2015 Un proyecto museístico frustrado

August 7, 2017 | Autor: A. Dacosta Martínez | Categoría: Patrimonio Cultural, History of Museology
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Descripción

2013 / 2014

Ficha técnica Director: Paulo Fernandes Presidente da Câmara Municipal do Fundão Coordenador redactorial: J. Mendes Rosa Director do Museu Arqueológico Municipal do Fundão Secretariado da redacção: Joana Bizarro, Rute Campanha, José Paulo Duarte. Propriedade: Museu Arqueológico Municipal do Fundão | Município do Fundão Conselho editorial: Adriano Vasco Rodrigues, Amílcar Guerra, Ana Mercedes Stoffel, António Martinho Batista, António Nabais, Armando Coelho Ferreira da Silva, Enrique Ariño Gil, Fernando Patrício Curado, Francisco Faure, Henrique Coutinho Gouveia, Hugues de Varine, Jesús Liz Giral, Jesué Pinharanda Gomes, João Mendes Rosa, João Nuno Marques, João Trigueiros, Joaquim Candeias da Silva, Joaquim Veríssimo Serrão, Jorge Alarcão, José Branquinho de Carvalho, José Cardim Ribeiro, José d’Encarnação, José Santolaya Silva, Julián Bécares, Luís Raposo, Manuel Poças das Neves, Maria Carmen Sevillano San José, Maria Cruces Blázquez, Maria Paz García Bellido, Mário Moutinho, Marcos Osório, Martín Almagro Gorbea, Miguel Garcia Figuerola, Paulo Fernandes, Pedro Carvalho, Raquel Vilaça, Socorro Lopez Plaza, Trinidad Nogales Basarrate. Concepção gráfica original: Cláudia Saraiva | J. Mendes Rosa Design gráfico e paginação: Museu Arqueológico Municipal do Fundão | Câmara Municipal do Fundão

Impressão: Grafisete – Artes Gráficas, Lda. ISSN: 1645-9687 Depósito Legal: 255163/07 Periocidade: Anual Edição: N.º8 Pedido de exemplares e correspondência relativos a colaboração e permuta devem ser dirigidos a: Revista Eburóbriga – Museu Arqueológico Municipal José Monteiro Rua do Serrão, n.º 13-15 • 6230-418 Fundão Tel: 275 774 581 | Fax: 275 774 583 [email protected] Solicita-se permuta/ On demand l’echange Man bitten um austaush / Exchange requested

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Índice Aida Rechena Museus para o século XXI - Contribuições para uma reflexão

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Ana Mercedes Stoffel Sociomuseologia, Museus e Comunidade O OBSERVATÓRIO MUSEU/ESCOLA UM TRABALHO DE COLABORAÇÃO E PARTILHA

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António Maia Nabais Musealização e desenvolvimento económico

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Arsenio Dacosta Un proyecto museístico frustrado en la Salamanca de principios del siglo XX: el Museo Etnográfico de Indumentaria

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Joaquim Candeias da Silva FUNDÃO MEDIEVAL (séculos XIII-XIV) Mais um contributo para o estudo das raízes medievais do actual território fundanense

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Raquel Vilaça e João Mendes Rosa Depósito metálico na Ribeira da Gardunha, Castelejo, Fundão

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João Trigueiros CASA DO ADRO – Capinha, Fundão Representação Heráldica de João Pais do Sabugal Idade Média (Século XIII)

73

João Mendes Rosa e Joana Bizarro Arqueologia do Concelho do Fundão Contributos para a Carta Arqueológica

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José d’Encarnação Radiografia de uma cidade lusitana – Capera

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Marcos Osório Pesos de tear com grafitos provenientes do sítio da raposa (Peroviseu)

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Salete da Ponte e Rui Ferreira Sinagoga e Judaria de Tomar (Séc. XV): um microcosmos cultural

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UN PROYECTO MUSEÍSTICO FRUSTRADO EN LA SALAMANCA DE PRINCIPIOS DEL SIGLO XX: el Museo Etnográfico de Indumentaria

Arsenio Dacosta UNED. CENTRO ASOCIADO DE ZAMORA

El presente trabajo da noticia de un interesante proyecto museístico en la Salamanca de principios del siglo XX. Es, salvo error, el primer proyecto conocido para un museo de indumentaria tradicional en España. Un proyecto promovido por la Comisión Provincial de Monumentos y frustrado por razones que desconocemos. La citada Comisión, como otras análogas en el resto de España, se funda en 1844 para custodiar los bienes que los procesos “desamortizadores” habían dejado en manos del Estado y para velar por la protección y conocimiento de las denominadas “antigüedades”1. La tarea era ingente y apenas contaba la coordinación y apoyo expreso de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y con el entusiasmo y buena voluntad de los comisionados. Monumentos, obras de arte, libros y papeles de archivo, yacimientos arqueológicos... todo esto quedaba bajo su mandato, sin medios y sin excesivos apoyos locales2. Por si fuera poco, los entusiastas comisionados –arquitectos, profesores, anticuarios, bibliotecarios- se fueron interesando también por aspectos que podrían parecer menores ante su inabarcable misión como las tradiciones populares o sencillamente etnografía, nombre con el que se ha conocido esta disciplina en España durante el siglo XX. El desarrollo de la etnografía en Salamanca se producirá en paralelo a las primeras investigaciones arqueológicas de carácter científico entre las dos guerras mundiales de la mano de un agustino, César Morán Bardón, más ligado a la Comisión de Antigüedades de la Real Academia de la Historia que a la local de Monumentos o a la Real Academia de Bellas Artes. En los primeros años 20 Morán publicará sus primeros trabajos etnográficos 1   Recientemente asistimos a un creciente interés por estas instituciones provinciales contando ya con estudios para las de Sevilla, Asturias, Navarra, Murcia, Guadalajara y Córdoba, además de las subcomisiones de Oviedo y Mérida (véanse distintas aportaciones en MORA y DÍAZ-ANDREU, 1997; LARA ESCOZ, 2007; y GRAU LOBO, 1997). En su estudio se confirman paralelismos con la salmantina: falta de fondos, descoordinación administrativa, voluntarismo y proyectos “estrella”, en este caso, las excavaciones de Lancia iniciadas en 1867 a cargo de Eduardo Saavedra (GONZÁLEZ ALONSO, 1997). Finalmente la Comisión de Salamanca cuenta con un estudio monográfico centrado en la temprana actividad arqueológica de la institución (SÁNCHEZ, 2009). 2   Elvira Sánchez, en el artículo citado, narra algunos sonados desencuentros entre la Comisión y las instituciones locales y provinciales de Salamanca en la segunda mitad del siglo XIX.

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que incluirán la literatura popular, la dialectología, el folklore y la cultura material de la provincia. No en vano, uno de los principales tesoros del Museo de Salamanca es la colección de objetos etnográficos que legó a este museo -vinculado en su origen a la propia Comisión de Monumentos-, una de las mejores del país por su antigüedad y riqueza estética. Sin embargo, antes del Padre Morán otros se habían interesado por estas mismas cuestiones, concretamente los miembros de la Comisión de Monumentos tal y como expondré a continuación. La noticia que da pie a este artículo es una rara perla dentro de la documentación conservada de esta institución en el Archivo Histórico Provincial de Salamanca y en el de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando donde los distintos expedientes se refieren generalmente, bien a los descubrimientos arqueológicos, bien a los principales monumentos de la provincia, que desde finales del siglo XIX empezaban a protegerse bajo la figura de “Monumento Nacional” (hoy “Bien de Interés Cultural”). De hecho, del archivo madrileño no conservamos referencia alguna a la cuestión, y del salmantino apenas la copia de una carta enviada a la Diputación Provincial3. El 25 de enero de 1907 el secretario de la Comisión de Monumentos, entonces Jacinto Vázquez de Parga4 , envía una carta al presidente de la Diputación Provincial interesándole en el proyecto de “un interesante museo etnográfico” (anexo 1). Un día después se recibía el asunto en sesión celebrada en la institución provincial (anexo 2), aludiendo –quizá con mayor justeza- a un “museo de trajes típicos de las distintas regiones de esta Provincia”, sin que tengamos noticias posteriores de decisión o respuesta alguna de la Diputación. La cuestión recién expuesta, la de la enunciación del proyecto, no es superficial y merece la pena detenerse en ella. Para la Comisión el proyecto, ceñido ciertamente a la indumentaria provincial, se justificaba en orden a una serie de razones de altura: la riqueza de este patrimonio, su desconocimiento fuera de la provincia y, sobre todo, las amenazas que se cernían sobre los trajes populares: “consecuencia de la universalización de las costumbres [..] tienden a desaparecer, bastardeándose de día en días, hasta adulterando en la más característica”. La cita, extraída del párrafo inicial de la carta de la Comisión, adelanta en muchas décadas las preocupaciones de la UNESCO y otras instituciones culturales sobre el riesgo del patrimonio (World Heritage Convention, 1972) y la pérdida de autenticidad (Nara Document on Authenticity, 1994). Lo escueto del acta de la sesión de la Diputación no permite desvelar la posición de esta institución respecto del proyecto pero no parece descabellado pensar que sus intereses podrían haber sido ligeramente distintos a los de la Comisión. De hecho, el interés por la indumentaria salmantina y por el folklore asociado a la misma –principalmente la música y el baile- eran una constante en la provincia desde tiempo atrás. Un precedente interesante, 3   Agradezco encarecidamente a Mari Carmen Utande, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y a Rosa Lorenzo, del Archivo de la Diputación Provincial de Salamanca, su inestimable ayuda en mis pesquisas documentales. 4   Este reconocido erudito era autor de la Reseña geográfica-histórica de Salamanca y su provincia (Salamanca: Imp. de Vicente Oliva, 1885). Sobre su época, desde un punto de vista político y cultural, véase, RABATÉ, 1997.

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apoyado por la Diputación Provincial, fue la celebración de la “Exposición regional de Bellas Artes, Industria y Agricultura” en el claustro de la Catedral de Ciudad Rodrigo en la primavera de 19005 . En esta feria tuvo lugar una “Exposición de trajes de la provincia, premiándose aquellos que mejor representen los que de ella son propios en sus distintas comarcas”6 . El precedente con nuestro proyecto es evidente por cuanto ambos trataban de reflejar la riqueza y variedad de la indumentaria provincial, aspecto que veremos después. Desconocemos qué incidencia tuvo este acto en el proyecto, pero eventos de esta naturaleza eran comunes en la misma época. De los que tenemos noticia son aquellos que refleja la prensa local, generalmente vinculados con algún evento festivo y siempre en términos de concurso o certamen. Unos meses antes de la carta de la comisión, en julio de 1906, sabemos de un “Concurso de joyas y bellezas salmantinas con carreras de cintas á caballo con traje charro en la Plaza Mayor”7 . Para las ferias de septiembre de 1907 en la capital se organizó un “Festival charro”, entre cuyas condiciones de participación figuraba presentarse con “traje del país”8 . Por poner un último ejemplo, algunos meses después, en octubre de 1908, tenemos noticias de “un concurso de bailes y trajes charros del país” en Alba de Tormes9. Todo ello da testimonio del vigor de la indumentaria popular salmantina, al menos dentro de las actividades festivas de la provincia, un vigor del que dieron cuenta no muchos años después investigadores como el citado Padre Morán, los fotógrafos y etnógrafos de la Hispanic Society10 , o los profesores y alumnos de la Escuela Madrileña de Cerámica11 , siguiendo la estela de los viajeros del siglo XIX12. En suma, al uso popular y al fomento público de la indumentaria y folklore asociado contribuían tanto los salmantinos como sus instituciones en la época en que la Comisión planteaba su sensato proyecto. Sin embargo, creo que los autores del proyecto de 1907 iban más allá, conocedores como eran de las tendencias de su época sobre patrimonio cultural y museografía. No en vano, en marzo de 1907 se publicitaba en la prensa europea el proyecto para crear “un Museo del traje” en París, que “constará de dos departamentos: Museo propiamente dicho, y biblioteca”13 . No es difícil ver la doble dimensión universal y local del proyecto de la Comisión, un cierto chovinismo sobre los propios bienes culturales –”mil veces reproducidos y codiciados por los extranjeros”-, el interés por la promoción –”visitarán nacionales y extranjeros”- y, lo que más importa, un expreso carácter

5   No conozco monografía alguna sobre este evento, pero sí sobre una feria similar celebrada años después en Béjar (GONZÁLEZ CANALEJO, 2008). 6  Miróbriga: semanario de intereses generales de la localidad y su partido, año I, nº 4, 18 de febrero de 1900, p. 2. 7  El Castellano: diario de la mañana, año IV, nº 1204, 20 de julio de 1906, p. 3. 8  El Adelanto: Diario político de Salamanca, año XXIII, nº 7096, 14 de agosto de 1907, p. 1. 9  La Basílica Teresiana (2ª época), año III, nº 34, 15 de octubre de 1908, p. 29. 10   LENAGHAN y MATA PÉREZ, 2003; y ESPINOSA FERNÁNDEZ, 2011. 11  CEA GUTIÉRREZ et al., 1986. 12   CEA GUTIÉRREZ, 1983; DÍAZ, 1986; DÍAZ, 1989. 13  La defensa: diario de avisos y noticias, año IV, nº 942, 22 de marzo de 1907, p. 2.

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museístico en un sentido moderno del término. Aunque ciertamente la Comisión apenas esboza el proyecto, parece evidente que quiere abarcar tres aspectos museísticos fundamentales: la conservación y documentación del patrimonio, la exhibición de colecciones y la promoción pública. Respecto de lo primero, además de lo ya dicho, cabe mencionar el proyecto de la Comisión por “formar una colección de fotografías de los trajes todos de que tenga noticia escitando el celo de los pueblos para que en ministrando datos, concreten las particularidades de las ropas y adornos que como singularidad local sean antiguos y propios de cada uno”. Tras la investigación y registro, el proyecto contempla la adquisición de colecciones, tarea para la que ya se cuenta con la Diputación: “tomara a su cargo adquirir los trajes”. La instalación museística también se esboza, sugiriéndose la planta alta del edificio de La Salina, en Salamanca, magnífico edificio renacentista, sede entonces y hoy de la Diputación Provincial. Como he señalado, desconocemos las causas por las que el proyecto no se llevó a cabo. La Diputación siempre mostró interés por la indumentaria y el folklore de la provincia, bien que con altibajos. Apoyó los trabajos del Padre Morán, y se sumó como el resto del país a los esfuerzos de las instituciones del Franquismo por el tipismo patrio, quizá con resultados menos dañinos que en otras regiones14. En fechas más recientes la Diputación organizó un Centro de Cultura Tradicional con estos fines, hoy denominado Instituto de las Identidades. Sin embargo, el proyecto de museo de indumentaria ha quedado durante todo el siglo XX en suspenso, con un tímido intento de proyección ya en el nuevo siglo15. La Comisión, en su esbozo de proyecto, era consciente del valor de la indumentaria salmantina tanto cultural como estéticamente. Describe con brevedad pero con precisión la riqueza de este patrimonio: “con el error de considerar como típico de toda la provincia el vivo traje de charro y charra cuando si bien es el más generalizado y conocido, son tan típicos y característicos los de la Armuña, campo de Ciudad Rodrigo, Sierra de Francia, de Bejar y Candelario”. Muchos años después este mismo planteamiento se repetía en la publicación de referencia sobre la indumentaria salmantina, esto es, el libro de Antonio García Boiza y Juan Domínguez Berrueta publicado en 1940, mucho más que una colección de excelentes fotografías16. Los autores hacían un completo mapa de la indumentaria provincial, dividiéndola en áreas geográfico-culturales no muy distintas de las señaladas por la Comisión en 1907: la “Zona Central. El Charro”, “Traje del Llano (Armuñés)”, “Traje Serrano de la Sierra de Francia”, y “Traje de la Sierra de Gredos (Candelario)”. Este proyecto se inscribía en un marco más amplio en el que la etnografía española, de la mano de Isabel de Palencia y José Ortiz Echagüe, entre otros17. La atención de propios y extraños se ha centrado bien en el traje

14  ORTIZ, 2012. 15  DACOSTA, 2006. 16   GARCÍA BOIZA y DOMÍNGUEZ BERRUETA, 1940. Sobre esta obra, CARRIL RAMOS, 2000. 17   PALENCIA, 1926; ORTIZ ECHAGÜE, 1933.

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femenino albercano18 por su antigüedad, la riqueza de su joyería y su significado ritual, bien en el traje charro, de nuevo femenino, por su elegancia y riqueza ornamental. En este último caso, no es casual la difusión del tipo gracias a personajes como la reina Victoria Eugenia, a la que se regaló un traje de charra en 192319, o como Eva Perón, que obtuvo el suyo –junto a una completa colección- durante su visita a España en 194720. Después de todo lo dicho cabe plantearse de nuevo el fracaso de la iniciativa, y más cuando el tema contará en las décadas siguientes con un amplio interés público, institucional y científico. Como decía no tenemos indicios al respecto fuera de la expresa alusión a la falta de recursos económicos que encontramos en la carta de la Comisión. También hemos apuntado una posible diferencia de enfoque entre las instituciones involucradas en 1907, pero no pasa de conjetura. Es posible, también, que jugara en contra del proyecto la falta de una identidad provincial bien definida. Como la carta de la Comisión expresa, parecía pesar en exceso el tipismo de lo “charro”, con el agravante de que se trata igualmente de una identidad cultural muy difusa21. Además, en esta misma época existía un cierto debate identitario de lo “castellano” planteado desde Azorín al propio Juan Domínguez Berrueta –coautor del aludido El traje regional salmantinoen términos esencialistas, con poca relación con el proyecto aquí revelado22. Quizá la respuesta a esta incógnita radique en la desigual suerte que han tenido este tipo de museos en nuestro país, particularmente los más importantes, como el Museo Nacional de Etnografía proyectado por Telésforo de Aranzadi y Luis de Hoyos antes de la publicación de su conocido manual de etnografía23. Este último autor logrará un enorme éxito en la primavera de 1925 con la “Exposición del Traje Regional Español” en la Biblioteca Nacional de Madrid y propondrá en esos mismos años la creación de un “Museo Cántabro” en la línea de sus ideas24. Todo ello fue el germen del denominado “Museo del Pueblo Español”, creado en 1934 pero que no vio sus puertas abiertas hasta 1971, después de desesperar entre otros a don Julio Caro Baroja quien, como Hoyos, no renunció a otros proyectos complementarios de carácter regional en Navarra o Álava, con un éxito semejante25. El “Museo del Pueblo Español” fue reconvertido en 1993 en “Museo Nacional de Antropología” y de nuevo en 2004 cambió su nombre por “Museo del Traje” en un edificio concebido para otro fin. En la

18   La indumentaria de La Alberca ha despertado –merecidamente- el interés de numerosos estudiosos. Sin ánimo de ser sistemáticos, he aquí algunas obras de referencia: ÁLVAREZ CURTO, 1992; HOYOS, 1946; HOYOS SANCHO, 1959; RODRÍGUEZ MENÉNDEZ, 2004. Existe algún estudio que, además de la especificidad albercana, analiza en conjunto la indumentaria de la Sierra de Francia (GONZÁLEZ IGLESIAS, 1982). 19   Describe el asunto con detalle FRADES MORERA, 2004. Un precedente a reseñar es el desfile de trajes regionales españoles presentado en la boda de Alfonso XII en 1878 inmortalizado en las magníficas fotografías de Jean Laurent. 20  Trajes de España, 1948; ORTIZ, 2012. 21   Sobre los aspectos culturales de lo “charro”, véanse: HERNÁNDEZ MARCOS, 2009; y MEDINA MIRANDA, 2011. 22   AZORÍN, 1900; y DOMÍNGUEZ BERRUETA, circa 1906. 23   ARANZADI y HOYOS, 1917: 229 ss. 24   Sobre Hoyos y sus proyectos véase VIERNA GARCÍA, 1997. 25   CARO BAROJA, 1966 y 1986.

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actualidad se plantea su redefinición y deslocalización, en una prueba más de la falta de planificación cultural en España26. Si esto ocurrió –y ocurre- con el museo estatal de referencia, es lógico comprender que, como tantos otros, el museo que propuso la Comisión de Monumentos de Salamanca recién iniciado el año 1907 quedara simplemente en eso: un deseable, frustrado y necesario proyecto. Anexo n.º 1 1907, enero, 25. Salamanca27. Comunicación de la Comisión de Monumentos al Presidente de la Diputación Provincial de Salamanca sobre un proyecto de Museo Etnográfico de indumentaria tradicional salmantina. Archivo Histórico Provincial de Salamanca. Comisión de Monumentos, caja 4214 (leg. 25), 36a. Pliego doblado a tamaño folio, escrito en tres de sus caras. Es copia de la carta enviada al presidente de la Diputación de Salamanca el 25/01/1907. “(Sobre los trajes regionales. 1907) Excmo Sr. Es un hecho evidente, consecuencia de la universalización de las costumbres, que los típicos trajes de las diferentes regiones de España, tan ricos en estos variados matices de su indumentaria, tienden a desaparecer, bastardeándose de día en días, hasta adulterando en la más característica. Varias veces han sido objeto de las deliberación de la Comisión de Monumentos el estudio de los medios que podía poner en práctica para perpetuarse de algún modo y atajar la desaparición de esos elegantes y característicos trajes de sus distintas regiones, mil veces reproducidos y codiciados por los extranjeros, con el error de considerar como típico de toda la provincia el vivo traje de charro y charra cuando si bien es el más generalizado y conocido, son tan típicos y característicos los de la Armuña, campo de Ciudad Rodrigo, Sierra de Francia, de Bejar y Candelario. Los medios escogitados por la Comisión de Monumentos para conservar un recuerdo de esos trajes, antes que el tiempo haga difícil sino imposible reproducirlos, giran dentro de los estrechos límites que suministran los recursos de que legalmente dispone, y se han de concretar por ahora, a formar una colección de fotografías de los trajes todos de que tenga noticia escitando el celo de los pueblos para que en ministrando datos, concreten las particularidades de las ropas y adornos que como singularidad local sean antiguos y propios de cada uno. Esta nobilísima empresa, base de un interesante museo etnográfico, digno de una región de España tan desconocida por los estraños, y poco estudiada de los propios, tendría su conplemento, y llegaría a su perfección, si esa Excma Diputación, contando en su seno, como cuenta, con celosos representantes de las

26   Para la azarosa vida de este museo remito a los siguientes estudios: BERGÉS SORIANO, 1996; BARAÑANO y CÁTEDRA, 2005; LAVADO PARADINAS, 2006; FERNÁNDEZ DE PAZ, 2008; MINGOTE CALDERÓN, 2012. 27   La data del documento se deduce de una anotación marginal a lápiz en el documento: “Mandada el 25 de enero de 1907”.

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distintas regiones de la provincia, tomara a su cargo adquirir los trajes, vistiendo con ellos maniqui de ambos sexos, conservándolos como datos para la historia de la indumentaria en esta provincia, cuya instalación podía llevarse en las habitaciones altas de su palacio, que ya tienen, por sus artesonados, interés artístico. La Comisión de Monumentos confía en que V.E. como digno presidente de esa corporación, que en diversas ocasiones ha dado muestras de su ilustración y celo por toda clase de intereses, hará suyo este pensamiento, y lo realizará con mayor perfección, por disponer de abundantes medios de que ella carece. Si así se hace, ese pequeño museo será una de las curiosidades que son ver[da] dero interés [y lo] visitarán nacionales y extrangeros, encajando perfectamente dentro de la misión de las Diputaciones, sirviendo dél para de mayor ornato a la expléndida residencia de esa Excma Corporación. Lo que por acuerdo de la Comisión provincial de Monumentos de esta provincia, tengo el honor de comunicar a V.E. rogando nos participe los acuerdos que sobre este particular tome la Excma Diputación de la que V.E. es digno presidente. Dios Guarde V.E.” Anexo n.º 2 1907, enero, 26. Salamanca. Extracto del acta de la sesión de la comisión de gobierno de la Diputación Provincial de Salamanca sobre un proyecto de Museo Etnográfico de indumentaria tradicional salmantina a propuesta de la Comisión Provincial de Monumentos. Archivo de la Diputación Provincial de Salamanca. Libro de Actas de 1907, p. 66. “(Comisión de Monumentos). Por último la Comisión acordó reservar á la resolución de la Excma. Diputación, la instancia que dirige el Secretario de la Comisión de Monumentos históricos y artísticos de esta Capital, interesando que la Corporación provincial haga suyo el pensamiento de adquirir ó coleccionar en aquél museo trajes típicos de las distintas regiones de esta Provincia.”

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