¡¡ HASTA SIEMPRE ENOCH CANCINO CASAHONDA!!

¡¡ HASTA SIEMPRE ENOCH CANCINO CASAHONDA!!

"La vida de todo hombre siempre es un suceso trascendental, por más sencilla que sea la persona, ha venido a la Tierra por alguna razón, todos somos merecedores de la misma dignidad"

Palabras en el homenaje a Enoch Cancino Casahonda por sus 80 años

Fernando Álvarez Simán*
http://mx.geocities.com/feralvarezsiman/

Este dos de marzo el poeta, académico y humanista Enoch Cancino Casahonda se nos adelantó en el viaje que inexorablemente todos los seres humanos hemos de emprender. Se fue una excelente persona, un gran amigo y un personaje mítico en el devenir chiapaneco. El poeta partió en busca de otros horizontes, dejando un sentimiento de desamparo y tristeza a esta ciudad que lo vio nacer y a la que tanto quiso. Pero en su despedida fue rodeado, muy pronto de tantos familiares, amigos, y compañeros, personas de distinta procedencia, orígenes, clases sociales e idiosincrasia que presentaron sus afectos y respetos al personaje ejemplar.

Cuando se esparció la noticia de su descanso eterno con la luz de un nuevo día, muchos resentimos enormemente su partida; en numerosos hogares, en las oficinas públicas, en las escuelas, en los comercios, en la calle, la población externaba su pesar. A varios se nos vino a la mente que con su plática amena, franca, sincera y coloquial nos arrancaba una sonrisa o una franca carcajada, porque a pesar de su enorme preparación y cultura, nunca perdió su esencia de hombre enraizado y arraigado a la cultura local.

Don Enoch fue un ser muy generoso, nunca se reservó una palabra de aliento a los amigos, fue un correcto esposo, un padre cariñoso y el mejor de los amigos, además le tenía un enorme amor a la tierra que lo vio nacer y era un convencido de que el futuro de Chiapas era un futuro promisorio, como lo afirmó en numerosas ocasiones, creía firmemente que tarde o temprano los chiapanecos gozaríamos de un mejor nivel de vida.

Su generosidad le permitió ganarse los afectos de mucha gente, incluso más allá de las fronteras estatales, basta ver las numerosas muestras de solidaridad que recibieron su esposa la señora Gloria Pérez y sus tres hijos Enoch, Pedro y Pablo en el homenaje de cuerpo presente que recibió de parte del gobierno del estado, en nombre del pueblo chiapaneco y también en la agencia funeraria donde junto con sus demás familiares recibieron los afectos, la solidaridad y el aprecio de los amigos.

Esto puede entenderse porque Don Enoch o Noquis como era cariñosamente llamado por todos era un ser extraordinario, adelantado a su tiempo; médico cardiólogo, periodista, político, académico, extraordinario conversador y amigo generoso. Pero además es el autor del poema "Canto a Chiapas" que escribió cuando era estudiante de medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Por el cual recibió el primer premio de los Segundos Juegos Florales de Poesía de Chiapas, en 1949.

"Canto a Chiapas" tiene poco más de sesenta años de creado y hoy forma parte del sentimiento chiapaneco, es ya como "nuestro segundo himno" inspirando desde su creación a las subsiguientes generaciones de habitantes de esta tierra. Esto demuestra la extraordinaria vigencia de la obra más conocida del poeta.

Un poema que en lo personal aprendí de niño, que lo disfruto cada vez que lo oigo y que como le pasa a muchos chiapanecos de distintas generaciones me identifica, me da sentido de pertenencia y enaltece el orgullo de mis raíces. En la primaria, en la secundaria, en la preparatoria, cuando hay una celebración cívica no falta quien se apunte para declamar con viva emoción el estupendo poema. Un poema nacido siendo su autor todavía muy joven, por eso está lleno de nostalgias, de vivencias y de añoranza por la tierra donde nació.

Pero don Enoch también triunfó en numerosas facetas de su vida en la medicina se especializó como cardiólogo, manteniendo una brillante carrera. Como académico, la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH) le reconoce el haber encabezado la Dirección de la hoy Facultad de Humanidades, en tiempos particularmente difíciles de la historia universitaria, puso todo su talento, imaginación y prestigio personal para estabilizar un barco que en muchas ocasiones estuvo a punto de naufragar.

Como político, Don Enoch fue entre 1979 y 1982 Secretario General de Gobierno en el gobierno de su amigo, Don Juan Sabines Gutiérrez, de igual manera, fue Diputado Federal de 1982 a 1985 y Presidente Municipal de esta ciudad capital de 1989 a 1992.

En su faceta de poeta e intelectual tuvo bajo su responsabilidad la corresponsalía del Seminario de Cultura Mexicana en Tuxtla Gutiérrez, fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1974, publicó los poemarios "Con las alas del sueño", "La vid y el labrador", "Ciertas canciones", entre otras obras. Junto a Rosario Castellanos, Jaime Sabines y Juan Bañuelos, dos de nuestros máximos orgullos fundó el movimiento cultural del "Ateneo Chiapaneco". Por su trabajo recibió grandes distinciones, por ejemplo, en 1956 el premio de la Ciudad de México, el Premio Chiapas en 1979 y apenas el 2008, la cámara de diputados del estado, le entrega la Medalla Rosario Castellanos por sus reconocidos méritos como poeta y ser humano.

Más allá de sus blasones académicos, de los reconocimientos a la trayectoria política y de su sensibilidad artística, a Don Enoch lo distinguía su don de gentes, es decir; era un extraordinario ser humano. Lo mismo conversaba amable y jovialmente con el más humilde de los tuxtlecos, con las señoras de cualquier extracción social, con los jóvenes, que con el más encumbrado político o empresario. Nadie puede negar que por lo menos en Tuxtla, que es una ciudad que crece y crece, ver gente a quien todo el pueblo sin excepción le demuestre ese aprecio y respeto es ya casi imposible. Noquis lo hacía posible.

Para los Álvarez Simán su partida significó una ausencia física irreparable en todos los sentidos, como paisanos, tuxtlecos y afortunados beneficiarios de su generosa amistad, de la cual nos dio muestras con cariño y afecto en distintos momentos y en circunstancias tanto difíciles como de felicidad.

Precisamente su desaparición física ocurre en un lapso de los meses de Febrero y Marzo que para la familia Álvarez Simán representa un periodo de dolor porque hace tres años, el 21 de febrero del 2007 se nos adelanta en el viaje eterno mi madre Doña Helel Simán Habib; y solamente un año y catorce días después mi padre, el Coronel Fernando Álvarez Orea; la alcanza, en un día 7 de marzo del 2008.

Pero esta despedida me hace pensar ya en la partida de toda una generación de nuestros mayores, pues además de la desaparición física de don Enoch exactamente un día dos de marzo, se une también al fallecimiento de otro chiapaneco extraordinario, don Juan Sabines Gutiérrez hace 23 años en la misma fecha y qué decir de don Jaime Sabines que también se marcho un 19 de Marzo de 1999. El grupo de amigos de toda una generación tuxtleca.

Don Enoch y Don Juan fueron entrañables amigos, con una lealtad incondicional a toda prueba, curtieron su amistad desde muy jóvenes, pero la fortalecieron aún más con el paso de los años y sobre todo en la escena política. Don Juan le confió a su amigo Noquis la tarea de mantener la tranquilidad y la paz social en el estado, asunto especialmente difícil puesto que el contexto externo era de una Centroamérica donde comenzaba a estallar la violencia política y social que amenazaba con desbordarse. El contexto interno era de intensas transformaciones con los riesgos que esto implicaba, puesto que es durante estos años que bajo la visión del mayor de los hermanos Sabines que nuestro estado comienza a configurar un nuevo rostro. Por primera vez se le da prioridad a la creación de infraestructura para el desarrollo, con numerosos caminos, carreteras, con equipamiento e infraestructura urbana, con acciones para el esparcimiento de las familias, con la aparición de instituciones que dejaron huella en el campo chiapaneco, como lo fue el CODECOA, entre otras.

Es con la conducción de este gobierno que nace el Chiapas que hoy todos conocemos, porque lo condujeron seres humanos que a cada momento daban muestras de enorme sensibilidad, la visión clara y precisa de Juan Sabines Gutiérrez, su enorme compromiso social aún perdura en la memoria colectiva, como también perdura la enorme convicción que por este proyecto compartía su amigo Enoch Cancino. Por eso, como chiapaneco y como una persona que desde muy joven conocí de cerca de estos pilares del Chiapas moderno, que los sentí parte de mi familia y de su vida personal, necesito compartir estas líneas con los lectores.
Todos inexorablemente algún día tendremos que partir hacia el viaje eterno, es la ley de la vida y no podemos cambiarla. Pero tenemos memoria y esta sirve para recordar, atesorar, gozar y sonreír; también para reconocer a quienes han dejado una huella profunda, para valorar su legado y para enseñar a las nuevas generaciones el origen y el destino de nuestra esencia.

Don Juan, Don Jaime y Don Enoch, compartieron sueños de grandeza para nuestro estado, sueños que llevaron a la práctica y que concretaron con una gran determinación. Para la familia Álvarez Simán su partida será recordada siempre, puesto que Doña Helel Simán y el Coronel Fernando Álvarez Orea compañeros suyos de realidades, sueños y proyectos por un Chiapas mejor, también se nos adelantaron por estas mismas fechas. Ellos están hoy nuevamente reunidos, seguramente en un espacio de paz eterna.

A doña Gloria, a Enoch, a Pedro y a Pablo, les deseamos muy respetuosamente pronta resignación y que recuerden que tal y como dicta un pensamiento de la madre Teresa de Calcuta:

Enseñarás a volar pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Pero sabrás que cada vez que ellos vuelen, piensen, sueñen, canten,
Vivan...estará la semilla del camino enseñado y aprendido.

Que recomponiendo diría yo:

"Cada vez que piensen, sueñen, canten, vivan... estará la semilla del camino enseñado por Don Enoch y que ustedes con toda seguridad han aprendido".

¡Hasta siempre don Noquis, hasta siempre!
*Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas