- Karina Kiessling Castillo, Ricoeur, Paul, La memoria, la historia, el olvido, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2004.

July 5, 2017 | Autor: Cihpse Uahc | Categoría: Historia, Historia y Memoria
Share Embed


Descripción

CONVERGENC IA H ISTÓR ICA

Ricoeur, Paul, La memoria, la historia, el olvido, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2004. Karina Kiessling Castillo1

El presente escrito tiene como fin elaborar un análisis crítico respecto a la obra del filósofo Paul Ricoeur La Memoria, la Historia, el Olvido publicada el año 2000 en Francia a la edad de 87 años, pero traducida al español el 2004 por el Fondo de Cultura Económica, la cual tomaremos como referencia a pesar de los riesgos propios que genere ello. Al inicio del texto, el autor esclarece las principales preocupaciones que tiene para efectuar tal empresa, cuestión que imprescindible de señalar antes de elaborar esta reseña. En primera instancia el filósofo arguye una preocupación privada que se encuentra profundamente relacionada con el trabajo que ha hecho en obras pasadas. Por otra, parte asegura una motivación profesional ligada al estudio de diversos intelectuales en cuanto a las problemáticas entre la memoria e historia y por último asevera una preocupación pública, pues como haremos referencia seguidamente, él plasma la idea de los constantes abusos a la memoria y el olvido, en el ámbito político2. Teniendo las preocupaciones claras de Ricoeur, nuestro propósito entonces será desvelar la conceptualización que realiza del término Historia y cómo se concreta en el transcurso de su obra, nos parece pertinente hacer hincapié en el aporte que realiza desde la filosofía al quehacer historiográfico. 1  Profesora de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Austral de Chile y estudiante de Magíster en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso. [email protected]. 2 Paul Ricoeur, La memoria, la historia, el olvido, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2004, pp. 13. 209

CONVERGENC IA H ISTÓR ICA

En el preámbulo del testimonio La memoria, la historia, el olvido, Paul Ricoeur establece claramente los tres lineamientos y partes en las cuales transcurrirá su texto; “La primera, consagrada a la memoria y a los fenómenos mnemónicos, está colocada bajo la égida de la fenomenología, en el sentido husserliano del término. La segunda, dedicada a la historia, concierne a la epistemología de las ciencias históricas. La tercera, que culmina en una meditación sobre el olvido, se enmarca en la hermenéutica de la condición histórica de los hombres que somos”3 A pesar de lo explicitado, es necesario elaborar un análisis más acabado para comprender la dinámica de la obra de Ricoeur. Los tres apartados mencionados poseen su metodología propia, es decir, la fenomenología de la memoria, la epistemología de la historia y por último la hermenéutica de la condición histórica4. El objetivo principal de Ricoeur será entonces la representación del pasado, y, mediante tal pretensión iremos desentrañando el concepto de historia del filósofo. Si bien el filosofar se muestra en toda la obra de Ricoeur, es precisamente en la primera parte donde se da cuenta con mayor preponderancia su quehacer intelectual. Lo anterior es evidenciable al referirse a la memoria sobre la base de la fenomenología de esta. Buscando la esencia de la memoria comienza preguntándose respecto a ¿qué? ¿Quién? Y ¿cómo? Se recuerda, ya que tales interrogantes estructuran la fenomenología de la memoria. Así, el recuerdo se configura inicialmente como la esencia de la misma, desde un enfoque cognitivo y pragmático. Para esbozar su fenomenología “coloca entre paréntesis” el cómo diferentes intelectuales han abordado la memoria desde sus deficiencias. En este sentido, Ricoeur procede a presentar “lo más sencillamente posible, los fenómenos que, en el discurso ordinario, el de la vida cotidiana, se designan con el término memoria”5, para así partir con su trabajo. 3 4 5 210

Ibíd., pp. 13. Ibíd., pp. 14. Ibíd., pp. 40.

CONVERGENC IA H ISTÓR ICA

Ahora bien cabe preguntarse el lugar de la historia en la fenomenología de la memoria. Según Ricoeur, la pretensión de la memoria es la fidelidad al pasado, esta fidelidad deberá ser cotejada con la historia existiendo aquí un problema de confianza respecto a la fidelidad de la memoria al dar el paso a la historia6. Pero, de igual forma, su confrontación se dará en un plano cognitivo y pragmático, ya que el historiador intenta “hacer historia” mientras tanto el resto “hace memoria”7. Otro de los puntos donde se hace referencia a la historia, es al determinar los usos y abusos de la memoria teniendo en consideración que la memoria colectiva es el punto de partida de la historiografía, distinguiéndose la memoria impedida, manipulada y obligada. Precisamente, en tal apartado encontramos la conceptualización de historia, criticando abiertamente la historia del siglo XIX. En cuanto a la memoria manipulada, una causa de su fragilidad sería la relación con la identidad, siendo esta última la herencia de la violencia fundadora de una nación, cuestión que se encuentra relacionada con la ideología y por lo cual resaltan las guerras, los Estados precariamente legitimados, las celebraciones y conmemoraciones, etc. En este sentido “ciertas formas de abuso de la memoria pueden incorporarse a la reivindicación de la identidad”8. De esto se encarga precisamente la historia del siglo XIX, que apela a la historia de los acontecimientos y héroes, y que el autor implícitamente crítica a través del análisis del fenómeno ideológico, señalado que “la memoria impuesta está equipada por una historia autorizada, la historia oficial, la historia aprendida y celebrada públicamente”9, lo que en definitiva constituiría un abuso a la memoria pues esta se debe configurar como la matriz de la historia10, ahí recae su importancia. Otro de los elementos que se puede evidenciar respecto a la historia contemporánea utilizada por el filósofo es al preguntarse acerca de qué es importante para el historiador ¿la memoria individual o colectiva?, antes de ello el intelectual asegura que el filósofo debe 6 7 8 9 10

Ibíd., pp. 79. Ibíd., pp. 82. Ibíd, pp. 111. Ibíd, pp. 116. Ibíd, pp. 119. 211

CONVERGENC IA H ISTÓR ICA

esclarecer esta supuesta dialéctica, asevera que es necesario tener ambos presentes, ya que la “historia proporcionará esquemas de mediación entre los polos extremos de la memoria individual y de la memoria colectiva”11. Tal afirmación es realizada por medio de la fenomenología de la memoria individual y la sociología de la memoria colectiva. Bajo esta lógica se desprende que la historia no sólo debe considerar al individuo, sino también a las colectividades, con ello Ricoeur afirma en sí que en la historia todos son partícipes. En cuanto a la segunda parte de la obra relacionada con la epistemología del conocimiento histórico, se encuentra basada en el rol del historiador. Ricoeur concordará con la Escuela de los Annales al aseverar la historia como ciencia humana. Para concretar el transcurrir de la epistemología, recurre al concepto de operación historiográfica de Michael de Certeau, es necesario considerar que si bien Ricoeur hace uso de tal expresión le otorga como él manifiesta contenidos diferentes. Estableciendo, en primer lugar la fase documental relacionada con los testimonios y archivos, la fase explicativa/comprensiva y por último la fase representativa o escritural. Sin embargo, al explicar cada una de las fases llama la atención la función que el filósofo le otorga a la historia: la intención de representar la verdad de las cosas pasadas. En base a lo anterior es evidente el cuestionamiento. ¿Es factible la representación de la verdad en la historia como lo propone Ricoeur? pareciera que ello es cada vez más complejo, ya que no podemos conocer la verdad de la historia o apropiarnos de ella, lo que nos queda o conocemos son historias narradas, que se articulan mediante el trabajo del historiador de acuerdo a los métodos utilizados por este, configurando un discurso histórico y literario, donde el lenguaje adquiere particular significado. En este sentido, la historia tiene una dimensión de carácter explicativa e interpretativa al contrario del anhelado objetivismo de antaño, es decir, la historia debe ser entendida como problema. Debido a las fases se testifica en el texto que “la historia es, de principio a fin, escritura”12. Desde este punto de vista, Paul Ricoeur se acerca desde su perspectiva y haciendo las salvedades correspondientes 11 12 212

Ibíd, pp. 171. Ibíd, pp. 179.

CONVERGENC IA H ISTÓR ICA

al llamado giro lingüístico donde se asevera que la historia también es escritura. Aquí destacan autores como Hayden White que postula que la historia debe considerarse como una rama de la literatura, Carlo Ginzburg y Roger Chartier, que señalan que es necesario otorgar a la narrativa un lugar preponderaste en la escritura y configuración del discurso histórico, concordando que los recursos retóricos son utilizados en el relato histórico. Para plantear su idea, Ricoeur recurre al mito platónico de Fedro dedicado a la invención de la escritura. Sin embargo, el filósofo considera que la narratividad no debe llenar el ámbito de la explicación/comprensión. En cuanto a la última parte de la obra de Ricoeur –la condición histórica- , inicia nuevamente su exposición desde una interrogante general ¿qué es comprender según el modo histórico?, evidenciado su método fenomenológico. Aborda la hermenéutica de la condición histórica que tomará como eje la filosofía crítica de la historia, que establece los límites a los planteamientos totalizadores, luego, se centra en la hermenéutica ontológica que coloca acento en las presuposiciones existenciarias, y finaliza con el dominio del olvido13. Ricoeur asegura que el concepto de historia se debe entender como colectivo singular, donde se encuentran las historias particulares, y del mismo modo, posee una significación temporal y una antropológica en la cual “la historia es la historia de la humanidad, y, en este sentido, la historia mundial, la historia de los pueblos”14. La humanidad pasa a ser objeto y sujeto total de la historia, y es precisamente aquí donde sujeto-objeto en la fenomenología son intercambiables. Justamente, establece su conceptualización de historia respecto a la de Marc Bloch, al agregar que “los hombres en el tiempo son, en realidad, los hombres de otro tiempo, que vivieron antes de que el historiador escribiera de ellos”15. Paul Ricoeur entiende la historia a grandes rasgos según los lineamientos historiográficos del siglo XX, por tal toma en consideración algunos de los principales planteamientos de los historiadores de la Escuela de los Annales, y junto con ello, otorga un rol fundamental a la escritura en la operación historiográfica como se 13 14 15

Ibíd, pp. 373. Ibíd, pp. 393. Ibíd, pp. 451. 213

CONVERGENC IA H ISTÓR ICA

planteó en la década del setenta. Pero en el transcurrir de la lectura de su obra descubrimos que el autor va estableciendo sus propios parámetros para evidenciar el objetivo de su obra, es decir, la representación del pasado donde procede a refutar argumentos de historiadores tanto “tradicionales” como de la “nueva historia” para así también recoger sus planteamientos entregando los matices correspondientes. Desde este punto de vista y por medio de la fenomenología, el autor en su quehacer filosófico considera elementos de ambas líneas historiográficas con el fin de intentar comprender la realidad desde la generalidad. Este proceder lo realiza mediante la fenomenología, refutando constantemente los bosquejos historiográficos “instaurados”, para de esta forma fijar su pensamiento filosófico, en esto precisamente recae todo el dinamismo de La Memoria, La historia, El Olvido, y por lo mismo, es posible identificar una distancia respecto del pensamiento europeo del siglo XX, resaltando lo contingente en el tiempo y el espacio en relación a lo que aparece como lo permanente. De este modo constantemente niega el pensamiento de una influencia determinada, abstrayéndose de la realidad y tomando a una gran variedad de intelectuales, o como Ricoeur señala “evoco y cito frecuentemente autores que pertenecen a épocas diferentes, pero no escribo la historia del problema. Convoco a tal o cual autor según las necesidades del argumento”16. Bajo este parámetro confronta posiciones, estableciendo también líneas en común entre intelectuales que a primera vista pareciera ser irreconciliables, para luego poder instaurar sus propios ámbitos de estudio. Lo anterior pretende de alguna forma comprender la realidad como caos, ya que se abstrae de la realidad para posteriormente volver en ella, pretendiendo su entendimiento de otra forma. Ricoeur nos entrega una variada gama de interpretaciones que desde diversos ángulos son obviadas por los historiadores tanto del siglo XIX como del XX, para terminar asegurando que “la historia es de principio a fin escritura” contribuyendo al conocimiento histórico desde la filosofía.

16 214

Ibíd, pp. 15.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.