A los estudiantes de nuevo ingreso

A los (as) estudiantes de nuevo ingreso Dr. Melvin Javier Paredes (*) Con base en mi formación universitaria en varios países, un periodista me preguntó qué puedo recomendar a los (as) estudiantes de nuevo ingreso a la Universidad, sabiendo que dejan atrás ambientes como el hogar, la primaria y la secundaria, donde hay por lo general, una relación más estrecha con padres de familia y docentes. Y es natural que se sientan temores o se imaginen otros, al entrar a formar parte de la comunidad universitaria, donde se adquiere una formación ética, técnica y profesional, con la cual las personas se realizan como individuos, forman familias, crean organizaciones, cristalizan proyectos, aportando al crecimiento material, moral y espiritual del país. Sin ánimo de imitar al Oráculo de Delfos, que según los antiguos, tenía respuestas a los preguntas que le formulaban, esbozo algunas líneas que pueden ayudar a obtener un máximo beneficio de nuestro paso por esta Casa de Estudios: 1. A la Universidad se viene a estudiar a hora y deshora, haciendo el mejor esfuerzo para dirigir buenas preguntas en clase, presentar los resultados en tiempo y forma, organizar las exposiciones, trabajar en grupo, respetando otros puntos de vista y aceptando las diferencias. 2. Uno debe apasionarse por el estudio y la investigación. Cuando se está motivado, el éxito sonríe con facilidad. El saber no es imposición Los escolásticos se referían al saber como “sapere”, “sabor”, porque el saber se degusta, se disfruta, se saborea. 3. Se debe tener método para trabajar. Hombres y mujeres de ciencia como Descartes, Bacon, Galileo, Marie Curie o Rita Levi Montalcini, no habrían llegado lejos sin método de trabajo, buscando resolver problemas prácticos y hacer avanzar el conocimiento. El método va acompañado de autonomía, disciplina y buen juicio. 4. Autoestudio. En el aula no se aprende todo lo necesario. Uno debe buscar por su cuenta mayor información sobre los temas en discusión. Los maestros (as), sólo son guías que orientan por donde caminar mejor. Hay que leer mucho, investigar en laboratorios y publicar los resultados. 5. Buscar a un buen tutor o tutora del claustro docente, alguien que sepa acompañar al (a) estudiante, para ventilar diferentes inquietudes del mundo académico. 6. Las fiestas son comunes en la Universidad. Divertirse, relajarse y comer es parte de la existencia, pero si hay trabajos académicos pendientes, es recomendable realizarlos con premura y relajarse en otro momento. Después el sacrificio se recompensa con creces. 7. La Universidad es espacio de oportunidades. Allí esperan los premios a la excelencia, las becas, los cuadros de honor, las pasantías, viajes al exterior. No se necesita ser genio para ganar una beca, sino el trabajo constante y metódico. 8. Aprender idiomas extranjeros sirve para entender a personas de otras culturas y latitudes, así como sus aportes a la ciencia. 9. Ganarse el espacio. Uno se gana el espacio como estudiante, como amigo, como vecino, como líder de un grupo. Uno no se merece nada en la vida. En el mundo

competitivo actual, hay que ganarse un espacio a brazo partido para ser tomado en cuenta en las iniciativas en curso. La mejor carta de presentación es el rendimiento académico personal y la productividad en el trabajo. 10. No sólo ver los problemas, sino también ser propositivos ante los mismos. No se debe criticar por criticar. Se critica lo existente en función de lo que debería ser. Y si uno es el primero en criticar, tiene que ser el primero en proponer una salida a lo que se cuestiona. 11. El lema de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI) es “Sirviendo a la comunidad”. Una forma ética de expresar gratitud a Dios y la organización que nos educó, es siendo generosos cuando la ocasión lo exige. En algún momento nos toparemos con alguien desfavorecido, y es bueno que se diga: “Alguien de la UPOLI me echó una mano”. Hay más felicidad en dar, que en recibir (Hechos 20.35). 12. Amar a nuestro país, por encima de sus miserias y desdichas. Nicaragua es una tierra bendita de Dios, como dijo un poeta. Y hay que amarla más allá de toda circunstancia. Somos llamados a restaurarla, a limpiar su rostro: siendo fraternos y amables, depositando la basura donde corresponde, respetando a nuestros semejantes, aportando en la comunidad, promoviendo el arte y la cultura, estudiando con ahínco. 13. Cuidar el mobiliario y el entorno. Los recursos siempre son escasos y las autoridades de la Universidad hacen un esfuerzo mayúsculo, para mejorar las condiciones de los procesos de enseñanza aprendizaje. 14. Tener presente que uno nunca lo sabe todo, por ende, hay que seguir atesorando nuevos conocimientos. A la hora de ampliar estudios, aquí estará la Universidad con las puertas abiertas, esperando al (a) estudiante que un día marchó. La Universidad –donde me he sentido como pez en el agua-, es básicamente un espacio para crecer integralmente y un peldaño significativo en la escala progresiva al éxito. La palabra “Universidad” viene del latín “universo”, y como organización educativa, provee a quienes se vinculan fielmente a ella, una visión amplia del mundo y de la existencia. (*) Profesor de la Universidad Politécnica de Nicaragua (UPOLI).