Unión Republicana y Diego Martínez Barrio
Descripción
Unión Republicana y Diego Martínez Barrio
Belén Moreno Garrido Doctorado Debate ideológico durante la Guerra Civil Española Departamento Historia de la Comunicación Social Universidad Complutense de Madrid Septiembre 2010
ÍNDICE 1. Introducción 2. Breve apunte biográfico de Diego Martínez Barrio 3. La creación de Unión Republicana: de radical a moderado 4. Los objetivos del nuevo Partido 5. Integración en el Frente Popular 5.1 Candidaturas de Unión Republicana en el Frente Popular 5.2 El Programa del Frente Popular 5.3 Análisis de las convergencias y divergencias entre Unión Republicana y el Frente Popular 6. El estallido de la Guerra Civil y el gobierno de conciliación 6.1 Las dificultades para formar gobierno 7. Diego Martínez Barrio durante la Guerra Civil 8. Diego Martínez Barrio Presidente de la República en el exilio 9. Conclusiones 10. Bibliografía 11. Anexos documentales 11.1 Ideario y programa de Unión Republicana 11.2 Pacto-‐Programa del Frente Popular
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1. INTRODUCCIÓN En este trabajo analizaremos la figura del político andaluz Diego Martínez Barrio y su partido Unión Republicana, partido que formó parte de la coalición del Frente Popular vencedores de las elecciones generales de 1936. Haremos un recorrido por las diferentes etapas por las que atraviesa la política de Martínez Barrio, desde sus primeros años como mano derecha de Lerroux, su escisión del Partido Radical, la creación de Unión Republicana, la formación del Frente Popular y por último, la guerra y el gobierno en el exilio. También, veremos las similitudes y divergencias entre los programas de Unión Republicana y el Frente Popular. Este trabajo por tanto, representa una pequeña aproximación a la política española de la primera mitad del siglo XX.
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2. BREVE APUNTE BIOGRÁFICO DE DIEGO MARTÍNEZ BARRIO Diego Martínez Barrio nació en Sevilla el 25 de noviembre de 1883. Su padre era albañil y su madre vendedora en el mercado. Según las propias palabras de Diego Martínez Barrio1: Mi infancia no conoció otras alegrías que las inevitables de la edad, entreveradas con escaseces que, después de la muerte de mi madre, se convirtieron en miserias.
Cuando contaba con tan solo once años su madre falleció y tiene que ponerse a trabajar como tipógrafo. Dedicará las noches a leer todos los libros y periódicos que llegaban a sus manos. Rápidamente se afilia al partido fundado por Alejandro Lerroux, Partido Republicano Radical y la Juventud Republicana de Sevilla. Durante su servicio militar, en el año 1907, pasó dos meses en el calabozo acusado de un delito de opinión por un artículo. Finalmente, el caso fue sobreseído. En 1908 entrar a formar parte de la masonería, iniciándose en la Logia La Fe de Sevilla. Durante varias décadas, tendría un papel destacado en la masonería española, llegando a erigirse como Gran Maestro del Gran Oriente Español. Con 17 años funda un semanario republicano llamado Trabajo. Ese mismo año, 1910, es elegido concejal por Sevilla. Con la ayuda del republicano Joaquín Maestro Amado funda otro semanario republicano que llevará el nombre de El Pueblo. En 1917 se presenta como candidato a diputado a Cortes por la circunscripción de Osuna-‐Marchena pero fue derrotado por el candidato conservador, el Marqués de Torrenueva. También en ese año contrae matrimonio civil con Carmen Basset, matrimonio del cual no nacerá descendencia, algo que de lo que el propio Martínez Barrio se lamentaría en el futuro. En 1920 fue elegido, nuevamente, concejal en Sevilla y vocal de la Comisión Organizadora de la Exposición Hispano-‐Americana de 1922. Fue elegido Presidente del Partido Republicano Autónomo de la provincia de Sevilla. En los años de la dictadura de Primo de Rivera lideró la oposición al régimen en Andalucía Occidental. Durante el año 1923 volvió a presentarse como diputado, esta vez por Sevilla, y aunque el resultado fue totalmente favorable para él, ni la Junta del Censo, ni el Tribunal Supremo quisieron reconocerlo, por lo que fue proclamado el candidato oficial, Juan Ignacio Luca de Tena, este, en un acto de honestidad, rechazó el acta. Desde ese momento, ambos se procesarán un gran respeto. En 1930 forma parte del Comité Central Revolucionario y firma el manifiesto del Pacto de San Sebastián. El Comité tiene que exiliarse un par de meses en París, ya que es perseguido. Estando allí en París, el 14 de abril de 1931, se instaura la II República española.
1 MARTÍNEZ BARRIO, Diego, Memorias, Planeta, 1983.
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Al día siguiente, el 15 de abril, regresa a España. Es nombrado Ministro de Comunicaciones. El 8 de octubre de 1933 es elegido para presidir el Gobierno que debía organizar las elecciones. En el gobierno de Lerroux fue Ministro de la Gobernación, pero finalmente, acabará abandonado el partido dirigido por el primero por las discrepancias surgidas a raíz de la política emprendida por Lerroux y sus pactos con la CEDA. Diego Martínez Barrio fundará su propio partido, el Partido Radical Demócrata que más tarde se aglutinaría en Unión Republicana. Integrada en Unión Republicana en el Frente Popular, Martínez Barrio fue elegido diputado por Madrid en las elecciones del 16 de febrero de 1936. Fue nombrado presidente de las Cortes y ejerció de manera interina como Presidente de la República entre el 7 de abril y el 10 de mayo de 1936 tras la destitución de Niceto Alcalá Zamora. La noche del estallido de la Guerra Civil (del 18 al 19 de julio de 1936), el Presidente de la República, Manuel Azaña, le ofreció la difícil tarea de formar un Gobierno de conciliación tras la dimisión de Santiago Casares Quiroga. Tras una noche frenética, comprendió que la guerra era inevitable y presentó su dimisión el 20 de julio. Fue sustituido por José Giral. Con la caída de la República se exilió, primero en Francia y luego en México donde presidió la Junta Española de Liberación. En 1945 fue designado Presidente de la República en el exilio, cargo que ocupó hasta su muerte. Muere en París el 1 de enero de 1962.
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3. LA CREACIÓN DE UNIÓN REPUBLICANA: DE RADICAL A MODERADO Como hemos visto con anterioridad, Martínez Barrio se afilió desde muy joven al Partido Republicano Radical que Lerroux había fundado en 1908 tras escindirse de la Unión Republicana de Nicolás Salmerón. Desde sus inicios el partido de Lerroux se definió por su anticlerismo radical y violento. Fue uno de los firmantes del Pacto de San Sebastián (1930) del que se derivaron dos líneas de acción complementarias: la revolucionaria, que condujo al fracaso del pronunciamiento de Jaca (12 y 13 de diciembre de 1930), y la política, que gracias a una campaña de prensa y mítines, logrará arruinar el prestigio de la monarquía. El hecho más significativo fue la sustitución del comité revolucionario por un gobierno provisional, que otorgó a radicales y socialistas la representación correspondiente respecto a su peso. Esta acción política fue acompañada de un proceso de reorganización de los diferentes partidos republicanos. Se reunieron los delegados radicales, que hablaron sobre la creación de una junta nacional que auxiliase a Lerroux en la dirección del partido, pero esa institución nunca llegó a constituirse. El 14 de abril de 1931 se proclama en España la II República. Martínez Barrio formará parte del gobierno provisional ocupando la cartera de Comunicaciones. El 3 de junio fueron convocadas las elecciones, que designarían representantes para una sola cámara. La campaña electoral movilizó a todas las organizaciones del partido. Al mismo tiempo, la Iglesia promovió la creación de una nueva organización política, de carácter confesional, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA). Los resultados de las elecciones dieron una gran mayoría a los republicanos, que acumularon, a través de varias agrupaciones, más de 300 diputados, lo que significaba la mayoría absoluta.
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RESULTADOS ELECCIONES GENERALES DE 1931 Partido Escaños Partido Escaños Partido Socialista Obrero 115 Partido Republicano 90 Español Radical Partido Republicano 61 Esquerra Republicana de 29 Radical Socialista Catalunya Acción Republicana 26 Derecha Liberal 25 Republicana Partido Republicano 16 Partido Agrario 15 Democrático Federal Federación Republicana 15 Agrupación al Servicio de 13 Gallega la República Partido Nacionalista Vasco 7 Acción Nacional 5 Partido Galeguista 5 Unión Socialista de 4 Catalunya Comunión Tradicionalista 4 Partido Republicano 4 Liberal Demócrata Lliga Regionalsita 2 Partit Catalanista 2 Republicá Partido Republicano de 2 Partido Radical Socialista 2 Centro Revolucionario Extrema Izquierda 2 Partido agrario 1 Republicana Federal Republicano Autonomista Independientes de 9 Republicanos de centro 8 derechas independientes Independientes de 8 Total de escaños: 470 izquierdas El Partido Republicano Radical fue el segundo más votado consiguiendo 90 escaños. La formación de gobierno fue laboriosa y se logró mediante el engarce de hasta 9 minorías republicanas2, a la que se sumó la socialista, y la total ausencia de elementos monárquicos. La división del republicanismo se manifestó rápidamente, a la hora de desarrollar un programa reformista. A pesar de sus reiteradas declaraciones de izquierdismo republicano, el Partido Radical se encontró situado, por la naturaleza de sus posiciones doctrinales, en la derecha del republicanismo, posición que, a medida que va pasando el tiempo, asumieron formalmente. El partido de Lerroux era seguido por la nueva opinión republicana, lo que le hizo plantearse una nueva organización. Tras las elecciones de junio se constituyó en junta nacional interina del partido y se nombró un comité ejecutivo, cuya presidencia y vicepresidencia ocuparon, respectivamente, Lerroux y Martínez Barrio. La Junta elaboró, en el mes de agosto, unas bases de organización, que establecía la creación de un censo del partido y la celebración de elecciones para renovar los comités locales y regionales.
2 ARTOLA, Miguel, Partidos y Programas Políticos, 1808-1936. Tomo I: Los partidos políticos, Aguilar,
1975, p. 601. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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El liderazgo de Lerroux sobre el partido está a tal punto fuera de toda duda, que no vacilará en dimitir, con la seguridad anunciada de su reelección: “ya se que me proclamaréis de nuevo el jefe3”. El nombramiento de Alcalá Zamora como Presidente de la República, en diciembre de 1932, había servido a Azaña para renovar su gabinete. La crisis tuvo como consecuencia inmediata la salida de los radicales del gobierno. Según el propio Azaña en sus memorias, Lerroux quería sustituirle en el poder y convocar nuevas elecciones4. Este hecho supondrá la ruptura entre Azaña y Lerroux. Los radicales se perfilan decididamente como partido oponente a la coalición de republicanos de izquierdas y socialistas. En la asamblea del partido recalcarán que son un partido de izquierdas “el partido ocupa el lugar de siempre dentro del izquierdismo que caracteriza a la República”, y se aprobará una enmienda contraria a la continuación de los socialistas en el poder. La ponencia de Martínez Barrio, que la asamblea aprobó de inmediato Diego Martínez Barrio es nombrado presidente del Consejo de Ministros en el 8 de octubre de 1933, y su actitud durante todo su mandato fue conciliadora e imparcial, una actitud que ya le estaba separando de Lerroux, más impulsivo y tendente a los intercambios de favores e inclinaciones personales. El 29 de octubre, Martínez Barrio permitió la creación de la Falange Española en el madrileño teatro de La Comedia. La Falange se convertiría tan solo un mes después, tras el asesinato del militante falangista José Ruiz de la Hermosa, en un auténtico grupo terrorista, financiado por Renovación Española y a través de la Embajada italiana5. Martínez Barrio fue el encargado de organizar las nuevas elecciones. Decidió suspender la Ley de Defensa de la República durante el período electoral al estimar que el gobierno debía prescindir en aquel momento de las facultades coercitivas que aquella le otorgaba. La elecciones del 19 de noviembre de 1933 se celebraron bajo un limpieza total.
3 Ídem p. 630. 4 AZAÑA, Manuel, Memorias políticas y de guerra. Tomo I (1931-1933), Crítica, 1978. 5 FERNÁNDEZ ALONSO, María Isabel, Martínez Barrio: del radicalismo a la moderación. Análisis de
su labor en tres momentos importantes de la Segunda República, en Historia y Comunicación Social, Universidad Complutense de Madrid, 1993, p. 17. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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RESULTADOS ELECCIONES GENERALES 1933 Partido Escaños Partidos Escaño Confederación Española de 115 Partido Republicano 102 Derechas Autónomas Radical (CEDA) Partido Socialista Obrero 59 Partido Agrario 30 Español Lliga Regionalista 24 Comunión Tradicionalista 20 Esquerra Republicana de 17 Partido Republicano 17 Catalunya Conservador Renovación Española 14 Partido Nacionalista 11 Vasco Partido Republicano 9 Partido Republicano 6 Liberal Demócrata Gallego Acción Republicana 5 Partido Republicano 4 Democrático Federal Partido Republicano 3 Partido Republicano 3 Radical Socialista Progresista Independiente Unió Socialista de 3 Partido Republicano de 2 Catalunya Centro Partido Comunista de 1 Partido Republicano 1 España Radical Socialista Partido Nacionalista 1 Falange Española 1 Español Unió de Rabassaires 1 Partido regionalista de 1 Mallorca Independientes de 18 Republicanos de centro 5 derechas independientes Total 473 En esta ocasión la CEDA fue la gran beneficiada de las elecciones, si bien es cierto que no tenía mayoría absoluta. Gil Robles, líder de la CEDA, decidió acercarse a los radicales, que habían obtenido 102 escaños, y apoyó un gabinete presidido por Lerroux, con la condición de que respetará las principales demandas de la derecha. Martínez Barrio no compartía esa postura, aunque en un principio colaboraría con el nuevo gobierno. Antes de dar el relevo a Lerroux en el Consejo de Ministros, Martínez Barrio, tuvo que enfrentarse a los levantamientos de los anarquistas en diferentes zonas de España. La crisis fue resuelta pero el coste de vidas humanas fue muy alto.
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La prensa de la época, más de derechas, acoge favorablemente al gobierno de Alejandro Lerroux, esta es la opinión de El Debate6: Quisiéramos que ese gobierno fuese estable, firme y duradero. Y creemos que puede serlo, no tanto por la solidez de su base parlamentaria, cuanto por el interés de todos en que dure. A prolongar decorosa y fecundamente su vida han de ayudar sin duda, la experiencia, el tacto y las dotes políticas del señor Lerroux.
Las discrepancias entre Martínez Barrio y Lerroux cada vez eran más evidentes. En una entrevista publicada en Blanco y Negro el 4 de febrero de 1934, Martínez Barrio afirmaba: Creo firmemente en una política de izquierdas dentro de la más pura democracia, con sometimiento absoluto a la ley impregnada de un sentido de justicia social, resolvería múltiples problemas que están ahora mismo planteados en España y lograría el ascenso de una norme masa de opinión. Lo que sucede es que la izquierda hasta a este momento se movió a impulsos de un criterio estrecho y sectario, con modos que la sensibilidad refinada del pueblo español no aguanta.
Aunque en esa misma entrevista afirmaría su fidelidad a Lerroux, claramente se ve un posicionamiento diferente. En mayo de 1934, el vicepresidente del partido, secundado por dos miembros del comité ejecutivo y una veintena de diputados, abandonará el Partido Radical Republicano, para construir una nueva agrupación que tomó el nombre de Partido Radical Demócrata. Toda la prensa de izquierdas aplaudiría la decisión de Martínez Barrio. Alejandro Lerroux manifestó en múltiples ocasiones lo profundamente afectado que se sintió por la marcha del político sevillano, pero al mismo tiempo criticó la política de su ex compañero. El diario Voz relató el hecho de la siguiente manera7: “El partido radical tenía un programa. Un programa avanzado. Un programa semejante al del partido radical francés. Laicismo. Supremacía del poder civil. Autonomías Regionales. Reformas sociales, sobre todo en lo relativo a la propiedad de la tierra. Con ese programa actuó en la oposición (…) Pero diose al venir la República un fenómeno curiosísimo. Existía una derecha republicana con hombres como el señor Alcalá Zamora y don Miguel Maura. Y se creyó las masas conservadoras del país, convencidas de que la monarquía se había ido para siempre, se incorporarían a ella para defender de ese modo, dentro de la nueva legalidad, sus intereses vitales. Pero, con gran sorpresa de todos los arúspices políticos, no sucedió así, sin embargo, una parte de esas masas conservadoras se mantuvo al margen del nuevo régimen. (…) Y otra irrumpió desenfadadamente en el partido radical y arrolló a la vieja guardia… Y como es lógico, el radicalismo, bajo el aluvión de catecúmenos, tranformóse profundamente. No cambió de programa, pero consideróse expresión política de los elementos que aceptaban la República, no como una rectificación de los vicios de la Monarquía, sino como una continuación del estado social y moral en ella simbolizado y por ella defendido hasta morir. Innumerables caciques ofrecieron sus buenos y leales servicios a los jefes provinciales del radicalismo
6 “Tras la doctrina, la conducta”, El Debate, 17 de diciembre de 1933. 7 “La escisión del Partido Radical”, Voz, 17 de mayo de 1934.
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con la expresa condición de que, en justa reprocidad, se les seguiría dando carta blanca. Y es lo triste y doloroso que esos buenos y leales servicios fueron aceptados con júbilo y gratitud. Desde aquel momento el partido radical dejaba de ser un instrumento de renovación republicana para convertirse, tal vez sin que se dieran cuenta de ello muchos de sus viejos correligionarios, en un aliado de quienes suspiraban por la vuelta a lo antiguo. Dirán los que se quedan, seguramente, que el programa sigue intacto. Y es posible que teóricamente no les falte razón. Pero hoy no se trata de eso. Se trata de saber si la República va a ser entregada a sus más encarnizados adversarios, si España será o no un segundo Portugal o una segunda Austria. Porque así, y no de otro modo, se plantea el problema. El señor Lerroux, y con él la inmensa mayoría de los que aún sin empacho se denominan radicales, no ve inconveniente en ello, sino que se brinda a facilitar la operación en el Parlamento y en otros lugares. Don Diego Martínez Barrio y sus amigos, que no son muchos hoy, pero irán aumentando con rapidez sorprendente, consideran que eso que pretende hacer don Alejandro Lerroux no puede hacerlo ningún republicano. Y se van del radicalismo. Nosotros les aplaudimos. Hicieron el gesto digno que les correspondía. Quizá muy tarde. Pero más vale tarde que nunca. En cuanto a los que se quedan, allá se las entienda con su conciencia y su responsabilidad.
El diario Sol publicará, el día 16 de mayo, unas declaraciones de una persona que dice ser muy cercana a Martínez Barrio pero no indicará su identidad: “…Conviene no olvidar que la situación política del señor Lerroux está situada en distinto plano a la del señor Martínez Barrio. El señor Lerroux cree honrada y lentamente que en la cumbre de su vida política, y haciendo un verdadero sacrificio, consiste su deber actual en incorporar a la República todos aquellos elementos que representan una positiva fuerza dentro del país y que durante estos dos años y medios se han visto hostigados y perseguidos. La incorporación de tales fuerzas, es sin duda, un gran servicio al régimen, y el señor Lerroux lo ha realizado en parte y trata de completar su obra con absoluta buena fe. Pero don Diego Martínez Barrio, que reconoce la conveniencia de esa posición del señor Lerroux, no puede espiritualmente dejarse arrastrar en ese camino, porque en su ánimo existen sin duda escrúpulos y temores y es lógico que se sienta a sus años (…)
Para explicar la separación del Partido Radical, Diego Martínez Barrio dará una conferencia en el teatro Victoria de Madrid el 17 de junio de 1934 que tituló “Génesis y posición del Partido Radical Demócrata” en el cual explicaba que8: Mis diferencias con el Partido Radical tuvieron una iniciación dolorosa, al comienzo del mes de diciembre de 1933 y se fueron agudizando en los meses de este año. No respondió a una pugna electoral. (…) Las diferencias surgieron en cuanto a la táctica que el partido debía seguir desde el poder. Yo acentué
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MARTÍNEZ BARRIO, Diego, Memorias. La Segunda República española vista por uno de sus principales protagonistas, Planeta, 1983, pp. 223-‐228. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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públicamente la necesidad de que nuestro partido realizara un política propia en consonancia con los postulados de su doctrina, con la trayectoria de su vida, con las esperanzas que había despertado en la opinión republicana y en la misma del país. (…) La pugna entre el ilustre jefe del Partido Radical, señor Lerroux, y yo venía de esos confirmados temores; él, con la generosa visión de incorporar a la legalidad republicana a fuerzas sociales que hasta entonces le habían sido adversas, estaba dispuesto a las mayores concesiones; yo, con la experiencia de otros intentos análogos, reiteradamente fracasados, resuelto a no desviar la línea que había aprobado el cuerpo electoral sobre la base del respeto a la Constitución.
Martínez Barrio le confesará a Manuel Azaña9: He estado treinta años con Lerroux, pero en el Partido Radical ya no se podía estar… Me dirán que he aguardado demasiado tiempo. Sí, sí ¡Había tantos afectos!... Lerroux quería deshonrarme, quería comprometerme en alguna operación política deshonrosa, como fue después la represión de Asturias. Por eso me fui…
El nuevo partido buscará en la izquierda republicana los apoyos necesarios para crear de entidad numérica suficiente. Este acercamiento desembocó en la creación de Unión Republicana.
9AZAÑA. Manuel, Memorias políticas y de guerra. Tomo IV (Cuadernos de la Pobleta 1937), Afrodisio
Aguado, 1981 Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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4. LOS OBJETIVOS DEL NUEVO PARTIDO La creación del nuevo partido es recogida con entusiasmo por El Liberal del día 29 de septiembre de 1934: Este partido de Unión Republicana, ya lo dijo el Sr. Lara en su magnifico discurso inicial, es, más que un partido, una soberbia excitación a la fraternidad liberal democrática de España y al mantenimiento de la constitución de 1931
El congreso fundacional de Unión Republicana se celebró en el teatro María Guerrero, los del 28 al 30 de septiembre, con asistencia de 948 representantes. En su intervención, Gordón Ordás describió ante los delegados un proyecto de coalición de izquierdas, que es sería un anticipo del Frente Popular que se constituiría año y medio después. La segunda semana del congreso estuvo dedicada a la discusión del ideario y del programa mínimo10, de los que, al menos el primero, experimentó sensibles modificaciones. Para el nuevo partido el Estado es: Una integración de autonomías municipales y regionales, dentro de la unidad indestructible de España. El Estado debe organizarse mediante un poder legislativo designado por representación proporcional, un poder judicial con participación popular (jurado) y una administración reformada que asegurase la eficacia y responsabilidad de los funcionarios. En materia de justicia, además, se planteará el objetivo de la democratización de la justicia, aspirando a la gratuidad de la misma. Promoverá, a su vez, el ascenso de los jueces por aptitud. En el aspecto económico aspira a la nacionalización de la tierra, aguas, minas y ferrocarriles, aunque la explotación de aquella se realizaría en virtud de arrendamientos que garantizasen al cultivador el dominio útil. Existirá el patrimonio familiar inembargable y quieren crear una red eléctrica nacional. “El impuesto, como instrumento de la justicia social, no podrá gravar el trabajo, recayendo sobre las rentas, las sucesiones y sobre el capital de monopolios”. Además, plantean la regulación de impuestos, fijando su relativa presión en razón inversa a la utilidad social de la riqueza que grava. Proponen, por último, en materia económica, crear un Banco Nacional con privilegio de emisión. En cuanto a la legislación obrera, “Unión Republicana, partiendo del principio constitucional de que España es una República democrática de trabajadores de todas las clases, afirma su propósito de llevarlo inmediatamente a la realidad, a fin de que todos los españoles cumplan su deber de trabajar y hagan efectivo su derecho al trabajo”. Se propone también, “asistencia social del Estado” y crear instituciones para prevenir el paro y remediar sus consecuencias.
10 Se puede consultar el ideario y programa de Unión Republicana completo en el Anexo, pp. 42-‐48.
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Las reformas sociales buscan el pleno reconocimiento de los derechos individuales (asociación y sindicación) y la intervención estatal para garantizar la “participación del obrero en la dirección y el beneficio de las empresas”. Junto al establecimiento del salario mínimo sería la primera etapa para logar el producto íntegro del trabajo. También proponen la creación del ministerio de Sanidad para aumentar la asistencia médica. En materia de comunicación aspiran a comunicar todos los pueblos y aldeas de España con un plan de caminos vecinales; y la nacionalización de los servicios telefónicos. Referente a la instrucción pública, una de sus primeras medidas sería la sustitución inmediata de la enseñanza religiosas. Además, seguiría apoyando la orientación pedagógica a los alumnos sobre las Cortes Constituyentes y la República. En cuanto a la religión se hace constatar que se cumplirán las leyes laicas. El documento también establece como debe desarrollarse la reforma agraria: a) La mayor tierra posible a los campesinos con el ritmo que permita el presupuesto, creando el patrimonio familiar inembargable. b) Ley de contratos de arrendamientos de fincas rústicas asegurando una renta justa, prohibiendo los desahucios que no obedezcan a la falta de pago o a abandono del cultivo, estableciendo la prórroga de los contratos siempre que el dueño no necesite la tierra para cultivarla directamente, fijando la obligatoriedad para el propietario de abonar las mejoras útiles efectuadas por el arrendatario antes de que este tenga que abandonar la tierra y regulando todos los derechos del arrendatario en orden a la tierra que cultiva. c) Inmediata ley de bienes comunales para facilitar un rescate. d) Creación del Banco Agrario Nacional, con aportación inicial de 500 millones de pesetas, estableciendo sucursales en todo el territorio nacional para facilitar el crédito a ganaderos y agricultores sobre garantía inmobiliaria, mediante hipoteca virtual, o sea sin gasto de documento público, sobre la garantía prendaria registrada (agrícola y pecuaria) o sobre cualquier otra forma de fianza. En este programa, Unión Republicana reiterará que el “principio básico es el más escrupuloso acatamiento de la Constitución, de tal manera que no resulte vulnerada ni en su letra ni en su espíritu”.
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5. INTEGRACIÓN EN EL FRENTE POPULAR El gran artífice de la formación del Frente Popular fue Manuel Azaña. Tras la derrota de 1933, Azaña se lanzó a una labor de reconstrucción de los partidos de la izquierda burguesa, intentándolos reunir en una sola agrupación. Tenían, esos grupos republicanos, muchas semejanzas entre sí, incluso respecto a los radicales. Las diferencias eran más bien de estilo, todos coincidían en que tenían como base una “mezcla de intelectualismo y anticlericalismo popular11. Las conversaciones, para conseguir esa unión, se iniciaron, sobre todo, a comienzos de 1934, pero se avanza muy lentamente. El 12 de abril de 1935 Diego Martínez Barrio, Manuel Azaña y Felipe Sánchez Román firman un importante documento de conjunción política, en nombre de sus respectivos partidos: Unión Republicana, Izquierda Republicana y Partido Nacional Republicano que será el germen del Frente Popular. Nace como una acción defensiva de las izquierdas republicanas tras los incidentes de octubre de 1934 en Barcelona (la revolución de octubre12) en la que, a pesar de que no participan, la coalición en el poder trata de involucrarles. Al núcleo del pacto del 12 de abril se unieron el Partido Socialista Obrero Español, la Unión General de Trabajadores, la Federación Nacional de Juventudes Socialistas y el reducido Partido Comunista, impuesto por Largo Caballero, Martínez Barrio y Azaña accedieron a su incorporación pero Sánchez Román no, por lo que se quedo fuera del recién creado Frente Popular el 15 de enero de 1936. 5.1 Candidaturas de Unión Republicana en el Frente Popular La labor de acoplamiento de las candidaturas se había iniciado, en los partidos de izquierda, incluso antes de la aprobación del programa del Frente Popular. Las candidaturas se elaboraron desde un Comité Central coordinador de la contienda electoral. El Partido Socialista fue el que salió más perjudicado de la formación de las candidaturas, mientras que Izquierda Republicana solamente están ausentes de la candidatura del Frente Popular en ocho circunscripciones electorales.
11 TUSELL, Javier, Las elecciones del Frente Popular. Tomo I, Cuadernos para el diálogo, 1971, p. 20. 12 La revolución de octubre fue un movimiento huelguístico y revolucionario que se produjo entre
los días 5 y 9 de octubre de 1934 durante el Gobierno de radicales y cedistas. Los principales focos se dieron en Cataluña y Asturias. La represión fue muy dura. Para saber más se puede consultar: AGUADO SÁNCHEZ, Francisco, La Revolución de octubre de 1934, San Martín, 1972 y JACKSON, Gabriel, Octubre de 1934, 50 años para la reflexión, siglo XXI, 1985. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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CANDIDATOS DE UNIÓN REPUBLICANA Álava -‐ Málaga (C) -‐ Albacete 1 Málaga (P) 2 Alicante 1 Melilla -‐ Almería 1 Murcia (C) 1 Ávila 1 Murcia (P) 2 Badajoz 1 Navarra -‐ Baleares 1 Orense 1 Barcelona (C) -‐ Oviedo -‐ Barcelona (P) -‐ Palencia 1 Burgos -‐ Pontevedra 1 Cáceres 1 Salamanca -‐ Cádiz 2 Tenerife -‐ Castellón 1 Santander -‐ Ciudad Real 2 Segovia 1 Ceuta -‐ Sevilla (C) 1 Córdoba 1 Sevilla (P) 4 Cuenca -‐ Soria 1 Gerona -‐ Tarragona -‐ Granada 2 Teruel -‐ Guadalajara 1 Toledo 1 Guipúzcoa -‐ Valencia (C) -‐ Huelva 1 Valencia (P) 2 Huesca 1 Valladolid -‐ Jaén 1 Vizcaya (C) -‐ La Coruña 2 Vizcaya (P) 1 Las Palmas -‐ Zamora 1 León 2 Zaragoza (C) -‐ Lérida -‐ Zaragoza (P) 1 Logroño -‐ Lugo -‐ Madrid (C) 1 Madrid (P) 1 Total: 46
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MAPA CANDIDATOS UNIÓN REPUBLICANA
Con 1 candidato Más de 1 candidato
Lo primero que nos llama la atención es que Unión Republicana no logró tener una extensión nacional. Los candidatos de este partido se encuentran totalmente ausentes de las zonas en las que existe un regionalismo organizado (País Vasco y Cataluña), en opinión de Javier Tusell (Tusell, 1971), se debe a los antecedentes radicales del partido. Es en el sur, especialmente en Andalucía, donde los candidatos de Unión Republicana son más numerosos: en cuatro de las ocho provincias andaluzas hay más de un candidato, sobre todo en las circunscripciones provinciales de Sevilla donde hubo hasta cuatro candidatos del partido, seguramente por la preeminencia del Martínez Barrio. 5.2 Programa y objetivos del Frente Popular El programa del Frente Popular se estableció en un Manifiesto13 general, dividido en ocho puntos, que pasaremos a pormenorizar a continuación. El orden público ocupó el primer punto del manifiesto. Se comprometían a “conceder por ley una amplia amnistía de los delitos político-‐sociales cometidos posteriormente a noviembre de 1933, aunque no hubieran sido considerados como tales por los Tribunales”. Esta amnistía se completaría con la revisión “con arreglo a la ley” de las “sentencias pronunciadas en aplicación indebida de la de Vagos, por motivos de carácter político” y la restricción en la aplicación de esa misma ley. En esa misma línea se promete la reposición de “los funcionarios y empleados públicos que hayan sido objeto de suspensión, traslado o separación, acordado sin garantías de expediente o por motivos de persecución política”, y la promulgación de “una ley concediendo a las familias de las víctimas producidas por hechos
13 Se puede consultar el manifiesto del Frente Popular en Anexo pp. 49–55.
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revolucionarios o por actos ilegales de la autoridad y la fuerza pública en la represión, la adecuada reparación del daño inferido a las personas”. El segundo apartado está dedicado a los temas legislativos. Lo primero que declaran es la pureza de la Constitución. Una de las primeras medidas es, precisamente, la reforma del Tribunal de Garantías Constitucionales. Promete, una vez hecha esa reforma, elaborar legislación complementaria al texto constitucional. Proponen, por último en esta materia, una reforma del reglamento de las Cortes, que afectaría, sobre todo, al funcionamiento de las Comisiones Parlamentarias. El texto hace hincapié en el principio de autoridad, eso sí, para no herir las suspicacias obreras, se limita al mantenimiento de esa autoridad, por exigencias de la libertad y el orden, a la vez que proponen una reforma de la ley de Orden Público para garantizar al ciudadano su defensa ante la “arbitrariedad del Poder”. La situación de la agricultura es otro de los puntos que se trataran en el manifiesto. Es precisamente esta materia en la que hubo más disputas y enfrentamientos entre los miembros del Frente Popular. El texto dice: “los republicanos no aceptan el principio de nacionalización de la tierra y su entrega gratuita a los campesinos, solicitada por los delegados del Partido Socialista”. Se propondrán una serie de medidas dirigidas al campesino y al cultivador medio y pequeño de la tierra, buscando quizás, su voto. Medidas de auxilio directo (fiscales, jurídicas o crediticias) que tenderían a la eliminación de los intermediarios y a la revalorización de las tierras; medias para mejorar la producción, derogación de la Ley de Arrendamientos y promulgación de una nueva, estímulo a las colectividades, revisión de desahucios y de la ley que otorgaba la tierra a la nobleza, entre otras medidas, El punto dedicado a la industria es mucho menos importante. La actitud que se desprende del texto es una cierta intervención estatal en “interés de la economía”. En el capítulo referente a obras públicas, básicamente proponen grandes obras pero no indican con que medios se harán posibles dichas obras. Y queda patente otra de las discrepancias dentro del Frente Popular: “Los republicanos no aceptan el subsidio de paro solicitado por la representación obrera. Entienden que las medidas de política agraria, las que se han de llevar a cabo el ramo de la industria, las obras públicas y, en suma, todo el plan de reconstrucción nacional, han de cumplir, no sólo su finalidad propia, sino también el cometido esencial de absorber el paro”. Al hablar de la banca también surgirán esas desavenencias: “no aceptan los partidos republicanos las medidas de nacionalización de la Banca propuestas por los partidos obreros”. En materia de Hacienda las promesas se centran en una reforma fiscal que revisaría la tributación directa, reorganizándola sobre bases progresivas. También, realizarían una reforma de la tributación indirecta y, por último, introducirían mejoras en la Administración Fiscal. En el apartado de justicia social, tema de gran relevancia en la época, se expresará el deseo de restablecer una legislación social, a reorganizar la jurisdicción del trabajo y el sostenimiento de los salarios agrícolas. Pero, en el Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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manifiesto se deja bien claro que “La República que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o económicos de clases, sino un régimen de libertad democrática impulsado por motivos de interés público y progreso social”. Esta diferente concepción de la vida política llevará, nuevamente, a un enfrentamiento entre los miembros del Frente Popular: “No aceptan los partidos republicanos el control obrero solicitado por la representación del partido socialista”. En el octavo capitulo, y último, aparecen reunidos el resto de los problemas que afectan a la vida política: las necesidades de enseñanza, se promete la reposición de “la legislación autonómica votada por las Cortes constituyentes” y se hace un acto de adhesión a la Sociedad de Naciones. En definitiva, es un manifiesto en el que se aprecia un gran interés por resolver todos los problemas de España, pero que no lo consigue, ya que deja entrever muchas discrepancias entre sus miembros. Eso sí, hasta El Debate admitiría que “el manifiesto tiene cierta moderación y no acusa los extremismos que era de esperar”. 5.3 Análisis de las convergencias y divergencias entre Unión Republicana y el Frente Popular En lo primero que vamos a centrar nuestra atención es en lo bloques temáticos de los programas de Unión Republicana y del Frente Popular, para observar si tratan, a grandes rasgos, los mismos temas. BLOQUES TEMÁTICOS UNIÓN REPUBLICANA FRENTE POPULAR Organización del Estado Orden Público Justicia Legislación Política eclesiástica Agricultura Administración Industria Comunicaciones Obras públicas Legislación obrera y social Hacienda y Banca Economía, reforma agraria e impuestos Legislación social Instrucción pública Instrucción pública, legislación autonómica y política internacional Sanidad Obras Públicas Defensa Nacional En un primer vistazo, lo primero que nos llama la atención, es que el programa de Unión Republicana contiene más apartados, once, que el de el Frente Popular, ocho. Coinciden en crear un apartado especifico para la legislación social, la agricultura y las obras públicas. El resto de materias se distribuyen de diferente manera, por ejemplo, en el programa de Unión Republicana, encontramos un apartado especifico de instrucción pública, mientras que en el del Frente Popular se hace referencia en el último punto, el ocho, junto a un apunte sobre legislación autonómica y política internacional. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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A continuación, vamos a analizar de manera más pormenorizada las convergencias y diferencias entre ambos programas en las diferentes materias que abordan. a. Orden Público El programa de Unión Republicana no tiene un apartado especifico sobre este asunto, pero sí lo trata en el capitulo de normas de gobierno. Por el contrario, el programa del Frente Popular lo aborda en su primer punto. Como hemos visto con anterioridad, el Frente Popular se comprometía a conceder una amnistía para los delitos político-‐sociales cometidos en fecha posterior a noviembre de 1933. Esa amnistía se debía complementar con la revisión de las sentencias pronunciadas en aplicación de la ley de Vagos. Unión Republicana, no propone tal amnistía, ellos plantean una política de orden público en la que se disolverían “las asociaciones o partidos cuyos procedimientos o cuyos fines vayan en contra de la seguridad del Estado, así como de cuantas organizaciones tengan carácter militar al margen del Estado” además, proponen sancionar inmediatamente todos los lock out y huelgas que sean ilegales; y mantener controladas a los grupos patronales “animadores del fascismo”. Por tanto, vemos una diferencia sustancial. El Frente Popular aboga por una amnistía y Unión Republicana por el control y desmantelamiento de los movimientos ilegales. FRENTE POPULAR AMNISTÍA
UNIÓN REPUBLICANA CONTROL E ILEGALIZACIÓN
En lo que sí coinciden es en el restablecimiento en sus puestos de los funcionarios y empleados públicos. El programa del Frente Popular promete la reposición de “los funcionarios y empleados públicos que hayan sido objeto de suspensión, traslado o separación, acordado sin garantías de expediente o por motivos de persecución política”. El programa de Unión Republicana, en su último párrafo, hará referencia a “la voluntad popular expresada el 12 de abril de 1931, y reposición, por tanto, de autoridades y organismos locales suspendidos y no procesados; rápida tramitación de los procedimientos en curso y disposiciones legales que aseguren la rapidez del fallo”. FRENTE POPULAR Y UNIÓN REPUBLICANA RESTABLECIMIENTO EN SUS PUESTOS A FUNCIONARIOS Y EMPLEADOS PÚBLICOS b. Legislación Ambos partidos harán referencia a la pureza de la República y de la Constitución. Unión Republicana recalcara que el principio básico es “el más escrupuloso acatamiento de la Constitución, de tal manera que no resulte vulnerada ni en su letra ni en su espíritu”. FRENTE POPULAR Y UNIÓN REPUBLICANA INVIOLABILIDAD DE LA CONSTITUCIÓN Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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Una de las primeras medidas que ambos proponen es la reforma del Tribunal de Garantías Constitucionales. FRENTE POPULAR Y UNIÓN REPUBLICANA REFORMA DEL TRIBUNAL DE GARANTÍAS CONSTITUCIONALES También, ambos partidos hacen hincapié en el mantenimiento del principio de autoridad, el Frente Popular lo hace justificándolo en la libertad y el orden, y Unión Republicana en la “existencia del cumplimiento inexorable de la ley”. FRENTE POPULAR Y UNIÓN REPUBLICANA MANTENIMIENTO DEL PRINCIPIO DE AUTORIDAD El Frente Popular propondrá una reforma del Orden Público para garantizar a los ciudadanos su defensa frente “los casos de violencia de los agentes de la fuerza pública, acaecidos bajo el mando de los gobierno reaccionarios”. Y además, revisará las normas de disciplina de los funcionarios, estableciendo sanciones graves para toda negligencia o abuso de poder. Unión Republicana no dice nada en su programa respecto a eso. c. Agricultura Como vimos en el punto 5.2 uno de los temas que más polémica generó entre los republicanos fue el de la agricultura. En el texto del Frente Popular podemos leer “los republicanos no aceptan el principio de nacionalización de la tierra y su entrega gratuita a los campesinos, solicitada por los delegados del Partido Socialista”. En el programa de Unión Republicana se dice que hay que nacionalizar la tierra, los bosques, las minas, las aguas y los ferrocarriles “garantizando al cultivador el dominio útil de la tierra, siempre que cumpla con los fines sociales impuestos por la Constitución”. Como vemos, no se da de manera gratuita la tierra al campesinado. Sí que habla de la creación del “patrimonio nacional inembargable”. Ambas coaliciones hablarán en sus programas de la Ley de Arrendamiento. El Frente Popular propone la derogación de la misma, pero, revisando todos los desahucios practicados y la aprobación de una nueva que asegure: “la estabilidad en la tierra; la modicidad en la renta, susceptible de revisión; la prohibición del subarriendo y sus formas encubiertas; la indemnización de mejoras útiles y necesarias llevadas a cabo por el arrendatario, haciéndose efectiva antes de que el cultivador abandone el predio, y el acceso a la propiedad de la tierra que se viniera cultivando durante cierto tiempo”. Unión Republicana también modificaría dicha ley “asegurando una renta justa, prohibiendo desahucios que no obedezcan a la falta de pago o a abandono del cultivo, estableciendo la prórroga de los contratos siempre que el dueño no necesite la tierra para cultivarla directamente, fijando la obligatoriedad para el propietario de abonar las mejoras útiles efectuadas por el arrendatario antes de que este tenga que abandonar la tierra y regulando todos los derechos del
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arrendatario en orden a la tierra que cultiva”. Pero, no dice nada acerca de su derogación. FRENTE POPULAR LEY DE ARRENDAMIENTO DEROGACIÓN
UNIÓN REPUBLICANA LEY DE ARRENDAMIENTO MODIFICACIÓN
Tanto el Frente Popular como Unión Republicana presentarán una serie de medidas complementarias: FRENTE POPULAR UNIÓN REPUBLICANA Rebaja de impuestos y tributos Ley de bienes comunales Intensificación del crédito agrícola Creación del Banco Agrario Nacional Revalorización de los productos de la Estudios previos sobre productos tierra agrícolas Estímulo de la exportación Enseñanza agrícola Planes de sustitución de cultivos Obras hidráulicas, caminos y construcciones rurales Fomento de las explotaciones colectivas Política de asentamiento de familias campesinas Como vemos, es mucho más completo el paquete de medidas que propone el Frente Popular. d. Industria Unión Republicana no incluye ninguna propuesta referente al sector industrial. El Frente Popular, en cambio, le dedica su punto número cuatro, apunta que es necesaria una intervención estatal “en interés general de la economía” para proteger a la industria. Es uno de los puntos menos importantes del programa. e. Obras Públicas Ambos programas incluyen grandes obras pero no indican con que medios se harán posibles dichas construcciones. FRENTE POPULAR Construcciones de viviendas urbanas y rurales Servicios cooperativos y comunales Puertos y vías de comunicación Implantación de regadíos Transformación de terrenos
UNIÓN REPUBLICANA Plan definitivo de irrigación Coordinación de todos los servicios de transporte Plan de construcción de puertos Repoblación forestal
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d. Economía También fue uno de los puntos conflictivos entre los republicanos la banca. En el programa del Frente Popular se dice que “no aceptan los partidos republicanos las medidas de nacionalización de la Banca propuestas por los partidos obreros; reconocen, sin embargo, que nuestro sistema bancario requiere ciertos perfeccionamientos si ha de cumplir la misión que le está encomendada en la reconstrucción económica de España”. Unión Republicana, plantea tan solo dos medidas referente a la banca, la creación del Banco Nacional con privilegio de emisión y el control del Crédito. El Frente Popular propondrá asignar al Banco de España la función de regular el crédito y someter a la Banca Privada a una pequeña intervención por parte del Estado “a fin de afirmar la garantía de los depositantes y el servicio de las necesidades financieras de la política de reconstrucción económica”. Además, pretenden mejorar el funcionamiento de las Cajas de Ahorros para que creen capitales. FRENTE POPULAR UNIÓN REPUBLICANA No nacionalización de la Banca Creación del Banco Nacional Función del Banco de España de regular Control de Crédito el crédito Supervisión de la Banca Privada Mejorar el funcionamiento de las Cajas de Ahorro En materia de impuestos, las promesas del Frente Popular se centran en la reforma fiscal que revisaría la tributación directa, reorganizándola sobre bases progresivas. También realizarían una reforma de la tributación indirecta y, por último, introducirían mejoras en la administración fiscal. Por su parte, Unión Republicana promete la abolición de la condicionada de foros, subforos y demás gravámenes análogos y la abolición gradual de los impuestos indirectos. Además, “el impuesto, como instrumento de la justicia social, no podrá gravar el trabajo, recayendo sobre las rentas, las sucesiones y sobre el capital de monopolios”. Finalmente, fijará la presión de los impuestos en razón inversa a la utilidad de la riqueza que grava. FRENTE POPULAR Reforma fiscal
UNIÓN REPUBLICANA Abolición de foros, subforos y demás gravámenes similares Abolición de los impuestos indirectos
Reorganización de la tributación directa sobre bases progresivas Reforma de la tributación indirecta Los impuestos no gravan el trabajo Mejoras en la administración fiscal Como vemos, el Frente Popular promete hacer reformas fiscales pero, no explica exactamente qué es lo que va a modificar. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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f. Legislación social y obrera Ambos programas comienzan este apartado, explicando la naturaleza de la Republica. El Frente Popular dice: “La República que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o económicos de clases, sino un régimen de libertad democrática impulsado por motivos de interés público y progreso social. Pero precisamente por esa decidida razón, la política republicana tiene el deber de elevar las condiciones morales y materiales de los trabajadores hasta el límite máximo que permita el interés general de la producción, sin reparar, fuera de este tope, en cuantos sacrificios hayan de imponerse a todos los privilegios sociales y económicos”. Por su parte, Unión Republicana establece que: “partiendo del principio constitucional de que España es una República democrática de trabajadores de todas las clases, afirma su propósito de llevarlo inmediatamente a la realidad, a fin de que todos los españoles cumplan su deber de trabajar y hagan efectivo su derecho al trabajo”. Como vemos hay una diferencia de matiz importante, el Frente Popular pone el acento en el carácter social de la Republica, y Unión Republicana lo hace en el obrero. Una de las primeras medidas que plantea el Frente Popular es la de restablecer la legislación social, para ello dictará “las disposiciones necesarias”. También hablará de reorganizar la jurisdicción del trabajo. Pero como vemos no establece ninguna medida concreta, tan solo la de la fijación de un salario mínimo agrícola. En cambio, Unión Republicana sí propone diferentes medidas. FRENTE POPULAR UNIÓN REPUBLICANA Restablecimiento de la legislación social Derecho al producto íntegro del trabajo Reorganización de la jurisdicción del Libertad de asociación y sindicación trabajo Salario mínimo agrícola Participación del obrero en la dirección y beneficios de la empresa Protección legal del trabajo Nacionalización del seguro Organización del crédito para trabajadores Fomento de las cooperativas Asistencia social del Estado g. Legislación autonómica Esta materia, ambas agrupaciones, solo lo tratan de pasada en sus programas. El Frente Popular afirma que “los partidos coligados responderán en su vigor la legislación autonómica votada por las Cortes Constituyentes y desarrollarán los principios autonómicos consignados en la Constitución”. Unión Republicana “fomentará, de acuerdo con la Constitución, la personalidad de las regiones españolas que quieran constituirse en régimen de autonomía”. Como vemos, ambas formaciones se remiten a la Constitución en esta materia. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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h. Justicia El Frente Popular no hace referencia a este aspecto en su programa. En cambio, Unión Republicana le dedica un capitulo. Estos últimos propondrán la “democratización de la justicia” creando la figura del jurado que servirá para que el pueblo intervenga. Además, promete la especialización de los jueces en las distintas materias y el ascenso de estos por aptitud. Por último, tienen como aspiración la gratuidad de la administración de la justicia. i. Política eclesiástica Otro de los temas que el Frente Popular no toca en su programa. Unión Republicana sí lo hace pero solo para remitirse a los artículos 3, 25, 26, 27 y 48 de la Constitución y para prometer “la sustitución inmediata de la enseñanza religiosa”. En el apartado de legislación prometerán el cumplimiento de las leyes laicas. j. Comunicaciones Este apartado sí lo incluye Unión Republicana pero no lo hace el Frente Popular. Los primeros prometen la aplicación gradual de la ley de Bases de los Cuerpos de Telégrafos y Correos, la ampliación de la red telefónica hasta los medios rurales y la instauración de caminos en todos los pueblos y aldeas de España. Finalmente, propone la nacionalización de los servicios telefónicos. k. Instrucción Pública El Frente Popular considera la enseñanza como un “atributo indeclinable del Estado”. Prometen crear escuelas de primera enseñanza, medias y profesionales. Además concentraran las enseñanzas universitarias y superiores “para que puedan ser debidamente servidas” y someterán a la enseñanza privada a vigilancia. Finalmente, fomentarán el acceso a la enseñanza media y superior a la juventud obrera. Unión Republicana apuesta por la supresión del analfabetismo y la sustitución, como ya vimos con anterioridad, de la enseñanza religiosa. FRENTE POPULAR Creación de escuelas primarias, medias y profesionales Concentración de las enseñanzas universitarias y superiores Acceso a la enseñanza media y superior de la juventud obrera l. Sanidad
UNIÓN REPUBLICANA Supresión del analfabetismo Supresión de las enseñanzas religiosas Orientación pedagógica de las Cortes Constituyentes
El Frente Popular en su programa no incluye un apartado especifico sobre esta materia, en el punto siete podemos leer: “los republicanos han de dedicar a la asistencia pública, beneficencia y sanidad, la atención que merece todo pueblo civilizado, sin regatear sacrificios. Unificarán bajo la dirección del Estado, las diversas instituciones de fundación privada, totalizando sus recursos, sin perjuicio del respeto a la voluntad del finado”. Unión Republicana si propone una serie de medidas en materia de sanidad. Lo primero que propone es la creación del Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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Ministerio de Sanidad y aumentar la asistencia médico-‐farmacéutica fomentando la creación de centros sanitarios rurales. También, proponen potabilizar todas las aguas de las poblaciones que aún no la tienen. m. Defensa Nacional Este es otro de los apartados que sí incluye Unión Republicana en su programa y el Frente Popular no lo hace. Unión Republicana promete el servicio voluntario y la prosecución de la política militar de las Cortes Constituyentes. Conclusiones Como hemos visto, no hay grandes diferencias entre el programa del Frente Popular y el de Unión Republicana, quizás la más evidentes es en materia obrera, ya que el programa del Frente Popular hacer hincapié en el carácter social de la Republica y casi excluye por completo las medidas obreras. Por lo demás, dependiendo de la materia, las medidas propuestas son más concretas o más etéreas. Pero, si vemos que la esencia de ambos es muy similar. 5.4 Las elecciones de 1936 Al mismo tiempo que la izquierda republicana se unía, se iniciaba un proceso de descomposición de la derecha. El 16 de febrero de 1936 se van a enfrentar en las urnas dos grandes bloques de españoles aglutinados tras la bandera del Frente Popular o de las distintas alianzas que pueden recibir el nombre común de centro-‐ derechas. El Frente Popular ofrece una candidatura común y única. Han existido diferencias de opinión, sin embargo se han sobrellevado. En la derecha no existió un pacto electoral a nivel nacional, a pesar de ello, y su temor a la revolución, mantienen la confianza en una victoria en la que creen indudablemente. El Frente Popular no tiene esa confianza, ya que 30.000 miembros de sus filas aún permanecían en la cárcel por los sucesos de octubre. Las elecciones presencian un triunfo claro del Frente Popular. Triunfo logrado, en opinión de Javier Tusell14, no por la desaparición del adversario político, sino gracias a una actuación acorde con las peculiaridades de la ley electoral, ya que han sabido elaborar candidaturas únicas para cada circunscripción y, han acudido a la campaña con un programa de carácter centrista capaz de atraer al electorado. Si observamos el número de votos nos percataremos que la mayoría de los españoles se inclinaron por las opciones centristas, la desgracia para el régimen republicano, es que los partidos centristas no supieron unirse. Madariaga afirmaría que “en aquel día del 16 de febrero de 1936, España de pronunció: 1º Contra el marxismo, por dos votos contra uno. 2º Contra el clericalismo, por dos votos contra uno. 3º Contra el militarismo, por dos votos contra uno. 4º Contra una revolución socialista inmediata, por ocho votos contra uno.
14 TUSELL, Javier, Las elecciones del Frente Popular. Tomo II, Cuadernos para el diálogo, 1971, p.
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5º Contra una rebelión militar, por casi unanimidad”. El gobierno del Frente Popular sería incapaz de, realizando un programa democrático, mantener satisfechas y en orden a las masas revolucionarias, ante las que permaneció de una manera pasiva, como temiéndolas.
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6. EL ESTALLIDO DE LA GUERRA CIVIL Y EL GOBIERNO DE CONCILIACIÓN El gobierno que se formó fue puramente republicano, ya que los socialistas se negaron a participar. Bajo el mandato de Manuel Azaña, como presidente del gobierno, Diego Martínez Barrio fue erigido Presidente de las Cortes. El 7 de abril las Cortes destituyen al presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora, y al día siguiente Martínez Barrio fue designado para ese puesto hasta el 11 de mayo cuando fue sustituido por Manuel Azaña y recupera su anterior puesto como Presidente de las Cortes. A esas alturas para Diego Martínez Barrio las posibilidades de convivencia no habían desaparecido totalmente: “era posible gobernar, pues unos y otros, los grupos aferrados a la violencia, la extrema derecha y la extrema izquierda, aplacaban sus ímpetus cuando se le hablaba alto”. A Santiago Casares Quiroga le correspondió la presidencia del gobierno. Para Martínez Barrio su gestión fue una peculiar mezcla de “inconcebible pasividad y explosiones de cólera”. Casares, ni siquiera logró la colaboración de algunos de los ministros de Azaña en la etapa inmediatamente anterior. Lo peor del gobierno, no fue lo que hizo, sino lo que no supo evitar. El desorden público que reinaba en Espala era importante, los actos de violencia se prolongaron hasta el momento del estallido de la guerra. Se ha calculado que el número de muertos pudo ser de alrededor de 350, cifra que resulta bastante superior a los 200 muertos que precedieron la toma del poder de Mussolini. Además, había que sumar los producidos por la revolución de octubre de 1934. Por supuesto, la violencia fue practicada por lo dos lados: las masas del Frente Popular incendiaron iglesias, periódicos de derechas y locales de esos partidos, mientras que los falangistas ponían bombas en locales sindicales o intentaban asesinar a figuras como Jiménez Asúa y Eduardo Ortega y Gasset. A menudo la violencia era espontánea y reactiva. Por supuesto, la descripción de esta violencia no justifica, en absoluto, la posterior sublevación, que produjo un número de víctimas infinitamente superior, sino que testimonia las deficiencias de la acción gubernamental y la angustiosas sensación, sentida por muchos, de que el adversario podía tomar la iniciativa e imponerse impidiendo la acción propia. Mientras tanto, Casares Quiroga tenía una estrategia que consistía en esperar a que la sublevación, una vez vencida, le sirviera a él para afirmarse en el poder. Al mantener esa pasividad demostraba una ignorancia real de la situación española. Su error era tan manifiesto que fueron muchos los políticos del Frente Popular que a lo largo de las últimas semanas de la República denunciaron la existencia de una conspiración. En febrero de 1936, aunque la Guerra Civil apareciera ya como una posibilidad, lo era todavía lejana. En julio estaba mucho más cercana, pero hasta el último momento pudo haber sido evitada. El último empujón se lo dio el asesinato de Calvo Sotelo. Nunca en Europa occidental democrática un dirigente de la oposición había sido asesinado por miembros de la policía. El 18 de julio de 1936 se produce la sublevación de los militares. Una sublevación para la que el gobierno de la República había tomado medidas, muchos militares sospechosos fueron trasladados a puestos en lo que parecían menos peligrosos: así Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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sucedió con Franco en Canarias o Goded en Baleares, a Mola se le mantuvo en Pamplona porque tenía como superior a Domingo Batet, el general que había suprimido la revuelta en octubre de 1934. Pero lo gobernantes republicanos pecaron de exceso de confianza, ya que pensaban que las sublevaciones militares eran cosa del pasado. El mismo 18 de julio de 1936 Casares Quiroga convoca en el Palacio de Buenavista una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros de la República, el asunto a tratar era la sublevación militar. Los miembros del gobierno en ese momento eran: ASUNTOS EXTERIORES Augusto Barcia Trelles AGRICULTURA Mariano Ruiz-‐Furnes HACIENDA Enrique Ramos TRABAJO Juan Lluhí Vallesca
GOBERNACIÓN Juan Moles INDUSTRIA Y COMERCIO Plácido Álvarez-‐Buylla EDUCACIÓN NACIONAL Francisco Barnés COMUNICACIONES Bernardo Giner de los Ríos
MARINA José Giral JUSTICIA Manuel Blasco Garzón OBRAS PÚBLICAS Antonio Velao PRESIDENTE DE LAS CORTES Diego Martínez Barrio
Además, les acompañaban tres personalidades que no formaban parte del gobierno: Marcelino Domingo, presidente de Izquierda Republicana. Indalecio Prieto, del PSOE Francisco Largo Caballero, secretario de la UGT Largo Caballero tenía una idea muy concreta de lo que había que hacer: disolver el ejército, licenciar a las tropas y armar al pueblo. Es decir, oponer al ejército las milicias obreras armadas. Largo Caballero siempre había demostrado su desinterés hacia el ejército y había sembrado entre sus seguidores cierto odio a ese estamento. Su mano derecha, Luis Araquistain diría “el dilema es este, franca dictadura burguesa o franca dictadura del proletariado”. En cambio, Martínez Barrio no pensaba igual, él quería dominar la rebelión militar con la fuerza armada de los militares leales, mantener a los militares indecisos dentro de la legalidad republicana, y hacer un llamamiento a la concordia entre todos los españoles. Su primera idea fue establecer un gobierno republicano y socialista presidido por Prieto, pero Largo Caballero seguía negándose a la entrada en el gobierno de los socialistas. Casares Quiroga dio por terminado el Consejo, se trasladó al Palacio de Oriente, residencia del Presidente de la República, Manuel Azaña, y puso sobre la mesa su dimisión. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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6.1 Las dificultades para formar gobierno A las 21.00 horas, Azaña manda formar gobierno a Martínez Barrio. Para Antonio Alonso Baño Martínez Barrio era el político ideal para ese papel ya que “era el político de la clase media española, el político que mayor confianza inspiraba en esas zonas medias del país, oscilantes y neutras15”. Esta afirmación del autor la justifica en los siguientes hechos: 1. José Antonio Primo de Rivera, desde la cárcel de Alicante una vez estallado el conflicto, redactó la composición de un posible gobierno de pacificación nacional y este estaría presidido por D. 2. En las últimas elecciones se presentó a diputado por Madrid obteniendo 225.227 votos, 3732 votos más que Largo Caballero (también se presentaba por Madrid). 3. Para asumir la Presidencia de las Cortes obtuvo 386 votos, es decir, no solo le votaron los partidos ganadores sino también los derrotados. Además, Martínez Barrio había sido ministro del Ejército con lo que tenía un amplio conocimiento del mismo. Quizás esas fueron las razones para que Azaña le eligiera para formar gobierno ese 18 de julio. Pero, la pugna entre militares y obreros era cada vez más profunda, Martínez Barrio quería impedir la polarización de los españoles. A la hora de mandarle formar gobierno Azaña le dio las siguientes instrucciones: “que estén representadas todas las fuerzas políticas y sociales afectas a la República, con la exclusión de la derecha de Acción Popular (CEDA), y por la izquierda de los comunistas”. Es decir, quería un gobierno de centro con espíritu de unión nacional. Martínez Barrio se traslada al domicilio de Sánchez Román y se celebra una urgente reunión política. Se tratará del primer intento de Martínez Barrio por formar gobierno. Se encuentran presentes: el propio Sánchez Román, Indalecio Prieto (PSOE), Marcelino Domingo (Izquierda Republicana) y Antonio Lara (Unión Republicana). El gobierno tendría como principales soportes a Prieto y Sánchez Román. El primero se dirigiría a las clases populares para calmarlas y el segundo se dirigiría a las clases acomodadas trasmitiendo el mismo mensaje. Ambos estaban de acuerdo, pero prieto no podía formar parte del gobierno sin la autorización de su partido. Los socialistas se vuelven a negar a entrar en el gobierno. Ante la negativa, Martínez Barrio desistió de formar gobierno y se va directo al Palacio de Oriente. Son las doce de la noche, ya era 19 de julio. Azaña le pide a Martínez Barrio que no decline en el encargo y que forme gobierno aunque sea sin los socialistas. Procederá, entonces, con su segundo intento de formar gobierno. Se convoca a Sánchez Román, Marcelino Domingo y Antonio Lara. En ese momento se recibe la llamada de Casares Quiroga, se había sublevado los Regimientos de Carabanchel y Getafe. En esas condiciones no era aconsejable cambiar el gobierno, sino sostener el que ya había. Se deshizo la
15 En VV.AA, Homenaje a Diego Martínez Barrio, Imprimerie La Ruche Ouvrière, París, 1978, p. 77.
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reunión pero, dos horas después, se desmintió la noticia dada por teléfono, la sublevación en Getafe y Carabanchel no había tenido lugar. Por tercera vez, Martínez Barrio intentará formar gobierno. Ahora cuenta con plenos poderes otorgados por Azaña. Son las tres de la mañana y Martínez Barrio se compromete a que esté constituido en tres horas. Esta vez lo hará desde su domicilio situado en la calle Villanueva. Acompañándole estarán de nuevo Sánchez Román, Marcelino Domingo y Antonio Lara. Además, se llama al general Miaja, que será el Ministro de Guerra y a Augusto Barcia Trelles que será ministro de la Gobernación. CIUDADES SUBLEVADAS 18 JULIO 1936 MÁLAGA Se declara el estado de guerra y el Ejército se hace con el mando de la ciudad. Este después de hablar con D anula el mando de guerra, mete a las tropas en los cuarteles y se pone a las órdenes del gobierno de Madrid. CÁDIZ Se declara el estado de guerra y se hace con el control el general sublevado Varela. SEVILLA Se declara el estado de guerra y se hace con el control el general sublevado Queipo de Llano. VALLADOLID Se declara el estado de guerra. Se hace con el poder el general sublevado Saliquet. Martínez Barrio quería convencer al Ejército de que no se sublevará, con lo que, según él, la agitación de las masas obreras se calmaría. Al mismo tiempo, ofrecería al Ejército una política de prestigio y respeto a las instituciones armadas con represalias para las organizaciones obreras que no lo entendieran así.
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LOS QUE NO SE SUBLEVARON EL 18 DE JULIO 1936 SANTANDER El jefe de la guarnición coronel don José Pérez García-‐Argüelles no se subleva. ALICANTE El general José García-‐Aldave se pone a las órdenes de Martínez Barrio. SAN El Coronel León Carrasco Amilibia permanece leal a la SEBASTIÁN República. LOGROÑO El general Víctor Carrasco Amilibia permanece leal a la República. BILBAO El coronel Andrés Fernández-‐Piñerúa se dispuso a obedecer al gobierno de Martínez Barrio. GALICIA El general Enrique Salcedo Molinuevo se mantuvo inflexible bajo la legalidad militar republicana. BARCELONA Las fuerzas militares de la ciudad permanecieron leales a la República. BADAJOZ El general Luis Castelló Pantoja cortó enérgicamente los intentos de sublevación de algunos oficiales. CARTAGENA El general Toribio Martínez Cabrera se mantuvo fiel a la República. MURCIA El coronel Vicente Aguirre Verdaguer se mantuvo fiel a la República. BURGOS El capitán general Domingo Batet Mestres se puso a las órdenes de Martínez Barrio. VALENCIA Se mantuvo fiel a la República. LOS INDECISOS OVIEDO
El coronel Antonio Aranda Mata se sublevó la tarde del 19 de julio.
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Martínez Barrio, en su tercer intento, forma según sus propias palabras “un gobierno de conciliación”: Formación del gobierno de Martínez Barrios16 Presidencia Diego Martínez Barrios Gobernación Augusto Barcia Trelles Ejército General José Miaja Menat* Marina José Giral Pereira Asuntos Exteriores Justino Azcárate* Educación Nacional Marcelino Domingo Sanjuán* Obras Públicas Antonio Lara y Zárate* Industria y Plácido Álvarez Buylla Comercio Justicia Manuel Blasco Garzón Hacienda Enrique Ramos Ramos Agricultura Ramón Feced Gresa* Trabajo Juan Lluhí Vallesca Comunicaciones Bernardo Giner de los Ríos Sin cartera Felipe Sánchez Román* * Son los nuevos miembros del gobierno, el resto ya formaba parte del gabinete anterior. El único documento del que disponemos de este gobierno es el Manifiesto que por la mañana el presidente del Gobierno pensaba dirigir a la población por radio. Decía lo siguiente: Españoles: Acaba de confiárseme la penosa tarea de constituir Gobierno. He aceptado el encargo por dos razones esenciales, para evitar a mi Patria los horrores de una guerra civil y para poner a salvo la Constitución e Instituciones de la República. No llegará a feliz término esta obra, si la gran masa de españoles, ansiosa de tranquilidad y seguridad, es remisa a colocarse detrás del Poder constitucional, asistiéndolo con su apoyo y fuerza moral. Eso espero de todos vosotros y singularmente de quienes tienen comprometido su honor en defensa de la Patria y de la República. El único programa cuyo cumplimiento puedo ofreceros es el de restablecer la paz pública, haciendo por igual justicia y devolviendo a España la confianza de sus destinos. Inmediatamente hablarán por el Gobierno las obras. Yo invito a los españoles a que se sostengan en el marco de la ley, y a los que se salieron de ella, a que vuelvan a su mandato, sin otra dilación ni espera. Españoles: Por la Patria y la República, por la paz social, base de la prosperidad de los pueblos, ayudad al nuevo Gobierno, representante legítimo de la legalidad constitucional y de la voluntad popular. ¡Viva España! ¡Viva la República!
16 Gaceta de Madrid, 19 de Julio de 1936
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Martínez Barrio tiene dos frentes abiertos. Por un lado, el general Mola que aún no se había sublevado, al que Martínez Barrios telefoneará para intentar que se posicione del lado del gobierno, haciéndole recapacitar sobre la posibilidad de desatar las movilizaciones obreras y por consiguiente una guerra civil. Mola le informa de que de ninguna manera se iba a poner bajo las órdenes del gobierno, las conversaciones se rompen. Algunos autores han afirmado que Martínez Barrio le ofrece a Mola el puesto de ministro de la gobernación o el ministerio de guerra para intentar persuadirle. La Gaceta de Tenerife publicaría el 26 de julio “El Gobierno de Madrid, ya en la agonía, ofrece al General Mola la formación de un gobierno y la cartera de Guerra”. En cambio otros autores como, Antonio Alonso Baños niega esa premisa, y el propio Martínez Barrio en sus memorias lo desmiente. El otro frene abierto es con Largo Caballero. En el mismo momento que la noticia de la sublevación llega a las calles las organizaciones se manifiestan violentamente. El carácter moderado de Martínez Barrio provocó la indignación de las izquierdas: si el anterior presidente del gobierno no había dado armas al pueblo, menos lo haría el político sevillano. El 19 de julio, las masas obreras se manifiestan contra el gobierno de Martínez Barrio al grito de “¡Traición! ¡Traición! Queremos armas ¡Armas! ¡Armas! ¡Armas!”. El gobierno llamó a su representante Largo Caballero. En el Palacio Real se encuentran Martínez Barrio, Sánchez Román, Indalecio Prieto, Manuel Azaña, Largo Caballero y un diputado lerrouxista, ante ellos, el presidente del gobierno, presenta su dimisión al considerar que ante las manifestaciones públicas en su contra no es prudente provocar más a las masas. Prieto considera que una vez establecido el poder la opinión pública se calmará. En cambio, Largo Caballero declaró que la UGT nunca aceptaría un gobierno que se negará a dar armas al pueblo, como era el caso del gobierno de Martínez Barrio. Se llama para formar gobierno a Mariano Ruiz-‐Funes, catedrático de la Universidad y perteneciente a Izquierda Republicana, pero también se niega a aceptar las pretensiones de Largo Caballero. Finalmente, se sugiere a José Giral que decidió armar a la clase obrera. Para Diego Martínez Barrio el único causante del fracaso de su gobierno fue Largo Caballero, así lo expresa en una carta dirigida a Salvador de Maradiaga, reproducida en la cuarta edición del libro “La España de Madariaga” en Buenos Aires en el año 1943: En ningún momento se buscó el concurso de los rebeldes. Creímos que ellos, al observar el cambio de política, cambiarían a su vez, de actitud. Y que no estábamos descaminados lo demuestra el hecho de la pasividad de Mola durante las veinticuatro horas que se estuvo hablando del Gobierno de Martínez Barrio; la indecisión de Aranda en Oviedo, sublevado luego de conocer la noticia del fracaso de mi tentativa; y el cambio de frente del general Patxot en Málaga, quien después de haber proclamado el estado de guerra, metió las tropas en los cuarteles, al saber que yo había sido nombrado presidente del Consejo. El Gobierno de Martínez Barrio murió a manos de los socialistas de Caballero y de los comunistas. Y de algunos Republicanos irresponsables.
Para Gómez Ortiz “El gobierno que los socialistas llamaron de capitulación y los republicanos moderados de la transacción hacia aguas por todas partes. Ni las Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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masas estaban dispuestas a capitular ante el golpe militar, ni los militares y sectores comprometidos con el alzamiento estaban dispuestos a negociar, ni siquiera con un gobierno tan moderado como lo era del de Martínez Barrio17”.
17 GÓMEZ ORTIZ, J. M., Los gobierno republicanos. España 1936-1939, Bruguera, 1977, p. 46.
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7. DIEGO MARTÍNEZ BARRIO DURANTE LA GUERRA CIVIL Tras dimitir como presidente del gobierno, Martínez Barrio se traslada a Valencia donde presidió la Junta Delegada del Gobierno para la región de Levante para asegurar la lealtad de esa zona a la República. El 17 de agosto de 1936 se le nombre Presidente del Comité de Reclutamiento del Ejército Voluntario, con base en Albacete. También fue designado Presidente de la Junta Central de Ayuda a las poblaciones españolas a partir de 1937. Durante esos momentos fue entrevistado por diferentes periódicos españoles y extranjeros, al tiempo que viajó fuera del país encabezando la Delegación española en la Liga Mundial contra la guerra y el fascismo y, en julio de 1938, en la Conferencia Internacional de la Paz celebrada en París. Su ánimo cada vez estaba más decaído porque de Sevilla le llegaban las noticias de los sufrimientos de sus familiares y amigos. Al menos pudo lograr en octubre de 1937, que su cuñado Ángel se pudiera trasladar a Valencia, a través de un canje, tras pasar 15 meses recluido en las cárceles de Queipo de Llano. Durante toda la guerra presidió las Cortes, que se reunieron en total siete veces: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
1 de octubre de 1936 en Madrid 1 de diciembre de 1936 en Valencia 1 de febrero de 1937 en Valencia 1 de octubre de 1937 en Valencia 1 de febrero de 1938 en Cataluña 1 de octubre de 1938 en Cataluña 1 de febrero de 1939 en Figueras
Las reuniones celebradas por la Diputación Permanente entre el 15 de julio de 1936 y el 12 de diciembre de 1938, un total de 41 reuniones, fueron presididas por Martínez Barrios, excepto dos, ya que el político andaluz estaba en las reuniones internacionales fuera de España. Al finalizar la guerra, aparte de verse desposeído de sus bienes en Sevilla (su casa y su taller de imprenta), Martínez Barrio también perdió el ajuar de su vivienda en Madrid, que pasó a manos del General Moscardó, el héroe del Alcázar de Toledo. En la inmediata posguerra, Martínez Barrio sería condenado, el 11 de septiembre de 1941, por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo, a pena de rebeldía de 30 años de reclusión mayor e inhabilitación absoluta y perpetua, al estimar los jueces franquistas que toda su vida política se había inspirado “en la antipatriótica tendencia masónica, adulterando las situaciones de matiz moderado en que actuó, alentando la subversión al iniciarse el Movimiento con la utilización de toda la red masónica, que manejaba, alentando la revolución con todas sus energías y poderes durante el transcurso de la Cruzada Salvadora18”. Con esa sentencia se culminaba la campaña de denostación, que habían sufrido los políticos republicanos al inicio de la contienda. En dicha campaña tuvo un papel protagonista Queipo de Llano, que le dedicó alguna que otra de sus charlas radiofónicas. 18 Citado por ÁLVAREZ REY, Leandro, Diego Martínez Barrio. Palabra de Republicano, Ayuntamiento
de Sevilla, ICAS, 2007, p. 97. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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Tras la última reunión de las Cortes, que tuvo lugar en el castillo de Figueras en Gerona el 1 de febrero de 1939, con Barcelona ya tomada por las tropas franquistas, Martínez Barrio se vio forzado a salir del país para salvar su vida. El 5 de febrero de 1939 atravesó, junto a Azaña y Negrín, La Vajol y el paso fronterizo de Le Pethus. Según el propio testimonio de Azaña, a falta de un par de kilómetros para llegar a la frontera los coches no pudieron continuar su camino y tuvieron que finalizar el resto del trayecto a pie, por un terreno accidentado. Antes de abandonar el vehículo, Martínez Barrio arrancó el banderín con el escudo de la Presidencia de las Cortes, banderín que conservaría hasta su muerte y que forma parte hoy de los fondos del Legado de Martínez Barrio, depositado en el Ayuntamiento de Sevilla.
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8. DIEGO MARTÍNEZ BARRIO PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA EN EL EXILIO Traspasada la frontera, Martínez Barrio se trasladó a París, permaneciendo en las semanas siguientes al frente de la oficina instalada por el Comité de Ayuda a España. Allí, recibió el 27 de febrero de 1939 y en calidad de Presidente de las Cortes una carta de Manuel Azaña presentando su dimisión como Presidente de la República. El 3 de marzo, en el restaurante Lapérouse, se reunió la Diputación Permanente de las Cortes presidida por Martínez Barrio en la que se leyó la carta de dimisión de Azaña. Al día siguiente, en la base naval de Cartagena estallaba una sublevación profranquista, y el 5 de marzo en Madrid se producía el golpe del coronel Casado contra el gobierno de Negrín, sumiendo en el caos más absoluto a las instituciones representativas de la legalidad republicana. Cuatro días después, en una reunión de la Diputación, Martínez Barrio debatía con sus miembros los aún confusos acontecimientos de Madrid, al finalizar la reunión, el político andaluz hacía unas declaraciones que daban a entender que ya no reconocía a Negrín como presidente del gobierno, al carecer de base legal tras la renuncia de Azaña. Aunque la Constitución contemplaba que en caso de renuncia o destitución del presidente de la República el de las Cortes debía asumir interinamente la jefatura del Estado, Martínez Barrio decidió condicionar su aceptación a una consulta previa con Negrín. El 1 de abril se volvió a reunir la Diputación Permanente pero esta vez con la presencia de Negrín. La tensa reunión acabaría desembocando en un fuerte enfrentamiento entre el presidente del gobierno y el presidente de las cortes al que se sumaría Dolores Ibarruri, La pasionaria, tal y como reflejan las actas de dicha reunión. El desacuerdo de Martínez Barrio con la gestión y actitud de Negrín, reacio a reconocer la legitimidad de la Diputación de las Cortes en el exilio, pero exigiendo que se le reconociera como presidente del gobierno legítimo, era total y provocaría una profunda división entre los exiliados. Martínez Barrio renunció a la presidencia de las cortes. El 15 de mayo de 1939 Martínez Barrio abandona Francia rumbo a México. En principio Martínez Barrio no tenía pensado afincarse en el país andino, sino que rápidamente se trasladó a Cuba, donde residía su amigo Marial Dorado. Pero, carente de recursos económicos, Martínez Barrio decidió a final de verano trasladarse a Ciudad de México atraído por una invitación personal del Presidente de ese país, Lázaro Cárdenas. Le prometieron 600 pesos al mes, sin exigirle otra cosa que el original de un libro al año o que impartiese alguna conferencia. Sin embargo, las expectativas que habían conducido a Martínez Barrio a México en un primer momento se vieron insatisfechas y las cosas cada vez iban de mal en peor. La situación económica no empezó a mejorar hasta mediados de 1940 cuando ingresó en la Junta de Auxilio a los Republicanos españoles (JARE) liderada por Indalecio Prieto. Martínez Barrio tenía el objetivo de restaurar cuando fuera posible los órganos constitucionales en el exilio. Quizás Prieto veía un posible rival en Digo Martínez Barrio, pero lo cierto es que Unión Republicana contaba en 1944 con tan solo 170 afiliados en México DF. Ambos, Prieto y Martínez Barrio encarnaban dos formas contrapuestas de entender la política en el exilio. Martínez Barrio lo tenía claro, el deber de los republicanos era unirse y apostar decididamente por la restauración Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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de la República. A finales de 1941 Martínez Barrio convoca una reunión de la Diputación Permanente de las Cortes, significaba poner la primera piedra para la restauración de las instituciones republicanas. En noviembre de 1943 presidió la Junta Española de Liberación, con el fin de agrupar las organizaciones políticas en el exilio. Pero, no se adhirieron ni el Partido Nacionalista Vasco, ni la CNT, ni el Partido Comunista. Desde finales de 1944, la proximidad del final de la Segunda Guerra Mundial, fue abriendo la posibilidad de convocar una reunión de las Cortes que sirviera como punto de arranque para la reconstrucción de las instituciones republicanas en el exilio, para que estas pudieran hacer valer sus derechos legítimos ante las Naciones Unidas. El 10 de enero de 1945 se producía esa reunión, que fue un fracaso total, Prieto se opuso a la restauración de las instituciones. Finalmente, tras la derrota de los fascismos en Europa, el 17 de agosto de 1945, las Cortes se volvieron a reunir para asistir al nombramiento de Diego Martínez Barrios como Presidente de la República en el exilio. El 12 de marzo de 1946 se traslada de nuevo a París, donde quedan instaladas las principales instituciones políticas en el exilio reconocida por varios países americanos y europeos: México, Guatemala, Panamá, Venezuela, Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia, Rumanía, Bulgaria y Albania. El Presidente fue bien recibido en Francia y acomodado en un elegante inmueble. Desde finales de 1946 y sobre todo a lo largo de 1947 fue quedando en evidencia que las potencias aliadas no iban a propiciar la caída del régimen de Franco ni hacer nada por la restauración de la República en España. A partir de entonces, la República española solo sería reconocida por México y Yugoslavia. Diego Martínez Barrio cada vez se iba quedando más solo en su presidencia. Se trasladó a una modesta casa a las afueras de París El 1 de enero de 1962 fallece de un repentino ataque al corazón cuando almorzaba con su cuñada Blanca, ya convertida en su mujer tras la muerte de Carmen. En enero del año 2000 sus restos mortales fueron trasladados a su Sevilla natal, tal como era su deseo plasmado en su testamento.
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9. CONCLUSIONES Diego Martínez Barrio fue un republicano que no dejó de creer en la República en ningún momento. Su mayor atributo y su mayor defecto, fue la moderación con la que trató siempre los asuntos políticos, quizás no encajó demasiado bien en el Frente Popular ya que, él siempre representaba las posiciones medias y conservadoras de la coalición. No contó con el carisma de otras personalidades políticas de la época que arrastraban a las masas, era un intelectual, un político que pareció olvidar al pueblo en su ecuación. A pesar de ello, su partido Unión Republicana se encontraba como segunda opción de los republicanos. No cabe duda que el político andaluz fue una figura clave en la Segunda República, quizás si hubieran existido en aquel momento más Martínez Barrio la historia hubiera sido otra.
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10. BIBLIOGRAFÍA ÁLVAREZ REY, Leandro, Diego Martínez Barrio. Palabra de Republicano, Ayuntamiento de Sevilla, ICAS, 2007. ARTOLA, Miguel, Partidos y Programas Políticos, 1808-1936. Tomo I: Los partidos políticos, Aguilar, 1975. ARTOLA, Miguel, Partidos y Programas Políticos, 1808-1936. Tomo II: Manifiestos y programas políticos, Aguilar, 1975. AZAÑA, Manuel, Memorias políticas y de guerra. Tomo I (1931-1933), Crítica, 1978. AZAÑA. Manuel, Memorias políticas y de guerra. Tomo IV (Cuadernos de la Pobleta 1937), Afrodisio Aguado, 1981. CARR, Raymond, España 1808-1975, Ariel, 1985. FERNÁNDEZ ALONSO, María Isabel, Martínez Barrio: del radicalismo a la moderación. Análisis de su labor en tres momentos importantes de la Segunda República, en Historia y Comunicación Social, Universidad Complutense de Madrid, 1993, p. 13-‐27. GÓMEZ ORTIZ, J. M., Los gobierno republicanos. España 1936-1939, Bruguera, 1977. MARTÍNEZ BARRIO, Diego, Memorias. La Segunda República española vista por uno de sus principales protagonistas, Planeta, 1983 TUSELL, Javier, Las elecciones del Frente Popular. Tomo I y II, Cuadernos para el diálogo, 1971. TUSELL, Javier, Diego Martínez Barrio: Memorias inéditas. ¿Por qué fracasó la República?, en Historia 16, nº 93, 1984. TUSELL, Javier, El Directorio y la Segunda República. La dictadura de Primo de Rivera, el fin de la Monarquía y la República (1932-1936), Espasa Calpe, Biblioteca El Mundo, 2004. TUSELL, Javier, Guerra y Dictadura. La guerra civil, la posguerra y el fin del aislamiento internacional (1936-1951), Espasa Calpe, Biblioteca El Mundo, 2004. VV.AA, Homenaje a Diego Martínez Barrio, Imprimerie La Ruche Ouvrière, París, 1978. 10.1 Internet www.wikipedia.org www.fuenterebollo.com
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Anexos Documentales
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11. 1 IDEARIO Y PROGRAMA DE UNIÓN REPUBLICANA El partido Unión republicana proclama la intangibilidad de la Constitución, de la República como Código fundamental. El desarrollo de sus preceptos procurará acomodarlo a las aspiraciones siguientes: ORGANIZACIONES DEL ESTADO .-‐ Unión Republicana concibe el Estado como una integración de autonomías municipales y regionales dentro de la unidad indestructible de España. Y fomentará, de acuerdo con la Constitución, la personalidad de las regiones españolas que quieran constituirse en régimen de autonomía. Ley electoral a base de representación proporcional. Modificación de la ley orgánica del Tribunal de Garantías Constitucionales y desarrollo del artículo 93, de la Constitución, llegando a la creación de un organismo de carácter representativo con las facultades y prerrogativas que se establezcan en la ley de su creación. Este organismo no tendrá carácter legislativo. JUSTICIA .-‐ El partido Unión Republicana abogará por la democratización del a justicia como función a cargo del Estado, llegando a la transformación de la administración de justicia en orden a la rapidez y economía de los procedimientos, creando y reglamentando los Cuerpos oficiales auxiliares y agentes judiciales. Intervención del pueblo en la administración de justicia mediante la institución del Jurado. Especialización de los jueces en las distintas materias y ascenso de los mismos por aptitud. Supresión de aranceles. Aspiración a la gratuidad de la administración de justicia. POLÍTICA ECLESIÁSTICA .-‐ Aplicación eficiente de los artículos 3º, 25, 26, 27 y 48 de la Constitución de la República y ejecución de las leyes votadas por las Cortes constituyentes para su desarrollo. ADMINISTRACIÓN .-‐ Transformación de los servicios burocráticos, supeditando su organización y jerarquías a la eficacia de ellos, llegando a la retribución adecuada a base de un sueldo inicial mínimo suficiente. Régimen económico de quinquenios para que la dirección de los servicios no este determinada por el sueldo de los funcionarios. Responsabilidad efectiva de estos. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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COMUNICACIONES .-‐ Aplicación gradual de la ley de Bases de los Cuerpos de Telégrafos y Correos. Ampliación de la red telefónica hasta los medios rurales. Elaboración de un vasto plan de caminos vecinales que haga efectiva la comunicación de todos los pueblos y aldeas de España. Nacionalización de los servicios telefónicos. LEGISLACIÓN OBRERA Y SOCIAL .-‐ Unión Republicana, partiendo del principio constitucional de que España es una República democrática de trabajadores de todas las clases, afirma su propósito de llevarlo inmediatamente a la realidad, a fin de que todos los españoles cumplan su deber de trabajar y hagan efectivo su derecho al trabajo. Afirmación del derecho al producto íntegro del trabajo. Libertad de asociación y sindicación. Fijación de los salarios mínimos en la agricultura y en las industrias. Participación del obrero en la dirección y beneficios de la Empresa. Protección legal del trabajo. Nacionalización del seguro en todas sus formas. Organización del crédito para todos los trabajadores. Fomento y subvención de las Cooperativas de producción, distribución y consumo. Asistencia social del Estado, procediendo a cumplir lo dispuesto en los artículos 43, 46 y 47 de la Constitución. ECONOMÍA, REFORMA AGRARIA E IMPUESTO .-‐ Nacionalización de la tierra, de los bosques, de las minas, de las aguas y de los ferrocarriles, garantizando al cultivador el dominio útil de la tierra, siempre que cumpla con los fines sociales impuestos por la Constitución. Creación del patrimonio familiar inembargable. Ley de arrendamientos, encaminada a conceder las máximas garantías y beneficio a los cultivadores de la tierra. Abolición de la condicionada de foros, subforos, y demás gravámenes análogos. Control del Estado, las regiones y municipios, según sus facultades, sobre los suministros que afecten a los servicios públicos. Creación de la red eléctrica nacional.
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El impuesto, como instrumento de la justicia social, no podrá gravar el trabajo, recayendo sobre las rentas, las sucesiones y sobre el capital de monopolios. Abolición gradual de los impuestos indirectos. Creación del Banco Nacional con privilegio de emisión. Control de crédito. INSTRUCCIÓN PÚBLICA .-‐ Desarrollo de los principios contenidos en los artículos 48, 49 y 50 de la Constitución y organización de una intensa campaña nacional para lograr la desaparición del analfabetismo. Sustitución inmediata de la enseñanza religiosa. Continuación de la orientación pedagógica de las Cortes Constituyentes. SANIDAD .-‐ Creación del ministerio de Sanidad. Aumento de la asistencia médico-‐farmacéutica. Construcción de casas baratas. Ley de urbanización. Dotación de agua potable a las poblaciones que carezcan de ella. Intensificación de la inspección medicoescolar, fomentando la creación de centros sanitarios rurales. OBRAS PÚBLICAS .-‐ Plan definitivo de irrigación. Coordinación de todos los servicios de transporte. Plan de construcción de puertos, atendiendo a las necesidades del comercio. Repoblación forestal. DEFENSA NACIONAL .-‐ Servicio voluntario. Ejército profesional. Prosecución de la política militar de las Cortes Constituyentes. Tropas indígenas o especiales para el territorio colonial y de protectorado. Política naval atendida a la defensa de las costas y provincias insulares. Aviación militar y naval, coordinada con la civil y de transporte postal. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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PROGRAMA MÍNIMO Los partidos fusionados formulan su programa mínimo como expresión de una labor a realizar aisladamente o en colaboración con otros partidos, por el orden de preferencia que las circunstancias determinen. A este efecto, reiteran como principio básico el más escrupuloso acatamiento de la Constitución, de tal manera que no resulte vulnerada ni en su letra ni en su espíritu; y como norma de relación y convivencia con los demás partidos republicanos, aquella que por encima de las ineludibles discrepancias programáticas permita su mutua consideración, reduzca la zona de rozamiento a la esfera propia de aquellas diferencias y haga posible la coincidencia para el servicio y defensa del régimen, siempre que este se encuentre amenazado por enemigos ostensibles o encubiertos, cualquiera que sea su significación o carácter. Este programa mínimo se someterá a conocimiento de la Asamblea general, pero declarando que a su aprobación vinculan los que los redactaron su responsabilidad política: es decir, que si quisieran modificarlo sustancialmente no podían ser ellos los órganos de ejecución de la Asamblea. Asimismo, los partidos fusionados declaran que este programa mínimo se someterá a la discusión de los demás partidos republicanos. Establecida que sea la conformidad en un programa mínimo servirá este de vínculo de unión entre los partidos republicanos que lo suscriban para su política electoral y de gobierno, unión que habrá que subsistir hasta que dicho programa se haya realizado desde el poder. A) LEGISLACIÓN PRESUPUESTO .-‐ Política de nivelación a realizar en los ejercicios precisos para llegar a ella. Regulación de impuestos, fijando su relativa presión en razón inversa a la utilidad social de la riqueza que grava. Eliminación de gastos superfluos y suntuarios e intensificación de los que inicien o fomenten el desenvolvimiento de las diversas fuentes de la economía nacional. POLÍTICA ARANCELARIA Y DE CONTINGENTES ampliable o restringible, según lo exija la conveniencia nacional y en relación con las normas económicas de los demás países. PLAN CONTRA EL PARO FORZOSO mediante obras hidráulicas y repoblación forestal tendentes al mejoramiento agrícola y comercial del país. Renuncia a toda obra de carácter suntuario. Instituciones para prevenir el paro y remediar sus consecuencias. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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DESARROLLO DE LA REFORMA AGRARIA: a) La mayor tierra posible a los campesinos con el ritmo que permita el presupuesto, creando el patrimonio familiar inembargable. b) Ley de contratos de arrendamientos de fincas rústicas asegurando una renta justa, prohibiendo los desahucios que no obedezcan a la falta de pago o a abandono del cultivo, estableciendo la prórroga de los contratos siempre que el dueño no necesite la tierra para cultivarla directamente, fijando la obligatoriedad para el propietario de abonar las mejoras útiles efectuadas por el arrendatario antes de que este tenga que abandonar la tierra y regulando todos los derechos del arrendatario en orden a la tierra que cultiva. c) Inmediata ley de bienes comunales para facilitar un rescate. d) Creación del Banco Agrario Nacional, con aportación inicial de 500 millones de pesetas, estableciendo sucursales en todo el territorio nacional para facilitar el crédito a ganaderos y agricultores sobre garantía inmobiliaria, mediante hipoteca virtual, o sea sin gasto de documento público, sobre la garantía prendaria registrada (agrícola y pecuaria) o sobre cualquier otra forma de fianza. REFORMA DE LOS JURADOS MIXTOS, presidiéndolos una magistratura social. JURISDICCIÓN DE LA COMISIÓN MIXTA ARBITRAL AGRÍCOLA, al igual de las similares, para entender en los recursos contra las sentencias dictadas por los Jurados mixtos de la Propiedad rústica. ORGANIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA SUPERIOR Y RÉGIMEN DE LA MISMA .-‐ Acceso democrático a toda ella protegido por el Estado. LEY DE JUSTICIA MUNICIPAL LEY DE ADMINISTRACIÓN LOCAL, basada en el conjunto de términos municipales para vigorizar su economía; facultad de agrupación en comarcas económicas y en regiones naturales, dentro del cauce constitucional. LEY DE ALQUILERES URBANOS .-‐ Límites jurídicos de la propiedad del fundo y reconocimiento del patrimonio industrial del inquilino, formado con su esfuerzo y pericia mercantil. COORDINACIÓN Y REGULACIÓN DE LOS TRANSPORTES ESTATUTO DE FUNCIONARIOS (técnicos, administrativos y subalternos). REFORMA DEL CÓDIGO CIVIL congruente con los preceptos constitucionales. B) NORMAS DE GOBIERNO Restablecimiento del principio de autoridad, basado en la existencia del cumplimiento inexorable de la ley.
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Política preventiva de orden público. Disolución de las asociaciones o partidos cuyos procedimientos o cuyos fines vayan en contra de la seguridad del Estado, así como de cuantas organizaciones tengan carácter militar al margen del Estado. Sanción inmediata y efectiva de huelgas y lock out que sean ilegales. Control de la política patronal de bloque animadora del fascismo. Mantenimiento y aplicación de la actual legislación social, desarrollándola dentro del normal desenvolvimiento de la economía del país. Atención preferente, inmediata y continuada a los problemas básicos de la riqueza nacional (el trigo, el carbón, la carne, la leche, las frutas, el vino, el aceite, las conservas, etc.) por medio de estudios previos, encauzados desde ahora, que se publicarán oportunamente como compromiso del partido ante el país. Cumplimiento de las leyes laicas. Respeto a la voluntad popular expresada el 12 de abril de 1931, y reposición, por tanto, de autoridades y organismos locales suspendidos y no procesados; rápida tramitación de los procedimientos en curso y disposiciones legales que aseguren la rapidez del fallo. La Libertad, 14 y 30 de septiembre de 1934.
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11.2 PACTO-PROGRAMA DEL FRENTE POPULAR Los partidos republicanos de Izquierda Republicana, Unión Republicana y el Partido Socialista, en representación del mismo y de la Unión General de Trabajadores, Federación Nacional de Juventudes Socialistas, Partido Comunista, Partido Sindicalista y Partido Obrero de Unificación Marxista, sin perjuicio de dejar a salvo los postulados de sus doctrinas, han llegado a comprometer un plan político común que sirva de fundamento y cartel a la coalición de sus respectivas fuerzas en la inmediata contienda electoral y de norma de gobierno, que habrán de desarrollar los partidos republicanos de izquierda, con el apoyo de las fuerzas obreras, en el caso de victoria. Declaran ante la opinión pública las bases y los límites de su coincidencia política, y, además, la ofrecen a la consideración de las restantes organizaciones republicanas u obreras, por si estiman conveniente a los intereses nacionales de la República venir a integrar, en tales condiciones, el bloque de izquierdas que debe luchar frente a la reacción en las elecciones generales de diputados a Cortes. I. Como supuesto indispensable de paz pública, los partidos coaligados se comprometen: 1. A conceder por una ley una amplia amnistía de los delitos políticos sociales cometidos posteriormente a noviembre de 1933, aunque no hubieran sido considerados como tales por los Tribunales. Alcanzará también a aquellos de igual carácter no comprendidos en la ley de 24 de abril de 1934. Se revisarán, con arreglo a la ley, las sentencias pronunciadas en aplicación indebida de la de Vagos por motivos de carácter político; hasta tanto que se habiliten las instituciones que en dicha ley se prescriben, se restringirá la aplicación de la misma y se impedirá que en lo sucesivo se utilice para perseguir ideales o actuaciones políticas. 2. Los funcionarios y empleados públicos que hayan sido objeto de suspensión, traslado o separación, acordada sin garantía de expediente o por medio de persecución política, serán repuestos en sus destinos. El Gobierno tomará las medidas necesarias para que sean readmitidos en sus respectivos puestos los obreros que hubiesen sido despedidos por sus ideas o con motivo de huelgas políticas en todas las corporaciones públicas, en las empresas gestoras de servicios públicos y en todas aquellas en que el Estado tenga vínculo directo. Por lo que se refiere a las empresas de carácter privado, el Ministerio de Trabajo adoptará las disposiciones conducentes a la discriminación de todos los casos de despido que hubieran sido fundados en un momento político social y que serán sometidos a los Jurados Mixtos para que éstos amparen en su derecho, con arreglo a la legislación anterior a noviembre de 1933 a quienes hubieren sido indebidamente eliminados. 3. Se promulgará una ley concediendo a las familias de las víctimas producidas por las fuerzas revolucionarias o por actos ilegales de la autoridad y la fuerza pública en la represión la adecuada reparación del daño inferido a las personas. Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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II. En defensa de la libertad y de la justicia, como misión esencial del Estado republicano y de su régimen constitucional, los partidos coaligados: 1. Restablecerán el imperio de la Constitución. Serán reclamadas las transgresiones cometidas contra la ley fundamental. La Ley orgánica del Tribunal de Garantías habrá de ser objeto de reformas, a fin de impedir que la defensa de la Constitución resulte encomendada a conciencias formadas en una convicción o en un interés contrarios a la salud del régimen. 2. Se procederá a dictar las leyes orgánicas prometidas por la Constitución, que son necesarias para su normal funcionamiento, y especialmente las leyes Provincial y Municipal, que deberán inspirarse en el respeto más riguroso a los principios declarados en aquélla. Se procederá por las Cortes a la reforma de su reglamento, modificando la estructura y funciones de las Comisiones parlamentarias, a cuyo cargo correrá, con el auxilio de los organismos técnicos a ellas incorporados, el trámite formativo de las leyes. 3. Se declara en todo su vigor el principio de autoridad; pero se compromete su ejercicio sin mengua de las razones de libertad y justicia. Se revisará la ley de Orden Público, para que, sin perder nada de su eficacia defensiva, garantice mejor al ciudadano contra la arbitrariedad del Poder, adoptándose también las medidas necesarias para evitar las prórrogas abusivas de los estados de excepción. 4. Se organizará una Justicia libre de los viejos motivos de jerarquía social, privilegio económico y posición política. La Justicia, una vez reorganizada, será dotada de las condiciones de independencia que promete la Constitución. Se simplificarán los procedimientos en lo civil; se imprimirá mayor rapidez al recurso ante los Tribunales Contencioso-‐administrativos, ampliando su competencia, y se rodeará de mayores garantías al inculpado en lo criminal. Se limitarán los fueros especiales, singularmente el castrense, a los delitos netamente militares. Y se humanizará el régimen de prisiones, aboliendo malos tratos o incomunicaciones no decretadas judicialmente. 5. Los casos de violencia de los agentes de la fuerza pública acaecidos bajo el mando de los Gobiernos reaccionarios aconsejan llevar a cabo la investigación de responsabilidades concretas hasta el esclarecimiento de la culpa individual y su castigo. Se procederá a encuadrar las funciones de cada Instituto dentro de los fines de su respectivo reglamento; serán seleccionados sus mandos y se sancionará con la separación del servicio a todo agente que haya incurrido en malos tratos o parcialidad política. El Cuerpo de Vigilancia se organizará con funcionarios aptos y de cumplida lealtad al régimen. 6. Se revisarán las normas de disciplina de los funcionarios, estableciendo sanciones graves para toda negligencia o abuso en favor de intereses políticos o en daño del Tesoro público. III. Los republicanos no aceptan el principio de la nacionalización de la tierra y su entrega a los campesinos, solicitado por los delegados del partido socialista. En Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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cambio, consideran conveniente una serie de medidas que se proponen la redención del campesino y del cultivador medio y pequeño, no sólo por ser obra de justicia, sino porque constituye la base más firme de reconstrucción económica nacional: 1. Como medidas de auxilio del cultivador directo: Rebaja de impuestos y tributos. Represión especial de la usura. Disminución de rentas abusivas. Intensificación del crédito agrícola. Revalorización de los productos de la tierra, especialmente del trigo, y demás cereales, adoptando las medidas para la eliminación del intermediario para evitar la confabulación del harinero. Estímulo del comercio de exportación de producto agrícolas. 2. Como medidas para mejorar las condiciones de producción agrícola: Se organizarán enseñanzas agrícolas y se facilitarán auxilios técnicos por el Estado. Se trazarán planes de sustitución de cultivos e implantación de otros nuevos con la ayuda técnica y económica de la Administración pública. Fomento de pastos, ganadería y repoblación forestal. Obras hidráulicas y obras de puesta en riego y transformación de terrenos para el regadío. Caminos y construcciones rurales. 3. Como medias para la reforma de la propiedad de la tierra: Derogarán inmediatamente la ley vigente de Arrendamientos. Revisarán los desahucios practicados. Consolidación en la propiedad, previa liquidación, a los arrendatarios antiguos y pequeños. Dictarán una nueva ley de arrendamientos que asegure: la estabilidad en la tierra; la modicidad en la renta, susceptible de revisión; la prohibición del subarriendo y sus formas encubiertas; la indemnización de mejoras útiles y necesarias llevadas a cabo por el arrendatario, haciéndose efectiva antes de que el cultivador abandone el predio, y el acceso a la propiedad de la tierra que se viniera cultivando durante cierto tiempo. Estimularán las formas de cooperación y fomentarán las explotaciones colectivas. Llevarán a cabo una política de asentamiento de familias campesinas, dotándolas de los auxilios técnicos y financieros precisos. Dictarán normas para el rescate de bienes comunales. Derogarán la ley que acordó la devolución y pago de fincas a la nobleza. IV. Nuestra industria no se podrá levantar de la depresión en que se encuentra si no se procede a ordenar todo el complejo sistema de protecciones que el Estado dispensa, según criterio estricto de coordinada subordinación al interés general de la economía. En consecuencia, procede:
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1. Dictar una ley o sistema de leyes que fije las bases de la protección a la industria, comprendiendo las arancelarias, exenciones fiscales, métodos de coordinación, regulación de mercados y demás medios de auxilio que el Estado dispense en interés de la producción nacional, promoviendo el saneamiento financiero de las industrias, a fin de aligerar cargas de especulación que, gravando su rentabilidad, entorpece su desenvolvimiento. 2. Crear instituciones de investigaciones económica y técnica donde pueda el Estado adquirir elementos para su dirección política y también los empresarios para mejor regir sus iniciativas. 3. Adoptar aquellas medidas necesarias de especial protección a la pequeña industria y al pequeño comercio. 4. Levantar la actividad de las nuestras industrias fundamentales, mediante un plan de obras públicas a que luego se alude, urbanizaciones y saneamientos de la población rural, en el que se calcularán de antemano los materiales que se han de consumir y sus precios, a fin de asegurar la rentabiliadd de estas obras. V. Los republicanos consideran la obra pública no sólo como modo de realizar los servicios habituales del Estado o como mero método circunstancial e imperfecto de atender al paro, sino como medio potente para encauzar el ahorro hacia las más poderosas fuentes de riqueza y progreso, desatendidas por la iniciativa de los empresarios: 1. Se llevarán a cabo grandes planes de construcciones de viviendas urbanas y rurales, servicios cooperativos y comunales, puertos, vías de comunicación, obras de riego o implantación de regadío y transformación de terreno. 2. Para llevarlas a cabo se procederá a una ordenación legislativa y administrativa que garantice la utilidad de la obra, su buena administración y la contribución a la misma de los intereses privados directamente favorecidos. Los republicanos no aceptan el subsidio de paro solicitado por la representación obrera. Entienden que las medidas de política agraria, las que se han de llevar a cabo el ramo de la industria, las obras públicas y, en suma, todo el plan de reconstrucción nacional, han de cumplir, no sólo su finalidad propia, sino también el cometido esencial de absorber el paro. VI. La Hacienda y la Banca tienen que estar al servicio del empeño de reconstrucción nacional, desconocer que fuerzas tan sutiles como las del crédito no se pueden forzar por métodos de coacción, ni estimular de fuera el campo seguro de aplicaciones provechosas y empleo remunerador. No aceptan los partidos republicanos las medidas de nacionalización de la Banca propuestas por los partidos obreros; reconocen, sin embargo, que nuestro sistema bancario requiere ciertos perfeccionamientos si ha de cumplir la misión que le está encomendada en la reconstrucción económica de España. Como mera enumeración ejemplar, señalamos las siguientes medidas:
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1. Dirigir el Banco de España de modo que cumpla su función de regular el crédito conforme exija el interés de nuestra economía, perdiendo su carácter de concurrente de los Bancos y liquidando sus inmovilizaciones. 2. Someter la Banca privada a reglas de ordenación que favorezcan su liquidez. Mejorar el funcionamiento de las Cajas de Ahorro para que cumplan su papel en la creación de capitales. Respecto a la Hacienda, se comprometen a llevar a cabo una reforma fiscal dirigida a la mayor flexibilidad de los tributos y a la más equitativa distribución de las cargas públicas, evitando el empleo abusivo del crédito público en finalidades de consumo. 3. Mejorar el funcionamiento de las Cajas de Ahorros, para que cumplan su papel en la creación de capitales; dictando también aquellas medidas necesarias para proteger el ahorro privado y de responsabilidad de los promotores y gestores de toda clase de Compañías. Respecto a la Hacienda, se comprometen a llevar a cabo una reforma fiscal dirigida a la mayor flexibilidad de los tributos y a la más equitativa distribución de las cargas públicas, sin acudir al crédito público para finalidades de consumo: a. Se revisará a fondo la tributación directa, detenida en su desarrollo normal; reorganización sobre bases progresivas. b. Se reformará la tributación indirecta buscando la coordinación del gasto privado con el gravamen del consumo. c. Se perfeccionará la Administración fiscal, para que sirva de instrumento eficaz a la nueva política tributaria. VII. La República que conciben los partidos republicanos no es una República dirigida por motivos sociales o económicos de clases, sino un régimen de libertad democrática impulsado por motivos de interés público y progreso social. Pero precisamente por esa decidida razón, la política republicana tiene el deber de elevar las condiciones morales y materiales de los trabajadores hasta el límite máximo que permita el interés general de la producción, sin reparar, fuera de este tope, en cuantos sacrificios hayan de imponerse a todos los privilegios sociales y económicos. No aceptan los partidos republicanos el control obrero solicitado por la representación del partido socialista. Convienen en: 1. Restablecer la legislación social en la pureza de sus principios, para lo cual dictarán las disposiciones necesarias para dejar sin efecto aquellas que desvirtúen su recto sentido de la justicia, revisando las sanciones establecidas a fin de asegurar el más leal cumplimiento de las leyes sociales. 2. Reorganizar la jurisdicción de trabajo en condiciones de independencia., a fin, no solo de que las partes interesadas adquieran conciencia de la Unión Republicana y Diego Martínez Barrio – Belén Moreno Garrido © 2010
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imparcialidad de sus resoluciones, sino también para que en ningún caso los motivos de interés general de la producción queden sin valoración debida. 3. Rectificar el proceso de derrumbamiento de los salarios del campo, verdaderos salarios de hambre, fijando salarios mínimos, a fin de asegurar a todo trabajador una existencia digna, y creando el delito de envilecimiento del salario, perseguible de oficio ante los Tribunales. Aunque la política de reconstrucción económica debe conducir a la absorción del paro, es menester además organizar administrativamente y técnicamente la lucha, estableciendo los servicios que sean necesarios de estadística, clasificación, oficinas de colocación y bolsas de trabajo, preocupándose de modo especial del paro en la juventud y sin olvidar tampoco las instituciones de previsión y seguro que prometidas por la Constitución deben disponer a ensayo sobre bases de tipo social. Los republicanos han de dedicar a la asistencia pública, beneficencia y sanidad, la atención que merece todo pueblo civilizado, sin regatear sacrificios. Unificarán bajo la dirección del Estado, las diversas instituciones de fundación privada, totalizando sus recursos, sin perjuicio del respeto a la voluntad del finado. VIII. La República tiene que considerar la enseñaza como atributo indeclinable del Estado, en el superior empeño de conseguir en la suma de sus ciudadanos el mayor grado de conocimiento y, por consiguiente, el más amplio nivel moral, por encima de razones confesionales y de clase social: 1. Impulsarán, con el ritmo de los primeros años de la República, la creación de escuelas de primera enseñanza, estableciendo cantinas, roperos, colonias escolares y demás instituciones complementarias. Se ha de someter a la enseñanza privada a vigilancia, en interés de la cultura, análoga a la que ejercita cerca de las escuelas públicas. 2. Crearán las enseñanzas medias y profesionales que sean necesarias para dar instrucción a todos los ciudadanos en condición de recibir la de estos grados. 3. Concentrarán las enseñanzas universitarias y superiores para que puedan ser debidamente servidas. 4. Podrán en ejecución de métodos necesarios para asegurar el acceso a la enseñanza media y superior a la juventud obrera y, en general, a los estudiantes seleccionados por su capacidad. Los partidos coligados repondrán en su vigor la legislación automática votada por las Cortes constituyentes y desarrollarán los principios autonómicos consignados en la Constitución. Se orientará la política internacional en un sentido de adhesión a los principios y métodos de la Sociedad de Naciones.
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Por Izquierda Republicana: Amós Salvador .-‐ Por Unión Republicana: Bernardo Giner .-‐ Por el Partido Socialista Obrero: Juan Simeón Vidarte y Manuel Cordero .-‐ Por la Unión General de Trabajadores: Francisco Largo Caballero.-‐ Por la Federación Nacional de Juventudes Socialistas: José Cazorla .-‐ Por el Partido Comunista: Ángel Pestaña .-‐ Por el Partido Obrero de Unificación Marxista: Juan Andrade. El Socialista, 16 de enero de 1936
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