Una teoría sobre el capitalismo global: producción, clase y Estado en un mundo transnacional. Siglo XXI (2013)

July 21, 2017 | Autor: Gonzalo Hatch Kuri | Categoría: Globalización, Capitalismo, Teorias Del Estado
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Descripción

López López, Á. y A. M. Van Broeck (coords.; 2013), Turismo y sexo en México. Cuerpos masculinos en venta y experiencias homoeróticas. Una perspectiva multidisciplinaria, Colección Geografía para el siglo XXI, Serie Libros de Investigación, núm. 12, Instituto de Geografía, UNAM, México, 417 p., ISBN 978-607-02-4953-2

En la monumental obra donde reflexiona sobre la construcción del espacio, Henri Lefebvre propone la idea de las arquitexturas. Se trata de una manera de abordar los fenómenos espaciales donde están presentes tres niveles de análisis: el espacio social, la representación del espacio y el espacio de la representación. Traducidos en diferentes modalidades de comprensión y uso, estos niveles de asunción permiten entender que el espacio no es una localización neutra ni una determinación decisiva, sino un factor dinámico que al mismo tiempo interviene y se deja intervenir por el flujo de la vida humana precisamente en texturas, en tejidos, en redes de relacionamientos múltiples y en constante movimiento. Porque el espacio no se puede entender en independencia del tiempo, ni el tiempo aparte del espacio. El pensamiento sobre la espacialidad se ha convertido en un elemento fundamental para la investigación de los fenómenos sociales. En particular, adquiere una relevancia clave en temas sobre género y sexualidad. Los cuerpos dejan de concebirse como hechos abstractos, como datos duros, como fenómenos subsidiarios de los designios biológicos para convertirse en portadores de experiencia que viven, respiran, piensan y habitan el espacio; que influyen sobre y se dejan influir por el entorno; que reciben la información del ambiente y devuelven su propia aportación para la textura, para el tejido denso y multi-dimensionado de las relaciones sociales. La sexualidad se va transformando, así, de haberse definido en sus orígenes teóricos como una fuerza instintiva orientada hacia un fin superior al individuo –el destino altruista de la reproducción–, hacia una multiplicidad de derivas dependientes de condiciones sí materiales, corporales, biológicas, hormonales, pero también y de manera crucial, 112 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 84, 2014

de componentes que, si aceptamos la definición en sentido amplio que nos ofrece la reflexión en el momento presente, habremos de conceptualizar dentro del marco de la espacialidad. No se trata solamente de reconocer que todos los asuntos humanos se desarrollan por necesidad en el espacio; se trata sobre todo de caracterizar esa pluralidad, esa inmensa complejidad. Se trata de recuperar la significación que estructura las texturas de los espacios en su temporalidad. Se trata de aprehender el espacio vivido en su fluidez. Y la experiencia humana en su capacidad para asumir el espacio, modificarlo, re-significarlo y producirlo en un proceso continuado y colectivo donde lo nuevo y lo viejo se encuentran, se construyen y se destruyen mutuamente. Este libro es un ejemplo magnífico de tal esfuerzo geográfico, sociológico, etnográfico, multidisciplinario. A partir de un proyecto desarrollado entre 2007 y 2011, el grupo de investigación convocado por Anne Marie Van Broeck y Álvaro López López exploró siete puntos de afluencia turística en México para dilucidar los mecanismos socio-espaciales del comercio homoerótico. Las ciudades y puertos de Acapulco (Salvador Vargas y Brenda Alcalá), Puerto Vallarta (Cristóbal Mendoza y Patricia Medina), Veracruz (Rosío Córdova), Cancún (Lucinda Arroyo y Karina Amador), Tijuana (Ruth Gaxiola y Nora Bringas), el Distrito Federal (Álvaro López) y Guadalajara (Javier Pérez) sirvieron como escenario para recoger los testimonios de hombres que fueron identificados como sexo-servidores. Uno de los hallazgos más relevantes de la investigación colectiva tiene que ver con la existencia de dos culturas del comercio homoerótico: una tradicional, presente desde un momento no determinado en las posibilidades del intercambio, y otra novedosa que los autores denominan gay, datada a

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finales del siglo pasado con la irrupción en el panorama global de un conjunto de identidades que adquieren ciudadanía y reivindican sus derechos a existir en la ciudad. Esta dicotomía marca de manera sensible el objeto de estudio. Las prácticas –y por lo tanto los lugares– están estratificadas en función de su pertenencia al territorio de lo tradicional o de lo gay, pero también están atravesadas por componentes de tipo socio-económico e inclusive étnico. Llama la atención la enorme variedad de experiencias, percepciones, opiniones, actitudes y disposiciones reflejadas en el material etnográfico reportado, las cuales permiten dibujar un enorme fresco de posturas identitarias, prácticas, formas de relacionamiento, apreciaciones del poder, autodesignaciones y gamas de emociones. De forma que resulta sumamente complicado someter esta diversidad a un modelo preestablecido de organización teórica, aunque la dinámica económica tienda a homogeneizar y a extender las lógicas culturales de la metrópolis a la periferia. Pero lo más interesante es la mirada geográfica, la búsqueda de la espacialidad. Existe una pregunta por el lugar. Por la forma en que se entiende, se propicia, se establece, se mueve, se oculta o se muestra el lugar. Los lugares son diversos, visibles para el ojo atento, invisibles para el ojo incauto. Las actividades y las necesidades de la propia actividad determinan y son determinadas por la elección del lugar. De esta forma, nos encontramos con una temporalidad interna del encuentro homoerótico que puede proyectarse con cuidadosa anticipación al plan del viaje, o puede ocurrir de manera espontánea en función de la oportunidad. Puede consultarse en guías de turistas prolijamente detalladas, en páginas web o en las referencias de usuarios satisfechos, o puede decidirse al azar del encuentro fortuito más o menos sospechado de oídas, o con el que se tropieza por suerte o mala suerte. El primer punto –en la secuencia temporal– es el del encuentro, el del ligue, el del preludio que se romantiza en algunas narrativas como posibilidad sentimental, como encuentro con el otro exótico, como aventura riesgosa y clandestina. O bien se establece como puro y simple intercambio comer-

cial. Se presume que los clientes y sexo-servidores en el espacio tradicional comparten la necesidad de mantener ciertos grados de ambigüedad donde el encuentro homoerótico cuenta con coartada. En cambio, en los espacios gais, los deseos se destapan sin pudor y van directamente al grano. De todas formas, el espacio es decisivo. Se puede tratar de la calle, del transporte público, del establecimiento comercial; pero no de cualquiera: hay puntos, hay marcas y signos en los espacios que indican los lugares donde se puede intercambiar una mirada, un gesto, una leve inclinación de cabeza. Los lugares van adquiriendo esta capacidad significativa que permite ubicar, ubicarse. Así, una esquina en particular, una estación del metro, un restaurant, un bar, una tienda, un parque, una plaza pública, se puede convertir en ese punto de encuentro del que derivará el intercambio. El siguiente paso implica un compromiso muy serio porque, sin obstar la liberalización y la apertura que acompañan nuestra época, el homoerotismo y la prostitución se siguen interpretando como una actividad clandestina por propios y extraños. Y aunque quizá uno de los atractivos del asunto resida en el peligro, lo cierto es que con gran frecuencia tanto clientes como prestadores del servicio pueden estar sometidos al hostigamiento y a la extorsión. Como en todo espacio de sexualidad comercial –y quizá en todo espacio donde se practique una sexualidad no normativa, es decir, que se salga de la heterosexualidad obligatoria y del imperativo reproductor–, existe aquí el riesgo de meterse en el territorio pantanoso del hampa, de los giros negros. Salirse de la ley. Desde luego, la aparición de las identidades que en el libro se caracterizan como gais acarrea una relativa permisividad y la introducción de una cultura distinta, quizá determinada sobre todo por la disponibilidad de recursos. Desde luego, como todo buen planteamiento de inicio, el libro deja abierta una serie de cuestionamientos que habrán de discutirse ulteriormente. Los lugares donde se practica la sexualidad homoerótica turística comercial son tan variados como sus protagonistas: desde las denominadas “casitas” o “ranchos privados” hasta los baños públicos, en su modalidad de retretes de centros comerciales Investigaciones Geográficas, Boletín 84, 2014 ][ 113

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o de saunas y vapores, pasando por cines, parques, zócalos, malecones, playas, hoteles, moteles, sex-shops, lugares de masajes, antros, discotecas, cantinas, bares, tiendas, escuelas, universidades, restaurantes, puentes, túneles, escaleras, conexiones y vagones del metro e inclusive los patios de algún panteón. La lista no es exhaustiva, es solo indicativa. La imaginación es el límite. Me gusta este libro porque es el producto de un trabajo colectivo, concertado, y no una suma de textos heterogéneos reunidos por casualidad. Me gusta que cuente con una sola lista bibliográfica, lo cual contribuye a dar la idea de acuerdo y complicidad. Además de que hace más fácil la lectura.

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Me gusta desde luego, que tenga introducciones (de la pluma de quienes coordinan, pero también con la participación de Joan Vendrell y de Porfirio Miguel Hernández) y conclusiones abarcadoras. Un planteamiento metodológico coherente (explicitado por quienes coordinan) y un estudio de caso en Internet (Álvaro Sánchez). Una escritura más o menos tersa. En fin, es un acontecimiento que celebro y aplaudo aquí. Hortensia Moreno Programa Universitario de Estudios de Género Universidad Nacional Autónoma de México

Robinson, W. I. (2013), Una teoría sobre el capitalismo global: producción, clase y Estado en un mundo transnacional, Siglo XXI Editores, México, 246 p., ISBN-13: 978-607-03-0517-7

Desde finales de la década de 1970 a la fecha ha aparecido un sinnúmero de obras de múltiples autores discutiendo y debatiendo el proceso de la globalización mundial. Algunos de estos libros se han consolidado en verdaderos referentes mundiales sobre el tema, sin embargo, se puede afirmar que son escasos los análisis que se refieren a los acontecimientos mundiales más recientes que han venido definiendo el proceso de consolidación de un sistema global que opera en términos transnacionales y que se desdobla en todas las escalas posibles, abarcando de esa forma los diversos campos de la vida social. La obra que se aborda aquí fue publicada originalmente en lengua inglesa hace diez años y fue hasta el año pasado que se logró traducir al español para su publicación posterior.1 William I. Robinson es originario de la ciudad de Nueva York y su formación académica es fundamentalmente en el campo de las ciencias sociales. Es egresado de la Universidad de Nuevo México donde cursó la Maestría en Estudios Latinoamericanos (1992) y posteriormente obtuvo el grado de Doctor en Sociología (1994); es autor de ocho libros y de más de 30 artículos académicos sobre la globalización, estudios latinoamericanos y sociología, que a su vez constituyen sus principales La presentación de este libro se llevó a cabo el día 31 de enero del año en curso en las instalaciones de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. El propio Dr. Robinson estuvo presente en la presentación de su libro, el cual fue comentado por los académicos Enrique Dussel, Pablo González Casanova y Juan Manuel Sandoval Palacios. Diversos medios de comunicación cubrieron el evento, sin embargo, destacó la cobertura que publicó el diario La Jornada con fecha de 2 de febrero en su sección de “Cultura”. Asimismo, ese mismo diario entrevistó al Dr. Robinson con más detalle sobre sus ideas, proyectos académicos y políticos, entre otros, y la entrevista fue publicada el día 31 de enero.

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líneas de investigación. Actualmente se desempeña como profesor de los Departamentos de Sociología y de Estudios Iberoamericanos de la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos.2 La obra que aquí se reseña está conformada por cuatro capítulos, en los que el común denominador es la discusión teórica sobre la globalización y sus efectos en el campo de lo social, económico, político y cultural. Destaca así, el análisis de los principales componentes que interactúan en la formación de una clase capitalista transnacional mundial y el surgimiento de una nueva forma de concebir al aparato estatal más allá de sus tradicionales fronteras territoriales: el Estado transnacional. Sin ahondar en los detalles de toda la formación histórica del capitalismo como sistema de reproducción de clase, el autor aborda en el primer capítulo intitulado “La globalización como cambios de época en el capitalismo mundial”, una breve discusión sobre la necesaria periodización del capitalismo reciente, es decir, en su fase moderna, pero sobre todo en lo que respecta a las características que definieron sus dinámicas internas en el transcurso del siglo pasado a la fecha. El autor afirma la necesidad de caracterizar el periodo anterior a la globalización del capital mundial como condición previa para el entendimiento de la formación de nuevas clases sociales que definen una nueva era de reproducción y acumulación capitalista. Precisamente aquí, es posible percibir que el pensamiento intelectual de Robinson tiene diversos entrecruzamientos con las ideas de geógrafos destacados tales como Milton Para mayor información sobre su currículo académico, sus publicaciones y su trayectoria profesional y social véase la página web personal del autor disponible en la siguiente dirección http://www.soc.ucsb.edu/faculty/robinson/index. shtml

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Santos, Neil Smith y David Harvey, entre otros. Fundamentalmente, es la discusión que Harvey plantea sobre la periodización del capitalismo moderno y el proceso cíclico de sus crisis internas vertidas en La condición de la posmodernidad (Harvey, 2008) que Robinson recupera para explicar la formación del Estado de bienestar y las políticas desarrollistas de los países del Tercer Mundo durante el siglo pasado.3 En esa tesitura, Robinson enfatiza el proceso que encaminó la desestructuración de la antigua economía nacional, que se definía por las políticas fuertemente intervencionistas del Estado en la economía, que regulaban y estimulaban la formación de circuitos de producción nacionales controlados, a su vez, por elites que configuraban una clase dominante con fuertes matices nacionalistas. Esta configuración mundial prevaleció hasta 1970, momentos en los que se recrudecía la segunda crisis capitalista moderna. Para el autor es muy importante el análisis de esta periodización, dado que si la obra intenta responder a la formulación seria y rigurosa sobre la globalización como un proceso mundial, no sería posible hacerlo sin el abordaje de las características inherentes a dicho proceso. Así, afirma que la solución a la crisis capitalista de la década de 1970 fue la superación de las economías nacionales a través de la integración y emergencia de un cuadro transnacional en el que la economía y las elites quedaran integradas a los grandes circuitos de producción globales de acumulación. Eso solo pudo ser posible por el desmantelamiento de los antiguos modelos fordistas y keynesianos en los países desarrollados y en los subdesarrollados los modelos desarrollistas.4 Cabe señalar además, que Incluso, Harvey es citado en gran parte del cuerpo de la obra y en lo que refiere a la definición de este periodo, ambos autores convergen en que la influencia que han tenido las grandes crisis económicas mundiales tanto la del año de 1929, como la registrada a finales de la década de 1970, son parte fundamental de los grandes ciclos de acumulación y estancamiento de la circulación del capital mundial. 4 Este tema también ha sido objeto de una minuciosa revisión por parte de David Harvey, básicamente en tres obras: (Harvey, Espacios del Capital, 2007), (Harvey, Breve historia del Neoliberalismo, 2011) y como se mencionó anteriormente, (Harvey, La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los origenes del cambio cultural, 2008). 3

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en este mismo capítulo el autor hace un esfuerzo pormenorizado para evidenciar con datos “duros” y estadísticas relativas al tema, el proceso de la construcción de una economía mundial en la que predominan los flujos comerciales globales y una nueva cultura capitalista global. De entre las fuentes bibliográficas que utilizó para ello, destacan los reportes mundiales de inversiones extranjeras realizados por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo de 1983 al 2001 y las fuentes estadísticas oficiales de la Organización Mundial para el Comercio (OMC) del 2002 a la fecha, entre otras. En un nivel teórico, no deja de mencionar por ejemplo, la teoría del Sistemamundo de Immanuel Wallerstein, la Economía Global de Peter Dicken y el concepto de Poder y Mercado de Max Weber entre otros, sin embargo, hace una crítica a sus obras, observando que se privilegia un abordaje en el que predomina la idea de una relación de intercambio entre los diferentes actores involucrados en dicho proceso, mientras que opta por partir de la idea de una relación de producción fundamentada en los escritos marxistas del siglo XIX. Esta divergencia teórica le permite asumir que es de suma importancia encarar el proceso de la globalización como un proceso de lucha de clases, así como de emergencia y definición de nuevos actores y poderes que rebasan las esferas, límites y jurisdicciones tradicionales de actuación de los estados nacionales. Todo esto supone, además, asumir que estos actores le apuestan a una integración económica mundial en donde, incluso, están siendo rebasados los actuales bloques económicos regionales, como la Unión Europea, el Mercado Común del Sur o el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Precisamente, es en el segundo capítulo denominado “Formación de clase global y surgimiento de una clase capitalista transnacional”, donde el autor construye un modelo argumentativo sobre la formación de una nueva clase capitalista global, ubicando dicho proceso desde tres dimensiones concretas: la producción transnacional e integración del capital; el resquebrajamiento de la clase capitalista nacional y los conceptos gramscianos de hegemonía y bloque histórico. Se puede considerar este capítulo clave en la discusión de la agenda de

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la Geografía Política contemporánea, toda vez que retoma el papel de las clases dominantes nacionales en la coyuntura del neoliberalismo y la apertura al capital transnacional por parte de los aparatos estatales del mundo. En el mismo sentido en que el autor explica la transición de una economía nacional hacia una transnacional, defiende también la tesis de los cambios internos que han sufrido las burguesías nacionales al calor de los cambios que ha impuesto la internacionalización del capital. Esta tesis es de suma importancia para la Geografía Política, dado que el estudio de la producción de los espacios de poder en una escala nacional en los recientes años, debe de explicarse desde las transformaciones internas que han estado sufriendo las clases dominantes consideradas “tradicionales”. México es un ejemplo interesante en ese sentido, incluso lo utiliza el propio autor para explicar esta transición, –no solo en términos económicos, sino políticos–, pues el antiguo régimen priista que había favorecido fuertemente a través de las políticas desarrollistas (modelo de sustitución de importaciones) a un sector de la burguesía mexicana, tuvo que dar un viraje a su política de fomento económico con la imposición de las política neoliberales en la década de 1982. Una nueva fracción tecnócrata mexicana logró controlar el aparato estatal y con ello abrir los mercados, siendo el TLCAN uno de los principales mecanismos para ello. De esta forma, la burguesía nacional se vio de repente inmersa en la competencia internacional, obligándose a formar nuevas alianzas de clase (tema muy bien tratado por Harvey en la segunda parte de Espacios del Capital), y obligada, –bajo el auspicio de un estado neodarwinista–, a sobrevivir redirigiendo su producción a los grandes circuitos de producción globales o, de lo contrario, estaba destinada a desaparecer. En efecto, éste es un tema que debería de ser tratado con sumo cuidado en las investigaciones de los geógrafos interesados en la formación de los nuevos conflictos políticos y económicos, pues es evidente que hay una reconfiguración espacial del poder de las elites nacionales, –a la sazón transnacionales–, y por ende, de la construcción de una gran clase capitalista transnacional. En ese mismo sentido, debería examinarse la Geografía Económica actual, pues si la tesis de Robinson es correcta,

se tendrían que problematizar y revelar las implicaciones que han tenido los redireccionamientos de los viejos circuitos de producción nacionales hacía los globales.5 Concluye entonces así el autor este capítulo, definiendo la formación de un bloque hegemónico capitalista global (por medio de la conceptualización de Gramsci) que ha irrumpido en la formación de las economías nacionales, pero sobre todo formando, a su vez, grandes monopolios empresariales que encabezan hoy las listas de los más ricos e influyentes del mundo. Es de sorprenderse la capacidad de investigación y síntesis que representó respaldar dicha argumentación a través de la exposición de datos duros provenientes de la ONU, la OMC y el Banco Mundial para señalar cuáles son los monopolios más poderosos e influyentes de la economía mundial actual. El tercer capítulo denominado “El estado transnacional” (ETN) es el más amplio y denso de toda la obra, pero es aquí donde se puede evidenciar una de las principales aportaciones del autor, la cual es el debate teórico sobre la formación de un Estado transnacional, a más de treinta años de distancia del neoliberalismo en el mundo. El debate teórico que sustenta la tesis de ETN tendría que superar las lecturas de lo político y lo económico a través del enfoque de un sistema internacional conformado por Estados-nación “discretos en tanto unidades interactuantes”, afirma el autor. Si para explicar el proceso de globalización se parte de la idea de que tanto las economías nacionales como el sistema Estado-nación están siendo trascendidas por las fuerzas transnacionales, es necesario rebasar la lectura tanto de los sistemas inter-Estado, como del Estado-nación-centrista, señala Robinson. Para ello, se posiciona frente a las posturas de autores como Anthony Giddens y Roland Robertson para considerar que la actual figura del Estado-nación está en proceso de reemplazamiento por una nueva forma de Estado, que es el ETN, lo cual no significa la desaparición del Estado-nación en sí, sino una Es posible mencionar la obra de Gasca Zamora (2002) quien explora la reconfiguración de la frontera norte de México, como producto de su integración a la economía regional y mundial y sus consecuencias en el tejido político y económico de la nación.

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readecuación del mismo a las formas necesarias para la operación del ETN emergente. Aquí en este punto, él mismo se inserta en el debate dual que discurre entre aquellos autores que hablan de una disolución paulatina del Estado frente al proceso neoliberal y globalizador y aquellos que defienden la tesis del “Estado fuerte”, que supone todo lo contrario. Así, se posiciona y recupera la idea de Estado desde la idea de Marx, definiendo a éste como un producto histórico de las relaciones sociales entre la lucha de clases, el poder político y la territorialidad. Para Robinson es un Estado que representa la arena de disputa entre las clases y el proyecto capitalista histórico.6 De esta forma la clase capitalista transnacional puede operar a través del control de las organizaciones supranacionales (económicas, políticas, formales e informales) tales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco para los Asentamientos Territoriales, la OMC, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Grupo de los 8 (G-8), las Naciones Unidas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), la Unión Europea, el TLCAN, entre otros. Con el ejercicio del poder, peso e influencia de dichas instancias, el Estado-nación ha tenido que transformarse en la medida en que se adecua para aplicar las recomendaciones, sugerencias o exigencias de dichos organismos en una escala nacional, lo cual hace que éstos se perfilen como parte del ETN, no como un ente externo. Esta es una de las aportaciones fundamentales de esta obra, pues al hablar sobre un emergente ETN, el autor se obligó a recuperar el análisis de evidencias empíricas y de estudios de caso de los últimos veinte años, sobre la forma en cómo el neoliberalismo ha actuado como una especie de “lubricante” que ha permitido que se inserten los Precisamente, esta postura coincide con la de (Messias Da Costa, 2008) quien afirma que es necesario que la Geografía Política, si no se decide por definir una gran teoría del Estado, sí es necesario reconocer que la idea tradicional del Estado como una “cosa” o “ente” del cual emana todo poder, debe de ser superada en breve, esto porque las circunstancias así lo demandan, pero sobre todo porque esa postura permitiría insertar a la Geografía Política dentro del debate contemporáneo de las ciencias sociales.

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cambios necesarios para cambiar de un régimen económico nacional a uno internacional-global.7 Concluye este capítulo el autor, diciendo que el ETN aún no constituye un Estado global centralizado, sino que la autoridad política formal permanece fragmentada en correlación de fuerzas entre Estados desarrollados y subdesarrollados, y sobre éstos el peso de las grandes organizaciones supranacionales. Finalmente, el último capítulo “Las contribuciones del capitalismo global y el futuro de la sociedad global” proyecta las reflexiones sobre los grandes problemas que enfrenta hoy la sociedad en el contexto de la globalización, a saber: la nueva polarización social y la crisis de la reproducción social; un nuevo orden de guerra; la formación de bloques de resistencia social, y deja una pregunta abierta para el debate y la discusión ¿la solución será un nuevo neokeynesianismo global? Este capítulo evoca la estructura final del libro de David Harvey –Espacios de Esperanza–, pues Robinson discute el peso de los movimientos sociales en la construcción de grandes bloques de resistencia que son producto de la imposición de las políticas neoliberales que ha tenido efectos en las clases sociales medias y las clases trabajadoras8 y su descomposición dentro del tejido social (Milton Santos hablaría de nuevas reconfiguraciones socioespaciales para explicar dicho proceso). La emergencia de nuevas clases sociales proletarizadas que han sido moldeadas por las políticas neoliberales y la globalización, sobre todo en lo que respecta a la reproducción de su vida Estos temas han sido ya tratados por un sinnúmero de especialistas (por ejemplo, todo el conjunto de mecanismos que han impulsado el desmantelamiento del antiguo Estado benefactor), pero lo importante es que el autor los recupera y evidencia que los gobiernos nacionales sirven como una especie de correas de transmisión y filtros para la imposición de la agenda transnacional, siendo este punto donde toma forma la figura de un ETN impulsado a su vez por una “fracción de clase” hegemónica (piénsese en las cien familias más ricas del mundo y el dominio que ejercen sobre las corporaciones transnacionales). 8 Ese tema también es muy bien tratado por Petras (2009) quien en lugar de hablar de globalización le llama “imperialismo”, sin embargo, al final de la obra el autor sociólogo al igual que Robinson, también se encamina a la reflexión del proceso de destrucción de las clases sociales más golpeadas por el neoliberalismo y la formación de grandes bloques de resistencia. 7

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colectiva (educación, salud, empleo, vejez) y que se han visto encarecidas por los procesos de privatización, reflejan que esta nueva era de acumulación capitalista viene a desposeer y a polarizar cada vez más a la sociedad. En vista de ello, Robinson recupera y analiza el significado y el mensaje de las diversas reuniones del Foro Mundial Social, el movimiento Zapatista y los movimientos indígenas de América Latina, como ejemplos de resistencia social, frente a un nuevo proceso globalizador. La pobreza y la marginación, dice el autor, ya no solo son propias de las grandes ciudades de los países subdesarrollados, sino que también se hacen evidentes en las periferias de las grandes ciudades de países desarrollados. De esta manera, ciudades como Los Ángeles y la Ciudad da México tendrán que compartir hoy más similitudes que diferencias sobre ese tema. La acumulación del capital actual despoja a millones de lo que antes habían ganado como grandes conquistas sociales propias del Estado benefactor, hoy son desmanteladas y entonces se visualiza un panorama de incertidumbre global donde el enemigo es difuso. Frente a ello, el Estado-nación se fortalece en el sentido policial y militar para mostrar una cara represiva y necesaria para aplacar los descontentos sociales, una especie de “fascismo amistoso” se lee en el intento estatal por controlar a todos aquellos que se rebelan por el respeto a sus derechos. Finaliza el autor, llamando a la necesidad de explorar nuevos caminos en los que se reposicione a la sociedad como un actor fundamental para la reestructura-

ción socioespacial en su conjunto, pero sobre todo a través de un nuevo proyecto democratizador y socialista. Como es visible, esta obra coloca en cuestión muchos debates, pero sobre todo se muestra verdaderamente geográfica al hablar de temas tan tradicionales como el poder, el Estado y una nueva reconfiguración socioespacial dentro del contexto del neoliberalismo y la globalización, lo que seguro la posicionará como una obra de referencia mundial en breve. REFERENCIAS Gasca Zamora, J. (2002), Espacios transnacionales, interacción, integración y fragmentación en la frontera México-Estados Unidos, UNAM-Porrúa, México. Harvey, D. (2007), Espacios del Capital, Akal, Madrid. Harvey, D. (2008), La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los origenes del cambio cultural, Amorrortu Editores, Buenos Aires. Harvey, D. (2011), Breve historia del Neoliberalismo, Akal, Barcelona, España. Harvey, D. (2012), Espacios de Esperanza, Akal, Barcelona, España. Messias Da Costa, W. (2008), Geografía Política e Geopolítica, EDUSP, São Paulo. Petras, J. (2009), Economía política del imperialismo contemporáneo, Maia Ediciones, Madrid.

Gonzalo Hatch Kuri Posgrado en Geografía Universidad Nacional Autónoma de México

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