45. EL BANQUETE DE PLATON: OTRA LECTURA, OTRA MIRADA

July 25, 2017 | Autor: Jorge Eduardo Noro | Categoría: Filosofía, Filosofía Antigua, Banquete Grego
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Descripción

MATERIAL CATEDRA DE FILOSOFIA PLATON, EL BANQUETE Y EL AMOR

LECTURA DEL BANQUETE DE PLATON DESDE LAS PRÁCTICAS DE LA REUNION Y LA COMIDA PROF.DR. JORGE EDUARDO NORO [email protected]

BANQUETE: COSTUMBRES Y RELATO (1) El BANQUETE o SYIMPOSIUM era una reunión social preferida por los griegos: literalmente significaba “reunión de bebedores”. No era una FIESTA impersonal y multitudinaria, sino un encuentro, una reunión de amigos dispuestos a beber y conversar. Estaban divididos en dos partes: la primera estaba consagrada a LA COMIDA, generalmente bastante simple, y la segunda a la BEBIDA. En realidad, se consumía también vino con la comida y las bebidas estaban acompañadas de tragémata, o picoteo: castañas, habas, semillas de trigo tostadas o incluso pasteles de miel, encargados de absorber el alcohol y de amortiguar la borrachera. Después de las libaciones, en la artes se discute o se juega a diversos juegos de mesa. La primera parte estaba dedicada a conversaciones informales. En el texto de PLATON se distinguen claramente dos momentos: el de la comida y el de la bebida. No parece que se mezclaran ambas acciones. O no se consignan. La bebida que se menciona es el VINO (en tinajas y rebajado con agua, según indicaciones del dueño de casa). 1 (2) Por varias fuentes antiguas sabemos que en un banquete antiguo después de la comida se procedía a la limpieza y retirada de las mesas, se distribuían coronas a los invitados, se hacían tres libaciones (a Zeus Olímpico, a los héroes y a Zeus Salvador), se entonaba un peán o canto de salutación en honor de Apolo y se pasaba a la bebida en común, servida por los esclavos. (3) Los invitados a un banquete griego eran acomodados en una especie de LECHOS, ESCAMOS O KLINAI, generalmente bi-personales, y se compartían respondiendo a sus afinidades o amistades mutuas. Curiosamente el texto habla de también de sillas. Probablemente la primera parte (comida) pudiera realizarse sentado en las sillas (por comodidad), mientras que la segunda (bebida) se realizara en los lechos preparados para la conversación. (4) La casa del BANQUETE se distingue de las demás porque tiene las PUERTAS ABIERTAS. Los hombres calzan sandalias como detalles de buen vestir (SOCRATES), y los esclavos acostumbraban a recibir a los invitados lavándoles los pies. El ritual que observamos en la ULTIMA CENA de los Evangelios del Nuevo Testamento (en este caso oficiado por el personaje principal). (5) En este caso y en el relato de PLATON: en su camino al BANQUETE, Sócrates se tropieza con ARISTODEMO y le convence para que, aunque no ha sido invitado, le acompañe bajo su 1

Teniendo en cuenta estas costumbres debería leerse e interpretarse el pasaje de la BODA DE CANAA, en los escritos de nuevo testamento cristiana. El DUEÑO de casa que administra y dosifica el vino, dándole órdenes a los criados.

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responsabilidad. ARISTODEMO llega primero y cree que Sócrates viene detrás, pero éste se ha quedado absorto pensando algo, según una de sus costumbres, de pie a la puerta del vecino. Cuando Sócrates llega la comida está finalizando. Al término de la misma empieza la bebida, el «simposio» propiamente dicho, y a petición del médico ERIXÍMACO se acuerda beber moderadamente, ya que la mayoría de los presentes había bebido mucho el día anterior. (6) No se mencionan ni PLATOS INDIVIDUALES, ni – por supuesto - CUBIERTOS, por lo que la comida debía ser preparada para comer con las manos (o primitivas cucharas o cucharones). Se mencionan VASOS (de uso diario) y COPAS propias de un banquete. La comida presupone que se servían en FUENTES, traídas por los esclavos y ubicadas en el centro de la mesa. Es probable el uso de cuencos o cazuelas individuales para determinados alimentos. Se desconocía el uso de cuchillos y tenedores, de ahí la costumbre de lavarse las manos y secarlas con una toalla que se proporcionaban a tal propósito. Podían utilizarse algunas formas primitivas de cuchara o cucharones. Tampoco había manteles ni servilletas. Estas se sustituían por una clase especial de pasta que servía para limpiarse la grasa de los dedos. (7) Los GRIEGOS cambiaron sus costumbres cuando comenzaron a contagiarse y apropiarse de las costumbres ROMANAS: “En efecto, hasta la época macedónica los comensales eran servidos en vajillas de loza, pero cuando los romanos viraron hacia el exceso de lujo, altero su régimen de vida, a imitación suya, Cleopatra la que destruyo el reino de Egipto; y, no pudiendo darle otro nombre, aplico el de keramon (loza) a la vajilla de oro y plata, y dicha loza se la regalaba a los comensales para que se la llevaran a casa. Y ese era el mayor de los lujos. En vajilla de Roso, que es la mas colorida, se gastaba cinco minas diaria El rey Ptolomeo. Los banquetes se disponían al modo romano, y se proveían de todo tipo de vajilla de plata. A su vez, las mesas de los postres se ornaban conforme a las costumbres itálicas. Las canastillas eran todas de oro, hechas a imitación de las tejidas con juncos. No obstante, empleaban musicos helenos.” (ATENEO: EL BANQUETE DE LOS ERUDITOS). (8) Así como el AMOR ES INTERPRETADO COMO UN ACTO PEDAGÓGICO (del adulto que sabe le transmite su saber al joven que sabe (el amante al amado), de la misma manera se menciona la comunicación y el traslado de los líquidos (de una copa a otra) por la ley de la capilaridad: con una cuerda se pasar el contenido de una copa a otra que esté en un nivel inferior. Esto grafica la idea de que la comunicación intelectual y – además – que podría efectuarse por contacto físico como una creencia común entre los griegos. (9) Normalmente había un REY DEL BANQUETE, elegido o proclamado, y se encargaba de indicar a los esclavos la proporción entre el vino y el agua en la preparación de la bebida. En este caso AGATON (que es el dueño de casa y a quien uno de los que ingresa sobre el final lo corona como rey) le otorga libertad de decisión a sus esclavo para servir: Con esta actitud hace simultáneamente tres cosas: despertar el amor propio de sus esclavos; jactarse de que éstos son tan hábiles que no necesitan supervisión, y explotar el hecho típico de que sea lo que sea lo que se ordene, siempre se obtiene lo que hay en la cocina y lo que los esclavos sirven. En el BANQUETE de PLATON, la proclamación de AGATON llega al final (aunque ejerce el mando todo el tiempo) cuando llega ALCIBIADES (bien bebido, por cierto) junto con un grupo de amigos y dice: “¿Donde está Agaton? ¡Llevadme cerca de Agaton! entonces algunos de sus compañeros y la tocadora de flauta le tomaron por los brazos y le condujeron a la puerta de nuestra sala. Alcibíades se detuvo, y vimos que llevaba la cabeza adornada con una espesa corona de violetas y hiedra con numerosas guirnaldas.” (10) Del BANQUETE sólo participan los HOMBRES. La única mujer que se encuentra en la sala es la tocadora de la FLAUTA que se retiran cuando comienza el ritual de la bebida y los discursos. Sin

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embargo las mujeres están en la casa, aunque en el INTERIOR y no tienen contacto con los invitados. (11) Ronda la IDEA DE LA MESURA (Socrática) contrapuesta al exceso. El mesurado nunca se emborracha: sabe beber o bebe lo necesario. Los excesos se muestran a lo largo del diálogo: irrumpe un grupo de jóvenes borrachos (dispuestos a rendir homenaje a AGATON el motivo del Banquete) y la mayoría, al concluir el simposio, queda dormido hasta la mañana siguiente. Sócrates es el único que mantiene la coherencia en el discurso, y el que – “abandonado” por todos, se levanta y regresa a sus actividades habituales. (12) ERIXIMACO es médico y hace intervenciones relacionadas con su profesión: primero, la mesura en el beber evitando los excesos, la razón y la curación de hipo que padece ARISTOFANES y la posibilidad de cortarlo o frenarlo con tres procedimiento: reteniendo la respiración; haciendo gárgaras con agua y – como remedio infalible - provocando un serie de estornudos. “ARISTÓFANES respondió: el hipo ha cesado, en efecto, y sólo lo achaco al estornudo; y me admira que para restablecer el orden en la economía del cuerpo haya necesidad de un movimiento como este, acompañado de ruidos y agitaciones ridículas; porque realmente el estornudo ha hecho cesar el hipo sobre la marcha.” (13) PLATON no es el único que utiliza el género: tenemos también el BANQUETE de JENOFONTE, CHARLAS DE SOBREMESA de PLUTARCO y el BANQUETE DE LOS ERUDITOS de ATENEO. (14) ATENEO (siglo II) – al concluir el LIBRO II del BANQUETE DE LOS ERUDITOS (en artes culinarios) - cita los versos que pronuncio EUBULO y la variedad de alimentos que consumían: “Además de esto se te servirá filete de atún, carne de lechoncitos, tripas de cabritos, hígado de jabalí, criadillas de carnero, intestinos de vaca, cabeza de corderos, yeyuno de cabrito, estomago de liebre, morcilla, salchicha, pulmón y embutido.”

BANQUETE Y FILOSOFIA

UN DIALOGO ORIGINAL

Aunque desde tiempos inmemoriales la poesía y la, producción literaria en general están unidas entre los griegos a los momentos de la comida y la bebida, es lícito afirmar que con el BANQUETE inaugura Platón un tipo de LITERATURA SIMPOSÍACA que tendría, luego, su continuación en otros autores. El propio Platón, en sus LEYES habla del valor educativo que se puede obtener de las reuniones de bebedores y defiende estas prácticas frente a los ataques de que eran objeto. De todos modos, en los DIALOGOS de PLATON no es habitual.

La originalidad del Banquete se pone de manifiesto también en que no se trata de un diálogo en sentido usual, con el típico método socrático de preguntas y respuestas, sino de una serie de discursos sobre un tema determinado: EL AMOR, por qué Eros es un dios, el papel que juega en la vida humana, etc. Los discursos no responden uno al otro (o a los anteriores), sino que son diversas exposiciones sobre el tema, aunque pueda mencionarse y enmendarse afirmaciones precedentes.

Es, en consecuencia, un duelo de discursos, un Es curioso mencionar que en el EVANGELIO el certamen de palabras, en el que los discursos

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mensaje central de despedida se hiciera también de después de una comida: “la última cena”, con rituales muy asociados (por ejemplo el compartir la copa al beber), y seguramente con costumbres muy similares, aunque la iconografía posterior haya instalado y naturalizado un formato de cena propia de épocas diferentes.

representan opiniones contrarias o complementarias que van perfilando y matizando el tema en cuestión, y que conducen al discurso central: el de SOCRATES, que es el que PLATON desea privilegiar.

PLATON Y EL DIALOGO

ESTRUCTURA DEL DIALOGO

Pertenece a los DIALOGOS DE LA MADUREZ de PLATON, de los mejores momentos de su producción, y en donde se debaten y se definen sus mejores ideas.

I. Escena introductoria (172a-174a). II. Narracción de los acontecimientos según Aristodemo, el relator(174a-2230) A) Introducción (174a-178a): 1. Llegada de Sócrates a la casa de Agatón (174a) 2. Propuesta de Erixímaco (176a-178a). B) Los seis discursos sobre Eros (178a-212c): 1. Discurso de Fedro (178a-180b). 2. Discurso de Pausanias (180c-185c). Intermedio/1: el hipo de Aristófanes (185c-e) 3. Discurso de Erixímaco (185e-188e). Intermedio/2: Aristófanes se prepara para hablar(199a-c) 4. Discurso de Aristófanes (189c-193d). Intermedio/3: recelos de Sócrates ante el discurso de Agatón (193e-194e). 5. Discurso de Agatón (194e-197e). Internmedio/4: siguen los recelos de Sócrates (198a-199c). Refutación de Sócrates a Agatón (199c-201c). 6. INTERVENCIÓN DE SÓCRATES (201d-212b). Intermedio/5: llegada de Alcibiades (212c) 7. Discurso de Alcibiades: elogio de Sócrates (215a222b). C) Escena final (222c-223d)

Es un diálogo que no describe lo que SUCEDE en un BANQUETE que se está realizando, sino que en el que se cuenta – a través de varios intermediarios – lo que sucedió en un BANQUETE del que participó SOCRATES y en el que se realiza un homenaje a AGATON que ya ha tenido su celebración publica y ahora realiza una celebración privada con amigos. SOCRATES para exponer sus ideas recurre a la sacerdotisa DIOTIMA (su educadora). Por su parte APOLODORO quien da cuenta del diálogo (relata) ha debido servirse de una serie de intermediarios (ARISTODEMO, GLAUCON – FENIX) hasta llegar a quienes estuvieron presentes en el BANQUETE y pueden dar fe de lo dicho y hecho. Todos van haciendo referencia a diversos intermediarios a quien le atribuyen la veracidad del relato y de las palabras, como – en su momento - lo hicieron, entre otros, CERVANTES y BORGES, en sus creaciones.

DISCURSOS INICIALES

HAY CINCO DISCURSOS QUE ANTECEDEN EL ESPERADO DISCURSO DE SOCRATES =

LAS IDEAS DE DIOTIMA

SOCRATES INVOCA LAS ENSEÑANZAS DEL AMOR DE SU EDUCADORA DIOTIMA, ideas con las que más coincide PLATON=

(1) LA IDEA DE PAUSANIAS sostiene que el amor se da entre personas parecidas, similares. Sobre la naturaleza del amor, las TRES NOTAS más características son que: (2) LA INTERVENCIÓN DE ARISTÓFANES es la idea del amor como deseo de lo que nos falta y de lo (1) El amor es todo deseo de cosas buenas que es conveniente a nuestra naturaleza. y de felicidad

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(3) (4) LOS DISCURSOS DE FEDRO Y AGATÓN, que tienen mucho en común, atienden, sobre todo, a la idea de la omnipotencia de Eros, dios del amor, que inspira la aversión al mal y estimula la persecución del bien. (5)DISCURSO DE ERIXÍMACO – que es médico – sostiene la presencia de dos amores (bueno y malo) que están en permanente tensión y necesitándose.

(2) El amor es desear que lo bueno sea de uno para siempre (3) el amor es procreación en la belleza tanto corporal como espiritual.

(6) DISCURSO DE ALCIBIADES (después de SOCRATES).

AMOR HOMO - HETERO SEXUAL DISCURSO DE ALCIBIADES SOBRE LA RELACION DE AMOR CON SOCRATES Y LOS METODOS DE CONQUISTA

“Puesto que he comenzado, os lo diré todo. Ya veis el ardor que manifiesta Sócrates por los jóvenes hermosos; con qué empeño los busca, y hasta qué punto está enamorado de ellos; veis igualmente que todo lo ignora, que no sabe nada, o por lo menos, que hace el papel de no saberlo. (…) Cuando habla seriamente y muestra su interior al fin, no sé si otros han visto las bellezas que encierra, pero yo las he visto, y las he encontrado tan divinas, tan preciosas, tan grandes y tan encantadoras, que me ha parecido imposible resistir a Sócrates. Creyendo al principio que se enamoraba de mi hermosura, me felicitaba yo de ello, y teniéndolo por una fortuna, creí que se me presentaba un medio maravilloso de ganarle, contando con que, complaciendo a sus deseos, obtendría seguramente de él que me comunicara toda su ciencia. Por otra parte, yo tenía un elevado concepto de mis cualidades exteriores. (…)Es preciso que os diga la verdad toda; estadme atentos, y tú, Sócrates, repréndeme si falto a la exactitud. [ALCIBIADES va contando todos los pasos que fue dando para “conquistar” el amor pleno de SOCRATES, cuando descubre que SOCRATES goza con presencia y su figura] = PRIMER PASO= Quedé solo, amigos nidos, con Sócrates, y esperaba siempre que tocara uno de aquellos puntos, que inspira a los amantes la pasión, cuando se encuentran sin testigos con el objeto amado, y en ello me lisonjeaba y tenía un placer. Pero se desvanecieron por entero todas mis esperanzas. Sócrates estuvo todo el día conversando conmigo en la forma que acostumbraba y después se retiró. SEGUNDO PASO= A seguida de esto, le desafié a hacer ejercicios gimnásticos, esperando por este medio ganar algún terreno. Nos ejercitamos y luchamos muchas veces juntos y sin testigos. ¿Qué podré deciros? Ni por esas adelanté nada. No pudiendo conseguirlo por este rumbo, me decidí a atacarle vivamente. Una vez que había comenzado, no quería dejarlo hasta no saber a qué atenerme. TERCER PASO= Le convidé a comer como hacen los amantes que tienden un lazo a los que aman; al pronto rehusó, pero al fin concluyó por ceder. Vino, pero en el momento que concluyó la comida, quiso retirarse. Una especie de pudor me impidió retenerle. Pero otra vez le tendí un nuevo lazo; después de comer, prolongué nuestra conversación hasta bien entrada la noche; y cuando quiso marcharse, le precisé a que se quedara con el pretexto de ser muy tarde. Se acostó en el mismo

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escaño en que había comido; este escaño estaba cerca del mío, y los dos estábamos solos en la habitación. (…) CUARTO PASO= Luego que, amigos míos, se mató la luz, y los esclavos se retiraron, creí que no debía andar en rodeos con Sócrates, y que debía decirle mi pensamiento francamente. Le toqué y le dije: (…) Pienso que tú eres el único amante digno de mí, y se me figura que no te atreves a descubrirme tus sentimientos. Yo creería ser poco racional, si no procurara complacerte en esta ocasión, como en cualquiera otra, en que pudiera obligarte, sea en favor de mí mismo, sea en favor de mis amigos. Ningún pensamiento me hostiga tanto como el de perfeccionarme todo lo posible, y no veo ninguna persona, cuyo auxilio pueda serme más útil que el tuyo. Rehusando algo a un hombre tal como tú, temería mucho más ser criticado por los sabios, que el serlo por el vulgo y por los ignorantes, concediéndotelo todo. A este discurso Sócrates me respondió con su ironía habitual: —Mi querido Alcibíades, si lo que dices de mí es exacto; si, en efecto, tengo el poder de hacerte mejor, en verdad no me pareces inhábil, y has descubierto en mí una belleza maravillosa y muy superior a la tuya. En este concepto, queriendo unirte a mí y cambiar tu belleza por la mía, tienes trazas de comprender muy bien tus intereses; puesto que en lugar de la apariencia de lo bello quieres adquirir la realidad y darme cobre por oro. Pero, buen joven, míralo más de cerca, no sea que te engañes sobre lo que yo valgo. Los ojos del espíritu no comienzan a hacerse previsores hasta que los del cuerpo se debilitan, y tú no has llegado aún a este caso. QUINTO PASO = —Después de este diálogo, creí que el tiro que yo le había dirigido había dado en el blanco. Sin darle tiempo para añadir una palabra, me levanté envuelto en esta capa que me veis, porque era en invierno, me ingerí debajo del gastado capote de este hombre, y abrazado a tan divino y maravilloso personaje pasé junto a el la noche entera. En todo lo que llevo dicho, Sócrates, creo que no me desmentirás. ¡Y bien!, después de tales tentativas permaneció insensible, y no ha tenido más que desdén y desprecio para mi hermosura, y no ha hecho más que insultarla; y eso que yo la suponía de algún mérito, amigos míos. Sí, sed jueces de la insolencia de Sócrates; pongo por testigos a los dioses y a las diosas; salí de su lado tal como hubiera salido del lecho de mi padre o de mi hermano mayor.” (PLATON: EL BANQUETE. 215 – 222) LA DOCTRINA DEL AMOR descrita en el Banquete se refiere a todas las formas de amor, pero este discurso de cierre pone el acento más en el AMOR HOMOSEXUAL que al AMOR HETEROSEXUAL, lo que está en consonancia con la época y lugar en que vive su autor. Los griegos consideraban las relaciones homosexuales compatibles con las heterosexuales y concurrentes con el matrimonio. Ello se debía, en gran parte, a la separación de los sexos, ya que, para un ateniense del s. VI a. C. en adelante, mantener relaciones amorosas con una chica era muy difícil y a veces peligroso. Por otro lado, toda relación entre una persona adulta y un joven adolescente tenía una dimensión educacional que no existía en la relación hombre-mujer. El joven veía en el adulto un modelo a imitar y este carácter pedagógico es, precisamente, una de las notas más específicas de la pederastia griega que no se encuentra en otras comunidades. La respuesta homosexual de un hombre al ESTÍMULO VISUAL de un joven bello le pareció a Platón una excelente base sobre la que levantar una relación maestro-discípulo y era, a la vez, la experiencia más conocida por la mayoría de las personas para las que escribió la obra. Es probable que la BELLEZA que despertaba el amor estuviera en ese cruce de hombre y mujer (hermafrodita) de la que se hace una mención en el texto: “En otro tiempo la naturaleza humana era muy diferente de lo que es hoy. Primero había tres clases de hombres: los dos sexos que hoy existen, y uno tercero compuesto de estos dos, el cual ha desaparecido conservándose sólo el nombre. Este animal formaba una especie particular, y se llamaba andrógino (hermafrodita) , porque reunía el sexo masculino y el femenino; pero ya no existe y su nombre está en descrédito. En segundo lugar, todos los hombres tenían formas redondas, la espalda y los costados colocados en

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círculo, cuatro brazos, cuatro piernas, dos fisonomías, unidas a un cuello circular y perfectamente semejantes, una sola cabeza, que reunía estos dos semblantes opuestos entre sí, dos orejas, dos órganos de la generación, y todo lo demás en esta misma proporción.” (PLATON : BANQUETE)

AMOR PLATONICO Lo que denominamos amor platónico se insinúa en algunos pasajes del BANQUETE, pero no es una idea o práctica propuesta por PLATON, sino descubierta y defendida en el renacimiento. La desconfianza platónica con respecto al cuerpo y el mundo de las ideas ofrecían una buena fuente para trabajar un amor que no fuera carnal, pero que obtuviera la posesión y el goce del amor a través de la contemplación y la admiración del objeto/sujeto amado. El amor carnal oficial era el del matrimonio, pero para el matrimonio no era necesario el amor, sino el acuerdo de intereses mutuos. Es lógico que haya emergido y se ha instalado otro tipo de amor, que también puede observarse en el trato cortesano y en la poesía cortesana (con la admiración de la belleza lejana y perfecta de la mujer). Este amor platónico y renacentista construye la belleza sobre la base de la perfección y la simetría, una de las fuentes de la admiración que provocan en los demás tanto los hombres como las mujeres. VEAMOS UN TEXTO DEL RENACIMIENTO = “¿Pero qué buscan los amantes, cuando en forma recíproca se aman? Buscan la hermosura; el Amor es deseo de gozar de la hermosura, o sea de la belleza. La belleza es un cierto esplendor que arrebata hacia sí el alma humana. La belleza del cuerpo no es otra cosa que esplendor en el ornamento de colores y líneas; la belleza del alma es fulgor en la consonancia de conocimientos y costumbres; esa luz del cuerpo no es conocida por los oídos, nariz, gusto o tacto, sino por los ojos. Si los ojos la conocen, ellos solos la gozan; tan sólo, pues, los ojos gozan de la belleza corporal. Y siendo el Amor deseo de gozar belleza, y conociéndose ésta únicamente por los ojos, el amador del cuerpo está contento sólo con ver; de manera que la concupiscencia del tacto no forma parte del Amor, ni constituye un afecto del amante, sino que es una especie de lascivia y perturbación propia de hombre servil. Además, la luz del alma sólo la comprendemos a través de la mente; de donde, quien ama la belleza del alma, sólo se contenta con la contemplación mental. Finalmente, la belleza entre los amantes se intercambia por belleza.” (MARSILIO FICCINO: QUE BUSCAN LOS AMANTES)

BANQUETE EN PLATON Y EN PETRONIO CARLA RIVARA Y PATRICIA MALONE  Antítesis manifiesta ya desde la presentación de ambos convites: la casa de Apolodoro, donde este narra (en discurso referido) un agape que tuviera a Sócrates como invitado, para el caso del texto platonico;, y la del liberto Trimalcion, sitio al que va a parar Encoipio tras precipitada fuga de la morada de Cuartila, en Satyricon. Dos banquetes; y dos circunstancias diferentes.  Aquí es necesario distinguir previamente entre el banquete como acontecimiento real y como genero de discurso. El primero es un suceso frecuente e importante en la Antigüedad, ya que se trata de la ocasion en que el hombre privado alcanza su plenitud, se muestra ante sus pares 'tal como es' y todo lo olvida por una noche, excepto su ocupación. En el caso del Simposio, los invitados comenzaran a hablar precisamente del Eros, Hablar como filósofos era reivindicar su condición de seres diferentes del vulgo, seres superiores, decretándose a si mismos y a los demás como 'dichosos', a condición de que, ellos y los demás, se conformaran a su propia concepción del destino del hombre. Existen también aquí efusiones sensuales despertadas por las bailarinas, las flautistas y

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los muchachos rizados, se aprovecha la ausencia de las mujeres y los niños de la familia.  Pero Platón se cuida y cuida que el orden de los discursos mantenga todo en el ascetismo de un torneo de alta moral. La filosofía era obra de cultura superior, una elite consciente involucraba en ella sus diferencias sociales con el resto, con papel militante para representar y transmitir la ideologia de la opinion publica persuadiendo a los individuos de que su dicha personal no era otra cosa que el bien de la ciudad, la entereza militar y los valores morales comunes. En las fiestas el vino actúa como disparador de conflictos: "El uso del vino en este tipo de fiestas privadas, confrontando con el banquete, ponía en tensión lo privado no con lo publico sino con lo ritual de ese culto a los antepasados" (MARI, E. 2001, El banquete de Platón. El eros, el vino, los discursos. Buenos Aires: Biblos)  A parir de estas circunstancias de escritura se torna evidente el contraste entre los asistentes al banquete platónico, en apariencia mesurados y siempre celosos de las formas (aunque, al final, casi todos se queden dormidos, excepto Sócrates), con los antihéroes petronianos, desbordados por el vino, la gula y los torpes movimientos del cordaco, baile con connotaciones sexuales en el cual participa la propia esposa de Trimalcion. Pero lo importante, mas allá de las hiperboles descriptivas, es que los convidados al agape de Platón son siempre capaces de realizar una eleccion de índole moral, y necesariamente la efectúan en la mayoría de los casos, puesto que el filosofo esta allí presente para hacerles ver que conexiones existen entre la verdad y el bien; su discurso termina siendo incuestionable, pues, parafraseando a Sócrates, "nadie puede resistirse a la verdad aunque sea bien simple resistirse a Sócrates".

FRAGMENTOS ANOTADOS DEL TEXTO

ENCUENTRO DE SOCRATES Y ARITODEMOS: RUMBO AL BANQUETE:  Reglas de Cortesía  Invitación  Tipo de Banquete  Referencia a Homero  Menelao/Agamenon

Encontré a Sócrates, me dijo, que salía del baño y se había calzado las sandalias contra su costumbre. Le pregunté a dónde iba tan apuesto. —Voy a comer a casa de Agaton, me respondió. Rehusé asistir a la fiesta que daba ayer para celebrar su victoria, por no acomodarme una excesiva concurrencia; pero di mi palabra para hoy, y he aquí por qué me encuentras tan en punto. Me he embellecido para ir a la casa de tan bello joven. Pero, Aristodemo, ¡no te dará la humorada de venir conmigo, aunque no hayas sido convidado? —Como quieras, le dije. —Sígueme, pues, y cambiemos el proverbio, probando que un hombre de bien puede ir a comer a casa de otro hombre de bien sin ser convidado. Con gusto acusaría a Homero, no sólo de haber cambiado este proverbio, sino de haberse burlado de el, cuando después de representar a Agamenón como un gran

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guerrero, y a Menelao como un combatiente muy débil; hace concurrir a Menelao al festín de Agamenón, sin ser convidado; es decir, presenta un inferior asistiendo a la mesa de un hombre, que está muy por cima de él. —Tengo temor, dije a Sócrates, de no ser tal como tú querrías, sino más bien según Homero; es decir, una medianía que se sienta a la mesa de un sabio sin ser convidado. Por lo demás, tú eres el que me guías y a ti te toca salir a mi defensa, porque yo no confesaré que concurro allí sin que se me haya invitado, y diré que tú eres el que me convidas. —Somos dos, respondió Sócrates, y ya a uno ya a otro no nos faltará qué decir. Marchemos.

INGRESO A LA CASA DE AGATON E INICIO DEL BANQUETE  Puerta abierta  Sócrates se retrasa  Bienvenida  Sentados a la mesa  Espera para comenzar

ORDEN DE BUSCAR A SOCRATES INGRESO DE SOCRATES       

Esclavo que busca Orden a los esclavos Lavado de los pies Inicio del banquete Entrada de Sócrates Ubicación en la mesa Sillas / lechos

Nos dirigirnos a la casa de Agaton durante esta plática, pero antes de llegar, Sócrates se quedó atrás entregado a sus propios pensamientos. Me detuve para esperar, pero me dijo que siguiera adelante. Cuando llegué a la casa de Agaton, encontré la puerta abierta, y me sucedió una aventura singular. Un esclavo de Agaton me condujo en el acto a la sala donde tenía lugar la reunión, estando ya todos sentados a la mesa y esperando sólo que se les sirviera. Agaton, en el momento que me vio, exclamó: —¡Oh, Aristodemo!, seas bienvenido si vienes a comer con nosotros. Si vienes a otra cosa, ya hablaremos otro día. Ayer te busqué para suplicarte que fueras uno de mis convidados, pero no pude encontrarte. ¿Y por qué no has traído a Sócrates? Miré para atrás y vi que Sócrates no me seguía, y entonces dije a Agaton que yo mismo había venido con Sócrates, como que él era el que me había convidado. —Has hecho bien, replicó Agaton; ¿pero dónde está Sócrates? —Me seguía y no sé qué ha podido suceder. —Esclavo, dijo Agaton, llégate a ver dónde está Sócrates y condúcele aquí. Y tú, Aristodemo, siéntate al lado de Eriximaco. Esclavo, lavadle los pies para que pueda ocupar su puesto. En este estado vino un esclavo a anunciar que había encontrado a Sócrates de pié en el umbral de la casa próxima, y que habiéndole invitado, no había querido venir. —¡Vaya una cosa singular!, dijo Agaton. Vuelve y no le dejes hasta que haya entrado. —No, dije yo entonces, dejadle. —Si a tí te parece así, dijo Agaton, en buena hora. Ahora, vosotros, esclavos, servidnos. Traed lo que queráis, como si no tuvierais que recibir órdenes de nadie, porque ese es un cuidado que jamás he querido tomarme. Miradnos lo mismo a mí que a mis amigos como si fuéramos huéspedes convidados por vosotros mismos. Portaos lo mejor posible, que en ello va vuestro crédito. Comenzamos a comer, y Sócrates no parecía. A cada instante

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Agaton quería que se le fuese a buscar, pero yo lo impedí constantemente. En fin, Sócrates entró después de habernos hecho esperar algún tiempo, según su costumbre, cuando estábamos ya a media comida. Agaton, que estaba solo sobre una cama al extremo de la mesa, le invitó a que se sentara junto a él. —Ven, Sócrates, le dijo, permite que esté lo más próximo a ti, para ver si puedo ser partícipe de los magníficos pensamientos que acabas de descubrir; porque tengo una plena certeza de que has descubierto lo que buscabas, pues de otra manera no hubieras dejado el dintel de la puerta.

SOCRATES EN EL BANQUETE    

Sócrates no come Copas y sabiduría Diálogo de Sócrates inicio del “banquete”

ADVERTENCIA DEL MEDICO SOBRE LA EMBRIGUEZ Y LA MODERACION  Beber moderadamente  Evitar excesos  Fiesta y banquete  Sócrates: moderado  Saberes del médico  Efectos del vino  Nadie debe excederse  Despedida mujer flautista  Permanecen sólo hombres  Copas y vasos

Cuando Sócrates se sentó, dijo: —¡Ojalá, Agaton, que la sabiduría fuese una cosa que pudiese pasar de un espíritu a otro, cuando dos hombres están en contacto, como corre el agua, por medio de una mecha de lana, de una copa llena a una copa vacía! Si el pensamiento fuese de esta naturaleza, sería yo el que me consideraría dichoso estando cerca de ti, y me vería, a mi parecer, henchido de esa buena y abundante sabiduría que tú posees; porque la mía es una cosa mediana y equívoca; o, por mejor decir, es un sueño. La tuya, por el contrario, es una sabiduría magnífica y rica en bellas esperanzas como lo atestigua el vivo resplandor que arroja ya en tu juventud, y los aplausos que más de treinta mil griegos acaban de prodigarte. —Eres muy burlón, replicó Agaton, pero ya examinaremos cuál es mejor, si la sabiduría tuya o la mía; y Baco será nuestro juez. Ahora de lo que se trata es de comer. Sócrates se sentó, y cuando él y los demás convidados acabaron de comer, se hicieron libaciones, se cantó un himno en honor del dios, y después de todas las demás ceremonias acostumbradas, se habló de beber. Pausanias tomó entonces la palabra: —Veamos, dijo, cómo podremos beber, sin que nos cause mal. En cuanto a mí, declaro que me siento aún incomodado de resultas de la francachela de ayer, y tengo necesidad de respirar un tanto, y creo que la mayor parte de vosotros está en el mismo caso; porque ayer erais todos de los nuestros. Prevengámonos, pues, para beber con moderación. —Pausanias, dijo Aristófanes, me das mucho gusto en querer que se beba con moderación, porque yo fui uno de los que se contuvieron menos la noche última. —¡Cuánto celebro que estéis de ese humor!, dijo Eriximaco, hijo de Acumenes; pero falta por consultar el parecer de uno. ¿Cómo te encuentras, Agaton? —Lo mismo que vosotros, respondió. —Tanto mejor para nosotros, replicó Eriximaco, para mí, para Aristodemo, para Fedro y para los demás, si vosotros, que sois los valientes, os dais por vencidos, porque nosotros somos

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INTERMEDIO ENTRE DISCURSO Y DISCURSO  Dificultad para hablar  Ataque de hipo  Formas de curar el hipo.

INGRESO DE ALCIBIADES Y JOVENES EBRIOS     

Fin del discurso de Sócrates Jóvenes ebrios irrumpen Homenaje a Agatón Escamos en torno a la mesa Compartir el escamo

siempre ruines bebedores. No hablo de Sócrates, que bebe siempre lo que le parece, y no le importa nada la resolución que se toma. Así, pues, ya que no veo a nadie aquí con deseos de excederse en la bebida, seré menos importuno, si os digo unas cuantas verdades sobre la embriaguez. Mi experiencia de médico me ha probado perfectamente, que el exceso en el vino es funesto al hombre. Evitaré siempre este exceso, en cuanto pueda, y jamás lo aconsejaré a los demás; sobre todo, cuando su cabeza se encuentre resentida a causa de una orgía de la víspera. —Sabes, le dijo Fedro de Mirrinos, interrumpiéndole, que sigo con gusto tu opinión, sobre todo, cuando hablas de medicina; pero ya ves que hoy todos se presentan muy racionales. No hubo más que una voz; se resolvió de común acuerdo beber por placer y no llevarlo hasta la embriaguez. —Puesto que hemos convenido, dijo Eriximaco, que nadie se exceda, y que cada uno beba lo que le parezca, soy de opinión que se despache desde luego la tocadora de flauta. Que vaya a tocar para sí, y si lo prefiere, para las mujeres allá en el interior. En cuanto a nosotros, si me creéis, entablaremos alguna conversación general, y hasta os propondré el asunto si os parece. Todos aplaudieron el pensamiento, y le invitaron a que entrara en materia. (…) Habiendo hecho Pausanias aquí una pausa, (y he aquí un juego de palabras que vuestros sofistas enseñan), correspondía a Aristófanes hablar, pero no pudo verificarlo por un hipo que le sobrevino, no sé si por haber comido demasiado, o por otra razón. Entonces se dirigió al médico Eriximaco que estaba sentado junto a él y le dijo: es preciso Eriximaco, que o me libres de este hipo o hables en mi lugar hasta que haya cesado. —Haré lo uno y lo otro, respondió Eriximaco, porque voy a hablar en tu lugar, y tú hablarás en el mío, cuando tu incomodidad haya pasado. Pasará bien pronto, si mientras yo hable, retienes la respiración por algún tiempo, y si no pasa, tendrás que hacer gárgaras con agua. Si el hipo es demasiado violento, coge cualquiera cosa, y hazte cosquillas en la nariz; a esto se seguirá el estornudo; y si lo repites una o dos veces, el hipo cesará infaliblemente, por violento que sea. —Comienza luego, dijo Aristófanes. —Voy a hacerlo, dijo Eriximaco. (…) Después de haber Sócrates hablado de esta manera se le prodigaron los aplausos; pero Aristófanes se disponía a hacer algunas observaciones, porque Sócrates en su discurso había hecho alusión a una cosa que el había dicho, cuando repentinamente se oyó un ruido en la puerta exterior, a la que llamaban con golpes repetidos; y parecía que las voces procedían de jóvenes ebrios y de una tocadora de flauta.

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 Coronan al rey del Banquete

—Esclavos, gritó Agaton, mirad qué es eso; si es alguno de nuestros amigos, decidles que entren; y si no son, decidles que hemos cesado de beber y que estamos descansando. Un instante después oímos en el patio la voz de Alcibíades, medio ebrio, y diciendo a gritos: —¿Donde está Agaton? ¡Llevadme cerca de Agaton! entonces algunos de sus compañeros y la tocadora de flauta le cogieron por los brazos y le condujeron a la puerta de nuestra sala. Alcibíades se detuvo, y vimos que llevaba la cabeza adornada con una espesa corona de violetas y hiedra con numerosas guirnaldas. —Amigos, os saludo, dijo; ¿queréis admitir a vuestra mesa a un hombre que ha bebido ya cumplidamente? ¿O nos marcharemos después de haber coronado a Agaton, que es el objeto de nuestra visita? Me ha sido imposible venir ayer, pero heme aquí ahora con mis guirnaldas sobre la cabeza, para ceñir con ellas la frente del más sabio y más bello de los hombres, si me es permitido hablar así. ¿Os reís de mí porque estoy ebrio? Reíd cuanto queráis; yo sé que digo la verdad. Pero veamos, responded: ¿entraré bajo esta condición o no entraré? ¿Beberéis conmigo o no? Entonces gritaron de todas partes: —¡Que entre, que tome asiento! Agaton mismo le llamó. Alcibíades se adelantó conducido por sus compañeros; y ocupado en quitar sus guirnaldas para coronar a Agaton, no vio a Sócrates, a pesar de que se hallaba frente por frente de él, y fue a colocarse entre Sócrates y Agaton, pues Sócrates había hecho sitio para que se sentara. Luego que Alcibíades se sentó, abrazó a Agaton, y le coronó. —Esclavos, dijo este, descalzad a Alcibíades; quedará en este escamo con nosotros y será el tercero. —Con gusto, respondió Alcibíades, ¿pero cuál es vuestro tercer bebedor? Al mismo tiempo se vuelve y ve a Sócrates.

ALCIBIADES Y SOCRATES COMPARTIR EL BANQUETE Y EL SABER

(…) Mientras se explicaba de esta manera, tomó algunas guirnaldas, coronó a Sócrates y se sentó en el escaño. Luego que se vio en su asiento, dijo: y bien, amigos míos, ¿qué hacemos? Me parecéis excesivamente comedidos y yo no puedo consentirlo; es preciso beber; este es el trato que hemos hecho. Me constituyo yo mismo era REY DEL FESTÍN hasta que hayáis bebido como es indispensable. Agaton, que me traigan alguna copa grande si la tenéis; y si no, esclavo, dame ese vaso, que está allí. Porque ese vaso ya lleva más de ocho cotilas. Después de hacerle llenar Alcibíades, se lo bebió él primero, y luego hizo llenarle para Sócrates, diciendo: que no se achaque a malicia lo que voy a hacer, porque Sócrates podrá beber cuanto quiera y jamás se le verá ebrio. Llenado el vaso por el esclavo, Sócrates bebió. Entonces Eriximaco, tomando la palabra: ¿qué haremos Alcibíades? ¿Seguiremos bebiendo sin

 Discurso de Alcibíades  Admiración por Sócrates  Anima a todos para celebrar  Cantos, bebida, palabras  Corona a Sócrates (broma)  Burlas e ironía para todos

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hablar ni cantar, y nos contentaremos con hacer lo mismo que hacen los que sólo matan la sed? Alcibíades respondió: Yo te saludo, Eriximaco, digno hijo del mejor y más sabio de los padres. también te saludo yo, replicó Eriximaco; ¿pero qué haremos? —Lo que tú ordenes, porque es preciso obedecerte: Un médico vale el solo tanto como muchos hombres Manda, pues, lo que quieras. —Entonces escucha, dijo Eriximaco; antes de tu llegada habíamos convenido en que cada uno de nosotros, siguiendo un turno riguroso, hiciese elogios del Amor, lo mejor que pudiese, comenzando por la derecha. Todos hemos cumplido con nuestra tarea, y es justo que tú, que nada has dicho y que no por eso has bebido menos, cumplas a tu vez la tuya. Cuando hayas concluido, tú señalarás a Sócrates el tema que te parezca; este a su vecino de la derecha; y así sucesivamente. —Todo eso está muy bien, Eriximaco, dijo Alcibíades; pero querer que un hombre ebrio dispute en elocuencia con gente comedida y de sangre fría, sería un partido muy desigual. Además, querido mío, ¿crees lo que Sócrates ha dicho antes de mi carácter celoso, o crees que lo contrario es la verdad? Porque si en su presencia me propaso a alabar a otro que no sea él, ya sea un dios, ya un hombre, no podrá contenerse sin golpearme.

FINAL DEL BANQUETE SOLO SOCRATES EN PIE       

Nuevos visitantes ebrios Algunos se van del Banquete. Otros dormido por la bebida. Sócrates sigue conversando Se duermen sus contertulios Sócrates se levanta y se va. Despertar del día siguiente.

(…) Entonces, Agatón se levantó para sentarse al lado de Sócrates, cuando de repente se presentó ante la puerta una gran cantidad de parrandistas y, encontrándola casualmente abierta porque alguien acababa de salir, marcharon directamente hasta ellos y se acomodaron. Todo se llenó de ruido y, ya sin ningún orden, se vieron obligados a beber una gran cantidad de vino. Entonces Erixímaco, Fedro y algunos otros -dijo Aristodemo- se fueron y los dejaron, mientras que de él se apoderó el sueño y durmió mucho tiempo, al ser largas las noches, despertándose de día, cuando los gallos ya cantaban. Al abrir los ojos vio que de los demás, unos seguían durmiendo y otros se habían ido,mientras que Agatón, Aristófanes y Sócrates eran los únicos que todavía seguían despiertos y bebían de una gran copa de izquierda a derecha. Sócrates, naturalmente, conversaba con ellos. Aristodemo dijo que no se acordaba dé la mayor parte de la conversación, pues no había asistido desde el principio y estaba un poco adormilado, pero que lo esencial era -dijo- que Sócrates les obligaba a reconocer que era cosa del mismo hombre saber componer comedia y tragedia, y que quien con arte es autor de tragedias lo es también de comedias. Obligados, en efecto, a admitir esto y sin seguirle muy bien, daban cabezadas. Primero se durmió

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Aristófanes y, luego, cuando ya era de día, Agatón. Entonces Sócrates, tras haberlos dormido, se levantó y se fue. Aristodemo, como solía, le siguió. Cuando Sócrates llegó al Liceo , se lavó, pasó el resto del día como de costumbre y, habiéndolo pasado así, al atardecer se fue acasa a descansar. ALABANZA DE ALCIBIADES A SOCRATES

Para hacer el elogio de Sócrates, amigos míos, me valdré de comparaciones. Sócrates creerá quizá que yo intento hacer reír, pero mis imágenes tendrán por objeto la verdad y no la burla. Por lo pronto digo, que: (1) Sócrates se parece a esos Silenos, que se ven expuestos en los talleres de los estatuarios, y que los artistas representan con una flauta o caramillo en la mano. Si separáis las dos piezas de que se componen estas estatuas, encontrareis en el interior la imagen de alguna divinidad. (2) Digo más, digo que Sócrates se parece más particularmente al sátiro Marsias. En cuanto al exterior, Sócrates, no puedes desconocer tu semejanza, y en lo demás escucha lo que voy a decir. ¿No eres un burlón descarado? Si lo niegas, presentaré testigos. ¿No eres también tocador de flauta, y más admirable que Marsias? Este encantaba a los hombres por el poder de los sonidos, que su boca sacaba de sus instrumentos, y eso mismo hace hoy cualquiera que ejecuta las composiciones de este sátiro; y yo sostengo que las que tocaba Olimpos son composiciones de Marsias, su maestro. (…) La única diferencia que en este concepto puede haber entre Marsias y tú, Sócrates, es que sin el auxilio de ningún instrumento y sólo con discursos haces lo mismo. (3) Que hable otro, aunque sea el orador más hábil, y no hace, por decirlo así, impresión sobre nosotros; pero que hables tú u otro que repita tus discursos, por poco versado que esté en el arte de la palabra, y todos los oyentes, hombres, mujeres, niños, todos se sienten convencidos y enajenados. Respecto a mí, amigos míos, si no temiese pareceros completamente ebrio, os atestiguaría con juramento el efecto extraordinario, que sus discursos han producido y producen aún sobre mí. Cuando le oigo, el corazón me late con más violencia que a los coribantes; sus palabras me hacen derramar lágrimas; y veo también a muchos de los oyentes experimentar las mismas emociones. (…) Así es que [para ocuparme de las cuestiones públicas y del gobierno], me veo obligado a huir de él tapándome los oídos, como quien escapa de las sirenas Si no fuera esto, permanecería hasta el fin de mis días sentado a su lado. Este hombre despierta en mí un sentimiento de que no se me creería muy capaz y es el del pudor. Sí, sólo Sócrates me hace ruborizar, porque tengo la conciencia de no poder oponer

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nada a sus consejos; y sin embargo, después que me separo de él, no me siento con fuerzas para renunciar al favor popular. Yo huyo de él, procuro evitarle; pero cuando vuelvo a verle, me avergüenzo en su presencia de haber desmentido mis palabras con mi conducta; y muchas veces preferiría, así lo creo, que no existiese; y sin embargo, si esto sucediera, estoy convencido de que sería yo aún más desgraciado; de manera que no sé lo que me pasa con este hombre.

[202] = DISCURSO DE SOCRATES: ORIGINAL GRIEGO a μάλιστά γε. ἦ καὶ ἂν μὴ σοφόν, ἀμαθές; ἢ οὐκ ᾔσθησαι ὅτι ἔστιν τι μεταξὺ σοφίας καὶ ἀμαθίας; τί τοῦτο; τὸ ὀρθὰ δοξάζειν καὶ ἄνευ τοῦ ἔχειν λόγον δοῦναι οὐκ οἶσθ᾽, ἔφη, ὅτι οὔτε ἐπίστασθαί ἐστιν— ἄλογον γὰρ πρᾶγμα πῶς ἂν εἴη ἐπιστήμη; —οὔτε ἀμαθία—τὸ γὰρ τοῦ ὄντος τυγχάνον πῶς ἂν εἴη ἀμαθία; —ἔστι δὲ δήπου τοιοῦτον ἡ ὀρθὴ δόξα, μεταξὺ φρονήσεως καὶ ἀμαθίας. ἀληθῆ, ἦν δ᾽ ἐγώ, λέγεις. b μὴ τοίνυν ἀνάγκαζε ὃ μὴ καλόν ἐστιν αἰσχρὸν εἶναι, μηδὲ ὃ μὴ ἀγαθόν, κακόν. οὕτω δὲ καὶ τὸν ἔρωτα ἐπειδὴ αὐτὸς ὁμολογεῖς μὴ εἶναι ἀγαθὸν μηδὲ καλόν, μηδέν τι μᾶλλον οἴου δεῖν αὐτὸν αἰσχρὸν καὶ κακὸν εἶναι, ἀλλά τι μεταξύ, ἔφη, τούτοιν. καὶ μήν, ἦν δ᾽ ἐγώ, ὁμολογεῖταί γε παρὰ πάντων μέγας θεὸς εἶναι. τῶν μὴ εἰδότων, ἔφη, πάντων λέγεις, ἢ καὶ τῶν εἰδότων; συμπάντων μὲν οὖν. καὶ ἣ γελάσασα καὶ πῶς ἄν, ἔφη, ὦ Σώκρατες, c ὁμολογοῖτο μέγας θεὸς εἶναι παρὰ τούτων, οἵ φασιν αὐτὸν οὐδὲ θεὸν εἶναι; τίνες οὗτοι; ἦν δ᾽ ἐγώ. εἷς μέν, ἔφη, σύ, μία δ᾽ ἐγώ. κἀγὼ εἶπον, πῶς τοῦτο, ἔφην, λέγεις; καὶ ἥ, ῥᾳδίως, ἔφη. λέγε γάρ μοι, οὐ πάντας θεοὺς φῂς εὐδαίμονας εἶναι καὶ καλούς; ἢ τολμήσαις ἄν τινα μὴ φάναι καλόν τε καὶ εὐδαίμονα θεῶν εἶναι; μὰ Δί᾽ οὐκ ἔγωγ᾽, ἔφην. εὐδαίμονας δὲ δὴ λέγεις οὐ τοὺς τἀγαθὰ καὶ τὰ καλὰ κεκτημένους; πάνυ γε.

d ἀλλὰ μὴν Ἔρωτά γε ὡμολόγηκας δι᾽ ἔνδειαν τῶν ἀγαθῶν καὶ καλῶν ἐπιθυμεῖν αὐτῶν τούτων ὧν ἐνδεής ἐστιν. ὡμολόγηκα γάρ. πῶς ἂν οὖν θεὸς εἴη ὅ γε τῶν καλῶν καὶ ἀγαθῶν ἄμοιρος; οὐδαμῶς, ὥς γ᾽ ἔοικεν. ὁρᾷς οὖν, ἔφη, ὅτι καὶ σὺ ἔρωτα οὐ θεὸν νομίζεις; τί οὖν ἄν, ἔφην, εἴη ὁ Ἔρως; θνητός; ἥκιστά γε. ἀλλὰ τί μήν;

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ὥσπερ τὰ πρότερα, ἔφη, μεταξὺ θνητοῦ καὶ ἀθανάτου. τί οὖν, ὦ Διοτίμα; δαίμων μέγας, ὦ Σώκρατες: καὶ γὰρ πᾶν τὸ δαιμόνιον e μεταξύ ἐστι θεοῦ τε καὶ θνητοῦ. τίνα, ἦν δ᾽ ἐγώ, δύναμιν ἔχον; ἑρμηνεῦον καὶ διαπορθμεῦον θεοῖς τὰ παρ᾽ ἀνθρώπων καὶ ἀνθρώποις τὰ παρὰ θεῶν, τῶν μὲν τὰς δεήσεις καὶ θυσίας, τῶν δὲ τὰς ἐπιτάξεις τε καὶ ἀμοιβὰς τῶν θυσιῶν, ἐν μέσῳ δὲ ὂν ἀμφοτέρων συμπληροῖ, ὥστε τὸ πᾶν αὐτὸ αὑτῷ συνδεδέσθαι. διὰ τούτου καὶ ἡ μαντικὴ πᾶσα χωρεῖ καὶ ἡ τῶν ἱερέων τέχνη τῶν τε περὶ τὰς θυσίας καὶ τελετὰς

PLATON. PLATONIS OPERA, ED. JOHN BURNET. OXFORD UNIVERSITY PRESS. 1903.

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