(2005i), «[Recensión nº] 43. Rykwert, Joseph. La idea de ciudad. Antropología de la forma urbana en Roma, Italia y el mundo antiguo. Prólogo de Eugenio Trías. Sígueme (El peso de los días, 30), Salamanca 2002. 296 pp., 17,5 x 25 cm.», Revista de Espiritualidad (Madrid). T. 64, nº 255, pp. 329-330.

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Descripción

BIBLIOGRAFÍA *

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AA. VV., L’orazione nel Carmelo. Passato, presente e futuro. Atti del congresso OCDMessico 2002, a cura di Rafael Checa, Edizioni OCD, Roma, Morena, 2004 (=Ripartire dall’essenziale, 5). 512 pp., 14 × 21 cm.

Esta Revista ya publicó un comentario amplio acerca del congreso La oración en el Carmelo teresiano, organizado por la provincia mexicana de los carmelitas descalzos, que tuvo lugar entre el 30 de junio al 8 de julio de 2002 en Valle de Bravo (Estado de México); cf. DANIEL DE PABLO MAROTO, «La oración en el Carmelo. Pasado, presente y futuro (Congreso Internacional)», en Revista de Espiritualidad 61 (2002) 457-483. Lo que aquí presentamos es la traducción al italiano de las actas de ese congreso, gracias al buen hacer del Centro Interprovincial OCD sito en Morena (Roma), lugar donde tiene su sede, entre otros órganos interprovinciales de Italia, las «Edizioni OCD». La colección dentro de la cual se publican estas actas puede traducirse como «Partir (o volver a partir) de lo esencial», muy en consonancia con el documento emanado del último Capítulo General que la Orden ha tenido en Ávila en 2003: En camino con santa

Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz. Volver a lo esencial (Roma 2003). Se inicia el volumen con la presentación, por Rafael Checa (ya avanzado en edad pero más vitalista que nunca), inventor de congresos como éstos desde hace muchos años, y secundado normalmente o bien por su provincia mexicana o bien por toda la Orden, lo cual siempre le augura un éxito rotundo, no sólo a él como creativo que es sino también a todos los participantes en la medida que se implican en el proceso de su desarrollo. A la presentación le sucede el saludo de rigor a los participantes, por parte del padre provincial de los carmelitas teresianos de México, Emilio Hadad, y la introducción al encuentro internacional que corrió a cargo del entonces padre general Camilo Maccise (actual provincial), también mexicano. Las secciones que vertebraron el congreso, y por tanto las actas, son cuatro: histórica, bíblico-teológica y espiritual, científico-humanística y, por último, pastoral. Las ponencias se distribuyen, pues, en función de la especialidad de los relatores. Resumimos su contenido: En la sección histórica tenemos a Emanuele Boaga para hablar en dos charlas de la oración en el Carmelo de la Antigua observancia (pp. 13-34), y al citado Maroto para una visión dia-

* Colaboran en esta sección: Emilio Martínez (EM), Enrique Llamas (ELL), Ignacio Husillos Tamarit (IHT), Ildefonso Peñas (IP), Juan Antonio Marcos (JAM), Segundo Fernández (SF).

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crónica en dos momentos (desde el siglo XVI hasta 1950 y desde 1950 hasta 2000) de la oración en el Carmelo Teresiano (pp. 35-90). En la segunda sección, para la parte bíblica hallamos a dos biblistas punteros latinoamericanos, C. Maccise (pp. 93117) y Silvio J. Baéz (pp. 119-131) que analizan, respectivamente, la oración en la Sagrada Escritura y la meditación en la experiencia orante de la Biblia; y para la parte teológica y espiritual encontramos a dos teólogos españoles de avanzadilla, Ciro García (pp. 133-152, sobre la tradición contemplativa en el Carmelo) y Santiago Guerra, éste con dos ponencias que comparan, una la meditación oriental y la oración contemplativa del Carmelo (pp. 153-174) y otra, la mística cristiana y la de las religiones orientales (pp. 175-206). Dentro de la sección científico-humanística están las aportaciones que ponen en relación la oración teresiana con diversos ámbitos: como la filosofía, por parte de Tomás Ostos (pp. 209-239), el análisis sociológico a cargo de Augusto Guerra (pp. 241260), la antropología teresiana (pp. 261-278) y sanjuanista (pp. 279-299), ambas ponencias dadas por C. García y, finalmente, la psicología (pp. 301338) por Benito Goya. En la cuarta y última sección, dedicada a la pastoral de la oración carmelitana, confluyen los análisis de varios especialistas: Luis Jorge González reflexiona sobre el cuerpo y la oración (pp. 341-359); Federico Ruiz presenta la vida y el método de oración (pp. 361-393), sustituyendo a Jesús Castellano, que no pudo asistir. Un investigador de la pastoral de la espiritualidad como José Humberto Flores ofrece los datos y las reflexiones del trabajo de campo realizado a partir de

los cursos graduados de oración contemplativa impartidos en México por R. Checa desde hace treinta años (pp. 394-429). La ponencia de Patricio Sciadini analiza la oración contemplativa del Carmelo en el contexto latinoaméricano (pp. 431-449) y Maximiliano Herráiz ofrece una síntesis diacrónica según el título del congreso: «La oración en el pasado, en el presente y en el futuro del Carmelo» (pp. 451-492). Concluye y cierra muy brevemente las actas C. Maccise (pp. 493-494). Siguen la lista de siglas y abrevituras y el índice general. Hay que notar que todos los ponentes excepto dos son carmelitas teresianos (E. Boaga es carmelita de la Antigua observancia y J. H. Flores es seglar) y casi todos ellos han sido colaboradores de R. Checa en congresos anteriores (véase, por ej., los participantes en el Congreso Internacional de Teología Espiritual en Roma 2000, actas publicadas en Teresianum 2001). Todos los ponentes del congreso mexicano participaron en aquel congreso romano, excepto el mexicano Tomás Ostos y Benito Goya. Fuera de éste último, representante de una corriente psicológica diversa de Luis Jorge González (ambos participaron en el congreso mexicano, pero no en el romano en que sólo éste tuvo una ponencia), podría decirse que todos los demás ponentes se alinean en corrientes paralelas, cada uno en su campo por supuesto. Pero tal intuición posible (la unilateralidad) no favorecería a la obra y la labor que implica, desde la idea del congreso hasta la publicación de las traducciones de las actas, como la que presentamos. Fijándonos en los aspectos metodológicos, agradecemos las bibliografías complementarias añadidas tras las ponencias de E. Boaga y T. Ostos; po-

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dría haber sido un ejemplo para el resto de conferencias, puesto que a ninguna más le acompaña tal subsidio. Aún así, se echan de menos en la primera síntesis de Boaga (sobre los estudios de la Regla carmelitana) algunos estudios escritos por carmelitas descalzos; y en el mismo lugar (cf. pp. 21-22) no aparecen los autores del extenso artículo «Preghiera» en el Dizionario degli Istituti di Perfezione (Roma 1988) o al menos la indicación de que son varios los autores que lo escribieron. Se observa el reiterado uso de la sigla CETES (traducción errónea italiana), cuando debiera ser CITeS y, en consecuencia, no una sigla sino un acrónimo, ya que tanto en italiano como en castellano coinciden las inciales y las dos primeras letras de Teresiano; a saber: Centro Internacional Teresiano-Sanjuanista y Centro Internazionale Teresiano-Sangiovanista. Tal error se repite en la traducción italiana en pp. 35, 155, 341, 395 (en otros lugares, el acrónimo correctamente traducido se convierte erróneamente en sigla: CITES, cf. pp. 133 y 451). Nos preguntamos, además, por qué se generaliza el uso de la palabra castellana «sanjuanista» en la traducción italiana, cuando existe la voz italiana «sangiovannista» (de San Giovanni), dado que en la lengua de Dante no existe el fonema /x/ (que se representa en español con el grafema j). Impera en esta traducción italiana una constante vacilación en los nombres de personas, bien sean de autores de artículos, de libros o de obras en colaboración, o bien de otros personajes de la historia de la Iglesia como santos o venerables: unos se traducen y otros no; como también llama la atención el hecho de italianizar algunos apellidos

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(como el caso de Gonzáles por González; cf. p. 341, 345, 505), así como algunos títulos de obras españolas (cf. p. 345 nota 5, 396 nota 2). Además se dan bastantes erratas de diverso calibre en las citas al pie de página, lo cual en parte afea la edición italiana que comentamos. Y, sin embargo, esta edición de las actas no tiene nada que desmerezca su presentación, por lo demás muy cuidada y manejable, aún a pesar de las más de quinientas páginas con que cuenta. El público italiano se alegrará de poder consultar una obra de tal importancia, que marca un jalón en la historia del Carmelo Teresiano en cuanto a la oración se refiere, y que propone muchas reflexiones para el futuro que se va haciendo presente o bien para el presente que va creando futuro.—IHT. 28.

ACKERMAN, J., Elijah Prophet of Carmel, ICS Publications. Institute of Carmelite Studies, Washington, D.C., 2003. 294 pp., 14 × 21,5 cm.

Estamos ante una obra de investigación bien documentada (cf. «Bibliography», pp. 269-290) y que propone un paso adelante en la profundización y en la divulgación del conocimiento del profeta Elías. El libro se estructura en cinco capítulos más dos apéndices que recogen y sintetizan todo lo dicho, dando la interpretación propia de la autora, quien ha querido confrontar toda opinión propia con los carmelitas y las carmelitas de la Antigua Observancia y del Carmelo Teresiano, fueran religiosos o seglares, pero siempre especialistas en la materia que trata en su estudio. De tal modo tiene la autora el tema entre las manos y el corazón, que sus agradecimientos sentidos al

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inicio de la obra dan el toque de familiaridad que corresponde a un tratamiento severo y auténtico pero no falto de la cercanía y de la admiración que provoca la figura del siempre desconocido y sorprendente profeta Elías. Los capítulos del libro ofrecen las bases documentales necesarias para acercarse a tal figura: la Biblia (1. «Elías en los Libros de los Reyes», pp. 1-32), la tradición y las leyendas (2. «El profeta en las leyendas posteriores», pp. 35-75), la vida espiritual (3. «Elías y la vida espiritual», pp. 77111), el Carmelo (4. «El profeta en los primeros documentos carmelitanos», pp. 113-181) y la actualidad (5. «Elías y la renovación carmelitana», pp. 183253). Los dos mencionados apéndices llaman la atención, respectivamente, sobre una obrilla titulada La formación de los primeros monjes (de Felipe Ribot, fines del s. XIV) y sobre las tendencias actuales en el estudio carmelitano de Elías. Así, pues, tenemos en este libro de apenas trescientas páginas todo un manual a la mano del lector anglófono para entrar de lleno en la vida y en la experiencia, en el imaginario y en la leyenda, en el texto y el documento que nos hablan -a nosotros como a los de antaño y como a los del futuro- acerca de una persona, de un símbolo, de casi un talismán o quizá de un lugar excesivamente común y por ello desconocido para muchos, cual es la figura o, mejor dicho, la persona de Elías, el profeta, sí, del Carmelo. La autora del libro, Jane Ackerman, es profesora de religión asociada a la Universidad de Tulsa (Estados Unidos de América). Tiene en su haber varios artículos de investigación sobre santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, y una traducción completa de la Llama de amor viva de este último, en

sus dos redacciones. Además, le unen lazos familiares al Carmelo, lo cual centra con mayor interés su estudio y el tiempo dedicado a la confrontación de sus conclusiones. La metodología que usa su autora se ciñe a las normas inglesas en cuanto a las citas y al modo de escribir las referencias bibliográficas (libros, artículos de diccionarios, de revistas y de libros en colaboración), por lo que el lector no habituado habrá de entender que los dos puntos en la puntuación inglesa en las citas numéricas de un texto (por ejemplo, 4: 7-8) son equivalentes a la coma en la puntuación española (es decir: 4, 7-8) bien sea en libros tan conocidos como los bíblicos o bien en obras menos famosas. Por último, un recurso muy pedagógico que utiliza la autora es añadir tras de cada capítulo un breve, claro y enjundioso epígrafe de bibliografía para quien quiera leer más y documentarse, o bien para quien quiera leer los testimonios que ella misma ha tomado y traducido o compendiado en ciertas ocasiones. Felicitamos, pues, tan noble como audaz empeño de adentrarse en el profeta Elías y animamos, desde aquí, a las editoriales españolas (principalmente a las carmelitanas) a traducir en el menor espacio de tiempo posible esta obra de gran calidad.—IHT. 29.

BOFF, L., La crisis como oportunidad de crecimiento.Vida según el Espiritu, Sal Terrae, Santander 2002, 211 pp.,14 × 21 cm.

Cuando el Autor de una obra, sabe, puede y quiere aportarnos el núcleo central de sus escritos, el título (e incluso el subtítulo) lo expresa gráficamente. Y cuando los editores captan

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el mensaje principal de la obra presentada colocan en la contraportada las pistas más fundamentales que permiten al lector darse cuenta de la obra que van a leer satisfactoriamente. Desde ambos enmarques nos encontramos en el camino más exacto para reseñarlo con acierto. Esta apreciación nuestra la encontramos en esta obra de L. Boff: el título y subtítulo nos permiten captar lo que nos quiere transmitir: la crisis como oportunidad de crecimiento. (Obsérvenlo). Los editores nos colocan, en la contraportada, estos fragmentos que el mismo Autor nos presenta en la página 50. Dice L. Boff, con razón: »Hay momentos en la vida que, para subir, es preciso descender y entrar en crisis. Y para seguir siendo el mismo hay que saber cambiar. Sin embargo, si comprendemos que la crisis es el nicho generoso en que se prepara un mañana mejor, la penumbra que antecede a la salida del sol, y sabemos quedarnos firmes, aceptando el desafío y esperando contra toda esperanza, entonces tendremos la oportunidad de madurar y dar un salto hacia dentro de un horizonte más rico en vida humana y divina». Las cuatro partes o apartados que integran esta obra de L. Boff son claves para entenderla con precisión: 1.ª) La crisis de nuestro tiempo: riesgos y oportunidades, 2.ª) La Espiritualidad como respuesta a la crisis, 3.ª) Espiritualidad y vida religiosa, 4.ª) Espiritualidad, política y contemplación. Desde nuestra apreciación personal acentuaríamos 1os siguientes aspectos: la fenomenología de la crisis: morir y resucitar; la crisis como estructura fundamental de 1a vida, y los comportamientos humanos ante la crisis. (Todos estos apartados integran la primera parte) Estas claves nos permi-

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ten captar o comprender la espiritualidad como respuesta a 1a crisis, (2ª parte). La espiritua1idad y vida religiosa, en 1a tercera parte, y Espiritualidad, Política y contemplación, 4ª parte. La fenomenología de la crisis es morir y resucitar; la crisis es estructura fundamental de la vida; la fe como crisis para la teología, y la teología como crisis para la religión. Apartado especial es el que reseña el Autor cuando comenta los comportamientos humanos ante la crisis. Para L. Boff (coincidimos con é1) son los siguientes: escatologizadores, arcaizantes, futuristas, escapistas, y responsables. Si parece oportuna nuestra sugerencia, lean la obra reseñada. Comprueben qué comportamientos humanos presentamos los españoles ante crisis actuales. Serán -si son sinceras- una sesión muy sana de terapia que deseamos sea intemporal. La conlusión que coloca L. Boff a toda su obra nos recuerda el doctorado «teresiano». «De la larva a la mariposa». «Sin una ruptura instauradora —dice Boff— lo nuevo no puede nacer ni abrirse paso. Si no se rompe la larva, no habrá crisálida que se transforme en mariposa, como expresión radiante y bella de la vida»... «La travesía es larga, y el túnel parece interminable». Así es. A la vida actual (política y eclesial) remitimos.—IP. 30.

FATHER HERRERA-VALENTÍN DE S. J., Ésos, vestidos de blanco, ¿quiénes son?, EDE, Madrid, 2005, 132 pp., 13,5 × 21 cm.

El libro se abre con una presentación, escrita por José Vicente Rodríguez, Vice-Postulador de las Causas

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del Carmen descalzo de Castilla. En la presentación se explica el contenido de la obra, dividida en dos secciones: la primera recoge las semblanzas hechas por quien se firma F. Herrera (Isidoro García Herrera=José Amado de Santa Teresita) de los 16 carmelitas descalzos martirizados en Toledo en 1936; 14 en la capital y dos en los trigales de Cabañas de la Sagra. Fueron 5 sacerdotes; 8 estudiantes de teología; 3 hermanos donados. Al frente de cada semblanza va la fotografía del mártir con los datos esenciales de cada uno, para que así el lector verifique mejor los datos o alusiones del escrito de Father Herrera. En 1990 Fernando Sebastián Aguilar, actualmente arzobispo de Pamplona, escribía a propósito de los 51 claretianos mártires de Barbastro de agosto de 1936: «Nuestro cristianismo no será históricamente normal ni evangélicamente verdadero, mientras no nos sintamos serenamente y cálidamente herederos de estos testigos del Evangelio de Jesucristo y de otros muchos tan admirables como ellos». Este grupo de mártires de Toledo, junto a otros muchos de la misma familia carmelitana, son de veras testigos del reino de Jesucristo. En la segunda sección de este libro se publica un escrito hasta ahora inédito del P. Valentín de San José. Escribe el autor la vida de su hermano mártir P. Eusebio del Niño Jesús (Ovidio Fernández Arenillas). El P. Eusebio es el que aparece como primero del grupo de los mártires de Toledo. Las paginas del P. Valentín está escritas, no con el atildamiento literario de las semblanzas del P. Herrera, pero sí con un estilo claro, llano y ameno que nos hace ver la calidad de la personalidad del P. Eusebio como religioso, apóstol, escritor, mártir.

«El 25 de mayo de 2004 se tuvo el Congreso especial sobre el martirio de estos 16 carmelitas descalzos; los nueve teólogos consultores de la Congregación de los Santos «expresaron su voto plenamente afirmativo (9 sobre 9), auspiciando que estos heroicos miembros de la orden de los carmelitas descalzos de la Iglesia de España puedan ser prontamente declarados, si así lo tuviera a bien el Padre Santo, mártires de Cristo y de la Iglesia» Mientras se prepara un gran libro sobre estos mártires, las semblanzas escritas por el P. Herrera y la biografía valentiniana del P. Eusebio, que era el Prior de la comunidad toledana, ayudarán a identificarlos como grandes testigos del evangelio y, en concreto, de la vida religiosa.—JAM. 31.

GANDHI, M. K., La Verdad es Dios. Escritos desde mi experiencia de Dios, Sal Terrae, Santander, 2005, 230 pp., 13 × 20 cm.

El Mahatma Gandhi utilizó la prensa escrita con profusión para difundir su pensamiento sobre diversos temas: políticos, sociales, religiosos, etc. Es por ello que, para hacerse una idea general sobre el mismo, es necesario recurrir a síntesis más o menos extensas que agrupan por temas todo lo escrito por él en diversos medios y a lo largo de un período muy amplio de tiempo. El libro que presentamos busca hacer una presentación del pensamiento religioso de Gandhi, recopilando un gran número de textos que, a su vez, se agrupan en 42 capítulos. Como indica el título del libro, Gandhi definía a Dios como la Verdad. Los textos a los que accedemos en este libro nos explican, en primer

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lugar, qué sentido da el Mahatma a esta afirmación: al decir que Dios es la Verdad, le está señalando como sujeto al que nuestra vida converge, a la vez que sustento y razón de dicha vida. Para Gandhi, el hombre está llamado a cumplir una misión concreta en el mundo y debe cumplirla de una manera determinada, pues medios y fines están íntimamente relacionados y es imposible alcanzar estos si no se logran mediante un escrupuloso respeto de aquellos. La vida humana, por tanto, para ser vivida dignamente, exige una empresa de desvelamiento de su propia Verdad, y esa Verdad Gandhi la identifica con Dios mismo. Por eso tituló su autobiografía Historia de mis experiencias con la Verdad. Muy bien agrupados, los textos que el libro recoge expresan a la perfección este pensamiento religioso que sustenta todo el sistema gandhiano. En los primeros 10 capítulos encontraremos afirmaciones del Mahatma acerca de la naturaleza de Dios. Una vez conocida ésta, el hombre ha de disponerse a vivir según ella, ajustando su quehacer cotidiano, sea del género que sea, a la Verdad que es Dios: el desarrollo de esta afirmación y los modos en que Gandhi exponía el modo de concretarla lo encontraremos en los capítulos siguientes, en los que somos invitados a conocer la no violencia, la oración, el ayuno, la purificación, la común empresa de las formas religiosas concretas, expresión subjetiva de la única verdad objetiva que es Dios, la vida familiar, el trabajo, etc... Muchos aspectos de la vida de cada día se nos presentan, pues, bajo la óptica del Mahatma, como caminos a través de los cuales el hombre puede adecuar su vida a Dios, es decir, a la Verdad.

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Como cualquier elenco de textos, puede aducirse que, sacados de su contexto, ellos no nos permitirán hacernos una idea completa del pensamiento de Gandhi. Sin embargo no creemos que este prejuicio pueda tener un excesivo fundamento. Un estudio crítico del autor exigirá el acceso a su obra completa, pero la pretensión de este libro no es ésa, sino acercarnos al pensamiento religioso de Gandhi y mostrar el modo en que éste sustenta la forma concreta de vivir por él escogida y, sobre todo, la no violencia como único modo auténtico de praxis individual y social que se ajusta a la Verdad que es Dios. En ese sentido el libro alcanza plenamente su objetivo y permite al lector una aproximación a la figura de Gandhi en su vertiente religiosa, mostrando además que ella es fundamento de su vida y la empapa por completo, en todas sus facetas. Son muy útiles la cronología gandhiana, así como el glosario de términos indos y los índices analítico y onomástico que incluye esta obra. El lector podrá encontrar también una breve bibliografía de las fuentes de donde se toman los textos, toda ella en inglés.—EM. 32.

GAUTHIER, J., Thérèse de L’Enfant Jesús. Au Milieu des Homes, Parole et Silence, Paris, 2005, 134 pp., 14 × 21 cm.

Es sabido que, desde el año en el que se cumplió el centenario de su muerte, las reliquias de santa Teresa del Niño Jesús comenzaron una peregrinación mundial que se extiende ya a los cinco continentes; pues bien, el libro que presentamos es una crónica de la visita de las reliquias de santa

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Teresita a Canadá entre el 16 de septiembre y el 17 de diciembre de 2001. Como afirma el autor en la introducción, la visita de la Santa de Lisieux no es simplemente el paso de un relicario por distintas ciudades. Allá donde peregrina, la urna que contiene sus restos lleva consigo el mensaje de amor y esperanza que Teresa proclamó inspirándose en el Evangelio: Dios es amor y nosotros somos sus hijos. Con el fin de profundizar en esa intuición y hacer de la peregrinación de las reliquias de Teresa algo más que un hecho puntual y devocional, Jacques Gauthier ha realizado un diario del paso del relicario por más de un centenar de pueblos y ciudades del Canadá que no es una simple crónica, sino, sobre todo, una serie de meditaciones sobre la doctrina de Teresa que pone de relieve el impacto de su presencia como fuente de evangelización. Un libro de interés por cuanto nos muestra la validez pastoral y evangelizadora de la peregrinación de las reliquias; éste y no otro es el objetivo de quienes fomentan su presencia en las distintas diócesis y países y el libro que presentamos es un buen ejemplo de que, más allá de lo anecdótico, el paso de Teresa puede provocar una auténtica renovación en clave de Evangelio.—EM. 33.

GRÜN, A., Nuestro Dios cercano. Imágenes bíblicas de la Redención, Narcea, Madrid, 2005 (=Espiritualidad). 112 pp., 13,5 × 21 cm.

Antes de comenzar a comentar esta obra, hemos de advertir que está dirigida principalmente a los cristianos y, de entre ellos, a los que no acaban de

entender la redención de Jesucristo o bien la idea que se han formado de esa misma redención les produce cierto esclavismo y la consecuente pérdida de libertad. Para paliar esas consecuencias negativas provenientes de ideas erróneas, el autor pasa revista a todo el Nuevo Testamento explicando el concepto de redención cristiana presente en él (cf. pp. 21-100). Preceden, a esta explicación, unas pocas palabras sobre «la redención en el Antiguo Testamento» (pp. 13-19) y lo cierra, como ya es habitual en las obras del autor, una «conclusión» (pp. 101-108), algo más extensa. De ella entresacamos algunas ideas: «Las imágenes de la redención, muchas y variadas, nos llevan a la conclusión de que el misterio de la redención es demasiado profundo y rico para expresarlo en una sola frase. Es el núcleo de nuestra fe cristiana. Creemos en un Dios redentor y liberador desde siempre, que nos saca de nuestras angustias, nos libra de la mano de nuestros enemigos, viene en nuestro auxilio cuando ya no hay esperanza y no se ve más salida humana que la desesperación. Imposible la fe en el Dios de la Biblia sin cantar las maravillas de su redención. El mensaje de la redención responde a las aspiraciones de nuestros deseos más profundos. (...)» (p. 101). Grün observa atentamente la problemática de la redención y describe dos peligros: «Pero al hablar de redención hay que protegerse contra dos posibles peligros: uno es la obsesión por el pasado, el otro consiste en el error de limitar la redención a la cruz de Jesús considerada como un hecho histórico aislado» (p. 102). Esos peligros suelen venir a causa del lenguaje, del modo de presentar la redención, porque como él mismo afirma, «el

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mensaje de la redención apenas llega hasta la gente de hoy» (p. 107). Y por eso concluye: «Siempre tenemos la necesidad de descubrir o inventar un lenguaje capaz de hacer comprensible el mensaje y de llevarlo al corazón de las personas. Dos cosas son necesarias: esfuerzo para encontrar ese lenguaje y corazones dispuestos a dejarse interpelar por él. Yo mismo —añade humildemente el autor— no estoy seguro, al concluir este escrito, de haber usado ese lenguaje. Me doy cuenta de que a veces uso formulaciones religiosas congeladas sin acertar a traducirlas de manera que las entiendan todos» (p. 107), todos los cristianos al menos, deberíamos añadir. El lenguaje es la cruz y la gloria de todo escritor espiritual —y Anselm Grün lo es ya consagrado—, pero ahí es donde se diferencian unos de otros: los clásicos, los oportunos y los oportunistas. El autor, con estas reflexiones de carácter divulgativo y científicamente documentadas, viene a ser muy oportuno para muchos cristianos que no acaban de entender bien (por defecto o por exceso) qué es eso de la redención y cómo influye en sus vidas. Por eso, la lectura de esta obra es muy recomendable no sólo a sus lectores asiduos sino también a otros ocasionales a quienes interese «dar razón de vuestra esperanza» (cf. 1Pe 1,21) y profundizar, así, en su fe.—IHT. 34.

GRÜN, A., La oración de cada día. Orar por la mañana y por la noche los siete días de la semana, Sal Terrae, Santander, 2005 (=ST Breve, 49). 128 pp., 11,5 × 20 cm.

Podríamos decir, al comentar este libro de A. Grün, que se trata simple-

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mente de una recopilación de oraciones para cada día de la semana (dos por día) más otras dos que se pueden emplear en cualquier ocasión; y como colofón, un pequeño comentario al padrenuestro, la oración de oraciones para todo cristiano. Y diciendo sólo esto nos quedaríamos en la estructura del libro pero no habríamos entendido el porqué de su contenido. La razón de esta obrita se dice al inicio: «Con las oraciones que he escrito desearía ayudarte a expresar los pensamientos que tú tienes y para los que muchas veces no encuentras palabras. (...). Por eso en estas oraciones he querido ofrecerte palabras con las que puedas decir a Dios lo que sientes» (p. 5). Y, sin embargo, en esta explicación reside una pequeña falacia que perdonamos a su autor; a saber: estas oraciones van dirigidas a los que no saben expresar sus sentimientos hacia Dios, pero ellos viven bloqueados en su interior, presas de infinitud de complejos, ignorancias y obsesiones paralizantes que les impiden, precisamente, orar; y, por ello, no podrían decir esas mismas palabras que les ofrece el autor, porque antes de la palabra viene el pensamiento y, antes aún, la voluntad de vivir y desarrollarse. Y esto es lo que precisamente tienen paralizado. Por tanto, los valores de vida que pretende transmitir —sin decirlo— este monje benedictino con sus oraciones, con el fin de desbloquear la voluntad de sus lectores, son los siguientes: el descanso, el abandono (a Dios), el centro, la confianza (en Dios y en uno mismo: autoestima), el silencio, la consciencia de las cosas, la bendición, la aceptación, el amor (de Dios), la apertura, la sanación, la transformación, la unidad, el agradecimiento, la presencia (de Dios), el optimismo, la

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gratuidad, la felicidad, el desprendimiento, el encuentro, etc. Así podemos entender mejor cómo un psicólogo religioso-espiritual se pone a escribir unas oraciones que aparentemente son bien simples y que, por el contrario, poseen en su interior unas cargas de fondo llenas de bien y de paz para todos los necesitados de oración y de trascendencia, incluso los que se han desentendido de Dios por falta de voluntad propia, por miedo a sí mismos o por la falsa creencia de que tendrán entonces (al orar) que abandonar su libertad. Nada más lejos de la realidad que pretende mostrar a las claras y muy positivamente el autor, para todo aquel que quiera escucharle.—IHT. 35.

GRÜN, A., Para que tu vida respire libertad. Ritos de purificación para el cuerpo y el alma, Sal Terrae, Santander, 2005 (=El pozo de Siquem, 172). 176 pp., 13,5 × 20 cm.

El autor aborda, una vez más, una cuestión fundamental tanto para la psicología como para la espiritualidad de todos los tiempos: la purificación como medio y la pureza como fin (aunque no absoluto). Él parte del ideal de pureza propuesto a mediados del siglo XX (la vivida en su niñez y adolescencia) con la figura de María Goretti, ideal algo manipulado y exagerado. Luego explica algunos casos de purificación que han llegado a sus oídos y se propone «indagar cómo se ha entendido el tema de la pureza y la purificación a lo largo de la historia de las religiones [cap. 1: pp. 19-25], en la Biblia [caps. 2-3: pp. 27-46 y pp. 47-58] y, sobre todo, en la tradición mística [cap. 4: pp. 59-79; cap. 6: pp.

87-109]» (p. 16), con el propósito de «conectar con el anhelo de pureza y transparencia, de libertad y limpieza que sienten tantas y tantas personas» para «que sus lectores y lectoras encuentren el camino que les permita volverse puros y limpios, de suerte que sus vidas respiren libertad» (p. 18). También trata el asunto desde la psicoterapia (cf. cap. 5, pp. 81-85: «La catarsis en psicoterapia»). Como se puede observar, los capítulos dedicados a los místicos (4 y 6) son los más amplios. Después aborda los ritos de purificación a lo largo de 50 páginas, lo que supone casi un tercio del libro (cap. 7), para terminar en «la cima de la purificación» (cap. 8: pp. 163-167), con una breve conclusión y una mínima bibliografía. Agradecemos a Anselm Grün su interés y su dedicación por intentar actualizar un tema de la vida espiritual tan antiguo como el de la purificación (los autores clásicos, por ejemplo, hablaban de la «vía purgativa»). Quizá el hecho de presentar este tema «para el cuerpo y el alma» pueda influir en que algunos sigan pensando que el ser humano está dividido en dos partes y no que es una unidad. Quizá, digo, se podría haber presentado el mismo tema en clave de «purificación integral», siguiendo el modelo de otros ámbitos como la enseñanza o el pensamiento (en los que se habla de formación integral, de desarrollo integral, de acción integral, etc.), para que nadie tuviera remotamente la tentación del dualismo o de la esquizofrenia antropológica. Pasando a comentar aspectos metodológicos, hay que notar que el autor ha incluido todas las citas textuales en el cuerpo del texto (y no en nota al pie de página), y además nunca cita las obras y el lugar de donde toma las

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ideas o las frases de los autores que más conoce (psicólogos y psiquiatras, principalmente C. G. Jung) tal vez porque prefiere ofrecer un libro espiritual y no una investigación en toda regla sobre temas espirituales; de hecho, la traducción española que comentamos está incluida en una colección ad hoc para su propósito. Hemos de reprochar levemente al traductor que si conoce traducciones actuales al castellano de la Vida de Antonio escrita por Atanasio (1994), así como de la Regla benedictina (2000), por el contrario no tenga noticia de las ediciones españolas más recientes de las Obras de San Juan de la Cruz, ya que cita una edición de 1960 cuando Grün emplea una alemana de 1994 (cf. «Bibliografía», pp. 173-174). Además, los artículos del Dictionnaire de Spiritualité, editado por los jesuitas franceses, no se cita por número de páginas sino por número de columnas. Por lo demás, seguro que esta obra clarifica a muchas personas los conceptos y las prácticas derivadas o dirigidas a la purificación; y por ello felicitamos al autor en su constante reflexión sobre temas espirituales de importancia en la vida cristiana.— IHT.

cánticos del Antiguo y Nuevo Testamentos, principalmente litúrgicos. El objetivo de nuestro autor es presentar una colección de plegarias que puedan servir como apoyo para la oración personal y de grupos y va precedida de una introducción en la que se nos invita a acogerlas como instrumentos válidos para la oración de interioridad. Se trata, pues, de un libro de gran interés para los grupos orantes y también para todas aquellas personas que quieran apoyar su oración personal partiendo de textos cuyo uso concreto facilita el hecho de que estén agrupados por temas, lo que es de gran ayuda para su uso en celebraciones litúrgicas y de oración. El valor literario de las plegarias es alto y, a diferencia de lo que ocurre con otras colecciones al uso, son profundas e invitan a la meditación. Saludamos la publicación de este volumen por su utilidad en la pastoral orante.— EM.

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Corría el año 1978 cuando el Centro de espiritualidad carmelitana (CESCA) de Caudete (Albacete) publicaba el librito titulado La Virgen del Carmen y las Coplas populares, y al año siguiente otro cuyo título fue La Virgen del Carmen en la Poesía española. Ambos forman en la presente obra de reedición como un díptico inseparable, en el que se explican mutuamente y se conjuga el anonimato de los copleros con el renombre de los poetas. Unos y otros, conocidos y

LOIDI, P., Mar adentro. Plegarias para orar, Sal Terrae, Santander, 2003, 366 pp., 13 × 21 cm.

Como su propio título indica, nos encontramos ante un libro constituido por plegarias agrupadas bajo 14 temas diferentes. Los 12 primeros capítulos recogen textos elaborados o recopilados por el autor para diferentes circunstancias, mientras que los dos últimos son una compilación de salmos y

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LÓPEZ-MELÚS, R. M.ª, La Virgen del Carmen en la poesía y coplas populares, Apostolado mariano-carmelita (AMACAR), Onda (Castellón), 2002. 224 pp., 12 × 21 cm.

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desconocidos, insignes todos, que han jalonado la historia mariana de España, y que han hallado en el padre Rafael María a un paciente recopilador. El fruto de ese trabajo de búsqueda de artículos y libros que otros eruditos hayan escrito con anterioridad, la transcripción de los versos que ha ido encontrando con el tiempo... todo ello es lo que se ofrece al lector o al consultor en este libro. No se trata de un diccionario, ni de una obra de investigación, sino de una interesante recopilación que siempre puede dar más de una sorpresa al sabihondo y más de una noticia al ignorante. Ésa es la gracia de obritas como la que presentamos, que sin buscar un puesto en la crítica ni pretender alcanzar cotas de popularidad, consigue ser muy popular entre las personas devotas y muy útil a la hora de buscar cierto autor o cierto poema, sobre todo cuando no se poseen las obras científicas de mayor calado y coste.—HT. 38.

LORENZO DE BRINDIS, SAN, Marial, María de Nazaret, «Virgen de la plenitud», trad. del latín por Augusto Guzmán Sancho y Bernardino de Armellada, introd., notas, revisión del texto por Bernardino de Armellada, BAC, Madrid, 2004, 694 pp., 13 × 20 cm.

La publicación de esta obra eleva muchos puntos el nivel de la riqueza bibliográfica de la «Mariología en la BAC», porque en este caso no se trata de una obra que aporte solo la explicación, o el comentario a unas cuestiones de la mariología, por importantes que sean. Este Marial de San Lorenzo «contiene toda la mariología», como afirmó el Papa Beato Juan

XXIII, en la Carta Apostólica en la que proclamó al Santo capuchino «Doctor de la Iglesia» en 1959. San Lorenzo de Brindis (15591619) es una figura eminente, que enlaza los dos siglos más importantes de la mariología, al menos de la mariología española: el siglo XVI y el XVII. Murió precisamente en 1619, cuando había cobrado ya un auge insospechado el movimiento inmaculista, que fue el motor más importante y efectivo del desarrollo de la mariología en España, a lo largo de todo el siglo XVII. Los méritos de la obra que presentamos hacen honor a las cualidades excepcionales de su autor, que mereció justamente ser declarado «Doctor de la Iglesia» en nuestros días. Tanto es así, que algunos de los mariólogos más destacados de la última época de la mariología, han glosado, y analizado puntualmente este «Marial», y —desde el punto de vista de su contenido doctrinal— lo han calificado como una obra «sólida, completa y genial». Incluso el P. Gabriel M. Roschini, formador de mariólogos y una de las figuras más destacadas de la mariología moderna, consideró a su autor como «el mariólogo más grande de su tiempo», a la altura —añado por mi parte— de su contemporáneo el franciscano Juan de Cartagena, autor de una obra de Homiliae Catholicae sobre los misterios y las fiestas de la Virgen María (1611), que constituyen también un compendio de mariología, según las exigencias de la época. No se pueden restar valores a la importancia del contenido de la obra del «Doctor Apostólico» San Lorenzo de Brindis, teniendo en cuenta la época y las circunstancias determinantes de la mariología de su tiempo. San Lorenzo de Brindis fue un predicador incansable, persuasivo, efi-

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ciente, que sabía acercar al pueblo la riqueza doctrinal de la palabra de Dios, y hacía vivir ante él, ávido de doctrina, la imagen de Jesucristo, de la Virgen María y de los Santos. Fue también un escritor prolífico, que dejó redactados muchos escritos de diversas materias. Sus obras vieron la luz muy tardíamente: tres siglos después de su muerte (1928 y ss.); pero, mereció la pena el esfuerzo hecho para dar vida a sus manuscritos. La obra que presentamos, la primera de la serie, publicada en 1928, tuvo una segunda edición en 1964, que indica la buena acogida que se le dispensó en el campo de la teología y de la predicación. Esta tercera edición presenta unas características particulares, en cuanto a la presentación del texto. Va precedido de una amplia introducción, obra del P. Bernardino de Armellada, del Instituto Histórico de Capuchinos de Roma, seguida de una nota bibliográfica. En esta introducción su autor hace una semblanza de la figura de San Lorenzo, como predicador y escritor mariano, y establece unas claves de lectura de sus sermones, para facilitar su comprensión. Tratándose de sermones marianos, resalta algunos temas particulares, que ponen de relieve el valor de sus contenidos, en el ambiente de su tiempo, destacando algunas líneas que definen la fisonomía espiritual y salvífica de la Madre de Dios. La obra tiene dos partes, divididas en diversas secciones. La parte primera recoge los sermones de «Alabanzas e invocaciones a la Virgen Madre de Dios» (siete secciones, y en total, 60 sermones). La parte segunda contiene los sermones en las fiestas de la Bienaventurada Virgen María (cinco secciones, y en total 26 sermones). Un inmenso caudal de doctrina mariana y

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mariológica, que interesa también a la cristología, a la espiritualidad, a la liturgia y a la historia de la predicación. Creo que es de agradecer al autor de la edición, y a la BAC, este esfuerzo por poner a nuestra disposición una obra de este género, tan valiosa para el conocimiento de la doctrina mariana y la historia de la mariología. Su ejemplo debería mover a emprender una labor que posibilitara la lectura y la consulta de tantas obras valiosísimas, similares a esta, como atesora la mariología española de los siglos XVI y XVII, muchas de ellas inaccesibles hoy aun para los mismos estudiosos y especialistas.—ELL. 39.

LOUF, A., Mi vida en tus manos. El itinerario de la gracia, Narcea, Madrid, 2004, 192 pp., 13,5 × 21 cm.

Entrevistado, entrevista, entrevistador. Este es el triple eje de esta obra que reseñamos. Contenidos, o episodios, de una singular entrevista entre Stéphane Delberghe y André Louf (monje trapense). Título y subtítulo nos indican, gráficamente, los dos enclaves de la obra. Más específico el subtítulo. La vida del autor transcurrida en las manos de Dios como fuente y molde de su gracia. Esto es lo que nos quieren reseñar entrevistador y entrevistado. A. Louf va desgranado la etapas por la que transcurre la vida del monje orante (el mismo autor) desde los primeros pasos (de duda y esfuerzo) hasta gustar la soledad, la comunión con los demás, la oración, la pobreza, el desierto, la llamada de la palabra de Dios, las constantes experiencias en las que se revela su gracia. No busquemos más. Estos pasos encierran el de-

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sarrollo de esta interesante entrevista. No es un catálogo de acontecimientos, sino un itinerario para recorrer. El entrevistador expresa este singular deseo que asumimos con interés: «¡Ojalá pueda el lector itinerante — dice S. Delberghe— entrar en la experiencia que se propone, y descubrir su fuerza vivificante! Así, estas palabras de vida enraizadas en la Palabra se conviertan en carne y vida». Para lograr el objetivo que el entrevistador se propone en esta obra, reseña sus contenidos fundamentales en estos apartados: Orígenes, Tradición viva, Solitario para Dios, Transmitir la vida, Elegir a Dios, De le gracia de la ilusión a 1a gracia de lo real (un gran capítulo, rea1ista y sincero), Desierto, obediencia, celibato, pobreza, Caminos de humanidad, Un corazón quebantado, La oración del corazón, Lejos del mundo y cerca de él, Testimonios de ayer, palabras de hoy (otro gran capítulo), Vida monástica y ecumenismo, El futuro de la Iglesia y del mundo. Del capítulo 2º acentuaríamos las pp. 36 y 37; del 3º las pp 42-45 y 47; el 4º merece una atención especial al tratar del acompañamiento espiritual. Para A. Louf, la noche ayuda al hombre a abrirse a su otro lado, a su cara escondida; se refiere a la dimensión masculina y femenina de la personalidad, y pide reconciliarse con ambos polos; todo contemplativo se convierte en un eminente experto en ateísmo; el trato con los demás nos convierte en conscientes de su soledad; el místico es quien siente ya, lo que el cristiano aún no; allá donde la razón se para, el amor penetra más a fondo, etc. Lean, pues, la obra surgida en una entrevista, pero cuyo contenido es la vida misma. Es un itinerario —vivido

por el autor— desde la gracia. Sus debilidades son también las nuestras. Su fuerza radica en las manos de Dios en las que ha colocado su vida, y en las que también están las nuestras. Buenos cimientos siempre para vivir.—IP. 40.

MALLEY, J.; MACCISE, C.; CHALMERS, J., In obsequio Jesu Christi. Cartas Circulares de los Superiores Generales O. Carm. – O.C.D. 1992-2002, Edizioni OCD, Morena (Roma), 2003, 192 pp., 12 × 19 cm.

Son nueve las cartas circulares que este libro contiene, emanadas del diálogo y buenas relaciones entre los superiores generales del Carmelo de la Antigua Observancia y del Carmelo Teresiano: John Malley y Joseph Chalmers por el primero y Camilo Maccise por el segundo. Está acompañado el texto de la obra con dos fotografías del P. Maccise y cada uno de los dos carmelitas en sus respectivos mandatos como superiores generales. La mayor parte de los textos son bien conocidos por los miembros de una y otra orden, y sin embargo alguno de esos documentos ha pasado desapercibido por esos miembros (al menos por el poco uso que de él se hace y las pocas o ninguna cita que de él se ven en los estudios que podrían citarlo). Se trata de la «Propuesta para uniformar la forma de citar la Regla carmelita», del 31 de mayo de 1998, solemnidad de Pentecostés. Podemos decir que el documento todavía no ha conocido su éxito entre los estudiosos de la Regla. Esperemos que para el 2008, su décimo aniversario, haya penetrado las capas doctas de estas órdenes.

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Los títulos del resto de textos oficiales son como siguen: «Fraternidades orantes al servicio del pueblo», con ocasión del V Centenario de la Evangelización de América (16.07.1992); «Volver al Evangelio. El mensaje de Teresa de Lisieux», en ocasión del Centenario de la muerte de santa Teresa de Lisieux (16.07.1996); «Una doctora para el tercer milenio», por el doctorado de la anterior y «Abiertos al futuro de Dios», con motivo de los 750 años de la aprobación definitiva de la Regla del Carmelo por Inocencio IV (ambos, el 1.10.1997); «Perder para ganar. El itinerario de la beata Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein)», por su canonización (9.8.1998); «Para cruzar la Puerta Santa. Vayamos como hermanos y hermanas al encuentro del nuevo milenio», con ocasión del Gran Jubileo del 2000 (14.11.1999); «Con María la madre de Jesús (Hechos 1, 14)», para celebrar los 750 años del Escapulario (firmado en Aylesford, Inglaterra, el 16 de mayo de 2001, fiesta de san Simón Stock); y «Para que el mundo crea (Jn 17-21). Once años de diálogo y colaboración O.Carm. – O.C.D. Balance y proyección», escrita para Navidad de 2002 y Año Nuevo de 2003. Todas las cartas circulares se firmaron en Roma excepto Con María la madre de Jesús. Éste es el contenido. El continente, por su parte, es limpio y a tono con la utilidad de los documentos expuestos. Es manejable, con los títulos de los textos referidos al pie, junto al número de las páginas impares. El único error grueso de concordancia es la equivocación de las cifras del índice final que hacen referencia a las páginas donde se hallan en el libro cada una de las cartas circulares. Abiertos al futuro no está en

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la p. 87 sino 73, Perder para ganar no en la p. 117 sino 119, la Propuesta para uniformar la forma de citar la Regla no en la p. 149 sino en la 125, Para cruzar la Puerta Santa no en la p. 167 sino 141, Con María la madre de Jesús no en p. 187 sin 157, y Para que el mundo crea no en la p. 213 sino en 177 (pues el libro tiene 192 págs.). Esto no quita un ápice de la utilidad para todos los carmelitas de este librito enjundioso. Las notas de cada una de las cartas circulares aparecen al final de las mismas y los textos están presentados con caracteres legibles y claros. Agradecemos a Edizioni OCD la traducción de esta obra que apareció originalmente en italiano, para que todos los lectores hispanohablantes puedan enriquecerse de la doctrina de los documentos oficiales aquí reunidos.—IHT. 41.

MESTERS, C.*, Junto a la fuente. Círculos de oración y meditación sobre la Regla del Carmen, Ediciones Carmelitanas, Madrid , 2004, 334 pp., 15 × 21,5 cm.

El subtítulo clarifica el contenido y el carácter de este libro del Carmelita Carlos Mesters y traducido por Fr. José Donaire González: Círculos de oración y meditación sobre la Regla del Carmen. Porque el libro nos trasmite la finalidad, y el método que se sigue en esas reuniones que se organizan para profundizar y actualizar la Regla de Vida de los Carmelitas, la * Transcribimos de nuevo esta recensión por los fallos que aparecieron en el número anterior de Revista de Espiritualidad en relación con el Autor de la obra.

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Regla es la fuente en torno a la cual se reúnen y meditan los y las carmelitas para ahondar en su identidad y «hacer que cada una de nuestras comunidades sean una fraternidad orante y profética en medio del pueblo, y ... puedan fortalecer entre nosotros el espíritu de familia y la ayuda mutua en la realidad de nuestra misión aquí en América Latina» (p.12). El libro contiene una larga introducción y una serie de círculos. En la introducción (pag. 8-48) el autor estudia brevemente quienes somos los Carmelitas, una doble presentación de la Regla, la primera el texto de la misma dividido en capítulos y la segunda, una agrupación del texto bajo diversos epígrafes que dirigirán el trabajo de los círculos, una historia sintética de la Regla desde su aparición como Fórmula de vida en 1207 hasta su aprobación como Regla de la Orden de los Carmelitas en 1247 por el Papa Inocencio IV y con ella de la propia Orden Carmelitana con su paso a Occidente. Termina la introducción con la exposición de la dinámica de los círculos, un índice de los mismos, y una serie de cánticos útiles, aunque solo indicativos, en la celebración de dichos círculos. Cada círculo consta de una apertura-ambientación, tres momentos y una acción de gracias. Expone lo que cada uno de estos apartados contiene. Cada círculo reflexiona sobre uno o varios números de la Regla, y algunos números dan materia para varios círculos. A partir de la pagina 49 ofrece el contenido de cada uno de los 23 círculos según la dinámica que les caracteriza. Resaltamos la ayuda que supone para profundizar en el contenido de la Regla el contexto histórico doctrinal que ofrece cada círculo, dándonos información sobre la historia y la espiri-

tualidad. La obra se cierra con un apéndice que ofrece diez puntos sobre el método y lectura mística de la Biblia.—SF. 42.

RENAULT, E., Ce que Thérèse de Lisieux doit à Jean de la Croix, Cerf, Paris, 2004, 220 pp., 13,5 × 21 cm.

Buen conocedor de la doctrina de santa Teresa de Lisieux, el carmelita francés E. Renault nos presenta en este libro un interesante estudio sobre su figura en relación con san Juan de la Cruz. Teresa misma afirma en su autobiografía haber tenido una gran influencia del Santo reformador del Carmelo. En el ambiente del Carmelo femenino francés, Juan de la Cruz era mucho más conocido que santa Teresa de Jesús. Pero es que, además, un acercamiento a su obra permite descubrir en la espiritualidad teresiana vinculaciones muy fuertes con la doctrina sanjuanista, hasta el punto que es posible afirmar que la doctrina de Teresita es una explanación vital y sencilla de la expuesta por san Juan de la Cruz. La presentación de nuestro autor es sumamente original: se trata no sólo de mostrar las afinidades de la espiritualidad de maestro y discípula –el modo común de abordar este tema-, sino de poner de manifiesto la profunda afinidad espiritual y vital que existe entre ambos santos carmelitas. Salvadas las diferencias culturales que los rodean, Juan de la Cruz y Teresa del Niño Jesús se identifican como santos entregados al Amor que realizan en su vida mediante el seguimiento del ideal del Evangelio. La profusión de temas comunes no es, para Renault, fruto de un aprendizaje que

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Teresa habría hecho de la doctrina sanjuanista, sino de una profunda comunión espiritual y vital. Más que aprender del Santo, Teresa ha encontrado en él un alma gemela, alguien que le muestra realizado el camino que ella intuye, un padre del que ser hija espiritual o, mejor, un hermano del que ser hermana. Entre Juan de la Cruz y Teresa hay, al decir de nuestro autor, que compartimos, una historia de encuentro más que una de magisterio. Así, de la mano de la vida de Teresa, el P. Renault nos va narrando la aventura de ese encuentro, los modos y lugares en los que Teresita va topando con la doctrina de Juan de la Cruz y va descubriendo en él un eco de sus propios sueños hecho realidad. De esta aventura son testigos excepcionales los escritos teresianos, que el autor rastrea buscando en ellos indicios de la comunión de ambos santos, de los temas por ellos compartidos y las maneras comunes de abordarlos. Recomendamos la lectura de este libro por su interés para el conocimiento de una relación tan esencial para comprender a Teresa como la que mantuvo con Juan de la Cruz.— EM. 43.

RYKWERT, J., La idea de ciudad. Antropología de la forma urbana en Roma, Italia y el mundo antiguo, prólogo de Eugenio Trías, Sígueme, Salamanca, 2002 (=El peso de los días, 30), 296 pp., 17,5 × 25 cm.

El autor, Joseph Rykwert, es uno de los más afamados y prestigiosos historiadores de la arquitectura. La mayor

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parte de su vida la ha dedicado a la enseñanza universitaria en Europa y Estados Unidos. De hecho, el original de la obra que presentamos está escrito en inglés (The Idea of a Town), publicado ya en 1976 y reeditado en 1988. Aquí tenemos la traducción española que llega a distancia de casi treinta años. Tiempo suficiente para que el autor se haya convertido en un clásico de la historia de la arquitectura y aquí, en España, se hayan dignado a introducirlo en las listas editoriales de autores cuyas obras resulta interesante publicar. En 1972 otra editorial española (no confesional) publicaba uno de los primeros estudios de Rykwert, como lo fue La casa de Adán en el paraíso: la idea de cabaña primitiva en la historia de la arquitectura (Barcelona, Gustavo Gili). Como vemos, pues, este autor se ha empeñado en investigar las ideas en el ámbito de la arquitectura. En consecuencia, ha debido introducirse en disciplinas muy humanísticas, tales como la filosofía, la antropología, la etnología, la arqueología, la sociología, la historia del pensamiento, etcétera. En esos ámbitos se adentra también el libro que presentamos, La idea de ciudad. Transporta al lector a la Urbe, la eterna Roma, de modo que asista a su fundación; ésta se trata en el primer capítulo: «Ciudad y rito: Roma y Rómulo» (pp. 39-54), en el segundo: «La ciudad y el solar» (pp. 55-87) —donde se analiza la elección del solar en el que se fundará la ciudad— y en el tercero: «El cuadrado y la cruz» (pp. 89-117), en que se investiga el porqué de la forma de la ciudad. En el capítulo siguiente (el cuarto), el autor amplía el marco de visión y su análisis se dirige hacia los límites

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de la ciudad: «Guardianes del centro, guardianes de los límites» (pp. 119179). En el quinto capítulo se presentan «Los paralelos» (pp. 181-208), es decir, aquellas otras experiencias a lo largo y ancho del mundo que se dieron antes o después de Roma en torno a la fundación de una ciudad o, al menos, de algo parecido a lo que hoy entendemos como ciudad, bien fuera un poblado, una aldea primitiva, un asentamiento de tipo sedentario y organizado, etc. La idea de ciudad es lo que busca el autor, así que tiene que vérselas con la paleografía, la numismática, la sigilografía, el análisis detenido y pormenorizado de los restos arqueológicos, la transcripción de inscripciones —cada cual más rara y estrambótica—... Todo ello lo ofrece de un modo altamente pedagógico, acompañado desde el principio por imágenes que tienen su explicación al lado y que orientan al lector, siempre profano en la materia, ya que sólo existen unos pocos especialistas que han tenido el valor de investigar y estudiar todos los documentos y monumentos a los que el autor ha tenido acceso personal y pacienzudamente. Rykwert, además, entra en discusiones que a nosotros pudieran parecernos diatribas sin fundamento, pero que en su esencia exponen diversas visiones y concepciones de un mismo hecho (interpretaciones) o, sencillamente, proponen hipótesis que necesitan de fundamento histórico verificable. Así funciona toda ciencia desde la Ilustración. Pero por muy ilustrado y liberal que uno sea no hay modo de abordar una cuestión tan crucial como la idea de ciudad si no es partiendo de la religión, de la religiosidad esencial al hombre, del deseo de trascendencia

que habita en él desde su misma concepción, de lo cual el mismo autor presenta restos y documentación diversa que lo afirma y explicita. Por eso recensionamos un libro como éste en una revista como ésta. Porque la espiritualidad está presente hasta en la idea de la ciudad. El último y brevísimo capítulo del libro (el sexto) es del todo sugerente, ya que va dirigido a las mentes de los lectores urbanos de nacimiento, de constitución y de creencia. Su título ya es interpretativo: «La ciudad como un mal curable. Ritual e histeria» (pp. 209-215), en donde pone en diálogo la ciudad antigua, milenaria, con la ciudad contemporánea, sacando a la luz el influjo que la ciudad puede tener en la psique humana (cita, entre otras, las investigaciones de Freud en este campo) y confrontando, como a lo largo de toda la obra, unos ejemplos y otros de ciudades, sacados de estudios específicos que el autor ilumina con tino en su reflexión. Una conclusión y varios índices finales ponen el colofón a una obra bien escrita, bien presentada, bien encuadernada y bien diseñada, que no tiene desperdicio alguno y que, aunque dirigida a un grupo de lectores no demasiado amplio, produce cierto gozo y algunas reflexiones según sea el ámbito de lectura de esos lectores. Lo cual ya es mucho para un libro de estas características, puesto que cumple con la función sociológica de producir en los lectores el quid del pensamiento que es la reflexión, la meditación, la provocación de ideas que llevan a otras ideas y, quién sabe, a una idea de ciudad más acorde al ser humano que, en definitiva, es quien la funda, quien la conforma, la ordena y para quien está pensada.—IHT.

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VÁZQUEZ BORAU, J. L., Teresa de Lisieux. Un camino evangélico para el siglo XXI, BAC, Madrid, 2003, 129 pp., 14 × 20,5 cm.

La enorme fecundidad de la figura de Teresa de Lisieux es una invitación constante a la realización de estudios que analicen su vida y su obra desde diferentes puntos de vista. Recientemente declarada Doctora de la Iglesia por Juan Pablo II, santa Teresa del Niño Jesús ofrece a la Iglesia y a la Humanidad un testimonio auténtico de vida cristiana que es profundamente evangélico y de enorme valor. J. L. Vázquez intenta en su libro, precisamente, hacer una presentación en clave evangélica de la doctrina de Teresa, proyectando su ser y su mensaje hacia el siglo recién comenzado. De santa Teresita se ha dicho que de su mano es posible volver al Evangelio. Efectivamente, en contraste con una espiritualidad demasiado centrada en las propias obras, conflictiva con su entorno sociopolítico y, con frecuencia, victimista, Teresa ha desarrollado la suya propia, de raíz hondamente evangélica, inspirada en la misericordia de Dios que ella ha experimentado personalmente y que, a través de la lectura de los evangelios, reconoce personificada en Jesús. Esta es la intuición que sostiene el desarrollo de nuestro autor: la seguridad de que la doctrina de Teresa es eminentemente evangélica y, por ello, puede ser expuesta a la luz de la bienaventuranza que es el Evangelio. De hecho el capítulo X del libro –segundo de la parte dedicada a la doctrina de Teresa-, anuncia en el título una presentación de la espiritualidad de Teresa de Lisieux en el marco de las bienaventuranzas de Jesús; creemos,

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sin embargo, que el proyecto así presentado no se cumple en las páginas que siguen, pues el autor no ha buscado tanto enmarcar la espiritualidad de Teresa en las Bienaventuranzas de Jesús, cuanto enumerar unas nuevas bienaventuranzas de sabor evangélico pero plenamente inspiradas en la doctrina de Teresita; es decir, que se recrea el mensaje de los Evangelios a la luz de la espiritualidad teresiana, con lo que el estudio se aleja de la originalidad que prometía el título de este capítulo. Uno de los elementos más valiosos del libro, prologado por J. F. Six, es mostrar la figura de Teresa de Lisieux como mística. En demasiadas ocasiones se confunde al místico con una persona abierta a fenómenos extraordinarios y alejada de la vida normal de los creyentes. Nuestro autor remarca con acierto que la mística es, ni más ni menos, que la vivencia actual, la experiencia personal, de la verdad del Evangelio. En ese sentido Teresa de Lisieux es una mística de modo pleno y su experiencia mística es un camino evangélico perfectamente transitable por los hombres y mujeres de nuestros días, pues no consiste en hechos extraños, sino en abandonarse en manos del Jesús de los evangelios para que él nos lleve al amor misericordioso del Padre. El autor muestra un buen conocimiento de las fuentes teresianas –en concreto, son constantes las referencias a Juan de la Cruz-, y acompaña el estudio de la espiritualidad de Teresa de una presentación muy correcta del ambiente histórico – filosófico y la vida de Teresa, así como de su vida, su cronología y sus escritos. Esta parte introductoria es, quizás, demasiado extensa en relación al conjunto del libro y, quizás, podría reordenarse o

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incluso haberse obviado, por el gran número de estudios que existen ya sobre este tema, salvada la exposición de las corrientes filosóficas contemporáneas de Teresa, que nos parece el punto de más interés de esta parte introductoria. Igualmente, como capítulo final del libro, es valioso el encuadre de la doctrina teresiana en nuestros tiempos de pensamiento posmoderno. En suma, un libro de lectura interesante –prologado por J. F. Six- por lo que supone de actualización de la doctrina teresiana como doctrina evangélica y eminentemente mística, pero cuyo título despierta algunas esperanzas que no son del todo satisfechas. Ojalá nuestro autor retome con más extensión el tema en un futuro no muy lejano.—EM. 45.

TOLIN, A., De la montaña al llano. Claves para el encuentro con Jesús, Narcea, Madrid 2003, 116 pp., 13,5 × 21,5 cm.

Claves para el encuentro con Jesús, nos parece excesiva su expresión; claves para un encuentro, nos parece más exacto. Lo que nos parece más pedagógico y desafiante es el título de la obra: De la montaña al llano. Si no se baja no se realizará el encuentro con Jesús que el autor propone como meta de su obra. Por otra parte, sin olvidarnos de 1as aportaciones que nos brinda toda la obra, el encuentro que propone se realiza en otras pistas que reseña A. Tolín a través de la obra: Primeros pasos, De la montaña al llano, Hacerse como niños, Vivir en nuestro mundo, Estar alegres, Establecer nuevas relaciones, con el Epílogo: llamados a crecer.

Las nuevas relaciones que el Autor nos propone se concretan en: relaciones con la naturaleza, relaciones con uno mismo, y relaciones con los demás. Exacta labor del llano y no de la montaña. Desde una perspectiva más amplia acentuaríamos también las siguientes pistas: «Hay un momento de la andadura cristiana que podríamos calificar de pre-cristiano y es el inicio, la iniciación cristiana. Parece que en los últimos tiempos hemos perdido o disminuido la realidad y la importancia del proceso de iniciación. Así nos encontramos con cristianos que, o nunca se han iniciado como tales o que su iniciación ha sido muy deficiente, a trompicones y sólo gracias a Dios». Y concluye: «Necesitanos, pues, iniciar en la andadura cristiana a unos cristianos que se suponen ya iniciados». Esta obra de A. Tolin ayudará a tener en cuenta este momento precristiano y los pasos siguientes. Si mal empezamos, el progreso se aborta... y la meta no se alcanza. Construir sin cimientos es como arar en el mar. Las bases fundamentales, las pastorales —dice A.Tolin—; después, las doctrinales. «Hay que desarrollar una fe en el Dios de Jesús, en el Dios del llano, que camina y se encuentra donde tenemos edificada nuestra vida» (p. 10). Ahí se realiza el verdadero encuentro. Desde la infancia y en la infancia; no antes de ella. Caminar y crecer en ella. La obra de A. Tolin no es un tratado de nada, ni pretende redondear las cosas que se tratan. Más bien se ofrecen ideas, sugerencias, reflexiones, intuiciones, meros planteamientos... Una buena obra, gratificante y estimulante. Mana de la experiencia pastoral, no de un gabinete alejado de la vida.—IP.

REVISTA DE ESPIRITUALIDAD, 64 (2005)

46.

RODRÍGUEZ, J. V., La sonrisa interminable de Dios. Biografía de la Hermana María Cristina de Jesús Sacramentado (Cristina de los Reyes Olivera) carmelita descalza (1890-1980), EDE, Madrid, 2005, 456 pp., ilustrada, 13 × 22 cm.

Acaba de abrirse el Proceso de beatificación y canonización de la protagonista de esta obra. El libro consta de 24 capítulos con un prólogo clarificador. Se cierra con un Epílogo escrito por el famoso P. Ismael Bengoechea (+ 10-I-2005), en el que se hace una presentación muy elogiosa de la biografía, llamándola documentada, real, completa, válida. En la obra se trata de alguien que pasó por el mundo sonriendo y que sigue haciéndolo y transmitiendo el evangelio de la paz y la alegría desde el sacramento de su sonrisa. El autor acierta de lleno al titular el libro: La sonrisa interminable de Dios. M. Cristina nació en Sevilla; se crio en Huelva y después de haber estado en la fonda Ávalos de la capital onubense, entró en enero de 1921 en el Carmelo descalzo de Ogíjares (Granada). De allí pasó a San Fernando (Cádiz) en 1946 como una de las fundadoras de aquella casa, donde murió en 1980. Figura singular. Rodeada desde su juventud de la fama de «alguien extraordinaria» por los favores celestiales que se salían de lo corriente: visiones, revelaciones, asunción empática de dolencias y enfermedades ajenas, etc., etc., tuvo que pasar por esto mismo y por la fama de santa que la rodeaba por no pocas tribulaciones. La verdad de su vida de seguimiento de Cristo no se basaba en ese trasmundo sino en la solidez de sus virtu-

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des, bien acrisoladas. Su lema repetido mil veces: «Orar, callar, sufrir», lo va sembrando a voleo, escanciando su sonrisa en esos tres verbos emblemáticos con los que se teje su vida. Su espiritualidad se sustancia en la oración, en el silencio fecundo, en la cruz que la llevaba a la luz. Uno de los mejores capítulos del libro viene a ser el 21: Lo extraordinario en la vida de Cristina, en el que con buen pulso y equilibrio se trata ese tema tan delicado. De temperamento artístico como su padre y de inteligencia despierta, pero iliterata y con bien poca formación cultural, supo vivir a fondo las verdades de la fe. Las gentes venían a ella en busca de consejo y de orientación en las dificultades individuales y familiares de la vida. Su bufete fue el locutorio conventual donde consoló e iluminó a tantísimas personas. Desde su correspondencia abundante, con la que estimulaba la caridad de los bienhechores llamándose «la mendiga de Jesús», alentaba a los destinatarios al cumplimiento de sus deberes cristianos y a ser santo. Se trata, el libro lo muestra con toda diafanidad, de un testimonio vivo y verdadero de la alegría con que se ha de servir a Dios. Su gran arma es la confianza en Dios y la red para conquistar almas para Dios es su sonrisa, sonrisa interminable porque era trasunto de la sonrisa de Dios. Quien recorra este libro entenderá perfectamente lo que dejó dicho Martín Descalzo: «Si yo tuviera que pedirle a Dios un don, un solo don, un regalo celeste, le pediría, creo que sin dudarlo, que me concediera el supremo arte de la sonrisa. Es lo que más envidio en algunas personas. Es, me parece, la cima de las expresiones humanas».—JAM.

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