1995: Espacios de Género. Universidad Nacional de Rosario, Rosario. Libro coordinado por Héctor Bonaparte, Gabriela Dalla-Corte Caballero, Elvira Scalona, Marcelo Ulloque

September 25, 2017 | Autor: G. Dalla-Corte Ca... | Categoría: Estudios de Género, Historia de América, Género, Historia Contemporánea
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Descripción

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María José llillorou Zulma B. Cabaliero Hilda Beairiz Garrido ¡JeBiazzo Nlarta Bartrieri de Guardia Nt¡rma Ben Altabef Alcira A. cle López García Marcela Flstlr Franco Nora Graciela Pulido Liliáns Ret{y Romero Catrrera Lea Fletcher María Silvia Di Liscia Susana Fioretti July Cháneton Bibiana del Bruto Lidia G. Acuña Lucía N. Aiello Marisa E. Avogadro Thomé María Gabriela lVlizra.ie Leyla F'lores Morales Celia Guevara María Marta Lupano Renée Girardi Brisa Varela Nidia S. Tadeo Marcelo Ulloque María Herminia ts. Di Liscia

Hilda Habicha¡'n María Emilia Llorente Emilia Yolanda Urquiza Norma Alvarez Elcira T,alazar dc F inc h{rrcel¡ }iari í)ian

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\'':,r¡eros E r¡ iz-'l "tglr

Maritza Carrasct, (i. Estella Cristina Salles Susana I). Murphv Matilde A. \'Iercado Susana

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l{aría Celia Brar o N{aría Estela Fernández

Alejandra Landaburu Gabriela Dalla Corte Ana María Teresa Rodríguez Graciela Batticuore

Lily

Sosa de Newton Consuelo Figuerca G.

Claudia Torre Ana Inés Cazale Claudia A. Etcharr¡ Teresa Suárez Ana Esther Koldorf Cecilia Lagunas

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III JORNADAS DE HISTORIA DE LAS MUJERES -

1994

ESPACIOS DE GENERO

TOMOI

Cenfro Rosarino de Estudio Interdisciplinario sobre las Mujeres Facultad de Humanidades y Artes - U.N.R. Rosario 1995

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O)TENSD EO SOIJVdSE

n6il - sEuEfoI^ü sv-I EC VIUOISIH ECI SVCVNUOf III

PALABRAS PRELIMINARES

La publicación de las ponencias presentadas en las III JORNADAS DE HISTORIA DE LAS MUJERES se propone difundir parte de las investigaciones sobre la mujer y el género que se están llevando adelante en Argentina. Las III Jornadas se desarrollaron enlre el 8 y el l0 & setiembre de 1994 en la Facultad de Humanidades y Artes & la Universidad Nacional de Rosario. Fueron organizadas por el Centro de Estudios Hisóricos sobre las Mujeres (CIIEM gue este año cambió su denominación por el de CREIM (Centro Rosarino de E*r¡dioe Inrcrdisciplinarios sobre las Mujeres). El nr¡evo nomb,re del Centro desea reflejar la consolidación de una perspectiva interdisciplinaria ya presente desde sus orígenes.

Las jornadas @ntaron con la participación de aproúmadamente 50 ponentes que han considerado a la mujer y al género como Qietos principales de zu prodrcción ac¿démica. La diversa procedencia académica e institucional de losexpositoresy expositoras constitryótanto un F¡nto sobre el cual trabajar para superar dificultades, oomo un incenüvo por la eústencia de numerosos enfoques y perspectivas que convergen en un mismo objeto. El encuentro dio la oportunidad de comprobar que las I Jornadas realizadas en Luján en 1990 constitrryeron un importante imprlso a un tema novedoso y prometedor en el área de las ciencias sociales. A&más hizo widente un desplazamiento del interés & la mujer al género, conceÉo que en los ulümos tiempos se ha corwertido en el eje del debate de las pollticas edrcativas nacionales. La publicación de los trabajos no int€nta oerrar el c¿mpo de análisis sino promover zu ampliación. En este sentido, el libro que se ofrece al lector representa un "espacio & géneIo" que aún está constrrryéndose.

Comisión de hrblicrción:

HÉtor Bonaparte Gabriela Dalla Corte Elvira Scalona Marcelo Ulloque

INDICE Tomo

I

PALABRAS'PRELIMINARES.....

.......Pá9.

5

INDICE

" " "' 'Pátg'

7

III

.. ---pág ll

JornadasdeHistoriadclasMujcrcs.....

MESAN'I ASPECTOS TEORICO METODOLOGICOS SOBRE LA PROBLEMATICA DEL GENERO

pitg. l3

GENERO Y CLASE: RELACIONES NECESARIAS lvlaría Herminia B. Di

Liscia.

.pá9.

15

páe.

2s

. 'pág'

33

pá9.

45

.

ALGI.JNAS CONSIDERACIONES ACERCA DE LA TEORIA DEL GENERO

HildaHabichayn..... REDES DE CONVERSACIONES PATRIARCALES Y COORDINACIONES CONSENSUALE S ENTR€ GENEROS

Lic. María Emilia

Llorente

..'

MESAN'2: GENEROY PODER. MUJER Y PARTICIPACION POLITICA:EI lugar de la mujer en la UCR MisionesLic: Emilia Yolanda Urquiza y Prof: Norma

Alvarez

. . . . .pág. 47

MUJEP€S. PODER Y POLITICA: LUCHA Y CONTRADICCION Conccjal Elci¡aZalazar de Fino

..

.p^9.

57

FEMIMSMO - FEMINEIDAD . A}ITÍI|EMINISMO EN LA ARGENTTNA DE LA SEGUNDADECADADEL SIGLO)CX

MarcelaNari..

DOS VERTTENTES DEL FEMINISMO EN CHILE: FEMIMSMO CRISTIANO Y FEMTNISMO LAICO I 9{N-I940. Diana Vcneros

Ruiz-Tagle.

.i.....'.P^9.69

..

.' . .'pá9.

79

LA HISTORICIDAD DE LO OCIILTO LA VIOLENCIA CONYUGAL Y LA MUJER EN EL CHILE TRADICIONAL

Mariv.aCarrascoc.....

pág. tl7

.MUJERES

CACICAS EN OMASUYOS A FINES DEL SIGI-O XVIII. UNA CUESTION DE LEGITIMIDAD. Estudio dc dos casos particulares".

Prof.EstelaCritinaSalles.

......pág.

LAS MUJERES HITITAS Y LA MAGIA DEL PODER. SusanaB Murphy

..

...

.

95

pá9. l{)3

MUJER, TRABAJOY PARTICIPACION GREMIAL: UN DESAFIO ENTRE LA TRASGRESION Y EL CONDICIONAMIENTO

Lic. Matilde A.

Mercado

. . pág. I I I

LAS MUJER.ES Y EL ESTADO. ARGENTTNA I87O-I9E9 Susana

Novick

..

.¡útg. 123

MORALIZACION Y CONTROL EN TUCIJMAN. LA MUJER EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XlX.

Marla Celia Bravo, María Estela Fernández y Alejandra

Landaburu

PARTICIPACION DE LAS MUJERES DE ELITE EN EL ESPACIO PUBLICO. UN ESTUDIO DE CASO (Rosario. segunda miüad del siglo XIX).

Prof.GabrielallallaCote.

SENTIR Y MITIGAR EL DOLOR. DE LOS DESAMPARADOS. Las damas de beneficencia y los sedores populares Ana María Teresa

Rodríguez

MESA

N'3:

ESPACIO PUBLICO Y VIDA

COT1DIANA

pág.

135

....pá9.

139

.

. . pag. 155

Pig.

167

.. .púrg.

169

..

EL TALLER DE LA ESCRTTORA: DEL SALON AL PERIODICO. ruANA

MANIJELAGORRITI Graciela

Batticuore.

*MANUELITA ROSAS: ENCARNADURA Y SIMBOLO DE UNA SOCIEDAD PATRIARCAL"

Lily

Sosa de

Newton

. . . .PÉtg. 177

EL HONOR FEMEMNO. IDEARIO COLECTIVO Y PRACTICA

COTIDIANA

ConsueloFigueroaG,....

......Fig'

185

DOMESTICIDAD Y AMERJCANISMO. A PROFOSITO DE LA ONDINA DEL PLATA Y EL PERIODISMO DE MUJERES EN EL SIGLO XIX. ClaudiaTorrc .

-

-. Pág.

195

LAS MUJERES Y LOS NIÑOS PRIMERO(S)... 8N EL ABANDONO. Ana Inés

cazale

""

LA MUJER LUCANA EMIGRADA: un universo &méstico Claudia A. Etcharry.

' Pág'

...

2o3

Pá9. 213

*LAS

HISTOzuAS DE VIDA EN LA HISTORIOGRAFIA DE LAS MUJERES. EL CASODE DOMITILA"

pá9. 221

Teresa Su.irez

*LA NUEVA POBREZA: MUJERES Y ESTRATEGIAS LABORALES" Ana Esther Koldorf

l.

pá9. 239

.

ASPECTOS DE LA SOCMDAD LEONESA EN LA BAJA EDAD MEDIA: ACTIVIDADES Y DERECHOS DE LAS MUJERES A TRAVES DE CONTMiTOS AGRARIOS DEL MONASTERIO DE SAN MARCOS DE LEON ( S. XrV-XVr )

Cecilial-agunas.....

9

..Pág.247

III JORNADAS DE HISTORIA DE LAS MUJERES ROSARIO 1994

Presentación e Inauguración: de las III Jomadas de Historia de las Mujeres a cargo de la Socióloga Hilda l{abichayn. Secretaria General del CREIM.

Conferencia Inaugural: a cargo de la Dra. Reyna Pastor.

VIGENCIA DE LOS ESTUDIOS DE GENERO Panelistas:

Hilda Habichayn Cecilia Lagunas Maria Celia Bravo Diana Maffña

Clrsur¡:

de las Jornadas a ca¡go de la Dra. Marta Bonaudo

1l

ASPf,CTOS TEORICO METODOLOGICOS SOBR"O LA PROBLEMATICA DEL GENERO.

Relatora: Teresa Suárez

Directora del Centro de lnvestigaciones Histórico Sociales

Mujer-FAFADOC-UNL

Coordinadora: Brisa Varela Universidad Nacional de Luján - Area de Estudios Historia de la Mujer

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GENERO Y CL\SE: REII\CIONES NECESARIAS María Hermini¡ B. Di Li¡cia (r)

l. Lgl matrice¡

de le Modernid¡d

El campo de las Ciencias Sociales y más particulannente el de la Sociología ha tratado el tópico de la estratificación y de las clases sociales haciendo omisión & la sitr¡ación de género. tos abordajes clásicos, tanüoel delvfarx como el dc Weber, aúncr¡ando hicieron ¡derei¡cie a la ondición de las mujeres, nofr¡eron retomadosen efta lftiea por quienes continuaron al eSr¡dio de las clases, y recién se vislumbra la importancia del género ligado al análisis de clases en los ulümos años. El propósito de esta ponencia es explorar algunas de las vinculaciones entre las rnciones de géneroyclar, entendien&qucambasson centralesen laconstiü¡ción delas relriones sociales, influidas y construldas en el proceso histórico. Se parte de la co¡vicción de qle ambas dimensiones de la üda social no son naturales, sino que resultan de l¿ int€raffión social, crigidas e ircesarlt€mente remodeladas, consecrrncia y al mismo üempo motor de la dhámica social. Las primeras formulasiones &r@ de las reflorion€s aoefca de las clases y del género su¡gen ügados a fenómenos contemporáneos: el sisilema capiulista, el pensamiento sociatista el surgimiento del feminismo. Frirtos de la modernidad, entr€ los que veremos encuentros y &sencuentros. A partir del esn¡dio y análisis &l capitalisrno, Mam elabora $r ¡eoría de las clases, la explotación y la lucha de clases. Como lo doq¡mentan varias de sus obras, la condición de las mujeres no estl¡vo a\rsetrts. Para el Socialismo la contradicción de género est¿ba s¡h¡mida a la de ctase. I¿ Revolución y el camtúo social darfa -por añadiúra- la emancipación a las mujeres. El Feminismo nrge

bde el espacio de la política, en el reclamo por la igualdad & &rwhc, lucha en la que las mujeres twieron su revés al pooo üempo. Este primer Feminismo, está h¡scando abrir lugar a las mujeres, para hacer escuchar su voz, oon escfitos y acciones qne aporecen discordantes y ontestatafias en la ruptura de las tradiciones ancestrales a4iudicsdas. Las primeras reflexiones orgánicas aoerca de la oondición de las mujeres en la sociedad, las a &nuncias de s¡ discriminacióny loe oonflictos porel cambio, prcoeden en algunas las cavilaciones marxianas acerqa de las clases, la oglotación y la teorla del valor. El ideal de ¡gualdad e derechoe se deriva de la ideologia de la modernidad sostenida por loe ñlósofos de la llustración, y para las primeras feministas co¡no lvfary Wollstonecraft debfa Ésoarse en el acceso a la eúlcación. De entre los ñlósofos de la @ca, sélo los escritos de

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C¡¡ftrwt

favoredan @ícitarn€nt€ la rcalización

Flodamúa que la sociodad

se

&

potiücas

& igwles delechos para

mujeres.

modiñcarla cr¡arido la berencia del iluminismo y de la razón

údi:ra

no sélo la esclavitudy el uabajo inhumano sino también las diferencias ertlrc varcnes (Espina, 1990). Ad como el Socialisrno se pronuciaba conua la pro¡úedadpnva@ el Feminismo interpreió pro$edad la n¡ixión que 106 var€úcs ejercÍan súr€ las mujeres. Desde la perspecli\a¡ lihal, tanto de Wollstomrañ como de J.S. Mill la eú¡cación era la llave para qpebrar ese

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sometimiento. Marx y Engels sostenian que la incorporación de la maquinaria a la industria posibilitará la incorporacién masiva de las mujeres al trabajo. lo que eliminaría las diferencias en la clasc obrera por mzones de edad y sexo. La penpectiva en torno a la cuestión femenina tanto del Socialismo como del Feminismo de corte liberal. secundarizó las ünculaciones entre la problemática del género y la clasc. Para los primeros, quedaba englobada en la contradicción de clase, para los segundos la igualdad pollüca y eórcativa hacla de la desigualdad una situación individr¡al. El género en ambos casos qu& ubicado en segundo plano, ya sea subordinado, o irlisibilizado. trara el Socialismo las desigualdades de género sc eÉinguirían c{rn el capitalismo, para el pensamiento liberal menguarían o aún desaparecerían con la igualdadjuridica. Sin embargo, en tanto se fire consiguiendo la igualdad ciudadana, Ia modernidad también ten&ia resultados para{iicos. f.a¡rionaluxión & la ecommía y el crecimiento &l ca¡italismo estimuló la segregación de las mujere's a la edera privada, a fin de re¿lizar el uabajo doméstico, y las exprlsó del trabajo asalariado (Faramio, 1988), instaurando la clásica división entre esferas pro&rctivas y reproórctivas. Sólo contadas expresiones denunciaron el confinamiento de las mujeres en el hogar, pero faltará aún mrrcho para que las tareas domésticas sean onsideradas trabaF. da economf4 la polltica, li¡ cultua, se integran dentro de un iámbito que s€ consüuye idealmente a partir de los aspectos Ébücos & la sociedad. For otro lado, por opoeición a la exterioridad del mundo prblico, se consfüye la privacidad del mundo doméstico, ámbito por excelencia de la familia. constitulda en torno a la comunidad de afectos y a la rcproúrcción social, la crianza y la primera eúrcación de loc hijos. (...) Esüa imagen de división ideal de la sociedad en ámbitos elrcluyentes pero complementarios se estabiliza. segun Eric Hobsbawn (1977), en la segunda mitad del siglo )(X, a partir de la difusión de la economía v la sociedad capitalista cuando srrge como tal la familia burguesau L La división prblico/privado. proórctivo/reproúrctiro suprimió a la familia como unidad económica de la sociedady repartió a las mujeres en función de su clase: las pobres al trabajo fabril o &méstico a domicilio, las hrguesas rcluídas en el hogar. En la visión de Ma\ Weber. una de las e-presiones que ha tomado la racionalización de la economl4 la cultura el conocimiento y la politica con el capitalismo, es la familia. La familia es una institución sen¡al así como ecolómica. I-a familia no es una mera agencia & socializ¿ción. sino que se basa en nna relación social estable, ¿ceÉada sociaknente, que hace posible que los niños sean admitidos como miembros de la comunidad económica. política y religiosa de zus padres y según la posición de ellos en la estratificación social. A partir & Ia consideración de la institución familiar, Weber se aproxima a la posición social de la mujer. 2. Sibien Weber relaciom lacondición &génerocon laclase. y admite diferenrcspositilidades. la matriz en la que se llevan a cabo estas vinculaciones es la familia. Establece que el modelo . .

16

histórico de familia no se desarrolla unilinealmente ya gue pue.&n observarse 3. Para la visión rnanristra, la familia del capitalismo es la familia bu¡guesa, fundada en el lucro privado, en el capitat, y se &nuncia que la clase capitalista tiene una moral basada en la prostitución y la propiedad & las mujeres: 15.

A fin de redlcir costos,

lias empresas

dejan de tomar

y establecen la relación laboral, -com mujeres- a &stajo y a &micilio, ya s€a para sctor rnanufactu¡ero o el de servicios. L¿ eponornia de fin de siglo muestra un nuevo tipo de precario desempeñado, en su mayoría por mujeres: el teletrabajo a domicilio. Estr¡dios empíricos indican (Castells. 1990) que en las sociedades indr¡striales avanzadas

rr&jadores

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Éjo -

cgá produciendo una bipolarización de la estructura ocupacional: aumenta el sector de a empresas de alta tecnología y por otro lado también

'iúsionales y tecnicos vinculados

Gntan

las labores menos calificadas y peor pagadas, la economía sumeryida y el trabajo a En esta dicotomización se eryresan también los componentes étnico y de género, ya mujeres y minorías ocupan los niveles inferiores. Fero la crisis ha presto al Feminismo, en una encrucijada, ya que tanto alude al ser varón como al ser mujer y que. en cambio, se refiere a lo o a lo alr¡dó a cohesionar a las mujeres, asi como a autovalorar zus propias acciones e ideas. También provocó el oscur€cimiento de la propia diversidad interna como grupo. La (15) La participación política y cl voto fcmenino fucron abiertamcnte discutidos tanto por las mujercs de la Unión Patrióüca (para las gue constituyó una reivindicación fundamental), como por las mujeres dc la Asociación Juvenil Católica Femcnina, y Ia Acción Nacional de Mujeres de Chile. EI derecho a sufragio fue abicrtamente exigido tanto para las elecciones municipales como para las nacionales. En relación al voto municipal (otnenido en 1935), las mujeres de la Unión Patriótica eran ya en 1926 particularmente críticas a una gestión exclusivamente masculina en los municipios. Mcios de (16). Desde un prnto de üsta social, las mujeres católicas abrazaron los postula&s de la Rerum Novarum y su llamado a la concordia de clases y a lajusticia, en el contexto de la así llamada chilena. Especial papel cupo, en este ámbito, a la Liga de Damas y a la Asociación Jwenil Católica Femenina. Esa ultima, no sólo enfocó la como una problemática econémica, politica y moral sino, alavez, dirigió su acción hacia los actores sociales más desvalidos frente a sus efectos: las obreras y sus hijos. La obre¡a era sometida a la explotación laboral y ergresta a la comrpción moral en los hacinados cités y en los centros nocturnos(17); los menores eran ahndonados por estas tnadres obligadas a trabajar. Tales problemas informaron la acción de la Asociación Juvenil Católic¿ Femenina, la qre abogó por mejores salarios y un trato digno para las mujeres trabaja&ras. Mis reformista que la Liga de Damas, esableció asimismo cursos de sindicalización ferneninos" creó escuelas vespertinas para obreras y fomentó los sindicatos católicos como un medio de elel'ación moral, profesional y económica para las trabajadoras. Abogó también por un igual salario para hombres y mujeres y por el respeto a la dignidad moral y fisica de la mujer en el mundo del trabajo.(I8) En general, el feminismo cristiano fue un fenómeno heterogéneo y muy expresivo de la tensión existente enúe las propias mujeres respecto de las fuerzas de continuidad y cambio a ellas mismas asociadas. A la vez fue, hasta ciefo prnto, de üpo reactivo. Apareció como opción alternaüva y"antagónica a la del feminismo laico. A ello cabe agregar, que la mayoría & las mujeres que abraiaron el feminismo cristiano pertenecieron a una elite dorada de lo que puede especularse hast¿ qué punto sinüeron oonrc suy:rs las reiündicaciones que enarbolaron y si es posible que hubienan asumido su feminismo más desde la perspectiva &l ser católicas que del ser mujeres. Lo anterior no dcsconoce, sin embargo. el sustantivo impdso que el feminismo c¡¡tólico diera al desarrollo de 'na auto-conciencia femenina en Chile. Por una prte, la labor de las mujeres católicas fue prolífica y excedió con cr@es el marco familiar tradicional en el cual la función fernenina era principalmente entendida. Por otra, no prede ser desoonocida en estas mujeres una aclitud y disposición expectantes frente a los cambios; aclitud que, en algunos casos ¿sí como en la posición frente a la üención de derechos cMles y políticos, por ejemplosc vació a un discurso fcminista beligerante muy en consonancia con el de las feminisüs

EI

laicas.

El Partido Cívico Femenino y el feminismo laico. En contrapunto con el feminismo de iglesia s€ yergue el feminismo laico, cspecilicamente feminismo del hrtido Civico Fenpnino (PC.F.) -una de vanas oryarturiones laicas exrstente$ en las primeras décadas del presente siglo. ¿Hasta qué punto fue este diferente del feminismo el

dc iglesia?

Haqa 1920, el espíritu de participacion fenrcnin laica en Chile había crisüali,ado en diversos organismos vinculados a intereses culturales, políticos y feministas. Desde l9l5 existía el Circulo de Lectura, integrado por mujeres de clase media. Crea& en 1919, como derivado del primero. el Consejo Nacional de Mujeres congtegaba a distinguidas paticiflntes, talcs como Amanda Labarca y Celinda Reyes(I9). Bajo el alero de la Gran Federación Obrera de Chile había surgido, asimismo, el Consejo FederalFenrenino(1917). Luegodefuncionard¡rantel9l7yl9lE,rezuryiríaconposterioridad a I 920 como Gran Federación Femenina de Chile y con una marcada orientación feminista(2f-t¡ Uno de los eryonentes más singulares de este importante espíritu asociaüvo fue la creación. en 1922, del Partido Civico Femenino. Animado de una ideologia feminista, el partido acogió el pensamiento que cristalizara en Europa bajo la inspiración del moümiento socialista(21) I que en su veliente laünoamericana reivindico +specialmente enfre las mujeres educadas de la clase media urban¿- la aspiración de lograr mris amplios derechos civiles para su sexo. a la vez que. miás tardiamente, el derecho a sufragio(22).

En 1922. en consonancia con lo anterior. las miembros del Partido Cívico Femenino en Chile (PC.F.) deñnían su postura feminista en torno al reconocimiento de los (23) de la mujer. Conscientes de la legitimidad de sus reivindicaciones argüían que ,..no contento conque yo lo mantwiera con mi ¡feF. el denochaba cuanto tenía en sus vicios. recibia golpes que solo un hombre como él podia dar.D(13) La critica a que el hombre no proporcionaba el sustento necesario para cl hogar (&biendo las mujeres trabajar para manten€r a los hijos) se presenta - aunque en distintas formas- en todas las clases sociales- En las poprlares se daba de rnanera más crítica. al constituir normalmente grupos al borde de la subeistencia. En las clases altas. el problema económico se agudizaba por la perdida de los bienes que la mujer aporüaba al matrimonio. conlle!'ando un &erioro del nivel de vida y &l estatus. Por ulümo, en menor gra&" se menciona en los testimonios el problema de la irreligiosidad &l marido, citada en 27 de los 427 casos de demanda por sevicia. Las qucjas aluden a mari&s qu€ no permitian a sus esposas ejeroer la religión. que blasfemaban en contra de Dios 1 de la Iglcsia. que se referían indignamentc a la l4rgen l- que no permitían que sus hijos fueran enscñados bajo el preceÉo católico. Qüeda en widencia a la luz de los testimonios que el problema de la üolencia coryugal eústió en el Chile tradicional con los mismos grados y formas de maltrato que se conocen hoy.Se dedrce de allí una eryeriencia femenina de agobio y apremio psicológico. propio de una relación de constante dewaloriz¿ción. Esta era sentida por la mujer - muy probablementecomo un de su autoestima y dignidad. A la luz de las fuentes se prede afirmar que la violencia marital se daba en todos los estratos sociales siendo -a la h¡z pública- en unos más evidente qu€ en otros. Por lo general, los rnatrimonios aqul analizados. eran de muchos años y con varios hijos. Se calcula. a partir de las fuentes, que el promedio de convivencia conyugal era de 12.6 años. La referencia atañe solamente a relaciones legalmente constituidas. quedando fuera de la mucstra aquéllas dc com'ivencia consideradas ilegales. En las fuentes, las mujeres maltratadas idenüfican una serie de acciones agresivas : insultos. humillación crlticas consüantes, desprecio, amenazas y forzamiento sexual. l¿ acumulación de éstas en la üvencia co.idiana llevaba en ffmitil'a al quebranumieilo aholuto & la voluntad femenina y a su sometimiento total , reforzado por una situación crónica de abuso. Sc p¡ede estableoer que no existeviolencia fisica sin que ésta indefectiblemente se inserte y genere en el seno de una üolencia nrás amplia y compleja. oomo es la del üpo psioológico v emocional. El abuso enocional hace &scender el nivel & la autoestima de la persona que lo

n¡frc.

92

En las fuentcs, este üpo de abuso se daba cuando el hombre insultaba y dewaloriz¿ba a la

mujer, le exigia total dpdicación , la aisl¿ba dc sus amistades o a veccs no le hablaba. t¿ situación se tornaba sin dr¡da crltica, scgun lo demuestran las siguentes quejas: MujeryTrabajo: las Detegadas obrer¡e¡. 1992. tldalild€ IIBACIT. L¡¡itrlodehverigrci, Buenos Aireq Anorrortu. - Cruznm. Vtrginia y Patricia Poltoc¡rrero. (1985) (

ló)

EntonúEs, la caridad organizfu no desempeñó una función simplemente asistencial, a & los sectores (Lo Alborada del Plato) La crónica de viaje y el relato literario. a mitad de camino entre la información y la ficción. pueden leerse como ensayos. en el interior del periódico. del modelo de literatura alentado por Gorriti. Lugar para las reflexiones a@rca de la necesidad de integración de la mujcr a la ed¡cación y a la producción literaria, lugar para crear la conciencia del sujeto americano. el periódico contribuye a la realización de esa meta: (el folletín del diario es el primer elemento para iniciar la campañu. afirma la directora. Es prccisamente en este F¡nto, el de la producción específicamente literaria. donde el lugar & la mujer adquiere rnayor protagonismo. Como en las terh¡lias, su inserción en el espacio p{rblico no implica la actuación en el terreno políüco. Sin embargo, en La Alborada... .el debate sobre la necesidad & dade instrucción a la rnujer esui más dirigido a formar futuras escritoras, que a asegurarse buenas madres y excelentes espos:rs. Aunque las columnas & La Alhorada tampoco alientan la participación políüca de las mujeres. al menos. el perfil de la de novelas y folletines. va imponiéndose con firmeza por encima &l de la lata y postcriormcnte La Alhorada Literaria del Plata, que con una circulación contincntal más afianz¿da aún, va a continuar hasta 1880. inaugurada la nrás prolíficÍ¡ ctap dcl periodismo Es dccir quc con La Ondina del I'lata dc mujeres del siglo )üX. En el prcsentc trabajo sugerimos que las frontcras de las hcterogéneas sccciones que constituyen la publicación de La Ondrna dcl PlaU sc velaban. El dibujo que cra simple figurín & moda deviene ilustración del relato literario, las voces de las mujeres clamando por su derecho a la educación son acompañadas polifonicamente por el sonido de sus botines con taco, el tinte oscuro de su I'estimenta, oscurece al mismo ticmpo las reglas que sostenían una melodramática y artificiosa literatura que ya no quieren leer. Eó¡arda Mansilla llana (oilette litcrariu a las pruebas de corrección de un tcxto. En la sección de modas, Lelia parafrasea los slogans del socialismo europeo para abolir los miriñaques rosistas. lvfaría Eugenia Echenique promueve los beneñcios de 224 Reclama ahi su derecho a organizarse, pero no siente igualdad oon esas mqicres burguesas que > p.227 . A su regreso a Bolivia, Domitila fue inütada a participar del Congreso de Cororoco como rcpresentante &l comité. Plantea el problema de las viudas que üenen pensión solo 5 años despás de la muerte dcl marido. Ella piensa, sin embargo, en la viudez oomo una etapa del ciclo vital problemática para la mujer, pero no en la frecuente muerte de parto. \fuelve a tomar a la ñmilia como el centro de su atención: p.237. En el cong¡eso se pidió onstituir Comités en todas las minas y el llamado a un oongreso de mujeres para formar la Federación Nacional de Amas de Casa, afiliada a la COts. Aunque ñre aprobado, no se hizo por los acont*imientos polltioos que siguieron. For zu ¡nrte, las mujeres nacionalistas están, por entonces, activas y programan un cof€reso en las minas. Esta diversidad & mqieres achnndo en frentes qcitues oorfrihrye a que Domiüla no sea una ferviente defensora del género. En su prédica, no hay clasc y género: la clase debe contener al segun&. El recru&imiento de la represión la obliga a esconderse, nuwamente está embarazada. Se repite la deterrción de trabaja&res y la torna & emisoras por el gotÉerm. Tbrres muere as€sinado en Argentina. El ejército enüa d campamento y se inicia una huelga como resistencia. Cuando se ¿lcerca el momento de dar a luz, Domitila consigue que la Cnrz Roja la proteja para ir al hospital. En su regisao orgullosamente erenta que cu¡uido sus hijos enfientaron el allanamiento, los soldados exclamaron:
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