22. Ordóñez et al. 2016: Salvador Ordóñez Agulla, Sergio García-Dils de la Vega y Javier Moralejo Ordax.“Nuevas inscripciones de militares de colonia Augusta Firma y la delimitación de la pertica colonial en su sector nororiental”.

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Descripción

A Baete ad fluvium Anam: Cultura epigráfica en la Bética Occidental y territorios fronterizos

UAH OBRAS COLECTIVASOGRAFÍAS HUMANIDADES 54

Homenaje al profesor José Luis Moralejo Álvarez

A Baete ad fluvium Anam: Cultura epigráfica en la Bética Occidental y territorios fronterizos Homenaje al profesor José Luis Moralejo Álvarez Joan Carbonell Manils Helena Gimeno Pascual (eds.)

SERVICIO DE PUBLICACIONES

Edición Científica: Centro CIL. Universidad de Alcalá Con la colaboración de: Universitat Autònoma de Barcelona Grupo de Investigación CIL II - Universidad de Alcalá Edición financiada por: Proyecto de investigación «El hábito epigráfico antiguo y tardoantiguo en la Bética occidental como indicador de la identidad del territorio» (Ref. FFI2012-39395-C02-01), financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad (Programa Nacional de I+D+I), dentro del proyecto coordinado con la Universitat Autònoma de Barcelona «Ab utilitate ad usum: Los Tituli Antiqui en la definición de los territorios antiguos y su uso en la configuración de las identidades territoriales modernas». Coordinación técnica: Luisa M. Saldaña Puentes Domingo J. Puerto Pérez

El contenido de este libro no podrá ser reproducido, ni total ni parcialmente, sin el previo permiso escrito del editor. Todos los derechos reservados. © Universidad de Alcalá, 2016 Servicio de Publicaciones Plaza de San Diego, s/n 28801 Alcalá de Henares www.uah.es I.S.B.N.: 978-84-16599-84-4 Depósito legal: M-22233-2016 Composición: Solana e Hijos, A. G., S.A.U. Impresión y encuadernación: Solana e Hijos, A.G., S.A.U. Impreso en España

ÍNDICE

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Aliis exemplo sit (J. Carbonell, H. Gimeno) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

14

Eine fruchtbare Zusammenarbeit (Ch. Schuler) . . . . . . . . . . . . . . . . .

16

José Luis Moralejo en la meta (A. Alvar) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

17

Cultura EpIgráfICa ENtrE BétICa y lusItaNIa En torno al límite entre Lusitania y Bética. Estado de la cuestión (M. Alves Dias, J. L. Ramírez Sádaba) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Vir honestus / honesta femina, entre Bética e Lusitânia (M. Alves Dias) Fórmulas singulares en la epigrafía cristiana de la Bética occidental (J. Del Hoyo Calleja) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Glimpses inside the familia publica at Augusta Emerita (Mérida) (J. Edmondson) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La suerte de un Suplemento: CIL II 5405 (Hasta Regia, Cádiz) (H. Gimeno, A. Ruiz Castellanos) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Nuevas inscripciones de militares de Colonia Augusta Firma y la delimitación de la pertica colonial en su sector septentrional (S. Ordóñez Agulla, S. García-Dils de la Vega, J. Moralejo Ordax) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

23 41 51 67 85

99

10

índice

Un acercamiento al territorium de la parte occidental del conventus Hispalensis (J. A. Pérez Macías) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

123

La Baeturia Céltica: algunas aportaciones a la epigrafía de Ugultunia y Curiga. (J. L. Ramírez Sádaba, H. Gimeno Pascual) . . . . . . . . .

145

Neue Beobachtungen zu einer alten Inschrift: Die monumentale Bauinschrift der Puente romano de las Alcantarillas (Utrera, SE) (P. Rothenhöfer) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

177

Fuentes para el estudio de la organización territorial de la Baetica en la tardoantigüedad (J. Sánchez Velasco, J. Salas Álvarez) . . . . . .

195

El exemplum de Eulalia en la cristianización de la aristocracia romana hispana. Arqueología, Hagiografía y Epigrafía (I. Sastre de Diego) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

227

Ultra Anam flumen. Apuntes sobre la alfabetización en la Lusitania meridional (S. Tantimonaco) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

243

traDICIóN EpIgráfICa y MaNusCrItos Juan Fernández Franco y la epigrafía bética. Nuevos datos para una monografía (J. Carbonell, H. Gimeno) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

267

Una breve síloge cordubense desconocida de inicios del s. XVI (Liber Parmensis, ff. 4v-5r) (G. González Germain). . . . . . . . . . .

289

Una nota sobre las inscripciones tomadas de los manuscritos de Juan Fernández Franco en Italia (M. Mayer i Olivé) . . . . . . . . . . . . . . .

311

Entre ficción y realidad: El conocimiento de la religión romana en la España del siglo XVII (V. Salamanqués Pérez) . . . . . . . . . . . . . .

327

VarIa Officina epigráfica de Sansueña (Rosinos y Santibañez de Vidriales, Zamora) (J. M. Abascal Palazón) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

345

Hacia el corpus epigráfico de la Bética en 3D: una aproximación metodológica mediante Structure from Motion (SfM) (M. Ramírez Sánchez, H. Guerra Soto) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

361

A bAete Ad fLUViUm AnAm: cULtUrA ePigráficA en LA béticA OccidentAL...

11

De luces y sombras: La figura de Octavio Augusto en el Imperio Romano tardío (M. Vallejo Girvés) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

381

Virgilio en la figlina. Algunas reflexiones en torno a las inscripciones sobre teja y ladrillo con versos virgilianos (J. Velaza Frías) . . . . .

405

Nuevas iNscripcioNes de militares de colonia avgvsta Firma y la delimitacióN de la pertica coloNial eN su sector NororieNtal1

SAlVADOR ORDóñEz AgullA Universidad de Sevilla [email protected] SERgIO gARCíA-DIlS DE lA VEgA Universidad de Sevilla [email protected] JAVIER MORAlEJO ORDAx Universidad Autónoma de Barcelona [email protected] resumeN A partir de la edición de dos inscripciones aparecidas en el entorno de Écija que mencionan a militares asentados en colonia Augusta Firma (Écija, Sevilla), se plantea la delimitación nororiental de la pertica colonial. 

1

Estudio llevado a cabo en el marco del Proyecto de I + D: «Funciones y vínculos de las élites  municipales  de  la  Bética.  Marco  jurídico,  estudio  documental  y  recuperación  contextual  del patrimonio epigráfico. I» (ORDO V) (HAR2014-55857-P), del Programa Estatal de Fomento de la Investigación  Científica  y Técnica  de  Excelencia  del  Ministerio  de  Economía  y  Competitividad, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, y del Proyecto I + D: «Ab utilitate ad usum: los Tituli Antiqui en la definición de los territorios antiguos y su uso en la configuración de las entidades territoriales modernas» (FFI2012-39395-C02-01-02).

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SAlvAdor ordóñez AgUllA, Sergio gArcíA-dilS de lA vegA y JAvier MorAleJo ordAx

palabras clave: epigrafía, Astigi, pertica, repartimiento. abstract Two inscriptions have been found nearby Écija, which mention military personnel settled in colonia Augusta Firma (Écija, Seville). These epigraphs make possible to draw up the northeastern boundary of the colonial pertica. Keywords: epigraphy, Astigi, pertica, repartimiento

1. iNscripcióN de uN miles legionis [- - -] la primera pieza a estudio es una inscripción funeraria rota de piedra caliza, hasta ahora inédita. En el año 2002, fue remitida una fotografía con datos de autopsia a los archivos del centro CIl II-uAH. Desafortunadamente, el remitente, a quien a su vez habían enviado la foto y los datos, no pudo obtener más información sobre las circunstancias de hallazgo, aparte de que procedía de Écija o sus inmediaciones. En cualquier caso, el hallazgo es de indudable interés en la medida en que añade información sobre la acreditada presencia de militares en colonia Augusta Firma a lo largo del último tercio del siglo I a.C. y comienzos del siglo I d.C. Se trata de una estela fabricada en piedra caliza blanca local, material en uso en la epigrafía bética desde fines del siglo I a.C.2, cuyo estado de conservación es deficiente, pues tan sólo se ha preservado un fragmento de la parte superior derecha. la pieza ha perdido, por tanto, toda su parte superior, su margen izquierdo y su zona inferior. El fragmento conservado presenta, además,  roturas  parciales  en  su  ángulo  superior  izquierdo  y  en  su  margen derecho. Según el testimonio de nuestro informante, la cara trasera muestra, además, señales de haber sido recortada, probablemente con una sierra desbarbadora, por lo que no tenemos, tampoco, su grosor original. la cara inscrita está visiblemente alisada, y el campo epigráfico notablemente rebajado –8  mm  con  respecto  a  la  superficie– y  delimitado  por  ambos  lados  y  por abajo, mostrando huellas evidentes de la gradina en el marco del mismo. las medidas máximas son (34) cm de altura, (28,5) cm de anchura y (4,8) cm de

2 Stylow 1995, 224. En referencia a las calizas blancas «brechoides» del entorno de Cabra, a las que atribuye un papel secundario frente a la caliza micrítica o «piedra de mina».

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grosor. las propias medidas, el material, la forma de delimitación del campo epigráfico, la ubicación del texto en la parte superior, así como su distribución, junto con la extensión de las líneas que consignan la pedatura y la fórmula  funeraria  final,  nos  llevan  a  identificar  el  fragmento  conservado  con una  tipología  de  estelas  bien  documentada  en  la  epigrafía  astigitana  entre fines del siglo I a.C. y fines del I d.C. Se trata de modelos que se caracterizan por su cabecera semicircular y campo epigráfico rebajado y alojado en la parte  superior  del  soporte,  en  el  espacio  delimitado  por  el  arco  de  medio punto. las estelas semicirculares de piedra caliza y cartela rehundida abundan en Astigi durante todo el período alto-imperial; no obstante, en función de rasgos morfológicos concretos y su cronología, algunos ejemplos astigitanos  constituyen  paralelos  específicos  para  nuestra  pieza3.  Atendiendo  al rasgo formal del campo epigráfico rebajado, este nuevo ejemplar podría adscribirse  al  tipo  I.A.2  de  la  tipología  de  estelas  funerarias  establecida  por Vaquerizo  y  Sánchez  (2008,  107)4,  un  modelo  formal  predominante  en  el repertorio de soportes funerarios empleados en colonia Augusta Firma. las  letras  son  capitales  cuadradas  ejecutadas  a  bisel  y  con  leve  remate triangular; presentan un módulo regular de 5,5 cm todas ellas. la interpunción  es  irregular  y  peculiar:  muestra  signos  aparentemente  redondos  pero realmente de sección poligonal con aristas marcadas, y de sección triangular con el vértice hacia abajo y hacia la derecha en l. 1; l. 2; l. 3 y l. 4. En términos  generales,  la  interpunción  documentada  con  mayor  frecuencia  en  el período  Augusteo  y  Julio-Claudio  en  la  epigrafía  funeraria  de  la  Bética (Stylow  1995,  222)  consta  de  signos  de  sección  triangular  con  el  vértice orientado hacia arriba. Creemos que la irregularidad de la ordinatio, debida a la falta de espacio, puede ser una de las causas principales de la peculiar

3 Cf. cil II2/5, 1153 = cilA II.3, 714; cil II2/5, 1154 = cilA II.3, 713; cil II2/5, 1155 = cilA II.3, 734. Procedentes de Salinas de la Torre (territorium astigitano) y fechadas entre el 30 a.C. y el 14 d.C, y también cil II2/5, 1204 = cilA II.3, 729 y Hep 15, 318, de la propia Écija, fechadas a lo largo del siglo I d.C., entre otros. Este tipo de estelas de cabecera semicircular y campo epigráfico rehundido ubicado normalmente en la parte superior, bajo el arco de medio punto, y fabricadas en calizas locales, parecen tener su origen en el norte de Italia, y en Roma, en los años centrales del siglo I a.C. En el caso de Astigi se considera que fueron los colonos fundadores de la ciudad los que habrían llevado consigo este tipo de soportes epigráficos, que se habrían generalizado durante el reinado de Augusto, perdurando durante todo el siglo I d.C. (Beltrán 1995, 187; Sáez et al. 2001, 338).  4 «Estelas con coronamiento semicircular o redondeado y el campo epigráfico (también semicircular o redondeado) rebajado». Obviamente, la fragmentación de la pieza no impide que pudiera adscribirse a otras variantes de la mencionada tipología que incluyen campo epigráfico rebajado (I.A.3, I.A.4, I.B.2, I.C).

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ejecución de los signos de interpunción. El texto preservado se distribuye en 5 líneas, y la paginación es asimétrica con respecto al eje de talla de la pieza; por ello, las cuatro primeras líneas tienden a inclinarse leve pero visiblemente hacia la derecha. la l. 1 aparece centrada y la l. 5 excede el campo epigráfico y ha sido grabada también centrada sobre la parte inferior del marco. Por lo que respecta a la paleografía, destacan: la V, de astas muy abiertas; Q de óculo amplio, redondo y con el apéndice ligeramente curvo y prolongado; A con el asta derecha visiblemente más prolongada que la izquierda; M de astas cerradas; la primera l en l. 3, que carece de pie, no así la segunda, y las dos n, en l. 3 y l. 4, que tienen las segundas astas notablemente más cortas que las primeras; también las P de óculo reducido y no cerrado. Cabe señalar que la M y las g aparecen con una anchura sensiblemente menor que la acostumbrada en contextos paleográficos tardo-republicanos y augusteos, y que ello se debe a una mala ordinatio, fruto, probablemente, de la falta de espacio en la cartela. Por otra parte, percibimos una serie de rasgos particularmente llamativos: en l. 4 el apéndice de la g ha desaparecido y en su lugar vemos un trazo de bisel; las R de ll. 3 y 4 no cierran el óculo, pero en la primera el trazo superior es recto y en la segunda descendente y curvo, dando la impresión esta última de haber sido modificada. llaman también la atención,  en  este  sentido,  los  dos  travesaños  de  la  F  de  l.  3:  parece  haber  una pauta original con ambos trazos rectos y más largos, pero los trazos que conservamos son más profundos, se acortan y el segundo se curva ligeramente hacia  arriba.  los  rasgos  señalados,  evidencian  que  las  tres  primeras  líneas han sido retocadas en varios puntos, dando la impresión de que el lapicida habría corregido el texto, de nuevo por falta de espacio, dado que sucede en las líneas más apretadas. Cabe señalar, además, que los lechos de las letras de la l. 1, la única no afectada, presentan menor profundidad que los de las demás. El poco cuidado de la ordinatio, la irregularidad de las interpunciones y la remodelación de los trazos de las letras revelan una factura descuidada, producto, quizá, de la falta de pericia técnica por parte del lapicida.  las características paleográficas nos llevan a datar la pieza en un lapso cronológico entre el 20 a.C. e inicios del siglo I d.C. Dejando de lado las particularidades que hemos descrito, hallamos paralelos de estos rasgos, desde un punto de vista formal, en inscripciones astigitanas fechadas en el mismo período, así como en algún testimonio de carthago Noua de inicios del período  augusteo5. Esta  datación,  apuntada  por  la  paleografía,  la  tipología  del

5 Cf. cil II2/5, 1153 = cilA II.3, 714; cil II2/5, 1154 = cilA II.3, 713; cil II2/5, 1155 = cilA II.3, 734. De carthago Noua, cf. Abascal-Ramallo 1997, 369-371, n. 153, lám. 137.

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soporte y el empleo de caliza blanca, se ve refrendada por las características generales del texto, que reza como sigue (Fig. 1-2): VS • Q MIl• lEg In • FR • P • x In • AgR • +  + +

FIg. 1. Inscripción de un miles legionis [- - -]. Fotografía Centro CIl II-uAH.

En la l.1, existe, como hemos indicado, un espacio de unos 3 cm entre el límite del campo epigráfico y el inicio del -us que conservamos, lo que indica que dicha línea estaría centrada y no alineada a la izquierda como las l. 2, 3 y 4. A la vista del comienzo de la l. 1, cabe pensar que el primer renglón, perdido,  contendría,  probablemente,  un  praenomen abreviado  y  un  nomen desarrollado, acabado en -ius, un gentilicio preferentemente largo que expli-

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ca el corte, por falta de espacio6, en ésta y otras estelas de cabecera semicircular y campo epigráfico estrecho. Ahora bien, otros elementos conservados del texto hacen igualmente posible que se trate de un nomen más corto. la Q de l. 1, que sólo puede interpretarse como el segundo término de un patronímico: Q(uinti) [f(ilius)], sugiere la posibilidad de que el praenomen del soldado fuese precisamente Q(uintus), como el de su padre. Si colocamos una Q en la primera línea perdida, habida cuenta de la amplitud del óculo de la que  conservamos,  y  del  mayor  espaciado  entre  letras  en  la  l.  1  que  en  las demás,  restaría  poco  espacio  para  el  gentilicio,  no  más  de  cuatro  o  cinco letras, según el ancho que calculamos para el campo epigráfico, que explicaremos más adelante. Esto podría reducir considerablemente la búsqueda de gentilicios posibles, aunque no nos decantaremos aquí por ninguno, teniendo en cuenta lo irregular de la ordinatio y por no tener más base material7. la primera línea conservada consigna, a todas luces, el sufijo de composición del  ya  mencionado  nomen,  y  la  primera  parte  de  la  filiación  abreviada. Teniendo en cuenta la distancia de las letras respecto al margen conservado y la estructura previsible del texto, todo indica que, tras la Q, sólo cabrían unas pocas letras más, que corresponderían a la F de [f(ilius)], y, quizá a un elemento más, que debería ser la tribus o la mención de origo. Sin embargo, el desarrollo de la pedatura, criterio que hemos empleado para la restitución del ancho del soporte8, nos deja una anchura de la cartela, que, creemos, no pasaría de los 44 cm, en consonancia con otros modelos documentados en Astigi,  por  lo  que  apenas  habría  espacio  para  la  mención  de  la  tribus que habría de ser, presumiblemente, la papiria. la mención de la tribus podría tener cabida si reconstruimos la cabecera de la pieza a partir de modelos de estelas astigitanas con campos epigráficos de 50 a 52 cm de anchura, pero los criterios empleados apuntan, más bien a la primera opción descrita9, es decir, Q + nomen + Q. f.

6 Algunos bien atestiguados: Antonius: cil II 2912; valerius, hasta en once casos: Ae 1980, 563; cil II 2374; cil II 4171; cil II 5266 y Ae 1976, 337, entre otros; octauius: erpleón, 210; Terentius: cil II 2853; Tauonius: Ae 1968, 206, etc.  7 Posibles gentilicios de 5 letras son: Afius, Ahius, Axius, coius, Heius, Maius, Neius, raius, Seius… Todos ellos están representados en la Península Ibérica. 8 Queremos agradecer a luisa María Saldaña Puentes su generosa colaboración en la elaboración del modelo gráfico de restitución de la estela estudiada.  9 Para los modelos de reconstrucción del campo epigráfico cf. cil II2/5, 1153 = cilA II.3, 714; cil II2/5, 1154 = cilA II.3, 713; cil II2/5, 1155 = cilA II.3, 734 (nota 4). las estelas funerarias de cabecera semicircular y cartela rehundida de Astigi y su territorium, fechadas en los siglos I y II d.C., mayoritariamente, presentan campos epigráficos que oscilan entre los 64 cm de anchura como máximo, y los 33 cm como mínimo. Hemos basado la reconstrucción de la cartela en las medidas conservadas, en la restitución de la pedatura, y en valores medios del elenco astigitano, que proporcionan medidas de 51,5 cm (cil II2/5, 1153) y 44 cm (cil II2/5, 1154). 

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la línea siguiente corresponde al rango del difunto y a la mención de la unidad en la que sirvió. Al final cabrían, como mucho, dos letras, correspondientes al numeral de la legión, y aquí terminarían las informaciones sobre ésta  ya  que  no  hay  espacio  para  el  cognomen de  la  misma.  Esta  ausencia apunta a la antigüedad del epígrafe, aunque, lamentablemente, el desconocimiento del numeral limita sensiblemente las posibilidades de interpretación. las  dos  líneas  siguientes  consignan  el  locus religiosus con  un  formulario muy común en la epigrafía bética y astigitana. un vistazo a la documentación sepulcral de Astigi con pedatura indica que las cifras más comunes son xii para el espacio frontal y x para el lateral10. Por tanto, en el espacio perdido, cabe esperar dos cifras en la l. 3, y una en la l. 4, que nos sirven, como hemos indicado, para intuir la reconstrucción de la anchura original del soporte. la última línea, casi perdida, excede el campo epigráfico delimitado y aparece centrada.  la  H  aparece  marcada  por  los  restos  de  los  extremos  de  las  dos astas verticales, mientras que de la S sobresale apenas un leve trazo por encima de la línea de fractura del marco inferior. En todo caso, reflejan, a todas luces, la fórmula funeraria del final del epitafio.  la ausencia en el texto de ciertos elementos como el cognomen del individuo, la más que probable del cognomen de la legión, la edad del difunto y sus stipendia, apuntan, en la misma línea que la paleografía y los paralelos del soporte ya descritos, a la datación de la pieza hacia los dos últimos decenios del siglo I a.C. o inicios del I d.C. la fórmula final se reduce, además, a h(ic) s(itus) o h(ic) s(itus) e(st), rasgo característico de la primera epigrafía funeraria de la Bética y constatable en la documentación temprana de colonia Augusta Firma11.  En  definitiva,  propondríamos  una  restitución  como sigue: [Q(uintus) -4/5?-i]us • Q(uinti) • [f(ilius) - - -] / mil(es) • leg(ionis) [- - ] / in • fr(onte) • p(edes) • x[ii?] / in • agr(o) • p(edes) [x?] / h(ic) s(itus) [e(st)]

10 la prevalencia en ella es el módulo de 12 x 10, estando la primera de las cifras atestiguada en el 50% de los acotados; cf. Vaquerizo 2010, 51 ss. 11 Es preciso señalar, no obstante, que no manejamos criterios de datación absoluta; son, más bien orientativos, tal y como detalla Stylow en su análisis tipológico y cronológico de la primera epigrafía funeraria de la Bética (Stylow 1995, 221). Para Astigi cf. cil II2/5, 1153 y 1154, ya citadas; y más tardías: 1207, 1218, entre otras.

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FIg. 2. Restitución de la Fig. 1. Dibujo de luisa M. Saldaña Puentes.

El corpus epigráfico de militares en Astigi consta de ocho inscripciones, excluyendo las dos aquí tratadas. Dos de ellas, alusivas a veteranos de la leg. ii, proporcionan el mismo horizonte cronológico que el propuesto aquí. Concretamente, la inscripción honorífica de l. caninius12, centurión de una leg. ii pansiana, y praepositus de una cohors iii, y el epígrafe honorifico de p. licinius, ambas inscritas sobre pedestales de morfología circular y fechadas a fines del s. I a. C y el cambio de Era13. no consideramos, por ahora, el blo12 HEp 14, 316 = AE 2001, 1204: L(ucio) • Canin[i]o • L(ucii) • f(ilio) • Pap(iria)/ pompt[in]o • cent(urioni) • leg(ionis) / ii • pansianae • p(rae) • p(osito) • chor(tis) / iii • auguri • ii • vir(o) / Arria uxor. 13 cil II2/5, 1169 = cil II 5053: p(ublio) • licin[io - f(ilio) p]ap(iria) • [—-? vete]/ rano leg(ionis) • ii •[—-?]/ ———?.

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que dedicado a un centurión anónimo de la leg. vi y la iv, por ser dudosas su lectura y adscripción cronológica14.

Si seguimos la interpretación de Ordóñez (1988, 49) y, posteriormente, de Sáez et al. (2001, 351), sobre estos dos documentos, habría que identificar la legio ii pansiana,  del  primero,  con  la  posterior  legio ii Augusta,  tras  las reformas del emperador en el año 25 a.C. los dos ueterani, habrían servido,

14 Stylow CIl II2/5, 1284: [—- uciu]s • Q(uinti) • f(ilius) • pap(iria) • Aug(usta) • Fir(ma) / [dec(urio?) alae] Part(horum) • 1centurio2 • leg(ionum) • vi et iv • iiuir / [—-]mia • p(ubli) • f(ilia) • polla • mater / [—-]ucius • Q(uinti) • f(ilius) • frater; Canto HEp 6, 574: [- Tituciu]s • Q(uinti) • f(ilius) • pap(iria) • Aug(usta) • Fir(ma) / [nat(us) Narb(one) M]art(io) • 1centurio2 • leg(ionum) • vi et iv • iiuir / [coloniae) A(ugustae) F(irmae) Am?]mia • p(ubli) • f(ilia) polla • mater / [et -. Tit]ucius • Q(uinti) • f(ilius) • frater (faciendum curaverunt); gonzález 1995, 288290:  [-Tituciu]s • Q(uinti) • f(ilius) • pap(iria) • Aug(usta) • Fir(ma) / [—-]art • 1centurio2 • leg(ionum) • vi et iv • iiuir / [—-]+ia • p(ubli) • f(ilia) polla • mater / [- Tit?]ucius • Q(uinti) • f(ilius) • frater;  Ventura  2015,  21-22:  [Minuciu]s • Q(uinti) • f(ilius) • pap(iria) • Aug(usta) • Fir(ma) / [mil(es) leg(ionis M]art(iae) • 1centurio2 • leg(ionum) • vi et iv • iiuir / [—-]mia • p(ubli) • f(ilia) polla • mater / [- Min]ucius • Q(uinti) • f(ilius) • frater. Ventura mantiene la datación del epígrafe en la segunda mitad del siglo I d. C., pero considera que el centurión y duovir que aparece  en  l.1  habría  fallecido  en  época  augústeo-tiberiana,  bastante  antes  de  que  se  realizase  el monumento. Este argumento, y la restitución de la primera legión como: leg(ionis) Martiae, le llevan  a  considerar  al  militar  como  uno  de  los  protagonistas  de  la  deductio de  la  colonia Augusta Firma en el año 23 a. C. (Ventura 2015, 20-21).

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pues,  en  la  misma  legión,  y  ambos  aparecen  adscritos,  además,  a  las  tribu papiria, lo que ha llevado a incluirlos entre los primitivos colonos protagonistas de la deductio de colonia Augusta Firma, entre los años 25 y 14 a.C., o bien concretamente en el año 23 a.C. como A. Ventura ha propuesto recientemente en base a nuevos epígrafes y apoyándose también en estos dos últimos (Ventura 2015). Pese a que asumimos una datación similar para nuestra inscripción, en este caso el texto no consigna la condición de ueteranus, emeritus o missicius del difunto, sino la de miles, lo que apunta a que nuestro soldado habría muerto en activo y dificulta su asimilación con el horizonte histórico mencionado. Cierto es que algunos epígrafes funerarios de veteranos no consignan tal condición expresamente. normalmente esto ocurría cuando habían ostentado un rango de cierta consideración, bien entre los milites principales, bien dentro del cuerpo de suboficiales, de manera que les interesaba reflejarla más que la de ueteranus a efectos de autorrepresentarse. Tal es el caso del legionario, y después centurión, de uno de los tituli funerarios de Écija ya mencionado15. Existen, asimismo, epitafios en los que los milites que han cumplido su servicio se presentan bajo el término miles y no ueteranus, pero en estos casos el epitafio incorpora normalmente stipendia y edad del difunto, lo que automáticamente informaba al lector sobre su situación. Además, la mayoría de estos testimonios se fechan en períodos más tardíos o aparecen en ambientes militares en los que no se hacía necesaria la mención16. Por ello, no creemos que podamos hablar aquí de un veterano ni vincular la presente inscripción con el marco histórico mencionado de la deductio astigitana. 

15

Cf. nota 12.  CIl II 266 (olisipo). Fechada entre Augusto y Calígula (le Roux 1982, n. 49). El veterano prefiere remarcar su condición de aquilifer precisamente de la legio ii Augusta:  [—-] • Flauius • M(arci) • f(ilius) • gal(eria) • Quadratus / aquilifer • leg(ionis) • ii • se uiuo / mnmentum • fecit hic • / mnmentu • cum • munitione / tricila • her(edem) • non se[q(uetur)]; cil II2/5, 1025 (vrso). Fechada en época triunviral y empleada por le Roux como argumento para la afirmación del papel destacado de los militares en los procesos de deductio (le Roux 1982, 50-51). El veterano consigna su condición de centurión y, después, de duovir de la colonia:  c(aius) • vettius • c(ai) • f(ilius) • Ser(gia) / centur(io) • leg(ionis) • xxx / iiuir • iterum / g(enio) • c(oloniae) • g(enetiuae) • iul(iae) • sacrum • datCIl II 2641 (Asturica Augusta). Fechada en el siglo I d. C., sin mención expresa a su condición de veterano, y en una ciudad de fuerte impronta castrense como Asturica Augusta; M(arcus) • valerius • [M(arci) • f(ilius)] / gal(eria) • licini[anus]/ ex • m(unicipio) • cas[tulon(ensi)?] / cAlec! • leg(ionis) • v • ceNT!/ vixit • an(nos) • lxxxvi / h(ic) • s(itus) • e(st). Optamos, en este caso, por una lectura propia del texto de los manuscritos, sin las correcciones de Hübner en CIl II 2641. También contamos con numerosos ejemplos de época más tardía como AE 1976, 277, entre otros.   16

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Este  tipo  de  epitafio  encaja  bien,  por  otra  parte,  con  los  modelos  propuestos por le Roux para la epigrafía funeraria de soldados correspondiente al período de los reinados de Augusto y Tiberio (le Roux 1982, 25), caracterizados  principalmente  por  su  simplicidad.  En  tal  sentido,  no  podemos dejar de señalar las estelas funerarias de T. Turpilius17 procedente del actual término municipal de Estepa, y fechada a fines del reinado de Augusto (le Roux 1982, 176, n. 12), y un epitafio dedicado a M. volumnius18 de Rosinos de Vidriales, y fechado en época julio-claudia temprana (le Roux 1982, 177, n. 17). Ambos documentos presentan estructuras prácticamente idénticas a la que presumimos para nuestra inscripción de Astigi. Cabe reseñar, no obstante, que la primera no menciona origo, pero sí tribus, y la otra a la inversa. El epitafio de Turpilius muestra la pertenencia del soldado a la papiria, lo que le vincula directamente al territorium astigitano, de donde sin duda, procedía.  ninguno  de  los  dos  textos  presenta,  además,  cognomen de  la  legión, rasgo que parece compartir este nuevo epitafio de Astigi, y que es característico de la primera epigrafía funeraria de los militares del período augusteo. Turpilius y volumnius, sirvieron en la leg. vi y x respectivamente. El segundo,  parece  haber  permanecido  en  su  campamento,  pero  Turpilius era,  con seguridad,  oriundo  del  territorium meridional  de  Astigi,  donde  levantó  su tumba tras servir en la vi, entre el cambio de era y el primer decenio del siglo I d.C. la procedencia de nuestro epígrafe y la estructura del texto, invitan a pensar en nuestro soldado anónimo de manera similar al caso de Turpilius: un oriundo de Astigi -por ello no tendría necesidad de expresar origo- que debió servir entre fines del siglo I a.C. y comienzos del I d.C., murió en período de servicio y levantó (o levantaron) su tumba en su ciudad natal. naturalmente, no podemos calcular la edad a la que fueron reclutados ni Turpilius ni nuestro miles anónimo, sin la mención de los años ni de los stipendia, por lo que resulta imposible determinar con precisión el período en el que sirvieron. Sin embargo, los rasgos paleográficos, apuntan a una cronología ligeramente anterior para la nueva inscripción astigitana que la de la estela de Turpilius.  A la vista de lo expuesto, resta tratar de discernir en qué legión sirvió el difunto. Desafortunadamente, la pérdida del numeral en combinación con lo

17 cil II2/5, 995 = CIl II 1442 (Arroyo granados/Estepa): T(itus) • Turpilius / T(iti) • f(ilius) • pap(iria) • m(iles) • leg(ionis) / vi • h(ic) • s(itus) • e(st). 18 CIl II 2631 (petavonium): M(arcus) •volum/nius c(ai) •f(ilius) •Aie(nsi) / crem(ona) • miles / leg(ionis) • x • h(ic) • s(itus) • e(st).

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escueto del formulario, impiden una respuesta satisfactoria a esta cuestión. Si acudimos,  de  nuevo,  a  la  epigrafía  de  los  militares  en  Écija,  encontramos algunas  opciones  que  cuadrarían  con  la  cronología  propuesta  y  que  cabría considerar: cuatro documentos de milites de la leg. vi: un fragmento de estela de cabecera semicircular dedicada a un soldado de la vi victrix pia, que podemos descartar por razones cronológicas y de ordinatio, y tres testimonios más en los que figura la misma legión sin cognomen: el ya mencionado bloque del centurión de la vi y la iv, de dudosa interpretación (Stylow: cil II2/5, 1284; Canto: Hep 6, 574 y Ventura 2015, 21-22), la estela de l. virrius, que se fecha en época flavia (CIl II2/5, 1285), y la ya comentada de Turpilius,  todos  ellos  soldados  ciudadanos  adscritos  a  la  tribu  papiria. A  nivel puramente  especulativo,  no  debemos  descartar  la  legio ii ya  mencionada, habida cuenta de su presencia en dos epígrafes vinculados a la fundación de Astigi. Sin embargo, no creemos, como hemos ya señalado, que nuestra inscripción deba ponerse en relación con el proceso de deductio y la ii pansiana, fundamentalmente por razones de cronología. la presencia de soldados de la vi en Astigi y su entorno ha de vincularse, en el estado actual de nuestro conocimiento, al reclutamiento local y la erección de los sepulcros de los difuntos en sus lugares de origen. Del resto de cuerpos legionarios presentes en la Península, la v y la x se ocupan, principalmente de la deductio de emerita Augusta,  y  no  están  atestiguadas  en  Astigi. Tan  sólo  nos  restaría  la  iv Macedonica,  con  un  testimonio.  Por  pura  estadística  y  paralelos  formales, tendemos a inclinarnos hacia la legio vi como posible unidad para nuestro soldado, pero sin certeza alguna.  2. iNscripcióN de uN iNtegraNte de uNa cohorte Esta pieza fue hallada en 2005 en las inmediaciones del lugar denominado El garabito, en el entorno de la actual población de la Carlota, donde se conserva en una colección particular19. Se trata de un fragmento de un bloque  paralelepipédico  con  inscripción  realizado  en  caliza  micrítica  gris  -la conocida como «piedra de mina» en la zona-, de tan gran uso en la primera época  de  la  epigrafía  bética,  especialmente  en  el  entorno  cordobés,  donde

19 Hemos de agradecer a Pablo Valderrama, María del Carmen Pino y Javier Tristell el habernos dado a conocer la existencia de la inscripción, así como la información sobre el entorno de aparición de la misma.

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estos bloques constituyen uno de los tipos epigráficos más característicos del primer momento de monumentalización funeraria de las necrópolis de colonia patricia (Stylow 1995, 223-224; Ruiz Osuna 2006, 2009)20. la pieza está muy maltratada, con roturas que afectan tanto a su superficie como a los laterales y el reverso. Ha sido reutilizada en algún momento como encastre del gozne de una puerta, como es evidente a partir de la señal que ha quedado en l. 1. El anverso está finamente pulimentado, el reverso someramente desbastado. Sus medidas son 41 x (30) x 20 cm; en la autopsia se ha podido confirmar que la altura conservada de la inscripción corresponde con la original, pues los bordes superior e inferior, en lo escasamente conservado, se encuentran  bien  trabajados,  señal  de  que  la  pieza  fue  realizada  para  ser  alojada  o embutida en la pared de una construcción funeraria apoyándose en su base. El  registro  arqueológico  astigitano,  muestra,  por  su  parte,  que  el  uso  de  la piedra de mina se asocia a la epigrafía fundamentalmente funeraria en los primeros tiempos de la Colonia, es decir, en torno al último tercio del siglo I a.C., hasta el cambio de Era, mientras que, posteriormente aparece vinculado mayoritariamente a la actividad edilicia pública21. la distancia existente entre el margen superior y la l. 1 es de 3,5 cm, la misma que hay entre la última línea y el margen inferior. El texto se encuentra distribuido en cuatro líneas22. las letras empleadas son capitales cuadradas de buena factura, rematadas en refuerzos marcados. la altura de éstas es la siguiente: l. 1: 8,7 cm; l. 2: 6,6 cm; l. 3: 6,5 cm; l. 4: 6,8 cm. la profundidad del trazo es de 4 mm. los interlineados son: l. 1-2: 2,3 cm; l. 2-3: 2,5 cm; l. 3-4: 0,6 cm. la interpunción  es  triangular  con  vértice  hacia  arriba  y  sólo  aparece  en  la  l.  1.  la paleografía muestra los siguientes rasgos generales: P con el óculo sin cerrar, C y O perfectamente circulares y anchas, M muy ancha, travesaño de T muy corto. la paleografía y el empleo de la piedra de mina apuntan a la datación de la pieza en época augustea (Fig. 3).

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utilizados desde época tardo republicana, es en época augustea y durante el siglo I cuando alcanzan su máxima difusión. 21 garcía-Dils 2015, passim. 22 En l. 1, sobre la primera P, hay una muesca que podría inducir a pensar en la existencia del pie de un carácter de una línea perdida. Sin embargo, el surco que se observa no es más que la prolongación, desde la parte superior de la pieza, de la huella reciente de los desconchones que sufrió en el momento del hallazgo para transportarla mediante cables de acero. 

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Salvador ordóñez agulla, Sergio garcía-dilS de la vega y Javier MoraleJo ordax

+ • PA+ COH + MIO ITO [- - -] f(ilius) • Pap(iria) [- - -] / [- - -] coh(ortis)+[- - -] / [- - -] mio [- -] / [- - -] ito [—-]

FIg. 3 Inscripción de un integrante de una cohorte. Fotografía de los autores.

La fractura del soporte impide una restitución fundamentada del texto y no contamos con indicios fiables para intuir su anchura total. Pese a ello, podemos esbozar una cierta estructura del mismo, teniendo en cuenta la parte conservada y la certeza de que poseemos la altura original de la pieza. En l. 1, la primera + es resto de dos trazos horizontales, el superior de mayor longitud que el otro, del que solo se ha conservado su refuerzo; este carácter debe corresponder a una F; la segunda + es refuerzo superior izquierdo de un carácter que debe ser necesariamente la segunda P de Pap(iria tribu). El resto de la l. 1 correspondería, previsiblemente, al cognomen del individuo. En la l. 2, aunque se ha perdido la mayor parte, es perfectamente legible la C; la +

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final es un trazo vertical que se observa en autopsia al final de la línea, pero difícilmente se advierte en la fotografía. En cuanto al contenido, proporciona, como era de esperar, rango y unidad del militar, del que sólo nos queda una mención segura a una cohorte auxiliar, y la + final podría pertenecer, en todo caso, al numeral de la unidad. En l. 3, tan sólo podemos identificar MIO, y en la l. 4 ITO. Cabe esperar que las letras en l. 3 formen parte del cognomen de la cohorte. Considerando todo esto y las características del soporte, habríamos de pensar en un bloque con texto, quizá con un epitafio, compuesto por: praenomen y nomen (al menos) del individuo, que se encontrarían en la l. 1, seguidos de filiación y tribus, y a continuación, cognomen, probablemente seguidos de rango y unidad, o unidades, en la que sirvió en l. 2, todos también perdidos, salvo la mención de la cohorte. Por otra parte, las tres letras de la l. 4 no corresponderían, a nuestro juicio a un posible dedicante, que figuraría en nominativo,  ni  a  otro  dedicatario;  tampoco,  creemos,  a  una  fórmula  funeraria,  sino, quizá,  a  la  mención  de  otra  u  otras  unidades  militares.  Este  cuadro  limita, obviamente, las posibilidades de interpretación. Tratándose de un miembro de la tribu papiria, debiéramos pensar, evidentemente, en un ciudadano, lo que, en combinación con la cohorte auxiliar, nos pone sobre la pista inicial de un tribuno o prefecto, solución que encajaría mejor si el soporte formase parte de una construcción funeraria mayor y, quizá las dos últimas líneas de texto que  podrían  corresponder  a  más  de  una  unidad  auxiliar.  no  debemos  descartar, sin embargo, que pudiera tratarse de un veterano que hubiese cumplido su servicio y se hubiese adscrito a la tribu propia de su lugar de retiro, y mucho menos probable por la datación, de un miles que ya fuese ciudadano cuando fue reclutado.  En cuanto a la unidad a la que correspondía la mención coH, no estamos en disposición de desvelarla, aunque sí podemos sugerir que tan sólo dos cohortes, de todas las conocidas hasta ahora, encajarían con las dos últimas líneas de texto  conservado:  la  cohors i Hamiorum Saggitariorum,  y  el  Ala i claudia gallorum capitoniana23. En sus formas abreviadas, documentadas epigráficamente, estas dos unidades podrían caber en el texto, de la siguiente manera: a) [- - -] f(ilius) pap(iria) [- - -] / [praef?] coh(ortis)+[- - -] / [coh(ortis)] i Ham?]mio[rum] / [alae cap]ito[nianae?]

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Agradecemos al Prof. P. le Roux su generosa disposición a discutir sobre este epígrafe y la sugerencia de posibles ideas de restitución del texto, no sin advertir, que cualquier tipo de responsabilidad sobre las opiniones o hipótesis vertidas en este trabajo es responsabilidad exclusiva de los autores. 

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SAlvAdor ordóñez AgUllA, Sergio gArcíA-dilS de lA vegA y JAvier MorAleJo ordAx

b) [- - -] f(ilius) pap(iria) [- - -] / [praef?] coh(ortis)+[- - -] / [coh(ortis)] i Ham?]mior(um) / [alae cap]ito[n(ianiae)?] Hemos  de  advertir  en  este  punto  que  consideramos  estas  propuestas  de restitución  como  meras hipótesis de carácter especulativo para un problema que no es posible abordar satisfactoriamente por falta de datos. Cabe señalar, por otra parte, la restitución por g. Alföldy de un epígrafe honorífico perdido procedente de liria de una forma parecida respecto a la primera unidad mencionada24.  no  obstante,  aunque  cupiese  considerar  como  posibles  estas  propuestas, es preciso tener en cuenta que apenas poseemos documentación de las unidades mencionadas antes del reinado de Adriano en el primer caso (Birley y Trust 2012, 2-3) y del periodo entre Claudio y nerón para el segundo (Mattei-Popescu 2010-2011, 214)25. las unidades mencionadas no nos proporcionan, por tanto, ningún tipo de anclaje cronológico ni referencia contextual fiable. Mantenemos la opinión de fechar el epígrafe en época augustea temprana en base al material empleado y los rasgos paleográficos, y hemos de conformarnos, por el momento, con la probabilidad de que se tratase de un mando de una o varias unidades auxiliares perteneciente al orden ecuestre y adscrito a la tribu papiria. De ser así, se incrementaría la nómina de personajes del orden ecuestre  conocidos  en  colonia Augusta Firma,  reducida  por  el  momento  al mencionado cn. Manlius, tribuno y prefecto de cohorte pretoriana y más tarde magistrado local (cil II2/5, 1168 = cil II, 1477 = cilA II.3, 698) y a p. postumius A.f. Acilianus (cil II 2213), prefecto de una cohorte y posteriormente procurator en varias provincias en época trajanea26. 

24 CIl  II2/14,  1,  130  =  CIl  II  3791  (edeta): [——] l(uci) • f(ilio) • gal(eria) • Maxim[o] / [praef(ecto) fabru]m • prae[f(ecto)] c[oh(ortis)] / [—-pr]aef(ecto) [coh(ortis) i Ha]mi[or(um?) — -?] / [———] / ———?. 25 Sobre la cohors i Hamiorum el trabajo de Birley y Trust (2012) es el más completo. Señala la ausencia de noticias sobre el reclutamiento de la unidad y sus mandos y soldados hasta su traslado y acantonamiento en el campamento hallado en Bar Hill (Britannia) bajo el reinado de Adriano. A partir de 120 d.C. contamos con abundantes testimonios epigráficos -la mayoría diplomas- que documentan la unidad. Sobre el Ala capitoniana existen diversos trabajos recogidos en la síntesis de Mattei-Popescu (2010-2011) sobre las unidades auxiliares acantonadas en Moesia inferior. El autor señala una probable formación de la misma en la propia Moesia quizá en época de Tiberio y recoge al menos dos testimonios epigráficos alusivos a la unidad en este período, pertenecientes a un eques duplicarius y un missicius respectivamente, amén de numerosos diplomas militares: Conrad 484 = grbic 113 = AAntHung-1967-91 = Ae 1967, 425 y Conrad 485 = BCTH-1943/45-118 = Ae 1912, 187 = Ae 1920, 108 = Ae 1942-43, 56.  26 Cf.  Sobre  ellos  Caballos  1998,  293  s.  y  309  ss.;  el  último  personaje  citado  se  documenta ahora en Astigi en una inscripción inédita en estudio por los firmantes. 

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3. la delimitacióN de la pértica coloNial de avgvsta Firma eN su sector NororieNtal

Con la deductio de colonia Augusta Firma se opera un cambio sustancial en el territorio de la ciuitas libera preexistente paralelo al que tiene lugar en el núcleo urbano con la monumentalización de la ciudad, emprendida ya en época augustea. De manera análoga a como ocurrirá en procesos mejor documentados, debió procederse a la delimitación de sus fines (lcgi 73, 77, 78, 99, 103; lex irn. 76), generándose así la pertica colonial, que incluye tanto una zona centuriada (Sáez, Ordóñez y garcía-Dils 2002) como algunas praefecturae27.  En  principio,  las  dimensiones  de  la  pertica se  desconocen  casi absolutamente. Ausentes por completo las inscripciones de termini que conocemos  en  otros  entornos  (Cortés  2013),  una  vía  para  intentar  calibrar  la extensión de esta demarcación es la que ofrecen aquellos epígrafes dispersos por el territorio de la campiña en los que figura la afiliación del personaje a la tribu papiria y que hayan sido encontrados a relativa distancia de Écija. Como es sabido, únicamente dos ciudades, emerita y Astigi están asignadas en Hispania a esta tribu, y este criterio ha sido utilizado para reconstruir el alcance territorial de la pertica de la colonia lusitana (Forni 1976; Wiegels 1976). En el caso astigitano, la distribución de los pocos textos con mención de la tribu papiria localizados en el entorno de Écija -pero no en sus inmediaciones- permite apreciar que todas ellas están situadas en el sector meridional, en un radio oscilante entre 20 y 30 km28. A ellos han de añadirse los recientes y muy interesantes hallazgos procedentes de El Donadío, en el término  municipal  de  Santaella,  alusivo  uno  al  ya  citado  valerius Maxumus, emeritus de una legio classica, adscrito a la papiria, y el otro a un pagus venerius perteneciente sin duda al ager Astigitanus (Ventura 2015; Ventura y

27 Sería  el  caso  de  la  que  sugiere  un  lingote  de  plomo  hallado  en  Cartagena  con  leyenda coloN(orvM) AvgvSTiFirM(orvM)/FerM,  cf.  Beltrán  1947,  204. Y  quizá  también,  recordando a Sic.Fl. 160.4-7 la., el de la inscripción ee 8.2, 94 = irpc 513 (Arcos de la Frontera), un praefectus iure dicundo adscrito a la tribu papiria. 28 cil II2/5, 995 = cil II 1442 = cilA II.2, 1125; cil II2/5, 1247 = cilA II.3, 786 = Hep 7, 824 -esta inscripción fue editada como proveniente de los alrededores de Écija, y así figura en los corpora al uso, aun cuando hay constancia expresa de su hallazgo en la c/ Fábrica de la localidad de El Rubio (Durán 1990, 18-19)-; cil II2/5, 1284 = Hep 6, 574. Caso particular es el que presentan cil II 1396 y 1398, localizadas en la iglesia de San Juan de Marchena, y sin datos sobre su origen concreto; no obstante, conviene recordar que Marchena constituía uno de los aqalim de la cora de istiyya (Valencia 1988, 319).

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Salvador ordóñEz agulla, SErgio garcía-dilS dE la vEga y JaviEr MoralEJo ordax

Stylow 2015), piezas ambas que permiten vislumbrar el alcance de la pértica colonial  en  su  sector  suroriental;  así,  como  en  caesaraugusta,  también  en astigi los pagi documentados –al anterior ha de sumarse el pagus Singiliense de cil II2/5, 989– se localizan en la zona periférica del territorio. Dado que otros criterios que hipotéticamente podrían proporcionar datos para la reconstrucción de la pertica colonial no son operativos a este respecto  –así,  la  extensión  de  la  diócesis  astigitana  durante  la Antigüedad Tardía (Martínez Melón 2008)-, resulta de gran utilidad tomar en consideración la más  antigua  delimitación  conocida  del  territorio  ciudadano,  la  correspondiente al iqlim de la madina en época andalusí, que se mantuvo como tal en época  medieval  cristiana,  y  que  puede  georeferenciarse  con  bastante  certidumbre a través del análisis del fundamental texto del repartimiento de 1263 (Sanz  1976;  González  1989)29 en  combinación  con  documentos  de  época moderna, especialmente las ordenanzas de los guardas de campo del concejo de Écija (ss. XV-XVI)30. Ambos documentos reflejan puntualmente las operaciones de deslinde del término, que en el primer caso se efectúa por una comisión conformada por el nuevo poder cristiano acompañada de «moros viejos e sabidores del término, para poner los mojones en los lugares do los moros nos mostrasen… do solían ser en tienpo de los moros, de sus padres e de sus auuelos».  La  georeferenciación  de  estos  datos  ofrece  una  primera constatación: la pertica colonial romana, en su sector meridional y suroriental, superaba con creces la delimitación que desde mediados del siglo XIII y hasta  la  actualidad  ha  controlado  el  concejo  y  posterior  ayuntamiento,  de Écija31 (Fig. 4). En lo que se refiere a su sector septentrional, parece que estamos ante una situación diferente, en el sentido de que por este ámbito la continuidad de los límites de la demarcación territorial astigitana parece haberse mantenido de forma más clara a lo largo de la historia. A este respecto, una de las dos nuevas inscripciones que se presentan en este trabajo, aquella de la que tenemos constancia  de  su  procedencia,  puede  aportar  datos  interesantes  cuando  se conjuga con la información documental de época medieval y moderna. Con todo,  dadas  las  limitaciones  de  espacio  en  esta  sede  para  una  presentación

29 Documento que incluye, junto con el propio repartimiento de la villa al tiempo que Eçija se vazió de los moros,  el  amojonamiento  con  respecto  a  los  términos  vecinos  de  Córdoba,  Estepa, Osuna, Marchena, Carmona y Lora del Río. 30 A.M.E. Libro nº 1607. F. 6r-26v, transcritas en Martín Ojeda, 1990, 309.  31 Cf. al respecto, con detalle, García-Dils y Ordóñez 2009.

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completa de todos los datos y la consiguiente argumentación, se ofrecerá a continuación  únicamente  una  síntesis  básica  de  por  dónde,  a  juicio  de  los autores, podrían discurrir los confines que concretaban el territorium de la colonia en su ámbito nororiental32. Para ello sintetizaremos en la tabla adjunta y en el mapa correspondiente la información toponímica que se obtiene del tratamiento conjunto de la información (Fig. 5).

FIg. 4. Distribución de inscripciones en el territorium de colonia Augusta Firma. Elaboración propia.

32 un tratamiento pormenorizado de toda esta cuestión se encuentra incluido en el inédito documento de planeamiento titulado carta arqueológica municipal de Écija. 2. el territorio (2011; autores: P. Sáez, S. Ordóñez, S. garcía-Dils).

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FIg.5.  Sector septentrional de la pertica colonial de colonia Augusta Firma. Elaboración propia.

un primer detalle llama la atención. El lugar de hallazgo de la inscripción del anónimo que sirvió en una cohorte se sitúa en las inmediaciones del límite fronterizo de la ciudad medieval y moderna que podemos deducir del análisis de la documentación. En la idea que sostenemos de la permanencia de los límites territoriales a lo largo del tiempo, resulta significativa la ubicación

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de la tumba del legionario justo en lo que desde época islámica, y hasta el presente, se constituye como frontera septentrional de la ciudad, que a su vez lo habría sido igualmente en tiempos antiguos. Este hecho trae rápidamente a la mente el conocido pasaje de los agrimensores en el que se señala que Augusto estableció en emerita a sus veteranos en la periferia de la pertica, de grandes dimensiones, y a muy pocos de ellos en las cercanías de la colonia33. una situación semejante se intuye de la documentación astigitana. A lo largo del recorrido de las comisiones por este sector se ubican una serie de hitos en los que se localizaban los mojones «de tienpo de los moros», algunos de los cuales son fácilmente georeferenciables a partir de los datos de los textos. Son los casos de la Fuente y cabeça de guadamelena, identificadas con el lugar de Aguasmelenas -Huerta de guadamelena o Huertas de Aguamelena-, en las inmediaciones de la actual población de Fuente Palmera, creada por el asistente Olavide en el proceso colonizador de Carlos III; la Torre de la reyna, que se corresponde con los lugares de Casa de la Torre y Molino  de  la  Torre,  o  Mojón  Blanquillo;  el  mojón questá sobre la Fuente cubierta corresponde, evidentemente, a la actual población de Fuencubierta, igualmente fundada en el siglo xVIII; viene a continuación la mención de la parriella, con villar y pozo; en fin, la culubriella es el último punto en este recorrido, que puede vincularse con certidumbre con el cortijo y lugar de la Culebrilla, en el actual término de Santaella. Como hemos señalado, tras Fuente cubierta la comisión de deslindes se desplazó  hasta  el  siguiente  punto  en  el  proceso  de  amojonamiento,  la parriella:  e dende adelante llegamos a un villar do está vn pozo, en la parriella. las ordenanzas de los guardas de campo del siglo xV coinciden en este punto (e pasado el camino la parrilla), que ha constituido en toda época un lugar importante en la ordenación del territorio. Efectivamente, el lugar de la parriella o la parrilla debe corresponderse, bien con el emplazamiento de la antigua Venta de la Parrilla, al sur de la Carlota, bien con esta misma localidad, fundada como capital de las nuevas Poblaciones por Carlos III34.  Y precisamente en estos parajes tenemos un referente evidente y palmario de los fines septentrionales de colonia Augusta Firma limitando con los de  colonia patricia,  así  como  también  de  la  divisoria  entre  sus  correspon-

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Agenn. Vrb. 40.23-24 C; cf. también Hygin. 2, 158 C. Para un excelente y documentado tratamiento de todo lo concerniente a esta localidad en su dimensión histórica y arqueológica, uide Martínez 2015. 34

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dientes conuentus. Tradicionalmente situada en el cruce de los arroyos garabato y de la cabra, la mansio Ad Aras (it. Ant. 413.4; Vic. I, II, III), sita en el recorrido de la via Augusta35 como estación intermedia entre corduba y Astigi, se ubica ahora, con gran verosimilitud, en el casco urbano de la Carlota a tenor de los hallazgos que apuntan a la existencia en el lugar de un importante  asentamiento  con  necrópolis  (Martínez  Castro  2005,  2010,  2015)  así como  a  la  misma  toponimia  antigua  que  refiere  la  existencia  inmediata  de unos altares en los confines entre las dos grandes colonias del valle medio del Baetis. Estas arae, probablemente unas aedicula como las que tan frecuentemente se encontraban en el curso de las vías (Apul. Flor. 1), sacralizaban los límites entre estas ciudades al hilo de lo que dictamina la literatura gromática al respecto, reforzando el carácter sagrado de los limites mediante la creación de santuarios de términos36.  El lugar de hallazgo de nuestra inscripción nº 2, El garabito, se encuentra a menos de 1000 m del actual límite de términos municipales entre Écija y la Carlota, inmediato a la pedanía de El garabato, y a escasos 4 km de la ubicación de Ad Aras. la documentación de los siglos xV-xVI sitúa en este entorno fronterizo la cañada el garavato y la dehesa del garabato, que en el siglo xVIII será segregada del término de Écija para formar parte del de la nueva población de la Carlota37. Como en el caso de otros militares asentados en la periferia meridional del territorio, también en ésta podemos vislumbrar de alguna manera la realidad de un militar establecido en los límites, en  este  caso  nororientales,  del  ager astigitanus,  circa extremum fere finem uelut terminos.  refereNcias bibliográficas ABASCAl, Juan Manuel; RAMAllO, Sebastián (1997). la ciudad de carthago Nova: la documentación epigráfica. Murcia: universidad de Murcia. 

35 A  ella  se  refiere  explícitamente  la  conocida  inscripción  cil II2/5,  1280,  hallada  junto  al puente del arroyo guadalmazán en esta localidad, alusiva a la refectio de la vía y sus puentes bajo Vespasiano. 36 Cf. para el empleo de arae lapideae, inscriptae o sacrificales como marcadores territoriales, comm. de agr. qualit. 52.31 C, Hygin. 2, 156.12, 19, 22-24 C e ill. 129 C; lc 178.11 C; lc 188.25 C. Terminos sacrificales en Agenn.Vrb. 30.5 C. 37 Martín 1990, 76, 85, 87. vide A.H.n. sección Consejos, M.P.D. nº 1808: baldíos aplicados a la carlota: nº 15 el garabato con unas 600 Fgs. y un gran Aguadero. 

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