"Hasta la victoria siempre"
José Chalco Salgado
Éramos espectadores de cómo prometían cumplir con el eslogan. Había que dejarlo todo por la patria, el proyecto y el futuro de unos cuantos.
Y como no debe ser de otra manera, incluso las elecciones presidenciales se contagiaban del ambiente de "hasta la victoria siempre". Salirse del triunfo y mostrar otro resultado podía traer complicaciones de todo tipo y tamaño. Pues, ¿cómo no aliarse a tan linda época de cambio y color rosa? ¡Qué digo!, color: verde limón.
Y es que en esta década, así ha sucedido. Lo incierto, el insulto, el descrédito, la corrupción, el "yo no fui" y los marcados excesos, ha sido parte de la pasión que acompañó a la "revolución".
Así, luego de tantas elecciones ya estábamos acostumbrados a los resultados acelerados, fiesta anticipada, baile, tarima, canto y discurso confrontador por cada victoria que enterraba en las urnas a los "vende patria" y "mafias políticas". Ese era el show. Y esta vez también llegó, pero con un extraño sabor a fin de velada. No era la misma fuerza acostumbrada del discurso y espectáculo; algo sucedía. Y el repetido eslogan en aprietos se ponía.
Ellos estaban convencidos de que habían logrado camarillas, esbirros y escuderos para sus latrocinios. Decían haber triunfado sin contar con resultados; a tal punto que casi casi la voluntad de la población se había vulnerado, y si fuera poco, ese mismo día la democracia se encontraba en agonía.
Todo estaba justificado. El proceso era histórico e irreversible. Por ello, no importaba lo que pase allá afuera; únicamente había que proteger los intereses del poder de turno a cualquier precio, así sea en tres, cuatro o cinco días. La democracia era para ellos, no importaba su costo.
Pero es la población la que mantiene el poder. Y entonces ¡boom! salió a las calles, manifestó, y protestó. No escudó su manifestación en el ayer ni en el insulto divisor; tan sólo exigió respeto a su dignidad y decisión.
Es así como la historia de "hasta la victoria siempre" terminó. ¿Por qué? Porque el pueblo un día se cansó.
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