\" No es un León domesticado \" un camino por la razón y la Paradoja en Søren

June 6, 2017 | Autor: María Rufiner | Categoría: Kierkegaard, C.S. Lewis
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Descripción

"No es un León domesticado" un camino por la razón y la Paradoja en Søren
Kierkegaard de la mano de C.S. Lewis
"Es salvaje: ustedes lo saben.
No es como un león domesticado y dócil".
C.S. Lewis Las Crónicas de Narnia

Si bien, no tenemos constatado que C.S. Lewis haya leído o no a
Kierkegaard, es notable las relaciones que se pueden trazar entre sus
imágenes literarias y la filosofía del pensador Danés, sobre todo en los
temas referentes a la fe, al yo y a la Paradoja, como se puede ver en un
trabajo previo que expuse en estas mismas jornadas en el año 2010[1].
En esta ponencia, nos proponemos exponer algunas imágenes que tienen
su contrapunto en ciertos temas Kierkegardinos.

1) El fantasma episcopal o el pensador Objetivo:
Si nuestro filósofo danés hubiese inventado un diálogo entre el pensador
subjetivo y el objetivo le hubiese dado una forma muy parecida al diálogo
que se desarrolla entre el fantasma de un teólogo y su ex discípulo en El
gran Divorcio[2] de C.S. Lewis. En este diálogo en el cuál se juega la
salvación eterna del fantasma en cuestión, se ve patente cómo la razón
puede no siempre aceptar la pasión que sufre por la paradoja, escondiendo
sus verdaderos deseos, porque estos implican su propia pérdida, en otras
palabras, esto implicaría abandonar la seguridad y certeza que proporcionan
el observar al amado de lejos, esto es "críticamente"; en consecuencia esta
será la respuesta del fantasma episcopal a la invitación al cielo: "Bueno,
en verdad, verás, no creo que tenga una sed de alguna verdad ya dispuesta y
capaz de acabar con la actividad intelectual del modo que pareces estar
describiendo. ¿Me dejará libertad mental, Dick? Tengo que insistir en
ello"[3]. Es así que ante la invitación de unión la razón prefiere la sana
aproximación; y he aquí que tenemos a un pensador objetivo: "(…) el hombre
de especulación puede prodigar su tiempo y dedicación, pero jamás estará
interesado con una pasión infinita: es más esto ni siquiera lo quiere. Su
consideración quiere ser objetiva, desinteresada."[4] Sin embargo, el ex
discípulo, convertido ahora en una persona brillante, sigue intentando
conmover a este fantasma objetivo, poniéndolo de frente a la realidad de la
Paradoja, de frente a la existencia misma, así es que le hace la siguiente
pregunta "¿Se va a arrepentir, va a creer, ahora?"[5] Y ante tal
interrogativa personal, este particular fantasma dubitativo suspenderá
cualquier juicio, ya que no se trata de responder a la ligera, sino que
mediante una certera investigación científica y seria, responderá a la
pregunta formulada, desde cada uno de los puntos que un conocimiento
científico, con seguridad, pueda proporcionarle. De este modo, la respuesta
del pensador objetivo será:
"—No estoy seguro de estar entendiendo exactamente lo que me quieres
decir —dijo el fantasma.
—No estoy tratando de demostrar nada —respondió el hombre luminoso —. Le
estoy diciendo que se arrepienta y que crea.
—Pero hijo querido, si ya creo. Es posible que no estemos completamente
de acuerdo, pero me estás juzgando muy mal si no adviertes que mi religión
es muy concreta y real y que la estimo mucho."[6]
Así, considerando la pregunta como pensadores objetivos lo primero que
debemos hacer es investigar los datos de manera objetiva, pura y
desinteresada. Interrogaremos a las distintas fuentes, preguntando ¿Quién
dicen que es la Paradoja?[7] Pasando las respuestas obtenidas por el crisol
de nuestra crítica, hasta poder ir aproximándonos metódicamente hasta la
misma Paradoja: "¿Existe? ¿Qué significa existencia? Siempre estás
suponiendo una suerte de realidad' estática, ya dispuesta, que está,
digamos, "allí", y a la cual nuestra mente tiene, sencillamente, que
adaptarse. Estos grandes misterios no se pueden enfocar así. Si hubiera tal
cosa (y no hace falta que me interrumpas, querido muchacho), francamente,
no me debería interesar. No tendría significación religiosa alguna. Dios,
para mí, es algo puramente espiritual. El espíritu de la dulzura, de la
luz, de la tolerancia y... uh... del servicio, Dick, servicio. No debemos
olvidar eso, verás."[8]
Pero si algo hemos aprendido acerca de las paradojas con Zenón, uno se
puede aproximar al blanco yendo, de medio en medio, pero jamás alcanzarlo;
ya que la mediación, aunque da apariencia de devenir y movimiento, no logra
captar la dinámica existencial de la Paradoja viva, puesto que es demasiado
objetiva para acercarse del todo; al respecto nos dice Johannes Climacus:
"Si se considera al cristianismo como un documento histórico(…) se cae en
una súbita desesperación, porque cualquiera puede darse cuenta, de que en
lo referente al estudio histórico, la más grande certeza se reduce a una
aproximación; y que una aproximación es demasiado poca cosa, para que a
partir de ella se pueda comenzar a construir la propia felicidad
(…)"[9].Hemos dado en el blanco del problema del pensador objetivo: dando
rodeos; no quiere hacer lo único que puede llevarlo a responder la pregunta
sobre la verdad, en otras palabras, no quiere dar el único paso que lo
llevará hacia dentro de la existencia, dentro del dinamismo mismo de la
Paradoja y hacia la felicidad eterna "¡Ah, pero debemos interpretar esas
bellas palabras a nuestro modo! No creo que exista nada semejante a una
respuesta definitiva. El viento libre de la crítica debe seguir soplando
siempre en la mente, ¿o no? "Demuestra todo"... Viajar con esperanza es
mejor que llegar." Esto se debe a que de ese paso, depende una decisión de
creer o no creer, pero este pensador para ello necesita de la certeza
"Mientras que la fe hasta ahora tenía un buen maestro en la in certeza,
ahora tendrá a su peor enemigo en la certeza. De hecho, una vez eliminada
la pasión, también lo es la fe; es que certeza y pasión no están de acuerdo
(…) en un mundo perfecto la fe es impensable. Es por esto que se dice que
en la eternidad la fe será abolida (Icor. 13,10)"[10] De este modo el
pensador objetivo tentado, cual Psique por sus hermanas, irá en busca de la
luz que le permita develar el misterio de aquél a quien ama. Y asimismo, si
la aproximación media entre él y la Paradoja, buscará una manera de que la
mediación sea una forma de llegar a ésta, de explicarla y obtener su tan
ansiada certeza, de saber ¿Quién es el Amado tan ansiado por su ciencia? Y
así, hemos dado con la luz para revelar el misterio, dando a luz al
sistema. De este modo, si la pregunta sobre la felicidad eterna, no puede
ser respondida mediante la crítica histórica, porque sólo me proporciona
una aproximación, entonces la solución está en hacer de la aproximación la
respuesta. Si en el tiempo debo encontrar la respuesta de la eternidad,
¿por qué no hacer del tiempo una eternidad? "La Paradoja del cristianismo
tiene esta característica, la cual es que siempre usa el tiempo y la
realidad histórica en relación con la eternidad, mientras que el
pensamiento proclama el método de la inmanencia. En otras palabras ¿Qué es
lo que hace la inteligencia humana? Ella piensa la inmanencia y la
considera como la primera parte de la alternativa, de esta manera
absorbiendo el cristianismo en el pensamiento"[11] De este modo mediante el
devenir mismo temporal elimino la alternativa entre creer y no creer;
porque la lógica misma de este sistema que he creado alrededor del devenir
de la historia me garantiza la respuesta a la pregunta formulada y elimina
la incomodidad de la alternativa entre creer y no creer. Ya no es necesario
creer que la Paradoja es quien es, que El eterno se hace temporal, hemos
ido más allá y la hemos traspasado con nuestro pensamiento, hemos develado
el misterio. El sistema me explica el fenómeno; me facilita con su método a
dar un salto de la cantidad temporal a la cualidad, eliminando la
alternativa, sustituyéndola con la mediación. Y dado que la realidad del
pensamiento ha de estar en continuo movimiento hacia la meta pero sin
llegar a ella el sistema jamás debe de completarse: "Si no podemos ser
respetuosos, por lo menos tampoco es necesario ser obscenos. La insinuación
de que debo regresar a la infancia para recuperar la capacidad de preguntar
por los hechos me parece impertinente. En cualquier caso, este asunto de la
concepción del pensamiento como ejercicio de preguntas y respuestas sólo
atañe a materias de facto. Las preguntas religiosas y especulativas
pertenecen, sin duda, a otro nivel."[12]
De esta forma, el pensador objetivo tiene el deber de buscar la
completitud del sistema, pero sin jamás esperar encontrar una respuesta
definitiva, porque para conservar su falta de pasión, debe él hacer
preguntas pero jamás buscar que se puedan contestar de manera definitiva:
"¿Pero verdad que sientes que hay algo de estrecho y rígido en la idea de
finalidad? El inmovilismo, querido muchacho... ¿Hay algo más destructor del
alma que el inmovilismo?"[13] Porque de contestarse se llegaría al final,
se daría con la alternativa. Nuestro peregrino pensador objetivo habría
llegado frente a la Esfinge de la Paradoja y no tendrá más remedio que
contestar a su existencial pregunta de manera definitiva, ya que de ello
depende su eterna felicidad. Y así el fantasma objetivo, cae en una
contradicción porque buscando su certeza objetiva cae en la trampa a causa
de su falta de pasión, de realizar preguntas que jamás pretende contestar.
Esto sucede porque intenta imitar en su sistema la existencia, con su
dialéctica y devenir, atrapar su sentido e imitar su movimiento,
olvidándose que la Paradoja es un León salvaje que no puede ser domesticado
por el pensamiento: "La felicidad, mi querido Dick —dijo el fantasma, con
placidez—, la felicidad, como advertirás cuando seas mayor, yace en el
sendero del deber. Lo cual me recuerda... Bendita sea mi alma, casi me
olvido. Por supuesto que no puedo ir contigo. Tengo queregresar el viernes
a leer una comunicación. Allá abajo tenemos una pequeña sociedad teológica.
¡Oh, sí! Y hay gran actividad intelectual.. (…)¡Pero ni siquiera me has
preguntado de qué trata mi comunicación! Me estoy apoyando en el texto
sobre crecer a la medida de la estatura de Cristo, y trabajando una idea
que estoy seguro te va a interesar. Voy a destacar que la gente siempre
olvida que Jesús —en este momento el fantasma se inclinó— era un hombre
relativamente joven cuando murió. Habría superado alguno de sus iniciales
puntos de vista, sabrás, si hubiera vivido más.(…) Voy a finalizar
señalando cómo esto ahonda la significación de la cruz. Por primera vez uno
siente el desastre que fue: qué desperdicio más trágico...Tanta promesa
interrumpida. Oh, ¿te tienes que marchar? Bueno, yo también. Adiós, querido
muchacho. Ha sido un placer. Muy estimulante y provocativo. Adiós, adiós,
adiós."[14]
De este modo abandonamos al Fantasma del pensador objetivo para viajar
hacia las tierras de Narnia y encontrarnos con la imagen de la fe que
significa la pasión del pensamiento.
2) Barroquejón, La reina de Bajotierra y la feliz pasión de la Razón: La fe
De todos los personajes de Narnia el valiente renacuajo del pantano,
llamado Barroquejón, es el más malhumorado y escéptico que se puede
encontrar, frente a todas las cosas su respuesta será siempre el aspecto
negativo: "(…) sería insensato que a ustedes les gustara nuestro tipo de
comida, a pesar de que no dudo de que le harán frente con valentía. De
todas formas, mientras yo pesco, no sería nada de malo que ustedes dos
trataran de prender el fuego. La leña está detrás de la choza. Es muy
posible que esté mojada"[15] Sin embargo esta negatividad, como lo señala
ya Kierkegaard: "Más el verdadero pensador subjetivo existencial es siempre
tanto negativo como positivo, y viceversa: él lo es fin cuando existe, no
en una vuelta por todas en una quimérica mediación. (…)."[16] Es la que
hará que frente a las razones de la Bruja Verde, reina de bajo tierra, el
pueda mantener la positividad de la fe aún cuando eso equivalía a la misma
pasión de su razón:
"-Una palabra, Señora -dijo, alejándose de la chimenea, cojeando por el
dolor-. Una palabra. Todo lo que has dicho es muy cierto, no me extrañaría
nada. Soy un tipo al que siempre le ha gustado conocer lo peor para luego
enfrentarlo lo mejor posible. Así que no negaré nada de lo que has dicho.
Pero aun así queda algo más que decir. Supongamos que sólo hayamos soñado o
inventado todas esas cosas, árboles y pasto y sol y luna y estrellas y el
propio Aslan. Supongamos que así fuera. Entonces todo lo que puedo decir es
que, en ese caso, las cosas inventadas parecen ser mucho más importantes
que las verdaderas. Supongamos que este foso negro que es tu reino sea el
único mundo. Bueno, a mí se me ocurre que es harto pobre. Y eso es lo
divertido, si te pones a pensar. Nosotros somos sólo niñitos imaginando un
juego, si es que tú tienes la razón. Pero cuatro niñitos jugando un juego
pueden hacer un mundo de juguete que le gana muy lejos a tu tan verdadero
mundo hundido. Por eso me voy a quedar con el mundo de los juegos. Estoy
del lado de Aslan en ese mundo, aunque no exista un Aslan que lo gobierne.
Voy a vivir lo más como narniano que pueda aunque no haya ninguna Narnia.
Por lo tanto, agradecemos mucho tu cena y, si estos dos caballeros y esta
dama están dispuestos, abandonaremos tu corte de inmediato y partiremos en
la oscuridad a pasar nuestras vidas en la búsqueda de Sobretierra. No creo
que nuestras vidas vayan a ser muy largas; pero sería una pérdida mínima si
el mundo es un lugar tan aburrido como tú dices."[17] Esta imagen muestra
que en un primer momento la razón ha de encontrarse con el escándalo eco de
la paradoja, y reconocer en él a la Paradoja misma: "La posibilidad de
escándalo no se puede evitar, y tú la debes atravesar: no te puedes salvar
de esto, más que de una manera: Creyendo"[18] Así nuestro renacuajo de
pantano, elabora en su razón todas las razones por las cuales ni Narnia, ni
Aslan, pueden ser reales:
"-¿Qué es un león? -preguntó la Bruja.
- ¡Córtala ya! -exclamó Scrubb-. ¿No lo sabes? ¿Cómo podemos
describírtelo? ¿Has visto alguna vez un -Por supuesto -contestó la Reina-.
Me encantan los gatos.
-Bueno, un león se parece un poco, un poquito no más, en verdad, a un
inmenso gato, con melena. Pero no como la melena de un caballo, te fijas,
sino más bien como la peluca de un juez, Y amarillo. Y terroríficamente
fuerte.
La bruja movió su cabeza.
-Ya veo -dijo- que no nos irá mejor con vuestro león, como lo llaman
ustedes, que con vuestro sol. Han visto lámparas y se han imaginado una
lámpara más grande y mejor y la han llamado sol. Han visto gatos, y ahora
quieren un gato más grande y mejor, y lo han llamado león. Bien, es una
bonita invención, pero, para ser sincera, les sentaría mejor si fueran más
jóvenes. Y vean que no pueden inventar nada en sus fantasías sin copiarlo
del mundo real, este mundo mío, que es el único. Pero hasta ustedes, niños,
ya están grandes para tales juegos. Y en lo que toca a vos, mi señor
Príncipe, que sois un hombre adulto ya, ¡qué vergüenza! ¿No te ruborizas
con estos jugueteas? Vengan todos. Dejen esas triquiñuelas infantiles.
Tengo trabajo para ustedes en el mundo real. No hay Narnia, ni Mundo de
Encima, ni cielo, ni sol, ni Aslan. Y ahora, todos a la cama. Y empecemos
mañana una vida más sensata. Pero primero, a la cama; a dormir; un sueño
profundo, con blandas almohadas, a dormir sin sueños tontos."[19] Y estas
razones, termina encontrándolas válidas, pasando así por la sombra del
escándalo, para luego afirmar la fe esto se debe a que ha realizado el
salto que esta misma requiere y que comienza con la resignación infinita.
Si tenemos en cuenta que la fe es un salto, la resignación infinita será
como el movimiento de agacharse para tomar impulso al saltar, "La
resignación infinita es el último estadio que precede inmediatamente a la
fe, de suerte que no tiene fe todo aquel que no haya hecho ese movimiento
previo"[20]. Resignamos nuestra razón ante el misterio, ante la paradoja,
en un movimiento hacia lo infinito, para luego volver a recuperarla en un
movimiento de vuelta, hacia lo finito. Así Barroquejón: "Se resignó
infinitamente a todo y lo pudo recobrar de nuevo gracias al absurdo."[21]
Es el pensador subjetivo que frente a la paradoja tiene: "(…) fantasía,
sentimiento y dialéctica conjuntamente con una pasión en el interior de su
existencia. Pero sobre todas las cosas se requiere pasión, porque es
imposible estar existiendo y pensar en la existencia sin
apasionarse;(…)"[22] De este modo este honesto Renacuajo del Pantano salva
el día pasando por la feliz pasión de su razón, llegando a la fe, venciendo
las tentaciones de la bruja de Bajotierra que afirmaba la locura que
implicaba la paradoja, sin darse cuenta de que "La razón dice que la
paradoja es el absurdo, pero eso no es más que una parodia, puesto que la
paradoja es ciertamente paradoja quia absurdum. El escándalo queda fuera de
la paradoja y conserva la verosimilitud, mientras que la paradoja es lo más
inverosímil."[23]


Conclusión


"— (…)Lucía. No estés triste. Pronto nos volveremos a encontrar.
—Por favor, Aslan —dijo Lucía—. ¿A qué llamas pronto?
—Para mí, cualquier plazo es pronto —dijo Aslan, y desapareció en un
instante, y Lucía se quedó sola con el mago.
—¡Se ha ido! —dijo él—, y nos ha dejado bien alicaídos. Siempre pasa lo
mismo, no lo puedes retener como si fuera un león domesticado."[24] Con
esto C. S. Lewis nos quiso mostrar que Aslan, imagen de Cristo, Paradoja
eterna hecha temporal, no puede ser apresada con la simple razón, que
quiere comprender cuales son sus plazos medidas y tiempos, sino que se ha
de confiar como lo hizo Barroquejón, que a pesar de lo absurdo que pueda
parecernos el tiempo lo volveremos a ver, en el lugar donde mora quién es
nuestra Felicidad Eterna. De lo contrario nos volveremos unos muy objetivos
fantasmas atrapados en el infierno sin darnos realmente cuenta de lo
objetivos que somos. Todos estos mensajes que el Danés en su filosofía una
y otra vez nos ha tratado de comunicar existencialmente.
Bibliografía:
Søren Kierkegaard Postilla conclusiva non scientifica alle Briciole di
filosofía, en Kierkegaard opere, a Cura di Cornelio Fabro, Sansoni,
Firenze, 1993.
Søren Kierkegaard, Migajas filosóficas o un poco de filosofía, edición
y traducción de Rafael Larrañeta, Trotta, Madrid, 1999
Søren Kierkegaard, Temor y temblor, digitalizado por www.libordot.com
Søren Kierkegaard, Esercizio del cristianesimo, en Kierkegaard opere, a
Cura di Cornelio Fabro, Sansoni, Firenze, 1993.
C.S. Lewis El gran Divorcio un sueño, RIALP, Madrid, 2008
C.S. Lewis, Las crónicas de Narnia, Libro III, La travesía del
Explorador del Amanecer, Editorial Andres Bello, Santiago de Chile 1996
C.S. Lewis Las crónicas de Narnia: Libro IV: La Silla de Plata,
Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1996
C.S. Lewis, Las crónicas de Narnia: Libro I: El León la Bruja y el
Ropero, Editorial Andres Bello, Santiago de Chile, 1996
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[1] María Sol Rufiner ". UNA LECTURA DE 'EL GRAN
DIVORCIO' DE C.S. LEWIS A LA LUZ DE 'EL TRATADO DE LA DESESPERACIÓN' DE S.
KIERKEGAARD" en
http://www.sorenkierkegaard.com.ar/index2.php?clave=trabajo&idtrabajo=70&cla
vebot=jornadask
[2] La historia de El gran divorcio es la historia de un sueño; un hombre
de repente se encuentra inexplicablemente en una extraña parada de autobús,
esperando el micro que lo conduciría a un lugar desconocido. Las cosas a su
alrededor son de un gris sucio y desgastado y hasta la actitud de la mismas
personas que lo acompañan son de un aspecto y comportamiento también sucio,
gris y desgastado, con esto nos referimos a un comportamiento quejumbroso,
no alegre, triste, egoísta y autocomplaciente, cosas que hacen a una
persona, sea quien fuere, gris. La historia continua, cuando el autobús
arriba a, lo que podríamos llamar en el leguaje de Lewis, las tierras
reales. Allí nuestro personaje comienza a observar que las cosas a su
alrededor son más sólidas que él y sus compañeros, que vistos a la luz de
aquel brillante amanecer son meros fantasmas. El protagonista, más
adelante, empieza a encontrar diferentes casos de compañeros fantasmas que
se van encontrando con distintas personas brillantes, estos casos le son
explicados por su acompañante George Mac Donald el cual es también una de
las personas brillantes.
[3] C.S. Lewis El gran Divorcio un sueño, RIALP, Madrid, 2008, p59
[4] Søren Kierkegaard Postilla conclusiva non scientifica alle Briciole di
filosofía, en Kierkegaard opere, a Cura di Cornelio Fabro, Sansoni,
Firenze, 1993. p.270 "(…) l'uomo di speculazione può prodigare il suo tempo
e la sua applicazione, ma non sarà mai interesato con una passione
personale infinita: anzi costoro , neppure lo vogliono. La loro
considerazione vuole essere oggettiva, disisnteressata."
[5] C.S. Lewis El gran Divorcio un sueño, RIALP, Madrid, 2008, p57
[6] C.S. Lewis El gran Divorcio un sueño, RIALP, Madrid, 2008, p58
[7] Cfr. Mt. 16, 14
[8] C.S. Lewis El gran Divorcio un sueño, RIALP, Madrid, 2008, p60-61
[9]Søren Kierkegaard Postilla conclusiva non scientifica alle Briciole di
filosofía, en Kierkegaard opere, a Cura di Cornelio Fabro, Sansoni,
Firenze, 1993. p.271 "Se si considera il cristianesimo come un documento
storico, (...) qui si cadrebbe subito in disperazione, perché nulla è più
facile da vedere che nel campo della storia la più grade certeza si riduce
comunque a un'approssimazione, e che un'approsimazione è troppo poca cosa
per che su di essa si possa costruire la propria beatitudine: (...)"
[10]Søren Kierkegaard Postilla conclusiva non scientifica alle Briciole di
filosofía, en Kierkegaard opere, a Cura di Cornelio Fabro, Sansoni,
Firenze, 1993. p.274 "Mentre la Fede aveva finora un pedagogo opportuno
nella incertezza, essa avrà invece nella certezza il suo nemico più
pericoloso. Infatti una volta eliminata la passione, anche la fede non
esiste più e certezza e passione non vano d'accordo. (...) in un mondo
perfetto la fede è impensabile. È per questo che si dice che nell'eternità
la fede sarà abolita (I Cor., 13, 10)"
[11] Søren Kierkegaard Postilla conclusiva non scientifica alle Briciole di
filosofía, en Kierkegaard opere, a Cura di Cornelio Fabro, Sansoni,
Firenze, 1993. p.309 "Il paradosso del cristianesssimo consiste inquesto,
ch'esso sempre usa il tempo e la realtà storica in raporto all'eterno ,
mentre il pensiero il metodo della imammanenza. Che fa allora l'
intelligenza umana? Essa pensa l'immanenza e la considera come la prima
parte dell'alternativa, e così essa ha assorbito il cristianessimo."
[12] C.S. Lewis El gran Divorcio un sueño, RIALP, Madrid, 2008, p
[13] C.S. Lewis El gran Divorcio un sueño, RIALP, Madrid, 2008, p59
[14] C.S. Lewis El gran Divorcio un sueño, RIALP, Madrid, 2008, p
[15] C.S. Lewis Las crónicas de Narnia: Libro IV: La Silla de Plata,
Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1996,p. 58
[16] Søren Kierkegaard Postilla conclusiva non scientifica alle Briciole di
filosofía, en Kierkegaard opere, a Cura di Cornelio Fabro, Sansoni,
Firenze, 1993. p.303 "Ma il vero pensatore soggettivo essitenziale è sempre
tanto negativo come positivo, e viceversa: egli lo è fin quando essiste,
non una volta per tutte in una chimerica mediazione. (…)."
[17] C.S. Lewis Las crónicas de Narnia: Libro IV: La Silla de Plata,
Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1996,p.145
[18] Søren Kierkegaard, Esercizio del cristianesimo, en Kierkegaard opere,
a Cura di Cornelio Fabro, Sansoni, Firenze, 1993. p.739 "La posibilità
dello scandalo no si può evitare e tu la devi attravesare: non puoi
salvarti da esso che in un modo: col credere"
[19] C.S. Lewis Las crónicas de Narnia: Libro IV: La Silla de Plata,
Editorial Andrés Bello, Santiago de Chile, 1996,p.143-144
[20]Søren Kierkegaard, Temor y temblor, digitalizado por www.libordot.com,
p.55
[21] Søren Kierkegaard, Temor y temblor, digitalizado por www.libordot.com,
p. 35.
[22] Søren Kierkegaard Postilla conclusiva non scientifica alle Briciole di
filosofía, en Kierkegaard opere, a Cura di Cornelio Fabro, Sansoni,
Firenze, 1993. p.452 "(…)fantasia, sentimento, dialéctica insieme a
passione nell' interiorità della la esistenza. Ma anzitutto e soprattuto
passione, perché è impossibile esistendo pensare all' esistenza sensa
essere presi dalla passione"
[23] Søren Kierkegaard, Migajas filosóficas o un poco de filosofía, edición
y traducción de Rafael Larrañeta, Trotta, Madrid, 1999, pp. 63-64.
[24] C.S. Lewis, Las crónicas de Narnia, Libro III, La travesía del
Explorador del Amanecer, Editorial Andres Bello, Santiago de Chile, p. 130
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