ACCIONES POR EL PATRIMONIO: ESCUELA Y CONSERVACIÓN

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Descripción

Ribotta, Eduardo. 2005. “Acciones por el patrimonio: escuela y conservación”. En: Novedades Educativas. Ed. Centro de Publicaciones Educativas y material Didáctico SRL Nº 173. Pp. 58-63. Bs. As. ISSN 0328-3534.

ACCIONES POR EL PATRIMONIO: ESCUELA Y CONSERVACIÓN Eduardo E. Ribotta Instituto de Arqueología y Museo. Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo. Universidad Nacional de Tucumán. San Martín 1545. [email protected]

Resumen Se describe la experiencia realizada cuando, debido a un hallazgo fortuito, se efectuaron tareas de arqueología histórica en la Escuela y Liceo Vocacional Sarmiento, en el microcentro de San Miguel de Tucumán. La situación generada a partir del interés de los legisladores tucumanos en vender gran parte del patrimonio inmueble provincial, fue el disparador utilizado para despertar la preocupación por la protección de los restos y estructuras antiguos. El objetivo del trabajo fue sensibilizar a las alumnas en particular y a la comunidad educativa en general de esta escuela, sobre la valoración del patrimonio, su conservación y difusión, para que a futuro puedan transformarse en custodios del mismo. Antecedentes La llamada arqueología histórica es un campo de investigación relativamente joven, que en los Estados Unidos se organiza oficialmente en la década de los ’60, mientras que en la Argentina comienza a tener relevancia en las últimas dos décadas del siglo XX. Sin embargo existen antecedentes de excavaciones realizadas con anterioridad como por ejemplo los trabajos de Cayastá en Santa Fe en la década del ’50 (Zapata Gollán, 1956a, 1971), de Ibatín en Tucumán en las décadas del ’60 (Vuoto, et al., 1985a; Gramajo de Martínez Moreno, 1991), y en El Chaco en la década del ’70 (Morresi, 1971), entre otros (García Azcárate et al., m.s.). Como en todo nuevo campo científico, han surgido en la arqueología histórica interrogantes y opiniones diversas sobre qué y cómo trabajar. Se ha intentado ubicarla en mayor o menor proximidad con la historia, la arqueología y la antropología según la orientación y/o formación de cada uno de los que la aplican. Este trabajo no intenta dilucidar esta cuestión, sino mostrar la experiencia generada a partir de una excavación en un lugar histórico dentro del ámbito educativo de la Escuela y Liceo Vocacional Sarmiento, ubicada en el microcentro de S. M. de Tucumán. De todos modos, para ubicar al lector definiremos a la arqueología histórica como “el estudio arqueológico de los aspectos materiales-en términos históricos, culturales y sociales concretos- de los efectos del mercantilismo y del capitalismo traídos de Europa a fines del siglo XV y que continúan en acción hasta hoy” (Orser, 2000:21-22 cursiva en el original) Ésta es una de las definiciones que existen, la misma trata de resolver la cuestión

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subsumiendo las diversas partes que componen las variables de la sociedad en un tiempo y espacio determinado. La arqueología histórica nos permite, a través de la utilización de diversas fuentes como documentos escritos, mapas, historia oral, objetos de museos, pinturas, fotos, dibujos, edificios, artefactos, estructuras y contexto del sitio, acercarnos al conocimiento del pasado humano (García Azcárate et al., m.s.) Dentro de este contexto el antecedente más antiguo que se tiene de excavaciones arqueológicas realizadas en la traza urbana de San Miguel de Tucumán, corresponde a las efectuadas en los terrenos contiguos a la actual iglesia San Francisco, ubicada en la esquina Noroeste de la Plaza Independencia en pleno microcentro de la ciudad. En ese sector el Arquitecto Gómez mediante excavaciones estratigráficas dejó al descubierto una estructura con muros de piedra. Finalizados los trabajos y con el aporte de los documentos históricos consultados, se comprobó que las estructuras correspondían a los denominados “lugares comunes”, es decir a un sistema sanitario con sus correspondientes desagües (Gómez, 1982; 1997; 1999). El Hallazgo A fines de Agosto del 2004 una alumna del “Cuarto B” de la Escuela Sarmiento jugando al ahorcadito en el pizarrón de su aula descubre una letra para su enigma y salta de alegría, allí siente que la baldosa se desprende y con rapidez da un salto hacia atrás viendo como se abre un pequeño orificio en el piso. La dirección del establecimiento decide inmediatamente clausurar el aula y realizar el traslado de todas las alumnas hasta que se estableciera el origen del problema y se solucionara. Para ello llama a Construcciones Universitarias (la escuela depende de la Universidad Nacional de Tucumán y es únicamente para niñas), quien envía operarios a trabajar en el aula mencionada. Cuando comienzan a golpear sobre el piso de baldosas calcáreas continúan desprendiéndose algunas de ellas y aparece una abertura de considerable tamaño, ante esto deciden romper una hilera de ladrillos que aparecía por debajo del contrapiso y enviarlos hacia el fondo del orificio para de esa manera ir rellenándolo. Una maestra que había realizado un curso de extensión dictado por profesionales del Instituto de Arqueología y Museo notifica el hallazgo, por ello se visita la escuela constatando que los ladrillos -de gran tamaño- eran antiguos y aparentemente pertenecientes a una bóveda o por lo menos a parte de ella, observándose además que el orificio podía alcanzar una profundidad considerable. Ante esta situación se decide hablar con la directora del establecimiento la Prof. Marta Juárez de Tuzza, planteándole la posibilidad de realizar una investigación arqueológica en el lugar para establecer el origen de esos vestigios y buscar explicaciones a través de los restos materiales de lo sucedido allí en el pasado. La directora accede rápidamente brindando toda la colaboración que estuviera a su alcance, otorgando el tiempo que fuera conveniente para realizar las tareas y el libre acceso al aula en los horarios y días que se creyera más conveniente. Las tareas fueron realizadas por un grupo de alumnos de la carrera de arqueología bajo la dirección de un arqueólogo, despertando desde el primer momento una gran curiosidad en el ámbito escolar. Sin embargo debido a la profundidad que presentaba la oquedad la puerta

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estaba cerrada con llave y cuando se realizaban las excavaciones se hacían generalmente a puerta cerrada. El aula en cuestión, ubicada en el sector Noroeste de la escuela al final de una gran galería, es conocida por el alumnado como “la cueva” ya que no posee ventanas y su única puerta tiene una banderola que da a la galería por lo que el acceso de luz y aire es un tanto reducido, debido a estas características fue bautizada por las estudiantes con ese nombre hace muchos años. Desarrollo Cuando se trasladó la antigua ciudad de Tucumán (Ibatín) en 1685 al actual emplazamiento, se respetaron las ubicaciones que los templos tenían en la primera fundación; por ello se le concedió toda la manzana Este a 100 metros de la plaza principal a la orden de los mercedarios. Allí levantaron el convento y la iglesia, los que fueron abandonados a mediados del siglo XIX cuando deciden retirarse. El antiguo convento fue reocupado sucesivamente por el colegio San Miguel y el colegio Nacional (con períodos de abandono por problemas edilicios), hasta que en 1904 se crea la Escuela Sarmiento la que funciona en ese predio hasta la actualidad. Entre las alumnas la historia oral que circulaba mencionaba antiguos túneles que existirían debajo de la escuela los que posiblemente conducirían hasta la iglesia de La Merced; décadas atrás la iglesia fue demolida y construida nuevamente unos 40 metros más al Sur del establecimiento escolar. A mediados del año 2004 en Tucumán se estaba discutiendo la ley conocida como activo por activo, los legisladores tucumanos a instancias del gobernador de la provincia, consideraban la posibilidad de vender gran parte del patrimonio inmueble de la provincia para generar con ese dinero obras en la provincia. De esa manera se incluían cerca de unos 100 inmuebles (escuelas, casonas antiguas, archivos, etc) dentro de las propiedades que podían ser vendidas. Varios proyectos arqueológicos en la ciudad de San Miguel de Tucumán han tenido en cuenta la difusión de los conocimientos, el acercamiento a la comunidad y la integración con ella, toda vez que esto pudo ser factible (Prebisch y Ribotta 1999; Ribotta y Prebisch, 2000; Ribotta et al., 2000) entre otros. Los trabajos previos mencionados, la convicción de que para defender algo primero hay que conocerlo, sumado a la situación particular que se vivía en la provincia con respecto al cuidado del patrimonio, hicieron que se presentara ante la dirección del establecimiento un plan de trabajo de la investigación para llevar a cabo con las alumnas del 4to y 5to curso. Conjuntamente con sus maestras de Cs. Sociales se abordaría la temática desde la importancia del patrimonio y su valoración, por oposición a lo planteado por los legisladores: el patrimonio y su “valor económico”. Nuevamente se encontró una aceptación inmediata tanto de parte de las autoridades como de las maestras que debían involucrarse, por lo que desde el aula y desde la excavación se comenzó a trabajar con el tema en cuestión. Las docentes trabajaron durante una semana con las estudiantes (ampliando y reforzando conceptos como el de historicidad por ejemplo) y además de las visitas esporádicas que las alumnas realizaban a la excavación se convino día y hora para darles una charla in situ a los cursos, cuando finalizara la excavación.

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Sintéticamente se piensa que lo encontrado es parte de una bóveda y una pared de ladrillos perteneciente al convento mercedario que probablemente en su interior alojó víveres o líquidos en vasijas cerámicas. Posteriormente el lugar fue reutilizado y luego rellenado con diversos materiales encontrándose escombros, tejas, caños de desagüe, carbonillas, fragmentos de frascos de vidrio, botones, restos óseos de animales, cerámica indígena, restos de vajilla, elementos de porcelana utilizados en electricidad etc, lo que demuestra la reutilización del espacio entre los siglos XVI y XX, y lo complejo que resultará la interpretación del mismo.

FOTO 1: Vista General de la trinchera en proceso de excavación. Foto Carlos Piñeiro. Debido al espacio reducido y a la movilidad que se requería para explicar los hallazgos (vestigios materiales recuperados, área excavada y sector de depositación de los sedimentos extraídos, todo ubicado dentro del aula), las alumnas fueron entrando en grupos de 15 acompañadas por sus maestras de Ciencias Sociales y en ocasiones de otras áreas.

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FOTO 2: Alumnas del cuarto curso turno mañana en la visita a la excavación. Fotos Lilian Prebisch. Primero se les explicó qué era la arqueología y su finalidad, para luego aclarar dentro de esta ciencia qué se considera arqueología histórica. Realizada esta introducción se les comentó cómo es la metodología de trabajo en una excavación: decapage por niveles utilizando cucharín, pinceles y estecas, registro a través de dibujos y fotografías en cada nivel, almacenaje de los restos en bolsas numeradas, cuaderno de registro, áreas de excavación diferenciadas etc. Durante los primeros días de trabajo se habían realizado dibujos en el pizarrón lo que sirvió para que compararan el registro gráfico que allí se encontraba, con el del cuaderno que tenía el día a día hasta el final de la excavación. A continuación se les exhibió en una mesa ubicada en el centro del aula el material recuperado explicándose de qué sector había sido extraído cada uno y qué podía ser, en principio, cada uno de esos elementos. Se les expuso además qué es una hipótesis de trabajo, cuál era la que se tenía en ese momento y se les sugirió dieran otros ejemplos. Así también se les aclaró la posibilidad de que la hipótesis propuesta fuera incorrecta y que podría ser modificada cuando se tuviera acceso a las fuentes escritas o bien cuando el material recuperado pudiera ser estudiado con tiempo y sometido a diversos análisis en el laboratorio. En todo momento se respondió a los interrogantes que presentaron e incluso se las invitó en repetidas oportunidades a hacer preguntas, además se realizaron comentarios sobre la ley activo por activo interrogándolas sobre la opinión que les generaba la misma. Las maestras también participaron realizando consultas sobre la base de lo trabajado en el aula previamente y con las dudas o ideas que generaba la visita in situ. Para finalizar el trabajo se propuso a las alumnas que las ideas conversadas sobre la valoración del patrimonio fueran volcadas en un breve mensaje que sería depositado en una botella de vidrio en la parte más profunda de la excavación (aproximadamente 4,50 metros) y en otra botella pero de material plástico, en este caso en un nivel menos profundo (3 metros aproximadamente). La diferencia de materiales en los envases sirvió para que conectaran las técnicas y la antigüedad de los mismos y la relación con los niveles y la estratigrafía utilizados en

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arqueología (más profundo más antiguo), por ello el vidrio técnica más antigua se enterraría con parte de los mensajes en el nivel más profundo y el plástico en uno más reciente. El envase de vidrio no presentaba marca alguna, el de plástico en cambio pertenecía a una conocida gaseosa que incluso tenía el logo y la marca sobre él. En primera instancia se pensó en sacar esta referencia, pero luego se acordó que también ésta era representativa del momento en que se estaban dejando los mensajes y un indicio para los que lo encontraran a futuro. Las alumnas una a una fueron introduciendo personalmente en las botellas sus mensajes (previamente fotocopiados para mantener un registro de la experiencia), luego se cerraron los envases lo más herméticamente que se pudo. El recipiente de vidrio fue bajado mediante una cuerda y dentro de un balde para evitar que se rompiera ante la caída profunda y también para que fuera realizado por las alumnas sin ningún tipo de peligro.

FOTO 3: Alumnas del cuarto y quinto curso en el momento de introducir sus mensajes en la botella de vidrio y bajando la misma. Foto del autor. El envase plástico en cambio fue lanzado desde la parte superior de la trinchera excavada debido a las características del material, luego cada estudiante les arrojó un puñado de sedimento a manera de cubrimiento simbólico. Todas estas actividades fueron registradas en una filmación realizada por una docente y a través de diversas fotografías con los diferentes momentos. Si bien se trabajó especialmente con las alumnas pertenecientes a los cuartos y quinto de ambos turnos, cada vez que una alumna o docente (previa autorización por cuestiones de seguridad) motivada por su interés ingresó al aula durante la excavación, se le explicó el proceso y los hallazgos de igual modo, de tal forma que la información circuló con fluidez por todos los cursos, incluso hubo alumnas de preparatoria que trajeron a sus padres para mostrarles la excavación. Durante años anteriores y debido al pedido del gabinete de orientación vocacional que existe en esta escuela, se había conversado con las alumnas del último curso para mostrarles a través de imágenes cuál era la tarea de un arqueólogo/a. Por eso en el plan de trabajo presentado ante la dirección estaba presente el dictado de una charla in situ de las 6

tareas que desarrolla un arqueólogo/a, esta actividad fue consensuada con el mencionado gabinete y reemplazó las habituales diapositivas por un sitio excavado “en vivo”. Así entonces los undécimos años fueron a ver, escuchar y preguntar sobre la arqueología, además de sus objetivos y actividades pudieron vivenciar de cerca como era el trabajo en sí, desmitificando entre otras cosas la cercanía que la profesión tiene con el personaje cinematográfico “Indiana Jones” o la búsqueda de dinosaurios, además se les entregó folletos con el plan de estudio de la carrera que se cursa en la Facultad de Ciencias Naturales e IML de la U.N.T. Se piensa, una vez analizados todos los vestigios, devolverlos al establecimiento junto con un informe completo. Con relación a esto existe la inquietud de un grupo de maestras de colocar en una pequeña exhibición los restos materiales encontrados. Antes de realizar el relleno del sitio se cubrió la bóveda con una malla plástica con microperforaciones con un doble propósito: protegerla de los materiales que la cubrirían y permitir que en el futuro, si están dadas las condiciones, se pueda exhibir. Lamentablemente debido a la necesidad de utilizar todas las aulas ante la falta de espacio que tiene el establecimiento y la urgencia por recuperar el salón anulado, no se pudo dejar exhibido el hallazgo pero quedó correctamente preservado para el futuro; la excavación se cerró compactando el material originario agregándole 8 m³ de ripio, granza y arena. Se ha pedido que al momento de la colocación de las baldosas éstas sean de un color o textura diferente que el resto del aula para que el lugar sea “visible” en el piso para las generaciones futuras. Se propuso además la incorporación de fotografías de la excavación en la pared del aula.

Consideraciones finales Con regularidad observamos que las acciones dedicadas a la preservación del patrimonio son realizadas por profesionales y conocidas únicamente por expertos en la temática. La comunidad no interviene por indiferencia o por que la mayoría de las veces, los especialistas no se preocupan para que el accionar realizado sea conocido por la población. Los restos o vestigios arqueológicos en ocasiones se encuentran en lugares remotos o en pequeñas poblaciones, las que muchas veces están preocupadas por otros intereses tan importantes como la subsistencia diaria. Otra es la situación que se presenta cuando la arqueología trabaja en lugares históricos ubicados en una ciudad, esta circunstancia facilita el contacto con la gente. Este escenario es el caso de la experiencia aquí comentada, en donde la comunidad educativa participó activamente durante la misma. Si bien es cierto que las oportunidades en que coinciden restos arqueológicos con lugares en donde se desarrollan actividades escolares no son muy frecuentes, esta experiencia demuestra la importancia que la vinculación de trabajos relacionados con el patrimonio tiene con los escolares. La conservación del patrimonio construido o no, muchas veces puede depender de pequeñas acciones que se realizan cotidianamente o bien como en este caso cuando se presentan una serie de factores concurrentes. Sería interesante poder reproducir e incluso mejorar experiencias como la aquí relatada, relacionadas con otro tipo de actividades que involucren enseñanza-aprendizaje no formal.

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La participación activa de los/as alumnos/as en hechos de naturaleza científica y el involucrarse con la transmisión de sus conocimientos por parte de los/as científicos/as mucho más allá de los congresos y participaciones con colegas, redundará en una clara elevación de los conocimientos, de la intervención y del compromiso de ambas partes. Como docente la experiencia resultó sumamente gratificante y sin duda perfectible. La idea de despertar el interés por el patrimonio en generaciones que algún día pueden dedicarse -entre otras cosas- a la política, resultó muy interesante. No cabe duda que la semilla que se intentó instalar como contrapartida de la ley activo por activo -lamentablemente votada por la mayoría parlamentaria- puede no germinar o marchitarse con el paso del tiempo, pero el diálogo que se generó en la comunidad educativa, en el hogar y lo que transmitían todos los mensajes dejados en la botella (escritos con total libertad e independencia por cada alumna) despiertan mucha ilusión hacia adelante. Como ejemplo el texto escrito por Malena de 5to B, al que se le respetó la ortografía original, resulta alentador y sumamente esperanzador: “Yo creo que preservar el patrimonio es muy importante, dado que al no preserbarlo y no cuidarlo se fue olvidando la importancia de este. La vida se conforma en pasado, presente y futuro. Si destruimos nuestro patrimonio, destruimos el pasado, o sea parte de nuestras vidas. Deberíamos todos y todas cuidarlo. Yo lo voy a hacer”. Agradecimientos Al personal directivo de la Escuela Sarmiento por el apoyo incondicional brindado en todo momento. A las docentes por el entusiasmo puesto de manifiesto durante la experiencia. A la geóloga Patricia Cuenya por los análisis sedimentológicos realizados. A los alumnos de la carrera de arqueología que participaron de la excavación, por la dedicación que manifestaron. Y a las alumnas de la escuela, por la contagiosa alegría que demostraron en todos los momentos de su intervención. Bibliografía García Azcárate, Jorgelina, Luis Vuoto y Eduardo Ribotta.. Arqueología Histórica en el conjunto jesuítico de San José de Lules. En: Jesuitas 400 años. Tomo I: 153-163. 1999 a. García Azcárate, Jorgelina, Luis Vuoto y Eduardo Ribotta. Arqueología Histórica en San José de Lules. Actas del Congreso Nacional de Arqueología. 1999b. García Azcárate Jorgelina, Luis Vuoto, Margarita Arana y Eduardo Ribotta. Arqueología Histórica en San Miguel de Tucumán..Enviado para su publicación.2003. Gómez, Roque M. Informe sobre excavaciones arqueológicas. S. M. Tucumán, 02/12/1982. m.s. 1982. Gómez, Roque M. El conjunto de la estancia de Tafí del valle y la arquitectura jesuita en Tucumán. Facultad de arquitectura. Salta. 1997.

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Gómez, Roque M. Investigación arqueológica en el colegio de la Compañía en San Miguel de Tucumán. En: Jesuitas 400 años. Tomo I: 165-172. 1999. Gramajo de Martínez Moreno, A. Proceso Fundacional en el Antiguo Tucumán, Hechos y testimonios, Edic. Centenario, Sgo. del Estero. 1991. Morresi, Eldo S. Las Ruinas del Km 75 y Concepción del Bermejo. Inst. de Historia, Fac. de Humanidades, UNNE, Dpto. de Publicaciones e Impresiones, UNNE. Resistencia.1971. Orser Jr., Charles E. Introducción a la arqueología histórica. Asociación Amigos del Instituto Nacional de antropología. Bs. As. 2000. Prebisch, Lilian y Eduardo Ribotta. Museo de Arqueología: una opción para la comunidad. En: Resúmenes de las IV Jornadas de Comunicaciones Internas Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo. Universidad Nacional de Tucumán. San Miguel de Tucumán. 1999. Ribotta, Eduardo y Lilian Prebisch “Cuentos en el Museo”. En: CD III Jornadas Nacionales la Ciudad y el Museo. Mar del Plata. 2000a. Ribotta, Eduardo; Margarita Arana; Elisa Torres; Julia Herrera y Claudia García. “Promoviendo la integración: el Museo nos brinda su espacio”. En CD III Jornadas Nacionales la Ciudad y el Museo. Mar del Plata. 2000b. Vuoto, L. D., P. Vuoto y C. Bunster. Informe. Investigación histórica-arqueológica del primitivo asiento de Ibatín en la Provincia de Tucumán. m.s. 1985a Zapata Gollán, Agustín. La vida en Santa Fe la vieja a través de sus ruinas. Boletín de la Academia Nacional de la Historia vol. XXVII, Buenos Aires. 1956a. Zapata Gollán, Agustín. La urbanización hispanoamericana en el Río de la Plata. Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales, Ministerio de Educación y Cultura, Prov. de Santa Fe.. 1971.

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