VOLVIENDO A NOMBRAR LA DECIMOCTAVA VEINTENA DEL CICLO SOLAR MAYA - LIBRE

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VOLVIENDO A NOMBRAR LA DECIMOCTAVA VEINTENA DEL CICLO SOLAR MAYA Europe C. Mercier y Renato Cottini Giroldo Centro de Investigaciones y Estudios del Sureste Mesoamericano 28 de noviembre de 2014 ANTECEDENTES Es notorio para todos aquellos que se dedican a investigar sobre la cultura maya que el signo (mejor dicho, el grupo de signos) que indica la decimoctava veintena del ciclo solar de 365 días ha resultado bastante “hostil” a los intentos de transliteración. El único ejemplo que nos ha llegado y que podemos comparar fonéticamente se encuentra en el folio 38 de la obra Relación de las Cosas de Yucatán de fray Diego (Calderón) de Landa, escrita en 1566:

Cumhu (Dibujo de E. Mercier y R. Cottini Giroldo)

La glosa que acompaña el dibujo agrega el nombre del “mes”, llamándolo Cumhu. Hoy podemos afirmar con certeza absoluta que el grupo de signos es un “ajuste” del escribiente para justificar fonéticamente lo que no hubiera resultado a través de la lectura: la imagen dibujada utiliza los dos signos principales en la parte derecha (sobrepuestos), y agrega dos signos (inesperados) en la parte izquierda que resultan ser el T528 (ku) y el T1016 (K’UH), permitiendo la lectura ku-k’uh, o sea, en yukatekano de la época Ku[m]k’u’. En suma, el escribiente se ayudó en transformar un signo que ya no podía leer en uno que sí podía tener un sentido para él. Más allá de las razones por el error de deletreo del fraile, el significado del término es “la deidad-olla”, que posiblemente hay que interpretar como un incensario-efigie o un simple incensario conceptualmente divino, utilizado en rituales específicos. ANÁLISIS En la gran mayoría de los ejemplos que se encuentran en las inscripciones y los códices, el nombre de la veintena está reducido a los dos signos que en el dibujo anterior se encuentran en la parte derecha. Debido a que la tarea de un investigador es la de proponer o confirmar, y no la de destruir, no nos ocuparemos de la multitud de intentos para transliterar el término en cuestión, pero el lector sepa que es un asunto debatido desde más de un siglo. Para empezar, vemos algunos ejemplos procedentes de monumentos y códices:

Resulta evidente que los dos signos están siempre juntos: el T155/T156 arriba y el T506 debajo del primero. Luego, hay casos en donde a los dos signos se le agrega el complemento fonético en forma del sílabograma la (T140/T178), dejándonos entender que la palabra termina con -l(a).

En el caso del T506, nos encontramos con un signo polivalente: puede transliterarse K’AN, OL, WAJ o wa. Es evidente el por qué los estudiosos se dirigieron hacia OL, obteniendo ’ohl por la presencia de una vocal compleja marcada por la diferencia entre la /o/ en posición final y la /a/ muda. El problema quedó entonces en el reconocimiento del signo superior: algunas veces interpretado como un corazón (OL), otras como una pluma (o), otras aún como HUL, seguía sin dar resultados certeros. En realidad, hay algunos (muy pocos) ejemplos silábicos, como por ejemplo:

ja:wa

ja:wa:l(a)

Por ende, la evidencia apunta a que el valor del signo T506 sea el menos previsible, wa, y que el signo la no sea un complemento fonético, sino un sílabograma que es parte del término. Se trataría de abandonar las costumbres reiteradas e intentar la transliteración Jáwal, después de haber controlado si el término tiene significado y si aplica: David Bolles, Combined Dictionary – Concordance of the Yucatecan Mayan Language (1997 and updates) En www.famsi.org/resources/dictionaries HAUAL Cesar, fenecer; cesar cualquiera cosa; cesar, acabarse; fenecer o parar y dejar de ser por cesar de cualquier obra. Javier A. Gómez Navarrete, Diccionario introductorio español-maya, maya-español (2009, UQROO, Chetumal, Quintana Roo, México) JAW v.t. Terminar, concluir. Cabe mencionar que en el primer ejemplo el autor no hace diferencia entre /h/ y /j/, y tampoco entre /u/ y /w/. CONCLUSIONES Como pudimos ver, el término existe y su significado aplica perfectamente a la posición de la veintena en el ciclo solar, la última antes de la llegada de los días vacíos, sin deidades protectoras: es el fin de año, hay que descansar de cualquier obra, así como lo hacen las deidades a cargo del tiempo. En nuestro análisis, además, alcanzamos a dar una transliteración al misterioso signo superior, el T155/T156: es el logograma JAW.

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