Acostarse con el Enemigo: El demonio lujurioso en el teatro del Siglo de Oro

July 14, 2017 | Autor: L. González Ferná... | Categoría: Demonology, Devil, Spanish Literature of the Golden Age
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Descripción

ACOSTARSE CON EL ENEMIGO: EL DEMONIO LUJURIOSO EN LA COMEDIA NUEVA1 Luis González Fernández Université Toulouse Jean-Jaurès

Breve apunte sobre la cuestión de íncubos y súcubos en la demonología del siglo XV y XVI En esa amplia serie de escritos que se denomina «demonología» el demonio y sus acciones se describen desde múltiples ángulos, desde su creación, naturaleza angelical, corporeidad o no, invisibilidad, maldad adquirida o de nacimiento, poliglotismo y capacidad para predecir el futuro, mover montañas e infiltrar cuerpos vivos o difuntos. Todos estos aspectos fueron debatidos y escudriñados en todas sus posibles matices, basándose en las Sagradas Escrituras y filosofía antigua, cuyos a veces escasos datos fueron tamizados o glosados por la patrística, revisitados por la escolástica, sobre todo por Tomás de Aquino, máxima autoridad, y luego puestos al gusto del día en el siglo XV donde la incipiente imprenta aseguró la difusión veloz por toda Europa de ideas recibidas sobre Lucifer y sus secuaces. Los primeros impresos que salen a la luz, y que dieron lugar a un sinfín de avatares, son el Flagellum maleficorum de Pedro Mamoris (1486), el Malleus maleficarum de Sprenger e Institoris (1486 ó 1487), o el De lamiis et phitonicis mulieribus, de Ulrich Molitor (1489), por no nombrar sino tres: el primero discreto, si bien allí se imprimió por vez primera la idea del aquelarre2, llamado «sabbath» que tanto daría de sí, el tercero medianamente discreto, pero con unos grabados de madera espeluznantes y grotescos a la vez que sugestivos (ver Figura 1); el más notorio de los tres textos citados como botón de muestra fue el Malleus maleficarum que, si bien salió a la zaga del primero y conoció una difusión casi confidencial al principio, se convirtió en el manual de inquisidores por excelencia contra la herejía brujeril durante más de cien años. Para entrar sin más dilación en lo que anuncia mi título, uno de los temas que dio mucho que hablar fue el de la relación entre la sexualidad y el demonio, en todas sus posibles manifestaciones, desde el impedimento por obra de magia demoniaca de la generación en los Lo que sigue a continuación son las primeras páginas de una conferencia leída en 2014, primer eslabón en la preparación de un libro sobre el asunto tratado. 2 Ver Robbins y Ostorero. 1

hombres, hasta el coito entre hombres o mujeres y diablos, y la generación natural, o asistida por fuerzas sobrenaturales malintencionadas. Si tomamos por de pronto el De lamiis et phitonicis mulieribus, saltará a la vista lo femenino del título, Lamia designa bruja3 para el autor y las Pitonisas especie de mujeres augurio. El contenido del mismo no nos decepciona pues se habla, en forma dialogal, de mujeres, de sus flaquezas y de su ira, y de sus prácticas sexuales con los demonios, tema éste último al cual dedica dos capítulos (VI y VII) de los catorce que contiene el opúsculo; se trata no sólo de la posibilidad de unión entre demonios y mujeres, sino de sus frutos, y más que teoría se esbozan ejemplos de nacimientos extraordinarios como el de Merlín y los hijos de la linda Melusina, mujer que se transformaba en ser híbrido con cuerpo inferior serpentino una vez por semana. Cuando se trata el tema en el Malleus maleficarum, no deja de sorprender la cantidad de páginas dedicadas a la sexualidad (con y sin demonios de por medio). Nada menos que una decena de capítulos tratan sobre asuntos sexuales en unas discusiones escolásticas que no dejan rincón teológico ni hipótesis natural ni sobrenatural sin explorar para llegar a unas conclusiones que no admiten reclamación alguna. Tan preocupante debía de ser para los autores que se aborda el tema ya desde el capítulo tercero de la primera parte:

Así lo entiende también Johan Wier en su De praestigiis daemonum, en el que dedica numerosas páginas a la explicación del nombre así como de las características de las brujas que denomina de este modo. 3

Fig. 1: Imagen de un demonio íncubo, grabado de De lamiis et phitonicis mulieribus, Ulrich Molitor, Colonia, 1489.

Fig. 4 : « Le Cauchemar », Eugène Thivier (1845-1920), Musée des Augustins, Toulouse

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