2015-\"Resultados de la Intervención Arqueológica Preventiva realizada en el yacimiento Monte de Vale do Ouro 2 (Ferreira do Alentejo, Beja, Portugal)\". Actas del VII Encuentro de Arqueología del Suroeste Peninsular. Aroche-Serpa. Ayuntamiento de Aroche.

24. Resultados de la Intervención Arqueológica Preventiva realizada en el yacimiento Monte de Vale do Ouro 2 (Ferreira do Alentejo, Beja, Portugal) Fco. Javier Moro Berraquero

Resumen En el yacimiento de Monte de Vale do Ouro 2 fueron identificados un conjunto de fosas de diversa cronología (Calcolítico, Bronce y Periodo Romano). El yacimiento debe entenderse en su relación espacial con el también intervenido Vale do Ouro, diferenciados ambos por el predominio mayoritario de fosas de cronología prehistórica en el caso que nos ocupa e histórica en el caso Vale de Ouro. Así mismo, el yacimiento debe entenderse en su relación de proximidad con el yacimiento de recintos de fosos de Porto Torrao. Abstract: At the Monte de Vale do Ouro 2 archeological site were identified a pits group of diverse cronologies (Chalcolithic, Bronze and Roman period). The site must be understood in its spatial relationship with the Vale do Ouro, which was also intervened. Both were welldifferented, while the former belongs to prehistorical cronology, the latter belongs to historical cronology. Furthermore, this site must also be understood in its close proximity with Porto Torrao archeological site, where appeared enclosure pits.

INTRODUCCIÓN

Figura 1. Localización del yacimiento sobre Cartografía Militar de Portugal (1:50000; Fls 508-509)

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El presente trabajo es consecuencia de la identificación de un sitio arqueológico durante la fase de Vigilancia Arqueológica, en la ejecución de obra del proyecto de “Subconcessão do Baixo Alentejo, no Lanço B”. Como resultado de dicho hallazgo, y con el objetivo de minimizar el impacto de la obra referida, se programó una intervención arqueológica preventiva, cuya alcance fue en aumento, en paralelo a las fases de rebaje planteadas por la obra y la extensión del área de dispersión de fosas, hasta la identificación en área de la integridad de superficie del yacimiento afectada por la obra. El yacimiento arqueológico de Monte de Vale do Ouro 2 se localiza muy próximo al monte del mismo nombre, entre Ferreira do Alentejo y Figueira dos Cavaleiros. Administrativamente pertenece al concejo de Ferreira do Alentejo en el distrito de Beja. El acceso al yacimiento se realiza por un camino asfaltado que se deriva al Sur de la carretera nacional IP-8 pasado el km 39 en dirección Ferreira do Alentejo, según cartografía presentada. El yacimiento se localiza a la derecha después de recorrer 100 m dicho camino (Fig. 1). La intervención arqueológica en el yacimiento Monte de Vale do Ouro 2 se realizó en el ámbito del proyecto de construcción de la Concessão Rodoviária do Baixo Alentejo (Lanço C) entre los días 4 de Abril y 1 de Junio de 2013, después de su detección durante la fase de vigilancia arqueológica (Fig. 2). Se realizaron los siguientes trabajos de minimización de impacto: excavación manual de estructuras localizadas que sumaron hasta un total de 114 estructuras tipo fosas la mayoría, de cronología adscrita a la Prehistoria Reciente y algunas otras, menos, de cronología romana. Más concretamente, del total estructuras localizadas, se excavaron un total de 112. Del total de 112 estructuras excavadas, 4 resultaron ser otro tipo de realidades. Siendo que de las estructuras definidas como tal, 108, 70 fueron de cronología prehistórica, 13 fueron de cronología histórica, y un total de 22 fueron de cronología no definida. La excavación arqueológica estuvo a cargo de Omniknos Arqueologia, siendo los trabajos debidamente autorizados por IGESPAR de acuerdo con la legislación en vigor. Fueron responsables como Director del Proyecto Intervención Arqueológica Preventiva Fco. Javier Moro, siendo responsable del estudio antropológico,

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Álvaro Figueiredo y Sonia Ferro. OBJETIVOS

El proyecto se circunscribe a la categoría inicial de carácter diagnóstico y preventivo de la intervención arqueológica, cuyas circunstancias han propiciado la ampliación de los objetivos y evolución de la metodología en paralelo a la extensión de los contextos. El alcance y el cuerpo de datos disponible, permitió una aproximación geoarqueológica al yacimiento objeto de estudio. Por tanto, en el curso de la intervención se plantearon los siguientes objetivos, que fueron concretándose según el progreso de los trabajos: 1. Determinar el potencial histórico y arqueológico del sitio, confirmando la presencia de contextos preservados; 2. Caracterizar estos contextos en cuanto a su extensión, estado de conservación y complejidad; 3. Definir el desarrollo evolutivo del mismo, periodos de actividad antrópica y procesos naturales postdeposicionales.

Figura 2.Vista de estructuras del área Este de la Intervención Arqueológica.

METODOLOGÍA

Los trabajos de excavación arqueológica se realizaron con base a los presupuestos metodológicos avanzados por A. Carandini (Carandini 1997), Barker (Barker 1989) y Harris (Harris 1989). La actividad arqueológica en general, y en particular la preventiva, está sujeta a la circunstancialidad del hallazgo, en este caso devenido en el desarrollo de una obra en ejecución cuyo objetivo es la realización de una autopista. Se ve por tanto condicionada, debiéndose incardinar en la misma, adecuándose la metodología general para la consecución de los objetivos arqueológicos a los objetivos finalistas de la obra que lo motivan, a su desarrollo y alternativas sucesivas. Del mismo modo, la realidad arqueológica detectada, exige una vez diagnosticada, una serie de precisiones en la estrategia metodológica, fundamentalmente de ordenamiento del registro, con vistas a orientar la toma de datos a las problemáticas particulares de dicha realidad. Por tanto, aceptando la contingencia de la actividad VII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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arqueológica, se hace necesaria la adecuación de la estrategia metodológica a un contexto dinámico de obra, su focalización y adaptación a una realidad arqueológica en determinación. El planteamiento inicial fue, de acuerdo a los primeros hallazgos y conforme a los datos proporcionados por el cuaderno de encargo, el propio de una estrategia metodológica dirigida a una realidad arqueológica de características propias a un periodo como la Prehistoria Reciente condicionado por un contexto de obra. Consistente ésta, en estructuras negativas que eran detectadas durante el acompañamiento arqueológico tras la retirada de los depósitos superiores. Los hallazgos se detectaban a nivel de sustrato, y según se pudo comprobar en los primeros cortes practicados sobre el terreno ya durante la excavación arqueológica, siendo estos el nivel de conservación de la estructura. Así pues, elementos frecuentemente aislados en número variable y contenidos diversos, muy probablemente extendidos en superficie. La excavación en extensión en un contexto de obra donde las referencias inmediatas son cambiantes dificultan a nivel operativo la localización de las realidades definidas. Para evitar dicha circunstancia y facilitar un orden orgánico, se optó por un lado, por organizar el registro con base a una sectorización basada en la topografía según los ejes cardinales. El eje de la autopista proyectada Este-Oeste y el eje de una vaguada Norte-Sur. Definiéndose finalmente 4 sectores con hallazgos: - Sector Noroeste - Sector Sureste - Sector Este Central - Sector Noreste Así mismo para distinguir los diferentes elementos en el registro y localizarlos en campo se resolvió proceder con la numeración natural asignada de forma secuencial a cada estructura (iniciándose en “1”, siendo el “0” el número asignado al sustrato geológico). A continuación, considerando que cada estructura está constituida por un conjunto de Unidades Estratigráficas, se asignó a cada una un número natural correlativo para cada estructura iniciado en “00” (se optó por la expresión en decenas previendo la posibilidad de un número superior a “10” 478

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de unidades estratigráficas por estructuras pero inferior en todo caso a “100”). De modo que la expresión de la cifra final no solo distinguía cada una de las Unidades Estratigráficas sino que la asociaba a una Estructura determinada. Así “UE. 203”, es una unidad estratigráfica definida en la Estructura “2”, o UE. 4401, es una unidad estratigráfica definida en la Estructura “44”. Para su registro georeferenciado se procedió, siempre que fue posible, a plantear un eje E-W con dos puntos exteriores a la estructura que posteriormente eran coordenados con estación total. Puntos estos, que servían así mismo para realizar todos los diseños necesarios para el registro de las diferentes Unidades Estratigráficas. Para la descripción de las unidades estratigráficas se utilizó como referencia el “Munsell Soil Color Chart” en su edición del año 2000. Este libro contiene no solo las tablas para la determinación de colores necesarios en contextos arqueológicos de las características del que es objeto de estudio, sino que está acompañado de una serie de tablas de referencia para la descripción de los depósitos en sus diferentes cualidades. El uso de dicha referencia tenía como objetivo minimizar en lo posible el balance subjetivo en la descripción de las unidades, principalmente, reduciendo el riesgo de error en la interpretación de posibles patrones de amortización de las estructuras. Con ello se pretende dar valor a la información que la descripción de los depósitos puede aportar a la interpretación del yacimiento, dotando a dicha información de la mayor fiabilidad posible. El registro final que se anexa al relatorio, lo componen los siguientes elementos: - Listado de Unidades Estratigráficas: En la que se enumeran la totalidad de Unidades estratigráficas asignadas, que han sido en su totalidad Unidades Estratigráficas Deposicionales y Unidades Estratigráficas Negativas. Se especifica en ellas el número de unidad con los criterios ya señalados, el número de estructura al que pertenece y un breve enunciado descriptivo. - Listado de Fotografías: En la que se enumeran la totalidad de fotografías realizadas, y en las que se especifica su número (asignado automáticamente por la cámara y cuya secuencia ha variado según la disponibilidad de la misma y la renovación de la tarjeta de memoria), un breve enunciado descriptivo y la fecha VII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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y nombre del autor. - Listado de Disenhos: En la misma se enumeran la totalidad de disenhos realizados, pertenencia a estructura, breve enunciado descriptivo, fecha y nombre del autor. - Fichas de Unidades Estratigráficas: Ficha modelo sobre la que se vuelca el conjunto de datos obtenidos de cada unidad estratigráfica con los criterios ya anteriormente mencionados. La información se nutre del registro y mediciones de campo rellenadas directamente sobre la ficha, y todas aquellas observaciones anotadas en el cuaderno de campo, que una vez avanzado el trabajo se han considerado de utilidad. CONTEXTO GEOMORFOLÓGICO DEL YACIMIENTO

Es el que nos ocupa, un yacimiento de fosas, cuyas únicas evidencias son las propias estructuras excavadas sobre el sustrato, mayoritariamente aisladas y sin superposición. Este aislamiento, que con toda probabilidad no es de origen, es producto de procesos posteriores, como ya se ha apuntado, y que eliminaron, como se verá, el nivel de suelo primitivo. Es además, un yacimiento de fosas con vestigios de, al menos, dos periodos muy diferenciados, como son la Prehistoria Reciente y el periodo romano. No obstante, es un yacimiento, como también los hay otros de esta misma tipología, con una presencia de material, de moderada a escasa. Por ello, existen algunos indicadores que en otros contextos no son tan relevantes, que en este particular adquieren mayor importancia. El contexto geomorfológico, interpretado a partir de las observaciones de campo, información obtenida por cortes próximos al área de la intervención arqueológica, abundantes en este tipo de proyectos en ejecución de grandes obras públicas, así como el estudio de bibliografía e informes geológicos previos del proyecto de obra, pueden proporcionar una lectura diacrónica de los procesos geomorfológicos acaecidos en el sector. Una información que puesta en relación con la información arqueológica, como puedan ser las características de las amortizaciones de las estructuras negativas, las fosas, pueden aportar como en este caso, entre otras cuestiones y a falta de otro tipo de indicadores, orientación cronológica. 480

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Figura 3. Diferencias entre los rellenos de la estructuras de cronología prehistórica e histórica (E46 y E30).

En este sentido, y como es frecuente en los yacimientos de fosas en el Suroeste de la Península, están practicados sobre roca margosa de tipo calizo, permeables aunque de baja permeabilidad, alta consistencia, a la par que susceptibles de excavación con material rudimentario. El uso del suelo que es agrícola, de explotaciones intensivas, puede remontar su uso al menos hasta época romana, determinando el actual modelado del terreno. Actualmente, está sometido a explotación intensiva y mecanizada de olivar nuevo, que sustituyo el sistema anterior. Con anterioridad, según la información proporcionada por los empleados de la finca, confirmada por imágenes satélite, se producían especies herbáceas. Este cambio de uso requirió en su momento el arado en profundidad, y probablemente, cierta regularización del relieve de aquellas vaguadas de menor importancia o grado de desarrollo. El yacimiento se encuentra localizado en la Periplanicie del Baixo Alentejo, concretamente sobre formaciones terciarias, depósitos miocénicos de gres fino de margas calcáreas de color amarillento, que en otros puntos (no en el área de excavación arqueológica, pueden ser margas arcillosas de color grisáceo o verdoso) (v.v.a.a.1999). En términos geográficos, el yacimiento se localiza sobre un bajo relieve de suaves ondulaciones en la margen izquierda de la Ribeira do Vale do Ouro, subsidiario en último grado del Río Sado que fluye al Oeste en sentido Sur a Norte. Más al Sur discurre otro pequeño ribeiro subsidiario, la Ribera do Vale do Lurdeu, localizado a 800m al Sur-Suroeste. La localización del yacimiento a una cota de 100m es elevada con respecto a la ribera do Vale do Ouro que fluye en sentido Este-Oeste a una cota de 90m, apenas cien metros al Norte del lugar donde se han detectado las estructuras. El yacimiento se ubica sobre dos altos en una secuencia de varias plataformas alomadas divididas por vaguadas parcialmente colmatadas y orientadas hacia el curso de agua principal, y por tanto de orientación aproximada Sur-Norte y perpendicular al ribeiro Vale do Ouro. En realidad, se han confirmado hallazgos arqueológicos en las dos elevaciones que continúan la secuencia hacia el Sureste, aunque ambas concenVII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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traciones se han distinguido como dos localizaciones diferentes, denominándose ésta última Vale do Ouro. Con la actual vegetación cultivada, conserva buena visibilidad hacia la mitad Norte con alta visibilidad hacia el Norte-Noroeste. REGISTRO ARQUEOLÓGICO

Partiendo la extensión y relativa variabilidad en la tipología de los hallazgos, se han podido distinguir diferentes patrones con relación a la morfología y contenidos. Esta circunstancia es habitual en este tipo de contextos, donde las realidades estudiadas se extienden en el arco cronológico desde la Prehistoria Reciente hasta periodos históricos, ya en nuestra era, e incluso con huellas propias de nuestra contemporaneidad. Aun no superponiéndose estratigráficamente las diferentes estructuras (apenas algunos casos), gracias a los contenidos ha sido posible en la mayor parte de ellas asignar una cronología y determinar una secuencia estratigráfica. A la hora de plantear la descripción de las estructuras en el informe, con vistas a no reproducir textualmente la información no procesada contenida en las fichas, se ha considerado de interés la elaboración de un inventario de cada estructura realizado en una hoja Excel, con una serie de variables de interés y de fácil visualización. El objetivo de la misma, era facilitar la definición de patrones entre las diferentes estructuras, ya que a pesar de la escasez de elementos, a lo largo de la excavación se pudieron observar algunas tendencias, que si bien no fueron muy marcadas, si pudieran ser significativas. En primer lugar se ha considerado la cronología aportada por el material cerámico u otros elementos del contenido. A continuación las medidas, ya que durante la excavación pudieron observarse la repetición de diferentes rasgos morfológicos. Se han considerado el diámetro de boca, el diámetro de base, el diámetro mayor y la profundidad, todas ellas expresadas en metro. También se ha considerado la situación espacial definida por dos medidas en coordenadas UTM tomada sobre los puntos localizados a Oeste y Este de las estructuras en la mayoría de los casos. En algunos casos estas medidas han sido Norte 482

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y Sur, debido a la conservación parcial de las estructuras, y en otras, solo se han considerado una de ellas, ya que debido a la superposición de otra estructura, el otro punto de referencia era demasiado distante y/o definía a la estructura con la que se superponía. Además de estas variables se han considerado una serie relacionada con el contenido de las fosas. En primer lugar, el número de depósitos contenidos. Y a continuación una serie de variables consideradas como binomios de ausencia/presencia: La existencia o no de concentraciones de material pétreo en las estructuras, ya que durante la excavación se observó que el contenido de material pétreo no era muy abundante en los depósitos, no obstante sí se localizaran concentraciones en algunas estructuras (Fig. 4). Del mismo modo, también se consideró la ausencia/ presencia de unos depósitos limo-arenosos de color rojo muy definidos que se localizaron en otras estructuras. Hubo otras variaciones en algunos casos distinguidas como unidades y relacionadas con la mayor o menor presencia de caliza propia del sustrato, que no se ha tenido en cuenta. Así mismo, se ha considerado el número de molientes y durmientes hallados en las estructuras; la ausencia o presencia de granito y pizarra, por ser materias primas que no son propias del sustrato donde se localiza el yacimiento. Otros elementos significativos como barro de construcción, elementos rubefactados, metal, moldes de fundición o hueso trabajado. Siendo que la mayoría de estos últimos ítems son muy escasos.

Figura 4.Conjunto de materiales hallados en el fondo de la estructura E2.

ANÁLISIS GEOARQUEOLÓGICO

En primer lugar, expondremos la problemática contextual del yacimiento con base al modelado del terreno y la estratigrafía manifiesta en los cortes o perfiles observados en el entorno de obra. En este sentido, ya ha sido descrito en capítulos precedentes el relieve como un modelado alomado de ligeras pendientes asociadas a la ribera de Vale do Ouro. Se ha mencionado también, la geología que sirve de substrato a los depósitos cuaternarios, margas calcáreas en el área de estudio de color predominante amarillo. Y por último, se han señalado las evidencias de edaVII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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fogénesis antigua en las tonalidades rojizas que desarrolla el sustrato en algunas de sus áreas. En superficie, en aquellas áreas no rebajadas se observó en general un color marrón, con una mayor o menor tonalidad amarilla o roja (ésta última muy deleble). Como se explicó también, la metodología empleada en la vigilancia arqueológica, implicaba el rebaje de ese nivel superficial hasta alcanzar el substrato, donde eran detectadas las estructuras negativas. Por tanto, la primera cuestión a resolver fue reconocer los perfiles dejados en los límites de la obra, donde era posible tener el registro completo, para confirmar efectivamente la relación entre dicho primer nivel y el substrato. En este sentido, dichos perfiles demostraron un hiato o contacto discordante en todos los puntos. Es decir, no existía relación de continuidad o progresividad entre el sustrato con huella de edafogénesis antigua y el depósito localizado sobre el mismo (como ya se ha dicho con anterioridad, las estructuras están excavadas sobre el sustrato pero no sobre el nivel localizado encima). Por un lado a nivel morfológico, tanto el sustrato como la superficie original del terreno reproducen el modelado alomado, no obstante, el depósito superficial suavice la pendiente, colmatando parcialmente las vaguadas marcadas sobre el sustrato que son como se ha dicho perpendiculares al curso de la Ribera do Vale do Ouro. Por otro las estructuras prehistóricas registradas guardan una distribución posiblemente nucleada en varios grupos, pero relacionada con la topografía coetánea que sugiere el sustrato. Además, en la conservación de las mismas, profundidad, no se observado variación significativa entre ellas, si exceptuamos el núcleo Oeste cuya variabilidad parece deberse a una diversa intención o funcionalidad. De la relación de estas variables, se concluye una importante decapitación aunque parcial del suelo primitivo sobre los que las fosas habrían sido excavados, que originalmente reproducirían un relieve más acusado y parejo a la pendientes sugeridas por el substrato. Posteriormente, se produciría la colmatación parcial de las vaguadas y una mayor regularización del terreno, probablemente relacionado con la implantación de una agricultura intensiva, que probablemente pueda ras484

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trearse hasta época romana. En línea con lo anterior, es importante señalar las diferencias observadas entre los rellenos de colmatación de las estructuras históricas o contemporáneas y las prehistóricas, fundamentalmente en el color y las inclusiones de calcáreo. Ateniéndonos al color, son claras las tendencias marcadas de los rellenos de la prehistoria reciente hacia el rojo por contraposición al amarillo en el caso de las estructuras históricas y contemporáneas, éstás últimas acompañadas de una mayor presencia de inclusiones cálcáreas del sustrato (Fig. 3). La conclusión al respecto es que mientras que en el periodo prehistórico se conservaba en gran medida el suelo rojo, ya en época romana tardía dicha conservación era mínima, habiendo sido sustituido por un suelo marrón con tonalidades con tendencia al amarillo, más propio de suelos antrópicos de uso agrícola. Otra cuestión observada, y en relación a las estructuras y su colmatación, a la hora de documentar y registrar las características en campo, y que no han podido determinarse sino durante el desarrollo de la misma, ha sido la de los rellenos y los contactos con la estructura. Fue una cuestión presente desde los inicios de los trabajos en la mitad Este, donde se localizan la mayoría de las estructuras, la difusa visualización en superficie de los límites de la mayoría de las estructuras. La razón era la ausencia de un límite neto en el contacto entre sustrato y relleno, aproximadamente en los primeros treinta centímetros, En ese punto, el relleno pasaba progresivamente de unos tonos más marrones a tonalidades más rojizas. De tal modo que era difícil establecer un punto definido, si no era hasta alcanzar un sustrato claramente inalterado. Con el objetivo de concretar un criterio y contrastarlo, se observaron algunas estructuras conservadas en perfil, cuya exposición prologada no resolvió la cuestión y se realizaron excavaciones de algunas estructuras dividiéndolas en su mitad para tener la referencia de un perfil fresco. La conclusión es que efectivamente en ese puno más superficial se aúnan dos circunstancias, por un lado el estrechamiento intencionado de la boca de la estructuras, y por otro, la mayor exposición de ese sector de sustrato a los rellenos internos y suelo superficial, lo que provocaría esa alteración post-deposicional. Esos picos hacia adentro pueden ceder de una forma más evidente si son muy pronunciados, pero lo normal es que pierdan consistencia y sean más susceptibles de filtración, oxidaVII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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ción y en general una aceleración de los procesos biquímicos de la edafogénesis. En general eso es lo que sucede en menor medida a lo largo de toda la pared de la estructura. En este sentido, la diferente concentración en los casos más evidentes, o la más baja densidad de los materiales colmatados dentro de la estructura en relación a la roca o marga calcárea sobre la que se ha realizado la excavación, producen desplomes o desprendimiento por disgregación por efecto de la filtración de agua o la gravedad, lo que se manifiesta en el registro por cuñas cálcareas o mayor densidad de inclusiones procedentes del sustrato manifestado en un aumento progresivo de inclusiones hacia las paredes. No siempre es posible definir el límite que existe en el registro entre lo que podría definirse como unidad estratigráfica y horizonte. Aunque estás puedan proporcionar una diferente información. En general en la excavación no se han detectado desplomes y cuñas claramente definidas, pero sí ha sido tónica habitual observar variaciones progresivas de inclusiones de calcáreo acompañada de ligeras variaciones de tonalidad del rojo hacia el amarillo. Esta circunstancia unida a la detección de pocos rellenos, raramente superior a dos, y muy frecuentemente uno, podrían informar de la inmediatez de la colmatación de las estructuras, y además, de que esta lo era en su totalidad, lo que disminuiría la posibilidad de desplomes por gravedad. ANÁLISIS ARTEFACTUAL

A continuación se procederá a realizar una valoración de los materiales hallados a lo largo de la intervención arqueológica, con el objeto de aportar información a la secuencia arqueológica del yacimiento. En este sentido, el reducido número de hallazgos, no han permitido mayor precisión. Éste por tanto, ha consistido en la limpieza y organización en bolsas de los materiales, registro fotográfico y dibujo de las secciones de los materiales identificables, es decir, de aquellos elementos singulares, y en el caso de los materiales cerámicos, de todos aquellos identificables, fundamentalmente fragmentos de bordes. A la hora de identificar los tipos de cronología calcolítica se ha utilizado como referencia base la desarrollada por A. Valera a partir de (in Lago et al. 1998) 486

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El conjunto de materiales registrados en las diferentes estructuras han consistido mayoritariamente en material cerámico, ya fuera manual, común, o de construcción. Dicho material siendo mayoritario no ha sido abundante, y se ha localizado siempre en fragmentos aislados, a excepción de un caso en la estructura E97. También destacaron los hallazgos pétreos, en fragmentos de elementos útiles trabajados en granito y quartzito, de tipo durmientes y molientes, en un caso una lasca denticulada en la estructura E88. Se han documentado así mismo termoclastos en fragmentos de cantos de quartzito y alguna calcarenita. Finalmente, se ha documentado un reducido número de elementos singulares: una punta de bronce en la estructura E32, una cuenta o dije de hueso cilíndrico en la E102, una pesa cilíndrica de cerámica en la estructura E33, y dos fragmentos de molde en roca arenisca en las estructuras E24, E40 y E73. Estos materiales en campo permitieron distinguir en tres grandes grupos a partir de los hallazgos entre Prehistoria Reciente, las estructuras más abundantes, y Periodo Romano, en menor cantidad, pero por lo común agrupadas. A grandes rasgos también se pudo distinguir en algunos casos, entre estructuras del Calcolítico Pleno y Bronce. Los elementos más significativos serían en primer lugar los identificados en las estructuras E3, E5, E11, E30 y E97, en los que se identificaron platos de borde almendrado y fuentes o platos de borde engrosado, remitiéndonos probablemente a un Calcolítico Pleno (Fig. 5). A este mismo periodo correspondería un vaso completo con perfil ligeramente carenado localizado en la estructura E97, en el que también se identificó un fragmento de plato de borde simple. Así mismo, destacan una serie de fragmentos de borde simple asociados a carena como son las localizadas en las estructuras E13, E24, E52, E99, que podrían corresponder a fuentes carenadas hiperboloides del tipo 3.3. Siendo el caso de las E24 y E99, que se encuentran asociadas a dos fragmentos de borde simple, uno con mamelo junto al borde que pudieran pertenecer a formas cerradas tipo ollas, tipos 4 o tipo 10. Otras formas que insinúan una carena aunque ésta no se haya conservado son las registradas en las estructuras E39, E60, E63.

Figura 5. Fragmentos de borde engrosado y almendrado de las estructuras E3, E5, E11, E30, E97.

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A formas más abiertas pertenecen una serie de tipos carenados en las estructuras E102, tipo 3.3 hiperboloide. En ésta estructura se documentaron así mismo un fragmento atribuible a una fuente de perfil en “S” tipo 11 en la estructura E102, asociados a dos bordes simples de formas semi-cerradas que pudieran corresponder a ollas de diversas morfología, que pudieran ser de tipo 4 o tipo 10, uno de los cuales tiene un mamelo junto al borde. Existen otros fragmentos de cerámica manual de borde simple forma abierta pero de asociación tipológica más ambigua en las estructuras E16, E28, E34, E36, E38, E61, E73 y E98, probablemente ollas, diferentes variedades del tipo 4. Y otras formas atípicas como las localizadas en las estructuras E45 y E95. Puede ser sintomático, aunque la escasez de material pueda ser la causa, que no se han encontrado asociados fragmentos carenados a fragmentos de bordes engrosados o almendrados. Así mismo destacan los elementos cerámicos localizados en la estructura E16, con evidentes signos de combustión, concretamente un contenedor cilíndrico de base plana, y dos pesas de telar cilíndrico perforadas en su centro, una de ellas completas, de 12 cm de diámetro, de similares características a las identificadas en el yacimiento Casarao da Mesquita 31, atribuible al Bronce (Fig. 4). Material cerámico romano se ha documenntado en otra serie de estructuras, fragmentos de cerámica común y de construcción, destacando por su densidad las estructuras E29 y E30. El repertorio lo componen fragmentos indiferenciados de uso común, de almacenaje y fragmentos de tegula o ladrillos. En la E29, como fue mencionado se localizo elemento pétreo de componente calizo aparecido en varios fragmentos a lo largo del relleno, que forma un anillo de diámetro superior al medio metro y con cuerpo de sección vagamente triangular de 0,11cm y 0,22cm como ejes, que podría tratarse de la base de un molino desechado, muy deteriorado. Por el aspecto enrojecido del flanco interior de la pieza, podría haber sido reutilizado como hogar antes de ser finalmente desechado. ANÁLISIS DE LAS ESTRUCTURAS

Se establecieron una serie de grupos con características semejantes según los pa484

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rámetros ya enumerados en los capítulos precedentes (Fig. 6). GRUPO 1

Las estructuras consideradas en este grupo son por un lado: E21, E24, E33, E37, E46, E54, E55, E61, E63, E64, E66, E67, E68, consideradas las más representativas, y por otro: E35, E41, E43, E51, E56, E58, E72, E93, E107 y E108. Lo forman un conjunto de estructuras que comparten rasgos morfológicos, y volumétricos, aunque éste pueda variar por la diferente profundidad. Así mismo, comparten a grandes rasgos las características de los depósitos, no obstante varíen en el número de ellos contenidos y registrados, mayoritariamente dos. No existe una distribución homogénea a lo largo del yacimiento, pero comparten una cronología prehistórica. La morfología tipo se caracteriza por una forma “en saco”, sobre plano una boca circular que oscila entre los 0,80m y 1m de diámetro que se prolonga en profundidad en forma de cuello abriéndose posteriormente y formando un espacio esférico ligeramente alargado en profundidad. La base puede presentarse desde cóncava a ligeramente cóncava, incluso plana, aunque predominan las bases ligeramente planas. La profundidad tiene una gran oscilación, y está pendiente de confirmar que dicha variabilidad pueda deberse a la localización en la topografía y la erosión superficial diferencial. Pueden alcanzar en algunos casos hasta 1,50m, y en otros casos no llegar al metro de profundidad. Sí observa,

Figura 6. Morfología tipo de tres estructuras: E2, E64, E69. VII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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que dicha variabilidad suele encontrase espacialmente asociada. Los rellenos son limo-arenosos, en algunos casos descritos limo-argilosos (normalmente cuando se han registrado desde las primeras evidencias en superficie), son de color 7.5YR entre 4/3 y 4/4, Brown, a 5 YR 4/4 Redish Brown, que en profundidad evolucionan a una horquilla amplia de Redish Brown a Yellowish Red, es decir hacia tonalidades ligeramente más rojas, que en algunos casos se han distinguido y diferenciado, en base a su homogeneidad y contacto más netos. Este segundo depósito, en algunos casos ha mostrado unas características especialmente marcadas, con una prevalencia de los finos en su constitución y un color rojo 2.5YR 4/6. Dentro de este gran grupo, podemos considerar hechos distintivos, que se han considerado significativos, la presencia de un relleno de tonalidad más roja en su base, otros aspectos significativos aunque más vagamente definido, ha sido la presencia en algunos casos, en la base, de evidencias de elementos expuestos al fuego. GRUPO 2

La componen el siguiente grupo de estructuras: E21, E24, E33, E36, E37, E46, E54, E55, E61, E63, E64, E66, E67 y E68. Conjunto de estructuras cuya característica en común es contener un depósito de elementos líticos en la base de la estructura que varía en su número y composición y que como material transformado contienen fragmentos de molientes o durmientes, en la mayor parte de las ocasiones éste último. Contienen una proporción mayoritaria de fragmentos de granito, pero también pizarra, en fragmentos más pequeños, y calcáreo-arenito. Las características morfológicas son variadas, aunque se encuentran colmatadas mayoritariamente por un único relleno cuyas características son similares en color y textura, oscila entre un 7.5YR 4/3 y 5YR 4/4 en los casos de ser colmatado por un único relleno además del material lítico, documentándose tonalidades más rojas 2.5YR 4/6 en un caso, y en otro, en el que teniéndo un segundo relleno, éste, también es rojo 2.5YR 4/6. 490

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GRUPO 3

La componen el siguiente grupo de estructuras: E2, E3, E5 y E6. Conjunto de estructuras que comparten rasgos morfológicos, volumétricos, en las características de los depósitos, así como su distribución espacial, además de compartir cronología en una horquilla que puede ir desde la simultaneidad hasta un amplio abanico de centenares de años a tenor de los materiales cerámicos. Diámetros cercanos a los dos metros, poca prfundidad, que no alcanza los treinta centímetros, colores pardos en sus rellenos 7.5YR 5/4 Brown, con escasos materiales cerámicos, concretamente platos de borde espesado. GRUPO 4

Conjunto de estructuras que comparten rasgos morfológicos, volumétricos, en las características de los depósitos y su contenido, así como su distribución espacial, además de compartir cronología en una horquilla que puede ir desde la simultaneidad hasta un amplio abanico de centenares de años a tenor de los materiales cerámicos. Estas estructuras son E27, E29 y E30. Comparten una morfología de planta circular, en forma cuyo modelo geométrico tridimensional podría ser el elipsoidal esferoide, con un diámetro similar en sus extremos y un diámetro mayor en su parte central. Su volumen estimado a partir del modelo elipsoidal que tiende a ser más reducido en sus extremos se encontraría entre 0,8 y 1m3. Así mismo, están amortizados por un único relleno, cuyas características son similares y contrastan con el resto, siendo más claros y amarillentos, desde un 7.5YR 7/2 Pinkish Gray a un 10YR 7/6 Yellow, con abundancia de inclusiones de sustrato calizo, y por tanto, defiriendo el tipo de aporte, con el resto de estructuras registradas. El material asociado consiste en una abundante cantidad de material cerámico de construcción y común, en los que se incluyen fragmentos de tegula, que incluye en uno de los casos (E29) un elemento pétreo de componente calizo aparecido en varios fragmentos a lo largo del relleno, que forma un anillo de diámetro superior al medio metro y con cuerpo de sección vagamente triangular de 0,11cm y 0,22cm VII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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como ejes, que podría tratarse de la base de un molino desechado, muy deteriorado. Por último se localizan en el mismo sector de la intervención centrados en el Sector Este, aunque sin relación estratigráfica directa, por las causas ya comentadas en capítulos precedentes. GRUPO 5

Dos estructuras con características morfo-métricas parejas, con rellenos similares en características y contenido. Las estructuras son E69 y E70. Su morfología responde a un modelo geométrico tridimensional cilíndrico y ambas comparten unas medidas semejantes, siendo el caso que la estructura E70, fue afectada con posterioridad por una estructura más reciente, probablemente contemporánea, que eliminó parte de la estructura en su mitad superior. El contenido es de un único relleno de color más claro y amarillento que otras localizadas y con mayor inclusión de nódulos y arenas procedentes del calcáreo, lo que les proporciona un color en torno al 10YR 6/4 Light Yellowish Brown, documentado no obstante en seco, por lo que en húmedo podría tender hacia tonalidades de valor y cromática menos matizada. La estructura E69 que proporcionó material cerámico, aunque éste fuera ocasional, apuntó a una cronología prehistórica, lo que según los patrones observados en el resto de estructuras del yacimiento, por las características de los contenidos y morfologías, podría estar en cuestión y ser más reciente. CONCLUSIONES

Los yacimientos de fosas como el que nos ocupa en este informe (Fig. 7), han sido ya objeto de numerosas intervenciones que han proporcionado abundante bibliografía en las dos últimas décadas, como consecuencia del incremento de la inversión pública en infraestructuras y la regulación de la actividad arqueológica preventiva (a destacar todas las obras motivadas por el proyecto del Embalse de Alqueva y su red de infraestructuras). No obstante, forman parte de la historiogra492

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Figura 7. Levantamiento topográfico y localización de las fosas de Monte de Vale do Ouro 2.

fía arqueológica desde la primera mitad del S.XX, estando ya definidos desde entonces como “Cultura de los Silos del SW”. Durante un largo periodo la investigación de los principales yacimientos documentados se centró sobre su particularidad y delimitación al área del SW peninsular. En las últimas décadas sin embargo, las problemáticas sobre la interpretación de los mismos se han ampliado y se han insertado dentro de una escala mayor, incorporándo las diferentes propuestas surgidas ante similares manifestaciones en el contexto europeo (Márquez 2013). Es el que nos ocupa un yacimiento de fosas, cuyas únicas evidencias son las propias estructuras excavadas sobre el sustrato, mayoritariamente aisladas y sin superposición. Esta desconexión estratigráfica no es de origen, como hemos visto, es producto de procesos posteriores que eliminaron el nivel de suelo primitivo. Para empezar, la propia actividad agrícola intensiva. Es además, un yacimiento de fosas con vestigios de al menos dos periodos muy diferenciados, como son la Prehistoria Reciente y el período Romano. No obstante, es un yacimiento, como también los hay otros de esta misma tipología, con una presencia de material, de moderada a escasa. A esto dicho hay que añadir, el carácter preventivo de la intervención sujeto a los límites del área de afectación, como consecuencia del cual, nos es desconocido los límites exactos que el mismo pudiera tener. Con relación a su extensión, no obstante, si es posible avanzar, la relación existente entre Monte de Vale do Ouro II y otro yamiento intervenido, denominado Vale de Ouro. Ambos contiguos y localizados sobre la misma secuencia de lomas apenas separados por una vaguada y asociados a la Ribera do Vale do Ouro. Con base a las características y cronologías de las fosas, sí pudiera distinguirse entre la mayoritaria presencia de fosas de cronología histórica tardoromana en el Vale do Ouro, a diferencia del enclave de Monte do Vale do Ouro II, donde predominan las fosas prehistóricas de cronología cacolítica. De este modo, podría afrimarse la loma principal de Monte do Vale do Ouro II, como el área central de implantación de fosas prehistóricas mientras que en la loma Este de Vale do Ouro se localizaría el área central de implantación de fosas históricas tardoromanas e islámicas. VII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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Se han documentado mayoritariamente estructuras negativas de planta circular. Aunque de variada morfología volumétrica. Casos particulares han sido las estructuras E7 y E96. Las estrcuturas que han podido encuadrarse cronológicamente son mayoritariamente de la Prehistoria Reciente, en concreto aquellas que se ha podido delimitar del Calcolítico Pleno y el Bronce. Posteriores a esta cronología se han datado un grupo de ellas que pudieran circunscribirse a la tardoantiguedad. Entre las características más señaladas que pudieran significarse como patrones en las estructuras prehistóricas, destacan la presencia repetida de fragmentos de durmientes en granito, nunca completos, y molientes, muy habitualmente en el fondo de las estructuras, así como el registro en otros casos de depósitos distintivos de tonalidad roja, también frecuentemente en el fondo de las estructuras. En este periodo es también reseñable la notoria diferencia entre el área principal de implantación de las estructuras en el Sector Este y el núcleo localizado en la loma situada al Oeste. Destaca la diferente proporción de algunas de las estructuras del núcleo Oeste con el resto de estructuras, de mayor extensión y reducida profundidad, donde abundan diametros muy inferiores combinados con una mayor profundidad. En relación con las estructuras tardoromanas, destacan su mayor volumen en relación a las prehistóricas, y en aquellas mejor definidas, la mayor cantidad de inclusiones de material cerámicos, sobre todo común y constructivo. ¿Fosas para qué? Existe una extensa bibliografía al respecto que abunda en la interpretación de dicho tipo de estructuras, una discusión que se mantiene abierta (Jiménez 2007). La intensificación de los trabajos arqueológicos unido al aumento de los avances tecnológicos aplicados a la disciplina, la mayor comunicación entre investigadores y divulgación de los trabajos, ha enriquecido enormemente la información al respecto. En el camino se han sucedido difusionismos, funcionalismos, materialismos, estructuralismos que hoy en algunos casos puden cohabitar y fundirse en muchos trabajos más allá de un pasado excesivamente confrontado por la relevancia dada a la ideología en detrimento de la materialidad. No obstate, no es posible ahondar aquí en dicho recorrido, ya que excede el propósito y posibilidades de este artículo. Una estructura excavada sobre el sustrato al igual que las estructuras emergentes, 494

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probablemente tengan una diversa interpretación, que se nos hacen más evidentes en el caso de estas últimas más inmediatas a nuestro modelo arquitectónico contemporáneo: desde una iglesia, hasta un colegio, un mausoleo, pasando por un simple almacen, un basurero o una modesta casa. En el caso de las primeras sin embargo existe una distancia cronológica y cultural sin referencia directa posible, más allá de culturas primigenias. De este tipo de estructuras, además de estudios antropológicos, conocemos obras escritas de nuestro pasado que decrecen hacia la antiguedad; sobre todo tratados agrícolas que nos remiten para ciertas estructutras a una función meramente de almacenaje, ya sea como silo donde conservar el grano o el forraje, bien como fresquera donde conservar aliementos. Los contextos son agropecuarios y preindustriales, siendo que ese uso puede rastrearse en nuestra latitudes hasta el mismo S.XX. Más atrás en el tiempo su mayor uso, y hasta su uso exclusivo, abundaría en una diversidad y complejidad funcional, desde meros espacios domésticos, hasta espacios representativos, de reunión, o estructuras funerarias o de uso simbólico y ritual. Es evidente que el uso de este modelo constructivo debería tener mucha relación con el entorno de implantación, requiriendo un sustrato adecuado para ser no ya ventajoso sino viable. Es probable que en estas culturas, el abanico de usos y aplicaciones sería más variado y complejo, y donde una misma morfología pudo haber tenido diversa funcionalidad o uso. El registro arqueológico resultante nos informara, o no, de dicha vida útil y abandono. Más allá de la interpretación de las estructuras en particular, es paradigmática la discusión actual sobre la interpretación de los “recintos de fosos”, campos de fosas circunscritos por fosos de trazado de tendencia circular, espacios interpretados bien como hábitats, bien como complejos de tipo simbólico o ritual. Fenómeno que se extiende por toda Europa entre el Neolítico (6500-3000 B.C.) y fines del Bronce (1000 B.C.) (Parkinson 2007). No tiene este alcance el yacimiento estudiado aunque comparte algunos de sus componentes. Monte de Vale do Ouro II responde por sus características al tipo de yacimiento denominado desde finales del S.XIX, como “campo de silos”, sin que se haya localizado en asociación ninguna estructura tipo foso. Sin embargo solo es posible definir un uso con intencionalidad claramente definida en de dos estructuras: el funerario. Éste es el caso de las estructuras E97 y E102 (Fig. 8), conservadas

Figura 8. Enterramiento colectivo de la estructura E97.

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como están las inhumaciones, encuadradas cronológicamente en la Prehistoria Reciente. La primera un enterramiento multiple con tres individuos, el segundo, una fosa con una secuencia en vertical de tres enterramientos individuales. Sobre el resto queda abierta la discusión. Las estructuras romanas en atención a la vigencia de la tradición agropecuaria y a las refencias en tratados agrícolas que así los describen, el hallazgo podría responder a silos, de los que nos queda tan solo su amortización, con aporte de residuos constructivos en el caso de las estructuras E28, E30 y E31. Sin embargo, del mismo modo que en el caso de las estructuras prehistóricas, nada se ha documentado en el propio registro de esa posible función original como silo. Más allá de su uso se observa una diferencia de morfología entre el núcleo Oeste de estructuras y el área de principal dispersión. Esas diferencias son lo suficientemente significativas para descartar en el caso de las primeras su función de almacenaje. Quizás fondos de cabaña, pero más allá de su morfología y dimensiones, y el fragmento aislado de barro de construcción, no se han localizado contenidos “in situ”, rastro de hogares o agujeros de poste asociado. El área principal de dispersión congrega un conjunto de estructuras que comparten su condición de planta circular y un indice de proporción en el que predomina la profundidad sobre el diámetro en superficie. Dentro de una morfología variada ya hemos mencionado los diferentes grupos y hemos destacado anteriormente algunos patrones en su contenido. Su morfología bien podría corresponderse con una función de almacenaje. Pero no han quedado huellas perceptibles de ese posible uso en origen, y los datos obtenidos lo son de la amortización de la estructura. En este sentido, como ya se ha mencionado, destacan dos patrones que se repiten y podrían mostrar una conducta intencional en su sellado. Así sucede con los fragmentos de durmiente y los molientes que han aparecido con frecuencia significativa en los fondos de las estructuras, y en asociaicón o no a otros fragmentos de granito u otro material como pizarra o areniscas calcáreas en menor medida; y por otro lado, los mencionados rellenos de color rojo. Del relleno de las fosas y las fosas mismas se deduce una amortización intencional con eventos de pequeños desprendimientos de pared alta o cuñas con más presencia calcárea, que en cualquier caso muestran una mínima horquilla temporal 496

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para su cubrición. No se han identificados elementos productos u objetos, útiles colocados en su base, siendo lo más próximo a ello la estructura E16, donde se localizó una pieza de telar completa y un fragmento bastate completo con evidencias de haber sido expuesto al fuego (no se han encontrado evidencias de combustión en la base o pardes de la estructura). Circunstancia en cualquier caso no operada en el lugar, pero sí probablemente en sus proximidades. Tampoco se ha identificado un abandono del uso y amortización natural más prolongada, siendo evidente la intervención e intencionalidad en la cubrición de las estructuras. En cuanto a la aparición de material pétreo en el que sobresalen los fragmentos de durmientes (nunca completos) y molientes, su hallazgo destacado sobre otros materiales podría deberse a múltiples factores. La presencia del granito en lugar no procede del propio yacimiento ni su entorno y debería de haber sido transportado de mayor distancia, al igual que ocurre con la pizarra. Son materiales utilizados como materia prima para usos varios, en el caso del granito mayoritariamente para los durmientes y molientes, en los de la pizarra, para la construcción y para fabricación de elementos simbólicos. También, por ejemplo, han aparecido cuarcitos, aunque en menor medida; algunos, con evidencias de haber estado expuestos al fuego como termoclastos. ¿No podrían ser en este caso simples elementos reutilizados para uso común, como podrían ser pesos con los que sostener reforzar o proteger elementos para cubrir la estructura en uso? ¿Cueros que cubrieran las fosas? De hecho aparece en muchos casos junto con fragmentos de granitos sin huella de transformación. Tampoco es posible afirmarlo. ¿Dónde se ubica el yacimiento en su contexto más próximo? Debe señalarse su proximidad con un yacimiento cetáneo como Porto Torrao, localizado al Este apenas a 1,5km de Monte de Vale do Ouro 2. Porto Torrao es un yacimiento de gran envergadura que responde a la tipología mencionada de “recintos de fosos”, y junto a Valencina de la Concepción, Pijotilla, Perdigoes forma parte de los más complejos yacimientos de la Prehistoria Reciente, concretamente entre el Neolítico Final y el Calcolítico Final-Campaniforme del Suoreste Peninsuar. La suma de pequeños yacimientos y hallazgos en la periferia o en el entorno próximo de un lugar como Porto Torrao puede estar relacionado y enriquecer la comprensión de éste. Desentrañar el tipo de relación existente entre estas localizacioVII ENCUENTRO DE ARQUEOLOGÍA DEL SUROESTE PENINSULAR - RESULTADOS DE LA INTERVENCIÓN ARQUEOLÓGICA PREVENTIVA REALIZADA EN EL YACIMIENTO MONTE DE VALE DO OURO 2 (FERREIRA DO ALENTEJO, BEJA, PORTUGAL) - FCO. JAVIER MORO BERRAQUERO

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nes menores de “campos de fosas” tan próximas a estas otras mayores y complejas que parecen centralizar voluntades, es una labor que puede ayudar a esclarecer un palimpsesto construido en una gran extensión espacial y temporal. A una escala menor, y a falta de algunos elementos Monte de Vale do Ouro II, congrega algunas manifestaciones de la fenomenología observada a otra escala en Porto Torrao. En concreto la variada función aún no definida en todos los casos de fosas de diversa morfología y tamaño, que incluye, con solo dos contextos, un uso funerario ya diverso. En relación a éstos, muy próximos a Monte de Vale do Ouro 2, hacia el Este, se localizaron apenas a unos 600m dirección a Porto Torrao, un ídolo dilíndrico, que se unen a otras evidencias funerarias en la periferia y entorno próximo de Porto Torrao3 (Valera 2010). No obstante, explorar los paralelos de un lugar tan próximo sometido de contínuo a nuevas investigaciones es una labor que excede una vez más las pretensiones de este artículo. BIBLIOGRAFIA

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Prehistory: A Cross-Cultural Perspective” J Archaeological Research 15, 2007. V.V.A.A. (1999): Plano de Bacia Hidrográfica do Río Sado. PBH do Rio Sado Anexo Temático 1 - Análise Biofísica – Parte 1 – Análise Geomorfológica. Santos, F., Arez, L., Soares, A.M., Deus, M., Queiroz, P., Valério, P., Rodrigues, Z., Antunes, A.S. e Araújo, M.F. (2008): “O Casarão da Mesquita 3 (S. Manços, Évora): um sítio de fossas “silo” do Bronze Pleno / Final na encosta do Albardão”, Revista Portuguesa de Arqueologia, 11:2, p.55-86. Valera, A. C., Helena Santos, Margarida Figueiredo e Raquel Granja (2010): Contextos funerários na periferia do Porto Torrão: Cardim 6 e Carrascal 2. Actas do IV Colóquio Arqueológico de Alqueva (Beja, 2010)

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