\"...a pelear posiciones más de clase\". El viraje del gremio postal en los tempranos 60s

July 21, 2017 | Autor: Sabrina Alvarez | Categoría: Uruguay, Historia Social, Historia, 1960s, Movimientos Sociales Y Sindicalismo
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Descripción

Sabrina Alvarez Torres

“...a pelear posiciones más de clase...”

UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA. FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN. INSTITUTO DE HISTORIA. DEPARTAMENTO DE HISTORIA DEL URUGUAY. HISTORIA DEL URUGUAY III.

.AVANCE DE MONOGRAFÍA.

“...a pelear posiciones más de clase...” El viraje del gremio postal entre 1961-1964.

Sabrina Alvarez Torres. 4. 599. 818-9

Responsable del Curso: Dra. Magdalena Broquetas Curso 2011.

[email protected] 1

“...a pelear posiciones más de clase...”

Sabrina Alvarez Torres

Índice.

Introducción.....................................................................................................................................p. 2. Capítulo I.

La situación del país y del movimiento sindical en los tempranos 60s.......................................p. 11. Capítulo II

Los trabajadores postales en el marco de la organización de los estatales. ¿Clientelismo político en decadencia?..............................................................................................................................p. 17. Capítulo III

“Si no nos pagan, paramos...”.....................................................................................................p. 27. Capítulo IV

Conflictos por el Presupuesto en 1964.........................................................................................p. 39. Capítulo V

Los signos de la transformación..................................................................................................p. 49. Conclusiones..................................................................................................................................p. 57. Bibliografía y Fuentes...................................................................................................................p. 59.

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Introducción

La frase que da título a este trabajo monográfico, fue dicha por Raúl Ferreiro 1, uno de los exmilitantes postales que entrevisté. Es significativa porque, en pocas palabras, da cuenta del proceso que estudiamos: el giro hacia posiciones más de corte “clasista” del gremio 2 postal en los tempranos 60s. Hablamos de posiciones “clasistas”, partiendo de la mirada que ha propuesto E. P. Thompson, quien no entiende a la “clase” como un proceso mecánico, sino como un proceso histórico, una “experiencia de clase” que tiene que ver con las vivencias provocadas ante determinados relacionamientos humanos3, relacionamientos, que deben encarnarse siempre “en gente real y en un contexto real.”4 En ese proceso, es posible observar “la complejidad de los factores que inciden en los comportamientos de la clase, en la formación de las identidades, y en la misma pluralidad de éstas.” 5

Con esta Monografía, que es un trabajo de pasaje de curso de la asignatura Historia del Uruguay III de la Lic. en Ciencias Históricas, pretendo aportar al conocimiento de una parte de los sectores populares: el movimiento sindical, a través de la trayectoria del gremio postal y algunas de sus expresiones organizativas en el período 1961-1964. El interés por abordar este tema, surgió en el marco del acercamiento a la Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay (AFPU-PIT-CNT) con el motivo de la realización de unos cursos de formación sindical, para los que fui invitada a dictar el módulo de historia del movimiento sindical. Al momento de la preparación del módulo no encontré casi referencias a la historia del sindicato; por lo que surgió la idea de comenzar a indagar sobre la historia del mismo, empezando por el período seleccionado puesto que era de gran significado para los referentes sindicales José 1 Ingresó al correo y al sindicato en los 80s; había sido militante estudiantil y miembro de FER 68. Participó en la clandestinidad de modo independiente en coordinación con otras organizaciones como la UJC. Dentro del gremio postal fue cercano a Alfredo Gonzalez 2 Utilizaremos la noción de gremio, en un sentido amplio como el “conjunto de personas que tienen un mismo ejercicio, profesión o estado sol” (http://buscon.rae.es/drae/srv/search?val=gremios). Aunque también hablaremos de sus expresiones de organización de los mismos a través de Asociaciones de contenido sindical (ver http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=6iQmnGcG5DXX2O9tBZOr). 3 Ver. THOMPSON, E. P. “Prefacio de La formación de la clase obrera en Inglaterra” en THOMPSON, E. P. Obras Esenciales. Editorial Crítica. Barcelona, 2001. pp. 13-18. 4 Ibídem. p. 13 5 PORRINI, Rodolfo. “Memoria histórica e historias de bancarios y 'friyeros'”. En PORRINI, Rodolfo (coord.) Historia y memoria del mundo del trabajo: hacia la recuperación de la memoria oral y los archivos históricos del movimiento sindical en Uruguay. FHCE, Montevideo, 2004. p. 14.

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Matto y Alfredo González, quienes entendían que, en ese momento, con su ingreso al sindicato y una serie de luchas dadas en esos años, el sindicato se puso más en sintonía con el resto del movimiento sindical. Con este trabajo intento encontrar cuánto de “verdad” y cuánto de “mito” hay en esa percepción que ellos (y muchos de los compañeros que militaron con ellos) tienen; no con el fin de “desmentir” su posición, sino para poder aportar un análisis más objetivo y comprensivo del proceso. Como podremos ver en los capítulos de esta monografía, las organizaciones de funcionarios tenían una tendencia a conformarse como asociaciones sociales, y no como sindicatos. Los funcionarios no se visualizaban como “trabajadores” y eso los mantenía al márgen de las luchas que estaba dando el movimiento obrero, en particular desde la década del 50.6 Pero esta realidad, en el marco de la profundización de la crisis económica iniciada a mediados de los 50s como consecuencia del agotamiento del modelo de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI), fue cambiando. En un principio me había propuesto como objeto de estudio a la AFPU, actual organización sindical única de funcionarios postales. Pero, al acercarme a las fuentes, pude ir constatando que en el período que abordaba, coexistieron varias organizaciones de trabajadores del rubro; que aparecían y desaparecían. Por lo que tomé la decisión de abordar la problemática desde la mirada más amplia del “gremio”, observando las distintas expresiones que se sucedieron ante distintas situaciones de conflicto y lucha por el ejercicio de lo que entendían sus derechos. Sin perder de vista el problema del “viraje” hacia posiciones más clasistas. Así fueron surgiendo una serie de preguntas que orientaron la búsqueda: ¿cómo vivió el gremio de postales los inicios de la década de los 60s?; ¿se vió afectada su composición, reivindicaciones y conducción con el avance de la organización sindical y la mayor politización del movimiento obrero?, ¿qué repercusiones tuvo en el gremio de los postales la crisis económica?, ¿qué papel cumplieron los sectores de izquierda?, ¿cómo vivió el proceso de unificación sindical?. A partir del acercamiento a la bibliografía y las fuentes, y luego de varias reformulaciones, nuevas preguntas, nuevas constataciones, arribé a la siguiente hipótesis: En los tempranos 60s se suscitaron dentro del gremio postal una serie de cambios de orientación motivados por el avance en la crisis general de la sociedad uruguaya (en materia política, económica, social y cultural) y el ingreso de una nueva generación de trabajadores que comenzó a 6 Cabe mencionar que este sector de los asalariados no contaba con consejos de salarios, por lo que las negociaciones se realizaban directamente a través de contactos políticos. BAUMANN, Nestor. FESSLER, Daniel. “Los trabajadores de la justicia.” En PORRINI, Rodolfo (coord.) Historia y memoria del mundo del trabajo: hacia la recuperación de la memoria oral y los archivos históricos del movimiento sindical en Uruguay. FHCE, Montevideo, 2004. pp. 108-111.

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disputar la conducción del gremio apoyados por representantes de organizaciones de izquierda. Los objetivos de esta Monografía son: 1- Conocer la realidad del gremio postal en el período 1961-1964. 2- Observar y analizar los conflictos a los que el gremio se enfrentó en esos años. 3- Indagar sobre las relaciones con el resto del funcionarado organizado y el movimiento sindical en sus distintas expresiones. 4- Observar y analizar el proceso por el cual el gremio fue tomando posiciones más “clasistas” en el sentido que le dábamos anteriormente. Estado de la cuestión Cabe hacer aquí un comentario sobre la bibliografía disponible para el estudio del tema. En primer lugar, existe una serie de trabajos que aportan a la mirada del objeto de estudio, con aportes desde lo teórico y lo metodológico. En este sentido, han sido muy esclarecedores los planteos del historiador Rodolfo Porrini en la Introducción a su libro La Nueva Clase Trabajadora (1940-1950) y en el capítulo “Memoria histórica e historias de bancarios y 'friyeros'” del libro Historia y memoria del mundo del trabajo: hacia la recuperación de la memoria oral y los archivos históricos del movimiento sindical en Uruguay, donde plantea algunas ideas sobre la forma de acercarse al objeto de estudio “movimiento sindical en el Uruguay”: las dificultades y los desafíos; las particularidades del objeto de estudio. Asimismo, el historiador inglés E. P. Thompson, de quién Porrini toma los principales supuestos, en el Prefacio de su libro La formación de la clase obrera en Inglaterra, postula nociones generales acerca del problema de la conformación de “la clase” y de su conciencia, como proceso que parte de vivir la experiencia de clase. Los textos de Antonio Gramsci, Apuntes sobre la historia de las clases subalternas. Criterios metódicos, y Massimo Modonesi, Subalternidad, Antagonismo, Autonomía. Marxismos y subjetivación política, ponen en cuestión el problema de la conceptualización de las clases subalternas, sus luchas y su construcción histórica; ubicando a los trabajadores como parte de este sector de la sociedad. Para la construcción y análisis de fuentes orales han aportado las reflexiones vertidas por el pensador francés Pierre Bourdieu en ¿Qué significa hablar? y José Miguel Marinas y Cristina Santamarina en La Historia Oral: Métodos y experiencias. Andreas Huyssen en Resistencia a la Memoria: los usos y abusos del olvido público; analiza la función de la memoria, sus límites y sus 5

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aportes, cómo debe ser tratada. En segundo lugar, he considerado una serie de trabajos realizados por historiadores que permiten contextualizar los hechos que estudiamos como el de Carlos Demasi y Rosa Alonso Uruguay 19581968. Crisis y estancamiento, donde hacen un análisis general de la situación del país desde el ángulo político, social y económico; Los Blancos al poder. Crónicas Contemporáneas I de Rossana Di Segni y Alba Mariani de sumo valor para la contextualización del tema de estudio. Por otra parte, el importante libro colectivo de Benjamín Nahúm, Ana Frega, Monica Maronna e Ivette Trochón, El fin del Uruguay liberal; también contiene datos de relevancia para la contextualización y análisis de los hechos del período y tema que estudiamos. Ha sido de gran utilidad el trabajo de Aldo Solari Estudios sobre la sociedad uruguaya, aparecido en 1964, que aporta datos de corte demográfico y sociológico que permiten contextualizar a los actores que estudiamos en su marco histórico. Por último, un enfoque desde la economía, pero que integra factores políticos y sociales, como el libro de Walter Cancela y Alicia Melgar El desarrollo frustrado. 30 años de economía uruguaya. 1955-1985. Ha resultado sumamente importante, por el tipo de fuentes que hemos empleado, con un peso muy importante de la prensa, los aportes de Daniel Álvarez Ferretjans Historia de la Prensa en el Uruguay. Desde la Estrella del Sur a Internet que permite contextualizar el papel de la prensa en la época; así como el trabajo del historiador Roberto García, La CIA y los Medios en Uruguay. El caso Arbenz, acerca del papel de los medios locales en torno al tejido internacional anticomunista. Por el tema que abordamos, también han sido importantes los aportes del libro de Gerardo Leibner Camaradas y compañeros. Una historia política y social de los comunistas del Uruguay, en especial el Tomo II “La era Arismendi” donde plantea una mirada particular acerca de las transformaciones vividas en la interna del Partido Comunista del Uruguay (PCU) que redundaron en un crecimiento exponencial del movimiento sindical; así como el trabajo de Marisa Silva Schultze Aquellos comunistas. (1955-1973) desde una perspectiva que parte de los militantes y su subjetividad, sus móviles, sus ilusiones y sus prácticas concretas. También consultamos el texto, realizado en base a una serie de entrevistas, de Álvaro Barros Lémez, Arismendi. Forjar el viento; tomando algunos elementos concretos acerca de los comunistas dentro del movimiento sindical, a través del papel de esta gran personalidad. Por los actores sociales a los que estudiamos, ha sido fundamental comprender la subjetividad de la época. En este sentido, han sido de gran aporte el trabajo de Esther Ruiz y Juana Paris, “Ser

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militante en los sesenta”, capítulo del libro dirigido por J. P. Barrán, G. Caetano y T. Porsecanski Historias de la vida privada en el Uruguay. También, sobre la dimensión subjetiva de la militancia en la época, los valores que movían a los individuos a la entrega, se esbozan algunos ideas en el capítulo de Álvaro Rico en el libro compilado por Demasi y E. Piazza, Los héroes fundadores. Perspectivas desde el siglo XXI. De acuerdo al período que estudiamos y el tema que nos compete, han resultado importantes los aportes del trabajo de Juan Alberto Bozza, Trabajo silencioso. Agencias anticomunistas en el sindicalismo latinoamericano durante la Guerra Fría., puesto que permite observar las redes internacionales con presencia nacional de organizaciones sindicales anticomunistas; para la contextualización de los postales ha sido sumamente interesante, puesto que tenían vínculos con algunas de estas organizaciones que se fueron desgastando en el período que estudiamos. El trabajo de la historiadora Magdalena Broquetas, La trama autoritaria. Derechas y violencia en Uruguay (1958-1966), contextualiza y analiza con detalles la creciente violencia en la sociedad uruguaya. Resultan de gran valor algunos datos acerca de acciones tomadas por los servicios de inteligencia en el marco del conflicto de 1964 en el Correo. En el libro del español Eduardo Rey Tristán, A la vuelta de la esquina. La izquierda revolucionaria uruguaya. 1955-1973 aparece un mapeo de las organizaciones revolucionarias de izquierda y el contexto general de desarrollo de las izquierdas en Uruguay y en el mundo. Selva López Chirico, en Estado y fuerzas armadas en el Uruguay del siglo XX, analiza el proceso por el que las FFAA fueron acrecentando su poder dentro de la sociedad uruguaya. Los años que estudiamos fueron claves en ese proceso con la aplicación de medidas prontas de seguridad que ponían en el centro de la escena pública al cuerpo militar. Eric Hobsbawm en “Las reglas de la violencia” brinda unas nociones generales sobre el problema de la violencia en el mundo contemporáneo, sus formas de aplicación y sus consecuencias. Álvaro Rico en “El Estado y la criminalización de la sociedad uruguaya en los años 60” y Gabriel Bucheli, “Los inicios: Rastreando los orígenes de la violencia política en el Uruguay de los 60” aportan visiones acerca del proceso de injerencia del estado en la represión y el crecimiento de la violencia. Acerca del tópico central de este trabajo monográfico (el movimiento sindical) existe una serie de trabajos escritos por académicos, observando aspectos concretos sobre la organización del funcionarado general y en particular de los postales, sin perder de vista la situación general del movimiento sindical. Como los trabajos de Lucía Sala de Touron y Jorge Landinelli “50 años del movimiento obrero uruguayo”; Gustavo Cosse “Clase obrera, democracia y autoritarismo” y Yamandú González Sierra, Un sindicato con Historia, sobre el sindicato de FUNSA.

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Asimismo, también consulté algunos textos testimoniales de gran valor como los de Wladimir Turiansky, El movimiento obrero uruguayo; Héctor Rodriguez, Unidad sindical y huelga general. Enfoques críticos; Hugo Cores “Memorias de la Resistencia”; Jorge Chagas y Gustavo Trullen José D'Elía. Memorias de la Esperanza. Estos testimonios aportan para el período que estudiamos una mirada particular de los hechos, que parten de la vivencia de sus protagonistas. Estos textos tienen la particularidad de tener una carga de subjetividad específica; al tiempo que son sumamente ricos, en algunos pasajes, al recrear momentos particulares y entrar en detalles (que deben ser debidamente contrastados con otras fuentes) propios de haber sido actores de los hechos que narran. A los fines de esta monografía testimonios aportan sobre las experiencias propias desde el interior de “la clase”, y acerca de las motivaciones de ciertas acciones llevadas adelante, las perspectivas, los anhelos, los logros y los fracasos. En particular sobre el funcionarado público, consulté el artículo de Nestor Baumann y Daniel Fessler, “Los trabajadores de la justicia.” que, si bien su objeto son los trabajadores judiciales, aporta datos específicos sobre el proceso organizativo de los funcionarios estatales. El trabajo de Magdalena Bertino y Ulises García Repetto, La expansión del funcionariado público en el Uruguay del siglo XX, si bien no contiene datos específicos para analizar la situación del Correo, contiene datos, pero sobre todo, lecturas interesantes sobre el problema del empleo público. El artículo de Emiliano Biasco, Dirección Nacional de Correos, permite observar el marco legal por el que ha pasado la Administración Nacional de Correos (ANC) y poder ubicarlo en el organigrama del Estado. El trabajo de Yamandú González Sierra, Estado y funcionariado público en el Uruguay de la modernización capitalista: 1870-1890, aporta algunos datos sobre la trayectoria del funcionarado desde el siglo XIX. Las fuentes A través de una serie de entrevistas, he construído un corpus de fuentes orales que han sido contrastadas con los aportes de la prensa diaria y periódica consultada. También busqué publicaciones propias del gremio, pero no habían para el período (si anteriores)7. Las fuentes orales fueron una guía sustancial en la primera etapa de la indagación para orientar la 7 Respecto de esto, me gustaría considerar la reflexión de Gramsci, quien dice que “la historia de los grupos sociales subalternos es necesariamente disgregada y episódica.” y que “el elemento de espontaneidad es... característico de la 'historia de las clases subalternas' e incluso en los elementos más marginales y periféricos de estas clases, que no han alcanzado la conciencia de clase 'por sí misma' y que por ello no sospechan que su historia pueda tener alguna importancia y que tenga algún valor dejar rastros documentales de ella.” GRAMSCI, Antonio. Apuntes sobre la historia de las clases subalternas. Criterios metódicos. Recuperado: 2013, 25 de setiembre, Disponible en: www.gramsci.org.ar y MODONESI, Massimo. Subalternidad, Antagonismo, Autonomía. Marxismos y subjetivación política. Colección Perspectivas. Buenos Aires: CLACSO, 2010. http://www.naya.org.ar/articulos/med01.htm. p. 36

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búsqueda en la prensa. El empleo de estas fuentes tiene importantes ventajas y desventajas. Por un lado, a la hora de la investigación, nos enfrentamos a personas con una memoria, podríamos decir, que está condicionada, tanto por el deterioro producto del paso del tiempo (un proceso natural de deterioro biológico) como por el proceso de construcción y reconstrucción de la misma, que está permeada completamente por sus vivencias personales y colectivas.8 Creo que esto tiene una particularidad especial cuando entrevistamos a militantes sindicales, con su construcción singular de la memoria, cargada de elementos filosóficos y teóricos y de una práctica y experiencia vital distinta a la de otras personas. Debemos, ante estos casos, ser más perspicaces y, como con todas las fuentes, no tomarlas de forma literal, sino leer entrelíneas considerando el marco en el que se construye la fuente como un dato sustancial para la decodificación de la misma. Sin embargo, la construcción de fuentes a través de la historia oral, tiene la ventaja de que nos podemos acercar al testimonio de los protagonistas de los hechos con las representaciones y significaciones que éstos construyen y expresan sobre los mismos; al tiempo que aportan algunos datos concretos de distintas actividades (aunque con mucha dificultad para recordar fechas concretas). La historia oral puede considerarse como el método más antiguo de acercamiento a la historia. Permite acercarse a la historia de los grupos sociales “sin voz”, poniéndolos a hablar. 9 Señalan Marinas y Santamarina que atender “a lo que los historiadores llaman 'fuentes orales' supone reflexionar -es decir construir teoría- sobre los procesos sociales y personales de producción y de intercambio, y no sólo respecto a un pasado más o menos documentable.” 10 Ante este ejercicio, Bourdieu nos advierte de los

cuidados que debemos tener cuando hablamos con otro o hacemos hablar a otro, considerar las cargas sociales que hay en las palabras de cada uno, según clase, orígen, género, etc, que nos exceden pero que debemos considerar.11 Así como “las maneras de mirar, de comportarse, de guardar silencio e incluso de hablar.”12

8 HUYSSEN, Andreas. Resistencia a la Memoria: los usos y abusos del olvido público. INTERCOM. Sociedade Brasileira de Estudos Interdisciplinares da Comunicação. XXVII Congresso Brasileiro de Ciências da Comunicação. Porto Alegre, 31 de Agosto de 2004. pp. 3-4. PORRINI, Rodolfo. “Capítulo 1. Introducción.” en PORRINI, Rodolfo. La Nueva Clase Trabajadora (1940-1950). Serie Tesis de Posgrado de Humanidades. Depto. De Publicaciones FHCE. UdelaR. Montevideo, 2005. pp. 46-47. PORRINI, Rodolfo. “Memoria histórica e historias de bancarios y 'friyeros'”. En PORRINI, Rodolfo (coord.) Historia y memoria del mundo del trabajo: hacia la recuperación de la memoria oral y los archivos históricos del movimiento sindical en Uruguay. FHCE, Montevideo, 2004. pp 67-106. Ver pp. 67, 85 y 87. 9 En este sentido resultan interesantes algunas reflexiones que hace Spivack en ¿Puede hablar el subalterno?. Op. Cit. 10 MARINAS, José Miguel. SANTAMARINA, Cristina.(edit.) La Historia Oral: Métodos y experiencias. Debate. S/f. p. 12.

11 ¿Qué también: significa RUIZ, hablar?Esther. Madrid : Akal,Juana. 2001.“Ser pp. 12-15. 12 BOURDIEU, Ibídem. p. 25.Pierre. Considerar PARIS, militante en los sesenta” en BARRÁN, José Pedro. CAETANO, Gerardo. PORSECANSKI, Teresa. Historias de la vida privada en el Uruguay. Individuo y soledades, 1920-1990. Tomo 3. Editorial Taurus. Montevideo, 1998. p. 271.

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Con respecto a la selección de nuestros entrevistados, ésta se hizo a partir de la recomendación de dirigentes actuales del sindicato que los reconocen como referentes para el conocimiento del período en cuestión. Alfredo González y José Matto fueron dos trabajadores que ingresaron en la Administración Nacional de Correos (ANC) alrededor del incio de la década del 60, comenzando a militar en el gremio casi inmediatamente. Son reconocidos como dos grandes referentes desde aquellos años, que permitieron llevar adelante sentidas conquistas para el gremio. Miguel López fue funcionario del Correo desde mediados de los 50s. Fue el fotógrafo del gremio por mucho tiempo. Desde ya hace unos 10 años está jubilado. Raúl Ferreiro ingresó a la ANC durante la Dictadura; en la clandestinidad pudo contactarse con algunos de los destituídos y conocer la realidad del gremio anterior al golpe de Estado. Cuando Alfredo González fue liberado, militó por muchos años a su lado. Hace unos años se alejó de la AFPU. Luis Iguini fue referente de COFE desde su fundación; de allí el interés por entrevistarlo. Respecto de la prensa, primero comencé buscando en “El Popular”, para realizar una cronología exhaustiva de las actividades sindicales del gremio postal entre enero de 1961 y diciembre de 1964; para luego contrastarlas, en un principio, con “Época” y “El Sol”, con el objetivo de observar otras opiniones dentro del espectro de las izquierdas. Luego tomé la decisión de indagar en “Acción” por el peso que, aparentemente, tenían los batllistas dentro de las organizaciones de postales.13 En estas fuentes busqué datos más precisos de fechas, lugares, actores en cuestión, imágenes fotográficas publicadas y opiniones de los órganos de prensa; pero, sobre todo testimonios de los actores involucrados en los eventos. Sostiene Porrini que la prensa debemos considerarla como un “discurso” dentro de todos los discursos posibles, tendiente “a convencer o a transmitir una

13 “El Popular”, órgano de prensa del PCU, tuvo la función de ser, (a diferencia de su antecesor “Justicia” que era casi un órgano de comunicación interno) un medio de difusión y de acercamiento con la gente, llegando a las fabricas, obras, centros de trabajo y barrios, “aunque sin dejar de ser centro de expresión de la vida partidaria.” Comenzó a aparecer en 1957 y tenía noticias diariamente pormenorizadas sobre distintas actividades sindicales, de allí su enorme valor para este trabajo. “Acción” fue el órgano de prensa batllista por excelencia. Apareció por primera vez en octubre de 1947. Tuvo desde su origen el fin de ser un medio de difusión política del ideario y del accionar batllista. Ver. Por lo tanto, debemos leerlo a partir de esa clave, más allá de que en él puedan aparecer datos relevantes sobre la realidad concreta. “El Sol”, órgano de prensa del Partido Socialista del Uruguay, apareció en 1922, bajo la línea editorial de Frugoni, luego de la dura ruptura de 1921 que llevara a la mayoría de la militancia socialista al Partido Comunista, a partir de las 21 condiciones impuestas por la III Internacional Comunista. “Época” fue fundado en 1962, del acuerdo de varios sectores de izquierda (algunos socialistas y “ultras”). LEIBNER, Gerardo. “Tomo II. La era Arismendi. 1955-1973” en LEIBNER, Gerardo. Camaradas y compañeros. Una historia política y social de los comunistas del Uruguay. Trilce. Montevideo. 2012. p. 286. y ÁLVAREZ FERRETJANS, Daniel. Historia de la Prensa en el Uruguay. Desde la Estrella del Sur a Internet. Editorial Fin de Siglo. Montevideo, 2008. pp. 433-434; 506-513; 524-526.

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determinada visión de acontecimientos o incluso del mundo”. 14 Teniendo presente esta premisa, en ellos

busqué, primero las noticias acerca de la vida gremial postal (ampliando a veces a la del resto del funcionarado organizado); haciendo luego una lectura de las posiciones que en dichos medios se expresaban; registrando, en tercer lugar, los testimonios de los postales involucrados en los conflictos. El trabajo se organiza en cinco capítulos. En el primero, hago una breve mención a la situación del país y del movimiento sindical en los tempranos 60s. En el segundo, esbozo una caracterización de la situación del funcionarado público en general y sus luchas, para orientar mejor el análisis sobre el gremio postal. Así es que en el capítulo III, observo y analizo una serie conflictos producidos entre 1961 y 1963 que fueron dando cuenta del proceso de transformación al que aludo en la hipótesis. En el capítulo IV, presto especial atención a un conflicto de importante trascendencia, que estaría marcando una ruptura (no como un hecho aislado, sino conectado con los conflictos de los años anteriores) hacia el posicionamiento más “clasista”. Finalmente en el cuarto capítulo, analizo transversalmente cómo se fue dando este proceso y cómo personas particulares (como Matto y González), fueron conquistando espacios dentro de la conducción sindical del gremio. Finalmente expongo las conclusiones del trabajo.

Capítulo I. La situación del país y del movimiento sindical en los tempranos 60s. Crisis económica. La crisis económica vivida desde mediados de la década del 50 producto de un contexto 14 PORRINI, Rodolfo. “Capítulo 1. Introducción.” Op. Cit. p. 34. 11

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internacional que cambió, dejando de ser favorable para la colocación de la producción nacional en el mercado global y tendiendo al agotamiento del modelo ISI, se agudizó en los años 60. Hacia 1955 los saldos favorables de la Balanza Comercial, comenzaron a ser negativos; así como se incrementaron los déficits presupuestales, la inflación y la tensión social. El agro, principal motor de la economía uruguaya, se mantuvo estancado; pero tampoco se hicieron inversiones significativas para el aumento de la productividad; mientras tanto, los sectores vinculados al rubro agropecuario, culpabilizaban al gobierno de esta situación, por el apoyo “artificial” a la industria (sector “ocioso”) que, a través de medidas proteccionistas, habría recibido mayores apoyos que los sectores vinculados a la producción agropecuaria. Éstos, principalmente, fueron los sectores que, más tarde, reclamaron la liberalización de la economía. Agotado el modelo ISI, cerraron importantes centros de trabajo, los salarios descendieron de modo significativo y aumentaron las importaciones en detrimento de la más aún dañada industria nacional.15 La inversión de capitales, no redituable en los sectores productivos, se comenzó a colocar en el sector financiero, abriendo un período de auge de la especulación en este sector. Con esto, crecieron los préstamos a corto plazo (destinados al consumo, no a la inversión en el sector productivo); aumentando la inflación y la dependencia con el exterior.16 Los colegiados blancos. En 1958 llegaron los blancos al gobierno, con la triunfante alianza herrero-ruralista. Si bien esta alianza rápidamente comenzó a desestructurarse (tejiéndose rápidamente nuevas alianzas), la orientación del primer colegiado blanco estuvo dirigida por estos grupos. La política económica y social que llevaron adelante tendió a la paulatina desarticulación del modelo batllista y la instauración de un modelo liberal en lo económico; esto se expresó ya en 1958 con la paradigmática Reforma Cambiaria y Monetaria de 1959 17, pero continuó con diversas políticas antiindustriales, el abandono de prácticas proteccionistas y de la intervención del Estado en la economía; así como la promoción de la producción agropecuaria en detrimento de la producción 15 NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. El fin del Uruguay liberal. Ediciones de la Banda Oriental. Buenos Aires, 1998. pp. 99-105.y p. 132. 16 Hubo intentos de subsanar, de modo planificado y considerando las necesidades nacionales, estas dificultades; pero no fructiferaron. Claro ejemplo de ello son los dignósticos y propuestas de la CIDE (Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico) inspirado en los postulados de la CEPAL (Comisión Económica para Ameríca Latina). Ibídem. pp. 99-105. y pp. 126-130. 17 Una de sus principales medidas era la igualación de los tipos de cambios, hecho que perjudicaba al sector industrial y beneficiaba al agropecuario. DEMASI, Carlos; ALONSO, Rosa. Uruguay 1958-1968. Crisis y estancamiento. Ediciones de la Banda Oriental, Montevideo, 1986. p. 66.

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industrial. Estas medidas se inspiraban en los postulados del Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus propuestas para los países latinoamericanos. 18 Eran apoyadas y puestas en práctica por los actores principales del elenco gubernamental, como por ejemplo, el Ministro de Hacienda Juan A. Azzini quien fuera el encargado de la ejecución del proyecto liberalizador; beneficiando al sector ganadero, que, con el ascenso de los blancos al gobierno, alcanzó una “ascendencia determinante y primordial”19-20. De este modo, aumentaron las inversiones extranjeras en especial en la banca y los

negocios inmobiliarios rurales.21 Frente a las elecciones de 1962, aparecieron nuevas configuraciones dentro de todos los partidos políticos. Nuevamente triunfó el Partido Nacional (con bastante menor márgen que en las elecciones anteriores), pero con una nueva alianza: la “Ubedoxia” (Unión Blanca y Democrática (UBD) junto con el “herrerismo ortodoxo” acaudillado por Eduardo Victor Haedo). Asumido el gobierno, el Partido Nacional tuvo dificultades para mantener las mayorías parlamentarias, haciendo más complejas las dinámicas políticas del período. 22 Intentaron diferenciarse de las medidas económicas del gobierno anterior (apegadas a los postulados del FMI) que ya se visualizaban como las responsables principales de la decadente situación económica de la población. Salvador Ferrer Serra sustituyó a Azzini, y sin derogar la reforma cambiaria y monetaria, hablaba de esa “herencia maldita”, pretendiendo alejarse de la política que continuaría, aunque tomando medidas paliativas a algunas de sus consecuencias negativas. Sin embargo, los resultados no fueron los esperados.23 En marzo de 1963 la instalación del nuevo gobierno, fue proseguida por la aplicación de Medidas Prontas de Seguridad; hecho sintomático del avance de la represión por parte del Estado hacia las distintas expresiones políticas y sociales que se oponían a las políticas que llevaban adelante los colegiados blancos. En cuanto a la política internacional, cabe señalar que se profundizó el posicionamiento del gobierno uruguayo pro-EE.UU en el marco de la Guerra Fría; así fue que se firmó el Tratado de 18 NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. Op. Cit. p. 106. Ver también DEMASI, Carlos; ALONSO, Rosa. Op. Cit. pp. 112-120. 19 CANCELA, Walter. MELGAR, Alicia. El desarrollo frustrado. 30 años de economía uruguaya. 1955-1985. CLAEH. EBO, Montevideo, 1985. pp. 20-21. 20 “Inspirador de las medidas económicas más discutidas” como la Reforma Monetaria y Cambiaria. Perteneciente al herrerismo, fue Ministro de Hacienda durante cuatro años entre 1959 y 1962. DEMASI, Carlos; ALONSO, Rosa. pp. 21-22. 21 DEMASI, Carlos; ALONSO, Rosa. Op. Cit. p. 21. 22 NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. Op. Cit. pp. 15-21. 23 TRISTÁN, Eduardo. A la vuelta de la esquina. La izquierda revolucionaria uruguaya. 1955-1973. Editorial Fin de Siglo. España, 2005 P. 27. CANCELA, Walter. MELGAR, Alicia. Op. Cit. p. 29.

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Montevideo, que creaba la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio; en Agosto de 1961 se realizó en Punta del Este la Reunión del Consejo Interamericano Económico y Social (CIES) que organizó la Alianza para el Progreso (Programa de ayuda económica), creada para mantener a los países americanos bajo la égida de EE.UU y neutralizar el proceso cubano. En 1962, en Punta del Este en la VII Reunión de Consulta de Cancilleres se decidió la expulsión de Cuba de la OEA. Finalmente, en 1964, el Estado urguayo, luego de recibir importantes presiones externas rompió relaciones diplomáticas con Cuba.24 Las consecuencias de estas políticas. Estas medidas conllevaron a importantes endeudamientos del Uruguay con EE.UU (principal acreedor del FMI), cayendo en la “trampa” del pedido de nuevos plazos y nuevos préstamos, quedando condicionados a seguir adoptando las medidas fondomonetaristas.25 Las medidas de distribución del ingreso fueron menos equititativas. Hacia 1962 recién hubo un crecimiento del salario real, pero alcanzando la cifra 89.5 en relación al 100 de 1957. “La actividad sindical se orientó a evitar caídas más drásticas; sin embargo, la existencia de distinto grado de sindicalización en los diferentes sectores y su atomización, limitaba en mucho la efectividad de los reclamos” sumado a la creciente desocupación que frenaba la movilización. Pasado el proceso

electoral de 1962, la inflación no se pudo contener más, con un aumento de precios al consumidor promedio de 50% entre 1963 y 1966.26 La creciente agitación social provocó que algunos actores reclamaran mayor represión frente a los conflictos gremiales. Entre agosto y setiembre de 1959 se vivió bajo Medidas Prontas de Seguridad, en el marco de un conflicto de los trabajadores de UTE.27 Plantea Eduardo Rey Tristán que, existió una creciente preocupación de los partidos políticos tradicionales por mantener el control del Estado para no perder el caudal electoral y “contener la presión social ante la crisis” , haciendo uso de las empresas estatales “como fuente de patronazgo (...) y de absorción de la desocupación de otros sectores.” 28

Además de la violencia generada por la represión del gobierno, también crecieron expresiones de corte terrorista contra sinagogas, personas particulares y manifestaciones violentas de un 24 TRISTÁN, Eduardo. Op. Cit. pp. 14-15 y p. 31. Ver también CANCELA, Walter. MELGAR, Alicia. Op. Cit. pp. 910.

25 DEMASI, Carlos; ALONSO, Rosa. Op. Cit. p. 86. 26 CANCELA, Walter. MELGAR, Alicia. Op. Cit. pp. 25-27 27 NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. Op. Cit. pp. 8-12. 28 REY TRISTÁN, Eduardo. Op. Cit. pp. 27-28. Ver también CANCELA, Walter. MELGAR, Alicia. Op. Cit. p. 25. 14

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anticomunismo que se potenciaba.29 En 1961, en una movilización de los “trabajadores demócratas”30 que recorrió 18 de julio, realizaron una breve provocación frente a la Universidad y continuaron su marcha hacia la sede la Partido Comunista donde se produjo un enfrentamiento en el que murió Serafín Billoto, uno de los “demócratas”.31 Sostiene Gabriel Bucheli que, a la luz de investigaciones recientes, se puede constatar que en los albores de los 60s, mientras las organizaciones locales de izquierda crecían en visibilidad y organización, “ciertos sectores de la derecha uruguaya incluían la práctica de la violencia en su agenda” potenciadas por los sucesos de Cuba y las crecientes tensiones en el marco de la guerra fría.32 Como podremos ver a lo largo de los capítulos, tanto los entrevistados como la prensa consultada de la época coinciden en el diagnóstico de la profundización de una crisis estructural con graves consecuencias para los trabajadores. Un actor privilegiado del periódo: el movimiento sindical. Sostiene Gustavo Cosse que 1955 marcó el inicio de un proceso de unificación sindical que “no conocerá retrocesos”. En ese entonces coexistían, por un lado, la Unión General de Trabajadores

(UGT) de tendencia comunista, por otro, los autónomos y, por otro, la Confederación sindical del Uruguay (CSU) que agrupaba a los empleados municipales de Montevideo, bancarios, ferroviarios, trabajadores de la salud pública, de la bebida, panadería, algunos del transporte, postales y contaba con el apoyo del Partido Socialista (PS).33 En 1955 se creó el Movimiento Popular reivindicativo que aglutinaba a sindicatos obreros, jubilados y empleados públicos, y que fuera antecedente del Plenario de la Cultura y el Pueblo Trabajador, creado en 1958; organización clave en aquel año de grandes luchas populares. En ese mismo año se reunieron los trabajadores de empresas públicas y los de la administración central en dos federaciones, incorporándose al Plenario.34 Señala González Sierra, a la luz de la historia del sindicato de FUNSA, que en 1958 se produjeron cambios significativos en las tácticas del movimiento obrero volviéndose mucho más frecuente la medida de ocupar fábricas y lugares de 29 DEMASI, Carlos; ALONSO, Rosa. Op. Cit. p. 18. Ver también REY TRISTÁN, Eduardo. Op. Cit. p. 25 30 Concepto polisémico utilizado en ese contexto por muchos de los grupos que luchaban en contra del avance del comunismo. 31 DI SEGNI, Rossana; MARIANI, Alba. Los Blancos al poder. Crónicas Contemporáneas I. Enciclopedia Uruguaya 59. p. 169. Ver también BUCHELI, Gabriel. “Los inicios: Rastreando los orígenes de la violencia política en el Uruguay de los 60” en Cuadernos de la historia reciente. 1968 Uruguay 1985. vol. 4. EBO, Montevideo, 2008. 32 BUCHELI, Gabriel. Op. Cit. p. 82. 33 COSSE, Gustavo. “Clase obrera, democracia y autoritarismo” en FILGUEIRA, Carlos H. (comp) Movimientos sociales en el Uruguay de hoy. CLACSO, CIESU, EBO. Montevideo. 1985. p. 87. 34 COSSE, Gustavo. Op. Cit. pp. 87-88

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trabajo por parte de los trabajadores. 35 En 1959, a medida que crecía la conflictividad social y se agudizaba la crisis, nuevos sectores se vieron expuestos a enfrentamientos a los que no estaban acostumbrados (entre ellos los empleados públicos). En ese año se convocó un Congreso Constituyente de una Central única; mientras la CSU perdía peso y la UGT se disolvía para facilitar el proceso de unificación. A través del mecanismo de Asamblea consultiva de Sindicatos sobre Central Única se resolvió constituir una comisión coordinadora y mantener la mayor amplitud posible hacia actores y corrientes sindicales e ideológicas, para realmente poderse constituir como Central36. En 1961 se creó la CTU, sin el ingreso de importantes sectores como bancarios, ferroviarios, salud pública, industria de la carne, docentes, funcionarios públicos. Hacia 1964 se reunió la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), como organismo coordinador entre sindicatos afiliados a la CTU y los autónomos (no participando sectores importantes como bancarios, ferroviarios y trabajadores de la carne), y que convocó para 1965 al Congreso del Pueblo. Finalmente en 1966 la CNT logró la inclusión de nuevos sindicatos y se conformó como Central única.37 El aumento general de la organización de los trabajadores en el marco de una durísima crisis, conllevó a la unificación incluso de tendencias filosóficas, políticas y estratégicas divergentes; sumado a que las plataformas comenzaron a exceder las demandas gremiales concretas, aludiendo a un programa general de superación de la crisis, que obligaba a la unidad de todos los sectores castigados por la misma (esto se puede visualizar con claridad en el Congreso del Pueblo, donde la CNT puso a consideración de todas las organizaciones populares un programa, que fue luego base de sus reivindicaciones).38 Sostienen Nahum, Frega, Trochón y Maronna que “la agudización de la crisis económica, que llevó a sectores que habían estado al márgen de las actividades sindicales a organizarse y buscar soluciones de órden colectivo (bancarios, empleados públicos, docentes, etc.), contribuyó a que se consolidara la organización no sólo en las ramas

35 GONZALEZ SIERRA, Yamandú. Un sindicato con Historia. CIEDUR- UOES de FUNSA, Montevideo, 1991. p. 104. 36 Ibídem. p. 118 37 NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. Op. Cit. pp. 25-26. GONZALEZ SIERRA, Yamandú. Un sindicato con Historia. Op. Cit. pp. 77-120 38 NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. Op. Cit. pp. 166-167. Ver también DEMASI, Carlos; ALONSO, Rosa. Op. Cit. p. 15. Entiendo pertinente resaltar aquí la idea de Porrini de “fuerza social” ya que “permite un campo más amplio en el análisis de la 'clase en movimiento'.” Incluyendo también otros factores. PORRINI, Rodolfo. La nueva... pp. 15-16.

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industriales sino en los servicios estatales y otros nucleamientos de sectores medios dependientes.” 39

Desde 1960 se sucedieron numerosos conflictos gremiales en varias áreas de la producción y los servicios públicos y privados, que fueron acompañando el proceso de unificación que se concretaría en 1961, en una primera etapa, con la conformación de la Central de Trabajadores de Uruguay.40

Capítulo II. Los trabajadores postales en el marco de la organización de los

estatales. ¿Clientelismo político en decadencia?

39 NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. Op. Cit. p. 165. 40 GONZÁLEZ SIERRA, Yamandú. Un sindicato... Op. Cit. pp. 140-144 17

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La situación de los funcionarios estatales. El funcionarado público, en el período estudiado, es caracterizado por la bibliografía consultada como integrante de las clases medias, tanto por sus ingresos como por su autoidentificación. 41 Este sector se había desarrollado, en gran parte, a impulsos del crecimiento del Estado y del sector servicios; pero, en los tempranos 60s sufrió importantes retrocesos, producto de la creciente tendencia a la concentración de los ingresos por los sectores altos de la sociedad y por la creciente absorción de mano de obra expulsada de otros sectores de la economía. Sostienen Nahum, Frega, Maronna y Trochón que “la disminución en el valor de su trabajo se manifestó con mayor gravedad en el sector público que en el privado y en Montevideo más que en el interior.” La

solución encontrada al aumento del desempleo fue, como mencionábamos anteriormente, aumentar el número de empleados dependientes del Estado. Así el 21.1% de la población ocupada cobraba sueldos en el sector público.42 De todos modos, el deterioro fue menor respecto del sector privado. Incluso se permitió a sus empleados pasar de jornadas laborales de 6 a 8 horas, con el consecuente incremento del 33, 3% del salario.43 Señala Solari que, si bien las remuneraciones que percibían eran “variadas”, por lo general eran “relativamente bajas”.44 Un dato para nada desdeñable de acuerdo a nuestro objeto de estudio es que hacia 1955, los funcionarios municipales y estatales que no realizaban labores manuales no eran considerados obreros45; hecho que tuvo un significado importante a la hora del reconocimiento como parte del gran colectivo de los que vendían su fuerza de trabajo, habilitando a un quiebre en la dependencia con el empleador (el Estado) y posibilitando la alianza con los trabajadores, obreros y otros sectores populares víctimas de las duras condiciones impuestas por las políticas del gobierno46. El “tradicional” clientelismo político. 41 Alfredo Solari. incluye dentro de la categoría de clases medias urbanas a los empleados públicos, junto con pequeños propietarios y rentistas y los empleados privados. Destaca la importanca del sector publico en uruguay. Según el el informe de la CIDE 1961, el 21,1% de la población activa trabaja en el sector público, un 12,6 en el gobnierno central, un 2,4 en los departamentales mientr as que un 15 vinculado a las funciones tradicionales del Estado. Sólo un 6,1 trabaja en las empresas estatales. y va en aumento, una parte de estos trabajadores son obreros y personal de servicio porlo que no pertenecen a las clases medias, pero esa parte es minima. SOLARI, Aldo. E. Estudios sobre la sociedad uruguaya. Arca Editores.Volumen I. Montevideo, 1964. pp. 136-137. 42 NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. Op. Cit. pp. 154-157. 43 Ibídem. p. 173. 44 SOLARI, Aldo. Op. Cit. p.137. 45 LEIBNER, Gerardo. “Tomo II. La era Arismendi. 1955-1973” en LEIBNER, Gerardo. Camaradas y compañeros. Una historia política y social de los comunistas del Uruguay. Trilce. Montevideo. 2012. p. 266.- Ver también BROQUETAS, Magdalena. La trama autoritaria. Derechas y violencia en Uruguay (1958-1966). Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo, 2014. pp. 54-55. 46 Esto se verá facilitado cuando vengan los recortes presupuestales. BAUMANN, Nestor. FESSLER, Daniel. Op. Cit. pp. 110-111

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Algunos autores coinciden en afirmar que el clientelismo político había sido una constante dentro de las prácticas políticas de los partidos tradicionales; y una aspiración de importantes sectores de la sociedad uruguaya el ingreso a la función pública.47 En ese sentido sostiene Solari que, las clases medias, para mantenerse en su “lugar”, apelaron a la función pública a través de la mediación de los partidos políticos, más allá de los bajos salarios; y el elenco gobernante, como medio de evitar la agudizacion de tensiones sociales, practicó el clientelismo político, favorecido por el hecho de que no existían reglamentaciones que obligaran a la realizacion de concursos públicos.48 Así, en las organizaciones gremiales de estos trabajadores, predominaba el “reformismo” y el “apoliticismo”. De todos modos, hacia la década de los 40s, durante el neobatllismo, se comenzó a avanzar en la organización sindical de los trabajadores estatales.49 La educación, las empresas públicas y los ministerios vinculados a las actividades económicas del Estado, fueron los sectores que, hasta 1969, más crecieron en empleo. Entre 1960 y 1969, se calcula un crecimiento de alrededor de 30. 000 funcionarios. 50 Llamativamente, el artículo 58 de la Constitución de 1952 establecía que los funcionarios “...están al servicio de la Nación y no de una fracción política”.51 La Confederación sindical del Uruguay. Creo de suma importancia hacer una mención a este tema, puesto que, como veremos a continuación, organizaciones gremiales de postales se adhirieron a esta confederación sindical; hecho que irá cambiando en el período que estudiamos, y de allí la importancia de destacarlo. En el número de enero de 1956 de la Revista “Laboremus” (Órgano Oficial de la Asociación de Empleados de Correos y Telegrafos del Uruguay) se publicó la declaración de principios de la CSU, 47 GONZÁLEZ SIERRA, Yamandú. Estado y funcionariado público en el Uruguay de la modernización capitalista : 1870-1890. Montevideo : CIEDUR, 1988. pp. 14-18 48 SOLARI, Aldo. Op. Cit. pp.155-157. Afirman Magdalena Bertino y Ulises García Repetto que “El empleo público habría sido una solución funcional al desempleo estructural de la economía uruguaya, basada en la producción pecuaria para la exportación y en la gran propiedad. Especialmente funcional al modelo de desarrollo agroexportador, pero también una opción válida a efectos de paliar la carencia de empleo cuando adviene el agotamiento de la industrialización por sustitución de importaciones (ISI) y el estancamiento económico del país hacia fines de la década cincuenta.” BERTINO, Magdalena; GARCÍA REPETTO, Ulises. La expansión del funcionariado público en el Uruguay del siglo XX. En QUANTUM. Diciembre 2008. Vol. III. No 2. http://www.quantum.edu.uy/numero3/Funcionariado%20Publico.pdf. p. 27. 49 SALA DE TOURON, Lucía. LANDINELLI, Jorge. “50 años del movimiento obrero uruguayo.” En GONZÁLEZ CASANOVA, Pablo. Historia del movimiento obrero en América Latina. Tomo 4. Siglo XXI editores. México, 1984. pp. 265-268 50 BERTINO, Magdalena; GARCÍA REPETTO, Ulises. Op. Cit. pp. 33-35. Ver también SALA DE TOURON, Lucía. LANDINELLI, Jorge. Op. Cit. pp. 276-278. 51 http://www.parlamento.gub.uy/constituciones/const952.htm. Última revisión 7/10/14.

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que enunciaba que “estará compuesta solamente por organismos sindicales de trabajadores auténticamente democráticos en sus líneas y principios como única vía de conquistar los postulados básicos de los trabajadores: Libertad absoluta para tomar sus propias determinaciones y lucha declarada contra toda doctrina o práctica totalitaria y despótica.”52 Cuando surgió la CSU en 1951, (afiliada a la Organizacion Regional Interamericana de Trabajadores (ORIT) de tendencia pro-EE.UU) tenía un posición netamente anticomunista en el marco de la guerra fría. Sin embargo, cuando en 1956 se organizó una Comisión Intersindical de Solidaridad la CSU participó junto con la UGT y los autónomos, hasta que se retiró luego de la invasión soviética a Hungría.53 Sostienen Chagas y Trullén que hacia 1955, la CSU logró tener un cierto “apogeo” al lograr reunir a varios de los sindicatos con “peso”. Para algunos esto era “altamente peligroso” puesto que contaban con apoyo económico desde el exterior y realizaban una férrea lucha contra el comunismo, hechos que podían desembocar en la “corrupción y divisionismo.”54 Paulatinamente fue perdiendo sindicatos afiliados y apoyos políticos. Un caso paradigmático fue cuando, al producirse un duro conflicto en la industria papelera (gremio afiliado a la CSU), los trabajadores papeleros fueron apoyados por muchos gremios, menos la CSU. Este hecho motivó la desafiliación de los papeleros y otros gremios. 55 Hacia 1958 creció su descrédito, perdiendo importantes sindicatos afiliados y los últimos apoyos dentro del PS. 56 La CSU mantuvo vínculos y compartió actividades con ALERTA (Asociación de lucha ejecutiva contra los totalitarismos en América) fundada en octubre de 1960, de tendencia de derecha.57 En el número de Enero de 1956 de “Laboremus” dieron cuenta de la participación, en noviembre de 1955 en el Congreso de la CSU, donde se buscó dar vida a las “mínimas aspiraciones de los 52 “III Congreso de la Confederación Sindical del Uruguay” en Laboremus. Año 23. N° 65. Montevideo, Enero de 1956. 53 HÉCTOR RODRIGUEZ. Unidad sindical y huelga general. Enfoques críticos. Centro Uruguay independiente. Montevideo, 1985. p. 15. CHAGAS, Jorge. TRULLEN, Gustavo. Op. Cit. p. 132 54 CHAGAS, Jorge. TRULLEN, Gustavo. José D'Elía. Memorias de la Esperanza. Ediciones Trilce. Montevideo, 1996. pp. 130-131 55 Ibídem. p. 21. 56 LEIBNER, Gerardo. Op. Cit. p. 346. BOZZA, Juan Alberto - Trabajo silencioso. Agencias anticomunistas en el sindicalismo latinoamericano durante la Guerra Fría. Conflicto Social, Año 2, N° 2, Diciembre 2009. Revista del Programa de Investigaciones sobre Conflicto Social – ISSN 1852-2262 Instituto de Investigaciones Gino Germani Facultad de Ciencias Sociales – UBA http://www.iigg.fsoc.uba.ar/conflictosocial/revista. pp. 62-63. 57 BROQUETAS, Magdalena. Op. Cit. pp. 81-83.

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trabajadores libres del Uruguay”. En aquella “reunión del pensamiento libre del sindicalismo de nuestro país” participó la Asociación de Empleados de Correos y Telégrafos del Uruguay a través de varios delegados. Sostuvieron que actuaban con el “...convencimiento de que cuando el hombre se preocupa por su libertad económica y espiritual, está fortaleciendo la libertad y la democracia.” Puesto que el sindicalismo “es la mejor herramienta para conservar a los pueblos lejos de los tiranos -de mayor o menor potencia-”58 Organizaciones sindicales internacionales “democráticas” operando en Uruguay. En el marco de la guerra fría, el gobierno de EE.UU mantuvo una firme política de desarrollo del sindicalismo “libre” (anti-comunista) a través de distintas formas (apoyando programas de capacitación, brindando becas para visitar EE.UU, fundando institutos).59 En 1949 se fundó en Londres la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL); “una organización partidaria de la colaboración de clases que decidió apoyar a la OTAN contra la URSS.”60 El crecimiento de la injerencia estadounidense, potenciada en el período Kennedy entre

1960 y 1963, se desarrollaba a través de Agencia para el Desarrollo Internacional de los EEUU (USAID). En esos años se crearon también el Instituto para el Desarrollo del Sindicalismo Libre en América Latina (IADSL) (1960 con sede central en Washington DC), el African Labour College y el Asian-American- Free Labour Institute con sede en Vietnam.61 Su objetivo era luchar contra toda “influencia “comunista” y “castrista”” dentro del movimiento sindical y apoyar a los gobiernos

(incluso dictatoriales) que se sumaran a la lucha por la “democracia”. Contaban con el apoyo financiero de empresarios norteamericanos quienes integraban el consejo de administración del IADSL; puesto que les interesaba ““difundir el concepto de moderno sindicalismo democrático, y para contribuir al desarrollo y estabilidad de América Latina...”.” 62

Con este discurso lograron, en un principio, la adhesión de tendencias gremiales de izquierda no comunistas, como socialistas, ex comunistas y sectores provenientes del trotskismo.63 58 “III Congreso de la Confederación Sindical del Uruguay” en Laboremus. Órgano Oficial de la Asociación de Empleados de Correos y Telegrafos del Uruguay. Año 23. N° 65. Montevideo, Enero de 1956. 59 BROQUETAS, Magdalena. Op. Cit. p. 64 y p. 111. 60 BOZZA, Juan Alberto. Op. Cit. p. 52. 61 Ibídem. p. 55 y p. 57. 62 Ibídem. p. 58. En el número de Diciembre de 1956 de “Laboremus” se hace una reseña de una serie de escritos del Presidente de la Federación Americana del Trabajo (AFL) y Congreso de Organizaciones Industriales (CIO) George Meany “sobre el valor del movimiento sindical”. Sostienen que es “verdaderamente muy serio su trabajo” y que será un gran aporte a la resolución de los problemas de los trabajadores. “Valor sindical” en Laboremus. Órgano Oficial de la Asociación de Empleados de Correos y Telegrafos del Uruguay. Año 24. N° 66. Montevideo, Diciembre de 1956. 63 BOZZA, Juan Alberto. Op. Cit. p. 71.

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La IADSL se instaló tempranamente en Uruguay (1962), con el apoyo de la CIA que operaba fuertemente desde principios de los 60s para que el Estado uruguayo rompiera relaciones con Cuba y para neutralizar al movimiento sindical y de izquierda que realizaba un fuerte apoyo al proceso revolucionario cubano.64 De la observación de estos datos surgen varias interrogantes y perspectivas de análisis que retomaremos en los próximos capítulos. El hecho de pertenecer a la CSU significaba ser un “amarillo”65, según el relato hegemónico dentro del movimiento sindical que ha permanecido sobre aquellos años, preferentemente construído por los comunistas. Sin embargo, si uno observa las reivindicaciones, éstas no parecen significar un posicionamiento contrario al de los trabajadores. Los funcionarios se movilizan y organizan. Ante el deterioro constante de los ingresos de los trabajadores, según sostienen Sala de Touron y Landinelli, hasta mediados de los 60s existieron condiciones para las clases asalariadas de resistir, enfrentar y mejorar sus condiciones salariales, pero, sin embargo, éstas tendían al deterioro de la capacidad de consumo.66 Esto significó una creciente movilización y conflictividad de sectores como el funcionarado público que, hasta ese entonces, podían resolver sus conflictos con sus “superiores” por vías directas de negociación, sin la necesidad de tomar medidas de carácter más “violento”. Decían hacia 1963 en “El Sol” (órgano de prensa del PS) que la situación recurrente de movilización del funcionarado, más allá de marcar un problema económico-gremial particular; daba cuenta de la situación general de deterioro material que sufría la sociedad, en particular los sectores asalariados, del que los funcionarios formaban parte. 67 Tambien, según “El Sol”, evidenciaba las consecuencias de “una política basada en el vínculo establecido entre la administración pública y las finalidades electorales de todos los partidos, los grupos y los subgrupos del tradicionalismo.” La creación de puestos para la “clientela” se hizo con la misma base presupuestal, es decir, quitándo del salario de los funcionarios; sumándose este problema a las consecuencias de las nuevas medidas económicas (paradigma de ello la Reforma Monetaria y Cambiaria de 1959). Por lo que, sostenían, estas condiciones tornaban inevitable la decisión de los sectores castigados por las mismas a movilizarse. En este contexto, los representantes de los partidos tradicionales, culpaban a la 64 Ibídem. pp. 61-62 65 Los “amarillos” son quienes tienen por objetivo “minar la acción reivindicativa de los sindicatos obreros.” http://lema.rae.es/drae/srv/search?id=6iQmnGcG5DXX2O9tBZOr 66 SALA DE TOURON, Lucía. LANDINELLI, Jorge. Op. Cit. pp. 276-278. 67 “La lucha de los funcionarios postales” en “El Sol” . Núm. 188, 13/12/63. p. 1.

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“subversión” del aumento de la conflictividad; mientras, según “El Sol” el “choque” provocaba que “la luz” comenzara a aparecer “en muchas conciencias.”68 Los hechos fueron demostrando una creciente concientización del funcionarado acerca de la gravedad de la crisis, que los obligó a mejorar su organización y movilización como vía sustancial de, al menos, llevar al mínimo las consecuencias de la crisis. Debemos considerar también la presencia de militantes de organizaciones de izquierda dentro del movimiento sindical, y el clima de época que hacía sentir que los cambios estaban “a la vuelta de la esquina”. Sostiene Cosse que en la década del 50 el neobatllismo fue “...fuerte en contextos sociales predominantemente urbanos, con fuerte peso de la clase obrera y empleados públicos...” Evidenciándose en

la elección de 1958 que se había debilitado “en relación a la clase obrera”, mientras su “'bastión'” eran fundamentalmente los empleados públicos.69 Pero, su “bastión”, comenzó a ser, como veíamos anteriormente, disputado por los blancos y otros sectores del coloradismo para mantenerse en la conducción del Estado y amortiguar la conflictividad social. Mientras la grave situación económica motivaba la movilización de actores “apáticos” hasta el momento, el PCU (con importante presencia en la organización sindical) sufría una profunda transformación desde mediados de la década del 50, que redundó en su mayor apertura a la organización y articulación con los más diversos sectores sociales, en particular aquellos más afectados por la crisis y que veían como potenciales aliados en su lucha.70 De este proceso, emergieron visiones menos sectarias que, como veremos, le permitieron (y obligaron) a tomar posturas más abiertas e inclusivas. Recalca Leibner, sin embargo, que los cambios dentro del funcionarado no se pueden adjudicar exclusivamente a la labor paciente y de largo aliento de los comunistas, sino que se debe considerar el deterioro de la situación económica y política del país como un factor central. La crisis económica debilitó la prosecución de las redes clientelísticas en los organismos públicos y de este modo fueron perdiendo influencia representantes de los partidos tradicionales. Sumando el factor “contagio” de las jornadas de 1958 donde se vieron a estudiantes e intelectuales (sectores medios) marchando junto con los obreros, superando así ciertos prejuicios respecto del ser “obrero”.71 Cabe destacar, de todo modos que, ante la fundación de la CTU, los funcionarios del Estado no participaron.72 68 Según plantea Thompson, la clase

“cobra existencia cuando algunos hombres, de resultas de sus experiencias comunes (heredadas y compartidas), sienten y articulan la identidad de sus intereses a la vez comunes a ellos mismos y frente a otros hombres cuyos intereses son distintos de (y habitualmente opuestos a) los suyos.” THOMPSON, E. P. Op. Cit. pp. 13-14.

69 COSSE, Gustavo. Op. Cit. p. 91 70 Cfr. LEIBNER, Gerardo. Op. Cit. 71 LEIBNER, Gerardo. Op. Cit. pp. 358-359. 72 Ibídem. 369-370. 23

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Decía Solari en 1964 que, si bien existían diversas organizaciones que representaban a los más amplios sectores del funcionarado, éstas no habían podido “adoptar tácticas de lucha análogas a los sectores obreros.” Así, las huelgas de los funcionarios del Estado, fueron “un fenómeno sumamente raro y de muy corta duración.”73 De todos modos cabe destacar que poco a poco fue aumentando la

conflictividad de los trabajadores estatales. Sintomático de este proceso fue el conflicto de UTE en 1959, que condujo a la toma de Medidas Prontas de Seguridad, como respuesta del gobierno al crecimiento de la “desobediencia” del funcionarado que, era su “cliente”. 74 Asimismo, en enero de 1963 se produjo un conflicto de destacadas dimensiones. El 21 de enero comenzó una dura huelga por mejoras presupuestales que llevó a los trabajadores de UTE a la ocupación de la centrales eléctricas y telefónicas de todo el país. Intervinieron la marina y la aviación para restablecer los servicios, en base a la aplicación de Medidas Prontas de Seguridad decretadas el 26 de febrero que habilitaron el apresamiento de dirigentes de AUTE y de la CTU. Los trabajadores respondieron con acciones diversas, entre ellas un paro general el 5 de marzo.75 Ambos conflictos, en especial el segundo, significaron para la AUTE, no solamente que lograra conquistar los reclamos económicos, sino que implicó que se convirtiera en uno de los puntales del movimiento obrero, es decir que tuvo consecuencias en lo organizativo en el proceso de “concientización” a través de la “experiencia de clase”.76 En 1959 se dió un paso importante con la formación de la Comisión Coordinadora de los entes autónomos y la Unión de Organizaciones de Funcionarios del Estado (UOFE) incorporándose, según sostiente Turiansky, nuevas fuerzas en el “proceso unitario”. Los gremios de esas “ramas”, eran “grandes zonas del movimiento obrero con débil organización, o con concepciones cerradamente 73 SOLARI, Aldo. Op. Cit. p.137. 74 En este contexto, como medida represiva del Estado, se elaboraron proyectos de reglamentación del derecho de huelga. El Consejero ruralista Martín Echegoyen decía que “una ola de violencia ha avasallado la tranquilidad colectiva” que estaría provocada por “una excitación artificiosa por factores espurios” hecho que justificaría que se reglamente el derecho de huelga. En cuanto a las huelgas en los servicios del Estado decía: “no es admisible [...] tal subversión, porque aquél reposa necesariamente en el supuesto de que las instituciones cumplan su destino sin interrupción.” En 1960, el Directorio Herrerista se pronunció a favor de la reglamentación sindical. El proyecto finalmente no fructiferó por la fuerte movilización de los trabajadores, pero señala antecedentes importantes de la criminalización de la protesta y que podremos ver en el caso concreto de los postales. El 22 de enero de 1963 el Consejo de Gobierno resuelve que se exija a los funcionarios públicos una declaración de fe democrática, pero el 5 de febrero fue derogada. De todos modos marca otro antecedente. DI SEGNI, Rossana; MARIANI, Alba. Op. Cit. p. 172. DEMASI, Carlos; ALONSO, Rosa. Op. Cit. p. 20. Ver también NAHUM, Benjamín; FREGA, Ana; MARONNA, Monica; TROCHÓN, Ivette. Op. Cit. pp. 12-13. 75 GONZÁLEZ SIERRA, Yamandú. Un sindicato... Op. Cit. pp. 166-167. Ver también CHAGAS, Jorge. TRULLEN, Gustavo. p. 150. 76 TURIANSKY, Wladimir. Op. Cit. pp. 78-80. Para Thompson la conciencia de clase “es la forma en que se expresan estas experiencias en términos culturales: encarnadas en tradiciones, sistemas de valores, ideas y formas institucionales.” no es determinada ni mecánica, y surge en distintos momentos de distinta forma. THOMPSON, E. P. Op. Cit. p. 14.

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economistas” poniendo como ejemplo UTE, OSE, ANCAP y la administración pública. 77 Estos

sectores, hasta ese entonces más bien “apáticos”, mejoraron su organización y sumaron al proceso de unificación, motivados por las duras condiciones de vida provocadas por la crisis y el enfrentamiento de las fuerzas populares a las consecuencias de la aplicación de las recetas fondomonetaristas.78 Paulatinamente fueron surgiendo otras instancias de coordinación y organización; bajo distintas modalidades y con participación no siempre constante de todos los gremios. Sin embargo, es posible ver en la prensa (principalmente en “El Popular”) un constante crecimiento de estas instancias. Coexistieron varias organizaciones como UOFE, Comisión Intergremial de Funcionarios del Estado (CIFE), Mesa Coordinadora de Entes Autónomos y Servicios Descentralizados (MSC); Asociación Nacional de Funcionarios Públicos (ANFP) y Confederación de Obreros y Funcionarios del Estado (COFE) fundada en agosto de 1964.79 En 1961, según se puede visualizar en la prensa consultada, los funcionarios del Estado unificaron luchas en el marco de la Rendición de Cuentas. Realizaron una conferencia de Prensa con motivo de hacer públicos sus reclamos en la sede de la Federación de Magisterio, allí dieron cuenta de la insuficiencia del salario con respecto al costo de vida en constante aumento y expresaron una serie de acuerdos generales: aumento de sueldos, aumento de los beneficios sociales, compensación progresiva por año de antigüedad. Firmaron aquella declaración, entre otros muchos, la Federación de Telecomunicaciones y la Asociación de Mensajeros del Telégrafo Nacional.80 Asimismo, se realizaron en 1963 numerosas acciones en conjunto con otras gremiales; adhiriéndose a un paro convocado a fines de noviembre, la “Agrupación Postal del Uruguay”.81 Los trabajadores postales. Si bien no tenemos datos exhaustivos (de tipo cuantitativo: cantidad de funcionarios, distribución en el territorio, salarios; ni cualitativo: organización del trabajo, beneficios sociales con los que contaban, entre otros) podemos basarnos en las percepciones y denuncias que aparecieron en las fuentes consultadas para caracterizar, al menos de forma somera, la situación de los trabajadores 77 TURIANSKY, Wladimir. El movimiento obrero uruguayo. Ediciones Pueblo Unidos. Montevideo, 1973. p. 61 78 Ver Ibídem. pp. 73-74 y CORES, Hugo. “Memorias de la Resistencia”. Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo, 2002. pp. 72-73 79 Del resto no contamos con las fechas precisas de surgimiento. 80 “Inician vasta campaña los funcionarios públicos” en “El Popular” Núm, 1602. Año. V. 02/09/61. p. 5. 81 “Los gremios que paran” en “El Popular”. Núm. 2375. Año VII. 28/11/63. p. 1. Esta agrupación la habían conformado Matto con otros, y tenía importantes dificultades para funcionar dentro del gremio. Entrevista con José Matto. Realizada el 12 de agosto, 2013.

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postales. El Correo, según sostiene González Sierra, ha sido a lo largo de la historia del estado uruguayo, un espacio importante dentro de su organización. Esto se evidenció claramente en la modernización a partir de 1875, junto con otras áreas como salud, enseñanza, aduanas, municipios, entre otras; con la que crece numéricamente en empleados.82 Dicen Di Segni y Mariani que, hacia 1963, los sueldos de los postales “eran de los más bajos de la administración”83 sumado a que, como se puede observar en las denuncias presentadas en la prensa,

muchos de los funcionarios eran contratados por cortos plazos con ingresos muy bajos y muy pocos beneficios; los atrasos en los cobros eran constantes, no contaban con el “pase libre”, motivo por el que debían pagar de su propio bolsillo el boleto del ómnibus (a veces recibían compensaciones, pero no eran suficientes); no contaban con viáticos, ni con ropa de trabajo (ni siquiera para la cartera, instrumento caraceterístico de la función del cartero). “El Popular” entrevistó a trabajadores y dirigentes en el marco de un paro de enero de 1963; allí dieron cuenta de la situación de los trabajadores: “Un cartero, al ingresar, percibe apenas $498 líquidos. Parece increíble -cuando el alquiler de cualquier casa es superior a esa cifra- que puedan existir sueldos tan miserables. Un cartero de cuarta gana $750 nominales y uno de primera, con más de 20 años de servicio, $1180, también nominales.”84 Eran hogares “humildes”, con bajos ingresos, con importantes dificultades que se fueron acrecentando a medida que aumentó el costo de vida y el gobierno no brindó las soluciones esperadas.85 En ese momento, eran dependientes del Consejo de Comunicaciones y la Dirección General de Correos del Ministerio de Industria (por la ley de Presupuesto de 1933 hasta la Constitución de 1967)86; co-existieron varias asociaciones y formas de organización de los trabajadores que serán 82 GONZÁLEZ SIERRA, Yamandú. Op. Cit. pp. 1-3. 83 DI SEGNI, Rossana; MARIANI, Alba. Op. Cit. p. 176. 84 “En el Correo efecturaron el paro de brazos caídos.” en “El Popular.” Núm. 2104. Año VI. 27/01/63. p. 5. 85 “ANCAP prestamista del Correo” en “Acción”. Núm. 5061. Año. XV. 20/03/63. p. 1. 86 BIASCO, Emiliano. Dirección Nacional de Correos. Disponible en http://www.google.com.uy/url? sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0CB0QFjAA&url=http%3A%2F %2Fwww.ccee.edu.uy%2Fensenian%2Fcatderpu%2Fmaterial%2FCORREOS.DIRECCION%2520NACIONAL %2520DE %2520CORREOS.doc&ei=VrguVJqIHoygyASKsoHoBQ&usg=AFQjCNErSjqHiFcs17j3dwEK6TQlslabPw&sig2=t88 wwBxUVPrulTkVimYT9g&bvm=bv.76802529,d.aWw. 3 de octubre, 2014.

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consideradas a lo largo de la monografía: Asociación de Mensajeros del Telégrafo Nacional, Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay87, Asociacion de Correos y Teléfonos; Delegados de los distritos, Comité de Emergencia, Consejo de Delegados, Consejo Directivo; de los que no contamos con mayor información. Hecha esta introducción general del marco en el que se desenvolvieron los actores que intento observar y analizar; pasaré a analizar algunos hechos significativos que podrían estar dando cuenta de las transformaciones que, entiendo, vivió el colectivo gremial postal en el período estudiado.

Capítulo III. “Si no nos pagan, paramos...”

87 Nombre de la actual organización. Según la propia AFPU fue fundada en 1924. 27

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Según se puede visualizar a través de la prensa y en los testimonios de algunos de los entrevistados, en el período que estudiamos, era constante el atraso en los pagos, tanto de los salarios, como de otros beneficios conquistados por los funcionarios. Era una realidad generalizada dentro del funcionariado público, pero que fue de gran significado para el gremio postal, ya que habilitó el acrecentamiento de la movilización y el comienzo de la ruptura de ciertas prácticas más apegadas a la negociación directa con algunos políticos 88; hacia la entrada en conflicto por el “abandono” del “cobijo” brindado por éstos; que fue respondida, como podremos observar, con la negación del diálogo y la represión. Siguiendo la noción de Thompson de que la “clase” se reconoce a sí misma en el encuentro conflictual con la clase antagónica, no de modo lineal sino experimentado en situaciones y hechos concretos con personas reales89; creo que las situaciones que observaremos a continuación significaron para los postales el reconocimiento del ser “trabajadores”, opuestos a quienes les daban el empleo y con intereses comunes con el resto del colectivo de los asalariados. Así es que, como veremos a continuación, comenzaron a tomarse medidas de lucha ante el reiterado atraso de los pagos90, que poco a poco se fueron conjugando con otros reclamos. Todo eso, frente a los posicionamientos cada vez más duros del gobierno que no dejaba lugar a la negociación. De este modo, se podría decir, se fueron independizando y buscando alianzas en otros sectores que hasta el momento aparecían de modo distante. Así los diputados y dirigentes de izquierda aparecieron defendiendo los posicionamientos del funcionarado en contraposición a los representantes de los sectores hegemónicos dentro de los partidos tradicionales. La frase que da título a este capítulo fue enunciada por Alfredo Gonzalez en una de las entrevistas que le realicé, marcando el agotamiento de la paciencia por parte de los funcionarios por no poder hacer ejercicio de un derecho mínimo como el cobro del salario. Reclamando derechos básicos. Alfredo Gonzalez recuerda que, cuando entró al Correo contratado por un mes, era común que pasaran dos o tres meses sin percibir el salario. Tampoco se pagaba el pase libre, “...y no pasaba nada...”.91 Esta situación fue paulatinamente cambiando. En junio de 1961 se hicieron públicas a través de “El Popular” denuncias de la Asociación de 88 Cfr. Entrevista con Miguel López realizada el 4 de agosto, 2014. 89 THOMPSON, E. P. Op. Cit. pp. 13-14. 90 Cfr. Entrevistas con José Matto. Op. Cit. y Alfredo Gonzalez realizada el 19 de diciembre, 2012. 91 Entrevista con Alfredo González. Op. Cit. 28

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Mensajeros del Telégrafo Nacional sobre la situación de los funcionarios de aquella repartición. Elevaron un memorandum a la Dirección con los postulados para la Rendición de Cuentas, entre los que destacaba la solicitud de aumento de viáticos para quienes realizaban reparto en bicicleta y en ómnibus; debiendo llegar estos aumentos también a los del interior. Así como mejores condiciones de trabajo: equipo de lluvia, seguro por robos de bicicletas y que se garantizara el pago de aumentos otorgados.92 Como se puede observar en la prensa, muchos de los reclamos (surgidos de las necesidades concretas de los trabajadores) eran compartidos con el resto del funcionarado público. 93 Situación que, como veíamos, fue motivando la unificación de sus luchas. En junio de 1962 la Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay reclamó el pago atrasado del aumento que les correspondía por trabajar los sábados (derecho concedido con la Rendición de Cuentas del 30-11-61 y con efecto desde el 1° de enero de 1962). El Ministro de Industrias y Trabajo Dr. Gianola94, en visita al Instituto Postal, habría expresado su acuerdo con los funcionarios sobre el derecho reclamado. En fecha del 27 de junio se comunicaron por nota con el Director General Interino del Correo, Sr. Eduardo Vázquez para hacerle saber la preocupación de los funcionarios por la situación provocada por el atraso en los pagos de los sábados trabajados.95 Fue una práctica común de los funcionarios, intentar agotar todas las vías de negociación posibles antes de entrar en conflicto. El hecho de que tuvieran que tomar la determinación de parar o entrar en huelga, significaba, según su postura, que se estaban encontrando con los canales de comunicación y negociación, que hasta el momento existían, inhabilitados. En octubre de ese mismo año, la Asociación de Funcionarios Postales, hizo conocer a “El Popular” que, producto del “...agotamiento del rubro por el cual se cobra la compensación por trabajar los sábados”, surgió entre los funcionarios postales “...una situación de inquietud.” Habiéndose agotado todos los recursos de acercamiento con la Dirección del Instituto y las autoridades gubernamentales para evitar llegar a un conflicto, se llegó a un punto crítico el 15 de ese mes (día para el que se citó una Asamblea Extraordinaria) al no tenerse la seguridad de que en la Rendición de Cuentas se mejorase el presupuesto para la Dirección General de Correos y que ésta cumpla con 92 “Del telégrafo Nacional. Asociación de Mensajeros” en “El Popular.” Núm. 1528. Año V. 17-6-61. p. 5. 93 Cfr. “Inician vasta campaña...” Op. Cit. “Los funcionarios estarán hoy en el P. Legislativo” en “El Popular.” núm. 1807. año. V 03/04/62. p. 5. 94 Ángel María Gianola fue Ministro de Industria y Trabajo entre 1960 y 1963; pertenecía al Herrerismo. Fue nombrado por Benito Nardone luego de que fuera destituído Enrique Erro como Ministro por mantener un conflicto directo con el Consejo Nacional de Gobierno por sus posiciones en defensa de los intereses de los trabajadores. CHAGAS, Jorge. TRULLEN, Gustavo. José D'Elía. Memorias de la Esperanza. Ediciones Trilce. Montevideo, 1996. p. 141 95 “Funcionarios Postales” en “El Popular”. Año. VI. Núm.1898. 27/06/62. p. 5.

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sus funcionarios.96 Los trabajadores de la Sección Expedición del Correo, protestaron también porque que no se les abonó el suplemento de $100 cuando acordaron trabajar los sábados. La Dirección del Correo pretendía suprimir ese pago aduciendo falta de rubros, pero manteniendo el sábado como día obligatorio de trabajo. Existían también problemas con el pago por “hogar constituído”.97 Como podremos seguir observando, con el argumento de la falta de rubros, el gobierno de la época no cumplía con acuerdos mínimos establecidos con sus dependientes; mientras tanto, éstos eran exigidos a seguir cumpliendo con su función, sin importar las condiciones. Noviembre de 1962. Huelga de brazos caídos. En medio del mes electoral, según sostienen en “Acción”98, el gobierno blanco tomó medidas para mejorar, en apariencia, la situación del funcionarado (ofreciendo préstamos de sueldos) y evitar el estallido de conflictos; pero, paradójicamente, a mediados de mes no habían cobrado la mayoría de los funcionarios, incluso los postales. En este mismo órgano de prensa se relató que la mañana del 14 de noviembre los postales decidieron “espontáneamente” paralizar las actividades hasta que se les abonaran los sueldos. Generalmente cobraban entre el 3 y el 5 de cada mes; pero esto desde hacía meses no se cumplía, y la situación se vio agravada por no haber cobrado la compensación por trabajar los sábados. Denunciaron que habían “paracaidistas” que llegaron al Instituto Postal (haciendo referencia al ingreso de nuevos funcionarios por vía clientelar) motivo por el que no se pagaban las compensaciones a los que obligadamente trabajaban los sábados99. Clara consecuencia de la desmedida política clientelística que, ante una situación de crisis económica y de desfinanciamiento del Estado producía graves perjuicios para el funcionarado. Se reintegrarían el día 15 a las 9 hrs, pero con la condición de que si no recibían el pago adoptarían nuevas medidas en asamblea general, puesto que su paciencia “fue colmada.”100 Agotada la paciencia, se entró en paro de brazos caídos; siguiendo el ejemplo de las medidas tomadas por otros funcionarios del Estado, que demostraban que con movilizándose era la única forma de recibir los pagos adeudados.101 Recuerda José Matto que los paros de brazos caídos“se 96 “Inquietud de trabajadores postales” en “El Popular”. Núm. 2003. Año VI. 11/10/62. p. 5. 97 “Protesta en el Correo” en “El Popular”. Núm. 2024. Año VI. 04/11/62. p. 5. 98 Debemos tener presente los intereses particulares de los distintos medios de prensa en medio de la campaña electoral. 99 “Pagos: rebelión en el Correo.” en “Acción”. Núm. 4943. Año XV. 14/11/62. p. 7. 100 “Paro de funcionarios postales” en “El Popular.” Núm. 2035. Año VI. 15/11/62. p. 5. 101 “Segunda día de paro...” en “Acción”. Núm. 4944. Año XV. 15/11/62. p. 7.

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hacían mucho...” ya que de esa forma se aseguraban que la gente se mantuviera reunida y movilizada; por esto la huelga siempre era “...el último camino”102 El 15 de noviembre entre ochocientos y mil funcionarios se concentraron frente al Instituto Postal desde las 9 hasta las 13.30hrs. Dejaron guardias en las distintas oficinas para informar los motivos de la medida tomada. Decidieron no trabajar hasta que se efectuaran los pagos adeudados. El director Eduardo Vázquez, decía que el problema se ocasionaba por la falta de rubros en Contaduría General. Sin embargo, fuentes de “Epoca” señalaban que había dinero incluso para pagar a los presupuestados, pero los funcionarios no estaban dispuestos a levantar la medida hasta que se asegurara el pago incluso de los 357 funcionarios eventuales (que recientemente habían tenido dos meses de atraso en el pago). Incluso recibieron telegramas de las filiales del interior, expresando el apoyo y solidaridad.103 Como podremos seguir observando, estas situaciones de conflicto, fueron afianzando los lazos de solidaridad, la organización y la capacidad de movilización del gremio. Según testimonia “El Popular”, los trabajadores se mantenían en la postura de permanecer en movimiento hasta que cobraran todos. El paro se extendió por todo el país.“´La situación se hizo insostenible´” puesto que todos los meses debían afrontar la incertidumbre de cuándo cobrarían. Si bien se había establecido como fecha de cobro el 9 o 10, cuando se preguntaba a las autoridades del Correo cuándo se cobraría, la respuesta había llegado a ser “'...puede ser mañana, pasado o... en fin, no se sabe'”104 Poco a poco, con este tipo de respuestas del elenco de gobierno, fue creciendo el distanciamiento y enfrentamiento. La medida tomada por los funcionarios habría “sensibilizado” al Ministro Azzini, a quien adjudicaban la responsabilidad de la situación. El miércoles 14 había destinado rubros para el pago, pero discriminando a los presupuestados; hecho que afianzó la decisión de continuar el paro.105 Cabe mencionar que, si bien el atraso en el pago era el móvil principal del conflicto, integrantes del Comité de Emergencia señalaron que existían otros problemas dentro del Correo. Señalaban en “El Popular”, que si el Correo seguía funcionando era “por el sacrificado esfuerzo del personal.” y no por el empeño puesto por el gobierno y los jerarcas para mantener el servicio. Hacían 8 años que carteros, peones, apartadores, choferes y porteros esperaban sus uniformes; mientras habían votadas

Como decíamos anteriormente, las vías de negociación directa se fueron agotando por lo que se volvió central la movilización. 102 Entrevista a José Matto. Op. Cit. 103 “¿Qué pasará después...?” en “Época”. núm. 179. año 1. 15/11/62. p. 24. 104 “Continuó ayer paro en el Correo al no pagarse a todo el Personal” en “El Popular”. núm. 2036. año VI. 16/11/62. p. 5. 105 Ibídem.

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partidas presupuestales para solucionar estos problemas, pero Azzini no las firmaba.106 La gravedad de esta situación había llevado a que los carteros se negaran a salir los días de lluvia hasta que no se les proporcionara un impermeable; también hacían falta vehículos, útiles básicos, a tal extremo que un funcionario tuvo que comprar con su dinero una lamparita. Las carteras eran “despojos...”. Y persistía la incertidumbre sobre el cobro de la compensación por trabajo de sábados y feriados.107 Ante el conflicto de noviembre de 1962, miembros del Comité de Emergencia solicitaron que se desmintieran tanto “...falsas, como antojadizas versiones” esparcidas por “cierta prensa” acerca del paro; haciendo especial referencia al diario “El País”108 contradiciendo la postura de que el paro no era consecuencia de “...la 'presión de una minoría'” como se dijo en aquel órgano de prensa, sino “...el resultado de la voluntad legítima y espontánea del funcionarado.”109 Al tercer día de paro y, aparentemente, gracias a las denuncias realizadas en “Acción”, se fueron concretando los pagos en otras dependencias.110 En “El Popular”, por otra parte, plantearon que fueron los funcionarios postales luchando los que lograron el triunfo. 111 Pudiéndose observar así las distintas versiones de los órganos de prensa de la época, que coincidían en apoyar las medidas sindicales, pero desde distintas ópticas e intereses. Cumpliendo con lo acordado. El 13 de diciembre dio inicio un nuevo paro en el Correo, ya que las autoridades pretendían solo pagar a los presupuestados; pero dicho sector, haciendo cumplir una de las resoluciones dispuestas a la salida de un conflicto anterior, resolvió parar hasta que también los eventuales percibieran su salario.112 También reclamaron el pago de los beneficios sociales y el aguinaldo adeudados. Fue “unánime” el paro en todo el país y fracasó “...totalmente” la intimidación realizada a los 106 “Continuó ayer paro en el Correo...” Op. Cit. 107 Ibídem. 108 Este diario, desde su orígen en 1918, estuvo vinculado con el Partido Nacional. ÁLVAREZ FERRETJANS, Daniel. Op. Cit.. pp. 461-465. Según las indagaciones de Roberto García, fue uno de los principales operadores locales en la campaña de desprestigio del presidente guatemalteco Jacobo Arbenz, que había tomado un posicionamiento fuertemente antiimperialista. Ver GARCÍA FERREIRA, Roberto. La CIA y los Medios en Uruguay. El caso Arbenz. Amuleto. Montevideo, 2007. 109 “Continuó ayer paro en el Correo...” Op. Cit. 110 “Tercer día de paro...” en “Acción”. núm. 4945. Año XV. 16/11/62. p. 7. 111 “El Paro del Correo” en “El Popular.” núm. 2037. año VI. 17/11/62. p. 5. Es de destacar aquí las posiciones distintas de estos dos medios de prensa. Ambos acompañan el conflicto de los trabajadores y los defienden frente a los posicionamientos del gobierno; pero, sin embargo, es sumamente plausible que ambos tuvieran intereses particulares en el desarrollo interno del sindicato y del conflicto debido a, como veíamos en la introducción, cada uno respondía a partidos políticos distintos. 112 “Se mantiene el paro en correos” en “El Popular”. núm. 2063. Año VI. 16/12/62. p. 5.

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funcionarios. Otra vez, el atraso en los pagos no era exclusivo en el Correo, ya que en otros organismos de la Administración Central tampoco habían cobrado. Según dio cuenta “El Popular” el 19 de diciembre se reunieron delegados del personal con miembros del Consejo Nacional de Gobierno, pero no cambió “sustancialmente la situación.”113 Al día siguiente, aunque se rumoreaba que se realizaría el pago, los funcionarios se mantuvieron firmes en su postura, decididos a mantener el paro hasta que no se efectivice el cobro correspondiente al mes de noviembre de todos los trabajadores, junto con los viáticos, los sábados y la partida por Hogar constituído. En Asamblea realizada en el local central del Correo, defendieron dar continuidad al paro y se brindó un voto de confianza al comité de emergencia, órgano gremial que se fue tornando central en momentos de conflicto.114 Desde “El Popular” analizaban que la huelga del Correo mostraba dos cosas sustanciales, por un lado, “...la firmeza del personal” que se mostraba “...dispuesto” a enfrentar todas las medidas e intimidaciones de la Dirección del Correo y de la cartera de Hacienda, así como la “...insensibilidad” del gobierno. Y por otro lado, que, mientras siguieran sin cobrar el sueldo de noviembre, no levantarían el paro hasta que se les pague a todos, sin discriminación; porque existía una fuerte determinación de continuar el conflicto con el anhelo de resolver de forma definitiva esta situación que se repitía todos los meses y que si seguía siendo tolerada continuaría redundando en duras consecuencias para los trabajadores y sus familias.115 La gravedad de la situación económica, la incapacidad del gobierno blanco de negociar con los trabajadores y dar solución a la crisis, junto con la creciente organización de la clase trabajadora en general, potenciaron la coordinación y movilización de los postales y la concientización de su lugar como trabajadores dentro de la sociedad capitalista. Finalmente recibieron el cobro, hecho que fue interpretado nuevamente por “El Popular” como un triunfo de los trabajadores; ante, incluso, la adversidad de, presuntamente, haber recibido amenazas de la Dirección que habría insinuado que haría uso de la fuerza pública para desalojar a los funcionarios.116 Actitud que, como veremos más adelante, se concretó en otros conflictos. La posición combativa de los funcionarios fue creciendo a medida que empeoraba la situación económica del país y la incertidumbre de cómo sustentarse era cada vez mayor. En enero de 1963 se repitió la situación de atraso de pagos para la mayoria del funcionarado 113 “Funcionarios no admiten dilatorias del gobierno” en “El Popular”. Núm. 2065. Año VI. 18/12/62. p. 1. 114 “Huelgas en cadena en el funcionarado público” en “El Popular.” núm. 2066. Año.VI 19/12/62. p. 1. 115“Funcionarios intensifican lucha por cobro de sueldo.” en “El Popular”. p. 5. 21/12/62. núm. 2068. año. VI. 116 “Culminó triunfante huelga en el Correo” en “El Popular”. núm. 2069. año VI. 22/12/62. p. 5. 33

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público: Secundaria, Salud Pública, Consejo del Niño; en todo el país. Se valoraba desde “El Popular”, órgano de prensa del PCU, el hecho de que, a partir de estas dificultades y la creciente movilización (que debía continuar) de los funcionarios, lograban visualizar que siempre sería dificil cobrar en las condiciones en las que se encontraba el país. 117 Con esta situación se potenciaba la posibilidad de crecimiento de su proyecto revolucionario, a través del aumento de la movilización y concientización popular. Frente a la situación mencionada anteriormente la Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay, reunida en asamblea de delegados de distritos118, con representantes de distintas oficinas, resolvió establecer un plazo máximo para esperar por el pago correspondiente a diciembre; pasado este plazo, comenzarían un paro de brazos caídos hasta que se efectuara el pago. Resolvieron también que, en los meses siguientes, aguardarían hasta el 10 y, en caso de no percibir el salario ese día, convocarían a una asamblea general de delegados para resolver las medidas a seguir.119 Cumplido el plazo, comenzaron un nuevo paro que se mantuvo por varios días. Los salarios sumergidos, que ni siquiera eran cobrados, el hecho de que hacía casi tres meses que no se cobraban los viáticos (por lo que los carteros debían abonar su traslado), eran motivos más que suficientes para continuar con las medidas; pero también el hecho de que las Asociaciones y sus dirigentes guiaban al gremio en la dirección de defensa de los derechos conquistados.120 En la noche del 28 de enero, la Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay ofreció una conferencia de prensa exponiendo los motivos de las medidas tomadas. Tambien volvieron a desmentir los dichos de “cierta prensa” demostrando que “todo el funcionarado apoya las medidas adoptadas.”121 Esto lo constató “El Popular” al tener conocimiento de numerosas adhesiones vía telegramas. Luego de la conferencia de prensa se reunió la asamblea de delegados donde se resolvió el levantamiento de la medida a partir de las 0 horas del día siguiente. También estableció plazo a la Mesa Ejecutiva para que gestionara el pago de compensaciones y viáticos adeudados; si esas gestiones no fructiferaban se llamaría a nueva asamblea de delegados.122 117 “Se repite otra vez la historia: miles de funcionarios aun sin cobrar” en “El Popular.” 18/01/63. núm. 2095. año VI. p. 5. 118 Los distritos eran las distintas zonas en las que estaba descentralizado el servicio del Correo; actualmente se les llama zonales. De cada uno habían delegados que servían de nexo con los funcionarios en sus lugares de trabajo; base del gremio. Algunos distritos fueron el punto central de militancia y organización de José Matto y quienes organización la Agrupación Postal del Uruguay, que se pretendía diferenciar de la AFPU. 119 “También pararán en el Correo” en “El Popular”. núm. 2100. año VI. 23/01/63. p. 5. 120 Ibídem. 121 “Subsisten viejos y graves problemas en el Correo” en “El Popular”. núm. 2107. año VI. 30-1-63. p. 5. 122 “En el Correo siguen de brazos caídos” en “El Popular”. núm. 2105. año VI. 28/01/63. p. 1. y “Azzini obligado a pagar en S. Pública y Correos” en “El Popular”. núm. 2106. año VI. 29/01/63. p. 1.

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El Gobierno no reconoce derechos y reprime. Los trabajadores se organizan y luchan. En marzo de 1963, nuevamente se atrasó el pago de los salarios. Los funcionarios, en Asamblea de delegados, considerando el pedido del Ministerio de Industrias, pusieron plazo hasta el 15, sino pasarían a medidas de fuerza desde el sábado (medida que se aplazó unos días más). Resolvieron también que, en lo sucesivo, adoptarían el criterio de que si para el 10 de cada mes no se pagaba, automáticamente paraban el 11.123 Vencidos los plazos establecidos (que respetaban las solicitudes y promesas del Ministro de Industria y Trabajo, Walter Santoro124) y no habiendo recibido el pago, los funcionarios postales comenzaron la huelga, permaneciendo en los lugares de trabajo sin cumplir tareas.125 Los funcionarios intentaron negociar para poder salir de las medidas de fuerza tomadas, pero la intransigencia del Ministro de Industrias no permitió avanzar en las negociaciones. Reunidos y luego de largas deliberaciones, los postales decidieron continuar con el paro hasta que se les pagara, en el entendido que sería la única forma de hacer respetar sus derechos mínimos.126 Al extenderse el paro a todo el país y quedar interrumpidas las comunicaciones en el interior y desde el exterior; el Ministro de Hacienda Ferrer Serra 127 habría enviado una nota al Director del Correo, en la que, presuntamente, expresaba que, el hecho de que no se hayan pagado los sueldos, no podía ser considerado “...como pretexto” para justificar la interrupción de los servicios y que, mientras las medidas continuaran, no se autorizaría el pago. 128 Analizaron al respecto en “Acción” que el justo reclamo de los trabajadores no se podía cumplir por la pésima situación de las arcas del Estado, en las que, según decían, no habían fondos.129 El conflicto tomó otra sintonía cuando el Ministerio de Hacienda solicitó que la policia procediera a desalojar a los huleguistas y no dejarlos ingresar a sus lugares de trabajo. El 19 de marzo la polícia, que había rodeado el edificio central, finalmente desalojó a los funcionarios del primer turno y no permitió el acceso de los del segundo turno. Algunos se quedaron en el edificio reclamando la firma de un acta donde se constara el estado del edificio a la hora del desalojo, pero el escribano que iba 123“Presupuesto sin pagar: Paro en el Clínicas; plazo en el Correo.” en “El Popular” núm. 2137. año VII. 14/03/63. s/p.

124 Fue Ministro entre 1963 y 1964, inició su militacia en el herrerismo, pero en 1971 se sumó al movimiento “Por la Patria” acaudillado por Ferreira Aldunate. 125 “Correo: hasta que no cobren seguirán la huelga” en “El Popular”. Núm 2139. año VII. 16/03/63. s/p. 126 “Correos: paro reclamando pago de sueldos” en “Acción”. núm. 5057. año XV. 16/03/63. p. 1. 127 De la Unión Blanca y Democrática, fue Ministro por un corto tiempo en 1963. 128 “Correo: hasta que no cobren..” Op. Cit. “Correos: paro de brazos caídos en las oficinas. Mañana habrá desalojo policial” en “Acción”. Año XV. Núm. 5058.17/03/63. p. 1. 129 “Correos: paro de brazos caídos...” Op. Cit.

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en nombre de la Asociación de Funcionarios no pudo ingresar puesto que la policia se lo impidió.130 Mientras tanto, una delegación del Comité de Emergencia se dirigió en la tarde al Ministerio de Industria y Trabajo con el fin de entrevistarse con el Ministro Santoro, dando a conocer la situación y queriendo dejar constancia de que habían sido impedidos de labrar acta con escribano que dejara constancia del estado en el que dejaban el recinto de trabajo.131 Por parte del gobierno se violaron así garantías mínimas de ejercicio de derechos reconocidos por la Constitución.132 Varios funcionarios quedaron en las inmediaciones del Correo, siendo echados reiteradamente. Los funcionarios Mario Olid y Carlos Corbo fueron presos por unas horas 133, así como Julio Luzardo, quien condujera un vehículo con altoparlante por las inmediaciones del correo central en reclamo del pago del sueldo de febrero y de la compensación por sábados adeudado desde diciembre. Los funcionarios llevados por la policía fueron liberados en la tarde. Fueron presos por el “delito” de “...difundir las motivaciones del conflicto” juzgadas por un oficial policial como “'subversivas y peligrosas'”. La policía trató con prepotencia a delegadas de secciones y al dirigente J. Luis Arismendi frente al local central de Correos.134 El oficialismo y los medios de prensa que le eran adeptos, presionaron para que retornaran al trabajo.135 Como veíamos en el capitulo I, el gobierno de los colegiados blancos comenzó, paulatinamente, a tomar medidas de fuerza para “controlar” la movilización de los trabajadores con mayor frecuencia y violencia. Sostiene Álvaro Rico que desde los años 60, se produjo un proceso de “totalización-centralización de la sociedad” e “individuación de los sujetos”, con la presencia cada vez mayor del estado y la

persecución individualizada a la población mediante distintos mecanismos legales de control, que violaban la vida privada de las personas al registrar cada vez más cantidad de datos como domicilio, composición familiar, participación en distintas actividades.136 Las situaciones de conflictos 130 “Postales siguen la huelga, Funcionarios del Estado coordinan las acciones.” en“El Popular.” núm. 2141. año VII 19-3-63. Correo: ordenan desalojo policial” en “El Popular.” núm. 2140. año VII. 18/03/63 131“Correo: La Policía impidió el acceso a los empleados” en “Acción”. núm. 5059. año XV. 18/03/63. p. 4. 132 En cuanto al derecho de realizar una huelga el Art. 57 de la Constitución de 1952, establecía que “...la huelga es un derecho gremial. Sobre esta base se reglamentará su ejercicio y efectividad.” Sin embargo, lo que señala en el siguiente artículo podría habilitar lecturas ambiguas en “los lugares y las horas de trabajo, queda prohibida toda actividad ajena a la función, reputándose ilícita la dirigida a fines de proselitismo de cualquier especie.” Ver http://www.parlamento.gub.uy/constituciones/const952.htm. Última revisión 7/10/14. 133 “Correo: ordenan desalojo...” Op. Cit. 134 “Correo: fracaso el emplazamiento” en “El Popular”. Núm. 2142. Año VII. 20/03/63 135 “Vasconcellos promovió debate sobre el Lock-Out en el Correo” en “ Acción” núm. 5061. año XV. 19-3-63. p. 3. Ha demostrado Roberto García la influencia directa de la CIA en los principales diarios anticomunistas nacionales, en torno al caso Arbenz; pero es posible presumir que este método haya sido utilizado en otros momentos, de acuerdo a los intereses estadounidenses y sus adeptos locales. GARCÍA FERREIRA, Roberto. pp. 47-82. 136 RICO, Álvaro. “El Estado y la criminalización de la sociedad uruguaya en los años 60” en Revista Encuentros. Lo uruguayo en cuestión. CEIU-CEIL. FHCE-UdelaR. FCU, Montevideo, 1999. p. 165-166

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gremiales, fueron momentos claves de identificación de los “sediciosos” y su exposición pública; en un proceso de construcción del “enemigo” asociado directamente con la “amenaza comunista” que ponía en riesgo a la “patria”. Unos días después del desalojo, en una radio capitalina, el Director del Correo declaró que instaba a los funcionarios a volver a sus puestos de trabajo y que les haría firmar una nota declarando que abandonarían las medidas. Asimismo, que en el interior la situación era totalmente “normal”, contradiciendo la versión de la Agremiación postal. 137 Esa misma noche se realizó una Asamblea de delegados en la que 28 votos en 32 decidieron continuar con la huelga hasta que se les pagara.138 Desde el Ministerio de Hacienda, Ferrer Serra, intransigente en sus posturas, señaló que no habría negociación hasta que no se levantara el conflicto. Se hicieron explícitas, sin embargo, tensiones ante esta situación dentro del elenco gubernamental, que muestran las diferencias que se comenzaron a expresar en la alianza del herrerismo “ortodoxo” y la UBD.139 Cabe mencionar, en relación a estos hechos, algunas nociones que propone Rico sobre la función del Estado y los cambios de interpretación y aplicación de la misma en la década del 60. En aquellos años se comenzó a “utilizar políticamente” la función esencial del Estado de “aplicar la ley”, utilizando el marco legal existente ante “casos particulares”, individualizando “enemigos”.140 Así fue que, a partir de cierta lectura contextualizada de normativas específicas, estas se emplearon para reprimir acciones que entendía pertinentes el gobierno. En el caso de los funcionarios, apelaron al Estatuto del Funcionario y a algunos capítulos de la Constitución de la República. Sostiene Rico que “al borrarse los límites del espacio institucionalizado del conflicto político y politizarse todas las relaciones sociales y privadas, el mismo Estado de Derecho y sus órganos represivos desfigurarán al máximo sus propios límites legales e institucionales de acción.” 141

Podemos observar, ante este conflicto en particular que, mientras el gobierno hacía “aplicar la ley” ante la presunta violación de la misma por los funcionarios, no respetaba normas mínimas de las relaciones laborales, en virtud de las que el empleador debe retribuir en tiempo y forma al empleado. Durante el conflicto, periodistas de “El Popular” se dirigieron al local de la Asociación, donde los integrantes del Comité de Emergencia Luis Arismendi, Darwin Altcin, Alfredo Gonzalez y Juan 137 “Correo: ordenan desalojo...” Op. Cit. 138 Ibídem. 139 “Correos, el personal no respondió a la convocatoria. Continúa el paro” en “Acción”. núm. 5060. año XV. 19-363. p. 5. 140 RICO, Álvaro. “El Estado y la criminalización de la sociedad uruguaya en los años 60” en Revista Encuentros. Lo uruguayo en cuestión. CEIU-CEIL. FHCE-UdelaR. FCU, Montevideo, 1999. p. 157 141 Ibídem. p. 163

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Carlos Canessa informaron de las gestiones realizadas ese día. Los funcionarios continuaron intentando efectuar negociaciones, pero se encontraron con la postura negativa de la mayoría dentro del Consejo Nacional de Gobierno; mientras que ANCAP estaba dispuesto a prestar 2 millones de pesos para destrabar el conflicto.142 En Salto adherían a la medida de Montevideo así como en otras ciudades del país. En aquella ciudad los funcionarios fueron desalojados por pedido del jefe; pero decidieron presentarse ante el “Palacio de Correos” ocupado por la policía y en presencia de escribano firmaban actas constatando el hecho.143 El conflicto de los postales, nuevamente generó tensiones, dentro del propio gobierno ya que, mientras el Ministro de Industrias consiguió el dinero, el de Hacienda seguía insistiendo con que no pagaría hasta que los funcionarios no levantaran las medidas.144 Luego de 7 días de conflicto el gobierno mantuvo su negativa a negociar; al tiempo que seguían siendo vigiladas las puertas del Correo Central por efectivos policiales. Para ingresar, los funcionarios, debían registrarse en la Inspección pero se negaron. Una delegación de funcionarios se dirigió a “Acción” donde declararon que a ellos no les interesaba continuar con las medidas, pero que lo harían hasta que no se fijara una fecha de pago, considerando que, se suponía, los fondos existían.145 Ante la recepción de la noticia de que el Ministerio de Hacienda había depositado un cheque y, sobre todo, que el gobierno se comprometía a no aplicar represalias a los funcionarios, reunido el Colegio de Delegados, resolvió levantar la huelga y reintegrarse al trabajo. “El Popular” entrevistó a Luis Arismendi y Luis Alberto del Castillo, quienes valoraron la importancia de la unidad del gremio para dar esta lucha y destacaron que, ante los conflictos sufridos en los últimos meses por atraso en los pagos, el gremio se había “...fortalecido” alcanzando a tener “...una moderna organización.” Incluso en el interior se había incrementado la organización, y “como saldo altamente positivo” valoraron que habían llegado delegados de varias localidades que contribuyeron con su punto de vista a lo largo del desarrollo del conflicto146 Esta serie de conflictos nos permiten observar cómo los funcionarios fueron adquiriendo conciencia 142 “Correo: fracasó el emplazamiento” Op. Cit. “Ministros en Pugna” en “Acción”. p. 2. 21/03/63. núm. 5062. año XV. Cfr. Capítulo III. 143 “Correos: préstamo de ANCAP” en “Acción”. núm. 5061. año XV. 20/03/63. p. 4. “Sin fecha de pago, continúa la huelga del Correo” en “El Popular”. núm. 2144. año VII. 21/03/63. p. 5. 144 “Ministros en Pugna” Op. Cit. “Rubro sueldos. Fuente mensual de conflictos.” en “El Sol” Núm. 151. 22/03/63. “Sin fecha de pago no hay solución en Correos” en “El Popular” núm. 2144. año VII. 25-3-63. p. 5. 145 “Correos: 7 días de conflicto y el Gobierno no intenta solución” en “Acción”. núm. 5064. año XV. 23/03/63. p. 4. 146 “Triunfo en el conflicto de postales” en “El Popular”. núm. 2148. año VII. 26/03/63- p. 1. Ver también “Correos: conflicto resuelto” en “Época”. núm. 5066. año XV. 25/03/63. p. 4.

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del cambio notorio de su situación y de la necesidad de organizarse y movilizarse para hacer respetar sus mínimos derechos como cobrar el salario, que se respetaran los acuerdos presupuestados y se les dieran condiciones mínimas para el ejercicio de su función. Como podremos seguir observando, estos hechos se fueron potenciando y retroalimentando con la actitud del gobierno que tendió a debilitar los canales de diálogo, mientras seguía haciendo acrecentar el peso de la crisis con la incorporación de nuevo personal al que no estaba en condiciones de sostener.

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Capítulo IV. Conflictos por el Presupuesto en 1964. Como veíamos en el capítulo I, la situación económica del país se fue deteriorando. La inflación era imparable y los salarios no crecían, por lo que el poder de compra de los trabajadores se debilitaba cada vez más. Ante este contexto, siguió creciendo la movilización y organización de los trabajadores en general y de los funcionarios en particular. En noviembre de 1964, se comenzó a expresar públicamente un fuerte descontento de distintas organizaciones gremiales de trabajadores de la Administracion Central por el presupuesto votado en 1963. Se definió tomar medidas conjuntas para presionar al Ejecutivo para que envíe un “Mensaje Complementario” al Senado. Ante estos hechos, los funcionaros del Correo expresaron su disconformidad con el presupuesto, ya que no contemplaba las necesidades de su servicio; sumado a que entendían “una burla” que se les haya extendido una hora el turno del sábado mientras se congelaba la compensación por trabajar ese día.147 Así, la Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay, la Asociacion de Correos y Teléfonos y los delegados de los distritos 4, 5 y 6 y subdistritos, se reunieron en la sede social de la AFPU y declararon que frente a la “...insensibilidad” manifestada por los poderes públicos al no contemplar las justas aspiraciones del funcionarado, resolvían iniciar todos los empleados del Correo del país trabajos a reglamento148 y acompañar las medidas que dispusieran la ANFP149 y COFE en común acuerdo.150 Dedicaré un capítulo al análisis de este conflicto y de los actores involucrados, puesto que a través de él se puede visualizar un proceso de cambio en las posiciones y, se podría decir, de ruptura con algunas lógicas instaladas previamente. 147 Dentro del Mensaje Complementario que debería enviarse al Senado, demandaban: aumento en la compensación por mayor horario; la descongelación del suplemento del 20%, adquisición de útiles elementales de trabajo en las oficinas así como uniforme para los carteros que hacía ocho años trabajaban con la misma; garantía de contar con fondos para traslados. En el presupuesto votado por diputados no se aumenta la compensación por horas extra, sino que se extiendia el horario de trabajo sin asegurar el cobro de las mismas. Los funcionarios habían propuesto una forma transaccional a través de una compensación global de $200, a lo que se opone la mayoria del Consejo de Gobierno y en particular el Ing. Gianattasio. “Intervención policial en el Correo” en “El Popular”. núm. 2718. año VII. 20/11/64. p. 10. 148 El “trabajo a reglamento” implica cumplimento exclusivamente de los horarios dispuestos reglamentariamente y tareas a desgano. 149 Sostiene Iguini que la ANFP era una organización “muy especial”, afiliaba en forma individual. Estaba “protegida por los gobiernos, muy vinculada a la embajada americana, pero desgraciadamente también a los servicios de inteligencia, a la propia CIA...(...). Era la que tenía la bandera de los funcionarios públicos...(...) Dentro de aquellas afiliaciones individuales, estaba el caso del Correo...que el Correo era una afiliación colectiva...era una Asociación (...) que era filial de la Asociación de Funcionarios Públicos...” Entrevista a Luis Iguini. Realizada el 29 de agosto, 2014. 150 “Correo: rechazamos la burla.” en “El Popular”. núm. 2708. año VII. 10/11/64. p. 5.

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La policía interviene el servicio. Diez días después de la declaración anteriormente expuesta, la Policia intervino el Correo, intentando desalojar al personal que trabajaba a reglamento. En tono amenazante, el Ministro de Trabajo habría asegurado a los cronistas que pondría en funcionamiento al Correo“...apelando a todos los medios” luego de reunirse con la mayoría del Consejo que también estaba de acuerdo en hacer uso de la policía y el ejército para “'normalizar'” los servicios del Correo.151 En la mañana, los funcionarios de oficinas centrales cuando llegaron al Edificio Central (ubicado en la esquina de Buenos Aires y Treinta y Tres), se encontraron con que el Director había dispuesto que se retiraran las tarjetas de registro de asistencia. De todos modos, se mantuvieron en sus puestos de trabajo ante el avance de los efectivos policiales, como expresión de protesta.152 Según describió “El Popular”, el “...despliegue resultó espectacular”. Tanto así, que parecía, se estaba frente a “...una operación de tipo militar” con un claro objetivo para “...conquistar”. El edificio del Correo Central fue rodeado por numerosos efectivos y en su patio central se ubicó un cuerpo de gases en “...posición de alerta.” con la orden de desalojar en el plazo de una hora. 153 Mientras tanto, la Dirección del Correo exigía que se entregaran las carteras a lo que se negaban los carteros. Al mismo tiempo, delegados gremiales realizaban gestiones en Casa de Gobierno y Ministerio de Trabajo y Hacienda. Finalmente los trabajadores no fueron desalojados y a las 11 volvieron a sus puestos, trabajando “a reglamento”.154 De todos modos, resulta de gran significado este despliegue represivo, que, si bien no fue aplicado en toda su capacidad, expresó, por un lado, la voluntad del gobierno de no negociar con los funcionarios movilizados, y por otro, la decisión del funcionarado a seguir con su lucha. Los postales realizaron una Asamblea en la que se votó proseguir con la medida; respondiendo de este modo a las amenazas del director Ubillos 155, quien dijo que no toleraría más que se trabaje “a reglamento”156 Mientras tanto, el gobierno se negaba a considerar el pedido de adherir un Mensaje Complemetario al Presupuesto solicitado por los funcionarios públicos con el argumento de que se encontraban en conflicto los postales y los funcionarios de Salud Pública. En ese marco, la COFE y la ANFP 151 “Intervención policial en el Correo”. Op. Cit. 152 Ibídem. 153 Ibídem. 154 Ibídem. 155 El nacionalista Francisco Mario Ubillos fue Ministro de Industria y Trabajo entre 1964 y 1967. 156 “Intervención policial en el Correo”. Op. Cit. 41

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llegaron a un acuerdo: pasar a la huelga general si el pedido del mensaje complementario seguía sin considerarse.157 Esta articulación no es un hecho para nada menor de acuerdo a lo que considerábamos en el capítulo II. Las experiencias de estos años obligaron a las distintas organizaciones a superar diferencias y unirse en la lucha. Continuado el trabajo a reglamento, los trabajadores fueron finalmente desalojados el 21 de noviembre y el Correo fue ocupado por la policía. A partir de las 9 de la mañana efectivos de varias comisarías comenzaron a ubicarse en los accesos y en el interior del Correo. Hacia las 10.30 fueron reforzados y se ubicaron en cordón preparando el desalojo. Media hora más tarde, el personal era convocado a asamblea en el hall central, siendo informado de la intimación del Director General. El gobierno había decidido que la correspondencia fuera repartida por efectivos policiales o por el Ejército.158 A los carteros no se les permitió ingresar, entonces pidieron que los sacos (que les eran reclamados) fueran labrados por escribano. Todos los funcionarios se seguirían convocando al local del correo, en caso de que no los dejaran entrar, firmarían un libro donde se notificaría que se presentaron a trabajar. Comenzaron a recibir apoyo de gremiales del exterior como la ICTT; así como los postales argentinos que no enviaron cartas a Uruguay.159 Entrevistado por “Época”, el subdirector del Correo admitió que los reclamos de los trabajadores eran justos; pero que, sin embargo, el ejército, en caso necesario, ayudaría a la policía en el cumplimiento de la función.160 Reuniendo fuerzas. Se reunieron el 22 a la noche, considerando la situación, la Asociación de Postales, Asociación de Empleados de Correos y Telégrafos y la Asociación de Estafeteros y de delegados de distritos. Resolvieron (ante la ruptura por parte del Instituto Postal de la posibilidad de diálogo) que si la Direccion General de Correos impedía el lunes que alguno de los funcionarios llevara adelante sus labores, quedaría automáticamente decretada la huelga general. Para su coordinación, se constituyó un Comité integrado por dos miembros de cada una de las Asociaciones. Comenzaron el 23 la huelga al verse impedidos de ingresar a sus puestos de trabajo.161 Quedaron numerosísimas sacos de correspondencia (entre 2000 y 5000) en poder de los militares y 157 “Huelga general iniciarán los funcionarios el 25 si el 24 no hay Mensaje Complementario.” en “Acción” núm. 5648. Año XVII. 20/11/64. p. 4. 158 “Correo: entraría hoy la policía” en “El Popular”. núm. 2719. año VII. 21/11/64. p. 1. 159 “Funcionarios postales. Se agrava la situación: solidaridad internacional.” en “Época.” núm. 868. año 3. 21/11/64. p. 16. 160 Ibídem. 161 Artículos varios de “El Popular”. núm 2721. año VII. 23/11/64

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policías, que se vieron superados totalmente por las cifras y por el desconocimiento del oficio. Asimismo, se denunció la manipulación de la correspondencia por parte de los efectivos asignados a la función.162 Por otra parte, el Ministro de Industria y Trabajo Ubillos amenazó a los funcionarios con sustituir a aquellos que no cumplieran con su trabajo y, Miguel Aguerre Aristegui, Director del Correo, amenazó con dar tres días de sanciones por cada uno de falta a los que llevaran a cabo la huelga. Incluso aquellos que se presentaran a trabajar tenían que declarar que desempeñarían sus labores con “'entera normalidad'” renunciando al trabajo “a reglamento”; en caso contrario no se les permitiría la entrada; dando claras muestras de la violación del derecho de huelga estipulado en la Constitución. Instalada la huelga, se confirmaron noticias de que los funcionarios de Salto, Maldonado, Lavalleja, Tacuarembó y Mercedes la acataban. Una delegación de postales se dirigió a la Comision de Legislacion del Trabajo de la Cámara de Diputados, a la que se solicitó que mediara en el conflicto.163 Ante este conflicto, se fue expresando la solidaridad de diversos colectivos de trabajadores, de distintas expresiones filosóficas y políticas. Por ejemplo, la Federación Internacional del Transporte (ITF) presente en 80 países “democráticos”; la CSU ofreciendo su mediación e invitando a los poderes públicos a abrirse al diálogo, la ANFP, la recientemente fundada COFE; la Unión de Centros de marinos (filial de la CSU y de la ITF), CNT, CTU, AUTE, ferroviarios, funcionarios de OSE, Mesa Sindical Coordinadora de los Entes Autónomos y Servicios Descentralizados (MSC) y Ferroviarios.164 De todos modos, cuando llegaron momentos más duros, entendieron los postales que el apoyo fue insuficiente y no superaba el nivel de las declaraciones públicas; en especial de parte de la ICTT.165 Cabe destacar que los jefes de oficina de Correos hicieron pública una Declaración en contra de la intervención del servicio invitando al diálogo y al reconocimiento de los justos reclamos presupuestales de los funcionarios; criticando el hecho de que no hayan querido dar garantías de los

162 “Correos de 76 países se solidarizarían con el Paro” en “Acción”. núm. 5651. año XVII. 23/11/64. p. 4. 163 “Plan Ubillos: Intimación y reemplazo de los postales” en “El Popular”. núm. 2722. año VII. 24/11/64. p. 5. 164 “Mantienen la huelga los funcionarios postales”en “Acción.” núm. 5452. Año XVII. 24/11/64. p. 5. “Inicióse la Mediación Parlamentaria en el Conflicto de Empleados Públicos” en “Acción” Año XVII. Núm. 5453. 25/11/64. p. 5. “El gobierno amenaza a los funcionarios del Correo” en “Época.” Núm. 871. Año 3 24/11/64. p. 1. “La mediación cita a Ubillos y a los postales” en “El Popular”. año VII. Núm. 2723. 25/11/64. p. 10. “Mañana consideran la siuación del conflicto en Asamblea General, Funcionarios Postales” en “Acción.” núm. 5656. Año XVII. 28/11/64- p. 5. “Hoy los funcionarios se reúnen en Asamblea” en “Época”. núm. 876. año 3. 29/11/64. p. 15. 165 “El Personal de Correos resolvió continuar la huelga, no acatando la intimación.”en “Acción” núm. 5658. año XVII. 30/11/64. p. 4.

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bienes del correo y de la correspondencia cuando expulsaron a los funcionarios.166 Llegando a la fecha límite propuesta por COFE y la ANFP para aguardar el envío del Mensaje Complementario, el gobierno mantuvo firme su postura de que hasta que no se levantaran las medidas, no negociaría.167 Un trabajador declaró a “Época” que “la firmeza con que los trabajadores han encarado esta lucha hace ver con claridad que el triunfo está al alcance de la mano, ya que el Gobierno no podrá mantenerse en esa posición de intransigencia, pues bien sabe que en los funcionarios públicos está su mayor caudal electoral. De mantenerse en esta posición, puedo asegurar que ningún trabajador del Correo lo votará en la próxima elección.”.168 Estas expresiones, dan la idea de que, en la experiencia de lucha, los funcionarios fueron siendo más conscientes de su lugar en la sociedad; se comenzaron a romper los lazos establecidos a través del clientelismo político, y de que existía una necesidad creciente de organizarse y luchar. Con la lucha se logra conquistar reivindicaciones. Finalmente se autorizó que la Comisión de Legislación del Trabajo mediara en el conflicto. Afirma “El Popular” que, haber llegado a la mediación, fue consecuencia de la movilización y “...firmeza” del gremio, que no se dejó amedrentar ante las “...amenazas” del Gobierno.169 Con la mediación de la Comisión se abrieron posibilidades de alcanzar acuerdos y terminar el conflicto. Todas las reivindicaciones de los trabajadores tendían al mejoramiento de las condiciones laborales y salariales, previendo la situación del constante aumento de precios y de la pérdida de capacidad de consumo. También el reconocimiento de algunas categorías, en especial para los eventuales, quienes vivían una situación aún más dura. Sin embargo, muchas de las reivindicaciones eran entendidas como “excesivas” por el Ministro Ubillos. El comité de emergencia realizó reuniones directamente con los diputados170 que formaban parte de la comisión mediadora; pero el Ejecutivo no estaba dispuesto a enviar un nuevo Mensaje Complementario que contemplara la situación de los postales dentro del presupuesto 1963, sino recién en el de 1964. Mientras tanto, los 166 “Mantienen la huelga los funcionarios postales” Op. Cit. Y “La mediación cita a Ubillos...” Op. Cit. 167 “El gobierno amenaza a los funcionarios del Correo” Op. Cit. 168 Ibídem 169 “La mediación cita a Ubillos...” Op. Cit. Ver también “Inicióse la Mediación Parlamentaria...” Op. Cit. 170 Resulta interesar tener en cuenta esta valoración que hace uno de los entrevistados: “Teníamos conexiones con (...) gente del gobierno, del Partido Colorado...” 60 y pico largo... integraba lista con Zelmar... “yo era amigo de Zelmar...”. Entrevista con Miguel López. Op. Cit.

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trabajadores se mantenían movilizados y agotando todos los recursos de negociación.171 Nuevamente se encontraron con una posición completamente intransigente de parte del Consejo de Gobierno que votó (menos Vasconcellos y Abdala) el emplazamiento para el 30 de Noviembre. A partir del mismo se “exhortaba” a los trabajadores a volver a sus puestos de trabajo a partir de la hora 0 del dia 30 de noviembre, bajo “amenaza” de “adopción de las medidas [que] por derecho correspondan.”172 El consejero Beltrán señaló que podría destituirse a los postales sin la venia del Senado argumentando que había “'...abandono colectivo del trabajo”, motivo por el que el Estatuto del Funcionario dejaba de aplicarse.173 Esto podría hablarnos del creciente temor por los “desbordes” en las movilizaciones, ya no sólo de los obreros del sector privado, sino de los públicos; junto a la profundización de las posiciones entre grupos anticomunistas e anti-izquierdistas, por el presunto crecimiento de estas tendencias dentro de los sindicatos de funcionarios públicos.174 La patria (directamente asociada con el régimen democrático) se veía agredida por un enemigo externo que violaba, desde el punto de vista de las clases conservadoras, el marco de legalidad. Por lo tanto, debía ser defendida, incluso (como su enemigo) superando el marco de la legalidad. Mayor preocupación causaba aún esto, cuando el “enemigo” estaba inserto en el propio estado, dentro del funcionarado y tenía la posibilidad de paralizar los servicios básicos, y, así, la vida del país. Esta situación, como ya he mencionado, conllevó una creciente estigmatización de la protesta social, llevando paulatinamente a la toma de medidas tendientes a la criminalización de la misma.175 171 “Postales: principio de solución” en “Acción”. núm. 5654. año XVII. 26/11/64. p. 4. “Sigue la policía repartiendo cartas” en “Época”. núm. 873. año 3. 26/11/64. p. 14. 172 Recordar al respecto algunas apreciaciones que hacía en el capítulo anterior. 173 Ver los números de “El Popular” y “Época” del 27/11/64 174 BROQUETAS, Magdalena. Op. Cit. p. 71 y p. 90. 175 Así lo expresaban integrantes de la “Legión Artiguista” (integrada por militares) al Coronel Carlos Martín en julio de 1963. (carta enviada el 30-7-63. Carpeta n°1172. DNII.) En ibídem. p. 119. Ver también p. 127 y pp. 199-200. El creciente peso de las FF.AA fue un proceso que se vió motivado por varios factores, entre los que destacan el contexto latinoamericano, donde, en parte a impulsos de los EE.UU las FF.AA nacionales comienzan a tomar protagonismo en la vida política; junto con la solicitud de parte de la clase política de que tomaran atribuciones que no le correspondían hasta el momento (ante catástrofes naturales, creciente movilización popular). Esto llevó a que la población naturalizara esta participación y que hasta en ciertos momentos reclamara mayor involucramiento también. LOPEZ CHIRICO, Selva. Estado y fuerzas armadas en el Uruguay del siglo XX. Ediciones de la Banda Oriental. Montevideo, 1985. pp. 111-144 Ver también REY TRISTÁN, Eduardo. Op. Cit. p. 49 Sostienen Chagas y Trullen que durante las inundaciones de 1959, “hubo una tregua implícita, aflojaron las tensiones sociales y políticas y por primera y única vez, se decretaron Medidas Prontas de Seguridad con el beneplácito general.” (p. 139) CHAGAS, Jorge. TRULLEN, Gustavo. José D'Elía. Memorias de la Esperanza. Ediciones Trilce. Montevideo, 1996. Sostiene Hobsbawm que desde la segunda mitad del siglo XX hubo un progresivo aumento de la violencia en la vida pública, acompañado de un proceso de naturalización de la misma entre la población y por parte del Estado; llevando al “perfeccionamiento” de técnicas represivas por parte de las autoridades públicas. Habiendo una creencia tradicional de que “la fuerza física debe usarse en la medida en que no se disponga de otros métodos o los que existen sean ineficaces” en el contexto se volvió una posibilidad de uso indiscriminado. (p. 196)

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Con el emplazamiento se rompió la mediación; sin embargo, la Comisión de Legislación del Trabajo intentó continuarla, comprometiéndose con las tres agremiaciones vinculadas en el conflicto (funcionarios postales, estafeteros y telegramas y correos) a garantizar el pago de lo adeudado y dar solución al conflicto, garantizando el normal retorno a los puestos de trabajo, sin represalias.176 Una gran Asamblea. En la asamblea del 28 de noviembre, realizada en el salón de actos y las escaleras de acceso de Casa de Galicia con la presencia de unos 2000 funcionarios, se presentaron 7 mociones, que hacia el final de la misma se resumieron en tres: 1. Levantar el conflicto; 2. Realizar un plebiscito; 3. Continuar con la medida. Ganó por abrumadora mayoría la tercera; así, se resolvió rechazar el emplazamiento y mantener la huelga. La asamblea repudió al gobierno y en especial al ministro Ubillos; pidiendo la renuncia del Director del Correo Aguerre Aristegui, quien fue tachado de “'inepto y enemigo de los postales'”. Artegoitia anunció en la Asamblea que, como delegado de la Internacional de Empleados de Correos (ICTT), iniciaría desde el 30 a las 18hrs una huelga de hambre en la Plaza Independencia.177 Mientras tanto el gobierno, según denunciaron en “Acción”, siguió intimidando a los funcionarios a volver a sus puestos de trabajo, a través de presuntos beneficios.178 El emplazamiento fue un fracaso para el gobierno y, dando un paso más en la tensa relación, amenazaron con despedir a todos los huelguistas si no retornaban al trabajo en 48hrs; al tiempo que se resguardaba con guardia policial los alrededores del Correo para preservar a los que querían ir a trabajar; mientras que se reprimía a los trabajadores que se mantenían acampados a los alrededores. El subdirector del Correo, Antonio Sosa, mantuvo contacto con los funcionarios y la Comisión de Legislación del Trabajo, que continuó con la mediación entre trabajadores y Ubillos intentando reanudar las negociaciones. Los trabajadores acordarían si los Ministros de trabajo y Hacienda se comprometían a garantizar el pago de las compensaciones y no tomaban represalias contra los HOBSBAWM, Eric. “Las reglas de la violencia” en HOBSBAWM, Eric. Gente poco corriente. Resistencia, rebelión y jazz. Editorial Crítica, Barcelona, 1999. pp. 193-198 176 “Con el Emplazamiento, el Gobierno rompió mediación” en “El Popular” núm. 2726. año VII. 28/11/64. p. 9. 177 “Continúa huelga de los postales” en “El Popular”. núm. 2728. año VII. 29/11/64. p. 9. Recuerda Gonzalez que “hicimos una huelga de hambre por una semana, sin estar en la Dirección." Entrevista con Alfredo González. Op. Cit. Como decíamos anteriormente la ICTT se alineaba a las tendencias internacionales anti-comunistas. Resulta llamativo que tomara esta medida un delegado que públicamente decía pertenecer a esa tendencia y que atrás de él, junto con otros, fuera González. 178 “El Personal de Correos resolvió continuar con la huelga no acatando la intimación” en “Acción”. núm. 5657. año XVII. 29/11/64. P. 4. Ver también “Hoy los funcionarios se reúnen en Asamblea” Op. Cit

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trabajadores. Por su parte, la direccion de Correos envió al Ministerio del interior la lista de los funcionarios que no se presentaron a trabajar, en un acto de persecución sin precedentes. 179 Mientras tanto, iniciaron la huelga de hambre Alfredo González, Jorge Young y E. Artegoitia con el apoyo del funcionarado; sumándose en los días subsiguientes nuevos huelguistas.180 En medio de las negociaciones y para encontrar una salida rápida del conflicto que ya llevaba 10 días, la plataforma se sintetizó en dos puntos: aumento de $300 por sábados y feriados trabajados y derogación de la hora de trabajo extra que establecía el proyecto presupuestal. Esto fue presentado públicamente por los funcionarios en un mitín en la plaza Independencia organizado por la CSU en el que participaron gremiales de aquella confederación y de la CTU. Mientras tanto, el gobierno seguía pretendiendo despedir sin posibilidad de apelación a todos los funcionarios que no se presentaron a trabajar.181 Simultáneamente, en el parlamento, Enrique Rodriguez (representante por el Frente Izquierda de Liberación (FIdeL)), propuso que mediara el senado en el conflicto a través de la Comisión de Previsión y Asistencia Sociales; medida que no fructiferó por el ausentismo blanco (UBD) y los votos en contra de Ortiz, Haedo, Rosas (nacionalistas) y de López Toledo (“gestidista”).182 Por su parte, Ubillos se manifestó de acuerdo con dar cabida a algunas medidas en la Rendición de Cuentas de 1964 (en base al documento presentado por la Comisión Legislacion del Trabajo de la Cámara de Diputados). Los postales sostuvieron que, manteniéndose la amenaza de despido, era dificil que los trabajadores pudieran seguir negociando y que estuvieran dispuestos a levantar la medida.183 El 2 de diciembre se realizó un Paro General de 24 horas convocado por la ANFP en apoyo a los postales. Ese mismo día, se reunieron delegados COFE y de ANFP para tomar medidas en conjunto. La propuesta de la ANFP era que se decretara una huelga por tiempo indeterminado. 184 Si bien COFE no estaba en condiciones de realizar el paro, haría gestiones para tratar de destrabar el conflicto.185 El Ejecutivo presentó un nuevo emplazamiento por 48 horas amparándose, nuevamente, en el 179 “Correos: tensa espera, solamente tres respondieron hoy al emplazamiento” en “Acción”. año XVII. Núm. 5658. 30/11/64. p. 5. 180 Noticias varias en las fechas 1-12-64 y 3-12-63 en “El Popular.” 181 “Correos: tensa espera...” Op. Cit. 182 “Fracasó ayer el emplazamiento al gremio postal” en “El Popular”. núm. 2729. año VII. 01/12/64. p. 1. 183 Noticias varias de “El Popular” del 1 y 2 de diciembre. 184 “Paro general de 24 horas cumplen mañana los funcionarios públicos: apoyan a los postales.” en “Acción”. p. 4. núm. 5659. año XVII. 01/12/64. “Otra intimación; media el senado.” en “Época”. p. 17. núm. 878. año 3. 01/12/64. p. 17. 185 “Decide hoy la Asamblea de funcionarios postales” en “El Popular”. núm. 2731. año VII. 03/12/64. p. 1.

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Estatuto del funcionario público; mientras que, representantes de la AFPU, se reunieron con el Ministro del Interior para hacerle conocer su postura de que no continuarían con las negociaciones si seguían habiendo efectivos policiales en algún centro de trabajo.186 Otra gran Asamblea. Culmina el conflicto. Con el apoyo de una declaración de la Comisión de Previsión y Asistencia Social que se manifiestó en similares términos que la Comisión de Legislación del Trabajo; opinaron en “El Popular” que el gremio postal llegó a la nueva Asamblea más unido “...que nunca”, “...firme” y “...orgulloso” por haberse enfrentado a los “ilegales” emplazamientos del Gobierno. En dicha asamblea, realizada en el Platense Patín Club, decidieron levantar el conflicto de acuerdo a los compromisos realizados por Ubillos y la Comisión de Legislación del Trabajo; quedando encargados de convenir con el Ministro de Industrias y Trabajo, la Comisión Inter-Sindical de Huelga, el Asesor Letrado Dr. Ruben Caggiani187 y el Subdirector Regional del ICTT188 Torra Lazo.189 186 “Paro general de 24..” Op. Cit. Y “Otra intimación...” Op. Cit. 187 Rúben Caggiani fue asesor jurídico de la Unión de Obreros, Empleados y Supervisores de FUNSA en 1958. GONZALEZ SIERRA, Yamandú. Un sindicato... Op. Cit. p. 113. 188 Según Bozza, la Internacional de Trabajadores de la Comunicación, Teléfonos, Correos y gremios afines (ICTT), era una organización “aliada” a la IADSL con importante influencia también sobre el sindicalismo latinoamericano, puente específico para esta alianza fue una organización aliada del IADSL que también proyectaba su influencia sobre el sindicalismo latinoamericano. Nacida en la década de los 50s por impulso de la Comunications Workers of América (CWA), tenia como una de sus tareas esenciales la capacitación de trabajadores desde la óptica del “sindicalismo democrático”. Afirma Bozza que los dirigentes de esta organización “exaltaban abiertamente la política exterior norteamericana y las bondades de la “libre empresa””.BOZZA, Juan Alberto. Op. Cit. p. 69. En 1956, en Laboremus decían los postales sobre la ICTT entienden que su carácter “democrático y por ende antitotalitario” constituye una “garantía de que los Organismos afiliados, están totalmente depurados de toda tendencia perturbadora, y habla de su elevada moral y de la pureza de principios que la guía” motivo por el que recibe el apoyo “universal de todos los pueblos libres.” Con pesar, observan que muchos de los gremios de correos, telégrafos y comunicaciones latinoamericanos, “por diversas causas, algunas ajenas a la buena voluntad y deseos” no están afiliadas a la ICTT y, por ende, no participaron del Congreso del organismo del año 1955. Sin embargo, el Uruguay “ha sido puntual con esa obligación de afiliación y apoyo” concurriendo “con grandes sacrificios” al Congreso; como era de esperarse “dada nuestra expontánea (sic) colaboración con todo movimiento que trasunte un hecho, o una aspiración en favor de los derechos del hombre...” Aspiran a que cuando todos los colegas latinoamericanos conozcan la plataforma de la ICTT inmediatamente se afiliarán.“El próximo Congreso Internacional de la ICTT” en Laboremus. Órgano Oficial de la Asociación de Empleados de Correos y Telegrafos del Uruguay. Año 24. N° 66. Montevideo, Diciembre de 1956. Segun versa en ese número, se llevaría adelante un Seminario Internacional de Capacitación Sindical en mayo del año siguiente en Montevideo; con el apoyo de las organizaciones uruguayas: Confederación Sindical del Uruguay, Asociación de Empleados de Correos y Telégrafos del Uruguay, Federación de Empleados y Obreros de Telecomunicaciones (con la aclaración “Empresas Privadas”) y la Asociación de Funcionarios Postales del Uruguay. Se señala que el Seminario surgió por el auspicio dle representante interamericano de la ICTT con la colaboración de la CIOSL y la ORIT. (p. 36) Dicho Seminario surge de la necesidad visualizada de capacitar mejor a los dirigentes gremiales en la negociación. Y que “La CIOSL, la ORIT, la ICTT y sus organizaciones afiliadas en nuestro país, creen de fundamental importancia para nuestros trabajadores la formación de dirigentes y activistas gremiales de profunda convicción democráticas y la capacitación de los mismos, de acuerdo a los conocimientos modernos que todo sindicalista debe tener, así como la versación en legislación actual para mejor defensa de los trabajadores.” pp. 36-37. 189 Artículos en “El Popular.”, “Acción” y “Época” del 03/12/64.

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Como saldo del duro conflicto, la Asamblea, considerando la imperiosa necesidad de unificar al gremio postal de la República en una sola organización nacional que defendiera los intereses gremiales de sus asociados y, tomando en cuenta el formal compromiso de la ICTT de colaborar para la estructuración de una Federación Nacional Postal del Uruguay, decidió encomendar a las directivas de la Asociación de Estafeteros en coordinación con las Asociaciones Postales Departamentales y convocar a la brevedad posible a un Congreso Nacional Constituyente de la Federacion Nacional de Postales del Uruguay.190 Saldo más que positivo de la dura huelga, y que alineó a los postales en las tendencias unitarias de la época y con una visión más clasista producto de haber vivido esta difícil “experiencia de clase”. Al reintegrarse a sus puestos de trabajo, los funcionarios se encontraron con una situación desastrosa por la intervención de la policía en el cumplimiento de las funciones postales; sumado a las denuncias de usuarios del Correo sobre la violación de su correspondencia. Esto implicó trabajo extra de reordenamiento, clasificación y distribución.191

190 “Quedó solucionado el conflicto en el Correo” en “Época”. núm. 881. año 3- 04/12/64. p. 15. 191 “Solucionado el conflicto, volvieron hoy a sus funciones los trabajadores postales.” en “Acción”. núm. 5662. año XVII. 04/12/64. p. 5. En “El Popular” también lo notifican, pero de forma breve sin hacer mayores menciones. Ver los números del 7 y 8 de Diciembre. Las crecientes destrezas de los servicios de inteligencia y enlace nacionales (con apoyo técnico de EE.UU), según declaró el ex Jefe inteligencia y enlace comisario Alejandro Otero, “se pusieron en práctica en los grandes conflictos sindicales de UTE y del Correo en 1963 y 1964 respectivamente.” El conlficto del correo fue particularmente provechoso puesto que mientras se sustituyó al funcionarado, pudieron revisar correspondencia intercambiada con los países socialistas. Al levantarse el conflicto dejaron a un funcionario, segun declaracion de Otero, con quien habian entablado “amistad” que se encargada de continuar con la tarea. De este modo mejoraron la información de los ficheros de personas con tendencias “comunistas” Hasta ese momento la extraían de “El Popular” y “Época” y otros órganos de prensa de izquierda. Afirmó que con la información conseguida en el Correo, hicieron ficheros nuevos. BROQUETAS, Magdalena. Op. Cit. p. 231.

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Capítulo V. Los signos de la transformación.

Como hemos podido observar en los capítulos anteriores, el gremio postal en sus diversas expresiones, se enfrentó, en el marco del agudizamiento de la crisis uruguaya, a duras luchas por el respeto de sus derechos mínimos. En ese proceso fue mejorando su organización, ampliando su movilización y creciendo en la articulación con otros actores del movimiento sindical en proceso de unificación. El proceso por el que el sindicato de postales fue tomando posiciones más hacia el arco de las izquierdas, no fue lineal ni sencillo. Se fue concretando a lo largo de la década de los 60s con, por ejemplo, la afiliación a COFE, la aceptación al ingreso de la CNT (1969), y, hacia inicios de la década del 70, con el triunfo de la lista liderada por Matto y González. 192 Entiendo que los años que estudiamos son significativos en dicho proceso, por el hecho de que es allí donde se comienzan a tomar posiciones de tinte más “clasista” en un proceso que, como señala Thompson, no es lineal ni mecánico, sino que parte de vivenciar la “experiencia de clase”. Las posiciones de la Asociación de Empleados de Correos y Telégrafos del Uruguay hacia fines de los 50s. Defensa de la CSU. En 1956, dio cuenta la revista "Laboremus"193, que ante la recepción de invitaciones “casi a diario” para conformar una “Central Única” con programas “similares entre si”; la Comisión Directiva de la Asociación de Empleados de Correos y Telégrafos del Uruguay declaró que no participaría de las mencionadas instancias, puesto que existiendo la CSU, entendían que era a ésta donde se debía concurrir y “...darle la fuerza moral y material...” Sostenían que la creación de organismos de esta índole llevaba al “debilitamiento” de las fuerzas de los trabajadores y creaba

“confusión y

desaliento” entre la clase trabajadora.”194

192 Entrevistas con Alfredo González, José Matto y Luis Iguini. 193 Cfr. Capítulo II. 194 “Norma sindical” en Laboremus. Órgano Oficial de la Asociación de Empleados de Correos y Telegrafos del Uruguay. Año 24. N° 66. Montevideo, Diciembre de 1956.

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Miguel López, quien entrara a la función postal en 1957, recuerda que participó en alguna instancia de formación del IUES, pero luego no fue más ya que lo "ficharon" porque leía "Marcha".195. Matto afirma que el IUES estuvo apoyado por la embajada de EE.UU y que, a sus cursos fueron “...carradas” de postales. Raúl Ferreiro, que ingresó a la administración de correos durante la Dictadura, pero que luego de la salida de la cárcel de Alfredo Gonzalez militara a su lado, sostiene que el Correo, tuvo una “...tradición muy grande de amarillismo” y de vinculaciones con la ICTT, central internacional a la que hice mención en reiteradas ocasiones.196 Si bien no podemos hablar de que dentro del sindicato existieran tendencias con posiciones contrarias a las de los trabajadores (como se suele expresarse desde filas comunistas con respecto a aquellos que no compartían sus posiciones, métodos, estrategias y tácticas 197); entiendo que es significativa la siguiente apreciación de los postales ante la realización del II Congreso Postal, expresando con alegría que fue esta instancia una muestra más de que “...la unidad es fuerza”, pero “...no fuerza bruta, sino fuerza de razón y de lógica” resultado del trabajo de un grupo de funcionarios desvelados por “...la noble tarea” de llevar “...bien alto la insignia institucional.”198 Pero ¿qué pasó cuando la Institución les dio la espalda y ya no eran iguales las condiciones para seguir defendiendo y luchando por "...la insignia institucional."?. Como hemos visto, cambiaron las posiciones de los trabajadores agotada su paciencia por la imposibilidad de ejercer derechos mínimos como el cobro de un salario, por solo mencionar un ejemplo. En medio de este contexto ingresaron al Correo Alfredo González y José Matto (y probablemente otros tantos que la memoria individual y colectiva no ha permitido recordar). Contexto en el que imperaba un discurso anticomunista y una apatía generalizada con la que chocaron sus posiciones más combativas; pero por otra parte, como veíamos en el marco histórico, en proceso de agotamiento; por lo que se confirma la idea de que el avance hacia posiciones más de izquierda no tuvo que ver exclusivamente con la actitud de los partidos de esta tendencia (en especial el comunista), sino también (y especialmente) con la agudización de la crisis; en una combinación de ambos aspectos, a lo que se podría sumar, la ruptura de los canales de negociación y diálogo que hasta ese momento aparentemente existían. 195 Cfr. Capítulo II de esta monografía. 196 Entrevista a Raúl Ferreiro. Realizada el 6 de Diciembre, 2013. 197 Ver SILVA SCHULTZE, Marisa. Aquellos comunistas. (1955-1973). Taurus. Montevideo, 2009. p. 90 198 “Un poco de historia” en Laboremus. Órgano Oficial de la Asociación de Empleados de Correos y Telegrafos del Uruguay. Año 24. N° 66. Montevideo, Diciembre de 1956.

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Principios de los 60s. Gonzalez ya estaba en el Correo desde fines de los 50s. Matto entró el 62 con 20 años; primero en el distrito 4 en Belvedere y luego en el de Colón. Recuerda que el gremio postal era dirigido por “...un sindicato amarillo”. Se incorporó a la militancia gremial gracias a “un muchacho que vino y me habló”. Al poco tiempo dice que los “...detectaron” y se afiliaron al Partido Comunista. Alfredo Gonzalez dice que fueron cruciales los conflictos por el atraso en los pagos de salarios. A partir de los mismos fueron “...armando la cosa” puesto que lograron ir “...ganando cosas y cosas y cosas...” y la gente quedaba “...enloquecida”199 En el año 62 fue la primera vez que fue preso por "cuestión sindical..." porque como "…siempre”, no habían cobrado y “...había un lío bárbaro”. Sostiene que desde ese momento, "...se fue agudizando la lucha y agudizando”, proceso que derivó finalmente en que tomaran el sindicato en sus “...manos"200

Pero no sólo la crisis... Matto, uno de los protagonistas de la historia del sindicato de postales de los últimos años, habría jugado un papel de trascendencia en el proceso que observamos según recuerda el ex-dirigente de COFE y miembro del PCU, Luis Iguini. Hacia fines de los 50s y los 60s, “...el caudillo, el hombre de masas” entre los postales era Alfredo Gonzalez. En el intento de organizar a los funcionarios estatales, buscaron ponerse en contacto con los postales, para unificar a los gremios (no individualmente) chocando así “violentamente” con la filosofía de la ANFP, que afiliaba a los funcionarios individualmente, no por gremios. Entonces comenzaron “...la batalla por todo” tratando de llegar a todos los gremios. Recuerda que fue un proceso trabajoso porque en aquel entonces, la mayoría de los gremios de funcionarios públicos estaban dirigidos por batllistas y blancos. Sostiene que “...la batalla por el Correo” la dieron a través de José Matto, con quien se reunían “...para influir en las asambleas del Correo” y enfrentar las posturas mayoritarias, a las que, según su versión, adhería Alfredo González.201 González habría cambiado su posición, al convencerse de 199 Entrevista con Alfredo Gonzalez. Op. Cit. 200 Ibídem. 201 Iguini destaca en la entrevista la importancia del aparato sindical del PCU. Según sostiene Leibner, l a lógica de aparato, si bien es propia de la era Gómez, no dejó de existir como medio de llevar a cabo definiciones tomadas de modo central en el Partido y dirigidas hacia las bases por dirigentes leales a estos organos centrales. LEIBNER,

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que Matto y quienes estaban organizando a los funcionarios como Iguini, seguían una “línea justa”.202 Acto seguido, el gremio en su conjunto, habría cambiado de postura. Así fue que, indudablemente, dentro del gremio postal “...hubo un cambio”, incluso cuando habían presidentes de las asociaciones de otras tendencias (batllistas, blancos) se podía coordinar. Recuerda, por ejemplo, a un presidente que era militante batllista, con quien se llevaban “...perfectamente” ya que “...el compañero” respetaba y acataba todas las medidas de lucha.203 Debemos recordar, nuevamente, los cambios en la interna del PCU, en particular con los congresos entre 1955 y 1958 que marcaron importantes perspectivas que se concretarían en los 60s; postulando visiones no sectarias tendientes a organizar unificadamente las bases. Además de que los comunistas debían tener la capacidad de militar en espacios de base con militantes de otras tendencias o independientes; tratando de propiciar articulaciones entre los militantes, “abajo”, que podrían desembocar en acuerdos políticos.204 En ese marco el PCU sostuvo tres objetivos estratégicos: “lograr la unidad del movimiento sindical, buscar la unidad de la izquierda y construir un gran partido comunista.” 205; esta debía ser la guía de acción

de todos los militantes comunistas en todos sus ámbitos de inserción. En sus relatos, Arismendi, recuerda la importancia del intercambio de los militantes y dirigentes comunistas con los trabajadores, directamente en el lugar de trabajo; en ese intercambio construían las propuestas que luego serían llevadas a los ámbitos de gobierno a través de los diputados comunistas. 206 Mediante estos intercambios y desde las experiencias en la lucha de clases “...las más amplias masas obreras” comprenderían “...mejor” los objetivos “...programáticos.”207 Era además generalizado en aquellos años el sentimiento de que la revolución estaba “a la vuelta de la esquina”, motivado, en gran parte, por el proceso cubano, que propició la creencia en la

posibilidad de realizar cambios radicales y rápidos. 208 Se percibía una especie de “aceleración de los tiempos históricos” que provocó en la militancia sentimientos cuasi irracionales, rozando lo místico y Gerardo. Op. Cit. p. 485. 202 Alfredo González llegó a ser Presidente de COFE, dice Iguini que “fue un presidente muy destacado...” Entrevista a Luis Iguini. Op. Cit. 203 Ibídem. 204 LEIBNER, Gerardo. Op. Cit. pp. 244-245. En un contexto de importantes cambios en el campo socialista mundial y las izquierdas. Proceso de “desestalinización” que conllevó, en América Latina, a cambios importantes en las direcciones de los partidos. REY TRISTÁN, Eduardo. Op. Cit. pp. 43-44 205 SILVA SCHULTZE, Marisa.Op. Cit. p. 31 206 BARROS LÉMEZ, Álvaro. Arismendi. Forjar el viento. Colección Protagonistas. Montesexto, Montevideo, 1987. p. 16 207 Leibner lo toma de Arismendi. 208 RUIZ, Esther. PARIS, Juana. “Ser militante en los sesenta” en BARRÁN, José Pedro. CAETANO, Gerardo. PORSECANSKI, Teresa. Historias de la vida privada en el Uruguay. Individuo y soledades, 1920-1990. Tomo 3. Editorial Taurus. Montevideo, 1998. p. 268

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religioso; motivado por la mística epocal en el marco de los movimientos estudiantiles y populares con resonancia mundial. Pero también, como señalan Ruiz y Paris, por una “tradición” incorporada en los hogares de tono “solidarista” con influencias del batllismo, el saravismo entre los nacionalistas y el cristianismo.209 Paso a paso conquistando espacios. Una de las formas por las que fueron ganando espacios, según recuerda Matto, fue a través de la organización en los distritos y, luego, conformando una Agrupación, en la que había gente con participación política. Esta agrupación estaba integrada sobre todo por funcionarios de los distritos y del Correo Central.210 En octubre de 1963, se hizo pública (solamente en "El Popular") una Declaración de los funcionarios del Distrito 4, dando cuenta de que la Directiva de la Asociación de Funcionarios Postales había desconocido las resoluciones tomadas en la Asamblea del 29 de setiembre pasado, respecto de los plazos para esperar los cobros. Habiéndose incumplido la resolución de que si el 16 no habían cobrado, el 17 paraban automáticamente, el personal del distrito 4° se dirigó a la Casa Central comprobando que la Comisión de la Asociación de Funcionarios Postales no habia llevado a la práctica lo resuelto. Decidieron, sin embargo, seguir trabajando haciendo pública su disconformidad con dicha Comisión.211 Estas acciones, como las que referimos de Gonzalez a continuación, se realizaban en el marco de una fuerte propaganda anticomunista que contaba con el apoyo del gobierno y de organizaciones civiles como la Organizacion de Padres Demócratas (ORPADE) que desde 1962 ampliaba su arco de acción hacia el campo sindical en especial en la órbita estatal. 212 Recuerda Gonzalez que, estando en estado de pre-conflicto, decidieron salir a hacer actividades informativas en la calle. Cuando quisieron volver al local de la AFPU, no los querían dejar entrar porque decían “'los comunistas se van a apoderar...'"213 El temor esparcido en medio de la guerra fría, permeaba casi todos los ámbitos de la vida social; pero muy en especial el sindical, donde la “amenaza comunista” era constante. Sin embargo, como mencionabamos en los capítulos III y IV, durante varios conflictos Alfredo Gonzalez fue integrante del Comité de Emergencia, instancia que se conformaba en los momentos

209 RUIZ, Esther. PARIS, Juana. Op. Cit. pp. 275-276 210 Ibídem. 211 “Declaración de funcionarios postales” en “El Popular”. núm. 2335. año VII. 18/10/63. p. 5. 212 BROQUETAS, Magdalena. Op. Cit. pp. 81-83 213 Entrevista a Alfredo Gonzalez. Op. Cit. 54

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de conflictos.214 Cabe mencionar que, por otra parte, según sostiene Rico, en ese “clima de época” propio de los 60s, se vivía el hecho de tener valores en un sentido de “...posesión personal de principios éticos y como actitud valiente demostrable públicamente (tanto física como intelectualmente).” 215 Creo que en el caso de

la huelga de hambre de 1962 a la que se suma González, se puede visualizar esta idea de "demostrar públicamente" una actitud éticamente correcta a modo ejemplarizante; pero también como forma de generar visibilización frente al colectivo, en el proceso de tornarse un referente sindical. En diciembre de 1962, en "El Popular", apareció una denuncia de persecución a los integrantes de la Agrupación de Postales del Uruguay. Como consecuencia del paro del 28 de noviembre no se le permitió la entrada al Distrito n° 4 al presidente de la agrupación Arturo Montiel 216 (quien tenía el cargo de clasificador) siendo trasladado junto con otros dos dirigentes al distrito n°5. Esta decisión fue tomada desde la Dirección General del Correo a cargo del Sr. Miguel Aguerre Aristegui. Según interpretaron otros integrantes de la Agrupación, con dicha medida se buscaba dispersar a la dirigencia de la misma, que estaba afiliada a CIFE y había participado en sus últimos paros. Sin embargo, aseguraron que “...su ascendiente entre todo el funcionarado del Correo aumenta día a día.” Se expresó, asimismo, en Conferencia de Prensa la “...extrañeza” provocada por declaraciones atribuidas a dirigentes de la ANFP que sostenían que en el Correo no se aplicaban sanciones.217 Si bien, como pudimos observar en el capítulo IV, la COFE (sucesora de CIFE) y la ANFP lograron superar diferencias y acordar medidas en la defensa del funcionarado, lo que anteriormente decíamos, podría mostrar un claro ejemplo de las diferencias y posibles tensiones entre ambas organizaciones y cómo repercutían en las internas sindicales. Desde “El Popular” analizaron que la huelga de diciembre de 1962 del Correo mostró la determinación del funcionarado a luchar por sus derechos, y el avance en la organización que fue causa y consecuencia de la misma. Gonzalez y Arismendi señalaron en este contexto que solamente con “...medidas de fuerza” evitarían en lo siguiente que continúe “...el drama” que debieron sufrir 214 “Correo: fracaso el emplazamiento” en “El Popular”. Núm. 2142. año VII. 20/03/63. p. 1. 215 RICO, Álvaro. “De héroes y traiciones en la épica sesentista”. En DEMASI, Carlos; PIAZZA, Eduardo (comp.) Los héroes fundadores. Perspectivas desde el siglo XXI. CEIU. Tradinco, Montevideo. 2006. p. 34 216 De esta persona no hemos podido encontrar referencias, pero es muy probable que hay sido uno de los que haya militado en posiciones conjuntas con Matto y González. 217 “En el Correo violan derecho de agremiación” en “El Popular” núm. 2394. año VII. 18/12/63. p. 5.

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los eventuales durante cuatro meses consecutivos.218 En el marco del conflicto de marzo del '63, como veíamos en el capítulo III, se observan avances en la organización de los postales en todo el país, lo que significó un fortalecimiento de la herramienta afianzando vínculos que se lograron, de parte de los propios protagonistas de la época, en la organización del gremio en todo el país.219

El conflicto de 1964. La unidad se vuelve imperiosa. Como veíamos en el capítulo anterior, el conflicto de 1964 en el transcurso de la lucha por mejorar el presupuesto, fue sostenido por la Asociación de Postales, Asociación de Empleados de Correos y Telégrafos y la Asociación de Estafeteros y de delegados de distritos coordinados en un comité. 220 Por un lado, la gravedad de la situación pudo haber significado la necesidad de tomar esta decisión, pero creo que también debemos tener en cuenta los antecedentes de los años anteriores, en los que los propios funcionarios reconocieron la necesidad de, en adelante, realizar acuerdos de conjunto. También es de destacar la violencia puesta en práctica por el gobierno para intentar frenar la movilización de los trabajadores. Recuerda Matto que durante el conflicto del 64 se vivieron importantes situaciones de violencia física.221 Si bien no hemos podido encontrar referencias a la operación de organizaciones paramilitares directamente, no se puede menospreciar este testimonio, ya que no se aleja de la realidad de la época, la posibilidad de que hayan sucedido acciones de violencia no sólo desde el estado, sino también entre los civiles. Ante este conflicto, resulta importante tener en cuenta que, si bien se ofreció por parte de la ICTT un apoyo importante al conflicto de los postales 222, esto no se concretó en hechos. Así, consideraron los postales que esta organización internacional no apoyó todo lo que se esperaba, por lo que quedaron solos haciendo frente al conflicto. Todos los gremios se solidarizaron “...moralmente” pero faltaron acciones concretas.223 Sin embargo, destacaron “...hermosos” gestos de solidaridad entre los funcionarios postales, que 218 “Funcionarios intensifican lucha por cobro de sueldos.” en “El Popular”. núm. 2068. año VI. 21/12/62. p. 5. 219 Cabe destacar que en la fotografia que acompaña esta nota aparece Alfredo González. “Triunfo en el conflicto de postales” en “El Popular”. núm. 2148. año VII. 26/03/63- p. 1. 220 “Policías por postales” en “El Popular”. núm. 2721. año VII. 23/11/64. P. 1. 221 Entrevista a José Matto. Op. Cit. 222 Solidaridad internacional. Trabajadores postales de 76 países solidarizados con el paro de los uruguayos. A través de la ICTT cita en Berna, Suiza. "Correos de 76 países se solidarizan..." Op. Cit. 223 “Correos: tensa espera...” Op. Cit.

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estarían mostrando el avance en su “conciencia gremial”.224 Se reconoció que “...la unidad y decisión del gremio” demostrada, fue de forma tal como “...pocas veces se había visto en el país”, al punto de hacer desistir al gobierno de sus propósitos. 225 Así, el sindicato se encontró “...más unido que nunca, firme” y “...orgulloso”226 La dureza de la situación vivida hizo a los postales adquirir conciencia de su situación, organizarse, movilizarse, articular con otros gremios; pero, sobre todo, valorar su lugar en la sociedad y sus posibilidades autónomas de luchar por lo propio.

El triunfo de los militantes de izquierda. El alcance de la conducción del sindicato por dirigentes de izquierda, se concretó, como decíamos anteriormente, hacia inicios de los 70s. Sin embargo, debemos destacar nuevamente los avances que se produjeron en los años que estudiamos ya que marcaron, como hemos visto, una serie de rupturas con distintas lógicas que regían el funcionamiento del sindicato dentro de un contexto general. Si bien en el período que estudiamos siguieron vinculados con organizaciones "democráticas" como la CSU a nivel local y la ICTT a nivel internacional; hacia fines de la década aceptaron el ingreso a COFE y la CNT. El desvinculamiento con las organizaciones de tendencia “democática”, como hemos podido ver en capítulos anteriores, pudo haber tenido que ver con los posicionamientos que éstas tuvieron frente a distintos conflictos gremiales. A esto se sumó, y ahí el punto central de nuestra hipótesis, la creciente presencia en la conducción gremial de miembros con tendencias de izquierda. Fue a través de distintas instancias, como por ejemplo, la instalación de un Colegio de Delegados en 1967, que sustituyó al Presidente que fuera "echado", que se seguió avanzando en la conquista de distintos espacios gremiales hacia el definitivo triunfo en 1973 de la lista que integraban Matto y González. Instalada la Dictadura cívico-militar, sufrieron un enorme retroceso (González estuvo clandestino y preso entre 1976 y 1984; hubo una enorme cantidad de destituídos, entre ellos Matto) perdiendo estos avances; que se comenzaron a recuperar hacia 1985. 224 Ibídem. 225 “El Personal de Correos...” Op. Cit. 226 “Decide hoy la asamblea...” Op. Cit. 57

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Conclusiones.

La crisis estructural que comenzó a emerger en la década del 50 profundizándose paulatinamente en los 60s y las respuestas a la misma llevadas adelante por los colegiados blancos, trajeron importantes consecuencias en los hogares de los trabajadores. Los funcionarios públicos, quienes eran dependientes del Estado (que debía amortiguar los efectos de la crisis), comenzaron a perder privilegios por la pauperización general de la sociedad (a excepción de las clases altas que incrementaban cada vez más sus ingresos). Esto los puso frente a una situación novedosa y cada vez más conflictiva, debiendo aunar fuerzas para hacer más efectivas sus luchas. El golpe de la crisis de los tempranos 60s parece haber sido sumamente duro en los hogares de los trabajadores postales. Diversas situaciones que hemos podido analizar a lo largo de los capítulos de esta monografía, motivaron la movilización del funcionarado postal por el reclamo del respeto de derechos mínimos como el cobro del salario, la garantía de condiciones básicas para trabajar; pero también el mejoramiento general de su situación, teniendo la lucidez de observar que la crisis no culminaría a la brevedad. La respuesta del gobierno, que al mismo tiempo era su empleador, fue, como hemos visto, claramente represiva y no reconocía acuerdos mínimos rompiendo los vehiculos de negociación (y dependencia) que hasta ese entonces regían su relación. Esta experiencia de conflicto permitió que los funcionarios en general y los postales en particular reconocieran el lugar que ocupaban en la sociedad capitalista y las posibilidades de luchar que dependían de sí mismos. Este proceso no fue lineal, sino que tuvo que ver con la acumulación de una serie de situaciones y experiencias que hemos podido observar a lo largo de los capítulos. El gremio postal mejoró así su organización, construyendo lazos de solidaridad en la lucha con sus pares del interior, recibiendo el apoyo desde el exterior y afianzando el vínculo con otros gremios a través de distintas orgánicas sindicales. Podríamos decir que en este período se puede observar con claridad la tensión existente entre organizaciones con pretensiones de “Central” como la ANFP, CIFE, COFE, CSU, CTU, CNT que respondían a distintas filosofías políticas; pero también la apertura a la posibilidad de coordinar actividades, mirando al objetivo común que era la lucha en defensa de los trabajadores. El papel jugado por miembros afiliados o con vínculos con partidos de izquierda en el proceso de 59

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mayor organización y movilización del gremio postal, se puede inferir a través de algunos de los hechos que hemos reseñado. De todos modos, se podría decir que en ese período esto se fue dando de modo silencioso y paciente; y los resultados concretos se vieron tiempo después. Sin embargo, si pensamos en los objetivos que se comenzó a plantear el PCU a partir de los cambios producidos en su interna desde 1955 y los procesos generales que vivió el movimiento sindical y popular en esos años, se podría decir que iban, no sin dificultades, en clara consonancia. Asimismo algunos de sus diputados cumplieron roles fundamentales a través de comisiones parlamentarias específicas que pueden haber significado un mayor acercamiento y confianza, en medio del enfrentamiento con los representantes de los sectores mayoritarios de los partidos tradicionales. La participación y organización de los distritos, la conformación de la Agrupación Postal y la aparición “pública” de González (en la huelga de hambre del '63 y en el comité de emergencia) debe haberles significado a estos actores que provenían de partidos de izquierda, la posibilidad de ir consolidando mayoritariamente su referencia dentro del gremio, a través de su “entrega” por el resto de los funcionarios. No fue posible ubicar nombres (salvo el de Arturo Montiel, pero de quien no encontramos referencias de relevancia) de otras personas que hayan tenido algún papel protagónico en ese proceso. Esto es algo que la memoria colectiva del sindicato (construída en base a la historia vivida de estos dos referentes que son Matto y Gonzalez) se ha encargado de no resguardar. Por lo tanto, debemos hablar de que estos años fueron parte de un largo proceso que se concretaría casi 10 años después, marcando ciertos “hitos” que han quedado marcados en la memoria del sindicato porque han tenido una trascendencia significativa ya que implicaron el inicio de la ruptura de ciertas lógicas que los alejaban de la visión de conjunto del resto de los asalariados del país, pasando a integrarse paulatinamente a sus luchas. Además del afianzamiento del “orgullo” de ser un trabajador postal y de la clara conciencia de que con la lucha se alcanzaban las conquistas. Me gustaría retomar para finalizar, una frase que sintetiza de algún modo lo que hemos estudiado, y que citábamos en el título de esta monografía: “...se meten en las luchas, ya con una cabeza distinta, una serie de muy buenos dirigentes, muy humildes ellos...con mucho fogueo y mucha honestidad a pelear posiciones más de clase...”227

227 Entrevista con Raúl Ferreiro. Op. Cit. 60

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