Usos clasistas del dinero y política de gasto social en México

May 23, 2017 | Autor: V. Soria Murillo | Categoría: Neoliberalism, Neoliberalismo, gasto social, Dinero y Banca
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Descripción

UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA UNIDAD IZTAPALAPA

Rector General Dr. Gustavo A. Chapela Castañares Secretario General Mtro . David Torres Mejía Rector de la Unidad lztapalapa Dr. Julio Rubio Oca Secretario de la Unidad Iztapalapa Mtro. José Luis Rodríguez Herrera Director de la División de Ciencias Sociales y Humanidades y Presidente del ConseJo Divisional Dr . Sergio Pérez Cortés Jefe del Departamento de Economía Dr. Gregorio Vidal

TRANSFORMACIONES DE LA ECONOMIA INTERNACIONAL SERIE DE INVESTIGAC/ON JO

METROPOLITANA UIIDAD IZTAPALAPA

INDICE Presentación

Gregario Vidal

José Luis Estrada López

Industrialización

© Universidad Autónoma Metropolitana

La Industria

1993 Primera edición (México, D .F .) ISBN 970620-393-1

Editor : Alcxandro Tarassiuok

Política de Gasto Universidad Autónoma Metropolitana lztapalapa Av . Michoacán y Purísima lztapalapa 09340 México, D .F. Tels . Departamento de Economía 724-47-68 y 724-47-69 Fax: 612-56-82 Telex: UAMME 176496

Hecho en México . Printed in México

INDICE Presentación

7

Gregorio Vida!

13

La Economía Norteamericana y la Conformación de los Bloques Económicos

José Luis Estrada López

31

Cambio Tecnológico y las Políticas de Comercio Exterior en Países de Industrialización Tardía Raúl Enrique Molina Salazar

55

La Industria Farmacéutica Mundial Arturo Guillén R .

73

La Teoría de las Ondas Largas en la Obra de Ernest Mande) Victor M . Soria

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Usos Clasistas del Dinero y Política de Gasto Social en México

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724-47-69

Guillermo Hernández Chávez

117

Algunas Reflexiones sobre ''·La Economía del Despilfarro'' José C. Valenzuela FeiJóo

"La Economía: ¿Ciencia o algo Parecido a la Ciencia?

143

CONSEJO EDITORIAL

GREGORIO VIDAL Coordinador

Comité Editorial

CRISTINA ESCOBAR JOSE LUIS ESTRADA ALEXANDRO TARASSIUOK ROSA MARIA ORTEGA FERNANDO MERCADO Consejo Consultivo

ENRIQUE CABRERO Departamento de Administración Pública Centro de Investigación y Docencia Económicas, A .C .

HECTOR GUILLEN Universidad de París VIII e Instituto de Ciencias Matemáticas y Economía Aplicada de París

ARTURO HUERTA División de Posgrado Facultad de Economía Universidad Nacional Autónoma de México

ELIEZER TIJERINA Asesor de la Dirección Adjunta Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos

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U sos Clasistas del Dinero y Política de Gasto Social en México Victor M. Soria • La finalidad de este artículo es, por una parte, subrayar el uso clasista que se hace del dinero, así como las funciones mediadoras de este entre lo económico y lo político, y por otra, analizar la política de austeridad en México, y en relación con ésta, los usos punitivos del dinero en contra de la clase trabajadora, así como el empobrecimiento de ésta. Como resultado del análisis se avanzan las hipótesis de que el nivel de pobreza no ha mejorado en México durante el presente sexenio, y que el programa asistencialista de corte neoliberal, el PRONASOL, no tiene porvenir en el mediano y largo plazo como solución de la pobreza extrema. El trabajo está organizado en cinco partes. En la primera se analizan brevemente las funciones y usos clasistas del dinero; en la segunda se aborda el exámen de la continuidad de la política de austeridad en México; en tercera se analizan algunos de los usos punitivos del dinero conectados a la inflación y la deuda pública; en la cuarta parte se examina la magnitud de la pobreza en México, así como el gasto social y el programa de solidaridad. Finalmente en la última parte se realiza un breve recuento de los hechos y se postulan dos hipótesis: una sobre la posible continuidad de la pobreza y otra sobre la naturaleza política del PRONASOL y su incapacidad para curar la pobreza. •

Profesor titular del Departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana-lztapalapa.

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Victor M. Soria

1. Funciones y Usos Clasistas del Dinero El dinero, como categoría, es la forma social que toma el valor. Esta forma es un resultado del movimiento mercantil como conjunto de valores de cambio y no de la legislación estatal. Así, como dinero mercantil, el dinero está al servicio de la circulación de equivalentes y la metamorfosis de los valores de uso. Para ello ha desarrollado, de acuerdo con Marx, un conjunto de funciones -determinaciones formales del movimiento mercantil-, como medida de valor, patrón de precios, medio de compra, medio de reserva para compra, medio de circulación, medio de atesoramiento, medio de pago, y medio de reserva para pago (Cf. Celso Garrido y Christian Leriche, 1984). En estas funciones el dinero toma formas diversas: moneda nacional, dinero bancario, dinero mundial. Sin embargo, además de las funciones del dinero que hemos mencionado, existen otras que median entre la esfera de lo económico y de lo político. En este ámbito, el dinero no sólo facilita la conversión de ingresos monetarios en derechos políticos de propiedad y a la inversa, traduce los derechos políticos de la propiedad en dinero. Al permitir la guarda de valor, el dinero, estructura la base política del orden económico. También el dinero se puede transformar en capital ficticio (financiero, inmobiliario y "humano") por medio de una capitalización simbólica, apoyando la esfera política del orden económico. Además, y esto generalmente se pasa por alto, el dinero es un medio de deducción o de cobro de impuestos por parte del Estado, conformando de esta manera, la base económica del orden político! . (Cf. Bruno Théret, 1992). La deducción monetaria toma dos formas : ya sea que el Estado emita mo· neda para pagar sus compras dejándola en circulación; ya sea que emita, compre, y después recupere por cobro fiscal la moneda emitida. En el pri· mer caso hay imposición de un dinero que no es verdaderamente reconocido en la circulación mercantil, el cual puede desvalorizarse al ser acumula· do instantáneamente en el circuito mercantil. En el segundo caso, la "mo· neda de Estado" no es más que el intermediario del cobro fiscal y puede cir· cular en la economía mercantil y mezclarse con otros dineros sin perder su legitimidad. También se puede deducir legítimamente por medio del seño· reaje (derecho de acuñación). En vista de que el dinero es un medio de cobro, constituye, así, un medio de la acumulación política, compitiendo con el uso del dinero como medio de acumulación económica. Existe, por lo tanto, una contradicción entre el dinero como vehículo de cobro y como medio de intercambio, la cual trata de ser solventada por el sistema monetario.

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Ahora bien, por el lado de lo político, la forma jurídica aparece en el sistema estatal como el equivalente de la monetarización de las relaciones sociales en el orden capitalista. La estructura de los derechos políticos abstracto-formales, equivale a una cierta estructura de relaciones de los hombres a las cosas pasando por la fiscalidad y los gastos públicos2 . Los derechos políticos tienen, a la vez, una función interna en la esfera política (participación en la soberanía) y una función de "reserva" de derechos sobre los ingresos del Estado3 . Sin embargo, para el análisis de la crisis y de la lucha entre el capital y el trabajo, de acuerdo con Harry Cleaver (1992), más ·que ver la subordinación del dinero como medio de cambio (M-D-M) habrá que resaltar la función del dinero en su calidad de fin (D-M-D'), como poder para comandar trabajo4 . El trabajo produce más valor y plusvalía (ganancia en términos de dinero), pero esto no es más que el medio para poner cada vez más personas a trabajar . Hay que recordar la insistencia de Marx, de que el capital es una relación social antagónica entre la imposición de trabajo y la resistencia a ello. Esta imposición requirió, en vista de la resistencia de la clase trabajadora, el desarrollo de un Estado burgués dotado tanto del monopolio legal de la violencia, como el poder para controlar la creación y regulación del dinero. La universalización del dinero y el acceso a él a través de la venta de la fuerza de trabajo, lo convirtió en el principal medio para alcanzar la subsistencia. El paso entre el sistema fiscal y el sistema político público , significa la conversión de un cierto tipo de derechos polfticos en derechos individuales sobre los ingresos provenientes de los impuestos y las transformaciones correlativas de recursos materiales del Estado en recursos políticos (B . Théret, 1992, p .88) . Existe, por lo tanto , una contradicción entre esas dos formas de la acumulación política con el riesgo correlativo de desvalorización de ciertos derechos , ya que la forma económica (fiscal-financiera) puede adquirir una cierta autonomía en razón de la masa de derechos adquiridos, lo cual podría obstaculizar la forma propiamente política de acumulación de poder (B . Théret, 1992, p . 89). •

Cuando el dinero se pone al servicio del movimiento de valorización del valor , el dinero se transforma en capital, el cual es distinto al dinero mercantil . Así mientras que el capital-dinero recorre un ciclo que comienza en las manos del capital y termina en ellas, el dinero mercantil siempre se aleja del punto de partida.

Usos Clasistas del Dinero...

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Ahora bien, por el lado de lo político, la forma jurídica aparece en el sistema estatal como el equivalente de la monetarización de las relaciones sociales en el orden capitalista. La estructura de los derechos políticos abstracto-formales, equivale a una cierta estructura de relaciones de los hombres a las cosas pasando por la fiscalidad y los gastos públicos2. Los derechos políticos tienen, a la vez, una función interna en la esfera política (participación en la soberanía) y una función de ''reserva'' de derechos sobre los ingresos del Estado3. Sin embargo, para el análisis de la crisis y de la lucha entre el capital y el trabajo, de acuerdo con Harry Cleaver (1992), más ·que ver la subordinación del dinero como medio de cambio (M-D-M) habrá que resaltar la función del dinero en su calidad de fin (D-M-D'), como poder para comandar trabajo4 . El trabajo produce más valor y plusvalía (ganancia en términos de dinero), pero esto no es más que el medio para poner cada vez más personas a trabajar. Hay que recordar la insistencia de Marx, de que el capital es una relación social antagónica entre la imposición de trabajo y la resistencia a ello. Esta imposición requirió, en vista de la resistencia de la clase trabajadora, el desarrollo de un Estado burgués dotado tanto del monopolio legal de la violencia, como el poder para controlar la creación y regulación del dinero. La universalización del dinero y el acceso a él a través de la venta de la fuerza de trabajo, lo convirtió en el principal medio para alcanzar la subsistencia. El paso entre el sistema fiscal y el sistema político público, significa la conversión de un cierto tipo de derechos polfticos en derechos individuales sobre los ingresos provenientes de los impuestos y las transformaciones correlativas de recursos materiales del Estado en recursos polfticos (B. Théret, 1992, p .BB). Existe, por lo tanto , una contradicción entre esas dos formas de la acumulación polftica con el riesgo correlativo de desvalorización de ciertos derechos , ya que la forma económica (fiscal-financiera) puede adquirir una cierta autonomfa en razón de la masa de derechos adquiridos, lo cual podrfa obstaculizar la forma propiamente política de acumulación de poder (B . Théret, 1992, p . 89). Cuando el dinero se pone al servicio del movimiento de valorización del valor, el dinero se transforma en capital, el cual es distinto al dinero mercantil. Así mientras que el capital-dinero recorre un ciclo que comienza en las manos del capital y termina en ellas, el dinero mercantil siempre se aleja del punto de partida.

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Victor M . Soria

Durante la crisis actual del capitalismo, la utilización del dinero para encontrar una salida a la misma, se ha enfrentado con dos obstáculos importantes de acuerdo con el análisis de Cleaver (1992): primero, entre los propios capitalistas, un fetichismo que ha obscurecido las más fundamentales relaciones sociales5; y, segundo, el antagonismo de la clase trabajadora y su ·poder de separar el dinero del control capitalista y utilizarlo para propósitos independientes6. Antes de analizar los usos clasisas del dinero vinculados al fenómeno inflacionario y el circuito de la deuda interna, examinemos la política de austeridad como estrategia para salir de la crisis, y acceder a un nuevo régimen de acumulación, teniendo como premisa implícita la flexibilización de la relación salarial .

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su 2. La Continuidad de la Política de Austeridad en México Se puede afirmar que la prioridad fundamental de la política de austeridad en México no ha cambiado desde 1982 hasta la fecha, es decir, el objetivo de eliminar el déficit fiscal, o lo que en términos eufemísticos se denomina como el "saneamiento de las finanzas públicas". El celo con el que se ha aplicado ha ido más allá de las recomendaciones de restricción y profundidad

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Uno de los fenómenos que minaron el ciclo de acumulación que la administración de Reagan trató de lanzar, apoyada en la econo..;,ía de la oferta, fue la enorme desviación de dinero fuera del terreno de la inversión productiva, en dirección a la especulación, enormemente expandida como resultado de la desregulación financiera. Esta desregulación que empezó con Carter, se aceleró bajo el mandato de Reagan, y aún no ha sido revertida durante la administración de Bush. Cf. H . Cleaver (1992), p . 56. El shock monetarista ejecutado por la administración Reagan en 1981 en contra de la clase trabajadora tuvo sólo un éxito parcial. Además de causar una contracción económica que desempleó a millones de trabajadores, se implantaron restricciones al crédito de consumo, con el propósito de vincular .directamente el consumo al trabajo. El ataque monetarista también se complementó con medidas presupuestarias para transferir el valor del dinero de la clase trabajadora hacia el capital. No obstante, hubo una resistencia testaruda por parte de los trabajadores al programa de Reagan; la reducción de tasas impositivas produjo un déficit presupuesta! sin precedentes, que sólo pudo ser financiado a través de deuda externa masiva proveniente de Europa y Japón. La recuperación de la depresión monetarista de . Reagan fue larga y débil y se colapsó en los albores de 1990. Cf. H . Cleaver (1992), pp. 49-50.

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U101 Cluittu del Diccro. ..

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del FMI y del Banco Mundfai7 . En otras palabras, "tanto las políticas macro y microeconómicas se evaluaron en tomo de su impacto en la reducción del déficit fiscal8 (cf. José Córdova,

1991, p. 31).

salarial.

política hasta la

La drástica política de ajuste aplicada entre 1983 y 1985, preparó el camino para enfatizar la política de cambio estructural, cuyo objetivo real ha sido la orientación hacia un régimen de acumulación intensivo de cuño exportador. Dentro del cambio estructural se ubica la profunda liberalización de la economía mexicana, sobre todo entre 1986 y 19899. La reconversión industrial del sector paraestatal también forma parte de la reforma estructural, lo mismo que el adelgazamiento del sector por medio de la desincorporación, liquidación y reprivatización de sus empresas y organismos10 . El pago a ultranza del servicio de la deuda externa en el sexenio pasado necesitó de la generación de superávits primarios del presupuesto, y esto a su vez no sólo derivó en la canalización casi total del crédito al gobierno, sino de incrementar cada vez más la deuda interna. La obtención de divisas para tl pago exEntre 1983 y 19861a inversión pública se sobreajustó a la baja en cerca de 50% , mientras que los salarios reales se sobreajustaron en 30%, de acuerdo con J. Córdova (1~1, p. 32). El resultado de la polftica de austeridad fiscal aplicada por el gobierno de

Miguel de la Madrid, fue que el déficit primario del sector público (el déficit financiero menos el servicio total de la deuda pública) pasó de un déficit.del 7.6% del PIB en 1982 a un superávit del 4.8% en 1984 y de 7.4% en 1989, a medida que creció rápidamente el servicio de la deuda pública interna, el cual pasó del 1% del PIB en 1983 a 6% en 1989. Para 1982 Cf. Roberto Gutiérrez (1989); de 1983 a 1988, Cf. El Mercado de Valores, No. 1, enero 1, 1989, p. 15. En la actualidad tan sólo el 3% de la tarifa de importaciones está sujeta a restricciones cuantitativas, mientras que el arancel promedio se redujo a menos del 10%. Este acelerado proceso ha llevado a la quiebra a miles de empresas med\anas y pequeñas, a pesar de que la subvaluación del peso frente al dólar estableció cierto grado de protección. 10

Mientras que entre 1983 y 1985 se desincorporaron, liquidaron y/o vendieron 214 empresas y organismos paraestatales, en los siguientes tres años la cifra aumentó en 529 entidades, o sea un total de 743 durante el sexenio pasado. CF. S.H.C.P., "El proceso de enajenación de entidades paraesta· tales" , Unidad de Desincorporación de Entidades Paraestatales de la S.H.C .P. , febrero de 1992, p. 13.

terno llevó a generar superávits en la cuenta corriente de la balanza de pagos11_ El saneamiento de las finanzas públicas originó, además de recortes de empleo en el sector público y paraestatal, la contracción de la actividad económica dd sector privado, mayor desempleo y menores ingresos disponibles para la clase trabajadora. A estas pérdidas directas habría que agregar el control salarial ya que a partir de 1983 los aumentos se negociaron sobre la base de la inflación esperada. Por si fuera poco, la creciente inflación mermó todavía más los exiguos salarios de los trabajadores12. A través de la Gráfica 1 se puede visualizar la magnitud del deterioro del ingreso de la clase trabajadora en favor del capital nacional, el capital extranjero y el Estado. Como apuntan julio Boltvinik y Fernando Torres (1986, p.34), "los trabajadores no solamente han perdido nueve puntos porcentuales del IGM (ingreso generado por los mexicanos) . . . (entre 1981 y 1985), sino que esto significa una pérdida anual de 81,600 millones de pesos de 1970, cuya expresión en dólares sería equivalente alrededor de 6,500 millones de dólares al año". La política económica del régimen de Carlos Salinas de Gortari (CSG) no sólo significa una continuidad con la del sexenio anterior, sino su profundización, sobre todo en cuanto al cambio estructural13. La política económica durante el primer año 11

En 1983, 1984, 1985 y 1987 se logró obtener un superávit considerable en la cuenta corriente; de esta manera durante el sexenio 1982-1988 se tuvo un excedente global en dicha cuenta de la balanza de pagos de 10,199 millones de dólares. El principal expediente utilizado fue la contracción de las importaciones, así como la subvaluación del peso frente al dólar para promover las exportaciones no petroleras. Cf. Héctor Guillén (1990), pp. 78-79.

12

A pesar de que la lucha antiinflacionaria era uno de los pilares de la política de austeridad, nunca se logró su control entre 1983 y 1987. Aunque entre 1982 y 1984 la tasa de inflación bajó de 98.8% en 1982 a 59.2% en 1984, esta última es todavía muy elevada. A partir de 1985 vuelve a tomar ímpetu hasta llegar a 159.2% en 1987. La inflación empezó a ceder a partir del pacto entre el gran capital y el Estado, el cual se había roto con la nacionaliza· ción de la banca en 1982. Este pacto hizo posible el establecimiento del Pac· to de Solidaridad Económica (PS!0 para controlar la inflación .

13

A medida que el régimen gubernamental de CSG fue ganando en legitimación frente al gran capital nacional e internacional, así como frente al gobierno de Estados Unidos y las organizaciones internacionales, ha profundizado el cambio estructural hacia un régimen de acumulación orientado al exterior y hacia una mayor privatización de la economía.

(1989)

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Usos Clui1taa del Dinero. . .

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(1989) se denominó "de transición" y tuvo como objetivos la consolidación de la estabilidad de precios para darle continuidad al Pacto de Svlidaridad (PSE) firmado a finales de 1987 y ahora bajo el nombre de Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE); renegociar la deuda y reducir las transferencias de recursos al exterior, así como crear las condiciones para la recuperación económica.

Gráfica 1. Cambios en las participaciones porcentuales en el Ingreso Generado por los Mexicanos. 1981-1985.

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-9.06 -10 Fuente: Julio Boltvinik y Fernando Torres (1986), p. 33 .

Aún cuando existe una continuidad en las prioridades de la política económica de uno a otro sexenio, la estrategia de lucha

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Victor M . Soria

contra la inflación tomó un derrotero distinto desde finales de 1987. Se aplicó una política de "ingresos" sobre la base del PSE para "anclar" los precios clave, i.e. el tipo de cambio (en adelante sobrevaluado), los salarios, los precios de los bienes básicos de consumo y de los energéticos14 . ¿Qué significó para los trabajadores este cambio en la política antiinflacionaria? Aún cuando la hiperinflación se controló, de todas maneras el uso del dinero continuó siendo punitivo para la clase trabajadora al continuar la férrea disciplina fiscal y monetaria, como se verá más adelante . La concertación a través del PSE se utilizó principalmente para mantener el aumento de los salarios por debajo de la tasa de inflación . Los objetivos fijados en los criterios generales de política económica para 1990, 1991 y 1992, mantienen como prioritaria la disciplina fiscal y monetaria, así como la obtención de un superávit presupuesta! primario15. Lo que ha cambiado son los énfasis en cuanto a la distribución del gasto público disponible después del pago del servicio de la deuda pública. Así, para 1990, una vez conseguida la renegociación de la deuda externa, se le daría mayor énfasis a " ampliar los recursos dirigidos a la inversión'', así como a ' 'elevar el bienestar social'' . Para 1991 , se aceleraría la reducción de la tasa de inflación, y en vista de la reprivatización de empresas paraestatales y bancos comerciales, el gasto social aumentaría en un 15.7% . Además en 1991 se aceleraron las negociaciones para establecer un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá. Para 1992, se fijó la meta de alcanzar una tasa de inflación de un sólo dígito, de proseguir la recuperación económica, continuar la modernización de la economía y mejorar productivamente el nivel de vida de la población16 . 1' José C6rdova (1991, p . 35) afmna que son tres las condiciones iniciales pa· ra aplicar una polCtica de ingresos : sobreajuste fiscal, cuentas externas fuer· tes y realineaci6n de precios relativos . De esta manera el superávit primario se increment6 de 4.7% del PIB en 1987 a 8% en 1988; las reservas en divisas habían alcanzado 13.7 mil millones de d6lares en diciembre de 1987; el tipo de cambio se devalu6 en 22% antes de que se fijara temporalmente; y los precios del sector público se sobreajustaron al alza ; los subsidios agregados que habían alcanzado 10.9% del PIB en 1981 , 6.1 en 1983 y 6 en 1987, se abatieron al 3.6% durante 1988. 15

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Todavía en septiembre de 1992 a la vista de la recesi6n en que ha entrado la economía, en la Convenci6n de Banqueros , el Secretario de Hacienda reitero que la disciplina ftscal no sería disminuida. "'r::l~ercaOo Ue~ illora , ! :o. ne enero Qe ~ , Qe ).~). ""Y ne ~.~~ -

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3. Usos Punitivos del Dinero. Las distorsiones Monetarias y Fiscales causadas por la Inflación La inflación, sumada a la política presupuesta! de austeridad, ha significado exacciones importantes para la clase trabajadora por medio del uso clasista del dinero, y a la vez grandes beneficios para el capital y una mayor recaudación para el Estado. Veamos primero los efectos negativos sobre los trabajadores, en términos del aumento de la recaudación de impuestos así como el "impuesto inflacionario" por la tenencia de dinero en efectivo.

A. Efectos sobre ingresos tributarios. La inflación afecta a los ingresos tributarios tanto positiva como negativamente. El incremento de precios empuja hacia arriba los ingresos nominales de las empresas, lo que conjugado con tasas impositivas progresivas (como las del Impuesto sobre la Renta -ISR-), eleva el monto a pagar. También afecta los ingresos de los trabajadores al ser reclasificados por los aumentos de salarios, aunque estos van por detrás de los incrementos inflacionarios. Es decir, el fisco eleva su recaudación en términos reales como consecuencia de la inflación. En México, entre 1982 y 1987, aunque con ciertas fluctuaciones, la carga impositiva ha tendido a crecer en términos reales. El Cuadro 1 muestra que en 1983, a pesar de la disminución del PIB, la carga fiscal se incrementó en 3.45% del PIB. Entre 1982 y 1987, con alzas y bajas enmedio, hubo un incremento de cerca de 3% del PIB en la carga fiscal en términos reales. El incremento de la carga fiscal afecta de manera importante a la clase trabajadora sobre todo en dos de losorubros impositivos; el ISR pagado por los trabajadores ascendió en 1987 a 36.3% del total de este impuesto (INEGI, 1987, misma fuente Cuadro 1); en cuanto al impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), segundo en importancia después del ISR, afecta más a las clases populares por su carácter altamente regresivo17. 17

Raúl Livas (1986, p .27) muestra que "los perceptores de menores ingresos han sido el pilar principal de la política fiscal en Jos últimos- años (1977-198+), ya que han subsidiado a Jos perceptores de ingresos elevados, además de que el número de defraudadores fiscales es considerable".

100

Victor M . Soria

Cuadro 1. Ingresos Fiscales Brutos del Sector Público (Millones de pesos a precios de 1980) Año

PIB (1)

Ingresos Fiscales Brutos (2)

Carga Fiscal/PIB (3) = (2)/(1)

1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987

4,276,490 4,662,211 4,831 ,258 4,629,394 4,796,025 4,920,235 4,757,343 4,803,437

845,835 917,505 909,482 1,050,847 1,032,558 1,163,471 959,388 1,046,240

19.78 19.68 18.82 22.27 21.53 23 .64 20.17 21.70

con el PIB18. En el la columna (2) se reses sobre la deuda efecto inflacionario en 1983 (9.32% del con el vertiginoso PIB como parte del Cuadro) . Este componl gobierno debería mo una amortización de interés. Este pago a los acreedores en ' sobre todo) a los que En el caso de la

Fuente: 1980-1981, El Ingreso y el gasto público en México, INEGI, México, 1985, Cuadro Y.II .3; 1982-1987 , El Ingreso y el gasto público México, 1987, INEGI, México, 1990, Cuadro 1.2. 1; Sistema de cuentas nacionales de México, 1986-1989, T.l. INEGI , 1991 , Cuadros 15 y 16.

B. Ganancias inflacionarias. Estas provienen de la deuda monetaria denominada en moneda nacional (billetes y monedas) así como de la deuda no monetaria (instrumentos de crédito) también en moneda nacional, a lo que habría que restar el efecto de la inflación sobre la composición de la deuda pública. Esto constituye lo que se denomina como "impuesto inflacionario" disminuido del efecto de evasión de éste en términos de la composición de la deuda. Este impuesto inflacionario afecta más a los tenedores de monedas y billetes, los cuales pierden poder adquisitivo en la proporción en que se incrementa la inflación. Estas ganancias fueron muy elevadas en 1983 y 1987, volviéndose negativas en 1988 y 1989. Véase el Cuadro 2, columna (4).

muestra en la

11

19

20

tasa de interés real , 20%, tendría que 0.05 + 0.20 + (0.05) cuales $ 20 deberían pita! y no un pago de i igual a$ 83 .34 (o sea$ 1 ticipadamente la diferen Alcides J. Lasa (1989),

En cuanto a la canalización de fondos al capital se puede examinar la deuda y el pago de intereses, así como la moneda "alta". C. Efectos en relación a las deudas e intereses. Los intereses sobre deudas contraídas por el gobierno en un ambiente inflacionario tienden a inflar el déficit consolidado. Cuanto mayor sea la tasa de inflación mayor será el déficit nominal como proporción del PIB y menor será el déficit real también en relación

cutuum0:1

21

Es decir, una tasa nomi real de interés es de 15 de 26.66% .

Usos Clasistas d~l

del Sector Público de 1980) Carga Fiscal/PIB (3) = (2)/(1)

19.78 19.68 18.82 22.27 21.53 23.64 20.17 21.70

en México, INEGI, Méxi, El Ingreso y el gasto público 990, Cuadro l. 2. 1; Sistema de 1989, T.l. INEGI , 1991 ,

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1ao..Juuc11

Din~ro...

101

con el PIB18. En el Cuadro 2, la mayor parte del porcentaje de la columna (2) se refiere al componente inflacionario d{ los intereses sobre la deuda consolidada en moneda nacional19. Este efecto inflacionario creció de 1,670 miles de millones de pesos en 1983 (9.32% del PIB) a 42,073 miles de millones en 1987 con el vertiginoso crecimiento de la deuda (o sea 21.7 5% del PIB como parte del total de 22.04% mostrado en dicho Cuadro). Este componente inflacionario de la deuda interna del gobierno debería considerarse, para efectos del déficit, más como una amortización anticipada de la deuda que corno un pago de interés. Este pago adelantado beneficja de manera adicional a los acreedores en detrimento de aquellos (los trabajadores, sobre todo) a los que la inflación les quita poder de compra20. En el caso de la deuda contraída por las empresas, si la legislación fiscal les permite descontar el interés pagado como gasto de operación, el fisco sufrirá una pérdida proporcional a la deducción multiplicada por la tasa impositiva21. En México, sólo a partir de 1987, la legislación empezó a prohibir la deducibilidad total de los intereses pagados. Esta pérdida fiscal se muestra en la columna (3) del Cuadro 2. D. La moneda "alta". Para atender el pago del servicio de la deuda externa entre 1983 y 1987, bajo la restricción de créditos internacionales así como la necesidad de retener los capitales en el país y sentar las bases para el cambio en el régimen de acu11

19

20

al capital se puede exa' así como la moneda

21

Para una demostración sobre la base de formulación matemática véase AIcides J. Lasa (1989), p. 385 . Los otros efectos incluidos en la columna (2) del Cuadro 2, marcados abajo en éste como efectos b) y e), tienen una magnitud pequeña que no alcanza un tercio de uno porciento del PIB. Un bono de $ 100 colocado por el gobierno, para que pueda mantener una tasa de interés real, por ejemplo del5% anual, con una tasa de inflación del 20%, tendría que rendir una tasa de interés nominal del 26% (interés 0.05 + 0.20 + (0.05) (0.20) - 26% ), significa un monto de$ 26, de los cuales $ 20 deberían realmente considerarse como una amonización de capital y no un pago de interés. El valor real del bono al final del año será igual a$ 83.34 (o sea$ 100 1/1.2), por lo que el acreedor habrá recibido anticipadamente la diferencia como la amonización ($ 20/1 .2 - $ 16.66). Cf. Alcides J. Lasa (1989), p. 381. Un pago de intereses por$ 100, si estos son deducibles de impuestos y si la empresa está sujeta a una tarifa impositiva del 50% sobre la base gravable, habrá obtenido un ahorro de impuestos de$ 50 propiciado por la inflación. Es decir, una tasa nominal de la mitad; y si la nflación es de 20% y la tasa real de interés es de 15%, esto equivale a una tasa real de interés negativa de 26.66%.

102

Víctor M . Soria

mulación, el gobierno promovió el circuito de la deuda interna, rearticulando los campos fiscal, bancario y bursátil junto con una reforma del sistema financiero. El sistema fiscal-financiero generó un superávit presupuestal antes del pago de intereses cercano al6% del PIB, por medio de una dramática contracción del gasto corriente y de la inversión pública, así como del aumento de la captación de impuestos. Paralelamente se implantó un encaje bancario ·prácticamente ce.rcano al100%, cuyos fondos fueron absorbidos por el gobierno para financiar la deuda pública. En vista de la insuficiencia de estos recursos y la persistencia del déficit financiero, se decidió financiar este por medio de la colocación de títulos gubernamentales en el mercado de valores, en lugar de hacerlo mediante emisión monetaria (Celso Garrido, 1991, p.50)22, En algunos países semi-industrializados, en épocas de aguda inflación y endeudamiento externo, ciertos instrumentos de crédito del gobierno (por ejemplo los Certificados de la Tesorería, CETES, en México), se utilizan como la moneda "real" por las empresas, los bancos y el Estado. Este dinero no sólo se usa como unidad de cuenta, sino principalmente como reserva de valor y medio de pago entre esos tres agentes. A esta moneda de crédito Alain Lipietz la ha bautizado con el nombre de "moneda alta"23 . La moneda alta no sólo es un signo incuestionable de valor, sino que además paga un interés, y su único emisor es el Estado. El problema que origina, sin embargo, es que al cumplir sus funciones de reserva de valor y medio de pago (rindiendo a la 22

vez un interés real) , inflacionario24.

Al mezclarse el expectativas de los no es eficiente, y si la valor del depósito, los serán inducidos a obtener un rendimien~

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De acuerdo con Alejandro Dávila (1990, p. 105) los valores públicos han re-, sultado más inflacionarios y costosos que el mecanismo tradicional de emi-

sión de circulante. El repunte del déficit presupuesta! a partir de 1985 es imputable al crecimiento exponencial del servicio de la deuda interna. 23

El dinero oficial, denominado moneda "vernácula" por Lipietz se utiliza para el pago de impuestos y salarios, así como para el comercio ordinario. Tanto la moneda vernácula como la alta son intercambiables en cualquier tiempo y a una tasa que depende de la inflación. No obstante, existe una "barrera a la entrada" para la alta moneda en términos de los hábitos culturales, la indivisibilidad de los títulos y la capacidad económica. Es decir, la moneda vernácula es utilizada por los pobres, mientras que la moneda alta queda restringida para el uso de las empresas y las clases altas y medias. En algunos países ambos tipos de moneda se intercambian por el dólar en el mercado negro. La moneda alta constituye un incentivo para evitar la fuga de capitales. Cf. A . Lipietz (1990), pp. 36-37 .

25

Celso Garrido ( 1991, en " un pequeño y núcleo del nuevo grandes masas de raba en una dara permitía un elevado mulación consideradaJ exportador"

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107

1991.

población pobre tendió a deteriorarse durante los años más agudos de la crisis (Cf. José Blanco y Oliva López, 1990, p. 45), por lo que sus consecuencias negativas, aumentadas o cuando menos sostenidas por la disminución actual del consumo básico, es muy probable que se reflejen en el nivel de morbilidad de los próximos años.

Cuadro 3.

Aún cuando se presenta al PRONASOL como depositario "del 45% del total de la inversión dedicada al desarrollo social, y 17 .6% de toda la inversión del Gobierno para 1992" de acuerdo con Fernando Peón E., coordinador del Programa OEA-Solidaridad (1992, p.l4), se puede ver que el gasto programable total en 1992 está muy por abajo aún del de 1987. Véase el Cuadro 3. Si bien es cierto que el gasto en desarrollo social ha aumentado, la inversión en infraestructura social no iguala los niveles anteriores a 1982. En vista de que el PRONASOL ha sido un programa efectivo para establecer una imágen positiva del presidente de la República, así como en la creación de clientela electoral, se ha aprobado una Nueva Secretaría, la de Desarrollo Social, lo cual permite hacer la hipótesis de que el régimen gubernamental actual (autollamado un régimen de "liberalismo social") en los hechos trata de desarrollar un "pacto social" con las capas marginadas. Este tendría implícito un doble propósito, por una parte disminuir el nivel de conflicto social y evitar estallidos populares y, por otra, legitimarse frente a las capas más pobres de la población. Sin embargo, la conformación de dicho pacto social todavía está por verse, tanto por las contradicciones que ha creado la estructura organizacional del PRONASOL frente al partido oficial como por la volatilidad de la clientela electoral promovida por este programa. Denise Dresser (1992, p. 53) apunta que "es evidente que el liderazgo del PRI se siente amenazado, ya que PRONASOL parece funcionar como un partido paralelo, más vinculado a los intereses presidenciales que a los intereses del PRI. Los Comités de Solidaridad han comenzado a cobrar mayor dinamismo e importancia que las seccionales del PRI, y tienen la capacidad para establecer contacto directo con las autoridades de SPP que asignan los recursos públicos".

Año

Progr. Tota12

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1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992

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3

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Usos Clasista. d~l Dinero ...

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109

Cuadro .3. Gasto Programable Total y Gasto en Desarrollo Social, 1988-1992 (Miles de Millones de Pesos a precios de 19801)

Año

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1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992

1,362.4 1,124.9 1,127. 1 1,131.6 1,046.6 1,056. 7 915.3 905.4 867 .7 968.3 964.5

332.6 266 .1 279.3 275.1 246.6 265.6 294.3 322.3 328 .2 440.9 495 .9

Des. Urb. y Progr. Educa- Salud y Laboral Ecología Solidrd. Social ción Social3 Abasto

184.7 129.1 138.2 141.6 126.5 125.3 131.3 137.2 146.7 169.4 203.5

121.4 110.8 114.9 113.5 110.8 133 .5 131.0 135.9 155.4 200.4 211.5

26.5 26.2 26.2 20.0 9.3 6.8 16.8 13.8 10.4 25.6 28.2

15.2 17.4 15.7 33 .7 38 .3

11.8 14.4

Deflactado de acuerdo al Indice de precios implícitos del PIB, 1980 = 100. Las cifras de gasto programable total y de gasto en desarrollo social y sus componentes de 1988 a 1991 son las esperadas para el cierre previsto del año presupuesta!. la cifra de Solidaridad Social para i989 es de acuerdo con el presupuesto autorizado. Fuente: Para los años de 1982 a 1987, INEGI , El ingreso y el gasto público en México, 1987, Cuadros 11 .7.3; 11.1.9; 11 . 1.14 a 19. Para los años de 1988 a 1992 , Presupuesto de Egresos de la Federación, 1988, 1989, 1990, 1991 y 1992 .

5. Continuidad de la Crisis y de la Pobreza Se ha mencionado que la moneda, como símbolo del valor económico hace viable la articulación entre la economía productiva y la economía de la administración pública. El dinero es el medio para establecer las bases políticas de lo económico y a su vez para fundar las bases económicas de lo político . Se puede agregar, por otra parte, que la ley vincula a la sociedad civil y a la sociedad política. En otras, palabras, el dinero y la ley constituyen las estructuras básiCas del modo de regulación social a través del cual los compromisos fundamentales entre los actores sociales se institucionalizan.

110

Victor M. Soria

En el modo salarial de regulación monopólica, existe un régimen monetario-financiero, que asegura, por una parte, la mediación entre la economía y la política en el orden económico, y por otra, facilita la acumulación de capital esencialmente a partir de la producción mercantil. Al Estado, en este modo de regulación, le interesa la acumulación política basada sobre la valorización del capital simbólico de los asalariados30. Por medio del gasto público, el Estado se legitima y acumula poder, el cual si bien (sobre todo en las etapas ausentes de crisis) acepta el mejoramiento de las fuerzas productivas del trabajo, trata más bien de beneficiar a la acumulación capitalista, misma que en último análisis constituye uno de los factores de su autodesarrollo (Cf. Bruno Théret, 1992). Sin embargo, no basta entender al dinero como mediador entre las esferas de lo político y de lo económico, sino que también hay que entender que el dinero se utiliza como arma en la lucha de clases. En México, a partir de la crisis financiera de 1982, el dinero se ha utilizado por el capital y el Estado como medio punitivo para someter a la clase trabajadora. Esto se ha realizado a través de una drástica política de austeridad, cuyo núcleo duro es el rígido control del presupuesto público, del dinero y de los salarios de los trabajadores. La austeridad estuvo orgánicamente ligada al pago del servicio de la deuda externa, que sirvió como palanca para extraer buena parte del excedente económico en una sociedad sumida en la crisis. También ha sido utilizada y vinculada a la política de cambio estructural, cuyos ejes están constituidos por la liberalización del comercio externo, la desregulación y la privatización económicas. Todo ello ligado a la conformación de un nuevo régimen de acumulación de cuño exportador. Durante el sexenio pasado la política de austeridad y la inflación se encargaron de diezmar a la clase trabajadora y de incre30

Se puede decir que durante el sexenio pasado el Estado y el partido oficial " desacumularon" políticamente, llegando a un nivel bajo de legitimidad, tal como lo muestran los resultados de las elecciones de julio de 1988. En el presente sexenio el Estado se ha legitimado frente al gran capital mediante la redirección de inmensos flujos de dinero, pero no frente a la clase trabajadora . El PRONASOL está concebido más como un instrumento legitimador, que como una verdadera solución a la pobreza, por lo que su porvenir no es prometedor en un sistema económico que produce pobreza.

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111

mentar tanto la pobreza extrema como la moderada. Cuando la espiral inflacionaria amenazó con el caos, y una vez que el Estado había redirigido el flujo monetario al capital financiero, por medio del circuito perverso de la deuda interna y que la reprivatización estaba en marcha, se empezó a consolidar un compromiso institucional entre estos dos actores. Esto hizo posible el control de la amenazante hiperinflación y dió lugar a una política de ingresos. La inflación ya no diezmaría tanto a los trabajadores, pero la contención salarial continuaría a través de los llamados Pactos tripartitos (PSE y después PECE). De esta manera hemos visto que entre 1981 y 1985 la clase trabajadora perdió 9.06% del Ingreso generado en México, con el concomitante aumento distribuido entre el capital nacional y extranjero y el Estado. Se ha observado que la carga fiscal, aunque con fluctuaciones, se ha incrementado en más de 3% desde 1982; y que la pérdida de capacidad de compra del dinero en circulación llegó hasta 6.5% del PIB durante 1987. Esto aparte de la reducción de subsidios a bienes y servicios básicos. La declinación de la participación de los salarios en el ingreso nacional disponible de 41.7% en 1982 a 27.7% en 1989, son un reflejo de la política de austeridad. Por otra parte, también se ha observado que el capital financiero amasó fortunas nunca vistas durante los años álgidos de la crisis. Por medio de la deuda interna y la inflación, el capital recibió amortizaciones adelantadas incluidas en el servicio de la deuda. El efecto inflacionario llegó hasta 21.7 5% del PIB en 1987, buena parte del cual significó un pago adelantado. El medio utilizado para hacer funcionar el circuito de la deuda interna fue lo que Lipietz ha denominado "moneda alta"; un instrumento de crédito que no sólo preserva su valor de los efectos inflacionarios, sino que rinde un interés real. Los intereses pagados por CETES subió de 2,204.6 miles de millones de pesos a 10,632.4 en 1987 y a 13,703.8 en 1988 (CJ. Celso Garrido (1992) p. 74). El crack de la Bolsa Mexicana de Valores en 1987 también sirvió para concentrar y centralizar más el capital31. 31

Alejandro Dávila (1990, p. 131) estima que del 6 de octubre al 9 de diciembre de 1987 el valor de mercado de las acciones disminuyó en 47 billones 24,530 millones de pesos (-74.28% ), magnitud equivalente al24.04% del PIB de 1987. No es difícil concluir -afirma Dávila- que los grandes afectados fueron los pequeños inversionistas, mientras que los beneficiarios del "canusel" especulativo fueron los "hacedores" del mercado accionario.

Las inmensas fortunas amasadas por el gran capital durante la crisis han servido para rearticular un complejo productivo-comercial-fmanciero, orientado a conformar un régimen de acumulación de corte exportador. A partir de 1989 se vislumbró la recuperación económica ya que el PIB creció 3.3%, aumentando a 4.4% en 1990 y bajando un poco en 1991 a 3.6%32. Sin embargo, desde mediados de 1992 la actividad económica se ha reducido en vista de la recesión norteamericana, el sector externo está altamente desequilibrado, el tipo de cambio está sobrevaluado y la inflación también ha repuntado. No obstante la medicina sigue siendo la misma: redoblar la austeridad33. La pregunta es ¿porqué no ha sido capaz el capital en México para relanzar duraderamente la economía? Más allá de los determinantes externos, se puede afirmar que el uso fetichista del dinero por parte del mismo capital constituye un factor importante para explicar la continuidad de la crisis. La especulación a través de la Bolsa Mexicana de Valores continúa, por lo que a pesar del repunte de la inversión privada en el cercano pasado, el excedente se ha desviado a la especulación34. Otro factor importante es el uso punitivo del dinero, el cual se refleja en el desempleo y la contención salarial, lo cual ha estancado el crecimiento de la demanda efectiva por parte de la clase trabajadora.

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Los programas de lucha contra la pobreza, como el PRONASOL, no pueden contender en el mediano y largo plazo contra esta. Tanto porque la política neoliberal ha segmentado a la sociedad mexicana y la producción de pobreza continúa sin freno, como porque el presupuesto del programa es raquítico para las ingentes necesidades de la población.

En vista de que la inflación reptante y la política de austeridad siguen lastimando especialmente a las capas más desprotegidas de 32

S.H .C.P., "El comportamiento de la economía mexicana en 1991", en El Mercado de Valores, núm. 7, abril 1, de 1992, P . 11.

33

Recientemente, el coordinador de asesores de la subsecretaría de Hacienda, Armando Pérez Gea, anunció que 1992 puede cerrar con un superávit financiero de 20 billones de pesos, o sea, que "la administración pública del país recibirá más dinero del que gastará" . Excélsior, Sección Estados, 3 de octubre de 1992, p . l.

34

El financiamiento del capital de riesgo y de largo plazo a través de la Bolsa Mexicana de V aJores no llegaba al 10% en 1987, mientras que el mercado de dinero acaparaba el 90% de los fondos. Cf. A. Dávila (1990), p. 132.

35

A este respecto, Agus consideran equivocadí los dardos de la crisis ma que la crisis no afc la "gente se las arr' triunfo histórico del e importancia de las m

Uaos Cla.aiatu del Dinero...

por el gran capital durante la un complejo productivo-comernar un régimen de acumulación 189 se vislumbró la recuperación .3%, aumentando a 4.4% en 3.6%32. Sin embargo, desde se ha reducido en vista externo está altamente desobrevaluado y la inflación la medicina sigue siendo la capaz el capital en México Más allá de los deterque el uso fetichista del dinero un factor importante para La especulación a través de la por lo que a pesar del repunpasado, el excedente se ha factor importante es el uso puel desempleo y la contención · de la demanda efectiva

113

la clase trabajadora, la hipótesis más palusible es que en el mejor de los casos el nivel de pobreza tanto extrema como moderada no han disminuido. El gran embate neoliberal del capital y el Estado en México, no quiere decir que la clase trabajadora ha permanecido pasiva35. Las familias pobres cuyos miembros han unido sus magros ingresos para sobrellevar la crisis, las luchas sostenidas por los movimientos populares urbanos para arrancar al Estado mejores servicios, el continuo aumento de la llamada economía informal, así como la lucha sostenida por los sindicatos independientes y por sindicatos democráticos, dan fe de que la clase trabajadora no se ha rendido. Desafortunadamente, su falta de unidad, no le ha permitido hacer, a su vez, un uso más punitivo del dinero en contra del capital.

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1987, mientras que el mercado de dineA. Dávila (1990), p. 132.

35

A este respecto, Agustín Escobar y Guillermo de la Peña (1990, pp. 10-20}, consideran equivocado concebir a la población como un "blanco inerme de los dardos de la crisis", así también como la posición empresarial que afirma que la crisis no afecta significativamente los niveles de bienestar, porque la "gente se las arregla". Estos autores rechazan la visión fatalisia del triunfo histórico del capital monopólico y el Estado pelele, y reivindican la importancia de las movilizaciones populares.

u•

Victor M. Soria

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