(2014) Sáhara: viejas encrucijadas y nuevas paradojas, Tribuna Complutense, 149 (pp.15)

Opinión

17/12/2014

TRIBUNA COMPLUTENSE

Por Marta Pajarín García

Sahara: viejas encrucijadas y nuevas paradojas

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l pasado noviembre se celebró en Madrid la 39 Conferencia Europea de Apoyo y Solidaridad al Pueblo Saharaui (EUCOCO) en un ambiente de optimismo renovado por los cambios acontecidos en el contexto internacional, con posibilidad de impactar en la posición que el conflicto por el Sahara Occidental ha tenido en la agenda y en la diplomacia internacional durante las últimas cuatro décadas. La necesidad por contener la creciente inestabilidad en la región del Sahel, el impulso al desbloqueo de una solución pacífica y acorde con el derecho internacional por parte del enviado especial del Secretario General de la ONU para el Sáhara Occidental -Christopher Ross-, el peso orgánico que la RASD va adquiriendo en la Unión Africana y también, los avances en el reconocimiento del Estado Palestino por

los acuerdos de paz de 1991, ha repercutido en perjuicio del Frente Polisario y ha acentuado la crisis humanitaria entre la población saharaui refugiada en Tindouf (Argelia). Estas dinámicas comienzan a resultar demasiado incómodas para una comunidad internacional ante la que proliferan las demandas de mayores y más democráticas medidas de gobernanza global, respeto a los derechos humanos y rendición de cuentas por parte de una ciudadanía cada vez más informada y con mayor capacidad de influencia en los escenarios de toma de decisiones a escala internacional. En este nuevo escenario de oportunidad, el Frente Polisario afronta sin embargo nuevos retos de “política doméstica” tales como la administración y la puesta en marcha de políticas públicas nacionales para una población cada

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MONTSE CANADELL

algunos países europeos y en el marco de la ONU, pueden considerarse factores de oportunidad en la actual coyuntura. El conflicto del Sahara Occidental acarrea sin embargo viejas encrucijadas que se han mantenido latentes desde que en 1975 el Estado español abandonara a su “provincia número 53”. Entre estos lugares comunes podemos destacar la falta del reconocimiento por parte del Estado español de su responsabilidad histórica y de la importancia de su papel en el proceso de descolonización; así como la inconsistencia normativa del mandato de la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum de Sahara Occidental), o el bloqueo constante de Marruecos a una solución negociada y conforme a derecho, junto con la impunidad con la que reprime a la población saharaui bajo su administración ilegal. Estos factores han contribuido al enquistamiento del conflicto, lo que lejos de respetar el espíritu de

vez más fragmentada tanto en términos socioeconómicos como de localización (recordemos que la población saharaui se encuentra distribuida en los campamentos de Tindouf, los territorios del Sahara Occidental bajo administración del Polisario y bajo administración marroquí, así como una creciente población en el exilio). Resulta también insoslayable el relevo generacional de los cuadros políticos de las principales instituciones y la canalización de las demandas de una población joven nacida en el período de “ni guerra, ni paz”. En definitiva, el Frente Polisario y el pueblo saharaui afrontan una nueva etapa favorable para el reconocimiento de su derecho de autodeterminación, si bien, con una agenda de política interna compleja cuya gestión estratégica puede sin embargo fortalecer su posición de negociación en el nuevo escenario. Marta Pajarín García

Investigadora Asociada Área de Género del ICEI. Consultora en género y desarrollo