[2015] Un inicio de año prometedor para Sudáfrica

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Descripción

Observatorio de Sudáfrica, Número 9, Año VI, Verano Sur 2014-2015

Resignificación&Sentido

Un inicio de año prometedor para Sudáfrica

by Yoan Molinero Gerbeau Lic. En Ciencias Políticas (UCM). Máster en Relaciones Internacionales y Estudios Africanos (UAM). Investigador en IEGD-CSIC (España).

Cita sugerida: MOLINERO GERBEAU, Yoan, Un inicio de año prometedor para Sudáfrica, Observatorio de Sudáfrica, CAEI, Verano Sur, 2014-2014

Sudáfrica ha empezado 2015 pisando fuerte en el plano internacional. La pacífica resolución del conflicto de Leshoto, donde el liderazgo sudafricano fue determinante para evitar cualquier escalada de violencia y garantizar una salida pactada a la crisis (con las elecciones previstas para el 28 de febrero) ha servido para empoderar al país austral en el plano internacional y sobre todo en el regional. Además en diciembre y enero el presidente Zuma ha estrechado relaciones con los diversos países que ha visitado en estos meses (China, Tanzania, Uganda, Mozambique, República de Sudán…), ha liderado las sesiones ordinarias de finales de enero en la Unión Africana y además ha conseguido un importante hito: la presidencia temporal del grupo G77 + China. Todos estos hechos son muy relevantes y pueden ser claves para que el país dé un paso más hacia adelante en su estrategia por tener una importante presencia en las estructuras globales. En el anterior observatorio planteaba la pregunta de si la crisis de Leshoto representaba una verdadera prueba de fuego para Sudáfrica. La verdad es que el país se jugaba mucho en esos acontecimientos pues cualquier fracaso habría dañado muy seriamente a las aspiraciones de Zuma de convertir al país austral en “la” potencia africana. Si bien es difícil que surja un desafío regional más pequeño que este para Sudáfrica, tanto en las formas como en el resultado de la intervención, el país se jugaba mucho… y la jugada le salió perfecta. Constreñido por su propia forma de ver las Relaciones Internacionales, Zuma estaba obligado a conseguir una resolución pacífica del conflicto que implicara no intervenir militarmente en Leshoto y a la vez conseguir una paz real que permitiera a los actores lesotenses llegar a un acuerdo electoral donde Sudáfrica solo debía ejercer de mediador neutral y no parecer injerencista. Evitar cualquier atisbo de “matonería” o imperialismo es fundamental para el país austral pues de cómo gestione las crisis africanas dependerá en gran medida la legitimidad que otros actores en un futuro le confieran.

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Observatorio de Sudáfrica, Número 9, Año VI, Verano Sur 2014-2015 La jugada finalmente salió redonda. Los diversos actores políticos lesotenses firmaron el Acuerdo de Seguridad de Maseru impulsado por el vicepresidente Ramaphosa, comprometiéndose a celebrar elecciones en febrero de 2015 y a aceptar temporalmente al gobierno en funciones de Thabane hasta que llegara ese momento. Apenas hubo disturbios hasta entonces y Sudáfrica, a través de SADC (South African Development Community) ejerció de mero observador electoral garantizando la limpieza de unos comicios cuyo seguro ganador, además del nuevo presidente de Leshoto, será Jacob Zuma. El éxito de la resolución del conflicto ha reforzado a Sudáfrica a nivel regional (ha sido el gran director de las acciones de SADC), a nivel africano (ha demostrado que el temple y la mediación ejercidas por la diplomacia sudafricana son efectivos) y a nivel global (se refuerza en el plano internacional la idea de que Sudáfrica es la potencia africana con la que se debe intermediar para tratar los asuntos del continente). Si a esto sumamos las visitas de Zuma a los países anteriormente mencionados, el mayor acercamiento del gobierno de Mozambique y el liderazgo que Sudáfrica ha ejercido en las reuniones de la Unión Africana de enero, asistimos a un claro empoderamiento del país austral en la esfera internacional. No es de extrañar que en su elección como presidente del G77, el grupo más numeroso de estados en Naciones Unidas, estos elementos hayan influido. El plan de acción exterior desarrollado por el gobierno de Zuma está demostrando ser ambicioso y exitoso. La apuesta del gobierno por acercarse cada más a los BRICS y desde su posición como representante africano del grupo fortalecer su carácter de potencia africana en los diversos aspectos de la vida política y social del continente está dando sus frutos. 2015 puede ser un año importantísimo para Sudáfrica pues debe aprovechar el impulso que todos estos acontecimientos le han dado a su proyección internacional para fortalecer su poder en las instituciones mundiales, continentales y regionales. Sin embargo, no olvidemos que lo sucedido en Leshoto no requería de intervención militar. Zuma puede rezar para que no aparezcan focos de tensión más graves en el continente en los próximos meses porque ahí es donde de verdad tendría una prueba de fuego ya que la diplomacia en la mayoría de estos casos no sirve para poner freno a los conflictos y las capacidades de intervención militar del país siguen siendo reducidísimas con lo que se verían rápido los pies de barro al gigante sudafricano.

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