados a tal efecto celebrados el día 22 de abril: (…) DIA 22 EL LUTO POR LOS CAÍDOS En este día se recomienda al vecindario en general se coloquen crespones negros en los tapices de balcones y ventanas desde el amanecer hasta las 4 de la tarde en señal de duelo por nuestros mejores; así como se suspenderá toda demostración de alegría: como músicas, cantos, rondallas, etc. tanto particulares como de sociedades y entidades (…)

Programa de fiestas de Tauste de 1939. Copia. Archivo Casa de Cultura de Tauste.

135 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Enero 1939-Diciembre 1940. Nº 6, pp. 47-50 119 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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ACTO EN HONOR DE LOS CAIDOS En la plaza Calvo Sotelo se rezará una misa de réquiem a la que se invitará a los familiares de los Caídos y desde ahora al público en general: A continuación un afamado orador sagrado hará el recuerdo de los muertos, tras lo cual las Autoridades, Asociaciones y vecindario se trasladarán al Cementerio, para depositar en las tumbas coronas de flores y rezar un responso. Acto seguido, tendrá lugar el descubrimiento de la magnífica Placa que por iniciativa de los falangistas de la 1ª Bandera de F.E.T. y de las J.O.N.S. se dedicará al Profeta de la Nueva España José Antonio Primo de Rivera. ACTO EN HONOR DE LOS COMBATIENTES A las cinco de la tarde termina oficialmente el luto y se celebrará el acto en honor de nuestros combatientes. Previamente reunidos en la plaza de General Franco, se trasladarán Combatientes y autoridades a lal iglesia Parroquial donde se cantará una salve de agradecimiento a nuestra Madre y Patrona la Santísima Virgen de Sancho Abarca. A continuación la Comitiva se trasladará al Grupo Escolar donde el Excmo. Ayuntamiento obsequiará a los Combatientes con un lunch, amenizado por una rondalla de la localidad y afamados cantadores. Terminado el Acto, invitados y Autoridades se trasladarán nuevamente a la Iglesia Parroquial para acompañar nuestro magnífico Rosario136. Fernando Gutiérrez Lasanta, en su edición de 1978 de la historia de la Virgen de Sancho Abarca, resume brevemente lo sucedido durante las fiestas de 1939, terminando con una de las coplas que, tal como él mismo indica, volvió a cantarse tras la contienda y que contribuye a reconocer aspectos que en el capítulo siguiente abordamos. (…) Volvió a salir en procesión la Virgen de SANCHO-ABARCA el Ayuntamiento gestionó el que los días de la fiesta mayor parte de soldados y voluntarios vinieran a sus casas y otra vez se reprodujo el problema de llevar las andas. Todos los soldados, todos los voluntarios, todos los esclavos querían llevarla y la llevaron con orden concierto y entusiasmo, y tanto que al abrirse la Iglesia por cauces no muy ortodoxos y vaticanistas se volvió a cantar esta copla: La Virgen de SANCHO-ABARCA No quiere ser modernista 136 Programa de Fiestas de Tauste de 1939. Ayuntamiento de Tauste. 1939. Joaquín 120 Cebamanos Conde

Sólo quiere que la lleven En hombros los falangistas137 5. LAS FIESTAS DE LA DICTADURA (1940-1975) Un saludo y un Consejo (…) Desde luego, debe regirnos a todos un amplio espíritu de libertad, basado en el carácter religioso y una magnífica moral en todas nuestras intervenciones. No la confundáis con aquella liberta de la Casa de la Troya, con los inconvenientes de aquella picaresca (…) Vuestro Alcalde, Jaime Lucia Tauste, Abril de 1948138 Más que en la propia estructura de las fiestas, los cambios que en ellas se observan vendrán condicionados por la progresiva transformación de la sociedad taustana que provocará una nueva visión de lo que suponen las fiestas patronales para el pueblo. Aún así, para observar los cambios deberán pasar varias décadas caracterizadas por la ideología nacionalsindicalista sustentada en la influencia social de la Iglesia. Así como el esquema festivo adoptará su estructura definitiva durante estos años sin perder su esencia religiosa, los cambios sociales y el crecimiento económico que experimentó el pueblo a partir de los años 60 generaron un nuevo tipo necesidades a las que el Ayuntamiento no podía dejar de lado. El desarrollo de la localidad se convirtió en objetivo primordial para el concejo y así se expresaba a los taustanos mediante los programas de fiestas. Pero como también reconocemos en los textos oficiales, religiosos y culturales analizados, la transformación social llevaba implícitas nuevas formas de afrontar las fiestas que se fueron generalizando y se unieron al carácter religioso ya existente. Estas nuevas formas de diversión, incluso los cambios a la hora de afrontar el hecho de la devoción a la patrona no eran del agrado de las autoridades locales aún cuando, inconscientemente, fueron ellas las generadoras de dicha transformación en un singular proceso que explicaremos más adelante. 137 ITURRI DEL RONCAL: Historia... Nueva edición aumentada de Francisco GUTIÉRREZ LASANTA, p. 235. 138 LUCIA, Jaime: “Saluda”. Programa de fiestas de Tauste de 1948. Ayuntamiento de Tauste. 1948. 121 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

Tauste

Si tomamos como principal fuente de información los programas festivos, observamos como desde el inicio de la Guerra Civil hasta el final de la dictadura, tanto la imagen de la Virgen de Sancho Abarca, como las fiestas patronales fueron utilizadas por las autoridades locales como elemento principal de la publicidad ideológica en beneficio del régimen franquista en Tauste. A través de los programas de fiestas podemos ir siguiendo el uso interesado de las mismas para el adoctrinamiento social, moral y religioso de los taustanos. 5.1. Las fiestas de la posguerra a través de los programas. Además de la información propia sobre los actos del programa oficial como horarios, ubicación de los mismos o la típica publicidad de empresas, talleres y comercios locales encontramos numerosos testimonios escritos que nos acercan al conocimiento de la sociedad local de la época y su forma de afrontar las fiestas patronales. El Jefe del Estado, la aparición de la Virgen y el amor que los taustanos le profesan, aspectos religiosos, sociales, educativos, históricos y deportivos forman parte de un primer bloque de temas tratados en los programas recopilados hasta los años 60. A partir de aquí, el segundo bloque documental se caracteriza por la utilización de los programas por el ayuntamiento como canal de información público en el que dar a conocer y resumir las actividades de mejora urbanística y dotación de servicios realizadas durante el año. A través de los “Saluda” del alcalde, de artículos, poemas, etc. observamos el tratamiento que se hacía de la exaltación de la devoción a la Virgen de Sancho Abarca. De hecho el primer texto que aparece en un programa de fiestas tras la Guerra Civil es de Miguel Chacorrén Guedea, cura párroco de Tauste, quien en 1941 apuntalaba la relación del pueblo con su patrona. Comienza así: Hoy, día 20, comienzan las tradicionales y solemnísimas fiestas que Tauste dedica a su Excelsa Patrona. Víspera del gran día en que los taustanos festejan de una manera sin igual a la Madre de Dios. Alegría en el cuerpo y en el alma; día de intenso fervor religioso, pues son centenares los que en este día se acercaron a purificar sus almas ofreciendo con esto a la Virgen su corazón limpio, como debe hacerlo el verdadero cristiano, el buen hijo de María (…)139 139 CHACORRÉN GUEDEA, Miguel: “Hoy comienzan las tradicionales fiestas de Tauste”. Programa de

Joaquín 122 Cebamanos Conde

Entre el fervor y el adoctrinamiento religioso podemos observar cómo, en uno de estos artículos firmado por C. L. Arín titulado “Nuestro Tesoro” que forma parte del programa de fiestas de 1948 se reclamaba a los taustanos lo siguiente: Lleva fama nuestra Villa, por sus riquezas materiales, amplísima huerta, anchurosos montes, base de su prosperidad material. Pero hay otra riqueza espiritual, más estimable para todo buen taustano y es la protección de la que es Madre, Reina y Señora nuestra, la Stma. Virgen en su histórica advocación de Sancho Abarca (…) Pero tiene más importancia otra idea de mi programa, que debe ser el de todo buen taustano. No debe haber en Tauste ni una sola familia, donde siquiera uno de sus miembros deje de pertenecer a la Esclavitud, notamos con pena que son contados los que anualmente se suscriben en la piadosa Confraternidad, que debía estar integrada por millares de taustanos (...)140 Aunque el texto no es de ningún estamento oficial, ni siquiera de la propia Confraternidad de Esclavos de la Virgen de Sancho Abarca, no importa, el ciclo histórico que determinaba el establecimiento de la devoción local a su patrona finaliza. Los años de una república antirreligiosa habían exacerbado todavía más la devoción de los creyentes y el amor a su patrona. Como es lógico, en este tipo de textos de los programas de posguerra, sólo se incluía a los componentes del bando ganador en relación fraternal con su patrona. La cofradía, como parece apuntar el autor, pasaba por dificultades en cuanto al número de inscritos. De hecho, la situación que atravesaba la población tras la Guerra Civil afectó también a la Esclavitud y a la devoción a la Virgen al llegar a su punto más delicado cuando no se encontró Esclavo Mayor para las fiestas patronales de 1946. Así lo entendemos tras leer el discurso de Manuel Bernad Coscolluela, Rabadán del dance de Tauste: No tengo humor este año para decir mi saludo, Fiestas de Tauste de 1943. Ayuntamiento de Tauste. 1943. 140 ARÍN, C. L: “Nuestro Tesoro”. Programa de Fiestas de Tauste de 1948. Ayuntamiento de Tauste. 1948. 123 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

Tauste

pues hay tempero en el monte pero el pan esta algo duro. Viva el Esclavo Mayor, ñay ¿véis? Ya metí la pata, que este año Esclavo no tiene la Virgen de Sancho Abarca. Mucho anuncio por la radio, por periódicos y vallas; que poco dicen que en Tauste sino hay hacienda no hay nada. ¿Estáis viendo que este año No digo más que dislotes, Aunque ¡pardiez!, lo que digo, Lo recogí por las calles. Miá que la Virgen buscando, De puerta en puerta un Mayor, Y que en Tauste y que si Virgen Encontrarlo no logró (…)141 En los versos de Manuel Ruiz Baquedano subyacen tanto referencias a la pobreza que sufría la localidad en el periodo de posguerra como elementos de crítica a la idiosincrasia de los taustanos ante la manera de afrontar su devoción a la Virgen de Sancho Abarca. En nuestra opinión, Ruiz Baquedano no hace más que refrendar el esbozo que en este trabajo proponemos sobre el carácter material que progresivamente va adquiriendo el amor de los taustanos hacia su Patrona. La exaltación a la imagen de la Virgen, con su utilización partidaria en la contienda, unida a las consignas de unas autoridades predispuestas por la Iglesia va a ir aumentando al ser parte de la simbología acaparada por la dictadura. El yugo y las flechas terminarán formando parte del manto de la Virgen en la foto que aparece en muchos de los programas de fiestas hasta el final de la dictadura. 141 CEBAMANOS CONDE: El dance de Tauste… p. 252. En su edición de la Historia de la Virgen, Gutiérrez Lasanta apunta el año de 1947 cuando fue la Junta en Pleno la que desempeñó la función del Esclavo Mayor. Al no poder consultar las Actas de la Esclavitud no podemos concretar el año que sucedió este hecho. Joaquín 124 Cebamanos Conde

(…) Una tradición: La Virgen de Sancho Abarca, Patrona, Señora y Reina de todas estas gentes, que se han formado su única vida espiritual, en la firme decidida fe, en la que los taustanos hacen arrancar todo su carácter. Pasión de ricos y pobres, devoción popular; a ella le dedican los mejores mantos, las festividades de mayor valor litúrgico, las canciones más bellas y entonadas, las delicadezas excepcionales… Hay hasta jotas más vigorosas y sentidas que las saetas; mantones de Manila que representa jardines orientales para adornar sobre los hombros la cara de mujeres guapas; ruido y pólvora, campanas y música, rezos y bailes (…)142

Imagen de la Virgen de Sancho Abarca en diferentes programas de fiestas.

Curiosamente, por un lado nos encontramos con que la fundación popular de la fe en la Virgen de Sancho Abarca estaba totalmente asentada en la localidad y, sin embargo, no todo el mundo podía formar parte de la confraternidad de esclavos que la promovía. ¿Fue quizá por las mismas razones que en los inicios la cofradía solo permitía a unos pocos ser Esclavos? Siempre hemos oído a nuestros padres y abuelos contar los años de hambre y penurias que pasaron durante la posguerra. ¿Quién podía hacer frente a los requerimientos sociales de la celebración de la festividad que la confraternidad de esclavos establecía para honrar a la Virgen de Sancho Abarca? Parece clara la respuesta. Pero lo que sin duda resulta más ambi142 GARCÍA MENÉNDEZ, B: “Tauste”. Programa de Fiestas de Tauste de 1946. Ayuntamiento de Tauste. 1946. 125 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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guo es que, a pesar de que la devoción hacia la patrona era profesada por la práctica totalidad del pueblo, solo algunos tenían la posibilidad de ser esclavos como ocurría casi dos siglos antes. Por otro lado, siguiendo con los temas y la información que nos transmiten los programas de fiestas nos centramos ahora en el problema de la educación en Tauste. Demostrativos de la realidad educativa marcada por un analfabetismo generalizado resultan los artículos que aparecen en algunos programas de fiestas de la segunda mitad de los años 40. Daniel Caro Colás, Cirilo Giménez Sauras y Francisco Lázaro, maestros que impartieron clase en el pueblo en esta época, los firmaron. Caro Colás describe su idea de educación integral, así como la enseñanza centrada en una “orientación esencialmente patriótico-religiosa, siguiendo las acertadas y fecundas normas de la Circular de 5 de marzo de 1938 emanada de la Dirección general del Ramo”143. Por otro lado Cirilo Giménez termina su primer artículo de 1947: (…) La Iglesia, la Escuela, el Centro de Recreo, los padres, las Asociaciones Católicas, el Colegio, etc., son los potentes elementos que Tauste debe procurar incrementar, ya que armónicamente sumados a la Autoridad, pueden ser decisivos en la restauración espiritual que tanto Tauste como toda España necesitan, para poder seguir en pie con firmeza, en este mundo revuelto que no sabe hallar la paz porque no sabe mirar al Cielo (…) 144 En un segundo artículo publicado en abril de 1947, Giménez Sauras, además de abordar el tema de la necesaria educación de adultos, describe la escasa concienciación de muchos padres que no llevan a sus hijos a recibir la educación pertinente. Para solucionar esta situación, el ayuntamiento, en colaboración con la escuela, comenzó a sancionar a los padres de aquellos niños que no asistiesen a los centros oficiales o particulares. “(…) No olvidamos el carácter esencialmente agrícola del pueblo, pero en143 CARO COLAS, Daniel: “La enseñanza en Tauste”. Programa de fiestas de Tauste de 1945. Ayuntamiento de Tauste. 1945 144 GIMÉNEZ SAURAS, Cirilo: “La cultura en Tauste”. Programa de Fiestas de Tauste de 1946. Ayuntamiento de Tauste. 1946. Joaquín 126 Cebamanos Conde

tendemos que el hombre de mañana, sea cual fuere su profesión, podrá desempeñarla mejor, cuanto mejor sea su formación moral, intelectual y física (….)”145 Para terminar con el apartado dedicado a la educación recogemos los datos y propuestas de Francisco Lázaro en su aportación a la erradicación del problema titulado ¿Sabe Ud. Firmar…? Indicaba que en Tauste habría un diez por ciento de analfabetos si bien existen bastantes de alrededor de cincuenta años que él considera como semi-analfabetos (…) Sé leer y escribir pero medianamente; fui poco a la Escuela pues me sacaron a los 8 años y se me ha olvidado casi todo (…)146 Con esta frase, el maestro nacional incidía en una situación habitual en Tauste para la que aportaba sus propias soluciones: Obligar a que los niños asistiesen con regularidad a la Escuela, al menos hasta los 12 años y organizar clases nocturnas de adultos con obligación de que asistiesen los semi-analfabetos de entre 12 y 21 años. Para terminar su artículo mostraba indicios de recuperación que el mismo considerará como satisfactorios: (…) de los 64 quintos de este reemplazo todos saben leer y escribir147. Otro de los ámbitos que aparecen en los programas de fiestas son textos bastante estereotipados o más tarde corregidos sobre la historia de la localidad o sobre la aparición de la Virgen de Sancho Abarca. También encontramos estudios que desarrollan la figura de taustanos ilustres, el canal de Tauste, el dance, el folclore en general y ya, más adelante, las obras que el ayuntamiento va realizando de mejora del pueblo. Pero si por algo se caracterizan las fiestas de posguerra y los programas que las anuncian, es por ser un elemento público, sencillo y directo de propaganda del régimen franquista. Adoctrinamiento político y social, utilización del hecho religioso, muestra de la educación patriótico-religiosa 145 GIMÉNEZ SAURAS, Cirilo: “Aspecto educativo de la villa de Tauste”. Programa de Fiestas de Tauste de 1947. Ayuntamiento de Tauste. 1947. 146 LAZARO, Francisco: ¿Sabe Ud. firmar…? Programa de fiestas de Tauste de 1949. Ayuntamiento de Tauste. 1949. 147 Ibídem 127 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

Tauste

marcada por la dictadura y la iglesia, y sobre todo, el enaltecimiento de la figura del Caudillo. De ello podemos recopilar muchos ejemplos. El primero, en la Sesión Extraordinaria del Pleno del Ayuntamiento de 1 de abril de 1939 donde se describen las acciones que el concejo local llevó a cabo tras conocer la liberación total de España: (…) Antes de entrar en el orden del día la Corporación unánimemente hace constar en acta la satisfacción producida por la liberación total de España, por el Glorioso Ejercito, manifestando la Presidencia haber cursado telegramas al Generalísimo General de la 5ª Región y Gobernador Civil de la Provincia, como los actos en conmemoración celebrados, te Deum y Salve en acción de gracias ante la Santísima Virgen de Sancho Abarca, manifestaciones con todas las autoridades locales, banda de música recorriendo las calles de la población, etc. etc. a lo cual la Villa de Tauste entera se unió a todos los actos, demostrando sin cesar el júbilo desbordado en sus corazones y sentimiento patrióticos ante la liberación definitiva de España, para poder abrazar a sus hermanos al grito de Viva España y Viva Franco148. Los actos profanos y, especialmente, las manifestaciones religiosas que durante las fiestas se celebraron también formaron parte de la maquinaria ideológica propagandística empleada por la dictadura de Franco, tanto para el sustento diario de las consignas marcadas por el régimen, como para el recordatorio de los caídos del bando nacional durante la Guerra Civil. Desde el final de la contienda, en las primeras fiestas de abril de 1939 comenzó a celebrarse un solemne funeral en honor a los caídos en la Guerra Civil que hasta las fiestas de 1975 tenemos constancia de su celebración. Bien el 22 de abril, bien el 24, se llevó a cabo en la iglesia parroquial la misa por los Caídos en la Cruzada de Liberación a la que asistían, el ayuntamiento, las autoridades y las jerarquías del Movimiento. Normalmente la oración fúnebre corría a cargo de un elocuente orador sagrado que en sus dos primeros años fue el reverendo padre don Roberto de la Cruz. De hecho, al final del programa de fiestas de 1939 se anunciaba así su presencia: (…) En los actos por los Caídos y Combatientes, dirigirá la palabra el reverendo padre Don Roberto de la Cruz149. 148 AMT. Ayuntamiento Actas Pleno. Enero 1939-Diciembre 1940. Nº 6, p. 43. 149 Véanse los programas de fiestas de Tauste de 1939 y 1941. Joaquín 128 Cebamanos Conde

Está claro que no se recuerda, ni a todos los caídos, ni a todos los combatientes. Desde el poder local, oficial y religioso, también se dispusieron los festejos patronales como recordatorio de la victoria de un bando sobre el otro, de unos taustanos sobre otros. Los programas de fiestas formaron parte de toda la parafernalia promocional del régimen franquista a disposición de las fuerzas vivas de la localidad “como un mecanismo de control más del pensamiento político y las conductas sociales y morales”150. Las fiestas de 1947 son claro ejemplo de ello. A la lápida colocada en la fachada de la iglesia, se unió el emplazamiento de un monolito conocido como Monumento a los Caídos151. En 1940, tras la lectura de su presupuesto presentado por Ricardo Bayod Usón será aprobado por el concejo taustano quedando ubicado enfrente de la iglesia parroquial152. Salutación (…) El programa de festejos organizados responde a su ejecutoria, con el sello inconfundible de su personalidad. En él se comprenden: funciones religiosas, fiestas y deportes típicamente aragoneses. Unido a la devoción cristiana, el afecto y adhesión al Jefe del Estado y un recuerdo emocionado a nuestros llorados Caídos, que no falte vuestra asistencia este año a la inauguración del Monumento de los mismos (…) Para todos, un saludo cordialísimo al grito de Arriba España. Viva siempre Franco. Vuestro Alcalde Jaime Lucia. Tauste Abril de 1947153.

150 ABAD BUIL, Irene y HEREDIA URZÁIZ, Iván: “El patrimonio histórico de la Guerra Civil en la provincia de Zaragoza como factor de desarrollo cultural, social y económico. Estado actual y propuestas de futuro”. Premio de investigación 2010. Cuarto Espacio. Diputación Provincial de Zaragoza, p. 9. http://www.dpz.es/diputacion/areas/presidencia/4espacio/upload/parte1.pdf 151 Desde que se gesta la idea, se construye y termina por inaugurarse hay un largo proceso del que apuntamos algunas notas. (…) Monumento a los caídos. Es leída instancia que suscribe el Sr. Cura Párroco sobre erección de un monumento a los caídos, acordándose fijar el lugar de su emplazamiento cuando acabe la guerra... AMT. Ayuntamiento. Actas. pleno. Diciembre 1937 - Diciembre 1938.Sesión ordinaria celebrada en segunda convocatoria el día 26 de noviembre de 1938. III Año triunfal. P. 133v. 152 Véanse las Actas de los plenos del Ayuntamiento comprendidos entre 1938 y 1947. Por diferentes razones, las obras se irán postergando hasta la colocación de la primera piedra en 1942. En diciembre del mismo año las obras quedaron terminadas. En agosto de 1943 se elevó una instancia al ayuntamiento quejándose del mal uso que se hacía del monolito. El ayuntamiento, como medida ante esta situación, decidió encargar un nuevo proyecto al arquitecto José Paz Shaw a finales de año. La inauguración del nuevo monumento a los caídos fue cinco años más tarde durante las fiestas patronales de abril de 1947. 153 LUCIA, Jaime: “Saluda”. Programa de fiestas de Tauste de 1947. Ayuntamiento de Tauste. 1947. 129 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

Tauste

En este mismo programa, el jefe local de Falange, Antonio Jaraute Bayarte, en un artículo titulado “Las fiestas y la Caridad Nacional Sindicalista”, además de pedir la asistencia a la inauguración del monumento, instaba a los taustanos a la obra de caridad para el auxilio social “como Dios manda para todo cristiano y falangista”. Terminaba así su proclama: (…) Por último os pido oréis por nuestros muertos, y de una manera especial, que asistáis a la inauguración oficial del Monumento que honra su santa memoria. Que nuestras fiestas sean enteramente dignas de la Villa que fue en la vanguardia de nuestra Revolución Nacional Sindicalista. Vuestro Jefe local, Antonio Jaraute. ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco! ¡¡Arriba España!154 El día 22 de abril de 1947 se inauguró el monolito: A las diez, en la misma Iglesia, Misa por los Caídos en la Cruzada de Liberación, con asistencia de Autoridades y Jerarquías del movimiento, corriendo la oración fúnebre, a cargo de elocuente orador Sagrado D. Joaquín Borrero, director de Hogar Pignatelli de Zaragoza. Terminada la Misa se procederá a la inauguración oficial del Monumento a los Caídos, ofrendándose por las Autoridades coronas del laurel155. Toda la labor publicitaria del régimen franquista, así como la construcción de este tipo de monumentos rememorativos, tenían como principal fin perpetuar la victoria en la Guerra Civil, manteniéndola presente en la conciencia popular. (…) Ante la falta de una legitimidad democrática, el franquismo quiso legitimarse mediante un proceso que Eric Hobsbawm llamó la “tradición inventada”. Es decir, mediante una serie de prácticas “normalmente dirigidas por normas expresa o tácitamente aceptadas, de naturaleza ritual o simbólica” se pretendía inculcar a la sociedad determinados valores y normas por repetición (…)156 154 JARAUTE BAYARTE, Antonio: “Las fiestas y la Caridad Nacional Sindicalista”. Programa de fiestas de Tauste de 1947. Ayuntamiento de Tauste. 1947. 155 Programa de fiestas de Tauste de 1947. Ayuntamiento de Tauste. 1947. 156 ABAD BUIL, Irene y HEREDIA URZÁIZ, Iván: “El patrimonio histórico…”, p. 27. Joaquín 130 Cebamanos Conde

La edición del programa oficial de fiestas se convirtió para el ayuntamiento y las fuerzas falangistas locales en altavoz público con el que marcar las directrices a seguir por el pueblo. Además, como en todos los documentos públicos mientras duró la dictadura, se exaltaba la figura de Franco. (…) No solo se conseguía un impacto social, ideológico, político y cultural de corto alcance, y que resultaba efectivo para asegurar en un primer momento el régimen franquista, sino que también se convertía en inversión a largo plazo para perpetuar el poder de la dictadura157. Una de las consignas repetidas durante años y años que terminarán calando en el sentimiento popular de los taustanos y que ha llegado hasta nuestros días la volvemos a ver, esta vez en el diario Amanecer. La solemnidad, lo religioso, lo antiguo de la fiesta, la riqueza de la vestimenta de los taustanos y las taustanas, todo aquello que se expresa en los programas, también se traslada a la prensa de la época: Solemnes, si cabe más que nunca, fueron este año las fiestas de la Virgen de Sancho Abarca de Tauste (…) Siempre fueron grandes las fiestas de esta villa; quizá sea ello porque guardan todo el rancio sabor de que vienen impregnadas desde antiguo, de tal manera que no creemos que su color lo posea pueblo alguno en Aragón. Muchas jóvenes luciendo grandes pañuelos y mantones riquísimos y lo mismo en lo tocante a joyas. ¡Cómo se lucieron las mujeres! Nota de colorido dieron y fe que realzaron bien la fiesta. Muchas y muy bellas. Para que vamos a recordar nombres si fueron tantas158. Avanzando en el tiempo, en 1958 recogemos también en Amanecer un fragmento de la crónica de fiestas escrita por M. García Suarez: (…) el Rosario de Cristal, manifestación profunda de fe de un pueblo que ama a la Santísima Virgen y que se encuentra muy cerca de Dios porque nadie como el labrador que vive siempre pendiente del Cielo y de sus dones para adorar con firmeza a la Madre del Creador (…) Los actos de hoy (…) comenzarán 157 Ibídem, p. 9. 158 HMZ. Amanecer. Caja 1687. Jueves, 3 de mayo de 1951, p. 4. 131 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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con una misa funeral en memoria de los Caídos de Tauste que ofrendaron sus vidas por Dios y por la Patria, en nuestros campos de combate y en las estepas lejanas de la envenenada Rusia (…)159 Para terminar con este apartado mostramos una breve noticia acerca de citado Rosario y su necesidad de crecimiento. El Rosario de Cristal de Tauste estaba en pleno auge social a comienzos de la década de los años 50, pero según escribe Miguel Chacorrén, Capellán de la Virgen de Sancho Abarca, se necesitaba la colaboración de todos para que resultase lo más solemne posible. “El esplendor y realce que el Rosario da a nuestras fiestas, se aspira a una mayor magnificencia”160 5.2. Una nueva concepción de las fiestas durante el desarrollismo de los años 60 y 70. Ya en la década de los años 60, las fiestas terminan su estructura para asentarse tal cual las conocemos hoy en día. La Confraternidad de Esclavos de la Virgen de Sancho Abarca reprodujo la ofrenda de flores a imagen y semejanza de la que se realizaba en Zaragoza, a su vez, copia de la que ya se organizaba en Valencia anteriormente. De esta manera, todos los actos que vertebrarán los tres primeros días de las fiestas de Tauste quedaron definitivamente ajustados con respecto al día de su celebración. La primera ofrenda se llevó a cabo durante las fiestas patronales de 1960 y fue creada y organizada por la misma cofradía que se instauró en 1765 como impulsora de la devoción a la Virgen de Sancho Abarca en Tauste. Se sigue constatando el ciclo histórico en la localidad de casi dos siglos en el que, la confraternidad de esclavos ha convertido la devoción inicial particular de su congregación a la devoción general de todo un pueblo. Por otro lado, el desarrollo social, económico y educativo de la sociedad provocó la demanda popular de un nuevo concepto de fiestas. Sin olvidar el carácter religioso y devoto de las mismas, el ayuntamiento comenzó a preocuparse por que todos los actos que en ellas se celebrasen 159 HMZ. Amanecer. Caja 1709. Miércoles, 23 de abril de 1958, p. 6. 160 CHACORRÉN GUEDEA, Miguel: “El Rosario General de las fiestas”. Programa de Fiestas de 1950. Ayuntamiento de Tauste. 1950. Joaquín 132 Cebamanos Conde

tuvieran la dignidad y grandeza que por su rango le correspondía a la localidad161. A los actos religiosos tradicionales de los tres primeros días, se sumó un gran número de espectáculos populares que en la década de los años 60 consiguió ofrecer a taustanos y visitantes un amplio abanico de diversión y entretenimiento. Queremos enumerar los celebrados en 1963 por ser este un año especial, ya que se celebró en Tauste el Día de la Provincia y el Gobierno reconoció a la villa con el título de Benéfica. Entre los actos que recogemos del programa de fiestas encontramos, además de los ya habituales: la IX edición de la Exposición de arte y artesanía, guiñoles, fuegos artificiales, tómbolas de caridad, elección de las reinas de fiestas, bailes, charangas y conciertos públicos, carreras ciclistas y pedestres, concurso de tiro al plato, de bolero y mantones de manila en el festival de Jota, incluso una muestras de lucha libre. Aunque en Tauste no se celebraban corridas de toros, ni grandes ferias taurinas, sus ganaderías162 de reses bravas han sido reconocidas históricamente. La suelta de vaquillas es algo tradicional y, para mucha gente, las fiestas no serían lo mismo sin este espectáculo. Ahora bien, sí debemos destacar la importancia que adquieren los eventos taurinos organizados en el pueblo a raíz de la construcción de la plaza de toros de manera particular por el taustano Manuel Alegre. En su inauguración el 23 de abril de 1961 se dispuso una novillada en la que alternaron Manuel Álvarez “El Bala”, Javier Blasco “Niño de Oro” y Juan Calleja163. El nuevo coso erigido en tan solo dos meses, posibilitó la disposición de espectáculos más importantes que los celebrados hasta entonces. En las citadas fiestas de 1963 se organizó una novillada con picadores, dos festivales taurinos por diestros de la localidad dirigidos por un torero profesional y un espectáculo taurino musical con los mejores charlots del momento164. 161 JARAUTE BAYARTE, José Antonio: “Saludo del Alcalde”. Programa de fiestas de Tauste de 1960. Ayuntamiento de Tauste. 1960. Sin paginar. 162 Véase SANCHO RECAJ, Armando: “Las ganaderías de reses bravas en Tauste en los siglos XIX Y XX”. Actas de las XI Jornadas Sobre la Historia de Tauste. 8 al 12 de Febrero de 2010. Asociación Cultural El Patiaz. Zaragoza. 2012. 163 http://www.portaltaurino.net/enciclopedia/doku.php/plaza_de_tauste 164 Programa de Fiestas de Tauste de 1963. Ayuntamiento de Tauste. 1963. Sin paginar 133 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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Otro de los aspectos más relevantes de la nueva concepción de las fiestas patronales en Tauste es la creación de la Feria de Maquinaria Agrícola y su inclusión en el periplo festivo de la localidad. Surgió la idea en la sesión de la Comisión de Festejos celebrada el 20 de marzo de 1962 y rápidamente la feria se convirtió en referente provincial y nacional del sector. De hecho, en 1964, recibió el Premio Santa Isabel de la Diputación Provincial de Zaragoza. Pero como suele suceder con las buenas iniciativas, la idea de feria celebrada en Tauste fue asimilada por la ciudad de Zaragoza, que organizó su primera muestra dedicada exclusivamente a la maquinaria agrícola en 1964. Con la llegada a la alcaldía de Antonio Jaraute Bayarte a finales de los años 50 del siglo XX, las fiestas comenzaron a tomar una dimensión más moderna, acorde a la importancia que Tauste merecía como él mismo indicaba. Los festejos en honor a la Virgen de Sancho Abarca se adaptaron a los nuevos requerimientos sociales. Como hemos comentado al principio de este punto, la sociedad experimentaba una lenta evolución durante estos años y el pueblo demandó nuevas formas de ocio y diversión. Aunque fuese por la propia inercia de la evolución social, la gente comenzó a aflojarse alguno de los corsés que le venían constriñendo históricamente. Pese a que la dictadura de Franco mantuvo el pesado yugo de la falta de libertades políticas y personales sobre los españoles, el desarrollo económico evidente de la población provocó numerosas transformaciones sociales. Estos cambios, suscitados esencialmente por el mayor acceso a la información, afectaron directamente a las relaciones sociales, en especial a las de hombres y mujeres. Sin duda alguna, las fiestas patronales era el momento en que este nuevo tipo de vínculo afloraba con más ímpetu siendo más perceptible. La música, los bailes, las modas e influencias que llegan de otros países fueron asimiladas velozmente por una juventud más educada, más abierta que comenzaba a darse cuenta de las diferencias abismales que existían con otros países, ya no solo en el desarrollo económico, si no en el sociocultural, moral y religioso. Otro alcalde, Francisco Javier Sánchez Ezquerra, en el habitual Saludo del programa de fiestas de 1976 resume explícitamente la nueva concepción festiva de los taustanos. Dice así: (…) En verdad que escasas variantes admite de año en año un programa oficial de fiestas, pero espero y deseo que este sea del agrado general, puesto que Joaquín 134 Cebamanos Conde

dentro de las naturales limitaciones y sobre el fondo inmutable de unos festejos de arraigada tradición local, la Comisión viene introduciendo otros actos impuestos por la evolución normal de los tiempos y las preferencias de los vecinos (…) 165 Sugerido con anterioridad, uno de los elementos primordiales generadores del cambio en la sociedad y que, a su vez, posibilitó la nueva forma de entender las fiestas fue la pérdida de influencia de la doctrina católica en el pueblo. La institución eclesiástica, acostumbrada a mantener su elevada condición jerárquica dentro de la sociedad, observaba como todas las transformaciones que estaban sucediendo a su alrededor les hacían perder peso y respaldo entre la gente. Sin duda, la evolución social se implantó como un grave problema que suscitó una honda preocupación entre los miembros de la Iglesia. Ahora bien, los cambios no solo afectaron al papel que la religión desempeñaba en la sociedad si no que las viejas ataduras morales a las que la gente había estado sometida durante siglos se desgastaban. Lo que antes eran transgresiones a la norma establecida se empezaron a observar de manera más tenue. La población, siempre pensando en el contexto de los años 60 en España, comenzó a ser más permisiva y se abrió a formas más generales. Esto supuso que el conjunto de las transformaciones se viese, también desde la autoridad política local como una desviación del camino marcado por el gobierno, aferrado a las directrices del nacionalcatolicismo. En el programa de fiestas de 1963, encontramos un texto escrito por el Párroco, José Biel Monzón, a petición del Alcalde Antonio Jaraute, en el que se detallan las posturas que, Iglesia y Ayuntamiento, mantenían a nivel local, con respecto a la alteración que sufrían las fiestas del pueblo. Resaltamos algunas de sus escudriñadas frases: En la órbita de Dios Antes que nosotros, LA VIRGEN (…) El año pasado, carísimos feligreses, os animaba a que invitasteis también a la Virgen de Sancho Abarca para que os acompañara durante las fiestas. ¡De cuántos lugares hubiera huido apenada, triste, con una espada más 165 SÁNCHEZ EZQUERRA, Francisco Javier: “Saludo”. Programa de Fiestas de Tauste de 1976. Ayuntamiento de Tauste. 1976. Sin paginar. 135 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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en su corazón! Y nos hubiera dicho: ¿Eso hacéis los taustanos en mi honor? ¿Eso consentís los taustanos que se haga…? (…) Ante la vista panorámica de las fiestas patronales, en general, cabe preguntar: ¿En honor de quien se dice que se preparan?, ¿a quién se mira cuando se celebran? ¿Quién saca más partido de ellas: Dios, la Virgen, los Santos, o el demonio, o el hombre que, engañado, estima que engaña al que le desengañara el día de los desengañados?166 También cita la irresponsabilidad de la Confraternidad de Esclavos de la Virgen al no cumplir su Quinta Constitución referente a la humildad del convite o refresco, lo que provocaba que hubiese menos gente que se apuntaba a la cofradía y, más grave, que hubiese gente que no pudiera ser Esclavo por no disponer de posibles al compararse con otros. (…) La ruptura de moldes modernos, que rezuman malsana superación, y la vuelta a las morigeradas costumbres de nuestros antepasados, que daban colorido natural y sano a la piedad mariana, conseguirán engrosar las filas de los Esclavos. Al mismo tiempo se incrementará la religiosidad de la Procesión con el Pendón, y no aparecerán danzantes espontáneos, sin carnet, trocando las espadas por hachas… encendidas. Deben volver las aguas a su cauce. Hacedlo por Dios y… por Ella, que es nuestra madre. Se desorbita el fin de las fiestas religiosas y el orden en la jerarquía de valores en estos tiempos en que el hombre parece sentirse más cerca de Dios a la par que mundo intenta alejarse de Él (…)167 Para terminar, Biel Monzón alude al testimonio de una joven taustana como ejemplo de la verdadera conducta de devoción y sacrificio católica frente a las ya generalizadas formas de diversión modernas. (…) Diluido el último bullicio fiestero de 1962 me decía una joven: “Este año es que más alegre y más apenada he pasado las fiestas. Más alegre porque no he bailado, ni he ido al baile ni a los pipetes, ni he salido de noche. Todos los años me iba a dormir, lo más pronto, a las tres de la madrugada; este año, sin salir, no me he acostado hasta esa hora, y me acostaba en el suelo. He ofrecido 166 BIEL MONZÓN, José: “Antes que nosotros la Virgen”. Programa de Fiestas de Tauste de 1963. Ayuntamiento de Tauste. 1963. Sin paginar. 167 Ibídem. Joaquín 136 Cebamanos Conde

ese sacrificio al Señor por medio de la Virgen de Sancho Abarca. También es el año que más apenada he estado porque me he dado cuenta del plan en que se preparan y se pasan las fiestas, y me he responsabilizado en parte” . Esta joven es alegre, La veréis por la calle, y no sospechareis que hizo tal cosa…, porque lo hizo con naturalidad, y lo hizo… porque, en parte se responsabilizó (…)168 Mariano Supervía y Orencio Cardona apelaban en 1864 al buen taustano refiriéndose a las fiestas en honor a la patrona de la localidad: ¡Ojala tengan siempre lugar según el espíritu religioso que las sugiere!169 Ante el panorama que nos presenta la documentación analizada, ¿podemos cuestionarnos si la esencia religiosa de las fiestas comenzaba a perderse? ¿cabe la posibilidad de que esto ocurra? Como todos sabemos, ya que tenemos constancia personal de ello, no. En Tauste, el 20, 21 y 22 de abril mantienen su personalidad inalterable desde hace décadas. Pese al panorama desolador que la institución eclesiástica de manos de la autoridad local presentó, podemos afirmar que las fiestas siguieron su curso sin perder el espíritu religioso sugerido en su concepción. La anhelada voluntad de Cardona y Supervía sigue latente. Tanto es así que, el 21 de septiembre 1969, la celebración de la Coronación Canónica de la Virgen de Sancho Abarca va a originar un nuevo periodo festivo en Tauste. La devoción a la Patrona experimentó su más alto grado con el rito litúrgico que reafirmaba definitivamente el amor exaltado del pueblo de Tauste a la imagen de la Virgen aparecida en 1569. Con la solemnidad, pompa y boato requeridos para la ocasión, acordes a una ceremonia tan importante para la localidad, los taustanos devotos materializaron su fervor, lo hicieron palpable mediante el reconocimiento oficial eclesiástico que suponía la Coronación de la imagen que veneraban. A partir de 1969, con motivo de la conmemoración de la Coronación de la Virgen de Sancho Abarca, comenzaron a organizarse las denominadas fiestas de septiembre o fiestas menores de la Villa de Tauste. Sin embargo, las fiestas patronales que se celebraban en abril siguieron su curso ya establecido. Del corto periodo de tiempo que trascurre desde 168 Ibídem. 169 ITURRI DEL RONCAL: Historia… Corregida y aumentada por Don Orencio CARDONA y Don Mariano SUPERVÍA…, p. 114 137 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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el final de la década de los años 60 hasta la muerte de Franco en 1975 no podemos destacar más que la continuidad. Con varios testimonios recogidos de los programas de fiestas consultados cerramos el capítulo dedicado a las fiestas de la dictadura. En 1968, el Alcalde en funciones Cecilio Cardona Murillo asevera con naturalidad la postura predominante que el ayuntamiento va a mantener hasta nuestros días: (…) Este año, como podréis ver en el programa de festejos, la Comisión, reforzada por personas idóneas para organizar las fiestas, ha suprimido algunas atracciones que, por unas causas o por otras, en el transcurso de los años habían perdido brillantez; y en cambio, atendiendo las justas demandas de la juventud, ha incrementado las competiciones deportivas; dejando inamovibles los esplendorosos actos religiosos, y otros profanos que por su raigambre tradicional deben de perdurar (…)170 Por su parte, Antonio Beltrán Pola, Presidente de la Comisión de Festejos en la década de los años 70 nos deja su visión de lo que eran entonces las fiestas de Tauste: (…) Los actos programados, en su mayor parte, no han sufrido variación pues por ser hondamente tradicionales son inamovibles, y por consiguiente, aunque a menudo se oiga decir que siempre se hace lo mismo, ha de ser preocupación constante de los taustanos no desarraigar ni desterrar la pureza de las costumbres y tradiciones de nuestra raza ¿Qué taustano concebiría unas fiestas sin HOGUERA, sin DANCE, sin su FESTIVAL DE JOTA, sin FUEGOS ARTIFICIALES, y sin becerrada…? Verdad que les faltaría ese sabor rancio, tan taustano, que a todos nos agrada degustar cada año? Ya no decimos nada de las esplendorosas procesiones y la ofrenda de flores a la Virgen, porque eso es “tabú”.171 (…) El gozo que proporciona a la Villa toda, la conmemoración de esta memorable fecha, hace que la alegría se desborde de los cauces religiosos, y se 170 CARDONA MURILLO, Cecilio: “Saluda”. Programa de Fiestas de Tauste de 1968. Ayuntamiento de Tauste. 1968. Sin paginar. 171 BELTRÁN POLA, Antonio: “Mensaje de la Comisión de Festejos”. Programa de Fiestas de Tauste de 1976. Ayuntamiento de Tauste. 1976. Sin paginar. Joaquín 138 Cebamanos Conde

organicen a la vez unos festejos profanos que sirvan de válvula de escape para destensar los músculos agarrotados durante todo el año por el esfuerzo del trabajo (…)172 Desde la década de los años 60, las fiestas patronales de Tauste experimentan un proceso de adaptación a las nueves necesidades sociales. Lo religioso y lo profano coexisten de tal manera que todo el pueblo considera los actos religiosos como elementos tradicionales inalterables. Ahora bien, los taustanos comienzan a encontrar y a disfrutar de los días que la propia celebración oficial les ofrece anualmente sin estar sujetos al carácter religioso original. Tras la muerte de Francisco Franco, la dictadura da paso a una transición abierta a las nuevas libertadas pero determinada por numerosos condicionantes políticos, morales y religiosos que permanecen latentes tras un periodo tan largo como infausto. Como parte esencial de la idiosincrasia de un pueblo, las fiestas patronales, donde convergen sus principales fundamentos culturales, son la muestra palpable del tipo de sociedad que las ampara y las disfruta. Las celebraciones que conmemoran la aparición de la imagen de la Virgen de Sancho Abarca van a seguir su propia evolución social sin olvidar los primitivos elementos que las definen. Así pues, vamos a tender hacia unas fiestas donde observamos como el hecho religioso es asumido con orgullo como tradición inalterable, muestra del compromiso por el arraigo de las señas de identidad locales. Entre el esquema básico festivo inicial que advertimos en los tres primeros días y en el resto de jornadas se van incluyendo otras celebraciones destinadas a la diversión y el esparcimiento de los taustanos que terminan por conformar las fiestas que actualmente se organizan. CONCLUSIONES Tras muchos años de trabajo continuado analizando cientos de documentos relacionados con las fiestas de Tauste, tras participar intensamente en todos sus actos desde las diferentes percepciones que caracterizan 172 BELTRÁN POLA, Antonio: “Mensaje de la Comisión de Festejos”. Programa de Fiestas de Tauste de 1977. Ayuntamiento de Tauste. 1977. Sin paginar. 139 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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al hecho festivo local, tras numerosas conversaciones y entrevistas con sus protagonistas, tras la elaboración de esta aportación que indaga en los elementos más sensibles y particulares de la sociedad taustana, llegamos a las siguientes conclusiones. En primer lugar, tenemos que constatar el carácter religioso de los principales actos que estructuran las fiestas de Tauste, en un rasgo que las define y las dota de singularidad propia. La aparición de la Imagen de la Virgen de Sancho Abarca y su progresiva devoción popular auspiciada y sustentada por la Confraternidad de Esclavos de Nuestra Señora se erigirán en fundamentos esenciales en la creación y organización de las fiestas patronales de la Villa. Esta particularidad del fenómeno festivo taustano es sin duda una de las causas de su arraigo y permanencia en el tiempo. Desde su origen en los actos privados de la Esclavitud, asistimos a un proceso de institucionalización que llevará a los taustanos, gracias al apoyo definitivo del Ayuntamiento, a admitir y asimilar las festividades de la Cofradía como propias. El ímpetu devocional y la preponderancia económica y social alcanzada por la Confraternidad relegarán a un segundo plano y a la desaparición a otras advocaciones locales anteriores en el tiempo. Pero no todos los taustanos formarán parte por igual de la Cofradía ya que, durante más de un siglo la asociación religiosa mantendrá su carácter restrictivo en cuanto a sus figuras más representativas e importantes, el Esclavo Mayor y sus Mayordomos. Desde el hallazgo de la Imagen de la Virgen de Sancho Abarca hasta el que consideramos su definitivo arraigo popular tendrán que pasar más de dos siglos. Al desaparecer la figura de los Racioneros, serán los taustanos apuntados en la lista de la Cofradía los que accederán al cargo de Esclavo Mayor y regularán el funcionamiento de la asociación. Es aquí donde comenzarán a aparecer los conflictos dentro de la Esclavitud por diversas motivaciones e intereses: disputas por el nombramiento del Esclavo, por quien debía llevar la Imagen durante la procesión, por el correcto cumplimiento de sus ordinaciones, en especial, la referida a la celebración del Refresco o Convite, etc. La devoción de los taustanos hacia su Patrona alcanzará tal extremo que superará en muchas ocasiones la que se debiera mostrar ante Dios: “La Virgen de Sancho Abarca, el Dios de los de Tauste”. Este sentimiento, sancionado por la institución eclesiástica, se intentará reconducir mediante homilías y textos durante décadas. Pero la propia naturaleza del hombre Joaquín 140 Cebamanos Conde

provocará que el amor exagerado degenere hacia el perfil más irracional que posee el ser humano. La envidia, la soberbia, el exceso, la mentira, incluso la violencia son elementos que aparecen en diferentes momentos de la historia de la Confraternidad de Esclavos de la Virgen de Sancho Abarca. Así como la esencia religiosa, que anhelaban Orencio Cardona y el Obispo Supervía para que no se perdiese, se ha conservado, la devoción a la Patrona no ha logrado mantener su estado primitivo, desvirtuándose por la intercesión de los propios taustanos. Como original creadora de los actos fundamentales de las fiestas de Tauste que celebran la aparición de la Imagen de la Virgen de Sancho Abarca, la Confraternidad de Esclavos de Nuestra Señora sigue organizándolos en la actualidad. En cuanto al propio desarrollo de las fiestas tenemos que resaltar como la influencia de las directrices marcadas por la iglesia sustentadas en la devoción a la Patrona y apoyadas por la autoridad local irá condicionando la evolución de la sociedad taustana y, por ende, de todos los elementos festivos que compondrán los días destinados a la conmemoración del hallazgo de la talla. Si ya de por sí, la primacía de la advocación a la Virgen de Sancho Abarca fue capaz de relegar al olvido a otras manifestaciones religiosas, las consecuencias de la interacción de los actos profanos de expresión popular arraigados entre los taustanos con los organizados por la Confraternidad y el Capítulo Eclesiástico local serán bastante dispares. La supresión de los disparos de armas de fuego al paso de las procesiones, la reubicación de la Comparsa de Gigantes y la evolución del grupo de danzantes dentro de las fiestas son claros ejemplos del tipo de relación. Caso aparte, el Dance de Tauste se convierte en paradigma vivo del acomodo de la representación al carácter religioso del hecho festivo taustano y muestra palpable de su desarrollo. Los bailadores pasarán, en tan solo unas décadas, de no formar parte de la celebraciones a convertirse en elemento esencial de las mismas, representantes del pueblo ante la Virgen y seña de identidad local. Como hemos comprobado, nada tenían que ver las procesiones de finales del siglo XIX y comienzos del XX con las que actualmente se arreglan. Muchos elementos desaparecerán y otros se irán sumando; siempre bajo la supervisión de la Institución Eclesiástica y el beneplácito de la Confraternidad de Esclavos. Con el apoyo de la autoridad local, el pueblo terminará por acatar y asumir las ordenanzas impuestas. 141 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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De los cambios y conflictos surgidos en la Segunda República, de las consecuencias de la Guerra Civil y de los años posteriores a la misma, determinados por la dictadura de Francisco Franco, ningún estudio se ha realizado. Sirva esta breve aportación al conocimiento de las fiestas patronales de Tauste como introducción a una apertura de nuevos trabajos que completen más de medio siglo de oscuridad sobre uno de los apartados más importantes y menos estudiados de la historia de Tauste. La evolución social, religiosa, política y económica va a marcar el desarrollo de las festividades patronales del pueblo desde las primeras décadas del siglo XX hasta el final la llegada de la transición. La condición religiosa de las fiestas, tras el menoscabo sufrido durante la Segunda República, se verá definitivamente reforzada por las directrices y la publicidad utilizadas por el autollamado Bando Nacional tras el Golpe de Estado de 1936, durante la Guerra Civil y en los cuarenta años de dictadura. Las fiestas en honor a la Virgen de Sancho Abarca, conocidas a través de los programas de actos de las mismas, de la prensa de la época y de las actas del Ayuntamiento, nos muestran la utilización interesada que el Régimen de Franco hizo de ellas para incitar a la lucha por la Cruzada Nacional, para ensalzar y promocionar su ideología y hacerla perdurar en el tiempo. Si las fiestas tuvieron un significado eminentemente religioso, todo lo sucedido en estos años terminará de consolidar, aún más si cabe, este carácter. Con el paso de tiempo, en la aparente prosperidad de los años 60 del siglo XX, el propio desarrollo de la economía local favorecerá la aparición de nuevas formas de afrontar las fiestas. A la representación popular de la devoción a la Virgen de Sancho Abarca se sumarán otros pensamientos y comportamientos sociales. Los actos de las fiestas comenzarán a percibirse como un tiempo de descanso y diversión. Además, el nuevo concepto del fenómeno tradicional provoca que este hecho arraigado y conservado durante años se perciba como aquello que nos diferencia y que es necesario mantener. Sin embargo, la aceptación de la sociedad taustana del carácter religioso de la celebración va a comenzar a difuminarse con los cambios que experimenta la localidad. Aún así, las fiestas no perderán su naturaleza original debido a lo interiorizado del sentimiento que ya formaba parte del acervo cultural colectivo del pueblo. La educación recibida y la transmisión familiar harán posible que así sea. A partir de aquí, la relación de los taustanos con las fiestas Joaquín 142 Cebamanos Conde

y con el sentimiento inicial que las motivó, el amor a la Virgen de Sancho Abarca, se va a ver condicionado y alterado por numerosos factores interrelacionados. La devoción, lo místico, la superstición y el escepticismo, unidos a la trascendencia adquirida por el hecho tradicional conforman las nuevas actitudes y conductas que los taustanos muestran al afrontar las fiestas patronales. Las páginas de la historia a las que nos referíamos en la introducción de este trabajo no deben ocultarse para pasar desapercibidas y con el tiempo caer en el olvido. Hay que buscar la necesidad de leer, analizar y comprender desde todos los puntos de vista posibles lo sucedido. Sin un estudio riguroso y el conocimiento concreto de nuestra historia corremos el riesgo de cometer los mismos errores que en el pasado. Hechos acaecidos siglos atrás no deben condicionar estudios o investigaciones actuales ni futuras. Si la sociedad en la que vivimos no está preparada, ha de esforzarse y aprender a estarlo si no queremos permanecer anclados en formas y estados de tiempos remotos. En el mundo de la información, en que nos encontramos, con todos los medios a nuestro alcance, recurrir al “me han dicho que tú has dicho” solo demuestra la incapacidad y negligencia de las personas que creen tener la facultad de manejar a su antojo al resto. Pero si hemos de buscar la verdad ante todo, como publicaron Orencio Cardona y el Obispo Supervía en 1864, en nada ayudan aquellos que intentan limitar y manipular la información en su propio beneficio ya que, solo los que ocultan algo, tienen miedo de mostrar su historia. Abramos las puertas a la transparencia. Querer y saber compartir el conocimiento son las mejores virtudes para preparar el futuro.

143 Aportación al conocimiento de las fiestas patronales de la villa de

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Aviando el puchero. ¿Cómo se comía en las Cinco Villas en la Edad Media? Elena Piedrafita Pérez Doctora en Historia

Hace ya décadas que los estudios históricos orientan su interés hacia las ideologías, los procesos mentales y la vida privada en su conjunto. Ya en los años 60 del pasado siglo Marc Bloch afirmaba que la alimentación era “como una caja registradora donde se inscriben /.../ todas las vicisitudes de la economía”. Al estudio cuantitativo y pormenorizado de las cantidades de diversos alimentos o su valoración en calorías siguieron otros en los que se ponderaban aspectos tales como los prejuicios o tabúes religiosos sobre ciertos alimentos, valores mentales ligados a ciertos tipos de consumo o la forma en que éste se realiza, que intentan dar una explicación antropológica a las conductas alimentarias. Sin embargo, éste es un asunto aún escasamente abordado entre los investigadores medievales aragoneses. Siendo los franceses los pioneros en este tipo de investigaciones, en España – y salvo alguna honrosa excepción – es casi inexistente el interés de los medievalistas por tales asuntos. La comunidad más implicada ha sido Cataluña a la que han seguido Navarra, Valencia o Castilla con especialistas que desarrollan su trabajo casi en solitario1. En Aragón se han encargado de estos asuntos Esteban Sarasa, Mª Isabel Falcón, Ángel Sesma, Anchel Conte o más actualmente y centrando su interés en estos temas casi en exclusiva, Mª Luz Rodrigo. En lo que a mí se refiere, diré que mi interés histórico por las Cinco Villas – aspecto que he seguido tratando en alguna que otra publicación – derivó hacia estas cuestiones precisamente a través de ciertos documentos en los que se reflejaban los hábitos alimentarios de las gentes de esta comarca2. El año pasado comisionada por la Academia Aragonesa de Gastronomía, me encargué de organizar junto con el Dr. Manuel García Guatas, 1 Citemos a Fernando Serrano Larráyoz o a J. Vicente García Marsilla, por su cercanía. Entre los catalanes y baleares, Antoni Riera Melis, Prim Bertrán, Pau Cateura, y otros muchos. 2 PIEDRAFITA PÉREZ, Elena: “La alimentación medieval en Aragón en el siglo XIII: el modelo clerical y nobiliario”. Revista de Historia Jerónimo Zurita, nº 80-81 (2005-2006), pp. 99-132. 147 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

profesor de la Universidad de Zaragoza y miembro de dicha academia, un Simposio sobre la Alimentación en la Corona de Aragón al que asistieron investigadores de Cataluña, Valencia y Baleares. Fruto de esta experiencia y con intención dar a conocer por el público en general estos aspectos, la DPZ me publicó un librito titulado precisamente “La cocina de la Corona de Aragón en la Edad Media”3. Estas escasas pinceladas en un panorama ciertamente estepario, apenas si sirven para desvelar a duras penas aspectos que resultan imprescindibles para la investigación medieval en su conjunto, ya que en la alimentación se conjugan de manera indisoluble la economía (productos agrarios, ganaderos, el comercio y sus rutas), la política (los contactos entre diversos ámbitos, la importación de costumbres o productos), la sociedad (la comida como marcador social, fiestas y banquetes que revelan intereses de poder) o las mentalidades (formas de consumo, rituales, prejuicios o prohibiciones religiosas, etc.). Cierto es que dedicarse al estudio de la alimentación en estos siglos es tarea más que ardua, a veces heroica, o si se quiere imposible, dado que los registros documentales apenas si hacen referencia a hechos tan cotidianos, y que se dan tan por supuestos que pocas veces han pasado a ser anotados. Afortunadamente hay algunas excepciones: las reglas de las órdenes monásticas o los cabildos catedralicios nos dan una primera aproximación de las normas alimentarias en el ámbito cristiano (para los musulmanes o judíos poseemos una completa preceptiva) que se concretan después en las raciones previstas para las comidas diarias y un registro bastante pormenorizado de los gastos efectuados a tal fin. A estas noticias podemos añadir las que proporcionan los registros económicos de las Casas Reales o las de los nobles, aunque en este caso los de Aragón son escasamente aprovechables (a no ser que aparezcan documentos hasta ahora inéditos), así como los asientos de gastos de embajadas, expediciones militares, y hechos similares. Por supuesto queda la documentación de los concejos, aunque ésta última suele referirse más a aspectos sobre abastecimientos, legislación sobre mercados, precios y productos. En la documentación más variopinta podemos encontrar alguna referencia a comidas, alimentos o productos agrarios o ganaderos (las conocidas alifaras es un buen ejemplo de este caso), aunque en estos casos la recogida de datos es parcial, escasa y con frecuencia deprimente por lo exigua. 3 Disponible en http://www.academiaaragonesadegastronomia.com/discursos/ediciones Elena 148 Piedrafita Pérez

A este panorama se suma la escasa tradición académica aragonesa sobre estudios arqueológicos, que en otros países (menos documentalistas) han supuesto un avance extraordinario en el conocimiento de la vida cotidiana de las gentes de estos siglos, y nuevas investigaciones se centran en al análisis de los restos materiales de las poblaciones o el reflejo de las costumbres alimentarias en el arte o la literatura4. Y es que el conocimiento de estos aspectos es un tema – me atrevo a decir - de general interés. La comida, la alimentación, han pasado a ser asuntos de preocupación en nuestra sociedad. El problema del hambre sigue siendo un escándalo para nuestra especie, mientras en nuestro mundo la mitad de la población se afana por perder peso a base de dietas absurdas en su mayoría. La comida ha pasado a ser un “problema”, pues si bien tenemos a nuestra disposición alimentos de cualquier parte del mundo, y a un precio razonable, éste mismo hecho nos está convirtiendo en una generación de obesos, diabéticos e hipertensos. Paralelamente esta globalización está provocando la pérdida de ciertos valores, ciertas tradiciones que no son sólo culinarias o agropecuarias: estamos perdiendo una enorme variedad de alimentos y especies en favor de una uniformización que considero intolerable. Entre mi generación y la actual se han producido cambios radicales en lo que al comer se refiere. Del guiso pausado preparado por el ama de casa, al que se añadían diversos ingredientes dependiendo de las posibilidades económicas de la familia, se ha pasado a los cereales con vitaminas del desayuno, la comida rápida, los precocinados y los yogures “bio”. Este interés por la alimentación, trasciende a la de nuestra época: conocer la forma de alimentarse implica un acercamiento al “otro” muy profundo, muy visceral, pues pocas cosas nos definen tanto como el modo de comer. Tengo claro que mi generación tiene todavía un pie en la tradición medieval, en los productos naturales consumidos a pie de huerta, en el puchero aviado con lo que se podía, y demos gracias a Dios. Por otro lado, y como humanos que somos, permanecen inalterables ciertos aspectos, como la dimensión social y de convivencia (la convivialidad), los aspectos festivos y emocionales, la elección y exhibición de ciertos productos como medio de categorización social5. 4 ANTORANZ ONRUBIA, Mª Antonia, La mesa de los reyes. Imágenes de banquetes en la Baja Edad Media. Ed. Grupo San Gregorio. Zamora. Sería de desear un estudio sobre los restos óseos hallados hace poco en Tauste de cara a averiguar la composición de su dieta 5 Histoire de l’alimentation; FLANDRIN J. L y MONTANARI, M.; Ed. Fayard 1996. 149 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

Acercándonos a la comida de nuestros antepasados podremos comprobar que nuestras elecciones, nuestras costumbres, se enraízan en el legado de estos siglos medievales, comprenderemos mejor los parámetros que condicionaban su sociedad, los prejuicios y gustos que la guiaban, y al mismo tiempo, nos conoceremos mejor a nosotros mismos. UNA DOBLE E INCLUSO TRIPLE TRADICIÓN CULINARIA Uno de los más evidentes retos a los que se enfrenta quien investiga la alimentación medieval es acotar los conocimientos existentes sobre la época a un espacio concreto. El periodo del Bajo imperio dejó desprotegido el valle de los Arbas – ya en profunda decadencia como demuestra el abandono de la ciudad romana de Los Bañales – entrando la actual comarca en una fase de aislamiento y autarquía económica que contrastaría fuertemente con los periodos precedentes, en lo que la producción agrícola y quizás también la ganadera estarían orientadas a una comercialización con salida por Caesaraugusta y el río Ebro6. La llegada de los pueblos godos no hizo sino acentuar una tendencia al retraimiento económico del que sería testigo la proliferación de villae (como la que tiene su asiento en la llamada Sinagoga de Sádaba), donde la economía de autoabastecimiento se combinaría con la pervivencia de una prácticas de producción tardorromanas. Las tierras que ocupará luego la población de Tauste se salvarían de este aislamiento en mayor medida, dada su posición más cercana a la gran vía de comunicación que enlazaría la actual Zaragoza con el resto de las localidades ribereñas al Ebro. En lo que se refiere a la tradición económica aportada por los godos, los historiadores de la alimentación señalan el origen norteño de estos pueblos, cuya tradición alimentaria estaba compuesta mayoritariamente de caza, ganado (vacuno sobre todo), productos lácteos y en mucha menor medida, vegetales o cereales. Desde luego nada sabemos en concreto de su cocina pero al parecer impusieron un modelo contrapuesto al que imperaba entre la población hispanorromana, cuya dieta podríamos calificar de “mediterránea”: cereales en abundancia, consumidos en forma de pan con 6 Se ha abusado quizás de la imagen de unas Cinco Villas romanas cerealistas pero es innegable afirmar que ésta sería la producción estrella de la comarca Elena 150 Piedrafita Pérez

preferencia, abundantes verduras y hortalizas, aceite como grasa culinaria, escasas raciones de carne (gran tradición de la oveja y la cabra, reinas de estos espacios semiesteparios desde siempre) y vino. Los godos en cambio usaban más la manteca y el lardo como condimentos, comían más sopas que pan, bebían cerveza y sobre todo, apreciaban la carne como auténtica “comida”, despreciando los productos hortícolas. Se contraponen pues dos modelos que, combinados y en continua dialéctica, conformarán la cocina medieval. Pero no se trata solamente de la elección de los productos, sino de los valores que a ellos se asocian y la forma de prepararlos o consumirlos. Un mundo romano que por influjo de la filosofía estoica y el cristianismo había optado por la sencillez, la mesura y la contención, se contrapone a otro donde los valores dominantes son la fuerza, la violencia y la manifestación exterior e inequívoca de un poder que es sobre todo, físico. Esta sociedad prefiere la carne como alimento emblemático, consumida si es posible en grandes cantidades y de manera poco sofisticada. De aquí esa imagen de banquetes ruidosos, alegres y brutales, de bandejas con enormes piezas de asados que se comen a zarpazos, acompañadas de ingentes cantidades de alcohol. Naturalmente ésta es una imagen muy parcial pues sólo los más ricos podrían permitirse esos dispendios. Pero sin duda que el hecho de que fuera la clase dominante (los godos) los que comían de esta forma, determinó el desprecio progresivo de las gentes por los productos de la tradición romana, que pasarán a ser asumidos por la Iglesia como señas de su propia identidad: el pan y el vino de la Eucaristía, los santos óleos, y los ayunos y abstinencias de la carne con los que intentaban imponer unos valores de contención y renuncia al mundo (el de los guerreros dominantes). A esta tradición germánica se va a sumar otra cuya presencia en Hispania y en concreto, en el Valle del Ebro, terminará de configurar la gastronomía del Aragón medieval. Los musulmanes invaden la península y permanecen en las Cinco Villas meridionales durante cuatro siglos. Son pueblos de origen africano con gran aprecio por los cultivos de regadío, que conocerán la gran tradición rural persa y egipcia, sus tratados agrícolas (basados en buena medida en los de autores clásicos) y cuyas rutas comerciales propiciarán la llegada a nuestra península de muchos productos que marcarán el futuro de la gastronomía europea.

151 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

PREJUICIOS Y NORMATIVAS A estas tradiciones culturales se superponen aquellas prescripciones religiosas que impiden consumir determinados alimentos, o bien las que fruto de una reflexión filosófica o médica, terminan componiendo lo que hoy llamaríamos una “dieta correcta”. De las primeras, es bien sabido que las tres religiones monoteístas que compartieron espacio en la Edad Media impusieron sus normativas a las poblaciones de su credo. Por no extenderme demasiado recordemos la prohibición de comer cerdo (en realidad se permiten los animales rumiantes de pezuña partida o hendida) o la existencia de determinados ritos de sacrificio de las reses para los judíos y los musulmanes. Otras muchas restricciones prohíben a los judíos consumir pescado que no tenga escamas y aletas, mezclar la leche o los lácteos con la carne o comer sangre. Los musulmanes añaden a algunas de éstas la prohibición de tomar sustancias que trastornen el estado de la conciencia (drogas) lo que incluye el vino y las bebidas alcohólicas en general. Lo cierto es que podríamos preguntarnos hasta qué punto esta normativa altera o condiciona la dieta diaria de los judíos o musulmanes que vivieran en nuestro territorio. Podríamos afirmar que salvo lo que se refiere al cerdo, la liebre o el conejo, o el vino la mayoría de los componentes de las comidas medievales sería idéntico en las escudillas cristianas, en las moras o en las judías. Naturalmente están los ritos asociados a la matanza o el consumo de los alimentos, pero esto entra en consideraciones sociológicas en las que no voy a entrar. Dada nuestra común tradición mediterránea cualquier taustano fuera judío, moro o cristiano, podría sentarse a la mesa de sus vecinos – y de hecho se sabe que lo hacían - y satisfacer su apetito sin mayores problemas, puesto que todos comían pan, verduras, hortalizas, carnero o gallinas cuando los había. Cierto que el judío y el musulmán preguntarían en la mesa de los cristianos si algún plato había sido condimentado con lardo o manteca de cerdo, y los musulmanes no beberían vino. Al menos, en teoría porque ¿serían tan rigurosos como debían? Doctrinas más integristas como las de los almorávides intentarían luchar contra la común afición a los caldos del país entero, quizás con poco éxito si hemos de fijarnos en las continuas referencias al vino de la poesía árabe. A estas prohibiciones culinarias podemos añadir también las que impuso la Iglesia católica entre sus fieles. Fruto de una tendencia a reguElena 152 Piedrafita Pérez

lar las costumbres de la vida diaria la jerarquía eclesiástica estableció normas acerca del momento en que estaba permitido comer determinados alimentos. Dado que en los Evangelios Jesucristo establece que no hay alimento “impuro” no existen prohibiciones absolutas de consumo, sino ritmos y cantidades. Fueron las instituciones monacales las que llevaron estas pautas a sus reglas respectivas. El año se dividió en periodos como Adviento, Navidad, Cuaresma, etc. y para cada uno se impusieron restricciones. A lo largo de la semana había días en que se podía consumir carne o sus derivados, en los que no, o en los que se guardaba ayuno. Monasterios como San Juan de la Peña – de tanta implantación en estas tierras – la Selva Mayor de Ejea, las distintas abadías (Sos, Santa María de Uncastillo), Santa María de Tauste y cualquiera otra que mantuviera una comunidad de monjes o clérigos obedecían de una forma u otra dicha normativa. Lo mismo habrá que pensar de las Órdenes Militares – Templarios, Hospitalarios – aunque por su carácter de tropa militar tenían sus dispensas. Y cuando verifiquemos las comidas que realizan los miembros de la nobleza veremos que las pautas alimentarias son seguidas con bastante disciplina. Y en cuanto a la población general y puesto que la principal reserva correspondía a los productos cárnicos ¿hasta qué punto afectaba al consumo diario? Muchos no podrían comer carne sino en pocas ocasiones, y desde luego no serían capaces de sustituirla por el pescado a no ser que lo pescaran en el río. Lo más que ocurriría es que el sebo o grasa animal que usaran para condimentar desapareciera del plato, siendo sustituido por aceite, en las casas más pudientes o por huevos o queso en la mayoría. La aversión por la carne partía de la creencia de considerarla el alimento por excelencia, origen de toda fuerza física y también de la concupiscencia y la violencia. Ya hablé de cómo la nobleza de origen germano había encumbrado a la carne a esta posición jerárquica. Comer mucha carne, carne de caza, roja y grasienta pasó a ser un distintivo de la sociedad guerrera, cuyos atributos eran la fuerza y la agresividad. En el ideario medieval la carne proporcionaba potencia y supremacía. En consecuencia, los monjes y gentes de la Iglesia, debían rechazar su consumo ya que sus ideales eran la sumisión a la voluntad divina, la oración serena y el control de las pulsiones corporales. Además la carne generaba sangre, uno de cuyos derivados era el semen. Por tanto la mejor manera de evitar el pecado “de la carne” era evitar precisamente su consumo. 153 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

Se rechazaban las carnes rojas, sobre todo la de caza. Pero el pescado ¿no es carne? Y en cuanto a las aves ¿son carne en la misma medida? No opinaban así en la Edad Media: influye también el prejuicio de considerar que lo que está alto (aves) participa en mayor medida de lo espiritual, y su color “blanco” las hacía preferibles a las más sanguinolentas. Siendo más ligeras y con menos “sustancia” pasaron a integrar la dieta de las gentes de Iglesia sin mayores problemas, incluso en los días en que se prohibía la “carne”. Convenientes para personas delicadas, con estómagos selectivos que no pueden digerir fácilmente otros platos, las aves – especialmente las más delicadas y exclusivas: ocas, capones, perdices, pavos reales- se harán con una posición destacada conforme la potencia corporal de una aristocracia guerrera ceda paso al desempeño de tareas cortesanas. Se estructura a lo largo de estos siglos toda una doctrina de pensamiento en la que se amalgaman de manera sorprendente los prejuicios alimentarios de las clases dirigentes (su aprecio por las carnes y el desprecio por los frutos de la tierra, en general) y los estudios médicos. Las universidades de Medicina de la época justificarán ideológicamente todos estos prejuicios dotándolos de base filosófica. Las teorías hipocráticas establecían que el cuerpo se componía de cuatro humores (sangre, flema, bilis y atrabilis o bilis negra). Cada uno de ellos poseía un grado diferente de calor o humedad pues como todo lo existente estaba compuesto de los cuatro elementos básicos: tierra, agua, fuego y aire. La armonía o desproporción entre los distintos humores y elementos significaba la salud o la enfermedad, siendo la dieta era el principal medio para modificar los desarreglos humorales. También los alimentos quedaron clasificados según estas pautas, pasando a ser por ejemplo “cálidos y secos”, “cálidos y húmedos”, “fríos y secos” o “fríos y húmedos”. A cada persona se le prescribía una serie de alimentos acordes con su sexo, su actividad o su edad. Todo esto que parece muy moderno y muy sensato, en realidad estaba teñido de arbitrariedades. Puesto que no tenían idea de los componentes químicos de los alimentos, el pescado por ejemplo - húmedo y frío - era poco recomendable para los ancianos o los que estaban resfriados, y los productos hortofrutícolas eran en general poco nutritivos, siendo la fruta uno de los alimentos considerado más nocivo. Además atribuían diferentes condiciones físicas a los distintos grupos sociales, de manera que a un plebeyo le sentarían mal productos privativos de la nobleza. Elena 154 Piedrafita Pérez

Naturalmente poca gente podría disponer de un dietista, en el caso de que luego le hiciera caso: no hemos cambiado tanto los humanos en estos aspectos. Las recomendaciones de mesura en el comer y el beber eran más seguidas por la población general que por la nobleza, pero no era por convicción sino por imposibilidad de hacer otra cosa. Las clases elevadas comían en abundancia, a veces en exceso, y productos que eran considerados más nutritivos, delicados y sabrosos. Mientras, las clases medias pugnaban por copiar en lo posible el modelo aristocrático, pagando sumas enormes por productos exóticos – azúcar, especias – y el pueblo llano se inventaba un País de Jauja donde los chorizos colgaban de los árboles. Nada de estas reflexiones llegarían con probabilidad a una población aldeana, si no es a los grupos más acomodados. Y aún así, no harían sino seguir ese ideario del que hablaba al comienzo: comerían productos de la tierra puesto que eran lo que tenían a su disposición, aunque no los apreciaran demasiado, y ansiarían poder rellenar el estómago más a menudo con otro tipo de pitanzas que las que componían a diario su mesa. UN ESPACIO EN TRANSFORMACIÓN Todas estas consideraciones anteriores en tendrían una repercusión muy limitada en el día a día de los habitantes de las Cinco Villas. Se vivía de la tierra y de sus recursos, con las limitaciones que ésta imponía ya que el desarrollo tecnológico hacía aún impensable otra cosa. En esta época los condicionantes físicos determinarían la orientación de las explotaciones tanto ganaderas como agrícolas. Situémonos en el siglo XI, momento en que se produce el avance conquistador del reino aragonés. El actual Aragón estaba dividido en dos mundos contrapuestos: el norte cristiano, con una economía circunscrita a lo que podía proporcionar la naturaleza, y el Valle del Ebro, dominado por los musulmanes, con una estructura más urbana y comercial pero íntimamente ligada también a las actividades agropecuarias. En el norte un espacio ciertamente limitado. Poca tierra disponible, un relieve abrupto, un clima poco favorable, pocos pobladores. Las escasas referencias que nos han llegado muestran una sociedad que vive en contacto directo con el medio en el que se asientan. Comen lo que éste les proporciona, algunos cereales (más cebada que trigo, centeno), verduras. 155 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

La carne de carnero o cerdo, alguna gallina, el vino y la miel son productos tan apreciados que componen la renta debida a un cabildo como el de Roda de Isábena. ¿Cómo sería el llano de los Arbas en época musulmana? La idea general es que los musulmanes eran expertos agricultores, por lo que podemos imaginar una vega fértil donde prosperan los cereales y los cultivos de huerta. El regadío, ya impulsado por los romanos, permitiría una producción satisfactoria e incluso la experimentación de nuevos cultivos, como las legumbres, las pastas, arroz o frutales como los cítricos. Muchas acequias serían probablemente de época romana7. Respecto a la revolución agrícola que impulsan los musulmanes, ésta se produce principalmente en siglos posteriores a la conquista cristiana. Pero esto no deja de ser una simplificación que como todas, tiene mucho de errónea. No sabemos prácticamente nada de las tierras cincovillesas bajo poder musulmán si no es alguna noticia bélica o política. Por tanto podemos optar por dos posibilidades especulativas: una nos daría como resultado un paisaje agrario explotado intensivamente, y unas relaciones mercantiles con la cercana Saraqusta que permitiría la canalización de excedentes y llegada de productos exteriores8. Otra, consideraría el espacio profundamente afectado por el clima bélico de la centuria, con continuas incursiones de tropas que provocarían la ruina de la agricultura, el colapso de las comunicaciones y finalmente la huida de la población; en este esquema, los cristianos ocuparían unas tierras cincovillesas prácticamente vacías, imponiendo ex novo sus estructuras socioeconómicas9. Cualquiera de ambas posibilidades seguramente tiene parte de verdad. La primera es demasiado arquetípica y no está fundada en datos his7 Así lo afirma J. Lambán: “Las Cinco Villas en la “Historia económica y política de Aragón” de don Ignacio de Asso. Un documento para el debate”. Suessetania nº 5, 1984, pp. 18-23. 8

En la Hoya de Huesca se han excavado yacimientos musulmanes de entre el s. IX y el XI que demuestran la profunda islamización de este entorno, y la dependencia de los núcleos habitados respecto de las ciudades y sus linajes dirigentes. Ver SÉNAC, Ph. Un “ village “ d’al-Andalus aux alentours de l’an Mil. Las Sillas (Marcén, province de Huesca). FRAMESPA 2009. En los alrededores de Tauste se ha localizado una torre del siglo X en la Gabardilla. B. Cabañero Subiza, A. Cantos Carnicer y H. Giménez Ferreruela, «Fortificaciones musulmanas de Aragón», Actas de las II Jornadas de Castellología Aragonesa: Fortificaciones del siglo IX al XX. Zaragoza, 2006, pp. 17-92.

9 LEDESMA RUBIO, Mª L., “La colonización de las Cinco Villas y su organización social en los siglos XI y XII”, II Jornadas de estudios sobre las Cinco Villas. Historia Medieval. Sos, 1986, pág. 52. Elena 156 Piedrafita Pérez

tóricamente comprobables. La despoblación y ruina previas de la vega de los Arbas es también demasiado maximalista. ¿Con qué datos podemos contar? En el caso de Tauste – y en esto no se diferencia prácticamente nada de lo que ocurre en otras poblaciones más norteñas –en la Carta de Población se habla sobre todo de derechos de explotación de pastos, leña, madera, carbón y encinas. Se concede permiso de uso a los habitantes de los montes y aguas, caza y pesca, y el preciado derecho de escalio: se perfila un espacio aún por explotar, donde el monte y el bosque tienen una presencia muy determinante. Naturalmente la posible despoblación que sufriera Tauste con motivo de la conquista militar tendría mucho que ver con esta elección. No quedarán al parecer pobladores mudéjares en la localidad. Al parecer tampoco había judíos en Tauste en el momento de la conquista. En Ejea por ejemplo sólo se menciona una aljama de moros como testigos en un documento de fechas cercanas a la conquista ni se mencionarán más adelante10. Es la ganadería la actividad que queda más protegida, obteniendo sus habitantes además exención de herbajes. En consecuencia es muy probable que fuera ésta la orientación económica de los primeros repobladores de Tauste, teniendo en cuenta además sus privilegios forales (exención de herbajes, derechos de pasto), la cercanía de las Bardenas y la tradicional trashumancia de los ganados pirenaicos desde tiempos inmemoriales. Las tierras más improductivas mantendrán una abundante cabaña lanar que dará fama al municipio11. El derecho de pasto por todas las tierras del reino concedido en la Carta de Población (y confirmado con posterioridad en 1246 por Jaime I) derivará en la constitución de la poderosa Casa de Ganaderos de Tauste: en la confirmación del privilegio en 1410 (Martín I), se añade la denominación de Ligallo, Mesta y Capítulo de Ganaderos. Esta primacía de la ganadería no es exclusiva de Tauste, pues también la encontramos en Ejea y otras villas más septentrionales. La existencia de tierras comunales favorecerá también la permanencia de una numerosa cabaña ganadera, que se combinará además con los acuerdos establecidos entre Tauste y el concejo ejeano. En un interesante 10 PIEDRAFITA PÉREZ, E., Las Cinco Villas en la Edad Media (siglos XI-XIII), Institución Fernando el Católico, Zaragoza 2002, reedición 2005, pág. 168. 11 PALLARÉS, M. A. “La edad moderna en las Cinco Villas”, Comarca de las Cinco Villas. Colección Territorio nº 25; Coordina Nuria Asín. Ed. Gobierno de Aragón, Zaragoza 2007. 157 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

documento de 1292, en que se suscribe una Carta de Hermandad entre los concejos de Ejea y Tauste, podemos comprobar que entre Ejea y Tauste existía la tradicional alera foral12, costumbre que permitía a los ganados de una villa ir a pastar en los montes de los vecinos siempre que fuera de sol a sol (de era a era) no permitiéndose habitualmente la pernocta, beber de los abrevaderos vecinos o – lógicamente - la entrada en campos cultivados. También se anota la existencia de un vedalero en Ejea que vigilará los montes y pastos comunales, persiguiendo a los que contravinieran los acuerdos tomados13 y aún en 1688 se reglamenta el uso de paúles, ramblas y dehesas comunes entre Ejea y Tauste para caballerías y bueyes de labor que pasarían a los campos de labor tras la cosecha para aprovechar su abonado14. Esta situación se verá modificada radicalmente en los dos siglos siguientes. A lo largo de ese periodo y una vez alejado el peligro bélico, la población pone en cultivo la mayor parte de las tierras disponibles, orientando su producción hacia los cereales en primer lugar, y posteriormente hacia el viñedo y otros productos más rentables. No sólo las tierras cincovillesas se transforman, se completa la ocupación del Valle del Ebro con sus ciudades, y la unión con los Condados Catalanes que amplía las comunicaciones hasta llegar al Mediterráneo, cambian las bases económicas de manera radical. La consolidación del eje comercial del Ebro permitirá a los labradores más poderosos o a los señores que acumulan tierras derivar los excedentes hacia mercados ciudadanos como el de Zaragoza, entidad rectora y consumidora de excedentes agrarios. Con todo ello se abandona la economía de autoabastecimiento y se amplía de manera notable el repertorio de productos disponibles, tanto por el hecho de disponer de una mayor diversidad de ecosistemas como por las ventajas que proporciona la inclusión del reino ya en el siglo XIII en circuitos comerciales internacionales. 12 PIEDRAFITA PÉREZ, E., “Relaciones entre los concejos cincovilleses en los siglos XIII y XIV: Conflictos y Solidaridades”, Suessetania, nº 13 (1993), Centro de Estudios de las Cinco Villas, pág. 100. En la Carta de Hermandad se menciona que los ganados pisaban las acequias y enronaban su cauce, destruyendo campos sembrados. 13 Las Cinco Villas en la Edad Media, op. cit, pág. 234. 14 Ordinaciones Reales de la villa de Exea de los Cavalleros, 1698. Citado en Las Cinco Villas en la Edad Media, pág. 252. Elena 158 Piedrafita Pérez

El derecho de escalio será aprovechado probablemente por entidades eclesiásticas, o grupos sociales preeminentes para obtener mediante este nuevo recurso sustanciosas rentas. El cereal será el producto principal, dadas las condiciones físicas del terreno, y la posibilidad de aprovechar las infraestructuras de regadío. El común de la población necesitaba cereales y serán el trigo y la cebada los más plantados, quizás al 50% si hemos de tomar como base los documentos de la zona de Ejea. Otros cereales podrían ser el mijo, la avena o el panizo pero eran considerados de peor calidad y por tanto no solían entrar en el cómputo de las rentas señoriales ni – en estas tierras - eran objeto de exportación, por lo que aunque hubieran existido, no tenemos noticia de ello. Otro producto que protagonizará una radical transformación del espacio agrícola es el viñedo, cultivo que aumentará de manera extraordinaria, quizás impulsado por las Órdenes Militares que se asientan en estas tierras15. Tomemos como ejemplo el caso de Añesa, al sur de Ejea. En 1149 se establecen acuerdos entre el Temple y la Selva Mayor de Ejea sobre la entonces denominada “pardina” de Añesa, es decir, un lugar básicamente deshabitado de vocación ganadera. Un siglo después nos encontramos el lugar transformado en un poblado próspero, con regadío y abundantes viñedos. Lo mismo sucederá en Tauste: en la documentación aportada por M.A. Motis en las III Jornadas de Historia de Tauste se citan términos del lugar a finales del XV: de 26 campos citados 21 son viñas o majuelos, 1 es un huerto, el resto campos (de cereal). Los términos son tan significativos como “Tras la Canal”, “Viñuelos”, “El Vergel” y “Campo Nuevo”16. Las tierras de Tauste eran casi todas de secano, labradas en barbecho de año y vez incluso en fecha mucho más cercana (siglo XIX). El regadío se limitaría a las cercanías del Arba, y estaría orientado a los cultivos de huerta o algunos viñedos afortunados. Precisamente esta orientación a cultivos de regadío se daría en Tauste en la misma proporción que otros lugares del entorno, permitiendo la acumulación de beneficios a los sectores más destacados de la sociedad17. Su importancia se puede comprobar viendo cómo ya en el 15 Las Cinco Villas en la Edad Media, op. cit. pp. 168 y 179. Una mentalidad inversionista les animó a convertir los campos de cereal donados en majuelos (viñas nuevas). 16 “La comunidad judía de la Villa de Tauste durante la Edad Media”, pág. 27. 17 LAPEÑA PAÚL, A.I.; En 1397 San Juan de la Peña da un patio de casas en Tauste, en el barrio de las Eras, a cambio de otro que tiene riego y está al lado de otro de San Juan, en el término del Vedado y rodeada de viñas. Doc. 85 de “Documentos en romance del monasterio de San Juan de la Peña, (Segunda 159 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

siglo XVIII, Tauste disponía de hasta 6.000 cahíces de huerta de regadío (los mismos que Ejea)18. El interés por el regadío será el origen de uno de los más notables proyectos medievales que prolongará su importancia y construcción a lo largo de la Edad Moderna: la construcción del Canal de Tauste. Los conflictos por el agua de riego seguramente tienen sus orígenes en siglos muy lejanos, aunque los primeros datos de que tenemos constancia proceden precisamente de estas épocas. Como es lógico, son los municipios de Ejea y Tauste los enfrentados. Dado que la Carta de Población de Ejea le concedía derecho de uso pleno de las aguas del Arba, los ejeanos aprovecharon esta circunstancia para sangrar el río cuanto pudieron, estableciendo una red de acequias y canales que permitiera la puesta en explotación al completo de amplios territorios y la transformación que venimos considerando. Son numerosísimas las cuestiones a este respecto, destacando las que correspondían al uso del azud de Añesa, del que obtenían aguas a medias los de Ejea y Tauste, y que quedará regulado por la Carta de hermandad antes citada, y la construcción en el siglo XIII por parte de los ejeanos del llamado azud de Arassias que detraía aguas del Arba al norte del de Añesa, lo que perjudicaba a los de Tauste. Su destrucción será reclamada por este concejo a lo largo del siglo siguiente, sin mucho éxito a pesar de las sentencias favorables a Tauste19. Como vemos, a lo largo del siglo XIII el territorio está en pleno rendimiento. La propiedad se irá fragmentando: de las heredades mencionadas en un primer momento (tierras, monte, aguas) se pasará a campos de monocultivo. Será entonces cuando aumenten los conflictos y la necesidad de regular unos espacios ya saturados: de ahí las Cartas de Hermandad. En la de 1292 ya mencionada se fijan con precisión los turnos de riego y se regula una magistratura de gran interés: la del zabacequia20. Los zabacequias de Tauste y Ejea comprobarían regularmente los campos de uno y otro término y las instalaciones de riego (cada uno los del contrario, por supuesto), multando a los infractores e incluso ejerciendo el derecho de tala por el que los campos regados indebidamente eran destruidos, o pasando el fruto serie, 1325-1399)”. Alazat, 11 1999 pp. 295-341. 18 M.A. Pallarés, op. cit. 19 Vid. Suessetania nº 13, op. cit., pág. 107. 20 Origen árabe: sahib al saqiyya, señor de la acequia. Suessetania 13, pág. 102. Elena 160 Piedrafita Pérez

del trasgresor a beneficio del otro concejo (se entiende que a los de Tauste, pues éstos no podían regar más que con sus aguas). La actuación conjunta de vecinos de ambos concejos era garantía de que no se produjeran desmanes o malentendidos: las talas se hacían en conjunto, y la elección de zabacequias había de ser aprobada por el concejo contrario. Todo este panorama demuestra hasta qué punto se había producido una saturación del territorio a fines del siglo XIII. Todos los reinos cristianos vivieron el mismo fenómeno, que tendrá grandes repercusiones sociales e incluso políticas que exceden lo que aquí nos interesa. Destaquemos no obstante, el hecho de que un medio natural agreste y boscoso ha visto transformado en un paisaje agrícola y ganadero de enormes posibilidades económicas. El aumento de la producción, el consiguiente crecimiento poblacional, el auge económico y la aparición de grandes fortunas comerciales cambiarán las bases materiales de los pobladores de estas tierras, permitiendo al mismo tiempo la evolución del consumo alimentario. PRODUCTOS CARNE Ya hemos apuntado cómo desde fechas tempranas se fijó una discriminación entre “carne” y lo que no lo era, estableciendo una jerarquía entre productos alimentarios que más adelante se teñirá de una justificación médico-filosófica. En la cúspide alimentaria medieval reina la carne de carnero, primacía que no cesara hasta el siglo XIX en que la desbanca la ternera, muy apreciada también en esta época pero escasa y por tanto muy costosa. Las menciones a carnero son frecuentísimas en los documentos de la época, por lo que podremos deducir que cuando se cita sin más detalle la “carne” corresponde a la de este animal. En Tauste eran abundantes tanto los carneros y ovejas como los bueyes o las vacas. Éstas últimas se consumían ya viejas por lo que resultaba una carne poco apetecible. Cuando la encontramos en estos siglos suele ser un plato de gentes pobres, y por lo dura y poco sabrosa suele prepararse en pasteles o mezclada con otras. Las aves como vimos, eran consideradas carnes más “finas”, más ligeras, blancas y tiernas. Las gallinas y pollos eran las aves más frecuentes en 161 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

las poblaciones, pero se aprovechaban sobre todo sus huevos, alimento que junto con el queso sustituía a la carne cuando no la había o cuando estaba prohibido comerla (días de abstinencia). Comer pollo era propio de días muy señalados, y las gallinas se sacrificaban de tarde en tarde y cuando ya eran viejas. En cuanto a otros ánsares, desconocemos si estaban presentes en las mesas de estas gentes aunque dado su precio o exotismo habrá que sospechar que no muy a menudo. Las exquisitas perdices en cambio, eran plato privativo de quien pudiera cazarlas o comprarlas: en este sentido los derechos de caza que Tauste tenía sobre su territorio podrían considerarse de gran valor, aunque el aumento de las tierras de labor limitara constantemente los recursos cinegéticos. El cerdo era comida muy popular. También es comida habitual en los menús de las gentes de más posición, aunque éstos consumen sobre todo perniles (jamones, muy apreciados los del Pirineo) o cochinillos asados en las fiestas más destacadas. La manteca, el tocino y el bacón (carnsalada) eran las grasas más consumidas. El cerdo criado en casa y sacrificado tras su engorde era la fuente principal de carne para los que no poseían otro ganado. En ese caso las conservas debían estirarse cuanto se pudiera, y podemos imaginar que el potaje diario terminara por incluir tan sólo alguna pequeña pieza o restos del aceite o grasa con su aroma. Con su carne y la de otros animales se elaboraban salchichas y longanizas y otros embutidos, aunque éstos no solían estar al alcance de la población en general por lo que eran comidas de fiesta. Es muy arriesgado aventurar cuánta carne y de qué tipo comerían los habitantes de Tauste en estos siglos. En general los historiadores de la alimentación están enfrentados entre los que opinan que el consumo cárnico era muy limitado para la población en general21, mientras que otros consideran que aunque no en abundancia, la carne era plato común en casi todas las mesas. En esto como en otros casos habrá que considerar que las diferencias entre grupos sociales marcaban entonces distinciones insalvables. Así por ejemplo podemos fijarnos en el consumo cárnico que realizaban los clérigos de la Seo zaragozana como ejemplo de lo que podrían llegar a consumir las clases más privilegiadas22. Aunque los canónigos 21 Algunos la cuantifican en unos 200 gr por persona a la semana, siendo aún menor en la zona mediterránea. 22 Para una visión general ver PIEDRAFITA PÉREZ, E.: La cocina de la Corona de Aragón en la época medieval, DPZ, 2012, o el artículo de la Revista de Historia Jerónimo Zurita ya mencionada, en la que Elena 162 Piedrafita Pérez

no comen carne ni los viernes ni los días de ayuno, los lunes y miércoles comen dos libras de carnsalada23 por persona, mientras que los días de fiesta comen una pieza de carnero entre dos personas. Los miembros de la Pabostría pueden llegar a comer ciertos días especiales hasta un carnero de unas 12 libras entre dos. En lo que se refiere a los miembros de la nobleza laica, en las Ordinacions que el rey Pedro IV establece para su corte y que pretenden limitar el consumo, se fijan dos platos de carne como máximo en el almuerzo y uno en la cena; lo que nos indica que lo habitual sería bastante más. Por ejemplo la reina María de Luna anota a comienzos del siglo XV como ración base unos 2 kilos de carnero, 68 gr de tocino, tres cuartos de gallina, 2 huevos, 1 kilo de pan y tres litros y medio de vino, además de verduras, queso, etc. 24 Naturalmente no todos comían tales cantidades: según la ideología de la época a los nobles les correspondía cuatro veces más cantidad de comida que a la media. Esto no quería decir que efectivamente la comieran, sino que era la que les estaba reservada en función de su posición social. Además, a lo largo de los siglos de la Baja Edad Media estos excesos se limitaron, y la preeminencia social pasó a demostrarse a través del refinamiento en las costumbres, la elegancia de los trajes, los productos exóticos y costosos y las elaboraciones complejas o sorprendentes. Cito estos casos como ejemplo de consumo extremo, aunque hay que considerar que en la comarca cincovillesa no existirían personajes de tanta alcurnia. La nobleza local, los caballeros de nuestras Cinco Villas eran bastante más “frugales”. Veamos un documento extraordinario que seguiré mencionando, en el que un miembro de la nobleza local de Uncastillo, Miguel de Gaizco, establece un acuerdo de manutención para él y su grupo familiar (unas 7 personas) con la Orden hospitalaria a comienzos del siglo XIII (1214). En este caso las raciones de carne previstas son, para los días en que está permitida, entre un cuarto y medio cuarto de carnero. El resto de días en cambio tan sólo comerán un potaje de verduras, hortalizas y cereales. se analizan los documentos estudiados por Mª Pilar LÓPEZ MARTÍN, Elena REQUEJO DÍAZ DE ESPADA, y Mª Rosa GUTIÉRREZ IGLESIAS. 23 Carne de cerdo conservada en sal, lardo o bacón. 24 La cocina de la Corona de Aragón en la época medieval pág. 33 tomado de GARCÍA MARSILLA, J. V. La jerarquía de la mesa. Los sistemas alimentarios en la Valencia Bajomedieval. Valencia Diputación Provincial, 1993. 163 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

Y en lo que se refiere a los clérigos racioneros, tenemos datos de lo que comían en las Abadías de San Esteban de Sos, Santa María de Uncastillo y la Selva Mayor de Ejea25. Aquí las cantidades de carne varían aunque en conjunto las podemos cuantificar entre el cuarto o medio cuarto de carnero antes mencionado. En algún caso los animales más pequeños (cordero) se complementan con cerdo (media libra en Sos o Uncastillo), o con algún conejo (Uncastillo), todo dependiendo de la fecha litúrgica y el día de la semana como siempre. Se puede comprobar que la “ración” estándar (un cuarto de carnero) se debe ir subdividiendo entre más personas conforme disminuyen las posibilidades económicas. Muchas raciones de este modo se acercan a los 100-150 gramos mientras que en otras ocasiones el consumo se multiplica hasta llegar a más de 2 kilos por persona. Por desgracia, no disponemos de datos completos referentes a Tauste. En las posesiones que San Juan de la Peña llegó a acumular en la localidad – y que en algún momento se organizaran como priorato – existían clérigos racioneros cuya provisión en el siglo XVI (1566) consistía en 5 cahices de trigo, 3 nietros de vino y 100 sueldos de vestuario. Nada se menciona sobre la carne u otros productos, que serían adquiridos con parte de las rentas percibidas. Una explotación donde ya no tienen cabida las raciones alimenticias de otros tiempos26. En fechas anteriores, y atendiendo al tipo de propiedades que el monasterio pinatense acumuló en la localidad, es de suponer que la comunidad de clérigos se alimentara mediante prescripciones muy semejantes a las que regían en las otras abadías del entorno. No faltan las menciones a campos, viñas, huertos y casas, y no faltarían tampoco los ganados. HUEVOS Al alcance de la mayoría de los estómagos, pues quien más quien menos tenía alguna gallina ponedora que le proporcionaba este valioso alimento, fuente de proteínas básicas junto con el queso cuando faltaba la carne. Quien podía los consumía en grandes cantidades. Hay constancia de cenas o comidas en las que era “razonable” comer de media a una doce25 Revista de Historia Jerónimo Zurita, op. cit. pp. 99-132. 26 LAPEÑA PAÚL, A. I. El monasterio de San Juan de la Peña en la Edad Media. (Desde sus orígenes hasta 1410), Ed. CAI, Zaragoza 1989, pág. 366. Elena 164 Piedrafita Pérez

na de huevos, sobre todo si no había cosa de más sustancia. Los monjes de San Juan de la Peña comen 4 por persona los días en que no hay carne; y los canónigos de la Seo pueden comer hasta 8 los días de fiesta, condimentados además con pimienta. También los consumen en número indeterminado los racioneros cincovilleses. También componían el condimento de los potajes - calabazas con queso, huevos y leche que comen los de la Seo por ejemplo - o la base de las salsas que proliferaron en esta época. Como viene siendo habitual, los huevos son comida más propia de las clases populares, y las élites los consumen como acompañamiento de otros preparados, o como sustitutivo “ligero” cuando no hay otra cosa o se cena sobriamente27. En la contabilidad del infante Pedro, futuro rey Pedro III (1260-70), se anotan entre las minucies, junto con el vinagre, la mostaza y otros condimentos, u otras carnes y las verduras: aquello que por su poco precio y escasa consideración era de poco valor. Se guisaban de muy distintas maneras (los monjes benedictinos que los comían a manudo de hasta 15 modos diferentes), pero las más habituales en Aragón eran fritos en aceite o manteca de cerdo, escalfados o asados. PESCADO El pescado era poco apreciado, aunque desde luego consumido siempre que se podía. También en este producto existían jerarquías, del muy señorial salmón, pasando por la anguila o el congrio y terminando por las humildes sardinas, casi siempre en conserva. Se tiene constancia de que el río Ebro proporcionaba abundantes y variados ejemplares, hasta tal punto que llegó a haber un gremio de pescadores. Lo más seguro es que se pescara también en el Arba, sobre todo en las represas que conformaban la red hidráulica y los molinos. Los pescados de mar eran escasos como es lógico, y sólo en siglos bajomedievales se generalizó el consumo de sardinas saladas o arenques. El ideario de la época los desprecia, ya que habían pasado a ser un alimento de mortificación. Según la categorización que los dietistas medievales hacían de los productos proporcionaba poco alimento y era en algunos casos peligroso. No obs27 CONDE I DELGADO DE MOLINA, R.: “Fonts per a l’estudi del consum alimentari en els temps medievals: Fonts de l’Arxiu de la Corona d’Aragó”, Alimentació i Societat a la Catalunya Medieval, Barcelona, Institució Mila i Fontanals-CSIC, 1988, pp. 27-50. 165 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

tante, y a pesar de estas recomendaciones, veremos a las clases potentadas consumir abundantes y variados pescados (mariscos, salmones, merluza), sobre todo en los días en que no se podía comer carne. En las Cinco Villas la única mención que he encontrado sobre el pescado se refiere a la abadía de Santa María de Uncastillo, en la que se estipula que se consumirá los viernes y días de ayuno junto con el potaje de verduras que mencioné, para lo cual se prevé un gasto en dinero lo que nos indica que había que comprarlo. ¿No existía la posibilidad de adquirirlo de río? ¿Era éste poco apreciado y se prefería obtenerlo de otros lugares? Son preguntas de difícil o imposible respuesta, pero dado el panorama general me arriesgo a afirmar que el pescado se ha convertido en estos siglos ya en un producto algo marginal, que se obtiene de forma ocasional de los ríos de la zona (no existirán las pesquerías existentes en otros lugares o monasterios). PRODUCTOS LÁCTEOS En un lugar donde se cría ganado no pueden faltar los derivados de la leche. Ésta no se consume fresca prácticamente nunca, pues las posibilidades de conservación son mínimas y los peligros de contraer enfermedades a través de su consumo, muy conocidos desde siempre. El queso tendrá en muchos países una consideración despreciable pero en los reinos hispánicos no parece que existiera tal rechazo, por lo que era parte esencial de la dieta de la población en su conjunto. Los más ricos elegían con cuidado lo que podríamos llamar “denominaciones de origen”, demandando ya quesos de Teruel o de “Aragón” en su conjunto, muy apreciados incluso fuera de nuestras fronteras28. No faltaban por ello en cualquier plato, incluso en las mesas más distinguidas. Es de notar también la combinación fruta más queso que podemos encontrar en mesas muy refinadas, acompañado de miel en la corte de Pedro IV. En las abadías cincovillesas nos lo encontramos siempre condimentando platos de verduras o legumbres a los que les falta la carne o la grasa animal. Así se cocinan el ferculum de Ejea, y la cozina o las berzas de Sos los viernes festivos (se aliña con hasta media arinzada de queso, es de suponer que en conjunto). En Uncastillo no se menciona, quizás porque disponen de pescado. 28 Los reyes se los hacían llevar si estaban fuera de Aragón. Así María de Luna, estando cerca de Segorbe, se hacía traer quesos de Mallorca o Aragón. Elena 166 Piedrafita Pérez

Lo que viene a ser un aliño o condimento entre los más poderosas se convierte entre los modestos en al aporte proteínico por excelencia. En muchos casos el pan con “algo”, el companagium que se decía entonces, se traduciría en pan con queso o alguna otra cosa – cebollas, ajos, un buen trago de vino – en los tentempiés consumidos a pie de obra, en los campos o montes29. La dificultad de conseguir leña para cocinar en un medio que hemos visto progresivamente deforestado volvería apetecibles estas comidas, al alcance de la inmensa mayoría de las gentes aunque – como siempre – no en la misma proporción. La ración mínima, a juzgar por lo que se prevé cuando se da de comer a los pobres, serían unos 100 gr por persona. El queso es también uno de los alimentos más frecuentemente mencionados en las alialas o alifaras que cerraban tratos y compraventas en esta época30. Está por tanto más cerca del consumo propio de los modestos, tal y como nos refiere Francesc Eiximenis al describir la alimentación de los pobres: pan grosero (de cebada o centeno, integral), peces pequeños, cebolla, puerros, ajos, queso, higos secos, coles con aceite, lentejas, carne de buey y a veces un poco de carnsalada. PAN Y CEREALES Con todos los platos se consumen grandes cantidades de pan. En muchos países europeos se preguntan si los cereales se comían en forma de pan o de gachas. En Aragón, y en concreto en las Cinco Villas he de afirmar que las noticias que nos llegan parecen demostrar que el consumo de pan era bastante general. Por supuesto había calidades. Los señores no consumían sino pan de trigo blanco, a ser posible candeal (el que se usaba en las obleas). Además la demanda de pan de trigo por parte de las grandes ciudades implicó la orientación de los campos de las localidades cercanas hacia este producto. Así debió ocurrir en el Tauste medieval, pues la venta estaba asegurada y las tierras llanas de sus inmediaciones permitían su cultivo. El trigo podía llegar a pagarse al triple de precio que el ordio o cebada, por lo que los campesinos tendrían que derivar su producción a la venta 29 Aparece el queso en las comidas de los campesinos que realizan trabajos para su señor y entre los obreros de la construcción: Las Cinco Villas en la Edad Media op. cit. pp. 66 y siguientes. 30 Una especial: ocho panes, un queso para comer, dos cántaros de vino (32 litros), citada por UTRILLA, J. F., “Sicut ritum est in terra aragonensis” Sancho Ramírez, rey de Aragón, y su tiempo. 1064-1094, coord. E. SARASA SANCHEZ, Huesca, 1994. 167 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

para poder obtener dinero con que efectuar sus pagos. Los más modestos mezclarían el trigo con cebada (de ahí que las rentas campesinas se pagasen a medias de trigo-ordio). Dado que en estos siglos el pan de trigo va a terminar siendo indicador de pertenencia a una clase social ennoblecida, su consumo en estas tierras demuestra que el grupo de caballeros villanos que se estableció en el momento de la conquista ha consolidado su posición oligárquica, acercando su nivel y hábitos de consumo al de los grupos ciudadanos de urbes más desarrolladas. La disponibilidad de molinos y hornos concejiles permitía además a los vecinos molturar la harina y llevar la masa a cocer sin tener que pagar impuesto señorial alguno. En el contrato que establece Miguel de Gaizco con los hospitalarios se cuida de anotar que el pan que le proporcionarán será del mejor que fuera recolectado en la heredad donada, lo que vendría a decir, pan de trigo. También los monjes y clérigos racioneros reciben piezas de pan. La ración monacal se cuantifica en una libra de pan diario, lo que constituye una reducción del promedio consumido habitualmente. En Ejea perciben una arroba de trigo por persona, unos 12 kilos; los clérigos de Sos comen diariamente 4 libras de pan (casi dos kilos) y “sólo” 3 libras los de Santa María de Uncastillo31. Estas elevadas cantidades eran habituales entre gentes de posición: la reina María de Luna por ejemplo, calcula a comienzos del siglo XV que a cada uno de los comensales de su cortejo le corresponderían unos 2 kilos de carnero, 68 gr de tocino, tres cuartos de gallina, dos huevos, un kilo de pan y tres litros y medio de vino, además de verduras, queso, etc32, e incluso entre otras más humildes pues con frecuencia el pan era más que el principal alimento, el único del que podían disponer: las Ordinacions de Pedro IV por ejemplo prevé para un sirviente una “ración” base de treinta onzas de pan (887,4 gramos). Por supuesto que estos cereales no eran los únicos. También se podía hacer pan con centeno, avena, sorgo y mijo, pero eran cereales mucho menos apreciados, admisibles sólo entre gentes muy humildes o en situaciones de hambruna. En las cuentas de las Casas señoriales o reales se especifica que el pan que se dará a los sirvientes sea el “común”, pan que no era blanco, mezclado con otros cereales que no eran el de trigo (comuña). 31 En La Seo los canónigos comen dos libras, y los capellanes la mitad. 32 La jerarquía de la mesa. Op. cit. p. 191. Elena 168 Piedrafita Pérez

También se comerían gachas o farinetas en la mesa de los campesinos y artesanos más humildes, dado que su preparación implica menos gasto en leña y menor trabajo para la cocinera. De estos platos ha quedado constancia en las menciones a los potajes que comían los racioneros de las abadías cincovillesas, por lo que es probable que fuera un plato muy habitual. Es posible que éste fuera el plato “base”, una sopa de cereales a la que se le iba añadiendo lo que se podía, verduras y hortalizas al alcance de la mayoría, grasa animal, algo de carne, o queso y huevos. El pan y los cereales tienen también su versión más festiva en los postres que de manera mucho más excepcional que hoy en día, se preparaban en todas las mesas. Tortas con miel sería el preparado básico, con azúcar cuando ésta pudiera obtenerse a buen precio, o entre gentes más pudientes. Harina para preparar masa de empanar y hacer pasteles, que en esa época no son necesariamente dulces, pues van rellenos de carne, pescado o verduras. Obleas delicadas (“neulas” o nebulas) que se comen en Navidad, empanadillas rellenas de queso con frutos secos de tradición musulmana, fritas en aceite (y también frutas de sartén), flanes de harina de trigo con queso fresco, huevos y salsas con especias. Platos extraordinarios por sus valiosos condimentos (azúcar, especias, ajonjolí, canela) y por su preparación (muchos exigen el costoso aceite, o el horno). Toda una variedad de repostería que pasará a través de los siglos hasta nuestros días. VINO Otro producto capital en estos siglos es el vino. El cultivo de la vid, ya de tradición clásica, puede que no se perdiera en estas tierras ni siquiera durante la dominación musulmana. Ya ha quedado explicada la profunda transformación agrícola que vive el valle de los Arbas entre los siglos XII y XIII, en buena parte gracias a la reorientación de sus cultivos hacia el viñedo. El nivel de consumo de vino era elevadísimo, y general para toda la población. Al parecer era habitual que todos bebieran abundante vino – y no agua, hay que decir, ya que su potabilidad siempre era motivo de sospecha – aunque hay que señalar que la graduación y calidad de estos vinos dejarían mucho que desear. Además el vino solía rebajarse con agua y pocos podrían beberlo “puro”: es frecuente encontrar noticias en las que los perceptores de alguna manutención reclaman con insistencia que se les proporcionen raciones más cuantiosas, frecuentes o de vino menos “aguado”. 169 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

Desde luego en estos siglos ya existían vinos renombrados, que lógicamente eran consumidos por los sectores sociales más encumbrados. En las cuentas de la casa real o de los nobles se anota con cuidado no sólo cuánto vino ha de adquirirse sino de qué calidad. Era frecuente que el vino más corriente saliera de las rentas pagadas por los campesinos, o procediera directamente de los viñedos que poseían los terratenientes, mientras que los más escogidos fueran adquiridos en el mercado, a veces de lejanas tierras. Así ocurre con el vino “grech” o griego, de uva malvasía, blanco y dulce, que procedía del Mediterráneo oriental y que terminará aclimatándose a tierras levantinas. Estos caldos podían multiplicar hasta por 12 el precio del vino común, y quedaban reservados a los más ricos. Dado que en las tierras cincovillesas eran abundantes los viñedos, sin duda el vino que aquí se consumía procedía en su mayor parte del propio terruño. Los sistemas de recogida, prensado y vinificación eran aún rudimentarios, y el vino se agriaba con frecuencia. Para evitar problemas se solían aumentar su graduación (de ahí que hubiera que rebajarlo) o se le añadían todo tipo de cosas, yeso incluido. La cantidades oscilaban entre medio litro para los monjes y gentes con una dieta más rigurosa, y los tres cuartos o el litro para los demás, incluyendo a mujeres y niños. El vino era bebida universal, fuente de calorías y desde luego, consuelo de una vida con frecuentes penurias. El vino se tomaba como desayuno, con algo de pan o quizás en sopetas, como piscolabis o merienda entre comidas, cuando se paraba a descansar un poco en las duras tareas agrícolas o en la construcción, con algo de pan, cebollas y ajos o queso si lo hay. También es símbolo de celebración: en estas ocasiones se consume con miel y especias, con pimienta, canela, clara de huevo y otros productos que convierten una copa de vino en un postre propio de días de fiesta, un entrante distinguido o un agasajo especial. VERDURAS Y HORTALIZAS En Tauste, como en muchos otros lugares el valle del Ebro o Arbas, la tradición musulmana y mudéjar dejó una impronta indeleble tanto en el paisaje agrícola como en los hábitos alimentarios. Es de notar que aún hoy en día nuestra comunidad es una de las más “verduleras” del país. Así queda registrado en las anotaciones realizadas con motivo de viajes o embajadas, Elena 170 Piedrafita Pérez

que nos demuestran la variedad y calidad de los productos hortofrutícolas de nuestra tierra, y la frecuencia con que los aragoneses los comían aún teniendo que pagar por ellos en caso de estar en el extranjero33. Ya que se dan por supuestas y su precio es escaso, o se consiguen de los huertos propios, no suelen aparecer en los libros de contabilidad. En cambio son numerosísimas las menciones a huertos y hortales, incluso dentro de las propias poblaciones dado que la densificación de las villas aún no se había completado, perviviendo casas muy amplias con corrales, huertos o eras. Su consumo es abundante y universal: aunque no eran apreciados por las élites, también están presentes en sus menús. Pero en vez de componer la totalidad del condumio – cosa que sucedería con frecuencia entre los más modestos – aparecían como guarnición a las carnes o platos principales, o bien integraban sopas o potajes muy diversos que se consumían como entrantes. Robert de Nola34 en su famoso Llibre de Coch menciona muchos de estos potajes (porriola, calabazate, potaje de farro, de sémola, cebollas, berenjenas en cazuela, etc.), que partirían de una preparación campesina de verdura cocida alcanzando el rango señorial mediante la adicción de especias o componentes más selectos. La contabilidad de la Casa de los Duques de Gandía, estudiada por J. V. García Marsilla, nos muestra la presencia diaria de estos productos incluso en las mesas más distinguidas, y pueden servirnos de referencia a la hora de considerar cuáles serían los hábitos alimentarios de las clases elevadas de respecto a estos productos. Se comen por supuesto majares más selectos como espárragos, lechuga con miel y vinagre, habas tiernas, espinacas, además de que aparecen en mayor medida como acompañamiento del plato “fuerte”, que es siempre de carne o pescado: pescado con coles, anguilas con lentejas y berros, cordero con rábanos, coles y habas… Los grupos eclesiásticos se veían obligados por su regla a consumir abundantes verduras y hortalizas, componiendo con ellas el plato base, al que se van añadiendo otros ingredientes según vimos. Los grañones cocidos, las berzas con “aguasal” de los clérigos de Uncastillo, se convierten en 33 Como ejemplo el viaje de Pierre Gobart, clérigo francés al servicio de la monarquía navarra, que sacó a la luz L. Rafael Villegas Díaz donde explica cómo el mayor consumo de frutas y verduras se dio precisamente en la zona aragonesa. “Datos sobre la alimentación en la frontera navarro-castellana-aragonesa en el siglo XIV” Manger et Boire au Moyen Âge, Nice, PFLSHN, 1984, t. II, p. 237. 34 Fue cocinero de Fernando I de Nápoles, escribió un Recetario de cocina en el s. XV, publicado en 1520. Hoy está editado por La Val de Onsera, col. Alifara, Huesca 1994. 171 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

la Seo en cebollas, habas, coles con leche y pimienta o con aceite, acelgas, calabazas o espinacas. Un menú más pormenorizado o quizás más variado dado que estamos en una ciudad. Una verdura siempre variada, al ritmo de las estaciones. Podemos pensar que éstos serían los platos más habituales en las mesas más modestas. Las verduras más habituales eran las universales coles (de alto valor nutritivo y que además son propias de invierno, cuando faltan otras), berzas, nabos, puerros, ajos y cebollas, Espinacas, calabazas y acelgas junto con las lechugas son de más categoría. Habas, garbanzos, lentejas, arvejas y otras fabáceas completaban junto con los más finos guisantes, muchos de los platos. No podemos olvidar la gran cantidad de “hierbas” o raíces que se recolectarían y que no han quedado registradas en ningún lugar (bledos, verdolagas, diente de león etc.). CONCLUSIÓN Con el presente trabajo he intentado trazar un bosquejo de la forma en que se alimentarían nuestros antepasados en los siglos medievales. Espero haber dejado claras algunas nociones básicas: la dependencia de esta economía respecto a su medio natural, y cómo su transformación y expansión terminó por sentar las bases de la gastronomía de estos siglos. Los productos se escogían por su cercanía pero también atendiendo a valores mentales y normas religiosas. Por supuesto la posición social del comensal determinaba la variedad, cantidad y calidad de su alimentación. ¿Una cocina muy alejada de nuestra realidad actual? Creo que ha quedado claro que no: nuestra cultura gastronómica es tan rica, está tan enraizada en la tradición que creo que merece nuestro respeto. Hemos visto una cocina basada en productos naturales – como no podía ser menos en estos tiempos – con una proporcionada cantidad de verduras, frutas y hortalizas, carnes magras y preparaciones sencillas. Nutricionalmente equilibradas en su mayoría aunque no fueran esas su intención ni sus aspiraciones. Hoy en día tenemos mucha mejor formación, conocemos las propiedades de los alimentos y tenemos acceso a productos de cualquier parte del mundo. Paradójicamente todo ello no redunda de manera inmediata en unos hábitos alimentarios más correctos o más satisfactorios. Quizás si echamos un vistazo a nuestra historia encontraremos inspiración y lucidez. Elena 172 Piedrafita Pérez

Por supuesto tenemos que hacer frente a un mundo muy distinto, complejo y cambiante. Pero ahora que se reclama la cocina de proximidad, el valor de los productos naturales y una sabia proporción nutricional quizás podamos entender que en Aragón tenemos ya mucho camino recorrido. Ése que hicieron por nosotros los que nos precedieron, los hortelanos y pastores, las mujeres que pusieron el puchero al fuego y lo llenaron con lo que podían, siempre intentando sacar adelante a su familia, los que se reunieron alrededor de la comida para celebrar la vida en compañía.

173 Aviando el puchero. ¿Qué se comía en las Cinco Villas en la Edad Media?

Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad del Bronce en la localidad de Tauste. José Ignacio Royo Guillén

Arqueólogo. Dirección General de Patrimonio Cultural. Gobierno de Aragón

INTRODUCCIÓN Cuando los amigos de la Asociación El Patiaz me propusieron realizar una síntesis sobre la prehistoria de la comarca, pero muy en especial sobre la propia localidad de Tauste, dentro de las XIV Jornadas sobre Historia de Tauste llevadas a cabo en febrero de 2013, me propuse plantear un trabajo que de algún modo supusiera una revisión de los datos que hasta la fecha han venido apareciendo en distintos artículos y estados de la cuestión realizados sobre este territorio zaragozano, enmarcado entre el Prepirineo y el valle del Ebro por un lado y el rio Gállego y las Bardenas Reales y las tierras navarras por otro (fig. 1). Lo cierto es que algunos trabajos realizados en los últimos diez años, han supuesto un cambio cualitativo y cuantitativo en la

Fig 1. Las Cinco Villas en Aragón

177 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

percepción de la prehistoria reciente de las Cinco Villas, permitiéndonos una nueva relectura de los yacimientos y sus materiales, un tanto olvidados en los estudios actuales, más centrados en otras áreas del valle medio del Ebro, especialmente en su sector oriental. Aunque las investigaciones arqueológicas en la comarca de las Cinco Villas zaragozanas cuentan con una larga tradición, las principales y casi únicas intervenciones arqueológicas realizadas hasta el momento, se han centrado en los importantes monumentos y yacimientos de época romana repartidos por su territorio. Aquí sólo citaremos algunos de los más importantes, como el oppidum de Valdetaus en Tauste, o la ciudad de Tarraca en Los Bañales de Uncastillo, sin dejar de lado otras intervenciones no menos importantes en conjuntos funerarios como La Sinagoga o el Mausoleo de los Atilios en Sádaba. Por lo que se refiere al conocimiento de la Prehistoria de las Cinco Villas, aunque a mediados del siglo XX, ya se realizan las primeras síntesis y estudios científicos sobre diversos hallazgos de la zona (Galiay: 1945; Maluquer: 1955), no será hasta las décadas de los años 70 y sobre todo de los 80 del siglo XX, cuando diversos trabajos de prospección y excavación, permitirán notables descubrimientos de época prehistórica y protohistórica, como el hallazgo de la estela de Luna (Beltrán Lloris, 1976, 55-56, fig. 1), el conjunto de talleres de sílex eneolíticos del Barranco de Busal en Uncastillo (Casado: 1975, 1979 y1983; Casado y Burillo: 1977), o las necrópolis tumulares de Busal (Burillo: 1977) y Corral de Mola (Royo: 1980, 246-247). Muchos de estos hallazgos fueron posibles gracias a la dedicación, tesón y colaboración de algunos ilustres aficionados o eruditos locales como D. Luis Pueyo Campos para la cuenca del río Riguel, o D. Amado López Armisén para la cuenca de los Arbas y en especial Ejea de los Caballeros y su territorio inmediato. Aunque hasta cierto punto olvidados y en ocasiones muy criticados por la “arqueología oficial”, el patrimonio arqueológico cincovillés se vio en gran medida ampliado, gracias a sus trabajos de prospección y localización de yacimientos que en muchas ocasiones derivaron en importantes descubrimientos que permitieron la investigación para muchos arqueólogos ahora “consagrados”. Esta fructífera etapa que se prolongó hasta la década de los 90 del siglo XX, se centra en los trabajos que los equipos de la Universidad y el Museo de Zaragoza realizaron en la zona, dando a conocer novedades sobre la Edad de los Metales en las Cinco Villas, así José Ignacio 178 Royo Guillén

como algunos estudios monográficos de yacimientos o materiales específicos (Barandiarán y Martín-Bueno: 1971; Aguilera: 1985; López: 1985 y 1986). A todo esto hay que unir las prospecciones llevadas a cabo como consecuencia de la transformación en regadío de Las Bardenas, dentro de los Planes de Arqueología Preventiva del Gobierno de Aragón (Navarro et Alii: 1991, 399 v ss.; Gómez et Alii: 1991, 501 y ss.), además de otras prospecciones llevadas a cabo en los alrededores de Sádaba (Rey: 1991) o relacionadas con hallazgos sueltos (Lanzarote et Alii: 1992). Junto a esto, se desarrollarán las primeras síntesis globales, tanto a nivel comarcal (Beltrán Lloris: 1985 a), como general (Beltrán Lloris: 1985 b), a las que muy pronto se unirán algunos trabajos que ordenan los datos conocidos hasta la fecha, aportando novedades y realizando una síntesis sobre el conocimiento del momento acerca de la Prehistoria Reciente de las Cinco Villas (Lanzarote et Alii: 1991). El hallazgo y posterior excavación del yacimiento de hoyos de la Edad del Bronce denominado Balsa la Tamariz, (Rey y Royo: 1992, 13-38; Rey y Royo: 1993, 11-27; Royo y Rey: 1993, 47-59; Royo y Rey: 1994, 113122), vino a llenar un importante vacío en la investigación arqueológica de la comarca, el referido a los primeros asentamientos del Bronce Pleno, con estructuras estables de habitación, sobre todo en lo referido al estudio integral de un yacimiento, (Royo y Rey, op. cit.: 1993, 48). En este sentido, el nuevo yacimiento demostró su similitud tipológica y funcional con otros poblados o establecimientos excavados en zonas aledañas del valle medio-alto del Ebro (Royo y Rey, op. cit.: 1993, 56-58, fig. 8) y sobre los que más adelante hablaremos. Los años finales del segundo milenio y los inicios del tercero, marcarán la incorporación de una nueva generación de estudiosos de la prehistoria de las Cinco Villas, dando como resultado la publicación de nuevos estudios sistemáticos sobre áreas concretas y la realización de nuevas síntesis sobre la zona. En este punto deben destacarse algunos trabajos monográficos, como el dedicado a los yacimientos líticos de la cuenca media del río Arba de Biel (Ramón y Tilo: 1993), el realizado en la cuenca alta del río Riguel (Pueyo: 1998),) y muy especialmente el estudio pormenorizado de los yacimientos líticos de las Altas Cinco Villas (Cabello: 2007, 29-44). Por otra parte, los trabajos de arqueología preventiva realizados como consecuencia del proyecto de recrecimiento del embalse de Yesa, darán como resultado la incorporación mediante diversos trabajos de prospección, de 179 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

un importante número de nuevos yacimientos fechados entre el Calcolítico y el Bronce Final (Delgado y Peláez: 2002). La excavación de alguno de los nuevos yacimientos afectados por dicho recrecimiento, dará lugar a nuevas sorpresas, de las que más adelante daremos cuenta (Del Real et Alii: 2005). UNA PUESTA AL DÍA DE LA EDAD DEL BRONCE EN LAS CINCO VILLAS Las obras de síntesis publicadas hasta la fecha, nos permiten abordar con cierta garantía una pequeña relectura de lo que hasta el momento sabemos sobre los primeros pobladores estables de las Cinco Villas, abarcando en lo espacial todo el territorio de esta comarca y en lo cronológico, desde el calcolítico hasta el Bronce Tardío o Final. Antes de pasar a comentar el proceso de ocupación de estas tierras deben comentarse algunos problemas importantes que afectan al estado de nuestro conocimiento sobre este tema y que pasaré a enumerar: • Falta de excavaciones, secuencias estratigráficas y dataciones absolutas de los yacimientos prehistóricos de las Cinco Villas. En efecto, resulta hasta cierto punto chocante que a pesar del desarrollo de la arqueología en el resto del territorio del valle medio del Ebro en los últimos treinta años, en las Cinco Villas no se han realizado excavaciones arqueológicas salvo en Balsa la Tamariz y muy anteriormente, tres sondeos en el yacimiento calcolítico de Busal III. La ausencia de estratigrafías y dataciones radiocarbónicas comparables impide establecer fases y periodizaciones, con lo cual se tienen que establecer por comparación con otras áreas cercanas donde sí se han realizado trabajos arqueológicos. • La mayor parte de los datos aportados por los diferentes yacimientos de la Edad del Bronce de las Cinco Villas proceden de prospecciones más o menos sistemáticas y con recogidas de material de superficie, sin que los abundantísimos materiales recuperados puedan clasificarse según un contexto arqueológico o estratigráfico seguro. • Esta recuperación masiva de material –especialmente lítico y cerámico, pero también metálico- se ve favorecido en muchas ocasiones por la intensa erosión de los cerros y laderas de las Cinco Villas, provocado por la deforestación y la especial geomorfología de este territorio. Las sucesivas José Ignacio 180 Royo Guillén

prospecciones y la retirada de material de superficie de muchos yacimientos, ha provocado que en estos momentos sea casi imposible su localización, ya que en su momento los datos de situación fueron escamoteados o en muchos casos erróneamente localizados. • Por último, la erosión y destrucción de muchos yacimientos arqueológicos se ha visto acelerada por una intensa actividad antrópica en todo el territorio cincovillés. A las extensas transformaciones agrícolas derivadas de la ejecución del Plan Bárdenas II, en la que se han producido grandes roturaciones, creación de embalses, construcción de canales y redes de acequias, caminos y concentraciones parcelarias, se pueden añadir los planes para el recrecimiento de algunos embalses, como el de Yesa, o los planes de repoblaciones forestales que afectan a muchos yacimientos localizados en las cabeceras de barrancos o en sierras como las de Marcuera en Ejea. Por último deben añadirse otro tipo de infraestructuras, en especial las carreteras que también afectan a los yacimientos localizados en el entorno de dichos trazados viales. En todo caso, contamos en la actualidad con suficientes datos publicados, como para intentar exponer en las páginas siguientes el panorama aproximado del inicio, desarrollo y características generales de la Edad del Bronce en esta comarca. En este sentido, debemos acudir a los trabajos donde se ha abordado con mayor o menor fortuna esta problemática, pero muy especialmente a los realizados en la mayor parte del territorio comarcal (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 32-35) y en las Altas Cinco Villas (Cabello, op. cit.: 2007, 31-43). EL TRANSITO DEL NEOLÍTICO AL CALCOLÍTICO Uno de los problemas que aquejan a la arqueología de la Prehistoria Reciente del valle medio del Ebro, es el final del poblamiento neolítico y el tránsito a los inicios de la metalurgia y la aparición de la cerámica campaniforme, debido en gran parte a la falta de contextos estratigráficos claros y dataciones absolutas coherentes. Este hecho, que resulta evidente en el resto de la geografía aragonesa con algunas excepciones, es especialmente acuciante en las Cinco Villas. La dualidad evolutiva, cultural y material constatada entre los territorios al norte del Ebro y al sur de éste (Picazo: 2005, 97-98), sólo puede intuirse en la comarca zaragozana a través del material lítico y cerámico totalmente descontextualizado. En este sentido, hasta la fecha se 181 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

han venido clasificando los yacimientos como “talleres de silex al aire libre”, dado que en muchos casos es el único material con el que se cuenta o en el mejor de los casos, supone más del 90% de los hallazgos. Esto ha supuesto un verdadero hándicap para la investigación debido a la mezcla del material y de su verdadera atribución cronológica (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 32), problemática tratada en profundidad en el trabajo dedicado a los yacimientos líticos de la cuenca media del Arba de Biel (Ramón y Tilo, op. cit.: 1993, 41-43). En general, la mayor parte de estos yacimientos líticos permiten detectar un fuerte substrato epipaleolítico y neolítico, dada la abundancia de piezas tipológicas de talla microlítica, tales como los geométricos, láminas de dorso o buriles. En otros casos, la clasificación se hace más complicada ante la ausencia de piezas tipológicas, lo que ha hecho que de forma sistemática muchos de estos lugares se hayan fechado en un amplio periodo Neolítico/ Calcolítico, basándose en las características del silex recogido (Lanzarote et Alii, op. cit.: 32-33). La denominación “talleres de silex” de cuyo término se ha abusado hasta la extenuación en la bibliografía de este periodo en todo el valle del Ebro, ha sido sustituida recientemente por la de “asentamientos líticos de superficie” al menos en las Cinco Villas, gracias al trabajo metódico de J. Cabello en la zona alta de esta comarca y su propuesta de Sistema Analítico de Evaluación Habitacional –S. A. E. H.- que pretende “caracterizar Fig. 2. Yacimientos líticos Altas Cinco Villas. el grado de estabilidad Según Cabello et Alii 2007

José Ignacio 182 Royo Guillén

o permanencia, así como la presencia de fases diferenciadas dentro de cada yacimiento” (Cabello, op. cit.: 2007, 31-32). La aplicación de dicho sistema analítico de los materiales de superficie ha permitido a este investigador documentar distintas fases de ocupación en un mismo yacimiento, así como su relación funcional y territorial con su entorno geográfico, basándose para ello en la definición de territorios de explotación de 5 km tal y como mandan los cánones de la Arqueología Espacial (Cabello, op. cit.: 2007, 33) (fig. 2). CALCOLITICO/BRONCE ANTIGUO Como características generales de este periodo en Las Cinco Villas y en general en el valle del Ebro podríamos citar las siguientes: • Desarrollo cronológico de este periodo entre el 2.800/2.500 y el 2000/1.800 a. C. en fechas calibradas. • Los asentamientos son de pequeño tamaño, situados en alto –preferentemente cerros o espolones- y sin aparente estructura urbana, combinándose con la utilización de cuevas y abrigos. • Se mantiene una economía de subsistencia de tradición neolítica, basada en una incipiente agricultura cerealista y una ganadería extensiva de ovicápridos. • En este momento se construyen nuevos sepulcros megalíticos o se reutilizan las sepulturas megalíticas de cronología neolítica. • Continua la talla del silex, con aparición de nuevos modelos tipológicos como los foliáceos, las puntas de pedúnculo y aletas o los dientes de hoz en silex tabular, aunque perduran modelos de tradición anterior y se siguen realizando útiles pulimentados, especialmente hachas. • Se introducen nuevas tecnologías, como la metalurgia del cobre que supone un elemento de prestigio social, aunque en su mayor parte se sigue utilizando el utillaje lítico. • Se mantienen e incrementan los intercambios a larga distancia, tanto con la costa, como con el interior. En el valle del Ebro se ha constatado una red de distribución de grandes hojas de silex (Royo et Alii: 2010, 107). • Se constata por vez primera una mayor diferenciación social, con la aparición de posibles jefaturas de carácter guerrero. • En la producción cerámica comienza la fabricación del Vaso Campaniforme, auténtico fósil director de este momento. 183 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

El Calcolítico y Bronce Antiguo cuentan en las Cinco Villas con algunos elementos del utillaje lítico que vienen definidos por el grupo tipológico de los foliáceos realizados mediante retoque plano y cubriente, con gran diversidad de tipos, desde perfiles lanceolados a las puntas de flecha con pedúnculo y aletas con buenos ejemplares en los yacimientos de Batosal, Bueta Il, Busal l, Solano Bajo, y otros que en algunos casos pueden aparecer asociados a restos cerámicos, como en Panadera Il, o Paridera de Regano. Por otro lado, el aumento de la agricultura cerealista puede constatarse gracias a la presencia masiva de dientes de hoz, realizados en sílex tabular y con un filo en sierra, junto a la aparición de hachas pulimentadas de variados tamaños y fabricadas en diferentes tipos de minerales (Lanzarote et Alli, op. cit.: 1991, 32). Algunos elementos de sustrato, como raspadores y perforadores disminuyen de forma notable, aunque láminas, lascas y núcleos continúan siendo abundantes (fig. 3). Otros útiles fabricados en piedra, como los molinos de mano (en granito o arenisca), o las hachas y azuelas, documentan de forma clara la importancia de las actividades agrícolas. Relacionado también con la actividad económica, pero en este caso con la caza, habría que destacar la aparición de dos fragmentos de brazaletes Fig. 3. El Busal I. Industria lítica. Según Lanzarote et Alii 1991 José Ignacio 184 Royo Guillén

de arquero en Piagorri I (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 33) (fig. 4). A falta de estudios más completos, no se aprecia mucha diferencia ni en la distribución espacial de los asentamientos de esta época y los anteriores, ni en los escasísimos restos inmuebles, por no decir casi inexistentes. Los hábitats siguen localizándose en zonas preferentemente Fig. 4. Piagorri I gris. Brazaletes de arquero. Según Cabello et Alii 2007 altas, en el contacto entre el llano y el piedemonte. Dado que estas áreas se han visto sometidos a fuertes procesos erosivos, se ha constatado en muchos casos el desplazamiento generalizado del material hacia las laderas y, muy posiblemente, la desaparición o desmantelamiento de sus estructuras constructivas, como se ha documentado en la única excavación realizada en toda la comarca: el Busal III (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 33). De los yacimientos conocidos en prospección, sólo en El Cabezo del Cuervo se han observado unas manchas cenicientas que podrían significar la conservación de parte del paquete estratigráfico de este yacimiento (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 203-207) Entre el Calcolítico y el Bronce Antiguo se extiende en esta comarca el uso de la cerámica campaniforme que suele agruparse en dos grupos diferenciados por su cronología, por la forma y por los motivos decorativos de las vasijas (Cabello, op. cit.: 2007, 38-40; Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 33). Por un lado, el más numeroso ofrece motivos incisos e impresos formando retículas, espigas, o seudoexcisiones, similares al grupo meseteño de Ciempozuelos, como se ha constatado en los yacimientos de Busal II y III de Uncastillo, Piagorri I de Ejea y Miramonte en la localidad de Ardisa. Por otro, el epicampaniforme presenta motivos decorativos más evolucio185 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

nados, que habría que incluir en momentos más avanzados dentro de un Bronce Antiguo, como en el caso del Cabezo del Cuervo en Sádaba, o La Gabardilla en el término de Tauste. Junto a este tipo cerámico, que se ha vinculado a las élites del momento y a la fabricación y consumo ritual de cerveza (Rojo et Alii: 2006, figs. 19 a 22), aparecen también otras formas cerámicas novedosas, como los coladores o queseras que las relacionan con la transformación de los productos agropecuarios, especialmente la leche. De todos los yacimientos citados, es el asentamiento de Piagorri I de Ejea de los Caballeros el más representativo. Dado a conocer hace ya más de veinticinco años (López, op. cit.: 1986) y a pesar de contar con un nutrido material cerámico con decoración campaniforme (fig. 5) todavía hoy no se conoce más que por los hallazgos superficiales realizados en su día, sin que hasta la fecha se haya realizado ningún tipo de intervención arqueológica (Cabello, op. cit.: 2007, 40 y 170-171). Quizás la innovación más relevante de este periodo sea la aparición de la metalurgia y la fabricación de los primeros útiles y armas metálicos. En esta comarca los hallazgos de este tipo son muy escasos y carecen de contexto arqueológico que nos permita su asociación a otros materiales. Hasta la fecha, los hallazgos metálicos se han concentrado en un reducido elenco tipológico: las hachas planas, las puntas de flecha, ya sean puntas palmela, más antiguas, o las de pedúnculo y aletas, y los punzones. Esta metalurgia incipiente necesita de la existencia de vetas minerales en el propio territorio o en sus cercanías. Así, sabemos que en las Altas Cinco Villas existe un área rica en metal de cobre en la sierra de Santo Domingo, donde se han localizado afloramientos y se han documentados minas en las localidades de Biel y Fuencalderas Fig. 5. Piagorri I. Cerámica Campaniforme. Según Cabello et Alii 2007 José Ignacio 186 Royo Guillén

(Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 33). En cuanto a los hallazgos más sobresalientes, debemos citar el depósito de Valchica en Ejea de los Caballeros, donde se localizaron 21 hachas planas de tipo arcaico y que constituyen un fenómeno de tesaurización de un elemento que en el Bronce Antiguo sólo podía estar en manos de las élites guerreras o tratarse también de un depósito de lingotes (el peso total del conjunto supera los 21 kilos) para su utilización por un funFig. 6. Conjunto de hachas planas de Valchica en Ejea. didor, posiblemente Según Cabello et Alii 2007 perteneciente a los campaniformes (CaFig. 7. Punta Palmella de Valdunchil en Sos del Rey Católico. bello, op. cit.: 2007, Según Royo 1992 37) (fig. 6). Además de este depósito, los hallazgos metálicos en las Cinco Villas se limitan a una serie de puntas de flecha de tipo Palmela, como las de Valdunchil, Valpalmas, Sora, Plana de la Guinda o Punta de Ballestán (Cabello, op. cit.: 2007, 172-174) (fig. 7), así como alguna otra cuya tipología responde a modelos del Bronce Antiguo, con nervadura mar187 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

cada y aletas, como las conocidas de Undués-Pintano, Busal II o Peña Mira, completándose la nómina de hallazgos con un fragmento de punzón procedente de Piagorri I (Cabello, op. cit. 2007, 40). Es interesante destacar que los análisis metalográficos realizados a un hacha plana de Valchica y a la punta Palmela de Valdunchil dieron como resultado una composición casi exclusiva de cobre, con un porcentaje por encima del 99%, siendo el resto, menor al 0,5% compuesto por Arsénico (As) y Estaño (Sn), con lo cual se corresponde con producciones muy antiguas dentro de la Edad de los Metales (Cabello, op. cit.: 2007, 37). Por lo que se refiere al mundo funerario de este periodo, los datos con los que contamos son bastante parcos. En este momento y en lugares cercanos a las cinco villas se constatan dos tradiciones funerarias, por un lado las tumbas megalíticas de inhumación colectiva y por otro las inhumaciones colectivas bajo túmulos o en abrigos. Hasta la fecha, el único dolmen conocido es el de Larra, localizado junto a la muga entre Aragón y Navarra al norte del embalse de Yesa. Se trata de un monumento no excavado y muy poco conocido en la bibliografía, que debe relacionarse con el conjunto megalítico pirenaico (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 34) (fig. 8). Ya en la Sierra de la Marcuera, en la localidad de Ejea de los Caballeros, se dio a conocer un enterramiento colectivo bajo un abrigo denominado La Huesera. La inhumación colectiva constaba de al menos diez individuos, aunque no se ha podido realizar un estudio del mismo debido a la fuerte erosión que ha destruido parte del depósito y al saqueo de la sepultura, de la que como Fig. 8. Dolmen de Collado de Larra José Ignacio 188 Royo Guillén

Fig. 9. Vista general de La Huesera

único ajuar, se han recuperado algunos materiales cerámicos y líticos en los derrubios de la ladera (López, op. cit.: 1985, 174; Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 34) (fig. 9). Posiblemente vinculado con el ámbito funerario, haya que citar el hallazgo de veinticinco cuentas discoideas de calcita aparecidas en el Cerro Vicario de Ejea, a tenor de los hallazgos líticos de su entorno (Aguilera: 1985, 202-203, figs. 1-2). BRONCE MEDIO La llegada del Bronce Medio a las Cinco Villas marcará el inicio del desarrollo de las sociedades complejas y de la explotación sistemática del entorno natural, causado por el rápido incremento de la población. Como características generales que definen este periodo en la comarca en estudio, podemos citar las siguientes: • Desarrollo cronológico entre el 1.800/1.700 y el 1.400/1.300 a. C., en fechas absolutas calibradas. 189 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

• Se mantiene el ritual de la inhumación colectiva en cueva/abrigo o al aire libre, bajo túmulo. • Nacimiento de una autentica economía agropecuaria basada en la explotación exhaustiva de los recursos naturales. • Cambios en la metalurgia del cobre: Se introducen las aleaciones de estaño, arsénico y plomo, otorgando una mayor dureza y resistencia a las armas y útiles fundidos. • Se incrementan los intercambios a larga distancia con auténticas rutas comerciales. • Existe una dualidad en la ocupación del territorio, alternando los grandes poblados en alto, con estructura urbana y defensas, junto a otros tipos de asentamientos en llano, con cabañas y hoyos utilizados silos, fosas de enterramiento o como depósitos rituales. • Ampliación de las diferencias sociales y mayor jerarquización. • Conflictos armados a gran escala y desarrollo del armamento. • Aparece una nueva tipología cerámica, con la generalización de los vasos carenados y las decoraciones de cordones digitados. Desaparece la cerámica campaniforme. • Se constata una mayor diferenciación comarcal entre los yacimientos de la Edad del Bronce del valle medio del Ebro. Si comparamos el Bronce Medio con la etapa anterior, se evidencia un sensible cambio en el patrón del hábitat estable, puesto que ahora se seleccionarán además de lugares altos pero en cerros o lomas mucho menos escarpados, otros lugares ubicados en el llano, junto a cursos de agua o en tierras favorables para la agricultura. Aunque los asentamientos encontrados no son muy numerosos y parecen responder a núcleos pequeños podemos citar algunos ejemplos, como el de Valdebañales III, Paridera de Cobollo, El Cantal II, o La Estanca I (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 3435), aunque el mejor ejemplo para estudiar este periodo es sin duda alguna el yacimiento de Balsa la Tamariz de Tauste, sobre el que más adelante volveremos. Los materiales cerámicos recuperados en las prospecciones, remiten a cuencos, grandes vasijas de almacenamiento, formas globulares, coladores o queseras y un nuevo tipo de cerámica: los vasos con carenas bajas o medias. Los vasos carenados llegan a convertirse en un fósil director del Bronce Medio, aunque pueden perdurar durante todo el Bronce Tardío o Final, llegando hasta los inicios de la Edad del Hierro. En cuanto a los motivos José Ignacio 190 Royo Guillén

decorativos más frecuentes son las incisiones e impresiones en el borde o la pared, los cordones digitados, los pezones y la aplicación de pasta rugosa en las paredes de las vasijas, sobre todo en las de almacenaje. En todos los yacimientos citados aparecen este tipo de materiales cerámicos, así como en otros conocidos, como es el caso de la Cabaña del Sarto, Cabaña del Esdientau, o Piagorri II, todos ellos en la localidad de Ejea de los Caballeros (Cabello, op. cit.: 2007, 42). Aunque el desarrollo de la metalurgia del bronce debería tener el lógico resultado en el registro arqueológico, lo cierto es que contamos con muy pocos elementos metálicos de este periodo, por lo que es el material lítico el que sigue utilizándose de forma habitual en los asentamientos del momento, con algunas diferencias respecto al periodo anterior: Por un lado aumentan los dientes de hoz realizados en sílex tabular y por otro, disminuye el resto de elementos. BRONCE TARDÍO/FINAL El final de la Edad del Bronce en las Cinco Villas, al igual que en todo el valle medio del Ebro, viene marcado por un periodo convulso y por una serie de profundos cambios que se plasmarán en las culturas protohistóricas a partir del primer milenio a. C. Por lo que respecta al área en estudio, pueden apuntarse las siguientes características generales: • Como ya he dicho, se produce un periodo de transición e inestabilidad entre 1.300/1.200 y 900/800 a. C. en fechas absolutas calibradas. • Una de las causas de dicha inestabilidad o crisis puede deberse al agotamiento de los recursos naturales y un colapso en la economía agropecuaria de los establecimientos, provocado por la sobreexplotación de dichos recursos. • Otra posible causa haya que buscarla en un profundo cambio climático brusco o catástrofe ecológica que se tradujo en un progresivo enfriamiento y sequedad del clima. • El resultado de todo lo anterior es un abandono masivo de los hábitats estables y una reducción drástica de los poblados conocidos. • De forma paralela, en los pocos yacimientos que continúan se constata la presencia de nuevos elementos materiales, producto de aportes culturales y posiblemente étnicos procedentes tanto de Centroeuropa, como del Mediterráneo, así como de La Meseta. 191 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

• Una de las consecuencias de este periodo es que a partir del mismo, se van a constatar grandes diferencias cronológicas y culturales entre el sector oriental y el occidental del valle medio del Ebro. Como acabo de comentar, este periodo es muy difícil de detectar en los yacimientos de esta comarca, y en general en todo el valle medio del Ebro, sobre todo por la falta de contextualización del material de superficie, pero no obstante, existe un enclave que debe encuadrarse en este momento. Me refiero al poblado de Tres Montes I-II, en la localidad de Tauste. En este yacimiento se recuperaron diversos restos cerámicos que demuestran una progresiva suavización en sus forma, así como una elevación de las carenas hacia los bordes, aunque lo más importante es la presencia de la decoración de Boquique que nos pone por vez primera en relación con aportaciones de la cultura meseteña de Cogotas y su penetración en el valle del Ebro (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 35). UN CASO SINGULAR EN EL BRONCE DE LAS CINCO VILLAS: BALSA LA TAMARIZ El yacimiento denominado Balsa la Tamariz representa un unicum en la Edad del Bronce de las Cinco Villas, no sólo por su tipología y materiales,

Fig. 10. Vista general yacimiento José Ignacio 192 Royo Guillén

sino por tratarse de la única excavación y estudio integral de un yacimiento de estas características realizada hasta el momento. A pesar de que se trata de un yacimiento bien conocido en la bibliografía científica (Rey y Royo: 1992 y 1993; Royo y Rey: 1993 y 1994), todavía no se han publicado los resultados definitivos de la excavación realizada en el año 1991, aunque sí se presentó un resumen de los trabajos (Royo y Rey, op. cit.; 1993, 48-52), en el que se planteaba un estado de la cuestión sobre el Bronce en las Cinco Villas y áreas aledañas, como las Bardenas Reales navarras o el río Huecha (Royo y Rey, op. cit.: 1993, 53-56, fig. 8). En este trabajo he decidido hacer un breve repaso a este yacimiento, como elemento imprescindible en el estado actual de nuestro conocimiento sobre la Edad del Bronce en la localidad de Tauste, aportando algún dato novedoso que puede contribuir a calibrar los datos obtenidos hasta la fecha. Como es bien conocido, el yacimiento de Balsa la Tamariz se encuentra en el término municipal de Tauste (Zaragoza), a unos 2,5 km al noroeste de la localidad de Santa Engracia. Los restos arqueológicos se encontraban dispersos sobre un pequeño cabezo o loma, de forma triangular alargada, cuya cima se eleva unos 10 metros sobre la llanura circundante salpicada de cerros testigo de mucha mayor altura que el de referencia (fig.10). Aunque el yacimiento y su

Fig. 11. Campo de Hoyos de Balsa la Tamariz, planimetría. Según Royo y Rey 1993.

193 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

entorno inmediato ha sido totalmente alterado, debido a la profunda transformación agrícola de la zona, todavía pueden contemplarse en sus proximidades formaciones vegetales originales, más o menos degradadas, como ocurre en los cabezos más altos y escarpados en su cara Norte (Santuario de Sancho Abarca), donde aparecen grandes manchas de pino, sabina y carrasca. La campaña de urgencia del año 1991, supuso la excavación sistemática de todo el conjunto arqueológico, cuyos restos se concentraban en la parte central del cabezo, en un área de unos 50 x 25 metros. Las estructuras descubiertas fueron 19 hoyos de variada tipología y funcionalidad (Rey y Royo, op. cit., 1993, 21-22), una estructura de habitación o fondo de cabaña y otra posible estructura, arrasada por las obras de acondicionamiento del terreno (fig. 11). Este campo de hoyos y las endebles estructuras de habitación documentadas, estaban en relación directa con los restos de un pequeño poblado con restos de casas de planta cuadrangular y material cerámico similar al recuperado en los hoyos, localizado a unos 200 metros al Norte de los mismos y que fue descubierto durante el transcurso de los trabajos de excavación (fig. 12). Todos los hoyos estudiados son de planta circular o ligeramente ovalada. Sus dimensiones en cuanto al diámetro de boca, oscilan entre los 50 cm (Hoyo 10) y 1, 5 m (Hoyos 3, 8 y 9), siendo por término medio de 1 m. La profundidad conservada, una vez desmontada la capa superficial por las

Fig. 12. Poblado visto desde el campo de hoyos

José Ignacio 194 Royo Guillén

Fig. 13. Cenizas y restos óseo de fauna del relleno de un hoyo

obras de transformación agrícola, depende de la posición relativa del hoyo, pudiendo llegar hasta los 80 cm (hoyos 9 y 12), aunque la profundidad media no sobrepasa los 30-50 cm. En todos los casos, aparecen excavados en el terreno natural, compuesto por arcilla muy compacta, estando rellenos en su totalidad con material arqueológico y sellados con rellenos de piedras, tierra y adobes, o grandes losas de piedra arenisca. La estratigrafía interna de los hoyos suele ser siempre la misma: Bajo la capa de sellado o cierre del mismo (nivel a), aparece un estrato de tierras más o menos cenicientas con abundante material arqueológico, carbones y materia orgánica (nivel b) (fig. 13). Teniendo en cuenta los perfiles de los hoyos estudiados, se establecieron 5 tipos (Rey, Royo, op. cit., 1993, 22; Royo y Rey, op. cit.: 1994, 116, fig. 3) (fig. 14), entre los que pueden darse diversas funcionalidades, según la posible utilización que los restos arqueológicos permiten constatar: • Enterramientos. Se han documentado dos inhumaciones individuales en los hoyos 2 y 3, en el primer caso de un adolescente y en el segundo de un adulto. En el hoyo 1 apareció una inhumación colectiva de al menos 4 individuos adolescentes (Fig. 15). En ninguno de estos casos se han encontrado restos de ajuar funerario. 195 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

Fig. 14. tipos de perfiles de los hoyos de Balsa la Tamariz, según Royo y Rey 1993

Fig. 15. Hoyo 3. Enterramiento con piedra

José Ignacio 196 Royo Guillén

• Depósitos. Solamente se puede constatar en el hoyo 10, cuyos materiales y su deposición permiten plantear la posibilidad de encontrarnos con un relleno de carácter ritual (fig. 16). • Silos. La propia forma del hoyo, el relleno de su interior y la existencia de grandes tapaderas pétreas, ha permitido la identificación de los hoyos 5 y 15 como lugares de almacenamiento, aunque con una posterior reutilización como basureros (fig. 17). • Basureros. Es la utilidad mejor documentada, apareciendo en los hoyos 9, 11, 12 y 19, entre otros. La presencia de abundante materia orgánica (restos óseos de fauna, carbones y ceniza) así como la propia cercanía de estructuras habitacionales parece reforzar esta funcionalidad (fig. 18). En cuanto a los lugares de habitación relacionados directa o indirectamente con estos hoyos, en el proceso de excavación se identificaron dos es-

tructuras (nº 16 y 17). De ellas, la número 17 puede considerarse un auténtico fondo de cabaña de planta ovalada, excavado en forma de cubeta de poca profundidad en la cantera arcillosa y con unas dimensiones conservadas de 5 x 3 metros (Rey, Royo, op. cit., 1993, 22-23) (fig. 19). La estratigrafía conservada y los materiales aparecidos representan un solo momento de ocupación, con un nivel de abandono probado por la gran amortización del material cerámico. Es en esta estructura donde se ha constatado la talla del sílex, aunque sólo han aparecido restos de talla, alguna lámina y un núcleo. El descubrimiento en el fondo de la cubeta de más de 60 pequeños agujeros circulares, con un diámetro medio de 6-8 cm, ha supuesto la novedad de la posible presencia de un entarimado de madera, asentada sobre pies derechos, al igual que ocurre en otros yacimientos de la Edad del Bronce ubicados en

Fig. 16. Hoyo 10. Relleno con cerámicas amortizadas

Fig. 17. Hoyo 5 con tapadera y función de silo

Fig. 18. Hoyo 12 con acumulación de cenizas y materia orgánica

197 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

Fig. 19. Hoyo 17. Cabaña al final de la excavación.

ambientes especialmente húmedos o insalubres. El material arqueológico recuperado en la excavación, se compone en su gran mayoría por restos cerámicos. Exceptuando los huesos humanos, en general muy bien conservados, además de los restos de fauna macro y micro, solamente unas cuantas piezas líticas complementan el ajuar del yacimiento. Dichas piezas consisten en varios molinos de mano, unos cuantos dientes de hoz en sílex tabular, junto a José Ignacio 198 Royo Guillén

Fig. 20. Planta del fondo de cabaña con dispersión de restos.

los restos líticos ya descritos y aparecidos en el fondo de cabaña (fig. 20). Los perfiles cerámicos remiten a cuencos semiesféricos o troncocónicos, vasos carenados, vasos globulares de borde reentrante, vasos de mediano tamaño con el borde recto o ligeramente inclinado hacia el exterior y grandes vasos de perfil en . Aunque la mayor parte de las piezas son lisas, también pueden aparecer decoraciones de cordones digitados en las paredes, labios y bordes decorados con impresiones, impresiones de uñas en las paredes, decoraciones incisas a modo de peine y una variada representación de pezones. Los acabados exteriores de las vasijas pueden ser pulidos, alisados o de superficies rugosas, en función de la tipología y funcionalidad del vaso (Rey y Royo, op. cit.: 1993, 23-25) (fig. 21). Los análisis ceramológicos y mineralógicos realizados permiten saber que las cerámicas de Balsa la Tamariz se realizaron con la arcilla procedente del entorno del yacimiento, con algunas intrusiones

Fig. 21. Balsa la Tamariz. Selección cerámicas. 199 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

Fig. 22. Restos óseos de microrroedores, segun Laplana y Cuenca 1995

Fig. 23 Restos oseos de lagarto, según Laplana y Cuenca 1995 José Ignacio 200 Royo Guillén

naturales o antrópicas propias de la composición de los cantos rodados de los terrazas de los ríos cercanos (Arba). La cocción de las vasijas se realizó en hornos sencillos, sin tiro o toberas, alcanzándose en ocasiones temperaturas de 800º, pero en la mayoría de los casos las cocciones se realizaron en atmósferas reductoras y a un máximo de 750º . En cuanto a los restos de fauna recuperados en la excavación arqueológica de este yacimiento, se han podido establecer interesantes conclusiones, derivadas del estudio arqueozoológico realizado (Blasco: 1997). Parece existir un predominio de la cabaña de ovicápridos (cabra y oveja), junto a especies menos representadas, como Bus taurus (toro o vaca), Sus scrofa (cerdo) y Oryctolagus cuniculus (conejo). De todo esto, se desprende el aprovechamiento cárnico, por parte de los habitantes de este asentamiento, de una predominante cabaña ganadera, frente a la escasa o nula representación de especies cinegéticas, salvo en caza menor (conejo). Por lo que se refiere al estudio de la microfauna

(Laplana y Cuenca: 1995), resulta muy interesante la presencia de algunos microrroedores, como el Eliomys quercinus (lirón careto), propio de paisajes con bosques húmedos. Junto a éste, aparecen otros como el Apodemus sp. (ratón de campo) (fig. 22). También se ha constatado la presencia de determinadas especies de anfibios, como Bufo calamita (sapo corredor) o Pelobates cultripes (sapo de espuelas), e incluso de reptiles como Lacerta lepida (lagarto ocelado) y Malpolon monspessulanus (culebra bastarda) (fig. 23). La presencia de estas especies de microrroedores, anfibios y reptiles, en los hoyos del yacimiento, especialmente en los hoyos donde aparecen inhumaciones, debe explicarse por un proceso de anidación en terrenos esponjosos, recientemente removidos, en donde estos animales podrían refugiarse aprovechando los huesos de los cadáveres en descomposición (Laplana y Cuenca, op. cit.: 1995, 65-66). La presencia de estas especies también parece indicar la existencia de una mayor cobertura vegetal, en forma de bosque, al menos en los alrededores inmediatos del yacimiento (Rey y Royo, op. cit., 1993, 24; Laplana y Cuenca, op. cit.: 1995, 67-68). Los análisis polínicos y antrácológicos llevados a cabo, permiten plantear un ecosistema para el entorno de Balsa la Tamariz en la que predominarían el pinar y los encinares, aunque la presencia de altos porcentajes de herbáceas y cereales permite suponer un entorno inmediato al asentamiento, prácticamente libre de zonas boscosas. Por otra parte, la presencia de especies arbóreas que requieren mayor humedad, como el roble y el

Fig. 24. Balsa la Tamariz. Curva de calibración de la datación del Hoyo 9

201 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

avellano, sugieren la presencia no muy lejana a este yacimiento de zonas húmedas, posiblemente cursos de agua estables. Durante la excavación de Balsa la Tamariz se tomaron diversas muestras para su análisis radiocarbónico, esencialmente restos de carbones vegetales recuperados de los niveles más profundos de varios hoyos. Se enviaron tres muestras en el año 1993 al laboratorio Beta Analytic Inc. de la Universidad Branch de Miami (Florida, EE.UU) que arrojaron los siguientes resultados (no calibrados): • Beta-65430. Hoyo 9. Nivel b. Edad C14 B. P.: 3250+70. Edad equivalente: 1.300 a. C. • Beta-65431. Hoyo 10. Nivel b. Edad C14 B. P.: 3520+80. Edad equivalente: 1.570 a. C. • Beta-65432. Hoyo 17. Fondo Cabaña. Nivel b. Edad C14 B. P.: 3540+70. Edad equivalente: 1.590 a. C.

Fig. 25. La Edad del Bronce en Cinco Villas José Ignacio 202 Royo Guillén

No obstante, dado que a partir de mediados de los años 90 del siglo pasado, las dataciones prehistóricas comenzaron a calibrarse para adaptar la datación radiocarbónica a las fechas del calendario histórico, he procedido a calibrar las referidas muestras, utilizando el programa Oxcal.4 de amplia utilización. El resultado de la referida calibración a dos sigmas (95% de probabilidad) es el siguiente (fig. 24): • Beta-65430. Edad C14 B. P.: 3250+70. Edad calibrada: 1.691/1401 cal B. C. • Beta-65431. Edad C14 B. P.: 3520+80. Edad calibrada: 2.041/1.636 cal B. C. • Beta-65432. Edad C14 B. P.: 3540+70. Edad calibrada: 2.058/1.684 cal B. C. Las dataciones obtenidas en el yacimiento de Balsa la Tamariz son plenamente coherentes con el periodo cronológico que se deduce del estudio de su material arqueológico y su comparación con yacimientos bien conocidos y fechados del valle medio del Ebro, en especial en lugares situados en la provincia de Huesca, como la cueva de Olvena, la cova de Punta Farisa en Fraga o Ciquilines IV en la Hoya de Huesca (Picazo, op. cit.: 2005, 101). En definitiva, la cultura material recuperada en Balsa la Tamariz, permite el entronque de este yacimiento en un ambiente cronológico-cultural del Bronce Antiguo/Medio, perfectamente establecido para el valle Medio del Fig. 26. Paridera de Cobollo. Industria lítica. Ebro por los trabajos llevaSegún Lanzarote et Alii 1991

203 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

dos a cabo en yacimientos similares situados en las cercanías (fig. 25). Tal es el caso de Monte Aguilar, en las Bárdenas Reales (Sesma: 1991), Siete Cabezos en Magallón (Harrison et alii: 1990) o Moncín en Borja (Harrison y Moreno: 1990), sólo por citar los más cercanos. Formas y decoraciones muy similares han aparecido en los niveles más antiguos de la Edad del Bronce en la Cueva del Moro de Olvena (Baldellou y Utrilla: 1985). Asimismo, encontramos en diversos lugares de la Península yacimientos de hoyos con un ajuar similar, de los cuales citaremos como ejemplos, el localizado en el Instituto de Bachillerato de Manlleu, en Barcelona (Cruells y Molist: 1990) o el campo de hoyos de la Loma del Lomo I de Cogolludo, en Guadalajara (Valiente: 1987). OTROS YACIMIENTOS DE LA EDAD DEL BRONCE EN LA LOCALIDAD DE TAUSTE

Fig. 27. Paridera de Cobollo. Cerámica. Según Lanzarote et Alii 1991

José Ignacio 204 Royo Guillén

El término municipal de Tauste, dentro de la comarca de las Cinco Villas, cuenta con unos cuantos yacimientos que permiten estudiar toda la evolución de la Edad del Bronce en esta comarca a través del estudio de sus materiales y las características de cada uno de los asentamientos conocidos hasta la actualidad. El trabajo realizado por el Centro de Estudios de las Cinco Villas y en especial el estudio llevado a cabo por Lanzarote, Ramón y Rey a comienzos de los años 90 del siglo pasado (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991), con prospecciones sistemáticas, recuperación de material arqueológico y estudio del mismo, nos permite en estos

momentos un panorama que complementa perfectamente al yacimiento de Balsa la Tamariz. A continuación daré un sucinto repaso por todos los hallazgos estudiados encuadrándolos en una cronología aproximada, en función de su falta de contexto estratigráfico. PARIDERA DE COBOLLO Bibliografía: (Lanzarote et alii, op. cit., 1991, 231-233) (figs. 26-27) Este yacimiento se localiza en el extremo este del término municipal de Tauste, en las estribaciones de los Montes de Sora y a media altura entre los puntos más altos, denominados Puntas de Vasallo y las llanuras de la Val de Valdejasa y de la Gabardilla. Los restos se encuentran en un espolón llano que se halla en parte cultivado. El material apareció en superficie y disperso por toda la cima en la zona que no está cultivada. En las prospecciones realizadas por el Centro de Estudios de las cinco Villas no se apreciaron restos constructivos. El material lítico no es muy significativo salvo por dos dientes de hoz (uno de ellos en sílex tabular). El resto corresponde a núcleos, una lámina, una cuarentena de lascas, y bastantes fragmentos de sílex. En cuanto al material cerámico, aparecen varios bordes ligeramente exvasados y alguno con impresiones digitales, junto a alguna pared con pezón aplicado o cordón digitado, destacando un fragmento de colador o quesera, todo ello de aspecto muy similar a lo aparecido en Balsa la Tamariz. Teniendo en cuenta los materiales citados, se podría asignar Fig. 28. La Gabardilla. Industria lítica. Según Lanzarote et Alii 1991 una cronología a este conjunto 205 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

centrada entre el Bronce Antiguo/Medio, sin poder precisar más, ante lo escaso de la muestra analizada. LA GABARDILLA Bibliografía: (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 234241; 1992) (figs. 28-29). Localizado en un cerro testigo dentro de las estribaciones occidentales de los Montes de Castejón, se encuentra muy próximo al yacimiento de Paridera de Cobollo, a unos 750 m. de distancia. Aunque el cerro tiene suaves pendientes, está muy afectado por la erosión, Fig. 29. La Gabardilla. Cerámica Campaniforme. lo que ha provocado el arrastre Segun Lanzarote et Alii 1991 y dispersión de los materiales, principalmente por la ladera sur. Hay que destacar que este conjunto presenta una situación estratégica excepcional, con un importante control visual del acceso desde el valle del Ebro hacia los Montes de Castejón y Sora, a través del Arba de Biel. Entre el material lítico recuperado destacan dos dientes de hoz, dos raspadores, una raedera, y dos denticulados. También se recuperaron abundantes lascas, varios fragmentos de silex tabular y siete núcleos, uno de ellos usado también como percutor. Pero lo que destaca de este yacimiento es su cerámica, en especial la campaniforme, con más de una veintena de fragmentos decorados entre bordes y paredes. La cerámica campaniforme de este lugar presenta unos motivos muy sencillos de líneas paralelas y triangulos incisos junto a impresiones que permiten clasificarla dentro de las producciones tardías o epicampaniformes. El resto del material cerámico lo componen diversos bordes decorados con ungulaciones o incisiones, o con impresiones digitadas, otros lisos y un fragmento de colador o quesera, así como un fragmento de pared carenada. A juzgar por la cerámica aparecida, en especial la campaniforme, la cronología de este yacimiento se podría asignar a un Bronce Antiguo. José Ignacio 206 Royo Guillén

PUY AGUDO Bibliografía: (Lanzarote et Alii, op. cit., 1991, 242243) (fig. 30). De todos los yacimientos localizados en Tauste, es el único que se localiza en las cercanías de Balsa la Tamariz, ya que se sitúa en un cerro aislado en la vega del río Arba. Ocupa una suave ladera en la zona oeste del cerro, que se halla actualmente ocupada en parte por campos de cultivo. La fuerte erosión sufrida por el cerro favorece que parte del material se localizara en los campos de labor. El material recuperado en las prospecciones del Centro de Estudios de las Cinco Villas sólo permitió recuperar un escaso elenco de silex, destacando una lámina retocada, varias lascas y dos núcleos. Con una muestra tan parca es complicado dar una cronología por lo que la asignada en su momento por los descubridores me parece la más correcta: Neolítico/Calcolítico/E. Bronce. Fig. 30. Puy Agudo. Industria lítica. Según Lanzarote et Alii 1991 Fig. 31. Tres Montes I-II. Industria lítica. Según lanzarote et Alii 1991 207 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

TRES MONTES I-II Bibliografía: (Lanzarote et Alii, op. cit., 1991, 35 y 244-251) (figs. 31-33). Este conjunto compuesto por dos yacimientos contiguos se localiza en la margen derecha del barranco de Mira que desemboca en el río Arba. Ocupa dos cerros testigos separados por una distancia de menos de 100 m., presentando una posición elevada sobre los fondos de los vales que los rodean, lo que les permite un importante control visual de todo el entorno tanto próximo como de áreas más lejanas. El curso de agua más cercano es el barranco de Mira a 300 m. al sur., aunque también hay que señalar la existencia de una zona endorreica a unos 500 m. al sureste. El estado de conservación de ambos yacimientos es deficiente; no se aprecian restos de estructuras en superficie y las posibles estratigrafías parecen perdidas debido a la erosión y a posibles acciones antrópicas. Todo esto hace que en la ladera contigua a los dos cerros se mezcle el material por arrastre y sea imposible diferenciar un material de otro. El material cerámico es muy abundante, con formas muy típicas del Bronce como los cuencos, las vasijas globulares, los coladores, así como las decoraciones, consistentes en bordes digitados, pezones o cordones digitados. Los vasos carenados son de pequeño tamaño y presentan unos galbos muFig. 32. Tres Montes I-II. Cerámica. cho más suaves que en el Según Lanzarote et Alii 1991

José Ignacio 208 Royo Guillén

Bronce Medio, a la vez que las carenas aparecen próximas al borde. No obstante, la decoración más importante se encuentra sobre dos pequeños fragmentos de pared, uno decorado con técnica de boquique y pequeñas impresiones de punzón y una carena con decoración impresa e incisa. Por lo que se refiere a la industria lítica que acompaña al material cerámico continúa presentando dientes de hoz realizados en sílex tabular o sobre lasca y núcleos de gran tamaño con tendencia a adoptar una forma discoidal. La importancia de este yacimiento radica en Fig. 33. Tres Montes I-II. Cerámica. que constituye el único Según Lanzarote et Alii 1991 ejemplo existente hasta el momento en Tauste y en toda la comarca de las Cinco Villas que atestigüe la penetración en esta zona del valle del Ebro de la cultura meseteña de Cogotas, incorporándose a la corta lista de asentamientos con estas características que se conocen dentro del Valle Medio del Ebro y uno de cuyos ejemplos más significativos es el Cabecico Aguilera de Agón, en el cercano valle del río Huecha (Aguilera: 1980). En este sentido, el conjunto de Tres Montes I-II debe situarse en un momento cronológico del Bronce Tardío/Final.

209 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

TRES MONTES III Bibliografía: (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 252, 255) (figs. 34-35). Este yacimiento se encuentra situado en la margen derecha del barranco de Mira, bajo un espolón perteneciente a los restos de una terraza. Se localiza en la ladera sur existente entre dicho espolón y un cerro testigo contiguo. La fuerte erosión provocada por las lluvias ha causado una grave afección al lugar que en estos momentos se encuentra inculto. El conjunto arqueológico está constituido por un taller de sílex y un asentamiento de habitación permanenFig. 34. Tres Montes III. Industria lítica. te. De éste último no se Según Lanzarote et Alii 1991 han conservado estructuras definidas, que han podido ser constatadas gracias a los restos de sillarejos arrancados. El material lítico es escaso y poco representativo, compuesto por un cuchillo de dorso natural, un raspador sobre lasca, un diente de hoz, seis lascas, y varios núcleos dos de ellos discoideales, así como algún resto de talla. Por lo que respecta al material cerámico, se recuperaron varios fragmentos de borde y pared de una vasija globular con líneas incisas, un asa, dos fragmentos de pared con carena, una pared con decoración peinada, cuatro fondos planos y un fragmento de fondo umbilicado. A juzgar por el material estudiado por sus descubridores, solamente el material lítico podría encuadrarse en un momento indeterminado del Calcolítico/Bronce, mientras que las cerámicas deberían situarse ya dentro de la 1ª Edad del Hierro.

José Ignacio 210 Royo Guillén

BALSA LA TAMARIZ Y SU CONTEXTO EN EL BRONCE DEL VALLE MEDIO DEL EBRO Entre el último tercio del siglo XX y los primeros años del XXI, hemos asistido a un intenso trabajo de investigación para identificar y caracterizar los diversos grupos de la Edad del Bronce que habitaron la mayor parte del territorio de lo que hoy es el valle medio del Ebro, centrándose dichos estudios en las áreas limítrofes de Aragón y Navarra. Si nos detenemos en el sector occidental, las comarcas naturales objeto de investigación se encuentran a ambos lados del río Ebro, en el valle de La Huecha (Zaragoza), en las Bárdenas Reales (Navarra) y en la comarca de las Cinco Villas (Zaragoza) (fig. 25). De todas ellas, es el valle de La Huecha, donde se han efectuado mayor número de trabajos sistemáticos, sobre todo de excavación. Ciñéndonos a los yacimientos cronológica y culturalmente relacionados con Balsa la Tamariz y el resto de yacimientos del Bronce de Tauste, debemos citar los de Moncín y Majaladares, ambos situados en la Muela de Borja, por sus importantes secuencias estratigráficas y su riqueza en material arqueológico. En Moncín, excavado por un equipo de la Universidad de Bristol, se ha identificado una secuencia ininterrumpida que va desde el Eneolítico hasta el Bronce Tardío (Harrison y Moreno: 1990, 15), detectándose 17 silos cuyo perfil se asemeja a los aparecidos en Balsa la Tamariz y que se han fechado entre el Bronce Final y Tardío Fig. 35. Tres Montes III. Cerámica. (Harrison et Alii: 1987, Según Lanzarote et Alii 1991 211 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

24-29. figs. 16-19). La cueva de Majaladares, muy similar en cuanto a situación, funcionalidad y urbanismo al vecino yacimiento de Moncín, también fue objeto de una excavación sistemática por parte del mismo equipo, localizándose niveles arqueológicos que documentan un asentamiento desde el Eneolítico hasta el Bronce Medio (Aguilera et Alii: 1992, 77). Muy cerca de este poblado, se localiza la Cueva del Estrechuelo, donde las excavaciones realizadas han documentado su utilización como inhumación colectiva, con materiales que pueden fecharse en torno a la mitad del segundo milenio, con presencia de alguna cerámica de tradición campaniforme (Aguilera: 1986, 24-25). Junto a este hábitat situado en plataformas estructurales calcáreas como la Muela de Borja, en el que coexisten las viviendas al aire libre con los asentamientos y enterramientos en cueva, pero siempre con amplio dominio del territorio, existe otro tipo de asentamientos, localizados en las zonas bajas del valle, en pequeños cerros testigo o junto a pequeños barrancos que suponen la colonización de las tierras bajas, en función de sus mejores rendimientos agrícolas. Tal es el caso del Cabecico Aguilera, Siete Cabezos y El Quez, por citar los mejor conocidos. El Cabecico Aguilera en Agón es un pequeño poblado en el que todavía no se han llevado a cabo excavaciones y del cual se ha recuperado un importante ajuar cerámico, fechado por su descubridor en el Bronce Medio-Final (Aguilera: 1980, 107-109). Las excavaciones de urgencia realizadas en el conjunto arqueológico de El Quez, en Alberite de San Juan, donde existe un importante yacimiento de los Campos de Urnas del Hierro, documentaron entre los enterramientos de una gran necrópolis islámica, la existencia de al menos cuatro hoyos tipológicamente idénticos a los de Balsa la Tamariz y cuyo relleno proporcionó escasos materiales fechados en torno al Bronce Medio (Royo et Alii: 1992, 341, fig. 8). Por último, las excavaciones llevadas a cabo por R. Harrison en el poblado de Siete Cabezos en Magallón (Harrison et Alii: 1990) han permitido documentar los restos muy alterados de un pequeño poblado situado en llano, con una clara funcionalidad agrícola, una cierta actividad metalúrgica y un ajuar cerámico que puede identificarse plenamente con el aparecido en nuestro yacimiento (Harrison et Alii, op. cit.: figs. 8, 9 y 11). El panorama de la Edad del Bronce en las Cinco Villas, no cuenta con el nivel de investigación que acabamos de enumerar, como ya hemos citado, entre otras cosas por la falta de excavaciones. No obstante, las continuadas prospecciones llevadas a cabo por diversos equipos (Gómez et Alii, op. cit.: José Ignacio 212 Royo Guillén

1991; Rey, op. cit.: 1991; Lanzarote et Alii: 1991; Ramón y Tilo, op. cit.: 1993; Cabello, op. cit.: 2007) han permitido un conocimiento bastante aproximado del poblamiento en esta zona durante los momentos situados entre el Bronce Antiguo-Medio. Si exceptuamos los yacimientos exclusivamente líticos de cronología calcolítica o anterior y los conjuntos con cerámica campaniforme, cuyo análisis excede a los objetivos de este trabajo, se conocen más de una decena de yacimientos situados en las cuencas de los ríos Arba y Riguel, asentados sobre cerros testigo o cerca de ellos y siempre sobre tierras potencialmente ricas para la agricultura que puede asimilarse con la cultura material documentada en Balsa la Tamariz. Muy cercano a los poblados del bronce de Tauste, se encuentra el pequeño yacimiento de Pogallinero, en Castejón de Valdejasa, cuyo escaso material lítico y cerámico, ha sido fechado por sus descubridores entre el Bronce Antiguo-Medio (Lanzarote et Alii: op. cit.: 52-54). Siguiendo hacia el Norte y junto a la margen izquierda del río Arba de Biel, se han localizado dos pequeños poblados, ya en el término de Ejea de los Caballeros, Millori y La Calcina (Gómez et Alii, op.: cit., 1991, 504, fig. 1). El más interesante por sus paralelos materiales con Balsa la Tamariz, es La Calcina, poblado situado sobre un cerro muy erosionado, en el que se han descubierto restos de estructuras de habitación, con basamentos de piedra y manteados de barro y un ajuar cerámico en el que aparecen vasos carenados, globulares, decoraciones incisas e impresas, así como cordones y mamelones, todo ello con una cronología propuesta de Bronce Medio (Gómez et Alli, op. cit.: 504). En el mismo término de Ejea, pero ya junto a la margen izquierda del río Arba de Luesia, se han estudiado (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 64-66, 68-69, 90-91) otros tres yacimientos denominados Cabaña del Esdientau, El Cantal II y Piagorri II. El pequeño poblado situado en la Cabaña del Esdientau, fechado por sus investigadores en el Bronce Medio, aunque no conserva restos de sus estructuras inmuebles, presenta una tipología cerámica en la que abundan las vasijas carenadas, las ollas globulares y las decoraciones de pezones y de superficies rugosas (Lanzarote et Alii, op. cit.: 64-66). Otro pequeño grupo de yacimientos de la Edad del Bronce se localiza en el término municipal de Sádaba, descubiertos gracias a las prospecciones de J. Rey (op. cit.:1991). Los asentamientos, localizados junto a la margen izquierda del río Riguel, cuentan con un amplio margen cronológico. Así, el Cabezo del Cuervo, con presencia de decoraciones de 213 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

tradición campaniforme, parece ser anterior a los otros, pudiendo situarse en el Bronce Antiguo (Lanzarote et Alii, op. cit.: 1991, 203-207). Más modernos resultarían los yacimientos de Algarada 1 (Lanzarote et Alii, op. cit.: 198-199) y de Valdebañales III, en el que junto a restos de muros y manchas de cenizas, se han recogido cerámicas de perfiles y decoraciones que podrían situarlo en el Bronce Medio (Lanzarote et Alii, op. cit.: 214215). Cercano a los anteriores podemos citar el yacimiento localizado en los alrededores de Castiliscar, denominado La Estanca I. Aunque los materiales recuperados son muy escasos, la presencia de un vaso carenado y un cuenco con decoración incisa, permiten aventurar una cronología para este asentamiento que muy bien podría situarse en torno al Bronce Medio (Lanzarote et Alii, op. cit.: 58-59). Los paralelos más claros con la Balsa la Tamariz se localizan en el extremo norte de la comarca, junto al embalse de Yesa y han sido descubiertos como consecuencia de los trabajos de excavación en yacimientos afectados por su recrecimiento. Uno de ellos es El Coscojar de Sigüés, donde se excavó durante el verano de 2005 una extensa necrópolis medieval entre cuyos restos pudieron documentarse hasta un total de 7 hoyos prehistóricos con restos materiales que si bien no permiten mayores precisiones, sí al menos documentan una tipología de asentamiento idéntica a Balsa la Tamariz, en una cronología que los autores de dicha actuación fechan en un Bronce genérico (Del Real et Alii, op. cit.: 2005, 12-22) (figs. 36-37). Muy cerca de este hallazgo, los trabajos arFig. 36. El Coscojar de Sigüés. Hoyos sin excavar. queológicos relacionados Según J. Delgado 2005 José Ignacio 214 Royo Guillén

con la construcción de la Autovía entre Jaca y Pamplona, han dado como resultado el descubrimiento en la localidad navarra de Yesa, en el yacimiento de La Plana, de otro hoyo fechado en el Neolítico Antiguo posiblemente asociado a un hábitat no localizado y que representaría el origen de este tipo de estructuras en la zona (Erce y Unanua: 2013, 176-177, figs. 7-8). En cuanto a la última de las comarcas occidentales del valle medio del Ebro que estoy analizando, Las Bárdenas Reales, los trabajos sistemáticos de prospección y excavaciones selectivas que J. Sesma llevó a cabo en este importante enclave natural, han dado como resultado la presencia de un denso hábitat en la zona durante toda la Edad del Bronce, desde los primeros asentamientos Eneolíticos con presencia de cerámica campaniforme (Sesma: 1993), hasta llegar al Bronce Medio y Tardío, momento en el que se han estudiado varios yacimientos del mayor interés por su proximidad geográfica a Balsa la Tamariz (Sesma, 1991; Sesma y García: 1994). De los asentamientos estudiados en esta área, destacaremos aquellos que muestran evidencias asimilables al yacimiento aragonés. De este modo, hay que citar el poblado de Marijuan I, cuya extensión, cercana a 1 hectárea, lo convierten en uno de los más importantes de la zona. Los trabajos de excavación llevados a cabo en el mismo, han dado como resultado la comprobación de la práctica destrucción y arrasamiento de los niveles arqueológicos, debido a la intensa erosión sufrida. Aún así, se han documentado tres hoyos asociados a postes de Fig. 37. El Coscojar de Sigüés. Cerámica de los hoyos. madera correspondientes Según Delgado 2005 215 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

a una posible estructura de habitación, en los que la cerámica aparecida remite a fragmentos de campaniforme inciso junto a formas lisas, como cuencos, vasos carenados, etc., todo ello fechado por C14 (no calibrado) en el 1610 a. C., lo que supondría una cronología de transición entre el Bronce Antiguo-Medio y las producciones finales del campaniforme en la zona (Sesma, op. cit.: 1993 ,67-68,96, figs. 9-12). Pero es en el poblado de Monte Aguilar, donde encontramos niveles del Bronce Medio perfectamente paralelizables a Balsa la Tamariz. Este yacimiento, situado a menos de cinco kilómetros al oeste de nuestro asentamiento, se localiza en un gran cerro testigo, apareciendo los restos del hábitat en la parte más alta del mismo. En esta zona se ha identificado un nivel del Bronce Medio, fechado por CI 4 en el siglo XVI a. C. (Sesma, op. cit.: 1993, 96) en el que se han llegado a investigar hasta 7 hoyos similares a los nuestros, asociados a postes de madera y con una funcionalidad de basureros (Sesma, op. cit.: 1991, 309, 312). La cultura material descubierta en este lugar es muy similar a la documentada en Balsa la Tamariz, con presencia de vasos con carenas medias y altas, vasos globulares de borde exvasado, escudillas y cuencos, así como grandes vasijas de almacenamiento, todo ello en superficies lisas o con decoraciones incisas, de cordones o con pezones (Sesma, op. cit.: 1991, 310). El mundo funerario de este momento y posiblemente asociado a este tipo de hábitats, ha dado como resultado la documentación de algunas estructuras funerarias con construcciones pétreas, como sería el caso de los megalitos de Llanos de Escudero II (Sesma, op. cit.: 1993, 57; Sesma y García: 2006). El yacimiento de Monte Aguilar representa a una serie de poblados fechados en el Bronce Medio y que han sido localizados en Las Bárdenas Reales, como Peña Blanca, Gullizo de Abajo II o Puy Aguila I y IV, con fechas de C14 que los sitúan en el siglo XVI a. C. (Sesma, op. cit.: 1993, 96; Sesma y García: 1994, 145-152) y materiales en los que predominan los vasos carenados lisos, asociados a vasos de paredes rectas decorados con incisiones verticales, como también ocurre en Siete Cabezos de Magallón (Harrison et Alii, op. cit.: 1990, fig. 12), amén de otros perfiles y decoraciones comunes a todos estos asentamientos (Sesma, op. cit.: 1991, 311; Sesma y García, op. cit.: 1994, figs. 9-15). A los datos ya aportados, aún habría que añadir otros hallazgos no citados en anteriores trabajos. Tal sería el caso del campo de hoyos de Aparrea, en la cuenca de Pamplona (Castiella: 1997), que dio un total de más José Ignacio 216 Royo Guillén

de cuarenta hoyos con una variada funcionalidad, desde basureros, depósitos o enterramientos y que pudo fecharse en un Bronce Tardío/Final por datación radiocarbónica (no calibrada) (Castiella, op. cit.: 1997, 45) aunque el material cerámico y la tipología de los hoyos documentados, se asemejan enormemente a los documentados en Balsa la Tamariz (Castiella, op. cit.: 1997, figs. 13-16). Otro hallazgo más reciente es el de Aspra, en Liédena, aparecido como consecuencia de las obras de la autovía entre Jaca y Pamplona y que entre sus más de seiscientos hoyos, aparecen varias estructuras de habitación comunal, del tipo longhouse, y que se han fechado entre el Calcolítico/Bronce Antiguo y el Bronce Tardío/Final, probablemente por su larga utilización (Erce y Unanua, op. cit.: 2013, 171-173). Las características constructivas y tipológicas de este tipo de estructuras documentadas en el yacimiento navarro, permiten identificar con seguridad algunos de los restos de Balsa la Tamariz (hoyo 16) como posiblemente pertenecientes a una cabaña de tipología similar a las descubiertas en Aspra. La consecuencia de todo este conjunto de datos, es que encontramos una serie de coincidencias más que remarcables entre los yacimientos aragoneses del sector occidental del valle medio del Ebro y los yacimientos de la Navarra oriental, sobre todo los localizados en las Bardenas Reales. Este hecho incontestable, ha llevado a algún especialista a considerar “ambos espacios como una comunidad durante la Edad del Bronce, con sus lógicas diferencias y peculiaridades” (Sesma: 1995, 160). Aún es más, se plantea para esta zona navarro-aragonesa “un primitivo sistema de organización del espacio en torno a varios centros principales. Esta situación es parangonable con la que se detecta en las zonas limítrofes de Aragón y probablemente arranca desde los momentos más antiguos de la Edad del Bronce…” (Sesma, op. cit.: 1995, 175). Por otra parte, el análisis pormenorizado de los yacimientos navarros durante la Edad del Bronce, realizado recientemente por Armendáriz (2008, 105-135) ha planteado la clara dualidad entre los poblados en alto con estructuras urbanas de casas con zócalos de piedra y paredes de adobe o tapial, frente a los poblados en llano con estructuras endebles de postes y hoyos del tipo longhouse, lo que le lleva a proponer dos modelos distintos de ocupación del territorio e incluso de patrones sociales y económicos en función de los restos estudiados (Armendáriz, op. cit.. 2008, 125-129). De forma similar se ha planteado una dualidad norte-sur en el poblamiento 217 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

del valle medio del Ebro aragonés, donde existe un claro decalage cronológico entre el sector oriental y el occidental (Picazo, op. cit.: 2005, 97103) patente no sólo en las dataciones absolutas, sino en la propia cultura material que aparece netamente diferenciada entre dichos sectores y el sur del Ebro, sobre todo en la ibérica turolense (Picazo, op. cit.: 2005, 104109). En cuanto al sector central del valle medio del Ebro, se documenta una ocupación escasa y tardía, concentrada, salvo excepciones, fuera de las llanuras aluviales, en cerros y barrancos del piedemonte de las sierras que enmarcan el valle propiamente dicho, no constatándose la ocupación estable del territorio hasta los inicios de la Edad del Bronce (Picazo, op. cit.: 2005, 110-11). Por lo que se refiere a la ocupación del territorio en las área limítrofes de Aragón con Navarra y destacando el valle de La Huecha y el valle del Arba, puede señalarse una dualidad en el poblamiento de la zona durante toda la Edad del Bronce, pero especialmente entre el Bronce Antiguo/ Medio, caracterizada por la presencia de grandes yacimientos localizados en terrenos dominantes (Moncín, Majaladares, Monte Aguilar), con una funcionalidad de control geoestratégico del territorio y centro económico de su ámbito de influencia, frente a una serie de asentamientos de pequeño tamaño, situados en llano, junto a barrancos, al abrigo de pequeños cabezos o sobre la superficie de lomas y cerros muy poco destacados del terreno circundante (Siete Cabezos, El Quez, Cabecico Aguilera, Balsa la Tamariz), cuya funcionalidad está basada en un hábitat disperso de pequeños núcleos autosuficientes, muy común a todo el valle medio del Ebro en este periodo (Harrison et Alii, op. cit.: 1990, 57-58). El urbanismo también presenta dos tipos netamente diferenciados. Uno está caracterizado por poblados con casas adosadas unas a otras, con basamentos de piedra, de planta más o menos cuadrangular (poblado sin excavar de Balsa la Tamariz), mientras que el otro se caracteriza por la presencia de viviendas aisladas, realizadas en materiales perecederos, de planta ovalada o rectangular y a las que se ha querido asociar algunos de los hoyos estudiados (Balsa la Tamariz, Monte Aguilar, Moncín, Majaladares). En cuanto al mundo funerario, se ha pasado de los escasos datos aportados por la Muela de Borja (Moncín, Majaladares, Cueva del Estrechuelo), con inhumaciones en cueva aprovechando las condiciones geológicas del entorno, a la constatación de diversas estructuras de enterramiento que pueden ir, desde sepulturas megalíticas como el dolmen de corredor de Tres Montes (Sesma, op. cit.: José Ignacio 218 Royo Guillén

1993, 70-71), o los megalitos de Llanos de Escudero, a los enterramientos colectivos o individuales en fosa u hoyo, como en Balsa la Tamariz, o bien como se ha detectado en La Huesera de Ejea de los Caballeros. La cultura material presente en todos los yacimientos del Bronce Medio de la zona, presenta unas características comunes, como son la presencia de formas lisas con carenas medias y altas, formas globulares con bordes exvasados o reentrantes, vasos de paredes rectas con decoración de surcos incisos verticales, así como decoraciones de cordones digitados, incisiones y digitaciones en los bordes, además de pezones y mamelones, tanto en el borde como en la pared. El material lítico refleja tradiciones anteriores del calcolítico, con presencia de dientes de hoz, junto a hachas pulimentadas y por último, el ajuar metálico se concentra en la aparición de pequeñas piezas, como puntas de flecha o punzones de sección cuadrada, junto a un utillaje óseo que presenta una gran variedad en punzones, espátulas o puntas de flecha (Moncín, Monte Aguilar), siendo por el momento los hallazgos de grandes piezas metálicas, como las hachas planas de Valchica, un ejemplo de la importancia de la metalurgia de este periodo y del “atesoramiento” o deposito ritual de este tipo de piezas. CONSIDERACIONES FINALES En definitiva, los diversos yacimientos analizados aquí, suponen para el Bronce Medio/Tardío del área que nos ocupa, la presencia de un hábitat claramente estable, agrupado en unos cuantos núcleos cuya extensión es de una hectárea como mínimo, en los que se detecta un cierto urbanismo, así como un notable control geoestratégico y quizás económico del área de su influencia. Junto a este hábitat agrupado, aparece otro de tipo disperso, a base de pequeños núcleos de población, en la mayoría de los casos de carácter estable y muy posiblemente relacionados de algún modo con los poblados de mayor entidad. En ambos casos, parece tratarse de comunidades fuertemente sedentarizadas y con una economía mixta basada en la agricultura extensiva cerealista y una ganadería sustentada en las cabañas de ovicápridos. Poco sabemos sobre la organización social de estos núcleos del Bronce, pero a juzgar por los restos materiales recuperados, en los que hay una ausencia absoluta de ciertos elementos de rango y prestigio personal, parece existir una escasa jerarquización social, al menos en lo que se refiere a determinados 219 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

Fig. 38. Calatayud. Hoyos del Calcolítico

tipos de jefatura. La ausencia de recintos defensivos en la mayoría de estos yacimientos, evidencia la existencia de una sociedad pacífica y en la que no se detectan símbolos de inestabilidad o crisis, tanto interior como exterior. En cuanto al problema de la funcionalidad de los hoyos, documentados en los yacimientos de Moncín, Majaladares, El Quez, Marijuan I, Monte Aguilar, Balsa la Tamariz o El Coscojar, su asociación o no a determinadas estructuras de habitación, ha permitido a diferentes investigadores esbozar diversas teorías sobre su funcionalidad. Así, para Harrison, los hoyos aparecidos en Moncín serían silos reutilizados como basureros (Harrison et Alii, op. cit.: 1987, 24-29). Los hoyos aparecidos en El Quez se han identificado como fondos de hogares o silos (Royo et Alii, op. cit.: 1992, 341), mientras que los de Marijuan y Monte Aguilar, parecen estar asociados a determinadas estructuras de habitación desaparecidas, siendo interpretados por los rellenos aparecidos, como basureros de dichas estructuras (Sesma, op. cit.: 1991, 309). Otros autores han sido mucho más exhaustivos en su análisis, llegando a identificar hasta cinco funcionalidades posibles: silos, basureros, fondos de cabaña, enterramientos o pozos de ofrendas (Valiente, op. cit.: 1987, 131-138). José Ignacio 220 Royo Guillén

En este sentido hay que destacar dos trabajos recientes donde se aborda esta problemática. En el primero de ellos, se analiza un yacimiento de hoyos prehistóricos localizado bajo el casco urbano de Calatayud (Royo et Alii: 2010). Los resultados del estudio de varios de ellos, han manifestado un origen como silos, pero una vez amortizados, se ha constatado en varios de ellos un sellado ritual de los mismos, al menos desde el Calcolítico (figs. 38-39), aunque también con posterioridad se ha podido documentar hasta el Bronce Antiguo/Medio (Royo et Alii: 2010, 128, fig. 5). Algo similar se ha planteado en el estudio de varios poblados prehistóricos del valle de Ambrona en Soria, con funcionalidades variadas, desde silos a enterramientos, pero con un sellado final que se caracteriza por determinados rituales que implican depósitos de fauna o cremaciones parciales (Rojo et Alii: 2008, 365-370). A la vista de los hallazgos realizados en Balsa la Tamariz, prácticamente todas las posibilidades se dan en este yacimiento (Rey y Royo, op. cit.: 1993, 21-22), aunque puede señalarse el sellado ritual de varios de ellos, una vez amortizados como silos. En suma, a la vista de las páginas precedentes, el

Fig. 39. Calatayud. Cerámica calcolítica de un hoyo

221 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

descubrimiento, excavación y posterior estudio del yacimiento de Balsa la Tamariz, supuso en su día para la arqueología de las Cinco villas y por extensión del sector occidental del valle medio del Ebro toda una novedad, habida cuenta de los escasos antecedentes de este tipo de conjuntos documentados en la zona hasta la fecha (Rey y Royo, op. cit., 1993, 24-25). Balsa la Tamariz es plenamente representativo de las comunidades asentadas en hábitats estables, en las zonas llanas aledañas al río Ebro a partir del Bronce Antiguo, pero de forma clara desde el Bronce Medio, con una economía productora basada en la agricultura cerealista de secano y una ganadería extensiva de ovicápridos. Este tipo de asentamientos no cuentan con una función clara de control del territorio, sino más bien como un hábitat disperso y autosuficiente que ocupa las tierras más bajas de las cuencas fluviales, en función de una mayor fertilidad de los suelos. En todo caso, confirmaría lo ya apuntado por otros autores para yacimientos similares, como Siete Cabezos (Harrison et Alii, op. cit.: 1990, 57-58) o Cabecico Aguilera (Aguilera, op. cit.: 1980, 107). Sólo la realización de nuevas excavaciones en otros conjuntos del Bronce de la comarca de las Cinco Villas, podrán plantear soluciones o nuevas preguntas a las cuestiones sólo esbozadas en las páginas precedentes.

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227 Repasando la prehistoria reciente en las Cinco Villas: el yacimiento de la Balsa de Tamariz y la Edad de Bronce en la localidad de Tauste

El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad Jesús Lorenzo Jiménez

Universidad el País Vasco Euskal Herriko Unibertsitatea

La reciente aparición en el subsuelo de Tauste de lo que parece ser una importante necrópolis islámica cuya antigüedad se remontaría al siglo VIII11 ha puesto de manifiesto el hecho de la presencia islámica en la región2. No se trata de una noticia nueva: las crónicas árabes ya se referían a ello y la historiografía se había hecho eco de la importancia de esta presencia. Pero este hallazgo va más allá y trae a primer plano la evidencia de que la islamización de la región no fue en absoluto superficial, sino que caló en el conjunto de la población y además lo hizo de forma muy temprana, una circunstancia sobre la que la historiografía tradicional había pasado de largo durante siglos3. El interés del hallazgo es aún mayor si se toma en consideración la escasez de restos arqueológicos de este periodo, identificados de forma casi exclusiva en la arquitectura monumental4. A estos dos aspectos nos vamos a referir en las páginas siguientes. En la primera parte trataremos sobre el proceso de integración del valle del Ebro en el mundo árabo-islámico, lo que se conoce como arabización e islamización del territorio, que se prolonga desde la conquista en 711 hasta la llegada del califato en 929, cuando el territorio se puede considerar plenamente inserto en el ámbito musulmán. En la segunda parte nos referiremos a la cultura material, a la visibilidad del pasado islámico, es decir, la 1 F.J. Gutiérrez González & M. Pina Pardos: “La necrópolis de Tauste a raíz de la cata arqueológica en el nº 64 de la avenida J. M. Conget, frente a la calle Cost” (en prensa). 2 Este hallazgo viene a sumarse a las necrópolis islámicas que se han exhumado en los últimos años, en particular la de la calle Herrerías de Tudela (J.J. Bienes Calvo: “La necrópolis islámica de Herrerías (Tudela)”, en La tierra te sea leve, pg. 259-62. Pamplona 2007) y la de Pamplona (J.A. Faro Carballa et alii: “El cementerio islámico de la Plaza del Castillo (Pamplona)”, en La tierra te sea leve, pg. 249-58. Pamplona 2007). 3 Esta era la visión de Sánchez Albornoz, reproducida hasta la saciedad todavía hoy (véase J. Pavón Benito: Poblamiento altomedieval navarro. Pamplona, 2002). Lo que subyace bajo esta interpretación es la idea del fenómeno del Islam como algo esencialmente opuesto a un concepto de la hispanidad que se apoya en dos pilares: la latinidad y el cristianismo. 4 En particular me refiero a los restos identificados en Zaragoza, en la Seo y la Aljafería concretamente. 231 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

posibilidad de encontrar evidencias arqueológicas de este periodo bajo una serie de indicios, como la toponimia o la existencia de restos materiales no pocas veces ocultos. 1.- EL PROCESO DE ISLAMIZACIÓN Y ARABIZACIÓN DEL VALLE MEDIO DEL EBRO 1.1.- Problemas conceptuales: Arabización e islamización En las primeras décadas del siglo VII se producía un suceso inusitado: un pueblo, el árabe, impulsado por una nueva fe, el Islam, se lanzaba a la conquista del mundo conocido y en menos de un siglo llegaba a dominar un territorio de dimensiones tan grandes como nunca antes se había visto. Dos son los elementos que caracterizan a esta expansión: el protagonismo del pueblo árabe como impulsor inicial de las conquistas y la implantación de una nueva forma de organización estatal definida por los códigos de una nueva religión, el Islam5. El efecto de las conquistas, en consecuencia, engloba un doble proceso que conocemos como islamización y arabización, dos componentes que en determinados ámbitos geográficos, particularmente en la orilla meridional del Mediterráneo, vinieron de la mano, aunque siguieron ritmos de implantación muy diferentes6. a) Arabización Es incorrecto definir la arabización como un mero proceso de aculturación, ya que para hablar de arabización no basta con que una parte importante de la población adquiera las pautas culturales árabes de forma más o menos voluntaria, más o menos impuesta. Se requiere, además, un elemento objetivo e independiente de la voluntad del individuo: la existencia de una identidad árabe que solo se adquiere por nacimiento, es decir, por pertenencia a una tribu árabe7. 5 Véase F.M. Donner: “The Formation of the Islamic State”, en Journal of the American Oriental Society, Vol. 106, No. 2 (1986), pg. 283-296. 6 Por el contrario, en otros lugares como Persia, cuya islamización fue prácticamente inmediata, la arabización nunca llegó a producirse, hasta el punto de que ni tan siquiera la lengua árabe llegó a desplazar al farsí o lengua persa, que ha pervivido como mayoritaria hasta el tiempo presente. 7 Y ello con independencia del fenómeno de la creación de falsas genealogías por parte de los genealogistas. Se trata, en todo caso, de una cuestión colateral al tema que nos ocupa. Jesús 232 Lorenzo Jiménez

No es este el lugar para detenerse en los pormenores del significado de la cultura árabe, es decir, de todos los rasgos culturales que definen a este pueblo. Entre ellos ocupa, desde luego, un lugar preeminente la lengua, que los árabes han llevado allá donde han llegado, con una importantísima tradición literaria que siempre han ensalzado. Pero igualmente importante es la conciencia de pertenencia a un linaje árabe, que entraña un elemento subjetivo, el cultural, es decir, los criterios de adscripción a un linaje, y otro objetivo, genético, ya que solo es árabe quien desciende de padre árabe. El primer elemento, el cultural, se puede imponer de forma más o menos rápida y no siempre de forma coercitiva: basta que los grupos dirigentes sigan pautas culturales árabes. El segundo, el genético, es por fuerza progresivo y requiere el paso de varias generaciones. Detengámonos en ello un momento. Desde el punto de vista identitario, la sociedad árabe era –y en muchos lugares sigue siéndolo en la actualidad- una sociedad tribal, organizada en tribus divididas a su vez en linajes, es decir, grupos de individuos unidos por la existencia, real o mítica, de un antepasado común. Según la concepción árabe, el linaje se transmite por línea exclusivamente paterna, de manera que el origen o la etnia de la madre resulta completamente irrelevante: tanto si la madre es árabe como si no, basta que el padre lo sea para que el hijo herede su condición8. Este mecanismo de conformación de los grupos parentales propició la progresiva absorción de los linajes autóctonos por parte de los linajes árabes, de manera que sólo se puede hablar de arabización cuando, con el paso de las generaciones, el grupo de miembros árabes según los criterios de adscripción señalados llegó a superar al de los no árabes9. La primera premisa para la arabización fue la llegada de flujos migratorios árabes organizados en linajes y portadores de toda una serie de elementos distintivos, que se fueron asentando de forma progresiva y en sucesivas oleadas entre la población autóctona. Partiendo del Mar Rojo, confín del territorio árabe originario, y hacia el oeste, los árabes se encontraron en primer lugar con Egipto, que en vísperas de la conquista del año 8 Es el caso de Abd al-Rahman III, de padre árabe y madre navarra: desde parámetros raciales mendelianos era mestizo, pero siguiendo los criterios de adscripción árabes, su arabidad era completa. 9 Sobre la cuestión de la transmisión del linaje véase C. Lévy-Strauss: Las estructuras elementales del parentesco (Barcelona: 1998). P. Guichard aplicó los principios de Lévi-Strauss a al-Andalus en 1976, publicando uno de los libros que mayor influencia ha tenido en los estudios andalusíes en las últimas décadas: Al-Andalus, estructura antropológica de una sociedad islámica en occidente (Granada: 1995). 233 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

642 contaba con una importantísima presencia griega y autóctona fuertemente asimilada. A continuación, más hacia el oeste, se encontraban las regiones pobladas mayormente por las tribus bereberes (al-barbar), desde Cirenaica hasta el Atlántico, entre los que existían bolsas de pobladores de origen latino y, en menor medida, germánica, los restos del reino vándalo (al-afariqa en las fuentes árabes). Y finalmente, al-Andalus, el espacio geográfico más remoto al que llegó el islam por occidente, tanto que ni tan siquiera quedó englobado en la categoría de al-magrib, es decir, de poniente10, en cuya conquista confluyeron contingentes árabes y bereberes, y con toda probabilidad incluso persas, sobre un sustrato muy heterogéneo de origen mayoritariamente latino y germánico. b) Islamización El segundo elemento que caracteriza la expansión es la islamización, concepto que tiene un importante componente religioso, pero que rebasa los límites de las creencias para definir una forma particular de articular las relaciones entre el Estado y los súbditos. Es importante distinguir entre la islamización como forma de organización política y la práctica de la religión islámica por sus súbditos. De hecho, en muchas regiones de Oriente Medio han perdurado hasta la actualidad comunidades cristianas y judías muy numerosas, y sin embargo sus sociedades son plenamente islámicas. Los elementos que definen la islamización como sistema político han sido y son en la actualidad objeto de debate. Se trata de un sistema que se puede definir como tributario, en el sentido de que los ingresos del estado provienen del pago de tributos, frente a las rentas que caracterizaron a la Europa medieval feudal, lo que impone la monetarización de la economía11. Se trata igualmente de un sistema con predominio de lo urbano, donde la ciudad constituye el lugar referencial en las relaciones entre el Estado y los súbditos, unas relaciones que se construyen desde la hegemonía de lo privado sobre lo público12. 10 Pensemos que el extremo opuesto del Mediterráneo recibía por contraposición la calificación de Masriq. 11 La primera acuñación de moneda islámica se debe al califa Abd al-Malik en una fecha aproximada a 885, menos de seis décadas después del inicio de la expansión arabo-islámica. Véase Ph. Grierson: “The monetary reforms of Abd al-Malik”, en Journal of the Economic and Social History of the Orient, 3-3, (1960), pg. 241-264. 12 Sobre la caracterización de la sociedad islámica y el estado de la cuestión al respecto remito al estudio de A. García Sanjuán: “El concepto tributario y la caracterización de la sociedad andalusí: treinta años de debate Jesús 234 Lorenzo Jiménez

Desde el punto de vista religioso, hay que señalar que, aunque en este sistema la religión musulmana predomina sobre las demás, la relación con otras religiones, en particular aquellas que nacieron en Oriente Medio y que se mantuvieron vivas en todo el Mediterráneo durante los siglos altomedievales, es decir, el cristianismo y el judaísmo, es de integración13. Esta integración se plasma, de un lado, en la no prohibición de su práctica, pero también en la inclusión de sus grupos dirigentes (los obispos en el caso del cristianismo) en el aparato de poder islámico como intermediarios entre el Estado y las comunidades a las que representan14. Pero el Islam es una religión de carácter universalista, es decir, que nace con la pretensión de convertir a todos los seres humanos, y por ello no renuncia al proselitismo15. Esta doble circunstancia da lugar a una serie de tensiones entre la integración de los colectivos que practican las religiones protegidas y la pretensión de convertir a los súbditos, generando importantes desequilibrios. Quizás el más destacable de ellos sea el diferente tratamiento fiscal de los individuos en función de su religión. En las sociedades islámicas medievales el no musulmán estaba obligado a hacer efectivos una serie de tributos nacidos del hecho de habitar y explotar tierras que pertenecían, según la concepción del islam, a la comunidad islámica, propietaria en última instancia de todo el suelo. Según el derecho clásico islámico, estos tributos son fundamentalmente dos: la yizya, tributo nacido del hecho de permitirse la práctica de una religión diferente al Islam, y el jaray, que gravaba la tierra, cuyo pago permitía al no musulmán su explotación de forma similar al arriendo16. Islamización política e islamización religiosa no siguen ritmos parahistoriográfico”, en Saber y sociedad en Al-Andalus, pg. 81-152 (Huelva, 2006). 13 Utilizo la palabra integración en su sentido estricto, es decir, el acto de «hacer que alguien o algo pase a formar parte de un todo» (RAE). Por supuesto integración no significa en absoluto inexistencia de discriminación. 14 El propio Abd al-Rahman II se encargó, al igual que hicieron en otro tiempo los reyes visigodos, de convocar un Concilio de la iglesia hispánica al menos en el año 852. Sobre esta cuestión véase E. Lévi-Provençal: Historia de España musulmana (dir. Menéndez Pidal), Vol IV: España musulmana (Madrid: 1990), pg. 155. 15 Esta constituye una de las mayores diferencias con respecto al judaísmo, religión de tipo nacional, a la que están solo llamados los miembros de una determinada etnia, fuera de la cual carece de toda pretensión proselitista. 16 Véase la síntesis de C. Cahen en El Islam. I: desde los orígenes hasta el comienzo del Imperio Otomano (Madrid: 1992). 235 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

lelos ni en el espacio ni en el tiempo: la islamización política se implantó con las conquistas, especialmente en aquellos lugares, como al-Andalus, conquistados tras las profundas reformas impulsadas por el califa Abd alMalik (685-705). La islamización religiosa, por el contrario, no se impuso de forma rápida, sino que fue avanzando progresivamente por las razones explicadas, con un ritmo irregular en Oriente Medio, donde inicialmente se produjeron rápidas conversiones, pero se conservaron importantes núcleos cristianos y judíos que han perdurado hasta la actualidad, y más constante y acelerado en el Magreb, donde el cristianismo prácticamente había desaparecido en el siglo XI17. En el caso de al-Andalus, el Islam estaba muy consolidado ya durante el califato, en el siglo X18. 1.2.- Interacción entre ambos y su efecto en los territorios conquistados Existen, sin embargo, numerosos puntos en los que islamización y arabización se cruzan, ya que el Islam tomó muchas de sus pautas organizativas del contexto en el que había nacido: el de los árabes. Una de las más notables es la confluencia de elementos propios de las sociedades nómadas con otros propios de los grupos sedentarios. No es de extrañar que así sea, ya que aunque se ha vinculado tradicionalmente a los árabes con el nomadismo, la tradición urbana y de sedentarismo de este pueblo se remonta al primer milenio antes de Cristo, con ciudades muy destacadas como Petra, Gaza, Madain Salih, etc. La propia Meca era una ciudad en apogeo en el momento de nacimiento del Profeta del Islam. Los árabes tampoco eran ajenos a la organización de entidades políticas, ya que, junto con el antiquísimo reino de Saba y otros muchos en el sur de la península arábiga, hay que señalar la existencia de reinos más recientes, como el de los nabateos, que duró hasta su absorción en 106 por Roma, el de Palmira en el siglo IV o el de al-Hira, que se mantuvo hasta el año 602. Estos últimos estuvieron en contacto de forma permanente y simultánea en primer lugar con los elementos nómadas árabes que mantenían la tradición y la lengua, y, en segundo, con los dos grandes imperios que se disputaban la región: los

17 Sobre la crisis de la falta de obispos en Túnez y en el norte de África véase M. Epalza: “Falta de obispos y conversión al Islam de los cristianos en al-Andalus”, en Al-Qantara, XV (1994), pg. 385-400. 18 Véase R.W. Bulliet: Conversion to Islam in the Medieval Period: An Essay in Quantitative History (Cambridge: 1979). Jesús 236 Lorenzo Jiménez

sasánidas y los bizantinos19. No es por tanto casual que el desarrollo de las ciudades y la estructuración del territorio en torno a ellas sea uno de los elementos que caracterizan a las sociedades árabes medievales. Pero las interferencias entre arabización e islamización vinieron a veces en forma de reinterpretación por el Islam de instituciones árabes. Una de las de mayor transcendencia es el desplazamiento del concepto de linaje con base familiar, propio de la sociedad tribal árabe, hacia el terreno de la comunidad islámica, la denominada Umma: la nueva religión creaba la ficción de que todos los musulmanes pertenecían a un mismo linaje, el de la comunidad de creyentes, con independencia de su origen étnico. Este fue uno de los principales problemas para la islamización de los territorios arabizados con anterioridad a la difusión del Islam, donde la religión entró rápidamente, pero no así su dimensión política, y más en particular este nuevo concepto que igualaba a todos los individuos y despreciaba el sentimiento –y el orgullo- de pertenencia a tal o cual linaje. Por el contrario, este principio fue rápidamente aceptado por la población autóctona de los territorios conquistados, en particular en Irán, donde constituyó uno de los principales puntos de fricción entre la minoría árabe y la mayoría indígena. No menos decisivo a la hora de implantar la islamización política y religiosa del territorio fue, evidentemente, el hecho de que los grupos dirigentes profesasen el Islam y que, si bien la conversión no era obligada, sí proporcionaba una serie de ventajas frente a los que se mantuvieron en las otras religiones que no se limitaban a la materia fiscal. Una de las más destacadas atañía a las pequeñas aristocracias locales: la conversión al Islam les proporcionaba la posibilidad de erigirse en intermediarios entre los conquistadores y los conquistados mediante la institución del wala a la que nos referiremos más adelante in extenso, y que supone uno de los más claros indicios de institución árabe preislámica reinterpretada por mor de la nueva religión para transformarse en una institución al servicio del Islam. 19 El tema de los árabes de la época preislámica constituye el capítulo introductorio en todos los textos relativos a las conquistas, donde suele ocupar un espacio bastante marginal, con una declarada intención de explicar al lector las razones por las cuales este pueblo pudo protagonizar las conquistas. Así aparece en textos tan dispares como H. Kennedy: Las grandes conquistas árabes (Barcelona: 2007), F.M. Donner: The Early Islamic Conquests (Princeton: 1987) o A. Hourani: La historia de los árabes (Barcelona: 2010). De particular interés es la monografía de J.S. Trimingham: Christianity among the Arabs in the Preislamic Times (Beirut: 1990), por cuanto se refiere de forma exclusiva al periodo previo a las conquistas, escapando del finalismo que impregna a las obras anteriores. 237 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

En el valle del Ebro, el proceso de islamización vino determinado por dos factores: primero, el nombramiento de gobernadores musulmanes, fundamentalmente árabes, y, segundo, por la integración de los pequeños dirigentes locales de origen autóctono en la administración islámica mediante la conclusión de pactos de wala a los que nos hemos referido más arriba. La arabización, por su parte, vino propiciada, de un lado, por el asentamiento temprano de grupos árabes en el territorio y, de otro, por el encumbramiento, con el paso del tiempo, de los linajes árabes en las capas más altas de la administración, desplazando a los linajes muladíes. A todo ello dedicaremos el siguiente epígrafe. 2.- LA INTEGRACIÓN DEL VALLE DEL EBRO EN EL MUNDO ARABO-ISLÁMICO 2.1.- La conquista20 En el 711 Musa ibn Nusayr, gobernador de la provincia de Ifriqiyya, con capital en Qayrawan, actual Túnez, enviaba un ejército con sede en Tánger para que se adentrase en la Península Ibérica, por tierras del Reino Visigodo de Toledo, que en ese momento se encontraba sumido en una profunda crisis. En apenas diez años toda la península ibérica quedaba integrada en ese espacio que los musulmanes denominaron Dar al-Islam, es decir, el territorio donde se aplica la ley islámica y cuyo centro se encontraba en Damasco. Las fronteras del Islam, es decir, el Tagr, por usar el término medieval de las fuentes árabes, se ampliaban por occidente al igual que lo estaban haciendo por oriente en dirección al Indo21. No tenemos una fecha exacta para la conquista del valle del Ebro. Zaragoza fue conquistada por Musa, lo que nos remite a una fecha anterior a 715, cuando marchó a Damasco a dar cuentas al califa de sus conquistas, viaje del que ya no regresaría. Así, sabemos que Pamplona pactó su capitu20 Sobre la conquista de al-Andalus véanse P. Chalmeta: Invasión e Islamización (Madrid: 1994) y E. Manzano Moreno: Conquistadores emires y califas (Barcelona, 2006). Sobre el valle del Ebro, M.J. Viguera Molíns: Aragón musulmán (Zaragoza: 1988); Manzano Moreno: La frontera de al-Andalus en época de los omeyas (Madrid 1991); J. Lorenzo Jiménez: La dawla de los Banu Qasi (Madrid: 2010). 21 En el año 712 los ejércitos musulmanes conquistaban Samarcanda e incluso una delegación del gobernador de Iraq se entrevistaba con el emperador Chino. Al igual que le sucedería a Musa ibn Nusayr, el comandante de los ejércitos de la frontera oriental, Qutayba, cayó en desgracia en el año 715, bajo el gobierno del califa Sulayman, que había sucedido a su hermano, al-Walid, fallecido en ese mismo año. Jesús 238 Lorenzo Jiménez

lación en una fecha incierta en torno al año 718. En todo caso, es llamativa la ausencia de noticias, más allá de lugares como Zaragoza o Huesca. En al-Andalus, la forma de conquista mayoritaria fue el pacto con los grupos dirigentes ya fueran aristocracias urbanas de las ciudades, los grandes terratenientes de la alta aristocracia visigoda o los miembros de la pequeña aristocracia cuyo poder apenas transcendía el ámbito local. La forma de sumisión de unos y otros presenta en todo caso notables diferencias, ya que mientras que los altos aristócratas se sometieron mediante la conclusión de pactos con los conquistadores en los que se conservaban sus privilegios, como se recoge en varios documentos, los pequeños se acogían a una fórmula particular de sumisión. Se trata de la constitución de vínculos de wala, una institución de origen árabe preislámico pero con gran implantación durante las primeras conquistas22 musulmanas. ¿Qué significa esto del wala? Para entender esta institución tenemos que remontarnos al periodo anterior a las conquistas del Islam y la salida de los árabes de lo que era su contexto geográfico originario. En aquel tiempo, los árabes estaban estructurados en tribus, y las tribus en linajes, de manera que todo árabe estaba adscrito a una tribu. En esta situación, ¿qué sucede cuando llega un extranjero al que se quiere incorporar a la tribu, por ejemplo un comerciante? Se le admite en la tribu mediante el wala, es decir, con el status de adoptado. El vínculo se contraía a través de los personajes más destacados de las tribus, y su constitución generaba una serie de derechos y obligaciones recíprocos entre el adoptado y la tribu adoptante. Con la llegada del Islam, se crea la ficción de que la tribu adoptante es la comunicad islámica, y por tanto se exige del adoptado la conversión al Islam. Pero tampoco se desvincula de la antigua institución, ya que el adoptado se convierte, sí, pero de manos de un miembro destacado de la administración islámica, preferiblemente el propio califa omeya de Damasco. Con ello estos individuos, denominados mawali (plural de mawla), se integraban en la administración musulmana y se convertían en sus más eficaces colaboradores a escala local. Como intermediarios entre los grandes centros de poder y los territorios periféricos, eran los encargados de 22 Sobre esta institución existen opiniones muy dispares, desde P. Crone (Roman, provincial and Islamic law, Cambridge, 1987), que defiende el origen romano de la institución, hasta W.B. Hallaq (“The Use and Abuse of Evidence: The Question of Provincial and Roman Influences on Early Islamic Law”, en Journal of the American Oriental Society, Vol. 110-1990, No. 1, pg. 79-91), que defiende su origen netamente autóctono. En al-Andalus falta aún un estudio global en profundidad sobre la incidencia de la institución. Para el valle del Ebro, véase J. Lorenzo Jiménez: La dawla… , pg. 97-109. 239 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

recaudar impuestos, pero también de aportar tropas del lado de los omeyas en los diferentes conflictos y, en contraprestación, aumentaban su área de influencia y su patrimonio en la medida en la que el bando omeya al que apoyaban salía victorioso. Hay que tener presente que la preponderancia de la familia omeya, que en el conjunto del mundo islámico finalizaba en el año 750, con la aniquilación de toda la familia, en al-Andalus se prolongaba hasta el año 1000. Aunque los mawali están documentados en todo el mundo islámico en el periodo de las conquistas -el mismo Musa ibn Nusayr lo era-, en el caso de al-Andalus las fuentes no se refieren a ello. O no al menos de forma directa, porque sí existen algunas noticias en las que se hacen visibles, en concreto con ocasión de la partida de Musa ibn Nusayr de al-Andalus en el año 715 con destino a Damasco. En esa fecha, Musa se dirigía a ver al califa para darle cuenta de sus conquistas, así que marchó encabezando un cortejo muy numeroso del que formaban parte, entre otros, un importante grupo de reyes e hijos de reyes romanos de al-Andalus, dicen los textos. Un autor, Ibn Hazm, nos da el nombre de uno solo de los miembros de la comitiva, uno de estos reyes e hijos de reyes, y lo hace mencionando además su título: es el conde Casio, epónimo del celebérrimo linaje de los Banu Qasi, que señala, además, que el objeto de este viaje era convertirse al Islam de manos del califa al-Walid, entrando así a formar parte de su wala. En lo sucesivo, las fuentes árabes hablarán para referirse a estos individuos, a los musulmanes de origen autóctono, con el nombre de muwalladun, de donde se deriva la voz muladí que conocemos. Pero junto con la población autóctona islamizada, resulta de gran interés la información acerca del asentamiento de varias tribus árabes en la Frontera Superior, tanto en el entorno de Zaragoza como en el de Huesca23. 2.2.- El siglo IX24 En los últimos años del siglo VIII las fuentes árabes comienzan a hacerse eco de todo un conjunto de linajes de origen autóctono que parecen surgir de la nada en la región entre los Pirineos: el de los que denomina 23 Sobre el particular es de gran interés la monografía de A.W. Dhanun Taha: The Muslim Conquest and Settlement of North Africa and Spain (London – New York: 1989), concretamente en las páginas 115-165. 24 Remito nuevamente a M.J. Viguera Molíns: Aragón…, E. Manzano Moreno: La frontera... Sobre el papel de árabes y muladíes en el gobierno de la Frontera Superior valle del Ebro cfr. J. Lorenzo Jiménez: “El valle del Ebro a través de los Banu Qasi”, en Villa 3. Histoire et archéologie des sociétés de la vallée de l’Ebre (VIIeXIe siècles) (Toulouse: 2010). Jesús 240 Lorenzo Jiménez

muwalladun, muladíes, que adquirieron una gran importancia a lo largo del siglo, llegando a competir con los árabes en el desempeño de cargos. Estos linajes están encabezados por individuos que poseían recursos suficientes como para financiarse ejércitos con los que combatir contra sus vecinos, más raramente contra el gobernador de Zaragoza, o para erigirse castillos. Son los Banu Marzuq, los Banu Amrus o los célebres Banu Qasi, por citar solo algunos de ellos. Es precisamente Amrus ibn Yusuf quien primero alcanza este protagonismo en las fuentes, todavía en los años finales del siglo VIII. Se trata de un personaje relegado por la historiografía, que le consideró un colaborador de los emires contra la población autóctona, lo que es tanto como decir un traidor25. Designado gobernador de Toledo en los últimos años del siglo VIII por su condición de muladí, fue el encargado de reprimir de forma sangrienta una rebelión de los toledanos en la conocida como Jornada del Foso. Si su comportamiento le valió el desprecio de los toledanos no lo sabemos, aunque sí que sabemos que el emir al-Hakam se lo agradeció nombrándole a continuación gobernador de Zaragoza y de la Frontera Superior. Para entonces su primo paterno, Sabrit, desempañaba ya el cargo de gobernador de Huesca, lo que nos hace pensar que el abuelo de ambos, el epónimo del linaje cuyo nombre no nos ha llegado, gozaba del favor de la dinastía gobernante en Córdoba, la de los omeyas, lo que se puede atribuir a su condición de mawla. Dónde se encontraba el solar de Amrus, es algo que no se puede saber en el actual estado de conocimientos. La proximidad entre Zaragoza y Huesca permite pensar que en el momento de la conquista los dominios de ese antepasado se ubicaban en algún lugar entre ambas ciudades, aunque nada sabemos de su extensión. Otro hecho viene a aportar indicios en relación con su emplazamiento: en el año 802 u 804 Amrus se apropiaba de un cerro que pertenecía a una de las familias que por aquel entonces había adquirido cierto poder gracias a su apoyo a los omeyas, y donde segura25 Las palabras de Dozy sobre Amrus son muy expresivas. El contexto es la preparación de la conocida como Jornada del Foso, la masacre de los toledanos cuando Amrus era gobernador de la ciudad, en una fecha incierta entre 797 y 803, (M. Crego: Toledo en época omeya, ss. VIII-X. Toledo, 2007, pg. 41-3). Según Dozy, el emir «expuso su plan (a Amrus), plan horrible, pero que Amrús aprobó enteramente, y prometió llevar a cabo. Devorado por la ambición, este hombre no tenía ni fe ni ley. Necesitando aún el apoyo del sultán, estaba pronto a sacrificarle a sus compatriotas» (Historia de los musulmanes de España, vol. II, Madrid, 1988), pg. 64. Este Amrus continuó siendo un mald ito de la historiografía española hasta la publicación por F. de la Granja de la traducción de la obra de al-Udri. Véase de este autor “La Marca Superior en la obra de al-Udrí”, en Estudios Edad Media de la Corona de Aragón, VIII (1967), pg. 447-546. 241 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

mente habían construido algún tipo de fortificación. Esa familia era la de los Banu Qasi y el cerro que les arrebató es el actual cerro de Santa Bárbara, núcleo originario de lo que años más tarde será la ciudad de Tudela. El solar originario del epónimo en tiempos de la conquista pudo encontrarse, en consecuencia, en cualquier punto entre estos tres enclaves, Huesca, Zaragoza y Tudela, si bien no pasa de ser una hipótesis que tampoco permite mayor concreción26. Este Amrus muere en 814, y desde ese momento las menciones a Tudela desaparecen de las crónicas, hasta que reaparece con Musa ibn Musa, este sí, de los Banu Qasi. Frente a las opiniones que atribuyen a este linaje el dominio sobre una extensísima región, que comprendería prácticamente el territorio entre Nájera y Zaragoza, he venido manteniendo lo contrario, un dominio inicial muy reducido, limitado apenas al área entre Borja y Arnedo pasando por Tudela27. Las razones las he expuesto en detalle en diversas publicaciones, pero aquí me limitaré a señalar que el hecho de que los hijos de Musa ibn Musa dominen en los años finales del siglo IX estos territorios no basta para atribuírselo a sus antecesores, ni siquiera a Musa ibn Musa. Por el contrario, Musa ibn Musa va haciéndose más y más poderoso a partir de su colaboración con el emir Abd al-Rahman II, que parece sentir una cierta debilidad por él, la misma que su padre y predecesor había sentido por Amrus. Porque lo que se documenta en la región es la existencia de una pluralidad de familias con un cierto poder entre las que el emir elige a sus gobernadores. Y ahora, tras la muerte de Amrus en el año 814, la estrella de los Banu Qasi comenzará su ascensión. Musa aparece en los textos en el año 839, y lo hace ya con el cargo de gobernador de Tudela, que para entonces ostentaba ya el grado de madina, esto es, de sede de un gobernador. Aunque los historiadores han destacado las revueltas que Musa protagonizó contra el emir de Córdoba, lo cierto es que son más largos los periodos en los que se mantiene leal al emir, y su labor durante estos periodos es de mayor trascendencia que sus desma26 Véase la argumentación en J. Lorenzo Jiménez: La dawla…, pg. 121-34. 27 Las Genealogías de Roda (J.M. Lacarra: “Textos navarros del Códice de Roda”, en Estudios de Edad Media de Corona de Aragón, 1945, pg. 193-283) atribuyen a Musa ibn Musa Borja y un lugar desconocido al que denomina Terrero, al que hay que añadir Arnedo, que tal vez sea el misterioso lugar al que se refiere el rotense. En cuanto a Tudela y Zaragoza, solo estuvieron bajo su poder mientras ejerció el cargo de gobernador (amil) en nombre del emir, cargo del que era removido a voluntad de quien le había nombrado, por lo que bajo ningún concepto se le puede atribuir el dominio del enclave. Véase J. Lorenzo Jiménez: “El Valle del Ebro…”. Jesús 242 Lorenzo Jiménez

nes en momentos de rebeldía. Así, parece que fue de gran importancia su actuación en la defensa de Sevilla frente a los vikingos en el año 844, así como su papel en las aceifas sucesivas que se producen contra el territorio de Alaba y al-Qila o contra el reino de Pamplona. Existen otros datos acerca de su decidida islamización, pero sí quiero señalar que es artífice de una importante ampliación de la mezquita aljama de Zaragoza en el año 857, durante su gobierno sobre la ciudad (850-60), gobierno que ejerce de forma legítima, esto es, por designación del emir. En todo caso, a su muerte en el año 863 todo parece indicar que la influencia de la familia caería en picado y los hijos de Musa, como sucedió con los descendientes de Amrus, quedarían relegados al olvido. Pero la historia les deparaba aún un papel muy destacado en la región como consecuencia de la particular situación que comenzaba a fraguarse en el conjunto de al-Andalus: el estallido de la fitna o guerra civil. Durante el último cuarto del siglo IX el poder del emir, por razones diversas, comenzaba a venirse abajo, al tiempo que triunfaba la oposición a los omeyas primero en el valle del Guadalquivir, y luego en todo al-Andalus, hasta el punto de que por momentos la propia existencia del emirato omeya se vio amenazada. Insisto en la idea: la sublevación no se dirigía contra al-Andalus, sino contra los gobernantes omeyas. Y será en este contexto donde triunfen los Banu Musa, los hijos de Musa. Los acontecimientos se sucedieron muy rápidamente: en el 872 se sublevaban las ciudades del valle del Ebro, concretamente Tudela, Huesca y Zaragoza, que llamaban a los hijos de Musa a ocupar la más altas magistraturas urbanas después de expulsar a los gobernadores designados por Córdoba. Esto generó la inmediata reacción del emir, que en apenas cinco años conseguía recolocar a sus gobernadores. Sin embargo, era la antesala de la desaparición de su poder en la Frontera, acuciado por los problemas que se multiplicaban en el valle del Guadalquivir. Allí se había iniciado la revuelta de Umar ibn Hafsun, a la que siguieron otras muchas protagonizadas por elementos de menor relieve28. La situación en la Frontera del Ebro es muy particular, ya que aunque es evidente la existencia de un grave conflicto armado, en ningún momento se puede hablar de sublevación contra Córdoba, por la sencilla razón de que desde el año 885 el emir estuvo completamente ausente de la región. 28 Acerca de la revuelta en el valle del Guadalquivir es imprescindible la lectura de M. Acién Almansa: Umar ibn Hafsun. Entre el feudalismo y el Islam (Jaén, 1997). 243 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

En puridad, la guerra en el valle del Ebro no se puede calificar de sublevación, más allá de sus momentos iniciales, sino de un profundo desgobierno. Lejos están todavía los momentos en los que unos pujantes reinos latinos al norte serían capaces de sacar partido de una situación similar a esta que se daría en el siglo XI. La fitna o guerra civil en el valle del Ebro se tradujo en un enfrentamiento brutal de todos contra todos, una rapiña en la que participaba todo aquel que tenía capacidad para hacerlo, es decir, de reclutar tropas y construir fortificaciones, ya fueran aristocracias locales de base rural o élites urbanas. No existen prejuicios religiosos ni étnicos, sino que todos combaten a sus vecinos con el único propósito de arrebatarle sus tierras y, con ellas, a sus pobladores. En el conflicto encontramos a muladíes, como los Banu Amrus, Banu Sabrit o los Banu Qasi, que llegan incluso a separarse en dos bandos que combaten entre sí por el conjunto del patrimonio del linaje. Junto a estos linajes de origen autóctono, herederos presuntamente de aquellos mawali de la conquista, se sumaba al conflicto generalizado un linaje árabe llamado a jugar un importante papel en el futuro; el de los Banu Tuyib. Y para cerrar el elenco de participantes, se vino a añadir también otro elemento autóctono y cristiano, Sancho Garcés, monarca de un incipiente reino de Pamplona, que arrebataba territorios con idéntico empeño a los Banu Qasi, que eran musulmanes muladíes, y a los cristianos de Aragón29. Las ciudades, finalmente, se lanzaban a una carrera similar, apoyándose para ello en los linajes. En pocas palabras: no hubo en este conflicto religión ni reinos ni tribus. Ni tan siquiera familias. Solo hubo depredación. Entre tanto, el emir de Córdoba, Abd Allah, se desangraba en el valle del Guadalquivir, tratando de hacer frente a una guerra generalizada que, allí sí, presenta el aspecto de sublevación y donde los movimientos centrífugos son más acusados. Ya se ha hecho mención a uno de los linajes que participó de los enfrentamientos de los años finales del siglo IX, que en el futuro desempeñarí un papel clave en el valle del Ebro: los Banu Tuyib o tuyibíes. A diferencia de los otros linajes, este era netamente árabe, y hundía sus raíces en los tiempos de la mítica confederación de Kinda, que gobernó un reino en la península arábiga durante los años centrales del siglo VI. Convertidos tempranamente al Islam, participaron en la conquista de Egipto en el año 642 y varios miembros de este linaje entraron en al-Andalus en 711 for29 J.M. Lacarra: Historia del Reino de Navarra en la Edad Media (Pamplona, 1975), pg. 35-8. Jesús 244 Lorenzo Jiménez

mando parte del ejército de Musa ibn Nusayr. Hay noticias de que una familia perteneciente a los tuyibíes, los Banu Salama, se habían asentado en la región de Huesca, aunque posteriormente se pierden las referencias al linaje. Reaparecen en el valle del Ebro a mediados del siglo IX (año 862), cuando el emir Muhammad les entrega el castillo de Qalat Ayyub para que controlen desde allí a los Banu Qasi, y se apropian de otros como Daroca. Ambos linajes, los Banu Qasi y los Banu Tuyib, se enfrentaron abiertamente por el dominio de Zaragoza en la última década del siglo IX. Las fuentes tratan la cuestión como un enfrentamiento entre linajes, pero evidencian la enorme vitalidad que en esas fechas habían adquirido las ciudades, lo que constituye un claro indicio del grado de islamización de la sociedad andalusí en el valle del Ebro. Zaragoza, como se ha dicho, había entregado el gobierno a uno de los hijos de Musa ibn Musa, Lubb. En ese momento daba inicio un periodo turbulento en la ciudad que se prolongaría por espacio de 30 años, en los que la población, que debemos entender como los grupos dominantes, ponía y quitaba gobernadores de una forma desaforada, llegando incluso a expulsar al gobernador que ellos mismos habían designado. En el año 890 se producía la última de las expulsiones y accedía a la máxima magistratura urbana Muhammad ibn Abd al-Rahman al-Tuyibi, provocando la ira del que podríamos considerar máximo jefe de los Banu Qasi en ese momento, que reaccionaría sometiéndole a un asedio largo e infructuoso de 18 años. El desgaste producido por este asedio, junto con los enfrentamientos internos dentro del linaje muladí, propiciaría su progresivo debilitamiento y su rápido declive, hasta su desaparición en torno a 925. Por el contrario, el linaje de los Tuyibíes se consolidaba en la ciudad, en la que permanecería aún durante cerca de siglo y medio. 2.3.- Epílogo tras 929 No cabe duda de que una de las causas de esta consolidación fue la gran visión política de Muhammad, que se puso de manifiesto en el año 920, cuando el futuro califa Abd al-Rahman III recorría toda la península ganándose adhesiones y poniendo fin a la guerra civil. Llegado al Ebro, los Tuyibíes corrieron a manifestarle su apoyo, como si hubieran percibido que este Abd al-Raman no era uno más de los emires de Córdoba. De hecho, en el año 929 se proclamaba califa en Córdoba, momento en el que se puede considerar que la islamización de al-Andalus, pero muy en particular del valle del Ebro, se ha implantado definitivamente. Gracias a 245 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

su apoyo y previsión, los tuyibíes conseguirán mantenerse en el poder de Zaragoza durante todo el periodo del califato, esto es, el siglo X, e incluso más allá, convirtiéndose en una de las primeras dinastías de las taifas, continuando en el poder hasta el año 1038. Una dinastía también árabe será la llamada a sustituirles, la de los Banu Hud, que reinarán hasta el año 1100, cuando los almorávides pongan fin a los reinos de Taifas. Dos décadas más tarde, la región caía en manos de los feudales y se perdía para el Islam para siempre. 3.- LA VISIBILIDAD DE LA PRESENCIA ISLÁMICA Después de este rápido repaso a los principales indicios de islamización y arabización que se recogen en las fuentes escritas, quiero dar un salto en el registro y centrarme en las fuentes materiales, en particular a una serie de indicios que nos avisan o que llaman nuestra atención acerca de la posibilidad de identificar esta presencia islámica. La primera cuestión a resaltar es que los restos materiales del periodo islámico en el valle del Ebro son sorprendentemente escasos. No se trata de una particularidad de la región: a lo largo de todo el mundo islámico, los restos arqueológicos documentados que se pueden datar en los tres primeros siglos del Islam constituyen prácticamente una excepción. Esto se puede achacar a varias razones. La primera tiene que ver con una de las características que se han señalado de la islamización, como es la continuidad en los territorios conquistados de los cultos religiosos anteriores a la conquista. Aunque pueda resultar paradójico, una de las características de la islamización política es la lentitud en la islamización religiosa derivada de la no obligatoriedad de la conversión, por lo que a menudo la implantación de la nueva religión estaba condicionada por la afluencia de contingentes migratorios ya convertidos al Islam provenientes en su mayor parte del oriente árabe y del norte de África. Por esta razón, los templos cristianos no solo se conservaron y siguieron en funcionamiento, sino que además la construcción de iglesias no se detuvo30. A pesar de que las fuentes árabes lo niegan, otras fuentes afirman lo contrario, en particular los textos latinos del siglo IX, 30 En particular, los textos de Eulogio, obispo de Toledo en el año 858 y enemigo acérrimo del Islam, hacen referencia a monasterios de nueva creación nada menos que en el entorno de Córdoba. Véase la introducción de M.J. Aldana García: Obras completas de San Eulogio. Introducción, traducción y notas (Córdoba; 1998). Jesús 246 Lorenzo Jiménez

tanto más creíbles por cuanto emanan de círculos eclesiásticos y, sobre todo, monásticos. En el mismo sentido se manifiesta la arqueología, que atestigua la construcción de templos cristianos en época islámica, si bien los restos arqueológicos estudiados hasta la fecha son escasísimos31. Entre ellos destaca la iglesia de Bobastro, levantada en los años finales del siglo IX, cuando la rebelión antiomeya (bajo ningún concepto antiislámica) se encontraba en su apogeo. Este vacío en el registro arqueológico también se explica atendiendo a la propia naturaleza de la cultura material del periodo altomedieval, caracterizada por la escasez de construcciones monumentales, destinadas a perdurar, frente a la abundancia de construcciones realizadas con materiales muy perecederos. De hecho, los siglos VIII al X constituyen aún a día de hoy uno de los periodos más oscuros para la arqueología, no tanto por la inexistencia de restos como por su invisibilidad32. Es esta una de las razones que confieren aún más valor al hallazgo de la necrópolis islámica de Tauste, ya que nos permite datar el proceso de implantación del Islam con sus diferentes ritmos dentro del territorio andalusí más allá de los testimonios de las fuentes escritas. Y más aún si se pone en relación con otras necrópolis documentadas en los últimos años en la región, en particular la de Pamplona, donde en el año 2003 se exhumaron los restos de casi dos centenares de individuos sepultados según rito musulmán. Estos restos están aún en fase de estudio, si bien de las publicaciones aparecidas hasta la fecha, centradas en un grupo de individuos, se puede ya afirmar que fueron sepultados en el siglo VIII y que un número importante de ellos es de origen africano, lo que, leído a contrario sensu, significa que existen también individuos de origen autóctono33. Tanto una 31 En estos últimos años L. Caballero ha venido defendiendo con argumentos muy sólidos que las iglesias consideradas visigóticas son en realidad templos de época omeya que si acaso reutilizaron materiales del periodo anterior. Véase L. Caballero Zoreda: “La arquitectura denominada de época visigoda, ¿es realmente tardorromana o prerrománica?”, en Visigodos y Omeyas, pg207-48 (Madrid 2000). 32 Los problemas de la arqueología altomedieval y su visibilidad han sido tratados de forma genérica en A. Azkarate Garai-Olaun & J.A Quirós Castillo: “Arquitectura doméstica altomedieval en la Península Ibérica. Reflexiones a partir de las excavaciones arqueológicas de la Catedral de Santa María de Vitoria”, en Archeologia Medievale, XXVIII, pg. 25-60 (Firenze, 2001). 33 En M.P. de Miguel Ibáñez: “Mortu viventes docent. La maqbara de Pamplona”, en XXXIX Semana de Estudios Medievales, pg. 351-75 (Pamplona 2013) se puede encontrar la última síntesis sobre los hallazgos de la necrópolis islámica de la Plaza del Castillo de Pamplona. La información sobre el origen africano de varios de los sepultados se deriva del estudio sobre su ADN realizado por L. Fontecha, aún en prensa, a quien agradezco que me haya facilitado esta información (L. Fontecha et alii: “Variabilidad genética de la 247 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

como otra necrópolis demuestran la presencia de población en esta región de la Frontera Superior de al-Andalus que profesaba el islam desde una fecha temprana, compuesta por población tanto foránea como autóctona. Estos hallazgos contradicen una postura historiográfica plenamente asentada que vio siempre la conquista como un fenómeno extraño, con escaso aporte foráneo y que nunca habría calado en la población autóctona, más proclive a continuar con sus antiguas creencias religiosas, frente a una élite gobernante también autóctona que se habría convertido siempre por razones de oportunidad política. Pero la realidad es tozuda, y cuatro o cinco siglos de presencia islámica en lugares como el valle del Ebro van poco a poco haciéndose patentes. Ante la escasez de restos arqueológicos, cabe, de un lado, negar la evidencia de la conquista, una postura que cuenta en la actualidad con adeptos34, o, por el contrario, tratar de establecer unos indicios que nos permitan afirmar la presencia en nuestro suelo de restos islámicos. ¿Dónde rastreamos las evidencias de una presencia, la de un país musulmán que es al-Andalus, cuya existencia nos consta a través de las fuentes escritas? Para ello disponemos de una serie de indicios, que, si bien no implican necesariamente la existencia de restos islámicos, sí proporcionan algunas referencias acerca de dónde buscar. Valor de indicio, repito, y no de prueba. El primero de estos indicios se encuentra en los textos escritos árabes. Estos textos han ejercido desde siempre una particular fascinación sobre los historiadores, que se han lanzado a una identificación precipitada de topónimos a fin de dotar de realidad física a las noticias recogidas por los cronistas. Conviene sin embargo hacer dos apreciaciones en relación con esta información. La primera es llamar la atención sobre los excesos cometidos en esta materia, protagonizados por historiadores, no ya sin ningún conocimiento del árabe, lengua originaria de los topónimos mencionados en las fuentes, sino incluso sin la menor formación filológica35. En su afán población adulta de la maqbara de Pamplona (Navarra, s. VIII)” (e.p.). 34 Esta teoría fue lanzada en los años 70 del pasado siglo XX por Olagüe (La revolución islámica en Occidente, Barcelona 1974), que negaba la conquista de 711 y retrasaba la llegada del Islam a la península a mediados del siglo IX. Sobre el particular véase M.I. Fierro: “Las huellas del Islam a debate”, en Las huellas del Islam, pg. 73-96 (Huelva, 2008) o el más reciente A. García Sanjuán: La conquista islámica de la península ibérica y la tergiversación del pasado (Madrid 2013). 35 Durante muchos años se ha venido produciendo lo que podemos calificar de identificaciones a destajo y muy alejadas del mínimo rigor exigible, como si fuera una obligación del historiador proporcionar referencias geográficas a todos los topónimos. Jesús 248 Lorenzo Jiménez

desmedido por aportar la localización de los lugares en los que se habían producido los sucesos recogidos en las fuentes, el historiador buscaba un topónimo con un parecido no siempre claro con el topónimo recogido en los textos y que se encontrara en un lugar posible, coherente con la idea que él tenía de dónde se desarrollaban los hechos que se narraban. A ello hay que añadir que con mucha frecuencia el historiador no trabaja sobre textos originales, sino sobre sus traducciones. Pensemos que muchas de las traducciones de los textos árabes, que son las mayoritariamente utilizadas, se realizaron en una fecha anterior a 1930 y que recogen traducciones de topónimos que hoy día nos parecerían inaceptables36. Todas estas circunstancias aconsejan una revisión inmediata de toda la toponimia de las fuentes árabes. Pero hay otra observación pertinente en relación con el uso de las fuentes escritas: los topónimos mencionados en las crónicas constituyen una ínfima parte de los enclaves existentes. Digámoslo así: el conjunto de los mortales, es decir, el sector abrumadoramente mayoritario de la sociedad, no llama -no llamamos- la atención de los cronistas. Ni tampoco el lugar que habitan. Por ello, la no mención no significa bajo ningún concepto la no existencia. Tampoco hay que confundir la aparición en las fuentes con el surgimiento del enclave. Pensemos en un lugar como Tudela, cuya primera mención data del año 802, aunque los hallazgos arqueológicos en el cerro de Santa Bárbara evidencian que con anterioridad a esa fecha ya existía un enclave. Por otra parte, y sin dejar Tudela, su fundación como ciudad se remonta a una fecha indeterminada entre el 810 y el 83937. Con anterioridad a esa fecha sería uno más de los asentamientos en las inmediaciones del Ebro, pero fue la circunstancia de que Abd al-Rahman III la eligiera como sede de un gobernador en el contexto de la reorganización del territorio durante su mandato lo que propició que se elevara sobre todas las demás 36 Hoy día se ha generalizado la traducción de la expresión al-Tagr al- Ala como «la Frontera Superior», pero aún en las traducciones de los primeros años del siglo XX parece traducido como «Aragón». Es solo uno más de los ejemplos de traducciones voluntariosas, que tratan de facilitar al máximo la lectura pero que a la larga generan una confusión infinitamente mayor, además, claro está, de la incorrección que presentan. 37 En 810 se produce la última mención al lugar como hisn o fortificación y desde 839 los cronistas se refieren a ella como madina. Entre una y otra fecha el lugar desaparece de los textos, por lo que no sabemos en qué momento la ciudad subió de rango. Véase Lorenzo Jiménez, La dawla…, pg. 123-8 y 156-68. Sobre esta ciudad véase además la síntesis de J.A. Souto & M.J. Viguera: “Aportación al estudio de una medina andalusí de frontera: Tudela”, en Frontières et espaces pyrénéens au Moyen Âge, pg. 95-127 (Perpignan, 1992). 249 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

de su entorno, incluso sobre aquéllas que habían gozado de una posición preeminente en época visigoda y es a partir de entonces cuando su nombre aparece repetidamente en las fuentes. Otros lugares, como Arnedo o Viguera fueron la base desde la que actuaban elementos como los Banu Qasi, y por ello llamaron la atención de los cronistas. Pero junto a ellos tuvieron que existir una infinidad de asentamientos de diferentes dimensiones que los cronistas no recogieron por el hecho de que en ellos no se dieron sucesos que llamaran su atención. La identificación de todos estos lugares, invisibles para los cronistas, es un presupuesto para llegar a conocer las redes de poblamiento y, en consecuencia, el paisaje del mundo andalusí. Si el primero de los indicios es la toponimia que se recoge en las fuentes escritas, el segundo es la toponimia que aparece en los mapas actuales susceptible de provenir de étimos árabes. Se trata de un terreno siempre resbaladizo, donde a menudo las cosas no son necesariamente lo que parecen, propenso a malabarismos por parte de etimólogos improvisados, versión moderna de las denominadas “etimologías populares”. Hace algunos años F. Corriente (1987) propuso unas bases metodológicas para el estudio de los topónimos: documentación que se remonte a la mayor antigüedad posible, a fin de conocer las diversas variantes morfológicas del topónimo, uso del dialecto andalusí en vez del árabe clásico –la toponimia generalmente se abastece de voces populares y dialectales, no de cultismos- y la colaboración entre filólogos de diversos campos, y la diversificación por zonas, épocas y tipos, ya que la lengua de los topónimos es sensible a los cambios, mucho más si se producen repentinos flujos de población alóctona. A partir de esta constatación, el mismo autor realiza una clasificación de topónimos según criterios lingüísticos, distinguiendo entre los topónimos descriptivos, es decir, aquellos que designan elementos físicos o antrópicos característicos del lugar, y los antroponímicos, que provienen de un nombre propio de persona, con mucha probabilidad el titular del terreno que designa. Si el origen árabe de estos últimos parece fácil de determinar, los primeros son más dudosos, ya que en ocasiones se trata de términos árabes que han sido absorbidos por la lengua romance. Es el caso de voces como alcalá, acequia, atalaya, aldea, etc, incorporadas al romance, por lo que el origen árabe del topónimo no puede atribuirse de forma mecánica. Menos duda ofrecen los términos comunes que no han pasado al romance, como Alborge, derivado de bury, torre, Alhama, de al-hamma, o Alcolea, de al-qulay, diminutivo de qala, castillo. En todo caso, unos y otros son de Jesús 250 Lorenzo Jiménez

gran interés desde el punto de vista de la cultura material, ya que, con independencia de su origen, suponen un indicio para el arqueólogo de que en el lugar existió alguna de las construcciones que designan, que, en caso de ser localizada o ubicada podría proporcionar dataciones precisas siguiendo métodos arqueológicos. En cuanto al registro material, no constituye un indicio, sino una certeza: allí donde, por ejemplo, existe una necrópolis islámica, la conclusión irrefutable es que en aquel lugar existió una población que profesaba la religión musulmana. Pero quiero referirme aquí a aquella fase previa de una investigación arqueológica en la que se recogen indicios materiales que permitan pensar en la posibilidad de la existencia de un asentamiento de época islámica. Se trata de un campo amplísimo, que abarca todo un conjunto de ámbitos e incluso de actividades. Entre los elementos materiales con la condición de indiciario que más ha llamado la atención de un sector de la arqueología del mundo islámico se encuentra la cuestión de los regadíos. Se trata de un ámbito de gran interés, por cuanto resulta incuestionable que la presencia árabe supuso un importante desarrollo del regadío, así como la importación de determinadas técnicas en materia de hidraulismo. Quizás el interés inicial se ha visto en alguna medida desbordado por los modelos teóricos que se lanzaron fundamentalmente en la década de los 90 que condujeron a cierto automatismo, estableciendo de una forma no siempre fundada una relación entre la existencia de regadíos y la presencia islámica. Conviene, en todo caso, tener siempre presente que no basta la mera existencia del regadío para establecer la datación de las estructuras hidráulicas ni de las explotaciones a las que abastecen de agua. Y más aún si se quiere establecer una concreción mayor que atribuir una genérica cronología andalusí que abarca una horquilla cronológica de nada menos que ochocientos años38. Sin abandonar la cuestión del regadío pero sí el registro –saltamos del registro material al etnográfico-, resulta de interés el estudio del vocabulario de riego de cada región, donde no es extraño encontrar términos que sí están emparentados con la lengua árabe, lo que permitiría afirmar que, con independencia de su origen, dicho regadío estuvo operativo en el periodo islámico. Hablo de voces como acequia, azud, etc. En ocasiones estas voces tienen un alcance estrictamente local que provienen directamente del 38 Se recoge un interesante estado de la cuestión en Th. Glick: Paisajes de conquista (Valencia 2007), pg. 10131. 251 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

árabe. Pongo un ejemplo: según el diccionario de antigüedades del Reino de Navarra de Yanguas y Miranda, en Tudela se usaba la voz Adula para referirse a «todo aquel tiempo en que las aguas de ciertos regadíos, repartidas a días entre campos y heredades, corrían su curso hasta que todos ellos hubiesen disfrutado, volviendo a comenzarlo de nuevo». No solo se trata de una voz netamente árabe, dawla, que significa literalmente “turno”, sino que, referida a la regulación jurídica de los turnos de riego, se podría tratar de una institución de origen árabe yemení, como ha puesto de manifiesto diversos estudios sobre los regadíos en la huerta de Valencia39. Pero sin duda los restos más notables son los arquitectónicos. Y dentro de ellos voy a referirme a un edificio inequívocamente islámico como es la mezquita, un edificio cuya sola identificación ya nos indica la presencia de gentes que profesaron el Islam. Una de las primeras medidas emprendidas por los monarcas latinos cuando conquistaban asentamientos o ciudades musulmanas era la concesión de los terrenos de las mezquitas a la Iglesia, que inmediatamente convertía estos templos musulmanes en templos cristianos. Iglesias catedrales, cuando se trataba de las mezquitas mayores o congregacionales o aljamas, que por los tres nombres se las conoce, o parroquias de barrio, cuando se trataba de pequeñas mezquitas de arrabales. Con mucha frecuencia se levantaban bajo la advocación de Santa María40, lo que tiene una explicación desde el punto de vista religioso, y es que Santa María es para los cristianos la madre de Dios, lo que contradice de forma tajante la concepción islámica, que niega de forma tajante que Dios pueda haber sido engendrado41. Como es sabido, Jesucristo es para los musulmanes el penúltimo Profeta, y como tal es considerado por el Islam, pero bajo ningún concepto es considerado como hijo de Dios, por lo que la figura de María carece de trascendencia para los musulmanes, apenas por encima de la madre de otros profetas42. 39 Aplicando esta metodología, Th. Glick (Cristianos y musulmanes en la España medieval (711-1250), pg. 8896. Madrid, 1993) creyó reconocer en la huerta de Valencia principios organizativos del reparto de agua de origen yemení. 40 Acerca de la advocación a Santa María de las iglesias construidas sobre mezquitas, véase B. Pavón Maldonado: Tratado de arquitectura hispanomuslmana, vol IV: mezquitas (Madird 2009) pg. 115-6, donde se encuentra un nutrido número de ejemplos. 41 El Corán (112:3/3) es tajante en este sentido, y afirrma de forma expresa que «(Allah) no ha engendrado ni ha sido engendrado (Allah…. lam yalid wa-lam yulad.)». 42 Pavón Maldonado (op. cit.) ofrece una explicación diferente sobre la abundancia de esta advocación. Para Jesús 252 Lorenzo Jiménez

Los ejemplos de templos cristianos sobre el suelo de las mezquitas son abundantísimos en al-Andalus, aunque sin ningún género de dudas el caso más sorprendente es el de la mezquita de Córdoba, donde ambos edificios, iglesia y mezquita interaccionan sin mezclarse, constituyendo un todo desconcertante. Tenemos en todo caso qué agradecer al arquitecto que en el siglo XVI diseñó la catedral de Córdoba en el interior de la mezquita, ya que gracias a su extraña idea se salvó la mayor parte de uno de los monumentos más emblemáticos del Islam, junto con el Templo de la Roca de Jerusalén, y las mezquitas se Damasco, en Siria, y Qayrawan, en Túnez. No es, en todo caso, lo habitual, ya que con frecuencia el conjunto se destruía y se levantaba sobre los cimientos de la mezquita el templo cristiano. Por esta razón, ha sido necesaria en la mayoría de los casos excavar para poder reconocer los cimientos de las mezquitas. En el valle del Ebro se sitúan dos ejemplos paradigmáticos de mezquitas aljamas en dos ciudades que fueron sede de gobernadores, la Seo en Zaragoza y la Catedral de Santa María en Tudela, cuyas excavaciones han permitido conocer su planta e incluso identificar las fases de ampliación antes de su demolición previa a la construcción de los templos cristianos. El primero, la catedral de San Salvador de Zaragoza, la Seo, se levantó en el mismo lugar donde primero se asentó el foro de la ciudad romana, después tal vez una basílica de época tardoantigua y a continuación la mezquita mayor de la ciudad43. En relación con esta última, las excavaciones realizadas en los años 80 sacaron a la luz sus cimientos, lo que permitió establecer no solo su forma inicial, sino además las sucesivas fases de crecimiento44. También en el subsuelo de la catedral de Santa María de Tudela se documentaron en los años 90 del pasado siglo los cimientos de la mezquita aljama de Tudela, concretamente una parte importante de este autor, la advocación encuentra su razón de ser en la imitación del ejemplo de Toledo, donde, tras su conquista a los árabes por Alfonso VI en 1085, se habría levantado la catedral sobre la mezquita aljama bajo la advocación de Santa María por haber existido en este lugar una basílica en época visigoda bajo esta advocación. 43 Las crónicas atribuyen a Hanas ibn Abd Allah al-Sanani la fundación de la mezquita de Zaragoza. Se trata de un personaje de especial relevancia en el Islam, por cuanto es uno de los tabiíes, título que reciben aquellos que llegaron a conocer y tratar en vida a Mahoma. Sobre la conquista de la capital del Ebro, véase P. Chalmeta: Invasión… , pg. 185-91. 44 Véase J.A. Hernandez Vera, B. Cabañero Subiza & J.J. Bienes Calvo: “La mezquita aljama de Zaragoza”, en La Seo de Zaragoza; pgs. 71-84 (Zaragoza: 1998). 253 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

los muros de cierre a lo largo de las sucesivas etapas de construcción y ampliaciones, y el mihrab, es decir, el nicho en el muro de la qibla que indica a los musulmanes la dirección en la cual deben realizar la oración45. Pero no todas las mezquitas fueron completamente demolidas: en ocasiones, por razones diversas, se conservaron algunas de sus partes, que quedaron integradas con elementos constructivos en el conjunto cristiano de edificación más reciente. El caso más habitual es la conservación del alminar, esto es, la torre desde la que el almuédano llamaba a la oración a los fieles a viva voz, práctica que en la actualidad se ha sustituido de forma generalizada por el uso de megafonía. El rito cristiano emplea para la llamada las campanas, por lo que con frecuencia al alminar musulmán se le añadía en su parte superior un cuerpo que alojaba las campanas. El ejemplo más característico es la Giralda de Sevilla, un campanario construido sobre una torre de época almohade, con la característica decoración en sebqa, decoración en formas geométricas repetidas realizadas en ladrillo, y que tiene su gemela en la ciudad de Marrakets, en Marruecos, ésta, por razones obvias, sin campanario. En Andalucía se dan otros muchos ejemplos de aprovechamiento de alminares en iglesias cristianas, como el de la torre de San Juan de los Caballeros, en Córdoba, un alminar de una mezquita situada en las inmediaciones de la antigua muralla construida en época del califato Fig. 1: Cortijo de las Mezquitas. Muro exterior. (siglo X)46. (Imagen: C. Gozalbes, El Cortijo…, pg. 16) 45 L. Navas Cámara et alii: “La excavación de urgencia de la Plaza Vieja (Tudela-1993). La necrópolis cristina y nuevos datos sobre la Mezquita Aljama”, en Trabajos de Arqueología Navarra, nº 12 (1995-6), pg. 91174. 46 Sobre este alminar véase Hernández Giménez: El alminar de la Mezquita Mayor de Córdoba pgs. 134-41 Jesús 254 Lorenzo Jiménez

En otros casos fueron los muros y los arcos los que se conservaron integrados en otros edificios. Encontramos un ejemplo en el denominado Cortijo de las Mezquitas, un edifico abandonado y en avanzado estado de Fig. 2: Muro exterior de la Iglesia de Santa María del Castillo. ruina, asociado a (Imagen cedida por I. García Izquierdo) una explotación agrícola situado en las inmediaciones de Antequera47. Al exterior únicamente llamaban la atención unos muros con sillares escuadrados, que en la zona, donde abundaban los restos arqueológicos de época romana, se venían atribuyendo a reutilizaciones de este periodo (Fig. 1). En el año 2004 se realizó en su interior un estudio de su planta y sus paramentos, que puso de manifiesto que se trataba originariamente de una mezquita con patio y sala de oración formada por tres naves paralelas al muro de la qibla. Se conservan varios de los arcos que servían de separación entre las naves, si bien en una fecha indeterminada fueron cegados, pasando a formar parte de los muros interiores del edificio en función de sus nuevos usos. Si bien hasta la fecha no se ha realizado una intervención arqueológica en profundidad, los autores del citado estudio concluyeron que se trataba de una mezquita rural que dataron en los años finales del siglo X o iniciales del XI. De mayor antigüedad serían, de ser cierta la hipótesis que barajamos, los restos de una mezquita que se habrían aprovechado para levantar la Iglesia de Santa María en un pueblo de Segovia, próximo a Aranda de Duero: Maderuelo (fig. 2). Se trata de dos arcadas ubicadas en muros paralelos (Granada: 1975). Para un elenco de alminares reutilizados, véase Pavón Maldonado: Tratado de arquitectura… 47 C. Gonzalbes Cravioto: El cortijo de las mezquitas. Una mezquita medieval en la Vega de Antequera (Málaga 2006). 255 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

que constituyen a día de hoy los muros de cierre del templo actual, después de cegar los arcos con paramentos de piedra escuadrada con alternancia de bandas de ladrillo decorativas. El cegado de los arcos se puede atribuir en primera instancia a la intención de recrecer los muros, lo que obligaría a dar mayor consistencia a la base para soportar un mayor peso. Sin embargo, la desconexión entre los arcos y el edifico actual es tan evidente que no cabe sino atribuir el cierre a un cambio sustancial en la finalidad del edificio, es decir, a una transformación mucho más profunda que una mera reparación o refactura de los muros, lo que excluye la posibilidad de que se trate de un templo cristiano realizado según técnicas constructivas y programas decorativos islámicos, que es lo que sugiere el término mudéjar. El cegado de los arcos responde, desde mi punto de vista, a la conversión del templo islámico en un templo cristiano48. Así se desprende de un estudio superficial del muro visible en la actualidad. Las arcadas están formadas por arcos ultrasemicirculares o de herradura realizados en ladrillo que apoyan sobre pilares de piedra escuadrada. Las dovelas de los arcos están dispuestas de forma horizontal hasta el arranque del medio punto, lo que se conoce como jarjas, para desde allí tomar disposición radial al centro, un modelo similar al de la puerta de los Visires de la mezquita de Córdoba -conocida también como puerta de San Esteban-, que remite al siglo IX49. En cuanto a la orientación de las naves descritas por estos arcos, coincide de forma precisa con la del muro de la qibla de la mezquita de Córdoba, como se puede comprobar fácilmente acudiendo a la imagen de satélite de Google Earth50. El último ejemplo de restos islámicos en superficie se encuentra en la localidad de Peralta, en la Comunidad Foral Navarra, concretamente en el interior de un edificio, actualmente en ruinas, que fue la ermita de Santa María de Arlas hasta su desacralización en una fecha indeterminada. La construcción presenta planta rectangular con tres naves separadas por columnas de piedra octogonales que alternan con otras similares realizadas en ladrillo macizo, si bien todavía son apreciables restos del enfoscado que 48 No tengo noticia de la existencia de estudio alguno sobre este edifico tan singular. 49 Sobre esta puerta véase la exhaustiva monografía de P. Marfil Ruiz La puerta de los Visires de la mezquita omeya de Córdoba (S.I.: 2009) 50 Las indicaciones no pasan de ser el resultado de un análisis estrictamente visual de los arcos. Evidentemente, un estudio en profundidad del templo aportaría informaciones más precisas que avalarían o descartarían la hipótesis que aquí planteamos. Jesús 256 Lorenzo Jiménez

los recubría, con incisiones ortogonales tratando de imitar la piedra. Todo ello remite a una construcción de época medieval tardía. Pero en el interior de este edificio ruinoso hay un elemento que resulta especialmente llamativo: en el lado izquierdo del muro oriental, junto a la cabecera, se esconde un arco ultrasemicircular o de herradura realizado, en piedra arenisca, que da acceso a una pequeña cámara rectangular (fig. 3). Se trata de un arco de dimensiones reducidas, con una altura máxima de 2.30 m., lo que parece sugerir que se trate de un vano o ingreso, solo que no es posible saber a qué daba acceso. El hecho de que todas las paredes del entorno estén enfoscadas impide además conocer la relación estratigráfica del arco con el muro en el que se inscribe. En cuanto a su morfología, se trata de un arco peraltado, con los salmeres o arranques de arco paralelos al suelo hasta 2/3 partes de la circunferencia, seguidos de enjarjes o bloques triangulares para adecuar las restantes dovelas, siete, dispuestas de forma radial, una disposición muy similar a la señalada para los arcos de Maderuelo, por lo que su cronología puede trasladarse Fig. 3: Santa María de Arlas. Arco (Imagen: J. Lorenzo Jiménez) igualmente del si51 glo IX .

51 Las referencias a este arco aparecen recogidas en una publicación que firma C. Establés y a la que casi podría darse la calificación de fanzine, dado que se trataba de unas fotocopias que circulaban por Peralta y alrededores. Entre los años 2003-4 llevamos a cabo un estudio arqueológico en la zona, que incluía la prospección arqueológica y el estudio de algunos de los elementos arquitectónicos entre los que se encontraba este edifico (véase J. Lorenzo Jiménez: “From Antiquity to Feudalism in the Southern Border of Navarra. A design of a study from the Landscape Archaeology”, en BAR International Series 1514 / 2006, pg. 77-81. 257 El Islam en el Valle del Ebro: implantación y visibilidad

4.- A MODO DE CONCLUSIÓN Durante generaciones la ideología dominante en la península ibérica ha venido minimizando el impacto de la presencia islámica, atribuyendo a los pobladores una especie de celo por la defensa y el mantenimiento de las tradiciones romanas y germánicas y una desidia -cuando no un rechazo abierto- hacia el islam y lo árabe. Para ello se apoyaron en primer lugar en los textos escritos, limitando la islamización a los sectores más poderosos de la sociedad, que actuarían siguiendo criterios de conveniencia, frente al pueblo llano, cuya ausencia de las crónicas -este tipo de registro solo recoge los sucesos que afectan a los poderosos- se interpretaba como una no islamización. La arqueología vino a coadyuvar en esta postura –«corroborar», dirían algunos-, haciendo invisible cualquier indicio de registro material de época árabe-islámica. Se generaba así un vacío en el tiempo delimitado, en su extremo inferior, por el periodo romano o visigodo y, en su extremo superior, por un periodo no bien delimitado conocido como mozárabe o mudéjar, en función de la región en la que se encontrara. Los hallazgos arqueológicos de estos últimos años, sin embargo, evidencian de forma irrefutable que la población sí se había islamizado, que construían mezquitas también en ámbitos rurales, lejos pues de los grandes centros de poder, y que se enterraban siguiendo el rito islámico, incluso en lugares tan pretendidamente comprometidos contra el Islam como Pamplona. Estos hallazgos están contribuyendo de forma notable a romper el muro que levantaron siglos de negación. En la actualidad comienza a ganar terreno entre la historiografía la visión de la presencia islámica no como un problema de tipo ideológico o religioso, sino de tipo histórico, que no hay que justificar ni mucho menos ocultar, sino que, al contrario, está ahí para formular preguntas y para buscar respuestas. Respuestas a preguntas que, a la postre, persiguen un único objetivo: conocernos mejor a nosotros mismos.

Jesús 258 Lorenzo Jiménez

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