37. García-Dils & Ordóñez 2015a: Sergio GARCÍA-DILS DE LA VEGA y Salvador ORDÓÑEZ AGULLA. “Nueva inscripción edilicia de colonia Augusta Firma Astigi (Écija, Sevilla). Primera evidencia epigráfica de las porticus Munatianae y la basilica”. ZPE 194, pp. 281-289.

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Descripción

SERGIO GARCÍA-DILS DE LA VEGA – SALVADOR ORDÓÑEZ AGULLA N UEVA INSCRIPCIÓN EDILICIA DE COLONIA A VGVSTA F IRMA A STIGI (É CIJA , S EVILLA ): P RIMERA EVIDENCIA EPIGRÁFICA DE LAS PORTICVS M VNATIANAE Y LA BASILICA aus: Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 194 (2015) 281–289

© Dr. Rudolf Habelt GmbH, Bonn

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N U EVA I NSCR I PCIÓN EDI LICI A DE COL ONIA AVGVSTA F IR M A A ST IGI (É CI JA , S EV I LLA): P R I M ER A EV I DENCI A EPIGR Á F ICA DE LAS PORT ICVS M V NAT IA NA E Y LA BA SIL ICA* Prosigue el estudio del amplio repertorio de epigrafía inédita recuperado en la intensa actividad arqueológica desarrollada en la ciudad de Écija (Sevilla, España) en la primera década del nuevo siglo, que está permitiendo ampliar notablemente el conocimiento científico de esta sede conventual de la provincia Baetica en épocas romana y tardoantigua. 1. Contexto arqueológico de la inscripción Sin duda, el entorno de la ciudad donde se han producido los hallazgos epigráficos más señalados ha sido la plaza de España, escenario durante una década de sucesivas campañas de intervenciones arqueológicas que han permitido realizar decisivos avances en el conocimiento de la evolución urbanística de Écija desde la misma fundación de la colonia romana1. Efectivamente, a finales del siglo I a.C. se produjo la primera urbanización del espacio ocupado por la plaza, sirviendo como eje vertebrador principal el kardo maximus2, que cruzaba de Norte a Sur el área investigada arqueológicamente. Correspondiente a esta cronología, en el sector suroriental de la plaza, enmarcado por el kardo maximus y un decumanus, se documentó parte del sector septentrional del foro colonial, que se ha identificado como τέμενος, en cuyo centro se situaba un templo sobre podio fechado durante el gobierno de Augusto3. En época flavia, el área será objeto de una amplia actuación urbanística, comenzando por la delimitación del τέμενος, que quedará encerrado dentro de un potente περίβολος construido en opus quadratum, abriéndose en el extremo occidental de su muro norte la única puerta de acceso que ha sido localizada en la excavación arqueológica. Dicho vano se abría al exterior a un área pavimentada con grandes losas de caliza, en la que se han documentado sendas alineaciones de zapatas de cimentación aisladas que sustentarían unas porticus que se configurarán como un acceso monumental cubierto al τέμενος desde el cercano decumanus maximus. Esta uia tecta se convertirá a partir de entonces en uno de los espacios más emblemáticos de la ciudad, lugar de paso obligado tanto para acceder al recinto de culto como para penetrar en el sector meridional de la colonia desde el decumanus maximus, experimentando sucesivas reformas en su estructura en los siglos siguientes, que irán transformando su fisionomía original. Será ya en el siglo V cuando las porticus cambien completamente de uso, convirtiéndose en un cementerio cristiano, con toda verosimilitud

* Este trabajo se ha redactado en el marco de los Proyectos de investigación I+D+i “EPIGRAPHIA ASTIGITANA. Instituciones, sociedad y mentalidades en colonia Augusta Firma (Écija – Sevilla) a la luz de la nueva evidencia epigráfica” [HAR2009-08823] y “Urbes en transformación. El paisaje urbano romano del Valle del Guadalquivir a través del análisis de las soluciones arquitectónicas: materiales, técnicas y esquemas productivos” [HAR2012-36963-C05-04]. Los autores quieren agradecer al Prof. W. Eck sus oportunas indicaciones y sugerencias relativas a la reconstrucción del texto. 1 Las excavaciones se prolongaron desde 1997 hasta 2007, cubriendo una superficie total documentada arqueológicamente de 4086 m2. Sobre el desarrollo de la intervención y algunos de sus resultados más destacados, uide S. García-Dils de la Vega, S. Ordóñez Agulla, O. Rodríguez Gutiérrez, Nuevo templo augusteo en la colonia Augusta Firma Astigi (Écija – Sevilla), Romula 6 (2007) 75–114. En relación con la fundación colonial, uide S. García-Dils de la Vega, Colonia Augusta Firma Astigi (Écija, Sevilla). La estructura urbana de una fundación romana en la Baetica, en J. González, J. C. Saquete (eds.), Colonias de César y Augusto en la Andalucía romana (Roma 2011) 99–128. 2 Sobre la trama urbana de la colonia, uide S. García-Dils de la Vega, El urbanismo de colonia Augusta Firma Astigi (Écija – Sevilla). Muralla, viario y red de saneamiento, Romula 9 (2010) 85–116. 3 García-Dils et al. 2007. Para una visión general de los espacios forenses de la colonia, uide S. García-Dils de la Vega, Colonia Augusta Firma Astigi (Écija, Sevilla), en J. Beltrán Fortes, O. Rodríguez Gutiérrez (eds.), Hispaniae urbes. Investigaciones arqueológicas en ciudades históricas (Sevilla 2012) 723–762.

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Fig. 1. Pieza A. S. García-Dils

Fig. 2. Pieza A. Detalle de la damnatio. S. García-Dils

asociado a un edificio cultual, cuyo emplazamiento buscaba con toda seguridad ocupar precisamente este centro neurálgico de la vida urbana4. La transformación de las porticus implicó que la puerta de acceso al τέμενος fuera cegada, rellenándose el espacio adyacente con materiales constructivos reutilizados. Esta actuación edilicia supondrá que una serie de elementos ornamentales de las porticus y de la puerta queden amortizados bajo los niveles de relleno, como son numerosas placas marmóreas de revestimiento parietal, algunas de ellas todavía in situ, adosadas al paramento exterior del περίβολος y, sobre todo, los fragmentos de la inscripción que se presenta en las líneas que siguen, cuya localización dentro del entorno original al que hacía referencia su texto le confiere un indudable valor añadido para su comprensión5. 4 S. García-Dils de la Vega, S. Ordóñez Agulla, J. Sánchez Velasco, J. Vázquez Paz, J. Fournier Pulido, La conversión de

una porticus monumental de colonia Augusta Firma en recinto funerario cristiano, Habis 42 (2011) 263–291. 5 La inscripción fue mencionada por primera vez en un artículo publicado por la arqueóloga A. Romo, directora del equipo que se ocupó de la Fase II de la intervención arqueológica en 2001–2003, que erróneamente interpretó en aquel entonces

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2. La inscripción El epígrafe que se presenta está inscrito sobre una placa de mármol blanco de grano fino, cuidadosamente pulimentada en anverso y dorso, de la que se han recuperado en la excavación arqueológica un total de quince fragmentos, algunos de los cuales encajan, de manera que se pueden diferenciar cuatro piezas. 2.1. Pieza A Está constituida por doce fragmentos de inscripción que encajan sin dificultad6. Conserva los bordes izquierdo e inferior de la placa. Dimensiones: (53,0) × (49,2) × 2,9–3,2 cm (Fig. 1). Se conservan restos de siete líneas que ocupan casi todo el campo epigráfico, que no está delimitado, habiendo sufrido la l. 4 una damnatio memoriae. Las letras son capitales cuadradas de tendencia libraria, manteniendo algunas de ellas huellas de pigmentación roja en el fondo del ductus. Presenta finas líneas de pautado equidistantes, que coinciden con los límites superiores e inferiores del texto inscrito sólo en l. 1, mientras que lo hacen puntualmente con los límites superior, central o inferior en ll. 2–7. La altura de los caracteres decrece de arriba abajo: l. 1: 7,0 cm; ll. 2–3: 5,5 cm; ll. 5–7: 4,0–4,5 cm. El texto existente se puede transcribir de la siguiente forma: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

IMP·CA[---] N[---] M·AVRẸ[---] ̣ ·ṢẸP ̣ ṬỊṂỊ---]] [[P PORTICVS MVNAṬỊAṆ[---] ASṬ+GITANỊ[---] ET·Ḅ++ILICAṂ[---]

En la l. 4, con ayuda de luz rasante, es posible reconocer tenues huellas del fondo del trazo de varios de los caracteres que, como cabía esperar en función de las líneas precedentes, conforman el praenomen y nomen gentile de Geta (Fig. 2). En l. 5 se reconoce en autopsia la huella del trazo vertical de la Ṇ. En l. 6 se aprecia la parte izquierda del trazo horizontal de la Ṭ, así como el bisel siniestro del trazo de la Ị. En l. 7 se observa el bisel izquierdo del trazo vertical de la Ḅ, lo mismo que en el segundo trazo diagonal de la Ṃ. 2.2. Pieza B Dimensiones: (20,0) × (26,0) × 3,0 cm (Fig. 3)7. 5. 6. 7.

[---]ṾSTAṬ[---] [---]RESTIT[---] [---]ERERINOV[---]

En l. 5 se observan en autopsia el vértice inferior de la Ṿ y el refuerzo del pie de la Ṭ. 2.3. Pieza C Dimensiones: (9,0) × (17,0) × 3,2 cm (Fig. 4)8. 5. 6.

[---]ṆLAPSẠ[---] [---]ṾṆ[---]

el τέμενος como unas termas. A. S. Romo Salas, Recent Excavations and Sculptural Finds in the Colony of Astigi (Baetica), JRA 16.1 (2003) 292, 296. El epígrafe será citado de nuevo, al hilo de la reinterpretación de este entorno monumental como τέμενος en la Fase III de las excavaciones arqueológicas, en S. García-Dils de la Vega, S. Ordóñez Agulla, E. García Vargas, Nuevas perspectivas sobre el foro de la Colonia Augusta Firma, Actas del VII Congreso de Historia de Écija. Écija, economía y sociedad, Vol. I (Écija 2005) 69; de esta noticia se hará eco A. Canto en HEp 15 (2006) 315. 6 Los fragmentos recibieron las siguientes siglas en el proceso de excavación: 575/8959, 576/8995, 577/8995, 578/8995, 580/8996, 581/8996, 582/8996, 615/12321, 622/8959, 623/8996, 626/8959 y 628/8995. 7 Sigla 579/8995. 8 Sigla 627/8995.

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Fig. 3. Pieza B. S. García-Dils

Fig. 4. Pieza C. S. García-Dils

Fig. 5. Pieza D. S. García-Dils

Fig. 6. Propuesta gráfica de reconstrucción. S. García-Dils

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En l. 5 se reconoce en la pieza la coronación del trazo vertical derecho de la Ṇ, así como el arranque del trazo izquierdo de la base de la Ạ. 2.4. Pieza D Dimensiones: (7,0) × (10,0) × 3,0 cm (Fig. 5)9. 7.

[---]ẸRṾ[---]

Se observa en autopsia el vértice inferior de la Ṿ. 2.5. Lectura La inscripción forma parte de una tipología bien conocida, lo que permite establecer con suficiente seguridad las líneas maestras de su reconstrucción. Las primeras cuatro líneas corresponderían a la titulatura imperial, de la que se tratará en el siguiente apartado, consignándose en las tres últimas una actuación edilicia llevada a cabo por los Astigitani. Las características del texto conservado posibilitan proponer la disposición global del contenido de las cuatro piezas de la siguiente manera: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.

IMP·CA[---] N[---] M·AVRẸ[---] ̣ ·ṢẸP ̣ ṬỊṂỊ---]] [[P PORTICVS MVNAṬỊAṆ[---]ṾSTAṬ[---]ṆLAPSẠ[---] ASṬ+GITANỊ[---]RESTIT[---]ṾṆ[---] ET·Ḅ++ILICAṂ[---]ERERINOV[---]ẸRṾ[---]

De este modo, en función de los numerosos paralelos conocidos para actuaciones edilicias similares, se puede plantear la restitución del texto de la siguiente manera para las ll. 5–7: porticus Munatian[as --- uet]ustat[e co]nlapsa[s] / Ast[i]gitani [---] restit[uer]un[t] / et b[as]ilicam [--- op]ere rinou[au]eru[nt] Sobre la denominación de estas porticus como Munatianae se tratará infra, en el apartado correspondiente. Entendemos estas porticus como objeto de la primera actuación edilicia reseñada, realizada a causa del deterioro producido por el tiempo transcurrido – uetustate conlapsas – desde su edificación en época flavia. El uso aquí del término restituerunt no ofrece dificultades en este contexto, identificándose como actores a los Astigitani. En el espacio que media entre Astigitani y restituerunt caben múltiples propuestas, por ejemplo en lo tocante a la financiación de la obra, como las habituales fórmulas sua pecunia, a solo, sumptu suo, pecunia publica, etc. A título ilustrativo y en relación con el espacio que queda en la línea siguiente, se ofrece en Fig. 6 una propuesta de reconstrucción en la que se ha considerado la expresión sua pecunia10. En la última línea se consigna el segundo edificio objeto de rehabilitación, la basilica, de la que también se tratará más adelante, utilizándose un verbo menos frecuente, renouauerunt11, precedido por un término habitual en el contexto de operaciones edilicia, [op]ere. Si se acepta la reconstrucción propuesta para 9 Sigla 598/8995. 10 La expresión empleada en cuanto a la forma de designar a los actores y la financiación de la actuación recordaría, por ejemplo, a la utilizada en CIL X 1238 – … restituerunt Laurinienses pecunia sua …. La Fig. 6 se presenta únicamente a título ilustrativo, para justificar la coherencia de la propuesta presentada en lo que se refiere a la distribución del texto. Los caracteres utilizados en la reconstrucción se han diseñado para presentar las mismas características formales de los conservados en la inscripción, tanto en altura y anchura como en distribución y espacio entre letras. 11 Estimamos que en este lugar el lapicida ha cometido simplemente un error de grabación de la letra E, pues la ordinatio es sistemática, aunque sin interpunciones, y probablemente al trazar las letras olvidaría dejar espacio suficiente para la E, con el resultado añadido de que esta I resulta ser bastante delgada y con estrechos refuerzos horizontales, comparada con otras del texto.

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la línea precedente, resulta necesario incluir aquí un término que matice el carácter de la obra realizada, como nouo o ampliato, en general o, más particularmente, tectorio, signino o quadratario. Dado que se cita el edificio en su conjunto y considerando el sentido de renouauerunt, se propone restituir aquí ampliato12, sin que pueda descartarse por completo el término más habitual tectorio13, que ocuparía en la inscripción un espacio equivalente. Si bien la reconstrucción propuesta para las ll. 6 y 7 no ofrece grandes dificultades, el espacio que media entre porticus Munatianas y uetustate conlapsas en l. 5 podría albergar muy diversas expresiones, contenidas entre 9 y 12 caracteres, relativas tanto a otras edificaciones públicas – thermas, aedes – como a enfatizar la falta de mantenimiento de las porticus – longa incuria14. 3. Adscripción cronológica de la inscripción Como ya se ha señalado, la l. 4 de la inscripción fue objeto de una damnatio memoriae15 ejecutada a conciencia que, sin embargo, permite la restitución [[P(ublio) · Septimi[o]]] (Fig. 2), de manera que la inscripción cumpliría el tenor general de las damnationes documentadas dirigidas a Geta, textos en los que se menciona simultáneamente a Septimio Severo, Caracalla y a este personaje, en las que únicamente se ha borrado el nombre colocado en última posición, inmediatamente antes de comenzar el enunciado del cuerpo propiamente dicho del epígrafe. Solamente llamaría la atención en este caso el comienzo de la l. 2. La N podría en un primer momento identificarse con el habitual enunciado de la filiación imperial, n(epos)16; sin embargo, dado el tamaño de las letras y que no cabe esperar que la inscripción fuera mucho más ancha de lo que indican los fragmentos conservados, lo que imposibilitaría encajar en l. 1 el resto de los nombres habituales, nos inclinamos por barajar que podría interpretarse como parte de la relación de títulos de Septimio Severo, [Perti]/n[ace] o [Adiabe]/n[ico]. De este modo, la propuesta global sería: Imp(eratore) Ca[es(are) L(ucio) Septimio Seuero Pio Perti]/n[ace Aug(usto) Arabico Adiabenico et] / M(arco) Aure[lio Antonino Pio Felice Aug(usto) et] / [[P(ublio) Septimi[o Geta ---]]] / porticus Munatian[as --- uet]ustat[e co]nlapsa[s] / Ast[i]gitani [sua pecunia] restit[uer]un[t] / et b[as]ilicam [ampliato op]ere rinou[au]eru[nt] En la provincia Baetica se han registrado cuatro inscripciones con mención de Geta. Dos de ellas, dedicadas en exclusiva a este personaje, proceden de Tucci17; las otras dos, en las que aparecen Septimio Severo, Caracalla y Geta, de Vrso18 e Hispalis19, esta última incluyendo también a Iulia Domna. La mención de los tres personajes de la casa reinante situaría la inscripción entre el otoño de 197, cuando Caracalla y Geta fueron proclamados Augusto y César, respectivamente, y la muerte de Septimio Severo, el 4 de febrero de 21120.

12 AE 1948, 26 = AE 1948, 27 = AE 1987, 203 = AE 2004, 360 – Ostia Antica – … opere ampliato sua pecunia restituerunt. 13 Normalmente tectorio opere suele referirse más bien a estructuras más específicas del edificio en cuestión, como muros

amphitheatri opere tectorio / renouauit en AE 1999, 1197 = AE 2002, 1094 = AE 2004, 1070. 14 … aquaeductum / longa incuria / et uetustate conruptum … en AE 1939, 151 = AE 1983, 194. 15 Sobre este fenómeno, uide S. Benoist, S. Lefebvre, Les victimes de la damnatio memoriae. Méthodologie et problematiques, XII Congressus internationalis epigraphiae Graecae et Latinae. Provinciae imperii Romani inscriptionibus descriptae (Barcelona 2007) 133–139. 16 Otras opciones podrían ser, por ejemplo, la mención a Caracalla como Aug(usti) n(ostri) fil(ius) – AE 1984, 920 –, pero esto supondría la inclusión en l. 1 de Septimio Severo. 17 CIL II2/5, 75 = CIL II 1670 = CILA III.2, 429 y CIL II2/5, 76. 18 CIL II2/5, 1027 = CIL II 1405 = CILA II.3, 617 = HEp 7, 889 = HEp 9, 516 = AE 1999, 822 = AE 1999, 895 = AE 2000, 723. 19 CILA II.1, 11 = HEp 3, 355 = HEp 4, 806 = AE 1987, 497 = AE 1994, 907. 20 D. Kienast, Römische Kaisertabelle. Grundzüge einer römischen Kaiserchronologie (Darmstadt 2011) 162–167.

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4. Las porticus Munatianae y la basilica La parte conservada de la inscripción y el estudio del texto indican que, originalmente, las dimensiones totales de la placa serían de en torno a 1,38 m de anchura por 0,54 m de altura, lo que permite situarla holgadamente a la derecha de la puerta de entrada del τέμενος, al pie de cuya jamba fueron localizados los fragmentos que se presentan aquí, sin que pueda descartarse tampoco una ubicación usual como sería encima del dintel de entrada al recinto sagrado. La constatación epigráfica de porticus en la provincia de la Baetica no es un fenómeno bien documentado. Aparte del caso que nos ocupa, solo en cinco localidades se ha podido determinar su presencia en el registro epigráfico, concretamente en Munigua, Naeua, Cartima, Italica y Siarum21. La mención en el nuevo texto astigitano de la gens Munatia indica que esta familia posiblemente sufragó o asumió la construcción original de las porticus en época flavia, o que acaso fuera una obra de munificencia realizada por una aristócrata astigitana de ese nombre22. Contamos apenas con un solo testimonio de un miembro de la familia Munatia en el territorio astigitano, en la inscripción funeraria de un Munatius Maurus23, por otro lado único paralelo seguro en la provincia Baetica. La asociación del nombre del constructor con la edificación que erige es un fenómeno escasamente representado en la epigrafía hispana, y a este respecto son ampliamente conocidos los casos de las Thermae Cassiorum de Olisipo24 y de las Thermae Montanarum de Tarraco25. Al contrario que ocurre con las basílicas, la documentación del nombre del constructor de la porticus está menos atestiguada en el registro epigráfico, aunque contamos con diferentes paralelos para este uso, especialmente en la propia Vrbs, donde son bastante numerosas estas edificaciones26. La pervivencia de la denominación de las porticus queda clara en el Digesto que, en un precepto fechable en el reinado de Antonino Pío, recoge la prohibición del cambio del nombre de una construcción cuando ésta se había denominado en honor de quienes la habían sufragado, perpetuando así la memoria de aquellos benefactores de la comunidad cívica que habían dedicado parte de su patrimonio a obras de uso público27. Tenemos aquí por vez primera atestiguada epigráficamente la existencia de una basilica en colonia Augusta Firma. Su aparición incrementa el escaso registro epigráfico de esta edificación en la provincia Baetica, donde solo en tres localidades – Abdera, Iliberris, Singilia – se ha podido constatar el reflejo escrito de este término28. En principio, cabría pensar que con la mención de la basilica en el texto se está haciendo referencia a la basilica forensis de la colonia, una de las edificaciones claves en el conjunto forense de una ciudad. Sin embargo, a la vista del lugar de hallazgo de la pieza, en un punto completamente opuesto al que se esperaría para la ubicación de un edificio tan señero en la topografía urbana – esto es, en el extremo meridional del 21 Munigua: CIL II 1074 = CILA II.1, 234; CIL II 1075 = CILA II.1, 235; CILA II.4, 1076 = AE 1972, 269; CILA II.4,

1077 = AE 1972, 268 = HEp 7, 920; Naeua: CIL II 1191 = CILA II.1, 272 = AE 1958, 39 = HEp 2, 624 = HEp 3, 336 = HEp 8, 396; CILA II.1, 271 = AE 1958, 39; Cartima: CIL II 1956; Italica: CILA II.2, 382 = AE 1983, 522; Siarum: CILA II.3, 937 = HEp 2, 639. 22 Se puede citar al respecto la serie de inscripciones aparecidas en el entorno del τέμενος que recogen las ricas evergesías en plata para el exorno de las edificaciones del área ejecutadas por varias familias astigitanas; uide últimamente S. Ordóñez Agulla, S. García-Dils de la Vega, J. C. Saquete Chamizo, Dos nuevos pedestales epigráficos de colonia Augusta Firma Astigi (Écija, Sevilla), Zephyrus LXX.2 (2012) 191–202. 23 CIL II2/5, 1149 = CILA II.3, 767. 24 CIL II 191 = AE 2009, 501. 25 CIL II 4112 = RIT 155 = CIL II2, 14, 2, 1, 1004. 26 A título de ejemplo, en Puteoli la porticus Aug(usti) Sextiana (TPSulp 83–86, 88, 90–92); en Portus la Porticus Placidiana (CIL XIV 140–141 = IPOstie B, 327–328); en Roma las porticus Minucia Vetus y frumentaria (F. Coarelli ad LTVR IV, 137–138, y D. Manacorda ad LTVR IV, 132–137) o la porticus Lentulorum (S. Orlandi ad LTVR IV, 125–126). 27 Dig. 50.10.7.1: manentibus priorum titulis, qui ea opera fecissent. Preceptos en la misma línea se encuentran en Dig. 50.10.2.pr. y Dig. 50.10.3.2. Podemos pensar entonces que existió en este entorno una inscripción con referencia a los primeros constructores, que la nueva placa de la restauración no podía desplazar, siguiendo la indicación de Calístrato. 28 Abdera: CIL II 1979 = HEp 2, 22 = HEp 7, 17 = HEp 9, 64; Iliberris: CIL II 2083 = CIL II 5507 = ILPGranada 46 = CIL II2/5, 633 = CILA IV 17 = HEp 3, 182 = HEp 6, 585 = HEp 12, 278 = AE 1995, 844b; CIL II 2084 = CIL II 5508 = ILPGranada 47 = CIL II2/5, 634 = CILA IV 18 = HEp 3, 183 = HEp 12, 279; Singilia: CIL II2/5, 794 = HEp 5, 572.

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foro – cabe preguntarse qué sentido es necesario darle al término basilica en este caso concreto y cuál sería la naturaleza del edificio referido. En este orden de cosas, en un lúcido trabajo sobre este particular P. Gros, reaccionando contra la visión simplista e inmutable del concepto, ha puesto de relieve la ambigüedad de este término29, poseedor de una notable riqueza y diversidad semántica, cuyo carácter polisémico incluye no solo las basílicas forenses de tipo canónico y formal – en sí mismas un edificio también polivalente –, sino también otras estructuras como anexos y espacios de termas y baños, salas junto a las escenas de teatros, empleándose incluso para ciertos ámbitos de la arquitectura doméstica o de la formalización de mercados y horrea. Se puede añadir también a estos sentidos el de edificio colegial – schola – para alguna asociación, como consta en algunos epígrafes30. Pero interesa aquí el caso específico de los templos y santuarios durante los siglos II y III d.C., donde es manifiesto el sentido de basilica como anexo del espacio sagrado. En las provincias de Occidente, básicamente en la Gallia y Africa, algunas inscripciones de esta cronología con mención de basilicae se encuentran asociadas directamente a santuarios31, generalmente dedicados al culto imperial, con diversidad de formulaciones arquitectónicas, entre las que no faltan por ejemplo las que las hace representar el papel de entrada monumental al recinto sagrado, como puede ser el caso astigitano, hasta incluso llegar a confundirse en ocasiones los mismos conceptos de basilica y aedes32. A la vista de estas consideraciones, estimamos que la basilica referida en la inscripción astigitana – sobre la base de la flexibilidad del término en los programas arquitectónicos – puede entenderse mejor como una de las edificaciones que conforman el conjunto sacro de la Plaza de España. 5. Conclusiones Esta nueva inscripción presenta una evidencia más de la combinación de sistemas existente en las ciudades romanas para la financiación de las obras públicas33. A la dotación de dinero proporcionado por la iniciativa privada que vemos en la mención de los Munatii, se añade, años más tarde, la de la propia colectividad, en la restauración y renovación de esta edificación y de la misma basílica. Parece evidente que hay que atribuir a las finanzas municipales los trabajos de mantenimiento y renovación de estas construcciones de utilidad pública, que pasarían a ser propiedad municipal tras su entrega a la comunidad por parte de los particulares que las habían erigido. Evergetismo privado e iniciativa pública municipal se complementan así en la construcción y mantenimiento del equipamiento edilicio de la colonia. También parece clara la relativa buena salud de los recursos de la caja municipal en una época en la que son ya evidentes las dificultades en general de las finanzas locales. El reflejo epigráfico de estas labores en Hispania no parece haber estado muy extendido a tenor de la restringida serie de menciones de la intervención municipal en la construcción pública34. La prioridad dada 29 P. Gros, Basilica sous le Haut-Empire. Ambigüités du mot, du type et de la fonction, BABesch 78 (2003) 191–204; P. Gros, Le rôle du peuple de Rome dans la définition, l’organisation et le déplacement des lieux de la convergence sous l’empire, en G. Urso (ed.), Popolo e potere nel mondo antico (Pisa 2005) 191–214; en el mismo sentido P. Vipard, À propos de la dédicace de la basilique du sanctuaire du pagus Catuslouius par P. Magnius Belliger à Bois-l’Abbé (Eu, Seine-Maritime, France), Latomus 68.4 (2009) 972–980. 30 Una basilica Hilariana en CIL VI 30973; una basilica para un colegio de cultores en BCTH 1925, 287; una basílica para un colegio de iuuenes en AE 1959, 172. Sobre este último texto, uide B. Goffaux, Cultores, basilica et horrea à Mactar (Afrique proconsulaire), en J. Arce, B. Goffaux (eds.), Horrea d’Hispanie et de la Méditerranée romaine (Madrid 2011) 97–116. 31 CIL VIII 11999, 12006; CIL XII 2332; CIL XII 2533; CIL XIII 950–954: consaeptum omne circa templum basilicas duas; CIL XIII 11151; CIL XIII 2807; AE 1969–70, 405a = AE 2001, 1383: statuas quae in basilica templi Martis Mullonis; AE 2006, 837 = AE 2007, 980 = AE 2009, 904; AE 1992, 1817: un complejo religioso que incluye templum, basilica, porticus, cisterna; uide también B. Goffaux, J. Hiernard, La double dédicace du sanctuaire des Tours Mirandes (Vendeuvre-du-Poitou, Vienne) dans la cité des Pictons, Gallia 68–2 (2011) 253–290. 32 Vide Gros 2003, 196–197 para los casos del templo de Matidia en Roma y la basilica de Plotina en Nîmes. 33 A propósito de ello, uide H. Jouffroy, La construction publique en Italie et dans l’Afrique romaine (Strasbourg 1986) passim, esp. 462 ss. Para el caso hispano E. Melchor Gil, El mecenazgo cívico en la Bética. La contribución de los evergetas a la vida municipal (Córdoba 1994) 85–103; B. Goffaux, Municipal Intervention in the Public Construction of Towns and Cities in Roman Hispaniae, Habis 32 (2001) 257–270. 34 CIL II2/7, 976 (templo en Regina). CIL II 3557 (templo en Lucentum). Añádanse los casos ya citados de las termas de Tarraco y Lisboa.

Nueva inscripción edilicia de colonia Augusta Firma Astigi (Écija, Sevilla)

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por la documentación a los actos evergéticos de las élites – más preocupadas por la realización de obras nuevas que por invertir en la reconstrucción de las ya existentes – no debe hacer olvidar el activo papel de las comunidades en las labores edilicias de interés público para el mantenimiento de la estructura urbana, a menudo objeto de un tratamiento rutinario que solo ocasionalmente vendría a dejar testimonio escrito de esta labor, y usualmente en relación con grandes obras públicas como fortificaciones, puentes, templos y acueductos35. Qué grado de decadencia habían experimentado las porticus en el momento en que se decidió acometer la reparación no ha podido ser determinado por la evidencia arqueológica36. No habiendo ninguna indicación precisa más allá de la abstracta noción de uetustas referida en el texto37, no es posible establecer las circunstancias reales de la destrucción del edificio y hasta qué punto se puede hablar con fundamento de restitución o reparación en una lectura literal de la expresión38. El verbo empleado, restituere, el más habitual en el siglo III para las inscripciones de reconstrucción de edificios, fue aplicado a operaciones de diverso calado que daban lugar a diferentes formas y grados de reconstrucción, que podían ir desde la completa sustitución del edificio por una nueva versión del mismo, hasta la restauración de partes concretas o incluso modestos añadidos y cambios menores en el conjunto. Por su parte, también renouare podría haber tenido un valor eminentemente simbólico, poniendo en cuestión el alcance y efectos de la efectiva labor reconstructora aplicada a la basílica, de la que poco más sabemos aparte de esta mención epigráfica y ciertos indicios arqueológicos localizados en el extremo meridional del foro colonial.

Sergio García-Dils de la Vega, Departamento de Historia Antigua, Universidad de Sevilla [email protected] Salvador Ordóñez Agulla, Departamento de Historia Antigua, Universidad de Sevilla [email protected]

35 Goffaux 2001, 269; E. Melchor Gil, La regulación jurídica del evergetismo edilicio durante el Alto Imperio, Tarraco. Construcció i arquitectura d’una capital provincial romana, Butlletí Arqueologic 31 (2009) 155 ss. 36 La primera fase de la intervención en este sector fue realizada por otro equipo arqueológico (uide nª 5), sin que los informes de ella derivados permitan establecer datos más precisos al respecto. 37 Sobre este concepto, C. Hamdoune, La uetustas dans les inscriptions d’Afrique, B. Bakhouche (éd.), L’ancienneté chez les Anciens. 1. La vieillesse dans les sociétés antiques. La Grèce et Rome (Montpellier 2003) 251–279. En la epigrafía africana de época antonina el empleo del término se asocia a menudo a la refacción de daños en las techumbres de los pórticos de los templos. 38 Vide las posiciones divergentes de E. Thomas, C. Witschel, Constructing Reconstruction: Claim and Reality of Roman Rebuilding Inscriptions from the Latin West, PBSR 60 (1992) 135–177, y G. G. Fagan, Reliability of Roman Rebuilding Inscriptions, PBSR 64 (1996) 81–93. Vide también B. Goffaux, Destruction matérielle et constructions mémorielles dans le discours épigraphique des cités de l’Occident méditerranéen sous le Haut-Empire, Pallas 82 (2010) 489–500.

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