Vigencia del pensamiento crítico en la Antropología de América Latina

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Descripción

1 Vigencia del pensamiento crítico en la Antropología de América Latina (en recuerdo del compañero Edgardo Garbulsky)1. Benjamín Eduardo Martínez Hernández Universidad Central de Venezuela [email protected] Hace nueve años celebrábamos el I Congreso de la Asociación Latinoamericana de Antropología (I ALA), era la primera vez que conocía Argentina y esta hermosa ciudad, pero también, la primera vez que organizaba un simposio fuera de mi país, que en aquél entonces versaba sobre “Epistemología Plural” con el gran maestro Mosonyi, a quien por cierto, si mal no recuerdo, el propio Edgardo reconoció su amplia trayectoria, sobre todo por su compromiso con los pueblos indígenas desde el Grupo de Barbados. Empecé a conocer a Edgardo, enviándole por correo aquél “Credo del Antropólogo” que escribí a propósito de la defensa de mi tesis de licenciatura, aunque no pude estar en la inauguración de tan importante evento, él mismo me dirá después, que lo leyó en ese momento. Lo conocí así, con esa rebeldía y humildad que caracteriza sólo a los grandes hombres. Coincidimos en el Simposio de Antropología Crítica que él llevase desde hace unos cuantos años junto a Rodrigo y otros compañeros. Allí fue donde empecé junto a ellos, a mostrar lo que sin saberlo era toda una tradición al Sur de este continente que somos, porque como bien sabemos los que desde hace tiempo hemos venido pensándonos, la antropología no puede hacerse si no es desde la praxis, desde un profundo sentido de liberación, bajo orientaciones dialógicas que no evadan la dialéctica del poder que se inscribe y se configura desde las diferentes y desiguales realidades que atraviesan los pueblos, como nos enseñó Edgardo: los campos actuales de las disciplinas científicas y sus relaciones, deben ser concebidos como parte de un proceso complejo, de interrelaciones reales, resultados de un conjunto de aconteceres históricos, donde interjuegan las biografías y acciones de los investigadores, el papel que éstos ocupan dentro del sistema académico de una sociedad, la tradición y desarrollo de su disciplina, el lugar en que ese sistema es reconocido dentro de la misma, la correlación de fuerzas entre las clases y grupos sociales en su lucha por el poder y las necesidades que se plantean en la misma sociedad. (En La antropología sociocultural argentina, antropología en periferia. De las dificultades de cruzar fronteras y pensar con cabeza propia, 2006, p. 19,20)

1 Palabras leídas en ocasión de la presentación del libro: Garbulsky, E. (2014) Antropología Crítica. Sánchez, S. (Comp.) Rosario, Argentina: Laborde Libros Editor / Centro de Estudios Antropológicos en Contextos Urbanos. XI Congreso Argentino de Antropología Social “Edgardo Garbulsky”. Rosario, Argentina, miércoles, 23 de julio de 2014. Agradezco las excelentes atenciones del equipo organizador del mencionado evento que hizo posible mi participación.

2 Aquél día, en el Simposio sobre Antropología Crítica, que coordinaron tanto Edgardo como Rodrigo, al tiempo que pude mostrar mis inquietudes sobre la valoración de un pensamiento crítico de posible corte marxista en mi universidad, especialmente en la Escuela de Antropología donde me formé, me fui dando cuenta de las sintonías en algunas trayectorias epistémicas, por mucho que fueran muy diferentes en tanto procesos culturales y políticos. Yo venía trabajando más a tono con los movimientos de reivindicación política de carácter indianista, a penas empezando a comprender la dialéctica en la cual se encuentran sumergidos los pueblos indígenas. El encuentro con Edgardo, estimuló más el reconocimiento que yo venía haciendo de ciertos legados venezolanos que pasan aun desapercibidos para muchas viejas y nuevas generaciones de cientistas sociales, cuestión que no es para nada accidental, como seguramente sucede en otras universidades, pues relaciones de poder, de intereses incluso por parte de aquellas y aquellos que prefieren adoptar seudo teorías importadas que en nada favorecen la liberación de las y los receptores, revelan una ausencia absoluta del pensamiento crítico como fundamento de la praxis y por lo tanto, un "ejercicio intelectual" si es que puede llamarse así, desvinculado totalmente de la realidad política-económicosocial del país. Hablo de la necesidad aun imperiosa, de una economía política de la antropología: un "estado del arte", crítico que bien puede recibir ese nombre que algunas y algunos colegas desde hace más de una década han venido trabajando como "antropología de la antropología". El pensar crítico de Edgardo reivindica el compromiso político con la sociedad a través del examen de la historia de la antropología ubicada siempre en el horizonte que dibujaron las cotidianidades en que se generó, especialmente en esta hermosa ciudad, y sin suda, seguirá inspirando a aquellas y aquellos que no se contentan con una simple lectura de las realidades en las cuales, paradójicamente, producen "sus" ideas. Desde allí Roberto, Rodrigo y quien suscribe, sosteníamos en Valdivia, en aquél noviembre de 2007 en pleno Congreso Chileno de Antropología, a meses de habernos despedido de la presencia física de Edgardo, que la antropología es algo más que descripción, es, insisto, compromiso político con las sociedades que nos sacuden y hacen cuestionar ciertas ficciones que el colonialismo en todas sus formas sigue erigiendo en lugares claves como por ejemplo, las universidades. Esta reflexión la continuamos luego Rodrigo, parte de los venezolanos que formamos el Equipo de Trabajo Epistemología

3 para la Emancipación y otros más en el II ALA en Costa Rica en el 2008 y en el III ALA cuatro años más tarde, en Santiago de Chile, siempre inspirados en las coincidencias de aquél primer encuentro. La tradición que dejó sembrada Edgardo, en el pensamiento antropológico de América Latina, al mejor ejemplo de los grandes maestros, no es una tradición que existe como dogma, sino más bien, siguiendo la etimología de tal concepto, es un ethos, un estilo particular de producir el sentido histórico de lo que se puede llamar el campo de la antropología comprometida, lo que Darcy Ribeiro denominó en su momento "antropología de la acción" y cuya poética produjo ese verbo que estuvo un buen tiempo oculto en el argot de las ciencias sociales: antropologar, verbo al cual llegué sin saber que existía aquél mayo de 2001 cuando siendo un estudiante del pregrado en Antropología, me interesé en armar lo que es hoy la Revista Antropologando, la primera revista de antropología crítica de Venezuela, cuyo subtítulo, además, coincidía con el nombre de aquél simposio del I ALA, donde Edgardo junto a Rodrigo y otros compañeros, fortalecieron las convicciones de lo que yo venía haciendo junto a otros venezolanos: la incursión en una antropología que debe ser inevitablemente autocrítica. Una antropología que brota de las injusticias que seguimos experimentando en tiempos de la Revolución Bolivariana, de la Soberanía y de todas esas hermosas etiquetas que muchas veces se pierden en el cosmos tropológico que tanto seduce a quienes ni siquiera saben como calzarse unas botas en el previo de un encuentro en un barrio con activistas populares, auténticos militantes que abogan por la justicia social para todas y todos sin distinción o bien, en una selva colmada de epidemias, garimpeiros, militares, narcotráfico y demás... Es esa antropología la del pensamiento, la de la praxis, la de la antropologadora y el antropologador, la que seguimos necesitando, la que reivindica el papel histórico de la mujer, de los hombres, de las lesbianas, de los homosexuales, de las y los adolescentes, de las niñas y los niños que aun duermen hambrientos en las calles de nuestras ciudades... Es esa antropología la que no se contenta en describir a las subalternas y los subalternos en cuanto tales, ni en buscar las más adecuadas palabras para tal descripción, muchas veces palabras importadas ¡y si son intraducibles a nuestro idioma mucho mejor! Es una antropología que elabora su poética al calor del combate, cuya razón de ser, además de valorar las producciones teóricas previas, las forja ella misma desde el diálogo dialéctico en el cual adquieren su mayor valor las jodidas y los jodidos,

4 realmente jodidas y jodidos que es posible que sean las últimas palabras que digan cuando, en el momento preciso, junto a la antropóloga crítica y el antropólogo crítico, da lo mejor de sí para seguir luchando por, como bien dicen los zapatistas, (aunque "el mito Marcos" haya sido este año desnudado por ellas y ellos mismos), "un mundo donde quepan muchos mundos", desde el "mandar obedeciendo". Y hablando de Chiapas, que también inspiró a Edgardo, no quiero dejar de mencionar, que el proceso complejo e importante que protagonizamos en Venezuela, atraviesa un momento muy delicado, sobre todo por la forma en que los pueblos indígenas, por citar un caso, se han visto asediados por la etnofagia global que parece brotar por doquier impidiendo que los ideales interculturales realmente puedan surgir. Ese es otro tema que nos deja Edgardo, no solo en este libro que presentamos aquí, sino por los ejemplos que dio en vida que ningún libro podrá recoger, pero que de alguna forma en sus escritos se ven con bastante nitidez, me refiero a la decidida vocación por el prójimo, por un prójimo que otrora era objeto y hoy es un sujeto que nos interpela y escribe con nosotros, no solo excelentes apreciaciones de la realidad y las respectivas dinámicas culturales en que esta se produce, sino además, y allí radica su máximo valor: es la más prístina evidencia de que el pensamiento antropológico crítico no es ni una metáfora más de esas que seducen a los incautos que lamentablemente abundan en nuestras academias, ni una leyenda de café de las urbes globalizadas: la antropología o es crítica, comprometida, o es una burla a la historia, más precisamente al sufrimiento humano que nos demanda su urgente atención. El libro que aquí presentamos es una obra testimonial, no sólo de la vida del maestro, sino de varias de las complejidades históricas que le tocó vivir y que enaltecen su valor como documento de consulta obligada para quien se desee llamar un antropólogo de esta parte del planeta e incluso, más allá. En palabras de Edgardo: el regresar a la “historia social” de las disciplinas, puede fortalecer nuestra agudeza crítica en el estudio del presente y las posibilidades del futuro, recuperando esa responsabilidad intelectual y política en el sentido amplio, que se marcara en las décadas de los sesenta y setenta. (En La antropología crítica latinoamericana entre los sesenta y los setenta. Reflexiones desde el cono Sur, 2001, p. 106, comillas en el original)

5 Disfrutemos pues, una vez más, de las enseñanzas del maestro y sigamos protagonizando esta hermosa historia nuestra como el más grande homenaje que podemos hacerle. Culmino esta intervención con las palabras que él mismo utilizó para cerrar su reflexión sobre La antropología Argentina en su historia y perspectivas. El tratamiento de la diversidad, desde la negación / omisión a la opción emancipadora: Diversidad y universalidad no son antinomias a las que nos quieren condenar los mecanismos sutiles del poder, siempre y cuando retrabajemos las raíces de la desigualdad, y regeneremos, como en este encuentro el diálogo colectivo. (2003, p.80)

Desde allí invoco todas las fuerzas que siguen afortunadamente resistiendo: ¡No al Genocidio del Pueblo Palestino! ¡No al Genocidio de Ningún Pueblo! Con todo el amor del Caribe venezolano: ¡Muchas gracias! Referencias citadas Garbulsky, E. (2006) La antropología sociocultural argentina, antropología en periferia. De las dificultades de cruzar fronteras y pensar con cabeza propia. En Garbulsky, E. (2014) Antropología Crítica. Sánchez, S. (Comp.) Rosario, Argentina: Laborde Libros Editor / Centro de Estudios Antropológicos en Contextos Urbanos.(pp. 19-29) Garbulsky, E. (2003) La antropología Argentina en su historia y perspectivas. El tratamiento de la diversidad, desde la negación / omisión a la opción emancipadora. En Garbulsky, E. (2014) Antropología Crítica. Sánchez, S. (Comp.) Rosario, Argentina: Laborde Libros Editor / Centro de Estudios Antropológicos en Contextos Urbanos. (pp.6983) Garbulsky, E. (2001) La antropología crítica latinoamericana entre los sesenta y los setenta. Reflexiones desde el cono Sur. En Garbulsky, E. (2014) Antropología Crítica. Sánchez, S. (Comp.) Rosario, Argentina: Laborde Libros Editor / Centro de Estudios Antropológicos en Contextos Urbanos.(pp. 97-108)

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