09a Viana Cadenas: La Música en la micro-sociedad ‘espiritual’ de mujeres mantuanas: Convento de la Inmaculada Concepción de Caracas (siglos XVII-XIX)

June 13, 2017 | Autor: S. de Musicología | Categoría: Venezuela, Musicología histórica, Iglesias Y Conventos
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LA MÚSICA EN LA MICRO-SOCIEDAD ‘ESPIRITUAL’ DE MUJERES MANTUANAS: CONVENTO DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE CARACAS (SIGLOS XVII-XIX) por Viana Cadenas Resumen

Abstract

El trabajo que a continuación se presenta surge de la necesidad de poner en evidencia, la importancia del estudio de la práctica musical conventual dentro de su propio contexto monástico y dentro del contexto urbano caraqueño. La actividad musical desarrollada en los conventos de Caracas, así como en las diferentes instituciones religiosas coloniales de la Provincia de Venezuela, constituían el reflejo de una praxis religiosa y cultural peninsular implantada en un centro provinciano específico (Caracas), con unas particulares condiciones socio-económicas y culturales de desarrollo urbano.

The piece of work here presented comes from the need of highlighting the importance of the musical practice within its own monastic context and also within a urban context. The musical activity developed in the convents in Caracas, as well as in the different colonial religious institutions of the Province of Venezuela, was the image of a religious and cultural peninsular praxis established in a specific provincial center (Caracas) with social, economic and cultural unique conditions of urban development.

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La historia socio-cultural del sector femenino monacal caraqueño ha sido escasamente estudiada en Venezuela, por no hablar de la inexistencia de investigaciones musicales en torno a las instituciones femeninas venezolanas. En el caso de las Concepcionistas de Caracas (primer convento femenino establecido en Caracas), pocos son los estudios que han abordado aspectos referidos a la vida y funcionamiento del mismo,1 sin embargo, desde el ámbito musical, la presente investigación, pretende empezar a subsanar dichas carencias, mediante el estudio de la vida musical intra-clausura, como un valioso aporte a la historia musical colonial de géneros. Esta propuesta se inscribe dentro del ámbito de la historia urbana y la historia cultural femenina, en asociación interdisciplinaria con la musicología (histórica y urbana) y la sociología. Por una parte, se ha pretendido interpretar las fuentes históricas sobre la vida y acontecimientos cotidianos del monasterio en cuestión, y darle vida a la música que como parte de las fiestas y ceremonias se celebraban en este cenobio. Por otra parte, estas interpretaciones han sido respaldadas por ciertas reflexiones sociológicas de la cultura, en cuanto a la manera de asumir el estudio de un convento femenino, y así poder interpretar la función que la música ejercía intra-clausura: el contexto barroco de las fiestas y diversiones coloniales, el ritmo cotidiano de las ceremonias divinas, y/o las manifestaciones musicales de las habitantes espirituales de la “ciudad de Dios”.2 Como pequeña ciudad, micro-sociedad de mujeres o réplica particular de la sociedad, el convento reproduce las jerarquías de la sociedad que ha formado a sus monjas, y con éstas, las diversas manifestaciones artísticas y culturales, como la musical. Así, invitamos al lector a reflexionar sobre ciertos aspectos de la vida conventual, al mismo tiempo que, valiéndonos de los testimonios documentales que sobre la actividad musical hemos revisado, plantearemos una posible clasificación general de las ceremonias, lo cual nos permitirá reconstruir, las ceremonias divinas de coro y las manifestaciones profanas del convento. Fiestas solemnes, 1

Respaldando las palabras del Dr. Emilio Píriz Pérez en su artículo “El Convento de La Limpia Concepción de Caracas (1596-1874)” en: Boletín CIHEV, Año 3, Nro. 6. Caracas, Seminario Santa Rosa de Lima, 1991; no existen trabajos monográficos sobre el Convento, salvo algunos estudios que aportan aspectos y noticias diversas sobre el mismo, que en la mayoría de los casos repiten datos mencionados por otros autores. Sin embargo, cabe mencionar especialmente los artículos “El Convento de la Concepción de Caracas y el Crédito agrario en el nacimiento de la economía del cacao en Venezuela (siglo XVII)” del Prof. Ramón Ma. Serrera, en: Actas del I Congreso de Concepcionistas, León, 1990; el de Elizabeth Becerra: “El patrimonio artístico del Convento de Monjas Concepciones de Caracas (1638-1874)”, en: Actas del I Congreso Internacional del Monacato femenino en España, Portugal y América, 1492-1992. Tomo I. León, Universidad de León, 1993; y los de la presente autora: “El Convento de la Inmaculada Concepción de Caracas: Vida Musical y Educación de la Mujer en la Caracas del siglo XVII”, en: IX Congreso Internacional de Historia de América. Tomo II. Badajoz, Editorial Regional de Extremadura, 2002; “Música, Fiestas y Ceremonias en el Convento de la Concepción de Caracas (s.XVII-XVIII)”, en: Mujeres, negros y niños en la música y sociedad colonial iberoamericana.(IV Reunión Científica, Vçictor Rondón, editor). Santa Cruz de la Sierra-Bolivia, Asociación Pro Arte y Cultura, 2002. 2 Mantenemos la idea y el término sugerido por Ramón María Serrera en: “La ‘ciudad de Dios’ en la ciudad barroca: macroconventos en el Perú colonial”, en: PERÚ, el legado de la Historia. Sevilla, Colección América, 2001, pp.169-191.

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las de guardar y profanas, así como, vigilias, horas canónicas en el coro, procesiones, rogativas y manifestaciones diversas en pasillos y locutorios, centrarán de manera panorámica nuestra atención para efectos de este trabajo; paralelo a la presencia de participación seglar (procesiones externas e internas, conciertos en las porterías, por ejemplo) y las actividades desarrolladas por la población laica (criadas) dentro de los muros del convento. Desde el punto de vista de la musicología urbana, el estudio de la música en el Convento de la Inmaculada Concepción viene a ser el estudio de la música en un centro menor. Esto es, un centro religioso menor (ya que no se está tratando de una Catedral o cualquier centro eclesiástico emblemático o con rango real, ausente en la Provincia de Venezuela) radicado en un centro urbano pequeño con rango capitalino (Sede de la Gobernación de la Provincia de Venezuela, mas no sede de ningún Virreinato). Esta urbe menor, de pequeñas dimensiones y con una población de no más de 8.000 habitantes hacia fines del XVII, conlleva a su vez un desenvolvimiento socio-económico particular y no equiparable al de los principales centros urbanos latinoamericanos de la época (México, Bogotá o Lima). Por su parte, las condiciones de establecimiento y desarrollo de las instituciones religiosas estarán supeditadas de igual manera al ritmo y características de desarrollo específico del centro urbano que las acoje. El rol de la música en estos centros urbanos menores constituye un aspecto bastante significativo para el estudio musicológico en general: los movimientos e interrelaciones de los músicos de cofradías, confraternidades, catedral, parroquias, bandas (“Música de milicianos”) e incluso de los conventos masculinos como colaboradores (individuales o con sus capillas musicales) de las actividades musicales entre las diversas instituciones religiosas, como el convento femenino de este estudio (mediante la enseñanza y adiestramiento musical a las monjas, composición de obras musicales para la práctica religiosa del convento,

Figura 1. Portada de los Motetes a dúo de Juan manuel Olivares

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asistencia musical con uno o varios músicos en los eventos religiosos por contrato, reparación de instrumentos), enriquecen la vida musical de la ciudad gracias a dicha actividad urbana de los músicos, que en nuestro caso, atañe especial y directamente al Convento de la Inmaculada Concepción.3 El Convento de la Concepción de Caracas fue extinguido a finales del siglo XIX,4 y de ahí el tropiezo en la búsqueda de su archivo musical. Pese a esta gran dificultad, no hemos abandonado el proyecto, puesto que dicha carencia ha per mitido profundizar en el estudio de las referencias documentales e históricas relacionadas con la música y en el estudio de los Rituales y Manuales de Coro específicos de la orden. Afortunadamente se ha podido seguir el rastro de algunas piezas sueltas compuestas para el convento más allá de mediados del siglo XVIII.5 Caracas y el Convento de la Inmaculada Concepción El Convento de la Inmaculada Concepción es el primer monasterio femenino que se establece en la entonces naciente ciudad de Santiago de León Caracas, entre los años 1590 y 1637. Por iniciativa de Dña. Juana de Villela, natural de Palos (Huelva), viuda del capitán y encomendero Don Lorenzo Martínez, y su hija, Doña Mariana Villela, viuda a su vez del regidor Bartolomé de Hemazabel, dan comienzo, entre los primeros años de la década de 1590, a las preliminares diligencias de petición de licencia y autorización real para la futura fundación conventual.6 Con un capital constituido absolutamente por los bienes de sus haciendas, tierras, arboledas, esclavos, animales, encomienda de indios, donaciones materiales de familiares y dinero particular, las mencionadas fundadoras asumieron la responsabilidad económica y soporte de la fábrica del convento. Por patrón universal, señalaron en sus escrituras de fundación al Rey, y en su nombre al Cabildo de la ciudad, y se colocaron bajo la obediencia del Obispo de la diócesis. Por razones de espacio, no podemos extendernos en los interesantes detalles de su fundación, sin embargo, cabe agregar que el establecimiento inaugural se lleva a cabo el 8 de diciembre de 1637, gracias al traslado específico de tres monjas clarisas provenientes del Convento Regina Angelorum de la Isla La 3

Sobre estos aspectos véase Alfonso de Vicente en:“La actividad musical en los monasterios de monjas en Ávila”. Revista de Musicología XXIII,2, y Miguel Ángel Marín. Music on the margin. Zaragoza, Edition Reichenberger-Kassel, 2002. 4 El convento fue cerrado y extinguido en 1874 por el presidente Guzmán Blanco, quien decretó la demolición del mismo y designó el sitio para sede del Palacio Federal, hoy Capitolio. 5 Se trata de los cinco “Motetes a dúo para las RR.MM. Concepciones por Olivares” , a dos tiples y bajo cifrado, para la Semana Santa. Juan Manuel Olivares (1760-1797), músico pardo de la ciudad de Caracas. Se encuentran en la División de Música y Sonido de la Biblioteca Nacional, Catálogo de Música Colonial (Carpeta Nro. 33-A, microfilm). Ver Anexo 2. 6 La escritura de fundación de 14.I.1617 (Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas (AHAC): Sección Conventos, Carpeta 132, legajo 2. La autorización real es de 23.II .1619 (AGI: Santo Domingo, 201., aunque ya en 1596, el rey pide información sobre los intereses para fundar la institución.

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Española, las cuales permanecerán aproximadamente los diez primeros años de vida del convento. Isabel de Tiedra y Carvajal, clarisa y abadesa fundadora, da la entrada a las primeras once novicias, entre los últimos días de 1637 y principios de 1638.7 Estas primeras novicias, de lazos familiares estrechos, son las que lograrán mantener y edificar el convento, gracias a sus dotes y rentas, por ser hijas y familiares de los principales vecinos de la ciudad.8 Durante el siglo XVII y parte del XVIII, el de la Inmaculada Concepción, será el único convento femenino que existirá en Caracas.9 El convento se hallaba ubicado en pleno centro de la ciudad, en “la quadra de una de las esquinas que salen a la plasa (sic) (hoy Plaza Bolívar) de esta ciudad”,10 donde la fundadora principal poseía su casa y solares y que estaba construyendo para habitar. Las iglesias existentes para esa época (San Sebastián, San Mauricio, y la Iglesia Parroquial: Catedral de Caracas, a partir de 1637, por traslado la diócesis a Caracas), junto a las casas del Cabildo, constituía el entorno del Convento. Solo tres conventos masculinos acompañan la vida regular de Caracas: los de San Francisco (1575), San Jacinto de dominicos (1592-1597) y los mercedarios que se instalan en un Hospital (1638).11 Las mantuanas “divinas” en república “espiritual” de mujeres En tiempos de la colonia, la imagen y realización de una mujer estaba condicionada por la propia idea que el hombre exigía de ella. El papel de la mujer dentro de la sociedad colonial, sentada sobre las bases de los preceptos de la iglesia católica, no tenía otro parangón que el de asemejarse a la pureza de la madre de Dios y al cortejo de santas y beatas del reino celestial. Esta era la única vía correcta a seguir, para ser considerada una perfecta mujer y 7

Píriz Pérez, Emilio: Ob.cit, pág.70 No puede precisarse todavía el número de novicias que entran. Según la escritura de fundación debían ser 10, sin embargo, otras fuentes documentales, mencionan 14 incluyendo a las clarisas de La Española (AGI: Santo Domingo, 221: 22.VI.1638; Santo Domingo, 201: 22.VI.1639). 8 Píriz Pérez, Emilio. Ob. cit., pág. 72. Es interesante el estudio genealógico de las novicias que ingresan (de lazos de parentesco familiar), desarrollado por dicho autor. 9 Paralelo a nuestro convento, se establece en otras ciudades de la provincia el de dominicas ‘Regina Angelorum’ en la ciudad de Trujillo (entre 1599-1638). En 1651 se funda en Mérida el de clarisas, con monjas traídas de Bogotá. Posteriormente, en el siglo XVIII, se establecen dos conventos más en Caracas: carmelitas con ayuda de monjas de México (1724-1732); y dominicas (1786-1817). En Maracaibo, se establecen las carmelitas en 1775 y a principios del XIX, se funda un beaterio en la ciudad de Valencia. A pesar de que en la Nueva Granada existía la orden concepcionista desde 1588 (3 conventos); en México desde 1540 (13 fundaciones entre los siglos XVI y XVII); en Perú desde 1573-75 (2 fundaciones); Bolivia La Paz en 1671; 2 en Ecuador desde 1577; Costa Rica (1603) y Panamá en 1598, llama la atención la sola presencia de esta fundación concepcionista en tierras de la provincia de Venezuela. 10 Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Caracas (AHAC): Sección Conventos, Carpeta 132, legajo 2: Escritura de fundación (14.I.1617), f. 3vto. 11 Hacia 1580 se erige la Iglesia de San pablo, que albergará posteriormente el Hospicio Real y el Hospicio de Mujeres de la Caridad (1590); se fundan dos ermitas (Altagracia, 1656; y Santa Rosalía, 1696); se erige oficialmente el primer Seminario del país (Santa Rosa de Lima, 16731696); y se inician los trámites de fundación del Recogimiento para mujeres (1692).

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para salvar su honra, bien siendo esposa de Cristo, o del hombre terrenal.12 La mujer debía ser relegada del mundo y dejarse encaminar por las manos masculinas, para no caer en la tentación. Las jóvenes debían ser educadas siguiendo los más preciados valores femeninos de la época, como la castidad: sustento de las demás virtudes como la humildad, la modestia del traje, la continencia en el gastar, la dulzura en el hablar, la caridad y humildad, la sumisión a la instancia masculina, el amor a Dios, a la Virgen María, a los padres y a los santos.13 Todo esto perseguía como fin primordial, conservar y perseverar la tan acusada honra femenina. Textos conocidos en la época como Instrucción de la mujer cristiana (1523) del español Juan Luis Vives, donde se tratan estos aspectos de la tradición instaurada; o La perfecta casada de Fray Luis de León (1583), en el que se exponen los principales deberes de la esposa; por no nombrar otros también muy relevantes y leídos por la mujer de la época, como las obras de la Madre Agreda (tan divulgados en América), La mística ciudad de Dios, de Santa Teresa; entre otros, que encaminaban la educación de la niña y joven a la consecución de su ‘santidad’ como mujer. Matrimonio o claustro, constituían las dos posibles opciones decentes y caminos para cultivar y demostrar una impecable honra. La viabilidad del camino del claustro como camino hacia la perfección cristiana era incuestionable, aunque, también a través del matrimonio se podía obtener la santidad. Igualmente, una viuda podía aspirar a alcanzar el modelo de vida ejemplar que otra viuda como Rita de Casia había desarrollado. De hecho, el convento de la Concepción fue fundado por dos viudas. Ante la ausencia de un matrimonio conveniente, la escasa probabilidad de pago de una rica dote matrimonial, o, ante el interés familiar de depositar sus bienes bajo la administración de la iglesia, el claustro se presentaba como la mejor elección. A esto se unía también, lo atractivo que podía parecer la vida conventual para una joven, si se considera lo ‘aburrida’ que podía ser la vida cotidiana de una niña y joven circundada entre los muros de su casa. En el convento podía continuar con su rutina “mundana”, como señala Luis Martín, rodeada de sus compañeras, doncellas criadas, esclavas y quehaceres mujeriles, entre patios, numerosas celdas, fiestas y ceremonias diversas. Tomamos la palabra que al respecto expone el mencionado autor para los “conventos grandes” en el Perú, aplicable al de Caracas, en dicho aspecto: Su vida “mundana” –de las niñas- no difería mucho de la que encontraban en el claustro. En algunas ocasiones se autorizaba a las chicas a llevar al convento a su doncella preferida, siguiendo un hábito de las familias acaudaladas, en las que, a veces, las doncellas tenían un contacto más íntimo y estrecho con los niños que los mismos padres. Por otra parte, la mayoría de las veces, en el convento elegido por la familia se encontraban parientas muy cercanas que eran o bien novicias o bien monjas ya profesas. En consecuencia, tías abuelas consagradas, tías o primas mayores vertían su afecto sobre las niñas, que encontraban así en el claustro una nueva familia monástica, tan protectora y afectuosa como la que habían dejado fuera. El convento en sí mismo, con sus amplios patios y sus cuidados jardines, 12 13

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Lavrin, Asunción. Las mujeres en Latinoamérica. México, FCE, 1985, pág. 35. González, Jacqueline: “La imagen de la mujer en la Colonia”, en: Tierra Firme. Caracas,

Cadenas, La Música en la micro-soc... las fiestas frecuentes y la excelente música, no sólo resultaba un lugar aceptable para vivir sino también un lugar atractivo para muchas mujeres.14

En el convento, intra-clausura, las monjas podían hacer uso de otro tipo de ‘libertad’, esto es: poseía su propia celda particular, controlaba sus posesiones, sirvientas y parientas más jóvenes; mediante el ejercicio de la votación, ensayaba la democracia monástica; y al ser de velo negro, “tenía mucha más autonomía y libertad que su hermana de la ciudad seglar”.15 Nada más falta hacer una proyección de todas estas caracterizaciones dentro de una ciudad femenina, con sus patios, celdas-casa y calles, con un promedio demográfico en torno a las 1000 mujeres (entre monjas, niñas, 3 o 4 criadas por monja, esclavas). Las mujeres que ingresaban a la Concepción de Caracas, eran provenientes del hogar pudiente: de las familias llamadas mantuanas,16 constituidas por los principales vecinos de la ciudad de origen español y dueños de las principales casas, haciendas, ganados y arboledas de cacao. Eran las mujeres blancas y criollas descendientes de la élite cacaotera capitalina,17 cuyos padres hallaron en el Convento, el resguardo de sus bienes terrenales, la salvación del alma (obsesión barroca por asegurarse el premio celestial)18 y el amparo espiritual de sus hijas. Entre dotes (2.000 pesos de plata), pagos por la educación y alquiler de piso para las niñas educandas (100 pesos anuales), propinas, rentas, censos de haciendas y donaciones, la Concepción de Caracas logra convertirse, entre los siglos XVII y XVIII, en el refugio ‘espiritual’ de las mantuanas, a la par que empieza a convertirse en la institución financiera con más recursos de la ciudad: Siguiendo la tradición social del grupo social del que procedían la mayor parte de sus religiosas, también el convento de La Concepción se lanzó a la empresa agraria. Se sabe que a mediados del siglo XVIII era propietario de siete haciendas cacaoteras, algunas con origen en el siglo XVII (...). Su capital líquido llegó a alcanzar en dicha centuria los 510.000 pesos, que reportaban rentas anuales de 25.000 pesos para el sostenimiento de la comunidad.19 Ediciones de la UCV, 2000, pág. 14. 14 Martín, Luis. Las hijas de los conquistadores. Mujeres del Virreinato del Perú. Barcelona, Editorial Casiopea, 2000, pág. 83. 15 Idem, pág.296. Afirma el autor al respecto: “...los conventos coloniales eran el mejor emplazamiento institucional para una mujer, en el Imperio Español de Sudamérica.” 16 Denominación que se le dio en la época colonial, a las familias más acaudaladas y mejor acomodadas de Caracas (gracias a la economía del cacao, básicamente). Sus mujeres solían utilizar mantos sobre sus hombros, característica que las hacía distinguir del resto de las mujeres y estratos sociales, y de ahí el término “mantuanas”. 17 Serrera, Ramón: Ob.cit., pág.542. Ya hacia 1650, Caracas estaba convertida en la capital del cacao, con exportaciones hacia la Península y Veracruz. En 1684, una relación poblacional de la ciudad, estina que de 652 vecinos de la ciudad, 172 eran propietarios de haciendas, de los cuales 146 tenían plantaciones de cacao: “Solo un miembro de la familia Ponte llegó a tener 20.000 árboles.” (Idem, pág.540). Es interesante, porque la familia Ponte, emparentada con las fundadoras, dio varias monjas al convento (3 fundadoras, al menos). 18 Idem: pág. 545. 19 Idem: pág.542.

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La música en el Convento Más que “un mero espacio segregado de la ciudad de los hombres”,20 el convento sugería el establecimiento de un territorio donde supuestamente debía florecer la vida contemplativa. La vida monástica estaba rigurosamente supeditada al seguimiento de particulares reglas y constituciones. Entre numerosas exigencias y obligaciones, estas reglas-constituciones debían inducirles al comportamiento sagrado, el silencio y la quietud, mediante la planificación reglada de la vida monacal y el cumplimiento de estrictos horarios que parecían congelar el tiempo, en contraposición con el tiempo lineal de la ciudad seglar. Sin embargo, según mención de Luis Martín, el tiempo monástico “se enrosca en sí mismo en una espiral ascendente” lo cual hace que cada día sea una repetición “previsible” del anterior, al contrario del tiempo lineal seglar, donde la dirección hacia el futuro pueda resultar impredecible o desconocida.21 Esta mencionada repetición previsible de cada día debía cumplirse si se consideraba la omnipresencia de las reglas, más no era previsible al llevarse a cabo cualquier tipo de recreo o diversión colonial, lo cual podía llegar a romper la estricta rigurosidad de horarios, más si se contaba con la permanencia de criadas, niñas y esclavas que en numerosas ocasiones alteraban el orden de la clausura. No llegó a caracterizarse nuestro convento, por dicha mencionada quietud y silencio de la vida contemplativa. La Concepción de Caracas protagonizó una vida un tanto particular, al igual que numerosos conventos de la América hispana colonial, una vida un tanto alejada de lo estrictamente contemplativo y del ideal del silencio y de la pobreza. Paradójicamente a lo que suponía el respeto de un espacio citadino sagrado dedicado a la oración y al amor de Dios, sobre ese mismo espacio se entretejían, al margen de sus reglas y estatutos, un tipo de vida paralelo dedicado a la planificación de fiestas y diversiones con participación musical. Cabe mencionar que todas las manifestaciones festivas y de diversión, eran censuradas por las Constituciones propias del convento (1676), por las de la Orden (1511), por Concilios como el de Santo Domingo (1622), el Sínodo de Caracas (1687), Obispos, Gobernadores, etc. Sin embargo, tendemos a interpretar que en su mayoría, las ceremonias festivas y diversiones del convento, no dejaban de llevarse a cabo, de ahí sus constantes prohibiciones.22 Además que, a nuestros ojos pueden resultar manifestaciones muy pintorescas y exageradas; no obstante, a la vista y realidad de la cotidianidad colonial, todo el entorno de la consecución de las fiestas barrocas coloniales constituía la normalidad de la expresión de regocijo mundano de la época. El estudio de la música ‘en’, ‘del’ y ‘para’ el convento, nos hace remitirnos necesariamente a la revisión de sus Reglas (1511) y Constituciones (1676). 23 De igual manera, la consulta de los libros de Cuentas arroja numerosos datos sobre ceremonias, fiestas, contratos, instrumentos y gastos diversos para las diferentes festividades y actividades musicales desarrolladas en el monasterio. No podemos hablar de la música y ceremonias, sin referirnos igualmente a las Constituciones Generales para todas las monjas y religiosas franciscanas (1639),24 10

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al Ritual de Recepción de Novicias y profesión de Concepcionistas (circa s.XVI, XVII),25 Manuale Chori Seraphicum (1606),26 Constituciones particulares de la Provincia (Franciscana) de Santa Cruz de Caracas (1641, 1655 y 1690)27 y al Ritual Franciscano de la Inmaculada Concepción (Recopilación 1933),28 principalmente. Otras fuentes importantes de la orden franciscana (utilizadas en la época y presentes en Caracas) han permitido el estudio de los actos litúrgicos en el claustro, como Ritual Romano Seráfico (1739), Passionarium cum officiis maioris hebdomadae (1576), Officium Hebdomadae Sanctae (1616) y Ceremonial de la Misa (1622), Memorial abreviado de la obligación que tienen de rezar horas Canónicas

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Martín, Luis. Ob.cit., pág. 215. Idem. Agrega: “La monja contemplativa pasaba largas horas meditando y seguía diariamente un rígido horario que parecía congelar el tiempo. Negaba sus sentidos corporales para alcanzar una conciencia interior de las cosas no mundanas”. Sobre esto, ya se verá, cómo solía adecuarse al convento caraqueño, puesto que la práctica diaria (año tras año) de sus pertinentes actividades, les inducía a variar su “tiempo” conventual, mediante la combinación de actividades “regladas” (como el cumplimiento del rezo litúrgico en el Coro), con las prácticas devocionales de procesiones y adoraciones diversas, con las prácticas recreativas o festejos de cualquier índole. 22 Como solía ocurrir (entre otros tanto ejemplos por mencionar), con la prohibición de festejos con Cohetes (que se realizaban en las fiestas de Elección de Abadesas, en las fiestas del octavario de la Inmaculada Concepción, en el Octavario del Corpus Christi, por ejemplo), o las procesiones con Gigantas de la Tarasca del Corpus Christi (que se siguen desarrollando fuera y dentro del Convento hasta casi entrando el siglo XIX, a pesar de haber sido censuradas por Real Cédula de 1780). 23 Archivo General de Indias (AGI): Santo Domingo, 218: Regla de las Monjas de la Horden Purissima Inmaculada Concepcion de la Virgen Sanctissima nra. Sra. Dada por el sanctissimo Papa Julio Segundo’. Estas reglas contienen fueron decretadas para el Convento de Caracas por el Obispo Fray González de Acuña (19.I.1676). Cada Capítulo de la Regla contiene la adición correspondiente (Constitución), y que es la adaptación al Convento caraqueño. (Acogeremos las denominación de Constituciones de la Concepción de Caracas, para cada referencia de dichas constituciones) 24 Biblioteca del Convento de la Concepción (Casa Madre: Toledo): Constituciones Generales para todas las monjas y Religiosas, sugetas a la obediencia de la Orden de nuestro Padre San Francisco, en esta Familia Cismontana. Aprobadas por el Capítulo General en Roma (11.VI.1639), siendo Ministro General de la Orden el Padre Fray Juan Merinero. Adaptaremos la demoninación de ‘Merinero, 1639’, cada vez que nos refiramos a estas constituciones. Son un fuente de gran valor, puesto que recogen las normativas para cada una de las Ordenes pertenecientes a la familia franciscana, a la cual pertenece la orden concepcionista. (Mantenemos la escritura original, para la transcripción) 25 Idem: se trata de un pequeño manual concepcionista escrito en letra gótica castellana del siglo XV, probablemente escrito a pocos años de haberse fundado la Orden Concepcionista en Toledo. 26 Manual Chori Seraphicum (Fr.Francisco Navarro). Salamanca, 1606. 27 En: Lino Gómez Canedo. La Provincia Franciscana de Santa Cruz de Caracas. Tomo II. Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1974. Págs. 214-293. Especialmente importantes para los aspectos del Oficio Divino. 28 Biblioteca del Convento de La Concepción de Valladolid: Ritual de la Monjas Concepcionistas. Barcelona, Editorial Seráfica, 1933. Recopilación moderna, de las principales ceremonias con sus cantos llanos, de las antífonas, versos, responsos e himnos que concuerdan con las del siglo XVII (las del Manuale Chori Seraphicum. Salamanca,1606, 1616) 21

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las Monjas (franciscanas) (1634).29 Genéricamente hablando, en atención al lugar donde se desarrollan y al carácter que las definen, las actividades musicales desarrolladas en el convento, pueden clasificarse en tres tipos:30 I)

II)

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Las que forman parte del exclusivo contexto religioso de la liturgia en el Coro e Iglesia: el Oficio Divino, Misas, Rogativas, Visitas Canónicas, Vigilias, Gozos y demás ‘Actos de Religión’, que se desarrollen en el Coro e Iglesia.31 Se incluyen en esta clasificación las celebraciones pertinentes a la Orden Concepcionista (establecidas por las Constituciones), cuyo escenario es el Coro (Exequias, elecciones de Abadesas, Recepción y Profesión de Novicias). Las que se realizan en los claustros, patios, pasillos, refectorio, sala de labor y locutorios. Pueden ser de tres tipos: a)las rutinarias, como los cantos establecidos por los rituales para la sala De Profundis (antes de entrar al Refectorio, a la comida o la cena) y en el Refectorio, o los cantos acostumbrados para la sala de culpas o capítulo, etc; b) devocionales, como las procesiones, alabanzas particulares a santos ó vírgenes; c) de recreo: comedias, autos, danzas, toros, mascaradas, cantos e instrumentos. Los conciertos realizados en las porterías, abiertos al público y/ o con participación de músicos extra-clausura: cantos y ejecución de instrumentos por criadas, etc.32 También, se incluyen las procesiones externas que entran en la iglesia de convento, como las del Corpus Christi.

De esta clasificación, se desarrolla a continuación solo algunas ceremonias y fiestas, que sirvan como ilustración, a la totalidad de eventos mencionados.

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Estos libros se encontraban en uso en Caracas y especialmente en el Convento de San Francisco (relacionado directamente con el Convento de la Concepción): Ritual Romano-Seráfico. Pamplona, Imprenta de Joseph Joachim Martínez, 1739; Passionarium cum officiis maioris hebdomadae, iuxta formam missalis & Breviaris Romani, Ex decreto Sacrosancti Concilij Tridentini restituti, Cum cantu sancte Ecclesie Toletane. Toledo, Juan de Plaça, impresor, 1576; Ceremonial de la missa: en el que se ponen todas las Rubricas Generales, y algunas particulares del Missal Romano (de Juan de Alcócer. Valladolid, Juan de Rueda, impresor, 1622; Memorial abreviado de la obligacion que tienen de rezar horas canonicas las Monjas (de Juan Porcel de Medina. Sevilla, Matias Claullo, 1634). 30 Se ha complementado la clasificación ya propuesta por Juan Carlos Estensoro, en: “Música y fiestas en los monasterios de monjas limeñas”, en: Revista Musical de Venezuela, Nro. 34, Caracas, Fundación Vicente Emilio Sojo, 1997. Pág. 130. 31 Sobre las Misas (rezadas y cantadas, solemnes), Vigilias (en doble de segunda clase) y fiestas, el Ceremonial de la Missa de Juan de Alcócer, detalla la forma de celebrarse (págs. 38-95; 18-30; 122) 32 Sugerimos hipotéticamente, la participación musical compartida por músicos de fuera y dentro del convento.

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Oficio Divino Las Constituciones de la Concepción de Caracas, establecen en la adición al Capítulo 10 (De la oración y oficio Divinal), la manera en que deben rezarse las Horas en el Coro, “fiestas solemnes y de guardar y dominicas primo ponendas”, a las cuales estaban obligadas por Bulas y Constituciones Pontificiales.33 Las monjas debían seguir para tal lectura el Breviario Romano, según lo practicaban ya los frailes menores, aunque diariamente entonaban las Horas por el Oficio de la Concepción (Oficio Parvo): Maitines, Laudes, Prima, Tercia, Sexta, Nona, Vísperas y Completas.34 De igual manera, podían hacer uso de los Antifonarios y los Manuales de Coro, para la entonación de antífonas, himnos, invitatorios y responsorios.35 Las Horas solían rezarse mediante lectura calmada y pausada, aunque también se les inducía a decirlas “en canto llano, simple, y uniforme, y no en Canto de Organo, ni Cõtrapunto, y creemos, que sea cosa mas devota leer, y Psalmear con voz quieta, clara, y distinta, con atencion de alma, que ocuparse en la Musica, y Canto.” (Merinero, 1639: Capítulo 3). Todas las monjas estaban obligadas a asistir a maitines y demás horas: La Missa, Tercia, y Visperas se diran siempre cantadas, y los Maytines en dobles de primera clase, en los de segunda, el Te Deum laudamus, y Laudes, Prima, y Completas se diran rezadas, porque se de lugar a la Oracion mental, fuera de los dobles de primæ, & secundæ clasis, que se cantaràn. Item, los Conventos dõde huviere costumbre de dezir el Oficio divino en tono, y no cantado llano, se cõserve tan buena costumbre. (Merinero,1639: Idem)

Fuese rezado o cantado (en canto llano o en canto de órgano), el Oficio Divino, siempre alternan los dos coros los versos de los salmos, responsorios, Magnificat, Benedictus, entre otros, con sus venias, humillaciones e inclinaciones correspondientes. También suelen alternar los versos con el órgano, el cual suele acompañar el Oficio. Cuando sucede así, debe salir una cantora al medio del Coro y recitar con voz clara el verso que “dijere el

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Aprobaciones contenidas en Memorial Abreviado de la obligación..., en el que se argumenta la obligación de rezar/cantar las horas por parte de las monjas coristas. 34 El Oficio Parvo de la Bienaventurada Virgen María, se acostumbró rezar para veneración de la Virgen desde el siglo IX (cuando la Iglesia Romana consagraba el Sábado a la Madre de Dios, y se celebraba ese día la Misa y el Oficio divino en su honor). Posteriormente, en el siglo X, se añadió todos los días a las Horas Canónicas, con el mismo número de horas, aunque se mantuvo la consagración del día Sábado para la Virgen (Breviario Romano. Barcelona, 1940) 35 El Antifonario recoge las partes del Breviario que poseen melodía propia, y es complemento del Breviario (que contiene la totalidad de textos del Oficio Divino). El Manual de Coro, recoge igualmente las entonaciones de las antífonas e himnos (del santoral y temporal) usados en la Orden, al igual que describe las ceremonias propias de la orden (procesiones, toma de hábito, etc). En cuanto al antifonario, se ha revisado los Antiphonarium de Tempore (1598) y Antiphonarium de Sanctis (1596), ambos publicados en Zaragoza (Ex Typographia Paschalis Perez), y usados en la Catedral de Caracas según señalan los inventarios de la misma.

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órgano”.36 Otros aspectos relacionados con el órgano en el Oficio Divino, detallan lo siguiente: Del Organo se puede usar en el Oficio Divino, quando se cantare con solemnidad; pero nunca se usarà en los Psalmos de Maytines, sino en caso de aver pocos Religiosos en el Coro, y menos en las horas menores, sino que todo se dira por punto, (...),que en dias solemnes se podra usar de Organo en ella, alternando con el Coro. (...) El Organo es para aliviar la Comunidad, no para molestarla, pareciendo que se esta en el Coro mas para oir el Organo, que para cantar. Tambien se usara del Organo en el Hymno de Maytines, y en el Te Deum Laudamus: como tambien en Laudes, Visperas, y Completas solemnes; si no fuesen solemnes, solo se tañera en los Hymnos, y Canticos. En Adviento, Quaresma, y Vigilias no se usara de Organo en el Oficio del tiempo, excepto las Temporas de Pentecostes. (Ritual Romano-Seráfico, 1739: pág.436)

El órgano suele tocarse además, en los maitines de la Navidad (de principio a fin), en todos los domingos y en las fiestas mayores del año.37 En las vísperas (1ras. y 2das.) de las fiestas mayores, el órgano acostumbra tocarse desde el principio de las mismas, alternando los versos de los salmos con el Coro o acompañando en fabordon al Coro. En las demás fiestas, el órgano toca desde la entonación del Himno. Con respecto a la forma de pronunciar las palabras en el Coro al cantar o rezar, los ceremoniales y rituales suelen enfatizarlo: Todos pronunciaran las cosas que se cantaren, ò rezaren, entera y distintamente; conformandose con el compas que el Coro llevare: de tal suerte, que cada uno comience, prosiga, y acabe igualmente, sin anticiparse, ni acabar antes, ni detenerse un punto, aviendo acabado el Coro, por ser esto cosa q. causa deformidad grande.38

El día de la Inmaculada Concepción, los tres días de Tinieblas de la Semana Santa, la Vigilia de Resurrección y la Navidad, debían cantarse los Maitines y la Tercia (Constituciones, 1676). Atendiendo a estas observaciones generales, podemos deducir los invitatorios, versos, responsos, antífonas, Himnos y Salmos que en algunos casos se cantaban (para Tercia, Vísperas, Maitines, por ejemplo). De ahí que podamos hallar las versiones monódicas y/o polifónicas de cada una de las partes del Oficio, todas para ser interpretadas 36

Estatutos Provinciales Franciscanos de 1653 (Cap. 4º: Del Offiçio Divino, de la oraçión y Silençio) en: Lino Gómez Canedo. Ob. cit., pág. 251. En este capítulo, se manda cumplir con la obligación de seguir el Ceremonial de Bartolomé Gavanto (Thesaurus sacrorum ritumm. Amberes, 1546, 1634), que es un compendio de Rúbricas para el Oficio Divino, la liturgia y misas; y se cita a Zamora, para las ceremonias del Choro (pueda tratarse del Ceremonial Romano nuevamente reformado de Fr. Juan de Zamora. Burgos, Juan Baptista Varesio impresor, 1603; que explica el rango de las ferias, fiestas, lecciones del martirologio y todo lo concerniente a la liturgia y el Oficio Divino del Coro, además de contener el Kalendarium franciscano). 37 Sin contar las Dominicas de Adviento y Cuaresma, excepto la 3ra. dominica de adviento y la 4ta. dominica de cuaresma, que se toca el órgano en la Misa. (Juan de Alcócer. Ceremonial..., pág. 180 v.) 38 Ritual Romano-Seráfico, 1739: pág. 430 (De la significacion de las Ceremonias).

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en el Coro por las cantoras y el propio Coro, y/o por la Capilla Musical del mismo Convento, cuyas monjas músicas (coristas) son las mismas integrantes del Coro. A continuación, insertamos una tabla con el Oficio de Laudes y Vísperas, con el esquema de sus antífonas, salmos, himnos, etc., correspondientes al Oficio Parvo ferial (la práctica suele variar si se trata de un día de Santo, Virgen o fiesta especial, para lo cual, se utiliza el Breviario Romano Franciscano). Se señala igualmente, la(s) encargada(s) de entonar los cantos. Laudes y Vísperas del Oficio Parvo39 LA UD ES

VÍSPERA S

P a te r n os te r . Av e , Ma ri a . ( s e omi t e n Pate r noste r . Av e, Ma ria . cua ndo v a seguido de Ma itines) V. Deus, in a djutorium, meum intende (H) R. Domine, a d a djuv a ndum me festina (H) Gl oria Pa tri, et Fil io, et Sp iritui Sa ncto. Sicut era t. . . Amen. Al l el uia (o La us tib i Domine, desde la Septua gésima ha sta Sema na Sa nta ) (H) A N TÍFON A : Assump ta est. . . (I); Missus est. . . (II) ; O a d mira b il e commercium ! . . . (III) (H, Ch) S A L M O 9 2 : D o m i n u s r e g n a v i t . . . Gl o r i a Pa tri. . . (C, Ch) A N TÍFON A : Assump ta est. . . (I); Missus est. . . (II) ; O a d mira b il e commercium ! . . . (III) (Ch)

A N TÍFON A : Dum esset Rex. . . (I); Missus est. . . (II); O a d mira b il e commercium ! . . . (III) S A L M O 10 9 : D i x i t D o m i n u s D o m i n o meo. . . Gl oria Pa tri. . . A N TÍFON A : Dum esset Rex. . . (I); Missus est. . . (II); O a d mira b il e commercium ! . . . (III)

A N TÍFON A : Ma ria Vir go. . . (I) ; Av e, M a r i a . . . ( II) ; Q u a n d o n a t u s e s … ( III) (C, Ch) S A L M O 9 9 : J u b i l a t e D e o, o m n i s terra . . . Gloria Pa tri… A N TÍFON A : Ma ria Virgo. . . (I) ; Av e, Ma ria . . . (II); Qua ndo na tus es… (III)

A N T Í F O N A : L a e v a e j u s . . . ( I) ; A v e , Ma ria . . . (II); Qua nd o na tus es… (III) SA LMO 112 : La ud a te, p ueri, Dominum. . . Gl oria Pa tri… A N T Í F O N A : L a e v a e j u s . . . ( I) ; A v e , Ma ria . . . (II); Qua nd o na tus es… (III)

A N TÍFON A : In od orem. . . (I) ; N e timea s, Ma ria . . . (II); Rub um, quem v id era t. . . (III) SA LMO 6 2 : Deus, Deus meus, a d te d e l uce v igil o… SA LM O 6 6 : D e u mi s e r e a tu r n o s tr i … Gl oria Pa tri… A N TÍFON A : In od orem. . . (I) ; N e timea s, Ma ria . . . (II); Rub um, quem v id era t. . . (III)

A N T Í F O N A : N i g r a s u m . . . ( I) ; N e timea s, Ma ria . . . (II); Rub um, quem v id era t. . . (III) SA LM O 12 1 : La e t a t u s s u m … Gl o r i a Pa tri. . . A N T Í F O N A : N i g r a s u m . . . . ( I) ; N e timea s, Ma ria . . . (II); Rub um, quem v id era t. . . (III)

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(I)Tiempo después de la Purificación hasta víspera del sábado del 1er. domingo adviento; (II) Desde vísperas sábado del 1er. domingo adviento hasta vísperas de vigilia de navidad; (III) Desde vísperas vigilia Navidad hasta la Purificación, inclusive. (H) Hebdomadaria; (C) Cantora(s); (Ch) Coro(s); (V) Versicularia; (Ac.) Acólitas; (A) Abadesa; (Vic.) Vicaria de Coro.

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A N TÍFON A : Bened icta f il ia … (I); Da b it ei Dominus… (II); Germina v it… (III) Cántic o de los tr e s jóve ne s (Da niel, 3 ): Bened icite, omnia op era Domini. . . A N TÍFON A : Bened icta f il ia … (I); Da b it ei Dominus… (II); Germina v it… (III)

A N T ÍF O N A : Ja m h i e m s t r a n s i i t … ( I) ; Da b it ei Dominus… (II); Germina v it… (III) S A L M O 12 6 : N i s i D o m i n u s . . . Gl o r i a Pa tri. . . A N TÍF O N A : Ja m h i e ms tr a n s i i t… ( I) ; Da b it ei Dominus… (II); Germina v it… (III)

A N TÍFON A : P ul chra es. . . (I); Ecce a ncil l a Domini. . . (II); Ecce Ma ria … (III) SA LMO 14 8 : La ud a te Dominum d e coel is. . . SA LMO 14 9 : Ca nta te Domino. . . SA LMO 15 0 : La ud a te Dominum in sa nctis ejus. . . Gl oria Pa tri. . . A N TÍFON A : P ul chra es. . . (I); Ecce a ncil l a Domini. . . (II); Ecce Ma ria … (III)

A N TÍFON A : Sp eciosa f a cta es. . . (I); Ecce a ncil l a Domini. . . (II); Ecce Ma ria … (III) S A L M O 1 4 7 : L a u d a , Je r u s a l e m , Dominum. . . Gl oria Pa tri. . . A N TÍFON A : Sp eciosa f a cta es. . . (I); Ecce a ncil l a Domini. . . (II); Ecce Ma ria … (III)

CA PÍTULO (H, ó A) (Cant. 6 ) Vid erunt ea m. . . (I) (Isaias, 11) Egred itur v ir ga . . . (II) (Cant. 6 ) Vid erunt ea m. . . (III) R. Deo gra tia s. (Ch)

CA PÍTULO (Ec c li. 2 4 ) Ab initio, et a nte sa ecul a . (I) (Isaias, 11) Egred itur v ir ga . . . (II) (Ec c li. 2 4 ) Ab initio, et a nte sa ecul a . . (III) R. Deo gra tia s.

HIMN O (C, Ch) O Gl oriosa Domina . . . V. Bened icta tu in mul ierib us. (V, H) R. Et Bened ictus f ructus v entris tui.

HIMNO Av e, ma ris stel l a . . . V. Dif f usa est gra tia in l a b iis tuis. R. P rop terea b ened ixit te Deus in a eter num. .

A N T ÍF O N A : B e a t a D e i ge n i t r i x . . . / Regina coel i (Tiempo Pa scua l) (I); Sp iritus Sa n ctu s . . . ( II) ; Mi r a b i l e mys te r i u m. . . ( III) (H, Ch) CÁ N TICO D E ZA CA RÍA S (Luc. 1 ): B e n e d i ct u s D o m i n u s D e u s I s r a e l . . . Gl o r i a Pa tri. . . (C, Ch) A N T ÍF O N A : B e a t a D e i ge n i t r i x . . . / Regina coel i (Tiempo Pa scua l) (I); Sp iritus Sa n ctu s . . . ( II) ; Mi r a b i l e mys te r i u m. . . ( III) (H, Ch)

A N TÍFON A : Bea ta Ma ter. . . / Regina coel i ( Ti e mpo Pa sc ua l ) ( I) ; Sp i ri tus Sa nctus . . . (II); Ma gnum ha ered ita tis mysterium. . . (III) CÁ N TICO D E LA VIRGEN (Luc. 1 ): Ma gnif ica t. . . Gl oria Pa tri. . . A N TÍFON A : Bea ta Ma ter. . . / Regina coel i ( Ti e mpo Pa sc ua l ) ( I) ; Sp i ri tus Sa nctus . . . (II); Ma gnum ha ered ita tis mysterium. . . (III)

K yrie, el eison. Christe, el eison. K yrie, e l e i s o n. ( Ch) V. Domine, exa ud i ora tionem mea m. (H) R. E t cla mor meus a d te v enia t. OREMUS(H) Deus, qui sa l utis a eter na e. . . (I) Deus, qui d e Bea ta e Ma ria e. . . . (II) Deus, qui sa l utis a eter na e. . . (III) R. Amen. (Ch)

K yrie, el eison. Christe, el eison. K yrie, el eison. V. Domine, exa ud i ora tionem mea m. R. Et cl a mor meus a d te v enia t OREMUS Conced e nos f a mul os tuos. . . (I) Deus, qui d e Bea ta e Ma ria e. . . . (II) Deus, qui sa l utis a eter na e. . . (III) R. Amen.

CON MEMORA CIÓN D E LOS SA N TOS A N TÍFON A : Sa ncti Dei omnes. . . (I); Ecce Dominus. . . (II); Sa ncti Dei omnes. . (III)(C, Ch) V. La eta mini in Domino. . . (I) ; Ecce a p p a reb it. . . (II); La eta mini in Domino. . (III) (V) R. E t gl oria mini, omnes. . (I); Et cum eo sa nctorum. . . (II) ; Et gl oria mini, omnes. . . (III) (Ch)

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OREMUS (H) P rotege, Domine, p op ul um tuum. . . (I) Conscientia s nostra s. . . (II) P rotege, Domine, p op ul um tuum. . . (III) R. Amen. V. Domine, exa ud i ora tionem mea m. (H) R. Et cl a mor. . . V. Bened ica mus Domino. (H) R. Deo gra tia s. (Ch) V. Fid el ium a nima e p er misericord ia m Dei requiesca nt in p a ce. (A, Vic. ) R. Amen. (Ch) Pa ter noster (secreta mente) V. Dominus d et nob is sua m p a cem. R. Et v ita m a eter na m. Amen. A N TÍFON A (excepto Domingos, que se pa sa a Víspera s del Sá ba do): Al ma Red emp toris Ma ter. . . V. Angel us Domini nuntia v it Ma ria e. R. Et concep it d e Sp iritu Sa ncto. OREMUS: Deus, qui sa l utis a eter na e. . . (I); Gra tia m tua m. . . (III); Deus, qui sa l utis a eter na e. . . (III) V. Div inum a uxil ium ma nea t semp er nob iscum (H, Ac. , Ch) R. Amen (Ch)

Añaden las Constituciones Generales franciscanas de 1639 (Capítulo 3): Ordenamos, que todos los viernes del año despues de Completas, en honra, y alabança de la Purissima Virgen Maria se cante con Solemnidad el Nocturno q. Comiença, Benedicta tu, del qual se cãtarán los dos Responsos, Sancta, et immaculata Virginitas, y O Gloriosa Domina. Y el Sabado siguiente despues de Prima, se cantarà Solemnemente la Misa de Nuestra Señora (...) Todos los dias se cantarà despues de Visperas, en honra de la Inmaculada Concepcion, la Antiphona, que comieça, Tota pulchra est Maria, y despues de Completas la otra q. Dize, Conceptio tua, cõ sus Versos, y Oraciones.

Un conjunto de ceremonias, reverencias y movimientos corporales acompañan cada una de las Horas Canónicas dentro del Coro, las cuales no detallaremos por razones de espacio. Sin embargo, son dignas de tenerse en cuenta al momento de querer interpretar los repertorios de Coro conventual, como lo son el orden de entrada al Coro, la alternancia de los versos entre los coros y el órgano; las postraciones, inclinaciones, señales y venias al pronunciar ciertas palabras, nombres o versos mientras se canta; el acercamiento de la hebdomadaria al atril central, para entonar el principio de las primeras antífonas de maitines-laudes-las dos vísperas, los versos de inicio 17

de las Horas, la capítula, etc.; o el acercamiento de las dos cantoras al centro del Coro, para entonar el inicio de las siguientes antífonas de la Hora, inicio de los salmos e himnos, incio de los cánticos del Magnificat, Benedictus y Te Deum, etc.; o la función de la Vicaria de Coro, los movimientos de las acólitas, etc. Todo lo cual puede variar si se trata de feria doble o mayor, semidoble, simple, de primera-segunda-tercera clase, etc. Otras ceremonias de Coro Ce r e m onia

Par tic ipac ión m usic al e n e l c or o

E l e c c i ó n d e Qui nc e dí a s a nt e s de l a E l e c c i ón, l a s re l i gi osa s Aba desa r e z a r á n e n e l C o r o, d e s p u é s d e C o m p l e t a s o La u d e s , l a s pre c e s c a pi t u l a re s pa ra pe d i r a l E spíritu Sa nto el éxito de la E lección, inicia ndo con: Himno Veni Crea tor Spiritus, con sus v ersos y ora ciones. E l día de la E lección, congrega da s en e l Coro, sa ce rdote y v i si ta nte s e n l a Igl e si a , se entona misa del E spírirtu Sa nto o de la Sa ntísima VirgenE l prela do que preside la ceremonia entona la Antífona Veni Sa ncte Spiritus, con sus v ersos y ora ciones, o, el Himno Veni Crea tor Spiritus, con sus v ersos y ora ciones del E spíritu Sa nto, pa ra da r comienzo a la v ota ción. Al fina liza r la elección, se toca el órga no y la s religiosa s entona n el Te Deum la uda mus, a lterna ndo los v ersos con el órga no, en a cción de gra cia s junto con el Prela do, el cua l dirá i g u a l me n t e l o s v e rs í c u l o s y o ra c i o n e s s e g ú n e l Ritua l. Se ma nda a repica r la s ca mpa na s y se a bren la s puerta s de la Iglesia . Al día siguiente, se ca nta l a Mi s a de l a S a nt í s i ma Tri ni da d, e n a c c i ón de gra cia s.

Fue nte Constituciones de las C o n c e p c i o n i s t a s d e C a ra c a s ( 1 6 7 6 ) : Ca pí t u l o 5 , De l a Elección de la Madre Aba desa , y modo de Tra ba ja r: Adi c i ón 4 t a . AHAC: Conc e pc i oni st a s, 1 1 . Mé t odo de Ceremonia s en la E lección de Aba desa .

N o v i c i a d o y Antes de la imposición del há bito a la postula nte, R i t u a l d e N o v i c i a d o y Profesión la s religiosa s entona n la Antífona Conceptio Tua , Profesión de Monja s (Toledo, pa ra l l e v a rl a proc e s i ona l me nt e d e l A l t a r d e l a s. XV, Ca sa Ma dre). Igl e si a a l Coro y v e st i rl a . La s c a nt ora s e nt ona n Veni Crea tor Spiritus, después de ha bérsele ceñido la cuerda . Pa ra la pronuncia ción de la fór mula de profesión, la s ca ntora s v uelv en a entona r el Veni C r e a t o r. . . , c o n s u s v e r s o s y o r a c i o n e s. E n l a Profesión (pa sa do un a ño de nov icia do), se repiten la s ceremonia s a nteriores. Pa ra la imposición del Velo, el sa cerdote ca nta Veni Sponsa Chiste tres v e c e s, a l t e rna do l os v e rsos y re sponsos c on l a s monja s y mi ni stros. La ce re moni a fi na l i za con e l himno Te Deum La uda mus. . E xequia s

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A l e xp i ra r l a re l i g i o s a s e e n t o n e e l R e s p o n s o S u b v e n i t e S a n c t i De i , l a a n t í f o n a C o n v e rt e re Domine y el Sa lmo 6 Domine ne in furore. (. . . ) la e nt i e rre n e n e l c onv e nt o a su c ost a c on mod e ra s i on re l i j i os a s i n a d mi t i r pompa s ni obstenta ssiones a unque sea con titulo de que los pa rientes quieren ha ser el entierro. Ponga se en el cuerpo v einte v ela s de a qua rta , seis de a media libra de sera bla nca , y ma ndesele decir una misa c a nt a d a , y oc he nt a por c a d a R e l i j i os a d i fu nt a (. . . )Toda s la s religiosa s de coro dira n nuebe ofisios de difuntos enteros por ca da relijiosa difunta fuera del que toda la comunida d le a de desir en el coro y la s lega s y dona da s resa ra n sien v eses el pa ter noster y otra s ta nta s Av e Ma ria s ca da dia de los nuebe immedia tos a su muerte (. . . )

Constituciones de la Conc e pc i ón de Ca ra c a s ( 1 6 7 6 ) : Ca pí t u l o 6 , De l a O b s e r v a n c i a d e l a p o b re ç a : Adición 6 ta .

Cadenas, La Música en la micro-soc... (. . . ), la Comunida d la entierre, y diga un nov ena rio Me ri ne ro ( 1 6 3 9 ) : Ca pí t ul o 5 , de Missa s ca nta da s (. . . ) De la Pobreza . E l día del entierro se le dice una v igilia de un solo E sta tutos prov incia les (1 6 5 3 ): noc t u rno c on mi s a c a nt a d a , y " l os nu e v e d í a s Ca pítulo 5 , De los sufra gios de s i g u i e n t e s s e c a n t a rá u n re s p o n s o d e s p u é s d e difuntos. comer" . Ta mbi é n s ol í a e nt e rra rs e a ne gra s e s c l a v a s por pa rte del conv ento. E l ga sto era menor, que el de una monja o cria da . Sema na Sa nta (. . . )E n la disciplina de la Sema na Sã ta (que se ha Me ri ne ro( 1 6 3 9 ) : Ca pí t u l o 3 , de ha zer Miercoles, Iuebes, y Viernes) se ha de D e l o f i c i o d i v i n o , d e l a s re za r e l Mi e rc ol e s e n t re s pa usa s l os sa l mos de disciplina s y a yuno. Ca nticum gra duum, y el Iuebes todos los Sa lmos d e P ri ma , Te rc i a , S e xt a , y Nona , y e l V i e rne s sol a me nt e e l Mi se re re , y De profundi s ( . . . ) , l a s Tiniebla s en el ca pitulo interior del Conv ento (. . . ) E l Domingo de Ra mos, se rea liza rá la procesión d e p a l ma s e n e l c l a u s t ro h a s t a e n t ra r a l c o ro ( Ant í fona Cum a ppropi nqua re t Domi nus) , pa ra inicia r la misa solemne. Al llega r a l Coro o Iglesia , 2 ca ntora s entra n a l recinto y cierra n la s puerta s. S e i ni ci a e l ca nto de l v e rso Gl ori a , l a us, pue rta contra puerta , con todos sus v ersos. E ntra ndo a la Iglesia o el Coro, se continua n la s ceremonia s, con los responsos y v ersos seña la dos en el Ritua l. E n la Misa Solemne (con diá conos y subdiá conos), se c a nt a l a E pí s t ol a , e l Gra du a l , e l Tra c t o ( De u s Deus meus), el E v a ngelio y la Pa sión. Los ma itines en los tres día s de Tiniebla s se ha n de decir por la ta rde, en el Alta r, con 6 v ela s a ma rilla s (cr uz en me d i o c u bi e rt a d e t a fe t á n mora d o) , y e n e l P r e s b i t e r i o e l Te n e b r a r i o ( d e 1 5 v e l a s ) . E l Mi é rc o l e s , s e e n t o n a n l a s a n t í f o n a s , s a l mo s y lecciones del O ficio de Tiniebla s, pa ga ndo ca da v e l a d e l Te ne bra ri o a l fi na l d e c a d a s a l mo. La función del Juev es Sa nto suele ser la má s gra v e y solemne, cuya Misa es Solemne: " A los k yries, y toda la Gloria se ta ñera el O rga no, pero no en todo lo demá s de la Misa , y a l ca nta r E t in terra Pa x, se comienza n a toca r la s ca mpa na s, a ssi de la torre c omo d e nt ro d e l a Igl e s i a , y s e e s t a n t oc a nd o mientra s se ca nta este Hymno. " La Procesión no ha de sa lir de la Iglesia . Se reza n la s Víspera s con l a s a n t í f o n a s d e l Ma g n i f i c a t , e l Mi s e re re y e l Chri s t u s fa c t u s e s t , y a c a ba da s é s t a s , e l Pre s t e inicia la a ntífona Div iser unt sibi, a la que prosigue e l Coro, y l ue go e l sa l mo 2 1 : De us De us me us respice in me (el cua l se v uelv e a entona r en el Primer nocturno de los ma itines del Viernes Sa nto, pa ra desv estir los a lta res. Dentro de los responsos que se entona n en los ma itines del Juev es Sa nto, se desta ca In monte O liv ete con su v erso Vigila te et ora te, después de la s la menta ciones (Nocturno I ) . E s t e d í a s e e n t o n a n , t o d a s l a s h o r a s. L o s Ma i t i ne s de l V i e rne s S a nt o s on de nu e v e lecciones. La Vigilia pa scua l de resurrección, se inicia el sá ba do por la noche con la procesión del fuego, con sus 1 2 Profecia s, y todo el ceremonia l del O ficio que se indica en el Ritua l, con Misa de Pa scua (E pístola , Tra cto, Sa lmos, Ma gnifica t, y los Al e l uy a s, c a nt a dos) : e l órga no t oc a de spué s de l O fertorio. Se entona n Ma itines, La udes, Víspera s y Completa s el v iernes y sá ba do sa nto.

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Otras Ceremonias Las Elecciones de Abadesa y la Recepción de Novicias y Profesión, constituyen uno de los interesantes ejemplos de Fiestas barrocas coloniales: la exageración en la preparación de las mismas, y la idea barroca de hacer la fiesta religiosa: “se trata de saturar todos los sentidos. La música siempre aparece como la manifestación más importante, pero hay una saturación que pasa por los cinco sentidos, (...), para lograr el remedo sensual del la gloria”.40 La Fiesta, máxima expresión del recreo, se iniciaba con la preparación de la ceremonia, víspera de la fecha adjudicada para la elección (solo se desarrollará la Elección de Abadesa). La selección de los olores, cirios y sus colores,41 la limpieza y aderezo de pasillos, la selección de cortinas, regalos para la nueva electa, ensayos de las músicas y cantos a interpretar en los pasillos con instrumentos de percusión, en el Coro y en el agasajo del locutorio o porterías. Además de esto, se elaboraban dulces (conservas de papelón y canela, y se preparaba chocolate de extra) y refrescos especiales para la ocasión, se liberaba una cantidad de dinero extra para el día del festejo y se gastaban fuegos artificiales en la celebración de la nueva electa. Las monjas se vestían con lujos de joyas y trajes prohibidos (para la fiesta), y hasta ofrecían comedias en homenaje de la nueva Abadesa (aunque estuviese censurado). Todos los sentidos debían ser satisfechos. En relación a estos ágapes, las constituciones del Convento de la Concepción (1676), señalan lo siguiente: Prohibimos, q. Las Religiosas se vistan de traje de mugeres seglares ni con vestidos de hombres ni se siñan con armas aunque sea por causas de recreasion o por festejar la Elección de Abadesa o por qualquiera otra rason. (Capítulo 3, Forma y hábito de la Religión: Adición 3ra.) ----------------Acabada la Eleccion se recojan las Relijiosas, la selebren con orasiones ayudando con ellas a la electa pidiendo a Dios nro. Sr. Le de fuersas, no con Coetes y Publicas demostraciones que salgan al siglo, y si se tocaren campanas sea con gran demostrasion, y el dia siguiente se cante Missa a la Santissima Trinidad en hasimiento de gracias(...). Y Prohibimos en virtud de santa obediensia a todas las Relijiosas el dar Regalos a la Abadesa por serlo ni haser otros gastos (...) (Capítulo 5, De la Elección de la Madre Abadesa...: Adición 4ta.: el subrayado es nuestro)

A pesar de estas prohibiciones, la revisión de los libros de Cuentas, dejan testimonio de que dichas censuras no se llevaban a cabo. Como ejemplo de esto, cito el pago de 4 ps. con 4 reales realizado en enero de 1775 por “4 Ruedas, y 3 docenas de cohettes”, además de la libranza especial de dinero destinado para complementar la comida particular del día de la celebración 40

Estenssoro, Juan Carlos. Ob.cit., pág. 129. Los colores podían variar. Para la elección de abadesa y entierros, se utilizaba el color blanco. Sin embargo, para maitines de navidad, para la prosesión y oficios a favor de las ánimas del Purgatorio, se preferían las velas de cera negra. (AHAC: Concepción, 8: Gastos de la sacristía (1678)). Y para el altar de los tres días de tinieblas, se utilizaban velas amarillas. 41

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de la Elección: “2 botijuelas de aceite”, (para las lámparas), “6 jamones con 95 ½ libras”, “24 quesos”, “1 cuñette de mantequilla, digo, de Aceitunas”, “1 barril de harina”.42 O, las “3 ruedas de fuego pa. el acto de la Eleccion de Abª.” en enero de 1784, entre tantos ejemplos.43

Otras Fiestas El Calendario Romano postridentino, clasificaba las fiestas en cuatro rangos: Duplex maius, Duplex, Semiduplex y Simplex. El resto de los días se dividían en Dominicas y ferias, y las ferias se dividían a su vez en Ferias Per Annum y Ferias de Adviento, Cuaresma, Vigilias y Témporas.44 Cada una de las fiestas y ferias celebradas en toda la Iglesia, tienen sus correspondientes clasificaciones, así como todas las órdenes aplican dichos rangos (con algunas variantes y denotadas en el Breviario), tal como lo debía practicar el Convento. Cada clasificación (que no desglosaremos en este trabajo) representa una manera de celebrar más, o, menos solemne el Oficio y la misa, con octava o sin octava. Para la música, las fiestas Dobles o Dúplex, se dividían en tres clases: primera, segunda y tercera; y cada una requería un uso musical determinado. Los calendarios por años mencionan la clase a la que corresponde cada fiesta y feria, y a su vez, los ceremoniales y Constituciones de la Orden, añaden especificaciones en cuanto a la manera de celebrar las fiestas por clases: “Para que se celebren las Fiestas, conforme a la Solemnidad que les da Nuestra Madre la Iglesia, ordenamos, que a las de primera clase, aya seis Cantoras, a la de Segunda, quatro, a los demas dobles, dos, y una en los semidobles, y Ferias”. (Merinero, 1639: Idem).45 Menciona la Regla Concepcionista (capítulo 10) como fiestas propias de la orden: las de la Inmaculada Concepción, Natividad de Cristo, Purificación, Primera Semana de Cuaresma, Anunciación de Nuestra Señora, Semana Santa, Resurrección de Cristo, Días de Pentecostés, de la Visitación, de la Asunción de la Virgen y su Natividad, de San Francisco, adoración al Santísimo Sacramento y la fiesta de todos los Santos. Esto no quiere decir que sean éstas las únicas fiestas santas que se solían celebrar, también encontramos reseñas de pagos para las fiestas y vigilias a la Candelaria, San Bartolomé, San Nicolás Tolentino, San Antonio, Santa Teresa, Santa Ana, Espíritu Santo, Santísima Trinidad, Santa Rosa de Lima, fiesta de los Cosecheros, misas de 42

Archivo Histórico de la Universidad Central de Venezuela (AHUCV): Libro 96-A, Cuentas del Año 1775, f. 40r. 43 AHUCV: Libro 123, Cuentas de 1784, f. 26 r. 44 Suárez-Pajares, Javier. La música en la Catedral de Sigüenza, 1600-1750. Vol. I. Madrid, ICCMU, 1998. Pág. 104. 45 Por ejemplo, según calendario de 1675: Dúplex Primera clase: Inmaculada Cocepción (aunque es Dúplex de Segunda Clase para los franciscanos, por concesión apostólica), Todos los Santos, Natividad de la Virgen, Navidad, San Juan Evangelista, etc. Dúplex Segunda Clase: San Lucas, San Andrés, etc. Dúplex Tercera clase: Presentación de la Virgen, etc. Dúplex: San Francisco de Asís, San Agustín, etc. Solo para tener una idea sugerente, del número de voces que requería la composición de las fiestas. (SUÁREZ-PAJARES, Javier. Ob.cit...pág.104)

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muertos, fiestas y octavarios del Corpus Christi. Además, hay que agregar las fiestas de los Santos de la Orden franciscana y las celebradas por los frailes, “con la Solemnidad, y de la forma que se dize en los Kalendarios de la Orden.” (Merinero, 1639: Capítulo 3: Del Oficio Divino, de la oración vocal ). La celebración de las fiestas tienen un doble carácter: el litúrgico (con la celebración de la misa y oficio en su honor, en el Coro e Iglesia), y el devocional (procesiones y manifestaciones de alabanza u homenaje, cantos fuera del Coro). Las fiestas solían celebrarse con la ya mencionada idea barroca de la elección de abadesas. Los gastos por cada regocijo de fiestas, alcanzaba sumas de considerable mención: para el año 1650, se destinó un total de 36 ps. con 19 rs. en fiestas (monto bastante bajo, en comparación con los posteriores años),46 que es la cantidad de dinero (34 ps., o, 272 rs.) que se cobraba por 8 meses de educación de una niña (un año de educación se cobraba 50 ps. a lo largo de todo el siglo XVII y parte del XVIII.47 En el siglo XVIII, los costos y celebraciones se multiplican, solo la preparación de la fiesta del Corpus Christi, su infraoctava y Octava podía alcanzar o sobrepasar el monto de los 150 pesos. Costos similares, solían expedirse también para el día de la Inmaculada Concepción, con las celebraciones y fiestas de cada día del novenario de la Virgen (fiesta principal del Convento). Las Fiestas del Corpus Christi y la de la Inmaculada Concepción, son unas de las más resaltantes manifestaciones festivas celebradas anualmente en el Convento. A imagen de las fiestas celebradas en el ámbito urbano de la ciudad, las costumbres festivas del convento reproducían dentro de sus muros (y externamente también, como se verá) la pompa y ornato de las fiestas urbanas. No se escatimaba gasto alguno en los preparativos previos y posterior al día de la celebridad: arreglo de calles, arreglo del monumento, altares y de las Gigantas de la Tarasca (para la procesión del Corpus), confección de esquelas para invitados, fuegos, misa cantada con coro, oficio solemne cantado, cera, música de la Iglesia y de la Procesión.

Corpus Christi La celebración del Corpus Christi, se anticipaba con la celebración de las misas cantadas en la infraoctava de primer día del Corpus. El día del corpus y toda su Octava, se cantaba en el coro el oficio destinado para el día del 46

De los cuales se destinó: 6 ps. para el monumento del Jueves Santo; 7 ps. y 7 rs. Para velas del día de la Cadelaria; 5 ps. en una arroba de azúcar, “12 rs. En un almud de cacao y 2 ps. para aliñarlo y para Rosquetes y bizcochuelos en la fiesta del Sanctissimo Sacramento”; 8 ps. para sermón predicado en dicha fiesta; y 8 ps. por el sermón predicado en la fiesta de la Concepción. (AHAC: Concepción 7, Cuentas del Año 1650). 47 AHAC: Concepción 8, Cuentas de 1675. Educación de la niña María de Herrera. Además, se pagaba 100 ps. por alquiler de piso. El entierro de una monja podía llegar a costar 40 ps. (misas y sepultura) más 9 rs. Por las velas. (AHAC: Concepción 8, Gastos de entierros a religiosas (1676)). El entierro de una negra esclava solo podía llegar a costarle al convento 3 ps., lo mismo que llegó a costar en los “pebetes” para el Santissimo Sacramento, la fiesta de la Concepción o para el Jueves Santo. (AHAC: Concepción 7: Cuentas de 1651.

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Corpus, los cantos contenidos en el Manual y la misa. Las procesiones eran realizadas por las monjas en el claustro del convento, y en muchos casos solían entrar a la iglesia. Se reproducía la procesión seglar, pero teniendo como protagonistas a las propias monjas, con sus disfraces, músicas, altares, fuegos y danzas. Sin embargo, el convento solía subsidiar paralelamente la procesión externa de la ciudad (que solía culminar en la Catedral, luego de haber recorrido las principales calles e iglesias de la ciudad) y la propia procesión y fiestas del convento en sí. De esta manera, se anticipaban los preparativos para tales días. Se mandaba a limpiar (y arenar) las cuatro calles circundantes del convento, por donde debía pasar la procesión seglar con el Santísimo Sacramento y la Tarasca. De la misma manera, mandaban construir unos toldos para las dichas calles y se repartían esquelas de convite para la procesión, como se ilustra: “pago de 36 rrs. a dos peones, por la limpia q. hicieron a las quatro calles del contorno del convto. en 5 dias para la Procesion de Corpus y a un Alvañil y Peon q. compusieron el empedrado de la de Mercaderes” en junio de 1776; 457 ps. 6 rs. “pr. entoldar la calle del Convto. pa. la procesion del Smo. Corpus” (hechura de 23 toldos) y el pago de 2r. “pa. las esquelas de convite pa. la funcion de la 8ª de Corpus” en junio de 1803.48 La Iglesia del Convento era totalmente acondicionada y adornada para la entrada de la procesión en la misma y la misa. De igual manera, se confeccionaban los altares (por lo general 3) para colocarlos en la calle, al paso de la procesión; y el claustro del convento, era igualmente arreglado para la procesión interna que las monjas hacían con el Santísimo y las Gigantas de la Tarasca, acompañadas con música instrumental (clarines, pitos, ‘clarinetas’, chirimías, cajas, tambores) y danzas. Esta procesión con Gigantes, diablitos y tarasca, fue bastante tradicional en Caracas desde fines del siglo XVI, hasta probablemente fines del siglo XVIII. A pesar de haberse prohibido la procesión con la Tarasca y Gigantillos (en la calle y en el interior de las iglesias), por Real Cédula de 1780 de Carlos III, todavía se encuentra la procesión de 7 Gigantillas por parte de las monjas del convento hasta 1789, lo cual habla mucho de la práctica enraizada en el monasterio. Durante el siglo XIX, no se registran las gigantas, aunque las libranzas para las procesiones y su música se mantiene constante. Las gigantas solían danzar en torno de la tarasca (montado en una carroza, simbolizando el mal), o “monstruo con forma de serpiente o dragón, fabricado de madera, cartón y lienzo –todo pintado y decorado- con escamas, cola, alas, boca movible, etc., de unos diez o doce metros de largo”.49 Este monstruo solía cargarse entre varias personas que iban introducidos en su interior y lo movían y desplazaban por las calles. Desconocemos, si las monjas llegaron a reproducir un dragón de tamañas dimensiones, ya que hasta el momento solo se ha encontrado información referente a las Gigantas, aunque no se descarta. 48

AHUCV: Libro 96-A, Cuentas de 1776, f. 87 r.; Libro 144, Cuentas de 1803, f. 84 r. Calzavara, Alberto. Historia de la Música en Venezuela. Caracas, Fundación Pampero, 1987. Págs. 27-29.

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Figura 2. Gigantes de la Tarasca, Procesión del Corpus Christi (Madrid)

Por su parte, las Gigantas iban vestidas con túnicas especiales de ‘Angaripola’ o ‘Anganipola’, máscaras y pelucas (reparaciones), llevando probablemente cascabeles, castañuelas, tambores o panderos. Éstas, estaban igualmente construidas de madera, cartón y tela, totalmente pintadas y guiadas por una sola persona en su interior.50 La confección y retoque de dichas figuras, estaba a cargo de pintores y carpinteros. Al menos, para el convento de la Concepción, puede decirse que la hechura y mantenimiento de sus gigantas estuvo a cargo de artesanos pardos (al menos a lo largo de todo el siglo XVIII), como el pintor Mogollón, quien en 1777 recibe 3 ps. “por retocar y componer 4 Gigantas”.51 Todo este cortejo iba sucedido de músicos, cuyo número suele variar de año en año (de 3 a 10 músicos), sin embargo, solían constituirse siempre por tambores, cajas e instrumentos de viento como ya se mencionó. Por una parte, la procesión externa en torno al convento, contaba con un grupo instrumental (llamado a veces “Batallón Veterano”, música de “Lauros”, música de los “milicanos”, música de la “tropa”) pagado cada año de los fondos del convento, para el día del Corpus y en la Octava: clarines, pitos, pífanos, ‘clarinetas’, chirimías, cajas, tambores. Músicos como Pedro Marquis (1802-1805) y José Antonio Borges (1807-1810), fueron pagados por el convento por llevar la música de la procesión en la calle. Por otra parte, la procesión interna del convento con sus Gigantas, solía contar con la participación de un cajero, o tambor y algunos instrumentos de viento: “a los Tambores, Pifanos, y clarinetas, y al caxero q. andubo con las Gigantillas”.52 Dentro del convento, después de la procesión interna, las monjas lanzaban fuegos artificiales para resaltar el festejo: cohetes, ‘ruedas’, ‘truenos’, ‘montantes.’ Además de esto, el convento también pagaba la participación musical para la Iglesia en el día de la fiesta y en la Octava. Así, músicos como Narciso Guevara (1780-1791), Ambrosio Carreño (1771), Gabriel José Landaeta (1792-1804), Marcos Pompa (1805), Cayetano Carreño (1800-1811). A lo largo del siglo XIX, no se registran nombres, sino el pago genérico a la fiesta, la procesión y a la música. 24

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Inmaculada Concepción (8 de Diciembre): El día de la Concepción se celebraba en el convento su fiesta principal, por ser su patrona. El convento se preparaba con antelación a la celebridad. Se destinaba dinero extra para el desayuno, comida y merienda especial del día (chocolate, mantequilla, salmón, jamón extra). De igual manera, se arreglaba la Iglesia y el Claustro, las imágenes de la Virgen María, y se mandaba a levantar los Monumentos y Altares a la Virgen. Las fiestas empezaban desde la víspera del día de la Inmaculada y se extendían un novenario. En el Coro, se cantaba la calenda desde el día anterior a la Inmaculada con las Primeras Vísperas y vigilia, y el Oficio del día se hacía solemne y cantado. Todos los días del novenario contaban con misa cantada, sermón (para el primer día), cera extra, procesiones externas (por las 4 calles circundantes del convento y entraba a la Iglesia), procesiones internas y fuegos artificiales. Para ilustrar lo expuesto, se detallan a continuación, los gastos ocasionados con motivo de las fiestas de la Inmaculada Concepción, del año 1776: 100 ps. “para la comida del día de Na.Sa.”, 100 ps. “para las fiestas del 8º y 9º dia de Na.Sa.”, 14 ps. “a los carpinteros q. armaron el Altar de Na.Sa.”, 16 ps. “por la Musica del dia 1º de N.Sa.”, 16 ps. “a 4 Tambores, 2 Pifanos y 2 clarinetas, q. tocaron en la calenda, medio dia y noche de la vispera de Na.Sa., en la madrugada, funcion dela mañana y reserva por la tarde del dia, en el medio dia y tarde en la Procesion de la ultima fiesta”, 74 ps. en cera para las fiestas (40 velas de 12 onzas, 90 velas de 8 onzas y 24 velas de 4 onzas) además de 92 ps. para las hachas del Capellán. En los fuegos artificiales quemados en la víspera del día, en el 1er. y último día de la Inmaculada, se pagó un total de 95,4 ½ ps., que se detallan según sigue: “tres ruedas (...) 3 docenas de cohetes, 12 docenas de Truenos (...) una libra de Polvora para la calenda”; “un arbol grande y dos chicos con 1 ½ @ de polvora (...) 6 docenas de cohettes (...) 6 ruedas y 6 montantes (...) para la noche de la vispera”; “3 docenas de cohettes y 3 de truenos (...) para el medio dia de la vispera”; “2 docenas de cohettes, para la madrugada del dia 1º”; “4 ruedas, 6 docenas de cohettes y 10 truenos para la misa del dia 1º”; “2 ruedas (...) 2 docenas cohettes (...) 6 truenos (...) para la reserva y Salve del dia 1º”; “8 ruedas (...) 6 docenas cohettes (...) y 6 cohettes pa. la procesion del ultimo dia”; “12 docenas de truenos y 1 ½ libra de polvora que pidio la reverenda M.Abª. para adentro para la reserva del ultimo dia”. Y, además de todo esto, se pagó 13 ps. al sastre que elaboró una cortina para el trono de la Virgen.53 En la participación musical, se contaba con la asistencia de los músicos “milicianos”, “tropa” o “batallón” para las procesiones de la calle, la fiesta 50

Idem. AHUCV: Libro 96-A, Cuentas de 1777, f. 90 vto. Miguel Antonio Mogollón (ornamentador y dorador)solía hacer frecuentes trabajos de reparaciones, dorados y retoques en el convento. En 1778, repara otras 3 gigantas. 52 AHUCV: Libro 96-A, Cuentas de 1778, f. 93 r. Por este conjunto se pagó 12 ps. 53 AHUCV: Libro 96-A, Cuentas de 1776, fs. 88r.-88vto. El subrayado no es del original. 51

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del día 1º, el novenario y los eventos arriba citados. Entro de ellos se mencionan nominalmente (los demás años, aparece el pago al conjunto musical en general): Felipe Márquez (1793), Pedro Marquiz (1794-1797, 1802-1804), José Antonio Borges (1808-1810), Trinidad Argote (1854),54 Laureano González (1853). Y para la música dentro de la Iglesia (misa y procesión), generalmente se registran los pagos a la “música de la Iglesia”, en otros, se menciona al músico: Narciso Guevara (1775, 1780-1791), Gabriel José Landaeta (17921797,1801-1803), Juan José Landaeta (1804,1805), Cayetano Carreño (1808, 1809). Cargos Musicales, Jerarquías y Capilla Musical Como mencionamos al principio de este trabajo, el convento constituye una réplica particular de la sociedad, y por lo tanto reproduce en su interior las costumbres, el orden urbano y las jerarquías de donde proceden sus pobladoras. Es una pequeña ciudad de religiosas y laicas, que en su conjunto conforman una “república de mujeres”, o, “Islas de mujeres” (llamadas así por el ya citado Luis Martín). Nos interesa momentáneamente resaltar la jerarquía que conservan dichas mujeres intramuros (las Doñas y Señoras mantuanas; las niñas futuras novicias). Por analogía, la Aristocracia Conventual está representada por las monjas de velo negro (aquellas que cedieron al convento 2.000 ps de dote). El Cuerpo Auxiliar de las ‘aristócratas’ lo asumen las monjas de velo blanco (religiosas que pagan media dote o no la pagan; y se dedican a hacer oficios humildes como cocinar, barrer, fregar y ayudar a las de velo negro). Las de velo negro son comúnmente llamadas ‘Coristas’, y es porque solo a ellas corresponde el derecho rezar en el Coro y de participar activamente en las Votaciones de Abadesa y Novicias; las de velo blanco, se supone que poco saben de lectura, y no se les obliga a rezar las Horas, sino que rezan por Padre Nuestros y Ave Marías: “Las que no son del coro digan veinte y quatro vezes el Paternoster con el Ave Maria por Maitines; por laudes sinco, por prima, tercia, sexta, nona y completas por cada hora siete, y por Visperas dose, y oren por los finados”.55 Las ‘Coristas’ están siempre asistidas por criadas (3 ó 4), generalmente las que poseía en su hogar antes de ingresar al Convento. El cuerpo de esclavas es muy variable, y son igualmente auxiliares de las monjas de velo blanco, además de corresponderles las labores más arduas de limpieza, cargamentos y cualquier labor en la huerta. Las ‘Donadas’, son mujeres seglares que ingresan al convento con la tercera parte de la dote. Estas mujeres, deben servir en lo necesario a la comunidad como si fuesen criadas particulares, sin serlo; sin embargo, el Convento de la Concepción no contó con Donadas, sino, criadas. 54

Encargado de la música en la procesión del Viernes Santo en 1854. De igual manera, Francisco Oviedo, se encarga de la dicha procesión en 1853) 55 Constituciones de la Concepción de Caracas (1676): Capítulo 10, De la oraçion y oficio Divinal)

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Los Oficios Religiosos del Convento, están a su vez, estrictamente determinados. Los cargos relacionados con el oficio del canto y música (Vicaria de Coro, Cantoras Mayores y Menores,56 Organistas, Maestra de Capilla), están destinados para las Coristas o religiosas de velo negro, por ser éstas las religiosas más preparadas e instruidas en la música.57 No obstante, en nuestro caso, hemos podido registrar un grupo o ‘terno’ instrumental (corneto, bajón y chirimía),58 a cargo de las criadas del monasterio (1688). Además, las constituciones, dedican algunos parágrafos a la participación musical de las criadas.59 Mandamos que en los domingos y fiestas de adviento y quaresma se junten todas las criadas puesto el sol, y en vos clara canten las oraciones, mandamientos, articulos y doctrina christiana o catecismo con su ofresimiento y acto de contriccion. (Adición 10ma. al Capítulo 10, De la oraçion...) Mandamos, que en ninguna manera ni en ningun tiempo aunque sea el de Eleccion de Abadesa aia en el monasterio Bailes ni Cantos de de criadas sobre, que ponga toda vigilancia la Prelada (...) (Adición 13ra. Al Capítulo 12, De la manera de trabajar, y del silensio y modo de dormir) Debe asistirles (la Maestra de Criadas) en el adviento y quaresma quando cantaren las oraciones y debe finalmente correjirlas, enseñarlas y exortarlas a la virtud. (Adición 24ta. Del officio de la Mtra. De Criadas)

Siendo una población de criadas tan elevada, no resulta difícil imaginar la actividad musical que desplegaban en las porterías y locutorios (lugares prohibidos para ellas), celdas, pasillos y patios. De hecho, para el año 1688, se registra un documento en el que el Obispo de Caracas Don Diego de Baños y Sotomayor reporta al Rey los adelantos que hacían dos indios como parte de la Tribuna musical de la Catedral, y la labor que éstos habían desarrollado al enseñar a tocar el bajón, chirimía y corneto, a las criadas de las monjas: 56

Merinero, 1639: Capítulo 3, Del Oficio Divino. En el caso de Caracas (siglo XVII y parte del XVIII), las niñas no tuvieron la oportunidad de estudiar en Colegios de Doncellas o Niñas (como si llegó a ocurrir en México o en Lima), donde se les instruyese en la música, como instrumento válido para profesar en un convento a título de Música (lo cual les solía eximir del pago de la dote, lo cual era habitual en los conventos). Hasta la fecha no se ha podido comprobar lo contrario. Sin embargo, nuestras Concepcionistas caraqueñas, eran adiestradas en la música, por sus Vicarias de Coro, los padres franciscanos (que asistían durante el siglo XVII a la música de la Catedral), y los músicos de la Catedral, como se mencionará más adelante. 58 Para el año, se menciona en un documento un bajoncillo perteneciente al Convento y donado por el Capitán Pedro Blanco. (AGI: Santo Domingo, 221: 11.V.1680) Igualmente, es necesario mencionar que para mediados del año 1656, el convento la poseía su propio órgano, según se desprende de las cuentas de dicho año, al reportarse los gastos por el “aderezo” y “composición” del mismo. (AHAC: Concepción, 7: Cuentas de 1656). En 1772, con motivo de la Visita hecha por el Obispo Martí, se hace referencia a la presencia de un Clave. 59 La población de criadas sobrepasaba los límites permitidos. Entre 3 y 4 criadas llegó a poseer cada monja. En los documentos revisados, abundan los reclamos por parte del Gobierno y de los Prelados, en relación al exceso de dichas seglares. ... 57

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Dos Indios uno grande, y otro muchacho tengo en mi poder, a quienes he hecho enceñar, y mantienen hoy la musica de la Cathl. Y el maior compite con cualquier maestro de Capilla, no haviendo instrumto. Que pos si sin haverselo enceñado, no toque: y ha enceñado en el convento de Monjas, y en la ciud. Assi a tocar el baxon, y corneta, como las chirimias, pues no haviendo havido ningunas en este lugar con su enceñanza he adquirido el tener un terno en la cathl. que se toca siempre que sale el Smo. Sacramto. Y otro terno que tocan las criadas de las monjas, y otro que tiene un vezino de esta ciudad muestra bastante de que no son tan insulsos, como los quieren hacer.60

La actividad musical del convento estuvo intimamente relacionada con el acontecer musical de la Catedral de Caracas y con los músicos de la ciudad.61 Cabe resaltar que por fechas cercanas al recién citado documento, la Capilla musical de la Catedral empieza a conformarse y consolidarse como tal. Apenas en 1671 se había establecido oficialmente el cargo de Maestro de Capilla (Padre Gonzalo Cordero, aunque antes se había establecido una escuela de canto en 1640, en la Catedral; Joseph Montesdeoca, Padre Buenaventura de los Ángeles; 1687, Padre Francisco Pérez Camacho), Músicos asalariados (cantores y músicos) de la fábrica de la Catedral, el de Bajón (1657, Juan de Salaeta, Juan Leyton; 1678, el castellano Joseph de la Rosa; 1681, Diego de la Rosa; 1682, Padre Francisco Pérez Camacho), Organista (desde 1637, Juan García Moreno, Blas de León; 1658, Joseph de León; 1669, Joseph Torrico; 1682, Sebastián Moreno, Joseph de León); y hacia 1696 el ya mencionado Obispo inaugura la Cátedra de Canto Llano en el recién inaugurado Seminario Tridentino “Santa Rosa de Lima” en Caracas (colindante al Convento). Además de esto, en el año 1688, la Capilla Musical registra la primera mención a una Maestra de Capilla, Sor Cathalina de Xpto., para la música (polifonía, canto de órgano, contrapunto); además de la Vicaria de Coro, Sor Isabel de la Ascensión, para el canto (monodia, Oficio Divino).62 Nuevamente, para el año 1760,63 volvemos a registrar la Capilla Musical (Maestra de Capilla “pa. la música”: Sor María Felipa del Espíritu Santo; Vicaria de Coro “pa. el Gobierno del Reso”: Sor Ma. Antonia de Sn. Joseph; Organista: Sor Ma. Francisca de la Cruz; cantoras “para q. Aprenda la musica”: Sores María Francisca de San José, Juana Isabel del Corazón de Jesús, Josepha Ma. De la Merced, Isabel Antonia de Js. M. Y Jph., Joseph Rosalía de la Concepción).64 60

AGI: Santo Domingo, 218: 29.XI.1688. El subrayado es nuestro. Principalmente de la Iglesia Parroquial de Altagracia, además de los músicos catedralicios. Como ya se ha detallado en la mención a los músicos contratados para las fiestas del Corpus o de la Inmaculada Conepción. 62 AHAC: Concepción, 8: Elección de Abadesa de 1688. 63 AHAC: Concepcionistas, 11: Elección de Abadesa de 1760. 64 Debe tratarse de las aprendices de la música exclusivamente (monjas recién profesas), puesto, que cinco años más tarde, (1765) Sor Bárbara Bermúdez, se ve en la necesidad de contratar músicos externos al convento para las celebraciones del mismo, alegando “no haber música” en el convento “por muerte de las religiosas músicas”. Archivo Histórico del Concejo Municipal: Propios, 1. Muchos años después, se encuentra a Narciso Guevara como maestro de música en el Convento, a quien se le pagan en febrero de 1788, 100 ps. “pr. enseñar la Musica a 4 Religiosas en el canto y en el organo”. 61

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Figura 3. Maestría de Capilla, Vicaría de Coro

La conformación de la Capilla Musical, liderada por la Maestra de Capilla (con organista y cantoras Músicas), fue la que adoptó el convento, en la medida de sus posibilidades, para toda la práctica musical que no fuese el Canto llano en el Coro. Es probable que hayan contado con un bajón, puesto que hacia fines del siglo XVII, el convento poseía este instrumento (que solían tocar las criadas junto a la chirimía y corneto); además de también contar con un clave. Toda la música que no fuese estrictamente el canto llano del oficio o de las ceremonias litúrgicas en el Coro, era asumida por la capilla musical. No todas las monjas coristas llegaban a ser “Músicas”. Sin embargo, todas las coristas debían ser cantoras del Coro.

Figura 4. Aprendices y Organista

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La participación musical de la Capilla, solía ser en las fiestas o ceremonias solemnes, donde se insertaban pasajes polifónicos, vocales e instrumentales, en el Oficio, Misas y demás ceremonias del Coro. Estos pasajes musicales de la capilla, alternaban en algunos casos con el canto del Coro (para los Oficios Solemnes), o simplemente complementaban las ceremonias del Coro con música escogida por la Maestra de Capilla para dicho día. La Maestra de Capilla, al igual que sus homólogos de la Catedral y otras Iglesias, estaba al mando de las “músicas” (instrumentistas y cantoras). Era su responsabilidad ensayar las piezas musicales diariamente, el contrapunto y la polifonía. En nuestro caso, la Capilla de la Concepción estuvo conformada básicamente por cantoras Músicas (tiples), quienes solo debían obedecer las indicaciones de la Maestra de Capilla. Por su parte, las cantoras del Coro, estaban bajo el mando de la Vicaria de Coro, quien las instruía y ensayaba el canto del oficio, o los cantos de la misa, siempre que estuviesen en canto llano a capella o con acompañamiento del órgano, o en fabordón. La Vicaria de Coro, debía gobernar el Coro mientras se canta el canto llano y asegurar las entonaciones antes de que las cantoras iniciasen los versos. Todos los días, debía ensayar con las coristas los cantos del oficio con o sin órgano, repasar los tonos, la teoría del canto, y corregir las faltas.65 La organista, debía acompañar tanto a la Capilla Musical, como al Coro, y su participación era muy requerida diariamente, como ya se mencionó en otro apartado. El cargo de organista, así como el de Maestra de Capilla, solían durar un trienio completo (puesto que cada tres años se hacía elección de Abadesas, y designación de cargos). Sin embargo, solía ocurrir que dichos cargos los regentasen las mismas monjas (trienio tras trienio) de por vida. El convento de la Concepción, tuvo desde sus inicios un órgano. Desde 1654, que es cuando aparece una primera menciona dicho instrumento (en la documentación consultada) hasta 1866-67 (fecha cercana a la extinción convento, en 1874). A lo largo de dos siglos, el convento sufragó las reparaciones, reconstrucciones y compras de nuevos órganos para el Coro. Organeros y constructores de la época, establecidos en Caracas, fueron los encargados de las reparaciones, hechuras, “composición” o “aderezo” del órgano (y del clave también), como se detalla: -

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1654: 6 ps. al Padre Fr. Antonio Albornoz “para adereçar el Horgano” (AHAC, Conventos 7). Pagados en 1656. 1656: 768 rs. “que se gastaron en el horgano”, pagados a Joan de Sabaleta. 1785: se pagan 12 ps. “por la composición del Organo” (AHUCV, Libro 123)

Como ha podido verse en el cuadro de Laudes-Vísperas, se ha señalado los cantos que entonan las Cantoras, el Coro, la Hebdomadaria, etc. En el canto del Oficio Divino, las Cantoras que entonan las antífonas o inician los salmos, etc., suelen ser dos (una por cada coro, y dispuestas una frente a otra). Estas cantoras, son designadas semanalmente por Tabla de oficios (que suele cambiarse cada sábado).

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1786: 25 ps. a Nicolás Clermon “pr. la composicion del Organo”. (Idem) 1790: 22 ps. a Nicolás Clermon por arreglar y ajustar el órgano. (Idem) 1776: 12 ½ ps. al Padre Teodoro Sucre “por componer y poner cuerdas nuevas al clave” (AHUCV, Libro 96-A. El clave ya se había inventariado en la Visita Pastoral que hizo el Obispo Martí al convento en 1772) 1777: 784 ps. 2 ½ rs. al Padre Fr. Teodoro Sucre de la Iglesia de la Merced, por la construcción (compra del órgano que hizo en La Merced y por trasladarlo al Convento) (Idem, ver Figura 5) 1794: 50 ps. al Padre Teodoro Sucre de la Merced, por arreglar el órgano. (AHUCV, Libro 144) 1803: 1200 ps. a Gregorio Ascune por “la total composicion del organo del coro”. (Idem) 1810: a Cayetano Carreño, “pr. su asistencia de un año a la composicion del organo y el Clave”. (AHUCV, Libro 226-B) 1866: 200 Bs. a Juan Bautista Abreu, por arreglar el órgano. (AHAC, Concepcionistas, 6).

Figura 5. Organo hecho por Fr. Teodoro Sucre, año1777

Anexo 1 Prohibiciones de Villancicos, Romances , comedias, representaciones teatrales y excesivas músicas. Y por quanto en algunos Conventos, la celebración que se haze con tan excesivos gastos, y Musicas de Villancicos, y Romanzes, que no son de edificacion, sino antes de dissension entre las Religiosas, y de escandalo al Pueblo, y aun esto mismo se origina muchas vezes de los Sermones que se predican en las dichas Festividades. Por tanto, ordenamos, y mandamos, que en las dichas festividades,

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ni en sus Octavas, ni Infraoctavas, no se canten Villancicos, ni Romances, ni se predique, ni celebren Fiestas con mas gastos de cera, y otras cosas (...) Y por quanto tambien suele aver excesso grande en celebrar otras Festividades, que hazen mõjas particulares, se ordena, que no se pueda poner mas cera que la que se acaba de dezir, y se celebraràn cõ las musicas de los Conventos, sin traerla de fuera, y podran tener Sermon. Item, se ordena, que en las Visperas de las Fiestas Solemnes, se echen las Kalendas sin cantarse Villancicos, y Romãces, ni saldran las religiosas con achas, ni velas encendidas, sino que esten todas en el Coro sin otras vestiduras, ni disfrazes, mas que sus habitos... (Merinero, 1639: Capítulo 3, Del Oficio Divino) (...) No consientan (las Abadesas) que las religiosas se disfracen con trages de seglares, para hazer Comedias, Autos, ò entremeses, aunq. Sea a lo divino, ni consientan q. Los seglares representen en sus Iglesias, ò en alguna otra parte del Cõvento (...) Item, prohibimos que las religiosas en los locutorios no toquen arpas, guitarras, ò otros instrumentos, cãtando cãtares profanos, ni bailen, ni dancen, aunque sea con sus habitos, por ser esto cõtra la modestia religiosa. Y si alguna vez con licencia de la Prelada, por causa justa cantare alguna religiosa, sean letras a los divino, y esto delante tales personas, que honesten, y califiquen la acción. (Merinero, 1639: Capítulo 4, De la vida común: el subrayado es nuestro) Prohibimos que se vean Comedias, dansas, toros, Mascaras ni otros expectaculos profanos en que siempre ai incombeniente, y solo se puede quando hubiere alguna prossesion que no entre por la Iglesia (...)

(Constituciones de la Concepción de Caracas, 1676: Adición 8va., a los Capítulos 7,8y 9) Anexo 2 Los “Motetes a duo para las RR.MM. Concepciones” (a dos tiples y bajo cifrado) de Olivares fueron compuestos para ser interpretados en la Semana Santa. Contienen textos pertenecientes al Oficio de la Semana Santa y de la Procesión del Domingo de Ramos: Gloria Laus, Deus Deus meus, In Monte Olivéti, 3 Allelúias. Un quinto texto es el correspondiente al Doleo super te, no corresponde al Oficio de la Semana Santa, pero adaptación del Himno de David que aparece en el segundo libro de Samuel. Es probable que estas piezas hayan sido interpretadas por las monjas, desde el Coro, acompañadas por el órgano (del Coro). Fuentes: Manuale Chori Seraphicum (Salamanca, Francisco Navarro, 1606); Oficio de la Semana Santa (Madrid, Joseph García Herreros, 1792), Biblia Sacra, Vulgata editionis. (Roma, 1922). Gloria Laus: Canto para después finalizar la procesión del Domingo de Ramos, realizada por las monjas en el interior del convento y en la Iglesia. Al volver al Claustro, dos cantoras entran al Coro y cierran las puertas, mientras los demás permanecen al otro lado de la puerta del Coro. Los dos cantoras 32

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entonan el verso Gloria Laus, el cual se debe repetir después de cantar cada una de las 5 estrofas. Al finalizarlos, se abren las puertas del Coro y se prosigue con la entonación de otros versos y responsos, para iniciar la Misa. In Monte Olivéti: suele cantarse en dos días de la Semana Santa: 1) Domingo de Ramos, antes de la Procesión de Ramos, que será después de Tercia. In Monte Olivéti, es un Responsorio que se canta de manera optativa después de la primera lectura (Éxodo 15-16), que prosigue a la Tercia. 2) Jueves Santo (Maitines): después de la 1ra. Lectura (Nocturno I) que finaliza con las Lamentaciones, se entona In Monte como Responso con su verso (Vigilate et orate...) Deus, Deus meus (Salmo 21): se entona al menos cuatro veces en la Semana: 1) Domingo de Ramos, como Introito de la Misa, precedido por el responso Domine, ne longue, el cual se repite al finalizar el Salmo. 2) Después de la Oración y Epístola de la Misa (posterior al introito), se entona el Gradual Tenuísti manun y su verso Quàm bonus, a lo que le prosigue inmediatamente el Tracto Deus, Deus meus. 3) Jueves Santo: después de Vísperas, mientras se desnudan los altares, se canta (el Sacerdote) el Salmo 21 Deus, Deus meus, precedido y proseguido por la antífona Diviserunt sibi. Este salmo, debe cantarse de forma muy pausada. 4) Viernes Santo (Maitines: Nocturno I): como segundo grupo de antífona-salmo-antífona. Allelúia: se entonan 3 Allelúias el Sábado Santo, después de la primera lectura de la Misa. Primero, el celebrante entona la primera Allelúia y repite el coro, y así sucesivamente. Cada Allelúia debe ser entonada una más fuerte que la anterior (‘levantando a proporción la voz’), empezando bastante piano (‘en voz grave’). Doleo super te: adaptación de la original lamentación de David por Saúl y Jonathan (Libro 2º de Samuel, Capítulo1º, versículo 26), a la pasión de Cristo, probablemente para el jueves o viernes santo. La versión de Olivares, sustituye algunas palabras de los versos, para estar adaptada al sufrimiento de la Virgen por la Pasión de Cristo.

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