Acogerse a sagrado: violencia, poder y recintos eclesiásticos a fines del Medievo

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Descripción

6t

Ediciones de la Universidad

de Castilla-La Mancha

SACRA loca toletana : los espacios sagrados en Toledo / coordinadores, J. carlos vizuete Mendoza, Julio Martín sánchez.cuenca : Ediciones de ra universidad de castilra_La Man_ cha, 2008 560 p. ; 24 cm.- (Estudios 114) ; ISBN 978_84_ 8427 _566_4

1' Historia eclesiástica.2. Toledo (Archidiócesis) Mendoza, José carlos, coord. IL Martín sánche Mancha, ed. IV. Serie

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-

Historia eclesiástica. I. vizuete

Jurio,coord.

III. universidad

de castilla_La

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27 (460.28s)

ESIA EdiCióN ES PrOPiEdAd dC

EDICIONES

DE LA UNIVERSIDAD DE CASTILLA-LA puede copiar, fotocopiar, reproducir, MANCHA Y NO SE traducir u por máquina, enteramente o en parte, erectrónico o regible "".r"nr. "uutq.,r". sin su"previo consentimiento.

-J;;;;;;r",

O de los textos: sus autores. @ de la

edición: Universidad de Castilla_La Mancha.

Edita: servicio de publicaciones de la universidad de castilla-La Mancha. Directora: Carmen Viízqu ez yarela. Colección ESTUDIOS no I14. I'ed. Tirada: 500 ejemplares. Diseño de la colección y de la cubierta: C.I.D.I. (Universidad de Castilla_La Mancha). I. S.B.N. : 97 8-84-8427 -566_4

D.L.: CtJ-613-2007 Fotocomposición e Impresión: FG Gn¿¡, S.L. Impreso en España (U.E.) printed in Spain ((J.8.) -

INDICE

Presentoción

11

CONFERENCIA DE APEMURA: Sobre vidas y relatos de santidad Joan Prat i Carós

t9

ESTUDIOS: Espacios sagrados durante la Prehistoria en

el entorno

de la ciudad de Toledo Jesús Carrobles Santos

51

La religiosidad pagana en el Toledo romano y su entorno Rebeca Rubio Rivera

Del paganismo al cristianismo. Espacios cristianos, reales e imaginarios en e/ Toletvm tardoantiguo y su entorno Vasilis Tisiolis

95

115

indice

Pervivencia de los lugares de culto en Toledo y su entorno durante la Edad Media Ricardo Izquierdo Benito

135

Lugares sagrados y órdenes religiosas. Monasferios J. Carlos Vizuete Mendoza

157

Acogerse a sagrado: violencia, poder a fines del medievo Óscar López Gómez

y recintos

y

conventos en Tbledo

eclesiásticos 189

Los «espacios» de la catedral de Toledo y su funcionalidad durante la Edad Mediq Maria José Lop Otín L.a

223

capilla de la Descensión y la entrega de la casullq a san ltdefonso

Ángel Fernández

Collado

.....-............

El

Templo primado: receptáculo de reliquias F ernando Llamazar e s Rodríguez

263

y su significado

De civitas regia a civitas Dei. El imaginario histórico de en los siglos XYI y XYII

289 Toledo

Fernando Martínez Gil ..............

319

Itinerarios sagrados en el Toledo de la Edad Moderna Alfredo Rodríguez

G onzález

369

Lugares e ltinerarios sagrados en la ciudad de Toledo (sigtos De la civitas Dei a la ciudad postindustrial Carlos Franco Agudo

xylil-xx, 399

La arquitectura religiosa en Toledo durante los siglos xIX y xx: desamortizqción, restauracién monumentql Julio Martín Sánchez

y

nuevas consagraciones 411

Índice

CONTRIBUCIONES NOVELES: Ser colombiano en Toledo. La identidad es sagrada lsidoro Castañeda Tordera

453

Imaginando el espacio sagrado. El caso de los templos del cristo Mónica Cornejo Valle

519

La solera en la sombra. El vqlor de lo ». Concilio de Coyanza, 1050, Cortes de los Antiguos Reinos de Castilla y León, fomo III, Madrid, 1853, pp. 24-25 19 BENEYTO PÉREZ, J., Los orígenes..., Nota 16, p. 265.

194

Acogerse a sagrado: violencia, poder

y recintos

eclesiásticos a fines del medievo

las iglesias, al igual que en el interior de los cementerios adosados a ellas, debía reirlaÍ urla pax propia de un lugar de recogimiento, de oración y de amparo, donde el

poder espiritual prevaleciera sobre la materia. Siempre se ha venido afirmando que la idea del asilo tiene un origen religioso. Efectivamente, lugares sagrados como el Templo de salomón, los templos griegos, los templos egipcios, o donde se reunían las tribus germánicas, eran «espacios de amparo» protegidos por los dioses. Sin embargo, tal y como Diego López Garrido defiende, fue la Iglesia cat1lica, en el período de enfrentamiento que el Papado tuvo con el lmperio durante la Edad Media (siglos XI al XIII), la que se encargó de revitalizar la idea del asilo eclesiástico, que entonces cobraría su máxima fortaleza20. Los espacios sacros fueron defendidos por las autoridades religiosas con más vigor que nunca frente a la jurisdicción laica del emperador, que procuraba acabar con la preeminencia que la Iglesia venía jugando en la organización feudal de Occidente. De esta disputa, si bien a una escala bastante inferior, participaron todas las realezas europeas, lo que contribuyó areyitalizar en el caso concreto de los monarcas castellano-leoneses la institución de la pax regis, aunque con unas connotaciones distintas a las que habia mantenido en época altomedieval. A fines de la Edad Media, el rey castellano-leonés era concebido como un vicario de Dios2t. Al igual que en el resto de las monarquías europeas, desde mediados del siglo XII, la imagen cristológica del monarca fue sustituida por una imagen teológica (se pasó de la rex imago Christi y la rex vicarius christi, a la rex imago Dei y rex

vicqrius Dei22). Según Juan Manuel Nieto Soria, el vicariato regio traía consigo aparejadauna teologización del oficio real, en tanto que el origen divino del poderío del monarca le obligaba a mantener un contacto exclusivo con la Divinidad23. De igual modo, esta teologización exigía a los súbditos que obedecieran a su rey como si de Dios mismo se tratase, generándose así una servidumbre que obligaba (bajo pena de sacrilegio) a mantener la paz en aquellos lugares donde el soberano se encontrara

20 LÓPEZ GARRIDo,

D., El derecho de asilo,valladolid, 1991,p.8. Juan BENEyro IÉREZ, principio del siglo XII, en los Sínodos de Santiago de Compostela (l 1 14), Oviedo (1 I 15), Burgos (1 1 17) y Palencia (1129), cuando se desarrollarían los principios de la Paz de Dios; Los orígenes de la ciencia política..., p. 264. 21 En las Cortes de Valladolid de 1440 se dice que el rey es »a3. Este caso es paradigma de un tipo de enfrentamiento que se produjo en la catedral con cierta frecuencia durante la Edad Media (sobre todo en momentos de inestabilidad politica4), pero lo común era que de forma cotidiana los desacato s ala paz que debía reinar en ella no se produjesen como resultado de complejos intereses políticosas, sino sólo como consecuencia de disputas interpersonales en las que las agresiones se iniciaban de forma »a8. 43 Se acordó, desde la administración central, que el infante don Pedro fuera a Toledo para solucionar esta contienda: Crónica del muy alto et católico rey don Alfonso el onceno deste nombr), que venció la batalla del río Salado, et ganó a las Algeciras, en Crónica-de los Reyes de Castilla,Tomoi, Madrid, 1953, cap. W, p. 177 b. 44

Como por ejemplo en 1467, durante la revuelta contra los conversos; BENITO RUANO, E., W: vída política,Madrid, 1961,pp.93-98. o tras la muerte de Femando et CatOiico, durante la regencia del cardenal cisneros; coNDE DE CEDILLo, El cardenal cisneros. Gobernador del reino, Madrid, 1928, tomo II, documento LXXXVI, pp. 162_164. 45 Sobre el tema de la cotidianidad de la violencia véase: CHIFFOLEAU, J., seys hazerpor quedó de Xerez el áicho Myguel de

53 54

agosto de 15l8).

205

óscar LóvEZ GóMEZ

' Aunque es cierto que las agresiones llevadas a cabo desde el interior de las iglesias no eran privativas de un determinado tipo de delincuente5.. La posibilidad de valerse de las iglesias como si de escondrijos se tratara, desde los que lanzat un ataque y en los qrré u-puru.se luego, convertía a sus inmediaciones en lugares relativamente peligrosos. ota causa que exprica esta peligrosidad sería la circulación entorno a eflas, sobre todo en momentos de crisis económica, de un buen número de personas errantes que, sin trabajo y en busca de comida y éstos55

dinero57, podían llegar a producir problemas. Los regidores consideraban a estos individuos, que pululaban por los alrededores de los espacios sagrados,s8 un auténtico peligro a la hora de mantener er orden público, por lo qr. ,o es de extrañar que entre las medidas más importantes a la hora de pievenir ia delincuencia, junto al veto de sacar aflnas a la cafie y de jugar apostando, siempre apareciese ra prohibición de que los vagabundos permanecieran en la ciudad5e.

Además, como alrededor de ellos giraba la vida diaria de las ciudades (en Toledo, en las inmediaciones de la catedral.oj, los espacios sagrados se convertían en ámbi_ tos propicios a la hora de hacer pública cualquier notiáa. ra tgtesia mayor toledana

55 Por este acto se le- condenó a la amputación, de la mano derecha y a que fuera desterrado de Toledo y de cinco reguas arrededor por dos á¡os. A.G.s., R.G.s., 5 a" de 1494, for.25. 56 Esta forma de proceder se puede observaq de igual forma, en^uoo rrn á,uq,r" ranra¡scontra dos alguaciles por rmos malhechores, según los testimonios que tenemos, tan sólo porque éstos se habían enterado de que la justicia iba tras zus huellas: «...unrrangisco Ramírez, rupia, e Juan de laxara, todos tres manQevos traviesos-e rwoltosos, " (sic), los por gierto delito que comentieron mandaron prender' E que porque dos alguaziles d'esta dicha 9iúouo to, .-"s,ri- pr." i". p."r¿er, los agoardaronjunto con la yglesia mayor' E yendo seguros echaÁn mano a las espádas .lto. e les dieron muchas cochilladas (sic) e cortaronlavara al uno, e los maltrataran sy'non se"ooiu ¿"áái".uo. E porque estonges non se pudieron prender, porque se metieron en Ia dicha yglesia .rv*, r" ,"¡ieron en lo alto d,ella, e por no haser mucho escrínd¿los (sic) " R.GS., e alboroto, no se sacaron...»: A.G.S., r51g_y Medina del Campo, 29 demayo de 151g. 57

En un pregón dado en la ciud a$

el27 deoctubre de l4g2,tachando

de delincuentes' se les daban-tres días para porr".r"

::,"$T ¿:::i1'":l:".1**

ra urbe.

a trabajary

a los vagabundos y holgazanes

ganarse la

vida, con su sudor. De lo a(rchivo;.rulunictpartrf"Lí"t., eLcr,ivo¡.slecreto )., ata. 2 , tes.

58 Las ordenanzas de carmona deñnían al vagamundo como qualquier que no Jüere vezino o fijo de vezino ni mercader ni tratante en esta villa y esíuviere syn señor o ,yn o*á en esta villa qinco días; MENDOZA GARRIDO, J. 59

M., Delincuencia'y represión..., p. 437. Existen mandatos para expulsar u to, uugáu*dos de ra ciudad en agosto

de r4s7, maruo de 1461' septiembre de r47r, marzo de 1472, octnbie de 1492,t"t J" r+qsl.t.. 60 No es de extrañar,que los regidores y losjurados pusiesen especial cuidado a la hora de man_ tener el orden público en el-.eryomo de la misma, ibre todo por la noche y en vísperas de fiestas en la ciudad; A(rchivo).M(unicial).T(oledo)., e6crrivo¡ilabildo).4urado r¡., iitÁ""opitutares (1470_1487). cuentas, cartas, varios, caja 23, reunión iel 12 áe agosto de 1479, fors. 27 r-2g r.

"-

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Acogerse a sagrado: violencia, poder

y recintos

eclesiásticos a fines del medievo

tenía situados en la Puerta de1 Perdón, y en otfos lugares, unos tableros donde se colgaban las bulas y mandatos que el Cabildo catedralicio deseaba que se conocieran. Tomando como ejemplo esta forma de actuar, no era infrecuente que en las puertas de las iglesias apareciesen escritos burlándose de determinados sujetos o criticando su actitud. Normalmente, solían quitarse de allí y no había ningun problema. Los inconvenientes surgían cuando lo que se colgaba no era un escrito burlesco sino un documento de desafio firmado por la persona que 1o lanzaba6t, o caricaturas, dibujos, carteles, etcétera, con un tono altamente subversivo62. A pesar de todo, y aunque la violencia también hiciese su aparición en los lugares saglados, lo cierto es que éstos eran los espacios a los que, ante cualquier agresión, de forma instintiva una víctima siempre acudiría a refugiarse. Sagrado era sinónimo de paz, deperdón, de defensa de los desvalidos, de ayuda a los pobres, en definitiva, de

todas las ideas que los clérigos divulgaban entre la comunidad creyente desde los púlpitos de las iglesias63. La concepción del templo como «casa de Dios>» era uno de

6l

Francisco de Loarte, soldado de la capitanía de don Juan de Silva, envió a desafiar a Francisco Díaz, vecino de Illescas, utilizando para ello un cartel, e lefiso afixar en layglesia de Santa María de la dicha villa de Yllescas,A.G.S', Cámaru de Castilla, Personas, legajo 8, fol. 158' 62 En algunas ocasiones la aparición de carteles sediciosos colgados en distintas zonas de la ciudad causó graves escándalos. Desconociendo casi siempre quien los había puesto, la justicia, sin proceder contra ninguna persona, se limitaba a quitarlos y a dar una serie de pregones ordenando que no se cometieran tales acciones en contra del orden público. No obstante, a la hora de explicar la aparición de este tipo de panfletos subversivos, he podido reconstruir el proceso por el que llegaron a hacerse públicos algunos de ellos: en el mes de abril o mayo de 1517, por ejemplo, Bernardino Díaz, convencido de que un tal Bartolomé Díaz del Pazo, vecino de Braojos, cristiano viejo, había testificado en su contra ante los inquisidores de Toledo, le aguardó en las afueras de Talavera a caballo y armado con el objetivo de matarlo, y así lo hizo. Cometido el asesinato se fue huyendo a Portugal y desde allí se marchó a Roma. Mientras, los inquisidores de Toledo sospechando que Bemardino había matado a Bartolomé Diaz, y tras comprobar que los testimonios que le acusaban como judaizante eran sólidos, le declararon hereje y autor de la muerte del testigo, y fue relajado en estatua. No obstante, Bemardino ganó unos escritos papales que le amparabatpara que no se ejecutasen en él las sentencias que se habían dado. En ese momento se inició un conflicto entre los inquisidores, que querían que se ejecutaran las penas en Bernardino, y éste, no dispuesto a que se le penara por el asesinato cometido. En medio de la disputa, un día del mes de junio de I 5 1 9 «amanegieron puestos en giertos lugares públicos de la dicha gibdad de Toledo quatro cartones pintados en ellos los dichos inquisidores ygnominiosamente, metidos y gercados por de llamas de fuego. Y a unos demonios en derredor d'ellos. Y deba,ro un letrero en que los denunqian que diz as¡i y apostólicos mandamientos descomulgados por no aver obedeqido los dichos monitorio de Castilla, Cámara A.G.S., Díaz»: Bernaldino ynstangia dicho del a e1los contra que se avían fulminado Cédulas, libro 49, fols. 25 r* 27 v. 63 Sophia MENACHE realiza et The Vox Dei. Communication in the Middle Ages, Oxford, 1990' un análisis áe todas las formas de propaganda vinculadas a la Iglesia, desde los cánticos a las esculturas, pasando por los sermones y las campanas, las procesiones, las misas, etcétera.

207

óscar LóvEZ

jóMEZ

los fundamentos del orden eclesiástico que con más fuerza habia calado entre la población común desde el origen del cristianismo. Al ser el fundamento teológico de un principio legal en Castilla (el derecho de asilo), cumplía una función práctiia enla vida cotidiana de la que carecían otros argumentos religiosos6a. En este sentido, es posible cometer un doble error. Por una parte, es incorrecta cualquier apreciación de los espacios religiosos que considere a éstos como si de ámbitos estancos se tratara, no insertos en las coordenadas ideológicas, culturales, económicas y políticas que definían a cada una de las ciudades en el pasado, más si cabe que en el presente. Es lógico que en los recintos sagrados se desarrollasen acciones violentas; eran lugares públicos no ajenos a la sociabilidad medieval, en los que ésta se proyectaba con sus contradicciones. Por otra parte, también es erróneo cualquier tipo de análisis que sobrevalore el peso que en realidad tenía el crimen en los espacios sacros. Las iglesias, los conventos, los cementerios, las ermitas, etcétera, eran recintos en los que por excelencia debía reinar lapaz,y así lo defendían las leyes y los principios eclesiásticos. La violencia que dentro de ellas pudiera desarrollarse siempre sería menor, desde un punto de vista cuantitativo, que la que se daba en otros espacios públicos, o incluso dentro de las casas privadas, en las cuales muchas mujeres víctimas del maltrato debían dormir cada noche con su peor enemi9065.

otra cosa distinta es, sin embargo, que toda agresión que en los espacios sagrados se desarrollara adquiriese un viso de especial gravedad de forma inmediata, precisamente por producirse en un ámbito donde debía reinar lapaz, y porque no era común que se cometieran en su interior delitos de sangre. Por eso, también se consideraba una circunstancia agravante del delito el hecho de que el delincuente se encontrara en asechanEas, escondido en un recinto eclesiástico, para lanzar desde

él su ataque. En cualquier caso, como los delitos cometidos en el interior de las iglesias no eran muJ frecuentes, los documentos relativos a ellos que nos han llegádo son exiguos66. Ésta es la causa, además, por la cual los pocos datos que tenemos se refieten, sobre todo, a la violencia desarrollada en el interior de las iglesias, es decir, a

64 Las noÍnas del

derecho son producto de las necesidades de la sociedad que las crea para

autorregularse. En este sentido véase; DIOS, S. de, «El derecho y la realidad social. Reflexiones en tomo a la Historia de las Instituciones>», Historia. Instituciones. Documentos,3 (1976), pp. lg7-222. 65 Los casos analizados en relación a maltratos sufridos por mujeres vienen a ratificar las ideas expuestas por Juan Miguel MENDOZA GARRIDO, Delincuencia y represión..., pp. 199-205. 66 En la villa de Peromoro un alcalde de Juan Gait¿ín, tras sufrir una serie de agresiones poq los alcaldes, huyó de la cárcel y se metió en la iglesia. Esto le permitió escapar. A.GS., R.G.s., tsóo-xu, Burgos, 13 de diciembre de 1506.

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y recintos

eclesiasticos a fines del medievo

ellas a la hora de amparar a la violación de la paz, y no tanto a la labor efectiva de las víctimas de un crimen' hecho fundamental: una Para entender tal falta de datos hemos de partir de un no podía considerarse pefsona que ante lrfia alIrenaza se escondiera en una iglesia huyendo para no sufrir el víctima de un delito. De no demostrarse que tuvo que salir una actitud violenta cualquier daño que estaba dispuesto a propiciarle un sujeto con para la víctima, y no era denuncia sería inútil. Si además, el agresor era desconocido que había sido agredida antes de una persona de la ciudad, aunque pudiese probar al asaltante eran reducidas' Por meterse en la iglesia las posib-ilidades de castigar a no ser que existiese una esta causa, muchos altercados no se solían denunciar6T, Y aun en este caso, los coacción real surgida por motivo de algún enfrentamiento. justicia como un medio de resolución individuos implicados en é1 siempre verían a la que podía provocar el recudel conflicto alternativo, tanto por los costes económicos buscar el auxilio de la rrir a ella, como porque en u-naja Edad Media el hecho de de tejusticia a la hora de áefenderse de una agresión era considerado un síntoma propia' *o, y de cobardía, de incapacidad para resolver los asuntos pof cuenta ModerEdad la en y nos adentramos

A medida que va avanzindolaqdadMedia personas que utilizan las iglesias na, de igual módo, cadavezes mayor el número de judicial por cualquier agresión sagrados no para librarse de un castigo y ío. El "riu.los qr" t rrti.r"n coÁetido, o puru evitar un daño fisico, sino por motivos económicos' un problema que obligará a endeudamiento poco o po"o va a it convirtiéndose en en especial de los muchos individuos a buscar el amparo de los espacios religiosos, catedrales' Con sus peIsomonasterios y de grandes edificios eclesiásticos como las nasypropiedadesamparadasenelrecintosacfo,yapesardelapragmáticadelos a un deudot'8 que lo Reyes católicos que prohibía dar cualquier tipo de amparo (la documentapara no pugu, ,rrs deudas como era debido, los , digno de castigarse mtty rigurosamente, no obstaculizarala ejecución de la justicia, no procediese contra el alcalde mayor, y levantase el entredicho que tenía puestoTa. Del análisis de este crimen surgen varias preguntas: ¿hubiera actuado de la misma manera el alcalde mayor si la víctima hubiese sido una persona de baja extrac74 Normalmente, los monarcas siempre defendían a la justicia municipal frente a la Iglesia. Uno de los casos más importantes en los que sucedió 1o contrario se produjo en nbl, cuando los dirigentes del ayuntamiento tuvieron que humillarse públicamente ante el cabildo catedralicio por orden de ¡uan n. Sobre estos a§pectos véase: LÓPEZ.GÓMEZ, o., «Fiesta y,ceremonia del poder regio en Toledo a fines de Ia Edad Media», en MAMÍNEZ.BURGoS GARCÍA, P., y RoDRiGUEz üanriNBz, a. (coords.), Lafiesta en el mundo hispánico, cuenca, 2004,pp.245-279, en concreto pp.260-262. 212

Acogerse a sagrado: violencia,

pod"'y'""intot ""l"tiát

la oligarquía? Es más, de haber sido el agre. ción social y el asesino un miembro de clientelar poderosa dela .i.rdud, con una amplia red sof utl integrante de ta ctase más iglesiaTs?. La respuesta a estas pfeguntas' en ella ¿hubiera buscado u*puro en una asesinato de Gabriel de Acuña puede obsersin duda, es negativa' De hecho, en el de los linajes y las clientelas de 1os varse cómo una de las funciones determinantes para sus integrantes frente al crimen, oligarcas era servir ¿" pirt"ror-as defensivas

actuandodeformacohesionadapafaasegufarelamparodesusmiembroso,encaso dequeeldelitofueseinevitable,influyendoparaquelaspenasseejecutarancontra la justicia por su mano' los áelincuentes. De lo contrario, se tomarían

Pondremosotroejemploparaqueestoseentienda:antelaRealChancilleríade en segunda apelación de una sentencia valladolid, en 14g6,á" ,'io ,r, "uro que llegó en la ¡rrul, Átrrutáz Guerrero, alcalde mayor dada, en primer lugar, por el bachiller Mena, de haber sido ésta apelada, por Antonio ciudad del Tajo, y po.tário.r.rente, al antes eran Fernando de Córdoba' que moriría su alcalde de alzadasll. Los acusadores denunciaron quienes Díaz' stt esposa' de que el proceso llegara a su fin,-y \fa1ia yerno del señalado Fernando de pedio Fuente, de la ante el bachiller Gr..iero cómo Córdoba,ysuhermanoDiegoLÓpezJarada'juntoaAlonsodelaFuenteyotrossus consortes, habían cometido este delito: pensada alevosamente > go, ellos contaban con lás suficientes proceso se desaapelar la sentencia. Mientras el lugares. por esta .urrru J".i¿ieron y conforellos buscaron un asilo más seguro nollaba en la Chancitlería de Valladálid penas los

del caso se rebajó el rigor de las table. Cuando en la ."rt..r"iu definitiva casas de inbajo e1 asilo eclesiástico, sino en las condenados ya no Se atrevía ",.o.,t,ubuo frente a la justicia, si es que ésta se dividuos poderosos que les defenderían

a actsat en su contra' las iglesias situadas en el A finales de la Edad Media, como puede observarse, l.,gu,., de asilo Seguros para huir de la ac. interior de los ,".i,,to, urbanos.no ",u,, que' tras cometer ción de la justicia

*u"rtealizadoun delito

g"rave' Las personas

unactodeestetipo,enellasseampafasenloharíanoporquenocontabanconotfas y no habían podido escapar de la ciudad' posibilidades ¿e derersa frente a lalusticia, juque los anLriores' buscaban un enfrentamiento o porque, en una ,,,"i* po'i"ión relaciolas una posible condena. En todo caso, risdiccional para redrcii la durezade nesdepoderpervirtieronelsentidoqueensudíatuvoelamparoeclesiástico,yfrente aéstepocoapocoseimpusounnuevoconceptodeamparo,-ahoraenlosespacios el asilo no necesitade la ciudad, en donde particulares de las casas áe los oligarcas

badeningúntipodelegitimaciónteológicaojurídica,sinoqueveníadeterminadopor cruda' el concepto de poder en su faceta más una funcionalidad en la mente de los teniendo seguían No obstante, rurJgi..*, refugiarse pensaba que, de algún modo, el malhechores y entreá colectivo social.

Seenuntemplop",-i,i.iualquelohicieratrashabercometidoundelito.sinohuir a su situaciónSs ' Adede la justiciu, ul

,,.to'

gu"u'

ii"-po para buscar un remedio

más,sibienesciertoquelasparroquiasinterioresdelaurbenoeranlugaressegu. justicia, en ella existían otros edificios religiosos' la hora de defenáerse de la ros a

comolosmonasteriosolosconventosdeclausura,quepodíansermásefectivosala horadehuirdeuncastigojudicial,aunqueentrarenellosfuerabastantemáscom-

85

en la que se decía Edad Media estaba eyrlla una En una iglesia francesa durante la 11scJ1ción peÍnanecer pudiendo ,..i, pr",.gido por el canícter sagrado de su espacio,

que el que entrara en

.u,

AD DICíTUR' ID EST .ATHEDRA PACIS' : oFFENSTADT' HaeBr SECURITATEM»

inplon¿'inneDsTool seguro: «HAEG pBniBNTBNS OMNIMODATtI 'EDES FUGIENDO QUAM Ñ., «Interaction et régulation"'», pp' 205-206'

2t7

óscar LóqEZ GóMEZ

plejo y' en muchas ocasiones, imposible. por eso siempre sería más conveniente donar Ia ciudad que acogerse aban_ al asiro á" o, sagrado intramuros. En los ar¡ededores de roredo ".pu.io rruuiu *, número de igresias, ermitas, tos, etcétera, que al ubi:ur.. luen conven_ uor. rfo garantizaban u

:l

"u_po

ü:ñÍ:H":.:::iilJ.rfiit:1,,:.:t#H[*]H:.:.[r:iii!'ii

un espacio sacro situado en er entorno d"r ,ú"r.o común; huir buscan_ do el amparo de los campos "¿rrá"* o del monte er1 mis seguro ".) y sencilloso. Los malhecho_

n*'it ui"" pá.q* a,eva* r":,.ii.i" il.r::H: l#iffi::lff ,::H"ffiTff# remedio' o bien porque con el asito guían algún persepremeditado "u:.,i*

Hay que diferenciar, por Io tanto, entre dos tipos de delincuentes: por un rado, que trabajando por sus Ios propios interlses ,ir"i-ufJyo de rmporrante algún persona_ Je y ar límite ""orórni"or,

de la marginaridad, siempre iglesias interiores de forma er amparo de ras ¿"..rp"?rJ" i" oo poa". salir de tu *u", y que de poder hacerlo huirán por ros campos, una yezfuera de ras murallas- y por otro, aquellos que' al contrario, u.ypT no porinteres n"..1ru1 sino persiguiendo un determinado objetivo oculto al servicio ,iürla. su forma de operar era distinta los anteriores. Trabajabun a la de ¿e roil-u formando parte de grupos creados ex profeso para ""i.oir"¿, armados servir a ros intereses de personu, utilizar, en tiempos de crisis que ros solían politica el final ¿.r r"ir"J" de Enrique ejempro) sobre todo, como IV, por medios de ejercicio del poder al margen de las instifucio_ nes. Sirva el siguiente caso para ejemplificar todo

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