Acerca de la Celebración y difusión de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Mendoza, Argentina (1910)

September 29, 2017 | Autor: Cecilia Raffa | Categoría: Mendoza, Espacios públicos: prácticas y apropiación
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Descripción

Revista de Historia Americana y Argentina, nº 45, 2010, Mendoza (Argentina) Universidad Nacional de Cuyo, ISSN: 0556-5960, pp. 267-294

El espacio público como lugar de legitimación política. Acerca de la Celebración y difusión de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Mendoza, Argentina (1910) Cecilia Raffa [email protected] INCIHUSA-CONICET * Argentina

RESUMEN En la ciudad, existen una serie de procesos que comunican determinadas visiones de mundo a través del ejercicio de funciones organizativas y mediadoras en la arquitectura, la disposición y función de los espacios públicos, en las relaciones entre las personas y esos espacios, o entre los actores sociales y los modos de comunicarse entre éstos. Analizaremos en este artículo la relación entre un conjunto de representaciones que el campo político despliega sobre el espacio urbano a propósito de los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo en Argentina. Ese despliegue fue respaldado por la difusión que de los actos y las obras se hizo a través de medios especializados de comunicación como es el caso de los álbumes conmemorativos. Son estos registros difusores de ideologías y prácticas, los que convertidos hoy en fuentes documentales, nos permiten conocer sobre la labor política, social, económica, urbanística y educativa de un determinado gobierno y, en algunas oportunidades, sobre las conmemoraciones especiales de la vida de los pueblos. Palabras claves: Historia cultural. Espacio público. Ideología. Conmemoración. Difusión. ABSTRACT In the city, there are a number of processes that communicate certain world views through the exercise of organizational and mediators in the architecture, layout and function of public spaces in the relationship between people and spaces or between social actors and ways of communicating between them. This article will analyze the relationship between a set of representations that the political field on the urban space unfolds about the celebrations of the centenary of the May Revolution in Argentina. The deployment was supported by the dissemination of the documents and the works were made through specialized * INCIHUSA (Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales. Mendoza, Argentina). CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de la Argentina).

Recibido: 10-V-2010. Aceptado: 21-VI-2010.

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communication such as commemorative albums. These registers diffusers ideologies and practices, which today turned on documentary sources, allows us to know about the political, social, economic, and educational planning of a particular government, and in some cases, the special celebrations of life of peoples. Key words: Cultural history. Public space. Ideology. Commemoration. Diffusion.

CIUDAD, ESTADO Y COMUNICACIÓN 1 El Estado contribuye , en una parte determinante a la producción y reproducción de los instrumentos de construcción de la realidad social. En tanto estructura organizativa e instancia reguladora de las prácticas, el Estado ejerce permanentemente una acción formadora de disposiciones duraderas, a través de todas las coerciones y de las disciplinas corporales y mentales que impone uniformemente al conjunto de los agentes, o sea a los ciudadanos. Los agentes del campo político que se ocuparon de la organización de la Nación, tuvieron a su cargo las más importantes funciones políticas, económicas, militares y religiosas entre fines del siglo XIX y principios del 2 siglo XX . Este conjunto de agentes fue portador de un importante capital simbólico en el que se combinaron particularmente poder económico y poder político, manejado a partir de una gran influencia de las corrientes de pensamiento y culturales europeas con base en el liberalismo. Tuvieron la responsabilidad del manejo del Estado hasta avanzada la segunda década del siglo XX (1880-1916), favoreciendo la vinculación del país principalmente con la economía británica. Se plantearon como meta el mantenimiento de la paz interior y el crecimiento económico, promoviendo los derechos civiles, pero con un sistema político restrictivo basado en el 3 gobierno de los notables . La constitución de ese Estado moderno fue simultánea a la construcción de una especie de trascendencia histórica común, inmanente a todos “los súbditos”, en términos de Bourdieu. Cuando aquellos agentes del 1

Bourdieu, 1999: 117. El proceso de Organización Nacional en Argentina abarca un período más extenso, que comienza con la Constitución de 1853 (que estableció los tres poderes) y, sobre todo, después de la Batalla de Pavón (1861). El proyecto de Nación, está claramente asociado a la Generación de 1837, que fue la que diseñó cómo debía ser la nueva constitución (1853); sin embargo es la llamada Generación del 80 la que en el imaginario está más relacionada a la efectiva puesta en marcha del Estado Moderno, ya que es este grupo el que pudo desarrollar plenamente el proyecto alberdiano. 3 Por el control ejercido por unos pocos sobre la mayoría de los ciudadanos y por las prácticas políticas fraudulentas fue denominado “régimen oligárquico o conservador”. Lobato, 2000: 184 y ss. 2

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campo político, pasaron a formar parte del campo burocrático, es decir del aparato estatal, comenzaron a manejar a través del marco que el Estado impone a las prácticas, la posibilidad real de instaurar e inculcar formas materiales y simbólicas, categorías de percepción, de entendimiento y de la 4 memoria : estructuras mentales, basadas en sus propias visiones de 5 mundo, en sus habitus . Esas representaciones vehiculizaron y fueron a su vez movilizadas por un proyecto político centrado en el orden constitucional como instrumento de la organización política (respeto por la Constitución del ‟53„60 y la ley), el desarrollo económico (fundado en la inmigración y la inversión extranjera de capitales), la concepción de Nación moderna, homogénea y civilizada (a través de la educación laica, gratuita y obligatoria, la formación de ciudadanos y la nacionalización de los inmigrantes), la incorporación del capital y la tecnología (progreso material que no era acompañado por el social), la unificación del mercado interno (elevando nivel de ingreso per cápita) y la inserción en el mercado mundial 6 (exportación de productos agropecuarios) . La ciudad fue receptora de esas visiones. La urbe no fue sólo escenario de prácticas sociales, fue sobre todo un tejido denso que condicionó modos de vida específicos y formas de comunicación. En la ciudad, existieron una serie de procesos que comunicaron aquellas “visiones de mundo” a través del ejercicio de funciones organizativas y mediadoras en la arquitectura, la disposición y función de los espacios públicos, en las relaciones entre las personas y esos espacios, o entre los actores sociales y los modos de comunicarse entre éstos. A esos procesos llegamos a través de lo que hoy constituyen para nosotros fuentes documentales: los álbumes conmemorativos, registros documentales de la labor política, social, económica, urbanística y educativa de un determinado

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Bourdieu, 1999: 117. El habitus es un sistema de disposiciones del comportamiento relativamente estables de un actor a lo largo del tiempo, que funciona con la seguridad automática de un instinto, o sea sin reflejarse explícitamente. Es un principio generador de prácticas distintas y distintivas, pero también un esquema clasificatorio de “visión y división del mundo”, que promueve prácticas e ideologías. El habitus como modelo de percepción, pensamiento y reacción adquirido e interiorizado por medio de las actividades cotidianas, es común a los agentes de una misma clase. En el artículo utilizamos el concepto de “visión de mundo” como equivalente al de habitus. Bourdieu, 1999: 11 y ss. 6 Entre 1880 y 1916 se profundizaron las transformaciones iniciadas a mediados del siglo anterior y Argentina adquirió rasgos que la colocaron entre las naciones más modernas de Latinoamérica. Pero la aceleración de las transformaciones económicas significó también una incorporación desigual de las diferentes regiones, sectores y clases sociales argentinas al crecimiento económico, que se plasmó en la pujanza de algunas regiones y el estancamiento de otras. Rocchi, 2000: 18 y ss. 5

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gobierno y, en algunas oportunidades, de conmemoraciones especiales de 7 la vida de los pueblos que sirvieron en su momento como medio de difusión de ideologías y prácticas. Analizaremos en este artículo la relación entre un conjunto de representaciones que el campo político despliega sobre el espacio urbano a propósito de los festejos del Centenario. Veremos cómo la ideología al ser una de las condicionantes de producción de representaciones sociales, incide y hace variar las relaciones entre espacio y sociedad y cómo los medios de difusión de la acción política en ese momento colaboran en la forma de esas relaciones y en la producción de imaginarios.

CONMEMORACIÓN Y ESPACIO PÚBLICO: EL CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO La celebración del Centenario significó por parte de los agentes del campo político que formaban el Estado, la implementación de un proceso para “ayudar” a los ciudadanos a conocerse y reconocerse, a diseñar, mostrar y enseñar a propios y extranjeros, una manera de vivir. Ese objetivo se llevó a cabo a través de la construcción y difusión de 8 idealizaciones del futuro: imaginarios , que se consolidaron a partir de los discursos, las prácticas y los valores que circularon en la sociedad del centenario. Las ciudades en general (pero particularmente la capital nacional), se convirtieron en el ámbito más propicio para reflejar el progreso adquirido: habían empezado a construirse casas de estilo francés, notables obras públicas, parques eclécticos, avenidas y monumentos que connotaban abundancia, modernidad y cultura al mejor estilo Paris, pero en Sudamérica. Desde las distintas manifestaciones artísticas como la pintura, la música, la escultura, el teatro y la literatura, se participó de este festejo generalizado. Incluso la prensa se ocupó sistemáticamente de exaltar próceres y fomentar los sentimientos patrióticos y las certezas respecto del futuro. No se hizo mención a nada que pudiera, por esos días, opacar la fiesta. El año 1910 fue un momento glorioso para la Argentina: progreso y porvenir eran términos corrientes en el proceso de consolidación de la

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Giordano, y Romero, 2003: 71-77. Llamaremos imaginarios sociales a esas representaciones de la realidad que son inventadas y elaboradas con materiales tomados del caudal simbólico perteneciente a un grupo social, cuya realidad reside en su existencia, en el impacto que tienen sobre las mentalidades y los comportamientos colectivos, y en las múltiples funciones que ejercen sobre la vida social. Baczko, 1999: 8. 8

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ciudad moderna que fue no sólo la corporización concebida por los actores políticos que usaron al Estado como instrumento transformador, sino también la obra colectiva de la sociedad urbana. Existió claro, un fondo ideológico en la creación de ese “mundo imaginario”, trasfondo que se realimentó en forma permanente de la relación dialéctica entre los que crean imágenes, los que las exhiben y proyectan y los que las contemplan y usan. El Centenario fue una conjunción entre la 9 “euforia”, como bien caracteriza Salas , por el aniversario de Mayo y la reafirmación del “nacionalismo” ante el temor de lo nuevo, lo distinto, lo otro: los inmigrantes que en masas arribaban al puerto. La Argentina de 1910 constituyó no sólo la ratificación del espíritu nacional, sino también la invención de muchas de las tradiciones nacionales y proyecciones del futuro que imaginaban y dibujaban el futuro de la Nación Argentina y de sus principales ciudades, aunque la identidad de la capital, no fuera necesariamente equivalente a la nacional. Las representaciones que se generaron, estuvieron destinadas a comunicar ideas y transformar conductas humanas. Por un lado sirvieron a los sectores constituidos para satisfacer aspiraciones existentes; por el otro colaboraron en la construcción de nuevas identidades ya sea unificando (en el caso de identidades nacionales o metropolitanas) o dividiendo (en las identidades basadas en la clase, el género o la etnicidad). Fue particularmente Buenos Aires, como metrópolis, el sitio donde esa identidad nacional pudo experimentarse y celebrarse plenamente. La capital nacional fue sede de las principales intervenciones urbanas y de la gran “Exposición Nacional del Centenario” máxima expresión de las proyecciones de futuro y reflejo del progreso y la innovación alcanzados. Esta exposición tuvo como antecedentes, otras tantas que desde la última mitad del siglo XIX, se venían organizando en distintas partes del mundo. Estas muestras que relacionaron las celebraciones patrióticas y el progreso nacional tendieron incluso, a convertir a la ciudad misma en exposición a través de las renovaciones urbanas (tal como sucedió en Buenos Aires): París fue sede de la exposición realizada en 1889 en conmemoración de la Revolución Francesa; en 1892 sería Chicago la anfitriona para el 4º Centenario del descubrimiento de América; en 1911 las ciudades de Roma y Milán recibieron los festejos del cincuentenario de la unificación del Reino 10 de Italia . Para la muestra organizada en Buenos Aires, que se extendió por las principales calles y paseos de la ciudad, se montaron una serie de

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Salas, 1996: s/p. Gorelik, 1998: 186 y ss.

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pabellones que mostraron mercancías y objetos, innovaciones tecnológicas y grandes tablas estadísticas. Las provincias argentinas y sus productos, el ferrocarril, el agro, las industrias, la higiene y las Bellas Artes fueron parte de lo expuesto. También participaron de la exposición pabellones de varios países europeos. La Exposición Nacional fue un importante artefacto de comunicación, el momento propicio para la circulación de ideas, para el encuentro de políticos, técnicos y artistas, para impresionar a propios y extraños por la grandeza de lo que se ofrecía, pese a lo efímero de la muestra. Pero el Centenario también fue la oportunidad de las fuerzas sociales profanas respecto de lo político, de sublevarse frente al orden vigente. Paralelamente a los festejos oficiales se declara una huelga obrera y se producen atentados y manifestaciones, por lo que los actos conmemorativos se realizan en el marco del estado de sitio. La protesta, constituye otra forma de ocupación moderna del espacio público, una forma “ultramoderna” 11 en palabras de Clemenceau , que es emblema de una sociedad que a través de la industria urbana completa su carácter metropolitano. Esta situación, no hace otra cosa que mostrar cómo la dinámica social urbana tiene una gravitación propia que no depende sólo de la acción deliberada de los grupos sociales decididos a imponer sus ideas y anhelos, sino que es el 12 resultado de innumerables acciones individuales que afectan lo social . 13 En Mendoza , se venía gestando desde fines del XIX, cierta metamorfosis urbana con la firme intención de darle forma a la ciudad moderna. Esto permitía presentar a la urbe como monumento conmemorativo (en construcción) de las transformaciones que lentamente se venían llevando a cabo.

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Georges Clemenceau (1841-1929), era uno de los políticos más famosos de Europa cuando empezó a publicar sus artículos sobre la Argentina en 1911 en L”Illustración de París. En ellos describe con un particular estilo cargado de ironía y afecto las formas de vida de los argentinos de la época. Clemenceau, 2000: 38. 12 Halperín Donghi, 1999: 55-56. 13 La ciudad de Mendoza, capital de la provincia homónima, se encuentra ubicada al oeste de la República Argentina. De clima árido-desértico, fundada en 1561, sufrió un temblor de tierra el 20 de marzo de 1861, que destruyó la ciudad entera. El siniestro propició el traslado de la ciudad hacia el oeste, a la entonces Hacienda de San Nicolás, que se convertiría en centro del nuevo trazado en damero, con una plaza central de cuatro manzanas y cuatro plazas satelitales. Como parte de la estrategia de apropiación de esta porción de territorio se empezaron a construir en torno de la plaza mayor los principales edificios públicos: Casa de Gobierno y departamento de policía (1863), Iglesia matriz (1864), Hospital (1864) y por supuesto la Cárcel (1864) ya que la antigua prisión que funcionaba en el Cabildo había colapsado en el terremoto junto con aquél. El antiguo núcleo colonial comenzó a conocerse como “Barrio de las ruinas”, con centro en la antigua plaza mayor y el nuevo emplazamiento de la capital como “Ciudad Nueva”, con centro en la plaza Independencia.

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La huella de la acción de la élite gobernante quedó marcada en toda la ciudad, particularmente en los edificios que proyectó y construyó para cubrir la constante expansión del aparato burocrático. Las escuelas, los hospitales, la cárcel, los edificios de gobierno son el testimonio del Estado, que se hace más notorio por el contraste con el modesto perfil del entorno no tan lejano, el Barrio de las Ruinas. Dentro del campo político, el agente destacado en la preparación 14 urbana del Centenario fue Emilio Civit . Pese a que no ocuparía en mayo de 1910, el cargo de gobernador (que concluyó en marzo de ese año), Civit se propuso que tanto él como su obra trascendieran su mandato. Por un lado, promulgó una ley en febrero de 1910, en la que se disponían los fondos para la erección del pabellón de Mendoza en la Exposición Nacional. En el edificio, proyectado en estructura de hierro de fácil ensamblaje, se expondrían las industrias locales como reflejo del progreso adquirido por la provincia. El proyecto fue encargado al Arq. Juan Zoosti. Paralelamente, encargó la preparación de un álbum que tenía como fin participar también en la Exposición Nacional. Pero Civit se quedó sin pabellón y sin álbum, como consecuencia de una serie de disputas al interior el campo político con su sucesor Rufino Ortega. Pese a ello, sus obras como emblema del avance material de la ciudad y su imagen como propulsora de ese progreso, son representaciones que lograron anclarse en el imaginario colectivo mendocino.

EL ESPACIO URBANO EN EL PROGRAMA DEL CENTENARIO El proceso de Organización Nacional que como ya mencionamos llevó a nuestro país a su primera gran modernización, supuso un nuevo

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Emilio Civit había nacido en Mendoza en 1856. Hijo de Don Francisco Civit, gobernador de la provincia entre 1873 y 1875, y de Clementina Corvalán, tuvo una temprana incursión en la política tanto provincial como nacional. A los 18 años comenzó a estudiar Derecho en la Universidad de Buenos Aires, al tiempo que se desempeñaba como empleado en la Contaduría General de la Nación. Alineado en las filas del Partido Autonomista Nacional fue en 1878, a los 22 años de edad, secretario del Interventor Federal en Corrientes y en 1879 Subsecretario de Hacienda de la Nación. En 1882 es elegido Diputado Nacional, cargo en el que fue reelecto entre 1886 y 1889. En 1891 es nombrado Senador Nacional y en 1895 designado Ministro de Hacienda por el gobernador mendocino Francisco Moyano. Fue por primera vez gobernador de Mendoza en 1898, aunque estuvo en el cargo sólo algunos meses ya que asumió el mando del Ministerio de Obras Públicas de la Nación durante los 6 años de gobierno de Julio A. Roca. A fines de 1904, ya casado con Josefina Benegas, Civit volvió a Mendoza y en 1906 fue candidato a gobernador con el apoyo de los más poderosos representantes del comercio, la industria y la agricultura mendocina. Los datos biográficos de Civit han sido extraídos de los trabajos de Pérez Guilhou, 1997: 151-170; y Correas, s/d: 53-63.

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orden en cada aspecto de la vida institucional y pública, orden que incidió en la vida cotidiana de las personas en los distintos ámbitos espaciales y determinó la formalización de numerosos procedimientos modernos y racionales para hacer lo que hasta entonces se hacía por acuerdos tácitos. La arquitectura y la ciudad empezaron a ser pensadas sobre bases conceptuales que buscaron el apoyo del conocimiento científico y una proyección hacia un futuro de progreso indefinido. Parte de las características centrales de ese proceso fueron la normalización y tipificación de la edilicia pública que comprendería escuelas, hospitales, 15 cuarteles y cárceles , entre otras tipologías; y la planificación y multiplicación de las tipologías de espacio público. Con París como modelo y con Buenos Aires como filtro intermedio, el diseño de los espacios públicos de las principales ciudades argentinas se fue convirtiendo, a veces en mayor grado que la arquitectura, en la representación material de la modernización y por extensión de la ideología liberal. Esta conquista pacífica, fue más allá de la jardinería, abarcando el campo de las ideas y convirtiendo a las plazas y los parques en uno más de 16 los “espejos”, dice Berjman , en los que debíamos vernos reflejados. La jardinería elaborada y vistosa, el uso profuso del agua, los amplios espacios de césped, la incorporación de elementos arquitectónicos, los monumentos y obras de arte, las fuentes y los quioscos, se contrapusieron fuertemente a la fisonomía de la severa y despojada Plaza Mayor de la época colonial, invitando a la población a recrearse en los nuevos y modernos paseos. Esta puesta en marcha se materializó en la remodelación de las plazas principales y secundarias de las ciudades y en la creación de parques (como el Parque del Oeste en Mendoza) que se convertirían hacia fines del siglo XIX y principios del XX, en los principales espacios abiertos urbanos. Los actos del Centenario en Mendoza, preparados por una comisión presidida por Luis Lagomaggiore e integrada por Jacinto Anzorena y 17 Leopoldo Frías , se llevaron a cabo en clubes y teatros, pero fue en las calles, las plazas y en el Parque del Oeste, donde la celebración se instaló. El espacio público se ocupó marcando recorridos que a la vez determinaron ciertas jerarquías urbanas y sociales. En esta utilización de la multiplicidad de espacios de la ciudad para los festejos, se vieron ampliamente reflejados dos rasgos característicos de la modernidad:

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Raffa, 2007. Berjman, 1992: 8. Todos los integrantes de la Comisión eran representantes del campo político que habían ocupado u ocuparían en poco tiempo más importantes cargos públicos en la provincia. 16 17

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circulación y movilidad . Aunque también durante los festejos en Mendoza se puso en marcha sobre el espacio público, otro de los rasgos de la modernidad: el segregacionismo, propio de los agentes del campo político que ocupaban por entonces el gobierno. Sin presencia oficial, se iniciaron los festejos populares en conmemoración del Centenario en la plaza Constitución (nombre que entonces recibía la antigua plaza de la ciudad colonial), festejos que fueron incluidos en el programa de actos, pero de los que no hay registro gráfico y los que entendemos tenían como fin hacer participar a los habitantes del suburbio de las festividades sin que invadieran la Ciudad Nueva. Todos los festejos estuvieron marcados por actos modernizantes, acordes al acontecimiento que se pretendía conmemorar. En los días previos al 25 de mayo, hace su entrada a la ciudad el primer tren que llega desde Chile con una comitiva oficial que permanece 24 horas en Mendoza para luego seguir camino hacia la Capital Federal. En esos días también, se inaugura del Kindergarden, jardín de infantes modelo de carácter público, cuya construcción había iniciado la gestión anterior. A través de las inauguraciones de edificios para la educación en el Centenario, el campo político proclamaba a la instrucción pública como proceso de integración social, pero en realidad lo que perseguía era la homogeneización cultural de los habitantes del territorio nacional, particularmente de los inmigrantes y su descendencia. La ciudad de Mendoza según las crónicas, mostraba una animación creciente debido al embanderamiento y la iluminación de calles que serían recorridas por multitudes hasta altas horas de la noche. Se alumbraron también los principales edificios de la ciudad, entre ellos la Casa de Gobierno y el Teatro Municipal, lugar donde se llevarían a cabo varias galas

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La circulación (de mercancías, objetos, modas y hasta de personas), fue uno de los elementos estructurantes de la modernidad y fundamentales para su materialización. La intensificación de la circulación fue una consecuencia de las transformaciones más amplias que ocurrieron en la sociedad. A partir de esas modificaciones, es la racionalización del espacio público la que domina a la ciudad. Este espacio, se organizó a partir de dos ejes estructurantes: el verde urbano y el binomio circulación-comunicación, directamente vinculado a la irrupción del ferrocarril en las ciudades. Ortiz, 2000: 25 y ss. 19 Utilizamos el concepto de movilidad en relación al espacio urbano, a los desplazamientos que dentro de la ciudad se producen por parte de sus habitantes, quienes de acuerdo a las coyunturas, pueden o no estar identificados como pertenecientes a una determinada clase social. Una de las características de esa movilidad de la población, particularmente de la clase alta en Mendoza que tuvo en la década del „10, respondió al interés por “seguir a la modernidad”, o dicho en otros términos, a los servicios y las mejoras sanitarias que se dieron cada vez más al oeste de la Ciudad Vieja, a medida que el nuevo trazado se consolidaba. Scobie, 1982: 357-386.

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incluidas en el programa oficial. Las plazas también se adornaron con luces y decoraciones alusivas (arcos, templetes, torres, guirnaldas, etc.). La plaza San Martín, fue el espacio donde se llevó a cabo el congregante acto homenaje al prócer nacional. La plaza Independencia, fue sitio de un espectáculo de fuegos artificiales y por las noches de cantos y bailes criollos. También se realizó en este espacio una demostración de las acciones del moderno cuerpo de Bomberos en un simulacro de incendio. Se realizó una misa de campaña en el paseo de La Alameda y desfiles cívicos de las principales asociaciones y colectividades residentes en Mendoza por la calle San Martín, que como límite extendido entre las dos ciudades probablemente posibilitó una participación popular en el acto. El afán del gobierno por la monumentalización del espacio público, fue otro signo del interés por comunicar la modernización en la que Argentina estaba inmersa. A nivel nacional, el gobierno puso en marcha la remodelación de la plaza del Congreso que uniría en un eje visual el Congreso y la plaza de Mayo de Buenos Aires, junto a la inauguración de una serie de monumentos en honor a los héroes de mayo, y a la organización de la colosal Exposición Nacional del Centenario en las principales calles y paseos de la ciudad. No hubo debate urbano. En estos casos el Estado Nacional fue quien realizó todas las operaciones de envergadura y dispuso las reglas. Pero en Mendoza las obras del Centenario fueron más modestas, dado que la provincia ya tenía su gran monumento a la modernidad: el Parque del Oeste. Fue el Parque el que albergó el 25 de mayo el momento más solemne de la celebración: el Tedeum, al que asistieron los integrantes del poder ejecutivo, seguidos por funcionarios y las familias más destacadas de 20 los círculos sociales , demarcando la jerarquía del paseo respecto de los demás espacios urbanos, incluida la plaza Independencia, otrora paseo principal de la ciudad. En la ciudad y sus alrededores las actividades relacionadas a monumentos conmemorativos, se limitaron a la colocación de la piedra fundamental para una estatua de Tomás Godoy Cruz en la plaza del departamento que lleva su nombre y se inauguró, aún sin concluir, la pirámide del Campo Histórico El Plumerillo, en homenaje a los veteranos de la Guerra del Paraguay. El Centenario, fue un momento consagratorio para la ciudad y para la cultura establecida.

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Diario Los Andes, 1982: 56.

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El interés del gobierno estuvo puesto en lograr que la modernidad y el progreso fueran percibidos por locales y foráneos. Es por eso, que sumado a las intervenciones materiales en la ciudad se editaron en todas las provincias argentinas álbumes conmemorativos. Y es que desaparecidos los escenarios (la arquitectura efímera de la exposición), los personajes y los monumentos, lo que sobreviven son los documentos y es a partir de ellos 21 que el avance transciende y puede ser comunicado . Estos álbumes conmemorativos tenían como fin mostrar el progreso material: la modernidad, pero paradójicamente en el álbum del Centenario de la Provincia de Mendoza, no se incluyeron los logros materiales. Esto se debió, a una particular situación en la que los agentes el campo político actúan no ya sobre lo material en la urbe, sino sobre la difusión de un momento histórico y de la ideología que lo sustenta, sobre las formas de comunicarlo. Emilio Civit, preparó en el último año de su gobierno, 1909, un álbum conteniendo el compendio del progreso que había adquirido Mendoza durante su mandato como gobernador y su paso por los ministerios provincial y nacional. Este sumario, tenía como objetivo participar como álbum provincial en la Exposición Nacional por los festejos por el Centenario, pero un marcado distanciamiento con su sucesor Rufino Ortega (hijo), hizo que ese álbum que en realidad era un homenaje a la acción del propio Civit, quedara “vedado” a la vista de los coterráneos y extranjeros que asistieron a la exposición. Aunque Civit tuvo una importante “intervención” en la elección de Ortega, distintas situaciones llevaron a que una porción del grupo liberal, entre los que estaba el nuevo gobernador, 22 desconociera el liderazgo del ex mandatario por considerarlo agotado . Ante la inminente negativa de que ese registro visual representase a la provincia, Civit lo edita antes de terminar su mandato bajo el nombre de Álbum Argentino Gloriandus. Provincia de Mendoza, su vida, su trabajo, su progreso. Lo que el flamante gobernador Ortega hace para contrarrestar la falta de un compendio del progreso, es editar un álbum en el que sólo se registraron los festejos llevados a cabo en la semana de mayo, puesto que retratar el avance material de la ciudad sería referirse a uno de sus más destacados hacedores: Emilio Civit, lo que equivaldría a darle nuevamente una posición central dentro del campo político y del espacio social. Ortega, también reemplaza el proyecto del pabellón de Mendoza para la Exposición que había sido elegido por Civit. En su lugar es el diseño modernista del

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Kossoy, 2001: 21. Pérez Guilhou, 1997: 151-170.

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Arquitecto Locatti, el que representa a la provincia . Fotografías de las veladas de gala, los conciertos, los bailes, los actos oficiales y un pormenorizado detalle de los grupos sociales que participaron en los actos que entre otras particularidades contenía una minuciosa descripción de los modelos que las señoras de la alta sociedad lucieron en las galas fueron parte del acotado álbum del Centenario, que no participó como tal en la Exposición Nacional. El objetivo del álbum, se limitó a servir como muestra para las futuras generaciones de cómo en Mendoza se conmemoró modernamente el Centenario de Mayo. Por tratarse de una publicación oficial, las representaciones que se comunicaron debieron estar pautadas. Lo que el fotógrafo oficial retrata es lo multitudinario de los actos, la amplia convocatoria que tuvieron los festejos: la movilidad espacial. Pero las imágenes también permiten en una segunda lectura, ver que el carácter popular de los actos, fue parte de los imaginarios que se pretendieron difundir. Basta sólo con observar la vestimenta de quienes asisten a los actos oficiales (los amplios y modernos sobreros de las damas, por ejemplo), aún los que se llevan a cabo en espacios públicos como las plazas o el Parque del Oeste, para entender que el Centenario como fecha patria, fue potestad de unos pocos. Incluso dentro de la misma élite había un otro social. La segregación por parte de la elite, se da no sólo con quienes no forman parte en términos de clase de ella, sino también con las mujeres que aún siendo de la alta sociedad, quedan excluidas de algunos de los festejos. Es el caso de la cena en la Confitería Sportman cuya imagen adjuntamos. En ella sólo los hombres se han sentado a degustar el banquete, sus acompañantes femeninas en cambio, han sido ubicadas ordenadamente en el entrepiso del salón para observar la ceremonia. Los festejos en torno de este acontecimiento son una muestra de cómo desde el campo político se puso énfasis en plasmar gráficamente la representación de la transformación de una cerrada sociedad tradicional a una moderna sociedad civil. Era esa mutación, aún en estado incompleto, la que generaba las condiciones para que el Estado utilizara el espacio público moderno como parte fundamental de un proyecto institucional y formal, como escenario de la modernidad. Pero ni la transformación, ni la supuesta equidad en el uso de este espacio, a la que aludían las crónicas, aún

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La estética “modernista” utilizada en el proyecto de los pabellones en la Exposición del Centenario respondió a la tendencia del uso de estilos como el Art Nouveau o el Eclecticismo, en muchas obras arquitectónicas de principios del siglo XX, particularmente en las destinadas a construcciones transitorias de carácter festivo y efímero como las exposiciones.

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cuando los festejos conmemoraran un hecho de la historia común, fueron reales. La escisión entre la realidad y la imagen que quería darse de ella (su representación), seguía advirtiéndose en las diferentes formas sociales (el papel de las mujeres), urbanas y edilicias; en las formas de presentación pública (la vestimenta) e incluso en las formas políticas que fueron inmortalizadas por el mismo campo político a través de la fotografía.

FOTOGRAFÍA Y CONMEMORACIÓN: OTROS REGISTROS GRÁFICOS DE MENDOZA EN LA EXPOSICIÓN DEL CENTENARIO Pese a que Mendoza no tuvo un álbum en la Exposición que mostrara los avances materiales de la ciudad, otros registros gráficos re-presentaron a la provincia y a la ideología gobernante. Si bien en estos registros a los que aludimos, no hay mención explícita sobre la ciudad, entendemos que es propicio incluirlos en este estudio puesto que constituyen una de las más importantes fuentes documentales mediante las cuales las representaciones políticas acerca de la imagen de país y la identidad nacional se difundieron a escala internacional, nacional, pero también provincial. Esas representaciones nos interesan en tanto forman parte de los imaginarios sociales que inciden, tal como lo venimos señalando, en las relaciones interdependientes que se dan en Mendoza, entre espacio y sociedad. Sumado a esto, y en correspondencia a lo estrictamente espacial, muchas de las obras fotografiadas forman parte de los límites visuales de los principales espacios públicos de Mendoza, particularmente de las plazas, otorgándoles a éstas un marco moderno fuertemente simbólico para las acciones sociales. A partir del análisis del contenido de los álbumes como fuentes documentales, la fotografía, sustento material de un conjunto de significados subyacentes a la imagen, nos brinda una serie de datos tanto por lo que la imagen representa, como por cómo lo hace. Nos permite leer e interpretar los valores vigentes en cada tiempo: muestra también las formas sociales, a partir de la particular mirada de quien tomó la fotografía, con los sitios u objetos que se eligen para ser fotografiados y claro, con la “visión” de quien hizo el encargo. La fotografía es un documento histórico privilegiado para 24 establecer elementos constitutivos de la identidad de un pueblo . Las fuentes a las que nos referiremos son el álbum Exposición Escolar y el álbum editado por el Centro Vitivinícola Nacional: La

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Giordano, y Romero, 2003: 71.

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vitivinicultura argentina en 1910, obra premiada en la Exposición Industrial del Centenario. Al análisis de estas dos fuentes agregaremos la del sumario de 900 páginas publicado por la Lloyd‟s Greater Britain Publishing Company bajo el nombre de Impresiones de la República Argentina en el siglo veinte. Este álbum, fue editado un año después del Centenario en Inglaterra y tenía como objetivo circular en Argentina y algunos países extranjeros para hacer 25 justicia plena a un país tan maravilloso como la Argentina , además de ser un compendio de los más diversos temas relacionados con el avance de la Nación, contiene un capítulo referido a los festejos del Centenario en la 26 capital nacional, que como tal nos interesa particularmente . El álbum Exposición Escolar, es una de las variantes del denominado “álbum gráfico” que hace hincapié en la imagen fotográfica, que sólo se complementa con una somera descripción correspondiente a lo ilustrado, en este caso un epígrafe que indica el nombre del establecimiento educativo. Este álbum muestra el carácter estatal y laico de los establecimientos (dada la aclaración que puede verse en la leyenda al pie de cada imagen: “fiscal”), connotando cómo el proyecto civilizador diseñado por las elites gobernantes a nivel nacional se incorporaba en vastos sectores de la población: en el álbum se retratan escuelas urbanas y suburbanas. Como hemos indicado, a partir de diversas estrategias, el ejercicio del poder se ubica en el centro de toda intervención real o simbólica. En esta línea, la educación fue para el campo político uno de los estandartes para la transformación de los sujetos, particularmente cuando ese sujeto era mujer, niño o inmigrante. Si en el orden urbano el espacio condicionó desplazamientos y formas de comunicación; a nivel educativo, la instrucción pública fue un importante dispositivo normalizador que reguló, ordenó y controló a los agentes (ciudadanos) dentro del sistema. 27 Ese normalismo como ideología, sostiene Cirvini , brindó el eje articulador del discurso sobre el que se organizaron espacialmente las

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Lloyd‟s Greater Britain Publishing Company, 1911: 7. Este álbum también contiene un apartado especial de cada provincia argentina, entre ellas Mendoza. Al analizar el material contenido encontramos que un gran porcentaje de las fotografías de este apartado son las mismas que se publican en el Álbum Argentino, esto se da debido a que muchos de los gobiernos provinciales facilitaron imágenes para el armado de Impresiones..., obviamente el pedido por parte de los editores debe haber llegado en el momento de transición del mando, puesto que además de las fotos de la ciudad del Argentino, también hay imágenes tomadas del álbum del Centenario. Respecto del texto sobre Mendoza, no nos detenemos en su análisis puesto que es meramente descriptivo de las características de la provincia, de su comercio y su industria y no impulsa otros imaginarios que los basados en las representaciones de los grupos dirigentes nacionales. 27 Cirvini, 1994: 169. 26

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escuelas (su tipología), al tiempo que codificó y ritualizó las prácticas escolares en tiempo y espacio. Así el aparato educativo contribuyó, junto a otros dispositivos como el espacial o el sanitario, a alimentar el imaginario social. Es debido a ello, que la constitución de la identidad nacional estuvo estrechamente vinculada a la instauración de códigos de homogeneización y a la cohesión del mundo de significaciones. El álbum, incluye una serie de imágenes que operan con un doble sentido, por un lado como señalamos, muestran que tan lejos había llegado dentro del territorio nacional el dispositivo normalizador y civilizatorio, y por el otro se constituye en una representación de la educación como dispositivo modelador, que perdurará en el tiempo, proyectada al futuro. Las escenas no muestran el habitus escolar, sino más bien a los edificios (muchos de los cuales denotan una importante y moderna proporción), los pupitres, los carteles de lectura y logografía, etc. como instrumentos que a distintas escalas, permiten la instauración de las prácticas normalizadas, repetitivas y ritualizadas, de la vida escolar. El álbum se completa con una serie de mapas de Mendoza y Argentina que fijan los límites de la identidad nacional y regional. Entre las imágenes gráficas contenidas en el álbum, está el flamante Colegio Nacional, construido en el antiguo predio destinado a la catedral, frente a la plaza Independencia. Este significativo reemplazo en el destino del solar (que además connota la laicización de la educación pública), tuvo su origen en 1905 cuando el terreno es donado a la Nación para la erección de este edificio modelo, que se convertiría en forjador de la identidad de muchos miembros de la elite que luego ocuparían importantes lugares dentro del campo político a escala local y nacional. Sin dudas el emplazamiento central de esta institución frente a la principal plaza de la ciudad, es también un acto con fuerte carga simbólica desde los estratos de poder, que busca posicionar la educación como uno de los principales dispositivos civilizatorios. Al analizar los objetivos del proceso educativo y compararlos con los del espacial, podemos aludir a otra de las características del proyecto moderno: la contradicción. Y es que, si por un lado en las ciudades a través de la arquitectura y sus espacio públicos, se perseguía el progresista modelo urbano europeo, por el otro era a los “portadores” de ese progreso, los inmigrantes, a quienes el Estado debía homogenizar y formar en la identidad nacional a través del dispositivo educativo. Este contrasentido se da entendemos, basado en la creencia elitista, de que el modelo europeo era sólo aplicable por quienes dirigían los destinos nacionales; que eran ellos quienes debían controlar las masas inmigrantes (y aquí actúan como instrumentos el espacio y la educación), y probablemente también el progreso que traían consigo, encauzándolos tras

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los objetivos del gobierno. Otro ejemplo de esta contradicción moderna, o más bien de una lectura parcial y direccionada de los acontecimientos, se da con la edición que el Centro Vitivinícola Nacional hace de un voluminoso álbum que contiene los principales emprendimientos de esta industria en el país, posesión la mayoría de ellos, de inmigrantes que instalados en el interior habían logrado el tan mentado ascenso social, situación ésta que se produce particularmente en Mendoza. Claro está que estos extranjeros ya no eran considerados como pertenecientes a las masas inmigrantes, sino que a los ojos de la elite se habían convertido en respetables habitantes de la Argentina, muchos de ellos benefactores de las ciudades que los recibieron. Las representaciones en torno de este grupo de inmigrantes habían cambiado, a partir del importantísimo papel que ellos y sus industrias jugaban en la pujante economía nacional. Este registro que incluye al menos un centenar de establecimientos vitivinícolas instalados en Mendoza y San Juan, es la fiel representación del progreso medido en capacidad productiva. Para el entonces ministro de Hacienda de la Nación, la muestra industrial del Centenario fue una de las victorias más trascendentales del pensamiento, del esfuerzo y del trabajo 28 argentino , la industria se convertía así en símbolo de lo bueno del pasado y de los bueno del futuro, produciendo una confluencia entre tradición y modernidad, también propia del espíritu del Centenario y nacionalizando el trabajo llevado a cabo y los logros obtenidos. A las imágenes de los imponentes edificios industriales y su “moderno” equipamiento (entre el que estaba el Ferrocarril) que componen el álbum vitivinícola, se suman una serie de descripciones y estadísticas de la producción del rubro, y también como imagen de prosperidad, las casonas de algunos de los más importantes productores. Bodegas y casas patronales, se ubicaron fuera del área espacial de 29 nuestro trabajo , sin embargo, debemos destacar que principalmente en los departamentos aledaños a la capital provincial (Godoy Cruz, es un ejemplo de ello), estas inserciones modificaron la conformación del espacio urbano. En muchos casos, las importantes residencias formaron parte de los límites visuales de las plazas, en torno de las cuales nuevo equipamiento urbano fue estableciéndose. Además de la iglesia, la escuela, el palacio municipal y los comercios, surgieron como parte del equipamiento de apoyo

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Rocchi, 1999: 269. Nuestro análisis está limitado a la capital provincial por ser el sitio en el que se concentraron en Mendoza, los festejos en conmemoración del Centenario. 29

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a estas grandes industrias: los inquilinatos y las asociaciones mutualistas organizadas por los inmigrantes italianos, libaneses o españoles. Los festejos en el espacio público comenzaron a mutar, ya no sólo se festejaría la argentinidad, las fiestas conmemorativas de cada colectividad también empezaron a formar parte del paisaje urbano mendocino. Impresiones de la República Argentina..., como importante y elaborado medio de comunicación, persiguió dos objetivos a distinta escala. Principalmente a partir de su circulación por diversos países (se publicó en inglés y en castellano), el álbum buscaba publicitar el modelo de país y simultáneamente atraer inversiones de capitales extranjeros: Argentina era una tierra promisoria ya que en menos de un cuarto de siglo se había elevado de relativa insignificancia a la categoría de potencia comercial de primer orden, de un modo casi inaudito en la historia de las 30 naciones . Por el otro, y aunque probablemente se trate de un objetivo menos perseguido, circulando por el interior nacional, servía como dispositivo movilizador de imaginarios. Por el valor monetario que la obra debe haber tenido y dadas sus características, la circulación nacional debió estar limitada a sectores de elite que realimentaron a partir del libro sus representaciones asociadas al progreso y al futuro promisorio y su interés por seguir invirtiendo en la nación. Muchos de estos lectores además, publicitaron sus emprendimientos comerciales e industriales en el compendio. Aspectos geográficos, históricos, datos relevantes sobre flora y fauna, población, jurisprudencia, educación, hacienda, comercio, vitivinicultura e industria, son algunos de los títulos incluidos en el álbum, que a diferencia de los otros dos registros que hemos analizado, posee mayor proporción de texto escrito que de imágenes gráficas. La “impresión” respecto de los festejos del Centenario, ocupó 8 páginas. Se destaca en el texto el papel del Presidente argentino en ejercicio y de la Comisión del Centenario, aunque también se incluyen una serie de comentarios acerca de las dificultades de organización del evento, basadas todas en la escasa o tardía participación de las delegaciones de países extranjeros, que con antelación habían comprometido su presencia en la Exposición de Bruselas, razón por la cual no formaron parte de la muestra en Argentina. Sin expresa alusión al espacio urbano, pero sí a la cantidad de metros que ocuparon las cinco exposiciones y a las distancias que se debían cubrir circulando por la ciudad para llegar de una muestra a otra, el cronista inglés enviado a cubrir la conmemoración, redacta con minucioso

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Lloyd‟s Greater Britain Publishing Company, 1911: 7.

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listado de los productos presentados en cada sección. El objetivo de la muestra, particularmente de la montada en los pabellones destinados a las Bellas Artes, dice, era que sirviera de “factor docente” del pueblo argentino, objetivo planteado dada la proporción de visitantes que esperaban recibir y que realmente fue muy numerosa, ascendiendo a 25.000 personas aproximadamente los fines de semana por 31 Exposición . En la Exposición de Higiene, por ejemplo, se mostró un interesante surtido de aparatos quirúrgicos, junto a baterías de cocina, gaseosas y un stand dedicado a perfumes franceses y prendas de vestir para señoras. Como todas las muestras similares, la Exposición perseguía además, incentivar en un ambiente de entretenimiento transitorio, el consumo, otra de las particulares características que trajo consigo la modernidad urbana y que convertía al habitante en consumidor de mercancías, de modelos, de ideas. Esta característica es relatada incluso por el cronista inglés quien al finalizar el texto sobre los festejos del Centenario hace alusión al gran impulso al comercio que había dado la exposición, puesto que quienes habían sido parte de ella, no sólo habían recuperado la inversión que significaba el montaje de los pabellones, sino que habían realizado operaciones comerciales con una ganancia 400 veces mayor a ese importe. La crónica se complementa con una serie de fotografías sobre la Exposición, principalmente del sector de Agricultura y dos imágenes sobre la iluminación nocturna de la Avenida de Mayo y de la Plaza de Mayo, las que permiten leer la importancia de la dimensión estética de la fugaz muestra, montada también para observar y maravillarse; al tiempo que nos posibilitan imaginar las características de la iluminación del espacio público mendocino para este acontecimiento, hecho del cual no tenemos imágenes gráficas. Entre las diversas variables que constituyen las representaciones están el conjunto de prácticas sociales que se encuentran relacionadas con las distintas modalidades de la comunicación social. Es en los procesos de difusión y comunicación donde se origina principalmente la construcción de las representaciones. En este sentido, los medios de comunicación institucionalizados (diarios, revistas, álbumes, radio, etc.) en general, tienen un peso preponderante para transmitir esas representaciones, son agentes socializadores que funcionan muchas veces 32 como legitimadores de representaciones sociales . Tal como señala

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Recordemos que la muestra estaba dividida en cinco exposiciones que se encontraban diseminadas entre las inmediaciones del Parque de Palermo y la Plaza de Mayo. 32 Reguillo, s/a: 4

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Bourdieu , las relaciones de comunicación son relaciones de poder que dependen en su forma y contenido del poder material o simbólico acumulado por los agentes, en este caso, del campo político, y de cómo ese poder es instrumentado para imponer la definición del mundo social más conforme a los intereses de estos agentes. Como medios de comunicación, estos álbumes han servido como difusores/ comunicadores de valores, conocimientos, creencias y modelos de conductas. Las representaciones plasmadas en estas fuentes documentales fueron elegidas arbitrariamente por sus hacedores (provenientes del campo político o contratados por agentes de éste) para significar otras representaciones y para impulsar prácticas, alimentando imaginarios sociales. Éstos, por inclusión o exclusión y en estrecha relación con otros tipos de imaginarios provenientes de lenguajes tan diversos como el religioso, el económico y también el arquitectónico, impulsaron fuerzas reguladoras de la vida colectiva y del ejercicio del poder que no sólo buscaban indicar a los individuos su pertenencia a un mismo grupo social, sino que también sirvieron para definir su relación con éste en la distribución de papeles y posiciones sociales (la élite como portadora legítima del poder), en la imposición de creencias comunes (progreso, futuro promisorio) y en la fijación de modelos (Europa como modelo).

ESPACIO PÚBLICO, COMUNICACIÓN Y POLÍTICA Este artículo, persiguió el objetivo de mostrar cómo las representaciones movilizadas por el campo político adquieren significación cuando se trasladan al espacio público, a partir de diversos procesos comunicativos, accionando sobre su forma, uso y función. El Centenario de la Revolución de Mayo constituyó no sólo la reafirmación del espíritu nacional, sino que se utilizó como plataforma de muchas proyecciones de futuro en las que se imaginaba el creciente porvenir de la Nación Argentina y de sus principales ciudades. Las representaciones que se generaron, estuvieron destinadas a comunicar ideas y valores relacionados al progreso y al futuro promisorio y a transformar las conductas de los ciudadanos argentinos y sobre todo de los foráneos y su descendencia. La huella de la acción de la elite gobernante quedó marcada en todas las ciudades, particularmente en los edificios que proyectó y construyó en los años previos al Centenario y en la gran Exposición que sirvió como

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Bourdieu, 2000: 65-73.

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estrategia y medio de comunicación del avance material adquirido en esta joven Nación. Esas representaciones, devenidas en imaginarios también pudieron leerse en el uso político que en Mendoza se le dio a la ciudad capital, a partir de obras reales y actos simbólicos realizados sobre el espacio urbano. Movilidad, circulación, transitoriedad e incluso contradicción, fueron las características de la modernidad tangible e intangible, imaginaria y material en Mendoza. En el momento histórico analizado, la urbe no fue sólo escenario de prácticas sociales, fue sobre todo un tejido denso que condicionó modos de vida específicos y formas de comunicación. En la ciudad, tanto la arquitectura, como la función designada a los espacios públicos e incluso las relaciones entre los actores sociales y la urbe, mostraron cómo aquellas visiones de mundo fueron colaborando el proceso de definición de identidades y de formas de acción y comunicación. Este fue un tiempo de preeminencia en la historia cultural argentina, de las acciones del campo político por sobre las del técnico: la materialización de las representaciones del grupo dirigente en la ciudad, transcendió a sus proyectistas que sólo funcionaron operativamente dentro del engranaje burocrático del Estado. Fueron el Estado y sus agentes políticos los que utilizaron los conocimientos técnicos, pero también la trayectoria de arquitectos, ingenieros, paisajistas e higienistas para legitimar las intervenciones sobre la ciudad y acrecentar su capital simbólico, su prestigio. Los álbumes gráficos como medios de difusión, junto a las crónicas periodísticas nos han servido como fuentes documentales de las representaciones vigentes en Mendoza hacia 1910. En este momento de la historia cultural de Mendoza, el espacio público actuó prácticamente como un sistema que albergó imaginarios. Fue espacio para manifestaciones sociales, para la celebración del progreso y para la contienda política, manteniendo siempre un vínculo, en ocasiones más perceptible, con los actos de representación social que le dieron forma.

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Figura 1: Plano de Mendoza en 1903, en el que se distingue el trazado del Parque del Oeste y las ciudades Nueva y Vieja.

Fuente: Censo Municipal de 1903.

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Figura 2: Acto de colocación de placas conmemorativas en la plaza San Martín.

Fuente: Gobierno de Mendoza (1910). Álbum del Centenario, Mendoza, Edición oficial, s/p.

Figura 3: Acto oficial en el Parque del Oeste

Fuente: Gobierno de Mendoza (1910). Álbum del Centenario, Mendoza, Edición oficial, s/p.

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Figura 4: Banquete conmemorativo en la confitería Sportman.

Fuente: Gobierno de Mendoza (1910). Álbum del Centenario. Mendoza: Edición oficial, s/p.

Figura 5: Vista del Kindergarden, jardín modelo.

Fuente: Gobierno Nacional (1910). Exposición Escolar, Mendoza, Edición oficial.

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Figura 6: Una de las escuelas del Centenario ubicada en la capital provincial: la Escuela 19 y 20 (luego denominada B. Mitre).

Fuente: Gobierno Nacional (1910). Exposición Escolar, Mendoza, Edición oficial.

Figura 7: Otra de las escuelas del Centenario, ubicada en la capital provincial: el Colegio Nacional.

Fuente: Gobierno Nacional (1910). Exposición Escolar, Mendoza, Edición oficial.

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Figura 8: Uno de los emprendimientos productivos de Mendoza: la Bodega Tomba, retratada en el Álbum Vitivinícola.

Fuente: Centro Vitivinícola Nacional (1910). La vitivinicultura argentina en 1910, Buenos Aires, Centro Vitivinícola Nacional.

Figura 9: Vista de los pabellones de la Exposición de Higiene.

Fuente: Lloyd‟s Greater Britain Publishing Company (1911). Impresiones de la República Argentina en el siglo XX. Su historia, gente, comercio, industria y riqueza. Londres, LGBPC.

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Figura 10: El espacio urbano como partícipe principal de los festejos del Centenario.

Fuente: Lloyd‟s Greater Britain Publishing Company (1911). Impresiones de la República Argentina en el siglo XX. Su historia, gente, comercio, industria y riqueza. Londres, LGBPC.



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