Abierto por inventario: novedades castreñas en las comarcas de La Cabrera y Valdería (León)

June 28, 2017 | Autor: J. Vidal Encinas | Categoría: Iron Age Iberian Peninsula (Archaeology), Hillforts and Enclosures, Roman Archaeology
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Descripción

FORTIFICACIONES EN LA EDAD DEL HIERRO: CONTROL DE LOS RECURSOS Y EL TERRITORIO

Fortificaciones en la Edad del Hierro: Control de los recursos y el territorio. Coordinadores: Óscar Rodríguez Monterrubio, Raquel Portilla Casado, José Carlos Sastre Blanco y Patricia Fuentes Melgar. Organización: Asociación Científico-Cultural Zamora Protohistórica. © de los textos: los autores. © de las ilustraciones: los autores. © Glyphos Publicaciones. Edita: Arbotante Patrimonio e Innovación, S.L. Glyphos Publicaciones. www.glyphos.net 1ª edición, julio de 2015 ISBN: 978-84-944018-6-2 Depósito legal: VA-600-2015 Impreso en España / Printed in Spain Todos los derechos reservados. No está permitida la reproducción, reimpresión, ni utilización por cualquier forma o medio, bien sea electrónico, mecánico, químico o de otro tipo, tanto conocido como los que puedan inventarse, incluyendo el fotocopiado o grabación, ni se permite su almacenamiento en un sistema de información y recuperación, sin el permiso anticipado y por escrito del editor.

Óscar Rodríguez Monterrubio, Raquel Portilla Casado, José Carlos Sastre Blanco y Patricia Fuentes Melgar. (Coordinadores).

Fortificaciones en la Edad del Hierro Control de los recursos y el territorio

Índice Fortificaciones en la Edad del Hierro: Control de los recursos y el territorio. ISBN: 978-84-944018-6-2 Coordinadores: Óscar Rodríguez Monterrubio, Raquel Portilla Casado, José Carlos Sastre Blanco y Patricia Fuentes Melgar.

Introducción del Congreso Internacional de Fortificaciones de la Edad del Hierro: recursos y control del territorio....................................... 11 Capítulo 1. Sistemas defensivos de la Edad del Hierro en el Norte de la Península Ibérica................................................................ 13 Sonia San Jose, Antxoka Martinez Velasco, Juncal Calvo Eguren

Estudio preliminar del sistema defensivo del poblado protohistórico de Munoaundi (Azpeitia - Azkoitia, Gipuzkoa, Euskal Herria): entrada principal con sus estructuras defensivas......................................................................................................................................... 15 Xurxo M. Ayán Vila

Territorios en fuga: estudios críticos sobre las fortificaciones de la Edad del Hierro del Noroeste..................................................................................................................................... 31 Julio Manuel Vidal Encinas

Abierto por inventario: novedades castreñas en las comarcas de La Cabrera y Valdería (León)............................................................................................................................. 51 Fernando Muñoz Villarejo, Victor Bejega García, Eduardo González Gómez de Agüero, Emilio Campomanes Alvaredo

Avance de resultados de la primera intervención arqueológica en La Peña del Castro (La Ercina, León)............................................................................................................................. 81 Rubén Rubio Díez, Javier Quintana López

El paisaje protohistórico en el alto Valle del Sil (León).............................................................. 91 Dr. Jesús F. Torres-Martínez (Kechu), Antxoka Martínez Velasco, David Vacas-Madrid

El Oppidum de Monte Bernorio, estructura defensiva y proyección territorial.................. 109

Capítulo 2. Sistemas defensivos de la Edad del Hierro en la zona central de la Península Ibérica.............................................................................. 129 F. Javier Abarquero Moras, F. Javier Pérez Rodríguez

La aplicación de métodos geofísicos en la detección de sistemas defensivos vacceos. El caso de Paredes de Nava........................................................................................................... 131

Pablo Paniego Díaz, Carlota Lapuente Martín

El Castillejo de Chilla (Candeleda, Ávila): Estudio del Territorio........................................... 152 David Sánchez Nicolás, Cristina Mª Mateos Leal

Redescubriendo el Picón de la Mora: un poblado y santuario vettón en la ribera del Huebra............................................................................................................................ 158 José María Barco Belmonte

Piedras hincadas en el Alto Tajo................................................................................................... 164 Mª del Rosario García Huerta, F. Javier Morales Hervás, David Rodríguez González

Sistemas defensivos y control del territorio en la Oretania septentrional.............................. 175 Alberto Moraleda Olivares, Sergio de la Llave Muñoz

El hábitat fortificado del cerro de la Cabeza del Oso (El Real de San Vicente, Toledo). Un modelo de control territorial durante la Prehistoria Reciente........................................... 194

Capítulo 3. Sistemas defensivos de la Edad del Hierro en la zona Occidental de la Península Ibérica................................................................................. 207 Mónica Salgado

Da memória à paisagem, da paisagem à memória – o castro S. João das Arribas................ 209 António Pereira Dinis, Emanuel C. Gonçalves

O sistema defensivo do Castelo dos Mouros de Vilarinho dos Galegos (Mogadouro, Nordeste de Portugal), tipologia, faseamento e cronologia............................. 225 Filipe J. C. Santos

Arquiteturas da II Idade do Ferro. A evolução do sistema defensivo do sítio fortificado do Castelinho(Cilhades, Felgar, Portugal)............................................................... 242 Sergio Pereira, José Carlos Sastre, Rita Gaspar, Israel Espí, José Antonio Pereira, Rosa Mateos, Javier Larrazabal

O Povoado da Quinta de Crestelos (Meirinhos, Portugal): Fortificação e o controlo de um territorio............................................................................................................................... 277 Susana Afonso Santos, José Castro

Território e Domínio, a proto-história como narrativa para fruição da Paisagem................ 290 Paulo Lemos

As muralhas do Castro de Cidadelhe (Mesão Frio, Portugal).................................................. 299 Marcos Osório, Raquel Vilaça, Telmo Salgado

Muralhas proto-históricas no Alto Côa (Portugal): análise com ferramentas SIG e 3D....... 307 Javier Larrazabal Galarza

Las murallas protohistóricas de la villa romana del Alto da Fonte do Milho (Peso da Régua, Portugal).............................................................................................................. 324

Capítulo 4. Sistemas defensivos de la Edad del Hierro en la zona Oriental de la Península Ibérica...................................................................................... 339 Francisco Romeo Marugán, José Ignacio Royo Guillén

Los Sistemas defensivos de las ciudades ibéricas del valle medio del Ebro del siglo III al I a. C. Exito y olvido de un modelo tardío................................................................ 341 José Ignacio Royo Guillén, Francisco Romeo Marugán

Poblados fortificados de la Iª Edad del Hierro en el valle medio del Ebro: origen, tipología e implicaciones................................................................................................................ 361 Diego Franganillo Rodríguez

Los sistemas defensivos de una ciudad celtibérica a finales de la II Edad del Hierro. El caso de Segeda II (Belmonte de Gracián, Zaragoza)............................................................. 385 Natalia Salazar Ortiz, Nuria Rafel Fontanals

La fortaleza ibérica de Sigarra: génesis y diacronía entre la Primera Edad del Hierro y la Antigüedad Tardía (siglos VI a.C. – VI d.C.)....................................................................... 399

Capítulo 5. Sistemas defensivos de la Edad del Hierro en el Sur de la Península Ibérica.......................................................................................................... 409 Luis María Gutiérrez Soler, María Alejo Armijo, Antonio Jesús Ortiz Villarejo, Elena Gallego Bermúdez, José Antonio Alejo Sáez

La ciudad fortificada de Giribaile: estudio e interpretación de la muralla de doble paramento con compartimentos................................................................................................... 411 Belén Ortiz Núñez, Cintia Moreno García, Juan Antonio Rojas Cáceres, Daniel Moreno Rodríguez, Justo Fco Sol Plaza , Andrés Roldán Díaz, Andrés Mª Adroher Auroux, Carmen Luzón González

Fortificaciones y articulación del territorio en el valle medio del Genil................................. 424 José Carlos Coria Noguera, Juan Alejandro González Martín, Judit Martín Avilés, Enrique Peregrín Pitto, Andrés María Adroher Auroux

La poliorcética ibérica en el Sureste peninsular: el área central de la bastetania................... 432 Fernando Quesada Sanz, Mercedes Lanz Domínguez, Antonio Moreno Rosa, Eduardo Kavanagh de Prado, Diego Gaspar Guardado, Mónica Camacho Calderón, Luisa María Saldaña Puentes, Tamara Carvajal Rada

Excavaciones en el recinto fortificado ibérico del ’Cerro de la Merced’ (Cabra, Córdoba). Resultados preliminares................................................................................ 441

Capítulo 6. Sistemas defensivos de la Edad del Hierro en la Provincia de Zamora.............................................................................................................. 449 Julio Manuel Vidal Encinas

Arrabalde y los ‘castros arriscados’ de la Sierra de la Culebra: analogías o diferencias con los de las Sierras del Teleno y la Cabrera......................................................... 451

Jesús Carlos Misiego Tejeda, Francisco Javier Sanz García, Miguel Ángel Martín Carbajo, Gregorio J. Marcos Contreras, Manuel Doval Martínez

El Castro de Las Labradas (Arrabalde, Zamora): un ejemplo excepcional de la defensa de un territorio ante la amenaza de Roma.................................................................... 479 Desireé Aguado Minero, Estefanía Muñoz Galera

Las fortificaciones de los castros del norte de las comarcas de Zamora en la Edad del Hierro......................................................................................................................................... 499 Óscar Rodríguez Monterrubio, José Carlos Sastre Blanco

El Castro de Peñas de la Cerca (Rionegrito de Sanabria): Sistemas defensivos del Noroeste de Zamora y control de los recursos........................................................................... 506 Damián Romero Perona, Alejandro Beltrán Ortega, F. Javier Sánchez-Palencia, Luis Hernández Hernández, Luis Francisco López González, Yolanda Álvarez González

Estrategias de poblamiento entre la Edad del Hierro y el inicio del dominio romano a través de dos casos del occidente zamorano............................................................. 520 Raquel Portilla Casado

“Cuesta el Pico” (Castrillo de la Guareña, Zamora). Un asentamiento atípico de la Primera Edad del Hierro al Sur del Duero........................................................................ 534 Fernando Romero Carnicero, Jesús Carlos Misiego Tejeda, Gregorio J. Marcos Contreras

La presencia de defensas en los poblados de la cultura del Soto: una evidencia cada vez menos excepcional.......................................................................................................... 547

Capítulo 7. Sistemas defensivos de la Edad del Hierro en Europa y el Norte de África................................................................................................................. 565 Laura Garau, Claudia Sanna

El recinto amurallado de Saurecci (Guspini, Cerdeña, Italia): conexión entre minas y mar..................................................................................................................................... 567 Aziz Tarik Sahed

Monumentos funerarios Protohistóricos presaharianos en la región de Wadi M’Zi - Mont Ammour (Laghouat)...................................................................................... 575

Conclusiones del Congreso Internacional de Fortificaciones de la Edad del Hierro: recursos y control del territorio....................................... 589

ABIERTO POR INVENTARIO: NOVEDADES CASTREÑAS EN LAS COMARCAS DE LA CABRERA Y VALDERÍA (LEÓN) Julio Manuel Vidal Encinas Junta de Castilla y León Servicio Territorial de Cultura de León [email protected] RESUMEN Se presentan las recientes novedades que se han producido en el ámbito castreño de ambas comarcas limítrofes, las cuales permiten, por un lado, en La Cabrera, doblar con creces el número de castros conocidos en el inventario hasta ahora vigente, y, por otro, en La Valdería, conocer un tipo de sitio castreño singular, íntimamente asociado a las características geomorfológicas que presentan las Sierras de la Cabrera y Teleno, a saber, fortificaciones trazadas en función de los afloramientos tabulares que presentan los afloramientos cuarcíticos, de planta irregular, dotadas de importantes recursos defensivos a base de murallas de piedra en seco. Estos sitios, fuertemente enriscados, se conocían sumariamente en ámbitos geográficos similares presentes hacia el sur, en la Sierra zamorana de la Culebra. ABSTRACT Recent archaeological research has uncovered striking evidence regarding the number of castros (‘hillforts’) within both bordering regions, which allows to double the number of known hillforts, and also to know more about a particular type of hillfort, closely associated with the geomorphological characteristics of the Cabrera and Teleno Sierras, namely irregular fortifications in plant, equipped with important defensive resources made with dry stone walls, plotted according to the tabular outcrops. These sites, placed on very high and steep crags, also appear in similar geographical areas in the Sierra de la Culebra. PALABRAS CLAVE Castro, Cabrera, Valdería, Edad del Hierro, fortificación, muralla.

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FORTIFICACIONES EN LA EDAD DEL HIERRO: CONTROL DE LOS RECURSOS Y EL TERRITORIO

A. PAISAJE Y LAS CARACTERÍSTICAS GEOGRÁFICAS DE LAS COMARCAS DE LA CABRERA Y LA VALDERÍA La Cuenca del Duero, al suroeste de la provincia de León, entra en contacto con las estribaciones de la rama sur de la Zona Asturoccidental Leonesa del Macizo Hespérico, que se sitúa dentro del Sinclinorio de Truchas. Aquí se produce la división de cuencas hidrográficas entre, por un lado, los terrenos que, jalonados por el Cabrera, vierten sus aguas al Sil, luego al Miño, y, por otro lado, aquellos que, con el Eria como curso de agua principal, lo hacen al Duero. Los primeros suelen ser referidos con la genérica denominación de ‘Cabrera Baja’, la cual comprendería, en su curso alto, el Valle de Losada, mientras que, a partir de Nogar y Castrillo, en la revuelta que el río da, se suelen denominar a los que riega ‘La Ribera’. En efecto, desde el punto de vista altitudinal, el Cabrera pasa por la localidad que se encuentra más próxima a su nacimiento, La Baña, a 1050 m, y confluye en el Sil, a la altura de Puente de Domingo Flórez, a 350 m. La llamada Cabrera Alta, por su parte, circunscrita al municipio de Truchas, y, paradójicamente, no al río epónimo, sino al Eria, justifica tal calificativo por la diferencia de altitud, puesto que la localidad más próxima al nacimiento del Eria, Corporales, su Barrio de Pedrosa, se encuentra a 1250 m de altitud. En uno y otro caso, se trata de terrenos muy antiguos, de edades predominantemente ordovícico-silúrica, constituidos sobre todo por pizarras y cuarcitas, que dibujan un relieve fuertemente escarpado, con valles muy encajados, especialmente en el caso del río Cabrera, todo lo cual da lugar a una topografía accidentada, de gran altitud, en la que el dominio territorial más común es el de las fuertes pendientes o cuestas. Este contexto geológico ha dado como resultado los peores suelos de la provincia de León desde el punto de vista del aprovechamiento agrícola, suelos raquíticos e infecundos, causa de una secular economía

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de subsistencia en la zona, situación más agudizada, si cabe, en el valle del Cabrera1. B. LOS ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS La mayor parte de los sitios que incluimos en esta relación han sido registrados en la Carta Arqueológica de la provincia de León con posterioridad a la relación de sitios castreños recogida por M.D. Fernández-Posse y J. Sánchez-Palencia en el segundo volumen de su monografía sobre los yacimientos de Corporales, en concreto en la parte dedicada a los trabajos de prospección en La Cabrera y La Valdería (Fig. 1, Tabla 1), cuyos resultados parecían dar lugar a un inventario cerrado debido, según los citados autores a que, “…por el carácter sistemático del tipo de prospección empleada, fotointerpretación combinada con trabajos de campo, [que] permite tener la seguridad de contar con una base documental completa, es decir consideramos que hemos registrado todos los castros existentes en la zona escogida para nuestro trabajo”2. De la relación que aquí presentamos, algunos de ellos, no obstante, se conocieron en la Carta Arqueológica de forma coetánea a aquel inventario, pero, por razones que desconocemos, no fueron incorporados al mismo, algo un tanto sorprendente, puesto que su conocimiento se lo debemos a T. Mañanes, quien formó parte, al igual que J. Sánchez Palencia, del equipo que elaboró la primera Carta Arqueológica de la provincia de León (1987). En el nuevo inventario, en lo que al Valle del Cabrera se refiere, la relación de nuevos castros es de 22, lo que duplica con creces la cifra de 19 que aportaban entonces, lo que eleva a 41 su total. En la Valdería, por su parte, se conocen ahora 9 sitios castreños nuevos, frente a la cifra de 8 que alcanzaban en el inventario

V. Cabero Diéguez, Espacio agrario y economía de subsistencia en las montañas galaico-leonesas: La Cabrera. Universidad de Salamanca, 1980. 2 M.D. Fernández-Posse y J. Sánchez-Palencia, La Corona y el Castro de Corporales II. Campaña de 1983 y Prospecciones en La Valdería y La Cabrera. Ministerio de Cultura, 1988, p. 222. En la parte gráfica que acompañamos para señalar la situación de estos nuevos sitios castreños los indicamos con números romanos, frente a la numeración arábiga del inventario de estos autores. 1

ABIERTO POR INVENTARIO

Fig. 1. Castros del Valle del Cabrera. En números romanos los nuevos castros con relación al inventario de Fernández-Posse y Sánchez-Palencia de 1988, que se figuran en números arábigos (PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España).

de 1988. En el conjunto de ambas comarcas, por lo tanto, se conocen ahora 58 sitios castreños, frente a los 27 que se registraron entonces. De estos nuevos sitios -31- destaca el carácter inédito de 19 de ellos, registrados en los últimos años gracias a la extraordinaria aportación que para la prospección arqueológica han supuesto las Infraestructuras de Datos Espaciales, en particular la puesta al servicio público de las diferentes colecciones fotográficas aéreas realizadas sobre este territorio desde el Vuelo Americano de los años 1956-1957, lo que, unido a la digitalización de la diferente cartografía temática, nos ha permitido, mediante la utilización de Sistemas de Información Geográfica, detectarlos en tales bases de datos, todo ello, por supuesto, acompañado de la indispensable confirmación sobre el terreno3. Para el mundo castreño presentan una

Las fuentes de tales datos públicos se encuentran en el Ministerio de Fomento (Instituto Geográfico Nacional), así como en las Consejerías de Fomento (IDECyL) y de Agricultura (ITACyL) de la Junta de Castilla y León. Además de los diferentes vuelos pancromáticos disponibles - 1956-1957 Americano Serie B, 1973-1986 Interministerial, 1980-1986 Nacional y otros -, hemos utilizado los fotogramas en color e infrarrojos del Plan Nacional de Ortofotografía aérea (PNOA).

3

especial utilidad los Modelos Digitales del Terreno (MDT) obtenidos, ya sea por estereocorrelación fotogramétrica, ya sea por medio de sensores aeroportados (LIDAR), estos últimos, más precisos y con mayores posibilidades de análisis en los Sistemas de Información Geográfica. C. LOS NUEVOS (Y VIEJOS) SITIOS CASTREÑOS 1. LA CABRERA I. Los Castillos (Vega de Yeres, Puente de Domingo Flórez) (Fig. 2, Tabla 2) Este sitio se encuentra justo al norte del núcleo principal de la localidad de Vega de Yeres, el denominado ‘Barrio del Molino’, del que dista poco más de 400 m en línea recta. La localización se buscó en un pequeño otero de una ladera que cae sobre la margen derecha del Cabrera, procedente del cerro de Las Mayadas (594 m). Siguiendo esta vertiente del Valle del Cabrera, en una situación bastante similar, se encuentra, a poco más de un kilómetro al oeste, otro castro, Las Cárquibas-Los Campanarios. En las ampelitas silúricas y pi53

FORTIFICACIONES EN LA EDAD DEL HIERRO: CONTROL DE LOS RECURSOS Y EL TERRITORIO

LA CABRERA Nº

Nombre

Altitud absoluta

Altitud relativa

1

Puente Dgo Flórez

498 m

120 m

2

A Debesa das Portas (Pte Dgo Flórez) 599 m

205 m

3

Las Cárquibas (Vega de Yeres)

502 m

65 m

4

La Corona de Yeres

664 m

215 m

5

Santa Cruz (Castroquilame)

552 m

90 m

6

A Pedriña (Pombriego)

495 m

40 m

7

El Castrión (Yebra)

628 m

150 m

8

Carracastrillo (Llamas de Cabrera)

1030 m

450 m

9

Castro de Odollo

780 m

90 m

10

La Cárcaba (Castrillo de Cabrera)

1055 m

350 m

11

Castro de Castrillo de Cabrera

995 m

180 m

12

Castro de Nogar

813 m

10 m

13

Peña del Castro (Saceda)

1180 m

215 m

14

El Calderón de Nogar

892 m

60 m

15

Ambasaguas

950 m

40 m

16

Castrohinojo

1167 m

260 m

17

El Testero de la Viña (Encinedo)

994 m

60 m

18

Trillocastro de Trabazos

1352 m

400 m

19

La Baña

1171

100 m

20

Corona de Corporales

1338 m

70 m

21

Castro de Corporales

1299 m

30 m

22

Castro de Truchas

1235 m

100 m

23

Castro de Xixeo (La Cuesta)

1185 m

90 m

24

Castriello de Cunas

1310 m

220 m

25

Castrillón de Pozos

1270 m

120 m

26

Follancón de Pozos

1040 m

20 m

27

Castrocontrigo

950 m

30 m

LA VALDERÍA

Tabla 1. Inventario de M.D. Fernández-Posse y F.J. Sánchez-Palencia (1988) de los castros de La Cabrera Tabla 1. Inventario de M.D. Fernández-Posse y F.J. Sánchez-Palencia (1988) de los y Valdería

castros de La Cabrera y Valdería.

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ABIERTO POR INVENTARIO

Fig. 2. Los Castillos (I) y El Cabezo (II) en Vega de Yeres (Puente de Domingo Flórez). El nº 3, ya inventariado, es Las Cárquibas-Los Campanarios (LiDARPNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

zarras negras con niveles arenosos y cuarcíticos del Silúrico (Paleozoico) del sustrato, se talló un foso de unos 10-12 m de anchura para delimitar el sitio por el norte. La zanja tiene un desarrollo más o menos semicircular y se aprecia a lo largo de unos 70 m de longitud, especialmente el norte, para encerrar otro elemento distintivo en estos sitios castreños cabreireses, un derrumbe de forma tumular que se emplaza en su parte más elevada4. La deli-

La existencia de torres en estos sitios cabreireses ya fue apuntada por T. Mañanes en alguna de las descripciones que les acompañan (Vid. Nota siguiente). Por su parte, Fernández-Posse y J. Sánchez Palencia también reparan en tal circunstancia, pues aluden a la presencia de ‘torreones’ como estructuras interiores en dos de los castros de su inventario de 1988, Trillocastro de Trabazos y el Castro de La Baña (o.c., p. 187), aunque no desarrollan en el texto tal rasgo (o.c., p. 195-198). En nuestra opinión tales torres también están presentes en otros de su inventario, caso de A Devesa das Portas, As Cárquibas, Carracastrillo, La Cárcaba de Castrillo, El Castriello de Cunas y el Castrillón de Pozos, que, en algún caso, son consideradas ‘parapetos’. La presencia de torres o atalayas también está confirmada en castros asturianos, caso del Monte Castrelo de Pelou (Grandas de Salime), que se remonta a los ss. V-IV a.C. y que presenta un torreón datado en tiempos bajoimperiales, construido sobre las fortificaciones romanas y de la Edad del Hierro (Cf. R. Montes López,

4

mitación del sitio por el sur es mucho menos evidente. Por el este, es por dónde presenta

S. Hevia González, Á. Villa Valdés y A. Menéndez Granda, “Monte Castrelo de Pelóu (Grandas de Salime). Avance sobre su secuencia estratigráfica e interpretación histórica”. Excavaciones Arqueológicas en Asturias 2003-2006. Consejería de Cultura y Turismo del Principado de Asturias, pp. 313-322; también: Á. Villa Valdés, Formación y desarrollo de la Cultura Castreña Asturiana. Tesis Doctoral. 2013. Universidad de Oviedo, p. 43 y 79; Cf. Á. Villa Valdés, “El Chao Samartín (Grandas de Salime, Asturias) y el paisaje fortificado en la Asturias protohistórica”. En: Paisajes fortificados de la Edad del Hierro. Actas del Coloquio celebrado en la Casa de Velázquez (Octubre de 2006), Luis Berrocal-Rangel y Pierre Moret (Eds.), 2007, pp. 191-212 (p. 202). También en Asturias, el castro de Pendía, datado en la II Edad del Hierro, presenta algún torreón en su muralla (cf. F. Rodríguez del Cueto y Ángel Villa Valdés, “Excavaciones arqueológicas en el castro de Pendia Boal)”. Excavaciones Arqueológicas en Asturias 2003-2006. Consejería de Cultura y Turismo del Principado de Asturias, pp. 159170. A. Fanjul considera que los bastiones o torres están presentes en 65 o 70 % de los castros asturianos (Cf. A. Fanjul Peraza, Los Castros de Asturias. Una revisión territorial y funcional. 2005. Ayuntamiento de Teverga, p. 76). En los últimos años se llevan a cabo excavaciones en Portugal en un castro de la Edad del Hierro que, en una de sus fases previa a la conquista romana, la denominada IIA, datada entre el s. II y I a.C., posee un gran torreón. Cf. F. Santos, J. Sastre, S. Soares de Figueiredo, F. Rocha, E. Pinheiro y R. Dias, “El sitio fortificado del Castelinho (Felgar, Torre de Moncorvo, Portugal). Estudio preliminar de su diacronía y las plaquetas de piedra con grabados de la Edad del Hierro”. Complutum, 2012, Vol. 23 (1): 165-179 (p. 174).

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FORTIFICACIONES EN LA EDAD DEL HIERRO: CONTROL DE LOS RECURSOS Y EL TERRITORIO

LA CABRERA Nº

Nombre

Altitud absoluta

Altitud relativa

I

Los Castillos (Vega de Yeres)

529 m

132 m

II

El Cabezo (Vega de Yeres)

555 m

158 m

III

Los Castros I (Pombriego)

610 m

147 m

IV

Los Castros II* (Pombriego)

635 m

172 m

V

San Bernardino* (Yebra)

870 m

373 m

VI

El Castillín-Entrerríos* (Sigüeya)

663 m

57 m

VII

El Castriello* (Lomba)

1202 m

377 m

VIII

Los Castros (Silván)

1230 m

595 m

IX

El Castreón (Silván)

1090 m

114 m

X

Santiesteban* (Marrubio)

1080 m

333 m

XI

Las Iglesias (Castrillo)

940 m

210 m

XII

El Cañeiro* (Marrubio)

900 m

138 m

XIII

El Castrillón* (Robledo de Losada)

988 m

156 m

XIV

Los Caleigones* (Robledo de Losada)

1130 m

303 m

XV

Valdeotero* (Castrohinojo)

1264 m

411 m

XVI

La Torrecilla* (Sta. Eulalia de Cabrera)

1070 m

159 m

XVII

La Torre* (Trabazos)

1230 m

319 m

XVIII

El Torrexón (Trabazos)

1360 m

435 m

XIX

Las Casas* (Encinedo)

1166 m

229 m

XX

El Castillo* (Losadilla)

1148 m

186 m

XXI

Los Cabildos* (La Baña)

1295 m

254 m

XXII

Las Palomas* (Llamas de Cabrera)

1009 m

459 m

XXIII

Peñón de Conchanada* (Baíllo)

1359 m

188 m

XXIV

Las Degolladas* (Pozos)

1460 m

326 m

XXV

Peña Rayada* (Cunas-Manzaneda)

1416 m

282 m

XXVI

El Portillo de Xandequín (Pozos)

1698 m

613 m

XXVII

El Piornal- La Mesa (Morla de la Valdería)

1443 m

448 m

XXVIII

Sierra del Pueblo* (Torneros de la Valdería)

1285 m

322 m

XXIX

Yera de los Piornos* (Torneros de la Valdería)

1344 m

335 m

XXX

Alto de San Vicente-Los Conventos (Morla de la Valdería)

1272 m

137 m

XXXI

El Castrión (Pobladura de Yuso)

943 m

87 m

LA VALDERÍA

Tabla 2. Castros de La Cabrera y Valdería incorporados con posterioridad al inventario de M.D. Fernández-Posse y F.J. Sánchez-Palencia (1988).

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ABIERTO POR INVENTARIO

el escarpe más pronunciado y no se observan con claridad otros rasgos materiales de delimitación del mismo. Su altura absoluta es de 529 m en este tramo del curso bajo del Cabrera y la relativa con relación a este último es de 132 m. Los Castillos fue incluido en la Carta Arqueológica de la provincia de León (1987) por T. Mañanes, quien también lo recoge en una publicación sobre Arqueología de Cabrera5. Sin embargo, su existencia ha sido desmentida por M.D. Fernández-Posse y J. Sánchez Palencia con estas palabras: “Aunque el topónimo es relevante, no existen indicios conocidos de ocupación antigua, algo que no debe extrañar dada su topografía accidentada”6, cuando, en realidad, el sitio no tiene un emplazamiento particularmente enriscado y cualquier visita al mismo certifica las evidencias ya descritas por Mañanes, a saber, el foso, y el derrumbe tumular en su parte superior, indicios bastante evidentes de la existencia del castro, en un contexto arqueológico en el que tales manifestaciones materiales se pueden considerar como canónicas. Los Castillos, en consecuencia, tampoco fue incluido por los citados autores en un trabajo inédito encargado por la Junta de Castilla y León7, por lo que tampoco fue recogido en el planeamiento urbanístico del municipio de Puente de Domingo Flórez, así como en las figuras de protección derivadas de la declaración de Las Médulas como Monumento Natural y Espacio Cultural. II. El Cabezo (Vega de Yeres, Puente de Domingo Flórez) (Fig. 2) Casi enfrente de Los Castillos, a un escaso kilómetro ligeramente al sureste, pero en la margen contraria del río Cabrera, se encuentra este castro, cuyo expresivo nombre se debe a la forma del cerro en que se emplazó,

T. Mañanes, Arqueología de la Cuenca leonesa del Río Sil (Laceana, Bierzo, Cabrera), Universidad de Valladolid, 1987-1988, p. 126. 6 Fernández-Posse y J. Sánchez-Palencia, o.c., p. 147. 7 J. Sánchez-Palencia y otros, ZAM-1.YACyL. Inventario de Yacimientos de Castilla y León (Borrenes, Carucedo y Puente de Domingo Flórez), Dirección General de Patrimonio y Promoción Cultural. Junta de Castilla y León.

a una altura de 555 m y relativa de 158, luego una pendiente de 21,8º (40,1%). El castro del ‘Cabezo’ fue registrado por T. Mañanes en la Carta Arqueológica de 1987 y en 1988 señalado sus evidencias por “…el corte de un foso y en él, y en la plataforma del castro, se ve un muro derrumbado, quizás de la posible muralla del mismo”8. Este sitio reúne análogas características que el primero, pero Fernández-Posse y J. Sánchez Palencia indican, contrariamente a lo indicado por Mañanes, que “…en la cima no se distinguen, ni sobre el terreno ni en la fotografía aérea, restos de ningún tipo de delimitación de un asentamiento”, lo que no es óbice, no obstante, para que lo consideren tal, aunque no castreño9. Sin embargo, este genuino castro cuenta, en su parte más elevada, con un imponente derrumbe tumular, probablemente continuado en sendas ramas amuralladas, además de foso al sur, como Mañanes había descrito y la visita al lugar pone de manifiesto. Su lado este es el mejor defendido, pues cuenta con un empinado escarpe que cae sobre el arroyo de Zoreira. Hacia el norte, ladera abajo, su delimitación no muestra señales evidentes. Este sitio, según describe Mañanes, ha deparado tégulas, pizarras agujereadas para techado, así como escorias de fundición. Ambos castros, Los Castillos y El Cabezo, además de estar visualmente conectados entre sí, lo están también con otros conocidos en esta zona del bajo valle del Cabrera, a saber: A Debesa das Portas, en Puente de Domingo Flórez; As Cárquibas/Los Campanarios, en Vega de Yeres; La Corona, en Yeres y Santa Cruz, en Castroquilame, y, por último el más alejado, a 5,5 km de distancia, A Pedriña, en Pombriego. III. Los Castros I (Pombriego, Benuza) (Fig. 3) La actual localidad de Pombriego10 se encuentra inmediata al paraje en el que se pro-

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Mañanes, o. c., p. 126. Fernández-Posse y J. Sánchez-Palencia, o.c., p. 147. 10 El topónimo Pombriego probablemente derive de una antigua Paemiobriga, como, al hilo del hallazgo del llamado ‘Bronce de Bembibre’, han apuntado algunos investigadores. Ver, por ejemplo, F. Costabile y O. Licandro, Tessera paemeio8 9

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Fig. 3. Los Castros de Pombriego (III y IV) y San Bernardino (V), en Yebra (Benuza). El nº 7 es el Castrión de Yebra (LiDARPNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

duce la captura del Cabrera por el río Benuza, al que afluye por su margen izquierda. Justo en el interfluvio, en la misma horquilla fluvial, existe un largo espigón de orientación norte-sur en el que se registran evidencias castreñas en dos zonas del mismo, seguramente relacionadas entre sí. A la primera de ellas – que aquí llamamos Los Castros I -, creemos que se refirió Mañanes al describir un sitio que sitúa en Benuza, aunque “…encima de Pombriego, con el que lindan…”, con restos de una muralla de grandes lajas de pizarra a hueso11. Este primer recinto castreño, situado a una altura de 610 m, está, en efecto, definido por un encintado de piedra en seco de unos 2 m de anchura que se puede seguir a lo largo de más de 30 m, con importantes tramos aún en pie, mostrando su paramento, en algunos sitios, en una altura de casi un metro.

brigensis: un nuovo editto di Augusto dalla “Transduriania provincia” e l’imperium proconsulare del prínceps. L’ERMA di BRETSCHNEIDER, 2000, p. 38, Fig. 13 y p. 44. 11 Mañanes, o. c., p. 127.

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Todo parece indicar que tal muralla encierra, entre las tupidas encinas, el característico derrumbe tumular que debe estar encerrando una torre o similar. Al pie de todo el recorrido del muro existe un imponente derrumbe de los materiales que lo conformaban. Su disposición, semicircular, se hizo partiendo de la cresta que existe en el cerro, desarrollando el encintado mirando a sur y poniente, por dónde el acceso es relativamente más fácil. La vertiente opuesta, la que da al Cabrera, es infranqueable, pues tiene una altura relativa de 147 m a lo largo de los poco más de 148 m que los separan, es decir, una pendiente de más de 48º (90 %). IV Los Castros II* (Pombriego, Benuza) (Fig. 3)12 En la misma cresta del espigón en que se encuentran los restos del anterior, pero a algo más de 100 m al norte, existe, con una

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Los sitios indicados con un asterisco (*) son inéditos.

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disposición similar, otro recinto, denunciado por un lienzo – también dispuesto de forma semicircular -, que se puede seguir a lo largo de unos 60 m, en la cota de 615 m. Un notable derrumbe de piedra a su pie permite fácilmente seguir el muro, que muestra, además, mampostería aún aparejada, de la que emergen dos o tres hiladas. Se encuentra en un pequeño collado al pie del cerro que presenta la máxima altura, 625 m, sobre un cerradísimo meandro del Cabrera, que corre al este. Es posible que tal encintado prosiga hacia el norte, ciñendo por el oeste dicho cerro, pero un tupido monte de encinas impide comprobarlo. Al igual que en el sitio anterior existe un notable desnivel - más de 172 m -, sobre el Cabrera, lo que convierte en inaccesible la ladera que mira al río, con una pendiente de más de 40º (88,4 %). El sitio, al igual que el anterior, tiene a su vista, hacia el norte, la margen derecha del Cabrera, por la que circulan 5 canales de abastecimiento de agua a Las Médulas. Los Castros están visualmente conectados con A Pedriña, también en Pombriego, así como con El Castrión, en Yebra, que se encuentra a 1,3 km. V. San Bernardino* (Yebra, Benuza) (Fig. 3) El yacimiento se encuentra a 870 m de altitud, a unos 400 m al sureste de la localidad de Yebra, colgado en una ladera que culmina en el Alto de Lleirillina, a 1519 m, que, ya cerca del pueblo, se destaca a modo de espigón. Tiene los empinados escarpes de la margen derecha del Cabrera al norte – por la que circulan 4 canales de abastecimiento de agua a Las Médulas -, del que lo separan 1,5 km y una fuerte pendiente, de más de 13,45º (23,92%), pues le apartan más de 370 m de altitud relativa. El sustrato geológico está constituido por pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas del Ordovícico. Para llegar hay que tomar una pista que asciende por la ladera occidental del espigón, en el escarpe correspondiente a la margen derecha del arroyo de la Gatina. El ascenso es bastante dificultoso, pues el monte, debido al abando-

no, se encuentra totalmente invadido por la vegetación y, el castro propiamente dicho, en medio de un tupido soto de castaños, lo que lo hace prácticamente invisible en la fotografía aérea. Su detección fue posible gracias a la cartografía existente del modelado digital del terreno, visible tanto en la obtenida por estereocorrelación fotogramétrica, como por LIDAR. El perímetro del sitio, por ello, es fácilmente reconocible, el cual, con una longitud de unos 350 m y forma ovalar, de 130 m por más de 80, encierra una plataforma de unas 0.8 Ha. A occidente el recinto castreño está dotado de doble foso, en forma de W, los cuales ocupan una anchura próxima a los 50 m, el interior de unos 17 m y el exterior de unos 27 m en algunos sitios, ambos separados por un gran caballón. Su profundidad supera 5 m. Al este una fuerte pendiente, de más de 30º, le separa de un vallejo que entalla el emplazamiento del sitio. En su perímetro presenta claros indicios, además, de amurallamiento, así como un derrumbe tumular en su parte más elevada, correspondiente a una posible torre, bastión, atalaya o similar. Este castro está conectado visualmente con el espigón de Pombriego en el que se encuentras Los Castros I y II. VI. El Castillín o Entrerríos* (Sigüeya, Benuza) (Fig. 4) Este pequeño castro amurallado tiene un emplazamiento canónico, en una horquilla fluvial, constituida por un cerro rocoso entallado por el Cabrera, al este, y, al oeste, el río Silván. Está situado a una altura de 663 m, sobre un afloramiento de cuarcitas, areniscas y pizarras del Cámbrico-Ordovícico, que tiene un fuerte desnivel con relación al valle fluvial, 57 m, para una distancia que no llega a 60 m, lo que da una pendiente de más de 41º (87,5 %); no en vano, la vertiente oriental del promontorio tiene una fuerte caída sobre el Cabrera, que no fue necesario fortificar, al menos en lo que nosotros hemos observado. En la parte más elevada se distinguen, al lado de muretes de dudosa antigüedad, situados a 59

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Fig. 4. El Castillín o Entrerríos (VI), en Sigüeya, y Las Palomas (XXII), en Llamas de Cabrera (Benuza). El nº 8 es el castro de Carracastrillo, en Llamas (LiDARPNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

menor altura, otros que siguen la cota de 660 m, de unos dos metros de anchura, en piedra en seco, que cercan la plataforma superior del sitio por el sur y por poniente, que es por donde el acceso es menos empinado. A su pie existe un gran derrumbe de piedra. Incluso parece entreverse, entre las encinas que la coronan, una construcción de planta circular en la parte más elevada del cerro. Este castrín tiene, al noreste, la margen derecha del Cabrera, por la que circulan hasta 4 canales de abastecimiento de agua a Las Médulas y está visualmente conectado, a través del valle del río Silván, con El Castriello de Lomba (nº VII). VII. El Castriello* (Lomba, Benuza) (Fig. 5) El sitio se encuentra a unos 2,7 km aguas arriba del río Silván, un tributario por la margen izquierda del Cabrera. En un collado que separa dos oteros situados, el más septentrio60

nal, a 1204 m de altitud, y, el más meridional, a 1212, se encuentra este pequeño castro, situado al este, a poco más de un kilómetro de la localidad de Lomba. El sustrato geológico son pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas del Ordovícico, que - las primeras -, fueron explotadas, u objeto de calicatas, años atrás en el frente norte del espigón que cae sobre el río Silván, en la zona conocida como ‘Valdelacasa’. Felizmente tales labores no le afectaron directamente. Se encuentra a 1202 m de altitud, separado por 377 m de altura relativa de aquel río, lo que da una idea de la fuerte pendiente, más de 25º (48,3 %), que los separa. Las evidencias vienen denunciadas por un potente derrumbe en la citada cota, especialmente desarrollado de forma semicircular en la zona meridional del altozano, que parece estar denunciando la existencia de una muralla en su interior. Además, también al sur, se aprecia – no sin difi-

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cultades, por la cerrada vegetación de robles -, la existencia de varios fosos, quizás hasta tres, que limitarían el sitio desde el collado. El Castriello está visualmente conectado con un castro que está en plena red de canales de Las Médulas, Carracastrillo, en Llamas de Cabrera, a algo más de 5 km. VIII. Los Castros (Silván, Benuza) (Fig. 6) Silván es una localidad cuyo caserío se dispersa en cuatro barrios, en el escarpe de la margen derecha del río al que da nombre. El sitio castreño está situado en el más meridional y oriental, el Barrio de Fresnedo, al que divisa desde el noreste, en un alargado promontorio de 1230 m de altitud, entallado por el arroyo de Nogaleda al norte y el del Pandillín, al sur. Su orientación es este-oeste y termina en el mismo valle del río, del que dista poco más de un kilómetro y con el que tiene 330 m de altitud relativa (pendiente de casi 18º). Se trata de uno de los de mayores dimensiones de La Cabrera, pues supera la hectárea de superficie. El eje mayor, preponderantemente orientado en sentido este-oes-

te, como el mismo collado en que se emplaza, alcanza más de 150 m de longitud y, el menor, llega a los cien. Tiene un perímetro escarpado, claramente obtenido de manera artificial, que supera los 400 m, a cuyo pie destaca un foso perimetral. En la zona más oriental, que es la más alta, allí donde comienza la divergencia de las dos ramas del foso - que está en buena parte tallado en la roca, pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas del Ordovícico -, existe un imponente derrumbe de forma tumular, que debe estar escondiendo una torre, bastión o similar, un elemento muy característico de estos castros de La Cabrera, aunque no privativo de estas tierras. Tal derrumbe tiene forma de cráter, ello debido, probablemente, tanto a la lógica del proceso de ruina de la edificación, como a las actividades de los excavadores furtivos. De tal mogote parten, por el perímetro del castro, cordones de piedra que, seguramente, están acreditando la existencia de muralla en el sitio. Este castro ya fue descrito adecuadamente por T. Mañanes en los años 80 del pasado siglo, en particular la más que probable existencia de la torre, y fue quien lo incluyó en la Carta Arqueológica de la provincia (1987-1988)13. Está visualmente conectado con el siguiente, El Castreón, que se encuentra a 2,2 km en línea recta. IX. El Castreón (Silván, Benuza) (Fig. 6) Este castro, emplazado en una empinada ladera, se encuentra también en el valle del río Silván, sobre su margen izquierda y a 1,5 km aguas arriba del anterior, al pie de la cara sur del cerro del Pandillo, que se eleva a 1452 m de altitud. El Castreón lo hace a 1090 m, en la escotadura que forma el valle de aquel río y el arroyo de Valcabado, un pequeño afluente por la izquierda. La altitud relativa del sitio es de más de 100 m, con una pendiente de unos 20º, y presenta un foso bien marcado, especialmente en su mitad septentrional, la parte

Fig. 5. El Castriello (VII) de Lomba (Benuza) (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

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Mañanes, o. c., p. 129.

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Fig. 6. Los Castros de Silván (VIII) y El Castreón (IX), en Silván (Benuza) (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

más elevada. Aquí, en donde divergen sus ramas, es la zona en que se aprecia muy bien un derrumbe tumular, con una depresión en su centro, que debe estar escondiendo una torre, bastión o similar. Los límites del sitio y, con ello, su superficie, son difíciles de establecer, especialmente por el sur, pero es probable que no sobrepasaran 0,6 Ha. El sustrato geológico está constituido por cuarcitas, pizarras y limolitas del Silúrico. Este castro fue incluido por Mañanes en la correspondiente ficha de la Carta Arqueológica de 198714. X. Santiesteban* (Marrubio, Castrillo de Cabrera) (Fig. 7) A unos 400 m al suroeste de Marrubio, en la misma cresta en cuya ladera meridional se sitúa el pueblo, se emplazó este sitio castreño, dominando el curso del Cabrera, en la ribera opuesta a aquella por la que circulan

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También lo describe en Mañanes, o. c., p. 129.

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tres de los canales de abastecimiento de agua a la mina de Las Médulas. Tiene, a la vista, en ella, a otros cuatro, tres de ellos próximos a Castrillo de Cabrera, La Cárcava (3 km), El Castro y Las Iglesias, así como El Cañeiro. De estos dos últimos trataremos más adelante. Este castrín está a 1080 m de altitud y, la relativa, con relación al valle del Cabrera, es de 333 m, luego una pendiente de más de 20º (37,2 %), del que dista, en línea recta, menos de un kilómetro. El nombre de Santiesteban lo tomamos de idéntico topónimo del MTN 1:25000, que anota, 400 m al suroeste del castro, unas ‘Ruinas Romanas’, cuya virtualidad no hemos podido establecer en la visita realizada al lugar, por lo que, probablemente, el autor de tal observación se estaría refiriendo a nuestro castro, que, al trasladar en gabinete su ubicación topográfica, errara en la precisa situación. Este sitio tiene pequeñas dimensiones, en torno a 1600 m2, y en él están presentes elementos muy representativos de estos sitios castreños cabreireses, a saber, un foso muy bien marcado y, allí dónde diver-

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Fig. 7. Santiesteban (X) y El Cañeiro (XII), en Marrubio, y Las Iglesias (XI), en Castrillo de Cabrera. El nº 11 es el castro de Castrillo (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

gen sus ramas, en la parte más elevada del sitio, un derrumbe tumular que debe encerrar una torre, bastión o similar. Hay que anotar en este sitio, en un roquedo situado al sur, la existencia de una posible ‘cazoleta’ provista de canalillo, conocidas en el mundo castreño provincial, por ejemplo, en el castro de la Reguerina, en Igüeña. XI. Las Iglesias (Castrillo de Cabrera) (Fig. 7) El sitio se encuentra en un espigón que domina el curso del Cabrera, a poco más de 600 m en línea recta de la localidad de Castrillo, visible al noroeste, al igual que su conocido castro de la Ermita de la Virgen del Castro, también conectado visualmente con Las Iglesias. Se emplaza a 940 m de altura y dista algo más de medio kilómetro del río, con una diferencia vertical de altitud de unos 210 m, por lo que existe una pendiente superior a 27º (52,3 %). Su delimitación no es fácil de establecer, como sucede con otros similares en este territorio, puesto que, si bien al este

presenta un espléndido sistema doble de fosos, tallados en la roca, divergentes, en forma de V en planta, que lo aíslan claramente en el espigón, su exacto límite por el sur y oeste es menos claro. Al norte, por su parte, parece la fuerte pendiente marcar el límite del sitio. Al igual que otros de la zona presenta, en su parte más elevada y próxima a los fosos, un característico derrumbe de forma tumular que debe estar encerrando una torre. En nuestra opinión debió tener, por ciertos indicios topográficos, una superficie no alejada de 0,4 ha. El sustrato geológico son pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas. Este castro lo dimos a conocer en el año 200015 (Vidal y Rodríguez, 2000) y su conocimiento provino de una denuncia por prospecciones arqueológicas no autorizadas con utilización de detectores de metales en el sitio.

J. M. Vidal Encinas y P. Rodríguez González, “Dos nuevos yacimientos castreños relacionados con la red hidráulica de Las Médulas”. Lancia 4, 2000-2001, págs. 205-210. 15

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XII. El Cañeiro* (Marrubio, Castrillo de Cabrera) (Fig. 7) Este castro se encuentra también en un espigón a 900 m de altura, de orientación noreste-suroeste sobre el Cabrera, que corre próximo, a unos 300 m en línea recta, con el que tiene una diferencia de 138 m, es decir, 23 º de pendiente (42,6 %). Presenta foso al este, con una rama muy visible que desciende hacia el sur, en la prolongación hacia el paraje denominado ‘Pata de Mula’, cuya defensa se acentúa por otro profundo foso al norte, creemos que de origen natural, un contacto litológico o falla. El foso está tallado en las pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas del Ordovícico. En su parte más elevada existe un derrumbe de forma tumular que parece estar denunciando la existencia de una atalaya, torre o similar, derrumbe que también se puede apreciar en la cota de 880 m, en un lugar que es atravesado por un canal de abastecimiento de agua a Las Médulas, el denominado C-1 en la nomenclatura de Matías, del que existen restos de su muro de mampostería en el emplazamiento de este castro16. La caja del canal, perfectamente visible, parece afectar a aquel derrumbe tumular, por lo que su construcción sería posterior. Los límites del castro no son fáciles de establecer, por la falta de señales claras en su parte meridional. XIII. El Castrillón* (Robledo de Losada, Encinedo) (Fig. 8) El asentamiento se encuentra a 990 m de altura en un espigón que mira al río Cabrera que discurre al norte, a menos de 400 m -, entallado por los arroyos de Valdetorre, al oeste y Valdetorneras, al este. Nos encontramos en

R. Matías Rodríguez, Ingeniería Minera Romana. Recurso en línea disponible en: http://www.traianvs.net/pdfs/2004_07_ matias.pdf. También, del mismo autor: LAS MÉDULAS: ORO y AGUA. La red hidráulica de Las Médulas, disponible en: http://www.legiovii.es/reportajes/reportajes/CanalesMedulas.pdf 16

el Valle de Losada, un territorio de la Cabrera con peculiares condiciones de tipo agroclimático, pues aquí no existe la gran angostura que produce el cañón del río aguas debajo de Nogar, sino que en Losada el valle es más amplio dando lugar a terrenos más valiosos desde el punto de vista agrícola17. La altitud relativa de este sitio con relación al valle es de 148 m, con una pendiente de 17º (30,4 %). Sus flancos están defendidos por los propios escarpes del espigón y, al sur, existe un ancho foso, de más de 50 m de anchura, que lo separa de la formación que domina el río. El foso se aprecia entre una espesa vegetación de monte bajo (brezal), que debió ser en algún momento sesteadero para el ganado, como parecen apuntarlo unos amontonamientos de piedra que, seguramente, corresponden a los restos de algún género de construcción ganadera. En su parte más elevada, se puede apreciar una corona entre la espesa vegetación prácticamente impenetrable, de monte alto (robledal), que parece apuntar la existencia de un derrumbe de forma tumular, quizás correspondiente a una atalaya, torre o similar. La base geológica del emplazamiento pertenece al Ordovícico Medio (Llanvirniense-Llandeiloiense) y está constituida principalmente por pizarras de Luarca, a veces con intercalaciones de areniscas18. El Castrillón está visualmente conectado con el castro siguiente, Los Caleigones, a 1,4 km al norte, así como con otros dos ya conocidos, El Calderón de Nogar, a 1,7 km, siguiendo el río Cabrera, y El Castro de Santa Marina o Castro de Ambasaguas, remontándolo algo más de 3 km.

17 V. Cabero Diéguez, Espacio agrario y economía de subsistencia en las montañas galaico-leonesas: la Cabrera. 1980. Universidad de Salamanca. 18 T. Mañanes, en su obra citada, p. 132, refiere un sitio con el mismo nombre, “… en el que se encontraron restos de cacharros”, pero que no visita, ni, por lo tanto describe. Su libro está lleno de referencias de esta misma índole, fruto de la información que le proporcionó la encuesta que realizó entre Ayuntamientos, Juntas Vecinales, párrocos, etc.

Fig. 8. El Castrillón (XIII) y Los Caleigones (XIV), en Robledo de Losada (Encinedo). El nº 14 es el Calderón de Nogar, ya inventariado (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

XIV. Los Caleigones* (Robledo de Losada, Encinedo) (Fig. 8) El asentamiento se encuentra en el Valle de Losada, en una ladera que mira al río Cabrera, sobre su margen izquierda, que discurre al sur muy próximo (1 km), entallada por los arroyos de Fondiciello y Zarameo. Se alza a 1130 m de altura y a 303 la relativa con relación a aquel curso de agua, lo que da una pendiente de casi 18º (32 %). Por lo tanto, se encuentra en la vertiente contraria a aquella por la que circulan dos de los canales (C-1 y C-3) de abastecimiento de agua a Las Médulas. El sitio está defendido por un sistema de doble foso muy bien perceptible al norte, para aislarlo en la ladera, delimitando un espacio en el que destaca una ‘corona’ con la característica forma tumular que debe estar denunciando la presencia de una torre, atalaya o similar. Los fosos están poblados por una espesa vegetación de matorral y monte alto (encinas y robles). La base geológica

del emplazamiento pertenece al Ordovícico Medio (Llanvirniense-Llandeiloiense) y está constituida principalmente por pizarras de Luarca19. Solo tiene a la vista el castro anterior, El Castrillón de Robledo de Losada. XV. Valdeotero* (Castrohinojo, Encinedo) (Fig. 9) El asentamiento se sitúa a 1264 m de altura en una ladera de orientación sur que domina el curso del Cabrera, que corre a unos 1,7 km en línea recta. La diferencia vertical de altura es de 411 m, lo que da una pendiente de 13,5 º (24 %). Al igual que en el caso de ´Los Caleigones’ se encuentra en la ladera que mira a aquella por la que circulan los dos canales que llevan agua a Las Médulas por el

Mañanes, o.c., p. 132, hace referencia, en Robledo de Losada, sin más precisión, a un ‘…pago llamado Los Callejones en el que aparecen muros’, que no sabemos si puede estar refiriéndose, o no, a este mismo sitio. 19

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Fig. 9. Valdeotero (XV), en Castrohinojo (Encinedo). El nº 15, el castro de Ambasaguas y el 16, el de Castrohinojo (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

Fig. 10. La Torrecilla (XVI), en Santa Eulalia de Cabrera (Encinedo) (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España) 66

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Valle de Losada. Justo en frente, 2 km al sur., tiene otro castro, el de Santa Marina, en Ambasaguas, con el que está conectado visualmente. Valdeotero presenta doble foso al norte, en la prolongación hacia ‘Llama de Felez’. Ambos fosos tienen una espesa vegetación de monte alto y bajo, y, en el inferior, hemos podido medir, al menos, 6 m de anchura, que la supera, deducimos, en sitios más intrincados. En su parte más elevada existe un derrumbe de forma tumular que parece estar denunciando la existencia de una atalaya, torre o similar, derrumbe que presenta forma de cráter, ya sea por las mismas condiciones de la ruina de la construcción, ya sea por las acciones de furtivos, o ambas a la vez, pues se puede apreciar la presencia de más de una concavidad en el terreno. La base geológica del emplazamiento pertenece al Ordovícico Medio (Llanvirniense-Llandeiloiense) y está constituida principalmente por pizarras de Luarca. Este sitio es uno de los pocos que ha deparado hallazgos arqueológicos, aunque magros: 2 fragmentos de cerámica común, de apariencia romana. XVI. La Torrecilla* (Sta. Eulalia de Cabrera, Encinedo) (Fig. 10) Se encuentra inmediato a la localidad, de la que apenas dista 100 m, en un espigón denominado ‘Vallina de Valdelacasa’ que mira al noreste, entallado por lo arroyos de Pedracal, a naciente, y el de Ricasa, al norte. Este castro no se encuentra en el valle por el que discurre el Cabrera, el Valle de Losada, sino confinado en otro paralelo por el sur, por el que corre el río Santa Eulalia, que nace donde se sitúa este sitio, en la confluencia de los dos arroyos más arriba mencionados. En nuestro conocimiento, se trata del castro más meridional con relación al valle del Cabrera y no tiene ninguna conexión visual con ningún otro castro de la zona, pues el monte del Sierro, al norte, se lo impide. Presenta doble foso tallado en la roca en ciertos tramos, entre una espesa vegetación de monte bajo (brezal). En su parte más elevada, allí dónde se produce

la bifurcación de las ramas de los fosos, existe un derrumbe de forma tumular que, como es habitual, parece estar denunciando la existencia de una atalaya, torre o similar, de ahí seguramente el nombre del topónimo ‘Torrecilla’ del MTN 1:25000 y como la conocen los lugareños, ‘La Torreciella’. La base geológica del emplazamiento pertenece al Ordovícico Medio (Llanvirniense-Llandeiloiense) y está constituida principalmente por pizarras de Luarca. Este sitio también ha deparado materiales arqueológicos en superficie, 14 fragmentos de cerámica común, posiblemente romana. XVII. La Torre (Trabazos, Encinedo) (Fig. 11) Este pequeño castro, en torno a media hectárea, se encuentra a poco más de 250 m al este de la localidad de Trabazos, de la que le separa el profundo tajo del Barranco de Trabazos, que se llama Arroyo de Valdelallana en su rama más noroccidental, la que pasa entre otros dos castros registrados – no sin cierta confusión, como veremos -, en esta localidad que mira al Valle de Losada. Se trata de la vertiente más soleada en este tramo del río Cabrera, la de la margen izquierda, que reúne, a lo largo de los 16 km que hay entre Nogar y La Baña, una docena de castros. La Torre dista unos 2 km del Cabrera, con el que tiene una diferencia de altitud relativa de 319 m, luego una pendiente en torno a 10,5º (18,6 %). Se emplaza a 1230 m de altitud, sobre un pequeño espigón colgado sobre el citado Barranco. A finales del siglo pasado tuvo lugar, al pie mismo del castro, la torpe reapertura con maquinaria de una pista que era reliquia de un antiguo camino que llevaba a la localidad de Forna, afectando muy negativamente a la configuración natural del sitio, seccionando todo su borde meridional y oriental. Como es habitual, presenta un característico derrumbe tumular en su parte más elevada que se prolonga en sendas ramas por el perímetro, lo que debe estar señalando su prolongación en amurallamiento. La base geológica está constituida por pizarras y areniscas de la 67

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Formación Losadilla (Hirnantiense, Ordovícico superior). Este sitio estaba visualmente conectado con los castros del Barranco de Trabazos, que acaba en el Cabrera, a saber, El Torrexón, Trillocastro y El Testero de las Viñas (Encinedo). XVIII. El Torrexón (Trabazos, Encinedo) (Fig. 11) Este notable sitio castreño se encuentra a medio kilómetro al noroeste del anterior, colgado sobre el Arroyo de Valdelallana a 1360 m de altitud, en el escarpe correspondiente a su margen derecha. Su altitud relativa es de 435 m, lo que produce una pendiente de más de 11º (20 %), con relación al río Cabrera, a lo largo de los 2,2 km que los separan. Justo enfrente, a unos 200 m al norte, al otro lado del cañón, en el paraje rotulado en el MTN 1:25.000 con el topónimo de ‘Los Sacedillos’, se encuentra el castro que, con el nº 18, Fernández-Posse y Sánchez-Palencia registran en su inventario con el nombre de ‘Trillocastro de Trabazos’, un sitio cuya morfología se aparta bastante de la habitual en estos sitios castreños del Valle de Losada. En efecto, tiene un contorno bastante irregular, de forma subrectangular y se encuentra en medio de formaciones muy erosionadas, profundamente acarcavadas, constituidas por bloques, cantos, arenas y limos, que se cartografían como depósitos glaciares y periglaciares de época cuaternaria20. El Torrexón, al contrario, presenta características canónicas: sendos fosos en ángulo prácticamente recto tallados en el sustrato rocoso - esquistos, filitas o pizarras grafitosas o ampelíticas (Silúrico) - que se abren hacia el profundo barranco y que, allí donde se produce la divergencia de sus ramas, en la parte más alta del recinto, encierran el acostumbrado gran amontonamiento de piedra de forma tumular, del que parten, por su perímetro, sendas prolongaciones que deben corresponder al amurallamiento que, total o parcialmente, debió poseer.

Mapa Geológico Continuo de España 1:50.000, Hoja nº 0229 (Encinedo), del Instituto Geológico y Minero de España. 20

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Queremos resaltar en relación con ambos sitios que ambos son diferentes, tanto por su emplazamiento, como por sus características, al castro vecino mencionado de Fernández-Posse y Sánchez-Palencia y que, seguramente a alguno de ellos, sino a los dos, se debe referir Mañanes en la somera e imprecisa descripción -nunca acompañada de cartografía adecuada-, que hace en su libro de 1987-1988 repetidamente citado aquí 21. XIX. Las Casas* (Encinedo) (Fig. 11) Este sitio, que también tiene el topónimo de ‘Cruz del Campo’, se encuentra a poco más de un kilómetro al oeste-noroeste de la localidad de Encinedo, en un espigón rocoso suspendido sobre el Arroyo de Bámbara, que desemboca en el Cabrera a poco más de medio kilómetro aguas arriba de aquella localidad. Tal emplazamiento hace que se encuentre muy bien defendido por el flanco que da al arroyo, ya que existe un cortado prácticamente vertical, mientras que por el oeste, el lado accesible, se dotó de un sistema de doble foso abierto en la roca, entre una espesa vegetación de monte bajo (brezal). Su altitud, también en la ladera de su margen izquierda, la más soleada, es de 1166 m, y la relativa sobre el Cabrera, de 229 m, con una pendiente próxima a 19º (24 %) en el escaso kilómetro de distancia que existe entre ambos. En su parte más elevada, allí dónde se produce la bifurcación del foso, una vez más, existe un derrumbe de forma tumular que parece estar denunciando la presencia de una atalaya, torre o similar. Es de destacar en este sitio la preparación, en una zona del mismo, del sustrato rocoso para encajar las cabañas, según todos los indicios de planta rectangular. La

21 Vid. Nota 5. Esta es: “1. En el paraje llamado El Torrejón, situado en la cima de un montículo desde donde se domina el pueblo, se aprecia un amontonamiento de piedras, lajas de pizarra, y a su izquierda un foso. 2. En el lugar de Trillocastro, que está rodeado por dos fuertes tajos y situado al N.-O del pueblo entre los arroyos llamados Valdellama [sic] y Trabazos, aparecen fragmentos de cerámica que los del lugar llaman perigüela”

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Fig. 11. La Torre (XVII) y El Torrexón (XVIII), en Trabazos, y Las Casas (XIX), en Encinedo. El nº 17, el Testero de la Viña y, el 18, Trillocastro de Trabazos (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

base geológica está constituida por pizarras y areniscas de la Formación Losadilla (Hirnantiense, Ordovícico superior). XX. El Castillo* (Losadilla, Encinedo) (Fig. 12) El sitio se encuentra a poco más de 500 m al sur de Losadilla, en un cerro que domina el curso del río Cabrera en su margen derecha, sobre el mismo Barrio Bajo de esta localidad del Valle de Losada. Se trata de un característico emplazamiento castreño, en un collado que domina ampliamente los valles inmediatos, entre otros, el del curso principal, el Cabrera. Su altitud es de 1148 m y la relativa sobre el río de 186 m (>18º de pendiente) Muy cerca, a su pie, entre Losadilla y Encinedo, nace uno de los canales que lleva agua a la mina de Las Médulas, el C-1 de la nomenclatura de R. Matías. Presenta una

notable obra defensiva, a base de fosos, creemos que dos - uno de ellos claro -, por el sur, y, lo más importante, una muralla de piedra en seco de implantación semicircular que aprovecha el roquedo para trazarse por su costado oriental. Se aprecia la alineación de su paramento externo, incluso alguna hilada, en un tramo de casi 6 m de longitud. En su parte más elevada es fácilmente apreciable el característico derrumbe tumular que presentan estos castros-torre. El Castillo está conectado visualmente con otro castro situado a más de 5 km de distancia al noroeste, Los Cabildos (nº XXI), que se encuentra por encima de la localidad de La Baña, así como con el Testero de las Viñas, en Encinedo, a casi 3,5 km. La base geológica del emplazamiento pertenece al Ordovícico Medio (Llanvirniense-Llandeloiense) y está constituida por pizarras de Luarca. 69

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Fig. 12. El Castillo de Losadilla (XX) (Encinedo) (LiDARPNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

XXI. Los Cabildos* (La Baña, Encinedo) (Fig. 13) Este sitio se encuentra a 1,3 km al norte de la localidad de La Baña, al borde mismo de la carretera LE-229-1 que conduce a Silván. De hecho las obras de su construcción, a finales del siglo XX, y las de mejora y ensanche, hacia 2004, invadieron parte del propio sitio arqueológico, en concreto, el extremo más occidental del espléndido foso que posee, en algunos tramos tallado en la roca, con una forma en V, cuyas ramas divergen hacia el este. El substrato litológico del sitio está constituido por pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas, del Paleozoico (Ordovícico). Este castro - que hay 70

que añadir al que ya poseía la propia localidad de La Baña, ‘Los Castros’, encima mismo del pueblo, con el que está conectado visualmente -, se emplaza a una altitud de 1300 m, lo que quiere decir que tiene un desnivel con relación al río Cabrera, que corre a 1,5 km al sur, de 256 m, es decir, del 17,6 % (10º). Al igual que el castro de La Baña, éste tiene también en la parte más elevada del mismo, allí donde comienzan a divergir los fosos, un característico derrumbe de piedra de forma tumular, algo muy común, no sólo a los castros de La Cabrera, sino también presente en otros fuera de estas tierras. Precisamente, por excavaciones furtivas acaecidas en el de La Baña, sabemos que la sección interior de tal construcción, torre, atalaya o similar, es circu-

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Fig. 13. Los Cabildos (XXI), en La Baña (Encinedo). El nº 19 es el castro de La Baña (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

Fig. 14. El Peñón de Conchanada (XXIII), en Baíllo (Truchas). El nº 22 es el castro de Truchas, ya inventariado (LIDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España).

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lar. La superficie aproximada que debió tener este sitio fue de aproximadamente 0.4 ha, sin contar los fosos y su conexión visual, además de la señalada, la tiene con el Castillo de Losadilla, a más de 5 km de distancia. XXII. Las Palomas* (Llamas de Cabrera, Benuza) (Fig. 4) Se trata del último, por el momento, de los registrados en el Valle del Cabrera. Dista 1,5 km al oeste-suroeste de la localidad de Llamas de Cabrera, aunque separados por el profundo cañón del río epónimo. Se trata de un castro que mira al este, emplazado en una empinada ladera de la margen izquierda, a 1009 m de altitud, y tiene una diferencia de altitud relativa de más de 450 m, a lo largo de los 700 m que los separan, lo que señala una pendiente superior a 33º (65,8 %). Por la ladera contraria en por dónde transcurren los canales de abastecimiento de agua a Las Médulas. Únicamente está visualmente conectado con el castro de Carracastrillo, en Llamas, a 1,8 km. Para su emplazamiento se cavaron dos anchos y profundos fosos en forma de V y, donde se produce su divergencia, existe un montículo que debe encerrar un derrumbe de forma tumular, del que parecen partir sendas ramas amuralladas por el borde del recinto. Todo ello, como los fosos, está fuertemente invadido por la vegetación, que hace muy difícil la observación directa de sus evidencias. Este sitio tiene una gran similitud con, entre otros, La Cárcava de Castrillo de Cabrera (nº 10 de Fernández-Posse y Sánchez-Palencia), que citamos por su proximidad22. El sustrato geológico del sitio se encuentra a caballo entre el Ordovícico Medio y Superior, con materiales que litológicamente están formados por pizarras y areniscas.

Este castro tiene una interesante particularidad: la rama occidental de su foso, tallada en la roca, es atravesada por uno de los canales de abastecimiento de agua a Las Médulas, el C-3, que se construye, mediante un poderoso muro, dentro del mismo. 22

XXIII. Peñón de Conchanada* (Baíllo, Truchas) (Fig. 14) Este sitio se encuentra a menos de un kilómetro al este de la localidad de Baíllo, en un cerro a 1359 m de altura que cae sobre ella. Estamos, ya, en el Valle del Eria, aunque todavía en la Cabrera Alta, a menos de 3 km aguas abajo de la localidad de Corporales, un río que entrega sus aguas a la Cuenca del Duero desde su nacimiento al pie de la Sierra del Teleno. La diferencia de altitud con respecto al curso fluvial es de casi 190 m lo que produce un desnivel del 22,7 % (12,7 º). El substrato geológico está constituido por pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas del Ordovícico. Es aquí donde se talló, especialmente al sur del emplazamiento castreño, un foso de unos 4/5 m de anchura, que se sigue -penosamente, por el cerrado brezal-, en unos 150 de longitud, coronado, en su parte más alta, por un derrumbe tumular que debe estar denunciando la presencia de una torre, atalaya o similar. Su emplazamiento, tendente a circular, está netamente destacado del inmediato entorno. Sobre el borde interior del foso se aprecian indicios – hiladas de piedra entre el profuso matorral -, que denuncian la presencia de un amurallamiento. Es posible que el sistema defensivo de este sitio – foso y muralla -, tenga una implantación semicircular, a partir de la línea de cresta del cerro, que tiene una pendiente considerablemente mayor hacia el norte. En esta dirección, a una distancia de entre 3/4 km, se encuentran los conocidos Castro y Corona de Corporales. Con el primero de ellos, que se encuentra a poco más de 3 km está visualmente conectado, pero, aún más próximo, se encuentra el de Truchas, a 1,5 km al sureste, también perceptible desde el alto promontorio en el que se ubica el Peñón de Conchanada. Este castro del Peñón de Conchanada es el último de la serie que aquí presentamos que responde a una tipología que está presente en prácticamente todos los del Valle del Cabrera, a saber, presencia de obras de delimi-

tación a base de fosos, generalmente tallados en el sustrato rocoso, que se acrecientan con cordones de piedra, sin duda obras de amurallamiento, que delimitan, al menos parcialmente, un recinto; dónde se produce la divergencia de los fosos – muchas veces en forma de V -, en el interior del contorno, se atisba la presencia de un fuerte acúmulo de piedras, de forma tumular, que, según ciertos indicios, debe estar encerrando una torre o construcción similar; se localizan, además, en cerros o promontorios, que dominan cursos de ríos, a veces en horquillas fluviales, pero también en laderas de fuerte pendiente, generalmente orientadas a la solana. 2. LA VALDERÍA 2.1 LOS ‘CASTROS ARRISCADOS’ O ROQUEDOS FORTIFICADOS DE LA VALDERÍA (Fig. 15) La entrada natural a La Cabrera desde la Meseta se realiza remontando el curso del Eria, que, a unos 5 kilómetros aguas arriba de Castrocontrigo, a la altura de Torneros de la Valdería, se encuentra con la primera angostura, la formada por las últimas estribaciones de la Sierra del Pueblo, al oeste, y la Sierra del Pinar, al este. A partir de aquí el valle se va paulatinamente cerrando y, aguas arriba de Morla de la Valdería, hasta llegar a Manzaneda, al atravesar los bancos de cuarcitas blancas armoricanas, el río adopta un curso meandriforme y encajado. Nos encontramos, al norte, con las estribaciones de la Sierra del Teleno y, al sur y oeste, con las de la Sierra de Cabrera propiamente dicha, un auténtico desfiladero, al que ciertos autores se han referido como “… un punto de paso obligado entre la zona baja y llana de la Valdería y las montañas de la Cabrera, que a través del río del mismo nombre comunican la cuenca del Sil con la del Duero, siendo sin duda el camino más corto en línea recta

entre ambas”23. Pues bien, dentro de un radio de unos 7 km en torno a este paso natural hacia la Cabrera desde la Meseta existen una serie de castros o roquedos fortificados, situados todos ellos a gran altitud, peculiares en su configuración, dotados de numerosas líneas de fortificación de piedra en seco, totalmente adaptados a las propias características geomorfológicas de estos terrenos – afloramientos tabulares de cuarcitas o pizarras -, que dibujan un panorama novedoso e inédito desde el punto de vista de la ocupación antigua de estos parajes. Sus paralelos hay que buscarlos en sitios castreños similares descritos por Á. Esparza en su estudio de la ocupación castreña del Noroeste de Zamora, en dónde están presentes, en especial, en la Sierra de la Culebra, aunque se conocen también en las alineaciones paralelas a ella, como es el caso de la Sierra de Carpurias –que no es más que el último extremo de la Sierra del Teleno antes de hundirse en la Cuenca del Duero-, y su conocido sitio de Arrabalde24. Este tipo de sitios sabemos ahora que se extienden por lugares diversos de la provincia, caso, por ejemplo, del Bierzo, en dónde está presentes en el de Peña Alta-Peña Piñera, en Vega de Espinareda25; o en Omaña, como los situados en los alrededores de Murias de Ponjos –Cueto Candanedo, Cueto Cazarnoso y Cueto Cu-

Se trata de una referencia relativa a la singular situación topográfica, estratégica, del campamento romano de Valdemeda (Manzaneda, Truchas), que se sitúa en esta zona inmediata al Eria, sobre su margen izquierda, a la que nos estamos refiriendo. Este recinto militar romano fue dado a conocer por F.J. Sánchez-Palencia en 1986, de quien la tomamos: “El campamento romano de Valdemeda, Manzaneda (León): ocupación militar y explotación aurífera en el NW. Peninsular”. NVMANTIA, Investigaciones Arqueológicas en Castilla y León, II, p. 227-234. El autor lo relaciona con un período coetáneo a las Guerras de Conquista y a la consolidación de la misma, previo a las actividades mineras romanas en la zona, que, precisamente, lo afectan en su esquina nororiental, inutilizándolo. 24 Á. Esparza Arroyo, Los Castros de la Edad del Hierro del Noroeste de Zamora. Diputación Provincial. Zamora, 1987. 25 J. M. Vidal Encinas (e.p.), “Los castros arriscados en la provincia de León: un grupo castreño singular”. I Jornadas “Evolución de los espacios urbanos y sus territorios en el Noroeste de la Península Ibérica” (31/1/2014). Universidad de León. 23

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Fig. 15. Castros de la Valdería En números romanos los nuevos castros con relación al inventario de Fernández-Posse y Sánchez-Palencia de 1988, que se figuran en números arábigos (PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

biello26–, y, más al este, ya en plena Cordillera Cantábrica, Peña Morquera27, en Valdepiélago, entre otros. XXIV. Las Degolladas* (Pozos, Truchas) (Fig. 16) Este sitio se encuentra en un paraje al sur de la Sierra del Teleno, colgado a 1460 m de altitud sobre un suave espigón que domina el curso del Río Pequeño, afluente del Eria, que discurre, en su punto más próximo, a unos 700 m al suroeste. La localidad más próxima es Pozos (Truchas), que se encuentra a escasos 2 km al sureste. El sustrato geológico son pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas del Ordovícico. Ade-

J. M. Vidal Encinas y M. L. González Fernández, “Descubiertos en Omaña tres nuevos yacimientos arqueológicos de tipo castreño”. De Omaña, nº 6, 2011, pp. 20-21. 27 Vidal Encinas (e.p.), o.c., “Los castros arriscados…”. 26

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más de la relativa proximidad del Portillo de Xandequín, al que nos referiremos más adelante, Las Degolladas tienen todavía más próximo al Castrillón de Pozos, un recinto castreño que se encuentra a unos 800 m al sureste. El desnivel existente con relación al curso de agua a lo largo de la distancia mencionada es del 41,5 % (22,5 º), en concreto, 291 m. En las crestas que apuntan en dirección noroeste-sureste se levantó, de forma perpendicular a ellas, la única evidencia reseñable de este sitio: un poderoso muro de más de 100 m de longitud, que tiene, en algunos sitios, por encima de 3 m de anchura, finamente aparejado con las pizarras y cuarcitas locales. Este sitio está visualmente conectado con el que sigue, el nº XXV, Peña Rayada, que se encuentra a 2,5 km al sur y con la parte más elevada del nº XXVII, El Piornal-La Mesa, que se encuentra a casi 7 km de distancia al sureste, en la entrada a La Cabrera por el valle del Eria.

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Fig. 16. Peña Rayada (XXV), Las Degolladas (XXIV) y El Portillo de Xandequín, en Pozos-Manzaneda (Truchas) El nº 25 es el Castrillón de Pozos, ya inventariado (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

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XXV. Peña Rayada* (Pozos-Manzaneda) (Fig. 16) El Prof. Á. Esparza en su ensayo ya mencionado sobre los castros del noroeste zamorano, dentro de los resultados que ofrece de las prospecciones en las zonas limítrofes al territorio estudiado alude a la Cabrera Alta, en concreto, al sitio denominado ‘Peña Truena’, próximo al Castrillo o Castriello de Cunas, pero del que no acompaña un plano de situación28. Es probable que pueda tratarse del mismo lugar, cuyo nombre aquí tomamos por el topónimo que figura en la cartografía 1:25.000 del Instituto Geográfico Nacional, pues, en efecto, el nuestro se halla a 1,2 km al noroeste del notable Castriello, un recinto multivallado, con fosos tallados en la roca en algunos sitios, considerado ‘castro minero’ por algunos autores (Fernández-Posse y Sánchez-Palencia, 1988:134). Peña Rayada se encuentra prácticamente equidistante - 2,4 km -, de las localidades de Manzaneda y Pozos, al este y noreste, respectivamente. El emplazamiento se buscó en un roquedo a 1416 m, en el que afloran pizarras grises y negras con intercalaciones de cuarcita y limolitas del Ordovícico, en el que se levantó, en su costado oriental, una muralla de unos 2,5/3 m de anchura, de unos 150 m de longitud y describiendo un recorrido tendente a semicircular, la cual encierra un exiguo espacio de poco más de 0,3 ha. Peña Rayada tiene el Río Pequeño al norte, a un kilómetro aproximadamente, con el que tiene que superar un desnivel de más de 280 m, luego una pendiente de 29,1 % (16,2 %). Este sitio está conectado visualmente, además de con Las Degolladas (nº XXIV), con la parte más elevada del Piornal-La Mesa, a 5 km al sureste, con el Castrillón de Pozos, situado a 2 km al norte, y con el Portillo de Xandequín (nº XXVI), que se encuentra a 4 km al norte-noreste.

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Esparza, o.c., p.140.

XXVI. El Portillo de Xandequín (Pozos, Truchas) (Fig. 16) Este singular sitio, tanto por la gran altura a la que se sitúa, 1698 m, como por la importancia del conjunto de sus amurallamientos, se encuentra próximo a la localidad de Pozos (Truchas). Fue dado a conocer en el año 2006 por el investigador de minería romana R. Matías Rodríguez29. Emplazado en plena Sierra del Teleno presenta unas características que le emparentan netamente con un conjunto de fortificaciones castreñas incluidas por A. Esparza en su trabajo sobre los castros del Noroeste de Zamora, en concreto con aquellas que se ubican, sobre todo, en la Sierra de la Culebra. Su similitud con el sistema defensivo que está presente en la Sierra de Carpurias, en el conocido sitio de Arrabalde-Marrón, es, también, muy notable, no en vano está muy adaptado a las propias condiciones de índole geomorfológico que se dan en estos parajes: imponentes crestones tabulares de la era paleozoica pertenecientes al período Cámbrico-Ordovícico, constituidos por cuarcitas blancas armoricanas, areniscas y pizarras. Estos afloramientos de la Sierra del Teleno, que culminan a 2.188 m, están flanqueados, tanto al norte como al sur por importantes depósitos detríticos pleistocenos, constituidos por cantos, arcillas y limos -en algunos casos fruto del modelado glaciar-, que tienen la particularidad de ser auríferos. En efecto, alrededor y en la más inmediata proximidad a este castro, se conoce el conjunto minero de “Teleno Este-Los Mayadones-Las Mayadicas”, T-20, T-22 y T-23 según la nomenclatura de Sánchez Palencia, registrado en la Carta Arqueológica de la provincia de León desde su primera edición, de 1987, y, un poco más al noroeste, a 2,5 km,

29 R. Matías Rodríguez, “La Minería Aurífera Romana del Noroeste de Hispania: Ingeniería minera y gestión de las explotaciones auríferas romanas en la Sierra del Teleno (León-España)”, en: Nuevos Elementos de Ingeniería Romana. III Congreso de las Obras Públicas Romanas, Astorga 2006, pp. 213-263 [219, Fig. 7].

el del Veneiro-Los Mayadones, cuyo plano, basado en la fotointerpretación, también fue publicado por el mismo autor30. El Portillo tiene, a 2,3 km al suroeste, otro sitio castreño conocido, el ‘Castrillón de Pozos’, y otros dos más también próximos: Las Degolladas, a 2,1 km al suroeste, y Peña Rayada, a unos 4 km al sur. El conjunto defensivo del Portillo está compuesto por casi 800 m de murallas que, por un lado, defienden el costado norte del roquedo, y, por otro, compartimentan, al sur, un espacio entre crestones por medio de cordones de piedra que, trazados de forma perpendicular a éstos, parecen definir un espacio de aproximadamente 2 ha. Su anchura no siempre es la misma, pero, de forma genérica, está comprendida entre 2 y 3 m. El Arroyo de Xandella -la denominación que tiene en estos parajes el río Llamas-, que discurre al norte, dista algo menos de 1 km en línea recta y tiene un desnivel de 190 m con el sitio, con una pendiente de más del 21 %. Por su parte, el río Pequeño, un afluente del Eria, que pasa al sur, dista unos 2,5 km, y tiene un desnivel de más de 600 m con relación al Portillo, con una pendiente de casi el 25 %. El Portillo de Xandequín está visualmente conectado, además de con Peña Rayada (nº XXV), con el Piornal-La Mesa (nº XXVII), a casi 7 km de distancia al sureste. XXVII. El Piornal- La Mesa (Morla de la Valdería, Castrocontrigo) (Fig. 17) La parte más elevada de este sitio, la que figura en la cartografía del MTN 1:25000 (Hoja Castrocontrigo 230-IV) con el nombre de ‘El Piornal o La Mesa’, es señalada como posible fortificación en el informe inédito realizado por F. Didierjean, dentro del proyecto de investigación “La guerre et ses traces”, quien repara en su proximidad con el campa-

F. J. Sánchez-Palencia Ramos, “Prospecciones en las explotaciones auríferas del NO. de España (Cuencas de los ríos Eria y Cabrera, y Sierra del Teleno)”. Noticiario Arqueológico Hispánico, Nº. 8, 1980, págs. 213-252 (Figs. 3 y 4 en p. 221 y 222).

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mento romano de Valdemeda (Manzaneda, Truchas)31, cuyo emplazamiento, en efecto, es perfectamente visible desde el sitio32. Sin embargo, este sitio castreño, claramente emparentado, en nuestra opinión, con otros similares de la provincia de Zamora (p.e. Arrabalde o el Castillo de Boya) o en El Bierzo (Peña Piñera, en Vega de Espinareda), se desarrolla a lo largo de los casi 3 km que tiene de longitud un gran afloramiento rocoso de orientación NW-SE que se encuentra a unos 2 km al oeste de la localidad de Morla de la Valdería. Ello quiere decir que, prácticamente a lo largo de tal farallón, en toda su longitud, se encuentran evidencias de esta singular fortificación roquera, si bien se concentran, por un lado, en la parte más alta del mismo, a 1443 m de altura, en ‘El Piornal o La Mesa’, que se encuentra en el extremo más noroccidental. Aquí existe el recinto más grande y mejor defendido, con 1,72 ha, y tres líneas de muralla por el NW. Por otro lado, existe una importante concentración de amurallamientos entre ‘Peña La Centella’, a 1412 m y ‘Peña Redonda’, a 1216 m, incluso un recinto oval de unos 2800 m2, que mira a la localidad de Morla, al norte, y otros dos más al sur, que tienen unas 0.7 ha y algo más de 0.2 ha, siempre aprovechando las altas crestas tableadas dejadas por los bancos de cuarcitas blancas armoricanas. En total,

Compte-rendu des Vols du 5 Juin 2010, par François Didierjean, Institut Ausonius, Université de Bordeaux 3. Informe inédito. Junta de Castilla y León. Este proyecto de investigación, que ha tenido como investigadora principal a M. Navarro Caballero (Institut Ausonius, Université de Bordeaux 3), ha sido publicado recientemente: Cadiou, Fr. et M. Navarro Caballero, (éd.), 2014: La guerre et ses traces. Conflits et sociétés en Hispanie à l’époque de la conquête romaine (IIIe-Ier av. J.-C.), Ausonius Éditions, Mémoires 37. Bordeaux. 32 El campamento romano de Valdemeda conserva todavía, a pesar de un pinar que se le plantó encima en los años sesenta del pasado siglo, importantes restos de su agger, especialmente en sus lados septentrional y occidental, en concreto la esquina correspondiente a ambos. Todo parece indicar que su fortificación consistía en un muro de piedra terraplenado, pues en algunos sitios aún se percibe alguna alineación de la mampostería. El foso, por su parte, está mucho peor conservado, pues, aunque se llega a atisbar en algunos sitios, todo parece indicar que se encuentra muy colmatado y desfigurado por los trabajos de repoblación. 31

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Fig. 17. Conjunto de amurallamientos en El Piornal-La Mesa (1443 m de altitud, en la esquina noroccidental de la imagen) y Peña la Centella-Peña Redonda (1412/1216 m, esquina suroriental). Entre ambos grupos existe un vacío a lo largo del kilómetro largo que los separa (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

hemos contabilizado en torno a casi 1 km (911 m) de tramos de muralla de piedra en seco que fortifican, compartimentándolo, el crestón. La base geológica del emplazamiento forma parte del Ordovícico Inferior (Arenigiense) y está formada mayoritariamente por cuarcitas blancas en bancos con intercalaciones pizarrosas. XXVIII. Sierra del Pueblo* (Torneros de la Valdería, Castrocontrigo) (Fig. 15) Este sitio, efímero por sus evidencias, se encuentra a unos 800 m al Oeste de la localidad de Torneros de la Valdería, en un crestón de orientación Noroeste-Sureste. Aquí únicamente se han podido registrar sendos muros, de una anchura entre 1-2 m, de piedra en seco, perpendicular a los bancos de cuarcita que afloran en el crestón. El primero – ‘XXVIIIa’ -, en la cota de 1.214 m, y un segundo – ‘XXVIIIb -, más alto, a 1.297 m Ambos, separados entre sí por un largo trecho de 2 km, aprovechan los afloramientos tabulares de 78

cuarcita. Las evidencias en este sitio son escasas y menos concluyentes que en los demás de la zona, caso, por ejemplo, del inmediato de la ‘Llera o Yera de los Piornos’, apenas a un kilómetro al sur. La base geológica del emplazamiento forma parte del Ordovícico Inferior (Arenigiense) y está formada mayoritariamente por cuarcitas blancas. XXIX. Yera de los Piornos* (Torneros de la Valdería, Castrocontrigo) (Fig. 18) Sobre el valle del Eria se encuentra este sitio, también llamado ‘El Castillo’ por los lugareños, un roquedo fortificado a 1344 m de altitud, con unas características que le emparentan claramente con otros sitios del Noroeste de Zamora. En efecto, una vez más, se aprovecharon los afloramientos de cuarcitas, areniscas y pizarras del paleozoico (Cámbrico-Ordovícico) para construir sendos contornos provistos, como siempre es el caso, de cordones de murallas en piedra en seco, de unos 2/3 m de anchura. En este caso se confi-

ABIERTO POR INVENTARIO

guraron dos, de los cuales el más elevado parece una verdadera acrópolis que aprovecha los farallones situados al este para trazar un muro de más de 120 m de longitud que configura un espacio de una hectárea aproximadamente. El derrumbe de este muro supera en algunos sitios los 20 m de anchura, lo que parece estar dando una idea de la considerable altura que debió tener. Por debajo de él hay otro de 0,5 ha con una longitud de amurallamientos que supera los 200 m, si bien la repoblación forestal acaecida en los años setenta en él le afectó considerablemente, impidiendo discernir su exacta implantación con seguridad. Más abajo todavía, en el extremo del farallón, sendos muros lo fortificaban, totalizando apenas 50 m entre ambos. La Yera de los Piornos, además del Eria, al este, tiene otro curso de agua a relativa proximidad, el arroyo Serranos, que discurre al sur. En el primer caso, existe una diferencia de altitud de más de 338 m, a lo largo de unos 2,2 km de

Fig. 18. El recinto de Yera de los Piornos o El Castillo, en Torneros de la Valdería (Catrocontrigo) (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

distancia, lo que hace que el desnivel a franquear sea de 15,7 % (8,9 º). En el segundo, la diferencia de altitud es de 300 m a lo largo de 2,7 km, con una pendiente de 10,7 % (6,1 º). XXX. Alto de San Vicente-Los Conventos (Morla de la Valdería, Castrocontrigo) (Fig. 19) Este sitio, situado a 1.280 m de altitud, se recogía en la Carta Arqueológica de la provincia de León, realizada en los años 80 del pasado siglo, atribuyéndole una cronología medieval, con muros de “argamasa de cal”, data sobre todo basada en las escasas noticias que aporta sobre el sitio el P. César Morán. En la revisión de la Carta Arqueológica realizada en 2005 se amplía la cronología de este sitio a tiempos romanos y modernos, registrando muros muy deteriorados, tejas, algunas de procedencia romana (“tégulas”), así como dos nuevos muros dejados a la vista por la realización en 2004-2005 de un cortafuegos que cortaría el yacimiento. En efecto, en el sitio se registran hallazgos de tal naturaleza, pero lo que destaca, creemos, por encima de todo, es un conjunto fortificado cuyos lienzos suman en total casi 375 m de longitud en el que, a lo largo de casi 700 m del crestón, se ce-

Fig. 19. Alto de San Vicente, en Morla de la Valdería (Castrocontrigo) (LiDARPNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España) 79

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rraron mediante muros de piedra en seco, diferentes interrupciones en el mismo, especialmente en su lado sur. Destaca un enorme muro de piedra en seco que cierra el sitio por el noroeste y que da paso al espacio protegido, conectando sendos crestones de cuarcita que afloran paralelos. Tiene casi 75 m de longitud y su derrumbe alcanza en algún lugar unos 10 m de anchura. En efecto, un cortafuegos, que va por el límite de los términos municipales de Castrocontrigo y Luyego, tronzó el muro y no sabemos si los dos tramos visibles a ambos lados del mismo son aquellos a los que se refiere la revisión aludida de la ficha del Inventario. En cualquier caso, las características de dicho muro son las habituales en los sitios que aquí describimos de La Valdería, y, en concreto, son idénticas, también en su misma concepción topográfica. Por lo demás, existen otras compartimentaciones menores en el crestón, todas también en piedra en seco. El muro de cierre se levantó a unos 700 m hacia el este y existe en él un vano en callejón cuya antigua virtualidad podría, quizás, intuirse. El espacio total englobado es de más de 4 ha. El emplazamiento tiene una gran visibilidad sobre el borde de la Cuenca, modelada aquí por los valles de los tributarios del Órbigo, a saber, Jamuz, Valtabuyo y Duerna. La base geológica del emplazamiento forma parte del Ordovícico Inferior (Arenigiense) y está formada mayoritariamente por cuarcitas blancas en bancos con intercalaciones pizarrosas.

kilómetro, de las localidades de Pinilla de la Valdería y Pobladura de Yuso, en un cerro que constituye parte de las estribaciones de la Sierra del Villar, sobre el mismo valle del Eria, del que dista unos 600 m y con el que tiene una diferencia de altitud de 87 m, por lo que existe una pendiente de 8,5º (15%). Esta sierra, en realidad, en su prolongación noroccidental, forma parte de la del Teleno, y, en la suroriental, ya hundida en la Cuenca del Duero, de la de Carpurias, con su conocido castro de Arrabalde. El emplazamiento le confiere una gran visibilidad sobre un importante tramo del Eria, diez kilómetros aguas arriba y otro tanto abajo; no en vano, se encuentra en un otero a 943 m de altitud, constituido por cuarcitas, areniscas y pizarras del Cámbrico-Ordovícico, en el que, en su costado meridional y occidental, se distingue un gran derrumbe de piedra que debe estar denunciando la fortificación que debió poseer, implantada de manera semicircular, a partir de la cresta desde la que se domina, también, buena parte de la llanura que llega al Órbigo. Tal disposición la intuimos más que la constatamos sobre el terreno, por la falta de una clara ordenación de dicho derrumbe.

XXXI. El Castrión (Pobladura de Yuso, Castrocontrigo) (Fig. 20) El sitio más oriental que consideramos es éste dado a conocer por M. Descosido Fuertes en los años 80 del pasado siglo33, que tiene la particularidad de haber proporcionado cerámicas de tipo Soto, por lo que fue registrado por Á. Esparza, por su relativa proximidad a su área de estudio34. Se encuentra a igual distancia, un

33 M. Descosido Fuertes (alias Anín Castri Gallorum), 1985:” Tres yacimientos arqueológicos en la Valdería”, Lirba, 7 y 8, p. 14 y 15. 34 Á. Esparza, o. c., p. 141.

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Fig. 20. El Castrión (XXXI), en Pobladura de Yuso (Castrocontrigo) (LiDAR-PNOA cedido por © Instituto Geográfico Nacional de España)

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